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COMISIÓN de APOYO al PUEBLO PALESTINO

Sionismo: Sobre provocaciones y perros de la guerra

26 enero 2019
 
Sionismo: Sobre provocaciones y perros de la guerra

Los partidos políticos israelíes han comenzado la campaña, para las elecciones legislativas de abril próximo teniendo como eje de acción el provocar la máxima inestabilidad en Oriente Medio, para que las posiciones más extremas sean las que tengan alguna opción y obliguen a aquellos más moderados a sumarse al coro de los perros de la guerra.

Sionismo: Sobre provocaciones y perros de la guerra

Las anticipadas elecciones legislativas en Israel, han desatado la carrera de los mencionados “perros de la guerra” – denominación que he usado con anterioridad, para referirme a esa unión entre colonos extremistas, políticos ambiciosos y belicistas y los perros que los acompañan en ejecutar sus políticas de ocupación, colonización y crimen. Una casta política con búsqueda de opciones que precipiten, ya sea estallidos sociales de la población palestina o la respuesta militar de los gobiernos de Siria e Irán frente a los bombardeos que la entidad sionista realiza sobre posiciones sirias, bajo la acusación que no permitirá presencia iraní en la zona. 

En ambas situaciones, a lo cual sumo las continuas provocaciones contra el Movimiento de Resistencia islámica de El Líbano – Hezbolá - cualquiera sea la legítima respuesta de los mencionados blancos de la política exterior sionista,  el régimen israelí alegara ser víctima de ataques a su “derecho a la existencia” con que suele embaucar al mundo desde el momento mismo de su nacimiento el año 1948, cuando la crisis de conciencia frente a los crímenes del nacionalsocialismo decidió a algunas naciones agrupadas en la ONU regalar un territorio que no les pertenecía. Ello, con el objeto de crear allí “un hogar nacional judío”, que en definitiva se convirtió en un territorio entregado para el uso y disfrute de un sionismo europeo, que además de ateo, tomó al judaísmo como rehén. 

Una entrega territorial, aparentemente humanitaria que ocultaba  lo que Jacques Hersh denominó “diseño inteligente” que implicaba el trazado de una arquitectura política internacional, dominada principalmente por estados Unidos y sus aliados occidentales en la región de Oriente medio a cuyo advenimiento podía contribuir la formación de una entidad ligada incondicionalmente a ese objetivo hegemónico que comenzaba a labrase  desde Washington. Así, el sionismo instrumentaliza la religión judía con el norte de servir a su interés político, concebido primero en los salones europeos y posteriormente determinado por Estados Unidos. 

Un sionismo que quiso mantener intacta la función social del judaísmo, para unificar al pueblo judío, pero eliminando al mismo tiempo su contenido místico. El rabino israelí, Yisroel Dovid Weiss ha señalado que ese régimen sionista, surgido de las cenizas de la segunda guerra mundial “no es heredero del judaísmo ni de sus enseñanzas y preceptos. Hay grandes diferencias entre el sionismo y el judaísmo, y los creadores del régimen de Israel, no sólo no respetan las enseñanzas del judaísmo, sino que no creen en Dios". Leyendo opiniones de antiguos miembros del parlamento israelí nos encontramos con aquellos que vislumbran el fin de la entidad sionista, por llevar en su seno el propio germen de su destrucción. 

Efectivamente, el ex portavoz del Knesset - Parlamento israelí - por el Partido Laborista, Avraham Burg ha dado a conocer su temor – que se ha ido comprobando indefectiblemente - que el experimento sionista lleva a la tragedia. Ya que los principios originales del Sionismo y los valores de la declaración de independencia han sido traicionados y que Israel se ha transformado en una entidad colonialista liderada por una camarilla corrupta de forajidos. En una entrevista publicada en el diario Haaretz, Burg afirmó que “la definición de Israel como estado judío llevará a su destrucción” En el sentido, que una sociedad que privilegia a los judíos, sólo es posible sostenerla mediante la violencia brutal y que la represión ejercida por el régimen israelí contra los palestinos, tiene paralelismos con lo que sufrieron los judíos bajo el Tercer Reich.

La referencia canina que daba al inicio de este artículo da cuenta de aquella opinión del fallecido ex diputado y periodista israelí Uri Avnery, respecto a la simbiosis entre los colonos extremistas, que están asentados en los territorios ocupados de Cisjordania y los perros utilizados por estos sionistas y el Ejército ocupante, para generar terror y atacar al pueblo palestino, una imagen simbólica que nos hace retroceder a esos campos de concentración del nacionalsocialismo donde se hacinaban: gitanos, judíos, prisioneros políticos, prisioneros de guerra, custodiados por guardias armados hasta los dientes y sus infaltables perros. Palestina es hoy un Estado dividido en dos grandes campos de concentración: la Franja de Gaza y Cisjordania.  

Una realidad que se acrecienta y donde cada uno de los candidatos sionistas, para las elecciones de abril ofrecen más y más prebendas a estos colonos extremistas y los partidos que los representan, para tener así una base de apoyo que les permita seguir manteniendo sus privilegios y el estado de guerra que tanto rédito les ha dado, desde el momento mismo del nacimiento de la entidad sionista el año 1948. El cumplimiento de esas promesas al núcleo duro del sionismo, obliga a mantener un estado de guerra permanente, provocar a vecinos, ocupar más territorio, asesinar día a día a palestinos, como una manera de mantener encendido los hornos del complejo militar-político-industrial israelí de una industria del genocidio que parece haber aprendido de su propia experiencia como pueblo.

