Blogia
COMISIÓN de APOYO al PUEBLO PALESTINO

Los pobladores de las fronteras sufren la guerra y el desamparo

Los pobladores de las fronteras sufren la guerra y el desamparo

Domingo, 06 de Agosto de 2006 Los pobladores de las fronteras sufren la guerra y el desamparo

La resistencia del gobierno israelí a compensar económicamente a los desplazados por los cohetes de Hamas y Hezbolá profundiza la brecha entre ricos y pobres. Las organizaciones privadas. Por Sergio Rotbart (Desde Tel-Aviv)

-----------------------------------

Domingo, 06 de Agosto de 2006 BOMBAS, MUERTOS, ODIOS EN LÍBANO

Diario desde el infierno - Por Robert Fisk  De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12

------------------------------------

Domingo, 06 de Agosto de 2006 HABLA EMILE LAHUD, EL PRESIDENTE LIBANÉS

"Hezbolá pide cosas lógicas" Por Ángeles Espinosa (Desde Beirut) De El País de Madrid. Especial para Página/12.

----------------------------------- 

Domingo, 06 de Agosto de 2006 ESTADOS UNIDOS Y FRANCIA ACORDARON UN PLAN DE PAZ; EL LÍBANO SE OPONE

Hubo acuerdo pero la guerra continúa

----------------------------------

Sábado, 05 de Agosto de 2006 MIENTRAS AVANZA EL PLAN DE PAZ, APURAN LA GUERRA

Otro día negro de bombas y mísiles

----------------------------------

Viernes, 04 de Agosto de 2006 DIEZ PALESTINOS MUERTOS Y 26 HERIDOS EN GAZA

El otro frente que sangra

oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Domingo, 06 de Agosto de 2006

Los pobladores de las fronteras sufren la guerra y el desamparo

La resistencia del gobierno israelí a compensar económicamente a los desplazados por los cohetes de Hamas y Hezbolá profundiza la brecha entre ricos y pobres. Las organizaciones privadas.

Por Sergio Rotbart (Desde Tel-Aviv)

En un refugio de Safed, en la Alta Galilea, en el que yacían apretujados decenas de ciudadanos, uno de ellos exclamó, concitando las reacciones de aprobación de sus pares: "¡El ejército debe ir hasta el final, de ninguna manera puede parar antes de eliminar al Hezbolá!". En el frente sur, por otra parte, pueden encontrarse paralelos de la misma actitud probélica. Así ocurre en Sderot, la ciudad que constituye el principal blanco de los cohetes Qassam disparados desde la Franja de Gaza. En una pared, al lado del edificio de la municipalidad, luce el siguiente graffiti: "Llegó la hora de tratar el problema del Qassam como se trata el problema del Katyusha".

Tanto Safed como Sderot son ciudades periféricas no solamente por su ubicación geográfica, sino también desde el punto de vista económico-social. "La guerra les brinda a los habitantes judíos de la Galilea y del Neguev la oportunidad imaginaria de elevar su condición periférica a la categoría de frontera", explica Erez Tzfadia, catedrático en el área de política pública y administración. Mientras que la periferia simboliza atraso y marginación con respecto al centro del poder, la frontera representa el esfuerzo pionero y la abnegación nacional en el frente. "Hasta ahora, la población más afectada ha demostrado una alta cuota de patriotismo. Pero una vez finalizada la guerra, los habitantes de la Galilea y del Neguev descubrirán que su capacidad de resistencia fue en vano. El costo de la guerra exigirá nuevos recortes presupuestarios, y ellos serán los primeros afectados, quedará nuevamente expuesta la trampa que apresa a los ciudadanos judíos del norte y del sur entre la frontera y la periferia", sostiene Tzfadia.

