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COMISIÓN de APOYO al PUEBLO PALESTINO

LA CÁRCEL SECRETA ISRAELÍ 1391

LA CÁRCEL SECRETA ISRAELÍ 1391

Martes 09 de setiembre de 2008

LA CÁRCEL SECRETA ISRAELÍ 1391

 

Fuente: FDLP*, La Haine.org

El Guantánamo de Israel. Al contrario del campo de concentración norteamericano, la cárcel sionista nunca ha sido inspeccionada por parte de ninguna institución “independiente”, como la Cruz Roja Internacional

 

Enclavada en medio de Palestina ocupada, rodeada por altos muros y flanqueada por dos torres de control que garantizan la guardia militar y la vigilancia permanente al entorno de la zona, desde afuera, la cárcel 1391 se asemeja a cualquier otra estación de policía construida por los británicos en los años treinta durante su mandato en Palestina, las que, en su mayoría, son utilizadas como bases militares y cuya única referencia son carteles en los que sólo se escriben números.

 

La cárcel 1391 cercana a la Línea Verde, es decir, a la frontera entre “Israel” y Cisjordania, es diferente a las demás, ya que no solo no aparece en los mapas sino que fue borrada de las vistas aéreas y recientemente le quitaron el cartel que la señalaba y en el cual solo tenia una cifra escrita.

 

La censura eliminó de la propaganda israelí toda mención al lugar en que se encuentra dicha cárcel, con al alegato gubernamental de que la compartimentación y la confidencialidad son necesarias “para preservar la seguridad del estado”.

 

Según abogados israelíes, los periodistas extranjeros que divulgaron información secreta sobre esta cárcel están amenazados de ser expulsados de “Israel”, pero a pesar de los intentos del gobierno de ocultar todo detalle al respecto, se filtró información sobre sucesos terribles que ocurrieron en esa cárcel a lo largo de una década. Tal y como la describió un diario: la cárcel 1391 se considera “el Guantánamo de Israel”, en referencia al campo de detención para los prisioneros de Al Qaida y del Movimiento Talibán que mantiene Estados Unidos en la zona suroriental de Cuba, donde está enclavada una base militar yanqui contra la voluntad de los cubanos.

 

En septiembre del año 2003, en un informe emitido por un grupo internacional de expertos legales, presidido por Richard Goldstone, juez de la Corte Constitucional de Sudáfrica y quien fuera fiscal en la Corte Internacional sobre los Crímenes de Guerra cometidos en la ex Yugoslavia y Rwanda, se describe al campo de detención X-Ray (Rayos Equis), como “un agujero negro” en el que se pierde todo el que entra, ya que los detenidos son despojados de sus derechos humanos, sin la protección de los Acuerdos de Ginebra.

 

El informe añadió que “los estados no pueden mantener a los prisioneros políticos que tiene bajo su responsabilidad, en zonas fuera de la jurisdicción de cualquiera de las cortes internacionales”.

 

A pesar de que la cárcel israelí 1391 carece de fama en comparación con la de Guantánamo, viola las leyes internacionales y humanas de manera más atroz. Al contrario del campo de detención X-Ray, la opinión pública no conoce el sitio de la cárcel israelí, ni existen fotografías, de cerca o de lejos, de ninguno de los prisioneros, como las que fueron tomadas en los calabozos del Centro de Detención de Guantánamo.

 

Al contrario del centro de detención norteamericano, la cárcel sionista nunca ha sido revisada ni inspeccionada por parte de ninguna institución independiente, como la Cruz Roja Internacional. Todo lo que allí sucede es un misterio.

 

El fiscal “Goldstone” anunció que en el campo de detención X-Ray hay alrededor de 662 personas sin “argumento legal” pero nadie, excepto un número reducido de oficiales de seguridad y el gobierno israelí, conoce el número de los detenidos en la cárcel secreta 1391. Testimonios ofrecidos por ex prisioneros políticos que estuvieron en ese penal suponen que está atestado de prisioneros, muchos de ellos libaneses apresados durante la ocupación militar israelí al Sur de El Líbano, a lo largo de 18 años.

 

Cuatro meses después de revelarse por primera vez la existencia de esa cárcel, el gobierno israelí aún rechaza divulgar cualquier información valiosa sobre ella. “Todo el que ingresa a esa cárcel desaparece y probablemente para siempre”, aseguró la abogada israelita, Lina Tsamil, especializada en la defensa de los palestinos. La letrada añadió que “no hay ninguna diferencia entre esa cárcel y cualquier otra dirigida por dictadores racistas sudafricanos”.

 

Los pocos datos disponibles señalan que los métodos de interrogación incluyen tortura síquica y corporal de manera rutinaria. El prisionero político Mustafá Al-Dirani, secuestrado en El Líbano por las fuerzas especiales israelíes en el año 1994 y de quien Israel reconoció fue trasladado a la cárcel 1391, denunció que había sido violado por algunos soldados destacados en la penitenciaría.

 

Las primeras referencias públicas sobre esa cárcel estuvieron a cargo de la abogada Tsamil, en vísperas de la agresión militar israelí a las ciudades de la Ribera Occidental en el contexto de la Operación Muro Protector” en abril del 2002. Desde entonces esa cárcel, según parece, fue utilizada para retener a los prisioneros políticos extranjeros, mayormente jordanos, libaneses, sirios, egipcios o iraníes.

 

El Comité de Apoyo a los presos en Nazaret señaló que hay 15 prisioneros extranjeros árabes cuyos nombres desaparecieron de los registros israelíes sobre los prisioneros políticos que mantiene detenidos.

 

Se han llevado a cabo numerosas operaciones de secuestro sobre todo en El Líbano, cuya autoría se atribuye a Israel. En el año 1982 desaparecieron en Beirut cuatro funcionarios gubernamentales iraníes, de los que no se sabe nada, aunque sus familiares le exigen a Tel Aviv información sobre el destino de los desaparecidos, en el contexto de la operación de intercambio de prisioneros negociada recientemente entre Israel y Hezbollah.

 

En vísperas de las detenciones masivas llevadas a cabo en abril del 2002, que hicieron aumentar al máximo la población penal en las cárceles israelíes, también fue enviado un grupo de prisioneros políticos palestinos a la cárcel 1391, lo cual fue ocultado dentro de la gran anarquía que imperó en ese momento producto de la devastadora actividad militar israelí en las zonas palestinas.

 

Hasta septiembre del 2002, la abogada Tsamil, y la organización israelí de derechos humanos, “Hamukid”, exigieron a Israel en las cortes internacionales información sobre esa cárcel y solicitaron, por vías legales, conocer el paradero de los palestinos desaparecidos como prueba de que aún estaban con vida.

 

Las autoridades israelíes, al verse en una situación tan embarazosa, reconocieron que los hombres desaparecidos estuvieron detenidos en la cárcel secreta; pero sin añadir más detalles. Todas las solicitudes de información fueron transferidas a Madi Harb, jefe de la sección antiterrorista adscrita a la prisión Kichun, cerca de Haifa. Desde que comenzaron a presentarse las demandas de información y otras acusaciones, Israel reconoció la detención de un reducido número de palestinos en la cárcel 1391, pese a que muchos prisioneros políticos dijeron que habían estado en esa cárcel y que luego fueron trasladados, entre ellos el secretario del Movimiento Al Fatah en Cisjordania, Marwan Al-Barguti, quien está siendo juzgado actualmente.

 

Israel alega que todos los prisioneros políticos fueron trasladados a cárceles normales y que uno de ellos nombrado Bachar Jadallah, de 50 años, hombre de negocios de Nablus, fue puesto en libertad.

 

Bachar Jadallah y su sobrino Mohammad Jadallah, de 23 años, fueron arrestados el 20 de noviembre del 2002, en el Puente Al Linbi, después de haber cruzado la frontera entre Israel y Jordania.

 

Tras su liberación, Mohammad Jadallah confesó que fue obligado a reconocer que era miembro del Movimiento Hamas debido a las torturas a las que fue sometido.

 

El ex prisionero Bachar Jadallah dijo, por su parte, que no fue golpeado ni torturado físicamente como sucedió con el resto de los prisioneros y que quizá ello se deba a su avanzada edad, pero que sí fue sometido durante varios meses a un duro aislamiento y detenido junto con otras personas que jamás había visto ni sabía por qué estaban allí, sencillamente lo intimidaron.

 

Estuvo en una celda pequeña de dos metros cuadrados, sin ventanas y pintada de negro, con una lámpara de luz tenue encendida las 24 horas del día. Le prohibieron visitas del abogado y encontrarse con otros detenidos. También le dijeron que estaba detenido “en la Luna”, cuando uno de los prisioneros preguntó sobre el lugar donde se encontraba. No se le permitía ver nada fuera de su celda.

 

Y añade Bachar: “me obligaban a vendarme los ojos cada vez que me sacaban de la celda cuando me trasladaban a cualquier otro lugar, como el cuarto de interrogatorio o la enfermería. Sólo me quitaban la venda cuando estábamos en un lugar cerrado”.

 

La organización Hamukid se refirió a la opinión dada por alguien con experiencia científica como el Doctor Yahukim Stain, de Jerusalén, especialista en enfermedades mentales, sobre la influencia del encarcelamiento en las condiciones mencionadas.

 

Dice el Dr. Stain que, sobre la base del tratamiento al ex prisionero Jadallah y otros detenidos políticos palestinos quienes dieron su testimonio sobre las condiciones de su encarcelamiento, se demostró que fueron sometidos a tortura síquica lo cual conllevó la aparición de “síntomas de temor, sumisión, debilidad, malnutrición, insomnio, inactividad, estimulantes síquicos, además de prohibirles todo tipo de comunicación tanto con los abogados como con los familiares e incluso hasta con los propios carceleros o con el resto de los prisioneros”. En conjunto, ello representa un método de tortura bien estudiado que tiene como objetivo debilitar la capacidad de resistencia al interrogatorio y obligarlos a someterse totalmente a los interrogadores.

