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COMISIÓN de APOYO al PUEBLO PALESTINO

Opinión y Análisis.

LA LUCHA PALESTINA Y LA INTERVENCIÓN EXTERNA

LA LUCHA PALESTINA Y LA INTERVENCIÓN EXTERNA

Martes 19 de Agosto de 2008.

LA LUCHA PALESTINA Y LA INTERVENCIÓN EXTERNA

 

Por Lidón Soriano, La República - España

Esta tarde se ha publicado la lista de prisioneros que van a ser liberados por Israel en los próximos días en base a los acuerdos entre la Autoridad palestina e Israel.

 

La buena noticia es que Said Atabeh, el preso mas antiguo en las cárceles israelíes, esta en la lista. La mala, es que la mayoría de ellos solo pertenece a Al Fatah, lo que indudablemente ahonda la brecha interna, objetivo primero y primordial para Israel.

 

EL 29 de Julio de 1977 detuvieron a Said en su casa, pertenecía a FIDA una organización escisión del FPDP y con el tiempo prácticamente adherido a Fatah. Se le relaciono con banda armada y le sentenciaron a cadena perpetua. Desde entonces solo en una ocasión permitieron a su madre tener contacto directo con el. Su madre, una mujer de ojos claros, muy envejecida, más por las circunstancias que por la edad, nos contó que el día mas feliz de su vida fue el día que tras 29 años sin poder hacerlo, pudo abrazar a Said. Comentaba que sintió como Said ya con 55 años se sentía como un bebe y ella, sencillamente, como su madre. No pudieron separarse en todo el rato y el peor momento fue para ella cuando el guardián vino y literalmente le arrebato a Said de sus brazos.

 

Su madre no hablaba mucho, aunque cuando lo hacia era con una gran claridad y firmeza. Su hermana Sana, una mujer que rebosaba fuerza y energía por todos los poros de su piel nos comento que Said nunca había perdido la esperanza, y en sus escritos siempre mantenía la llama encendida. Llama que quizá prenda finalmente, aunque nadie se atreve a lanzar las campanas al vuelo, pues en los acuerdos con Israel nunca se puede dar nada por hecho, sino que se lo pregunten a Hussan Khader, uno de los lideres de Al Fatah que esta también en la lista de personas a liberar. A Hussan le dijeron hace unos años que iba a ser uno de los presos liberados en uno de los últimos intercambios, también se lo dijeron a la familia. Comprensiblemente, primero hubo reticencias, pero todo indicaba que la liberación iba producirse. Su familia preparo una fiesta, Hussan recogió sus cosas, se despidió de sus compañeros de celda y el mismo día que debía salir hacia su casa, le dijeron que había habido un error y que él no iba a ser uno de los presos del canje. La decepción, es terrible y la rabia enorme, pues obviamente esta actuación no es fruto de un error, sino de una política cruel de desgaste y tortura psicológica, pues no es el primer preso con el que lo han hecho, ni desgraciadamente, será el último. Espero, sin embargo, que esta vez sea cierto y que pronto estos presos puedan disfrutar de una libertad que les fue injustamente arrebatada, sencillamente, por actuar en base a una legalidad internacional que les ampara.

 

Hoy ha sido un día muy especial, estoy haciendo una nueva brigada con el grupo de Txalapartaris JOTAKUN, con los que además de la relación propia de grupo, me une un profundo cariño y respeto hacia su trabajo, hacia su forma de lucha, que no es otra que la utilización de la txlaparta como forma de expresión, comunicación y solidaridad, como forma de mantener la identidad nacional y como forma de rebeldía social, de revolución popular, buscando el cambio y la justicia social.

 

Precisamente el hecho de la recuperación de la identidad nacional a través de la cultura, ha sido una de las cosas que mas me ha sorprendido este año aquí en palestina.

 

Al principio me pareció una estrategia súper linda, sin embargo a medida que iba pasando por todos los territorios, una y otra vez, algo no me acababa de cuadrar. No sabía qué era, pero algo me tenía preocupada. Por otra parte pensaba que quizá la manía de sospechar de absolutamente todo me estaba emparanoiando, sin embargo la charla con mi amigo Majdi y la experiencia en el Teatro de la libertad de Jenín, me ha acabado de aclarar las ideas. Quizá este completamente equivocada, pero entendiendo el actual contexto y conociendo las estrategias de la comunidad internacional en lo que a cooperación y desarrollo se refiere, no es descabellado llegar a la conclusión a la que he llegado.

 

Cuando una actividad de repente se convierte en moda, se pasa de cero a cien en muy poco tiempo y detrás hay dinero de la comunidad internacional a través de las ONGs, de entrada creo que si no es para echarse a temblar, por lo menos es para estar alerta.

 

Como soy bastante curiosa, allá donde iba preguntaba sobre las actividades que se estaban llevando a cabo para la gente joven y bueno, en todas partes, había Dabka (la danza típica palestina), música y canto. No importaba si la asociación estaba relacionada con Fatah o con el Frente, obviamente no con HAMAS, y el resultado fue que prácticamente todas las organizaciones estaban haciendo estas actividades.

 

De entrada la idea es genial y como licenciada en Educación Física entiendo perfectamente que la danza es un medio estupendo de canalización y comunicación. Pero mi duda era, ¿por qué de repente?, ¿por qué en todas partes?

 

La respuesta que he encontrado apunta otra vez al apoyo de la comunidad internacional a todas las organizaciones que apoyan la “no violencia” y los métodos “no violentos” de resolución de conflictos.

 

Efectivamente, el problema no es tanto la actividad en sí, que insisto me parece excelente, sino las connotaciones y el curriculum oculto que lleva asociado.

 

En muchos de los casos y de los centros, las actividades culturales se están ofreciendo como actividades “no políticas” (como si aquí en palestina, algo pudiera ser no político), buscando una vez mas despolitizar una realidad impregnada de política por los cuatro costados, concretamente pretendiendo despolitizar la resistencia y los conceptos parejos.

 

Una vez más, transmitiendo la idea de que no hay que tirar piedras, sino aprender a actuar y a bailar.

 

Ciertamente, me parece estupendo que se baile y se cante como actividades que fortalecen el carácter, el sentido de pertenencia a una tierra, el concepto de arte al servicio de una causa justa y legitima, como hacen los compas con la txalaparta y algunos grupos de dacha que conozco y llevan tiempo trabajando. Pero me aterra el concepto y las actividades en las que se alecciona a los niños y niñas en actividades que propician el adocenamiento y el conformismo, no añadiéndose a otras formas de resistencia sino intentando suplantarlas.

 

Por supuesto no pretendo fomentar que los niños y niñas vayan a tirar piedras, pero tampoco pretendo transmitirles que eso es violencia y que no deben hacerlo, máxime estando bajo ocupación.

 

El problema principal una vez mas es, según mi opinión, la injerencia de occidente.

 

Si una organización palestina quiere fondos, las principales condiciones que les están poniendo actualmente muchas ONGs occidentales son o que trabajen en el ámbito de la “coexistencia” o que fomenten las actividades “no violentas”, e insisto, no es que este en contra del concepto de resistencia no violenta, sino que estoy en contra de que se deslegitimen las otras formas de resistencia, sobre todo cuando la historia nos enseña que a Israel solo se le puede doblegar por la fuerza de la fuerza, pues es el único lenguaje que entienden. Ciertamente en palestina no hay un Nassarala, ni un Hizbulla y su principal resistencia es su existencia, por eso deberíamos ser muy cautos con las actividades que como extranjeros potenciamos, pues la despolitización de la gente, es indudablemente el primer paso hacia la autodestrucción como pueblo y la desaparición de la causa por la que se lucha.

 

Actualmente el contexto palestino es ciertamente preocupante, desunión nacional, injerencia occidental por medio de las políticas exteriores de los diferentes países a nivel macro y a través de las ONGs a nivel micro y una solidaridad internacional que desgraciadamente en muchos casos, como comenta mi amigo Majdi que lleva toda su vida en la lucha, parece cada vez más interesada en ligar con la población autóctona, olvidándose de su verdadero objetivo. Fomentando, por otra parte la marcha de los jóvenes líderes palestinos, consiguiendo que muchos de ellos sólo deseen tres cosas: dinero, sexo y/o un visado para salir al extranjero. Afortunadamente, encontramos muchos casos de compañeros y compañeras que rompen ese modelo, pero desgraciadamente el anterior existir, existe y parece que va en aumento.

 

Hace unos días apareció un articulo de Tali Fakhima quien afirmaba que Zacharia Zbeidi, el mítico líder de las brigadas de Al Aqsa en Jenin, al que encontramos con un amigo en su jeep, se había convertido en un colaboracionista, por eso ya no estaba en la lista de ’wanted’ y podía moverse libremente. La noticia me sobrecogió, pues una persona con una historia de compromiso como la suya parece que no cuadra con pactos y menos con colaboracionismo, pero si algo tengo claro es que no soy quien para juzgar a nadie, suficiente tengo con mis propias incoherencias personales, sin embargo, sí me preocupa y sobremanera, la influencia que con la mejor de las intenciones podamos ejercer sobre, principalmente, los jóvenes palestinos y por ende en su causa. Como internacionalista creo que debemos ir a conocer otros pueblos, compartir sus luchas, aprender de sus realidades, mostrarles las nuestras, pero mantener clara la idea de que nuestra lucha está en nuestra tierra y que les apoyamos, pero sin imponerles condiciones o decirles como tienen que hacer su propia lucha. El dinero es el principio de muchos de los grandes males y otro ejemplo lo tenemos en como la llegada de dinero extranjero ha causado en el pueblo de Bilín grandes problemas entre los integrantes del comité de resistencia popular. La oenegizacion despolitizadora conlleva el final de la lucha y del mantenimiento de la identidad nacional. Por eso insisto en que deberíamos ser muy cautos al crear nuestros cauces y modos de solidaridad con otros pueblos y otras causas. Si estamos intentando cambiar el sistema, es difícil jugar con sus mismas cartas y mantener los mismos esquemas verticales y etnocraticos. Centrémonos en atacar al enemigo, en este caso en el estado de Israel como representante del imperialismo norteamericano y dejemos que cada pueblo decida cómo quiere resistir, cómo quiere luchar, cómo quiere vivir.

 

Lunes 18 de Agosto de 2008.

CRÓNICAS DESDE PALESTINA: LA SEGUNDA BRIGADA ACABO CON UNA NUEVA VISITA A LA FRANJA DE GAZA.

 

Por Lidón Soriano, Zk - info, La Haine.org

LA SEGUNDA BRIGADA ACABO CON UNA NUEVA VISITA A LA FRANJA DE GAZA.

Desafortunadamente no todos los integrantes del grupo obtuvieron el permiso para entrar en la Franja. Israel cierra el acceso a la población palestina, pero también va poniendo más pegas a las personas que desde diferentes países pretenden visitar la Franja o a sus gentes. Parece que su última táctica cuando pides la coordinación para un grupo es dar el permiso solo a una parte de la delegación. Nos paso la semana pasada y les ha pasado a otro grupo hoy mismo, eran 4 personas y solo 1 ha obtenido el permiso. Para el resto el término utilizado es: “still in process”. Una vez mas las sutilezas de la ocupación, no te dicen que no, pero tampoco te dicen que si, el tiempo, una vez mas, es utilizado como una herramienta de desgaste, juegan con la incertidumbre y tu vida depende de una decisión que te es ajena y sobre la que no puedes incidir. Nosotros solo queríamos entrar a la Franja, no era una necesidad, sino un deseo, pero para muchos palestinos y palestinas es una necesidad perentoria y a veces una urgencia vital. Sin embargo, nada inmuta a las autoridades de la ocupación, nada inmuta a aquellos que deciden quien pasa por los puestos de cruce para recibir asistencia medica y quien no, nada inmuta a las personas que aplican sentencias de muerte negando la posibilidad de un tratamiento que existe y que esta al alcance de la mano.

 

La impotencia sentida estos días nos acercaba mas y nos permitía empezar a comprender que supone vivir bajo ocupación, una palabra que para nosotras no es mas que la unión de una serie de letras, pero que para ellos es, sencillamente, un infierno. Las que tuvimos la suerte de conseguir el permiso pudimos, de nuevo, compartir las alegrías, tristezas, penas y esperanzas de toda la gente que nos íbamos encontrando en nuestro recorrido, de los y las compañeras de tantos años de encuentros, de tantos años de lucha.

 

Entre otras actividades visitamos a la familia Al Azamna y hablamos con la madre de la familia, Yamila y con su nieto Abdala.

 

Mientras nos mostraba las heridas que la habían obligado a compartir su vida con aquel andador que le permitía poder desplazarse a duras penas, Yamila, la madre de la familia, nos contó lo sucedido aquel 8 de noviembre de 2006. Nos relató como al amanecer y sin razón alguna, un misil israelí impacto al lado de su casa, un segundo dio de lleno en la casa y un tercero cayó en cuestión de segundos. Una lluvia de muerte, explosiones brutales que sesgaron vidas inocentes, sueños y esperanzas. 13 fueron los misiles que inmisirecordemente destrozaron la vida de 19 miembros de la misma familia, padres, madres, hijos, primas, tíos......hiriendo a 75 y dejando solos y huérfanos de amor y amistad a otros tantos. Como, en un mal sueño, como en el peor de los sueños, ella solo se recodaba corriendo, gritando, sin sentir sus heridas, sin ver la sangre entre la inmensa nube de polvo que la rodeaba, sin saber donde estaba, hasta que perdió el conocimiento que recupero tras tres días de coma para darse de bruces con la mas cruel de las realidades: la perdida de 9 miembros de su propia familia, entre otros, su marido, su hija de 15 años, su hijo de 25 y dos nietas de 6 meses y 3 años de edad respectivamente. Su relato me estremeció e inundó mis ojos de lagrimas, pues si bien es cierto que la historia era conocida y personalmente ya había escrito algún articulo haciendo mención explicita al caso en cuestión, no había tenido la oportunidad hasta de conocer a la familia. Pero lo mas duro, lo mas doloroso fue escuchar la versión de Abdala, que con solo 10 años había visto, sin poder hacer otra cosa que salvar su propia vida, como su madre y sus dos hermanas de 6 meses y 3 años morían mientras intentaban huir de la casa convertida en una trampa mortal de fuego y destrucción. Empezó a hablar con naturalidad, con una cadencia y un tono de voz que me sorprendió por su serenidad y su madurez. Solo escuchar su voz, sin siquiera entender sus palabras, sentí un nudo en el estomago que me estaba partiendo por dentro, solo sentía deseos de abrazarle e intentar quitarle parte de su inmenso e imborrable dolor. Hablaba con claridad, sentado en su silla de ruedas, sujetando entre sus manos la prótesis, rota de tanto desgaste, que utilizaba para suplir la amputación de su pierna derecha. Rehuya la mirada y en ningún momento le vi sonreír. Me recordó a la nieta pequeña de la casa en la que pase unos días en el campo de refugiados de Jenin tras la masacre de Abril de 2002: mirada ausente, esquiva, que cuando te mira te traspasa, faz hierática, postura cansina, actividad motriz nula. Una niña sin alegría, sin infancia, sin vida. Así sentí a Abdala, no es para menos, lo incomprensible es como lo ha podido superar, como sigue adelante. Para mas inri, como en su día Abu Mazen les presto ayuda, a día de hoy, Hamas se la niega en este tu-a-tu estupido y pueril, de venganzas y castigos, en donde el único perjudicado, como siempre, es el pueblo llano. Pueblo, al que por cierto, he hallado tremendamente cansado por estas acciones de acción-reacción, avergonzado por la imagen que se transmite al exterior y decepcionado por estos lideres políticos que, como sabiamente dijo un chico de Ramallah en una conversación informal en la calle: “se están pegando por sentarse en una silla dibujada en un papel”. Nunca había escuchado una definición tan acertada y sencilla sobre la Autoridad palestina.

 

Otro momento que me impactó fue cuando con un compañero palestino visite la construcción de uno de los famosos túneles que atravesando el corredor Filadelfia comunican Gaza con Egipto. Era tremendamente profundo y se construía con una cuerda, un pozal y un ventilador como máxima expresión de material de alta tecnología. Abajo personas cavando, un dólar por metro excavado, las paredes del túnel apuntaladas con maderos y por supuesto, ninguna medida de seguridad. Lo mas alucinante es ver como la frontera egipcia esta a 500 metros, distancia que no esta vigilada y que con la destrucción del muro se puede recorrer tranquilamente, y sin embargo, una vez mas, se impide que los productos que deberían entrar por el puesto de cruce, pasen y dificultando el proceso hasta limites impensables, se obliga a los palestinos a buscar triquiñuelas para buscarse la vida pasando gasolina, que se vende a 18 shekels (casi 4 Euros) el litro, o medicinas o alimentos o materiales de construcción, todo por no romper el ilegal estado de sitio que Israel impone sobre la Franja de Gaza. Una vez más, nadie se atreve con la criminal vaca sagrada. Un compañero periodista me paso un material en el que se presentaban pruebas de que los ingenieros de la armada norteamericana habían vendido unas máquinas vibradoras a Egipto para que fueran utilizadas en el corredor Filadelfia. Obviamente el objetivo era destruir por vibración los túneles, construidos y a medio construir. Estas máquinas ya se estaban utilizando y provocaban una serie de movimientos sísmicos a modo de terremoto que destruya las precarias estructuras de cruce construidas por los palestinos, aprisionando y matando a todos aquellos que se encontraran en aquel momento atravesándolos o construyéndolos. Desde Junio del año pasado se habían contabilizado 25 muertos por el desplome de estos túneles. Pero a quien le importa, solo son palestinos, además pobres y probablemente...... terroristas.

 

Sin embargo, parece que algo se esta moviendo, como casi siempre por hache, por debajo de la mesa. Fuentes de total credibilidad me informan de que hace solo unos días representantes de diferentes países occidentales, entre ellos Francia y Gran Bretaña han estado de visita en la Franja y se han entrevistado con los lideres de Hamas, parece que a la comunidad internacional no le va a quedar mas salida que reconocer de alguna forma la fuerza que Hamas representa en los territorios del 67 y aceptar que no hay posibilidad de ignorar a un porcentaje elevado de la población palestina que apoya a Hamas y que en el caso de Gaza ronda el 65-70%. Además y como fuente de esperanza parece que un grupo de reconocidos intelectuales y personas de prestigio social y profesional entre el pueblo palestino, están trabajando muy duro en la consecución de unas negociaciones que no tienen otro objetivo que el acercamiento de las dos grandes fuerzas políticas para retomar la senda de la unidad nacional, paso necesario e imprescindible para seguir avanzando en la lucha por los legítimos derechos del pueblo palestino. Es un camino difícil y desgraciadamente, lleno de obstáculos, pero parece que algo se mueve y que por una vez, es para bien.

 

Salud, amor y fuerza, Li

 

Lunes 18 de Agosto de 2008.

UN TEXTO DE 1994: SOBRE EL POETA MAHMUD DARWIX

 

Por Edward Said, mahmuddarwix.blogspot / Rebelión

Rescatamos este texto de 1994, en el que Edward Said presenta a Mahmud Darwix al público norteamericano. Ofrece contrastes curiosos: tan pronto es didáctico y se dirige al lego como se lanza a un veloz análisis saidiano.

 

Me encontré con Mahmud Darwix por primera vez en 1974, y desde entonces hemos sido grandes amigos. Dirige al-Karmel, una revista cuatrimestral de temas literarios y culturales que se edita en Chipre y que ha publicado varios de mis ensayos. Aunque no nos hemos visto demasiado, estamos en contacto frecuente por teléfono. Darwix lee inglés y francés pero no habla con fluidez ninguna de estas lenguas, a pesar de que ha vivido en Francia casi una década. Su medio emocional y estético sigue siendo árabe y en menor medida (por razones obvias) israelí. A pesar de su ironía a veces mordaz y de que no vive ni en palestina ni en Israel, es una presencia determinante en la vida de las dos naciones. Tiene un público inmenso en todo el Mundo Árabe (en 1977 ya se habían vendido más de un millón de ejemplares de sus libros), no sólo entre los palestinos, y eso que está lejos de ser un personaje populista. En Israel, se le sigue con atención debido a su estrecha relación con el Comité Ejecutivo de la OLP. Hasta tal punto su palabra alcanza al público del otro lado que, hace muy pocos años, uno de sus poemas, que expresaba un punto de vista ácido y airado acerca de Israel, fue motivo de discusión en la Kneset. Ninguna otra figura intelectual palestina -ni siquiera el novelista Emil Habibi, que ganó el Premio Israel de las Letras en 1992, y al que Darwix condenó por aceptarlo- tiene una influencia comparable.

 

En Darwix, lo personal y lo público siempre guardan una tensa relación: la fuerza y la pasión que en él tiene lo personal casan mal con los requerimientos de la corrección política y el activismo que exige la actuación pública. Pero siendo como es un escritor concienzudo y meticuloso, Darwix es a la vez un poeta-artista de un tipo que tiene pocos equivalentes en Occidente. Tiene un estilo sorprendentemente personal y sugestivo que provoca una respuesta inmediata de la audiencia. Sólo unos pocos poetas occidentales -Yeats, Walcott, Ginsberg- poseen la irresistible y rara combinación de un estilo que encandila al público y una profundidad, incluso un hermetismo, que refleja un universo sentimental exclusivo. Como éstos, también Darwix posee un gran virtuosismo técnico: se sirve de la incomparablemente rica tradición prosódica árabe de manera siempre innovadora, lo cual le permite algo bastante excepcional en la poesía árabe moderna, a saber: poseer a la vez un estilo virtuoso y un sentido poético depurado, a la postre simple a fuer de refinado. [...]

 

La poesía de Darwix no sólo es una puerta de inusual claridad a un universo alejado de lo convencional, sino que al mismo tiempo es una unión inextricable de poesía y memoria colectiva, que se presionan mutuamente. La paradoja se ahonda de manera casi insoportable cuando la intimidad del sueño se ve invadida o incluso violada por una realidad siniestra y amenazante que colapsa la inquietante dialéctica entre poesía y memoria colectiva, sin resolverla o trascenderla. Esta cualidad al límite y deliberadamente irresuelta de la más reciente poesía de Darwix la convierte en un ejemplo de lo que Adorno llamó late style, en el cual la estética convencional y la intangible, lo histórico y lo trascendental se combinan para proporcionar un sentido increíblemente concreto de más allá, en el que nadie ha vivido en la realidad.

 

Grand Street, nº 48, invierno 1994

 

Traducción de Luz Gómez García

 

Lunes 18 de Agosto de 2008.

ISRAEL COBRA CARO LA LIBERACIÓN DE PRISIONEROS PALESTINOS

 

Por Ulises Canales, Agencia Prensa Latina

La liberación por Israel de 200 presos palestinos encaja en una estrategia dirigida a exacerbar las conocidas divisiones en ese pueblo y a aplacar presiones norteamericanas, pero sin llegar al fondo del estancado proceso de paz.

 

El gobierno israelí definió este lunes la lista de nombres que serán beneficiados con el perdón de Tel Aviv, presentado como “gesto de buena voluntad” hacia el presidente de la Autoridad Nacional palestina (ANP), Mahmoud Abbas, y otros sectores “moderados”.

 

Según Mark Regev, portavoz del primer ministro, Ehud Olmert, la acción de Israel es “una medida de confianza al presidente Abbas, para reforzar a los moderados” palestinos e impulsar el proceso de paz.

 

Incluso, el vocero de Abbas, Nabil Abu Rudeina, la valoró como “un paso en la buena dirección”, aunque abogó por similar beneficio para los más de 11 mil palestinos en cárceles hebreas a fin de crear el clima propicio para negociaciones exitosas.

 

Por su parte, el Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas), que gobierna en la Franja de Gaza desde junio de 2007, calificó la liberación sólo de miembros de su rival Al-Fatah, liderado por Abbas, de “un intento por ahondar las divisiones internas de los palestinos”.

 

Sami Abu Zuhri, portavoz del grupo que despojó a Al-Fatah del poder en Gaza, pidió a Israel incluir a correligionarios de Hamas entre los que serán favorecidos.

 

En ese sentido, recordó que la excarcelación de integrantes de todas las facciones palestinas fue una de las condiciones centrales fijadas para un eventual canje de prisioneros, en referencia a las tratativas para liberar al soldado israelí Gilad Shalit.

 

Pero la medida israelí se producirá en una coyuntura de coincidencia de varias acciones que inciden, en mayor o menor medida, en el hasta ahora improductivo diálogo pacificador.

 

Al mismo tiempo que quedarán en libertad 200 palestinos, las tropas de ocupación mantienen sus redadas en los territorios de la Ribera Occidental administrados por la ANP y los arrestos de personas sospechosas de ser terroristas.

 

Este domingo, dos palestinos fueron capturados -uno en Ramada y otro en Hebrón-, mientras residentes en Naplusa trataron de repeler a pedradas uno de los frecuentes patrullajes hebreos en Cisjordania.

 

Los diarios Jerusalén Post y Haaretz relacionaron la liberación con la visita que la secretaria de estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, realizará a la región a finales de agosto para activar las negociaciones de paz lanzadas en Annapolis, en noviembre de 2007.

 

Entretanto, el partido ultraortodoxo Shass, integrante de la coalición gobernante, consideró el beneficio a los 200 palestinos una “mala decisión, pues reduce las posibilidades de regreso de Shalit”, detenido desde junio de 2006 en la Franja de Gaza.

 

Además de Shass, el ministro de Vivienda de Israel, Zeev Boím, allegado a Olmert, votó en contra de esa decisión al declarar que prefería liberar presos palestinos para Abbas que para Hamas.

 

Asimismo, el Jerusalén Post citó a un jefe de la Agencia Israelí de Inteligencia (Shin Bet) quien consideró que la excarcelación desmotiva a sus agentes, pues “trabajan día y noche por capturar y neutralizar a terroristas, y todo su esfuerzo se va en un instante”.

 

Tales posturas son coherentes con el razonamiento predominante entre líderes políticos israelíes, incluso los que forzados por presiones internacionales procuran mostrar tolerancia y disposición a hallar un arreglo al conflicto más complejo del Medio Oriente.

 

De hecho, las movidas de Tel Aviv ocurren una semana después de que Olmert propuso a Abbas un acuerdo de paz en el que Israel se anexaba un 7,3 por ciento de Cisjordania y retenía los polémicos asentamientos de Male Adumin, Gush Etzion y otros que rodean Jerusalén.

 

A cambio, el estado hebreo cedería el equivalente de un 5,4 por ciento de territorio en el desierto del Negev y compensaría un dos por ciento con una vía que enlazaría a Gaza con la Ribera Occidental.

 

Para colmo, los israelíes exigían que el futuro estado palestino careciera de ejército, además de que se negarían a reconocer el derecho de retorno de los cuatro millones de refugiados palestinos, y obviaron referirse a Jerusalén, que consideran “eterna e indivisible”.

 

Lo innegable para muchos palestinos residentes en Gaza es que en vísperas de comenzar el curso escolar en septiembre, el bloqueo israelí a ese enclave ya no solo provoca escasez de alimentos, medicinas y otros bienes, sino también de útiles y uniformes.

 

Lunes 18 de Agosto de 2008.

EL ASEDIO DE GAZA: ISRAEL UTILIZA LOS MÉTODOS DE HITLER CONTRA LOS PALESTINOS

 

Por Suzanne Weiss, La Estrella palestina / Taric Islamic Centre / Rebelión

Este texto es la ponencia presentada por la colaboradora de Socialist Voice Suzanne Weiss en un encuentro conjunto de defensores de los derechos palestinos musulmanes y judíos en el Taric Islamic Centre (www.taric.org) de Toronto 14 de junio de 2008.

 

Este inspirador encuentro trata de tender la mano a las comunidades judías y musulmanas, de ayudar a entender el conflicto en Oriente Próximo. Gracias por el honor de invitarme a participar en él.

 

Mi vida ha estado modelada por el Holocausto judío bajo Hitler. Mi madre murió en Auschwitz y yo escapé por muy poco a ese mismo destino fatal. Como muchas otras personas he tratado de resistir a las fuerzas de la guerra y de la opresión que vimos en el nazismo y que todavía perduran. Hemos logrado victorias, como la destrucción del apartheid en Sudáfrica.

 

Pero hoy vemos que los métodos del nazismo se emplean contra los palestinos con el objetivo último de exterminarlos como pueblo. Y este horror se justifica haciendo referencia a las víctimas del Holocausto. ¡Qué enorme mentira!

 

Israel es quien utiliza métodos del nazismo para oprimir a los palestinos. Mientras tanto, la lucha de resistencia palestina permanece como una continuidad de las resistencias de mi pueblo y de otros pueblos en Europa contra el nazismo.

 

El objetivo fundamental del Holocausto nazi fue la limpieza étnica: liberar Alemania y todos los territorios que ocupaba del todo el pueblo judío. Los nazis se plantearon expulsar de Europa al pueblo judío, pero al no encontrar la manera de hacerlo decidieron matarlos a todos. Se sacó a los judíos de sus casas, se les robaron sus posesiones, los apiñaron en ghettos y millones de ellos fueron enviados a la cámara de gas.

 

El Holocausto es uno de los acontecimientos históricos mejor documentado de todos los tiempos. Los nazis fueron metódicos (contaron a sus víctimas y mantuvieron registros meticulosos de ellas). En la ciudad polaca de la que mi familia era originaria, Piotrkow, había 30.000 judíos. Sólo sobrevivieron cien. En el tren que llevaba a mi madre a Auschwitz había mil judíos de los cuales sólo sobrevivieron diez. No se niega la verdad este deplorable capítulo de la historia humana.

 

Otro hecho histórico que no se puede denegar es la Nakba, la catástrofe que los sionistas infligieron a los palestinos en 1948. La idea básica era la misma: la limpieza étnica. Desposeer a los palestinos y expulsarlos de sus casas y de sus tierras. El objetivo de los sionistas no era matar a todos los palestinos, sino matar sólo a los suficientes como para expulsarlos y apoderarse de su tierra.

 

Los historiadores sionistas inventaron una historia de un “voluntario” éxodo masivo de cientos de miles de palestinos que, según dicen los sionistas, habían decidido abandonar temporalmente sus hogares y sus pueblos para dejar libre el camino a los ejércitos árabes invasores. Esto es una mentira descomunal. Es tan deshonesto y tan absurdo como las historias de Hitler acerca de cómo los judíos supuestamente iniciaron la Segunda Guerra Mundial. De hecho la expulsión de los palestinos empezó en 1948 en condiciones de paz.

 

Los sionistas y sus aliados desplazaron a cientos de miles de palestinos, les robaron sus tierras que tradicionalmente habían dedicado a la agricultura y los dejaron sin hogar. Lo hicieron con la ayuda de asesinatos masivos.

 

El objetivo de los sionistas era eliminar a palestina de la familia de las naciones del mundo. Esperaban que el mundo olvidara que alguna vez había existido el pueblo palestino. Ésta es la “solución final” sionista para los palestinos.

 

Esto es también una forma de genocidio y hoy en día continúa.

 

Déjenme contarles algunas de las cosas que los nazis hicieron en Piotrkow, la ciudad polaca de donde era mi familia. Les parecerá que es muy similar a lo que hoy ocurre en Gaza y Cisjordania.

 

La GESTAPO alemana y sus aliados expulsaron a los judíos de Piotrkow de la sociedad y los confinaron en un ghetto rodeado de un muro inmenso. La idea era mantener en la ignorancia [de lo que ocurría] a las personas que estaban a ambos lados del muro, segregar a los leprosos, los judíos, de manera que los nazis pudieran cometer sus acciones asesinas en secreto.

 

Dentro del ghetto se privó a los judíos de lo esencial para vivir y se les impidió entrar o salir. Eran hostigados y humillados en los checkpoints. Miles de ellos fueron asesinos de manera arbitraria, incluidos niños inocentes.

 

El ghetto de Piotrokov creció y cada vez se superpoblaba más a medida que judíos de otras ciudades eran enviados a apiñarse en él. Las condiciones del ghetto se deterioraron. Las casas estaban extraordinariamente superpobladas y las condiciones sanitarias eran muy malas. Se empezaron a propagar epidemias.

 

Dentro del ghetto había un gobierno y una policía judíos, pero estaban controlados por las autoridades nazis. Algunos dirigentes judíos, incluido un miembro de mi familia, Yakov Berliner, organizaron la resistencia, pero se les dio caza y fueron ejecutados.

 

Esto resulta muy familiar para cualquiera que conozca las condiciones actuales de palestina.

 

Hoy la inmensa mayoría de los palestinos han sido desposeídos de sus tierras y expulsados de ellas. En la ocupada palestina la gente está confinada en pequeños enclaves, rodeados de altos muros y de checkpoints intimidantes. Los palestinos son humillados, incluso se les obliga a arrastrarse desnudos. Gaza se parece a los ghettos de Hitler. Los palestinos están encerrados y privados de las necesidades vitales.

 

Existe una Autoridad palestina, pero su poder está limitado por los sionistas. La policía palestina, adiestrada por los enemigos de su pueblo, incluido el gobierno canadiense, suelen reprimir a la población. Los palestinos sufren una persecución y una humillación permanentes. No pueden ganarse la vida y tiene que padecer una pobreza que amenaza sus vidas.

 

Los palestinos sufren ataques arbitrarios y no provocados, la demolición y el bombardeo de sus casas y de sus pueblos. Se da caza y se ejecuta a los dirigentes de la resistencia palestina.

 

En Gaza los palestinos han sido capaces de mantener un gobierno establecido por medio de unas elecciones libres. Por este crimen han sido situados bajo asedio y bombardeados.

 

El vice-ministro de Defensa de Israel, Matan Vilnai, ha lanzado una terrible amenaza contra el pueblo de Gaza. Los jóvenes palestinos utilizan los únicos medios de defensa de los que disponen. No son comparables a las bombas y los tanques que destruyen su sociedad. El pueblo palestino tiene el derecho inalienable a defenderse a ellos mismos, de defender su tierra y sus propiedades por cualquier medio que puedan, incluido por medio de su gobierno elegido democráticamente, Hamas. Sin embargo Vilnai ha dicho que si se intensifica el lanzamiento de cohetes artesanos “atraerán sobre ellos (los palestinos) un holocausto mayor porque nosotros utilizaremos todo nuestro poder para defendernos”.

 

Un holocausto mayor: la referencia a las acciones de Hitler es evidente. Esto significa que tratará de borrar físicamente del mapa a la población de Gaza.

 

Fuerzas poderosas han tratado de borrar el crimen cometido contra los palestinos de la memoria pública del mundo. Pero el pueblo palestino ha sobrevivido y su resistencia continúa, con la simpatía de pueblos de todo el mundo. La verdad acerca de los crímenes cometidos contra los palestinos no se puede silenciar.

 

Los sionistas emplean mal el recuerdo del Holocausto para alimentar y justificar nuevas guerras en Oriente Próximo. Esto es un crimen contra la memoria de mi familia y de otras víctimas judías bajo Hitler.

 

Lo sionistas actúan con un fuerte apoyo de Estados Unidos, que tiene sus propias razones criminales para ver a los palestinos derrotados. Los sionistas quieren su exclusivo Estados judío, y quieren que se expanda y domine la zona. Estados Unidos, con el apoyo de Ottawa, quiere el petróleo y otros recursos, quiere controlar todo Oriente Próximo. Esta es la razón por la llevan a cabo una guerra contra Irak y Afganistán, y están amenazando a Irán.

 

Estar en contra del gobierno de Israel no es antisemita. Debemos defender la justicia y la humanidad. Nos oponemos al sistema del sionismo que oprime a un pueblo, los palestinos. Y pone en peligro a otros, a los judíos israelíes, al tiempo que condena a estos últimos al odio del mundo.

 

Si prevalece el crimen contra los palestinos, esto significaría que ha triunfado el espíritu de Hitler. Para ser fieles a la memoria de las víctimas del Holocausto y de todas las víctimas de Hitler debemos defender a los palestinos.

 

Debemos unirnos a su lucha de resistencia para recuperar su tierra. Podemos hacerlo aquí, en Canadá.

 

Necesitamos una campaña unitaria por la paz y la justicia para palestina, por una sociedad en la que todos los habitantes, judíos y palestinos, tengan igual voz e iguales derechos. Todos los palestinos expulsados de su país deberían tener derecho a retornar a él.

 

Durante la época de Hitler los gobiernos del mundo apoyaron en silencio estos crímenes contra el pueblo judío, incluyendo el gobierno canadiense que se negó a aceptar a inmigrantes judíos que huían del Holocausto. Hoy no podemos permitir el silencio en torno a los crímenes perpetrados contra el pueblo palestino. Debemos exigir justicia desde nuestros propios gobiernos.

 

Pertenezco a “Not in Our Name (NION): Jewish Voice Against Zionism” [“No en Nuestro Nombre: Voz Judía contra el Sionismo”] y también estoy con la Coalition Against Israeli Apartheid (CAIA) [“Coalición contra del Apartheid Israelí”] [1]. Estas organizaciones apoyan el derecho palestino a retornar y a recuperar su tierra. Hacen un llamamiento al boicot, las desinversiones y las sanciones contra las políticas de apartheid israelíes.

 

Llegará el día en que caerá el Muro del Apartheid y veremos la liberación de los palestinos. Será un nuevo día para la libertad de todos nosotros en todo el mundo.

 

Trabajemos juntos por ese día de liberación.

 

¡Libertad para los palestinos!

 

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

 

[1] Not in Our Name: Jewish Voices Opposing Zionism Coalition Against Israeli Apartheid

¡QUÉ FÁCIL ES DESPRENDERNOS DE NUESTRA RESPONSABILIDAD SOBRE GAZA!

¡QUÉ FÁCIL ES DESPRENDERNOS DE NUESTRA RESPONSABILIDAD SOBRE GAZA!

 

Viernes 08 de Agosto de 2008.

¡QUÉ FÁCIL ES DESPRENDERNOS DE NUESTRA RESPONSABILIDAD SOBRE GAZA!

 

Por Orit Lavnin-Dgani, www.nrg.co.il/online / Rebelión (Traducción de J.M.)

El barco de los activistas por los derechos humanos que llega a Gaza no es una expedición para salvar a Hamas -es para salvar la vida de los palestinos. Respuesta a Ben Dror Iamini.

 

En su artículo “Vísperas (ó libertad) del barco del odio que salvará a Hamas”, Ben Dror Iamini menciona el apoyo de Hedí Epstein, sobreviviente del Holocausto de 84 años de edad, integrante de la travesía de ese barco. “El barco que apoya el régimen asesino” (de Hamas) así denomina Iamini a la embarcación, después de describir detalles espantosos del régimen, como por ejemplo llenar de gas el cuerpo de sus opositores. Extraño, él escribe, que una mujer que sobrevivió a las cámaras de gas apoya un régimen que elimina compatriotas con gas. Como hija de sobrevivientes deseo exponer la relación que veo entre la biografía de la Sra. Epstein y su activismo.

 

Pero en principio, es necesario contar el objetivo de esta navegación, que no tiene nada que ver con el apoyo al régimen de Hamas. Los dos barcos emprendieron la tarea con el objetivo de intentar y romper el cerco cerrado sobre la Franja de Gaza, en la cual viven 1.400.000 mil seres humanos a los cuales se les impide los derechos humanos elementales tales como salud, asistencia y bienestar económico. Las personas que están en la cubierta, activistas en derechos humanos y ayuda humanitaria, fueron voluntarios por años en Gaza y también en la Cisjordania, hasta que el estado de Israel les impidió la entrada a esos lugares.

 

Me entristece la ramplona descripción de Iamini sobre Hamas, como si fuera el reino del terror. Es muy fácil así dividir el mundo entre buenos y malos. Demasiado fácil. Pero sí estoy convencida que el malvado no está solamente en Hamas, así como tampoco solamente entre los nazis. El potencial malvado se encuentra dentro de cada uno de nosotros. Tuvimos una dolorosa muestra en el año 1961, en el experimento que llevó a cabo Stanly Milgram y en el cual participaron jóvenes estudiantes de la universidad de Yale que dieron a personas desconocidas por ellos golpes de electricidad de un potencial de 315 voltios suficientes para matar un ser humano. No eran ni musulmanes ni tampoco ignorantes de ideas. Eran blancos, judíos y católicos., que en nombre de obediencia a órdenes superiores accedieron a pasar corriente eléctrica frente a sus ojos. Iban viendo a los interrogados desfallecer, escucharon sus gritos, aún así siguieron, porque así les ordenaron y ellos obedecieron (los católicos fueron más obedientes que los judíos)

 

Antes de llamar a los activistas por los derechos humanos hipócritas ó partícipes de sectas diabólicas, como lo hace Iamini en su artículo, invito a cada uno de nosotros que se pregunte si habría estado dentro del 35% que se negó a obedecer la orden, ó entre la mayoría de los participantes y que en nombre de la ciencia, da golpes de electricidad fatales a otros seres humanos.

 

NO BUSCAR EXCUSAS

Si el accionar de Hamas no es aceptable, no podemos hacer otra cosa más que lamentarnos por la forma en que las personas deciden dirimir sus conflictos. Pero en principio nuestra responsabilidad es examinarnos a nosotros mismos. Cómo dirimimos el conflicto con los palestinos, ¿acaso no con fuerza y más fuerza?, ¿acaso no con todo tipo de medios extremos y obsoletos, incluyendo el estrangulamiento de poblaciones civiles? Y en general, ¿Cuándo estuvimos por última vez en Cisjordania? ¿Quién de nosotros, que habitamos el occidente de la línea verde, sabemos cómo se vive la ocupación?

 

Si habríamos estado en Gaza veríamos un modelo de ocupación sin presencia. Una especie de patente mundial de estar afuera pero ahorcar adentro. Quien eligió estar a bordo de uno de los barcos que navegan hacia Gaza, y entre ellos también la Sra. Epstein, saben lo que nosotros nos negamos a saber: que Israel continúa gobernando Gaza a pesar de haber declarado la desocupación física. Que Israel impone a la Franja una política de estrangulamiento económico, sanitario y espiritual.

 

Me uno a la Sra. Epstein y sus compañeros de navegación que desean que no olvidemos y que no nos escabullamos del crimen que ocurre en Gaza y que debe finalizar; que le imponen a Israel tomar la responsabilidad que le cabe sobre lo que ocurre en Gaza, sin buscar excusas y sin decirnos, como siempre, qué malos son los demás.

 

Jueves 07 de Agosto de 2008.

NI’LIN: LA HISTORIA DE UN PUEBLO QUE LUCHA POR SOBREVIVIR

 

Por Mireia Gallardo Avellan*, Revista Pueblos

La historia de Ni’lin es una historia de desposesión in crescendo. Los residentes de este pequeño pueblo agrícola perdieron gran parte de sus tierras en la guerra del 1948. Después de la Guerra de los Seis Días del 1967, Israel aprovechó la ubicación del pueblo, ya que se encuentra cerca de la Línea Verde, y empezó a confiscar las tierras a los palestinos para establecer colonias judías.

 

Primero fueron setenta y cuatro dunums los que fueron expropiados con el objetivo de establecer la colonia judía de Shilat. Más tarde se confiscaron otros 661 dunums, estableciendo el asentamiento judío de Mattityahu. En el año 1985, 934 dunums fueron confiscados para construir la colonia de Hashmona’im y, seis años más tarde 274 dunums fueron confiscados para construir el asentamiento de Mod’in Illit. Finalmente, en el año 1998, más de 20 dunums fueron ocupados por parte de los colonos judíos, estableciendo la colonia de Menorah. Sumando la superficie de todas estas colonias judías juntas, vemos que más del 13 por ciento de la tierra de Ni’lin ha sido expropiada por parte del Estado de Israel para la expansión de sus asentamientos, ilegales, en Cisjordania.

 

En el año 2002 Israel empezó a construir el Muro de Anexión o del Apartheid, declarado ilegal por parte del Tribunal Internacional de Justicia de la Haya. Recientemente, han empezado las obras de construcción del Muro cerca del pueblo de Ni’lin; si se llega a completar su construcción, 2.500 dunums, aproximadamente el 20 por ciento de la tierra que poseen los palestinos de Ni’lin, será confiscada.

 

Esta vez, sin embargo, los residentes de Ni’lin han dicho basta a las agresiones que sufren constantemente por parte del Estado de Israel, los colonos ilegales judíos y las Fuerzas de Ocupación. A principios del mes de mayo, los propios residentes del pueblo lanzaron una campaña popular para frenar la confiscación de sus tierras y, a pesar de las amenazas brutales por parte de las Fuerzas de Ocupación israelíes de parar la revuelta popular (que han incluido varios toques de queda, tiroteos que han dejado más de 200 heridos y hasta un menor de Ni’lin muerto) los palestinos no están dispuestos a rendirse y dejar la lucha por sus tierras. Este no es un hecho para nada insignificante ya que pocas veces se ha dado el caso de que un pueblo entero se haya unido para luchar, diariamente, por sus derechos con actos de desobediencia civil, particularmente cuando hay que enfrentarse a respuestas y agresiones violentas por parte de Israel.

 

Los acontecimientos que se suceden en Ni’lin también nos proporcionan los ingredientes perfectos para una buena historia. Durante los tres primeros días de toque de queda, no se permitió que las ambulancias entraran en el pueblo; el cuerpo de un residente fallecido fue guardado 4 horas en la entrada del pueblo, hasta que las Fuerzas de Ocupación permitieron que los familiares pudieran recogerlo y llevárselo para el entierro. Una mujer embarazada no pudo salir de Ni’lin y llegar al hospital para dar a luz, de manera que se vio forzada a tener el bebé en su propia casa. Un menor de tan sólo 12 años de edad fue secuestrado durante dos días por parte de los soldados israelíes. Los ancianos del pueblo han recibido golpes por parte de las Fuerzas de Ocupación y muchos residentes sufren heridas de gravedad debido a los continuos tiroteos.

 

Deberíamos preguntarnos por qué la mayoría de los medios de comunicación no están cubriendo debidamente la campaña de revuelta popular en Ni’lin. La razón es bien simple: si los medios de comunicación cubriesen la lucha popular de Ni’lin por parte de sus residentes, se rompería la percepción estereotipada del conflicto entre israelíes y palestinos, que tanto interesa mantener a las principales fuentes de información y a gran parte de la comunidad internacional. A diferencia de los ataques con excavadoras que se han vivido en Jerusalén, que refuerzan el entendimiento penetrante del conflicto, los acontecimientos en Ni’lin destapan una realidad mucho más compleja. La historia de Ni’lin no implica a palestinos que cometen “actos terroristas” contra la sociedad israelí, sino que implica actos populares y de resistencia civil pasiva contra la represión despiadada y agresiva por parte de Israel y sus Fuerzas de Ocupación.

 

Otro aspecto de Ni’lin que va en contra de los estereotipos existentes sobre el conflicto, es que no hay un confrontación directo entre israelíes y palestinos, más bien hay un número considerable de activistas israelíes e internacionales que apoyan los actos de resistencia de la población palestina para frenar las excavadoras militares que amenazan en destruir sus tierras. Parte de los heridos a lo largo de la campaña popular son activistas israelíes.

 

La historia de Ni’lin es, en otras palabras, la historia de una gente colonizada que se resiste a la colonización. Esta no es justamente la manera más frecuente de retratar, por parte de los medios de comunicación, el conflicto entre israelíes y palestinos y no parece ser que estén interesados en cambiar su punto de vista y la imagen que se quiere dar del conflicto. La campaña histórica en Ni’lin (así como muchas otras campañas de resistencia pasiva no violentas contra la ocupación, en lugares como Bi’lin o Al Ram) todavía necesitan un tiempo para que dejen huella.

 

* Mireia Gallardo Avellan es delegada de Paz con Dignidad en palestina

 

Miércoles 06 de Agosto de 2008.

LA LUCHA CONTRA LA SILENCIOSA LIMPIEZA ÉTNICA DE JERUSALÉN: LOS PALESTINOS SE ENFRENTAN A UN SINFÍN DE

DEMOLICIONES DE SUS CASAS POR PARTE DE ISRAEL

 

Por Jonathan Cook, Counterpunch

Una llamada de un vecino avisándole de que corriera a la casa que casi había acabado de construir despertó al alba a Nader Elayan. Cuando llegó era demasiado tarde: un buldózer estaba echando abajo las paredes. Más de cien guardas de seguridad israelíes contenían a los vecinos.

 

La demolición, que se llevó a cabo hace cuatro años, dejó a Nader Elayan, a su mujer, Fidaa, ahora embarazada, y a sus dos niños pequeños sin más lugar para vivir que una habitación en la ya abarrotada casa de su hermano. Es la única tierra que posee y ha invertido todos los ahorros en construir la ahora demolida casa.

 

En los últimos años dos docenas de otras familias del pueblo palestino de Anata, a las afueras de Jerusalén este, han compartido el mismo destino que Nader Elayan. Otros cientos más de familias tienen órdenes de demolición pesando sobre sus casas. “No se ha concedido el permiso para construir una casa ni a una sola persona de mi barrio”, dice Nader Elayan, de 37 años.

 

El problema de la demolición de casas afecta a los palestinos de todos los territorios ocupados. Pero según Hatem Abdelkader, un asesor de Salam Fayyad, el primer ministro palestino, la situación es particularmente grave en la zona de Jerusalén este.

 

Indicó que el resultado de la política de Israel de denegar los permisos de construcción a muchos de los 250.000 palestinos de Jerusalén este ha sido la clasificación de 20.000 casas de la ciudad como ilegales desde que empezó la ocupación en 1967. Sólo el año pasado el ayuntamiento de Jerusalén emitió más de mil órdenes de demolición de “viviendas ilegales”. Se cree que tres de cada cuatro casas palestinas en la ciudad están construidas sin permiso.

 

“La construcción ilegal es simplemente un pretexto para destruir las casas y las vidas de las familias palestinas”, afirma Ges Harper, director del Comité Israelí contra la Demolición de Casas (ICAHD, por sus siglas en inglés).

 

“Las demoliciones forman parte de una política de detener la expansión natural de las comunidades palestinas dentro y alrededor de Jerusalén liberando la máxima cantidad de tierra para el uso de los colonos israelíes”, continúa Harper. “Las demoliciones aumentan la presión sobre los palestinos para que se muden a Cisjordania, de manera que al hacerlo pierden sus derechos de residencia en la ciudad”.

 

En un acto de rebeldía la organización de Harper y 40 voluntarios internacionales ayudaron a la familia Elayan a reconstruir su casa en un intento de atraer la atención sobre lo que el Comité llama la “silenciosa limpieza étnica” de Jerusalén este. El trabajo se llevó a cabo durante un campamento de verano de dos semanas de duración financiado por el gobierno español. Madrid también pagó la estancia de los 18 voluntarios españoles.

 

“Es la primera vez que un gobierno apoya la reconstrucción de una casa palestina ‘ilegal’ demolida por las autoridades israelíes,” afirma Harper.

 

La cuestión de la demolición de casas vuelve a estar de actualidad ahora después de dos incidentes independientes sucedidos en julio en los que dos palestinos, ambos residentes en Jerusalén, circularon por la ciudad en un buldózer arrasando lo que encontraban a su paso. Mataron a tres israelíes y dejaron a otros muchos más. Aunque a ambos palestinos los mataron en el lugar de un tiro, los altos cargos israelíes, incluyendo a Ehud Barak, ministro de Defensa, están pidiendo la demolición de sus casas, lo que dejaría a sus familias sin hogar, para disuadir a otros de hacer lo mismo.

 

Esta destrucción punitiva de casas acabó en 2005 por la amenaza de recusaciones legales, pero no antes de que 270 casas fueran arrasadas “por razones de seguridad” durante el primer año de la Intifada.

 

Sin embargo, según Harper, el uso de las demoliciones contra palestinos acusados de construcción ilegal es un problema mucho más importante. “Calculamos que al menos se han destruido 18.000 casas durante las cuatro décadas de ocupación”.

 

De hecho Harper cree que es posible que el número real de casas demolidas sea el doble de las cifras oficiales. Muchas demoliciones no están registradas y las hacen los propios palestinos por temor a las fuertes multas que se les imponen cuando el ejército israelí emite la orden de demolición.

 

“La mayoría de las demoliciones son de edificios de varias plantas que son el hogar de varias familias, lo que significa que mucho más de 100.000 familias palestinas pueden haberse quedado sin hogar debido a las políticas administrativas israelíes”, afirmó.

 

Desde que se fundó hace una década, el Comité Israelí contra la Demolición de Casas ha reconstruido 150 casas palestinas como parte de su campaña para llamar la atención de los judíos israelíes y de la comunidad internacional sobre el problema de la demolición de casas. Ha sido una batalla muy difícil, dice Harper. La Unión Europea, que ha mejorado recientemente sus relaciones con Israel, anunció este mes la retirada de su financiación al ICAHD.

 

Pero el campo de trabajo de este año puede que haga un poco más difícil que se sigan demoliendo casa en Anata, opina Harper: “una cosa es destruir una casa construida de manera supuestamente ilegal por un palestino y otra destruir una construida con dinero proporcionado por el gobierno español”.

 

Harper también cree que al presentar estos grupos como campamentos de verano de voluntarios de la causa palestina puede hacer que empiece a cambiar la percepción del público.

 

Alonso Santos, un estudiante de arquitectura madrileño de 21 años, afirmó que había aprendido mucho al ver de primera mano la vida palestina bajo la ocupación.

 

“Se me abrieron los ojos al darme cuenta de que los principios de planificación urbanística que nos enseñan en la universidad los estaban usando los israelíes pero exactamente con el propósito contrario del habitual. Las normas de planificación aquí están diseñadas no para mejorar la vida de los palestinos sino para hacérselas más miserables”.

 

Los voluntarios se alojaron el un centro de paz situado en Anata y levantado en el lugar donde estaba la casa de Salim Shawamreh, que fue demolida cuatro veces por las autoridades israelíes. Conocida como la Casa Arabiya, por el nombre de la mujer de Shawamreh, uno de los lados del edificio está decorado con un mural que describe la muerte de Rachel Corrie, una pacifista estadounidense, por un buldózer israelí que había estado demoliendo casas en Gaza.