Parte de la responsabilidad recae en el gobierno. Durante los primeros días de la guerra no se mostró dispuesto a rubricar un acuerdo sobre el pago de salarios a habitantes del norte del país que debieron evacuar sus casas –y ausentarse de sus lugares de trabajo– ante los ataques de Katyushas perpetrados por el Hezbolá desde el sur del Líbano. El Ministerio de Economía aceptó pactar al respecto sólo luego de la presión ejercida por la central sindical (Histadrut), las cámaras empresarias y la mayoría de los miembros del Parlamento. El convenio establece que los trabajadores que debieron abandonar sus lugares de trabajo dado que fueron llamados a evacuarlos, o a permanecer en los refugios, recibirán la totalidad de su salario, incluso aquellos que se trasladaron al centro o al sur del país. Los empleadores, por su parte, serán indemnizados por el Estado en concepto de pago de salarios y pérdidas de ingresos.

El acuerdo tripartito contiene un punto clave para saber a quiénes beneficia y a quiénes deja desprotegidos: un 20 por ciento del costo del convenio será financiado por los trabajadores a través de días de vacaciones. "Beneficiará a los trabajadores fuertes, es decir a los que pertenecen a los sindicatos grandes, trabajan ya muchos años en un mismo lugar y cuentan con beneficios sociales, como días de vacaciones acumulados", explica la abogada Michal Tadjer, de la Asociación por los Derechos Civiles en Israel. "Por otro lado no recibirán indemnización los trabajadores temporarios, independientes, los que no reciben salario reconocido oficialmente ni cuentan con beneficios sociales y los trabajadores extranjeros, que son el eslabón más débil y, por ende, los que pagarán el precio más alto", agregó la abogada. Tadjer mencionó casos de trabajadores extranjeros empleados por agricultores de la zona de Metula, a pocos metros del límite con el Líbano, que estarían siendo obligados a seguir trabajando en los campos, totalmente expuestos, mientras que el resto de los habitantes está en los refugios.

No todos los trabajadores independientes de la zona norte pueden abandonar sus puestos de trabajo. Los que lo hacen dependen de sus ahorros, la hospitalidad de familiares y amigos o la ayuda brindada por asociaciones privadas. El Movimiento Religioso Reformista y del Comité Judeo-norteamericano Joint financian y organizan la evacuación de discapacitados del frente norte y el abastecimiento de alimentos a quienes permanecieron allí. El rabino Gilad Kariv, del Movimiento Reformista, señala que los "servicios de bienestar estatales recibieron en los últimos años un duro golpe mediante recortes presupuestarios, y no se prepararon debidamente para un eventual período de emergencia". Si bien su movimiento financió hasta ahora viviendas para evacuados y ayuda a los refugios cuyo monto asciende a los 600 mil shekels, Kariv asegura que todavía falta mucho por hacer. "Aún existen grandes problemas que no pueden ser solucionados por intermedio de factores de ayuda privados. No puede reemplazar con eficiencia la función de la oficina de bienestar estatal", afirmó el rabino.

Asa Ben-Yosef, directora del foro de departamentos de bienestar del gobierno municipal, comenta: "Nos inundan con pedidos de comida y dinero. A los que piden comida los derivamos a comedores populares, pero dinero no tenemos para dar ni siquiera en tiempos de paz". La respuesta del gobierno tarda en llegar. "No queremos parecernos al Líbano, con cientos de miles de refugiados", dijo un funcionario que participó en un foro interministerial que trató el tema días atrás.

Esta guerra puso de manifiesto una división clasista clara: por un lado, los que cuentan con medios y familiares, que se apresuraron a abandonar sus casas y lugares de trabajo; por el otro, los carenciados que se quedaron en el "frente civil" (un nuevo concepto surgido bajo la lluvia de los cohetes Katyushas, ya que ahora no puede considerarse a la expuesta población del norte como parte de la "retaguardia"), hacinados en los refugios o prefiriendo permanecer en sus casas, arriesgando sus propias vidas, para no tener que vivenciar las condiciones humillantes de la infraestructura de defensa civil.

