La triple agresión de Israel, por Niko Schvarz
La triple agresión de Israel
Niko Schvarz
Altos funcionarios de la Organización para la Liberación de Palestina condenaron la decisión y consideraron que en la práctica liquidan las conversaciones en curso entre las delegaciones de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el gobierno de Tel Aviv. El portavoz palestino Nabil Abu Rudeina declaró que esta política “es destructiva para el proceso de paz”, hoy virtualmente paralizado.
En los días previos, voceros palestinos refutaron la versión de medios noticiosos internacionales según los cuales el gobierno palestino habría autorizado estas nuevas construcciones a cambio de la reciente liberación de un reducido grupo, que no alcanza las dos decenas, de prisioneros palestinos recluidos en las cárceles israelíes. Éstos en total suman miles, muchos de ellos están en prisión desde hace décadas, y sin proceso. Un miembro de la dirección de la ANP, la académica Hanan Ashrawi, declaró que jamás ha existido tal acuerdo, y que en realidad esos presos debieron haber sido liberados tras la firma de los acuerdos de Oslo de 1993, hace nada menos que 20 años, otro de los compromisos incumplidos por el gobierno de Israel. La misma recordó que según la Convención de Ginebra, rubricada en 1948, la construcción de comunidades y el asentamiento de poblaciones en estados bajo ocupación militar, como es el caso de Palestina, constituyen crímenes de guerra.
La situación ha llegado al extremo de que el propio secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, consideró “ilegítima” la colonización israelí en territorios palestinos ocupados. Tras reunirse en la primera semana de noviembre con el presidente israelí Shimon Peres en Jerusalem y con el presidente de la ANP Mahmud Abbas en Belén, Kerry declaró: “Ahora consideramos, y siempre hemos considerado que los asentamientos son ilegítimos”. También negó de manera categórica que los palestinos hubieran autorizado de alguna manera estas nuevas construcciones israelíes en su territorio. Su declaración no deja duda: “Quiero que quede sumamente claro que en ningún momento los palestinos aceptaron en ninguna medida, al reanudarse las conversaciones, que podrían consentir o aprobar de algún modo los asentamientos. Los palestinos piensan que los asentamientos son ilegales. Estados Unidos sigue pensando que no son algo positivo”.
Pero la posición del gobierno de Israel va aún más allá. No conforme con construir nuevos asentamientos en Cisjordania y en Jerusalem este, pretende que la barrera de separación que sigue levantando ante los territorios palestinos sea tomada como base para las negociaciones de paz entre ambos países, en vez de las fronteras anteriores a 1967, como estaba planteado en las conversaciones previas. Así fue informado por la prensa israelí, con el agregado de que Israel quiere conservar además varias colonias israelíes aisladas en Cisjordania. Esto significaría, por una parte, legitimar la conquista de territorios derivada de la guerra de 1967. Pero además debe tomarse en cuenta que la barrera de separación (o el “muro de la vergüenza”, como se ha denominado y que ha sido condenado reiteradamente por Naciones Unidas), se adentra profundamente en los territorios palestinos. Por lo tanto, considerarlo como límite fronterizo implica consolidar y legalizar el robo descarado de legítimos territorios palestinos por parte de Israel.
En otro escenario, se vienen desarrollando trabajosamente en Ginebra las negociaciones sobre el programa nuclear iraní entre el gobierno de Teherán y el grupo 5+1, integrado por los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EEUU, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China) más Alemania. Con el nuevo presidente iraní Rouhani ha entrado en una nueva dinámica el proceso iniciado prácticamente a comienzos del siglo. Irán ha insistido permanentemente en el carácter pacífico de su desarrollo nuclear, no obstante lo cual ha sido víctima de injustificadas y duras sanciones por parte de los países occidentales. En esta nueva etapa se vienen registrando progresos y han surgido perspectivas de una solución, según adelantó al fin de la semana pasada el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, tras una reunión que fue dirigida por la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, mandatada por la ONU. En este cuadro, irrumpióagresivamente Israel para poner trabas a un posible acuerdo. “Israel advirtió en contra de un eventual acuerdo con Irán que no permitiese desmantelar su programa nuclear”, resumen los titulares de los cables. Esto lo dice un país que es una gran potencia nuclear, la única en su región, que posee por lo menos 300 bombas atómicas y que se propuso como objetivo proclamadobombardear las instalaciones atómicas de Irán aún sin el acuerdo de Estados Unidos. Y que tiene además como antecedente la destrucción por bombardeo aéreo de la central nuclear de Osirak, en Tamuz, territorio de Irak, el 17 de junio de 1981, con el pretexto de que Irak se proponía producir armas atómicas. Puede considerarse esta acción bélica israelí como un preludio de la Guerra del Golfo, la ulterior invasión de Irak en 2003 tras la Cumbre de las Azores entre George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar. Todo ello a pretexto de armas de destrucción masiva que nunca aparecieron, ni antes ni después de asesinar a Saddam Hussein.