 

“Imagine que sus hijos se van por la mañana al colegio y cuando vuelven más tarde se dan cuenta de su casa, todo su mundo, ha desaparecido mientras estaban fuera”, dijo Shawamreh. “Eso les ocurrió a mis hijos cuatro veces. Es de una crueldad que no se puede expresar con palabras”.

 

Shawamreh, cuya familia eran refugiados de 1948 procedentes del norte de Negev, dijo que el ICAHD y él habían creado el centro de paz para llamar la atención sobre las difíciles condiciones de vida de los palestinos de Anata. Hoy la casa esta bajo la vista de una comisaría de policía situada en el valle, que es parte del futuro crecimiento de un enorme asentamiento judío, Maale Adumum, que los palestinos y los grupos de derechos humanos israelíes creen que está dividiendo en dos Cisjordania.

 

El centro de paz también está cerca tanto del serpenteante trazado del muro de separación israelí y de una nueva carretera de circunvalación (que forma parte de lo que se considera un sistema de carreteras de apartheid) que se está construyendo para garantizar que los colonos judíos pueden conducir separados de los palestinos por toda Cisjordania.

 

La Casa Arabiya tiene un aplazamiento temporal de demolición mientras los tribunales israelíes determinan su estatus.

 

Harper afirma que los jueces son reacios a confirmar la orden de demolición porque su grupo ha amenazado con llevar el caso ante el Tribunal Internacional de Justicia si el veredicto es contrario a la casa.

 

Jonathan Cook es un periodista y escritor que trabaja en Nazareth. Sus últimos libros son Israel and the Clash of Civilisations: Irak, Irán and the Plan to Remake the Middle East (Pluto Press) y Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair (Zed Books).

 

Este artículo fue publicado originalmente en The National (http://www.thenational.ae), publicado en Abu Dhabi.

 

Lunes 04 de Agosto de 2008.

UNA ENTREVISTA CON JEFF HALPER:

“QUEREMOS ABRIR UNA BRECHA PERMANENTE”

 

Por Sophia Deeg, Junge Welt / Rebelión (Traducción de Luis Montilla)

Ges Harper es profesor de antropología. En 1997 fue cofundador del “Comité Israelí Contra la Destrucción de Casas” (ICAHD) en Jerusalén, institución que coordina hoy en día. Es uno de los participantes en el viaje solidario de Chipre a Gaza.

 

- Se está usted preparando para el viaje de Chipre a Gaza y habla también de una bolsa impermeable para su cuaderno de notas. ¿Qué es lo que esperan cuando se vayan acercando a Gaza?

 

- Es difícil de decir. La marina israelí ha manifestado que no nos va a dejar entrar en Gaza. Puedo imaginarme que en cuanto nos acerquemos a la costa, abordarán nuestros dos barcos y si es posible, con las armas por delante, obligarán al capitán a cambiar el rumbo de nuevo hacia Chipre.

 

- Si no consiguen alcanzar Gaza, ¿qué es lo que esperan de la acción?

 

- Lo bonito de la resistencia pacífica es que siempre gana. Ya es un éxito que nos pongamos en marcha con esta acción política. En lo referente a Gaza, se habla casi siempre solo en aspectos humanitarios o de ayuda humanitaria. Sin embargo no se trata de una crisis humanitaria, sino mucho más de una crisis política. La crisis humanitaria es un síntoma de la crisis política. No se trata de una hambruna en el “Tercer Mundo” sino de una crisis intencionada y conscientemente provocada. Queremos romper el cerco de Gaza, llamar la atención al mundo de que ese cerco existe, de que es ilegal y de que es una parte más del proceso de ocupación.

 

- ¿Qué se puede hacer en Alemania y en Europa a favor de la resistencia de los palestinos e israelíes contra la ocupación?

 

- Preocuparse de que la gente esté informada, de que no sigan siendo indiferentes. Está comenzando a tomar forma un movimiento que se parece al movimiento antiapartheid. Es sólo el comienzo, pero estoy convencido de que crece permanentemente. Por ejemplo, el sindicato canadiense de carteros ha decidido no distribuir más correo israelí en Canadá. Si queremos conseguir algo debemos tener ideas en las que nosotros como consumidores, como sindicalistas o como intelectuales podamos ejercer una presión eficaz a través de un boicot cultural a Israel, de un boicot deportivo, etc. Existen muchas posibilidades para las que no necesitamos a los gobiernos. Podemos llevar nosotros mismos a la práctica sanciones contra la política de Israel. Si esto ocurre masivamente, en algún momento se arrastrará a los gobiernos.

 

- Usted ha publicado recientemente el libro “An Israeli in Palestine- Resisting Dispossession. Redeeming Israel” (“Un israelí en palestina. Resistir las ocupaciones. Redimir a Israel”) ¿Qué le motivó como activista para escribirlo?

 

- Es importante estar en el sitio y ejercer allí una resistencia activa. Pero no es suficiente. Sólo el activismo no derrotará a la ocupación. Se debe hacer también un análisis que permita explicar a un gran público en que consiste exactamente el problema. En este conflicto es Israel el más fuerte de los contendientes y en ese sentido debemos efectuar una interpretación. El modelo interpretativo por el que Israel es una víctima del terrorismo falla en la causa. Israel es ante todo la fuerza ocupadora y por lo tanto, también el principal responsable. Sobre la base de cambiar el modelo interpretativo podemos desarrollar razonablemente campañas y actividades. He intentado en el libro hacer eso que yo como activista en primera línea, he aprendido, en conexión con un análisis más amplio. Al final del libro hago un par de propuestas sobre la dirección en la que podemos continuar trabajando para poner en marcha un movimiento contra la ocupación a nivel mundial y que sea efectivo, un movimiento parecido al movimiento antiapartheid.

 

- ¿Cómo se presentan los próximos días y semanas?

 

- Los participantes en el viaje llegan poco a poco a Chipre. Así que tenemos todavía un par de días para prepararnos para situaciones concretas, para dar una vuelta por los barcos, etc. El 5 de agosto partimos. Para ahorrar carburante para nuestros medios de comunicación, etc., iremos a vela. Supuestamente, necesitamos dos días para llegar a Gaza. Entonces nos quedaremos algunos días allí. Sin embargo lo que quiero destacar muy especialmente es que todo esto no es cualquier acción simbólica, un asunto puntual. Porque si sale bien, el hecho de llegar a Gaza y romper el cerco, significará entonces que hemos roto realmente el cerco. Queremos abrir una brecha permanente a través de la cual los habitantes de Gaza puedan estar de nuevo unidos con el mundo.

 

- ¿Se les espera realmente en Gaza?

 

- Sí, claro. Vamos por la invitación de una gran cantidad de organizaciones de Gaza, por supuesto no nos autoinvitaríamos a ir. Toda la iniciativa esta acordada con la gente de allí. También por eso es tan significativa.

 

Domingo 03 de Agosto de 2008

UN CIERRE TARDÍO PARA EL FRACASO DE LA GUERRA DEL LÍBANO

EL LARGO ADIÓS DE OLMERT

La demorada decisión de Olmert no da lugar a un recambio inmediato, sino que abre lo que puede convertirse en una larga transición. Kadima no tiene la fuerza necesaria como para retener el poder sin alianzas con el centroderecha.

 

Por Sergio Rotbart

Desde Tel Aviv

El por muchos, esperado anuncio del premier Ehud Olmert, en el sentido de que no se presentará como candidato en las próximas elecciones internas de su partido, Kadima, implica el final de su liderazgo y, por ende, el inicio de la transición hacia un nuevo gobierno. La decisión es vista en Israel como una culminación tardía de la guerra del Líbano librada en 2006. Si los magros “resultados” de esa contienda militar no provocaron entonces la renuncia de Olmert, como ocurrió en el caso del entonces ministro de Defensa, Amir Peretz, y del jefe del ejército, Dan Halutz, la culminación de los dos años de supervivencia política, en un clima de desconfianza pública inaudito, ha sido precipitada por los numerosos escándalos de corrupción en que el primer ministro ha estado involucrado en las últimas semanas.

 

La demorada decisión de Olmert, sin embargo, no da lugar a un recambio inmediato, sino que abre lo que puede convertirse en una larga transición. Esto es así dado que los dos candidatos más probables a reemplazar al actual premier como líder del partido de gobierno, la canciller Tzipi Livni, y el ministro de Transportes, Shaul Mofaz, no tienen garantizado el apoyo parlamentario necesario para sostener la continuidad, tras el recambio de su cabecera, del gobierno de Kadima. Sin el sostén sustancial de uno o varios partidos socios, la fuerza política creada por Ariel Sharon carece de la capacidad de dirigir el país. Y es esta debilidad estructural la que explica la brecha existente entre su imagen pública de partido de centro, moderado, y sus alianzas con sectores de derecha que condicionan su margen de ejecución de programas y promesas preelectorales atractivas. Así, a modo de ejemplo, ya en el 2006 la prometida retirada de los asentamientos judíos en Cisjordania fue rápidamente reemplazada por la aventura bélica en el Líbano, el cerco y embargo absolutos de la Franja de Gaza y la escalada de la tensión en las relaciones con Irán. Con esa línea militarista es razonable identificar a Shaul Mofaz, lo que explica su mayor probabilidad para formar una coalición gubernamental con sectores de derecha como el partido Shas, Israel Beiteinu o los partidos ultranacionalistas que representan a los colonos de Cisjordania. Sin embargo, ante la opción de un llamado a nuevas elecciones, su potabilidad frente a una competidora como Livni es más que endeble.

 

La otra parte de la ecuación, lógicamente, indica que la actual canciller no tendría la virtud de asegurar la continuidad del gobierno de Kadima si fuera elegida como reemplazante de Olmert en las elecciones internas de ese partido, programadas para septiembre próximo. Se estima que Shas, un partido religioso de base popular pero cuya dirigencia se opone a “renuncias” territoriales como maniobra para conseguir mejores tajadas presupuestarias, se retiraría de la coalición en caso de que Livni ganara la disputa electoral en el partido gobernante. Su imagen moderada, apuntalada por el hecho de que es la responsable de las conversaciones con la dirigencia de la Autoridad palestina (AP) destinadas a llegar a un acuerdo basado en el principio de “dos estados para dos pueblos”, juega en su contra a la hora de negociar con los posibles socios parlamentarios. Pero, por el contrario, la favorecería si la transición se extendiera hasta la disolución del actual Parlamento (Knesset) y la realización de elecciones generales, en tal caso previstas para marzo de 2009.

 

La distancia que separa la dinámica partidaria interna, en la que prevalece la tendencia al nacionalismo intransigente, del imaginario público general, en el que habría mayoría a favor de una solución negociada con los palestinos, ha sido reflejada por las últimas encuestas. Un sondeo de opinión publicado el último viernes por el diario Haaretz arroja como resultado que, en caso de que las elecciones al Parlamento se efectuaran ahora, Tzipi Livni obtendría una mayoría de 26 mandatos, contra los 25 que cosecharía Benjamin Netanyahu. Así, por primera vez en varios meses, el líder del principal partido de la oposición, el Likud, perdería el primer puesto indiscutido a manos de la actual canciller. El logro contrasta –no está de más insistir– con la desventaja de Livni con respecto a Mofaz entre los 75.000 afiliados del partido de gobierno, y podría cambiar la relación de fuerzas entre ambos candidatos. Por otro lado, la misma encuesta señala que Shaul Mofaz no tiene chance siquiera de acercarse a los niveles de apoyo de los que goza Netanyahu en un comicio nacional, si éste se realizara actualmente.

 

Si este cuadro de situación se mantiene hasta fines de septiembre, cuando concluirán las elecciones internas de Kadima, sus consecuencias sobre el sistema político serían considerables. En primer lugar, el principal socio de la actual coalición gubernamental, el Partido Laborista, no se apresurará a generar un escenario que desemboque en nuevas elecciones, dado que en ningún caso supera los 17 mandatos (en el mejor de los casos) y su líder (y actual ministro de Defensa), Ehud Barak, apenas roza el 8 % del apoyo de los ciudadanos israelíes como candidato a próximo primer ministro. Se trata de casi un cuarto del respaldo favorable a Livni (22 %) y menos de un quinto del conseguido por Netanyahu (29 %). Este dato expresa la malograda intención del líder laborista por mejorar su reputación, ya que fue Barak quien impulsó a Olmert a dar un paso al costado cuando, en medio de las acusaciones por corrupción contra el premier, le planteó el ultimátum de llamado a elecciones internas de Kadima, pues de lo contrario provocaría la disolución de la Knesset. Pero tanto para los afiliados laboristas como para el grueso de la población, el tardío paso de Olmert no le dio al ministro de Defensa el fruto esperado. En cambio, sus consecuencias lo ubican hoy como el mayor perdedor de la jugada.

 

El balance entre la principal fuerza opositora y el principal socio de gobierno, favorable al Likud y contraproducente para el Partido Laborista, inducirá tanto a Barak como a Netanyahu, cada uno por separado, a invertir ingentes esfuerzos para que Shaul Mofaz sea coronado como sucesor de Ehud Olmert al frente de Kadima. Tal aspiración compartida por ambos líderes, además, se entiende mejor si se toma en cuenta que la mayoría del público prefiere claramente la convocatoria a elecciones antes que un nuevo viejo gobierno bajo la misma composición parlamentaria pero con un nuevo titular del partido dominante. En tal sentido, de acuerdo a los registros de opinión, gran parte de la sociedad expresó su alivio y alegría ante el anuncio del retiro efectuado por Olmert. Las noticias sobre las presuntas donaciones ilegales, las cuentas dobles en concepto de viajes al exterior aprovechados para fines personales y/o familiares, el dispendio de fondos públicos en hoteles y restaurantes de lujo, todas esas acusaciones contra el premier israelí terminaron por enterrar la poca misericordia que aún le prodigaban algunos círculos al avezado experto en supervivencia política.

 

Domingo 03 de Agosto de 2008

PASÓ ADELANTE LO DE ATRÁS

 

Por Juan Gelman

Las elecciones en EE.UU., los sucesos de Irak, las amenazas de guerra contra Irán empujaron a una orilla de la atención pública mundial un detalle no pequeño: Afganistán.

 

Un hecho lo ha devuelto a su antigua calidad de primicia: los talibán –casi barridos en dos meses a finales de 2001, un año y medio antes de la invasión de Irak– están causando allí más bajas norteamericanas que en Irak. En el mes de julio pasado, el número de militares estadounidenses caídos en Afganistán fue de 20 y de 11 en Irak (//icasualties.org/oif, 30-7-08). Hay actualmente 30.000 efectivos de EE.UU. a los que se suman otros 22.000 de la OTAN y, en conjunto, no pueden controlar la situación. Bastaron algunos centenares de comandos para derrocar al régimen talibán. La insurgencia es otro asunto.

 

El presidente Bush, los candidatos presidenciales Obama y McCain y los “halcones-gallina” de todo pelaje reclaman a gritos el incremento de tropas en Afganistán. Obama pidió 15.000 hombres más, el Pentágono habla de enviar 10.000, pero las condiciones del país, con zonas habitadas por tribus dispersas ingobernables y una extensa frontera con Pakistán de 2600 Km. mal vigilados, crean una paradoja: a más efectivos, más blancos para los talibán. Bien lo saben los soviéticos, que fueron derrotados y debieron retirar sus 100.000 soldados, casi el doble de los efectivos de la coalición aliada y el triple de los que el actual gobierno afgano podría desplegar. No pocos veteranos rusos de esa guerra sonreirán para sus adentros.

 

Es verdad que los talibán de entonces recibieron una robusta ayuda de EE.UU. en armas, dinero, inteligencia. Pero los soviéticos no conocieron los avances tecnológicos de la insurgencia: bombas sofisticadas al borde del camino, así como actos suicidas incesantes, otras fuentes de financiación y el empleo de nuevas tácticas a las que hoy debe hacer frente el ocupante. Grupos de hasta cien o más talibán no se limitan a emboscar y desaparecer: ahora reocupan aldeas y pueblos, sobre todo en el sur del país, y dan batalla frontal. Los bombardeos aéreos contra la insurgencia se han casi duplicado, como espejo de los ataques insurgentes: aumentaron un 52 por ciento en el primer semestre de 2008 en comparación con el mismo período del año anterior (www.cfr.org, 24-7-08).

 

También crece, desde luego, el número de civiles muertos bajo los cazas F-18 que no distinguen entre grupos guerrilleros y procesiones familiares que acompañan a una novia a encontrarse con su futuro esposo. El 6 de julio pasado, 47 hombres, mujeres y niños fueron así muertos y los sobrevivientes esperan todavía los resultados de la eventual investigación prometida por los mandos estadounidenses. Es la cuarta vez que sucede y esto no contribuye precisamente a ganar “mentes y corazones” en Afganistán. Para la población, los bombardeos norteamericanos no son de laya diferente a los que padecieron bajo la ocupación soviética.

 

El gasto en esta guerra asciende, para EE.UU., a más de 2800 millones de dólares por mes. Aun así, para algunos analistas militares un aumento de tropas en Afganistán nada solucionaría: tal vez los talibán nunca triunfen, pero la coalición encabezada por EE.UU. terminaría retirándose por mero desgaste, como tuvo que hacer el Reino Unido en 1921 tras enfrentar tres guerras independentistas. Aparte, pero no separada, se cuece la cuestión de los insurgentes en Pakistán: de sus filas salen muchos que cruzan tranquilamente la frontera y combaten con la resistencia afgana. No sólo pasan hombres, claro está.

 

La influencia de los talibán se ha extendido en el territorio tribal paquistaní lindante. El nuevo gobierno de coalición de Islamabad ha iniciado negociaciones con los pro talibán locales, pero su ejército sigue combatiéndolos: la presión de EE.UU. y de algunos países de la OTAN se exacerba por las bajas que les infligen. El primer ministro paquistaní, Yousaf Raza, se comprometió con W. Bush a asegurar las porosas fronteras de su país con Afganistán, pero asoma otro problema: el ISI, servicio de espionaje de Pakistán estableció fuertes vínculos con los talibán cuando éstos combatían a la ocupación soviética, vínculos que, al parecer, no se han debilitado mucho. Tal vez facilitaron el ataque suicida contra la Embajada de la India en Kabul que causó la muerte de 58 personas.

 

La financiación de los talibán afganos no es un secreto y aquí se tropieza con una doble paradoja: cuando estaban en el poder, prohibieron el cultivo de la amapola opiácea que la CIA, una vez derrocados, alentó para subvencionar sus propios operativos. Hoy Afganistán produce más del 80 por ciento de la heroína que va al mercado mundial. Financia también a los talibán que impusieron su veda.

 

Hace 24 siglos, Alejandro Magno peleó tres años contra las tribus afganas para conquistar el país. Infructuosamente. Se casó, entonces, con la hija del jefe enemigo y así pudo. Esta solución tampoco está al alcance de W. Bush.

 

Viernes 01 de Agosto de 2008.

EL HOY Y EL MAÑANA EN GAZA

 

Por Riyad Al Hadáis*, por Revista Pueblos

Gaza es hoy la cárcel a cielo abierto más grande del mundo. Su millón y medio de habitantes sobrevive a duras penas en esta franja de tierra ocupada ilegal e indefinidamente por el ejército israelí en el año 1967. Cuarenta años después la situación es insostenible. El bloqueo económico impuesto por la comunidad internacional en respuesta a la victoria de Hamas en las elecciones palestinas de 2006 está teniendo unos efectos devastadores sobre la población de la Franja de Gaza, que ve cómo sus condiciones de vida se deterioran progresivamente.

 

En el año 1948 (Al Nakba, “la catástrofe”) los palestinos se vieron obligados a abandonar sus tierras, entre ellos mi familia, debido a la brutalidad de las bandas sionistas (que luego evolucionaron hacía el ejército israelí) que cometieron numerosas masacres. Como resultado de Al Nakba, la mayoría de los palestinos tuvieron que huir o fueron desplazados a los países vecinos, como Cisjordania, bajo mandato jordano, o Gaza, bajo mandato egipcio. La Sociedad de Naciones (más tarde Naciones Unidas), bajo la presión de los recién liberados países árabes y de la ex Unión Soviética, determinó numerosas resoluciones que recogían los derechos y compromisos por parte de israelíes y palestinos, que no se llegaron a aplicar debido a la negativa de los mismos líderes árabes y palestinos y de Israel.

 

En el año 1967 tuvo lugar la Guerra de los Seis Días entre Israel y los ejércitos de Egipto y Siria; éstos fueron derrotados y el ejército israelí ocupó Cisjordania y la Franja de Gaza en lo que conocemos como Al Naksa (“el retroceso”). Israel declaró que todos los palestinos que residían en esas dos zonas y que se encontraban en ese momento en el extranjero no podían regresar a sus casas, originándose la segunda oleada de refugiados; mis padres, como otros tantos, fueron por segunda vez expulsados y refugiados de sus tierras. Desde su ocupación, Israel ha controlado totalmente Gaza tanto a través de sus colonos (expulsados en el año 2005) como de sus múltiples incursiones y ataques a la población civil por tierra, mar y aire.

 

Los llamados “procesos de paz” no satisfacían las demandas de los palestinos, lo que provocó el arranque de la primera Intifada en 1987, que terminó con los Acuerdos de Oslo en 1993 y con la formación de la Autoridad palestina. Pero los acuerdos fueron en detrimento de los palestinos, e Israel, que no cumplía ninguno de ellos, comenzó a imponer por “razones de seguridad”, medidas injustas como la prohibición a los ciudadanos de Gaza de trabajar en Israel.

 

En el año 2000, a partir de una visita del ex primer ministro Ariel Sharon a la explanada de las mezquitas en Jerusalén, uno de los lugares más sagrados del Islam, se originó la segunda Intifada, hecho que evidenció que el llamado “proceso de paz” estaba más lejos que nunca.

 

LA VICTORIA DE HAMAS

En enero de 2006 se llevaron a cabo las elecciones al Consejo Legislativo Palestino (PLC) con unos resultados sorprendentes: la victoria absoluta de Hamas. A pesar de la presencia de observadores internacionales y de la clara transparencia democrática de las elecciones, la comunidad internacional no aceptó los resultados por ir en contra de sus intereses. Personalmente no me sorprendió la victoria de Hamas por diferentes razones:

 

• La gran campaña pre-electoral que incluía visitas a domicilio para ganar el voto de las mujeres ante la desastrosa y poco organizada campaña de Al Fatah.

 

 • El voto de castigo por parte de los miembros de Al Fatah a sus dirigentes por no haber cumplido con ninguna de las promesas y expectativas del pueblo.

 

 • Desde su creación, la Autoridad palestina había sido dirigida por Al Fatah hasta sumergirse en la corrupción; los palestinos decidieron votar a Hamas con la esperanza de eliminar la corrupción y de mejorar sus condiciones de vida.

 

 • Hamas es uno de los principales movimientos políticos palestinos que ha hecho frente a Israel desde sus inicios y en la primera Intifada, siendo para muchos líder indiscutible de la segunda.

 

El presidente palestino Mahmoud Abbás nombró a Hamas para formar un gobierno de coalición pero los dirigentes de Al Fatah, junto a otras facciones políticas minoritarias, se negaron. Hamas formó su propio gobierno, aceptado por Abbás y el PLC pero sin contar con el apoyo de la comunidad internacional, que financiaba con ayuda externa al antiguo Gobierno de Al Fatah pero que no tenía ninguna intención de hacerlo con el nuevo. La comunidad internacional e Israel impusieron una serie de sanciones económicas, el famoso bloqueo al Gobierno de Hamas, suspendiendo cualquier tipo de ayudas y reteniendo Israel los ingresos fiscales palestinos, entre 35 y 50 millones de dólares al año, convencidos de que de esta manera Hamas se vería tan presionada que renunciaría al gobierno.

 

Israel llevó a cabo un interminable asedio a los palestinos, especialmente en la Franja de Gaza, prohibiendo la libertad de movimiento de personas y mercancías de dentro y de fuera de la Franja, disparándose así los niveles de desempleo y pobreza.

 

LA VIDA EN GAZA

La Franja de Gaza es una pequeña franja de tierra rodeada por Israel en el Norte con su muro del Apartheid, por el Este con la valla eléctrica, por el Oeste con el mar Mediterráneo y con Egipto por el Sur, por lo que se ha convertido en la cárcel al aire libre más grande del mundo con 41 Km. de largo y entre 10 y 14 de ancho. Con el buffer que impuso el ejército israelí (aproximadamente unos 2 Km. por cada lado) la Franja se ha hecho aún más pequeña. Aquí residen aproximadamente un millón y medio de personas, de las cuales un 69 por ciento son refugiadas.

 

Mi colega el doctor Basam Abu Hamad escribió hace unos meses:

 

“El bloqueo de la Franja de Gaza supone un castigo colectivo injustificado. El número de personas que viven en el umbral de la pobreza se ha duplicado, y casi diría que triplicado, desde el 2006, con más de un millón de personas según la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la OCHA a lo largo del año 2007: sólo en el primer semestre del año, el 58 por ciento de los palestinos vivía bajo el umbral de la pobreza y el 30 en situación de extrema pobreza. La prestación de servicios básicos por parte de las instituciones palestinas se vio seriamente socavada y la economía se redujo alarmantemente, contribuyendo a la violencia entre facciones políticas, sin precedentes e inimaginables para los palestinos, con la ola más grande de violencia en junio del 2007.”

 

“La política actual del Gobierno Israelí garantiza, según el Grupo Internacional de Crisis, el “no desarrollo, no prosperidad y la crisis humanitaria” de la Franja; desde entonces, los palestinos viven más inseguros y empobrecidos que nunca, con una situación que no para de empeorar. El Gobierno israelí no permite prácticamente el paso de productos básicos, a excepción de algunos alimentos y medicamentos, y tampoco permite la entrada ni la salida de sus ciudadanos. Estas acciones han tenido un impacto adverso en casi todos los sectores, especialmente del agua, electricidad, salud, agricultura y medio ambiente, etc. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) los ciudadanos de Gaza se están convirtiendo en la población más dependiente de ayuda exterior del mundo con un 75 por ciento de población que ya es parcial o totalmente dependiente de la ayuda humanitaria y de productos de emergencia, como medicamentos. La imposibilidad de importar materias primas para los sectores de industria y construcción ha agravado la brusca pérdida de mercados de exportación, con unos 65.000 trabajadores despedidos, con unas 450.000 personas a su cargo (según OCHA en el 2007).”

 

“Todas estas condiciones han repercutido negativamente en la situación socioeconómica y el estado de salud de la población, con el aumento de la pobreza y de las enfermedades originadas por ésta (como la malnutrición), el desempleo, el deterioro de los indicadores de salud pública y la disminución de la capacidad de la Autoridad palestina de pagar los sueldos a sus empleados que llevaron a cabo numerosas huelgas que afectaron a las organizaciones e instituciones de salud, educación, etc. Para hacer frente a estas huelgas, se llamó a muchos voluntarios que sustituían a los trabajadores, evidenciando que la lealtad política era más importante que la productividad. Una señal preocupante es la creciente desintegración del tejido social y de la pérdida de valores en la sociedad palestina, con la distorsión de la visión nacional (Tunnel Vision)”.

 

EL FUTURO

En la Franja de Gaza ningún palestino hace planes para el futuro. Con la separación política entre Al Fatah y Hamas, que ha agravado más la separación geográfica de Cisjordania y Gaza, y el aislamiento internacional, se han cumplido los sueños de Israel de ver a los palestinos enfrentados, divididos y cada vez más debilitados. En Yemen, la mayoría de palestinos perdieron totalmente la fe en sus dirigentes, debido a la extremadamente fría respuesta de ambas partes a la firma de los acuerdos de reconciliación. Cuando se firmaron los acuerdos en la Meca, la mayoría de palestinos salieron a la calle a celebrarlo, falsamente optimistas; no fue éste mi caso ya que dejé de confiar en ambos lados. Aun así, tengo la esperanza de que los palestinos llegaremos a la reconciliación y de que, a pesar de la separación geográfica, más distante que nunca debido a la separación política entre Al Fatah y Hamas, los palestinos de las dos zonas recuperarán el sentimiento de pueblo unificado contra las medidas terroristas, brutales e injustas de Israel.

 

Los palestinos no sólo somos de Al Fatah o de Hamas, hay muchas otras pequeñas facciones políticas, además de personas independientes que como yo tenemos mucho que decir. Esta separación política no puede durar mucho tiempo, es insostenible, y llegará un momento en que el pueblo palestino se rebelará contra Al Fatah y Hamas para lograr un cambio.

 

Está claro que con las medidas injustas impuestas por Israel en la Franja de Gaza así como la pasividad de la comunidad internacional, que mira y calla ante lo que hace el Gobierno israelí, el futuro es incierto. Llegamos a pensar que Israel acabará consiguiendo que los ciudadanos de Gaza pasemos a ser egipcios y los de Cisjordania que pasen a ser jordanos, medidas que nos aterran y que consideramos peores que las técnicas utilizadas en 1948; es lo que aquí llamamos la “transferencia”, estrategia soñada y adoptada por algunos ideólogos de la extrema derecha sionista, partidos políticos y activistas.

 

Los EE UU son los principales mediadores en el proceso de paz entre israelíes y palestinos, proceso que no tiene ningún tipo de futuro ya que Israel nunca cumple con sus acuerdos ni respeta los Derechos Humanos de los palestinos. Nadie contempla la formación real de un Estado palestino independiente con las fronteras anteriores al 1967, el derecho al retorno de los refugiados, reconocer Jerusalén como la capital de palestina y la libertad de los miles de prisioneros palestinos que cumplen condena en las cárceles de Israel.

 

El peligroso ciclo de violencia no parece que vaya a detenerse y el pueblo palestino, especialmente en la Franja de Gaza, seguirá sufriendo hasta que la comunidad internacional actúe para frenar la violencia y el terror de nuestro día a día ya que somos el blanco perfecto para las operaciones y ataques israelíes debido a que nos encontramos encerrados en una cárcel, en su cárcel.

 

* Riyad al Adassi es coordinador de la Union Health Work Comittees en Gaza. Artículo traducido del inglés para Pueblos por Mireia Gallardo. Este artículo ha sido publicado originalmente en el nº 32 de la Revista Pueblos, junio de 2008.

APARTHEID EN LA UNIVERSIDAD ISRAELÍ: ACADÉMICOS ISRAELÍES PROTESTAN POR EL VETO IMPUESTO POR EL EJÉRCITO ISRAELÍ A LOS ESTUDIANTES PALESTINOS

APARTHEID EN LA UNIVERSIDAD ISRAELÍ: ACADÉMICOS ISRAELÍES PROTESTAN POR EL VETO IMPUESTO POR EL EJÉRCITO ISRAELÍ A LOS ESTUDIANTES PALESTINOS

Jueves 31 de Julio de 2008  

APARTHEID EN LA UNIVERSIDAD ISRAELÍ: ACADÉMICOS ISRAELÍES PROTESTAN POR EL VETO IMPUESTO POR EL EJÉRCITO ISRAELÍ A LOS ESTUDIANTES PALESTINOS

 

Por Donald MacIntyre, The Independent /Rebelión

Traducido para Rebelión por LB

Las universidades israelíes se están preparando para un serio enfrentamiento con los militares del país tras denunciar que los extremadamente restrictivos criterios impuestos para la admisión de estudiantes palestinos socavan su libertad académica.

 

Los decanos de las seis universidades más prestigiosas del país han enviado una carta al ministro de Defensa Ehud Barak protestando contra el límite establecido para aceptar en Israel a un tope anual de 70 estudiantes palestinos y contra la norma vigente que les exige justificar ante los militares la excelencia académica de los candidatos palestinos como requisito para su admisión.

 

Un prominente profesor de la Universidad Hebrea ha advertido de que el reglamento —que incluye la prohibición a los estudiantes palestinos de cursar estudios “que podrían utilizarse contra el Estado de Israel”— prestará oxígeno a la campaña iniciada en Gran Bretaña y en otros lugares a favor del boicot contra las instituciones académicas israelíes. “Desde su creación, el Estado de Israel ha mantenido cuidadosamente una tradición de libertad académica... Esperamos que el ejército mantenga esta tradición y limite su actuación a cuestiones propias del ámbito de su autoridad, es decir, exclusivamente a evaluaciones de seguridad”, decía la carta, firmada por los rectores y decanos de las universidades de Tel Aviv, Hebrea, Ben-Gurion y Haifa, junto con el Instituto Weizmann y el Technion. Al mismo tiempo, cinco destacados profesores han solicitado unirse a una petición del Tribunal Supremo contra las restricciones. En una declaración jurada denunciando la idea de una cuota fija discriminatoria para los estudiantes palestinos, uno de ellos, el profesor Tzvi Mazeh, de la Universidad de Tel Aviv, declaró: “El pueblo judío sufrió durante muchos años restricciones a la libertad académica impuestas a los judíos europeos bajo la forma del infame ‘numerus clausus’”.

 

El origen de la petición se halla en un caso del Tribunal Supremo presentado hace casi dos años por la organización israelí pro derechos humanos Gisha en nombre de Sawsan Salameh, una estudiante cisjordana que había obtenido plaza para realizar un doctorado en química en la Universidad Hebrea de Jerusalén, pero a la que los militares impidieron entrar en la ciudad en aplicación de la prohibición indiscriminada imperante en la época que impedía acceso a los estudiantes palestinos a las universidades israelíes.

 

Como resultado del caso —reportado en su momento por The Independent— a la señora Salameh se le permitió continuar con su doctorado y la Corte Suprema pidió el Ministerio de Defensa que derogara la prohibición. El Ministerio de Defensa sustituyó las restricciones, y el tribunal pidió entonces que se modificaran. En lugar de ello, dijo ayer Gisha, el Ministerio “en realidad las hizo aún más severas”.

 

Desde entonces se ha negado la entrada al menos a otros dos estudiantes de Cisjordania. Gisha dijo que no sabía de ninguno al que le hubiera sido autorizada.

 

Además de recitar los habituales argumentos de seguridad para justificar el rechazo, los militares israelíes dicen que a los estudiantes palestinos sólo se les permite acceder a plazas en cursos de PhD y MA si “no hay ninguna alternativa práctica para el área de estudio solicitada que no sea Israel” y si realizan su solicitud de admisión al menos con cinco meses de antelación. Los solicitantes de permisos de entrada tendrán que proporcionar a los militares un informe elaborado por la universidad en el cual ésta explique los motivos de su admisión.

 

El profesor Ehud De Shalit, jefe del Instituto de Matemáticas de la Universidad Hebrea, escribe en su declaración jurada que: “El Estado puede, naturalmente, impedir la entrada a una persona, palestina o de otra nacionalidad, que suponga una amenaza. Pero eso no da el Estado derecho a interferir en los criterios que la universidad aplica para aceptar a sus estudiantes. Tan pronto como la candidatura de un estudiante ha sido aceptada, éste debe ser tratado, en términos de consideraciones académicas, igual que cualquier otro estudiante, ya venga de China, Francia o de Cisjordania”.

 

El profesor Moshe Ron, del Departamento de Literatura de la universidad, afirmó que en caso de no modificarse los criterios (para la exclusión de estudiantes palestinos en las universidades israelíes), “se estarán prestando argumentos a aquellos que buscan imponer un boicot académico contra Israel”.

 

Jueves 31 de Julio de 2008

CON O SIN OLMERT, PALESTINOS NO VEN CAMBIOS

 

Por Mohammed Assadi*, Reuters América Latina - UK

Abu al-Abed Abu Karsh percibe la renuncia del primer ministro israelí, Ehud Olmert, como algo casi irrelevante. Para muchos palestinos, los Gobiernos israelíes vienen y van sin que la paz esté más cerca.

 

La decisión de Olmert de renunciar luego de que su gobernante partido Kadima escoja a un nuevo líder en septiembre no sólo ha provocado una crisis en la política israelí.

 

El anuncio también ha dejado en la incertidumbre al presidente palestino, Mahmoud Abbas, quien podría tener que tratar de negociar un acuerdo para la creación de un estado con un primer ministro sin autoridad, cuyos compromisos podrían no ser cumplidos por su sucesor.

 

“Todos los líderes israelíes son iguales. Mira, ¿ha pasado algo desde 1993?,” se lamentaba Karsh, mercader de 43 años de la Ciudad de Gaza, refiriéndose a los acuerdos de paz entre Israel y los palestinos de Oslo en 1993.

 

Los analistas políticos palestinos dicen que la principal preocupación de Abbas serían unas elecciones anticipadas que podrían llevar al poder al líder del partido derechista de oposición Likud, Benjamin Netanyahu, un fuerte crítico de los intentos de Olmert por alcanzar la paz.

 

“Abbas tendrá que esperar al menos otro año,” dijo el analista palestino Hafeth al-Barghouthi.

 

Desde el comienzo, muchos palestinos percibieron la disposición de Olmert de llegar a un acuerdo de paz como algo que sólo decía para tranquilizar a los poderosos aliados de Israel en Washington.

 

“Con o sin Olmert, las negociaciones se han vuelto inútiles,” dijo Andel-Rail Mallos, un funcionario de alto rango en la Organización de Liberación palestina de Abbas.

 

Se refirió a la decisión de Olmert de continuar con la construcción de asentamientos dentro y alrededor de Jerusalén, una medida que Abbas considera una vergüenza.

 

“Ahora la ilusión de alcanzar un acuerdo de paz se está desvaneciendo,” dijo Hani al-Masri, un analista político palestino.

 

Masri sugirió que ahora Abbas podría dejar de enfocarse en las conversaciones con Israel para, en su lugar, reconciliarse con los islámicos de Hamas, quienes un año atrás tomaron el control de la Franja de Gaza.

 

Mientras los colaboradores de Olmert mantenían la esperanza el jueves de llegar a un acuerdo de paz con Abbas antes de que asuma un nuevo Gobierno, tanto israelíes como palestinos permanecían profundamente escépticos.

 

“Si él (Olmert) no pudo llegar a un acuerdo de paz cuando se encontraba en buenas condiciones, ¿Cómo podría hacerlo ahora?,” se preguntó Imad Saleh, un ingeniero de 37 años de Ramallah.

 

El residente Hebrón Mohammad al-Jamal dijo que la puerta giratoria de la política israelí hacía que los compromisos de Olmert perdieran su valor.

 

“Aquí iremos de nuevo intentando llegar a un nuevo acuerdo con el líder que los reemplace,” declaró cansado.

 

* Reporte adicional de Fadi Shana en Gaza, editado en español por Marion Giraldo

 

Miércoles 30 de Julio de 2008

LIMPIEZA ÉTNICA EN PALESTINA:

CONSTRUIR CASAS PARA SER DERRIBADAS

 

Por Lidón Soriano, La República - España

Ayer lunes 28 de Julio a la familia de Majid Abu ’Eisha y a otras 5 familias se les vino la casa encima.

 

Desgraciadamente en este caso la expresión no es retórica.

 

A las 4 de la madrugada del lunes 28 de Agosto del año pasado, las fuerzas de seguridad israelíes en numero desconocido pero que rondaba los 200 elementos. Despertaron a todas las familias y las hicieron salir del edificio a trompicones, sin permitirles coger nada, ni ropa, ni dinero, ni las joyas, ni los electrodomésticos, ni las fotos de toda una vida, nada, materialmente nada.

 

Los seis vehículos aparcados en el garaje fueron golpeados, los cristales rotos y después de revisarlos a conciencia, sin entender nadie que podían estar buscando en ellos, les permitieron sacarlos semidestrozados. Al Sr. Wael Awidah se le caen las lágrimas cuando me lo cuenta y cuando consigue calmarse me sigue contando que su mujer les pedía al soldado que le permitieran ponerse algo de ropa para no salir con el pijama a la calle y el soldado le decía que si quería cambiarse el iría con ella y que le daba solo 2 minutos.

 

EN TRES MINUTOS ESTABAN TODOS EN LA CALLE.

Los soldados y la policía se quedaron en la casa. Nadie sabía que estaban haciendo, aunque durante las ocupaciones de casas en Cisjordania en el periodo duro de la represión a la Intifada era frecuente que los soldados se dedicaran no solo a romper los muebles, pintar sobre cuadros y fotos y hacer sus necesidades por toda la casa, sino también era frecuente que robaran el dinero y las joyas de la familia dueña de la casa, que era confinada en una habitación o sacada al tejado o a la calle.

 

A lo largo del día gran cantidad de personas se fueron acercando a las inmediaciones de la casa, pues nadie podía acercarse en un perímetro acordonado por la policía y repleto de cuerpos de seguridad. También algunos internacionales se acercaron para intentar lo imposible: detener la demolición. La policía cargo duro contra ellos y contra muchos de los vecinos que allí se encontraban dando apoyo a la familia y protestando por el inminente derribo.

 

Las horas pasaban, interminables, densas, desesperanzadas y a las 18.30h en punto las cargas que el ejército había colocado en los cimientos de la casa hicieron explosión. La casa se vino abajo, un piso fue cayendo sobre otro, hasta que todo el edificio quedo convertido en un enorme amasijo de hierros retorcidos, ventanas rotas, tuberías, depósitos, bloques de cemento enterrando recuerdos y sueños de toda una vida.

 

Tras la demolición las fuerzas ocupantes abandonaron el lugar dejando tras de si una atmósfera de total incredulidad e inconsolable dolor. La gente fue acercándose a la casa y entre algunos familiares y amigos fueron sacando aquellos electrodomésticos que se habían salvado y aquellos recuerdos que a través de las rendijas creadas entre el caos del derrumbe sus brazos pudieron rescatar.

 

Le pregunté al Sr Awidah cual fue el motivo de la demolición y pensaba que me iba a decir que estaban construyendo sin licencia. Pero no, no fue esa la causa. La causa fue que en la planta que estaba construyendo (la 4ª) el arquitecto municipal denunció que las dimensiones se habían excedido en 20 cm. de ancho y 60 de largo. En vez de proceder a multarles o a obligarles a cambiar la construcción que estaban iniciando, su respuesta fue demoler no solo esa construcción, sino las casas de las 6 familias que allí vivían, en un claro ejemplo más de los castigos colectivos que el estado sionista aplica constantemente en toda Palestina contra la población cristiana y musulmana.

 

En este caso, la municipalidad de Jerusalén, como parte de sus estrategias de limpieza étnica para librarse de la población palestina les niega la concesión de licencias de construcción de forma sistemática. Muchas veces ante las peticiones de solicitud, ni tan siquiera reciben respuesta, en otras ocasiones, reciben la respuesta: Denegada. En otras les permiten empezar los trámites. Para ello tienen que abonar unas tasas de 10.000 shekels (unos 2000 E) que les permite durante un año conseguir todos los permisos para llevar a cabo la obra. Es en ese momento cuando empieza la tortura.

 

Les piden papeles, uno detrás de otro, les hacen repetir tramitaciones, alargan los tiempos de respuesta administrativa y en la mayoría de los casos se cumple el año sin que la familia haya podido cumplimentar las tramitaciones que les piden, por lo que pierden los 10.000 shecekls y tienen que volver a empezar a cumplimentar desde la primera solicitud. Por supuesto esto no sucede si vives en Jerusalén y eres judío, en ese caso, solo hay que pagar el permiso de obra, como en occidente, y si se cumplen los requisitos, adelante.

 

Pero si eres palestino da igual que necesites construir otra habitación porque has tenido una nueva hija o que tu hijo se ha casado y va a vivir con su mujer en la casa familiar, da igual que el tejado este a punto de venirse a bajo, a la municipalidad israelí le da absolutamente igual.

 

Su objetivo es claro: eliminar a la población palestina de Jerusalén y poder llevar acabo la judaización de la ciudad. Estos planes están claramente explicitados en el plan Jerusalén 2020, pero por si quedaba alguna duda las declaraciones de estos días del Primer Ministro Ehud Olmert considerando a la población palestina de Jerusalén como “un peligro interior” lo dejan bien claro.

 

Pienso en la casa que con tanto esfuerzo acabamos de hacernos mi compañero y yo, intento pensar que sentiría si las fuerzas de seguridad que teóricamente deben protegerte, fueran a destruirla, si la ley que teóricamente debe ampararte, te abandonara, criminalizándote por el simple hecho de haber nacido árabe y palestino. Pienso que sentiría al perder en ella todo cuanto poseemos, sabiendo que nadie va a indemnizarnos por lo ocurrido, ni a nivel material, ni, lo que resulta demoledor, a nivel humano, afectivo y sentimental. Y cuanto más trato de imaginar esa escena más dolor me entra y más rabia y más impotencia…

 

¿Que haría si llegar a sucederme algo así? No lo se, pero desde luego, cualquier cosa sería posible.

 

Cualquiera.

 

Martes 29 de Julio de 2008

EL ARTE DE RESISTIR EN PALESTINA

 

Por Ihab Jadallah*, Revista Pueblos

Por la mañana, la puerta de un estudio ubicado en Ramallah se abre para dejar paso a la luz y el ruido provenientes de la calle. Un grupo de jóvenes artistas dibuja viñetas y escribe reflexiones que acabarán siendo plasmadas en la obra más horrorosa jamás hecha en este país: el muro del Apartheid de Israel. Este muro, que transfigura el espacio, es empleado por estos jóvenes para colgar sus creaciones; de esta forma, tratan de demostrar que este muro impropio en este espacio es utilizado también de manera impropia. Sucesivamente, unos proyectan una película sobre el cemento del muro, otros hacen de él el fondo del escenario para su concierto y mientras tanto, otros “artistas” cavan un túnel por debajo para dejar claro que este muro de cemento no cumple con ninguna función de las que se supone que debería cumplir.

 

El arte y la resistencia en palestina han ido siempre de la mano. La tradición cultural milenaria que existía en palestina antes de 1948 nos traía un arte inspirado en la religión o la vida cotidiana, con variantes según la época. Pero el arte palestino sufrió un cambio radical a partir de esa fecha; los hechos históricos que marcaron a su pueblo se reflejaron, como veremos, en las distintas formas de expresión artística.

 

EL ARTE PALESTINO

El arte, como forma de expresión, se ha empleado al servicio de la causa palestina, para transmitir al mundo el dolor de una nación, esa pérdida irreversible que sufre diariamente el pueblo palestino desde el momento de la creación del Estado sionista de Israel y de su expulsión de estas tierras. Es imposible entender el arte palestino de los últimos sesenta años sin entrar en la historia de este pueblo; si en el mundo existe una amalgama indisoluble entre gente y tierra indiscutiblemente ésta se concreta en el pueblo palestino.

 

La música sigue siendo el arte más popular en palestina, conviviendo tanto los estilos tradicionales como las nuevas tendencias: rap, música electrónica, etc. El ha entrado en palestina como una forma de filosofía y de arte con grupos de jóvenes raperos palestinos que gritan con su poesía el sufrimiento de una nación. Algunos ejemplos son los grupos Ramallah Underground o AAM, pioneros de esta forma de expresión al calor de la segunda Intifada: las canciones de rap eran y son igual de explosivas que la propia Intifada, con la identidad y la revolución como temas claves.

 

Para poder hacer un análisis de cómo el arte y la resistencia palestina han ido siempre de la mano, tendré que remontarme a los años sesenta y setenta, cuando la resistencia palestina se encontraba en el Líbano, en pleno auge de creatividad. El movimiento del arte palestino coincidió con la formación del movimiento nacional en palestina y del establecimiento de la OLP, englobando cuestiones relativas a la identidad y la resistencia hasta el punto de que se hizo difícil imaginarse este movimiento o la forma de entender sus prácticas fuera de los límites de este contexto. La preservación de la identidad nacional palestina fue un proyecto dirigido por la OLP, que implicaba el patrimonio y el folclore y la vanguardia, traduciéndose en una forma de arte que reflejaba el grado de esta obsesión, en particular con la música, las canciones y la danza tradicional palestina (Dabkeh) o con las artes plásticas (pintura y cartel artístico).

 

La OLP se encontraba en plena actividad de resistencia, siendo un movimiento consciente de la importancia del arte como vía para poder expresarse y mantener viva una causa. Por ese motivo se apoyaba a todos los artistas, poetas y escritores del momento, desde Ghassan Kanafani y Mahmoud Darwish hasta las caricaturas del artista asesinado a manos de los servicios secretos israelíes, Naji el Ali. Todos estos artistas conforman una excelente muestra de la situación de tensión con la que el palestino vive, nos mira y nos denuncia, desde su éxodo, su refugio.

 

A finales de los sesenta y principios de los setenta, la OLP creó un equipo de cinematógrafos que acompañaba a los Fidayyen (combatientes) en sus operaciones para así poder documentar la vida de los revolucionarios, que aparecían como héroes en dichos documentales, así como la de los palestinos que vivían en los campos de refugiados en el sur del Líbano, Siria y Jordania.

 

El cine palestino de entonces también llamó la atención del resto del mundo; países como la ex Unión Soviética aportaron equipos cinematográficos y cámaras a los cineastas del momento a quienes además se les ofreció la oportunidad de recibir cursos y conferencias sobre cine. Es clara la influencia de estilo panfletario, pero a la vez de gran nivel expresivo, así como del montaje, de directores rusos como Eisenstein en los cortometrajes palestinos de la época, como Visita, de Qais El Zubaidi, por citar un ejemplo.

 

Desde Francia llegó el cine del gran Jean Luc Godard para rodar su laureado e inclasificable Ici et Allieurs, un documental de videoarte en el que se expresa la miseria de una población refugiada y se equipara la ocupación sionista de palestina con la ocupación Nazi de Alemania. En esta película Godard también compara a Golda Meir con Hitler a través del montaje, combinando discursos de ambos como el célebre de Golda Meir, “¿Qué son los palestinos? Jamás han existido.”

 

Durante la invasión del Líbano en el año 1982 la resistencia palestina fue expulsada del país y tuvo que refugiarse en diferentes lugares del mundo y con ella, el movimiento cinematográfico; el archivo cinematográfico del Líbano fue bombardeado e incapaz de recuperarse. Unos años más tarde, la primera Intifada encendió a la población y con ella nació de nuevo un pulso artístico que desarrolló múltiples formas de expresión.

 

Jerusalén, la ciudad santa, permanentemente sitiada y controlada por Israel, ha sido testigo de numerosas masacres a lo largo de los siglos. En los últimos años, las Intifadas han sido el escenario para la expresión de rabia, violencia y dolor por parte de una población oprimida, frustrada y que va en busca del verdadero cambio.

 

En los años 80 Jerusalén era el centro del movimiento cultural y artístico palestino, con el Teatro Nacional Palestino como máximo promotor, que consiguió reunir en un mismo escenario a actores y actrices palestinos de todo el territorio. Al final de las representaciones, la euforia de la juventud era tal que salían a las calles de Jerusalén para gritar al viento sus ansias de revolución, de paz y de una vida independiente y sin ocupación. La represión militar era brutal y la mayoría de jóvenes eran detenidos; los más afortunados conseguían esconderse en el teatro.

 

Las voces, los textos, las palabras que salían de la boca de los actores y las actrices no gustaban para nada al Gobierno israelí, ya que alentaban la revolución y permitían “dejar” pensar a la gente; no es de extrañar que la represión israelí al teatro acabase sellando sus puertas y suspendiendo así sus funciones.

 

Podemos considerar el Acuerdo de Oslo como la declaración oficial del fin de la primera Intifada y el comienzo de una nueva era. La ocupación y separación de Jerusalén respecto a Cisjordania provocó que fuera más difícil el acceso de los palestinos a la ciudad. Con el Teatro Nacional Palestino cerrado y el establecimiento de la Autoridad Nacional palestina en Ramallah, convertida en la capital administrativa, el movimiento cultural y artístico fue abandonando poco a poco Jerusalén para instalarse en la vecina Ramallah.

 

Este confuso momento de la historia, lleno de decepciones y nuevas esperanzas, fue un punto de inflexión para el movimiento creativo. Los artistas despertaron con nuevas preocupaciones y dudas colectivas, hecho que provocó que muchos llegaran a abandonar cuestiones importantes relativas a su existencia como individuos e incluso como artistas. Después de un período de transición, entre la esperanza, el dolor y la recuperación, el arte palestino empezó a caracterizarse por una mayor diversidad.

 

EL NUEVO ARTE PALESTINO

Las nuevas generaciones de artistas palestinos se distinguen por la expresión del arte a través de cualquier forma de práctica creativa. En el cine, nos encontramos con que la segunda Intifada llevó a un número considerable de jóvenes a convertirse en “documentalistas” para presentar sus propios puntos de vista del conflicto y del mundo. En muchos casos, los trabajos audiovisuales tenían poca importancia artística, quedándose en el mero reportaje informativo y hasta en muchos aspectos de carácter victimista. En el campo de la ficción se ha promovido una nueva cultura cinematográfica por parte de artistas de gran nivel que llevan muchos años trabajando en el mundo del cine, dentro y fuera de palestina, como Rachid Masharawi y Elia Suleiman, con trabajos premiados en los mejores festivales europeos. Estos son los directores que han dado paso a las nuevas generaciones de cineastas que hay en la actualidad, entre los que hay un gran número de mujeres.

 

Surgieron nuevos grupos musicales, sobre todo a partir de la oleada de los palestinos de la diáspora que regresaron a palestina y que influenciaron su música con nuevas tendencias, como el rap y la música electrónica; son numerosos los conciertos dentro y fuera del país así como la publicación de nuevos álbumes. Sin embargo, la nueva música palestina continúa siendo desconocida para la mayoría de la población y organizaciones como Sabreen (paciencia) intentan hacer llegar la música a los oídos de los palestinos.

 

El cambio político no fue el único aspecto que contribuyó a la formación de estas nuevas generaciones y movimientos de creación; las organizaciones locales surgidas a mediados de los años noventa apoyaron la cultura palestina en todas sus variantes. Centraron sus energías en la promoción y el fomento de los esfuerzos creativos, para llegar a comunicarse con el público local e internacional al mismo tiempo. Personalmente pienso que esta generación, mezcla de la primera y segunda Intifada, fue afortunada al recibir el apoyo de las instituciones locales; es la generación emancipada políticamente y de las presiones sociales, que vive con la resistencia en calma y en el sueño del proceso de paz, en un intento de liberar la creatividad de la ocupación y experimentando con nuevas tendencias artísticas. Todas estas nuevas posibilidades artísticas han permitido que los nuevos artistas puedan formarse y penetrar en áreas vedadas a sus antecesores: cine, videoarte, fotografía, diseño gráfico, etc.