 

Esas circunstancias, además del dolor producido por las torturas o la amenaza de utilizarlas, conjuntamente con el miedo a la muerte o a sólo pensar que eres una persona olvidada, convierten al prisionero en un ejemplo vivo de lo que el Doctor Stain llama el terror que causa daño psíquico.

 

Jadallah, por su parte, dijo que “mi desconocimiento del lugar de detención o el sólo hecho de no ver las caras de otros detenidos me aterrorizó sobremanera. Lo más difícil era la sensación de que me podían desaparecer sin que mi familia supiera nunca lo que me había sucedido”.

 

La reflexión que hace sobre su aislamiento y las condiciones de la cárcel, coincidían con los testimonios de otros detenidos, compilados por la abogada Tsamil y la organización Hamukid. Todos describieron la humedad, los colchones malolientes, “el cubo” que se empleaba a manera de retrete y que raramente estaba vacío, la pila de agua de la celda controlada por un guardia invisible, un ruido muy alto que les impedía dormir y un aire acondicionado que era utilizado para matarlos de frío.

 

Dichos testimonios incluían también una descripción detallada de los métodos de tortura, los mismos que fueran prohibidos por la Corte Suprema de Justicia Israelí en el año 1999.

 

La presidenta del Comité Popular contra la Tortura, Hanna Fredman, dijo que su grupo registró un aumento notable de los casos de tortura en las cárceles israelíes durante la Intifada. En un censo estadístico reciente aparece que el 58 por ciento de los prisioneros políticos palestinos denunciaron la utilización de la violencia contra ellos como fuertes golpes, puntapiés, vibraciones violentas, así como la obligación de pararse o sentarse durante largos períodos en posiciones incómodas, además de ser esposados de pies y manos tan fuertemente que causaba dolor.

 

Prácticas como esas y peores aún ocurren diariamente en la cárcel 1391. Según testimonio ofrecido por el prisionero Mohammad Jadallah, era golpeado repetidamente, maniatado fuertemente y atado a una silla de manera dolorosa, además de que le prohibían hacer sus necesidades y le impedían dormir, y si lo hacía lo rociaban con agua fría. Miembros de la Inteligencia le mostraban fotos de su familia y lo amenazaban con hacerles daño si no colaboraba con ellos.

 

Sobre ello dice Mohammad, “me mostraron fotos de mi papá con el uniforme de preso y me proyectaron un video de él como si también lo tuvieran detenido. Me amenazaron con detenerlo y torturarlo”.

 

Los palestinos que pasaban por esa cárcel secreta estaban bajo la autoridad del aparato de seguridad general, Shabak, responsable de las investigaciones en todos los centros de detención israelíes normales, mientras que los demás detenidos extranjeros eran responsabilidad de una sección especial de la inteligencia militar llamada “Unidad 504”. El trato dado a los detenidos extranjeros fue revelado por documentos presentados a la Corte que investiga el caso de Al-Dirani, quien fue hecho prisionero en su casa en El Líbano, en mayo de 1994, en un intento de la inteligencia israelí por obtener información sobre el destino del piloto israelí, Run Arad, cuyo avión fue derribado en el sur de El Líbano, en 1986.

 

El ciudadano británico Yehad Shuman, detenido en Jerusalén en enero del 2001 y a quien Israel acusa de pertenecer a Hezbollah, también estuvo en la cárcel 1391 durante tres noches, en las que fue golpeado salvajemente por los soldados.

 

Shuman cuenta que “me quitaron la venda de los ojos y vi a 15 soldados armados parados alrededor mío, algunos portaban palos. Me golpearon, empujaron y apuñetearon por detrás, luego me interrogó un hombre que vestía uniforme y quien me dijo: "tienes que reconocer o será tu fin y nadie sabrá que te pasó, o reconoces o mueres"”.

 

Se sospecha que otra instalación en Al Khudera, al sur de Tel Aviv, fue también una cárcel secreta hasta los años 70a. Ex dirigentes de la Cruz Roja Internacional, quienes siguieron el caso de los prisioneros durante la primera Intifada, entre 1987-1993, dijeron que la organización conoció, a inicios de la década del 80, que Israel mantenía detenidos en secreto a los palestinos en un pabellón especial del centro de detención militar, cerca de la ciudad de Nablus, conocido como Al-Faria, por lo que sospecharon que quizá Tel Aviv poseía muchas cárceles secretas que utilizaba según las iba necesitando. Durante la ocupación al sur de El Líbano se utilizaron muchas de esos penales secretos. Es posible que por la cantidad de presos políticos palestinos acumulados durante el pasado, que los israelíes se hayan visto obligados a abrir esas cárceles.

 

Otras organizaciones internacionales han expresado su temor de que Israel pueda estar alquilando los servicios de esas cárceles a otros países, específicamente Estados Unidos, tras la reciente agresión a Irak.

 

La Cruz Roja Internacional aseguró que no hay ningún iraquí detenido en la cárcel X-Ray y que la actual confusión que reina en Irak quizás haga imposible saber quién es detenido y adonde es llevado.

 

Fuentes diplomáticas dijeron que existen fuertes indicios de que los Estados Unidos utiliza a Jordania para interrogar a los prisioneros iraquíes, para no verse obligado a aplicar las leyes internacionales y estar lejos de la Cruz Roja Internacional, la que está autorizada a entrar en el campo de detención X-Ray.

 

Egipto, Marruecos y Pakistán también están entre los países sospechosos de ofrecer ese tipo de servicios.

 

Las fuentes dijeron que “resultaría sorprendente que Israel, el más fiel aliado de Washington y del cual sabemos que posee al menos una cárcel secreta, no le haya brindado esos servicios a Estados Unidos. Tel Aviv tiene experiencia desde hace décadas en la utilización de la tortura y de métodos de interrogación con los prisioneros palestinos y árabes. Esas son habilidades de las que Estados Unidos tienen gran necesidad luego de la ocupación de Afganistán e Irak”.

 

* Frente Democrático para la Liberación de Palestina

 

Lunes 08 de setiembre de 2008

UN PUEBLO PALESTINO SE ENFRENTA AL REINO DEL TERROR DEL EJÉRCITO ISRAELÍ

 

Por Jonathan Cook*, CounterPunch / Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

La ventana a través de la cual Salam Amira, de 16 años, filmó el momento en que un soldado israelí disparaba casi a bocajarro contra un detenido palestino, que se encontraba esposado y con los ojos vendados, tiene un gran agujero en el centro con multitud de hendiduras en los muros allá por donde se mire.

 

“Desde que se difundió mi video, los soldados no paran de disparar contra nuestra casa”, dijo la muchacha. Las destrozadas y agrietadas ventanas de la parte central del edificio confirman su historia. “Cuando dejamos abiertas las ventanas, también disparan gases lacrimógenos hacia el interior de la casa”.

 

Su hogar da justo sobre el control de carretera establecido por Israel para vigilar la única entrada al pueblo de Nilin, situado en el interior de Cisjordania, justo a medio camino entre Jerusalén y Tel Aviv. Fue allí donde el pasado mes de julio se le disparó una bala de goma en una pierna a un palestino esposado y con los ojos vendados, Ashraf Abu Rahma, de 27 años, en cumplimiento de la orden dada por un comandante de un regimiento israelí.

 

El trato dispensado a la familia ofrece un agudo contraste con la indulgencia mostrada hacia el soldado y el comandante implicados en ese incidente.

 

B’Tselem, un grupo israelí por los derechos humanos, ha acusado al ejército israelí de intentar “vengarse” del papel desempeñado por la muchacha al mostrar cómo actúan sus fuerzas armadas en Cisjordania.

 

Puede que así esperen también disuadir a otras familias de airear pruebas similares sobre la brutalidad del ejército, especialmente desde que B’Tselem empezó a distribuir docenas de vídeo-cámaras entre los palestinos de Cisjordania.

 

Las escenas captadas en unas filmaciones de colonos encapuchados atacando a unos granjeros palestinos cerca de Hebrón conmocionaron a mucha gente a principios de verano.

 

El pueblo de Nilin se ha convertido en el centro de las acciones del ejército israelí desde el mes de mayo, cuando sus 4.700 habitantes decidieron dar comienzo a una campaña de manifestaciones pacíficas a fin de parar la construcción del muro de separación que Israel construye a través de sus tierras.

 

Una vez que el muro esté terminado, al pueblo se le habrá arrebatado el 40% de la tierra agrícola que le quedaba, que pasará a propiedad de la media docena de grandes sentamientos judíos que rodean Nilin. Ante el derecho internacional, todos esos asentamientos son ilegales.

 

Varias veces a la semana, los habitantes del pueblo, a los que se une un pequeño grupo de simpatizantes israelíes y de varias nacionalidades, se congregan en los olivares donde los buldózer se dedican a destrozar la tierra arrancando los árboles y los cultivos para dejar sitio al muro.

 

La gente de Nilin ha ensayado diversas formas de protesta no violenta, como ponerse a rezar en medio del camino de la maquinaria pesada, utilizar espejos para que la luz del sol se refleje en los trabajadores de la construcción, hacer sonar cacerolas y sartenes y colocar durante la noche piedras en el camino de los buldózer.

 

El ejército ha respondido con gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento y en ocasiones con balas de acero cubiertas de caucho y munición real. El pasado mes se informó que Israel estaba también experimentando con un nuevo método para dispersar muchedumbres que implica disparar líquidos pestilentes contra los manifestantes.

 

En las últimas semanas, el ejército ocupante disparó contra dos muchachos, de los que uno de ellos, Ahmed Moussa, tenía diez años. El ejército afirmó que les estaba tirando piedras. La autopsia mostró que había sido alcanzado en la cabeza por una bala procedente de un rifle M-16.

