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COMISIÓN de APOYO al PUEBLO PALESTINO

Niko Schvarz, sobre la política del gobierno de Israel

Sobre la política del gobierno de Israel

Niko Schvarz

El comentarista deportivo Sergio Gorzyczanski, conocido como Sergio Gorzy, ha sido designado presidente del Consejo Central Israelita del Uruguay (CCIU) y en tal carácter ha formulado varias declaraciones, recogidas por distintos medios de comunicación. Deseamos referirnos a una de sus afirmaciones más significativas, que  ha sido reiterada a lo largo de las mencionadas entrevistas.


Es la siguiente: “En algunos casos, en personas e instituciones, ese prejuicio contra los judíos se disfraza de anti gobierno de turno de Israel o anti Estado de Israel. Eso, claramente es un prejuicio antijudío, antisemita”.

Esta afirmación, traducida a lenguaje más sencillo, significa que quienes critican actitudes o acciones del gobierno de turno de Israel, son antisemitas. Y esto constituye una verdadera aberración, un atentado a la razón, a la lógica y al sentido común. Y lo más importante: tiene la finalidad inequívoca de asegurarle impunidad al gobierno de Israel por los crímenes y atentados que perpetra contra los palestinos. Ya que, con ese criterio,  quien se atreva a criticar estas violaciones sistemáticas de los derechos humanos, atrae sobre sí el baldón indeleble de antisemita. Según la definición de Gorzy, la inmensa mayoría de la humanidad sería antisemita. Cuando lo que ocurre en realidad, es que la inmensa mayoría de la humanidad condena la política que vienen practicando sucesivos gobiernos de Israel, incluido por cierto el actual, contra los derechos vitales de los palestinos.

 En tal sentido, deseo formularle a Gorzy algunas preguntas.

 Quienes condenan el bloqueo de Israel a la Franja de Gaza por aire, mar y tierra, convirtiéndola en la mayor cárcel a cielo abierto del mundo, ¿son antisemitas? Este bloqueo es comparable al que mantiene Estados Unidos contra Cuba del punto de vista comercial, económico y financiero desde hace más de medio siglo y que, dicho sea de paso, ha sido condenado más de veinte veces consecutivas por todos los países de Naciones Unidas, con la única excepción de Israel junto a EE.UU..

Quienes condenaron la blitzkrieg de Israel contra Gaza en 2007-2008, la que provocó más de 1.400 muertos en ese estrecho territorio, ¿son antisemitas? 

Quienes condenaron los ataques mortíferos de Israel en aguas internacionales a dos Flotillas de la Libertad que llevaban insumos esenciales a la Franja de Gaza, varios de cuyos integrantes fueron luego encarcelados en territorio israelí, ¿son antisemitas?

Todos los países de la ONU (y constituyen su  gran mayoría) que condenaron el “muro de la vergüenza” que Israel sigue edificando de norte a sur  y que implica un robo considerable y la segregación de los territorios palestinos, ¿son antisemitas?

Todos los países de la ONU (y constituyen su gran mayoría) que una y otra vez condenaron la continuidad de la construcción de asentamientos israelíes en los territorios palestinos, incluido Jerusalén este, y reclamaron el cese de estas construcciones ilegales, tal cual lo solicitó la ONU en varias oportunidades, ¿son antisemitas?

El canciller israelí Avigdor Lieberman, un racista y xenófobo convicto y confeso, y que fue además enjuiciado por corrupción galopante, reiteró una y cien veces que  todos los palestinos debían ser expulsados del territorio de Israel y pedir refugio en los países vecinos. ¿Qué piensa Gorzy de la política de “limpieza étnica” de este caracterizado integrante del gabinete de Benyamin Netanyahu?

Obviamente, estas preguntas podrían multiplicarse. Pero quiero pasar a otra de sus afirmaciones, que es la siguiente: “Las Naciones Unidas acaban de sacar una resolución sobre el supuesto tratamiento que se le da a la gente de unas aldeas que eran de Siria y desde 1967 están del lado israelí, en momentos en que todos los días mueren cientos de sirios dentro de Siria, masacrados por su propio gobierno”.

Varias precisiones. No se trata de que “unas aldeas que eran de Siria y desde 1967 están del lado israelí”, sino que las tropas israelíes, como ejército de ocupación, se instalaron en los altos del Golán, territorio sirio, y se anexaron esa región. Es un acto de ocupación militar, que persiste. Veamos el segundo aspecto. Sin entrar al tema de quiénes son los que están masacrando a los sirios y quiénes les proporcionan las armas, pregunto: ¿Esas matanzas justifican las que por añadidura están perpetrando los israelíes en los territorios situados bajo su régimen de ocupación militar? ¿Unos crímenes justifican los otros?

El mismo argumento vale para otra afirmación que formula Gorzy en uno  de los reportajes aludidos, en el cual se queja  de que la gente en general no se muestra preocupada por la política del gobierno de Nigeria, o de Australia, o de Jamaica, o de Portugal, y sí por la política del gobierno de Israel. Volvemos al interrogante anterior. Supongamos que en los países citados se violan en mayor o menor grado los derechos humanos. ¿Eso justificaría las violaciones flagrantes y sistemáticas, los crímenes y usurpación de territorios, los bloqueos perpetrados por el gobierno de Israel?

A todo esto debe agregarse la situación dramática de los cientos de palestinos presos en las cárceles de Israel en condiciones infrahumanas. De ellos, 26 están detenidos desde antes de los acuerdos de Oslo de 1993; hay también mujeres detenidas y un jovencito de 14 años que fue objeto de torturas hasta el borde de la muerte. Cientos de presos han realizado una prolongada huelga de hambre, en muchos casos desde comienzos del año, en enero. Uno de ellos detuvo su huelga de hambre de 70 días con la promesa de ser liberado en mayo. Pero un número considerable sigue en prisión, y la promesa del gobierno israelí de liberarlos por tandas apenas si se ha cumplido por cuentagotas.

Todo esto ocurre en este año 2014, que ha sido declarado por las Naciones Unidas el Año de Solidaridad Internacional con el Pueblo Palestino. En nuestro país se realizó el 27 de marzo un acto organizado por la Comisión Nacional en Defensa del Agua y la Vida (CNDAV) y la Comisión de Apoyo al Pueblo Palestino (CAPP-U), que vinculó la lucha por la defensa del agua y la no privatización de sus fuentes en nuestro país con la lucha por el agua y la tierra para los palestinos, contra el “apartheid”.

Publicado en LA ONDA digital, Nº 666, 7 de abril 2014

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