 

 

Domingo, 06 de Agosto de 2006

BOMBAS, MUERTOS, ODIOS EN LÍBANO

Diario desde el infierno

Por Robert Fisk

Jueves, 3 de agosto. Más amigos que preguntan si es seguro volver al Líbano. Una amiga me dice que cuando habló de volver a Beirut un pariente le tiró un libro por la cabeza. ¿Qué libro?, pregunto yo. Uno de poesía, según parece.

Viernes 4 de agosto: el día de los puentes. Abed y yo estamos en la ruta al norte de Beirut con Ed Cody, del Washington Post (un aficionado a leer a Verlaine) y nos las arreglamos para pasar por caminos de tierra a través del área cristiana de Metn. Esa zona fue inexplicablemente atacada por los israelíes, lo que sorprende, porque se supone que los cristianos maronitas del Líbano son los mejores amigos de Israel. "Le resultaría difícil creer qué enojados estamos", me dice una mujer, mientras mira su auto destrozado, su casa destrozada, los vidrios y los escombros que cubren el camino. Un viaducto yace derrumbado en un valle, 200 metros de estructura colapsada, mientras del otro lado se ve la ruta intacta. Seguimos hasta el siguiente puente bombardeado. ¿Para qué bombardean los puentes? Volvemos a Beirut por caminos secundarios, vacíos, con las ventanillas abiertas y escuchando a los jets todavía en vuelo. Llego a la oficina de Associated Press, que comanda mi viejo amigo Samir Ghattas. "¿Y? ¿Cómo están los puentes?", me pregunta. "A que estaban manejando rápido." A que sí.

Hago una entrevista con la CBC de Toronto, hablo abiertamente de crímenes de guerra y nadie en el estudio canadiense lo encuentra inadecuado políticamente o estremecedor, no hay las habituales reacciones de los productores televisivos que temen ser acusados de antisemitismo si se atreven a mostrar críticas a Israel.

Enciendo la televisión y me encuentro a Hassan Nasrullah, el jefe de Hezbolá, amenazando a Israel con mísiles de mayor alcance si no paran los bombardeos a Beirut. Escucho al primer ministro israelí, que dice más o menos lo mismo pero al revés.

Yo les digo a estos tipos "los que rugen", pero me pongo a hojear mi vieja copia de El rey Lear para ver a qué me están haciendo acordar. La pego. "Haré cosas que no sé, pero que llenarán la tierra de terror." Shakespeare podría haber sido corresponsal en esta guerra.

Sábado 5 de agosto. Muchas historias de una masiva ofensiva terrestre israelí, que resultan falsas. En el sur libanés, la ONU sospecha que los israelíes están inventando ataques para calmar a su opinión pública mientras siguen cayendo mísiles de Hezbolá. Pero un amigo me llama para decirme que Hezbolá puede estar corta de cohetes. Puede ser, pienso, y pienso también en todos los puentes que todavía no volaron en pedazos.

Más fotos grotescas de muertos en los diarios libaneses. Nosotros, en el "puro" Occidente, les ahorramos a nuestros lectores estas fotos terribles, "respetamos" demasiado a los muertos como para publicarlas, aunque no los respetamos tanto cuando estaban vivos. Así nos olvidamos de la terrible furia de los árabes cuando se enfrentan a esas imágenes. ¿Qué nos estamos cocinando para el futuro? Esta mañana escribí para mi diario sobre un futuro segundo 9/11. Y me temo que voy a tener razón.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

 

 

 

Domingo, 06 de Agosto de 2006

HABLA EMILE LAHUD, EL PRESIDENTE LIBANÉS

"Hezbolá pide cosas lógicas"

Por Ángeles Espinosa *(Desde Beirut)

"Las exigencias de Hezbolá son las exigencias del Líbano", sintetiza el presidente libanés, Emile Lahud, poniendo en evidencia toda la complejidad política de este pequeño país árabe. Lahud (Beirut, 1936), un ex general cristiano maronita que unificó el ejército libanés tras la guerra civil, se ha alineado con las tesis políticas que desde fuera se califican de islamistas, si no de terroristas. Pero defiende la necesidad de un consenso nacional para evitar otra guerra civil.

