"Plomo Fundido". Crímenes de guerra del ejército israelí en Gaza
No se pueden borrar de un plumazo los más de 1.400 muertos palestinos.
Por Niko Schvarz |
En mi vida he leído un documento más lamentable que el artículo publicado por el juez sudafricano Richard Goldstone el 1º de abril en el Washington Post, en que procura retractarse de algunas de las conclusiones del informe de la Comisión que él presidió.
Dicha Comisión fue designada por el Comité de DDHH de la ONU y documentó los crímenes de guerra perpetrados por Israel en la Franja de Gaza durante la operación "Plomo Fundido" de diciembre 2008-enero 2009.
Ocurre que no se pueden borrar de un plumazo los más de 1.400 muertos palestinos, los ataques con fósforo vivo contra la población civil que están registrados en documentales ("Matar al elefante"), las masacres de familias enteras, la destrucción sistemática de viviendas y edificios, de locales escolares dependientes de la ONU y de centros de acopio de materiales y víveres, todo lo cual no ha podido ser reconstruido en estos dos años porque Israel sigue imponiendo un bloqueo total a la Franja e impidiendo la llegada de la ayuda internacional, como se demostró además en la represión mortífera a la Flotilla de la Libertad.
Tampoco lo intenta el juez Goldstone, sino que procura colocar atenuantes a los atentados del ejército israelí para mitigar los efectos de lo que el mundo entero, salvo contadas excepciones, considera como crímenes de guerra de Israel.
Una precisión previa: Goldstone es uno de los autores del informe, obra de una numerosa comisión designada por el Comité señalado de la ONU. Varios integrantes de dicha comisión defendieron hace poco las conclusiones de la misma y lo acaban de reiterar ahora, como puede leerse en el artículo del 4 de abril de Ed Moloney titulado "Two other members of the Goldstone mission stood by its conclusions as of 3 months ago" (Dos otros miembros de la Comisión Goldstone reafirmaron sus conclusiones, como 3 meses atrás). Por añadidura, numerosos informes de organizaciones internacionales como Amnesty Internacional y Human Rights Watch confirmaron en forma contundente los crímenes cometidos por el ejército israelí.
El argumento de Goldstone ahora es que el gobierno israelí dedicó recursos a investigar más de 400 alegatos de mal comportamiento operacional en Gaza. El hecho es que eso fue posterior, a la Comisión se le negó totalmente la colaboración solicitada para investigar, y en ningún caso las investigaciones encomendadas por el gobierno israelí con personal designado por el mismo llegaron a algún resultado. Un ejemplo escandaloso es lo que ocurrió con la familia al-Simouni, cuyos 29 integrantes fueron masacrados en su hogar. Dice Goldstone que "aparentemente el bombardeo de la casa fue consecuencia de la errónea interpretación de un comandante israelí de una imagen...". Son los "daños colaterales", como los que cometen las tropas yankis en Irak, en Afganistán, y ahora también con reiteración en el frente de guerra libio. Admite el juez estar frustrado por la extensión de la investigación (pasaron dos años y unos meses, y la impunidad campea en forma absoluta), pero tiene confianza de que si se encuentra que el oficial actuó de forma negligente, Israel responderá como corresponde. Sin embargo las Naciones Unidas, en un informe citado por el propio Goldstone en apoyo a su tesis, afirman que el oficial responsable no está siendo juzgado. Esto se detalla en un artículo publicado por Adam Horovitz el 2 de abril bajo el título "Goldstone oped praises Israel investigation of Gaza war crimes, but UN committee paints a different picture" (Goldstone elogió una investigación de Israel sobre los crímenes de guerra en Gaza, pero un comité de la ONU pinta un cuadro diferente). En resumen: no se investiga nada, y la impunidad es total.
Señala en otro lugar el juez que su informe condujo a numerosas "lecciones aprendidas" por parte de Israel, (para aplicar en el futuro, se entiende) incluyendo la adopción de medidas para proteger a los civiles en operaciones militares urbanas (como en Libia, donde "la protección de civiles" se ha transformado estos días en una sucesión de masacres, incluso entre los rebeldes, así como en hospitales y ambulancias) y en una limitación del uso del fósforo blanco en áreas civiles. Es todo lo que se le ocurre decir sobre ese monstruoso crimen de guerra, que ha envenenado a parte de la población de Gaza y cuyas consecuencias se harán sentir por años.
Por último, lo que sirve como justificativo del proceder del ejército israelí son las andanadas de cohetes que Hamas dispara desde Gaza sobre el sur de Israel. El nombre de Hamas está repetido 12 veces en el breve texto.
No hablamos de la campaña furibunda llevada a cabo contra Goldstone por una parte de la comunidad judía sudafricana, que intentó incluso impedirle la entrada al país para asistir a la bar-mitzva de un nieto.
En síntesis, la marcha atrás del juez Goldstone procura no sólo atemperar la responsabilidad del ejército israelí en la criminal operación "Plomo Fundido", sino justificar por anticipado las nuevas matanzas que está acometiendo en Gaza: el 8 de abril se registraron 14 ataques aéreos y con blindados provocando 10 muertos, los que ya suman 30 en los últimos 25 días. Los aviones de combate bombardearon Khan Yunis y Rafah, en esta ciudad el aeropuerto Yasser Arafat que fue destruido en anteriores incursiones.
PERMISO PARA MATAR
"El corresponsal de Le Monde en Jerusalén escribió que ’habiendo sido parcialmente rehabilitada la operación Plomo Fundido, le será más fácil a Israel justificar la necesidad de restablecer su ’disuasión’ respecto a Hamas en una nueva operación militar en Gaza". Este ’permiso para matar a los terroristas’ es lo que Netanyahu exigía desde hace tiempo, diciendo que contra ellos no se pueden aplicar las reglas del derecho internacional" (Alain Gresh, 5 de abril).
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andrea federica salazar mora -