Avnery constató que esta unión entre colonos y perros exige más guerra, más dosis de violencia, más territorios, más agua, más sometimiento. Un Avnery que terminó convencido que “cualquier tipo de paz entre Israel y el pueblo palestino estará basado, necesariamente, en ceder Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza al futuro Estado de Palestina…Esto significa que la paz, necesariamente, implica el desmantelamiento de un gran número de colonias y la evacuación de colonos a lo largo de Cisjordania”. Para Avnery esta presencia e influencia de colonos han dominado la gestión de gobierno israelí “oponiéndose a entregar siquiera una pulgada cuadrada de territorio del país que Dios nos prometió, (incluso los colonos que no creen en Dios creen que Él nos prometió la tierra). Por eso no hay negociaciones de paz, no hay congelación de la actividad inmobiliaria en las colonias, ningún movimiento de ninguna clase hacia la paz”

Esa realidad, descrita por el fallecido ex diputado no ha cambiado un ápice, más aún, el incremento de construcciones, la llegada de más y más colonos extranjeros, entre ellos 65 mil sionistas estadounidenses, ha significado que hoy Cisjordania cuente con 650 mil invasores distribuidos a lo largo y ancho de este territorio ocupado, concentrados fundamentalmente en torno a Al Quds, Bayt Lahm, Al Khalil entre otras ciudades y pueblos palestinos. Surcado además por un muro de 720 kilómetros de largo que serpentea por las ciudades y campos palestinos dejando claro que el sionismo no tiene intención alguna de concretar una negociación, que permita la conformación de un Estado Palestino. 

Entre perros no hay cornadas

Candidatos de diversas corrientes políticas israelíes, algunos de ellos ex militares unificados con el mismo objetivo: seguir siendo una entidad colonialista, racista y criminal, incrustada en Oriente Medio bajo el marco de una supuesta preeminencia mitológica en base a consideraciones de “pueblo elegido” para una “Tierra prometida” por una divinidad excluyente de otros pueblos que no sea el judío. Así, estos candidatos ya han comenzado su campaña con discursos y acciones destinadas a seguir generando la desestabilización regional, el asesinato del pueblo palestino, el ataque a países vecinos y mostrarse como el matón del barrio, cumpliendo el papel de títere de los intereses occidentales en la zona, como ha sido desde la Declaración Balfour el año 1917 y posteriormente con su nacimiento el año 1948. Las diferencias entre candidatos son mínimas y más bien sus programas, con relación a palestina y oriente medio son calcados con la misma moneda. Políticos clonados en su conducta violatoria de los derechos humanos.

Uno de esos candidatos a suceder a Netanyahu, es el ex Jefe del Estado Mayor del Ejército Sionista Benny Gantz (militar de familia Húngara) y miembro del Partido Resiliencia de Israel. Un aspirante, que durante la denominada Operación Militar “margen Protector” contra la Franja de Gaza entre julio y agosto del año 2014 se vanaglorió de haber devuelto a la Franja de Gaza “a la edad de piedra” mediante el bombardeo sistemático del enclave que se saldó con 2,310 muertos palestinos, el 80% de ellos civiles, 10 mil heridos y 475 mil desplazados. La operación militar de la cual tanto se felicita el ex Militar significó el asesinato der 369 niños y 284 mujeres palestinas en lo que se consideran crímenes de guerra.

Otro de los pretendientes al cetro sionista es el presentador de noticias Yair Lapid (cuya familia es de origen serbio) y que preside el partido Yesh Atid – hay un futuro en Hebreo – organización que tiene dos ejes políticos principales: orientar su acción a una clase media, principalmente asquenazi y la limitación del poder de los sectores ultraortodoxos. Lapid no ha entrado en el ruedo respecto al tema palestino, aunque en principio su movimiento era partidario de establecer conversaciones con la Autoridad Nacional Palestina. Pero, el ser parte de la coalición de gobierno, tras obtener un sorprendente segundo lugar en las elecciones del año 2013, alejó cualquier posibilidad de establecer vínculos que no estaban en los planes del gobierno de Netanyahu del cual fue su Ministro de Economía. De Yesh Atid no se espera un cambio radical en materia de asentamientos, muro, crímenes o detener el proceso de colonización. La preocupación de Lapid es la pauperización de la clase media, los subsidios a los ultra religiosos y que ese grupo esté exento de realizar el servicio militar. No existen propuestas de paz, devolver territorios ni avanzar hacia la autodeterminación palestina. 

El candidato a repetirse el plato es el actual Primer Ministro, Benjamín Netanyahu. Esto, a pesar de las acusaciones de corrupción que pesan sobre él, sin que hagan mella para que siga moviendo los hilos en el régimen israelí y donde seguramente volverá a ocupar el cargo de Primer Ministro por su partido, el Likud. Para ello se vale de todos los medios que el poder le proporciona en materia de política interna y externa. En lo local buscando apoyo en el partido Kulanu del Ministro de Finanzas Moshé Kahlon (hijo de colonos provenientes de Libia), como también volver a seducir a Yisrael Beitenu – hogar judío – del ex Ministro de Asuntos Militares Avigdor Lieberman (de origen Moldavo) cuyo retiro del gobierno de Netanyahu precipitó el llamado a elecciones anticipadas. Lo más probable es que Lieberman, negocie más carteras y mayores beneficios para los colonos y mantener sin cambios el derecho de los ultra religiosos de no hacer el servicio militar, para que, de esa forma de los votos necesarios al Likud y Kulanu para ser mayoría tras las elecciones de abril próximo. Parafraseando el dicho bovino, entre perros no hay cornadas.

De igual forma la nueva agrupación de la Ministra de Justicia, Ayelet Shaked (hija de padre iraquí) y el de educación Naftali Bennet (hijo de colonos estadounidenses), HaYemin HeHadash – Nueva derecha en hebreo - considerados parte del núcleo anti palestino y proclives a intensificar la guerra, la ocupación y la construcción de más asentamientos en los territorios ocupados pero, al mismo tiempo abrirse hacia el mundo secular, de tal forma de tener una sociedad absolutamente homogénea y en línea con los grandes objetivos del sionismo: impedir la autodeterminación palestina mediante la colonización, la ocupación  y la consolidación de un sistema de apartheid en los territorios ocupados, el bloqueo permanente de Gaza y las restricción de derechos para la población árabe-israelí. 

En el caso del Partido Laborista, dirigido por Avi Gabbai (hijo de colonos de origen marroquí), tiene escasas posibilidades de acceder a puestos de vanguardia, toda vez que se ha roto la alianza que se tenía en la llamada unión Sionista junto a la ex Ministra de Relaciones Exteriores Justicia Tzipi Livni (de familia Bielorrusa) líder del partido Hatnuah. Divorcio que se originó en virtud de la opinión de Gabbai de no poder seguir un camino político con quien desconoce su liderazgo. Ambos partidos han llamado a votar contra Netanyahu pero la realidad política israelí suele mostrar que a la hora de conformar alianzas las discrepancias actuales suelen ser promesas de cargos e influencias futuras. Cualquiera sea el camino seguido por el laborismo o Hatnuah no saldrán del esquema trazado en torno a no permitir la autodeterminación del pueblo palestino, seguir considerando a irán como su enemigo regional y fortalecer las fronteras artificiales a través de la construcción de muros.