 

Esta semana, un soldado disparó a corta distancia tres balas de caucho contra Awad Surur, un minusválido psíquico, cuando intentó impedir que su hermano fuera arrestado. Dos balas penetraron en su cráneo, según B’Tselem, que denunció que el ejército se muestra cada vez más temerario y de gatillo fácil.

 

La familia de Salam, como muchos otros habitantes del pueblo, aguanta las heridas que recibe por asistir a las protestas. Casi todos los cinco hermanos han resultado alcanzados por balas de caucho, al igual que su padre, Yamal Amira, de 53 años. El ejército ha acordonado el pueblo en varias ocasiones y, según relatan sus habitantes, ha golpeado y aterrorizado a sus habitantes.

 

El Sr. Amira está entre los al menos 100 campesinos cuyos medios de vida se verán aniquilados por el muro. Perderá todas las 14 hectáreas de tierra que posee, los campos de los que han vivido todos sus antecesores cultivando olivos, pepinos, berenjenas y tomates.

 

Pero los cinco minutos que Salam filmó sobre el incidente acaecido en el bloqueo de carretera durante un toque de queda de cinco días impuesto contra la aldea, sólo ha servido para agravar aún más los problemas de la familia.

 

Tres días después de que se difundiera el vídeo, el ejército arrestó a su padre durante una protesta pacífica. Fue el único detenido tras afirmar el ejército que los manifestantes habían entrado en una zona militar prohibida. El Sr. Amira fue asimismo acusado de atacar a un soldado.

 

Durante tres semanas y media se le tuvo detenido antes de que un juez del ejército israelí rechazara la petición de éste para que siguiera en prisión preventiva durante tres meses más hasta el día fijado para el juicio.

 

En medio de una reprimenda casi sin precedentes en un proceso judicial, el juez cuestionó los argumentos del ejército, diciendo que no encontraba prueba alguna de que ese ataque se hubiera producido. También preguntó por qué el padre de Salam fue el único detenido de entre todos los participantes en la protesta.

 

El abogado del Sr. Amira, Gabi Laski, dijo que la decisión judicial confirmaba “nuestra anterior afirmación de que el arresto fue un acto de venganza y castigo por el vídeo filmado por su hija”.

 

Sin embargo, el Sr. Amira todavía tiene que hacer frente a un juicio militar. Un informe del pasado año de Yesh Din, un grupo de derechos humanos, halló que en sólo en el 0,25% de los casos abordados por tribunales militares se declaraba inocente al acusado. Incluso aunque sea absuelto, el Sr. Amira tendrá que pagar unos costes legales que alcanzan la suma de casi 10.000 dólares USA (36.700 dirhams), una suma que la familia dice no poder pagar.

 

En contraste, los dos soldados responsables de los disparos al detenido en el bloqueo de carretera han sido reprendidos con la acusación menor de “conducta inapropiada”. Ni siquiera se les va a someter a juicio criminal. B’Tselem ha tachado de “vergonzosa” la decisión.

 

Bajo la ley israelí, según el grupo legal de la Asociación de Derechos Civiles en Israel, el castigo por abusos graves a un detenido es de siete años de cárcel. Los abogados de ACRI han presentado una petición alegando que la indulgente acusación “transmite a los oficiales y al resto de soldados un mensaje extremadamente grave de desprecio hacia la vida humana”.

 

El teniente coronel Omri Borberg, el comandante que dio la orden de disparar a Abu Rahma, renunció a su puesto pero fue de inmediato trasladado subrepticiamente a un puesto superior en otra unidad. En una muestra de apoyo, Gabi Ashkenazi, el jefe del ejército, dijo el que el teniente coronel Borberg podía ser restituido a un puesto de mando.

 

Mientras tanto, los vecinos del pueblo dijeron que la conducta del ejército no iba a disuadirles de sus protestas ni iba a hacer que renunciaran a su compromiso con la no violencia.

 

Salah Hawaja, uno de los organizadores de las protestas, dijo: “Cuando dimos comienzo a nuestras manifestaciones, solían aparecer unos cincuenta soldados. Ahora hay cientos de ellos estacionados permanentemente alrededor de nosotros. Israel nos está tratando como si esto fuera una zona importante de guerra, aunque lo único que utilizamos son métodos pacíficos”.

 

“La gente de Nilin tiene asumido que la mejor estrategia para parar los planes de Israel de robar nuestra tierra y dejarnos encerrados en un gueto es la no violencia”, dijo el Sr. Hawaja.

 

“Necesitamos mostrar al mundo quién es el ocupante y quién el ocupado. Israel interpreta esto como una amenaza, por eso es por lo que pone en marcha tanta fuerza contra nosotros”.

 

Hay abierta una cuenta para ayudar a la familia de Amira. Pueden enviarse las donaciones a: Amira Legal Defense Fund, PO Box 1335, Kafar Saba, Israel 44113, extendidas a “Matte Hacoalitsia”. O bien, hacer la donación a través de PayPal: tinyurl.com/6fekjc

* Jonathan Cook es un escritor y periodista que vive en Nazaret, Israel. Sus últimos libros son: “Israel and the Clash of Civilizations: Irak, Iran and the Plan to Remake the Middle East” (Pluto Press) y “Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair” (Zed Books).

Lunes 08 de setiembre de 2008

FIN DE UN SUEÑO:

TRES ESTUDIANTES CONDENADOS POR SER PALESTINOS

Por Oscar Abou-Kassem, Publico / España

Cuando el avión que le transportaba desde Francfort aterrizó en Washington, Fidaa Abed estaba seguro de que por fin iba a poder comenzar su nueva vida en Estados Unidos.

Un par de días antes, el 30 de julio, se había despedido de su familia y amigos en Gaza. Durante los dos próximos años iba a cursar un máster de informática en la Universidad de San Diego, California. Había logrado una de las prestigiosas becas Fulbright que otorga el Departamento de Estado.

Tras abandonar el avión, se dirigió al control de pasaportes. Antes de alcanzarlo, un agente de inmigración se acercó y le pidió que le acompañara. “Me dijo que era la primera vez que veía que cancelaban un visado dos días después de expedirlo”, cuenta Abed.

No se podía creer que tuviera que regresar a Gaza. La mismísima Condoleezza Rice, la secretaria de Estado, había intercedido ante las autoridades israelíes para que él y los otros dos estudiantes palestinos con la misma beca pudieran salir de Gaza para estudiar en Estados Unidos.

SIN FUTURO

”Si no puedes dar a los jóvenes un horizonte completo para sus expectativas y para sus sueños, entonces no creo que haya futuro alguno para Palestina”, declaró Rice el 30 de mayo, cuando se enteró que las autoridades israelíes no dejaban salir a los estudiantes palestinos de Gaza.

La intervención de Rice permitió cosas nunca vistas antes. Como Israel no permite a los palestinos de Gaza viajar a Jerusalén para tramitar sus visados para Estados Unidos, un miembro del consulado estadounidense se desplazó hasta Erez, la frontera entre Israel y Gaza, para entrevistarse con los tres jóvenes.

AL ATERRIZAR EN EEUU, DESCUBRIÓ QUE SU VISADO ESTABA CADUCADO

Les tomó las huellas dactilares y recopiló toda la información necesaria para tramitar los visados. Tres semanas después, el 30 de julio, los visados fueron aprobados.

Pero dos días después el visado de Abed y el de los de los otros becados, Zohair Abu Shaban y Osama Dawoud, habían sido cancelados. Cada uno de ellos recibió la misma carta del consulado estadounidense en Jerusalén.

”Ha aparecido cierta información que le impide ser admitido en Estados Unidos”, se puede leer en el segundo párrafo de la misiva oficial. Los estadounidenses admitieron haber recibido información facilitada por las autoridades israelíes sobre los tres estudiantes.

”Estamos convencidos de que se trata de un error, un error político”, afirma Abed. Pese a exigir ver las pruebas aportadas por los israelíes nunca obtuvieron respuesta.

Ahora temen haber sido incluidos en un registro que les impida volver a solicitar el visado de entrada en Estados Unidos en al menos diez años. “Tengo un hermano estudiando en Canadá desde 2003. Por lo visto él no era tan peligroso”, ironiza Abed.

Los tres jóvenes becados con la Fulbright deberían estar ahora matriculados en los cursos previos de adaptación a sus estudios de posgrado en sus respectivas universidades en Estados Unidos.

Pese a la imposibilidad que tienen los palestinos de Gaza para tramitar sus visados en el consulado estadounidense de Jerusalén, la carta recibida les pide un último esfuerzo burocrático: que envíen sus pasaportes al consulado para cancelar físicamente el sello del visado.

”Nunca hemos tenido problemas con los israelíes ni con nadie”. “Lo único que hemos hecho en nuestra vida es estudiar. Si los israelíes tuvieran algo contra nosotros no nos hubieran dado el permiso inicialmente”, afirma Abushaban, de 24 años, sentado junto a los otros dos estudiantes en una terraza frente a la playa de Gaza.

Al obtener la Fulbright, rechazaron otras becas concedidas y varias ofertas de trabajo que ahora no pueden recuperar.

”Necesitamos tiempo para recuperarnos. Han destruido nuestros futuros. Queríamos completar nuestros estudios en el extranjero, cosa que aquí no podemos, para regresar y ayudar a nuestra gente. Eso era lo que nos impulsó a pedir las becas”, dice Abushaban, que iba a completar su formación en ingeniería eléctrica en la Universidad de Connecticut.

ECONOMÍA DESTRUIDA

”La economía en Gaza está destruida y las familias no se pueden permitir mandar a sus hijos a estudiar estudios de posgrado al extranjero. La única manera es a través de las becas”, se lamenta Dawoud, de 25 años. Los tres se quedarán en Gaza. El lugar que para un millón y medio de palestinos se ha convertido en la prisión más grande del mundo.