 

Con la situación actual decadente y caótica de palestina, así como de los movimientos de resistencia, los artistas palestinos se han llegado a sentir menos implicados y más aislados de la realidad, con una mirada contemplativa y de reflexión, muchas veces desde la distancia. Ha llegado la separación del arte y la resistencia, con una actitud más individualista tanto de los artistas como de sus obras: mientras estaban acostumbrados a tratar la temática del conflicto y de la ocupación con la expresión del dolor de su pueblo, hoy los artistas expresan sus propios dolores e intereses como individuos. Se han dado cuenta de que han perdido la oportunidad de descubrirse a sí mismos debido a su inmersión total y profunda en la causa palestina; hoy les surge la necesidad de replantearse sus vidas para encontrarse a sí mismos.

 

Creo que el primer paso que habría que dar es identificar la existencia de esta nueva generación, promoviendo su papel en nuestra historia, y creer en su capacidad para que contribuyan a los tan esperados cambios.

 

* Ilab Jadallah es cineasta palestino. Artículo revisado por Mireia Gallardo. Este artículo ha sido publicado originalmente en el nº 32 de la Revista Pueblos, junio de 2008.

 

Lunes 28 de Julio de 2008

LA NOTICIA JAMÁS CONTADA DE NI'LIN:

LA RESISTENCIA AL ROBO DE TIERRA POR PARTE DE ISRAEL

 

Por Neve Gordon*, Counterpunch/Rebelión

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

“Un “terrorista” que conducía un buldózer mata a tres personas en Jerusalén al arrollarlas”, se leía en el titular de un artículo de CNN que describía el reciente atentado de un obrero de la construcción palestino que dejó tres israelíes muertos e incontables heridos. El buscador de noticias de Google indica que el brutal atentado fue mencionado en 3.525 artículos de prensa. USA Today, The New York Times, Los Ángeles Times, BBC, Fox News y Al Jazeera así como todos los demás medios principales de comunicación cubrieron el incidente. Otros medios de comunicación menos conocidos, como The Khaleej Times en los Emiratos Árabes Unidos, The Edmonton Sun en Canadá y B92 en Serbia, también recogieron el hecho. Es más, se podría asegurar que prácticamente todos los medios del mundo ofrecieron algún tipo de cobertura del ataque.

 

Otra búsqueda de noticias en Google, esta vez utilizando el nombre de Ni'lin, da como resultado sólo 75 entradas. Unos pocos de los principales medios de comunicación han recogido la noticia de la valiente resistencia contra el robo de tierra perpetrado por Israel que han mantenido los habitantes de esta ciudad palestina situada en la ocupada Cisjordania, pero ni CNN ni Los Ángeles Times ni USA Today lo han hecho. Fuentes como The Wall Street Journal y The New York Times ofrecieron un breve, nada más. Teniendo en cuenta que durante los dos últimos meses los residentes en Ni'lin han marcado un hito en la historia de la resistencia popular, la limitada cobertura de su campaña no es un mero descuido.

 

La historia de Ni'lin es la de una desposesión que no deja de aumentar. Los residentes en esta ciudad agrícola perdieron una gran parte de sus tierras en la guerra de 1948. Tras la de 1967, Israel se aprovechó de la ubicación de la ciudad cerca de la Línea Verde reconocida internacionalmente y empezó a confiscar sus tierras para asentamientos judíos. Primero se expropió 74 dunams (4 dunams equivalen a un acre) para el asentamiento de Shilat. Luego, otros 661 dunams para construir el asentamiento de Mattityahu. En 1985 se confiscaron 934 dunams para construir Hashmonaim y seis años más tarde, se apropiaron de 274 dunams para construir el de Mod'in Illit. Por último, en 1998, otros 20 fueron expropiados para el asentamiento de Menora. En total Israel se ha apoderado de más del 13% de las tierras de la ciudad para construir asentamientos.

 

En 2002 Israel empezó a construir el muro de separación, declarado ilegal por el Tribunal Internacional de Justicia. Hace poco se empezó a construir la sección al lado de Ni'lin; si se termina, Israel se apropiará de otros 2.500 dunams, o aproximadamente el 20% de la tierra que queda en posesión de sus habitantes.

 

Esta vez, sin embargo, ha sido demasiado para sus habitantes. A principios de mayo lanzaron su campaña para detener la desposesión y a pesar de los brutales intentos de detener el alzamiento (entre los que se incluyen un toque de queda y disparos que han costado cerca de 200 personas heridas), no tienen la menor intención de doblegarse. Esta no es una hazaña menor ya que los anales de la historia indican que es extremadamente raro que toda una ciudad se levante como una sola persona y lleve a cabo actos diarios de desobediencia, especialmente cuando se enfrentan a una respuesta tan violenta.

 

Los acontecimientos que se están desarrollando proporcionan además los ingredientes perfectos para una buena noticia. Durante los tres primeros días del toque de queda no se permitió a las ambulancias entrar en la ciudad; el cuerpo de una persona que había muerto permaneció a la entrada de la ciudad durante cuatro horas hasta que el ejército permitió a su familia recuperar sus restos; se impidió dejar la ciudad a una mujer que iba a dar a luz y tuvo alumbrar en casa; los soldados detuvieron a un niño de doce años en su casa y lo retuvieron durante dos días sin cargos; mujeres ancianas fueron golpeadas y tres residentes resultaron heridos de gravedad por armas de fuego.

 

Entonces, ¿por qué la mayoría de los medios no cubrieron la campaña mientras se estaba desarrollando? La razón es bien sencilla: cubrir la lucha en Ni'lin habría hecho añicos la percepción estereotipada del conflicto palestino-israelí que proporcionan los principales medios de comunicación. A diferencia del ataque con el buldózer, que refuerza la manera dominante de entender este conflicto, los acontecimientos de Ni'lin revelan una realidad mucho más compleja. La noticia no se refiere a palestinos que cometen actos de terrorismo contra la población civil, sino a actos populares de desobediencia civil que persisten a pesar de la despiadada represión de un poder ocupante.

 

Otro aspecto de Ni'lin que va en contra de los estereotipos existentes es que palestinos y judíos no luchan en lados diferentes de la contienda, sino que numerosos judíos israelíes y activistas internacionales permanecen al lado de los residentes palestinos mientras estos tratan de impedir que los buldózeres del ejército destruyan las tierras de Ni'lin's. Es más, entre los heridos hay muchos israelíes.

 

En otras palabras, la historia de Ni'lin es la historia de un pueblo colonizado que resiste a la ocupación. Esta no es la manera como la corriente dominante de los medios de comunicación acostumbra a retratar el conflicto israelí-palestino y a juzgar por los resultados de la búsqueda en Google, la mayoría de los responsables de esos medios no están dispuestos a cambiar su enfoque. La histórica campaña de Ni'lin, así como muchas otras campañas de masas y no violentas de desobediencia civil contra la ocupación en lugares como Bi'lin y A'ram, sigue sin ser publicable.

 

EPÍLOGO

Cuando el ejército israelí se dio cuenta de que la violencia sobre el terreno no podía detener la ofensiva de resistencia de los residentes empezó a detener a quienes protestaban, tanto palestinos como israelíes, con la esperanza de que enormes costes legales harían el trabajo. Para ayudar a cubrir los costes legales en Ni'lin, cliquear aquí http://www.awalls.org/donations.

 

* Neve Gordon enseña política en la Universidad de Ben-Gurion. Se pueden leer sus artículos y su último libro, Israel's Occupation (University of California Press)

 

Lunes 28 de Julio de 2008

OBAMA, EL LÍDER DEMÓCRATA, ASUMIRÍA UN ROL DE MEDIADOR ENTRE ISRAEL Y LA AUTORIDAD PALESTINA

SEÑALES DE LA GIRA POR MEDIO ORIENTE

Obama pasó más tiempo con los políticos israelíes, seduciendo al lobby judío en Washington. Dijo estar listo para apadrinar las negociaciones con Siria. Y agotar la diplomacia con Irán.

 

Por Sergio Rotbart

Desde Jerusalén

Al mismo tiempo que incrusta el papelito enrollado en una de las fisuras que separan los bloques que componen el Muro de los Lamentos, Barack Hussein Obama, cuya cabeza está cubierta por el tradicional solideo judío (kipá), dirige su mirada hacia arriba. Desde el extremo superior de la muralla, y del lado en el que se encuentra la Explanada de las Mezquitas, se asoma un árabe con su tradicional kefiá (pañuelo) cubriéndole la cabeza, y le grita: “¡Hussein, te equivocaste de lado!”. La escena, claro está, no fue registrada por ninguno de los cientos de periodistas locales y extranjeros que acompañaron al candidato a la presidencia de los Estados Unidos durante su visita fugaz en Israel y en la Autoridad palestina (AP). Simplemente es producto de la imaginación de Daniela London Dekel, caricaturista del diario Haaretz.

 

Como buena expresión del humor gráfico, el dibujo recrea un espacio real y lo convierte en el escenario de una situación ridícula o absurda. Pero, a la vez, la ocurrencia no dista demasiado de la realidad. Es entonces que podemos decir que, como en el caso de la caricatura de la dibujante israelí, su imagen vale más que las miles de palabras que podrían describir la estadía de Obama en Medio Oriente. En ella se condensan dos marcados contrastes que la caracterizaron: entre los distintos tiempos que el dirigente demócrata le dedicó a cada una de las partes del conflicto israelí-palestino y, en segundo lugar, entre sus promesas preelectorales dirigidas a una solución del enfrentamiento regional y sus actos destinados a captar el apoyo de los grupos y sectores del público norteamericano que le aseguren la victoria en las cruciales elecciones que se realizarán en su país en noviembre próximo.

 

El senador por Illinois, por cierto, invirtió gran parte del corto tiempo que estuvo en la zona a recorrer Israel y a encontrarse con sus dirigentes. En Ramalá (la “capital” de la AP), en cambio, estuvo apenas una hora. El presidente Mahmud Abbas y el primer ministro, Salam Fayad, no pudieron ocultar su desilusión por la negativa de la comitiva de Obama, pese a las insistencias de los dirigentes palestinos, a quedarse a almorzar en la Muqata, la sede de la AP que sirvió como cuartel general de Yasser Arafat durante la segunda Intifada. En el lado israelí, en cambio, el popular visitante exhibió sin límites su carisma y su pulido arsenal retórico. No cabe duda de que, mientras los pies de Barack Obama pisaban Jerusalén, Sderot y Tel Aviv, su mirada expectante apuntaba a Washington, donde el lobby proisraelí (AIPAC), cuya influencia política y mediática ha crecido notablemente en la cadencia de George W. Bush, aprueba o impugna cada palabra y cada gesto que el candidato de origen africano-musulmán emite con respecto de Tierra Santa. Por eso el muchachito formado en la Chicago de los campos universitarios donde surgió un discurso alternativo sobre la identidad afroamericana, en su reciente estadía en Israel aseguró y reaseguró que no hay valor más importante para la política exterior de su país que la seguridad del Estado judío.

 

Sin embargo, contrastando con algunas declaraciones anteriores sobre la “unificación” de Jerusalén bajo la soberanía israelí (afirmación que luego corrigió), las que hizo Obama en esta gira tienen matices importantes que lo diferencian de la línea de los halcones republicanos, y del actual candidato –más moderado que George W. Bush– de ese sector, John McCain. En primer lugar, el líder demócrata fue claro al sostener que los Estados Unidos, bajo su futura presidencia, tendrá una injerencia más notoria en el papel de mediador entre las dirigencias israelí y palestina con el propósito de impulsar las negociaciones sobre los límites, dimensiones y el carácter de un futuro Estado palestino. En segundo lugar, y aquí ya se puede ver un giro sustancial con respecto al actual gobierno con sede en Washington, Obama dijo estar dispuesto a apadrinar también las negociaciones que Israel viene manteniendo, de manera indirecta, con Siria sobre la devolución de las Alturas del Golán. Y tanto los dirigentes norteamericanos como los israelíes saben, o creen, que ése es el camino para apartar a Damasco del “eje del mal” regional comandado por Irán. Por su parte, el presidente sirio, Bashir el Assad, sabe, o cree, que el territorio conquistado por Israel en 1967 no alcanza para que la renuncia al trabajo que los iraníes le piden que haga en el Líbano, proveyéndole armas al Hezbolá, brinde como contraparte un rédito de igual o mayor valor que el garantizado mediante la alianza con Teherán. Para que la fórmula sea redituable, a esa meseta –hoy en manos de Israel– hay que añadirle el apoyo económico y militar de la potencia hegemónica. Obama, en tal sentido, ya le hizo un guiño al líder sirio.

 

Aquí, en este punto, se entrelaza el tercer contraste: la disposición del candidato demócrata a agotar la vía diplomática para persuadir a Irán de que desvíe el desarrollo de tecnología nuclear del carril armamentista, antes de recurrir al aumento de la presión económica o a las amenazas militares (tan redituables para los intereses de Bush, dado que instantáneamente se traducen en una nueva subida espectacular del precio del petróleo y, por otra parte, justifican los altos presupuestos militares, pero a la vez tan devastadoras para la economía del mundo y de la propia sociedad norteamericana). En este sentido ya pueden verse claros indicios por parte del actual gobierno en la intención de reparar, sobre el final de la segunda administración Bush, algo (tan poco y tan tarde) del daño causado por la vía de la fuerza militar. Por eso un diplomático norteamericano de alto rango, William Burns, y representantes de la Unión Europea se reunieron días atrás con una delegación iraní, a la que le propusieron suspender, durante un período de prueba, el programa nuclear a cambio de la cancelación de las sanciones económicas ya adoptadas contra Irán. Los representantes de este país, también expertos en exprimir al máximo la jugosa retribución que les brinda la dinámica de la confrontación total, aún no han dado una respuesta.

 

A todo esto, el gobierno israelí mira con preocupación y recelo la desaceleración de la cruzada antiiraní, a la que aporta su buena cuota de arsenal “disuasivo” (incluida una gran maniobra de la fuerza aérea sobre el Mar Mediterráneo) y de retórica incendiaria. Pero, en los últimos días, el gobierno norteamericano ha declarado abiertamente su oposición a la opción militar, incluso a una iniciativa israelí en ese rumbo. En Tel Aviv, tanto la corporación militar como el establishment político saben, o creen, que los años dorados que se iniciaron con la “guerra contra el terrorismo” el 11 de septiembre de 2001 ya están agotándose, y quién sabe cuándo volverán.

 

Viernes 25 de Julio de 2008

CISJORDANIA SE DESMORONA POR BLOQUEOS

 

Por Mel Frykberg, IPS Noticias / Bonsaidelainformacion

Las fuerzas armadas de Israel instalaron tres puestos de control más en la carretera entre el poblado de At-Tuwani y el meridional de Yatta, en el área cisjordana del territorio palestino.

 

Además de ser un fuerte centro económico en su región, Yatta, de 45.000 habitantes, brinda servicios claves de salud, la educación media y numerosas oficinas de la administración pública a las localidades que la circundan.

 

Esta ciudad se ubica ocho kilómetros al sur de Hebrón, una de las principales ciudades de Cisjordania con 200.000 habitantes, 30 kilómetros al sur de Jerusalén, reivindicada tanto por israelíes como por palestinos como capital.

 

Varias comunidades de las colinas al sur de Hebrón continúan con el suministro de productos básicos interrumpido. Los puestos de control agravan el problema, pues la carretera es la principal vía para el suministro de agua a zonas que sufren hoy una grave sequía.

 

Según pobladores del lugar, los bloqueos y controles duplicaron el precio del agua. El costo del transporte de agua se elevará 30 por ciento por la instalación de los nuevos puestos, según un trabajador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

 

No se trata de los únicos controles instalados en Cisjordania, a pesar de las promesas del gobierno israelí de que facilitaría el acceso y el tránsito interno de palestinos en territorios ocupados.

 

El Banco Mundial advirtió a comienzos de año que el sistema de vigilancia y control israelí causaba grandes perjuicios a la economía palestina, y que, de no atenuarlo, la caída en picada continuaría a pesar de los 7.400 millones de dólares en asistencia prometidos por la comunidad internacional.

 

El Ministerio de Justicia de Israel respondió que “en ocasiones, el acceso a ciertas carreteras se restringe por amenazas reales de seguridad”, pero acotó que, “de todos modos, esas restricciones se levantan tan pronto como una amenaza desaparece”.

 

La organización israelí de derechos humanos B’Tselem acusó al Ministerio de distorsionar la realidad. “Más de 300 kilómetros de caminos de Cisjordania están parcial o completamente vedados a los palestinos de manera permanente, sin que exista ninguna amenaza específica”, aseguró.

 

Además del daño económico, los controles impiden a los palestinos recibir tratamiento médico, pues las ambulancias son con frecuencia detenidas en los puestos o se las obliga a regresar al punto de partida, sin importar la gravedad del pasajero.

 

Muchas mujeres se han visto obligadas a parir en puestos de control y muchos pacientes murieron allí.

 

Pacientes que se dirigen a la sala de urgencias del Hospital Salfit, en el norte de Cisjordania, suelen pasar horas en los tres puestos de control del distrito, dijo a IPS el director local de salud primaria, el médico Bassen Abú May.

 

“Otro peligro que afrontan tanto los que van a pie como los que viajan en vehículos es el de sufrir disparos accidentales de soldados israelíes nerviosos”, dijo Abú May. “Eso ha sucedido. Para evitar el problema, muchos retrasan en la noche la búsqueda de tratamiento de urgencia y esperan hasta la mañana. Y el tiempo corre.”

 

Los israelíes aseguran que los controles y restricciones son necesarios para garantizar su seguridad. Pero los palestinos les acusan de imponerles un castigo colectivo a toda la población, y de proteger, en primera instancia, a los colonos judíos en Cisjordania.

 

“Esto está destruyendo el sustento de los palestinos, su economía, su agricultura, su educación y su salud”, dijo Saeb Erekat, el principal negociador de paz por el lado de la Autoridad Nacional palestina, a cargo del gobierno de Cisjordania.

 

Este territorio está dividido férreamente en tres cantones: el norte, el centro y el sur, de acuerdo con el informe emitido en enero por el entonces relator especial de la ONU para palestina, John Dugard.

 

Esta división limita la libertad de movimientos por Cisjordania de palestinos con propósitos sociales, médicos, empresariales o educativos.

 

El distrito de Naplusa, en el norte, está prácticamente rodeado por el ejército israelí, y sólo entran en la ciudad del mismo nombre cuentan con la documentación necesaria.

 

“El movimiento es más fácil dentro de esas áreas, pero entre ellas surgen dificultades por la combinación de controles de seguridad y otros obstáculos físicos”, según el informe de la ONU.

 

La instalación de puestos de control instauró, de hecho, un sistema de carreteras limitadas al uso de israelíes, lo cual obliga a los palestinos a usar rutas alternativas de tránsito restringido.

 

“Los nuevos obstáculos físicos limitaron el acceso a la tierra, los mercados y a los servicios y las relaciones sociales”, agrega el estudio del relator especial.

 

El sistema de autorizaciones israelí impide a los hacendados palestinos llegar a sus propios predios en el valle del Jordán, e incluso transportar sus productos. Las comunidades rurales están aisladas de las ciudades.

 

El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, dijo en abril a la secretaria de Estado (canciller) estadounidense Condoleezza Rice que su país había removido 61 de los 500 puestos de control de Cisjordania, como resultado de las promesas de la cumbre en Annapolis el año pasado.

 

Pero la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) advirtió que los controles habían ascendido de 566 en septiembre a 607 a fines de abril pasado. Para colmo, seis de los 61 controles listados por Barack seguían en su sitio.

 

Viernes 25 de Julio de 2008

APUNTEN CONTRA EL CHE GUEVARA CISJORDANO

 

Por Mel Frykberg, IPS Noticias

El ejército de Israel investiga el incidente en el que un soldado disparó a quemarropa un tiro con bala de goma en el pie del joven activista palestino apodado Che Guevara, quien estaba atado y con los ojos vendados.

 

Un vídeo colocado en el sitio de Internet YouTube muestra cómo el soldado, en presencia de un teniente coronel, abre fuego sobre el joven. El registro acaparó la atención de la prensa de Medio Oriente y de todo el mundo.

 

El 7 de julio, Ashraf Abu-Rahma, de 27 años y residente en la aldea de Bi'ilin, cerca de la cisjordana ciudad de Ramallah, fue arrestado por tropas israelíes, golpeado y obligado a permanecer sentado al sol durante horas, sin recibir agua.

 

Luego el soldado, deliberadamente, le disparó en el pie a menos de un metro de distancia, al parecer por orden de su comandante.

 

“Pensé que iba a ser arrestado, pero no que iban a dispararme”, dijo Ashraf a IPS.

 

Ashraf fue atendido por un médico militar. Afortunadamente, la gruesa bota que llevaba puesta absorbió el mayor impacto de la bala de goma, que le produjo una hemorragia interna en el dedo mayor de su pie.

 

El joven palestino se encontraba entre un grupo de vecinos y activistas internacionales que trataban de llegar a la vecina aldea de Ni'ilin con suministros de emergencia.

 

Varias semanas atrás, esa población fue sometida a toque de queda por cuatro días. Se impidió que las ambulancias evacuaran a los heridos. Las reservas de alimentos, agua y medicinas se agotaban rápidamente.

 

El ejército israelí implementó el toque de queda luego de violentas manifestaciones de protesta contra la expropiación de tierras.

 

Los militares afirmaron que los soldados recibieron una lluvia de piedras, mientras que los palestinos los acusaron de golpearlos, arrojarles gases lacrimógenos y dispararles balas de goma y munición de guerra antes de que reaccionaran con violencia.

 

Abdullah Abu-Rahma, presidente del Comité Popular de Bi'ilin contra el Muro y los Asentamientos, y familiar de Ashraf, dijo a IPS que habitantes de la aldea, junto con personas de varios países, incluido Israel, llevaban entonces leche, pan y medicinas a los residentes de Ni'ilin.

 

“Cuando estábamos llegando a la aldea, fuimos rodeados súbitamente por cuatro jeeps militares. Sin que existiera la menor provocación, comenzaron a arrojarnos gases lacrimógenos”, recordó.

 

Ashraf, activista conocido por los soldados, fue arrestado después de una disputa verbal.

 

“Recibí puñetazos y patadas mientras me conducían en un jeep durante varios minutos. Después de eso me vendaron los ojos, me ataron las manos y me obligaron a sentarme al sol, dolorido y sediento, durante tres horas”, dijo el joven palestino en la entrevista con IPS.

 

“Luego me tomaron de los brazos y me pusieron de pie. Los soldados hablaban entre ellos en hebreo. Aunque no entiendo el idioma, escuché la palabra 'gumi', que significa bala de goma. Después escuché un disparo y caí hacia atrás, dolorido y en un estado de conmoción, tras recibir el balazo en el pie”, agregó Ashraf.

 

Tras recibir atención médica, el joven fue liberado.

 

El incidente fue filmado por una adolescente palestina de 14 años, Salaam Kanan, quien entregó el vídeo a la organización de derechos humanos israelí B'Tselem, la cual, a su vez, lo hizo llegar a las autoridades militares.

 

Un portavoz del ejército dijo que el caso, al que describió como una “grave violación” a las reglas que deben seguir las tropas, estaba en proceso de investigación. El ministro de Defensa, Ehud Barak, condenó la conducta del soldado que efectuó el disparo.

 

El teniente coronel Omri Fruberg, comandante de la patrulla israelí, inicialmente negó haber estado presente. Pero cuando se difundió el vídeo, en el que se lo ve tomando por el brazo a Ashraf cuando el soldado abrió fuego, dijo que le había ordenado a su subordinado que lo intimidara, pero no que disparara.

 

IPS pudo averiguar que existe desde hace años una pésima relación entre Ashraf y el teniente coronel Fruberg.

 

El joven palestino es casi una leyenda en la zona y, por su combatividad, muchos lo llaman Che Guevara.

 

Ashraf logró detener la construcción de un asentamiento en tierras de la aldea, luego de treparse a una grúa en la que izó una bandera palestina. No obedeció las órdenes de bajar que le impartieron los soldados, a quienes les dijo que abandonaran “las tierras que están ocupando ilegalmente”.

 

Permaneció cinco horas trepado en la grúa y su foto apareció en muchos medios de prensa internacionales.

 

Ashraf también ha estado al frente de las manifestaciones organizadas semanalmente en Bi'ilin en protesta por la expropiación de tierras a manos de Israel, que serán utilizadas para ampliar el vecino asentamiento de Modi'in y construir el muro de separación.

 

El proyectado muro no sigue la llamada “línea verde”, que marca el límite entre Israel y la Autoridad Nacional palestina, y aislará a los palestinos de sus tierras. Tanto los asentamientos como el muro son ilegales, de acuerdo con el derecho internacional.

 

Ashraf recibió disparos en varias ocasiones y fue arrestado tres veces.

 

El Comité Popular de Bi'ilin contra el Muro y los Asentamientos, del que el joven palestino es un miembro activo, ha sido durante años un obstáculo para la política israelí, realizando campañas no violentas de desobediencia civil que le dieron credibilidad y apoyo internacional.

 

Incluso la Corte Suprema de Justicia de Israel se pronunció a favor de los habitantes de la aldea. En septiembre del año pasado ordenó que se modificara la traza del muro y que se devuelva parte de las tierras expropiadas.

 

El Comité también logró impedir la destrucción de varias casas en Bi'ilin, que según los israelíes habían sido construidas ilegalmente.

 

Organizaciones de derechos humanos aseguran que existe una política deliberada de demolición de hogares palestinos en áreas consideradas apropiadas para la ampliación de los asentamientos israelíes.

 

Ashraf acampó en varias de las viviendas que iban a ser destruidas noche tras noche, impidiendo que las cuadrillas de demolición hicieran su trabajo. Los soldados lo arrestaban, pero el joven volvía a instalarse en el lugar cuando lo liberaban.

 

Jueves 24 de Julio de 2008

EL MURO DE CISJORDANIA TODAVÍA ES ILEGAL

 

Por Khalid Amayreh, Al-Ahram Weekly/Rebelión

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

El 9 de julio de 2004 el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de La Haya emitió su veredicto que declaraba ilegal el llamado “muro de separación”, la gigantesca barrera que Israel estaba construyendo en Cisjordania.

 

El muro no se ha terminado de construir todavía, fundamentalmente debido a problemas de procedimiento y financieros. Pero cuando se termine, devorará cerca del 46% de Cisjordania, el 10% del cual quedará aislado en el lado “israelí” de la barrera. Casi con toda seguridad esto significa anexión.

 

A esto se añaden Jerusalén este y los pueblos árabes que lo rodean, que constituyen el 4% de la Cisjordania ocupada. Israel ya ha acordonado Jerusalén este junto con su población palestina calculada en un cuarto de millón de personas con una barrera de ocho metros de altura que los aísla del resto de Cisjordania.

 

El histórico fallo del TIJ determinó que la gigantesca barrera, construida en su mayor parte en tierra árabe ocupada por Israel en 1967, violaba el derecho internacional y debía ser demolido. El fallo también reafirmaba que todas las colonias judías construidas en Cisjordania, Jerusalén este y Gaza desde 1967 eran igualmente ilegales según el derecho internacional y debían ser desmanteladas.

 

El TIJ fallaba que los palestinos que sufren perdidas a consecuencia del muro debían ser indemnizados por Israel. Éste, envalentonado por su aliado-guardián, Estados Unidos, rechazó con actitud desafiante el veredicto argumentando que el TIJ no había tenido en cuenta su punto de vista.

 

De hecho, lejos de hacer el menor caso al veredicto del TIJ, en realidad Israel aceleró su apropiación de tierra palestina, apoyado el Tribunal Supremo Israelí que está en manos del ejército israelí de ocupación y que da el visto bueno y otorga a este robo de tierra la apariencia de una legalidad que no puede tener.

 

Los palestinos en general consideraron el veredicto una importante victoria para su causa. Sin embargo, pocos palestinos tenían esperanza alguna en las posibilidades reales de conseguir que la “comunidad internacional” dominada por Estados Unidos garantizara la implementación sobre el terreno del fallo del TIJ. Al fin y al cabo, muchas otras resoluciones de Naciones Unidos y de su Consejo de Seguridad que declaran ilegales y nulas acciones israelíes se han quedado reducidas a simple papel mojado.

 

En los últimos días palestinos de toda Cisjordania han recordado el cuarto aniversario del veredicto del TIJ con una determinación renovada de acabar con la ocupación de su tierra desde hace ya 41 años. Es más, la construcción de la horrible barrera, que muchos llaman “El muro del vergüenza” no es sino un síntoma de la ocupación israelí, lo mismo que la proliferación de las colonias y carreteras sólo para judíos israelíes por todos los territorios ocupados.

 

La semana pasada se celebraron ocho manifestaciones de protesta en Cisjordania, desde Jenin, al norte, hasta Belén, al sur. Los manifestantes, entre los que también había activistas extranjeros, llevaban banderas palestinas y corearon consignas pidiendo la demolición del muro.

 

En Deir Al-Ghusun cerca de Tulkarem (al norte de Cisjordania) las manifestaciones se dirigieron al muro que aísla sus huertos y granjas. Uno de los manifestantes calificó la apropiación de su tierra por parte del ejército israelí de “acto de expoliación”. Acusó a Israel de “engañar y mentir al mundo”.

 

“Primero dijeron que el muro era una estructura de seguridad, no una frontera política. Sin embargo hemos visto que todas las políticas y acciones israelíes indican que Israel considera que el muro constituye fronteras políticas”, afirmó un hombre de mediana edad.

 

Pero muy pronto las protestas fueron reprimidas por las fuerzas de ocupación que invadieron el pueblo a través de las puertas destinadas a exclusivo uso militar construidas en el muro. La finalidad de estas puertas es permitir al ejército israelí un fácil acceso a los pueblos palestinos adyacentes y facilitar así el control de la población local.

 

El 11 de julio campesinos palestinos y activistas extranjeros se manifestaron caminando hacia el muro en los pueblos de Jayyous, Niilin, Billin y Al-Khadr donde se enfrentaron con los soldados israelíes que defienden el muro. Los habitantes de los pueblos hablaron con amargura de los buldózeres militares israelíes que diezman y destruyen sus olivares centenarios y sus granjas ancestrales, de los que dependen en gran medida sus medios de subsistencia.

 

Los soldados israelíes, por su parte, no estaban de humor de permitir ni siquiera que las víctimas de la política de apartheid y de la limpieza étnica israelíes comunicaran pacíficamente al resto del mundo sus penalidades. Antes incluso de que los manifestantes llegaran al lugar donde estaban los diezmados olivares, los soldados de la ocupación enseñaron sus balas recubiertas de caucho, las bombas sonoras y los gases lacrimógenos. Un habitante del lugar resultó herido de gravedad y al menos 50 olivos ardieron debido a la explosión de las bombas y de los proyectiles de gases lacrimógenos.

 

Sin lugar a dudas el muro ha supuesto a los palestinos de Cisjordania unas pérdidas incalculables a nivel nacional, que atañen a todos los aspectos de su existencia y de su supervivencia. Según Abdul-Hadi Hantash, un cartógrafo y experto en asentamientos judíos, el muro mide 786 kilómetros de largo y está construido a lo largo de las mayores cuentas de reservas de agua, que producen al año 460 millones de metros cúbicos de agua en su mayoría potable. Aproximadamente un 5% de esta cantidad va a los palestinos mientras que Israel se apropia del resto.

 

Hantash afirmó que el muro ya ha dejado aislados a más de 70 pueblos y aldeas palestinos con una población total de 223.000 personas. También ha sido la causa de que se arranquen o destruyan 108.000 árboles crecidos, de los cuales 84,000 son olivos.

 

Hantash afirmó que la Autoridad palestina no debía considerar el muro como una cuestión aparte. “Esta siniestra muralla es una parte integral de la política de asentamientos judíos. Es un síntoma de la ocupación y como todos sabemos, no se pueden erradicar los síntomas sin previamente tratar la causa de raíz”.

 

Hantash intervino el 11 de julio en un simposio celebrado en Dura, cerca de Hebrón, para recordar los cuatro años que han pasado desde que el TIJ emitió su histórico veredicto en contra del muro.

 

Talab Al-Sanie, un palestino miembro del Parlamento israelí que también participó en el simposio, señaló que la construcción del muro se debió a un deseo irrefrenable por parte de Israel de imponer unilateralmente límites políticos entre Israel y un posible Estado palestino.

 

Al-Sanie argumentó que, sin embargo, el veredicto del TIJ demostraba que el muro era “un fenómeno ilegitimo producto de otro fenómeno igualmente ilegítimo, a saber, la ocupación israelí de tierra árabe”. Señaló que Israel simplemente estaba tratando de resolver sus problemas y temores demográficos a expensas del pueblo palestino.

 

“Los judíos tienen que darse cuenta de que la ocupación militar no les proporcionará seguridad. También deben entender que su enemigo no es el pueblo palestino, sino la ocupación, cuyo fin acabaría con el conflicto en la zona”.

 

Al-Sanie denunció que la mayoría de los israelíes, especialmente su gobierno y la clase dirigente militar, justifican la continua expansión de los asentamientos judíos por toda Cisjordania y a ambos lados del muro de “separación” con este temor.

 

Jueves 24 de Julio de 2008

SERIE DE HOJAS INFORMATIVAS “DETRÁS DE LOS BARROTES: MUJERES PALESTINAS EN PRISIONES ISRAELÍES”

 

Por Departamento de Derechos Humanos, Comité Democrático Palestino - Chile

“Serán atendidos con prioridad absoluta los casos de las mujeres encinta y de madres con niños de corta edad a su cargo, que sean arrestadas, detenidas o internadas por razones relacionadas con el conflicto armado.” Artículo 76 (2)

 

“Todo recluso recibirá de la administración, a las horas acostumbradas, una alimentación de buena calidad, bien preparada y servida, cuyo valor nutritivo sea suficiente para el mantenimiento de su salud y de sus fuerzas.” Artículo 20 (1)

 

INTRODUCCIÓN

Desde el inicio de la ocupación israelí en 1967, la población de los Territorios Palestinos ha sido víctima del mayor índice mundial de encarcelamientos. Se estima que más de 700.000 palestinos han sido detenidos por Israel, 10.000 mujeres entre ellos, lo cual constituye un 27% del total del pueblo palestino.

 

Entre 15-20 palestinos son arrestados diariamente por las fuerzas israelíes, lo que repercute negativamente en cientos de familias y demás estructuras sociales.

 

Las mujeres palestinas han jugado un papel fundamental haciendo frente a la ocupación israelí no sólo a nivel de política y social sino que, en ciertos casos, también militarmente. La mayoría de ellas han sido bien detenidas bien encarceladas en prisiones / centros israelíes. Desde el inicio de la segunda Intifada en el 2000, su número asciende ya a más de 700.

 

HECHOS

De acuerdo con cifras relativas a mayo del 2008, más de 9.080 prisioneros políticos palestinos se encuentran recluidos en prisiones, centros de detención y campos israelíes. Entre ellos cabe destacar 74 mujeres palestinas (incluidas 2 prisioneras de 16 y 17 años de edad de un total de 327 menores, y 17 madres con 60 niños). Un gran porcentaje no ha sido formalmente acusado de crimen alguno ni ha visto realizado su derecho a un proceso judicial.

 

Actualmente se cuentan 5.689 prisioneros sentenciados, 2.588 detenidos y 803 bajo detención administrativa. Este tipo de detención es legítimo de acuerdo con las órdenes militares aplicables en el Territorio Palestino Ocupado y la legislación nacional israelí. Oficialmente es una medida dirigida a prevenir el peligro que un individuo en particular posee para la seguridad del estado durante un corto periodo de tiempo. Sin embargo, el entendimiento del concepto seguridad del estado no ha sido definido de forma clara. Como consecuencia, el uso de la detención administrativa por arte del Estado de Israel viola las restricciones impuestas por el derecho internacional. Por medio de esta medida, miles de palestinos han sido detenidos durante largos periodos como meses e incluso años, sin haber sido debidamente procesados o informados de los cargos que se le imputaban. Aunque la posibilidad de recurrir la detención es posible desde un punto de vista teórico, en la práctica las órdenes militares obstruyen el acceso de los detenidos y el de sus abogados a los archivos necesarios los cuales son custodiados con total confidencialidad.

 

De un total de 73 prisioneras, únicamente 52 han sido sentenciadas, 5 de ellas a cadena perpetua, mientras que otras 11 recibieron condenas de más de 10 años de encarcelación. 21 mujeres continúan esperando ser juzgadas, y 6 se encuentran bajo detención administrativa.

 

A tres prisioneras residentes de Gaza se les ha negado el derecho a recibir visitas de sus familiares desde junio del 2007, fecha del inicio del aislamiento y asedio de la Franja por parte de Israel. Tampoco se les permite mantener comunicación telefónica con sus parientes.

 

Las prisioneras palestinas se encuentran repartidas entre tres prisiones distintas, particularmente en Telmond (Sharon), Neve Tirza (Ramleh) y Al-Jalameh (Kishon). La gran mayoría (93%) están recluidas en Telmond. Las tres instituciones están localizadas fuera de los límites del Territorio Palestino Ocupado lo cual constituye una flagrante violación del Artículo 76 del Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra (Convenio IV) que lee “Las personas protegidas inculpadas quedarán detenidas en el país ocupado y, si son condenadas, deberán cumplir allí su castigo.” La violación de esta norma no hace más que añadir mayor dificultad a las visitas por parte de familiares y el acceso de abogados.

 

Aunque el recurso a la tortura está expresamente prohibido tanto por la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CCT, 1987) como por el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (PIDCP, 1966), instrumentos estos ratificados por Israel, existen sin embargo casos documentados por organizaciones de derechos humanos. Algunas mujeres han denunciado haber sido encadenadas durante nueve horas consecutivas durante el interrogatorio además de haber sufrido intimidaciones, amenazas y humillaciones. No es raro que se les prive de sueño e incluso que sean golpeadas. Tras su arresto, son raramente informadas de los cargos que se le imputan o el lugar donde están siendo transferidas. Otras han confesado incluso haber sufrido maltratos físicos ante sus propios hijos.

 

Las prisioneras sufren condiciones extremas de detención debido a la escasez y calidad de la comida, el hacinamiento de las celdas, camas incómodas, falta de luz natural debido a las cortinas de hierro que cubren las ventanas, privación de los mínimos estándares relativos a servicios médicos e higiene, y aislamiento del mundo exterior.

 

La prevención de visitas de familiares, incluidos los mismos hijos, es una práctica común. Como consecuencia, las presas se ven obligadas a mantener contacto con sus seres queridos a través de sus abogados. El uso de teléfonos está terminantemente prohibido y el correo se encuentra limitado; las cartas sólo pueden ser enviadas a través de delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) una vez éstas han sido comprobadas por oficiales de seguridad.

 

A lo largo de los años, se han dado casos de mujeres embarazadas encarceladas. Esto produce gran preocupación puesto que el encarcelamiento de mujeres en cinta supone un gran riesgo no sólo para la futura madre, sino también para el parto así como posterior crecimiento y desarrollo del recién nacido. Numerosos factores de riesgo durante el embarazo junto con una dieta nutricionalmente pobre, la falta de historiales obstétricos, altos niveles de ansiedad, depresión y falta de cuidados adecuados, pueden tener consecuencias fatales.

 

En la actualidad, dos prisioneras se encuentran recluidas incomunicadas prohibiéndoseles todo contacto con otras presas. Aunque esta forma de castigo ha sido aceptada por el DIH, tal confinamiento jamás debe ser impuesto a prisioneras de salud delicada, y debe estar siempre acompañado por visitas diarias por parte de un oficial de medicina.

 

ABANDONO MÉDICO DE MUJERES PALESTINAS EN PRISIONES ISRAELÍES

Las condiciones generales de salud de las prisioneras pueden ser calificadas de pobre. Actualmente el 25% de ellas sufre algún tipo de enfermedad tratable.

 

No es raro que experimenten pérdida de peso, debilidad, anemia y falta de hierro debido a la escasa cantidad de comida y la ausencia de los nutrientes dietéticos necesarios. Si eso no fuera bastante, las prisioneras también están expuestas a tratos severos (castigos físicos y psicológicos, y humillación) por parte de los oficiales encargados de los centros penitenciarios los cuales no tienen en cuenta las condiciones y necesidades especiales de las presas enfermas ni de las embarazadas. Todos estos factores contribuyen al sufrimiento de las futuras madres que no cuentan con los cuidados médicos y condiciones necesarias ni con una dieta especial apropiada a sus circunstancias.

 

Condiciones de encarcelación difíciles como la falta de aire fresco y luz natural, humedad en el invierno, calor durante el verano, insectos, suciedad, hacinamiento en las celdas, dietas pobres junto con el estrés, y el sufrimiento que conlleva la falta de comunicación con sus familiares, pueden derivar en perturbaciones menstruales.

 

Muchas de las presas sufren de reumatismo y problemas dermatológicos debido a la humedad que se filtra en sus celdas durante el invierno. En contraste, el verano trae consigo la falta de ventilación y aire fresco, y la prevalecía de cucarachas y otros insectos que contribuyen en la proliferación de enfermedades cutáneas. A pesar de ello, las autoridades penitenciarias se han negado a facilitar productos de limpieza.

 

Las prisioneras que padecen de enfermedades tratables como asma, diabetes, problemas relacionados con el riñón, anemia, cáncer y ataques, no disfrutan de una atención médica adecuada. Las enfermedades oculares empeoran debido a las condiciones de encarcelación como la ausencia de luz del sol. Sus necesidades nutricionales no son tenidas en cuenta.

 

LA FALTA DE PERSONAL CUALIFICADO, RECURSOS Y CUIDADOS MÉDICOS ESPECIALIZADOS

La falta de personal cualificado para atender las necesidades físicas y mentales de las prisioneras da lugar a largos retrasos en la provisión de atención médica y tratamientos de mala calidad e interrumpidos lo que acentúa el deterioro físico de aquellas presas que padecen enfermedades crónicas y degenerativas como cáncer. Más aún, los tratamientos dirigidos a la salud mental destacan por su ausencia.

 

Hasta la fecha, las prisiones y centros de detención no disponen de servicios ginecológicos a pesar de que las prisioneras se han venido quejando larga y continuamente de tal ausencia exigiendo visitas ginecológicas regulares. Cuando las presas necesitan ser hospitalizadas en instituciones israelíes, el cuidado ginecológico que se les ofrece no tiene en cuenta las diferencias culturales lo cual causa mayor estrés entre las pacientes. En el caso de mujeres palestinas solteras, los doctores palestinos hacen uso de exámenes internos como última opción recurriendo siempre en primer lugar a escáneres abdominales o generales. Algunas mujeres han denunciado que tal opción no les fue ofrecida en los hospitales israelíes. Actualmente, 3 mujeres necesitan de cuidados especiales mientras que otras 8 han exigido visitar a un ginecólogo fuera de la prisión.

 

El cuidado dental facilitado por las autoridades penitenciarias – particularmente en la prisión de Telmond -es inadecuado. Tres mujeres con problemas dentales importantes han venido exigiendo desde el pasado 2003, permiso para ser tratadas dentro de la prisión por un dentista de fuera a su propio cargo. Sin embargo, sus exigencias han sido rechazadas por 5 años consecutivos.

 

Algunas de las prisioneras padecen de desórdenes causados por estrés post-traumático y por depresión debido no sólo a las violaciones de derechos humanos de las que son víctimas en prisión (condiciones de encarcelación y detención extremas, falta de contacto con sus familias, etc.) sino también por experiencias relacionadas con la ocupación anterior a su ingreso en prisión. Aquellas prisioneras recluidas por largos periodos de tiempo necesitan de cuidados psicológicos especiales. En la actualidad, existen dos casos que requieren terapia profesional. Sin embargo, ninguna prisión facilita estos servicios.

 

Como resultado de la presión ejercitada por los abogados desde el comienzo del proyecto “Protección de Prisioneras y Detenidas Palestinas en Prisiones Israelíes” en enero del 2008, las autoridades de la prisión de Telmond han autorizado la visita de dos psicólogos, dos visitas de un dentista y una visita de un doctor especializado en medicina ortopédica. La primera visita de un ginecólogo está prevista para mediados de Junio. Desafortunadamente, las autoridades penitenciarias retienen el privilegio de dictaminar cuando la visita es o no necesaria. Ningún acuerdo ha sido alcanzado el cual permita la continuación de visitas de doctores especializados, las cuales pueden ser negadas en cualquier momento.

 

MUJERES EMBARAZADAS ENCADENADAS

Entre los años 2003 y 2008, cuatro mujeres presas han dado a luz en circunstancias extremas recibiendo cuidados pre y post natales insuficientes. Entre ellas, se incluye el caso de A.M., una mujer de poco más de cuarenta años procedente de la Franja de Gaza y que en la actualidad continúa siendo prisionera junto a su hijo de 5 meses.

 

Las presas que están a punto de dar a luz son trasladas al hospital encadenadas de pies y manos, y bajo estricta supervisión militar. A su llegada al hospital, las parturientas son encadenadas a sus camas hasta que acceden a la sala de partos. Tras el parto, las cansadas madres vuelven a ser encadenadas a sus respectivas camas. Esta es una experiencia que deben afrontar solas puesto que la visita de familiares está prohibida.

 

El encadenamiento anterior al parto posee la potencialidad de causar complicaciones como hemorragias o descenso del latido cardíaco del futuro bebe. En caso de que la intervención mediante cesárea sea necesaria, un retraso de tan solo 5 minutos puede tener consecuencias catastróficas (por ejemplo, daños permanentes en el cerebro del bebe).

 

A TRAVÉS DE SUS PROPIOS OJOS

EL TESTIMONIO DE UNA DETENIDA EMBARAZADA

A.M., una embarazada de poco más de 40 años procedente de Gaza y madre de 8 niños, fue arrestada en el paso de Beit Hanoun (Erez). Tras su arresto, fue trasladada a la prisión de Hasharon. En vista de su edad, A.M. necesitaba de un mayor nivel de cuidados y supervisión médica. Sin embargo, sufrió una preocupante pérdida de peso a la vez que fatiga general debido, entre otras cosas, a la calidad y escasez de la comida y las severas condiciones de encarcelamiento. En enero del 2008, sintiendo los primeros dolores del parto, la detenida fue trasladada al Hospital Meir en Kfar Saba donde la encadenaron de pies y manos hasta inmediatamente antes de su acceso a la sala de partos. Tras el parto, A.M. fue nuevamente esposada. Tuvo que sufrir esta experiencia inhumana completamente sola puesto que tanto a su marido como a familiares, todos ellos residentes de Gaza, se les negó el necesario permiso para visitarla.

 

A.M. describe su dolorosa historia: “Tras el parto, me encadenaron una mano y una pierna a la cama. Permanecí en esta posición durante varias horas antes de que me llevaran de vuelta a mi habitación. Me permitieron ver a mi bebe tan solo dos veces al día para que lo alimentase”. A.M. continúa detenida en la prisión de Telmond por portar explosivos con el fin de ejecutar una acción militar aunque no ha sido formalmente acusada todavía. Después de 6 meses desde el nacimiento de su bebe, éste no conoce aún a su padre ni a sus hermanos.

 

OBLIGACIONES DE ISRAEL DE ACUERDO AL DERECHO INTERNACIONAL

El Estado de Israel está obligado a respetar, proteger y cumplir los derechos contemplados en la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (CCT,1987), el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, (PIDCP, 1966) y el Convenio IV de Ginebra (1949) como estado parte de tales tratados. En cuanto a los documentos elaborados bajo el marco de las Naciones Unidas relativos al tratamiento de prisioneros, aunque si bien no son instrumentos legalmente vinculantes, se les debe conceder la debida importancia como principios elaborados por las Naciones Unidas y como herramientas de gran importancia en el campo de los derechos humanos.

 

Numerosos instrumentos internacionales reconocen el derecho a la salud de las mujeres, tanto prisioneras como civiles, en tiempos de conflicto:

 

- La Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, 1969.

 

- Convenio de Ginebra relativo al trato debido a los prisioneros de guerra de 1949.

 

- Declaración sobre la protección de la mujer y el niño en estados de emergencia o de conflicto armado de 1974.

 

- Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de Reclusos de 1955.

 

- Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la Protección de las Víctimas de los Conflictos Armados Internacionales, 1977.

 

- Principios Básicos para el Tratamiento de los Reclusos, 1990.

 

- La Declaración y Plataforma de Acción de Pekín, Conferencia de la ONU sobre la Mujer, 1995.

 

Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de 1981 y su Protocolo Facultativo de 1999.

 

- Convención sobre los Derechos del Niño, 1990, y su Protocolo Facultativo relativo a la participación de niños en los conflictos armados, 2002.

 

Para más información sobre la temática de derechos humanos de mujeres palestinas en prisiones israelíes, por favor contacte con la dirección de correo electrónico info@aseerat.ps

 

Addameer

Mandela Institute

Palestinian Counselling Center

La Serie de Hojas Informativas “Detrás de los Barrotes: Mujeres Palestinas en Prisiones Israelíes” es publicada como parte del proyecto “Protección de Prisioneras y Detenidas Palestinas en Prisiones Israelíes” fundado por el Gobierno de España en favor de UNIFEM como un proyecto de la ONU implementado por las siguientes organizaciones no gubernamentales palestinas: Addameer, Prisoners’ Support and Human Rights Association, Mandela Institute for Human Rights y Palestinian Counselling Center (PCC). Las opiniones aquí expresadas pertenecen a los mismos autores y no representan necesariamente la opinión de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), UNIFEM, Naciones Unidas o cualquiera de sus organizaciones afiliadas.

 

Con el apoyo de:

                                   - El Consulado General de Agencia Española

                                   - España de Cooperación Internacional en Jerusalén

 

Miércoles 23 de Julio de 2008

DESHEREDADOS

 

Por Antonio Pampliega, Público.es

Un cuarto de millón de refugiados palestinos vive hacinados en campamentos repartidos por Líbano

 

Dos carros blindados del Ejército libanés custodian la entrada al asentamiento de Nahar al Bared, situado en la ciudad de Trípoli a 85 kilómetros al norte de Beirut. Los días de esplendor de este campo de refugiados palestinos (fue el segundo en importancia de todo el Líbano) son cosa del pasado. Hoy, la tristeza y la desolación son las únicas a las que no se les veta la entrada a esta ciudad fantasma. Lo que fue uno de los centros neurálgicos de los refugiados palestinos (daba cobijo a más de 30.000 personas) está arrasado. Sólo los escombros y las casas derruidas dan una idea de lo que fue este asentamiento.

 

“Los milicianos de Fatah al Islam atacaron varios puestos del Ejército libanés en Trípoli, causando varios muertos e importantes destrozos. Los guerrilleros se refugiaron en el interior del campamento de Nahar al Bared y se hicieron fuertes”, explica a Público un oficial del ejército libanés que nos acompaña en el recorrido por el perímetro exterior de esta urbe devastada. “Después de tres días de intensos combates, el 23 de mayo de 2007 se firmó un alto el fuego para que la ONU entrara al campo de Nahar al Bared a suministrar ayuda humanitaria y agua a los refugiados. Cuando se disponía a abandonar el asentamiento, francotiradores de Fatah al Islam abrieron fuego contra ellos”, relata el sargento Ahmad Talal.

 

“Visto que la situación no mejoraba, nos vimos obligados a utilizar medidas más drásticas para acabar con los milicianos y usamos fuego de mortero sobre la ciudad para hacerlos salir. Fue una dura batalla que duró casi tres meses y donde murió mucha gente; entre ellos soldados libaneses, guerrilleros y civiles. Nosotros intentamos causar el menor daño posible a los civiles, pero los milicianos se mezclaban entre la población y era imposible distinguir quién era el terrorista”, trata de justificarse el sargento.

 

CERRADO A CAL Y CANTO

Nahar al Bared, un año después de la tragedia, permanece cerrado a cal y canto. No se puede acceder al interior del campamento a no ser que se tenga un permiso especial que tarda dos meses en tramitarse. “Sí, por supuesto, los trabajos de reconstrucción han comenzado y van a buen ritmo”, afirma el oficial mientras se atusa el bigote. Pero desde el exterior no se ven máquinas trabajando en el desescombro de las casas para comenzar con la reconstrucción, sólo soldados, fuertemente armados, custodiando todo el perímetro. Junto al antiguo campo de refugiados se ha levantado el nuevo Nahar al Bared pero no es ni una ínfima parte de lo que fue el anterior. La mayoría de los habitantes ha preferido emprender su vida lejos de lo que fue durante décadas su hogar.

 

La Agencia de Naciones Unidas para la Ayuda de los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha estimado que el coste de la reconstrucción de este campamento superaría los 300 millones de dólares. Hasta el momento, nadie ha puesto ni un euro y las ruinas permanecen inmutables al paso del tiempo.

 

A unos cinco kilómetros de Nahar al Bared se levanta el campo de refugiados de Beddawi. Este enorme asentamiento acogió a la práctica totalidad de la población civil que huía de los combates.

 

“Nosotros acogimos al 70% de los refugiados”, explica a Público el líder palestino Abu Amara, responsable del campamento. “Como no teníamos medios para alojarlos a todos tuvimos que habilitar la escuela para que pudieran dormir los primeros meses”, continúa Amara.

 

CALOR INSOPORTABLE

“La UNRWA comenzó a levantar viviendas prefabricadas, pero al ser de metal, en verano el calor era tan intenso que era imposible vivir dentro, por lo que nosotros tuvimos que sufragar los costes de nuevas viviendas y levantarlas nosotros mismos”, relata Amara apurando una taza de té mientras habla sin cesar de la precaria situación de quienes huyeron de Nahar al Bared.

 

Amara viste con las ropas de camuflaje del Ejército palestino. Todo el mundo sabe quién es y le paran en la calle para saludarle. “Aquí soy como el primer ministro”, se jacta. La gente le respeta y le quiere. Tras él, su guardia pretoriana, cinco milicianos fuertemente armados con Kalashanikov, vigilan todos los movimientos de su líder.