–La captura por Hezbolá de dos soldados israelíes, ¿valió el precio que está pagando su país?

–¿Cree que ésa es la verdadera razón por la que Israel nos ha atacado a semejante escala? Todo estaba planeado. Israel quería vengarse de su expulsión de Líbano en el año 2000. Cree que así da una lección a todos los países árabes: que cualquiera que se interponga en su camino, será destruido. Otra razón es que Israel no desea un Líbano próspero. Cada vez que nos va bien, nos ponen patas arriba. Les haríamos competencia. La resistencia está ahí porque Israel, desde antes de (que existiera) la resistencia, solía hacer lo que le daba la gana en Líbano. Violaba nuestro espacio aéreo, nuestras aguas territoriales y, ahora, con la ayuda de Estados Unidos, ataca a los civiles porque no puede golpear a la resistencia, porque no saben dónde está.

–Sin embargo, parte de los libaneses opina que la acción de Hezbolá sirve a los intereses de Irán y de Siria...

–Las exigencias de Hezbolá son las exigencias de Líbano. No tienen nada que ver con Siria o Irán. Está pidiendo cosas lógicas y razonables: los mapas de minas, la devolución de (las granjas de) Shbaa, un intercambio de prisioneros –que los israelíes han aceptado en el pasado, pero ahora han utilizado como excusa para castigar a Líbano– y que dejen de violar nuestro espacio aéreo. No es pedir mucho.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

 

 

 

Domingo, 06 de Agosto de 2006

ESTADOS UNIDOS Y FRANCIA ACORDARON UN PLAN DE PAZ; EL LÍBANO SE OPONE

Hubo acuerdo pero la guerra continúa

Ayer se anunció un acuerdo que fue bien recibido por Israel y las superpotencias, pero hubo más combates en la frontera, bombas cerca de Beirut y cohetes en el norte israelí. Los muertos ya son más de 600.

La diplomacia avanza y podría alcanzar hoy una resolución que ponga fin al conflicto en Medio Oriente. El Consejo de Seguridad de la ONU culminó ayer las consultas sobre un proyecto de resolución acordado por Estados Unidos y Francia para poner fin a los combates en Líbano, que fue recibido con optimismo por diversos países pero rechazado por el gobierno libanés. El acuerdo terminó con las discrepancias que Washington y París tuvieron en los últimos días, durante los cuales otras naciones, en particular del mundo islámico, esperaban que el Consejo de Seguridad llamara a un cese del conflicto, que ha dejado más de 600 muertos en Líbano e Israel desde el 12 de julio. En tanto, los enfrentamientos y ataques aéreos continuaron en el país árabe.

El proyecto de resolución, que fue presentado por Francia y Estados Unidos a los otros 13 miembros del Consejo de Seguridad, llama a un "total cese de las hostilidades basado, en particular, en el inmediato cese por parte de Hezbolá de todos los ataques y el inmediato cese por parte de Israel de todas sus operaciones militares ofensivas". El proyecto resalta el "respeto estricto de todas las partes de la soberanía e integridad territorial de Israel y Líbano (...), la delimitación de las fronteras libanesas, en particular los sectores donde es disputada o incierta" y "el despliegue de una fuerza internacional en Líbano". La fuerza internacional será utilizada en el caso de que Israel y Líbano "hubieran aceptado los principios y los elementos de una solución duradera", indica el proyecto. El texto, que fue calificado como "muy importante" por Israel y recibido "con alegría" por el presidente estadounidense George W. Bush, también "reitera el fuerte respaldo para un completo respeto de la Línea Azul", que marca la frontera entre Líbano e Israel.