El tercer escenario es la UNESCO, con sede en París. La noticia es que desde el 8 de noviembre Estados Unidos e Israel perdieron automáticamente su derecho de voto en el organismo internacional para la educación, la ciencia y la cultura, dos años después de haber cesado su contribución financiera al mismo. ¿Y por qué estos dos países juntos, y aislados de los casi dos centenares que integran la organización, adoptaron esa decisión? Fue una actitud de represalia y venganza porque la UNESCO, el 31 de octubre de 2011, asumió la histórica decisión de admitir de pleno derecho a Palestina como 195º miembro de la institución. A tal extremo de obcecación llegó la actitud de Israel y de Estados Unidos contra los palestinos. El retiro de los fondos de EEUU provocó una grave crisis financiera en el organismo y amenazó la continuidad de su funcionamiento, pero eso no les importó. Por su parte, los palestinos celebraron como un triunfo relevante la inscripción de la Basílica de la Natividad de Belén, en Cisjordania, en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
En este caso, Israel y Estados Unidos actuaron unidos, contra el mundo entero. Lo mismo sucede en lo relativo al bloqueo a Cuba. Por 22 veces consecutivas la Asamblea General de la ONU condenó el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba y reclamó su cese inmediato. Esta decisión fue apoyada, en la última instancia, hace unas semanas, por 188 países integrantes de la ONU, mientras solamente dos se opusieron: Estados Unidos, la potencia agresora, e Israel, su ladero.
Y también su émulo, porque Israel mantiene cercada desde hace años a la franja palestina de Gaza por aire, mar y tierra, convirtiéndola en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo. Las fuerzas armadas de Israel masacraron a la población de la Franja en los ataques de diciembre 2007-enero 2008, que provocaron no menos de 1.400 muertos. Agredieron salvajemente, a lo pirata y en aguas internacionales, a dos Flotillas de la Libertad de integración internacional que concurrían a brindar ayuda solidaria a Gaza y le impidieron cumplir sus objetivos, mataron a integrantes de las mismas y encarcelaron a otros activistas solidarios en prisiones israelíes.
Las muertes de palestinos a manos del ejército israelí prosiguen sin cesar. Todos los días nos enteramos de alguna dolorosa novedad en la materia. Un policía israelí mata a un niño ante la amenaza de una pistola de juguete. Soldados israelíes mataron anoche a dos palestinos en la ciudad cisjordana de Nablus, decía un cable del 8 de noviembre, con este agregado: “Una de las víctimas, un hombre de 20 años, fue acribillado a balazos por los militares en un punto de control de la ciudad de Nablus cuando disparaba fuegos de artificio.Antes, un hombre fue muerto a balazos por una patrulla de las tropas ocupantes. Estas dos víctimas palestinas se suman a otras 7 registradas la semana pasada en Cisjordania y la Franja de Gaza. Desde el inicio de este año, las tropas ocupantes recibieron órdenes de tirar a matar cuando lo consideren pertinente, en coincidencia con el aumento de la resistencia a las expropiaciones de tierras en Cisjordania para construir o ampliar asentamientos israelíes en esta localidad y en el este de Jerusalem, Al Quds para los palestinos”.
Esta otra información es aún más dramática: “33 refugiados palestinos mueren en una nueva tragedia en el Mediterráneo. Una embarcación con unos 200 refugiados palestinos que huían de la guerra de Siria, fue atacada y hundida por paramilitares libios, muriendo por lo menos 33 de los refugiados”. Se aclara que en Siria viven por lo menos 400 mil refugiados palestinos, 150 mil de ellos en el campamento de Al Yarmuk. La conclusión es que “este dramático episodio pone en la palestra la dramática situación de los refugiados palestinos desplazados de sus hogares por Israel y forzados a vivir por generaciones en una inhumana y cruel diáspora”.
Publicado en LA ONDA digital, Nº 650, 12 de noviembre 2013
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