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COMISIÓN de APOYO al PUEBLO PALESTINO

¿CUÁNDO HABRÁ JUSTICIA PARA EL PUEBLO PALESTINO?

“Si hay una historia oficial, quiere decir que hay otra historia.” Rodolfo Walsh

 

Por Ruben Elías* / Semanario Voces / 24 de mayo de 2018

El mal llamado “conflicto palestino-israelí” es en realidad la guerra de liberación de los pueblos de la región contra la conquista y la colonización de los imperios de turno. Primero contra los turcos, luego contra los franceses y británicos. Actualmente la región es el campo de batalla de las grandes potencias que quieren establecer un nuevo orden regional, funcional a sus intereses. Destacan por su agresividad el nuevo eje de corte fascista conformado por Donald Trump y Benjamín Nethanyahu.

 

En este conflicto hay enfrentamientos armados pero también existe una batalla cultural, que va desde de la disputa por el contenido “particular” que se da a las palabras, hasta rebatir la “historia oficial” que difunde el Estado de Israel.

 

LAS PALABRAS

Veamos algunos ejemplos de cómo se falsean las palabras. Semitas se refiere a aquellas personas cuya lengua materna es semítica (árabe, arameo, hebreo, etcétera): no es sinónimo de judío. En los últimos 70 años, quien ha tenido una política antisemita más feroz, ha sido el régimen sionista, mediante la conquista, el desplazamiento, el genocidio y el apartheid del pueblo palestino. Nos remitiremos a los hechos.

 

LA “OTRA HISTORIA”

Las raíces de la “otra historia” se encuentran en la Primera Guerra Mundial. Los pueblos árabes, sometidos al imperio turco, aspiraban a su independencia y se alzaron contra el imperio otomano apoyados por Francia y Reino Unido. Pero fueron traicionados por éstos, que en 1917, se repartieron esa parte del mundo, aún antes de finalizar la guerra. Ese mismo año la corona británica respaldó el establecimiento de un “hogar nacional judío” en Palestina (la conocida Declaración Balfour).

 

Los gobernantes franceses y británicos fueron rechazados por la población local. No fueron libertadores, actuaron como conquistadores, por lo que comenzaron los enfrentamientos entre los nacionalistas árabes y los europeos. En Palestina los colonos sionistas eran aliados de los británicos. Las potencias ocupantes reprimieron brutalmente las protestas y los levantamientos, hubo matanzas y ejecuciones. Ni antes ni ahora se pueden considerar que el conflicto es religioso. Dime en que bando estas y sabremos si estas con los oprimidos o con los opresores, si eres amigo o enemigo. Muchos judíos rechazaron y rechazan lo que sucedió y lo que sucede.

 

Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, comienza el proceso de descolonización. La flamante Organización de las Naciones Unidas, decide, en votación dividida, la partición de Palestina en dos estados. Nunca consultó a los habitantes del lugar, no hubo un referéndum. Los judíos eran el 30% de la población y a pesar de eso se les otorgó el 53% de la superficie de la Palestina británica. Se fija el 15 de mayo de 1948 como día de la partición. Antes de esta fecha, bandas sionistas mediante masacres y asesinatos selectivos, expulsan a los palestinos.

 

El 14 de mayo se proclamó el Estado de Israel y sus milicias avanzan sobre los territorios asignados a los palestinos, desplazando a los habitantes originarios y arrasando sus aldeas.

 

Al día siguiente, fuerzas árabes de Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak, intervienen en defensa de los palestinos. Se suceden combates que finalizan quince meses después mediante un armisticio.

 

LA NAKBA

La otra historia considera el 15 de mayo, como el inicio de un proceso masivo de despojo, expulsión y conquista por parte de Israel. Este trágico suceso se denominó la Nakba (catástrofe o desastre, en árabe)

 

Fue un acto deliberado y sistemático para crear un estado de mayoría judía. Cerca de 800 mil palestinos perdieron sus hogares y pasaron a vivir en “campos de refugiados”. La crisis humanitaria obligó a la ONU a crear un organismo para atenderlos.