 

El asentamiento de Beddawi da una idea muy clara de la situación. Calles angostas y sin asfaltar, sucias, donde la basura se acumula en las aceras; las paredes están decoradas con cárteles que hacen referencia al “genocidio palestino” como lo califican ellos, con fotografías de Arafat o de mártires que han atentado contra Israel y a los que se venera con auténtica devoción. Algunas tímidas banderas amarillas de Hizbolá decoran las fachadas de los edificios pero aquí predominan cuatro colores: el negro, el rojo, blanco y el verde, los que forman la bandera palestina. Todos los que viven en Beddawi son palestinos, situación que se repite en todos los campamentos de refugiados del Líbano.

 

Amara nos invita a una humilde casa donde su propietaria, una anciana de avanzada edad y que tiene un sencillo bastón como compañero de viaje, habla sobre su desgracia. “Tenemos que dormir en colchones sobre el suelo y usar los zapatos como almohada. Nadie nos ayuda”, relata Em Mahmoud. “¡No somos perros, somos palestinos!, pero no nos quieren en ningún lado. Somos los desheredados de palestina”, continúa la mujer, que no puede aguantar las lágrimas y se derrumba gritando que quiere morir en palestina, en su casa. La imagen se repite. El lamento y las lágrimas. “Todos vivíamos mejor en Nahar al Bared pero nadie hace nada por reconstruirlo. Yo tenía una casa de dos plantas, donde vivía con toda mi familia. Ahora sólo tengo dos habitaciones donde dormimos 11 personas”, se lamenta Rafe, un granjero que se vio obligado a abandonarlo todo para salvar a su familia. Rafe sufre de cataratas en el ojo derecho, del que casi ha perdido la visión completa, pero no recibe ninguna ayuda médica.

 

La extrema pobreza es el pan nuestro de cada día en Beddawi. Los más perjudicados son aquellos que se vieron obligados a huir al amparo de la noche de Nahar al Bared para salvar sus vidas. Lo han perdido todo y sobreviven en este nuevo asentamiento gracias a la caridad de Amara y sus hombres que tratan de abastecerles de todo lo que necesitan. Sólo las risas de los niños jugando por la calle son capaces de romper con la tristeza que se respira en Beddawi.

 

LA MISMA ESTAMPA EN BEIRUT

Un enorme cartel con el escudo de Al Fatah, organización fundada por Yasser Arafat entre 1957 y 1959, preside la entrada al campamento de Burj el-Barajneh, que con 45.000 personas tiene el dudoso honor de ser el más importante de Beirut.

 

“Este campamento se fundó en 1948 [el año en que se fundó el Estado de Israel] y vinimos para quedarnos sólo unos meses, porque pensábamos que era una situación pasajera, pero ya va para 60 años”, explica a Público Abu Bader, máxima autoridad del campamento. Bader tiene más pinta de político que de miliciano. No lleva uniforme, sino pantalones de pinzas y camisa de cuadros.

 

Durante los primeros años, la UNRWA se volcó con ellos prestándoles toda la ayuda humanitaria. “Gracias a ellos conseguimos salir adelante”, puntualiza Bader. Los refugiados palestinos de Burj el-Barajneh contaron con ayuda de otros países árabes que se solidarizaron con su causa y mensualmente entregaban 100 dólares a cada familia. Pero la situación cambió radicalmente tras la guerra civil. “Al Fatah utilizó el dinero y la ayuda humanitaria para sus fines y compró armas para usarlas contra los cristianos, causando un baño de sangre. Al final quienes sufrieron las consecuencias fueron los civiles que dejaron de recibir ayuda de los países árabes”, dice mientras apura el tercer cigarrillo.

 

Actualmente, el asentamiento de Burj el-Barajneh sólo recibe la ayuda humanitaria de la UNRWA y muy puntualmente de Al Fatah y de Hamás, que entregan dinero a sus afines, lo que provoca graves enfrentamientos dentro del campamento; ya que las facciones tienden a luchar por el control de determinados barrios. “Todo el mundo va armado aquí. No para luchar contra el Ejército libanés, sino para defenderse de los propios palestinos”, admite Bader. Burj el-Barajneh dispone de dos hospitales que no dan abasto y que sólo tienen capacidad para atender pequeñas intervenciones. Les faltan materiales y les sobra suciedad y ganas de ayudar. La última tecnología de la que disponen es una máquina de Rayos X con más de 20 años de servicio. Las urgencias son derivadas a los hospitales de Beirut. Pero el problema que esto supone es que deben hacerse cargo de las facturas. Es decir, que los palestinos deben correr con todos los gastos. “La gente pide dinero a la familia, a los vecinos e incluso a nosotros mismos, todos tratamos de colaborar porque en el futuro nosotros podemos necesitar ayuda”, explica Bader.

 

La sanidad es utilizada por el Gobierno de Fuad Siniora para tratar de conceder la nacionalidad libanesa a los palestinos. “Israel y EE.UU. han prometido a Siniora 5.000 millones de dólares sin logra que los palestinos nos nacionalicemos. Así Israel nos impediría regresar a nuestras casas. [Siniora] nos promete sanidad gratis si accedemos, de lo contrario no nos ayuda en nada - desvela Bader-. Pero Hizbolá nos alienta a que sigamos siendo fieles a nuestra nación a palestina”.

 

Martes 22 de Julio de 2008

EN EL CHECK POINTS DE BELÉN: EL MURO DE LAS LAMENTACIONES

 

Por Laura Raíces, Rebelión

Para entender la estructura y extensión del muro construido por Israel en palestina basta con imaginar enormes corrales con miles de personas en su interior controladas con lupa, donde solo unos pocos pueden entrar y salir. Quienes permanecen dentro sufren además humillaciones, matanzas y destrucciones de sus hogares y comercios. Así considera el gobierno israelí a los palestinos, como un ganado a exterminar.

 

Hace una semana he vuelto de palestina y he podido observar la inmensidad que tiene el Muro del Apartheid construido por Israel, lo cierto es que en comparación el muro de Berlín resulta minúsculo. El muro que cerca las zonas palestinas tiene 10 m. de alto y una extensión actual de 413 Km. (de los 786 Km. proyectados), en comparación, el muro berlinés tenía 3,6 m. de alto y una extensión de 160 Km. Pero más allá de las cifras, el muro israelí implica la persistencia diaria de querer destruir un pueblo que además es patrimonio de una de las culturas más antiguas, Como si vivir dentro de cuatro paredes fuera poco, además se los condena a ver como matan a sus hijos, a la destrucción constante de sus hogares, al robo del agua, al encarcelamiento diario y a millones de maltratos que los humillan constantemente.

 

Lo cierto es que las consecuencias del muro son enormes e innumerables, una de las experiencias que me ha tocado vivir hace solo dos semanas ha sido presenciar el control israelí en el muro que separa Belén de Jerusalén este. Es importante aclarar que ambas zonas corresponden a palestina, con la diferencia que Jerusalén posee una soberanía compartida entre Israel (Jerusalén oeste) y palestina (Jerusalén este), eso en teoría. Lo cierto es que el muro israelí ha dividido ilegalmente Belén de Jerusalén este, por lo cual cuando un palestino quiere pasar de un lado al otro de sus tierras debe pasar un control israelí que irrisoriamente les pedirá tener un permiso especial para poder entrar a Jerusalén este, es decir, a sus propias tierras. Por lo cual la ilegalidad de este control se cumple abiertamente y en todos los puntos.

 

LOS CHECK POINTS

Este punto de control en Belén es fundamental para los palestinos, ya que dado el bloqueo impuesto por el muro muchos de ellos buscan trabajar en Jerusalén…y los israelíes lo saben, precisamente por eso los humillan a diario. Hace solo dos semanas hemos presenciado, junto a un grupo con el que he viajado, como funciona el check poíno (punto de control) de Belén y la experiencia ha sido tan dura e inhumana que nos dejó a muchos con el corazón en la boca y más perplejos ante la irracionalidad israelí.

 

Llegamos alrededor de las 4:30 de la mañana, si bien nos habían informado de la situación con la que nos encontraríamos, el chocarse cara a cara con esa realidad superó lo que esperábamos ver. El check poíno se asemejaba más a un campo de concentración que a un punto de control, lo cierto es que esperaba encontrarme con una entrada similar a cualquier punto fronterizo donde los militares controlen quienes pueden o no pasar.

 

Este control debería estar abierto las 24 horas para cualquier persona que desee cruzar el muro, pero como la lógica israelí consiste en hacer la vida imposible a los palestino violando constantemente la legalidad, el control lo abren alrededor de las 5 de la mañana. La entrada consiste en una un camino muy estrecho formado por barras de acero y un techo de chapa, dando la sensación de que se está entrando a un sistema carcelario. La mayoría de las palestinos que cruzan este control saben que son seleccionados cuidadosamente para poder trabajar en Jerusalén, pero con eso no es suficiente, todos aquellos que deseen pasar deben demostrar tener un permiso que les permita entrar a Jerusalén este (recordemos que Jerusalén este es zona también palestina pero ocupada por los israelíes). A su vez, los permisos son de muy corta duración ya que la principal lógica israelí consiste en hacer la vida imposible al palestino. En el caso de que, por ejemplo, sea un permiso laboral debe renovarse cada tres meses, por lo cual ningún palestino puede llegar tarde a trabajar a Jerusalén, un despido significaría perder la entrada a Jerusalén y con ello las posibilidades de conseguir un trabajo que les permita vivir en Belén. Tan terrible es la imposición de este muro que incluso quienes pueden atravesarlo llegan a considerarse afortunados, salvos los israelíes, claro, que pueden entrar y salir a cualquier zona palestina.

 

Debido a este miedo constante de perder el trabajo muchas personas ya están desde temprano haciendo la cola para pasar el control israelí, y muchos otros pasan la noche para poder estar primeros en el control. Al llegar no sabíamos realmente como actuar y cómo tomarían los palestinos nuestra presencia allí, la humillación de tener que pasar todos los días este control y que para colmo estemos nosotros ahí para verlo podía ser interpretado como una humillación mayor. Lo cierto es que los palestinos nos han sorprendido durante todo el viaje, tiene una humanidad tan grande que nos han hecho avergonzarnos de nuestra egoísta forma de actuar o pensar. Apenas llegamos un palestino a la entrada nos ofreció un café. Nos acercamos un poco hasta donde empezaba la cola, mientras la gente nos saludaba y hacían bromas. Preguntamos entonces desde que hora estaban, muchos nos contaban que desde las tres de la mañana esperando que a las cinco abran el control.

 

Nuestro contacto con una ONG nos permitió acceder al check poíno, esta organización se dedica a controlar dos o tres veces por semana de qué manera se realiza el control y elaborar luego informes que presentan a determinados organismos para denunciar esta situación. Accedimos así, junto a esta ONG, hasta el principio de la cola, aunque no sabíamos si los palestinos nos dejarían o no pasar, pero nuevamente nos sorprendieron, no solo nos dejaron pasar sino que con sus manos iban formado un puente para que pasemos más fácilmente. Al llegar al principio de la cola se observaba una entrada enrejada formada por una puerta giratoria de barras de metal, en suelo de esa entada 6 o 7 mujeres sentadas aguardaban al principio de la fila, ya que los palestinos consideran que las mujeres y los niños tienen el privilegio de pasar antes que los hombres. Cuanto más estábamos con los palestinos más admirábamos su valor y humanidad, mientras esperábamos que se abriera la puerta de control los palestinos bromeaban entre sí y con nosotros, tienen una particular forma de bromear en las perores situaciones, como una forma de mantenerse vivos. Incluso muchas personas que llegaban tarde a la cola se colaban por encima de los barrotes (como se ve en la imagen más arriba), ante lo cual nuestra reacción fue indignarnos ante la injusticia de que muchas personas llevaban toda la noche esperando como para que alguien se les colase, pero una vez más la solidaridad palestina nos demostró que los equivocados éramos nosotros, se enojaban solo unos segundos con quien se había colado y enseguida ya estaban bromeando con él, porque entendían que también era un trabajador que tenía que pasar al otro lado y que por algún motivo se le había hecho tarde para llegar, pero que estaba sufriendo las mismas circunstancias que ellos, por lo cual no era justo que encima se enojaran con él, porque entendían y compartían su dolor. Enseguida me sentí avergonzada, agaché la cabeza y una vez más me di cuenta cuanto me quedaba por aprender de esta gente con un corazón tan grande que no hay muro que lo abarque.

 

A las 5 y 10 se acerca a la puerta del control un joven de no más de 25 años, justo por detrás de la puerta giratoria hay un puesto de control enfrente del cual se sitúa un detector de metales. El joven tranquilamente comienza a abrir la puerta giratoria (siempre desde su cabina), al desbloquear la puerta giratoria los palestinos comienzan a pasar, y cada cierto número el soldado israelí bloquea la puerta, lo importante era que el numero nunca fuera exacto, a veces dejaba pasar a 3 a 5 a 4 a 2, de tal manera que los palestinos no puedan calcular cada cuantos se bloqueaba la puerta y de esta manera sientan no solo el desconcierto sino las barras de metal que les da en la cara al bloquearse de pronto la puerta. Lo mismo hacía el soldado para controlar el tiempo que tardaba en volver a abrir la puerta, cada 5 minutos, 10, depende del grado de odio hacia los palestinos que tuviera esa mañana.

 

Un vez que pasaban la puerta los palestinos debían enseñar en alto el permiso que les habilitaba a pasar hacia Jerusalén e inmediatamente enfrentarse al detector de metales, en este caso el militar israelí (desde su cabina, claro) empeñado en humillarlos, ni siquiera los miraba a la cara, mientras que los palestinos enseñaban en alto que tenían el dichoso papel, ellos mismos nos contaban que dependiendo del humor del soldado a veces verificaban cada uno los permisos (lo cual eternizaba la entrada) y otras veces los dejaban pasar mostrando el permiso en alto pero sin siquiera mirarlos a la cara. Por lo cual era muy difícil de calcular cuanto tiempo podía tardarse en pasar el check poíno. Pero el control recién empezaba.

 

Una vez que pasaban el detector, los palestinos tenían que correr casi medio kilómetro para llegar al siguiente punto de control, una vez dentro se formaba una segunda cola donde nuevamente debían pasar por un detector de metales. Aquí nuestro grupo ya se había dividido en dos, mientras unos mirábamos lo que sucedía en el primer control el resto del grupo ya estaba observando el segundo control, luego decidimos cambiarnos para poder observar el segundo control y aquí vemos como dos militares caminan detrás del primer grupo que regresaba, pero manteniendo cierta distancia. Cuando nuestro grupo se dirige entonces al segundo control, los militares (que no parecían mayores de 18 años) nos siguen. Llegamos entonces al segundo control donde se habían formado dos filas para pasar el detector de metales, a la vez que arriba de ellos se veía una plataforma desde la cual los dos militares que nos habían seguido ahora nos estaban observando. Si bien este control se hacía eterno para los palestinos que debían ir a trabajar, la persona de la ONG que nos acompañaba nos comentaba que hoy se había agilizado bastante la entrada ya que los militares querían darnos una buena imagen de que se portaban bien con los palestinos… ¡menos mal que lo aclaró!

 

Para pasar el detector debían quitarse todo aquello que pudiera hacer sonar la alarma, incluso algunos calzados que tuvieran hebilla de metal. Pasaban así al tercer y último control que consistía en una máquina que detectaba las huellas dactilares de las personas como si fueran criminales, debían poner allí sus manos mientras los militares desde una cabina les hacían preguntas, pero nunca se enfrentaban cara a cara con un palestino, como si pudieran contagiarles algo de humanidad… o tal vez era que se les caía la cara de vergüenza y necesitan un muro para ocultarse.

 

Finalmente, tras toda esta odisea, lograban pasar a la otra parte del muro, solo para ir a trabajar por unas horas a Jerusalén y volver a pasar estos mismos controles a la vuelta para poder llegar a su casa con su familia, si es que aun los israelíes habían dejado en pie la casa o su familia.

 

Esta reseña no es más que una de las consecuencias del muro que los palestinos deben sufrir a diario y de la cual deberían avergonzarse y lamentarse los israelíes a diario de la misma manera que lo hacen sobre el muro de las lamentaciones.

 

Lunes 21 de Julio de 2008

LAS DIVERSAS CARAS DE LA OPRESIÓN ISRAELÍ EN PALESTINA:

CUATRO MUROS PARA ENCERRARLOS A TODOS

 

Por Julien Salingue, juliensalingue.com /Rebelión

Traducido por Caty R.*

Este artículo es el último que pongo en línea antes de mi partida. No voy a intentar, sería imposible, hacer un resumen de las 11 semanas pasadas en los territorios palestinos. En vez de eso trataré de presentar una síntesis de lo que considero los cuatro componentes esenciales de la opresión israelí.

 

Todo el mundo sabe que desde el año 2002 Israel está construyendo un muro gigantesco en Cisjordania. Lo que no se observa con frecuencia es que ese enorme muro de hormigón no es el único que ha erigido el Estado de Israel, aunque es el más obvio. Efectivamente, en la actualidad los palestinos chocan con cuatro muros que les impiden llevar una vida digna y conseguir sus derechos nacionales: un muro de hierro, un muro de alambre, un muro de cristal y un muro de hormigón.

 

EL MURO DE HIERRO: EL EJÉRCITO ISRAELÍ

“Aparte de los que están prácticamente ‘ciegos’ desde la infancia, todos los sionistas moderados han comprendido hace mucho tiempo que no existe la más mínima esperanza de obtener el acuerdo de los árabes de la tierra de Israel para que ‘palestina se convierta en un país con una mayoría judía (…) La colonización sionista, incluso la más limitada, debe completarse, es decir, llevarse a cabo ignorando la voluntad de la población autóctona. Por lo tanto, dicha colonización sólo puede seguir y desarrollarse bajo la protección de una fuerza independiente de la población local: un muro de hierro que la población autóctona no pueda atravesar” (1).

 

Esas líneas fueron escritas a principios de los años 20 por Vladimir Jabotinsky, líder de la corriente “revisionista sionista” de la que surgió el Likud y, entre otros, los primeros ministros Begin, Shamir y Sharon. Dichas líneas describen la doctrina del “muro de hierro”: en la medida en que los árabes de palestina se opondrán a la creación de un estado judío en un territorio en el que son ampliamente mayoritarios, el movimiento sionista debe dotarse de un ejército poderoso, apoyado por los países imperialistas, que favorecerá la colonización y que, cuando llegue el momento, permitirá a los judíos imponer un hecho consumado a la población autóctona.

 

A pesar de la posición minoritaria de la corriente revisionista en el movimiento sionista (dominado por los laboristas de Ben Gurion), la doctrina del muro de hierro tiene muchos imitadores y en realidad fue uno de los factores que condujo a la creación de diversas milicias judías armadas; las más famosas fueron la de Haganá (creada en 1920), Irgun (1931) y el grupo Stern (1940). Estas milicias aterrorizaron a los habitantes árabes y fueron responsables de la salida forzosa de 800.000 personas durante los años 1947-49. Fue el grupo Stern, dirigido por Menahem Begin, el que perpetró la masacre de Deir Yassin en abril de 1948. Después de la declaración de independencia de Israel, la Haganá constituyó la columna vertebral del ejército israelí, el Tsahal, que absorbió rápidamente a las demás milicias.

 

Desde los orígenes del Estado de Israel, el componente militar ha desempeñado un papel clave para llevar a cabo la limpieza étnica indispensable para el establecimiento del estado judío sobre un territorio poblado mayoritariamente por no judíos. El muro de hierro, el ejército, sigue siendo actualmente uno de los pilares fundamentales de la política israelí. La lista de generales que se han convertido en ministros o primeros ministros es demasiado larga para citarla aquí, pero incluye, por ejemplo, a los generales Allon, Dayan, Rabin, Sharon, Barak, Ben Eliezer, Zeevi o Mofaz… En el parlamento actual los generales representan el 10% de los cargos elegidos. Cuando los generales pasan a la vida política no dejan de ser militares y este hecho dirige sus decisiones y grandes orientaciones políticas, como demostró ampliamente la añorada Tanya Reinhardt (2).

 

Además, “Israel es el único país democrático en el que el jefe del ejército asiste a todas las reuniones del gobierno” (3). Y además, “los generales tienen un arma que ningún político puede permitirse el lujo de ignorar: el control absoluto de los medios de comunicación. Casi todos los «corresponsales» y «comentaristas» militares son obedientes servidores del jefe del ejército y publican, como si se tratase de sus propias opiniones, las instrucciones del jefe del Estado Mayor y sus generales” (4). Este poder de los generales sobre los medios de comunicación permite mantener un clima de miedo permanente en una sociedad impregnada de contradicciones pero en la que el temor a la agresión extranjera y la unidad nacional, tras las operaciones militares, son sus cimientos. Por lo tanto, así se legitima un presupuesto militar faraónico: los gastos militares por habitante son 15 veces superiores en Israel que en Estados Unidos. El ejército israelí es uno de los más importantes del mundo y, con mucho, la primera fuerza militar de la región y la única potencia nuclear de Oriente Próximo.

 

El muro de hierro que quería Jabotinsky, entendido como un poderoso ejército que desempeña un papel principal en el desarrollo del proyecto sionista apoyado por los países imperialistas existe, por lo tanto, claramente. En la actualidad se encarna en la ocupación militar de Cisjordania y el asedio de Gaza. Los palestinos de los territorios ocupados son los testigos y víctimas directas de las decisiones que guían la política represora de las autoridades de la ocupación desde hace 60 años. Sus enfrentamientos cotidianos con el ejército en los puestos de control, las redadas o los miles de procesos judiciales militares, son la trágica ilustración de esta primera dimensión de la opresión israelí: la imposición, por la fuerza, de los hechos consumados del sionismo.

 

La tarea asignada al muro de hierro definido por Jabotinsky hace 85 años, es más actual que nunca: “Afirmamos que el sionismo es ético y justo. Y puesto que es ético y justo, se tiene que hacer justicia con independencia de que José, Simón, Iván o Ahmed estén de acuerdo o no” (5).

 

EL MURO DE ALAMBRE: LOS CAMPOS DE REFUGIADOS

“La tierra de Israel está habitada por los árabes (…) Debemos prepararnos para expulsarlos del país por la fuerza de las armas, como hicieron nuestros padres con las tribus que vivían allí; si no, nos encontraremos frente a un problema representado por la presencia de una población extranjera numerosa, de mayoría musulmana, que está acostumbrada despreciarnos desde hace generaciones. Actualmente no somos más que el 12% del conjunto de la población y sólo poseemos el 2% de la tierra” (6).

 

Eso es lo que declaraba, a finales del siglo XIX Israel Zengwill, uno de los primeros colaboradores de Theodor Herzl, considerado el “padre fundador” del sionismo. palestina no era, al contrario de la falacia que propagó el movimiento sionista, “una tierra sin pueblo”. Los sionistas eran conscientes de este hecho y por eso, desde el principio, proyectaron la expulsión de los autóctonos para permitir la construcción de un Estado judío.

 

El plan de división de 1947 otorgaba un poco más del 55% de palestina al Estado judío. El objetivo declarado de los dirigentes sionistas es conquistar palestina entera:

 

“La aceptación del reparto no nos compromete a renunciar a Cisjordania. No se puede pedir a nadie que renuncie a su sueño. Aceptaremos un Estado en las fronteras que se fijan hoy, pero las fronteras de las aspiraciones sionistas son asunto de los judíos y ningún factor externo podrá limitarlas” (David Ben Gurion) (7).

 

Pero los judíos sólo representan un tercio de la población. Por lo tanto, la limpieza étnica era inevitable.

 

Los trabajos de los historiadores palestinos, además de los de los nuevos historiadores israelíes, especialmente Ilan Pappe y Benny Morris (8), han establecido que aproximadamente 800.000 palestinos fueron expulsados de sus tierras durante la gran expulsión de 1947-49, la “Nakba”. Por otra parte, han demostrado que dicha expulsión no fue un daño colateral de la guerra árabe israelí de 1948, sino que fue el resultado de un plan preciso, el “plan Daleth”, dirigido a limpiar la tierra palestina de la mayor parte posible de sus habitantes árabes. Así, más de la mitad de las 800.000 expulsiones tuvieron lugar antes de que empezase la guerra, lo que invalida la tesis comúnmente divulgada de que los aldeanos huían de los combates entre los ejércitos árabes y el ejército israelí.

 

¿Todos los refugiados huyeron por las amenazas directas de las milicias judías o algunos abandonaron sus tierras por miedo a las masacres? Los que discuten la tesis de la expulsión hacen de esta cuestión un asunto fundamental y se refieren constantemente a inencontrables registros radiofónicos que demostrarían que los regímenes árabes llamaron a los palestinos a huir de sus tierras. Más allá del hecho de que los trabajos históricos más recientes han demostrado ampliamente el carácter programado y sistemático de las expulsiones, este «debate» no es más que un juego de manos para desviar la atención de una verdad histórica que nadie puede negar: cualesquiera que fuesen las motivaciones que empujaron a huir a cada uno de los refugiados, ninguno de ellos ha podido regresar jamás a sus tierras.

 

Lo mismo que los otros cientos de miles de palestinos que han engrosado los contingentes de refugiados en otras oleadas de expulsión, especialmente en junio de 1967. Actualmente, según las cifras oficiales de la ONU, hay más de 4,5 millones de refugiados palestinos. Existen 59 campos, algunos todavía cercados de alambre, en Gaza (8 campos), Cisjordania (19), Jordania (10), Siria (10) y Líbano (12). A esta cifra hay que añadir los refugiados no registrados por la UNRWA. Según la Oficina Central palestina de Estadística (PCBS), en la actualidad hay alrededor de 7 millones de refugiados palestinos por todo el mundo, sobre una población total de poco más de 10 millones.

 

Por lo tanto, más de dos tercios de los palestinos son refugiados a quienes Israel niega el derecho de regresar a sus tierras. Como dijo Hussam Khadr, miembro de Fatah en el campo de Balata, ex diputado, y actualmente preso: “la causa palestina es la causa de los refugiados”. Esto autoriza a cualquier observador mínimamente serio de la cuestión palestina a decir que cualquier “regulación” se atasca en las reivindicaciones del reconocimiento de la expulsión y el derecho de retorno se convierte así en descabellado y/o inadmisible. El muro de alambre que encierra al 70% del pueblo palestino en los campos y en un estatuto de refugiados permanentes es el segundo dispositivo insoslayable de la opresión fabricada por Israel.

 

EL MURO DE CRISTAL: EL ESTATUTO DE LOS PALESTINOS DEL 48

“Están los ciudadanos árabes del Estado de Israel. Esa es nuestra principal preocupación. Que no acaba en Gaza. Que no acaba en Judea y Samaria (Cisjordania). Tenemos que enfrentarnos a nuestra principal preocupación” (Gideon Ezra, actual ministro israelí de Medio Ambiente y miembro del Kadima).

 

Existe un tercer muro que encierra a la población palestina y constituye un aspecto a menudo subestimado, o ignorado deliberadamente, de la opresión israelí. Es el “muro de cristal”, utilizando una metáfora del periodista Jonathan Cook, que encierra a los palestinos de 1948, los mal denominados “árabes israelíes”.

 

La minoría palestina en Israel, estimada en 1,3 millones de miembros (es decir, algo menos de un quinto de la población israelí), está compuesta por los palestinos que permanecen en las tierras conquistadas por Israel en 1947-49 y sus descendientes. El trato que inflige Israel a esta minoría y las medidas radicales que les impone una gran parte del establishment sionista, son reveladores de la inevitable discrepancia entre la realización del proyecto sionista del establecimiento de un Estado judío en palestina y la satisfacción de los derechos naturales del pueblo palestino.

 

En virtud de la ley marcial que rigió de 1949 a 1966, los palestinos de Israel disfrutan desde 1967, en teoría, de los mismos derechos que todos los israelíes. Sólo en teoría porque las discriminaciones, aunque no están inscritas en la ley, persisten y se desarrollan. Del ministerio de Asuntos Religiosos, que no dedica más que el 2% de su presupuesto a las comunidades palestinas de Israel y rechaza acordar créditos para los cementerios «no judíos», a los numerosos municipios que se abstienen de utilizar la lengua árabe para la señalización de las carreteras, los casos de discriminación institucional son legión.

 

Si añadimos la discriminación en la contratación laboral, en el alojamiento o la debilidad de los créditos asignados por el Estado para el desarrollo económico y social de las ciudades y pueblos árabes (el 54,8% de los palestinos del 48 vive por debajo del umbral de la pobreza frente al 20,3 de los judíos), e incluso la negativa a reconocer la existencia de algunos de esos pueblos, está implantado un sistema de discriminación “paralegal” que Jonathan Cook denomina “un muro de cristal”. Un muro de cristal que encierra totalmente a los palestinos de Israel en un estatus de ciudadanos de segunda, que sigue siendo invisible y permite a Israel afirmar que es un Estado democrático y no discriminatorio.

 

Las políticas discriminatorias frente a los palestinos a menudo se asumen por los dirigentes israelíes en nombre del interés superior de la construcción del Estado judío. Así, Ariel Sharon afirmaba en 2002 que mientras que los judíos tienen los derechos “sobre” las tierras de Israel, los palestinos tienen los derechos “en” el Estado de Israel. Así se entiende mejor por qué la reivindicación democrática elemental promovida por Azmi Bishara, ex diputado palestino en la Knesset (acusado por el ejército israelí de conspiración y exiliado desde 2007, N. de T.), de la transformación de Israel en un “Estado de todos sus ciudadanos” preocupa a todos los que intentan ocultar que Israel, lejos de ser “judío y democrático” es más bien, según las palabras de otro diputado, Ahmed Tibi, “democrático desde el punto de vista de los judíos y judío desde el punto de vista de los árabes”.

 

Los palestinos de Israel y sus derechos nacionales son un obstáculo para la edificación de un Estado judío en palestina, De ahí que los encierren en un estatus de ciudadanos de segunda acusados constantemente de conspirar contra Israel, un fenómeno que se aceleró desde septiembre de 2000. Si el sueño sionista de un «Gran Israel» librándose de la población palestina ha fallado, algunos dirigentes israelíes agitan la amenaza demográfica y no dudan en comparar a los palestinos de Israel con un «cáncer» que hay que tratar de forma radical.

 

De los partidarios de la expulsión masiva, representados especialmente por el ex viceprimer Ministro Lieberman, a aquellos como Ehud Olmert, que proponen «separar» las zonas árabes más densamente pobladas (a ejemplo de lo que ha sucedido en Gaza y corre el riesgo de ocurrir en los cantones de Cisjordania), existe un amplio consenso en la afirmación de que el futuro de los palestino de Israel no está en Israel. Las cifras recientes indican que el 75% de los judíos israelíes son favorables a una transferencia de las zonas árabes densamente pobladas al hipotético «Estado palestino».

 

El muro de cristal que encierra a los palestinos del 48 en una posición de ciudadanos de segunda es la tercera dimensión de la opresión israelí. Puede ser imperceptible para quienes no quieren verlo. Cada uno deberá preguntarse, por lo tanto, cómo un diputado israelí (Effie Eitam) ha podido declarar recientemente en la Knesset, sin preocuparse por las consecuencias, enfrentándose a los representantes de los palestinos del 48: «Algún día os expulsaremos de este edificio y de la tierra del pueblo judío».

 

EL MURO DE HORMIGÓN: LOS CANTONES

“Israel tiene la obligación de poner fin a las violaciones del Derecho Internacional de las que es autor. Tiene la obligación de detener ipso facto las obras de construcción del muro que está construyendo en el territorio palestino ocupado, incluido dentro y alrededor de la periferia de Jerusalén Este, desmantelar inmediatamente la estructura construida en dicho territorio y derogar o dejar sin efecto, desde este momento, los actos legislativos y reglamentarios correspondientes” (Dictamen de la Corte Internacional de Justicia del 9 de julio de 2004) (10).

 

Por lo tanto, el muro de Cisjordania se ha declarado ilegal por la Corte Internacional de Justicia. Pero eso no impide que Israel prosiga la construcción y tenga previsto terminarlo en 2010. Al final, el muro medirá más de 800 kilómetros. Un muro de hormigón que llega a veces a 8 metros de altura; la presunta «barrera de seguridad» integrará “de hecho” alrededor del 45% de Cisjordania y al 98% de los colonos del Estado de Israel y destazará “el Estado palestino” en tres territorios aislados, que a su vez se subdividirán en 22 pequeños enclaves “conectados” por los túneles construidos bajo las carreteras de uso exclusivo de los colonos, que medirán alrededor de 1.250 kilómetros (11). Una parte de los 600 puestos de control y las barreras que actualmente cubren Cisjordania desaparecerán, los demás se mantendrán para controlar las entradas y salidas de los cantones. En dichos cantones verá la luz una entidad palestina auto administrada que algunos se atreverán, incluso, a llamar “Estado”.

 

Aunque el muro se empezó a construir en 2002, su origen se remonta, de hecho, mucho más allá. Exactamente al 10 de junio de 1967, cuando acabó oficialmente la Guerra de los seis días. Al final de la guerra, Israel había conquistado efectivamente, entre otras cosas, el resto de la palestina teóricamente repartida en 1947 y la capacidad de ejercer su autoridad sobre Cisjordania y la Franja de Gaza. Una victoria militar más rápida y más fácil que la del 48, pero con una diferencia fundamental: al contrario de lo que pasó entonces, la mayoría de los palestinos no se fueron. Por lo tanto, el hecho militar creó un problema a los dirigentes sionistas: En ese momento Israel tuvo que asumir a los palestinos de Cisjordania y Gaza, que se sumaron a los palestinos del 48. La pretensión del Estado de Israel de ser al mismo tiempo un estado judío y democrático apareció, por lo tanto, seriamente amenazada.

 

Para responder a esa contradicción, un general laborista, Igal Allon, presentó al Primer Ministro Levi Eshkol, en julio de 1967, una solución alternativa a la expulsión, que comprometería el apoyo internacional del que gozaba el Estado de Israel. La filosofía del “Plan Allon” es la siguiente: renunciar a la soberanía sobre las zonas palestinas más densamente pobladas conservando el control exclusivo sobre el valle del Jordán, la ribera occidental del mar Muerto y Jerusalén, donde los límites municipales se expandieron considerablemente. Así se establecería una entidad palestina constituida por cantones aislados y con las atribuciones de soberanía limitadas. Allon no respondía a la cuestión de si dicha soberanía sería confiada a los autóctonos, a Jordania o a Egipto.

 

Aunque el Plan Allon no se adoptó oficialmente por el poder israelí, es el que guiará, con ciertas variaciones, la política del Estado sionista desde el año 1967. La disposición de las colonias, el trazado de las carreteras de circunvalación reservadas a los colonos y la fragmentación progresiva de Cisjordania son la aplicación concreta del plan del general Allon. Los Acuerdos de Oslo y la división de Cisjordania en zonas A, B y C, están directamente inspiradas en dicho plan. Incluso el general Sharon, ferviente partidario de la expulsión de los palestinos, acabó adoptando, con modificaciones, el Plan Allon. En ese sentido está la “retirada unilateral” de Gaza en 2005 que, lejos de ser un “gesto de paz”, es una decisión pragmática de abandono y asedio de una zona palestina muy densamente poblada. La decisión de construir el muro, si la interpretamos debidamente como la renuncia a la anexión del conjunto de Cisjordania, no es más que la aplicación de la última etapa del Plan Allon.

 

El muro traza los límites de los cantones palestinos, las zonas demasiado pobladas que no quiere administrar Israel. Ese es el “Estado palestino” del que hablan los dirigentes israelíes, que jamás se han planteado la restitución de los territorios ocupados en 1967. ¿Cómo explicar, si no, que continúe la colonización a un ritmo cada vez más desenfrenado, a pesar de los llamados “procesos de paz”? Efectivamente, en la actualidad viven en Cisjordania más de 500.000 colonos (frente a los escasos 200.000 de principios de los años 90), su número crece a un ritmo tres veces superior al del resto de la población israelí y pronto representarán el 10% de la población judía de Israel.

 

El muro de hormigón, del que ya se han construido más de 500 kilómetros, es la expresión más patente, 60 años después de la gran expulsión y 41 años después de la ocupación de toda palestina, de la cuarta dimensión de la opresión israelí: la negación del derecho de los palestinos a ejercer una auténtica soberanía.

 

CONCLUSIÓN, EL QUINTO MURO: EL MURO DE SILENCIO

Muros de hierro, de alambre, de cristal y de hormigón: inmateriales o trágicamente reales, estos cuatro muros son el símbolo de las diversas caras de la opresión de la que es víctima el pueblo palestino. Los tres últimos son los que encierran los tres componentes de la nación palestina (refugiados, palestinos del 48 y palestinos de los territorios ocupados) en diversos estatutos de ciudadanos de segunda. El primero, el muro de hierro, el ejército israelí, es el medio por el que el Estado de Israel creó y perpetúa la opresión.

 

Quisiera hablar de otros muros. Especialmente de las celdas en las que se pudren 11.700 presos políticos palestinos, entre ellos docenas de diputados o ex diputados, ex ministros, un ex viceprimer ministro, el ex presidente del Consejo legislativo y numerosos alcaldes y concejales. Entre esos 11.700 presos, varios miles nunca han sido juzgados. Otros varios miles están condenados por los tribunales militares sin pruebas, sobre simples presunciones o por “delitos de intención”, como el joven francopalestino Salah Hamouri (12).

 

Pero hay otro muro que quiero recordar en esta conclusión. Un muro que se diferencia sustancialmente de los demás, en la medida en que quienes han decidido su construcción no son los dirigentes sionistas o el establishment israelí. Ese quinto muro, al que se enfrentan todos los días desde hace sesenta años los palestinos, es el silencio ensordecedor de la “comunidad internacional” ante la negación de sus derechos nacionales.

 

Un muro de silencio tanto más incomprensible para los palestinos porque se trata de la misma comunidad internacional que con regularidad, especialmente la ONU, recuerda la obligación de respetar esos derechos. La ONU creó, por la Resolución 181, el Estado de Israel y lo acepta en su organización con la condición de que cumpla las demás resoluciones, especialmente la 194, que afirma el derecho de retorno de los refugiados. Ya vemos el resultado.

 

El silencio de la “comunidad internacional” es todavía más sorprendente cuando se compara con las grandilocuentes declaraciones de apoyo a Israel, a su seguridad, y las no menos grandilocuentes condenas a la resistencia palestina, que contribuyen, todavía un poco más, a aislar a los palestinos y asfixiar sus reivindicaciones.

 

A pesar del aislamiento y el abandono de muchos de sus dirigentes, los palestinos no renuncian a conseguir sus derechos. Aunque saben que Israel cuenta con el apoyo incondicional de los dirigentes de las mayores superpotencias, ellos siguen llamando todos los días a las poblaciones del mundo entero para romper el silencio, para volcar la lógica actual que, en nombre de “la paz”, va en el sentido de la protección de Israel y la consolidación, en vez de la destrucción, de los muros que los encierran.

 

(1) Vladimir Jabotinsky, Le Mur de Fer, Nous et les Arabes, 1923. En línea:

(2) Détruire la Palestine, ou comment terminer la guerre de 48, Ed. La Fabrique, Paris, 2002.

(3) Uri Avnery, The Army has a State

(4) Idem

(5) Vladimir Jabotinsky, op. cit.

(6) Israel Zengwill, citado por Mahmoud Muharib en su artículo Sionisme: transfert et apartheid

(7) Citado por Simha Flapan, The Birth of Israel: Myth and Realities, Pantheon Books, Nueva York, 1987.

(8) Ver, entre otros, Benny Morris, The Birth Of The Palestinian Refugee Problem Revisited, Cambridge University Press, 2003, Ilan Pappe, La guerre de 1948 en Palestine, éditions La Fabrique, Paris, 2000, y Le nettoyage ethnique de la Palestine, Fayard, Paris, 2008 (En español: La limpieza étnica de palestina, traducido por Luis A. Noriega Hederich, Ed. Crítica).

(9) Citado por Jonathan Cook en Blood and Religion, The Unmasking of the Jewish and Democratic State, Pluto Press, Londres, 2006.

(10) Dictamen de la Corte Internacional de Justicia, 9 de julio de 2004.

(11) Stop the Wall

(12) Artículo sobre Salah Hamouri.

 

* Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.

Nablus, una ciudad doblemente ocupada

Nablus, una ciudad doblemente ocupada

Lunes 21 de Julio de 2008

CRÓNICAS DESDE PALESTINA:

NABLUS, UNA CIUDAD DOBLEMENTE OCUPADA

 

Por Lidón Soriano, Rebelión

Nablus es especial. La primera vez que la pisé en aquel verano de 2003 en que los toques de queda eran frecuentes y cruelmente interminables, así lo sentí. Y así lo sigo sintiendo. Sin embargo algo ha cambiado, algo está cambiando. En enero me llamó poderosamente la atención el inusual orden existente en medio del tumultuoso trafico en toda la zona del centro de la ciudad: rotondas nuevas, bordes de las aceras de colores, barandillas para que la gente no pase por en medio de las calles. Sin embargo esta vez la sensación ha ido mas allá y he sentido que estaban despojando a la ciudad vieja de Nablus de parte de su esencia; casi, casi, quitándole el corazón. Esta vez los cambios no se han quedado solo en un lavado de cara, no se han quedado solo en unas señales de tráfico nuevas, en más policías en las calles, en más soldados armados (los cuales, por cierto, en base a los acuerdos firmados entre la Autoridad palestina e Israel, no pueden enfrentarse a las fuerzas de Ocupación y cada vez que entra el ejercito israelí, lo primero que hacen es esconderse debajo de las piedras). No, los cambios esta vez iban más allá: no hay puestos ambulantes, no hay colorido, no hay gritos de vendedores, no hay colas para acceder al corazón de la ciudad vieja.

 

Pero lo que más ha impactado es que todas las noches que hemos pasado en Nablus he escuchado algo que no había oído antes: un silencio permanente, aséptico, extraño, sólo roto por los cánticos del imán en la mezquita durante el rezo de la madrugada. La ciudad vieja de Nablus se hizo celebre durante la segunda Intifada por ser el corazón de la resistencia armada, por ser el cobijo de los defensores de su pueblo, puesto que, como he dicho antes, ni las fuerzas de seguridad ni el ejército hacen esa necesaria y obligatoria labor en una situación de ocupación. Durante todas las noches el ejército era combatido en sus prácticamente diarias incursiones a la ciudad vieja y a los campos de refugiados. Y era combatido y en ocasiones repelido por la legítima resistencia armada. Estas noches no ha habido ni un solo tiro y no porque el ejercito israelí no haya entrado en la ciudad, no, han entrado y se han llevado detenidos a dos personas una noche, a tres la otra, a dos concejalas del ayuntamiento, otra. El ejército israelí sigue llevando a cabo las actividades propias de una potencia ocupante cuyo objetivo final es la limpieza étnica del pueblo al que ocupa. La única diferencia es que, en base al plan de seguridad que la Autoridad palestina esta aplicando, acordado conjuntamente con Israel, esta vez, estas veces, no hay oposición y las fuerzas de ocupación hacen su trabajo sucio sobre el camino barrido por la Autoridad palestina. En Annapolis, como en la hoja de Ruta, como en Oslo, la principal exigencia a la Autoridad palestina era el control, léase la desaparición, de la resistencia armada. Arafat nunca se atrevió a dar ese paso, pero Mahmoud Abbas, más “democrático”, “pacífico” y accidentalizado lo ha dado y empezó el verano pasado declarando ilegal la lucha armada, obligándoles a abandonar las armas.

 

Desde entonces muchas conversaciones se han llevado a cabo entre personas del ejecutivo palestino y algunos representantes de la resistencia armada. La AP ofrecía a todo aquel que depusiera las armas un puesto en las fuerzas de seguridad tras pasar un periodo de varios meses en prisión. Algunos de los integrantes de las Brigadas de AL Aqsa, perteneciente a Al Fatah, aceptaron. Los que no, han tenido que esconderse. Los integrantes de las Brigadas de Abu Ali Mustafa, pertenecientes al FPLP, no aceptaron la orden de Abbas y en enero, durante una semana, las fuerzas de seguridad de la AP tuvieron rodeado el campo de refugiados de Al Ain, núcleo central de esta milicia, presionando a los resistentes para que se rindieran. No lo hicieron y diversas presiones políticas interpalestinas consiguieron deshacer el cerco impuesto en el campo de AL Ain. Ahora también están escondidos. Por primera vez en muchos años hemos podido hacer fotos en la ciudad vieja de Nablus. Ahora ya no ponemos en peligro los escondites de la resistencia, ahora solo son bellas piedras llenas de historia. No es poco, pero quizás tampoco suficiente. El pueblo, en general, se queja, los precios de la comida han subido, la gasolina esta por las nubes, sus salarios cada vez mas bajos, no hay trabajo, más gente traspasa la barrera de la pobreza. Y mientras tanto la AP se dedica a maquillar la ocupación, a disfrazar la situación, a encarcelar a su propia gente, a acabar con una de las formas de resistencia, en vez de centrar todos sus esfuerzos en terminar con la ocupación. El gobernador de Nablus lo dijo muy claro: “Empezamos a implementar el Plan de Seguridad por Nablus porque sabíamos que si aquí tenia éxito, podríamos aplicarlo en toda Cisjordania”. Más claro: agua. Los 7.5 billones de dólares que supuestamente iban a darse a la AP para solucionar los problemas del pueblo palestino parece que sólo han sido dedicados a armas nuevas para los cuerpos de seguridad, a nuevos coches, a nuevas infraestructuras para controlar y adocenar al pueblo e incluso han comprado unas motos tremendamente potentes. Y yo me pregunto: ¿para qué? Si no pueden salir ni de su propia ciudad...

 

Nablus era el corazón de la resistencia armada y entre Israel y la AP han conseguido convertirla en Cisjordania en una mera anécdota. Afortunadamente el pueblo palestino tiene muchas formas de resistir, todas igual de válidas, todas igual de dignas y desde luego su mera existencia es su mayor arma. Pero creo que, desgraciadamente, no deberíamos olvidar que el muro no caerá haciéndole pintadas, ni los colonos se irán tirándoles anacardos, ni los judíos franceses se lo pensaran dos veces antes de venir si aquí los sonidos mas fuertes que se escuchan son los petardos del Tauyini. No, toda resistencia tiene su razón de ser, sus objetivos y sus victorias y si no que se lo pregunten a Hizbula. ¿Alguien se imagina a Israel liberando a Samir Al-Kantar a cambio de unas palmaditas en la espalda? Pudimos ver las imágenes de la liberación en Nablus y fue algo impresionante, realmente increíble. La gente estaba realmente emocionada. Israel sufrió otra derrota a manos de Hizbula, los únicos que le plantan cara, los únicos que le doblegan, los únicos que le obligan a ceder y si lo consiguen, no es, precisamente con flores de colores.

 

Lunes 21 de Julio de 2008

HABLEMOS DE SIONISMO

 

Por Mauricio Amar*, Revista Hoja de Ruta** /Rebelión

El sionismo ya no parece ser un concepto escuchado en nuestros días, salvo en dos instancias: entre los que reivindican esta ideología en sus encuentros anuales, organizaciones y redes internacionales, y en las voces de quienes son contrarios a los efectos de la ocupación de palestina y a las políticas del Estado de Israel. Tanto para el periodista que hace coyuntura como para la política internacional, términos como sionismo o bien simplemente no son parte del vocabulario, o bien son cosa del pasado, toda vez que el Estado de Israel parece haber adquirido una legalidad bajo una forma conceptual propia, más allá de la ideología sobre la que se sostiene. Pero en esto último parece haber algo interesante. ¿El Estado de Israel se creó por el sionismo político y luego dejó de ser sionista por definición? ¿Actualmente quienes son sionistas? ¿Sólo los colonos fundamentalistas o los partidos de extrema derecha israelí?

 

Es normal, creo yo, que en la medida en que el conflicto palestino-israelí ha sido resignificado por los medios de comunicación masivos de acuerdo a los poderes fácticos que los atraviesan y constituyen, sea posible tergiversar los hechos para establecer una hegemonía que en el plano formal elimine los conceptos que aparecen contrarios a la época en que se tratan. La hegemonía se plantea así como la imposición por parte de un grupo dominante de una visión de mundo en la que son imperceptibles las dominaciones y más bien aparecen como universales los valores a los que se adscribe ese grupo. Por eso podemos entender que el concepto “sionismo” no se encuentre en boga, porque la estrategia de quienes ejercen poder ha sido validar un sistema de reglas que omite aquellos elementos que en otro contexto parecieran ser normales, pero que dado el fin del choque frontal entre las ideologías, hoy aparece anacrónico.

 

Estas rearticulaciones de las redes de poder han permitido invisibilizar aquello que se encuentra detrás de la ocupación militar, de los crímenes de lesa humanidad, de la confiscación del agua, de la anexión de tierras, de la colonización, de los campos de concentración, de los territorios de excepción. Sin el sionismo como concepto explicativo, anulado por los medios y la política oficial, estos hechos parecen enmarcados en la guerra milenaria, en el conflicto permanente entre iguales o desiguales a veces, en fin, se logra la reedificación de la realidad como si esta hubiese sido siempre así, al tiempo que permite categorizar en tiempo estático las acciones, quitándoles su historia, los elementos de su devenir. Así aparece un palestino de Gaza, que ha vivido bajo ocupación militar toda su vida como un “terrorista” que puede ser aniquilado porque su vida es un obstáculo a algún proceso de paz levantado entre aquellos que no hablan de sionismo, pero sí de terrorismo.

 

El mayor logro del sionismo ha sido entonces su eliminación del vocablo. Ahora que los nazis, los comunistas y el mismo capitalismo (tan presente en nuestras vidas) ya no son objeto de discusión, el sionismo ha advertido su posibilidad de caer en el mismo descrédito. Sin embargo, así como el término capitalismo ha desaparecido del diccionario para establecer una hegemonía completa, el sionismo se nos aparece como invisible, orgullo de un Estado fundado por pioneros que con mochila y fusil habrían creado un hogar para el pueblo judío. Propongo entonces que tratemos de hablar de sionismo, de poner los conceptos relevantes sobre la mesa e indagar en su posibilidad actual de explicar el fenómeno de la cuestión palestina.

 

No es posible analizar el sionismo sin tener en cuenta el contexto en el que nace. Las persecuciones a los judíos en Europa, los progroms, las diferencias sociales justificadas en una supuesta extranjería permanente de quienes profesaban una religión, convirtieron a un grupo bastante grande de europeos en un “pueblo clase”, cuya característica particular se encontraba en participar de las sociedades europeas de una manera tangencial, desde afuera, sin que existiera realmente ese afuera. Ante esa imposibilidad de existir a un costado de los discursos de la modernidad, sobre todo cuando los judíos habían sido importantes promotores de esa modernidad, aparecen opciones como la de asimilarse completamente a las sociedades de origen, o bien replantear la cuestión judía a partir de una nueva forma de nacionalismo. El fundador del sionismo político, Theodor Herzl, pasó por una etapa asimilacionista, pero fue el propio racismo europeo el que le hizo ver la realidad de otra manera.

 

Herzl terminó promoviendo la creación de un estado satélite del imperialismo en un territorio que se encontraba en manos del Islam turco otomano. La conquista de ese territorio por parte de la población judía de Europa serviría para redimir la imagen del judío, que pasaría a ser la punta de lanza del imperialismo occidental, al mismo tiempo que pondría una valla de seguridad que separaría definitivamente la historia de los judíos de la de Europa (1). Aquí hay elementos interesantes de tratar. El sionismo puede ser entendido como un hijo que asesina a su padre para fundar una nueva alianza, es el miembro de la familia que ’se va’ para nacer de nuevo con las vestiduras del colonialismo y el imperialismo que, a fin de cuentas, son el universo simbólico posible bajo el cuál puede existir.

 

El sionismo nace del exterminio judío en Europa y como tal no pudo concebirse en otros términos más que como la redención de los judíos, pero al mismo tiempo también de la Europa colonial de la cuál habían formado parte. Por ello, la cuestión del sionismo en palestina parte con lo esencial del imperialismo, la conquista territorial. Así mismo, en el imaginario sionista y por supuesto el israelí actual, Israel es un Estado moderno frente a una barbarie árabe y musulmana. Concebirse en estos términos no es gratuito y supone, como voy a plantear el problema más grave del sionismo y al mismo tiempo su propia crisis permanente.

 

Si usted observa el mapa de palestina y Oriente Medio (hoy donde debiera decir palestina dice Israel) no tardará en darse cuenta de la importancia estratégica de este territorio. La franja costera llamada palestina es el puente que une Asia con África, y si agregamos los países que se ubican al norte, podemos llegar a conformar un paso completo entre tres continentes. Esta característica no es menor, pues si bien por haber sido un punto estratégico palestina ha debido soportar invasiones continuas y prácticamente ninguna independencia absoluta, por otra parte, ese mismo hecho la convirtió históricamente en un lugar de encuentro entre distintas culturas. Lo que hace el sionismo al instalarse en palestina es terminar con la idea de puente intercultural y convertir al territorio en el lugar privilegiado de un grupo con poder sobre el territorio.

 

El sionismo se postuló como el instrumento más eficaz del imperialismo occidental cuando este rebuscaba fórmulas para reposicionarse en Oriente Medio. Tanto el imperialismo en su forma tributaria, como imponían británicos y franceses en la zona, como de tipo sionista tienen por componente base el racismo en la medida en que generan un sistema político económico basado en la desigualdad moral y material de las naciones, lo que conlleva la sumisión y la explotación de los gobernados por parte de los gobernantes a través tanto del uso opresivo de la fuerza como por otros medios (2). La diferencia fundamental del sionismo con las otras formas de imperialismo es que al representarse así mismo como la vanguardia de la cultura occidental su búsqueda consiste en instalarse poblacionalmente, “trasladándose por completo” a la zona a la que aspira gobernar. Este hecho es particular del sionismo y no puede ser comparado ni siquiera con las cruzadas medievales, dado que estas enviaban población a vivir a los territorios ocupados que mantenían los lazos sanguíneos y culturales con sus países de origen (3).