Cada uno de estos candidatos, poseen un marcado sello antipalestino, de franca oposición y llamados a desestabilizar y combatir a la República islámica de Irán. Desarrollar políticas de alianza en forma más activa con Estados Unidos, al mismo tiempo que se estrechan lazos con monarquías árabes como aquellas ribereñas del Golfo Pérsico, incluyendo a la Casa al Saud y el régimen egipcio de Abdelfatah al Sisi, teniendo como eje de la política exterior el desafiar el poderío Iraní en la zona, ya presente en Siria y que ha implicado ataques de la Fuerza Aérea sionista contra instalaciones militares donde se acusa la presencia de asesores militares iraníes. Precisamente la campaña de Benjamín Netanyahu gira en torno a dos líneas: incrementar la ocupación de Palestina, generar nuevas unidades habitacionales en los asentamientos y concretar nuevos enclaves sionistas en Cisjordania. Intensificar el bloqueo contra Gaza lo que implica sumar día a día nuevos asesinatos de la población palestina y presentar como un peligro para la “seguridad de Israel” que las fuerzas de la resistencia, frente a los ataques permanentes del sionismo ocupen los escasos recursos que poseen, para contrarrestar a estos perros de la guerra.

En otro plano, aprovechando la guerra de agresión contra Siria, llevada a cabo por grupos takfiri, con apoyo justamente e Israel, sus socio saudí y bajo el manto protector de Washington, ha servido para que Netanyahu a través de una multimillonaria campaña mediática, voceada desde todos los grandes medios informativos manejados por el sionismo en estados Unidos, Francia, Gran Bretaña – donde se concentran las grandes agencias noticiosas – intensifique su campaña islamofóbica y sobre todo contra la República Islámica de Irán, signada hoy por Israel como su peligro más inmediato y contra quien hay que generar bombardeos, ataques selectivos y llamados para derrocar su gobierno. En el plano interno Netanyahu ha prometido recursos, carteras ministeriales, más apropiación de territorio palestino para satisfacer la voracidad de una jauría de perros rabiosos y sedientos de sangre. 

Para mostrarse al mundo en su papel de víctima permanente, Israel dice atacar a Siria, a las fuerzas iraníes presentes allí por petición del gobierno sirio, asesina palestinos, amenaza a Hezbolá y a las fuerzas del Eje de la Resistencia presentes también en Irak, porque necesita “defenderse” bajo el argumento que no está dispuesto a aceptar otro genocidio como el que vivió en la segunda guerra mundial. Todo ello parte de su fabulación crónica, de su estrategia de hasbara, del clásico síndrome de dispara y llora, del victimismo falsario con que nos tiene acostumbrado este régimen israelí, así sea con el Likud o el laborismo. 

En una conferencia sobre la Franja de Gaza, bajo el título “Gaza: Símbolo de Resistencia” celebrada en Teherán, la capital iraní, el vicepresidente de ese país Alí Akbar Salehi sostuvo que “Este régimen (israelí) sigue el camino de la opresión y la tiranía, por lo que no correrá otro destino que su destrucción”. Las palabras de la alta autoridad iraní se corresponden plenamente con la opinión de historiadores israelíes como Benny Morris quien ha señalado en una entrevista dada al medio israelí Haaretz que “Este lugar, Israel, se aproximará a su fin (...) en el Oriente Medio con mayoría árabe y la violencia entre los diversos grupos de la sociedad israelí aumentará. En 30 años los árabes exigirán el regreso de los refugiados palestinos, y los judíos seguirán siendo una pequeña minoría dentro de un gran mar de palestinos”. 

Es ese destino el que aterroriza a los políticos sionistas, quienes tratan de evitar lo que será inevitable, la completa eliminación del sionismo. Y esto pretenden evitarlo mediante una crónica política de provocación a países como Irán, Siria, a Hezbolá, atacándolos, generando estrategias de desestabilización, operaciones de bandera falsa, asesinando selectivamente a científicos nucleares, a líderes de la resistencia, armando grupos terroristas. Lanzando misiles, bombardeando su territorio y amenazando sus intereses, de tal forma que haya una respuesta, que en la estrategia político-militar del sionismo les de justificación y con ello a sus aliados, para plantearse una intervención militar que desate el competo caos en la región.  Pero, las provocaciones sionistas son  tan evidentes, tan propias de un régimen desesperado, que quedan al descubierto incluso para sus aliados y los organismos internacionales, que han llamado insistentemente a la calma so pena de tener una guerra que desestabilice por completo la región y se propague al resto del mundo. El problema es que los mencionados perros de la guerra son ciegos, sordos y mudos en materia de respeto al derecho internacional y a la vida humana. 

 

Fuente: 

https://www.telesurtv.net/bloggers/Sionismo-Sobre-provocaciones-y-perros-de-la-guerra-20190126-0001.html

 

Gideon Levy: No siento compasión por los colonos israelíes

por Gideon Levy

Haaretz – 19.12.2018

No simpatizo con la gente que se aprovecha de la tragedia. No tengo simpatía por los ladrones. No tengo simpatía por los colonos. No tengo compasión alguna por los colonos, ni siquiera cuando los golpea una tragedia. Una mujer embarazada resultó herida y su bebé recién nacido murió a causa de las heridas. ¿Qué puede ser peor que eso? Conducir por sus carreteras es aterrador; la oposición violenta a su presencia está creciendo. Pero no siento ninguna simpatía por su tragedia, ni siento compasión ni solidaridad.