En el Consejo, el proyecto recibió el visto bueno de China y Rusia, pero fue rápidamente rechazado por Beirut, que lo consideró inadecuado. "El gobierno libanés se opone al proyecto francoestadounidense y ha enviado al representante de Líbano en la ONU, el ministro interino de Relaciones Exteriores, Tarek Mitri, un texto modificado incluyendo las reivindicaciones libanesas", dijo una fuente del gobierno libanés. La Casa Blanca indicó que recibirá con gusto las impresiones de los miembros del Consejo de Seguridad y otras partes interesadas sobre el proyecto de resolución, que debe ser sometido a votación en los primeros días de la próxima semana. "Sólo a los miembros del Consejo se les está dando la oportunidad de revisar el texto", indicó el portavoz Tony Snow, relativizando el rechazo del gobierno libanés al proyecto.

El embajador estadounidense en la ONU, John Bolton, dijo que sus colegas del Consejo quedaron en general complacidos con el proyecto de resolución. "Estoy alentado por las primeras reacciones. Mi impresión es que el proyecto ha sido bien recibido", coincidió Jean-Marc de La Sablière, el embajador francés. El acuerdo "es muy importante porque ese proyecto muestra que se ha entrado en la fase de la diplomacia", dijo por su parte Yitzhak Herzog, el ministro de Turismo de Israel.

Rusia y China declararon que el nuevo proyecto tendría que ser aceptado por Israel y Líbano para lograr cualquier éxito. "Este es un buen nuevo proyecto, por lo que las dos partes (Israel y Líbano) necesitan tener otra mirada y esperamos que cuando llegue la votación, las dos partes estén conformes con él", dijo el embajador ruso en la ONU, Vitaly Churkin. El embajador encargado de China, Liu Zhenmin, calificó el texto como una buena base que fue enviada a Pekín para un veredicto final. Sin embargo, enfatizó que necesitan asegurar que las partes puedan aceptar la resolución.

A pesar del avance en el frente diplomático, los enfrentamientos y ataques continuaron ayer. El Ejército israelí realizó más de 70 ataques aéreos contra el sur de Beirut y diversas poblaciones del sur del Líbano, en especial Tiro, y emprendió 250 operaciones bélicas que concluyeron con al menos una decena de civiles libaneses muertos. La batalla de Tiro supuso la muerte de siete personas, entre ellos un soldado libanés que defendía una posición antiaérea atacada por Israel. En los enfrentamientos terrestres en el sur del país árabe, murieron un militar israelí y por lo menos tres milicianos de Hezbolá. Por su parte, Hezbolá lanzó al menos 20 cohetes al norte de Israel, donde una mujer y sus dos hijas murieron al impactar un misil Katyusha en su vivienda en el poblado de Arab Al Aramshe.

 

 

 

Sábado, 05 de Agosto de 2006

MIENTRAS AVANZA EL PLAN DE PAZ, APURAN LA GUERRA

Otro día negro de bombas y mísiles

El ejército israelí continuó su ofensiva y bombardeó el norte de Beirut por primera vez y Hezbolá cumplió con su promesa de golpear el sur de Haifa con un misil de largo alcance. Hubo bajas civiles y militares en los dos bandos y pocos avances en el frente diplómatico.

Hezbolá e Israel no descansan. Las milicias chiítas extienden la guerra cada vez más al sur de Israel, y los israelíes la llevan cada vez más al norte del Líbano. Tres mísiles de largo alcance cayeron ayer sobre Hadera, a unos 40 kilómetros de Tel Aviv, matando a tres civiles israelíes, mientras Israel mató a cuarenta civiles libaneses y aisló Beirut del norte del Líbano en una de las jornadas más cruentas desde que hace 23 días estallara el conflicto. En el frente terrestre, los enfrentamientos en el sur del Líbano provocaron la muerte a tres militares israelíes y de quince miembros de Hezbolá. En tanto, la diplomacia siguió su curso ayer para intentar alcanzar un acuerdo en torno de una resolución del Consejo de Seguridad, que la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dijo podría llegar "en unos días".