Los colonos y los soldados israelíes abandonaron la franja en el verano de 2005. Desde entonces, todas las fronteras de Gaza permanecen bajo estricto control militar israelí.

El paso de Rafah, que permite el movimiento de personas entre Gaza y Egipto y que tendría que ser supervisado por observadores de la Unión Europea, permanece casi todo el año cerrado por imposición israelí.

Tras la victoria electoral de Hamás y la posterior toma de control de Gaza por parte de los islamistas en junio de 2007, Israel ha endurecido el bloqueo. Los israelíes declararon al territorio “entidad hostil” y fueron respondiendo con castigos colectivos, además de las habituales operaciones militares, al lanzamiento de cohetes palestinos contra las poblaciones cercanas, en especial Sderot.

Al igual que en las cárceles, los habitantes de Gaza dependen de sus contactos para lograr los productos que necesitan.

Sin ningún tipo de importación de materias primas y sin posibilidad de exportación, el 95% de las empresas ha cerrado. Mientras en Cisjordania el paro alcanza el 22%, en Gaza la cifra es del 45%.

”No quiero que se abra la frontera con Egipto, quiero que se abra el paso directo con Cisjordania. Mi sobrino se casó el mes pasado en Cisjordania y nadie desde Gaza pudo ir a su boda”, dice Ali Abushahla en su oficina de Gaza.

DOS EMPLEADOS

Este empresario ha pasado de contar con 30 ingenieros a sólo dos. La situación es tan penosa que el único proyecto que desarrolla está en el norte de Afganistán. “Un amigo alemán me ha hecho el favor de encargarme el diseño de una pequeña escuela en Kunduz”, se lamenta.

Abushahla, de 62 años, afirma que hay decenas de proyectos aprobados por instituciones y países europeos que no se pueden desarrollar por el bloqueo israelí y la consecuente falta de materiales, sobre todo cemento.

Mientras los pasos siguen cerrados, el contrabando no cesa en la frontera con Egipto. En Gaza se bromea sobre el último ministerio creado por el primer ministro de Hamás, Ismail Haniya: el Ministerio de los Túneles.

Los islamistas cobran 10.000 dólares a los propietarios de las construcciones subterráneas, además de un 30% de impuesto sobre el valor de cada producto introducido en el territorio.

Aunque las autoridades egipcias anunciaron el cierre de los túneles, por los que Israel denuncia la entrada de armas para Hamás, el negocio se mantiene.

Desde julio Israel y Hamás mantienen una frágil tregua. Los islamistas se comprometían a no lanzar cohetes mientras los israelíes aliviarían el bloqueo y permitirían la apertura de los pasos de personas y materiales. Las dos partes se acusan mutuamente de incumplir lo firmado mientras negocian con mediación egipcia el intercambio de centenares de presos palestinos a cambio de Gilad Shalit, el soldado israelí capturado hace más de dos años.

El hartazgo es máximo entre la población local. “Lo único que ha conseguido Hamás de la tregua es que el Ejército de Israel no les mate. Se han puesto por delante del resto de la población”, resume un sexagenario de Gaza.

Lunes 08 de setiembre de 2008

NUEVO LLAMAMIENTO A LOS CONSUMIDORES PARA QUE DEJEN DE COMPRAR PRODUCTOS ISRAELÍES: A MENUDO FRAUDULENTAMENTE ETIQUETADOS COMO PRODUCTOS DE “CISJORDANIA”

 

Fuente: Palestine Solidarity Campaign / Rebelión

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

Nuevo llamamiento a los consumidores para que dejen de comprar productos israelíes, en especial de los asentamientos ilegales, y a supermercados para que dejen de almacenarlos.

 

El pasado mes de julio la cadena de televisión [británica] More4 y varios periódicos de tirada nacional ofrecieron gráficos reportajes sobre supermercados británicos que venden productos exportados de los asentamientos ilegales israelíes en Cisjordania. Fue un escueto recordatorio de las continuas políticas de apartheid del Estado israelí.

 

Al mismo tiempo, las drásticas condiciones de la ocupación israelí y las insuperables restricciones al comercio están impidiendo deliberadamente a los genuinos productores palestinos producir y exportar sus productos [1]. El 23 de agosto, 44 pacifistas entraron por barco en Gaza para desafiar el bloqueo y demostrar al mundo que los palestinos están atrapados [2].

 

Kim Howells, ministro [británico] responsable de las relaciones con Israel y los Territorios Palestinos Ocupados en el Foreign and Commonwealth Office ha declarado que “es esencial garantizar que los consumidores pueden elegir de manera bien fundada entre productos palestinos y productos procedentes de los asentamientos israelíes, que según el derecho internacional son ilegales”[3].

 

Tras 60 años de opresión, desposesión y ocupación del pueblo palestino y de falta de justicia por parte de la comunidad internacional, la CAMPAÑA DE BOICOT A LOS PRODUCTOS ISRAELÍES (BIG, por sus siglas en inglés) lanza ahora una nueva campaña [4]:

 

- para pedir a los consumidores que no compren productos israelíes y, en especial productos procedentes de los asentamientos (a menudo fraudulentamente etiquetados como productos de “Cisjordania”).

 

- pedir a los supermercado que dejen de vender productos israelíes y que dejen de actuar en connivencia con las exportaciones israelíes de productos de los asentamientos ilegales.

 

Más de 180 organizaciones de la sociedad civil y sindicatos de Cisjordania han lanzado un llamamiento al boicot a Israel hasta que éste acate el derecho internacional y respete los derechos palestinos.

 

La insistencia en las exportaciones de los asentamientos encabeza el boicot general a los productos israelíes.

 

- Israel controla militarmente cada aspecto de la vida palestina en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.

 

- El resultado de la racista política de vivienda israelí ha sido la demolición de 18.000 hogares palestinos desde 1967 [5].

 

- Israel restringe los movimientos de los palestinos con más de 600 controles de carretera [6].

 

- Israel sigue expropiando la tierra palestina para construir su Muro del Apartheid, que en 2004 el Tribunal Internacional de Justicia declaró ilegal [7].

 

Esta nueva campaña, encabezada por la Campaña de Solidaridad con Palestina (Palestine Solidarity Campaign, PSC) y Judíos por el Boicot a los Productos Israelíes (Jews for Boycotting of Israeli Goods, JBIG) forma parte de una campaña internacional más amplia de Boicot, Desinversión y Sanciones contra el Apartheid de Israel. La campaña ofrecerá un continuo programa de acción directa por parte de sedes locales de toda Gran Bretaña con el apoyo de sindicalistas y de grupos religiosos. Del 20 al 27 de septiembre habrá una Semana de Acción inicial en la que se enviarán cartas a la cadena de supermercados HQ y habrá manifestaciones.

 

Un portavoz de la campaña afirmó: “Hacemos un llamamiento a boicotear los productos israelíes, pero también y en especial a llamar la atención sobre los productos de los asentamientos. Actualmente Israel está exportando fruta y verdura producidas en los asentamientos ilegales de Cisjordania y Gran Bretaña es uno de sus mayores importadores. Según el derecho internacional, estos asentamientos son ilegales. Ser cómplice de este crimen también es un crimen según la legislación inglesa. Con frecuencia estos productos están incorrectamente etiquetados como 'Producto de Israel', o etiquetados de manera equívoca como 'Cisjordania', lo que hace que los consumidores crean que son productos palestinos. Estos productos también se benefician ilegalmente de tasas preferenciales de aduanas según el Tratado de Comercio Preferencial entre la Unión Europea e Israel, con lo que cuesta a los contribuyentes británicos millones de libras en razón de los derechos de aduana que estos productos dejan de pagar” [8].

 

Existen incontables alternativas de suministro a estos productos israelíes almacenados por los supermercados, como hierbas aromáticas frescas y dátiles medjoul, y otras frutas y verduras. Muchos supermercados afirman tener políticas comerciales éticas. Ahora deberían demostrarlo [9].

 

Notas:

 

1. Granjas y compañías israelíes prosperan explotando tierra y agua robadas, mientras que a los empobrecidos agricultores palestinos se les niega el acceso a sus propias tierras, huertos y pozos, y no pueden comercializar los pocos productos que consiguen producir.

 

2. Las agencias de ayuda informan de una catástrofe humanitaria en Gaza debido al bloqueo impuesto por Israel (“The Gaza Strip: A Humanitarian Implosion”, Oxfam, Amnesty International, CAFOD, Trocaire, Save the Children, Care International, marzo de 2008). Información acerca del viaje del barco del Free Gaza Movement, véase www.freegaza.org).

 

3. “El establecimiento de los asentamientos en Cisjordania viola el derecho internacional que estipula unos principios que se aplican en tiempo de guerra y bajo una ocupación. Por otro lado, los asentamientos hacen que se infrinja el derecho internacional sobre derechos humanos.

 

La Cuarta Convención de Ginebra (www.icrc.org/ihl.nsf/c525816bde96b7fd41256739003e636a/77068f12b8857c4dc12563cd0051bdb0?OpenDocument) prohíbe a un poder ocupante transferir a ciudadanos de su propio territorio hacia el territorio ocupado (Artículo 49). Las Regulaciones de La Haya (net.lib.byu.edu/~rdh7/wwi/hague/hague5.html) prohíben a un poder ocupante realizar cambios permanentes en la zona ocupada a menos que se deban a necesidades militares en el estricto sentido del término o a menos que se realicen para beneficiar a la población local.

 

El establecimiento de los asentamientos supone una violación de los derechos de los palestinos, tal como lo consagra el derecho internacional sobre derechos humanos. Entre otras violaciones, los asentamientos infringen el derecho a la autodeterminación, a la igualdad, a la propiedad, a tener un nivel de vida adecuado y a la libertad de movimientos”. (www.btselem.org/english/Settlements/International_Law.asp).

 

Según la organización israelí de derechos humanos B'Tselem, sólo en los últimos ocho años Israel ha matado a 4.815 palestinos, de los cuales 951 eran menores.