Ellos son culpables, no yo, del hecho de que no pueda sentir el más humano sentido de solidaridad y dolor. No es sólo porque son colonos, violadores del derecho internacional y de la justicia universal; no es sólo por la violencia de algunos de ellos, y el asentamiento colonial de todos ellos; es también el chantaje con el que responden a cada tragedia lo que me impide llorar con ellos. Debajo del velo de la unidad santurrona e hipócrita, y la falsa muestra de dolor nacional por parte de los medios para avanzar en sus propios objetivos comerciales, hay que decir la verdad: su tragedia no es nuestra.

Su tragedia no es nuestra porque ellos se la han infligido a sí mismos y a todo el país. Es cierto que la culpa principal es de los gobiernos que cedieron ante ellos, ya sea con entusiasmo o por debilidad; pero los colonos tampoco pueden ser absueltos de culpa. El extorsionador −y no sólo quienes han cedido a la extorsión− también tiene la culpa.

Pero allí están: generaciones nacidas en tierras robadas, niñas y niños criados en una existencia de apartheid, entrenados para pensar que es justicia bíblica, y con apoyo del gobierno. Quizás no podemos culpar a quienes están asentados en tierras usurpadas por sus padres. Pero su tragedia no es la nuestra porque explotan cada tragedia para avanzar en sus objetivos de la manera más cínica.

Cuando un bebé muere, instalan casas rodantes [en tierra palestina]; cuando los soldados mueren defendiéndolos, no piden perdón a las familias de esos soldados (a pesar de ser culpables de las vidas que han sido segadas): sólo presentan demandas para blanquear sus crímenes. Y con estas demandas, crece el apetito de venganza: encarcelar aún más a sus vecinos, destruir sus hogaresmatar, arrestar, bloquear caminos y tomar más venganza.

Y si eso no fuera suficiente, sus propias milicias salvajes atacan a la población palestina, lanzan piedras a sus vehículos, prenden fuego sus campos y aterrorizan sus aldeas. No les alcanza con el castigo colectivo impuesto por el ejército y el servicio de seguridad Shin Bet, ejercido con crueldad y a menudo criminalmente. La sed de venganza de los colonos nunca se satisface. ¿Cómo es posible identificarse con el dolor de personas que se comportan así?

Es imposible identificarse con su duelo, porque Israel ha decidido no mirar todo lo que se hace allí, en la tierra de Judea. Cuando eres capaz de ser indiferente a la ejecución de un joven con discapacidad mental por parte de los soldados, también puedes ser indiferente a la muerte de una mujer embarazada a manos de palestinos. Cuando se ignora los acontecimientos en el campo de refugiados de Tulkarem, también se puede ignorar lo que ocurre en el cruce de Givat Assaf.

Es ceguera moral ante todo lo que pasa. Yesha no está aquí; ese es el precio que se paga por la falta de interés en lo que ocurre en los territorios y por ignorar la ocupación, bajo cuyo patrocinio se establecen las colonias. Presupuestos gigantescos se vuelcan allí sin despertar la menor oposición pública, por lo cual también hay indiferencia sobre el destino de los colonos y sus tragedias. El pedazo de tierra que han tomado no le interesa a la mayoría de los israelíes, que viven en la tierra de la negación; y ese es el precio.

No tenemos por qué disculparnos por la falta de interés y de empatía. Ellos mismos, los colonos, se lo han buscado. Quienes nunca han mostrado el menor interés en el sufrimiento de sus vecinos palestinos (que ellos han causado); quienes predican todo el tiempo que el puño de hierro debe estar siempre apretado para torturarlos aún más, no merecen que simpaticemos con ellos, ni siquiera en su hora de dolor.

No me alegro de que sufran, pero no siento compasión por su dolor. El verdadero dolor lo padecen sus víctimas: tanto las que sufren sumisamente como las que toman su suerte en sus manos y tratan de resistir a una realidad violenta de manera violenta, y a veces también asesina. Las y los palestinos son las víctimas que merecen compasión y solidaridad. 

 

 

Por presión judía expulsan a un comentarista de la CNN que denunció la ocupación israelí

Una gran campaña de los grupos de presión judíos de Estados Unidos afines al gobierno israelí ha provocado el despido de la CNN de Marc Lamont Hill, un profesor que ha denunciado la ocupación israelí y ha pedido la creación de un estado único con igualdad ante las leyes para israelíes y palestinos.

por EUGENIO GARCÍA GASCÓN – Jerusalén – 11.12.2018

El profesor Marc Lamont Hill ha sido expulsado de la CNN, donde trabajaba como comentarista político, por la presión de los grupos sionistas de Estados Unidos a causa de un discurso que pronunció en las Naciones Unidas el 29 de noviembre, coincidiendo con el Día de la Solidaridad con el Pueblo Palestino que la ONU celebra desde hace tres décadas.

El despido de Hill, de 39 años, ha provocado una avalancha de comentarios y críticas en las redes sociales, donde ha habido judíos progresistas de Estados Unidos que han pedido a la CNN que reconsidere su decisión y readmita al profesor. Las numerosas protestas no han servido para nada por el momento.

 

El segmento conflictivo de su discurso fue el siguiente: "Tenemos una oportunidad no solo para ofrecer nuestra solidaridad con palabras, sino para comprometernos con acción política, acción de base, acción local y acción internacional, que nos darán lo que la justicia requiere. Y eso es una Palestina libre del río (Jordán) al mar (Mediterráneo)".

 

En su alocución, Hill propuso el fin de la idea de los dos estados y recuperó la idea de crear un estado único desde el río hasta el mar con igualdad de derechos para judíos y árabes, que en realidad es una vieja idea que Israel ha rechazado, aunque los israelíes actúan en la Cisjordania ocupada como si fuera parte integral del estado judío, a pesar de las leyes internacionales y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.Además, Hill recordó que en Israel hay más de 60 leyes aprobadas por el parlamento que privan a los palestinos israelíes de derechos básicos, una situación que probablemente no se da en ninguna otra parte del mundo.

 

Los grupos judíos se lanzaron inmediatamente a la yugular de Hill. Primero fue el cónsul de Israel en Nueva York, el colono Dani Dayan, quien marcó la pauta calificando al profesor díscolo de “racista, intolerante y antisemita”, y añadiendo que su declaración equivalía a “una esvástica pintada en rojo”.