Israel profundizó sus ataques aéreos en las cercanías de Beirut, ciudad a la que dejó más aislada de lo que ya estaba por el bombardeo de cuatro puentes, un día después de que el líder de Hezbolá, Hassan Nasralá, anticipó que bombardearía Tel Aviv si se atrevían a atacar el centro de la capital libanesa. No sólo las zonas dominadas por Hezbolá sufrieron la violencia de Israel. También las áreas cristianas del norte del país, hasta la fecha ajenas a la guerra, padecieron por primera vez ataques israelíes. El más sangriento de los bombardeos ocurrió a plena luz del día en la localidad de Qana, en la frontera nororiental con Siria, donde al menos 28 peones que cargaban un camión de fruta perdieron la vida y 17 resultaron heridos.

Las infraestructuras libanesas siguen siendo los blancos preferidos de los ataques. Uno de los cuatro puentes destruidos ayer se encuentra cerca de "Casino du Liban", en la ciudad portuaria de Yunieh, en la que habitan mayoritariamente cristianos. También quedó destrozado el puente de Madfun, que une el norte del Líbano con el resto del país y una de las últimas vías de comunicación con Siria. Israel inutilizó además la carretera entre Tareya y Afka, dejando la sinuosa y antigua carretera de la costa como única vía para acceder al norte del país. El gobierno libanés, por su parte, advirtió sobre la crisis humanitaria en la que está inmerso su país y anticipó que, de avanzar esta situación, deberán cerrar los hospitales del sur en cinco días y los de Tiro y Sidón en una semana.

En las batallas terrestres, unos 10.000 soldados israelíes siguen luchando en el sur del país árabe para expulsar a los milicianos chiítas a 15 kilómetros al norte de la frontera. "Esperamos conseguirlo en 24 horas", aseguraron mandos militares israelíes, que no descartaron expandir esa franja hasta el río Litani, a 30 kilómetros, e incluso más allá. "Llegaremos hasta donde haga falta", afirmaron.

Hezbolá siguió lanzando sus cohetes, que se acercan cada vez más a la capital israelí. Varias explosiones se escucharon ayer en la ciudad de Hadera, situada a unos 75 kilómetros de la frontera con Líbano y a 40 kilómetros de Tel Aviv, por el impacto de cohetes de largo alcance disparados por las milicias chiítas. Según el Canal 10 de la televisión israelí, dos proyectiles cayeron en zonas deshabitadas de la ciudad y un tercero en una comunidad rural vecina. Hezbolá reivindicó el bombardeo a esa ciudad, donde se encuentra la principal central eléctrica de Israel, por lo que una explosión en su interior puede dejar a oscuras a dos tercios de la población.