 

4. Llamamiento al boicot lanzado por los palestinos de los territorios ocupados (Palestine BDS Campaign).

 

5. El resultado de la racista política de vivienda de Israel ha sido la demolición de 18.000 hogares palestinos desde1967 (The Israeli Committee Against House Demolitions (ICAHD)).

 

6. Israel restringe los movimientos de los palestinos con más de 609 obstáculos a los movimientos, incluyendo checkpoints y controles de carretera por toda Cisjordania, Jerusalén este incluido, y tiene un sistema de carreteras segregadas (“Report No.65 Implementation of the Agreement on Movement and Access and Update on Gaza Crossing (30 de abril – 13 de mayo 2008)”, United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Affairs, agosto de 2008).

 

7. Israel sigue expropiando tierra palestina para construir su Muro del Apartheid, declarado ilegal por el Tribunal Internacional de Justicia (“Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory”, International Court of Justice, julio de 2004).

 

8. Israel se beneficia de las exportaciones a Gran Bretaña de fruta y verdura producidas en los asentamientos ilegales en tierra palestina ocupada y etiquetadas erróneamente “Cisjordania” (“'Illicit' settler food sold in UK stores”, Observer, julio de 2008).

 

9. Almacenando en sus estantes productos israelíes, como los de las marcas Carmel, Coral y Jaffa, los supermercados están apoyando a las compañías que se benefician de la desposesión de las familias palestinas.

 

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Viernes 05 de setiembre de 2008

CHILE: LOS NUEVOS PALESTINOS

 

Por Daniela Jorquera Gastelo para Revista Universitaria Nº 99, Pontificia Universidad Católica de Chile. Fotografía de César Cortés.

Para nadie es raro pasear por Recoleta y por el barrio Patronato, guiándose por olores exóticos y mujeres que cubren su pelo con un pañuelo en su cabeza. Los negocios que venden shawarmas se han hecho cada vez más populares y la danza árabe es un baile aprendido por las chilenas y admirado por los chilenos. La colonia árabe es una de las más masivas en nuestro país. Por eso la llegada de 117 palestinos refugiados no es sorpresiva. Pueblo migratorio, más por obligación que naturaleza, ha luchado siempre por arraigarse. Y Chile es lo que más se parece a un país que podría ser propio.

 

Cuando se quiere dar un número, algunos dicen que la colonia palestina en Chile llega a las 300 mil personas, ya sean originarias o descendientes. Eso la convierte en la más grande fuera del mundo árabe. No hay cómo extrañarse, entonces, por la importancia que ha tenido el conflicto en Medio Oriente en nuestro país. Como muestra está que durante 2004 todos los domingos aparecía en El Mercurio un listado de defunciones destinado a hacer un homenaje a los palestinos caídos en esa lucha. Los autores: la Federación Palestina en Chile.

 

La historia de este pueblo en nuestro largo y angosto territorio comienza a finales de 1880, cuando principalmente desde los pueblos de Beit-Jala, Belén y Beit-Sahur, abrumados por la ocupación turca otomana que se extendía desde 1516, muchos jóvenes palestinos comenzaron a escapar en busca de un futuro que les fuera más seguro. De hecho los primeros árabes oficialmente registrados participaron

 

DE UN CENSO REALIZADO EN 1895.

 

En 1914 se produce la primera gran corriente migratoria a Chile, en plena Primera Guerra Mundial. Luego de ello, el gobierno británico prometió la independencia de Palestina a cambio de su apoyo contra Turquía. Esta alianza puso término a la ocupación turca, pero dejó a Palestina bajo la administración inglesa hasta 1948 cuando los británicos se retiran y los sionistas proclaman el Estado de Israel, produciéndose la segunda corriente migratoria hacia nuestro país. Así, en 1930 ya había en Chile casi siete mil árabes, de los cuales se estima que el 63 por ciento provenía de Palestina. En 1967 llega el tercer grupo, luego de la Guerra de los Seis Días en que Israel se enfrenta a Egipto, Jordania y Siria.

 

Según la información entregada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), los palestinos que llegaron este año como refugiados a Chile son 117 personas que, desde hace casi dos años, vivían en el campamento de Al Tanf, en la frontera entre Siria e Irak. Son refugiados o descendientes de aquellos que escaparon de Palestina en 1948, huyeron de los territorios ocupados alrededor de 1967, de Jordania en la década de 1970, de la guerra civil libanesa y de los países del Golfo Pérsico tras la Guerra del Golfo en 1991.

 

Durante el régimen de Saddam Hussein los palestinos que vivían en Irak recibieron protección y un trato relativamente preferencial. Pero eso cesó en 2003. De ahí en adelante, han sufrido persecuciones a manos de iraquíes que consideraban injusto el trato que habían recibido anteriormente, las que incluyen asesinato, violación, secuestro y robo. A algunos les destruyeron sus casas.

 

Quienes podían trataron de huir, aunque sin mucho éxito porque no tenían acceso a países fronterizos. Quedaron en un limbo y no tuvieron otra solución que crear su propio mundo: En Al Tanf hay escasez de agua y de atención médica. Los refugiados vivían en carpas, sufrían temperaturas extremas y luchaban contra las plagas de serpientes y escorpiones.

 

Chile y Brasil son hasta el momento los dos únicos que aceptaron recibir a los refugiados palestinos. En nuestro país se encuentran repartidos entre La Calera, San Felipe, Recoleta y Ñuñoa. REVISTA UNIVERSITARIA conversó con dos de ellos que hablan inglés y con una “paisana” chilena que se desvive por ayudarlos. Además, estuvimos en sus clases de español y en los talleres de inducción a la cultura nacional dictados por el equipo de la Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores, y en uno de los chequeos médicos a los niños en un consultorio de Recoleta. A continuación algunos de los relatos de los protagonistas de esta historia de desarraigo y lucha por sobrevivir.

 

RIYAD

 

«Cuando nos dijeron que era una posibilidad que nos viniéramos, le preguntamos a un amigo si podía revisar por Internet qué es lo había sobre Chile. Al llegar, me pareció como si estuviéramos en Europa.

 

He recorrido algo de Santiago en taxi y me compré una bicicleta para conocer las calles de Ñuñoa donde vivo con mi familia. He ido al Jumbo y al Homecenter.

 

Para sobrevivir aquí necesito dos cosas. Una es aprender el lenguaje, el español. Y es por eso que tenemos clases de una hora y media al día. Y dos, trabajo. En Irak yo trabajaba en una compañía de telefonía celular. Me gustaría hacer lo mismo acá, pero sino trabajaría en lo que fuera. Quiero hacer lo que cualquier chileno haría para pagar el arriendo y comprar comida. Mi esposa también podría encontrar trabajo. Ella habla muy bien inglés y quizás podría ser profesora. Nosotros queremos ser como todos acá: si el hombre y la mujer trabajan, por qué nosotros no. Está bien para nuestra religión que ellas también trabajen. Lo único es que acá las miran más porque usan su pañuelo (Jiyab), pero no creo que ese vaya a ser un problema. Creo que lo único diferente entre nuestras mujeres y las de otra religión es como ellas visten, pero ellas pueden trabajar, ir a cualquier lugar.

 

Tengo tres hijos, el más grande de 19 años, el siguiente de 18 y la siguiente es una niña y tiene 10. Dos de ellos no pueden ver bien y tendrán que ir a un colegio especial. Queremos que hagan algo, no que estén sentados en la casa.

 

Hasta ahora paso el día en mi cárcel. Le digo cárcel a mi casa, porque no hago nada cuando estoy en ella. Los días los pasamos yendo en la mañana a clases y en la tarde hablando con algunos amigos y, bueno, nada más.

 

Sólo porque Chile nos acogió, lo considero mi país. Voy a ayudar a Chile en lo que pueda. En dos años nadie nos ayudó ni nos dijo que nos fuéramos a su país. Toda la gente que está acá en Chile vivía en el mismo lugar en el desierto, en el mismo campamento. El otro día fuimos en bus a visitar a los que están en La Calera.

 

Los palestinos que llegaron mucho antes y que ya vivían en Chile nos han ayudado. Ellos saben lo que nosotros sentimos. Saben que no tenemos nada, que no hablamos el idioma y nos dicen que paso a paso lo vamos a conseguir. Chile es un muy buen país. Eso me hace sentir bien».

 

AMÍN

 

«Nuestra vida en Bagdad fue muy dolorosa después de la invasión norteamericana a Irak. Cuando el gobierno de Hussein fue derrocado, no había policías ni nadie que se hiciera cargo de nada. Llegaron milicias desde otros países y destruyeron todo. Los palestinos nos convertimos en extranjeros. La milicia comenzó a matar a los jóvenes y a los hombres palestinos. Y algunos fueron tomados prisioneros. Mis vecinos y amigos fueron asesinados.

 

25 mil palestinos vivían en Irak en 2003. Después de esta época hubo una gran migración de palestinos hacia otros países. Muchos de ellos no tenían pasaporte ni nacionalidad porque al no ser reconocidos como iraquíes ni siquiera poseían identidad. Algunos palestinos decidieron ir a la frontera con Jordania. Y los jordanos aceptaron llevar a alguna gente al desierto en su frontera con Irak. En 2006 hubo otra inmigración de palestinos hacia el desierto entre Irak y Siria. Los sirios no aceptaron que llegaran a su ciudad. Mi familia y yo íbamos en ese grupo de 250 personas. La Organización de las Naciones Unidas fue a vernos y nos entregaron carpas y alimentos secos. Estuvimos en un lugar muy peligroso, lleno de escorpiones, serpientes y enfermedades. No podíamos ir al hospital, la comida era muy poca. El primer año fue terrible. El segundo tuvimos más ayuda: nos entregaron agua limpia y generadores eléctricos.