 

Inmediatamente, un gran número de organizaciones judías, incluida la controvertida Liga Antidifamación, saltaron a la palestra con acusaciones similares. No faltaron periodistas, como Ben Shapiro, analista de la Fox, quien dijo que Hill había pedido “el asesinato de los judíos”, o Seth Mandel, editor ejecutivo del Washington Examiner, para quien el discurso de Hill pedía “el genocidio de los judíos”.

 

Otros significativos defensores de la ocupación israelí señalaron que “una Palestina libre del río al mar” es el lenguaje que utiliza Hamás. Pero estos sionistas no dijeron que esa misma expresión se encuentra en la Carta fundacional del Likud, el partido del primer ministro Benjamín Netanyahu. Aunque la Carta fundacional del Likud se reformó en 1999, la nueva Carta utiliza exactamente el mismo lenguaje.

 

La maquinaria sionista de Estados Unidos, bien engrasada por el ministerio de Asuntos Estratégicos de Israel, se puso a trabajar a fondo en los días siguientes al discurso de Hill. Estuvieron activos toda suerte de grupos sionistas como la Jewish Community Federation de San Francisco, que ha creado direcciones en internet para que se despida o se bloqueen las carreras de quienes critican la ocupación, como es el caso del profesor Hill.

Hill denunció la opresión en la que viven cinco millones de palestinos de Cisjordania y Gaza, quienes no tienen pasaporte, una situación también única en el mundo, debido a la ocupación militar que sufren desde hace más de medio siglo. Y recalcó que el 20% de la población israelí que es palestina vive como si fueran ciudadanos de segunda o tercera clase dentro de su propio país.

 

La reacción sionista fue la esperada. En Estados Unidos existen infinidad de grupos que son muy activos a la hora de marcar de cerca a quien se aparta del discurso oficial de Israel. Canary Mission, por ejemplo, es una organización de este tipo que persigue específicamente a los estudiantes universitarios que se significan denunciando la opresión que sufren los palestinos.

 

Otra organización judía muy activa, CAMERA, persigue en especial a los periodistas considerados enemigos, y sus miembros escriben cartas a los medios que denuncian la ocupación, inundando las redacciones con misivas en una acción perfectamente coordinada para acallar las críticas. Hay también grupos intolerantes establecidos por judíos sionistas estadounidenses o israelíes que llaman a los árabes “sucios árabes”, “animales” o “antisemitas”, simplemente por criticar a Netanyahu o sus políticas en los territorios ocupados.

En la misma CNN, la cadena que ha expulsado a Hill, hay comentaristas radicales que apoyan el sionismo extremo, como es el caso del exsenador Rick Santorum, quien, dicho sea de paso, ha hablado en más de una ocasión de Israel “del río al mar” sin que la cadena CNN haya adoptado contra él ninguna sanción. Algunos periodistas han recordado que la CNN es uno de los medios más radicales de Estados Unidos en este asunto, y figura entre los que emiten más propaganda sionista.

Estos sionistas establecen habitualmente una identidad entre la resistencia a la ocupación y el terrorismo, a pesar de que las leyes internacionales distinguen claramente entre los dos conceptos, y la resistencia a la ocupación está plenamente reconocida en la legislación internacional.

 

 

NO SE EQUIVOQUEN QUE NETANYAHU NO ES UN HOMBRE DE PAZ

Por Jonathan Cook, 23.11.2018  

  Mientras los nacionalistas de línea dura acumulan capital político al exigir públicamente un ataque a Gaza, el primer ministro de Israel está optando por mantener a los palestinos sin voz y aislados.

Los palestinos en Gaza pudieron respirar un poco más tranquilos la semana pasada, ya que las precarias conversaciones de alto el fuego sobrevivieron a un intenso intercambio de ataques de dos días que amenazó con desatar otro ataque militar a gran escala por parte de Israel.  

A última hora del martes, luego del más intenso episodio de violencia en cuatro años, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y Hamás, el movimiento islámico que gobierna Gaza, aprobaron una tregua a largo plazo negociada por Egipto. Ambos están dispuestos a evitar una explosión de ira popular en Gaza, cuyas consecuencias serían difíciles de predecir o contener.

El pequeño enclave tiene el mínimo soporte vital, después de haber sufrido tres ataques devastadores y sostenidos por parte de Israel, así como un bloqueo sofocante, durante la última década. Miles de hogares están en ruinas, el agua es casi imposible de beber, la electricidad escasea y el desempleo es alto. Pero como suele ser el caso, el destino inmediato del enclave está en manos de políticos israelíes desesperados por convertirse en el jefe beligerante de Israel y, por lo tanto, cosechar un dividendo electoral.

Las elecciones cobran ahora mucha importancia después de que Avigdor Lieberman, el halcón ministro de Defensa de Israel, renunció el miércoles a raíz de los enfrentamientos. Acusó a Netanyahu de "capitular ante el terrorismo" al aceptar el alto el fuego. Lieberman se lleva consigo a un puñado de legisladores dejando a la coalición gobernante con una estrecha mayoría de escaños parlamentarios. Los rumores abundaron durante el fin de semana de que otro partido, el ultranacionalista Hogar judío, estaba a punto de abandonar la coalición.

De hecho, Netanyahu riesgosamente provocó estos eventos. Él había allanado el camino a una tregua a principios de este mes al aliviar el bloqueo. Se permitió el ingreso de combustible al enclave, así como 15 millones de dólares en efectivo de Catar para cubrir los salarios adeudados a los trabajadores del sector público de Gaza.

En ese momento crítico, Netanyahu aceptó una incursión encubierta del ejército israelí en lo profundo de Gaza. Cuando los soldados fueron expuestos, el tiroteo resultante dejó siete palestinos y un comandante israelí muertos.Las dos partes subieron la apuesta: Hamás lanzó cientos de cohetes hacia Israel, mientras el ejército israelí bombardeó el enclave. Los ataques aéreos mataron a más de una docena de palestinos.

Lieberman habría expresado indignación por la transferencia del dinero de Catar a Gaza y afirmó que sería imposible rastrear cómo se gastó. El alto el fuego resultó ser la gota final.Los líderes de Hamás se jactaron de haber creado un "terremoto político" con la renuncia de Lieberman. Pero las ondas de choque no pueden limitarse tan fácilmente a Israel.