Esta es la primera vez desde 1991 que el corazón de Israel queda bajo la amenaza de cohetes enemigos. En ese año, Irak disparó contra Tel Aviv y sus alrededores unos 40 cohetes Scud. El ataque contra Hadera sigue al disparo de más de 200 cohetes de corto y medio alcance contra el norte de Israel a lo largo de la jornada de ayer, en los que murieron tres civiles israelíes. Dos de ellos fallecieron en la localidad árabe de Maydal Krum, próxima a la ciudad de Karmiel, después de que un cohete alcanzara un restaurante. La otra víctima fue una mujer que residía en Maghar. El grupo islámico también anunció que bombardeó el cuartel general de las Fuerzas Aéreas de Israel en el norte de ese país, pero la noticia no fue confirmada por el ejército israelí. El frente diplomático no tuvo descanso. El cese inmediato de hostilidades pende de las negociaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, que lideran Estados Unidos y Francia, y que concluyeron ayer –una vez más– sin alcanzar un acuerdo. Los miembros del Consejo se reunieron para debatir la crisis en el Líbano, sin tomar ninguna decisión. Estados Unidos, como aliado y voz de Israel, se opone a aceptar por ahora un cese inmediato de las hostilidades, como pide la comunidad internacional. Además, representantes de la Unión Europea viajaron a Siria para abrir un canal de diálogo con el país considerado clave para destrabar la situación por la influencia que ejerce sobre Hezbolá. Fuentes diplomáticas especulan que podría haber acuerdo a principios de la próxima semana. Condoleezza Rice, secretaria de Estado de Estados Unidos, se mostró favorable a un cese de las hostilidades en una entrevista con el canal de televisión CNN, además de indicar que se llegaría a un acuerdo "en unos días". En tanto, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, conversaron ayer por teléfono durante 15 minutos sobre la resolución. Además de Bush, Annan llamó al presidente francés, Jacques Chirac; al primer ministro británico, Tony Blair; al primer ministro libanés, Fuad Siniora, y al viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Andrei Denisov.

 

 

 

Viernes, 04 de Agosto de 2006

DIEZ PALESTINOS MUERTOS Y 26 HERIDOS EN GAZA

El otro frente que sangra

La Franja de Gaza tuvo ayer un día sangriento. Diez palestinos murieron y al menos 26 resultaron heridos en varios ataques israelíes en el sur de la Franja. Tropas terrestres penetraron en la ciudad de Rafah, en la frontera de Gaza con Egipto, apoyadas desde el aire por aviones de combate. Además de producirse tiroteos entre palestinos armados y soldados israelíes, las milicias palestinas respondieron disparando cuatro cohetes sobre territorio israelí, sin provocar víctimas.

En al menos cinco ataques aéreos y disparos de tanque murieron siete miembros de grupos radicales palestinos, así como un hombre de 50 años y un niño de 12, quien falleció cuando su casa fue bombardeada por la aviación israelí. La organización radical Jihad Islámica confirmó que al menos tres de los muertos eran miembros de su milicia.

Después de los bombardeos, el ejército israelí lanzó en las primeras horas de ayer un importante ataque en el sector de Rafah, movilizando unos 50 tanques, aplanadoras y vehículos blindados, que ingresaron al barrio de Al Shawka respaldados por aviones de guerra y no tripulados. El ejército israelí penetró ocho kilómetros en territorio palestino, una operación confirmada por fuentes militares, que indicaron que apuntaba a las infraestructuras terroristas. "Los soldados israelíes buscaban túneles en Rafah", dijo una portavoz militar en Tel Aviv. Fuentes de la seguridad palestina afirmaron por su parte que las fuerzas israelíes registraron, casa por casa, buscando depósitos de armas y cohetes Al Qassam.

En tanto, fuentes de seguridad palestinas indicaron que helicópteros israelíes destruyeron dos casas en la ciudad de Gaza, sin que se registraran víctimas. Según las fuentes, el ejército israelí informó previamente por teléfono al dueño de una de las viviendas que ésta sería atacada por ser un depósito de armas. La aviación israelí también lanzó un cohete contra un edificio utilizado por fuerzas auxiliares del Ministerio de Interior del Gobierno de la Autoridad Palestina (AP), liderada por el movimiento de resistencia islámica, Hamas.

Cisjordania tuvo también su cuota de acción. En ese territorio, separado de la Franja de Gaza por el Néguev, el desierto meridional de Israel, el ejército arrestó ayer por la madrugada a 31 militantes palestinos. El ejército israelí efectúa operaciones en los territorios palestinos para ubicar al soldado Gilad Shalit, de 19 años, capturado el 25 de junio pasado por grupos armados palestinos y para tratar de terminar con los disparos de cohetes Al Qassam contra su territorio. Durante estas operaciones ha matado al menos a 160 palestinos y ha perdido a un soldado.

 

0 comentarios