 

A partir de 1949, Israel controla, las tres cuartas partes del territorio. También, en ese corto tiempo, destruyó más de 500 poblados y aldeas.

 

La historia oficial hace un memoricidio de la Nakba. No existió. A pesar de lo cual, Ilan Pappe, historiador judío- israelí, concluye que: “el Estado judío se había construido sobre las ruinas del pueblo indígena que habitaba Palestina, un pueblo cuyos medios de vida, casas, culturas y tierras habían sido sistemáticamente destruido.” En el 2008 por sus trabajos fue varias veces amenazado de muerte. Actualmente vive en el Reino Unido. La democracia israelí no admite la disidencia.

 

EL DERECHO AL RETORNO

Uno de los principios rectores de las Naciones Unidas es no reconocer el derecho de conquista. Por lo tanto, considera ilegal cualquier expansión territorial obtenida por la fuerza. Con el mismo sentido se aplica al despojo de bienes por las potencias ocupantes.

 

Tiene entre sus antecedentes los juicios de Nüremberg que resarcieron a los despojados por el régimen nazi.

 

La Asamblea General de ONU, por resoluciones expresas de los años 1948 (Res. 194) y 1974 (Res. 3236), establece que los refugiados palestinos y sus descendientes (más de 6 millones de personas) están facultados a regresar y recuperar las propiedades que sus antepasados poseían, como un derecho humano básico e inalienable: es decir, inapelable. Esto explica la salvaje represión del criminal régimen israelí a las Marchas del Retorno, manifestaciones pacíficas que reclaman el justo derecho palestino a volver a sus tierras y hogares.

 

JERUSALEN, AL QUDS

Trump y Nethanyahu, son provocadores natos. Por un lado, la decisión del gobierno de EE.UU. de reconocer la ciudad de Jerusalén como capital de Israel viola la Resolución 181 y desconoce el derecho internacional.

 

Por otro, al ser Jerusalén el centro religioso del cristianismo, el islamismo y el judaísmo, se convierte actualmente en el botín del régimen israelí por la gracia del gobierno estadounidense, enterrando definitivamente -en la práctica- toda posibilidad de solución pacífica en la región. Las consecuencias nefastas lamentablemente recaerán no sólo sobre el pueblo palestino, sino -asimismo- en el pueblo de Israel.

 

No conforme con esto, Trump resuelve el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén, para el llamado “Día de la independencia”, previo al Día de la Nakba, en una acción que irrita a la comunidad internacional y provoca la ira de los palestinos por el ilegal despojo de la soberanía palestina sobre Jerusalén.

 

Los sionistas festejan asesinando a más de 60 palestinos, que se suman a los muertos en las recientes marchas y en años anteriores, y más atrás. Es enorme la cantidad de muertos que hubo en los últimos 70 años, en un genocidio imparable, que obliga a preguntarle al mundo: ¿cuánta sangre deben derramar los palestinos para alcanzar sus derechos? Derechos inalienables, reconocidos por Resoluciones de organismos internacionales, que no frenan los crímenes de lesa humanidad perpetrados por Israel en connivencia con sus protectores. ¿Cuándo habrá justicia para el pueblo palestino?

 

ADVERTENCIA Y RECHAZO

Advertimos, al tiempo que rechazamos, especialmente, la política agresiva e injerencista de los diplomáticos israelíes y sus agentes, tanto en Uruguay como en América Latina.

 

Rechazamos el collar de falsedades mediante el cual se pretende justificar el asesinato de civiles desarmados presentándolos como una amenaza a la seguridad de Israel, potencia nuclear con más de 200 ojivas atómicas.

 

Rechazamos los asesinatos selectivos que el Estado de Israel ha realizado y pretende ejecutar en la antigua Palestina británica y en otros lugares del mundo contra aquellos que se oponen a su política expansionista y genocida.

 

* Presidente de la Comisión de Apoyo al Pueblo Palestino


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