LA POLICIA ISRAELI REALIZO UN ASALTO CLANDESTINO, SE LLEVO A UN PACIENTE Y ASESINO A SU PRIMO
Matan a un palestino en un hospital
El joven Abdalá Shalaldeh fue muerto por “mustaribines”, agentes de las fuerzas de seguridad israelíes infiltrados que hicieron la redada en un hospital de Cisjordania. Amnistía Internacional condenó la ejecución ilegal.
Agentes israelíes de civil, que supuestamente acompañaban a una mujer embarazada, realizaron un operativo en un hospital en Cisjordania matando a tiros al primo del hombre a quien había ido a arrestar. Llevando en silla de ruedas a un soldado disfrazado como una mujer embarazada, cuatro o cinco soldados vestidos como palestinos entraron a la sala a la madrugada, antes de sacar sus armas, dijo una enfermera. Mientras unos soldados custodiaban a las cuatro enfermeras de guardia, otros se dirigieron directamente a la habitación donde estaba siendo tratado Azzam Shalaldeh el hombre al que iban a buscar. “Nos pusieron contra la pared, con las manos en alto, amenazándonos con dispararnos si las bajábamos” dijo S.Z., una enfermera que pidió ser identificada solo por sus iniciales por temor a represalias por parte de los israelíes.
Las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad del hospital mostraban a un pequeño grupo de hombres entrando al hospital e inmediatamente después ingresaron unos veinte hombres de civil que pasaron frente a un cartel que decía: “Este hospital se encuentra bajo videovigilancia”. Instantes después, otra cámara captó imágenes en un pasillo contiguo, los mismos hombres vestidos con camperas, con los rostros disimulados bajo “kefies” (pañuelo tradicional árabe), capuchas o gorras, desenfundando armas de fuego cortas y largas. Entre ellos, la mujer embarazada, que era en realidad un hombre disfrazado e integrante del equipo, acelerando la marcha en la misma dirección. Dan la impresión de dirigirse hacia la habitación de la persona buscada. Ocho minutos más tarde, la primera cámara los filma saliendo del hospital y llevando en la silla de ruedas ya no a la mujer embarazada sino al individuo que parecían haber “arrestado”. Durante ese intervalo, Abdalá Shalaldeh, de 27 años, primo del sospechoso, fue abatido.
El Ministerio de Salud palestino indicó a través de un comunicado que el joven fue muerto por “mustaribines”, los agentes de las fuerzas de seguridad israelíes infiltrados. Estos agentes, miembros del ejército, de la policía o de la seguridad interior (Shin Beth), son especialistas en operaciones clandestinas. Se trata de judíos, árabes israelíes, drusos o beduinos, hablan árabe como los palestinos y se les parecen físicamente.
El director para Medio Oriente de Amnistía Internacional, Philip Luther, criticó el ataque. “El hecho de que Abdalá Shalaldeh recibiera disparos en la cabeza y en la parte superior del cuerpo sugiere que fue una ejecución extrajudicial”, denunció. “Las fuerzas israelíes tienen una larga historia de llevar a cabo ejecuciones ilegales en los territorios palestinos”, recordó.
El director del hospital, Jihad Shawar, explicó que cuando los agentes encubiertos partieron, el primo fue encontrado en el piso cubierto de sangre. Se intentó auxiliarlo pero ya estaba muerto, agregó. El Shin Beth y el ejército explicaron que las fuerzas israelíes abrieron fuego cuando un pariente del sospechoso intentó oponerse a su detención y los atacó.
La operación tenía por objetivo arrestar a Azam Shalaldeh, miembro de una familia de militantes de Hamas, la organización islamista enemiga de Israel. El 25 de octubre, Azam Shalaldeh, de 20 años, hirió gravemente a un israelí cerca de la colonia de Mezad, al noreste de Hebrón, según el servicio de seguridad interior. La víctima había logrado dispararle, pero el agresor logró huir. Bilal Shalaldeh, hermano del sospechoso Azam y por lo tanto primo del abatido Abdalá, contestó la versión israelí. Él también se encontraba en la habitación cuando ocurrieron los hechos.
“A la madrugada, entraron mustaribines en civil a la habitación blandiendo armas, arrestaron a mi hermano y a mí me ataron. Mi primo se encontraba en el baño en ese momento. Cuando abrió la puerta, sin ninguna advertencia, le dispararon cinco tiros”, relató. Los agentes israelíes impidieron al personal médico ayudarlo hasta que abandonaron la habitación, según él.
Viernes 13 de noviembre
Página 12
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