María Landi: Jerusalén en situación de violencia creciente
Joan Cañete Bayle vuelve a abordar la situación de violencia en ascenso que se vive en Jerusalén Este a raíz del avance del proceso de judaización violenta que sufre la ciudad. Aquí se refiere a los acontecimientos trágicos de esta semana:
“El miércoles, cuando saltó la noticia del ataque en Ammunition Hill, los urgentes de la prensa internacional saltaron por doquier. Tres días antes, un colono de Cisjordania atropelló y mató a una niña de 5 años en la localidad palestina de Sinjil, y después se dio a la fuga, en lo que las autoridades palestinas calificaron de asesinato premeditado dentro de una cadena creciente de violencia por parte de los colonos. Por la niña palestina no hubo urgentes en la prensa internacional. A Abdel Rahman al Shaludi la policía lo abatió a tiros. Al colono que atropelló a Sinjil, la policía lo interrogó y lo dejó en libertad. El 16 de octubre, soldados israelíes mataron a Bahaa Sameer Mousa Bader, de 13 años, cerca de Ramala. Son tan sólo dos ejemplos recientes –los hay cada día a diario sin necesidad de llegar a la muerte (mezquitas quemadas, campos de olivos arrasados, la mecánica diaria de la ocupación…)– de esa calma que no es tal, que es la causa de la explosión de violencia que acabará sucediendo. De la violencia que ya está sucediendo, de hecho, lo que pasa es que hasta el ataque de Ammunition Hill era unidireccional, sólo afectaba a los palestinos.”
Originalmente publicado en Décima Avenida 2.0:
Ammunition Hill –la parada del tranvía de Jerusalén en la que el miércoles un palestino arrolló a los pasajeros de un convoy con su coche, en un atentado que acabó con la vida de una niña de tres meses y con la del propio atacante, abatido por la policía– es un intercambiador de transporte público: tranvía, autobús, taxi y un gran aparcamiento. Se alza en un lugar cercano a donde hubo una feroz batalla entre tropas jordanas e israelíes en la Guerra de los Seis Días y muy cerca de una gran comisaría en Jerusalén Este. De ahí que entre los centenares de personas que la transitan a diario haya siempre muchos uniformados de la miríada de fuerzas de seguridad israelíes, desde la policía a la Policía de Fronteras, pasando por jóvenes que cumplen el servicio militar en el Ejército.
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