 

Hay un devenir en el concepto de sionismo en la medida en que ciertos logros comienzan a concretarse. Desde el primer congreso sionista de Basilea (Suiza) en 1897 hasta la creación del Estado de Israel en 1948 hay un paso fundamental desde un sionismo en construcción que admitía incluso la posibilidad de habitar palestina junto a los palestinos, a un sionismo cuyas prácticas delataban la influencia del racismo europeo más exacerbado. Sin esencializar al sionismo en una sola posición ideológica, es evidente que dentro del movimiento terminaron primando las visiones que no consideraban la posibilidad de incluir a los árabes dentro del proyecto nacional. El momento histórico de definición del sionismo, desde el congreso de Basilea hasta 1948, coincide también con la maduración de la idea de crear un Estado árabe en palestina, un Estado que de formarse, con todos los vicios de clase inherentes a los Estados nacionales, al menos hubiese correspondido a los intereses y a las relaciones de poder internas de las comunidades que habitaban palestina, como en la mayoría de los países del mundo.

 

El primer logro objetivo del sionismo fue la Declaración Balfour de 1917, enviada por el gobierno británico a uno de los organizadores del lobby sionista en Europa Lord Rothschild. Allí se planteaba que “El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país.” Si consideramos que las comunidades no judías de palestina representaban en 1917 más del 80% de la población del país, comprenderemos la coherencia entre el discurso sionista y el imperialista británico, que a su vez había ya hecho un mapa divisorio en áreas de influencia con Francia (Tratado de Sikes-Picot de 1916) y también había prometido a los árabes la independencia a cambio de la ayuda para derrocar al imperio turco otomano.

 

Lo que hacen británicos y sionistas es lo que siempre han hecho los imperios: ignorar al otro con esa lógica hegeliana en la que sólo existe el que tiene poder. Y podría parecer extraño que Europa viese con buenos ojos traspasar un territorio probablemente ganado a otro grupo poblacional como los judíos embarcados en el proyecto sionista, pero debemos comprender también que el sionismo, ya en los años anteriores a la Primera Guerra Mundial disponía de estructuras políticas, de órganos financieros y económicos, que se orientaban con clara decisión a lograr la conquista del territorio palestino (4). Y esas organizaciones, fundamentales para el lobby, actuaban dentro de los Estados europeos, a diferencia del nacionalismo palestino, cuyos capitales de influencia se encontraban sólo en la posesión de las tierras que los británicos y sionistas buscaban controlar.

 

De ahí que el paso fundamental del sionismo fuese la compra de tierras a los grandes hacendados árabes (que de todas maneras no superó el 5% del total de tierras en control del sionismo antes de la creación de Israel) y la prohibición de vender o arrendar tierras a los árabes que quedaron viviendo dentro del Estado sionista, una vez que se fundara. La tierra en este sentido es un elemento potente para comprender el despojo al que fue sometido el pueblo palestino, pero al mismo tiempo para confirmar la importancia de la posesión de los medios productores de riqueza como forma de forzar al exilio a los “desterrados“.

 

Ahora bien, el sionismo obtuvo su carta triunfal con las masacres nazis de la Segunda Guerra Mundial. Para muchos esta afirmación suena demasiado fuerte considerando que millones de seres humanos fueron asesinados brutalmente. Sin embargo, es preciso aclarar que los gestores del sionismo compartían intereses con los verdugos de los judíos en Europa, toda vez que tanto el asesinato como la expulsión masiva daban lugar a una consolidación de su propuesta política de crear un Estado donde los judíos se encontraran a salvo del racismo. Sin embargo, como ya planteado, el sionismo nace en un contexto racista y por ello (aunque no es una causalidad) su universo simbólico también se nutre de estos elementos. No está de más indagar en las similitudes entre el sionismo y el propio nacionalsocialismo, como la teoría de un espacio vital (desde el Nilo al Éufrates) o asumirse en la categoría de pueblo con características superiores (el pueblo elegido).

 

El desarrollo del sionismo no se deshizo de estos elementos, sino que al contrario, al construirse discursivamente en contra de ellos (en contra de los nazis y el fascismo) logra establecer una hegemonía coherente para sus seguidores (incluso superando la barrera religiosa) y para el mundo en general, que sin embargo se sostiene, al igual que el nazismo, en la exclusión del otro como principio constitutivo de la propia identidad.

 

Pero el problema del sionismo radica fundamentalmente en que las tres etapas por las que ha pasado (fundacional, institucional y de crisis (5)) lo han llevado a reformular sus estrategias de acuerdo a una realidad práctica. Lo que vemos hoy en palestina no es un cambio del sionismo en términos de valoraciones respecto a la población no judía, a la que sigue comprendiendo como un “otro“ y “bárbaro“, sino una readecuación de las estrategias sionistas de acuerdo al rol que juega el Estado de Israel en el concierto internacional. La disyuntiva que marca actualmente la crisis del sionismo se refiere fundamentalmente a: reforzar el carácter judío de Israel o perseverar en las aspiraciones territoriales que le dieron origen (la creación de un Gran Israel desde el Nilo hasta el Éufrates). En ambos casos, cualquiera que sea la determinación que sigan los grupos sionistas predominantes, el problema del sionismo seguirá siendo la oposición que entre la identidad judía basada en sus términos exclusivistas y la integración al contexto en el que está inserto. La solución de un solo Estado donde convivan las personas que deseen ser parte de él sin distinción ni discriminación étnica ni religiosa, no es la que promueve hoy el sionismo, en ninguna de sus vertientes, porque de ese modo se estaría perdiendo el principio de un espacio vital exclusivo para los judíos.

 

Actualmente la hegemonía del sionismo es importante en Israel. Sesenta años de educación institucionalizada dan resultados respecto a la manera en que los israelíes ven a sus vecinos. Una encuesta realizada por un instituto israelí este año reveló, por ejemplo, que el 70% de la población está en desacuerdo con devolver las Alturas del Gozan que Israel ocupó a Siria en 1967 (6). Esto nos habla de la importancia que tiene hoy para la población común y corriente de Israel (7) la supuesta ’indefensión’ de su Estado frente a sus vecinos árabes, así como la legitimidad que ha adquirido para la sociedad israelí la reticencia a entregar territorios que se han adquirido a través de las guerras. Esto en parte, porque la construcción del propio Israel es producto de guerras y su población altamente militarizada mira al mundo desde esta perspectiva, como si la realidad tuviese que construirse así.

 

Los problemas del sionismo no sólo afectan a los países con los que tiene fronteras, sino también lo es para los palestinos que viven dentro del propio Estado sionista. Un estudio de la Universidad de Haifa en 2007 reveló que el 75 por ciento de estudiantes judíos en Israel piensa que los árabes son ignorantes, incultos y sucios (8). Si consideramos que los árabes israelíes son un quinto de la población del Estado, el problema del racismo no puede ser visto sólo como una postura estatal hacia fuera o hacia los Territorios Ocupados en los que existe una jurisdicción militar. El problema se encuentra dentro y probablemente la solución se encuentre también ahí.

 

En los últimos años ha sonado con fuerza la idea de crear un Estado binacional en la palestina Histórica. Algunos sectores de la izquierda israelí, que no se reconocen como sionistas, la han promovido en conjunto con grupos de palestinos de dentro y fuera del Estado. Esta posibilidad abriría, por cierto, algunas esperanzas de que en palestina nuevamente se pudiese vivir como antaño, sin importar la religión o el origen étnico. Sin embargo para que ello ocurra los propios israelíes tendrían que superar la base constitutiva del sionismo: el racismo.

 

Para concluir, creo que es necesario plantear la necesidad de hablar con los términos más explicativos posibles, dándoles un significado que permita no sólo su comprensión sino también su aplicación a realidades concretas. El sionismo es una ideología nacionalista que nace en un contexto racista, que se construye simbólicamente a través de los elementos del antisemitismo europeo de los siglos XIX y XX, y actualmente es la base ideológica que sostiene a un Estado, que por consiguiente, ha institucionalizado a través de su marco jurídico interno y sus relaciones internacionales las prácticas racistas que le dan sentido. La responsabilidad de la comunidad internacional es evidente, pero en este juego de poder el sionismo ha establecido una hegemonía que hace que sus estrategias no sean del todo perceptibles. Ese es el triunfo del sionismo, pero quizás también la causa de su final.

 

1. Ver Herzl, Theodor: “El Estado judío”, Ediciones La Semana, Jerusalén, 1982.

2. Al Kayyali, Abdul Wahhab: “Las raíces históricas de la alianza imperialista-sionista”, Ponencia presentada en el Congreso Internacional sobre Sionismo y Racismo, Bagdad 1976. Trad. Beatriz Morales Bastos. URL disponible en: http://www.al-moharer.net

3. Aunque es innegable el parecido de ambas construcciones simbólicas y también de las consecuencias que tuvieron para Oriente Medio.

4. Ver José U. Martínez Carreras: “50 años del Estado de Israel”, Cuadernos de Historia Contemporánea Nº 21, Madrid 1999, pp. 355-363.

5. Fundacional es el período de 1897 a 1948, donde se consolida la idea de fundar un Estado judío. La etapa institucional va de 1948 hasta 1967, momento de integración del Estado de Israel a la comunidad internacional y de consolidación de una estructura jurídica interna. Etapa de crisis es aquella que va de 1967 hasta la actualidad. Luego de ocupados los Territorios Palestinos Israel se ve presionado por la comunidad internacional para fijar sus fronteras de manera definitiva, generando un replanteamiento de los intereses del sionismo en el concierto internacional y respecto a los propios judíos.

6. Ver Nueva Sion Online. URL disponible en:

 http://nuevasion.com.ar/nota.asp?IDNoticia=0005668

7. Susceptible de ser manipulada por los medios, por supuesto.

8. Ver AOL Noticias. URL disponible en: http://www.aol.es/noticias/story/La-mitad-de-los-jud%C3%ADos-israel%C3%ADes-no-quiere-%C3%A1rabes-en-sus-barrios-seg%C3%BAn-una-encuesta/4141124/index.html.

 

* Mauricio Amar es sociólogo de la Universidad de Chile y director de la Oficina de Información Chileno-palestina

** Publicado en Revista Hoja de Ruta Nº 18, julio/agosto de 2008.

 

Viernes 18 de Julio de 2008

ACTIVISTAS Y PARLAMENTARIOS SUDAFRICANOS ESPANTADOS ANTE EL RÉGIMEN SEGREGACIONISTA ISRAELÍ: “PEOR QUE EL APARTHEID”

 

Por Gideon Levy, Haaretz /Rebelión

Traducido para Rebelión por LB

Pensé que se sentirían como en casa en los callejones del campamento de refugiados de Balata, en la cashba y en el puesto de control de Hawara. Pero dijeron que no hay comparación: para ellos el régimen de ocupación israelí es peor que cualquier cosa que hayan conocido en Sudáfrica bajo el régimen del apartheid.

 

Esta semana visitaron Israel 21 activistas pro derechos humanos procedentes de Sudáfrica. Entre ellos había miembros del Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela. Al menos uno de ellos tomó parte en la lucha armada y al menos dos fueron encarcelados. Había dos magistrados de la Corte Suprema Sudafricana, una ex viceministra, miembros del Parlamento, abogados, escritores y periodistas. Blancos y negros, cerca de la mitad de ellos judíos que se hallan actualmente en conflicto con las actitudes conservadoras de la comunidad judía de su país. Algunos de ellos han estado aquí antes, para otros es su primera visita.

 

Durante cinco días realizaron una visita no convencional a Israel: no visitaron Sderot, ni el ejército israelí, ni el Ministerio de Relaciones Exteriores, pero sí Yad Vashem, el Memorial del Holocausto, y celebraron una reunión con el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dorit Beinisch. Pasaron la mayor parte de su tiempo en los territorios ocupados, allí donde prácticamente nunca va ningún invitado oficial, lugares que la mayoría de los propios israelíes procuran evitar.

 

El lunes visitaron Nablús, la ciudad más aprisionada de Cisjordania. De Hawara a la cashba, de la cashba a Balata, de la Tumba de José al monasterio del pozo de Jacob. Viajaron desde Jerusalén a Nablús por la autopista 60, observando las aldeas palestinas encercadas que no tienen acceso a la carretera principal y contemplando las “carreteras para los indígenas” que pasan por debajo de la carretera para uso de los judíos. Miraban y guardaban silencio. Bajo el régimen de apartheid no había carreteras segregadas. Atravesaron el puesto de control de Hawara en silencio: ellos jamás conocieron semejantes barreras.

 

Jody Kollapen, que fue jefe de Abogados por los Derechos Humanos durante el régimen del apartheid, observa en silencio. Contempla el “torniquete” en el que masas de palestinos permanecen atascadas de camino a sus trabajos, o de visita a sus familiares o en ruta al hospital. La activista israelí por la paz Neta Gozan, que vivió durante varios años en la ciudad sitiada, explica que los israelíes sólo autorizan al 1% de los habitantes a abandonar la ciudad en coche, lo que convierte a los privilegiados en sospechosos de colaboracionismo con Israel. Nozizwe Madlala-Routledge, ex viceministra de Defensa y de Sanidad y actualmente miembro del Parlamento Sudafricano, una figura venerada en su país, contempla a una persona enferma a la que transportan de un lado a otro del puesto de control en una camilla y se queda atónita: “¿Privar a las personas de atención médica? Por Dios, las personas mueren a causa de eso”, dice con voz apagada.

 

Los guías turísticos -activistas palestinos- explican que los israelíes mantienen sellada la ciudad de Nablús mediante seis puestos de control. Hasta 2005 uno de ellos estaba abierto. “Los puestos de control tienen, supuestamente, fines de seguridad, pero cualquier persona que quiera realizar un ataque no tiene más que pagar los 2 euros que cuesta un taxi y viajar por las carreteras de circunvalación o caminar por las colinas. El verdadero objetivo es hacer la vida difícil a los habitantes. La población civil sufre”, dice Said Abu Hijla, profesor en la Universidad Al-Najah de Nablús.

 

En el autobús hice migas con mis dos vecinos: Andrew Feinstein, hijo de supervivientes del Holocausto casado con una musulmana de Bangladesh y que sirvió seis años como diputado del CNA, y Nathan Gefen, cuyo compañero es musulmán y que en su juventud fue miembro del movimiento derechista Betar. Gefen participa activamente en el Comité contra el SIDA de su país, asolado por esa enfermedad.

 

“Miren a izquierda y derecha”, dice la guía a través de un altavoz, “en la cima de cada colina, en Gerizim y Eval., hay un puesto avanzado del ejército israelí que nos observa”. Aquí pueden ver agujeros de bala en la pared de una escuela, eso es la Tumba de José, vigilada por un grupo de policías palestinos armados. Aquí había un puesto de control, y aquí es donde los israelíes mataron a tiros a una transeúnte hace dos años. El edificio gubernamental que había aquí los israelíes lo bombardearon y destruyeron con aviones de combate F-16. En la Segunda Intifada los israelíes mataron a un millar de vecinos de Nablús, 90 de ellos en la Operación Muro Defensivo (más muertos que en Jenin). Hace dos semanas, el día en el que entró en vigor la tregua de la Franja de Gaza, los israelíes cometieron lo que por el momento son sus dos últimos asesinatos aquí. Ayer por la noche los soldados israelíes volvieron a entrar y detuvieron a más gente.

 

Ha llovido mucho desde la última vez que los turistas visitaron este lugar. Ahora hay una novedad: los innumerables carteles de homenaje que tapizan las paredes para conmemorar a los caídos han sido sustituidos por monumentos de mármol y placas de metal en todos los rincones de la cashba.

 

“No tire el papel en el inodoro, porque tenemos escasez de agua”, les dicen a los invitados en las oficinas del Comité Popular de la Cashba, situadas en lo alto de un espectacular y antiguo edificio de piedra. La ex viceministra toma asiento a la cabecera de una mesa detrás de la cual cuelgan los retratos de Yasser Arafat, Abu Jihad y Marwan Barghouti –el líder del Tanzim encarcelado por los israelíes. Los representantes de los vecinos de la cashba describen las penurias que tienen que soportar. El 90% de los niños del barrio antiguo sufren de anemia y malnutrición, la situación económica es calamitosa, las incursiones nocturnas israelíes continúan y algunos habitantes no están autorizados a abandonar la ciudad bajo ningún concepto. Salimos a dar un paseo por el sendero de devastación causado por el ejército israelí en los últimos años.

 

Edwin Cameron, juez del Tribunal Supremo de Apelación, dice a sus anfitriones: “Vinimos aquí ayunos de conocimiento y anhelamos saber. Estamos conmocionados por lo que hemos visto hasta ahora. Está claro para nosotros que la situación aquí es intolerable”. En un cartel pegado en una pared exterior se ve la fotografía de un hombre que pasó 34 años en una cárcel israelí. Mandela estuvo encarcelado siete años menos. Uno de los miembros judíos de la delegación está dispuesto a decir que la comparación con el apartheid es muy pertinente y que los israelíes son más eficaces que los sudafricanos a la hora de aplicar el régimen de separación de razas. Si dijera todo eso públicamente sería atacado por los miembros de la comunidad judía, afirma.

 

Bajo una higuera situada en el centro de la cashba uno de los activistas palestinos explica: “Los soldados israelíes son cobardes. Por eso se abrieron paso con bulldozers. Al hacerlo mataron con las excavadoras a tres generaciones de una misma familia, la familia Subí”. Aquí está el monumento de piedra erigido en honor de la familia: el abuelo, dos tías, la madre y dos niños. Sobre la piedra figuran inscritas las siguientes palabras: “Nunca olvidaremos, nunca perdonaremos”.

 

No menos hermoso que el famoso cementerio parisino Père-Lachaise, el cementerio central de Nablús descansa a la sombra de un gran bosque de pinos. Entre los cientos de lápidas destacan las de las víctimas de la Intifada. Aquí está la tumba reciente de un muchacho al que los israelíes mataron hace unas semanas en el puesto de control de Hawara. Los sudafricanos caminan silenciosamente entre las tumbas, deteniéndose ante la sepultura de la madre de nuestro guía, Abu Hijla. Los israelíes la acribillaron con 15 balazos. “Te prometemos que no nos rendiremos”, escribieron sus hijos en la lápida de la mujer que era conocida como “la madre de los pobres.”

 

El almuerzo tiene lugar en un hotel de la ciudad. Habla Madlala-Routledge: “Es difícil para mí describir lo que estoy sintiendo. Lo que veo aquí es peor que lo que nosotros sufrimos. Pero me animo al comprobar que también aquí hay gente valiente. Queremos apoyarles en su lucha por todos los medios posibles. Hay un buen número de judíos en nuestra delegación y estamos muy orgullosos de que sean ellos los que nos hayan traído aquí. Ellos están demostrando su compromiso para apoyarlos a ustedes. En nuestro país fuimos capaces de unir todas las fuerzas en una sola lucha, y hubo blancos valientes, incluidos judíos, que se sumaron al combate. Espero que podamos ver a más judíos israelíes unirse a su lucha”.

 

Fue viceministra de defensa entre 1999 y 2004. En 1987 pasó algún tiempo en la cárcel. Más tarde le pregunté de qué manera la situación aquí es peor que el apartheid. “El control absoluto de la vida de las personas, la falta de libertad de movimientos, la omnipresencia del ejército, la separación total y la sistemática destrucción que hemos visto”.

 

Madlala-Routledge piensa que la lucha contra la ocupación aquí no está teniendo éxito a causa del apoyo de USA a Israel. No ocurría lo mismo con el apartheid, a cuya destrucción contribuyeron las sanciones internacionales. Aquí la ideología racista se ve reforzada también por la religión, cosa que no ocurría en Sudáfrica. “El discurso sobre la ’tierra prometida’ y el ’pueblo elegido’ añade al racismo una dimensión religiosa que nosotros no teníamos”.

 

Igualmente duras son las observaciones realizadas por el editor en jefe del Sunday Times de Sudáfrica, Mondli Makhanya, de 38 años. “Cuando observas desde lejos sabes que las cosas están mal, pero no sabes hasta qué punto. No hay nada que pueda prepararte para enfrentarte al mal que hemos visto aquí. En cierto sentido, esto es peor, peor, peor que todo lo que nosotros tuvimos que soportar. Los niveles de apartheid, racismo y brutalidad son peores que en el peor período del apartheid.”

 

“El régimen del apartheid consideraba a los negros como seres inferiores; no creo que los israelíes vean a los palestinos como seres humanos en absoluto. ¿Cómo puede un cerebro humano maquinar esta separación total, las carreteras segregadas, los puestos de control? Lo que nosotros tuvimos que pasar fue terrible, terrible, terrible, y sin embargo, no hay comparación. Esto es más terrible aún. Además, nosotros sabíamos que aquello se acabaría algún día. Aquí no hay fin a la vista. El final del túnel es más negro que un tizón.”

 

“Bajo el apartheid los blancos y los negros se reunían en determinados lugares. Los israelíes y los palestinos ya no se juntan nunca. La separación es total. Tengo la impresión de que a los israelíes les gustaría que los palestinos desapareciesen. Nunca hubo nada de eso en nuestro caso. Los blancos no querían que los negros desaparecieran. Vi a los colonos en Silwan [al Este de Jerusalén]: gente que quiere expulsar a otras personas de su propia tierra”.

 

Después caminamos en silencio a través de los callejones de Balata, el mayor campamento de refugiados de Cisjordania, un lugar que hace 60 años estaba destinado a ser un refugio temporal para 5.000 refugiados y donde hoy viven 26.000. En los oscuros callejones, de la anchura de una persona delgada, prevalecía un silencio opresivo. Todo el mundo estaba absorto en sus pensamientos y sólo la voz del almuédano rompió la quietud.

 

Viernes 18 de Julio de 2008

CARTA ABIERTA AL MINISTRO DE DEFENSA ISRAELÍ, EHUD BARAK, DEL PADRE DE ABIR ARAMIN, NIÑA DE DIEZ AÑOS QUE MATARON LOS SOLDADOS CON UNA BALA DE CAUCHO DELANTE DE SU HERMANA AREEN, DE ONCE

 

Por Bassam Aramin*, Yaba Yaba/Rebelión

Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R**.

 

Honorable general Ehud Barak, usted no me conoce personalmente. Soy un luchador por la paz y trabajo con todas mis fuerzas y capacidad para conseguir una paz justa que traiga calma y prosperidad a palestinos e israelíes juntos. Personalmente, he padecido su criminal ocupación y he pagado un precio muy alto. En primer lugar, me encarcelaron a los 17 años y pasé siete años de mi vida en sus bárbaras prisiones. En segundo lugar, ¿ha leído usted o quizás ha oído hablar de lo que le pasó a Abir Aramin? Esta niña tenía diez años cuando sus soldados la mataron con una bala de caucho a una distancia de unos 5 metros, el 16 de enero de 2007, delante de su hermana Areen, de 11 años. A pesar de eso yo, el padre de Abir -que en paz descanse- creo en el derecho del pueblo israelí, como en el derecho de todos los pueblos, a existir y vivir en paz y seguridad. Por lo tanto, ¿por qué usted no cree en nuestro derecho a disfrutar de las mismas cosas, señor?

 

¿Dónde estaba el carácter democrático de su Estado cuándo sus valientes soldados asesinaron a mi hija ante los ojos de sus amigos a la entrada de su escuela en Anata? ¿Dónde estaban sus ideales democráticos cuándo archivó el expediente de la investigación sobre el asesinato de Abir por falta de pruebas, a pesar que el crimen está claro y se cometió ante más de diez testigos? ¿Abir era realmente una amenaza para sus soldados, señor?

 

Aún conservo las armas con las que Abir amenazó a sus soldados. Tengo en mi mano su mochila escolar reforzada y acorazada y, por supuesto, la lapicera que ella cargó con peligrosos cartuchos de minas de grafito; y su libro de matemáticas, en cuya clase tenía un examen el mismo día que, por supuesto, incluía instrucciones detalladas de cómo preparar armas químicas. Además llevaba un sacapuntas que seguramente se podría usar como arma para apuñalar a alguien. Por último, hallé entre sus cosas dos trozos de chocolate que quizás contuvieran un poco de uranio enriquecido que sin duda habría conducido a la devastación de su Estado, si Abir no hubiera cedido a la tentación de tomarlos en la mano para saborearlos segundos antes de que la asesinaran.

 

Aquí tengo que felicitar a sus soldados por su magnífica habilidad para incapacitar y matar con semejante y mortal precisión. La bala de Abir entró exactamente a un centímetro del hipotálamo, lo que originó un coma inmediato y después la muerte que la llevó ante Dios y le ahorró el dolor y la angustia permanentes que quiero expresar en este documento.

 

Por lo tanto, señor, Abir Aramin se puede añadir a la lista de grandes éxitos y logros de la seguridad en el nombre del Estado de Israel. Pero yo, como padre de esa niña, señor ministro y general, pido que como mínimo asuma la responsabilidad de ese asesinato y se abra un proceso. Es su obligación llevar al soldado que asesinó a Abir ante un tribunal para que pueda ser juzgado un criminal asesino.

 

Creo que no hay ninguna solución militar al conflicto, y cuando esos cobardes asesinaron a mi hija declaré que no quería venganza, quiero justicia, aunque la venganza es mucho más fácil. El verdadero combatiente es quien opta por el camino más difícil, la causa de la paz. La venganza es el camino de los cobardes.

 

Señor, el pueblo palestino no puede seguir pagando eternamente el miedo y las sospechas del pueblo israelí. Libere a mi pueblo de esta abominable ocupación para que su pueblo pueda vivir en prosperidad y librarse del miedo.

 

Durante sesenta años, la población palestina ha pagado el precio de la ocupación militar israelí, una ocupación que se celebra como el establecimiento del Estado israelí festejando las contiendas que vierten la sangre de los combatientes palestinos, mujeres, niños y ancianos, sin distinción. El pueblo palestino en general es el blanco de su máquina de guerra que no protege a los pequeños de los grandes. Nuestro pueblo se enfrenta al mismo asesino desde 1956 en Gaza. Y seguimos.

 

No le recordaré ahora las matanzas que su gobierno ha perpetrado contra mi pueblo; usted las conoce mucho mejor que yo. Yo leí y oí hablar de ellas, pero usted tomó parte.

 

La pregunta que le propongo a usted es esta: a la luz de su rica experiencia militar y como alguien que ha visto pasar sesenta años de conflicto, ¿cuándo tendrá Israel la fuerza para terminar el conflicto militarmente y obtener una victoria completa sobre el pueblo palestino? ¿Usted sigue creyendo que lo que no se puede conseguir por la fuerza se conseguirá mediante más fuerza? ¿La ocupación guarda en la manga otros métodos adicionales de masacres que el pueblo palestino todavía no ha tenido la desgracia de conocer?

 

Si es el caso, quizás sea una buena idea para el gobierno israelí utilizar esos métodos. Y acaso podrá lograr esa tentadora victoria total… en otros 60 años.

 

Señor ministro, ¿cuándo entenderá que el conflicto entre nosotros no se solucionará con el ejército? A pesar de todos los esfuerzos y la arrogancia de la ocupación, no pueden evitar que nuestros hijos lancen piedras sobre los soldados ocupantes. ¿Cómo podrá detener la rebeldía palestina? Es un sueño que nunca se hará realidad, ni en 1.000 años. ¿Por qué no les dice la verdad a los residentes de Ashkelon y Sderot: que no hay una solución que pueda detener los Qassam que les lanzan desde una Gaza destruida y sitiada, salvo el final de la ocupación?

 

Esta es la verdad de la que usted ha estado escapando durante mucho tiempo.

 

Créame, señor, usted no gana nada por seguir deteniendo a la gente. Más de 750.000 palestinos han sido detenidos desde 1967 hasta hoy. ¿Qué resultado se ha logrado excepto una creciente determinación por nuestra parte para el enfrentamiento y la resistencia?

 

La política de la ocupación sólo contribuye a crear cada vez más gente que se levanta para luchar contra la ocupación y se niega a aceptar su yugo. Entre los presos palestinos encerrados en sus cárceles están los más sabios y eruditos de nuestro pueblo, los más sensibles y humanistas. Se han educado en la tradición de la libertad y la democracia y por esta razón nunca estarán de acuerdo en aceptar la ocupación y el sometimiento. Esos hombres y mujeres combaten por la paz; y si usted quiere hacer realidad la paz no tiene otra opción que poner en libertad a esos combatientes. Combatientes por la paz, por encima de todo.

 

¿Cuáles han sido realmente los beneficios de su estrategia de demoliciones de casas, arranques de árboles, confiscación de tierras con dudosas razones, para después establecer asentamientos ilegales en esas mismas tierras? ¿Cuánto ha ayudado que usted erigiera vergonzosos puestos de control en cada esquina, carretera o cruce de Cisjordania y Gaza para humillar a los residentes, obreros, estudiantes y líderes políticos? ¿Cuál es la conveniencia de todo esto, señor?

 

¿Cuándo se saciarán las sanguinarias balas de sus soldados de la sangre de nuestros hijos? ¿Cuándo se sentirá satisfecho de derramar sangre palestina y nos dejará vivir en paz? ¿Cuándo se marchará de nuestros ríos y nuestro cielo? ¿Cuándo dejarán sus soldados de escribir en sus cascos «nacido para matar»? ¿No se cansa de ver a sus valerosos hombres matando niños todos los días? ¿Cómo puede usted impedir a la población de Gaza que adquiera gas para cocinar y al mismo tiempo enviarles gases lacrimógenos, tanques y aviones de guerra?

 

Sólo ahora entiendo la voluntad de una mujer israelí en Italia; mi colega Eidan y yo la conocimos cuando participamos en una marcha por la paz de Perugia a Assissi como representantes de Combatientes por la Paz. Cuando le pregunté, “¿Usted no piensa regresar a Israel?”, me respondió que “había jurado que si Ehud Barak ganaba las elecciones, abandonaría Israel para siempre”. Esa mujer sigue viviendo en Italia porque usted, señor, sigue una política que afirma que no existe el interlocutor palestino.

 

No podría enumerar en esta pequeña misiva la magnitud de los fracasos morales que han dañado la sociedad israelí. El periódico Yediot Ahronot informó de que el 40% de los nuevos reclutas de las IDF tiene antecedentes penales y esto puede explicar en gran medida la larga lista de los crímenes contra la población civil palestina que los soldados cometen durante su servicio militar. Se supone que éste es el ejército más distinguido y moral del mundo entero, ¿no? ¿Por eso encontramos que el 25% de los soldados del ejército de la ocupación participaron en casos de torturas y castigos a civiles inocentes o fueron testigos de semejantes actos?

 

Señor, quiero contarle que he leído el vergonzoso informe, que horrorizaría a cualquier persona con conciencia, que informa de las torturas a niños en Hebrón, como el estrangulamiento para comprobar cuánto tiempo pueden aguantar sin respirar, que fueron perpetradas por capitanes de su ejército, el ejército más ético del mundo. La corona de laurel de la vergüenza de la ocupación.

 

Señor, ¿cómo justifica que sus soldados utilicen a niños de 10 años como escudos humanos a los que llevan atados delante de sus patrullas cuando van a buscar a personas para capturarlas o a enfrentarse a una manifestación? ¿Qué ley internacional lo permite? Estoy intentando comprender si esa utilización de los niños como escudos humanos de alguna forma estará relacionada con la ciencia de la guerra «moderna», porque la imputación que oigo en todos los casos de matanzas de niños en particular y de ciudadanos palestinos en general, es que son los combatientes palestinos quienes utilizan a sus propios ciudadanos como escudos humanos para esconderse detrás. ¿Cómo puede haber una justificación y distinción legales no sólo en la terminología israelí, sino también en la internacional, entre los israelíes y los palestinos?

 

¿Cómo puede justificar las muertes de los inocentes que pretenden cruzar tranquilamente los puestos de control que sus soldados pusieron en absolutamente todas las entradas de pueblos, ciudades o campamentos que impiden a las mujeres embarazadas llegar a los hospitales para, simplemente, dar a luz? ¿Usted estaría de acuerdo si eso le ocurriera a su esposa? ¿Qué haría en ese caso?

 

A pesar de todo hay militares, soldados que se utilizan para luchar contra la población palestina, que a la hora de la verdad descubrieron que sólo son peones en manos de la ocupación. Personas que han tenido la valentía de declarar que se niegan a ser ocupantes y que han expuesto las mentiras de sus líderes que afirman que están tendiendo su mano a la paz pero no encuentran interlocutores en el bando palestino. Soldados israelíes que descubrieron que nunca se habían enfrentado a un combatiente palestino y su trabajo cotidiano consistía en cazar escolares, aplicar cierres, destruir casas y establecer puestos de control y barricadas para detener a niños que no tienen ni trece años. Esos soldados han tomado una postura moral y valiente y, sin ninguna dificultad, han descubierto a un compañero en el corazón del movimiento palestino, personas que vieron pasar la primavera de su juventud en las prisiones de su ocupación.

 

Juntos fundaron la organización Combatientes por la Paz. El propio nombre revela la falsedad de sus declaraciones y de la política que afirma que no hay ningún compañero para la paz. Esta organización, unida en ética y valentía, está compuesta por personas de ambos lados que entienden que sólo hay un enemigo común que niega el camino hacia la paz y la posibilidad de vivir juntos como dos naciones. El enemigo común es la ilegal e inmoral ocupación israelí. Soy miembro de esa organización y llamo a todos los que de verdad quieren la paz para que se unan a nosotros.

 

Nosotros decimos la verdad y sólo la verdad a nuestros pueblos. Nos comprometemos a la resistencia pacífica a la ocupación y desde esta misiva llamo al pueblo de nuestra nación palestina, que ha escrito una página de la historia como paradigma de resistencia y capacidad de recuperación y ha tenido la humanidad para resistir decenios de abusos y ocupación con la más pura constancia. También llamo al pueblo de Israel a aceptar la responsabilidad moral e histórica del establecimiento de los dos Estados juntos y a una Intifada pacífica, nacional y humanista, un levantamiento contra esta ocupación injusta que ha convertido a sus hijos en criminales de guerra y asesinos abyectos. Ustedes, israelíes, dejen de enviar soldados –sus hijos- a matar a los nuestros, porque la sangre de los palestinos inocentes perseguirá a sus soldados y a los generales de su ejército hasta que sean juzgados por tribunales internacionales como los demás criminales de guerra de todo el mundo. Usted debe aprender esta lección. El honorable general debe de ser consciente de que la mayoría de los capitanes y generales del ejército israelí tienen prohibido entrar en cualquier Estado europeo porque allí serán personas en busca y captura, para ser arrestados y llevados ante los tribunales como criminales de guerra y por crímenes contra la humanidad.

 

Una última palabra: la sangre de Abir permanecerá como una corona negra en la frente de cada israelí y cada judío del mundo hasta que su asesino sea llevado ante la justicia y pase el resto de sus días en la cárcel, entre los asesinos y los criminales.

 

Traducido al inglés por Mimi Asnes

* Bassam Aramin es uno de los fundadores de “Combatientes por la Paz” y presidente de Alquds por la Democracia y el Diálogo (AFDD).

** Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

 

Jueves 17 de Julio de 2008

ANATA: UNA ISLA PALESTINA RODEADA POR UN MURO DE INTOLERANCIA (CRÓNICAS DESDE PALESTINA II)

 

Por A.G. (Brigada de cooperación con palestina)

Tras los “obstáculos” del aeropuerto, por fin, llegamos a nuestro objetivo: Anata. Una pequeña ciudad de 30.000 habitantes que incluye entre su población al campo de refugiados de Shu Afat donde 20.000 personas se hacinan en tan sólo un kilómetro cuadrado.

 

La mayoría de estos refugiados provienen de la población expulsada a la fuerza en la Nakba: la catástrofe que supuso la destrucción por parte del sionismo armado de 500 poblaciones palestinas en 1948. Los refugiados que se establecieron en Jerusalén fueron a su vez expulsados en 1967 de la zona tomada por el ejército israelí dando lugar a este campo de refugiados.

 

En la foto se puede apreciar a la izquierda el campo de refugiados y a la derecha un asentamiento israelí de colonos. La diferencia entre ambos es evidente: mientras en el primero las familias tienen que ir construyendo nuevas plantas en las casas para ir acogiendo a los nuevos miembros, es decir, se produce un crecimiento en vertical por la falta de espacio, en el asentamiento de colonos se distinguen modernas casas unifamiliares y amplias zonas para su futura expansión, desarrollándose en horizontal.

 

También se puede apreciar el muro que separa los dos enclaves. Un muro que acabara rodeando Anata por todas partes menos por una que conecta la ciudad con Jerusalén. Lógicamente el paso está vigilado por un check-poíno israelí. Lo curioso y a la vez dramático es que más del 50% de la población de Anata no puede ir a Jerusalén porque poseen la tarjera verde que les identifica como palestinos de los territorios ocupados. Si esta barbaridad se consuma, miles de palestinos, hombres, mujeres y niños se encontrarán encerrados de por vida sin posibilidad alguna de salir de este nuevo gheto.

 

Llama la atención la corta memoria que tienen las autoridades israelíes. Todavía el mundo se escandaliza con la vergüenza del gheto de Varsovia y los gobernantes de Israel repiten, copian, imitan los métodos genocidas de los nazis del III Reich que asesinaron a seis millones de judíos, entre otros colectivos -gitanos, rusos, polacos, comunistas, republicanos españoles, etc.

 

Una injusticia nunca debería ser reparada con otra.

 

Jueves 17 de Julio de 2008

SED EN LOS TERRITORIOS PALESTINOS

 

Por Alice Gray, Lifesource.ps/Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

 

¿Quién dice que el agua no tiene color, olor o sabor? El agua tiene un color que se revela a sí mismo en el desarrollo de la sed… Y el agua tiene el olor del agua, una fragancia que es el perfume de la brisa vespertina cuando sopla desde un campo ahíto de espigas meciéndose en una extensión luminosa que se derrama como los puntos de luz destellantes que dejan las alas de un pequeño gorrión revoloteando bajito”.

 

                        Mahmoud Darwish (Memoria para el olvido, Beirut, agosto de 1982)

 

“El agua es fundamental para la vida y la salud. El derecho humano al agua es esencial para poder tener una vida sana y humanamente digna. Es un requisito previo para la realización del resto de los derechos humanos”.

 

                        Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas.

 

La crisis del agua ha comenzado muy pronto este año en los Territorios Palestinos. En decenas de pueblos y ciudades por toda Cisjordania y la Franja de Gaza, la gente espera oír ansiosamente el gorgoteo del agua en las cañerías, abriendo azoradamente los grifos, observando anhelantes que aparezcan las primeras gotas de agua, esperando ver si se convierten en chorro o siguen gorgoteando hasta acallarse después de unos cuantos segundos. Otros tantos observan y esperan la llegada de los tanques de agua que les acercan el líquido vital desde fuentes lejanas atravesando un sinfín de obstáculos conformados por los bloqueos de carreteras, los controles y cierres militares colocados por las autoridades israelíes, una característica inherente a la ocupación militar y colonización en curso de los Territorios Palestinos.

 

Es un verano especialmente duro para los palestinos de Cisjordania y Gaza. Incluso en años normales, la mayoría de los palestinos sufre problemas de suministro de agua. Según la Autoridad palestina para el Agua, en Cisjordania, alrededor de 220.000 palestinos no disponen de conexión con la red de canalización del agua, viéndose obligados por tanto a depender para su abastecimiento del agua de los camiones- cisterna, del agua de lluvia recogida y de manantiales naturales no tratados. Todas esas fuentes son susceptibles de contaminación; según el Comité de Ayuda Médica palestina, es bastante frecuente que los pueblos palestinos tengan problemas de salud asociados con el agua de mala calidad [1]. Además, para las comunidades que dependen del agua que les llega en tanques-cisterna, esa situación implica un inmenso problema por el coste que supone, de cuatro a siete veces más que el agua que llega por la red de tuberías.

 

Incluso en los pueblos conectados a la red, el suministro de agua no es continuo ni seguro. Según el Proyecto para el Control del Agua, Alcantarillado e Higiene, sólo el 46% de las comunidades de Cisjordania disponen de cobertura total a partir de la red de tuberías de agua. El resto sufre interrupciones en el suministro que pueden durar desde unas pocas horas a varias semanas e incluso meses.

 

En la Franja de Gaza, aunque la inmensa mayoría de la población está conectada a la red de agua, hay grandes problemas con su calidad. Un impresionante 90% del agua suministrada a los gazanos no alcanza los niveles que la Organización Mundial de la Salud ha fijado para el agua potable. Esto se debe a la degradación de los Acuíferos de Gaza, la única fuente de agua potable para su población, que sencillamente no contienen agua suficiente para poder satisfacer la demanda de la atestada población de Gaza, en la que el 70% de sus componentes están registrados como refugiados. El nivel del acuífero va disminuyendo año tras año y va filtrándose el agua salada del cercano Mar Mediterráneo, amenazando con inutilizar todo el acuífero si no se adoptan medidas para revertir la situación. Las interrupciones en el suministro de agua para los vecinos de Gaza son la consecuencia de las operaciones del ejército israelí y de las restricciones en la entrada de productos en Gaza, que dañan la infraestructura del agua o que imposibilitan el suministro de electricidad a los pozos y estaciones que funcionan mediante bombeo eléctrico.

 

En años normales, cuando llegan los tórridos veranos del Oriente Medio, cada vez son más frecuentes los cortes de suministro de agua a los palestinos, al mismo tiempo que las reservas de agua natural van bajando y la presión en la red de agua disminuye. Las autoridades israelíes, que controlan una gran proporción de las tuberías más importantes de agua en Cisjordania, cierran las válvulas a los pueblos palestinos para asegurar que el suministro a los asentamientos israelíes, que se abastecen de la misma red, sea constante [2]. Las operaciones del ejército en Gaza han destrozado la infraestructura del agua y cerrado las centrales eléctricas, cortando el suministro de agua a decenas de miles de personas. El agua de lluvia, recogida durante el invierno y almacenada en cisternas contra esas situaciones de emergencia, empieza a disminuir y los palestinos esperan angustiados que las primeras lluvias de la primavera caigan sobre la tierra reseca y restauren el nivel de los acuíferos subterráneos, lagos, ríos y cisternas, volviendo verdes, una vez más, las inhóspitas laderas.

 

Los palestinos esperan mientras, al otro lado el Muro, en Israel y en los asentamientos israelíes de Cisjordania, la historia es harto diferente. Los aspersores mantienen verde el césped, las flores brotan en los bien cuidados jardines, los niños juegan en las piscinas, la gente puede ducharse dos veces al día y, para la inmensa mayoría, no hay crisis de agua alguna, o existe sólo en sentido abstracto, como una conciencia nebulosa de que Israel está situado en una de las regiones más áridas sobre la tierra. La realidad de la escasez del agua que atormenta a los palestinos apenas afecta a la mayoría de los israelíes y, además, Israel puede mantener un sector agrícola por valor de miles de millones, que exporta a Europa cosechas intensivas que necesitan de gran cantidad de agua (como los aguacates, cítricos y hierbas), una actividad que equivale esencialmente a exportar agua.

 

Parece extraño que realidades tan diferentes puedan coexistir en un área geográfica tan pequeña. Más extraño es aún cuando uno se da cuenta de que ambas poblaciones, la israelí y la palestina, obtienen su agua de tres fuentes principales, el Acuífero de la Montaña, el Acuífero Costero y el Río Jordán, que corre a lo largo de las fronteras de Israel y los Territorios Palestinos. Seguramente que si hubiera crisis de agua, no lo sentiría todo el mundo por igual. Los palestinos sufren cortes de agua todos los años, mientras no es así para la mayoría de los israelíes (con la notable excepción de los beduinos).

 

La verdad del asunto, una verdad bastante desagradable, es que cada año los territorios palestinos tienen encima la espada de Damocles de una crisis del agua a causa del monopolio israelí sobre esos recursos, obstaculizando el desarrollo hidráulico palestino. El rendimiento total del Acuífero de la Montaña, del Acuífero Costero y del Río Jordán es de aproximadamente 1.720 millones de metros cúbicos de agua por año en un año medio, del cual Israel utiliza unos 1.444 millones de metros cúbicos, dejando tan sólo 275 millones de metros cúbicos para los palestinos [3]. A pesar de la aridez de la región, es una realidad que se dispone de suficiente agua en Israel y los Territorios Palestinos para que todos tengan el suministro mínimo recomendado por la OMS que posibilita mantener un nivel decente de vida: 100 litros por persona y día. Muchos palestinos reciben una cantidad muy por debajo de esa cifra. En algunas zonas, el suministro medio es de tan sólo 10 litros por persona y día durante los tórridos meses del verano, incluso en años de relativa abundancia de agua [4].

 

Este año no es un año medio. Este año se registra la peor sequía que la zona ha visto en esta década. Este año las cosechas y los árboles se marchitan y agonizan en los campos, y los pastores luchan por encontrar agua para sus ganados. Según un informe de Naciones Unidas publicado en enero, la lluvia caída el pasado invierno sobre los Territorios Palestinos significó apenas el 26% de la media interanual, disminuyendo hasta el 13% en la región de Hebrón [5]. Incluso los israelíes están preocupados este año. En mayo, Uri Shani, el Director de la Autoridad del Agua israelí advirtió que el nivel del Mar de Galilea (conocido como lago Kinneret por los israelíes y lago Tiberiades por los árabes) caerá este verano por debajo de la “línea roja”, lo que hace que no se pueda asegurar que se continúe bombeando agua desde esa fuente en las cantidades en que normalmente se hace [6].

 

El mar de Galilea es parte del sistema del río Jordán y normalmente suministra 570 millones metros cúbicos de agua por año a los israelíes [7], la mayoría de la cual es bombeada a través de las conducciones nacionales israelíes de agua que llevan el suministro a pueblos y granjas del centro y el sur del país. Si ese suministro se reduce, es muy probable que los campesinos israelíes sean los que más afectados resulten, ya que el sector agrícola israelí es el que más agua utiliza en el país, y es probable que la Autoridad del Agua reduzca las cuotas de agua a los campesinos para proteger el suministro doméstico. Además, esa Autoridad puede proteger a los israelíes de a pie de sentir los efectos de la escasez de agua enfrentando el déficit en el suministro doméstico obteniéndola de otros recursos, muy posiblemente a expensas de los ya agobiados palestinos.

 

En el momento actual, Israel ha reconocido los derechos palestinos al agua, pero no los ha cuantificado, dejándoles expuestos a la carencia de agua. En 1995 se alcanzó un acuerdo temporal (Acuerdo Interino de Oslo) que estipulaba que cada parte mantendría la actual utilización del compartido Acuífero de la Montaña hasta que tuvieran lugar las negociaciones sobre el Estatuto Permanente; esto significó que los israelíes disfrutarían del 80% del agua, mientras que a los palestinos se les garantizaba tan sólo el uso del 20% de ese recurso. Esta sesgada utilización fue en sí consecuencia de las restricciones israelíes al desarrollo del agua palestina desde que empezó la ocupación de 1967, cuando Israel proclamó que todos los recursos de agua eran propiedad del estado israelí, fijando cuotas de bombeo de pozos y creando un sistema de permisos que ahogó el desarrollo del agua para los palestinos. Según el Acuerdo de Oslo, también se debería haber permitido a los palestinos que desarrollaran un suministro adicional de hasta 80 millones de metros cúbicos de agua de fuentes situadas dentro de Cisjordania, que ayudaran a aliviar su inmediata escasez de agua.

 

Incluso con ese añadido, la cantidad de agua asignada a los palestinos apenas bastaba para cubrir sus necesidades básicas, no permitía desarrollar el sector agrícola y no tenía en cuenta el crecimiento de la población a medio o largo plazo. Las negociaciones para el Estatuto Final debían haber concluido a los cinco años del Acuerdo Interino. Sin embargo, como han brillado por su ausencia hasta este mismo día, no se ha registrado mejora alguna en la situación del agua de muchas de las necesitadas comunidades palestinas.

 

De los 80 millones de metros cúbicos adicionales prometidos, se han conseguido menos de la mitad, a pesar de los altos niveles de financiación internacional a tal fin. Una razón importante que permite esta situación es que el Acuerdo de Oslo acepta que los israelíes veten los proyectos de desarrollo palestinos; y además crea un inmenso, complicado y burocrático sistema de permisos que muchas ONG internacionales y locales que trabajan sobre el terreno no han podido negociar. El 60% de la masa de tierra de Cisjordania permanece bajo control total israelí, y los proyectos en esas zonas requieren permisos adicionales de las autoridades israelíes. Casi todas las comunidades palestinas que no están conectadas con la red de aguas (unas 220.000 personas) se encuentran en zonas controladas por los israelíes [8].

 

Los esfuerzos para ayudar a todas estas personas se han visto consistentemente obstaculizados y desbaratados en el curso de los trece años transcurridos desde la firma del Acuerdo de Oslo. Por ejemplo, en abril de este año, la OXFAM británica, que se había implicado en dos proyectos importantes alrededor del agua en el término de Hebrón, tan escaso en agua, cerró su oficina en la zona ante la imposibilidad de conseguir permisos para hacer su trabajo [9]. Debido a la continúa frustración de no poder poner en marcha proyecto alguno a causa de la negativa a conceder los permisos y a la pérdida de tiempo y dinero que esta situación les causaba, la ONG se ha visto obligada a cancelar sus muy necesitados esfuerzos para llevar agua a las sedientas comunidades del sur de Hebrón, que se cuentan entre las más necesitadas en Cisjordania.

 

Con el correr de los años, como los palestinos no han podido acceder a sus propios y necesarios recursos han pasado cada vez más a depender de la compra de agua a la compañía de agua israelí Mekorot. El pasado año, los palestinos compraron 43,9 millones de metros cúbicos de agua a Mekorot, lo que constituye alrededor del 50% del suministro doméstico para Cisjordania. Esta agua no está garantizada (con excepción de 5 millones de metros cúbicos transferidos a Gaza), si Mekorot decide no vendérsela a los palestinos, no hay ningún acuerdo vinculante que les obligue a hacerlo así. Si se decide que esa agua se queda en Israel, para uso doméstico, para la agricultura o la industria, puede así hacerse, dejando sedientos a los palestinos.

 

Debido a la sequía de este año, hay gran preocupación de que esto sea precisamente lo que pase. Hasta ahora, los cortes de agua que normalmente empiezan a tener lugar en julio se iniciaron en mayo, y la situación parece deteriorarse según el calor se intensifica. Mekorot controla directamente en la actualidad el suministro de agua a 250 comunidades palestinas en Cisjordania, que la obtienen de la misma red que sirve a los asentamientos israelíes. En los últimos años, a lo largo de los meses de verano, se han cerrado en múltiples ocasiones las válvulas que abren el suministro para los pueblos palestinos, muchas de las cuales están situadas dentro de los mismos asentamientos, para asegurar que haya bastante presión en la red de agua que permite el suministro constante de agua a los asentamientos, donde los aspersores continúan dejando caer agua sobre extensiones de verde césped en agudo contraste con el mundo de polvo y sed que las cercanas comunidades palestinas se ven obligadas a soportar como consecuencia (10).

 

En junio, el Proyecto para el Control de la Higiene, el Agua y el Alcantarillado emitió un informe sobre las severas reducciones decididas en el suministro de agua a varios pueblos de la zona de Nablus a los que Mekorot normalmente suministra. En la actualidad, los suministros de agua que reciben suponen tan sólo el 15% de la tarifa normal, obligándoles a comprar suministros adicionales de tanques de agua a un coste de 20 shekels por metro cúbico (más de cinco veces el precio del agua canalizada). Muchas familias están ya sufriendo por la crisis económica, muchas han visto sus tierras confiscadas y han perdido su sustento en el sector agrícola como consecuencia de la Ocupación israelí, por lo que les ha sido imposible encontrar un empleo alternativo. Mucha gente no puede permitirse ese gasto adicional, por lo que están reduciendo su consumo de agua a niveles tales que están impactando negativamente en su salud y en la de sus niños.

 

Las violaciones del derecho al agua no se limitan a Cisjordania. Este año, la Franja de Gaza sigue bajo un inmisericorde embargo que restringe los suministros de fuel a las centrales eléctricas que bombean las redes de agua y de alcantarillado. El 21 de enero de 2008, la Autoridad para el Agua palestina reconoció que el 40% de las casas de la Franja de Gaza no tenían agua corriente y, al día siguiente, aparecieron una serie de informes en los que se denunciaba que las aguas residuales estaban fluyendo por las calles [11]. En marzo, informes de los trabajadores de Cruz Roja sobre la situación en la zona advertían que la crisis de los saneamiento era “grave y empeoraba por momentos” [12]. Como el verano prosigue su curso y el calor aumenta, el sufrimiento causado por el agua insuficiente y los suministros de agua contaminados y las aguas fecales corriendo junto a las casas es probable que se agudice mientras prosigue el aplastamiento israelí de Gaza.

 

La situación que se está creando en Gaza está obligando a la ayuda internacional a transformarse más y más en ayuda de emergencia, y se está lejos de intentar abordar el subyacente problema de degradación medioambiental que puede causar finalmente la destrucción del Acuífero de Gaza hasta el punto que ya no haya agua limpia que suministrar a la población de la Franja. Lo mismo ocurre en Cisjordania, donde debido a la difícil situación del desarrollo, la financiación se concentra cada vez más en la asistencia inmediata para llevar agua a las comunidades mediante tanques a precios permisibles o a construir cisternas, más que a abordar el problema de la inseguridad del agua y, sobre todo, lo único que hace la insuficiente infraestructura es crear dependencia y vulnerabilidad, al mismo tiempo que contribuye a destruir el medio ambiente palestino.

 

La verdad es que hasta que no sean reconocidos y protegidos los derechos al agua de los palestinos y hasta que no se levanten las restricciones sobre el desarrollo palestino, cada año que pase los palestinos aprenderán a conocer el color del agua demasiado bien, a sentir cómo pincha la sed en una garganta reseca y a temer por la viabilidad de su futuro mientras se mueren de sed en medio de la abundancia, en una crisis que sus ocupantes les han creado. Mientras que el pueblo de Israel y la comunidad internacional permitan que el gobierno israelí valore el bienestar de los judíos por encima del de los árabes y valore el beneficio de su sector agrícola [o de su verde césped] por encima de los derechos humanos de los palestinos, proseguirá esta incalificable injusticia, la negativa al agua, que es el más fundamental de los recursos vitales, el requisito precio para la consecución del resto de derechos humanos.