Curiosamente Netanyahu ahora suena como la voz más moderada de su gabinete. Los colegas políticos están exigiendo a Israel que "restaure su poder disuasivo", un eufemismo por volver a arrasar Gaza.Naftali Bennett, el jefe del partido de los colonos Hogar Judío, denunció el alto el fuego como "inaceptable" y exigió el puesto vacante del ministerio de Defensa.

También hubo disparos de parte de la llamada izquierda de Israel. El líder opositor del Partido Laborista, Avi Gabbay, dijo que Netanyahu era "débil", mientras que el ex primer ministro Ehud Barak dijo que se había "rendido a Hamás bajo el fuego".Sentimientos similares son compartidos por el público. Las encuestas indican que el 74 % de los israelíes está a favor de una actuación más dura.

Sderot, cercano a Gaza y atacado por cohetes, estalló con amenazadoras protestas. Los carteles con el eslogan "Bibi Go Home", con el apodo de Netanyahu, fueron evidentes por primera vez en el corazón de su partido.Con este tipo de incitación, una elección a la vista y acusaciones de corrupción sobre su cabeza, Netanyahu puede encontrar difícil resistirse a elevar la temperatura en Gaza una vez más. Pero también tiene fuertes incentivos para calmar las cosas y apuntalar el gobierno de Hamás.

La sugerencia de algunos comentaristas de que Netanyahu ha abierto una nueva era como "hombre de paz" no podría ser más errónea. Lo que distingue a Netanyahu de su gabinete no es su moderación, sino que tiene la cabeza más fría que sus rivales de extrema derecha. Él cree que hay mejores maneras que atacar para lograr su objetivo político principal: el socavamiento del proyecto nacional palestino. Esto fue lo que quiso decir el miércoles cuando atacó a los críticos por no tomar en cuenta "el panorama general de la seguridad de Israel".

A nivel práctico, Netanyahu ha escuchado a sus generales, quienes advierten de que si Israel provoca la guerra con Hamás, puede encontrarse mal equipado para enfrentar las consecuencias en otros dos frentes, el Líbano y Siria.Pero Netanyahu tiene preocupaciones aún más profundas. Como observó el veterano analista militar israelí Ben Caspit: "para Netanyahu lo único más peligroso que enredarse en la guerra es enredarse en la paz".

El ejército israelí ha respondido a meses de protestas masivas no violentas en gran parte en el cerco perimetral de Gaza matando a más de 170 manifestantes palestinos y mutilando a otros más.Las protestas podrían convertirse en un levantamiento. Los palestinos que asaltan la cerca que los aprisiona son una eventualidad para la cual el ejército israelí no está preparado. Su única respuesta sería matar masivamente a los palestinos o volver a ocupar Gaza directamente.

Netanyahu preferiría reforzar a Hamás -con lo que puede controlar las protestas- antes que enfrentar una reacción internacional que lo conmine a negociar con los palestinos. Además un alto el fuego que mantiene a Hamás en el poder en Gaza también garantiza que Mahmoud Abbas y su Autoridad Palestina, con sede en Cisjordania, puedan mantenerse al margen.

Ese fue en parte el motivo por el cual Netanyahu, en contra de sus instintos normales, permitió la transferencia del dinero de Catar, al que se había opuesto la Autoridad Palestina. No es solo un golpe para Hamás, es una bofetada a Abbas.

Una Palestina desunida, dividida territorial e ideológicamente, no está en posición de ejercer presión sobre Netanyahu, ya sea a través de Europa o de las Naciones Unidas, para iniciar conversaciones de paz o ceder la condición de Estado a Palestina. Eso es mucho más apremiante, dado que la Casa Blanca insiste en que el plan de paz del Presidente Trump, demorado por mucho tiempo, se dará a conocer dentro de los próximos dos meses.

Las filtraciones sugieren que los Estados Unidos pueden proponer un "ente" separado en Gaza bajo la supervisión de Egipto y financiado por Catar. En este sentido, el alto el fuego debe considerarse un primer paso hacia la creación de un pseudo-Estado palestino en Gaza.

Los palestinos están ahora atrapados entre la espada y la pared. Entre exaltados violentos como Lieberman, que quieren más matanzas en Gaza, y Netanyahu, que prefiere mantener a los palestinos tranquilos y en gran parte olvidados en su pequeña prisión.

Fuente: https://www.jonathan-cook.net/2018-11-18/netanyahu-not-man-peace/


En los medios estadounidenses Israel es intocable

Puedes atacar a los palestinos en América interrumpidamente, pedir su expulsión y negar su existencia. Simplemente no te atrevas a decir una mala palabra sobre Israel, el santísimo lugar.

Haaretz

Marc Lamont Hill es un escritor y conferencista en comunicaciones estadounidense en la Universidad de Temple en Filadelfia y analista de la CNN. La semana pasada durante un discurso en una conferencia de las Naciones Unidas, pidió "una acción internacional que nos brinde lo que requiere la justicia y eso es una Palestina libre desde el río hasta el mar".

En cuestión de horas los cielos se colapsaron en una histeria bien orquestada. Seth Mandel, editor del Washington Examiner, acusó a Hill de haber llamado al genocidio judío; Ben Shapiro, un analista de Fox News, lo llamó un discurso antisemita; el cónsul Dani Dayan tuiteó que las declaraciones de Hill eran como "una esvástica pintada de rojo", la Liga Antidifamación dijo que eran equivalentes a pedir que Israel fuera borrado del mapa. El resultado inevitable no tardó en llegar y la CNN despidió al analista rebelde ese mismo día.

¿Cómo se atreve? ¿En qué estaba pensando? ¿Dónde creía que estaba viviendo, en una democracia con libertad de expresión o en un país donde el diálogo sobre Israel está bajo la seria censura del oficialismo judío y la propaganda israelí? Hill intentó afirmar que se oponía al racismo y al antisemitismo y sus comentarios estaban destinados a apoyar el establecimiento de un Estado binacional, laico y democrático. Pero él no tuvo una oportunidad.

En la realidad de mano dura que ha tomado el control sobre el diálogo en los Estados Unidos no hay espacio para expresiones que puedan ofender a la ocupación israelí. En un día liberal está permitido decir "dos estados" siempre que lo hagas en voz baja.

