Represión militar y violencia racista se combinan contra el pueblo palestino
Lo que está sucediendo estas semanas en Gaza y Cisjordania debería llevarnos a reflexionar a todos: algo nuevo y diferente debemos hacer para detener las múltiples manos criminales del sionismo.
Mohamed Abu Judair no solo fue secuestrado y asesinado. Fue torturado, acuchillado, mutilado, obligado a beber gasolina y quemado vivo (Abu Khdeir, Murdered Palestinian Boy Was Forced to Drink Gasoline, Then Burned to Death). Cuando hablemos de odio y de crueldad, recordemos esto. Al parecer, los autores de este crimen ya han sido arrestados y han confesado.
Sobre los tres jóvenes israelíes asesinados no sabemos aún nada cierto. Un grupo yihadista ha reivindicado el triple crimen, pero nadie le ha concedido excesivo crédito. Netanyahu ha acusado reiteradamente a Hamas, pero no ha presentado ninguna prueba. Hamas, por su parte, ha desmentido dicha acusación. Algunos sospechan que el secuestro y asesinato de los tres colonos ha podido ser obra de los servicios de inteligencia israelíes, precisamente para justificar lo que ha hecho: lanzar una brutal operación de represión en toda Cisjordania y una campaña de bombardeos en Gaza. Ciertamente, hay algunos aspectos oscuros en el proceder del gobierno y del ejército en la denominada operación “Guardián del Hermano”, en teoría destinada a descubrir y recuperar a los secuestrados. En primer lugar, para encontrar a unos secuestrados, no se pone en pie de guerra a todo un ejército para que registre miles de casas y detenga a más de 600 personas, invadiendo violentamente ciudades y pueblos. Este proceder es el habitual de un régimen dictatorial que pretende acabar con la oposición. Si el gobierno supo poco después del secuestro que los jóvenes habían sido asesinados, como parece plausible pensar tras conocer el contenido de la famosa llamada telefónica, ¿por qué no dijo nada y siguió adelante con su campaña represiva? ¿Dónde están los cuerpos de los tres jóvenes? ¿Se les ha realizado la autopsia? ¿Qué han dicho los forenses? Demasiado secretismo…
Los bombardeos de la Franja de Gaza han asesinado ya a ocho o nueve palestinos (Los bombardeos israelíes matan a ocho palestinos). Es probable que la cuenta aumente. Cuando leemos o escuchamos las informaciones de los medios hegemónicos, todo se presenta como que los palestinos lanzan cohetes contra Israel y este toma represalias. Pero no es así. En este blog hemos ofrecido suficiente información para saber que no es así.
En noviembre de 2012, Israel y Hamas llegaron a un acuerdo de alto el fuego. Hasta el 27 de noviembre de 2013 (fecha de la que dispongo de datos), el ejército israelí violó en 287 ocasiones el alto el fuego, por cuatro o cinco los palestinos (#GazaUnderAttack | Nov 27, 2013 | Full List of 287 Documented Israeli Cease Fire Violations – Updated). Pero cuando los palestinos lanzaron su primer cohete, todos los medios de comunicación hablaron de “ruptura del alto el fuego”. Estos son los hechos.
Ahora ha sucedido lo mismo. Los cohetes lanzados desde Gaza son en respuesta a agresiones de los israelíes, y no al revés. Pero los medios de comunicación presentan los hechos de forma completamente tergiversada. Ellos sabrán por qué y cuáles son los intereses que defienden.
En lo que va de año, Israel ha asesinado a 35 palestinos (35 Palestinians Killed By Israeli Fire Since The Beginning Of 2014). Si por tres israelíes muertos, los judíos pueden sembrar el terror en Cisjordania, ¿qué se supone que deberían hacer los palestinos por 35 compatriotas asesinados?
En estas semanas, desde el secuestro de los tres jóvenes israelíes, 830 palestinos han sido arrestados por las fuerzas de ocupación israelíes (830 Palestinians arrested since start of Israeli arrest campaign). Entre ellos se encuentran expresos que fueron puestos en libertad en el transcurso de las “conversaciones de paz” recién terminadas (14 Palestinian ex-prisoners go on trial today).
Uno de los jóvenes arrestados ha sido Tareq Judair, que se ha hecho tristemente famoso por ser el protagonista de un vídeo, un vídeo en el que se ve a dos policías israelíes darle una paliza monumental mientras le tenían sujeto en el suelo con las manos esposadas (Israel: policías se ensañaron con este joven palestino). ¡Y qué casualidad! Este chaval de 15 años, que es ciudadano de EEUU, es primo de Mohamed Abu Judair, el joven cruelmente asesinado por un grupo de colonos judíos. La crueldad israelí asoma por todas partes.
Junto a la campaña represiva del ejército, los ataques de los colonos judíos en Cisjordania se han incrementado notablemente (Escalating Settler Violence in West Bank). Grupos de colonos recorren las calles de las ciudades cisjordanas atacando a los hombres, mujeres y niños palestinos. Interceptan los coches para identificar a sus pasajeros: si son palestinos, recibirán una paliza. Se manifiestan gritando “¡Muerte a los árabes!” (Video: Israeli lynch mob hunts for Palestinians in Jerusalem) (hace lustros había otros energúmenos que gritaban “¡Muerte a los judíos!” mientras sembraban el terror por las calles alemanas y de otros países). No solo agreden a las personas, también dañan sus propiedades: sus coches, casas, cultivos, tierras, etc. Como criminales que son, matan, roban, incendian, agreden… El año pasado se realizaron 400 ataques de colonos contra palestinos en Cisjordania. La justicia israelí solo ha juzgado unos cuatro casos y no ha condenado a nadie.