 

Notas:

            [1] Dr Ghassan Hamdan, Comité de Ayuda Médica Palestino, comunicación personal, mayo de 2008.

[2] WaSH MP (2005): Water for Life: Continued Israeli Assault on Palestinas Water, Sanitation and Hygiene during the Intifada. Water, Sanitation and Hygiene Monitoring Program.

[3] Israeli Hydrological Service (2003), Evolution of the Exploitation and State of Israel’s Water Sources until Autumn 2003; Palestinas Central Bureau of Statistics (2008); Annual Available Water Quantity in the Palestinas Territory by Region and Source in 2006.

[4] PWA (2005) Water Supply in the West Bank, 2005. Directorate General of Resources and Planning, Palestinas Water Authority.

[5] FAO and OCHA (2008) Drought: the latest blow to herding livelihoods. United Nations Food and Agriculture Organization, United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Affairs. Jerusalén, 23 de enero de 2008.

[6] Hillel Fendel (2008) Israeli Water Authority Director: Crisis expected in July. Israel National News (www.IsraelNN.com), 18 de mayo de 2008.

[7] Israeli Hydrological Service (2003), Evolution of the Exploitation and State of Israel’s Water Sources until Autumn 2003.

[8] Yousef Awayes, Palestinas Water Authority, comunicación personal, mayo de 2008.

[9] Michael Bailey, Oxfam, comunicación personal, marzo de 2008.

[10] WaSH MP (2004, 2005, 2006) Water for Life reports. Water, Sanitation and Hygiene Monitoring Program.

[11] COHRE (2008) Hostage to Politics: The impact of sanctions and the blockade on the human right to water and sanitation in Gaza. Centre on Housing Right and Evictions.

[12] Ron Taylor (2008) Gaza: “Bad and getting worse”. LifeSource News, www.lifesource.ps.

 

Jueves 17 de Julio de 2008

LAS MURALLAS DE PALESTINA

 

Por Laura Caorsi, El Correo Digital (Vizcaya) - España

El Viaje de... Iñigo Urkullu: «Sentí que el aire estaba cargado y que podía pasar cualquier cosa»

 

El viaje es duro, pero Iñigo Urkullu recomienda conocer palestina. “Merece la pena recorrer los bazares de Nablus, en el zoco, y la tumba de Yasser Arafat, con su mausoleo, en Ramalá”, dice. Y, por supuesto, ver los baños turcos, las muestras folclóricas de danza y el particular estilo de vida de los beduinos.

 

Sentado en su despacho de Sabin Etxea, en Bilbao, Iñigo Urkullu despliega una serie de fotos sobre la mesa. Son imágenes de palestina, la Franja de Gaza, Ramalá y Belén, que ilustran su viaje a Oriente Próximo en 2006, cuando presidía la comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco. “Fui allí con Izaskun Bilbao y otros representantes políticos para analizar in situ el conflicto”. Quería comprender el problema de cerca, sin más intermediarios que los muros de cemento, así que la travesía no fue de placer, pero sí de aprendizaje.

 

Con paciencia de maestro y sin prisa, durante una hora enseña y explica las fotos. Una a una, las instantáneas ceden sitio a los relatos y muestran los contrastes del lugar. Son distintas entre sí, aunque en todas se adivina la tragedia. “Ésta es de cuando fuimos a un hospital en Gaza. Tuvimos suerte de llegar a la ciudad, porque hay controles militares que impiden el paso. En especial, a la población palestina, que vive a diario la arbitrariedad de los puestos fronterizos”.

 

La pregunta, quizá infantil, se antoja inevitable. ¿La vida allí se parece en algo a lo que vemos por televisión? Según él, “es peor”, y su respuesta no ofrece dudas. “Desde que aterrizamos en Tel Aviv, los controles eran impresionantes. Llegamos a Ramalá a las dos de la mañana y sentí que el aire estaba cargado; que en cualquier momento podía pasar cualquier cosa. Al día siguiente era sábado y, por lo tanto, festivo. Las calles estaban vacías. Cuando salí, sentí que todo el mundo me miraba desde las ventanas, que me observaban ocultos tras las cortinas”.

 

Aquélla era una sensación difícil de constatar. Los controles militares, no. “Fue espeluznante ver cómo un zepelín vigilaba desde lo alto la actividad de los ciudadanos. Y en Gaza... La vida es muy dura en esa ciudad. Por un lado, tiene la mayor densidad de población del planeta y, por otro, la gente se vuelca a las calles, ya que no tiene adónde ir. La salida al mar está vedada y existen varios grupos paramilitares de distintas facciones. La percepción es que estás en una ciudad sin ley en la que cualquiera puede actuar de repente sin que sepas quién es o por qué”.

 

Las murallas que atraviesan la zona también le causaron desconcierto, y no sólo por lo que implican, sino también por la velocidad con la que avanzan. “Imagínate que vives frente a la casa de tus padres y que despiertas un día con el muro en mitad de la calle. Si antes tardabas un minuto en cruzar, ahora tienes que ir hasta el final de la muralla e intentar que los militares te permitan pasar para ver a tu familia. De un día para otro, el muro te parte la vida”.

 

La imagen contrasta, sin duda, con la realidad que se vive en Belén. “Es una ciudad pequeñita y la iglesia está gestionada por los franciscanos, aunque allí conviven tres religiones”.

 

Jueves 17 de Julio de 2008

ISRAEL TRASPASA TODAS LAS LÍNEAS ROJAS EN CISJORDANIA

 

Por: Khalid Amayreh - Palestine Information Center/IAR Noticias

Hasta hace unos pocos años la mayoría de las actividades armadas israelíes en los territorios ocupados tenían fundamentalmente el objetivo de obligar a los palestinos a aceptar su estatus de esclavos perpetuos estrechamente controlados por sus amos judíos.

 

El ejército de ocupación podía demoler casas, cerrar campus universitarios y detener a sospechosos de terrorismo durante largos periodos de tiempo.

 

El mensaje era claro: no sueñen siquiera con la libertad porque hagan lo que hagan no les servirá de nada, el mundo no les ayudará porque nosotros controlamos a Estados Unidos y Estados Unidos controla el mundo; nosotros somos la raza superior.

 

Ahora el objetivo del ejército israelí es la sociedad palestina en su conjunto. Está atacando directamente las instituciones educativas, sociales, económicas e incluso médicas.

 

Resulta muy interesante el hecho de que todo esto está teniendo lugar bajo la escandalosa rúbrica de “conversaciones de paz” entre el Estado sionista y la Autoridad palestina respaldada por Estados Unidos, que se supone protege a los palestinos y sus intereses nacionales de la nefanda conducta de Israel.

 

Al hacerlo Israel está cruzando efectivamente todas las antiguas líneas rojas, violando todas las consideraciones concebibles exigidas por la decencia humana. Es una política de lucha libre ideada para empobrecer y debilitar a la comunidad palestina obligando a los palestinos a dedicar la mayor parte de su tiempo y energía a desvivirse por sus más inmediatas necesidades cotidianas.

 

Esta semana el ejército israelí destrozó y saqueó instituciones civiles, incluyendo una escuela, un centro médico y un centro comercial en el corazón de Nablus, la segunda ciudad más grande de Cisjordania. Destrozó y saqueó instituciones que da la casualidad que están en una zona que situada bajo control de la AP según los desafortunados Acuerdos de Oslo.

 

Los periodistas y los ciudadanos ordinarios estaban conmocionados viendo material escolar básico destrozado y pisoteado por un ejército del que Israel afirma ad nauseam que es el más moral del mundo.

 

Pues bien, es un “ejército moral” que ordena a sus soldados asaltar orfanatos, internados y comedores de beneficencia y destrozar la comida que está a punto de ser servida a niños pobres, muchos de los cuales han perdido a sus padres a causa de las balas israelíes.

 

Al fin y al cabo, la moral es una cuestión relativa. También los nazis creían que sus ejércitos eran los más morales de todos los ejércitos. Al parecer los judíos sionistas están recorriendo el mismo camino y esgrimiendo los mismos argumentos.

 

Hace unos pocos meses, el ejército israelí llevó a cabo un “holocausto”, por utilizar la misma palabra que la empleada por un cristiano pacifista, contra instituciones de caridad islámicas en la zona de Hebrón. El “ejército de judíos” atacó escuelas, negocios, orfanatos y comedores de beneficencia. Los soldados, que actuaban como gángsteres y criminales comunes, llegaron incluso a robar y destrozar máquinas de coser y tiendas de ropa. Incluso confiscaron zapatillas deportivas para niños y ropa interior y después lo arrojaron a los canales de aguas residuales a las afueras de la ciudad. Sí, esto ocurrió en un Estado que afirma ser un faro para las demás naciones y la única democracia en Oriente Próximo.

 

Israel, un país cuya propia existencia se basa en el asesinato, la falsedad y el robo, afirma que sus “acciones” son necesarias para luchar contra el terrorismo, en referencia a la resistencia palestina a la siniestra ocupación de Israel, incluyendo la resistencia no violenta.

 

Sin embargo, es más que obvio que las instituciones atacadas no tienen absolutamente ninguna relación con ninguna organización política, incluyendo Hamas, el mantra cuya invocación Israel cree que justifica cada crimen que se pueda concebir contra los indefensos palestinos, su dignidad y sus propiedades.

 

Por otro lado, uno se ve inexorablemente obligado a preguntar en qué puede ayudar a combatir el “terrorismo” tanto el destruir aulas y destrozar material escolar como destrozar comedores de beneficencia y asaltar las salas de ginecología de los hospitales.

 

¿Creen el ejército y el gobierno israelí, y los judíos en general que se granjean el cariño de los niños palestinos para la coexistencia pacífica destruyendo sus aulas, destrozando su material escolar y atando a los maestros palestinos a postes de la luz y golpeándolos salvajemente?

 

De hecho Israel está castigando a los palestinos por el propio hecho de sobrevivir, por su propia existencia y por negarse a morir y a desaparecer, igual que los nazis lucharon contra los judíos debido a su propia existencia, supervivencia y negativa a desaparecer.

 

Israel querría que los palestinos murieran y se desvanecieran de la faz de la tierra sin oponer la menor resistencia y lo más tranquilamente posible.

 

Esta enfermedad mental de los israelíes explica la absoluta maldad e insidia de su infame trato cotidiano a los palestinos ordinarios. El modo de pensar colectivo de Israel espera simplemente que las víctimas palestinas se comporten como las víctimas del nazismo, se rindan a su ineluctable destino sin hacer demasiado ruido.

 

Por desgracia, parece que el mundo en general está en connivencia con Israel en ella crucifixión del pueblo palestino.

 

Incluso la Autoridad palestina de Ramalá, que afirma que defiende y salvaguarda los intereses nacionales palestinos, está consintiendo el terrorismo genocida de Israel, hasta tal punto de que el propio Israel ha llegado a considerar a la AP como una especie de Judenrat (*) palestino.

 

Uno hubiera esperado que Mahmoud Abbas, el presidente de la AP, iva a adoptar una postura clara en contra de los crímenes israelíes en Nablus y Hebrón.

 

Sin embargo, su ensordecedor silencio ante estos crímenes abominables confirma la total incapacidad de este hombre para liderar a los palestinos.

 

Pero, entonces, siendo realistas, ¿qué podemos esperar de una autoridad que no tiene autoridad, de una entidad cuya propia existencia y supervivencia depende de las dádivas de potencias extranjeras que ellas mismas da la casualidad que están siempre a la entera disposición de Israel?

 

Por lo que se refiere a occidente, el asunto es aún más escandaloso. Los gobiernos occidentales, que mantienen un ejército de informantes, de representantes de ONGs, de diplomáticos y de observadores en Cisjordania, conocen perfectamente bien el alcance de la barbarie y del terrorismo israelí contra los palestinos indefensos.

 

Hace escasas semanas un diplomático europeo daba a entender a este escritor que “informamos a nuestros gobiernos de cada aspecto de la represión israelí contra los palestinos”.

 

Sin embargo, cuando le pregunté por qué esos gobiernos no actuaban en relación a la información de la que disponían, con un olorcillo de vergüenza el diplomático contestó: “Bien, eso es otra cuestión. Nuestros gobiernos tienen otras consideraciones. No siempre pueden hacer lo que deberían hacer. No pueden disgustar a determinados grupos de presión tanto internos como externos”.

 

Estamos hablando de gobiernos en su mayoría moralmente fallidos cuyos dirigentes no dejan de parlotear acerca de “derechos humanos, democracia y libertades civiles” cuando vienen a visitar la palestina ocupada.

 

Pues bien, hemos oído estas historias demasiadas veces y durante demasiado tiempo, tanto que la mayoría de nuestro pueblo ya ha perdido la fe en la democracia occidental, una enorme mentira que sólo significa hipocresía y conspiración.

 

Qué otra cosa explica el lamentable silencio occidental en relación al ataque israelí idéntico al de los nazis contra la propia existencia del pueblo palestino.

 

(*) N. de la T.: El Judenrat era el Consejo Judío creado por los nazis durante la ocupación.

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

 

Martes 15 de Julio de 2008

LA OCUPACIÓN ISRAELÍ RECUERDA EL “APARTHEID” A JUDÍOS DE SUDÁFRICA

 

Por Ricardo Mir De Francia, El Periódico de Catalunya - España

• El grupo compara la situación con la segregación racial que dominó su país

 

• “La fragmentación del territorio se parece a los ’bantustanes’”, dice una ex-diputada

 

“Siento mucha tristeza, nunca esperé este grado de inhumanidad”, afirmó Andrew Fenstein, ex-diputado judío del Congreso Nacional Africano (CNA) de Nelson Mandela, tras ver cómo la barrera de separación israelí cerca el pueblo palestino de Biddu por tres de sus costados. Había oído historias de niños encarcelados por tirar piedras, de campesinos apartados de sus campos o de tierras confiscadas para erigir asentamientos. “El contexto es distinto, pero veo muchos paralelismos con el apartheid”, afirmó.

 

Fenstein forma parte de una delegación de 21 activistas surafricanos de los derechos humanos que esta semana visitó Israel y los territorios ocupados palestinos. En Ramala hablaron con expresos políticos palestinos; en Hebrón comprobaron como la presión de los colonos y el Ejército hebreo ha forzado a miles de personas a abandonar sus casas y comercios; de camino a Naplusa se enfrentaron a la red de carreteras segregadas impuesta en Cisjordania: las buenas para los colonos, los caminos de cabras para los palestinos; en Biddu o Bilín se toparon con pueblos aprisionados por el muro y, en todos partes, oyeron del sistema kafkiano de permisos que los palestinos necesitan para entrar en Israel.

 

Ninguno de ellos pudo resistirse a las comparaciones con el apartheid, el sistema de segregación racial impuesta por los colonos boërs holandeses sobre la mayoría negra sudafricana durante casi cuatro décadas. “El sistema de permisos y las dificultades de movimiento son casi idénticas, pero en otros aspectos Israel es peor. Allí no había muros, ni carreteras separadas, ni este control increíble sobre el individuo. El mismo Foucault lo encontraría asombroso”, afirmó el juez Dennis Davis, uno de los padres de la Constitución sudafricana y figura prominente de la comunidad judía en su país.

 

La exdiputada Bárbara Hogan, expresa política, la fragmentación de Cisjordania le recuerda a los bantustanes. “A los negros se les obligó a vivir en estas reservas sin oportunidades económicas y con las peores tierras. Como ocurre aquí, necesitaban permisos para entrar en las áreas de los blancos”. Todos comprenden que Israel debe adoptar medidas de seguridad, pero las consideran desproporcionadas. “Son tan extraordinarias que afectan a los derechos humanos más básicos. A la larga solo les traerá inseguridad”, afirmó la exviceministra de Defensa, Nozizwe Madlala-Routledge.

 

Martes 15 de Julio de 2008

“EL LOBBY PROISRAELÍ DE EE.UU. PERJUDICA A ISRAEL”

 

Por Enric Tomás, La Vanguardia - España

Stephen Walt es profesor de la Kennedy School de la Universidad de Harvard y co-autor, junto a John Mearsheimer, del libro El lobby israelí, en el que analiza la poderosa influencia de este grupo de presión en el diseño de la política exterior de EE.UU. en Oriente Medio. Walt visitó Barcelona recientemente con motivo de la Barcelona Summer School in International Politics, que organiza cada año el IBEI.

 

Cuando nos referimos al lobby israelí de EE.UU., ¿de qué estamos hablando?

 

El lobby israelí de EE.UU. es una coalición de un amplio número de personas y organizaciones de los que algunos son judíos americanos y algunos no. La posición común que estas personas comparten es la de apoyar una relación especial entre Israel y EE.UU., en la que Washington dé un apoyo total a Tel Aviv sin importar lo que haga. Esta es la posición básica.

 

¿No hay fisuras en este apoyo a Israel dentro del lobby?

 

Dentro del lobby no se coincide en todas los asuntos. Algunos grupos en esta amplia coalición están a favor de una solución al conflicto entre palestinos e israelíes mediante la convivencia de dos estados, mientras que otros se oponen fuertemente a esto. Pese a ello, sí coinciden en defender una relación especial entre Israel y EE.UU.

 

¿Dentro del lobby proisraelí hay también grupos cristianos?

 

Sí, son grupos evangélicos, que se refieren a sí mismos como cristianos sionistas. El apoyo de éstos a Israel suele ser de línea dura. Por ejemplo, defienden la idea del Gran Israel, que incluye todos los territorios palestinos. Esto está basado en su interpretación de la Biblia: Una de las condiciones para que Jesucristo vuelva a la tierra es que los judíos controlen a todos los palestinos.

 

Así, estos grupos cristianos utilizan a Israel para llevar a cabo sus ideas teológicas.

 

Exactamente. En el libro demostramos, además, que las organizaciones más poderosas dentro del lobby, incluyendo los cristianos sionistas, están defendiendo políticas que no son buenas ni para EE.UU. ni para Israel.

 

En su obra se refiere al profundo ascendiente de este lobby en la Administración de EE.UU. ¿Cómo se lleva a cabo esta influencia?

 

Hay distintos mecanismos: uno es intentar que la gente que les apoya pueda acceder a cargos electos. Este lobby está muy atento a quien se presenta para el Congreso o para la presidencia de EE.UU., y cuál es su opinión sobre Oriente Medio. Si gusta, le ayudan con dinero. Por otro lado, los grupos del lobby publican distintos artículos, textos, informaciones para intentar que otros estadounidenses tengan una visión favorable a Israel y, naturalmente, atacan a quien se muestra crítico con la actitud de Tel Aviv. Finalmente, logran influir en la Administración colocando a su gente en posiciones clave del Gobierno, como el departamento que diseña las políticas de Washington en Oriente Medio. Esto no se diferencia de como funcionan otros grupos de presión.

 

¿Cómo se percibe desde Israel el papel de este lobby, que pese a querer ayudar, a veces es más un problema que una solución?

 

Algunos líderes israelíes, como el ex primer ministro Isaac Rabin, se han mostrado a disgusto con el rol de este lobby. Rabin, por ejemplo, quería hacer pasos hacia la paz y los miembros del lobby se oponían. Le daré dos ejemplos de cómo el papel del lobby es malo para Israel: uno son los asentamientos. Muchos israelíes entienden que el intento de colonizar Cisjordania fue un error. Estados Unidos no pudo hacer nada para parar la construcción de asentamientos porque el lobby lo impidió, cuando lo mejor hubiera sido detener la creación de colonias hace muchos años. Otro ejemplo lo encontramos con la guerra del Líbano de hace dos años. El lobby apoyó la estrategia de Israel de atacar a Hizbulá, en vez de intentar buscar otra solución al conflicto.

 

¿Qué papel tuvo y tiene el lobby proisraelí en la invasión de Irak y en la retórica sobre un posible ataque militar a Irán?

 

Respecto a Irak, toda la idea de invadir este país y derrocar a Saddam Hussein fue obra de los neoconservadores, de los que algunos son judíos y otros no, y que forman parte de la línea dura del lobby proisraelí. Éstos presionaron a Clinton y a Bush en su primer mandato para ir detrás de Saddam, aunque no tuvieron éxito. Después del 11-S, pudieron persuadir a Bush de que era una buena idea, algo que nunca antes pudieron hacer. Derrocar a Saddam iba a ser, para ellos, bueno para Israel, EE.UU., Irak y la región en general. Se equivocaron. Por lo que refiere a Irán, sólo los neoconservadores piensan en un ataque a Irán, pese a que todo el mundo lo ve como un problema.

 

Durante el proceso de primarias, los candidatos a la presidencia de EE.UU. acudieron a hablar ante el AIPAC, uno de los grupos más potentes dentro del lobby. ¿Por qué tienen que hacerlo?

 

En primer lugar, déjeme decir que el hecho que los candidatos acudan a hablar ante el AIPAC y, una vez allí, muestren su devoción hacia Israel es un indicativo de cuán poderosa es esta organización. Si el candidato no logra su apoyo va a tener difícil la elección, porque los judíos americanos son grandes financiadores de campañas. Por otro lado, no estar en sintonía con este grupo no significa ganar el apoyo de otros grupos igualmente poderosos. Finalmente, y es muy interesante, lo que ha cambiado este año, quizás por primera vez, es que todos los candidatos fueron criticados por complacer con sus discursos al lobby tanto como lo hicieron. Esto sugiere que EE.UU. está empezando a darse cuenta que la influencia de estos grupos de presión de línea dura no es saludable para el país.

 

¿Cuál es la relación entre el lobby proisraelí de EE.UU. y la prensa del país?

 

Hay esta idea histórica del control judío de los medios de comunicación, algo con lo que no estoy de acuerdo. No obstante, si hay mucha gente en la prensa que es proisraelí y así lo escribe o comenta. Por otro lado, hay organizaciones dentro del lobby que controlan todo lo que se publica y presionan para que se den informaciones favorables a Israel, y se enfadan cuando se publica alguna noticia crítica. Por eso, muchos periodistas hacen mucha autocensura para no ser atacados por estas organizaciones. No es, pues, que el lobby controle a la prensa, sino que trabajan muy duro para asegurarse que haya una correcta cobertura de los asuntos israelíes. Esto no es saludable, porque significa que no podemos tener una conversación sobre política exterior americana.

 

¿Qué papel jugará este lobby en las próximas elecciones a la presidencia de EE.UU.?

 

Ya se ha visto como los candidatos han acudido a hablar ante el AIPAC para obtener el apoyo del lobby proisraelí. Creo que este grupo de presión hará lo mismo que ha hecho en el pasado, es decir, asegurarse que el próximo presidente de EE.UU. no hace nada para la creación de un estado palestino. Para hacer esto se necesitaría una presión equidistante a Israel y a la ANP. Pero no creo que ni Obama ni McCain lo quieran.

 

¿Así, al lobby no le importa quien gane para seguir con su empeño de proteger a Israel?

 

Dentro del lobby hay diferentes opciones, pero no creo que la política estadounidense en Oriente Medio vaya a cambiar gane quien gane.

 

Entonces, ¿no cree que ni Obama ni McCain vayan a traer un gran cambio?

 

Si miras las posiciones de Obama y de McCain y de las personas que están a su alrededor ves que apuestan por que EE.UU. tenga un papel dominante a nivel militar en los asuntos internacionales. Pienso que mucha gente va a estar sorprendida de qué poco cambia la política exterior estadounidense. De todos modos, sí va a haber una mejora respecto a Bush, que es, de lejos, el peor presidente de EE.UU. de los últimos años. Pero, pese a ello, ninguno de los dos candidatos va a tomar una dirección opuesta a la llevada hasta ahora en lo que respecta a política exterior. El estilo será diferente y sonará mejor, pero no cambiará.

 

Lunes 14 de Julio de 2008

ISRAEL LANZA EN CISJORDANIA UNA GUERRA GENERAL CONTRA LAS INSTITUCIONES CIVILES

 

Por Khalid Amayreh, La Haine.org

El 8 de julio, el ejército del régimen israelí arrasó todo el norte de la ciudad de Nablus, asaltando colegios, comercios, instituciones de beneficencia, clubes deportivos y un importante centro médico.

 

Varios testigos dijeron que hasta 130 vehículos blindados de transporte de tropas del ejército israelí asaltaron el centro de Nablus poco después de que fuerzas leales al dirigente de la Autoridad palestina, Mahmud Abbas, recibieran la orden del gobernador simbólico Yamal Muhesen de volver a sus barracones y permanecer allí hasta nueva orden.

 

Miles de “fuerzas de la seguridad nacional” palestina, entrenadas por los estadounidenses, están estacionadas en Nablus, pero sus tareas se limitan a combatir a los activistas anti-israelíes, especialmente a los miembros de Hamas y de las organizaciones de la Yihad Islámica.

 

Los objetivos de la agresión israelí más reciente incluyen un colegio de niñas, que fue absolutamente arrasado, un importante centro médico, que ofrece servicios sanitarios gratis o semigratis a los pobres y desempleados, un centro comercial, un centro recreativo, una compañía de seguros y las oficinas de una serie de ONG.

 

Una de esas ONG es la Sociedad Nafha, que controla el trato israelí hacia los prisioneros políticos y de la resistencia palestinos en las cárceles y campos de detención israelíes.

 

Fuentes locales dijeron que soldados especiales y agentes del Shin Beth confiscaron docenas de ordenadores y diverso equipamiento de oficina, así como sumas no reveladas de dinero en efectivo. Los soldados también destrozaron gran cantidad de muebles. El Shin Beth es la principal agencia de la inteligencia interior de Israel y controla eficazmente todos los aspectos de la vida de los palestinos de Cisjordania. La operación empezó poco después de la medianoche y duró cerca de cuatro horas, según dijeron los testigos.

 

Antes de abandonar la ciudad, los oficiales del Shin Beth entregaron a los propietarios declaraciones escritas por las que les informaban que la propiedad de sus negocios y bienes había sido transferida al ejército israelí.

 

La declaración advertía también que cualquier palestino que se aventurara a entrar en los establecimientos cerrados sería encarcelado por un mínimo de cinco años.

 

El ejército israelí proclamó que los comercios e instalaciones médicas asaltadas formaban parte de la infraestructura civil de Hamas y podían estar implicados en la transferencia de dinero al movimiento.

 

Sin embargo, los propietarios y funcionarios de la Autoridad palestina rechazaron vehementemente esas acusaciones, diciendo que no eran sino instituciones y negocios normales que funcionaban dentro de los límites de la ley.

 

Un co-propietario de un almacén-departamento comercial confiscado y clausurado por el ejército israelí dijo a los informadores que “están castigándonos por ser religiosos”.

 

“En cualquier lugar de este mundo nuestro, la gente es inocente hasta que se prueba su culpabilidad. Aquí, en la supuesta única democracia de Oriente Próximo, nos arrestan, destruyen nuestros hogares, confiscan nuestras propiedades y destruyen nuestros negocios, y todo ello sin decirnos ni una palabra”.

 

“Por eso, ¿cuál es la diferencia entre Israel y la Alemania nazi?”, dijo el hombre que pidió mantener el anonimato por miedo a ser arrestado por sus declaraciones.

 

El hombre, que estaba visiblemente enfadado, dijo: “somos un pueblo religioso, rezamos y damos limosna y ayunamos durante el mes del Ramadán, pero no tenemos nada que ver con Hamas ni con ninguna otra organización. Destruir nuestros negocios y arrasar nuestras vidas por la mera sospecha de que podríamos estar afiliados a Hamas es un sucio acto criminal”.

 

LA GUERRA CONTRA EL ISLAM

Uno de los empleados del Centro Médico Tadamun, que fue cerrado y confiscado, acusó al estado israelí de emprender una guerra general contra el Islam parecida a la guerra que el Tercer Reich declaró contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

 

“Hago un llamamiento a todos los musulmanes y árabes del mundo para que respondan a esta manifiesta agresión contra el Islam y los musulmanes. Israel está buscando simplemente destruir el Islam. Quieren destruir nuestras mezquitas, quieren destruir nuestra vida, quieren borrar la religión islámica de palestina”, dijo Punir S. Aníbal.

 

“El estado terrorista proclama que Hamas es el objetivo. No crea esas mentiras. Su objetivo es la religión misma del Islam, porque el Islam es el último obstáculo que impide que Israel liquide la causa palestina”.

 

Aníbal hizo un llamamiento a los gobiernos de Egipto, Jordania, Qatar, Mauritania y Turquía, así como a otros Estados que valoran la justicia y la humanidad para que corten inmediatamente sus lazos con “esta entidad criminal que se dedica a asesinar niños y a matarles de hambre y que encima va y dice que lo hace en nombre de la civilización occidental”.

 

“Y les digo a esos países árabes y musulmanes que debían sentirse avergonzados. Están contemplando como estos viles criminales destruyen poco a poco y paso a paso a la comunidad palestina y se limitan a mirar como si lo que sucede en Nablus y Hebrón estuviera sucediendo en un planeta lejano”,

 

“¡Despertad! Echar a sus embajadores de vuestros países. Mostradles que palestina os importa”.

 

PROVOCANDO A HAMAS

Hani al Masri, un importante periodista y columnista de Nablus, opinaba que los ataques israelíes contra la ciudad tenían el objetivo de provocar a Hamas para que “rompiera la tregua en Gaza”.

 

“Israel quiere mostrar que la relativa calma en Gaza no significa que las manos de Israel vayan a quedarse quietas en Cisjordania. Sencillamente, Israel no quiere que los palestinos tengan un momento de paz”.

 

Al Masri dijo que aunque la dura represión israelí contra las instituciones islámicas iba a socavar el “sector de los servicios públicos” de la ciudad, serviría también para aumentar las simpatías públicas y el apoyo hacia Hamas.

 

“Y eso minará también la imagen de la Autoridad palestina, porque las mismas instituciones que Israel se dedicó a arrasar la pasada noche habían sido también atacadas por la Autoridad palestina.

 

“Esto va a hacer que la gente piense que la AP e Israel están operando y colaborando ilegalmente contra Hamas a plena luz del sol”.

 

Hamas mismo acusó de connivencia con Israel al régimen apoyado por occidente en Ramallah y de estar destruyendo a la sociedad palestina para que Israel pueda imponer sus capitulaciones sobre los palestinos y liquidar su causa.

 

“Hamas condena firmemente los crímenes sionistas sin precedentes contra la sociedad palestina y sus intereses económicos y organizaciones civiles”, dijo un comunicado distribuido por Hamas el pasado martes.

 

El comunicado acusa a la AP de colaborar y coordinarse estrechamente con las fuerzas ocupantes.

 

Llegaron incluso a confiscar los alimentos

 

El lunes, el periódico israelí Ha’aretz citó a un portavoz del ejército israelí diciendo que el ejército de ocupación tenía como objetivo las instituciones educativas y benéficas islámicas de Cisjordania.

 

El portavoz dijo que el propósito de la campaña del ejército ocupante contra las instituciones islámicas era fortalecer a la Autoridad palestina, que EE.UU. apoya, y debilitar a la oposición islámica palestina.

 

“Hablamos de fortalecer a los elementos moderados, como es la Autoridad palestina, pero actualmente la AP tiene poco control sobre la zona. El pueblo palestino prefiere a Hamas, porque son menos corruptos y más eficaces”.

 

El portavoz fanfarroneó sobre los ataques a guarderías, centros de atención sanitaria e instituciones de beneficencia e “incluso contra cocinas de beneficencia y orfanatos…” “Docenas de asociaciones fueron clausuradas y se confiscaron los alimentos”.

 

Este mismo año, con anterioridad, el ejército ocupante israelí llevó a cabo una campaña especialmente draconiana contra los orfanatos y guarderías de Hebrón, cerrando varias instituciones y dejando a miles de huérfanos y niños de familias humildes sin refugio.

 

Los bienes confiscados fueron varios edificios, autobuses escolares, mobiliario de oficina, ayudas educativas, pupitres, máquinas de coser, ropas y zapatos.

 

Muchos de los artículos robados por ejército israelí de las instituciones de Hebrón, incluida la ropa de los niños, cacharros de cocina, refrigeradores, alimentos y productos lácteos y ordenadores, fueron más tarde encontrados en un basurero situado en las afueras del asentamiento de Kiryat Arba’a.

 

La campaña fue ampliamente condenada por las organizaciones de derechos humanos. Sin embargo, el aliado-guardián de Israel, Estados Unidos, manifestó su apoyo a las medidas israelíes.

 

Sin embargo, como es habitual en esas circunstancias, Israel vomitó en la cara del mundo: “Ningún país puede decirle a Israel lo que tiene que hacer. Hacemos lo que queremos”.

 

La claramente vengativa campaña contra instituciones palestinas tales como colegios, hospitales, orfanatos y negocios está generando mucho odio hacia Israel y los judíos entre un pueblo que lleva ya aguantando más de 41 años de ocupación militar de estilo nazi.

 

Nael Salameh es un comerciante palestino de Nablus. Dice que Israel se está comportando como un toro enloquecido.

 

“Un ejército que se dedica a arrasar cocinas de beneficencia, orfanatos y comercios sencillos no se diferencia mucho de los gangster y de los criminales comunes. Un estado que se comporta como los gangster y los criminales comunes no puede durar mucho”.

 

Salameh dijo que Israel estaba poniendo al pueblo palestino al borde del abismo. “Además, ¿quién dice que el suicida-bomba es un producto de la cultura y la sociedad palestina? No es así. El suicida-bomba es primero y ante todo un sub-producto inevitable del terror y la crueldad de estilo nazi contra la sociedad palestina. Eso es lo que el mundo debería comprender”

 

Palestine Information Center

 

Lunes 14 de Julio de 2008

JUNTO A ÁRABES E ISRAELÍES BAJO EL PARAGUAS DE LA FLAMANTE UNIÓN DEL MEDITERRÁNEO

SARKO INVOLUCRA A EUROPA CON MEDIO ORIENTE

En su jugada diplomática más ambiciosa hasta ahora, el presidente francés lanzó una alianza regional que incluye a viejos rivales y el espacio ya está rindiendo frutos con las conversaciones sobre palestina y las alturas de Golán.

 

Por Eduardo Febbro

Desde París

Sobre un fondo azul que simbolizó el color del Mediterráneo, Nicolas Sarkozy dio forma y contenido a su, hasta ahora, proyecto más ambicioso y personal en el terreno de las relaciones internacionales: el lanzamiento del foro de cooperación Unión por el Mediterráneo, UPM, que reúne a 43 países: los 27 de la Unión Europea y la totalidad de las naciones de la ribera del Mediterráneo. La UPM quedó conformada oficialmente el domingo y con ello el presidente francés logró lo que parecía imposible: reunir en torno de una misma mesa a países distanciados por antagonismos territoriales y religiosos como es el caso de los países árabes e Israel.

 

En un breve fin de semana Sarkozy obtuvo que los presidentes de Siria y Líbano se comprometieran a mantener sus relaciones diplomáticas, también consiguió que, antes de la cumbre, el presidente de la Autoridad palestina, Mahmud Abbas, y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, manifestaran juntos su vocación irreversible de llegar a un acuerdo de paz. Por último, con el clima de paz suscitado por la cumbre, el jefe de gobierno israelí envió un mensaje al presidente sirio, Bashar Al Assad, a través del primer ministro turco, Tayyip Erdogan. Israel y Siria, técnicamente en guerra desde la creación del Estado hebreo, en 1948, han mantenido tres rondas de negociaciones indirectas desde marzo, siempre a través de Turquía.

 

Nicolas Sarkozy inició su maratón diplomático reuniendo en el Palacio del Elíseo a Mahmud Abbas y Ehud Olmert. El primer ministro israelí dijo que ambas partes se estaban acercando “al momento en que debemos tomar decisiones importantes” y luego admitió que “nunca hemos estado tan cerca de un acuerdo”. A su vez, Mahmud Abbas resaltó que la “amistad” de Sarkozy con Israel y palestina le permite “desempeñar un papel importante para ayudar al éxito del proceso de paz en pocos meses”. El presidente de la Autoridad palestina también reconoció que, pese a los bloqueos existentes y la perpetua cuestión de la extensión de la colonización israelí en los territorios palestinos, se habían “iniciado negociaciones en profundidad con Israel. Continuaremos los esfuerzos. Somos bastantes serios”. Según informaron fuentes cercanas a la delegación israelí, Olmert prometió a Abbas la liberación de un nuevo grupo de prisioneros palestinos. Es preciso, con todo, moderar el alcance que pueden tener estas declaraciones que parecen augurar un desenlace positivo. En primer lugar, israelíes y palestinos se han reunido en forma regular desde el relanzamiento del proceso de paz, en noviembre pasado, pero el problema planteado por las colonias judías en Cisjordania y Jerusalén Este bloquea lo esencial de las discusiones. En segundo lugar, el primer ministro israelí no está en condiciones de sellar un acuerdo. Las acusaciones de corrupción contra Olmert constituyen un obstáculo mayor para el proceso de paz, tanto más cuanto que, para muchos observadores, los días de Olmert al frente del gobierno están contados.

 

En el marco majestuoso del Grand Palais Nicolas Sarkozy lanzó luego la creación de la Unión por el Mediterráneo. Esta iniciativa reunió en un mismo espacio a los protagonistas de un antagonismo sin fin cuyo escenario es Oriente Medio. La cumbre de París aplacó por unas horas la enemistad histórica entre la casi mayoría de los países árabes e Israel y ello produjo una imagen inédita en la que se vio al primer ministro Israelí sentado a pocos metros del presidente sirio Bashar Al Assad. En este sentido, en su discurso de apertura, Sarkozy saludó a “todos los países árabes” y agradeció “el gesto de paz” simbolizado en su presencia. El mandatario reconoció que, para los presentes, había sido un esfuerzo acudir a París porque cada uno “lleva en él recuerdos de injusticia, de dolor, de sueños rotos que no se borrarán nunca”. Pero Sarkozy también recalcó que se debe mirar hacia el futuro y hacer un “esfuerzo similar” al “que hicieron los europeos para poner un término al engranaje fatal de la guerra y la violencia que, siglo tras siglo, instauró la barbarie en el corazón de la civilización europea”. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, que copreside la UPM, expresó su deseo de que la fase que se inicia ahora sea “la de la paz en Medio Oriente”.

 

Las frases llenas de buenas intenciones y de invocaciones a la paz no pueden ocultar la complejidad de ejercicio futuro y los enfrentamientos que perduran en el presente. Incluso si Nicolas Sarkozy marcó una fecha en la historia de los diálogos multilaterales entre Europa y el Mediterráneo, las dificultades son, a menudo, un rompecabezas. Por ejemplo, prueba de ello es la ausencia de la tradicional foto que reúne a todos los participantes a las cumbres. No hay, de esta reunión, una imagen única y global.

 

En un terreno más práctico se retuvieron seis proyectos concretos: las autopistas del mar, la descontaminación del Mediterráneo, la protección civil, un plan solar Mediterráneo así como la creación de una universidad euromediterránea y una agencia para desarrollar pequeñas y medianas empresas.

 

La cumbre de París significó también el regreso al primer plano internacional del presidente sirio Bashar Al Assad. Pero su estadía en París está lejos de haber complacido a todo el mundo, tanto más cuanto que Al Assad asistirá este 14 de julio a los desfiles de la fiesta nacional francesa. Su presencia en el desfile militar provocó “malestar” entre soldados franceses para quienes Siria es responsable del atentado contra un puesto militar francés en el Líbano. En 1983, una explosión voló el edificio Drakkar en Beirut donde estaban estacionadas tropas franceses de la Fuerza Multinacional de Interposición. El atentado costó la vida a 58 soldados. La Asociación Internacional Soldados por la Paz consideró que la asistencia del presidente sirio al desfile del 14 de julio era “un atentado a la memoria” de las 58 víctimas del atentado. Este lunes, delante de Al Assad desfilará un destacamento de Cascos Azules de la ONU. Muchos observadores de la época vieron la mano de siria detrás de este atentado reivindicado en aquel entonces por un grupo islámico desconocido. La presidencia francesa aclaró el domingo que sigue siendo “un error histórico” atribuirle a Siria la responsabilidad de ese acto terrorista. No existe, hasta hoy, ninguna aprueba directa que vincule a Damasco con este atentado que, hace 25 años, llevó a su grado máximo el conflicto libanés. Tres minutos antes de que explotara la bomba en el destacamento francés, otra explosión destruyó el cuartel general de Estados Unidos instalado cerca del aeropuerto de Beirut. 239 soldados norteamericanos murieron antes que los 58 franceses.

 

Domingo 13 de Julio de 2008

LANZO AYER EN PARIS LA UNIÓN POR EL MEDITERRÁNEO

EL MEDITERRÁNEO DE SARKOZY

Es un foro de proyectos y acercamiento entre la Unión Europea, el norte africano y Medio Oriente que arrancó con hazañas como reunir a sirios y libaneses a negociar, y sentar a árabes e israelíes alrededor de la mesa.

 

Por Eduardo Febbro

Desde París

El marco es espectacular, los invitados son un conjunto de países dispares que tienen en común su vecindad con el mar Mediterráneo o su pertenencia a la Unión Europea. La iniciativa es del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la idea central consiste en reunir en París a 43 jefes de Estado o de gobierno para fundar la UPM, la Unión por el Mediterráneo. Apuesta fuerte de la presidencia de la Unión Europea que Francia asume por un período de seis meses, la UPM es una obra personal y ambiciosa de Nicolas Sarkozy. Tiene, también, perfiles imprecisos debido a la disparidad de sus integrantes y, en casos como el de Israel y siria, a raíz de los antagonismos regionales. Este foro de cooperación que nace hoy en la capital francesa coloca en un mismo espacio a 43 dirigentes: los 27 de los países de la Unión Europea, 10 del Este y el Sur de la cuenca del Mediterráneo, Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Mauritania, siria, Túnez, Turquía, y el presidente de la Autoridad palestina, a quienes se les agregan los presidentes de Albania, Croacia, Bosnia, Montenegro y el príncipe de Mónaco.

 

La Unión por el Mediterráneo empezó a plasmarse con la férrea oposición del presidente libio, Muammar Gadafi, quien boicotea la cumbre, al tiempo que Alemania y Turquía sembraron dudas sobre la coherencia y el funcionamiento de un grupo de países tan distintos. Para Gadafi, el proyecto es “espantoso” y “peligroso”, y obligará a los árabes a reconocer a Israel y ponerse bajo la bota de los europeos.

 

“La región del Mediterráneo determinará si el Norte choca con el Sur, si el terrorismo y el fundamentalismo logran imponer su violencia y su intolerancia al resto del mundo”, explicó Sarkozy. La UPM abarca a 765 millones de personas y se extenderá de las orillas danesas de Groenlandia a los desiertos de Jordania. La UPM se articula en torno de la cooperación sobre temas como la lucha contra la contaminación, el desarrollo de la energía solar y la seguridad civil. Sus proyectos más inmediatos son la descontaminación del Mediterráneo, las “autopistas marítimas”, la lucha contra las catástrofes naturales, el desarrollo de la energía solar, la educación, la creación de pequeñas y medianas empresas y la seguridad alimentaria.

 

ASSAD

Uno de los grandes momentos de esta cumbre es la presencia simultánea del presidente sirio, Bachar al Assad, y del premier israelí, Ehud Olmert. Tel Aviv y Damasco mantienen desde hace décadas serios antagonismos y recién hace unos meses las dos capitales entablaron un diálogo a través de Turquía. Ankara organizó un diálogo indirecto sobre el tema central que los divide desde finales de los años ’60: la exigencia de Damasco de que Jerusalén se retire de la meseta del Golán, que Israel ocupó en 1967 y anexó en 1981. Ambas capitales ya habían hablado de este tema en 2000 gracias a una mediación de Washington, pero no hubo acuerdo. Las negociaciones chocaron con la realidad de la meseta del Golán y la condición siria de que Israel la devuelva íntegramente, hasta las orillas del lago Tiberíades, la principal reserva de agua dulce de Israel.

 

La progresiva salida de escena de Estados Unidos en Medio Oriente permitió a Sarkozy tomar la iniciativa y ofrecer a siria un escenario de primer plano. Ayer, luego de recibir en el Elíseo al presidente sirio, París y Damasco publicaron un comunicado conjunto que destaca que Assad expresó a Sarkozy su “fuerte determinación” de “establecer relaciones diplomáticas con el Líbano”. Otro tema sensible evocado por el mandatario sirio en París fue el del supuesto programa de armas nucleares iraníes. Assad dijo que Irán no tiene “ninguna intención de poseer tal arma”. Sarkozy ya ganó una apuesta inicial. Líbano y siria jamás entablaron relaciones diplomáticas desde la proclamación de la independencia libanesa a finales de los ’60. Assad tiene previsto reunirse a última hora de la tarde con el nuevo presidente libanés, Michel Suleiman, en presencia de Sarkozy y del emir de Qatar, Hamad Bin Khalifa Al-Thani.

 

La presencia de Assad, ausente por años de este tipo de cumbre, le da un cariz único a la reunión en París, porque a la misma mesa se sienta el israelí Ehud Olmert. La agenda no prevé un encuentro directo entre ambos, pero si se dan apenas un apretón de manos ya sería un hecho histórico entre países que están legalmente en guerra desde 1948.

 

Nicolas Sarkozy logró montar un dispositivo compuesto por actores que tienen intereses geopolíticos opuestos. La canciller alemana Ángela Merkel rechazó el proyecto inicial, que se limitaba a los países del contorno mediterráneo. Merkel temió una “explosión” de la construcción europea y exigió –y obtuvo– que la UPM integre a los 27 países de la UE. Sarkozy debió superar también la hostilidad de países árabes como Argelia, reticentes a meterse en una Unión que incluya a Israel.

 

La principales innovaciones de este foro están en las fuentes con que se financiarán los proyectos, muchas de origen privado, y de su estructura institucional. Sarkozy no quiere dejar la impresión de un nuevo mecanismo dominado por el Norte sino lanzar un proceso administrado en común. La UPM funcionará con dos copresidentes, uno del Norte y otro del Sur. No obstante, los intereses divergentes de los 43 integrantes de este foro son tales que su coherencia puede tornarse borrosa. La ausencia de progresos tangibles en el proceso de paz de Medio Oriente limita el alcance de la declaración final, de la cual, según trascendió, referencias como “fin de la ocupación” de los territorios por parte de Israel o “instauración de una zona sin armas de destrucción masiva” no figurarán en la declaración final.

 

No obstante, Nicolas Sarkozy consiguió que en la foto estuvieran prácticamente todos: Assad, Mahmud Abbas, el presidente argelino Abdelaziz Buteflika, Olmert y hasta el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, un hombre que desconfía de Francia porque Sarkozy no quiere el ingreso de Turquía en la Unión Europea. Sarkozy desplegó mucha energía para promover el retorno de Europa a una zona de influencia en Medio Oriente. El calendario le facilita las cosas. De aquí al año que viene, Estados Unidos vivirá una suerte de receso diplomático debido a las elecciones presidenciales de noviembre y la posterior instalación de los nuevos equipos en la Casa Blanca. Esa situación deja, no obstante, una pregunta en suspenso sobre los alcances de la capacidad europea para mover las piezas en Medio Oriente. ¿Quién se animará a dar un paso cuando el principal sostén de Israel, es decir, Washington, está distraído, por el momento, con otras preocupaciones?

CUATRO AÑOS DE INCUMPLIMIENTO DEL FALLO DE LA HAYA: EL “MURO DEL APARTHEID” SIGUE MÁS VIVO QUE NUNCA EN CISJORDANIA

CUATRO AÑOS DE INCUMPLIMIENTO DEL FALLO DE LA HAYA: EL “MURO DEL APARTHEID” SIGUE MÁS VIVO QUE NUNCA EN CISJORDANIA

Jueves 10 de Julio de 2008

CUATRO AÑOS DE INCUMPLIMIENTO DEL FALLO DE LA HAYA: EL “MURO DEL APARTHEID” SIGUE MÁS VIVO QUE NUNCA EN CISJORDANIA

 

Fuente: Gara - Bilbao, España

Hace cuatro años, el Tribunal de La Haya declaró ilegal el muro que divide Cisjordania. Cuatro años después, el Gobierno sionista sigue construyéndolo ante el silencio de la comunidad internacional. Ayer, los palestinos volvieron a denunciarlo en la calle, enfrentándose a los gases lacrimógenos y pelotas de goma. “¡Qué esperan los israelíes de los agricultores cuando les despojan de sus árboles! Queremos vivir”.

 

Hace ya cuatro años, el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) declaró ilegal el muro impuesto por Israel al pueblo palestino en Cisjordania. Lejos de acatar el contenido de dicha sentencia, por cierto, no vinculante, el Gobierno israelí sigue construyendo esta barrera, verja o muro, dependiendo de la forma que adquiere al rodear las ciudades o aldeas palestinas y serpentear por territorio ocupado.

 

Las obras se iniciaron en 2002 y aún continúan. El pasado mes de mayo, se construyeron 409 kilómetros, lo que representa un 57% del trazado final. Otros 66 kilómetros, un 6% más, está actualmente en construcción. Sus consecuencias sobre la población han sido devastadoras. Israel, además, ha hecho caso omiso de las recomendaciones del tribunal, que le exhortó a desmantelar la barrera levantada en Cisjordania e indemnizar a los palestinos afectados, para quienes este “muro del apartheid” busca despojarles de sus tierras e impedir un futuro Estado palestino.

 

Según datos de la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), hasta la fecha, Israel ha edificado en torno al 60% del recorrido proyectado, de un total de 723 kilómetros. Denunció que 52 comunidades rurales palestinas quedarán despojadas de sus tierras. Este es el caso, por ejemplo, de Jayyus, en el distrito de Kalkilia, en el norte de Cisjordania.

 

“El muro ha transformado una vida feliz en sufrimiento”, denunció el alcalde Mohamed Taher Jaber. Antes, el 80% de la población de Jayyus vivía de labrar sus fértiles tierras que daban pepinos, cítricos, olivos, tomates, pimientos, aguacates y almendras. Aquella época ha quedado en el recuerdo de los más mayores. La realidad es bien distinta. El 70% de los habitantes está en paro y quienes pueden trabajar sus parcelas deben pedir “un permiso especial” para acceder a ellas atravesando unas puertas asignadas, que únicamente se abren tres veces al día.

 

De sus 3.500 vecinos, sólo 170 tienen este permiso. Israel lo niega sistemáticamente bajo el paraguas de “la seguridad”. “¿Por qué no nos otorgan permisos? Porque así la tierra queda en desuso y después de tres años pueden alegar la ley de ausencias”, remarcó a la corresponsal de Efe Sharif Omar Jalid. Aunque sí tiene “permiso”, a sus 65 años no puede trabajar solo la tierra, pero a ninguno de sus tres hijos se lo conceden. Muy pocos campesinos pueden, por tanto, gozar de seis pozos de agua, 50.000 olivos y árboles frutales y 70 invernaderos.

 

En este cuarto aniversario de la incumplida e inútil resolución judicial, muchos palestinos salieron a las calles para exigir la demolición del muro.

 

En Nilin, al este de Ramallah, al menos siete personas, entre ellas activistas extranjeros, resultaron heridas por impactos de pelota de goma y el efecto de los gases lacrimógenos. Decenas de palestinos respondieron lanzando piedras contra los soldados y las máquinas para nivelar la tierra. Un soldado y un obrero que trabaja en la edificación del muro sufrieron heridas.

 

“Nuestro objetivo es parar las máquinas y recordar la decisión del Tribunal de La Haya. ¡Qué esperan los israelíes de los agricultores cuando les despojan de sus árboles! Queremos vivir”, exclamó a AFP Salah al Khawaja, uno de los organizadores de la protesta. Hassan Moussa, de 33 años, acudió con su hijo de siete años para expresar su rechazo a las intenciones de Israel de “expulsar a los palestinos de sus tierras» y oponerse a este muro que «afecta a todo el mundo”.

 

Cerca de Belén, los militares cargaron contra una manifestación de 150 personas. Las movilizaciones se repitieron en Tulkarem y Qalqiliya, al norte.

 

La OLP exigió a la comunidad internacional que obligue al Estado sionista a cumplir el dictamen del TIJ. El asesor presidencial y jefe del equipo negociador, Saeb Erekat, criticó la falta de actuación del resto de países frente a Israel.

 

La ONG israelí Betselem recordó que el Gobierno no ha cumplido las exigencias del Tribunal, que “canceló tres tramos”.

 

Y, mientras, el pueblo palestino sigue afrontando como puede las terribles consecuencias de esta barrera de “la vergüenza” y el silencio de la comunidad internacional.

 

MILICIANO MUERTO

Un miliciano palestino murió ayer en la ciudad cisjordana de Jenín por disparos de soldados israelíes cuando, según la versión hebrea, trataban de detenerlo. El fallecido, de 27 años, era miembro de las Brigadas Abu Amar, ligadas a al-Fatah.

 

NUEVAS COLONIAS

El Gobierno ha aprobado la construcción de otros 1.800 asentamientos judíos en la parte este de Jerusalén. La Comisión de Distrito de Vivienda ha autorizado la edificación de 920 pisos en el barrio de Har Homá y de otros 880 en el de Pisgat Zeev.

 

CIERRE DE SEDES BENÉFICAS, INCAUTACIÓN DE BIENES Y MÚLTIPLES REGISTROS EN NAPLUSA

Tropas israelíes irrumpieron ayer en un centro de estudios coránicos y en el Ayuntamiento de Naplusa, bajo control de Hamas. Tras hacer estallar la puerta principal, rompieron varias oficinas. Los soldados confiscaron varios ordenadores, material de oficina, mapas y una “importante cantidad de documentos”, según explicaron testigos presénciales.

 

“Es una agresión contra la autoridad palestina y todos ciudadanos de Naplusa”, denunció Hafez Chahine, responsable municipal. Precisó que los soldados entraron en las oficinas del alcalde, Adli Yais, y su suplente, May al Handabali, y que se llevaron dos ordenadores, además de documentos.