¿Qué hubiera pasado si Hill hubiera pedido el establecimiento de un Estado judío entre el Jordán y el mar? Habría seguido a salvo manteniendo su trabajo. Rick Santorum, el exsenador, dijo en 2012 que "ningún palestino" vive en Cisjordania. Nadie pensó en despedirlo. Incluso el crítico de Hill, Shapiro, hizo un llamado en el pasado para la limpieza étnica de los palestinos en los territorios (él retrocedió unos años después) y no le sucedió nada.

Puedes atacar a los palestinos en EE.UU sin interrupción, llamar a expulsarlos y negar su existencia. Solo no te atrevas a tocar a Israel, el lugar santísimo, el país que existe por encima de la sospecha. ¿Y los límites de la chutzpah? Israel y el oficialismo judío siguen acusando a los medios de comunicación, incluida la CNN, de calumniadores de Israel. No hay peor broma que esa. Trate de publicar un artículo crítico sobre Israel en un periódico convencional de Occidente, cada vez es más difícil, más a menudo imposible. Pero nada satisfará el hambre del león, cuanto más protesta, más fuerte se vuelve.

La palabra clave, por supuesto, es antisemitismo. Se ha escrito mucho sobre el uso que Israel y sus partidarios hacen del antisemitismo. Y funciona maravillosamente, es una palabra mágica que silencia a las personas. Todavía no ha habido una sola crítica de la ocupación que no esté etiquetada de antisemitismo. Todo es antisemitismo: Hill es antisemita porque prefiere una solución de un solo estado, Roger Waters es antisemita porque así lo describió Gilad Erdan en una conferencia sobre propaganda en Alemania la semana pasada. UNRWA es antisemita. Y por supuesto BDS. El mundo entero está contra nosotros.

La semana pasada hubo mucho alboroto por una encuesta mundial de antisemitismo realizada por CNN. Resulta que los judíos no son tan odiados como le gustaría a Israel, solo el 10 por ciento dijo que tenía sentimientos negativos sobre ellos. Casi cuatro veces más personas dicen que no les gustan los musulmanes. Junto con sus aspectos preocupantes, la encuesta señala más que algunas verdades que no se pueden negar. El 28% de los encuestados dijo que el antisemitismo en sus países es el resultado de la política israelí. Un tercero cree que Israel aprovecha el Holocausto para avanzar en sus posiciones. Uno de cada cinco pensaba que los judíos tenían demasiada influencia en los medios de comunicación.

Despida a más analistas que se atrevan a criticar a Israel o sugieran soluciones justas a la ocupación y más personas encuestadas dirán lo que todos saben: los judíos e Israel tienen un grado increíble de influencia en los medios occidentales. Ahora puedes llamarme antisemita también.

Fuente: https://www.haaretz.com/opinion/.premium-cnn-firing-marc-lamont-hill-proves-israel-is-untouchable-in-u-s-media-1.6702572

 

Lo que quiere Gaza

por Haidar Eid * 

La conspiración internacional de silencio sobre la escalada del genocidio sionista contra dos millones de civiles en Gaza indica complicidad  

 

Cuatro años después de que las fuerzas de ocupación israelíes perpetraran una masacre sobre la población de Gaza, la tercera en cinco años, el apartheid israelí insiste en cometer más delitos al atacar a los civiles que protestan pacíficamente todos los viernes y exigen su derecho de retorno autorizado internacionalmente a las ciudades y aldeas de las que fueron limpiados étnicamente en 1948.

La última ronda de crímenes de guerra israelíes ha resultado en una nueva masacre, desde el 30 de marzo, cuando se llevó a cabo la primera de una serie de marchas en la parte este de la Franja de Gaza, más de 220 civiles inocentes, entre ellos 34 niños y 5 mujeres, han sido asesinados brutalmente mientras se manifestaban de forma no violenta. Más de 2.000 han sido heridos, algunos muy críticos. (Estadísticas tomadas del Ministerio de Salud de Gaza).

Los manifestantes palestinos afectados por el gas lacrimógeno durante la represión de las fuerzas terroristas israelíes por la Gran Marcha del Retorno en el sur de la Franja de Gaza el 15 de mayo de 2018.

A medida que nosotros, los palestinos de Gaza, emprendemos nuestro largo camino hacia la libertad, hemos llegado a la conclusión de que ya no podemos confiar en los gobiernos, en cambio, solicitamos que los ciudadanos del mundo se opongan a estos crímenes mortales en curso. El hecho de que las Naciones Unidas y sus numerosas organizaciones no hayan condenado esos crímenes demuestra su complicidad. También hemos llegado a la conclusión de que solo la sociedad civil puede movilizarse para exigir la implementación del derecho internacional y poner fin a la impunidad sin precedentes de Israel.

Nuestra inspiración es el movimiento antiapartheid. La intervención de la sociedad civil fue efectiva a fines de la década de 1980 contra el régimen de apartheid de la Sudáfrica blanca. El notable Nelson Mandela antes de su muerte y el arzobispo Desmond Tutu, entre otros activistas contra el apartheid, no solo describieron el control opresivo y violento de Israel sobre los palestinos como apartheid, sino que también se unieron a este llamado para que la sociedad civil del mundo vuelva a intervenir.

De hecho, esperamos que las personas de conciencia y las organizaciones de la sociedad civil presionen a sus gobiernos hasta que Israel se vea obligado a respetar el derecho internacional y el derecho internacional humanitario. Funcionó el siglo pasado. Sin la intervención de la comunidad internacional -que fue efectiva contra el apartheid en Sudáfrica-, Israel continuará con sus crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.

Necesitamos ser más específicos sobre nuestras demandas. Queremos que las organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo intensifiquen la campaña de sanciones contra Israel para obligar a Israel a poner fin a su agresión.

Se ha vuelto absolutamente claro que la conspiración internacional de silencio hacia la escalada del genocidio que se está produciendo contra los dos millones de civiles en Gaza indica complicidad en estos crímenes de guerra.