 

Abrimos un pequeño colegio entre las carpas con nueve cursos. Los profesores éramos nosotros mismos. Yo hacía las clases de inglés, porque aprendí a hablar el idioma en la universidad y en 1990 viajé a Inglaterra a hacer un curso.

 

Yo no tengo país. Irak no es mi país. Yo nací en Bagdad, pero ellos nunca me reconocieron como iraquí. Mi mamá y mi hermano aún están allá, en el área palestina, donde viven entre 10 y 12 mil paisanos. Siempre les digo que en el desierto estuvimos solos mucho tiempo. Y que ningún país nos ayudó con la inmigración. Pero Chile sí lo hizo. Yo me quedaré aquí mientras nos acepten. Tengo 42 años y no estoy pensando en mí sino que en el futuro de mis hijos y creo que esto es bueno para ellos. He visto muchos palestinos que están felices y que se ven como chilenos. Quiero que mi familia sea chilena.

 

Mis hijos son Mohammed de 7 años y Mara, que tiene 1 año y siete meses. Ella nació en el desierto y antes de cumplir un año ya había sido picada en la rodilla por un escorpión. Estamos viviendo en Recoleta y nos gusta. No tenemos problemas y nada de que quejarnos hasta ahora. He visto a muchos policías caminando y cubriendo nuestra área. Pero bueno, la delincuencia está en todas partes del mundo. En Irak matan a la gente y no creo que eso pase aquí. Por ejemplo, una vez cerca de la mezquita en Bagdad vi a dos hombres tirados en el suelo, muertos, luego de que los asaltaran.»

 

LEYLA Y NISSAR

 

Leyla es chilena y tiene algo más de 50 años. Su familia es de origen palestino y los suyos llegaron a Chile entre 1915 y 1918 provenientes de Beit-Jala y de Belén. Para ella sus raíces son fundamentales y se siente palestina. «Creo y comparto cada uno de los valores que identifican a la cultura árabe: el respeto a la familia, a los mayores, a la tierra y a Dios. Me hubiera encantado haber podido tener la vida que tuvieron mis abuelos en Palestina y quiero que mi propia familia se asemeje lo más posible a lo que es una familia de allá. Mis raíces me marcan. Vivimos en Recoleta, hemos ido siempre al Estadio Palestino, nos relacionamos con la cultura y en la casa cocino comida árabe. Sufro por el conflicto palestino. Quiero viajar y ayudar desde mi área que es la salud o bien como lo haría cualquier persona. Por eso, ahora que llegó este grupo de palestinos estoy haciendo todo lo posible porque estén bien», cuenta.

 

Los refugiados llegaron a vivir a dos cuadras de la casa de Leyla. Se topó con uno de ellos, Nissar, en la carnicería y se ha convertido en un vínculo para esa familia con el mundo chileno, pese a que no habla árabe. Los ha tratado de ayudar, sobre todo porque tienen una hija internada en el Hospital José Joaquín Aguirre. Los visita más de una vez a la semana y se preocupa de que tengan desde comida hasta artículos de aseo e higiene personal. También los ha invitado a su casa para que compartan con su familia. «Siento que tengo una deuda con ese pueblo, mi pueblo, y que existen muchas formas de ayudar. Incluso basta con tratar de conversar un rato, sonreírles, mostrarles cómo llegar caminando al hospital y al metro. Quiero que sepan que cuentan conmigo y mi familia para lo que necesiten», dice.

 

Nissar tiene cuatro hijos y su máxima preocupación desde que llegó ha sido tratar de averiguar cómo pagará los gastos médicos de su hija enferma. Antes de la llegada de los norteamericanos a Irak, trabajaba como chef y cada vez que alguien visita su casa en Chile trata de agasajarlo con café con unos toques de cardamomo y falafel.

 

COSTUMBRES

 

El grupo de refugiados palestinos que está en Chile es musulmán y su religión les impone ciertas costumbres que pretenden seguir acá. Según información entregada por el Centro Islámico de Chile los fundamentos del Islam son cinco:

 

1) El testimonio de fe es el primer pilar del Islam, que significa que todo creyente debe atestiguar que no existe nada digno de ser adorado excepto Allah y que Muhammad es su profeta y mensajero.

 

2) La oración (As-Salah), que se realiza cinco veces al día y que es un lazo directo entre el creyente y Allah. Aunque es preferible rezar colectivamente en una mezquita, un musulmán puede rezar casi en cualquier lugar; en el campo, en la oficina, en la fábrica o en la universidad.

 

3) El impuesto sobre la riqueza (Az-Zakah) que cada musulmán calcula y que consiste en el pago anual de aproximadamente el dos y medio por ciento de su capital.

 

4) El ayuno (As-Siyám) del mes de Ramadán, que consiste en que durante ese período desde el alba hasta la puesta de sol, deben abstenerse de comer, beber y tener relaciones sexuales. Los enfermos, los ancianos, los que están de viaje y las mujeres embarazadas o en estado de amamantar a sus hijos tienen permiso para quebrantar el ayuno y recuperar el número igual de días en el transcurso del año. Si no pueden realizarlo debido a causas físicas, deben alimentar a una persona necesitada por cada día que no cumplieron.

 

5) La peregrinación (Al-Hayy) anual a la Meca, que es una obligación sólo para los que desde un punto de vista físico y económico puedan efectuarla.

 

Jueves 04 de setiembre de 2008

EREKAT: “MI TRABAJO ES SALVAR GENTE”

 

Por Matías Zibell, Enviado especial de BBC Mundo

Esta entrevista es parte de una serie que BBC Mundo les estará ofreciendo sobre el Estado del proceso de paz en el Medio Oriente en vísperas del aniversario de la cumbre de Annapolis y el final del mandato de tres de sus protagonistas: el israelí Ehud Olmert, el estadounidense George W. Bush y el palestino Mahmoud Abbas.

 

En 1979, cuando tenía 24 años, Saeb Erekat planteó en una de sus conferencias en la Universidad de Najah, en Naplusa, Cisjordania, la posibilidad de dialogar con Israel con palabras y no con balas.

 

“Eso no se había escuchado en la política palestina. Mis estudiantes divulgaron mis clases y hubo varios artículos en los diarios locales acusándome de traición”.

 

Tres décadas después, convertido en el jefe negociador de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Erekat asegura que aunque aún no se ha alcanzado un acuerdo definitivo con Israel, el tiempo le ha dado la razón.

 

Defensor acérrimo de la teoría de los dos Estados, colaborador cercano de Yasser Arafat y de Mahmoud Abbas, interlocutor de gobernantes israelíes y estadounidenses, este hombre fue elegido en las urnas por el distrito de Jericó y el Valle del Jordán en los comicios de 2006, donde muchos de sus compañeros de Fatah fueron derrotados por Hamas.

 

En Jericó, la ciudad donde nació y considera su hogar, Erekat habló con BBC Mundo sobre lo difícil que es negociar en Medio Oriente, las actuales conversaciones con Israel, la opción de un Estado para los dos pueblos, Hezbolá y Hamas.

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NEGOCIAR EN MEDIO ORIENTE

 

- Usted acaba de presentar un libro que se llama “La Vida es Negociar”. ¿Trata sólo el tema de las negociaciones diplomáticas o es más general?

 

- Este es un libro sobre cómo negocia la gente. Cómo conversar con tu esposa, cómo hablas con tu jefe. Cuando usted escribe artículos, cómo se dirige a sus lectores.

 

Si usted organiza un encuentro, cómo lo hace. Si tiene que comprar una casa, un auto o un jugador de un equipo para venderlo a otro.

 

¿Existe algo así como un comportamiento árabe para negociar? ¿O un modo latino de hacerlo, o estadounidense, o francés? De eso trata.

 

- ¿Y cómo es negociar con los israelíes?

 

- Las negociaciones palestino-israelíes son diferentes a cualquier otra negociación en la historia de la humanidad.

 

A diferencia de una frontera entre Perú y Ecuador, o México y Estados Unidos, o entre Irak y Jordania, aquí tienes en el mismo vecindario lugares de adoración.

 

Gente ha ido a las sinagogas por 5.700 años, diciendo lo mismo cada sábado, y sintiendo que lo dicen y lo escuchan por primera vez cada sábado. Y no puedo negociar una sola palabra de su creencia.

 

Al lado, hay iglesias que se llenan de gente cada domingo desde hace 2.000 años. Lo mismo. No puedo negociar ni una palabra.

 

Del otro lado hay mezquitas, donde la gente ha ido desde hace 428 años. Todos los viernes dicen lo mismo y creen que lo escuchan por primera vez. Y no puedo negociar una sola palabra con ellos.

 

Entonces, sumado a la geografía, los valores, la cultura, la historia, los miedos, la inseguridad hay un elemento aún mayor en la gente llamado fe.

 

Por eso, nuestro comportamiento a la hora de negociar refleja quiénes somos y nosotros somos diferentes.

 

Este libro es una aproximación a quiénes somos y como negociamos. Trata de identificar qué tenemos en común y cuáles son los puntos críticos, puntos que no podemos cruzar porque si lo hacemos la vida no volverá a ser la misma.

 

- ¿Cuáles son los intereses comunes y cuáles los puntos críticos en las actuales negociaciones?

 

- El lugar común es que ambos tenemos intereses y necesidades.

 

Yo no me levanto a la mañana y siento dolor en mi conciencia por el sufrimiento israelí, pero me siento con ellos, negocio con ellos y trato de alcanzar la paz con ellos.

 

Ellos no negocian conmigo porque se levantan a la mañana y sienten dolor en su conciencia por mí.

 

Nosotros siempre jugamos el juego de “yo gano ellos pierden, ellos pierden yo gano”, pero ahora lo que cambió es que ambos nos dimos cuenta que nuestros intereses y necesidades nos obligan a buscar un lugar común.

 

Y ahora sabemos que no podemos seguir jugando el mismo juego, o hay dos ganadores o hay dos perdedores. Ese es el cambio y por eso estamos negociando.