 

Además de en el Ayuntamiento, entraron en tres mezquitas, llevándose consigo todos los bienes, y confiscaron cuatro autobuses escolares. En la cercana localidad de Qablan, clausuraron una escuela coránica y entraron en el edificio de Dar al Quran. En la puerta principal del edificio dejaron una nota en la que se daba cuenta de su cierre por un periodo de dos años. En los últimos tres días, el Ejército ha intensificado los registros en asociaciones caritativas y otros establecimientos vinculados a Hamas. Acusa a estos organismos de “ser parte de una infraestructura terrorista”.

 

El martes, el Ejército clausuró las sedes de seis organizaciones benéficas relacionadas con el movimiento islámico y anunció el cierre temporal de medio centenar de tiendas ubicadas en un centro comercial administrado por Hamas. Las fuerzas de seguridad palestinas afirmaron que más de 120 vehículos armados israelíes irrumpieron de noche en Naplusa que, con cerca de 180.000 habitantes, es la localidad más poblada de Cisjordania.

 

Los comerciantes que no acaten la orden, que entrará en vigor el próximo 15 de agosto, deberán enfrentarse a una pena de 5 años de prisión.

 

Una fuente militar israelí justificó estos cierres bajo el argumento de que “los beneficios generados en sus tiendas para patrocinar el terrorismo”.

 

En protesta por estas medidas y en solidaridad con las entidades afectadas, para ayer había convocada una huelga parcial en el comercio. Ya el lunes, el diario israelí “Haaretz” advirtió de que el Ejército intensificará su campaña contra la supuesta “estructura civil” de Hamas en Cisjordania, cerrando el mayor número de asociaciones.

 

El diputado de Hamas Yehya Moussa afirmó que estas acciones militares “están condenadas al fracaso, tal y como ha ocurrido hasta ahora. No servirán más que para generar un mayor apoyo a nuestro movimiento”.

 

En declaraciones a un periódico palestino, remarcó que “Hamas se ha ganado el corazón de los ciudadanos por su constante defensa de los palestinos”. Moussa destacó también que “el fin de la ocupación y de las agresiones israelíes está cerca”.

 

El también electo Mohammed al Ghoul reclamó la intervención de los países musulmanes y árabes para parar las agresiones israelíes.

 

Miércoles 09 de Julio de 2008

CUATRO AÑOS DESPUÉS DEL FALLO DEL TIJ ISRAEL CONTINÚA CONSTRUYENDO EL MURO DE APARTHEID EN CISJORDANIA

 

Fuente: EcoDiario.es - Madrid, España / Agencia EFE

Cuatro años han transcurrido desde que el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) declarara ilegal el muro de Apartheid que Israel erige en Cisjordania, mientras continúa su construcción pese a las reclamaciones de los palestinos y diversos organismos.

 

Pese al dictamen no-vinculante de la corte el 9 de julio de 2004, el Ejecutivo israelí sigue implacable la construcción de la barrera, verja o muro de separación, según la forma que adquiere al rodear ciudades o aldeas palestinas y serpentear por el territorio ocupado.

 

Iniciado este proyecto en 2002 con el objetivo de impedir la infiltración de atacantes en Israel o los asentamientos judíos, su construcción sigue provocando polémica y sus consecuencias sobre la población palestina son devastadoras.

 

Israel ha hecho caso omiso de las recomendaciones del tribunal internacional que exhortaban a desmantelar la barrera levantada en Cisjordania e indemnizar a los palestinos afectados, que la califican de “muro del apartheid”, destinado a despojarles de sus tierras e impedir un futuro Estado viable.

 

Cuando concluya su construcción, el 87 por ciento de su trazado quedará dentro de Cisjordania, frente al 13 por ciento que transcurrirá por la Línea Verde, la frontera imaginaria aceptada internacionalmente tras la primera guerra árabe-israelí de 1948-49.

Según datos de la Oficina de la ONU de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), hasta la fecha Israel ha construido en torno al 60 por ciento del recorrido proyectado, de un total de 723 kilómetros, 200 después del dictamen del TIJ.

 

El “muro” ha cambiado radicalmente las vidas de numerosos campesinos, que han quedado atrapados no sólo por los obstáculos físicos sobre el terreno, sino también por la burocracia israelí que les somete a un régimen de “permisos” para poder tener acceso a sus propias cosechas.

 

La OCHA denuncia que 52 comunidades rurales palestinas quedarán desconectadas de sus tierras como consecuencia de la cerca, como es el caso de aldea de Jayyus, en el distrito de Kalkilia (norte de Cisjordania).

 

“El muro ha transformado una vida de felicidad en sufrimiento”, se lamenta Mohammed Taher Jaber, alcalde de esta población en la que antaño el 80 por ciento de sus habitantes vivía de labrar sus fértiles terrenos con cultivos como el pepino, cítricos, olivos, tomates, pimientos, aguacates y almendras.

 

En la actualidad, el 75 por ciento de sus vecinos se encuentra en el paro y los privilegiados que trabajan en sus parcelas cuentan con permisos especiales para acceder a ellas atravesando unas puertas asignadas, que sólo se abren tres veces al día.

 

Seis pozos de agua, 50.000 olivos y árboles frutales y 70 invernaderos quedaron al alcance de unos pocos campesinos.

 

La barrera que separa Jayyus de sus 860 hectáreas de terrenos está compuesta por una verja con sensores electrónicos, cuyo trazado se introduce unos seis kilómetros en el territorio de Cisjordania y la separa del vecino asentamiento judío de Zufin.

 

Los habitantes de esta colonia tienen sus ojos puestos en las parcelas palestinas hoy situadas en esta especie de “tierra de nadie” para su expansión, denuncia la OCHA.

 

De los 3.500 vecinos de Jayyus sólo unos 170 tienen permisos y muchos renuncian a solicitarlos, pues en la mayoría de los casos Israel los deniega aduciendo razones de “seguridad”, o que no “existe una conexión con la tierra”, se quejan sus vecinos.

 

Con este sistema, quedan excluidos campesinos que arriendan parcelas, jornaleros, familiares de segundo grado o herederos que por un método ancestral de anotación de apellidos no pueden demostrar que son descendientes de los propietarios.

 

Sharif Omar Jalid tiene permiso, pero a sus 65 años no puede trabajar solo la tierra y a ninguno de sus tres hijos les conceden autorización.

 

“¿Por qué no nos otorgan los permisos? Porque así la tierra queda en desuso y después de tres años pueden alegar la ley de ausencias” para confiscarla, argumenta.

 

Miércoles 09 de Julio de 2008

GAZA AÚN BAJO SITIO, PESE A LA TREGUA

 

Por Adam Morrow y Khaled Moussa al-Omrani, IPS Noticias - Uruguay

A pesar del torrente de recriminaciones mutuas, la frágil tregua entre Israel y el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ya se encuentra en su tercera semana de vigencia, aunque poco se ha hecho para aliviar el bloqueo de la franja de Gaza.

Sin embargo, Israel se ha movido lentamente para cumplir su promesa, incluida en el acuerdo de cese del fuego que se alcanzó con la mediación de Egipto, de permitir el libre tránsito de suministros humanitarios hacia ese territorio.

 

“Los reiterados cierres de los cruces fronterizos son una muestra de la falta de seriedad de Israel” respecto del cumplimiento de lo pactado, dijo Ismail Heniya, líder del gobierno de Hamás en Gaza.

 

“Para que la tregua sobreviva, debe abrir la frontera y levantar su bloqueo”, agregó.

 

Luego de varios meses de negociaciones en El Cairo, Israel y Hamás -junto con otras facciones menores de la resistencia palestina- aceptaron la propuesta egipcia de “calma” (tahdia) a principios del mes pasado. A pesar de las mutuas reservas, entró oficialmente en vigor el 19 de junio.

 

El acuerdo contempla el cese de las operaciones militares israelíes en Gaza a cambio de la suspensión de los ataques con cohetes lanzados por Hamás desde ese territorio. Pero sus disposiciones no se extienden a Cisjordania, gobernada por el presidente de la Autoridad Nacional palestina, Abú Mazen, del secular y moderado partido Fatah, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos.

 

A mediados del año pasado, Hamás tomó por las armas el control de Gaza, donde se había impuesto en las elecciones parlamentarias locales de 2006.

 

Lo más importante para Hamás, y los 1,5 millones de palestinos que viven en Gaza, es que el acuerdo también establece que se reabrirán gradualmente los pasos fronterizos que conectan al territorio con el mundo exterior, incluido el de Rafah, en el límite con Egipto, el único que no se encuentra bajo control directo de Israel.

 

Desde que el movimiento islamista tomó el control de Gaza hace un año, Israel ha mantenido herméticamente “sellados” todos los cruces fronterizos. El gobierno egipcio, por su parte, también cerró el de Rafah, citando la ausencia de un tratado formal.

 

El bloqueo, apoyado por Estados Unidos y la Unión Europea, ha destruido la economía de Gaza y privado a gran parte de su población de suministros vitales, como alimentos y medicinas. Algunos observadores describieron a Gaza como “el mayor campo de concentración del mundo”.

 

Poco después de la entrada en vigor del acuerdo, el 19 de junio, Israel reabrió cuatro de los cruces, pero volvió a cerrarlos el 24, luego de que el grupo de resistencia palestina Jihad Islámica se adjudicara un ataque con cohetes a la ciudad israelí de Sederot, en represalia por la muerte de cuatro de sus líderes en Cisjordania.

 

Esos pasos fronterizos fueron rehabilitados cuatro días más tarde, para ser nuevamente cerrados la semana pasada. Según funcionarios israelíes, la medida se tomó a causa de dos nuevos disparos de cohetes desde posiciones en Gaza, pero los grupos palestinos negaron unánimemente su responsabilidad en esos supuestos ataques.

 

Abdelaziz Shadi, director del programa de estudios israelíes en la Universidad de El Cairo, señaló que Israel aprovecha esporádicos ataques con cohetes, reales o imaginarios, para justificar el mantenimiento de su completo dominio sobre el territorio controlado por Hamás.

 

“Israel puede determinar fácilmente la fuente de esos lanzamientos y castigar a los responsables”, dijo a IPS. “En cambio, prefiere sancionar colectivamente a toda la población de Gaza, privándola de comida, medicinas y combustible”, agregó.

 

“El cierre de fronteras confirma que, en lo que se refiere a Gaza, Israel es todavía una potencia ocupante, a pesar de la llamada ’retirada’ del territorio en 2005”, señaló Shadi.

 

Según funcionarios israelíes, citados por la prensa el miércoles pasado, un total de 150 camiones cargados con suministros esenciales habían recibido permiso de ingresar a Gaza desde el comienzo de la tregua. Esa cifra, sin embargo, no ha sido confirmada por fuentes independientes.

 

El tránsito entre Egipto y Gaza, a través del cruce de Rafah, no ha sido más intenso.

 

Entre el 1 y el 3 de julio, las autoridades egipcias abrieron ese paso para un limitado número de personas. Pero de las alrededor de 2.000 que supuestamente iban a efectuar el cruce, entre ellas algunas que querían realizarlo por razones de salud, apenas alrededor de 300 fueron autorizadas.

 

El miércoles, centenares de palestinos frustrados por las largas demoras, se abrieron paso a la fuerza. Personal de seguridad egipcio empleó mangueras para dispersar a la multitud que arrojaba piedras.

 

A fines de enero, más de 500.000 palestinos se volcaron hacia Egipto, luego de destruir parte del muro que bloquea la frontera común de 14 kilómetros. La mayoría compró bienes de primera necesidad antes de regresar a sus hogares.

 

La frontera fue cerrada 10 días después, en medio de limitados enfrentamientos entre palestinos y las autoridades egipcias. En esa oportunidad, el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Ahmed Aboul-Gheit, declaró que le “romperían las piernas” a cualquiera que intentara aproximarse sin autorización.

 

La semana pasada, policías de Hamás, en cooperación con las autoridades egipcias, convencieron a la airada multitud para que se retirara y el cruce fue reabierto. Los líderes del movimiento islamista, en tanto, continúan urgiendo a El Cairo para que la frontera permanezca abierta en forma permanente.

 

Miércoles 09 de Julio de 2008

HACIA LA TERCERA INTIFADA

 

Por Mohammad Jadallah*, Revista Pueblos

En palestina, tras más de siete años desde que empezara la segunda Intifada, la realidad que nos rodea es alarmante. Las pérdidas humanas son numerosas, sin precedentes, y con implicaciones también en la esfera de lo político: el ex presidente palestino Yasser Arafat murió envenenado por los israelíes; Abu Ali Mustafa, máximo dirigente del Frente de Liberación Popular, y Ahmad Yassin, máximo dirigente de Hamas, fueron asesinados por parte del ejército israelí con un ataque aéreo “selectivo”; en estos años más de 5.000 mártires han caído en manos del ejército israelí. Los heridos por las operaciones (daños colaterales, tal y como los denomina Israel) sobrepasan las 60.000 personas, de las cuales 1.500 sufren de invalidez permanente. Y no hay que olvidar a los miles de prisioneros políticos en las cárceles israelíes, como Ahmad Saadat o Marwan Barghouti, entre otros parlamentarios y ministros.

 

Las pérdidas económicas también son importantes, llegando al colapso total de la economía palestina, especialmente como consecuencia de la destrucción de las infraestructuras en todas las ciudades debido a las demoliciones de casas y los bombardeos que lleva a cabo Israel, lo que deriva en que en muchos casos el paisaje en palestina se convierta en un amasijo de piedras y hierros. Los niveles de pobreza y desempleo han llegado a límites desproporcionados, con un 70 por ciento de la población viviendo con menos de dos dólares al día. Todas estas condiciones han forzado una situación de frustración e incertidumbre, dañando los valores mismos de la sociedad palestina.

 

Una de las victorias más importantes de Israel y a la vez, una de nuestras pérdidas más grandes, ha sido la lucha interna entre las facciones políticas de Al Fatah y de Hamas por controlar los territorios, lo que ha causado la división política, geográfica y demográfica entre Cisjordania y la Franja de Gaza. Esta división arriesga seriamente el futuro de una nación palestina al mismo tiempo que desemboca a favor del plan israelí de separar y aislar las dos áreas del país, lo que ya había planeado anteriormente el ex primer ministro Ariel Sharon cuando se retiró unilateralmente de la Franja de Gaza. Israel aceleró la construcción de nuevas colonias judías en Cisjordania para recolocar a los colonos de Gaza y dividir aún más en cantones separados entre sí la tierra palestina, encapsulando a los palestinos en guetos o en cárceles a cielo abierto, como en el caso de la Franja.

 

EL PROCESO DE PAZ

Con algunos años de interrupciones forzadas, la mayoría de veces debido a las continuas operaciones y ataques del ejército israelí en los territorios ocupados palestinos, han pasado ya más de 18 años desde que ambas partes se enrolaran en una serie de negociaciones políticas, directas e indirectas, con o sin mediadores. En el año 1991 empezó en Madrid el proceso de paz, culminado con los Acuerdos de Oslo firmados en Washington en 1993, que al poco tiempo llegaron a un callejón sin salida dado su incumplimiento.

 

La Conferencia de Annapolis (Estados Unidos), celebrada el pasado mes de noviembre, fue un nuevo intento de renovar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos para poner fin al conflicto. Parecía que de esa conferencia iba a salir el proceso final de paz y que la creación de un Estado palestino sería posible en los próximos años (finales de 2009), por lo que la población palestina entró en una ola de esperanzas e ilusiones. Para tal fin, ambas partes empezaron las negociaciones bilaterales que debían implementar la famosa “Hoja de Ruta”, en cuyo primer artículo se expone claramente que la construcción de colonias por parte de Israel es totalmente ilegal y que se tiene que frenar la construcción de nuevas viviendas. Pero esta misma semana hemos sabido que se van a construir más de 1.400 viviendas ilegales entre una colonia ortodoxa de Cisjordania y la zona Este de Jerusalén; por contra, más de 25.000 casas están en orden de demolición por parte del Gobierno israelí, la mayoría también en Jerusalén, por no “tener permisos”, y se continúan confiscando las tierras a los palestinos, favoreciendo la edificación israelí.

 

El grado de colonización es tal en la ciudad de Jerusalén que las pocas zonas verdes y abiertas que tenían los palestinos están llenándose ahora de bloques de cemento para los colonos provenientes de EE UU y de las ex repúblicas soviéticas. Es bien conocido el objetivo político por parte del Gobierno israelí de mantener dos tercios de población judía frente a un tercio de población palestina a partir de sus políticas de expulsión y residencia, aunque les está siendo difícil debido al retorno de los palestinos que se han quedado en el otro lado del muro o por la temida bomba demográfica de la población palestina.

 

Israel se niega a reconocer que existen los palestinos, tanto si son cristianos como musulmanes; no nos reconoce como tales y con este principio justifica su ocupación y sus medidas políticas. Hasta en los grupos de la más extrema derecha sionista se llega a decir que los palestinos eran un pueblo nómada que llegó y ocupó las tierras de los judíos, una de las tantas manipulaciones de la historia que elaboran los sionistas, con la ayuda y apoyo de los EE UU.

 

Las negociaciones de paz están más paradas que nunca y siguen sin obtenerse frutos de ellas. Son negociaciones que no hacen más que acabar con el tiempo de los palestinos mientras los israelíes son los que ganan este tiempo para poder seguir con su plan de ocupación geográfica y económica en los territorios ocupados palestinos. Estas negociaciones no muestran puntos claros de referencia basados en la leyes internacionales, no tienen garantía de ningún tipo, prácticamente sin representación internacional (con la excepción de los EE UU, mediadores y controladores principales, siempre a favor de los intereses de Israel) y tampoco se llega a un acuerdo sobre el objetivo de las negociaciones ni sobre el fin de las agresiones por parte de Israel a la población civil: ataques militares, colonias, confiscación de tierras, el muro del Apartheid, los cientos de checkpoints repartidos por todo el territorio, etc.

 

Las perspectivas de la vida política en palestina son miserables, especialmente cuando los máximos dirigentes de la Autoridad Nacional palestina (ANP) han colaborado en las numerosas negociaciones, tan dañinas y poco fructíferas para el pueblo palestino. Personalmente creo que el papel de los negociadores se ha convertido en el de puros analistas políticos, expertos en describir las políticas de Israel, que no temen en terminar las negociaciones para el proceso de paz, olvidando que su misión es la de buscar una política eficaz, poderosa y válida que use la fuerza del pueblo palestino; ya que su único objetivo es el de mantener las negociaciones indefinidamente, mientras unos pierden el tiempo y la vida y lo ganan los otros.

 

Todos los acuerdos de Oslo han fracasado o, directamente, no se han aplicado, especialmente por parte de Israel. Para muchos, Yasser Arafat sólo era un obstáculo para la paz. Una vez fallecido, lo sustituyó el actual presidente palestino Mahmoud Abbás, que favorece los intereses de los EE UU y de Europa. Lo mismo podríamos decir del primer ministro Salaam Fayyades, impuesto en el cargo por parte de los propios estadounidenses. Ambos gozan de la simpatía y del apoyo absoluto del Gobierno de Washington y de Israel, aunque no quieran reconocerlo y, sin embargo, si hablamos del efecto en su pueblo, sus medidas políticas han sido totalmente inútiles y han ido en detrimento del pueblo palestino, ya que la violencia ha ido en aumento, como vemos en los ataques en Gaza, o en la continua construcción de colonias, que se ha incrementado 11 veces el año pasado.

 

¿NEGOCIAR EN ESTAS CONDICIONES?

La ANP mantiene el argumento de que las negociaciones con Israel son la única estrategia que tiene el pueblo palestino, abandonado completamente por sus dirigentes, como única alternativa para llegar a los acuerdos y satisfacer sus demandas. Los representantes del Gobierno se llenan la boca con palabras vacías de protesta y de condena que no pretenden más que calmar y anestesiar a la opinión pública, haciendo sentir a la población que todos navegan en el mismo barco de la ocupación y el sufrimiento. Por otra parte, Hamas sigue defendiendo el argumento de que la lucha armada es la única vía para enfrentarse a la ocupación militar israelí. Las condenas repetidas por parte de la ANP a los ataques de Israel y a las mismas acciones de Hamas, son una muestra de lo ridícula e impotente que es su política y de cómo se han convertido en actores del show del proceso de paz.

 

Es evidente que la política de Abbás es débil, frágil y ordinaria; basada en una posición de críticas al partido de la oposición, Hamas, y de la claudicación ante la UE y EE UU. Repetidamente condena los ataques a los civiles israelíes pero cuando se trata del asesinato de su propio pueblo calla ante Israel y condena a Hamas. La opinión pública palestina se siente insultada ante esta ingenua neutralidad, unida a los claros lazos de amistad, nunca reconocidos, con los dirigentes americanos e israelíes, que convierte a los palestinos en funcionarios a su servicio pero viéndolos como enemigos para su propio pueblo. Son muchas las voces que exigen la dimisión de Abbás y de todo su gabinete de ministros, lo que no quiere decir que apoyen a Hamas y su política; más bien al contrario, son muy críticos con el partido, especialmente tras la toma de poder por la fuerza de la Franja de Gaza en junio de 2007. Estas voces proclaman la aparición de nuevas alternativas y de un cambio que les devuelva la esperanza de ver la unidad de los palestinos y la creación de un Estado palestino soberano.

 

No hay que olvidar que la ANP está sumergida en la corrupción total por parte de sus dirigentes y cada semana nos llegan nuevas noticias de casos de corrupción; los escándalos dañan a la opinión pública palestina, agravando su desconfianza e incertidumbre en torno a sus dirigentes al ver que no se toma ninguna medida contra los culpables. El presidente Abbas es incapaz de implementar y respetar las leyes.

 

La corrupción lo destruye todo. La mayoría de palestinos acusados de corrupción han empezado a buscar refugio en el extranjero al ver que el barco de palestina empieza a hundirse. El mismo Saeb Ereikat, uno de los integrantes de la mesa de negociación, ha facilitado la caída de la ANP, admitiendo que la popularidad del presidente Abbás ha caído por debajo de los límites de hace un año, tanto por los crecientes niveles de corrupción como por su incapacidad en los procesos de paz.

 

El pueblo palestino está cargado de ira, euforia e indignación ante esta situación, tanto por las agresiones por parte de Israel como por la corrupción y la mala gestión en la ANP y el estancado proceso de paz. No ve ninguna solución al conflicto que satisfaga sus demandas y necesidades y se está perdiendo la idea de un Estado palestino unido para pensar más en la anexión de Gaza a Egipto, la de Cisjordania a Jordania o, simplemente, en eternizar la ocupación militar israelí en todos los territorios.

 

Todos estos elementos conforman el escenario de una lucha perpetua, duradera e interminable, con el continuo sufrimiento de nuestro pueblo. Una tercera Intifada parece inminente; esta vez, contra la ocupación militar israelí y contra la misma Autoridad Nacional palestina.

 

* Mohammad Jadallah es médico, analista y activista palestino. Este artículo ha sido publicado originalmente en el nº 32 de la Revista Pueblos, junio de 2008.

 

Martes 08 de Julio de 2008

LÍDER DE FPLP: “TENEMOS QUE RECONSIDERAR LA TREGUA PORQUE LA SITUACIÓN DE GAZA NO HA CAMBIADO”

 

Por Saed Bannoura - IMEMC News.

Traducido y editado por OICP

Jamil Mizhir, miembro del Comité Central del Frente Popular para la Liberación de palestina (FPLP), pidió hoy reconsiderar la tregua patrocinada por Egipto entre Hamas e Israel, y declaró que la situación en Gaza se ha mantenido sin cambios: el asedio continúa. Las fronteras permanecen cerradas y la ocupación viola reiteradamente la tregua.

 

Mizhir añadió que la ocupación israelí está utilizando esta tregua con el fin de continuar sus ataques en la Ribera Occidental Ocupada.

 

“Debemos reconsiderar la cuestión de la tregua y Egipto debe presionar a Israel para que ponga fin a su violaciones”, Mizhir dijo que “Israel no ha abierto los cruces, excepto para la entrada de productos básicos, no ha aumentado la cantidad de bienes que se deben permitir según lo señalado por la tregua”.

 

También dijo que Israel no permitió la entrada de materiales necesarios para garantizar el funcionamiento de las fábricas y de miles de trabajadores.

 

Al comentar sobre el actual cierre del terminal fronterizo de Rafah, Mizhir dijo que el sufrimiento del pueblo palestino es cada vez mayor, y las personas siguen privadas de sus derechos básicos, como la libertad de circulación.

 

“¿Cuál es la utilidad de esta tregua, si Israel no aplica las condiciones básicas del acuerdo?” y añadió “a nuestros estudiantes todavía se les impide viajar y los pacientes aún están estancados en Gaza”.

 

Refiriéndose al papel de Egipto, Mizhir planteó que Egipto ha hecho esfuerzos, pero Israel sigue violando el acuerdo y sigue en curso su agresión contra el pueblo palestino.

 

Mizhir también dijo que espera que las conversaciones internas palestinas allanarán el camino para poner fin al conflicto y dijo que espera que la visita de Abbas a siria tenga efectos positivos en la reanudación de las conversaciones internas.

 

Añadió que el FPLP y otros grupos están realizando sus máximos esfuerzos para lograr la unidad nacional, y que el FPLP se reunió con dirigentes de Hamas y de Fatah y les ha proporcionado los nombres de los presos políticos en poder de Hamas en Gaza y de Fatah en la Ribera Occidental, pidiendo su liberación.

 

Concluyó que la liberación de los presos será un gran avance para las conversaciones y podría llevar a resultados positivos.

 

Martes 08 de Julio de 2008

UN VÍDEO MUESTRA LA PALIZA DE UNOS COLONOS DE HEBRÓN A UN PALESTINO

 

Por Ricardo Mir De Francia, El Periódico de Catalunya - España

La brutal violencia de los sectores más extremos entre los colonos judíos asentados en Cisjordania volvió a quedar al descubierto este fin de semana. Un grupo de colonos detuvo el sábado a un palestino de 31 años en los montes del sur de Hebrón y, tras atarlo a un poste del teléfono, le dio una paliza durante 40 minutos. Parte de la secuencia fue grabada en vídeo por la organización árabe israelí de derechos humanos Taayush. Ataques de esta naturaleza suelen quedar impunes. Fuentes de la policía israelí informaron de la detención de dos colonos.

 

El vídeo comienza cuando un grupo de soldados acude al lugar del linchamiento. Mientras la víctima, Madahat Abú Kirash, está atada al poste en cunclillas, un colono discute con los militares. Instantes después, llega otro colono, vestido con atuendo religioso y kipá, se encara con un soldado y, tras empujarle, aprovecha para pisar al palestino en las costillas. Según el relato de Abú Kirash, profesor, todo empezó cuando se dirigía con varios agricultores a labrar sus campos en esta región de colinas pedregosas y pobreza extrema. En la distancia, observaron un incendio y, al acercarse para apagarlo, fueron atacados por cuatro colonos del asentamiento salvaje de Asael.

 

SIN APROBACIÓN OFICIAL

Salvaje es el adjetivo empleado por Israel para referirse a las colonias construidas sin aprobación oficial, más de un centenar. También las llaman ilegales para diferenciarlas del resto, a pesar de que todas son ilegales, según la ley internacional, al construirse en territorio ocupado y, en muchas ocasiones, en tierras expropiadas o robadas a sus propietarios palestinos.

 

“Me pegaron por todo el cuerpo durante 40 minutos, especialmente en la cabeza y el estómago”, relató la víctima al diario electrónico Ynet. De acuerdo con su versión, los soldados contemplaron la paliza desde lejos sin actuar y solo al final se acercaron.

Este tipo de agresiones son el pan de cada día en regiones como Hebrón, cuna de los colonos más radicales. El mes pasado, varios de ellos atacaron con bates de béisbol a dos ancianos palestinos y a sus sobrinos por dejar que su rebaño se acercara a los límites del asentamiento. Su violencia es tan habitual que varias oenegés internacionales se dedican a escoltar al colegio a los niños palestinos o a los campesinos durante la recolecta.

 

Los colonos envenenan pozos, talan olivares, asaltan a los escolares y agreden a los pastores. Tampoco se cortan cuando visitan la región diplomáticos extranjeros o políticos israelíes de izquierda. Hace unos días, tiraron cubos de agua hirviendo a una delegación de Meretz, el partido de la izquierda israelí. Esta violencia casi siempre queda impune.

 

Lunes 07 de Julio de 2008

LA SITUACIÓN DE LOS REFUGIADOS BEDUINOS EN CISJORDANIA

 

Por Comité Español de la UNRWA

Es difícil determinar el tamaño exacto de la población beduina. Las asociaciones de beduinos estiman que unos 50.000 de ellos viven en Cisjordania; muchos son refugiados aunque no todos están registrados con la UNRWA. Muchos beduinos aún llevan vidas seminómadas dentro de los confines de unas restricciones cada vez mayores impuestas por el ejército israelí y por las zonas de asentamientos. Otros han sucumbido o han optado por vivir en pueblos generalmente ubicados en la periferia de las áreas palestinas establecidas. Muchas comunidades beduinas se sienten aisladas y abandonadas por la sociedad media palestina y por los políticos, quienes no se están ocupando de sus problemas y necesidades.

 

En las siguientes líneas se destacan los principales problemas inmediatos que afectan actualmente a los refugiados beduinos, entre ellos la sequía y el precio de conseguir agua; la falta de pienso para los animales y su elevado precio; las limitaciones de las tierras de pastoreo; las órdenes de evacuación y demolición; la ausencia de centros sanitarios accesibles y la dificultad en los procedimientos relacionados con los servicios y registro de refugiados en la UNRWA. Asimismo, se detallan los problemas más urgentes dentro de ciertas comunidades de refugiados y las posibles estrategias de intervención que se han sugerido.

 

ENTORNO Y LOCALIZACIÓN

La mayoría de los refugiados beduinos en Cisjordania provienen de la región de Beer Sheva. Después del conflicto de 1948, se asentaron principalmente en los distritos de Hebrón, Belén y Jerusalén, así como en el valle de Jordán, especialmente en los alrededores de Jericó. Los beduinos se dividen en clanes, entre los que se incluyen los Jahalin, Rashayida y Qa’abneh, que a la vez se subdividen en pequeños subclanes familiares. Por ejemplo, el clan de los Jahalin se divide en las familias Abu Darok, Salamat y Saraya.

 

Los clanes y subclanes de beduinos siguen siendo comunidades muy cerradas, lo que supone una dificultad a la hora de recoger datos exhaustivos para las comunidades mixtas de clanes: los Mukhtars (jefes de un clan) no suelen colaborar o contar con los Mukhtars de los pueblos vecinos. Esta falta de un frente unido dentro de la comunidad beduina perjudica los intentos de conseguir ayuda y reconocimiento.

 

Las entrevistas con las comunidades beduinas se llevaron a cabo en las zonas de Ramadin (al sur de Hebrón, en las proximidades de la Línea Verde), Rashayida (Belén); al sur del desierto de Judea, en los alrededores de Ar Rawa’in; en el pueblo de Al Eizariya (Jerusalén); en Arab al Jahalin (entre los asentamientos de Ma’ale Adumim y Kedar); en el área de Abu Daros, en los alrededores de Al Jib y Beit Hanina; en el área de Mu’arrajat (entre Jericó y el pueblo de At Tayba); en Ras el Asin, cerca de Al Auja; en el pueblo de Fasayil en el valle de Jordán; y en los Zfin beduinos, en la llamada seam zone (aquellas tierras entre el Muro de Separación y la Línea Verde), cerca de Qalqiliya.

 

En las entrevistas con las diferentes comunidades beduinas, que se han centrado especialmente en las comunidades de refugiados, se refleja la necesidad de trabajar urgentemente en las siguientes áreas:

 

AGUA

Las comunidades que viven en el sur de Cisjordania, en especial al sur de Hebrón y sur de Belén en el desierto de Judea, se enfrentan a la peor sequía en una generación. Durante el invierno de 2005-2006, hubo escasas precipitaciones en estas zonas ya de por sí áridas; en la actualidad la mayor parte de los pozos del pueblo están vacíos o se encuentran a menos del 20% de su capacidad habitual.

 

El consejo del pueblo de Um Ad Daraj-Az Zuweidin, ubicado en el desierto de Judea al sureste de Hebrón, declaró que en abril de 2006 los pozos del pueblo tenían 30mm de precipitaciones y que la media anual tenía que haber sido de 150 mm. A causa de esto actualmente las comunidades beduinas que viven al sur de Cisjordania se enfrentan a graves problemas con el agua.

 

Muchas comunidades no cuentan con sistemas de canalización por lo que el agua tiene que comprarse y transportarse en camiones cisterna, una medida cara e insostenible debido a su precio: 5 shékels por metro cúbico. Para pagar el agua, las familias tienen que vender su ganado, lo que reduce el número de sus bienes, o comprar a crédito. Sin embargo, muchas comunidades se encuentran actualmente tan consumidas por la deuda que los proveedores están negando los servicios hasta que no se hayan efectuado todos los pagos. Los beduinos del pueblo de Ramadin con los que se ha hablado estiman que cada familia tiene una media de 2.000 dínares jordanos de deuda.

 

Las comunidades también han perdido muchos animales debido a la sequía. En febrero de 2006, los beduinos de Abu Mousa, al sur de Ar Rawa’in en el desierto de Judea, perdieron entre 5 y 6 corderos al día debido a las extremas condiciones del tiempo. Esto se vio empeorado por el hecho de que algunos beduinos, principalmente refugiados en esta región, fueron apartados de las tierras de pastoreo por el ejército israelí durante la época de parición de las ovejas.

 

Los efectos de la sequía no sólo afectan a los beduinos y a los refugiados, sino a todos aquellos que dependen de la tierra, incluyendo miles de personas que viven en las cuevas y los fellahin (agricultores) de la zona. Tan graves son los problemas que muchos están considerando vender todos sus rebaños y abandonar su vida seminómada, clara señal de la desesperación de las comunidades. Se necesita ayuda urgentemente. Las comunidades no pueden permitirse comprar agua al precio de mercado y necesitan cierta ayuda económica como apoyo al dinero con el que viven.

 

Todos los refugiados con los que se han mantenido conversaciones en las comunidades de Ramadin; Arab Ar Rashayida; Ar Rawa’in al sur del desierto de Judea; las zonas de Hathaleen y Hameeda An Najeda; Al Eizariya; Bir Nabala; Ras al Ein; Jericó y Fasayil, han manifestado la urgente necesidad de ayuda con el agua.

 

PIENSO PARA ANIMALES

La sequía ha llevado de nuevo a la escasez de tierras de pastoreo, especialmente en la zona sur de las montañas de Hebrón y el desierto de Judea; como resultado, los beduinos tienen que comprar cantidades considerables de pienso que no pueden permitirse pagar. Al igual que sucede con la crisis para pagar el agua, las comunidades venden su ganado o compran pienso a crédito. De nuevo y es comprensible, algunos proveedores no quieren continuar vendiéndoles si no les pagan.

 

Algunas comunidades han abandonado sus tradicionales khirbets (pequeñas aldeas) y tierras de pastoreo, y se han ido al norte en busca de tierras de pasto naturales. Un ejemplo son los refugiados beduinos Abu Mousa, situados varios kilómetros al sur del pueblo de Ar Rawa’in. La comunidad, de entre unos 200-300 refugiados, vive normalmente todo el año en la zona de Immartadah, y aunque de forma regular se ven sometidos al hostigamiento del ejército israelí, confiscación de animales y demoliciones, han conseguido permanecer en la zona. Sin embargo, durante marzo de 2006, toda la comunidad emigró hacia Ar Rawa’in al norte, con la esperanza de encontrar tierras para pastar y un mejor acceso al agua, pues esta zona cuenta con canalizaciones. Esto supuso una carga mayor para la comunidad existente y causó rivalidad sobre el acceso a la tierra y servicios. Las tierras de pastoreo de esta zona no son mucho mejores que en el sur, y en abril de 2006 varias familias del área de Wadi Ghar del pueblo de Ar Rawa’in, metieron a sus animales en un camión (pagando 1.000 shékels por camión) y los transportaron a la región de Nablus en busca de tierras.

 

También existen casos de familias de otras zonas, como los Jahalin en el área de Al Eizariya, cerca del asentamiento de Ma’ale Adumim, que transportaron sus animales a la región de Nablus. Aunque esta es una medida cara y drástica, muchas familias piensan que no hay otra alternativa si quieren seguir con sus vidas seminómadas.

 

ACCESO A LA TIERRA, RESTRICCIONES Y DEMOLICIONES

Además del problema del acceso a tierras improductivas, las tierras para pastoreo se están viendo limitadas por el ejército israelí por la ampliación de los asentamientos y puestos militares ilegales. Esto añade más presión al estilo de vida beduino así como incrementa los efectos de la sequía. El ejército israelí ha declarado muchas áreas en el sur del desierto de Judea y valle de Jordán como zonas militares cerradas, aunque en la mayoría de los lugares no existen carteles que indiquen este estado.

 

Extensas zonas al sur y este del desierto de Judea se encuentran oficialmente prohibidas a los beduinos, aunque estos siguen utilizando muchas zonas como pasto cautelosamente, pues no tienen lugares alternativos donde acudir. Si se les descubre, pueden ser detenidos, su ganado confiscado y sus refugios demolidos.

 

Otras áreas tradicionales de los beduinos están siendo desalojadas para la ampliación de los asentamientos. Inextricablemente conectado a esto, se encuentra la política de demolición de las autoridades israelíes de todas las construcciones hechas sin permiso en el Área C.

 

ARAB AR RASHAYIDA Y SUR DEL DESIERTO DE JUDEA

En el pasado, los beduinos Rashayida que vivían en Arab ar Rashayida y las zonas al sur del desierto, tenían acceso libre a la zona sur del desierto de Judea, al sur de Ar Rawa’in hacia Rujm en Naqa y Ein Gedi. Sin embargo, durante los últimos dos años, el hostigamiento de las Fuerzas de Defensa de Israel ha aumentado y en el año 2005 se llevaron a cabo diversas demoliciones en las áreas de refugiados beduinos al sur de la antigua base jordana en Immartadah. Desde entonces los refugiados al sur del desierto de Judea han vivido con el temor constante de sufrir más demoliciones y se han desplazado de forma regular para evitar las patrullas itinerantes del ejército israelí.

 

Muchas familias del pueblo Ar Rawa’in solían pasar los meses de invierno en Wadi Ghar, pero en noviembre de 2005 el ejército israelí dio órdenes de evacuación a varias familias. En enero de 2006 cuatro viviendas de familias beduinas fueron demolidas, y además se mató a varios de sus animales y se confiscaron varias de sus herramientas. Otras familias se arriesgaron a permanecer en el valle hasta que en abril de 2006 tuvieron que marcharse debido a la aridez de las tierras. Varias de estas familias se desplazaron a las áreas de Nablus, otras a Ar Rawa’in.

 

AT  GIGA

El aislado pueblo de At Giga ubicado a 4km al sureste de Hameeda An Najada y cercano a la Línea Verde también ha sufrido demoliciones recientemente. El pueblo lo componen 30 familias de las cuales doce son refugiadas registradas. El pueblo se encontraba antiguamente en Israel pero en 1948 fue desarraigado por completo y desplazado 400 m hacia el interior de Cisjordania. Hace tres años, el ejército israelí demolió por completo el pueblo, pero los aldeanos han vuelto y reconstruyeron sus casas en la zona.

 

Desde la reconstrucción de cada edificio, incluyendo la escuela y la mezquita, se han recibido órdenes de demolición. Las últimas se recibieron en abril de 2006 y ahora las familias viven con el constante temor de sufrir las demoliciones en cualquier momento. En la actualidad, muchos beduinos llevan a pastar a sus animales a Israel, pues tienen acceso limitado en Cisjordania, pero son conscientes de que si se descubren los rebaños, estos serán confiscados.

 

REFUGIADOS EN LA BARRERA DEL ASENTAMIENTO DE KARMEL

Unos 100 refugiados beduinos registrados en la UNRWA viven cerca de la barrera del asentamiento de Karmel, frente a la carretera 317. Todos ellos son miembros de la familia Il Hadeel y en junio de 2005 recibieron órdenes de demolición de varios de sus refugios. Si las demoliciones se llevan a cabo, siete familias de refugiados, sumando un total de entre 35 y 40 personas, se quedarán sin hogar. El caso está actualmente en manos de los tribunales. Esta familia ha vivido aquí desde 1948, y proviene originalmente de Arad.

 

Existen aproximadamente veinte órdenes de demolición, recibidas a principios de 2005, en las cercanas áreas de Hameeda An Najada y Khashem Ad Daraj-Hathaleen. La zona alberga un total de unos 4.000 beduinos, parte de ellos refugiados y otra parte no refugiados, ambos grupos enfrentándose tanto a los problemas de las demoliciones como a los problemas con el agua y el pienso para animales mencionados anteriormente.

 

ÁREA DE AL EIZARIYA

La comunidad beduina de Al Eizariya ha sufrido desplazamientos y demoliciones debido a la ampliación del asentamiento de Ma’ale Adumim y la construcción de la barrera. Unas 250 familias beduinas, todas ellas refugiadas y la mayoría registradas, viven ahora en “al Jabal”, en las afueras de El Eizariya.

 

Anteriormente en 1997, sin previo aviso, el ejército israelí demolió las casas y construcciones de 35 familias beduinas Salamat-Jahalin que vivían de la tierra, y que ahora es Ma’ale Adumim. El ejército israelí llegó una mañana, acordonó la zona y transportó las posesiones de los beduinos a “al Jabal”. Los beduinos se negaron a desplazarse y pasaron nueve noches durmiendo en el suelo mientras un abogado israelí llevaba el caso a los tribunales. El tribunal sentenció que el ejército israelí no podía desplazarles sin encontrar antes unas tierras alternativas. El ejército israelí se vio obligado a negociar con los beduinos y como consecuencia se acordó una oferta de compensación.

 

Cada familia recibió entre medio y un dunum y medio (unidad de superficie equivalente a 1.000 m2), de tierra y entre 15.000 y 38.000 shékels dependiendo del tamaño de la familia, para reubicarlas en “al Jabal”, una pequeña montaña entre el pueblo de El Eizariya y un vertedero cercano. Las 35 familias, todas refugiadas y la mayoría registradas en la UNRWA, se desplazaron a este lugar entre 1999 y 2000 después de haber recibido las compensaciones. Desde entonces más familias beduinas que viven en los alrededores han recibido órdenes de evacuación y demolición para dejar sitio a la ampliación de Ma’ale Adumim, y ahora 250 familias, las últimas llegadas en 2003, se encuentran hacinadas en las tierras de “al Jabal”. La montaña está atestada y no hay espacio para guardar los animales, por lo que muchas familias tienen que vender su ganado y buscar trabajos de baja categoría en los asentamientos o pueblos cercanos.

 

La propiedad de la tierra es un problema de gran importancia. Según las autoridades israelíes, la tierra que se dio a los beduinos, en arrendamientos a 98 años, era tierra del Estado. Sin embargo, los habitantes de Abu Dis la reclaman como suya, aunque no poseen documentos que lo prueben ante un tribunal. A los Jahalin les preocupa que cuando se termine la barrera alrededor del asentamiento de Ma’ale Adumim se encontrarán en la zona cisjordana y entonces las familias Abu Dis reclamarán su tierra y serán de nuevo desplazados, pero esta vez sin ninguna compensación.

 

Además de este desplazamiento, en septiembre y octubre de 2005, otras 140 familias (55 pertenecientes al clan Salamot y 85 al clan Sayara) recibieron órdenes de evacuación de las tierras entre “al Jaba” y Ma’ale Adumim, y entre los asentamientos de Ma’ale Adumim Kedar eb Wadi Abu Hindi. Todas las familias son refugiadas aunque no todas ellas están registradas en la UNRWA. Un abogado israelí ha aceptado el caso en nombre de la comunidad y se han comenzado las negociaciones.

 

Las Fuerzas de Defensa de Israel quieren desplazar a las familias a otra montaña situada entre el vertedero y el pueblo de As Sawahira ash Sharqiya, pero los beduinos se niegan a ello porque las tierras pertenecen al pueblo de Sawahira y no habrá lugar suficiente para las nuevas casas, ni tierras para el pasto de los animales. Los beduinos no quieren ser como las familias que viven en las montañas, quienes se han visto obligadas a abandonar su tradicional forma de vida y cambiar a un estilo de vida semi-urbano.

 

El ejército israelí ha propuesto otra opción: reubicar a las familias en las tierras entre Mishor Adumim y Jericó. Esta zona se encuentra lejos de otros pueblos y comodidades y las tierras de pastoreo se verían limitadas por la carretera 1 y la base militar al sur. Los beduinos no quieren aceptar una compensación de las autoridades israelíes y desean quedarse donde se encuentran actualmente, donde han vivido desde 1948.

 

Existen un total de 2.000 beduinos Jahalin, la mayoría refugiados registrados, en los alrededores de Ma’ale Adumim, y todos ellos se verán en algún momento desplazados por el ejército israelí a zonas fuera de la burbuja de Ma’ale Adumim. Actualmente están pagando un representante jurídico, pero resulta demasiado caro y están buscando ayuda exterior. Igualmente les gustaría conocer qué acciones tomará la UNRWA si se ven desplazados y qué nuevos servicios se establecerán en una futura localización especialmente si se encuentra muy lejana a los limitados servicios que ahora existen. También hay beduinos Jahalin que viven en la Ruta 1, cuya situación necesita una nueva evaluación.

 

EL PUEBLO DE FASAYIL

El 8 de febrero de 2006 el pueblo de Fasayil en el valle de Jordán sufrió varias demoliciones. Los beduinos, muchos de ellos refugiados, han vivido en este lugar desde la década de 1980, pero en los últimos dos años han sufrido de forma continua los hostigamientos el ejército israelí para desocupar la zona.

 

Algunos de los refugios recibieron órdenes de demolición entre 2003 y 2004, y en septiembre de 2005 el ejército israelí demolió los refugios de ocho familias en el mismo lugar. Aunque los reconstruyeron, en diciembre de 2005 el ejército israelí volvió y dieron a las familias 45 días para desalojar la zona. El 8 de febrero de 2006 llegó el ejército israelí y demolió las casas y refugios para los animales. Algunos de los beduinos desmantelaron sus propios refugios para evitar los destrozos del ejército israelí. Diecinueve familias se vieron afectadas, de las cuales ocho desmantelaron sus propios refugios para evitar que el ejército israelí destrozara sus otras posesiones. De las otras once familias, ocho eran beduinas refugiadas. Como algunas de las familias refugiadas estaban registradas en Belén y no en Jericó, no recibieron la ayuda de la UNRWA, lo que causó ciertos enfrentamientos entre las familias. Los refugiados han conseguido reconstruir algunos de los refugios en el mismo lugar, otros viven en tiendas y no tienen intención de marcharse de la zona, colindante con otros 200 beduinos aproximadamente que también han vivido en la zona desde la década de 1980.

 

ACCESO A CENTROS DE SALUD

Todas las comunidades de beduinos refugiadas con las que ha hablado la UNRWA han hecho hincapié en la falta de centros de salud y en la creciente necesidad de atención sanitaria dadas sus condiciones de vida cada vez peores, especialmente debido a la falta de suministros de agua tratada en muchas zonas. El personal sanitario con el que ha hablado la UNRWA ha venido notando un mayor aumento de las enfermedades producidas por el agua en mal estado, especialmente en las zonas periféricas. Se espera que durante los meses de verano, la salud de muchas comunidades empeore aún más.

 

Las grandes áreas de refugiados beduinos al sur del desierto de Judea carecen de centros de salud permanentes en sus alrededores y normalmente reciben el servicio de una clínica de la UNRWA o de las autoridades palestinas una vez a la semana o cada dos semanas. Esto es lo que ocurre en las zonas de Hameeda An Najada y Ar Rawain, y en la zona sur del desierto.

 

Los refugiados beduinos en el área de Al Eizariya están registrados en la UNRWA, pero en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y ahora que se ha construido la barrera, tienen graves problemas para acceder a los centros de salud; los beduinos refugiados en Mu’arrajat y Ras el Ein no tienen fácil acceso a estos servicios en ninguna dirección.

 

Todas las comunidades han pedido a la UNRWA que reconsidere su política de salud con respecto a ellos y que establezca más puntos de salud y clínicas móviles para las zonas más aisladas.

 

ÁREAS DE AT GIGA Y HAMEEDA AN NAJADA

At Giga se encuentra a 4 Km. al sureste de Hameeda An Najada, muy cercana a la Línea Verde. El pueblo alberga a 30 familias, de las cuales 12 son refugiadas registradas. No existen centros sanitarios. El punto más cercano es una clínica palestina móvil que pasa una vez a la semana durante solo 2 horas en Hameeda An Najada. En el pueblo vive un hombre refugiado que está paralizado de cuello hacia abajo y necesita atención médica constante. Depende de la buena voluntad de los otros vecinos para que le lleven al centro de Yatta. También necesita urgentemente una silla de ruedas. Serían de gran ayuda en esta región las visitas del equipo sanitario móvil de la UNRWA.

 

El incidente acontecido el 2 de marzo de 2006 refleja la necesidad de instalaciones sanitarias en esta zona, cuando una mujer mayor refugiada fue atacada cerca de su casa por personas del asentamiento de Karmel, al lado de la valla que separa el asentamiento. En el incidente, a la mujer le rompieron una pierna y aunque el ejército israelí estaba cerca, nadie le ofreció ayuda médica. Unos niños la llevaron arrastrando hasta su casa y un vecino la llevó en coche hasta el centro de salud de Yatta.

 

Se suma a lo anterior la falta de centros de salud en los pueblos vecinos de Najada, Hathaleen, Um Malhere y Zuweidin, todos ellos con poblaciones de refugiados parciales que están sufriendo gravemente por los efectos de la sequía. Las clínicas de las autoridades palestinas de estos pueblos solo abren una vez a la semana durante un par de horas. Fuera de este horario los habitantes de los pueblos, más de 4.000 personas, tienen que desplazarse hasta Yatta para recibir asistencia sanitaria, y para ello tienen que pasar el asentamiento y cruzar la carretera 317, lo que resulta un problema y continuará siéndolo hasta que se coloque la barrera en esta carretera.

 

ÁREA DE AL EIZARIYA (JERUSALÉN)

En su mayoría los beduinos de Al Eizariya, que suman varios miles en total y muchos de ellos refugiados en la UNRWA, están registrados para recibir asistencia sanitaria en la Vieja Ciudad de Jerusalén. Sin embargo, con la construcción de la barrera alrededor de Jerusalén, es difícil acceder a estos servicios. Recientemente el ejército israelí ha prohibido entrar a varias mujeres que intentaban cruzar la barrera para ir al centro de salud. Ahora las familias tienen que pagar por asistencia sanitaria que no pueden permitirse, lo que resulta una carga extra a las ya difíciles condiciones en las que viven, especialmente debido a la sequía de este año y los gastos extras para pagar el pienso de los animales y el agua.

 

La comunidad pidió que el equipo sanitario móvil de la UNRWA visite las zonas beduinas que se encuentran alrededor del pueblo de Al Eizariya y los asentamientos de Ma’ale Adumim y Kedar hasta que se pueda llegar a una solución permanente como son los puntos de salud.

 

ÁREAS DE MU’ARRAJAT Y RAS EL EIN

El área de Mu’arrajat ubicada a lo largo de la carretera 409 entre el pueblo de At Tayba y Jericó la componen varias zonas separadas de beduinos refugiados. La mayor parte de las familias pertenece al clan Qa’abneh y están registradas en Jericó, Ramala o la Vieja Ciudad de Jerusalén. No existen centros de salud cercanos, y aquellos que se encuentran registrados en Jerusalén tienen los mismos problemas que los beduinos de Al Eizariya, con la carga añadida de la distancia y más puntos de control militares, que también suponen un problema para los que se dirigen a Ramala o Jericó.

 

Las áreas beduinas de Ras El Ein cuentan con una mayoría de refugiados principalmente registrados en Jericó o Ramalá. Sin embargo, no pueden abandonar la zona sin pasar antes por el punto de control de Yitav, por lo que a menudo tienen problemas en el control de An Nuwei’ma cuando intentan entrar en Jericó. La alternativa es un centro de salud privado en Al Auja. El acceso a la asistencia sanitaria es un gran problema para las comunidades de estas áreas; las visitas de centros de salud móviles podrían ser parte de la solución.

 

EDUCACIÓN

La mayoría de las áreas beduinas que se han visitado cuentan con escuelas y la mayor parte de los niños refugiados asisten a las instalaciones disponibles. Sin embargo, con frecuencia las distancias a las escuelas son agotadoras, especialmente para los más pequeños, y en general no existen medios de transporte o tiene que contratarse un medio privado.

 

Los niños del pueblo de At Giga (al sur del desierto de Judea) caminan 4km cada día por terrenos irregulares pues no existe medio de transporte. Los niños de primaria se quedan en el pueblo pero la escuela construida recientemente tiene una orden de demolición y si se lleva a cabo estos niños también tendrán que caminar largas distancias para ir a otra escuela.

 

Los niños beduinos de las áreas de Ras El Ein asisten a la Escuela Básica de la UNRWA en Al Auja y cada día tienen que pagar un taxi que les lleve. Sin embargo, todos los días el mini bus sufre retrasos en el punto de control de Yitav y los niños llegan tarde con frecuencia. El transporte es caro y en el autobús los niños van hacinados. Debería estudiarse el problema del transporte escolar para los niños refugiados beduinos, especialmente hacia las escuelas de la UNRWA.

 

Los niños beduinos refugiados que van a escuelas donde son una minoría, a menudo tienen problemas para integrarse y ser aceptados por los otros niños. Esto conlleva una alta tasa de abandono escolar en estas zonas. Un ejemplo de esto son los niños beduinos Salfit: 10 de ellos iban a la escuela palestina en Salfit, pero ahora tienen una pequeña escuela privada montada en una tienda en su propia comunidad. Aunque reciben fondos privados, actualmente esta situación no es sostenible y se necesita una solución alternativa para los niños. Muchos niños beduinos refugiados necesitan ayuda para integrarse en el nuevo sistema escolar establecido.