Más de 1.500 niños palestinos han muerto a manos de los soldados israelíes desde 2000, otros 6.000 han resultado heridos y más de 10.000 han sido arrestados. En la actualidad, hay unos 200 niños palestinos en las cárceles israelíes (Latest statistic in the world’s longest ongoing horror-show)
Cada año, alrededor de 700 palestinos, de edades comprendidas entre los 12 y los 17 años, son arrestados, interrogados y detenidos por las fuerzas israelíes.
Como también ha habido protestas en el interior del estado de Israel, la policía detuvo solo el domingo pasado a 110 ciudadanos palestinos (110 young men arrested in pre-1948 Palestine).
Este monumental “castigo colectivo” ha alcanzado incluso a los pescadores gazatíes. Estos son objeto de hostigamiento diario por parte de la Armada israelí. Les acosan, les disparan, les detienen, les confiscan sus barcas y aparejos, incluso les matan. Todos los días. Un día tras otro, los habitantes de los pueblos costeros oyen los disparos de las cañoneras israelíes. ¿Por qué este acoso? Israel dice que en estas diminutas barquitas se introducen armas en Gaza. Y ahora viene la pregunta del millón: ¿y de dónde las traen estas barquitas? La Armada israelí patrulla continuamente la pequeña costa de Gaza. Sus barcos a motor persiguen fácilmente a los botes de pescadores. ¿Qué cuento es este? Una mentira más de Israel. El objetivo, inconfesable por ignominioso, es hacerles imposible la vida a los pescadores palestinos, que son cada vez menos debido a esta política de hostigamiento violento. No es una lucha contra el terrorismo, es una lucha cruel contra unos pescadores pacíficos que solo buscan ganarse la vida.
Pues bien, ayer Israel informó que ha decidido restringir el área de pesca permitida a los gazatíes a tan solo tres millas (IOA reduces fishing area for Palestinian fishermen). ¿Por qué? Son represalias por el lanzamiento de cohetes. Es decir, una vez más, se castiga a la población civil por las actividades armadas de los grupos palestinos. Este es el procedimiento de un estado delincuente. Es evidente que en ese reducido área no hay pesca suficiente, menos aún si se tiene en cuenta la extensa contaminación de las aguas costeras de la Franja de Gaza.
Las redes sociales hierven de mensajes racistas y de apologías de la violencia y del asesinato (Israeli Soldiers Publish Dozens Of Pictures, Posts, Calling For Murdering Arabs). Son mensajes de jóvenes israelíes. Son una clara muestra del palpitar de la sociedad israelí. Son mensajes acordes con algunas proclamas de algunos políticos israelíes, que han pedido matar a todos los presos palestinos, volver a ocupar Gaza, anexionarse la mayor parte de Cisjordania, por mencionar solo algunas. Muchos de esos mensajes son de soldados judíos. Piden “exterminar a todos los árabes”, “muerte a los árabes” y todas las variantes que imaginarse pueda de este objetivo infame y de clara naturaleza nazi.
También los políticos exhiben sus convicciones nazis. Un ejemplo es Ayelet Shaked, miembro de uno de los partidos de la coalición de gobierno y del parlamento israelí. Esta parlamentaria ha llamado en Facebook al genocidio de los palestinos (Israeli lawmaker’s call for genocide of Palestinians gets thousands of Facebook likes). Tras afirmar que “todo el pueblo palestino es el enemigo”, pide su exterminio, “incluyendo a sus ancianos y mujeres, sus ciudades y sus pueblos, sus propiedades y sus infraestructuras”. Este mensaje fue compartido más de mil veces y recibió alrededor de cinco mil “me gusta”. Todo dicho.
A veces, los hechos hablan por sí mismos. Este es el caso de la ocupación israelí de Palestina, una ocupación brutal en todas sus manifestaciones, cruel y basada en la violación sistemática de los derechos humanos. Solo hay dos formas de negar los hechos o su relevancia: mediante el fanatismo y la ideología sionista. El primero afecta, sobre todo, a los más extremistas y racistas; la segunda está caracterizada por la ceguera que produce la elevación de un valor a la categoría de absoluto, en este caso, el derecho de Israel a existir como “estado judío” en un territorio ocupado por la fuerza de las armas y mediante la limpieza étnica. Este objetivo, edulcorado con referencias al holocausto y el antisemitismo, solo tendrá “asegurado” su éxito cuando el pueblo palestino deje de existir. Esta es la tragedia que no quiere reconocer la ideología sionista.
Inspirado por el magistral análisis que Hanna Arendt realizó sobre la banalidad del mal con motivo del juicio contra Eichmann, os dejo con este vídeo. Es algo banal, tanto como el racismo que ha corroído a la sociedad israelí hasta los tuétanos. Pero un racismo que está causando un sufrimiento indescriptible al pueblo palestino.
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