 

Y hoy hay más y más israelíes que entienden que no hay otra salida que la paz y la solución de los dos Estados, y más y más palestinos que piensan lo mismo.

 

- ¿Y por qué es tan difícil alcanzar un acuerdo?

 

- Porque tenemos que pasar por los dolores de parto.

 

En la vida hay cosas que tienen un crecimiento natural, que están sometidas a una secuencia de eventos, que tiene una transición por la que deben pasar.

 

Si uno es sabio, comprende lo que pasa y trata de identificar todas estas variables. Si uno es un activista en su mente no necesita pensar, solo saltar hacia las conclusiones y cambiar la realidad por presunciones.

 

¿Quién quiere ser? Esa es la pregunta.

 

- Usted fue uno de los primeros en plantear la posibilidad de negociar con los israelíes dentro de la OLP. ¿Alguna vez en todos estos años ha lamentado su decisión de inclinarse por el diálogo?

 

- No, todo lo contrario, y la realidad actual me da la razón.

 

Y creo que cualquier otro padre en el mundo entiende mi necesidad de proteger el derecho a la vida de mi hijo. Por eso aquí la clave es la paciencia.

 

EL DIÁLOGO ACTUAL CON ISRAEL

 

- Volviendo a las actuales negociaciones, han existido varios rumores y especulaciones periodísticas. La mayor ha sido el supuesto plan de intercambiar 7% de tierra en Cisjordania por terreno en el desierto de Negev.

 

Yo sé que usted ha negado la veracidad del artículo en cuestión pero quiero saber si están dialogando sobre intercambio de tierras, tal vez no un 7% pero si consideran algún porcentaje.

 

Algunos de estos rumores no tienen ninguna veracidad pero algunos son medias verdades y a veces las medias verdades son mucho peor que la ausencia total de la verdad.

 

- No me ponga en una situación donde voy a minar mi credibilidad con un sí o con un no. La situación no es así, lo importante es lo que tratamos de hacer.

 

Lo que nosotros decimos es: “Existe algo llamado ley internacional y algo llamado legitimidad internacional”.

 

La Hoja de Ruta estipula que el objetivo de las negociaciones es terminar la ocupación que comenzó en el 67 entonces mi trabajo es llegar ahí.

 

No hablar desde la mentalidad del mercado o el bazar, 93% contra 99%, o esto o aquello.

 

- En el tema de los refugiados, los rumores periodísticos los colocaban a ustedes más cerca del escenario de la compensación que en el escenario del retorno.

 

- Eso no es cierto.

 

No puedo entrar en los detalles de la negociaciones porque están actualmente en pleno proceso, pero en el tema refugiados, Jerusalén, fronteras, asentamientos, agua, uno necesita lograr una solución negociada.

 

No puedo ir con mi posición y decir quiero negociar mi posición. Los israelíes no pueden venir con sus posiciones y decirme que vamos a negociar sus posiciones.

 

¿Dónde está el equilibrio para una solución justa y negociada?

 

- ¿Y ustedes están cerca de este equilibrio porque en el pasado parecían a punto de alcanzar algo pero ahora no?

 

- ¿Tiene usted algún instrumento de medida? Dígame que sistema uso para medir cuán cerca o lejos estamos.

 

- Pero la percepción general es que están quedándose sin tiempo...

 

- ¿Por qué? ¿Qué reloj utiliza usted?

 

El reloj que mide el tiempo que le queda en el poder a los actores de esta negociación. Ehud Olmert, primer ministro israelí, renunciará en las próximas semanas. El presidente estadounidense, George W. Bush, deja la Casa Blanca a fin de año. El mandato de Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, termina a comienzos de 2009.

 

Los israelíes pueden cambiar, los estadounidenses pueden cambiar, nosotros podemos cambiar, pero la situación es más grande que cualquiera de los líderes involucrados.

 

- ¿Pero ustedes sienten al momento de sentarse a dialogar que los actores de esta negociación son débiles? Olmert está golpeado por un escándalo de corrupción. Los niveles de popularidad de Bush son muy bajos. Abbas gobierna solo la mitad de los territorios palestinos.

 

- Por eso precisamente la paz es posible.

 

- ¿Cuál sería el legado de Olmert ahora? ¿Cuál sería el legado de Abu Mazen (Mahmoud Abbas) ahora?

 

- Pero imagínese si alcanzan un acuerdo. Se volverían las dos personas más importantes desde que Jesús caminó por las calles de Jerusalén.

 

¿UN SÓLO ESTADO?

 

- Usted sabe que la ANP creó una comisión de estudio para evaluar los posibles escenarios si fracasan las negociaciones. ¿Es que no le tienen confianza?

 

- No. Mire, cuando yo viajo siempre tengo un plan B, especialmente cuando viajo entre Washington y Nueva York y mi conexión a Tel Aviv o Amman es desde Nueva York.

 

En caso de que el vuelo se cancele por cuestiones climáticas, puede ser que tome el tren o cambie de avión. Uno siempre tiene opciones.

 

Un liderazgo sabio analiza sus opciones todo el tiempo, no tiene nada que ver con la confianza o la desconfianza, no es nada personal conmigo.

 

- Una de las ideas analizadas es pujar por la solución de un Estado si falla la opción de los dos Estados. El mismo ex primer ministro palestino Ahmed Qurei hizo pública esta intención. ¿Usted que piensa de la hipótesis de un Estado?

 

- Mi opción es la solución de los dos Estados, esa es mi convicción personal porque creo que las diferencias de lenguaje y religión han sido siempre las causas detrás de las guerras civiles.

 

- ¿Qué haría usted si fracasan las negociaciones? ¿Se iría a su casa?

 

- Ya estoy en mi casa.

 

Yo soy profesor universitario, ahora estoy en licencia pero rezo que llegue el día en que pueda regresar a mis libros y mis estudiantes.

 

SOBRE HEZBOLÁ

 

- En julio pasado Hezbolá logró la liberación de Samir Kuntar y otros detenidos por los cadáveres de dos soldados israelíes muertos. ¿Qué siente usted que está negociando con Israel sin matar a nadie cuando no puede liberar a Marwan Barghouti?

 

- Mire, cuando Samir Kuntar fue liberado Abu Mazen fue el primero en felicitarlo por su liberación.

 

El tema de los prisioneros está por arriba de la politiquería.

 

Pero a través de la negociación nosotros obtuvimos días atrás la liberación de Said al-Attaba, quien pasó más de 30 años en prisión, y de Abu Ali Atta, quien estuvo 28 años.

 

Lo que realmente nos importa es devolver esta gente a sus hogares, ellos tienen nombre, tienen familia, tienen esposas, tienen hijos que no han visto.

 

Entonces por qué recurrimos a la politiquería y queremos saber quién logró el mejor trato.

 

Nosotros queremos liberar a los prisioneros y estamos haciendo un buen trabajo a través de las negociaciones.

 

Sacamos a 198, que es un número significativo, pero sabemos que tenemos 10.000 más por sacar y sigo trabajando por ellos.

 

- Después de la guerra de 2006 y del intercambio de prisioneros de este año, Hezbolá se ha constituido en el nuevo campeón del mundo árabe contra Israel. ¿Cuál es su opinión personal sobre Hezbolá?

 

- Primero que todo, Líbano no es Palestina. Líbano es un país independiente que más allá de las guerras que ha luchado ha conservado esa condición, yo no tengo país.

 

Y no existe algo así como una competición entre nosotros y Hezbolá o cualquier otro.

 

Por eso no me gusta la gente que trata de mezclar las cosas y hacer que éste juegue contra aquel y aquel contra aquel otro porque nosotros somos árabes.

 

Y no quiero decirle lo que pienso de preguntas cómo esa. Sólo le digo que nosotros somos tan gente como ustedes así que no nos hagan sentir que somos diferentes porque somos árabes.

 

Y muchas preguntas que provienen de Latinoamérica, de Estados Unidos, de Europa nos suelen tomar como una suerte de especie.

 

SOBRE HAMAS

 

- Usted sabe que los israelíes no harán ninguna concesión hasta que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) vuelva a controlar la Franja de Gaza.

 

- Le voy a hacer la historia corta. No habrá un Estado palestino sin Gaza.

 

- Pero ha pasado más de un año desde que ustedes perdieron ese territorio en manos de Hamas.

 

- Esta es la herida más severa que hemos sufrido como palestinos desde 1967 y si nosotros no nos podemos ayudar a nosotros mismos nadie más puede.

 

- ¿Cómo van a lograr un acuerdo con Israel si no se pueden poner de acuerdo entre ustedes?

 

- Hamas es un partido político palestino que ganó las elecciones y luego de un período de transición normal se hicieron cargo del gobierno.

 

Luego tuvimos desacuerdos con ellos y comenzaron a dispararnos. Si uno justifica esa lógica justifica que la gente lleve armas y se agarre a tiros cuando hay diferencias.

 

Entonces qué les decimos nosotros a ellos. Ustedes son gobierno, terminen con su golpe de Estado y aténgase a la ley palestina. ¿Qué hago mal al decirles esto?

 

- ¿Pero están cerca de un acuerdo con Hamas?

 

- Depende de ellos, honestamente. Ellos pueden continuar el golpe de Estado y resolver todo con las armas como hicieron en Gaza o admitir su error y decidir que la política es el medio de zanjar diferencias.

 

- ¿Es más fácil negociar con Israel que con Hamas?

 

- Esa pregunta no es justa.

 

Hamas es un partido político palestino con el que tenemos diferencias mientras que Israel es un ocupante.

 

No puedo hacer nada para terminar la ocupación sin negociar con Israel, pero nadie puede ayudarnos con Hamas sino nosotros mismos y Hamas.

 

- Cuando venía hacia Jericó le pregunté al taxista palestino que me traía qué opinaba de Saeb Erekat y él me dijo que usted era una buena persona, y que era “bueno para los israelíes, no como Hamas”. ¿Coincide usted con esta definición?