Ya es hora de que la comunidad internacional exija que el prepotente Estado de Israel, un Estado [un régimen] que ha violado todas las leyes internacionales que uno puede pensar, ponga fin a su sitio medieval en Gaza y compense la destrucción de la vida y la infraestructura que ha causado al pueblo palestino.

Pero esto también debe incluirse en un conjunto de demandas que deben realizar todos los grupos de solidaridad con Palestina y todas las organizaciones internacionales de la sociedad civil que aún creen en el Estado de derecho y en los derechos humanos básicos:

- El fin del asedio impuesto a los palestinos de la Franja de Gaza desde 2006 por votar en contra de la solución ficticia de dos estados y los Acuerdos de Oslo.

- La protección de las vidas y bienes civiles, según lo estipulado en el Derecho Internacional Humanitario y la Ley del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, como el Cuarto Convenio de Ginebra.

- Que los refugiados palestinos en la Franja de Gaza reciban apoyo material para hacer frente a las inmensas dificultades que están experimentando a manos de las fuerzas de ocupación de Israel.

- Reparaciones inmediatas y compensación por toda la destrucción llevada a cabo por el ejército en la Franja de Gaza.

- Responsabilizar a los generales y líderes israelíes por los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad cometidos contra los civiles de Gaza.

 - El fin de la ocupación, el apartheid y otros crímenes de guerra cometidos por Israel.

¿Por qué es mucho pedir? ¿Fueron los movimientos contra el apartheid y los derechos civiles demasiado exigentes para pedir el fin de todas las formas de racismo, institucionales y de otro tipo? ¿Y se equivocó la comunidad internacional al escuchar sus llamadas?

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* Haidar Eid es profesor asociado de literatura poscolonial y posmoderna en la Universidad al-Aqsa de Gaza.
Mondoweiss. Traducido del inglés para Rebelión por J.M. Extractado por La Haine

Texto completo en: https://www.lahaine.org/bG5a


 

Israel mata a un jefe militar de Hamás y a seis palestinos en una operación encubierta en Gaza

Un teniente coronel de los comandos isarelíes muere durante la acción. El escudo Cúpula de Hierro intercepta tres de los 17 cohetes lanzados desde la Franja

La aparente calma que reinaba en Gaza en los últimos días ha saltado por los aires en la noche de este domingo tras una operación encubierta de Ejército de Israel en el sur de la Franja que ha causado la muerte de siete palestinos, entre ellos un alto jefe militar de Hamás. El Ejército confirmó la muerte de uno de sus comandos infiltrados, un teniente coronel de operaciones especiales identificado solo con la letra M. Poco después se activaron las alarmas antiaéreas en poblaciones israelíes cercanas ante el lanzamiento desde el enclave costero de 17 cohetes, tres de los cuales fueron interceptados por el escudo antimisiles Cúpula de Hierro. El incidente armado, el más grave registrado desde hace un mes entre ambas partes, pone en entredicho la consecución del acuerdo de tregua con Israel en Gaza en el que estaban mediando Egipto y Naciones Unidas.

Un portavoz del Ejército israelí se limitó a informar en un primer momento de que se había producido un intercambio de disparos en torno a las 21.30 horas durante una operación militar en Jan Yunes, al suroeste de la Franja. Posteriormente confirmó la muerte del oficial de los comandos, así como que otro de los militares había resultado herido en la operación. La misma fuente militar negó que se hubiese tratado de un asesinato selectivo o un intento de secuestro del jefe militar de Hamás, dando a entender que los comandos encubiertos estaban llevando a cabo una misión de inteligencia tras las líneas enemigas cuando fueron descubiertos. "Las acciones del oficial muerto no pueden ser publicadas, pero merecen nuestro reconocimiento", dijo el portavoz militar, citado por el diario Haaretz.

Fuentes de Hamás dieron una versión bien distinta. Según su información, la unidad encubierta israelí había penetrado en territorio palestino en un vehículo civil abrió fuego contra el grupo en el que se encontraba Nur Baraka, de 37 años, comandante de la fuerza de élite responsable de construcción de túneles de las Brigadas Ezedin Al Qasam, el brazo armado del movimiento islamista que gobierna de facto en el Gaza desde 2007. Tras la muerte de su jefe, milicianos de Hamás atacaron al comando infiltrado israelí, que tuvo que retirarse bajo intensa protección aérea. Los aviones israelíes dispararon más de 40 misiles en una amplia zona, causando la muerte de cuatro uniformados islamistas y de dos civiles.

Las autoridades de Gaza han decretado el estado de máxima de alerta. Las Fuerzas Armadas israelíes han pedido a la población de las localidades próximas que se mantenga cerca de los refugios antiaéreos. Las actividades escolares han quedado suspendidas este lunes, así como el servicio de trenes que circula por la zona. La radio israelí ha informado de un masivo despliegue de refuerzos con carros de combate y del intenso sobrevuelo de helicópteros y cazas. Al menos tres de los 17 cohetes lanzados desde la Franja fueron interceptados por el escudo antimisiles Cúpula de Hierro. Un gabinete de crisis militar se encuentra reunido de forma permanente en la sede del Ministerio de Defensa en Tel Aviv.

El primer ministro Benjamín Netanyahu, que se encontraba en París asistiendo a los actos de conmemoración del fin de la Primera Guerra Mundial, anticipó en la noche del domingo su regreso a Israel. El mandatario había declarado en la capital francesa que su Gobierno estaba intentado evitar “una guerra innecesaria” al autorizar la entrega de ayuda exterior a la Gaza para contener un "colpaso humanitario" ante la volatilidad de la situación interna. "No hay una solución política para Gaza", advirtió, "igual que no la hay con quienes quieren destruir a Israel, como Irán o el ISIS", Con el visto bueno israelí, Qatar ha distribuido durante el fin de semana 15 millones de dólares para el pago de salarios atrasados a decenas de miles de funcionarios. Las autoridades de Doha también han enviado combustible al enclave en los últimos días para duplicar la capacidad de suministro de la única central eléctrica del territorio.

 

Fuente: https://elpais.com/internacional/2018/11/11/actualidad/1541974197_699728.html?rel=mas

 

ROGER WATERS, ACTO en Local Central del PIT-CNT

ROGER WATERS, ACTO en Local Central del PIT-CNT