 

- Yo soy conocido por mis posiciones, estoy con la solución de los dos Estados, he reconocido el derecho a existir de Israel, quiero vivir al lado de ellos de forma pacífica.

 

No tengo nada en contra de la existencia de Israel, tengo todo en contra de la ocupación israelí.

 

Por eso mi gente me conoce, esa fue mi plataforma de campaña cuando gané las elecciones de 2006 con el 67% de los votos en contra de Hamas y otros.

 

Por eso puedo pararme derecho, porque no me importa si usted es pro-Israel o pro-Palestina, mi vida se divide entre aquellos que quieren la paz y aquellos que no la quieren.

 

Mi trabajo es salvar vidas, palestinas y también israelíes.

 

Martes 02 de setiembre de 2008

EL PLAN B DE LOS PALESTINOS

 

Por Matías Zibell, Enviado especial de BBC Mundo

En plenas negociaciones con Israel para alcanzar un estado independiente, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) creó una comisión de expertos para evaluar posibles escenarios si dichas negociaciones fracasan.

 

Una de los escenarios estudiados fue un cambio radical en las negociaciones. Si Israel no permite el establecimiento de un Estado palestino, la ANP podría comenzar a negociar la creación de un solo Estado para ambos pueblos, algo que ya anticipó semanas atrás Ahmed Qurei, ex primer ministro palestino.

 

BBC Mundo dialogó con uno de los integrantes de esta comisión, Mohamed Shtayyeh -presidente del Consejo Económico Palestino para el Desarrollo y la Reconstrucción- sobre la opción de un solo Estado, la posible disolución de la ANP o su total reforma.

 

- ¿Por qué fue convocada esta comisión?

 

- Nosotros hemos estado yendo en una sola dirección durante 17 años (desde la Cumbre de Madrid en 1991). Uno no puede seguir nadando en el mismo mar, hacia el mismo lugar, sin alguna red de protección.

 

Lo más importante es que esta comisión ha reunido a unos 40 especialistas que han analizado la situación actual desde ángulos muy diversos.

 

Hemos estudiado cuáles son los escenarios más favorables para nosotros y cuáles son los más favorables para Israel.

 

A su vez, hemos pensado cómo podemos evitar que los escenarios favorables para los israelíes sean posibles y cómo hacer posibles los nuestros.

 

Es la primera vez que un grupo de gente trata de ver a muy largo plazo qué dirección podemos tomar si y solo sí la situación actual colapsa completamente.

 

- Cuando usted mencionaba que los palestinos han nadado en una sola dirección en los últimos 17 años ¿se refería a la solución de los dos Estados, uno israelí y uno palestino, conviviendo en paz uno al lado del otro?

 

- No sólo eso. Nadar en una sola dirección incluye considerar a Estados Unidos como el único salvador del proceso de paz. Segundo, pensar en las negociaciones de paz como la única salida. Tercero, basar estas negociaciones en la solución de los dos estados. Cuarto, creer que los palestinos no tienen otras opciones.

 

Yo creo que nosotros por ejemplo podemos nadar hacia Europa y no considerar a Washington el único garante del proceso de paz.

 

El único acuerdo bilateral que logramos alcanzar con Israel fue el acuerdo de Oslo en el que los estadounidenses no intervinieron en absoluto.

 

La intervención estadounidense nunca ha sido un factor positivo porque cuando ellos ponen presión, nunca presionan a Israel, siempre nos presionan a nosotros.

 

También podemos nadar en “nuestro propio lago” si logramos que sus aguas sean totalmente cristalinas, sin tanto barro, lo que significa “poner nuestra casa en orden”

 

- Quiero volver a la hipótesis de un solo Estado compartido por ambos pueblos, algo a lo que se refirió días atrás el ex primer ministro palestino Ahmed Qurei. ¿Ustedes realmente piensan abandonar la idea de los dos estados y buscar la integración de israelíes y palestinos en una sola nación?

 

- La solución de un solo Estado es una ambición de todos nosotros, porque si Israel quiere considerar al asentamiento de Psagot (lo señala a través de la ventana de su oficina) tan importante como Tel Aviv, entonces para mí Jaffa se vuelve tan importante como Ramala.

 

Segundo, si Israel trabaja cada día por terminar con la solución de un solo Estado, con más asentamientos de colonos, con mayor confiscación de tierras, con la incorporación de la infraestructura de Cisjordania -agua, electricidad, caminos- en su provecho.

 

Si no reconocen las fronteras de 1967 como la frontera internacional entre Palestina e Israel, entonces la única solución posible es la de un solo Estado.

 

- ¿Ustedes saben que Israel nunca aceptará esta solución?

 

- Sí, lo sabemos.

 

- Entonces lo que hizo Qurei no fue plantear una alternativa sino plasmar una amenaza.

 

- No, no es una amenaza, Israel tiene que saber que no es una amenaza, es una alternativa posible, porque si ellos no quiere el establecimiento de un estado palestino independiente entonces sólo quedan dos escenarios:

 

El escenario sudafricano durante el apartheid, lo cual no es factible porque entonces la lucha continuaría, o la opción de un solo Estado, binacional o democrático.

 

El objetivo primario de la Autoridad Nacional Palestina fue crear un Estado palestino independiente. Si esa opción desparece entonces tendría que desaparecer también la ANP.

 

El nombre oficial de la ANP es Autoridad Interina del Gobierno Autónomo Palestino (PISGA por sus siglas en inglés). La “i” de interina es la letra más importante.

 

Nosotros estábamos bajo ocupación, el acuerdo de Oslo nos llevó a una situación interina y de aquí se suponía que pasaríamos a la independencia, pero esta administración interina nos ha llevado nuevamente a la ocupación.

 

Porque en los últimos años Israel ha regresado a las ciudades, ha reocupado el área A y sigue en control de las fronteras.

 

La ANP no es más que una municipalidad nacional que provee servicios gracias al dinero de los donantes internacionales, sin ese dinero todo colapsa.

 

Actualmente la Autoridad Palestina no ofrece seguridad ni soberanía -ni en Cisjordania, ni en Gaza- pero aún quedan opciones antes de la hipótesis de la disolución.

 

La ANP es el brazo político y legal de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Esta organización puede decir “vuelvo a tomar el control de la situación” y entonces todos los acuerdos entre la ANP e Israel terminan.

 

O uno puede declarar a la ANP como un órgano nacional de resistencia y permitir que Abu Mazen (Mahmoud Abbas) lidere una manifestación en Bil'in o en el puesto de control israelí de Calandia, como lo hacíamos antes de convertirnos en gobierno.

 

Antes de ser ministro yo participaba en manifestaciones contra la ocupación. Podemos dejar de ser sólo un proveedor de servicios y convertirnos en un órgano de resistencia pasiva.

 

- Si lo que ustedes quieren es un Estado único, ¿por qué no disuelven la Autoridad Nacional Palestina hoy mismo y dejan que Israel se haga cargo de Gaza y Cisjordania?

 

- No, la ANP no es un favor que alguien nos dio. La ANP fue establecida tras 50 años de lucha y sacrificio y es un logro para nuestra gente. No es algo que Israel no regaló como un pedazo de chocolate.

 

Uno puede redefinirla, reformarla, otorgarle nuevas funciones, pero uno no deserta, no se vuelve a su casa. Si uno vuelve a su casa está vencido.

 

- En mi última pregunta quiero regresar a su primera respuesta. ¿Cuáles son los escenarios favorables para Israel y para la ANP que ustedes evaluaron en la comisión?

 

- Para nosotros lo más importante es alcanzar por medios pacíficos un estado palestino. Si esto no es posible, podemos evaluar otros escenarios.

 

Como ya dije, una alternativa posible es redefinir la ANP. Otra posibilidad es ir por la solución de un estado y esto no es una amenaza, es una opción real.

 

Otro escenario es llamar a una fuerza internacional para que se haga cargo de los territorios palestinos como parte de un acuerdo interino.

 

Si Israel está preocupado por su seguridad estos cuerpos de paz internacionales pueden ser una garantía para la seguridad de la región.

 

Los escenarios favorables para Israel son, primero, colocar a todos los palestinos en camiones y trasladarlos al desierto.

 

Segundo, la “jordanización” de Palestina. Lograr que los palestinos se muden y levanten su estado en otra parte.

 

Tercero, que Jordania vuelva a hacerse cargo de Cisjordania y Egipto de la Franja de Gaza como solía ser antes de 1967.

 

Por último, continuar con el status quo, lo que constituye una opción explosiva. Nosotros tenemos el poder de evitar que esto ocurra.

 

- ¿Ustedes tienen el poder de evitar esto? Divididos como están.

 

- Claro que la división nos ha vuelto más débiles pero eso no significa que nos vayamos a rendir.

 

Mire cada uno de las opciones. La comunidad internacional no va a permitir que Israel nos expulse.

 

Si Israel quiere invitar a Egipto o a Jordania para que regresen esto no va a ocurrir porque las relaciones entre los palestinos y los jordanos y los egipcios son excelentes y ellos no aceptarían esa invitación.

 

Las opciones de Israel no son posibles, las nuestras sí. Nosotros podemos redefinir la ANP y los israelíes no pueden hacer nada para evitarlo. Nos pueden encerrar a todos pero no lograrán detenernos.

 

Si nosotros sentimos que no podemos alcanzar un estado palestino pues bien, dejamos de negociar por un estado palestino y negociamos por otro escenario.

 

Esta entrevista es parte de una serie que BBC Mundo les estará ofreciendo sobre el estado del proceso de paz en el Medio Oriente en vísperas del aniversario de la cumbre de Annapolis y el final del mandato de tres de sus protagonistas: el israelí Ehud Olmert, el estadounidense George W. Bush y el palestino Mahmoud Abbas.

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