 

REGISTRO DE REFUGIADOS

 

ZFIM

En la zona interior entre el Muro y la Línea Verde (la llamada seam zone), al norte de Qalqiya, viven 100 beduinos refugiados, entre el muro y el asentamiento de Zfim. Son la familia Jihadmi, originarios del área de Ramadin. Esta área es oficialmente conocida como Arab ar Ramadin ash Shamali y estos beduinos son parientes de los que viven en el otro lado, justo al sur del punto de control de la Línea Verde de Jaljoulia en Arab ar Ramadin al Janu y Arab Abu Farda.

 

Cada viaje a la oficina de la UNRWA en Nablus les cuesta a los refugiados 50 shékels, y pueden tardar hasta cuatro horas debido a los puntos de control. Por esto se estima que un 25% de la población refugiada de Zfim no está registrada. Sería muy útil si se pudiera concertar una reunión con un representante en Qalqiliya para intentar solucionar este problema.

 

FASAYIL – VALLE DE JORDÁN

Como se ha indicado en el apartado anterior sobre las demoliciones, el 8 de febrero de 2006 el ejército israelí demolió varios refugios de beduinos refugiados en Fasayil por estar construidos ilegalmente en las tierras del Área C, aunque la comunidad llevaba viviendo allí desde la década de 1980.

 

HOSTIGAMIENTO DE LOS ASENTAMIENTOS

Existen una serie de problemas para los beduinos relacionados con las gentes de los asentamientos: muchas zonas de refugiados beduinos se encuentran en los alrededores por lo que el acceso se ha visto limitado o se ha vuelto peligroso debido a la presencia de los asentamientos y los puestos militares ilegales. Un ejemplo de esto es el área de Om il Hair cerca de la barrera del asentamiento de Karmel.

 

REFUGIADOS EN LA BARRERA DEL ASENTAMIENTO DE KARMEL

Los refugiados beduinos en esta zona solían vivir de la tierra que ahora es el asentamiento. Fueron desahuciados en la década de 1980. Desde entonces se han visto sometidos a hostigamientos continuos y despiadados, amenazas y abusos físicos. El incidente más reciente ocurrió el 2 de marzo de 2006 cuando una mujer mayor, una refugiada registrada en la UNRWA, fue atacada físicamente por miembros del asentamiento, quienes le rompieron la pierna mientras caminaba cerca de su casa. Estas personas sólo pararon cuando llegó el ejército israelí e intervino. Se presentó una denuncia en la policía israelí, pero como suele ser habitual, no se ha recibido ninguna respuesta y sin duda no se actuará contra los atacantes. En 2005 miembros del asentamiento de Karmel robaron veinticinco ovejas; también ha aumentado recientemente el número de asaltos. El objetivo de estas personas es incorporar las tierras beduinas a la extensión del asentamiento.

 

Lunes 07 de Julio de 2008

SABRA-CHATILA. SUPERVIVIENTES OLVIDADOS

 

Por Mikel Ayestarán, ABC Madrid - España

“Nos obligaron a estar de pie sobre los cadáveres de nuestros propios vecinos. Mi hermana quiso tapar mis ojos, pero un soldado se lo prohibió porque querían que viéramos lo que estaba ocurriendo”. Amina Sakaa es una superviviente de la matanza de Sabra y Chatila. Nunca olvidará aquellos 16, 17 y 18 de septiembre de 1982 en los que la Falange Cristiana, con el consentimiento del Ejército de Israel, dirigido por el entonces Ministro de Defensa, Ariel Sharon, entró a estos dos campos de refugiados situados en Beirut y masacró a miles de personas.

 

No hay datos concretos sobre el número de muertos, de cuatrocientos, según los libaneses, hasta los cuatro mil que aseguran los palestinos. Como ocurre con todo en Líbano, en vez de recordar y buscar el perdón entre comunidades, se dedicó un parque a los caídos y punto y final, como si nada hubiera ocurrido en este suceso que Naciones Unidas reconoce como «genocidio».

 

Del mítico campo de Sabra sólo quedan los cuatro edificios del antiguo hospital Gaza, uno de los mayores logros de la Organización por la Liberación de palestina (OLP) hoy convertido en una verdadera colmena humana. Mil familias ocupan las habitaciones, quirófanos y demás instalaciones del centro. Hacinados, rodeados de basura, sin luz ni agua corriente, sobreviven como animales. Chatila, por su parte, mantiene su estatus de campo de refugiados y, según datos de Naciones Unidas, allí viven 8.370 personas registradas, y al menos otras tres mil sin control alguno.

 

El número de palestinos crece —ya son casi medio millón, más del diez por ciento de la población del Líbano—, pero ahora tienen menos espacio que en 1948, cuando los israelíes ocuparon sus casas y les echaron de su tierra. De los dieciséis campos originales, quedan doce. Tres fueron destruidos durante la guerra de los campos y recientemente, en la lucha entre el Ejército libanés y Fatah al Islam, Nahr al-Bared fue reducido a escombros. “Después de sesenta años, nuestras condiciones han empeorado. Somos más, pero no tenemos derecho a un solo metro cuadrado extra, ni a levantar nuevas casas en los campos”, lamenta el analista palestino, Gaby Jammal.

 

LEYES ESTRICTAS

La legislación libanesa es estricta respecto a los palestinos. Con la premisa de que “no se asienten y terminen olvidándose de que algún día volverán a su tierra”, aseguran diferentes abogados consultados, esta dureza se traduce en que no pueden desempeñar 82 oficios, no tienen derecho a comprar una casa, ni a formar una empresa o una ONG… Todo esto ha generado una situación de doble moral que emplean los libaneses para conseguir mano de obra cualificada a mitad de precio, o prestar sus nombres para que ciudadanos palestinos puedan emprender nuevos negocios. “He nacido en Líbano, pero nunca seré libanés. Soy médico, pero tengo que trabajar sin contrato, ni seguro, porque un palestino no puede ejercer la Medicina en Líbano. Así que el dueño del Hospital me paga menos que a un auxiliar de enfermería libanés. Aun y todo, es mejor que estar en los campos”, señala un doctor que prefiere mantener el anonimato.

 

La lista de empleos vetados a palestinos va desde ingenieros, médicos o abogados hasta porteros de edificios o asistentes de oficina, todo ello en nombre de la seguridad nacional. Una mujer libanesa casada con un hombre palestino no pasa la ciudadanía a sus hijos, sí a la inversa; los palestinos que quieren ir a la universidad deben pagar tasa más altas… “Los cristianos tienen miedo a que seamos ciudadanos de pleno derecho porque esto supondría la ruptura del equilibrio de sectas en el país. A nadie le importan los derechos humanos, es un juego político. Estamos en peor situación que los que viven en siria y Jordania”, se lamenta Bassam Jamil Hubeichi, director de la Organización palestina de Derechos Humanos en el campo de Mar Elías.

 

Privados del acceso al trabajo, sanidad y educación, los refugiados palestinos viven sumidos en la miseria, dependiendo de la ayuda internacional. La UNRWA (organismo de Naciones Unidas para el auxilio de los refugiados palestinos) estima que más del sesenta por ciento vive por debajo de la línea de pobreza. Las constantes denuncias, sin embargo, no han servido para mejorar sus condiciones de vida.

 

MILICIAS EN LOS CAMPOS

Los campos son como pequeños guetos, pero la presión social libanesa atraviesa sus límites. Aunque la mayoría es suní, los carteles y banderas que comparten espacio con las fotos de Arafat y los líderes de Hamás, son las de Hizbolá, la gran formación chií libanesa. Los rumores que apuntaban a un posible reclutamiento de milicianos palestinos para luchar del lado suní en la última confrontación entre gobierno y oposición, que acabó con la toma del Oeste de Beirut por parte del “Partido de Dios”, eran falsos. Hasán Nasralah es un héroe para los palestinos y Hizbolá un modelo para la resistencia frente a Israel, además de un importante apoyo económico para la maltrecha economía de los refugiados. Las fotos del clérigo están en cada calle de Chatila, un campo situado a apenas unos minutos caminando de Dahia, el auténtico feudo chií del país.

 

“La clave está en no volver a las armas, no cometer los errores de los ochenta cuando Arafat y sus hombres controlaban el país. Lo que hoy sufrimos es consecuencia de aquello”, asegura el nuevo responsable de seguridad de un campo que hoy es un modelo para el resto porque ha logrado confeccionar patrullas de seguridad internas compuestas por miembros de todas las facciones palestinas.

 

Ni la Policía, ni el Ejército libanés tienen acceso a los campos. La seguridad es competencia estricta de los propios palestinos, que debido a la extrema pobreza se enfrenta ahora también al narcotráfico y a la llegada de grupos extremistas cuyas ideas calan rápidamente entre una juventud desanimada por el futuro que les espera en Líbano, tal y como ocurrió en Nahar al-Bared. Sesenta años después de su expulsión de palestina y veintiséis años después del genocidio de Sabra y Chatila, los palestinos siguen transmitiendo de generación en generación el sueño de la vuelta a casa, un sueño que se convierte en pesadilla en cada campo de refugiados

 

Lunes 07 de Julio de 2008

LAS DIFICULTADES PERSISTEN EN LOS TERRITORIOS PALESTINOS OCUPADOS: LAS TRABAS ISRAELÍES IMPIDEN QUE LA ECONOMÍA CISJORDANA DESPEGUE

 

Por Ricardo Mir de Francia, El Periódico de Cataluña, España

• El Ejército ha erigido 607 barreras en un territorio similar a Tarragona provincia

• Occidente solo ha entregado el 10% de la ayuda prometida para reforzar a Abbás

 

Al poner el pie en Ramalá, la capital administrativa de la Cisjordania palestina, se aprecia un aparente dinamismo económico. Desde la conferencia de Annápolis, que relanzó el proceso de paz con Israel en noviembre del 2007, se han abierto algunos bares y se están construyendo miles de viviendas, tres hospitales y un parque. Pero es una impresión engañosa, según Mohammed Shtayye, presidente del Consejo Económico Palestino de Desarrollo y Reconstrucción. “Solo crece el sector inmobiliario porque es el único negocio seguro. El resto de los proyectos son anteriores a Annápolis”, afirma.

 

A su juicio, hay un abismo entre la realidad y los vaticinios de desarrollo proyectados por Occidente en Annápolis y sus ramificaciones financieras -la conferencia de donantes de París y la de inversores de Belén-. “Las tres son círculos interrelacionados. París y Belén se hicieron asumiendo que habría progreso político, pero al no haberlo, las inversiones privadas no llegan”. Tampoco lo ha hecho al ritmo esperado el dinero de los donantes. De los 5.100 millones de euros a tres años prometidos en París, solo ha llegado a Ramalá un 10%, y todo se ha destinado al pago de los funcionarios de la Autoridad Nacional palestina. Ni un céntimo ha ido a proyectos.

 

El gran problema de la economía palestina sigue siendo, según el Banco Mundial, las restricciones al movimiento de personas y mercancías impuestas por Israel. Solo en la Cisjordania ocupada, equivalente en tamaño a la provincia de Tarragona, hay 607 controles y barreras, una cifra en aumento desde Annápolis.

 

BARRERAS QUE FRAGMENTAN

Estos controles desconectan ciudades de pueblos y junto a los asentamientos, las carreteras para colonos y las bases militares, fragmentan el territorio. Para comerciar con Israel, destino del 90% de la producción palestina, hay que esperar horas y vaciar las cargas de los camiones, un proceso que dispara los costes.

 

Tampoco es fácil exportar al extranjero. Las mercancías palestinas esperan días y semanas en los puertos israelíes para superar las inspecciones y el papeleo burocrático. La cervecera Taybeh ha optado por dejar de exportar. “Hemos rechazado contratos de Canadá, EE.UU. y Sudáfrica porque nos hacen la vida imposible en las aduanas”, asegura Maria Khoury en la fábrica familiar.

 

Siete meses después de Annápolis, donde se prometió revitalizar la economía cisjordana para reforzar al presidente Abbás y demostrar en Gaza los beneficios de apoyar a los moderados frente a los radicales de Hamás, los resultados son descorazonadores. El crecimiento no supera el 1% del PIB y el paro solo ha bajado dos décimas, hasta situarse en el 19%. Únicamente ha reflotado el turismo “al aumentar la percepción de seguridad en el extranjero”, según el empresario hostelero Elías Elharja.

 

La empresa privada aguarda algún gesto de Israel, tras el optimismo generado por el foro de inversores de Belén que promovió Tony Blair, enviado del Cuarteto. Allí se cerraron contratos por valor de 900 millones de euros, pero muchos siguen en cuarentena. “Israel niega el visado para regresar a varios empresarios extranjeros que acudieron a Belén”, dice Mohammed Shtayye.

 

Tampoco autoriza desde hace dos años la frecuencia de Wataniya, la segunda operadora de móviles palestina. En juego están 2.500 empleos. Ni siquiera despegan los proyectos abanderados por Blair: un parque agroindustrial en Jericó y otro industrial en Yenín.

 

Domingo 6 de Julio de 2008

¿HABRÁ O NO HABRÁ?

 

Por Juan Gelman

¿Guerra con Irán? Los “halcones-gallina” la quieren antes de que W. Bush termine su mandato, en enero del 2009. Pese a las genuflexiones de Obama ante el Comité estadounidense-israelí de asuntos públicos (AIPAC, por sus siglas en inglés), el poderoso lobby pro-Israel no le cree mucho. Tampoco Tel Aviv y las dos instancias actúan como pinza para que el ataque se produzca. Durante su disputa con Hillary Clinton por la candidatura del Partido Demócrata, el probable futuro presidente de EE.UU. habló de reunirse con el presidente iraní para zanjar las diferencias mediante negociaciones diplomáticas. Corrido abruptamente al centro, Obama ha atenuado no poco tal posibilidad, pero lo dicho, dicho está. Y, se sabe, la confianza mata al hombre.

 

La fuerza aérea israelí llevó a cabo el mes pasado una maniobra masiva sobre el Mediterráneo oriental y Grecia, que sería el simulacro de un bombardeo a Irán. El mismo día en que el New York Times publicaba esta información –20 de junio—, el primer ministro de Israel Ehud Olmert se reunía secretamente con el coronel (R) Aviam Sela. Este aviador no es cualquier aviador: fue el cerebro de la operación que destruyó el reactor nuclear iraquí de Osirak en 1981. Según fuentes israelíes, Olmert habría consultado a Sela sobre la posibilidad de un operativo similar contra Irán (Ma’ariv, 22-6-08). No sorprende: en su discurso ante el AIPAC, Olmert llamó a “la comunidad internacional” a tomar “medidas drásticas” contra Irán (www.mfa.gov.il, 3-6-08). El viceprimer ministro israelí Shaul Mofaz fue más lejos: señaló que el ataque contra Irán es “inevitable” (Reuters, 6-6-08).

 

La razón que se esgrime es siempre la misma, pero ahora se cocina con carbones de histeria: Tel Aviv proclama que Irán poseerá bombas nucleares en un par de años y que es imprescindible impedirlo, aunque los 16 servicios de Inteligencia norteamericanos han coincidido en que Teherán cesó su programa de producción de la bomba en el año 2003. Pero una cosa fue destruir un reactor nuclear en Irak –un solo blanco– y otra muy distinta bombardear las dispersas y subterráneas instalaciones nucleares iraníes. Israel necesita la intervención de su socio mayor, EE.UU., y del tema se ocupa el AIPAC junto con el vicepresidente Dick Cheney. Por lo pronto, la Casa Blanca aumentó en 170.000 millones de dólares la ayuda militar a Tel Aviv. Y el lobby pro-israelí está trabajando duro para que el Congreso apruebe la imposición de un bloqueo naval a Irán.

 

Se trata del proyecto de resolución 580 del Senado y 362 de la Cámara de Representantes, cuya aprobación el AIPAC y Tel Aviv consideran decisiva. La medida cuenta ya con el patrocinio de 30 senadores y de 220 representantes de los dos partidos. Su texto es hipócrita: proclama que “nada de esta resolución se entenderá como una autorización para llevar a cabo una acción militar”, pero declara que el Congreso solicita al presidente “que encabece un esfuerzo internacional para aumentar inmediata y dramáticamente la presión sobre Teherán a fin de que suspenda de manera verificable sus actividades de enriquecimiento de uranio, entre otras cosas prohibiendo la exportación de productos petroquímicos a Irán” (www.govtrak.us/congress, 2-6-08).

 

Teherán anunció que, en el caso de un ataque, “actuaría definitivamente para imponer su control sobre el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz”, por el que pasa el 40 por ciento del petróleo que el mundo consume. La respuesta, que revela planes hechos, no se hizo esperar: el vicealmirante Kevin J. Cosgriff, comandante de la 5ª Flota de EE.UU. con base en Bahrein, vociferó que al Estrecho “no lo van a cerrar (los iraníes)”. No se les permitirá que lo cierren. Nuestro control del Golfo Pérsico y del Estrecho de Ormuz sería una de nuestras acciones” (AFP, 30-6-08). La guerra, pues.

 

Está claro que EE.UU. no sólo quiere petróleo: su objetivo es, además, geopolítico, imperial. Los conservadores “realistas” y no pocos jefes del Estado Mayor Conjunto se han opuesto a la aventura iraní: temen que el conflicto se regionalice, que se multipliquen los atentados terroristas en suelo estadounidense y/o contra los intereses de EE.UU. en el exterior y, sobre todo, saben que el precio del oro negro se irá a las nubes –aumentó un 50 por ciento en lo que va del 2008– y que podría llegar a los 200 dólares por barril y más. También seguirá subiendo el descontento del pueblo norteamericano por el encarecimiento de la gasolina y de los productos de primera necesidad: un sondeo de Los Ángeles Times/Bloomberg reveló que el 70 por ciento de los interrogados sufre graves problemas financieros y que más del 80 por ciento culpa a la Casa Blanca de no haber hecho lo debido para solucionarlos (www.calendarlive.com, 25-6-08).

 

El fenómeno más curioso –o no– es que la comunidad judía de EE.UU., que el AIPAC dice representar, se opone sin medias tintas a una acción militar contra Irán. La última encuesta sobre el tema es la de USA Today/Gallup y muestra que el 73 por ciento de los judíos estadounidenses se inclina por “los esfuerzos económicos y diplomáticos” para que Irán detenga su programa nuclear; sólo el 18 por ciento se pronunció a favor de una “acción militar” (www.pollingreport.com, 2/4-11-07). Tal vez estos resultados molestaron al AIPAC: desde noviembre del año pasado no se han vuelto a realizar encuestas similares.

 

Viernes 04 de Julio de 2008

A PROPÓSITO DE LA “SEGURIDAD DE ISRAEL”: NO, SEÑOR SARKOZY, LO QUE ESTÁ AMENAZADO ES LA SEGURIDAD DE LOS PALESTINOS

 

Por Silvia Cattori (www.silviacattori.net)/Rebelión

Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos

“Israel tiene derecho a defenderse”, esto es lo desde hace años oímos repetir hasta la náusea a todos los dirigentes de Europa y de Estados Unidos. Y ahora, con más insistencia aún, a Sarkozy. Durante su discurso del 23 de junio de 2008 ante el [parlamento israelí] Knesset, declaró: “Francia no transigirá nunca con la seguridad de Israel”. Lo que quiere decir de hecho es que Israel tiene derecho a agredir a quien le plazca (1).

 

¿Y la seguridad de los palestinos? ¿Cuál de estos dirigentes nos ha hablado alguna vez de garantizar la seguridad de los palestinos?

 

Sin embargo, ¡quienes viven en la inseguridad permanente son los palestinos (sin ejército ni Estado)! Entonces, en realidad, ¿quién amenaza a quién?

 

Las estadísticas publicadas por B’Tselem, el Centro Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados [2], indican claramente que desde el 29 de septiembre de 2000 (inicio de la segunda Intifada) al 31 de mayo de 2008 los israelíes han matado a 4.830 palestinos (de ellos 947 niños), mientras que durante el mismo periodo los palestinos han matado a 1.055 israelíes (de ellos 123 niños) en respuesta a los ataques mortales de los israelíes.

 

Así pues, en este largo periodo los palestinos representan el 82% de los muertos, esto es, 4.6 palestinos muertos por cada israelí.

 

El Departamento de Relaciones Nacionales e Internacionales de la OLP publicó unas cifras muy similares sobre las víctimas palestinas desde que se inició la segunda Intifada [3], indicando además que:

 

- 674 palestinos, de ellos 300 mujeres, habían sido asesinados en los denominados «asesinatos selectivos», es decir, ejecuciones extra-judiciales;

 

- unos 40.000 palestinos habían resultado heridos;

 

- 60.000 palestinos fueron secuestrados, 11.000 de los cuales continúan todavía detenidos en condiciones muy duras;

 

- 7.512 casas fueron completamente destruidas, bien con el pretexto de carecer de permiso de construcción, bien para la construcción del llamado muro «de separación».

 

Pero aún más terrible que estas cifras calculadas para el conjunto de este periodo es el espectacular empeoramiento del carácter violento y mortífero de la represión israelí desde la toma de control por parte de Hamas en Gaza en marzo de 2006.

 

Un artículo de Patrick O’Connor del 4 de noviembre de 2006 revelaba que “los palestinos, ya sometidos a una ocupación militar y a la aplastante violencia israelí, han sido asesinados a un ritmo de 26 palestinos por israelí muerto desde que Hamas tomó el poder el 29 de marzo de 2006 [491 palestinos frente a 19 israelíes], y de 76 palestinos por israelí desde el 1 de julio [381 palestinos frente a 5 israelíes]. Aunque los grandes medios de comunicación nos sigan hablando de un  «conflicto» entre «dos partes», en el curso de estos siete últimos meses lo que ha habido es pura y simplemente una masacre” [4].

 

Por consiguiente, teniendo únicamente en cuenta esta aritmética macabra (que no registra a los miles de inocentes masacrados por Israel durante su última guerra contra Líbano ni muestra todo el sufrimiento humano que hay detrás de cada una de estas cifras), es absolutamente inmoral hablarnos constantemente de la “seguridad de Israel” sin preocuparse nunca de la seguridad de los palestinos.

 

Y este discurso es tanto más inmoral cuanto que ¡los palestinos viven bajo la ocupación y que, además, a ellos también se les pide garantizar la seguridad de Israel!

 

¡Desde cuando se exige al ocupado garantizar la seguridad del ocupante!

 

¿Se les exigía a los resistentes franceses (calificados de “terroristas” por los nazis) que garantizaran la seguridad del ocupante alemán?

 

Ahora bien, declarando durante su visita a Mahmoud Abbas en Belén, “que podía comprender el estado de ánimo de las familias israelíes que viven con el temor en el vientre” y que “la seguridad estará mejor garantizada cuando los palestinos tengan un Estado” [5], Sarkozy ha demostrado muy claramente que lo único que le preocupa es la seguridad del ocupante: los palestinos sólo tienen derecho a cierta consideración en la medida en que contribuyen a esa seguridad.

 

Sarkozy fue incluso más lejos. Sus palabras suenan a una negación del derecho de los palestinos a resistir a la ocupación (derecho que, sin embargo, reconoce el derecho internacional) y a una apología de la colaboración con el ocupante: “lo que garantizará la perennidad y la seguridad del Estado de Israel con la que me he comprometido (es el combate político de toda mi vida) es la creación de un Estado palestino dentro de sus fronteras, democrático, moderno, en el que habrá hombres como Mahmoud Abbas u otros, pero hombres como él traídos por las urnas y no por las armas, donde no habrá más que una autoridad para hacer reinar la autoridad, el ejército palestino y no las milicias o una banda terrorista” [6].

 

¡Cuando todo el mundo sabe que Hamas llegó al poder precisamente por medio de un escrutinio perfectamente democrático cuyos resultados Estados Unidos y la Unión Europea se las han ingeniado para torpedear, estas palabras son un auténtico insulto al pueblo palestino y a la verdad pura y simple!

 

Ni la ocupación continua de los territorios palestinos ni las masacres que Israel ha perpetrado ahí ni la política de apartheid practicada por el Estado de Israel [7] han impedido a Sarkozy, ante el Knesset:

 

- declarar que se sentía honrado de poder dirigirse a esta “Asamblea que es el símbolo de una de las democracias más auténticas del mundo”;

 

- afirmar su “admiración por estas mujeres y hombres excepcionales que querían un Estado en el que estuviera garantizada "una completa igualdad de derechos sociales y políticos para todos los ciudadanos, sin distinción de creencia, raza o sexo"”;

 

- asegurar que “no hay ningún otro país en el mundo cuya propia existencia esté hasta ese punto ligada a la afirmación de un ideal de justicia y de una voluntad de vivir en paz” [8].

 

Estas palabras son totalmente contrarias a la verdad.

 

Sin embrago, ¡nuestros dirigentes se dan codazos para clamar a porfía que hay que garantizar la “seguridad de Israel”!

 

Y también los medios de comunicación convencionales siguen acreditando la idea de que son los israelíes quienes están amenazados y de que es ellos a quien hay que “proteger”.

 

La perversión del lenguaje siempre ha sido un arma eficaz de propaganda y de lavado de cerebro. Así, la agresión permanente se convierte en “el derecho a defenderse”; los resistentes que defienden a su pueblo contra los agresores israelíes se convierten en “terroristas”, en “activistas” o en “extremistas”, es decir, en una categoría deshumanizada contra la que se puede tirar a matar; un Estado que practica abiertamente el apartheid se convierte en “una de las democracias más auténticas del mundo”.

 

Lo único que hay que hacer entonces es repetir machaconamente el mensaje. Ya lo dijo Joseph Goebbels, el siniestro organizador de la propaganda del III Reich: basta con repetir constantemente una mentira para convertirla en verdad y cuanto mayor es la mentira, mejor funciona.

 

Notas:

 

1] Véase: “Discours de M. le président de la République à la Knesset”, lunes 23 de junio de 2008, página web de la presidencia de la República Francesa.

[2] Véase: http://www.btselem.org/english/Statistics/Casualties.asp.

[3] Véase: “The second Intifada: 4950 Palestinians killed including 945 children”, Ameen Abu Wardah - IMEMC News, 18 de octubre de 2007.

[4] Véase: “Israel’s Large-Scale Killing of Palestinians Passes Unreported”, Patrick O’Connor, The Electronic Intifada, 4 de noviembre de 2006.

Véase también el comentario del artículo antes mencionado hecho por Nidal con el título de “L’assassinat sous forme de tableau Excel”, tokborni.blogspot, 5 de noviembre de 2006.

[5] Véase: “VISITE D’ETAT EN ISRAEL ET DANS LES TERRITOIRES PALESTINIENS, CONFERENCE DE PRESSE CONJOINTE DU PRESIDENT DE LA REPUBLIQUE, M. NICOLAS SARKOZY, ET DU PRESIDENT DE L’AUTORITE PALESTINIENNE, M. MAHMOUD ABBAS - PROPOS DE M. SARKOZY – (Belén, 24 de junio de 2008)”.

[6] Véase nota 5.

[7] Véase: “Omar Barghouti: Aucun État n’a le droit d’exister comme État raciste”, par Silvia Cattori, silviacattori.net, 6 décembre 2007, http://www.silviacattori.net/article344.html. Versión en castellano “Omar Barghoutti: Ningún Estado tiene derecho a existir como un Estado racista”.

“Le Comité de l’ONU exhorte Israel à retirer sa loi sur la citoyenneté, à démanteler le Mur, à lier le Fonds National Juif aux principes antidiscriminatoires et à reconnaître les villages non reconnus”, Centro jurídico Adalah – Boletín de Adalah - Volumen 34, Marzo de 2007.

“A propos d’Israel, saviez-vous que...”, par Haitham Sabbah, 30 de octuobre 2007.

[8] Véase nota 1.

 

Jueves 3 de Julio de 2008

A 60 AÑOS… RECORDANDO LA CATÁSTROFE PALESTINA

 

Por Shuruk Duqqa* - Indymedia - Venezuela

Todos los años en el mes de mayo, los palestinos recuerdan su desplazamiento forzado y la desposesión de sus tierras (al-Nakba = la catástrofe) resultado del establecimiento del Estado de Israel hace 60 años, y piden que se implemente el derecho de los refugiados a volver a sus casas y a que se les restablezcan sus propiedades según el derecho internacional y la resolución 194 de la Asamblea General de Naciones Unidas.

 

MENTIRA

Israel ha vivido insertando una mentira a la humanidad, especialmente a su comunidad de judíos-sionistas diciendo que los palestinos en 1948 decidieron por ’voluntad propia’ retirarse del país. Esta frase por muy simple que parezca es la que ha mantenido a miles de judío-sionistas con la conciencia ’tranquila’. Pero cómo pensar que esto es cierto cuando millones de palestinos lucharon contra amenazas, torturas, humillaciones y demás barbaries por permanecer en SU PAÍS y resistir como resisten desde hace más de 60 años y lo continúan haciendo; no sólo en la misma palestina, sino en diversas partes del mundo, donde se han visto obligados a vivir una cultura diferente, donde se han visto obligados a callar algunas veces, donde los persiguen, donde son señalados como terroristas y donde viven la tortura del no retorno a SUS TIERRAS ORIGINARIAS.

 

DESTRUCCIÓN

Desde la toma de posesión del nefasto e inmoral gobierno israelí; por cierto siempre gobernado por criminales de guerra (David Ben Gurion, Golda Meir, Menahem Beguin, Ariel Sharon), los palestinos han tenido que soportar y vivir la agonía de que les confisquen sus tierras, les destruyan sus casas, sean presos de forma autoritaria, sin cargos en contra, y sin juicio justo; donde son asesinados a quema ropa, donde les quitan el agua, la luz y hasta los alimentos, los separan en ghetos, bajo un apartheid considerado peor que el vivido hace años en Sudáfrica, al igual que el muro de Berlín, donde el universo entero prometió que jamás dejarían que algo así sucediese en el mundo, y hoy vemos un muro más grande y más destructor en la misma palestina, el denominado muro de la vergüenza de 700 Km. de longitud, y 8 metros de altura, el cual trae consecuencias negativas directamente en la vida de los palestinos, donde tienen que vivir la agonía de vivir a 100 metros de sus familiares y no poder visitarlos, porque los separa ese muro racista que divide a palestina en aldeas y vecindades y se los prohíbe el ejercito israelí, porque ahora ellos son quienes deciden el futuro de los palestinos. ¿Cómo se sentiría usted si cada vez que quisiera salir a visitar a su familia o simplemente ir de compras un extraño se lo prohíba o decida cuándo lo dejará ir o no? Verdaderamente no debe ser nada fácil resistir todo esto.

 

EL SILENCIO UNIVERSAL

El mundo hoy estando en el siglo XXI donde todos hacen promesas de querer y luchar por un mundo mejor, donde se vela por una paz ’justa y verdadera’, pasan en silencio y por debajo de la mesa hechos atroces, e inigualables que a diario ocurren en palestina. El mundo calla frente a todas las atrocidades que impune y deliberadamente ha cometido y continúa cometiendo Israel desde hace más de 60 años y todo esto sólo porque cuenta con el apoyo del imperio norteamericano quien les garantiza que todo eso quedara oculto y disfrazado.

 

IRONÍA

Que irónico debe ser que extraños y enemigos, deban decidir tu futuro, que irónico que los usurpadores de tu tierra, ocupantes y genocidas ’cuiden’ de ti, de tus deberes y tus derechos, que irónico que estos decidan la seguridad de tu país, y que estos decidan cuando tú debes y/o puedes ir o no a TU PAÍS.

 

FRACASO

Israel pese a todo esto fracasa cada vez que un palestino alza su voz, cada vez que nos negamos a olvidar toda la historia, sino que más bien la recordamos fielmente, y jamás la olvidaremos, cada vez que matan a un palestino, los torturan y los hieren, los palestinos se levantan con más ganas de resistir y de demostrarle al mundo que su voz sigue intacta y que gritarán hasta que la justicia por fin llegue a ellos. Pero los responsables de la Nakba no han conseguido romper la voluntad del pueblo palestino ni borrar su identidad nacional, ni con el desalojo, ni con las masacres, ni con la transformación de las ilusiones en desengaños ni con la falsificación de la historia. Tras seis décadas no han conseguido ni forzarnos a la ausencia o al olvido ni borrar la realidad palestina de la conciencia del mundo mediante su falsa mitología y la fabricación de una inmunidad moral que confiere a la víctima del pasado el derecho a crear sus propias víctimas. No hay nada como un verdugo sagrado. Hoy la memoria de la Nakba confluye con la lucha palestina en defensa de su ser, de su derecho natural a la libertad y a la autodeterminación en un fragmento de su patria histórica, y ello tras haber concedido para hacer posible la paz más de lo que nunca fue necesario desde el punto de vista de la legalidad internacional.

 

Hoy a 60 años de la catástrofe palestina grito ¡YA BASTA! Ya basta de hipocresía, ya basta el silencio, es hora que nuestras voces se alcen y digan que queremos paz, esa paz que nos merecemos, paz en palestina, paz en el mundo, porque es la paz que todos anhelamos, pero por la cual no actuamos con la suficiente sinceridad y verdad para lograrla.

 

¡PAZ JUSTA EN PALESTINA Y EL MUNDO AHORA!

 

RESISTIR ES EXISTIR

 

* Joven activista por los derechos humanos, miembro del foro itinerante de participación popular.

 

Jueves 3 de Julio de 2008

BLOQUEO ENTURBIA EL AGUA

 

Por Mel Frykberg, IPS Noticias

Más de 70 toneladas de aguas servidas, o parcialmente tratadas, deben volcarse a diario al mar en este territorio palestino a causa del bloqueo israelí. Organizaciones humanitarias temen por la contaminación y sus consecuencias en la salud de la población.

 

“La salud de los 1,5 millones de habitantes de Gaza está en peligro”, dijo a IPS Mahmoud Daher, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras la divulgación de un informe de esa agencia sobre una serie de análisis realizados al agua contaminada de este territorio palestino.

 

El asedio israelí se traduce en falta de combustible, electricidad y repuestos necesarios para hacer funcionar las plantas de tratamiento de agua potable y residual.

 

El resultado es que los sistemas hídricos y de saneamiento están al borde del colapso porque sólo se tiene la energía necesaria para que funcionen las usinas de desalinización y de tratamiento, las bombas domésticas y las que llevan las aguas servidas fuera de las áreas pobladas por un plazo limitado.

 

Después de que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) se arrogó por la fuerza el control de Gaza en junio de 2007, tras ganar las elecciones parlamentarias palestinas de enero de 2006, Israel consideró territorio hostil a esa franja territorial de 360 kilómetros cuadrados y densamente poblada, selló la frontera y decretó un embargo que contó con el respaldo de la comunidad internacional.

 

Desde entonces, el Estado judío sólo deja entrar un mínimo de suministros humanitarios a este territorio, y eso tras una intensa intervención y presión mundial.

 

Además de reducir de forma drástica el suministro de combustible y electricidad, Israel prohibió la importación de repuestos fundamentales que, según organizaciones humanitarias, son necesarias para hacer funcionar la infraestructura de Gaza.

 

A fin de evaluar el grado de contaminación, la OMS tomó muestras de agua de mar en 13 zonas de riesgo en cinco municipalidades de la franja de Gaza. También se realizaron dos análisis microbiológicos para estudiar la presencia de excrementos humanos y animales.

 

Los resultados mostraron que tres áreas de la franja de Gaza y una de la ciudad fronteriza de Rafah están contaminadas con heces humanas (coliformes fecales) y animales (estreptococo fecal). La concentración bacteriana encontrada fue de 30,8 por ciento.

 

Además, en la ciudad de Gaza, son tres las áreas contaminadas con heces animales. La concentración fue 23,1 por ciento.

 

El peligro es que el agua de mar contaminada se filtre al acueducto subterráneo tras los dos años de sequía.

 

La sequía implica que los 160 millones de metros cúbicos de agua que se extraen de las napas freáticas de la franja de Gaza no se pueden reponen porque el promedio de lluvias sólo alcanzó los 85 millones de metros cúbicos anuales en los últimos dos años.

 

“El déficit es reemplazado por agua de mar contaminada que se filtra al acueducto y nos obliga a excavar cada vez más profundo para cubrir el suministro”, dijo a IPS Monther Shoblak, gerente general de la Compañía de Agua de las Municipalidades Costeras, órgano responsable de gestionar los servicios de agua y saneamiento.

 

“Estamos muy preocupados por el posible brote de enfermedades causadas por el agua contaminada como tifoidea, cólera, disentería y gastroenteritis”, añadió Daher, de la OMS.

 

Tras la divulgación de los resultados de los análisis de la OMS, la Autoridad de Agua palestina recomendó el mes pasado a los residentes de Gaza hervir el agua para cocinar y beber a causa de la escasez de hipoclorito de sodio, compuesto químico empleado como desinfectante.

 

La OMS también indicó que los nitratos encontrados en el agua potable de Gaza, procedentes de las aguas servidas y de los químicos empleados por la agricultura, y que se filtran a las napas freáticas, tienen una concentración 13 veces mayor que los estándares de seguridad internacionales.

 

Los doctores de Gaza señalaron que las altas concentraciones de nitratos son, en parte, responsables de la gran cantidad de casos de anemia entre los palestinos. Aunque también la pobreza y la desnutrición, exacerbada por el embargo económico y la consiguiente destrucción de la economía del territorio, tiene responsabilidad en el problema.

 

La situación se agrava más con la escasez de energía y combustible, y la limitada cantidad filtros de agua y surtidores de combustible.

 

Eso implica que los 135 pozos, las tres plantas de tratamiento y las cuatro estaciones de bombeo de agua de lluvia que hay en Gaza, todas a petróleo o electricidad, están casi paralizadas.

 

Sólo 20 pozos funcionan con electricidad, y debido a los cortes hay que hacerlos funcionar con generadores de emergencia, pero tampoco existe el suficiente combustible.

 

Según la Compañía de Agua de las Municipalidades Costeras, sólo 37 de las 122 bombas de agua tienen combustible. Eso hace que 30 por ciento de los habitantes de Gaza tengan agua potable de cuatro a ocho horas una vez por semana, 40 por ciento cada cuatro días y 30 por ciento una vez cada dos días.

 

La comunidad internacional brinda ayuda financiera y técnica. Pero tres plantas de tratamiento de aguas servidas planificadas quedaron en suspenso a causa del bloqueo, dijo a IPS Mide Bailey, de la organización humanitaria Oxfam en Jerusalén.

 

Oxfam está asociada a la Compañía de Agua de las Municipalidades Costeras y participa en la financiación y construcción de varios proyectos de agua y saneamiento en todos los territorios palestinos.

 

“El Banco Mundial financia una usina de tratamientos de aguas residuales en Beit Lahiya, en el norte de Gaza, el Banco de Desarrollo Alemán contribuye con otra en la mitad de la franja de Gaza y el gobierno japonés, con otra más en Khan Yunis, en el sur”, indicó Bailey.

 

Pero pese a la disponibilidad de fondos, todos debieron suspender las operaciones pues ninguna empresa constructora comenzará a trabajar a sabiendas de que no podrán contar con los suministros necesarios y de que los israelíes no las dejarán entrar a este territorio, apuntó.

 

Una planta de tratamiento de aguas residuales en Beit Lahiya, también financiada por el Banco Mundial, fue terminada, aunque un año después de lo previsto y gracias a la intervención directa del ex primer ministro británico Tony Blair (1997-2007), ahora representante de la Unión Europea en el llamado Cuarteto de impulsores de la paz en Medio Oriente, también integrado por Estados Unidos, la ONU y Rusia.

 

El frágil y provisorio cese del fuego que entró en vigor el 20 de junio pretendía aliviar la situación de alguna manera y lograr que Israel aliviara el asedio, pero el Estado judío volvió a sellar la frontera luego de que varios misiles fueran disparados contra su territorio, a lo que siguió el asesinato de varios combatientes de la resistencia en Cisjordania.

 

El acuerdo es resultado de varios meses de negociaciones entre representantes de Israel, Hamas y mediadores egipcios.

 

La ONU también acusó a las Fuerzas de Defensa Israelíes de haber cometido siete violaciones al cese del fuego. Dos civiles de Gaza recibieron varios disparos por acercarse demasiado de la valla fronteriza, alegaron los israelíes.

 

Jueves 3 de Julio de 2008

LAS POLÍTICAS DISCRIMINATORIAS DE ISRAEL DEJAN CISJORDANIA SIN AGUA

 

Fuente: Informe de B’Tselem, Electronic Intifada/Rebelión

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

La falta crónica de agua en Cisjordania debida a una distribución injusta de las fuentes de agua que comparte los palestinos e Israel será mucho más grave este verano debido a la sequía de este año. En el norte de Cisjordania el consumo de agua ha descendido a un tercio de la cantidad mínima necesaria.

 

La sequía de 2008, la peor de la década en la zona, agrava la intrínseca y constante falta de agua en Cisjordania. En el norte de Cisjordania ha habido este año un 64% de lluvias en relación a la media, mientras que en el sur ha habido un 55%. A consecuencia de ello el agua de lluvia almacenada ya se ha consumido. La Autoridad del Agua palestina (PWA, por sus siglas en inglés) calcula que el déficit de agua en Cisjordania es de entre 42 y 69 millones de metros cúbicos (m3). El consumo total de agua en Cisjordania es de 79 m3. La PWA ya ha solicitado a la Compañía de Agua Israelí, Mekorot, un suministro de emergencia de ocho m3.

 

GRAVE FALTA DE AGUA PARA LAS NECESIDADES PERSONALES

Según la Organización Mundial de la Salud, la cantidad per capita mínima necesaria para las necesidades domésticas y urbanas es de cien litros al día. Debido a la falta crónica de agua, el consumo de agua en el norte de Cisjordania ha descendido a un tercio de esta cantidad. En Tubas, el consumo per capita es de 30 litros; en Jenin, es de 38 litros. En Nablus y en las Colinas de Hebron del sur la cifra es ligeramente superior a 50 litros al día.

 

El consumo medio per capita en toda Cisjordania es de 66 litros, dos tercios de la cantidad mínima establecida por la OMS. Esta cifra incluye el agua para el ganado, lo que significa que la cantidad de agua consumida para uso personal es aún menor.

 

En comparación, la media de agua consumida en las ciudades israelíes es de 235 litros y de 214 litros en los municipios, esto es, 3,5 superior al consumo de agua en Cisjordania.

 

PUEBLOS QUE NO ESTÁN CONECTADOS A LA RED DE SUMINISTRO DE AGUA

Un total de 227.500 palestinos en 220 ciudades y pueblos de Cisjordania no tienen en absoluto conexión a la red de suministro de agua, un 75% de los cuales están en el norte de Cisjordania. Otros 190.000 palestinos viven en pueblos que sólo tienen una conexión parcial a la red de suministro de agua. Aproximadamente el 20% de los palestinos de Cisjordania no tienen conexión a la red de suministro de agua.

 

Incluso en las ciudades y pueblos palestinos que tienen una red de suministro de agua, éste no es regular la mayor parte del año. El agua sólo se suministra unas horas al día y a veces de forma rotatoria. En las zonas remotas puede faltar durante días o semanas. Los residentes en las comunidades cuyo suministro de agua está conectado a Mekorot informan de que la compañía los discrimina reduciendo el suministro a los residentes palestinos para poder satisfacer la creciente demanda de los asentamientos israelíes.

 

Para agravar las cosas, los granjeros palestinos se enganchan ilegalmente al suministro de agua de las comunidades palestinas en la denominada zona C por los acuerdos de Oslo. Las autoridades israelíes, encargadas de hacer cumplir la ley en dichas zonas, no acaban con este robo.

 

AGUA A PRECIOS EXAGERADOS

Al carecer de un suministro de agua regular, muchos palestinos tienen que comprar agua en el mercado privado. El año pasado el precio de un metro cúbico de agua era de entre 15 y 20 shekels, de tres a seis veces más caro que el precio pagado en los hogares israelíes. Se espera que este año los precios serán aún más altos. Los altos índices de paro y de pobreza en Cisjordania han convertido el precio del agua en una importante carga para una parte muy importante de la población.

 

DISCRIMINACIÓN EN LA DIVISIÓN DE LAS FUENTES DE AGUA

Israel tiene el control total de las fuentes de agua que comparten los palestinos e Israel, fundamentalmente el Acuífero Mountain, y por medio de una orden militar prohíbe que los palestinos caven pozos sin permiso. Al mismo tiempo, Israel saca de Cisjordania, especialmente del valle del Jordán, unos 44 m3, cinco millones más de lo que suministra a la Autoridad palestina. Israel asigna a los palestinos sólo el 20% del Acuífero Mountain e impide a la PWA desarrollar otras fuentes adicionales de agua que puedan abastecer de más agua a los palestinos de Cisjordania.

 

LAS OBLIGACIONES DE ISRAEL SEGÚN EL DERECHO INTERNACIONAL

Como potencia ocupante, el derecho internacional exige a Israel asegurar el orden público y la seguridad del territorio que ocupa, sin discriminación. Además, el Acuerdo Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que Israel ha ratificado, garantiza el derecho a agua potable limpia sin discriminación. El derecho internacional también garantiza a los palestinos el derecho a utilizar y a disfrutar libremente de sus recursos naturales.

 

B’Tselem hace un llamamiento al gobierno de Israel para que garantice, inmediatamente y sin discriminación, un suministro de agua adecuado y regular a todos los residentes en Cisjordania. B’Tselem urge también al gobierno a que permita a la Autoridad palestina desarrollar nuevas fuentes de agua.

 

Jueves 3 de Julio de 2008

LA CULTURA DEL ENGAÑO

 

Por Boaventura de Sousa Santos*

El ex secretario de prensa del presidente Bush, Scott McClellan, acaba de publicar un libro titulado Lo que pasó: dentro de la Casa Blanca de Bush y la cultura del engaño en Washington. El furor político y mediático que causó proviene de dos revelaciones: cuando ordenó la invasión de Irak, la administración Bush sabía que Irak no tenía armas de destrucción masiva y montó una poderosa “campaña de propaganda” para llevar a la opinión pública norteamericana y mundial a aceptar una “guerra innecesaria”; los grandes medios de comunicación fueron “cómplices activos” de esa campaña, no sólo porque no cuestionaron a las fuentes gubernamentales, sino también porque encendieron el fervor patriótico y censuraron las posiciones escépticas contrarias a la guerra.

 

Estas revelaciones y las reacciones que causaron tienen implicaciones que las trascienden. Ante todo, es sorprendente todo este escándalo, pues tales revelaciones no traen nada nuevo. Las informaciones en que se basan eran conocidas al momento de la invasión, a partir de fuentes independientes. En ellas me basé en aquel momento para justificar en varios artículos mi total oposición a una guerra que, además de “innecesaria”, era injusta e ilegal. Esto significa que las voces independientes fueron estigmatizadas como ideológicas y antipatrióticas, tal como hoy criticar a Israel equivale a ser considerado antisemita. En 2001, en Egipto, antes de que la máquina de propaganda comenzara a devorar la verdad, el propio secretario de Estado Colin Powell decía que no había ninguna información sólida de que Irak tuviese armas de destrucción masiva.

 

Esto me lleva a la segunda implicación de estas revelaciones: el futuro del periodismo. La máquina propagandística del Departamento de Defensa se asentó en tres tácticas: imponer la presencia de generales de reserva en todos los noticieros de televisión, con el objetivo de demostrar la existencia de armas de destrucción masiva; tener a todos los medios bajo observación y llamar a sus directores o propietarios ante la mínima señal de escepticismo u oposición a la guerra; invitar a periodistas de confianza de todo el mundo para convencerlos de la existencia de las armas y luego enviarlos de regreso a sus países poseídos de la misma convicción belicista. Vimos esto, trágica y grotescamente, en muchos países de Europa y América latina.

 

La verdad es que en Washington y en todo el país circulaban por los medios independientes informaciones que contradecían ese “lavado de cerebros”, muchas provenientes de generales y de antiguos funcionarios de la Casa Blanca. ¿Por qué no se les ocurrió a esos periodistas “de confianza” verificar en forma cruzada las fuentes, como les exigía su código deontológico? Para bien del periodismo, algunos de ellos procuraron resistir la presión y sufrieron las consecuencias. Jessica Yellin, hoy en la CNN, en aquel momento en el canal ABC, confesó públicamente que los directores y dueños del canal la presionaron para que escribiera notas a favor de la guerra y censuraron todas las que eran más críticas. Un productor fue despedido por proponer un programa con la mitad de las posiciones a favor de la guerra y la otra mitad de las posiciones en contra. Quien resistió fue considerado antipatriota y amigo de los terroristas. Esto mismo ocurrió en nuestros países. ¿Cuántos periodistas fueron sujetos a la misma intimidación? ¿Cuántos artículos de opinión contrarios a la guerra fueron rechazados? Y los que escribieron propaganda e intimidaron a sus subordinados, ¿alguna vez se retractarán, pedirán disculpas, presentarán su renuncia? Es que ellos colaboraron con un crimen: un millón de iraquíes muertos, decenas de miles de soldados norteamericanos heridos y muertos y un país totalmente destruido.

 

Todo esto habrá sido el precio no de la democracia –ridículo concebir como democrático a este Estado colonial y más fracturado que Somalia–, sino del control de las reservas de petróleo en el Golfo y de la promoción de los intereses petroleros, de la industria militar y de la reconstrucción, en la que los dueños de los medios tienen fuertes inversiones.

 

Para disfrazar el problema moral de los cómplices de la guerra y la destrucción, algunos comentadores de derecha han recurrido a la más desconcertante y desesperada justificación de la guerra: si no estaban las armas de destrucción masiva, por lo menos estaba la convicción de que ellas existían. Ahora, el libro de McClellan acaba de eliminar ese argumento. ¿A qué recurrirán ahora? Lo trágico es que la máquina de propaganda continúa montada y ahora está dirigida a Irán. Su funcionamiento será tanto más difícil cuanto mejores condiciones tengan los periodistas para cumplir con su código deontológico.

 

* Doctor en Sociología del Derecho; catedrático de las universidades de Coimbra (Portugal) y de Wisconsin (EE.UU.).

Traducción: Javier Lorca.

 

Miércoles 02 de Julio de 2008

CRÓNICA DESDE LOS CAMPOS DE REFUGIADOS PALESTINOS DE LÍBANO

 

Por Manuel Tapial, Rebelión

Escribo estas líneas desde el campo de refugiados palestinos de Ein El Hilweh, en el Sur de Líbano. En este campo viven casi 100.000 personas y está fuertemente amurallado con alambre de espino en la parte superior de los muros, estando controladas sus entradas y salidas por un fuerte despliegue del ejército libanés. Durante algo más de un mes estaré conviviendo con los compañeros que muy afortunadamente por mi parte me han acogido en su casa, el Centro de Solidaridad Social de Ein El Hilweh, y con los cuales estamos estableciendo unos protocolos de trabajo conjunto para el ciclo 2008-2009. Espero que sea capaz de trasmitiros todo aquello que aquí me toque vivir.

 

Adjunto tres fotografías; la primera es una visión general del campo donde se puede visualizar su extensión, la segunda es uno de los muchos controles que se pueden apreciar en Beirut y la tercera es de uno de los muchos jóvenes que ante la falta de esperanza ha decidido ser miliciano.

 

Son ya 6 días los que llevo en los campos de refugiados, en concreto en el de Ein El Hilweh de Sidón, al Sur de Líbano. La estancia aquí es tensa, sobre todo cuando uno sale y entra del campo y está expuesto a las burlas de los militares libaneses, que chequean a todo el mundo protegidos por muros de hormigón, tanques y una infinidad de armas M16 que cuelgan de sus hombros. Estos seis días me parecen que son ya 3 meses. Los vecinos de la calle donde me alojo ya me reconocen y me saludan en un pobre español y mis compañeros de trabajo se esfuerzan por que me sienta cómodo e integrado y nunca borran un buen gesto hacia mí o una tierna sonrisa. Cristina y Mustafa, esos refugiados que han visitado el local de la Asociación Haydée Santamaría varias veces son mis anfitriones y en sus oficinas han habilitado una habitación para alojarme.

 

En estos días es increíble ver el día a día de las más de 80.000 personas que aquí viven. La hostilidad del ejército a las entradas y salidas, que yo mismo he tenido que sufrir aún teniendo permiso para estar en el campo, la mezcla de olores: a zotal, a basura, a perfumes que adornan los opacos cuerpos de las mujeres y a las especias subastadas en la calle del mercado, las paredes; pintadas de graffitis con poco arte, llenas de carteles de los más de 15 grupos organizados en el campo llamando a sus fieles a luchar por sus reivindicaciones, las escuelas de la UNRWA y los centros sanitarios con sus guardias de seguridad privados que al fin y al cabo son miembros de las milicias de Al Fatah, del FPLP, de la Yihad... milicias armadas con viejos kalashnikovs que no esconden y de los cuales presumen... todo ello en un gueto construido sobre terreno prestado desde hace ya 60 años a este pueblo convertido en nómada.

 

Pasear por Beirut, por no decir pasear por Líbano, es como pasear en un país en guerra donde una tregua no establecida puede romperse en cualquier momento. Cada esquina tiene su pequeña trinchera con sus tanques, sus cadenas de pinchos para evitar que ningún coche se pase los miles de controles militares que tiene la ciudad, sus 4 o 5 militares que en posición de alerta no dejan de vigilar visualmente a toda una sociedad sospechosa.

 

La situación en el norte de Líbano tampoco hace predecir una mejora de la situación y casi justifica la presencia del ejército libanés en cualquier rincón del país. Desde que he llegado aquí, las noticias sobre atentados o disturbios armados en Trípoli son una constante. Ante esto, los palestinos están tranquilos. Saben que es un conflicto armado es un conflicto interno que de momento a ellos no les afecta. De momento.

 

El motivo de este viaje es valorar y establecer las relaciones necesarias para en el año 2008-2009 el Festival Interpueblos pueda dar comienzo desde aquí, desde este conflictivo país que aloja en su lecho a mas de 300.000 refugiados palestinos a los cuales se les aplica una inmoral doctrina de NO tener derecho al trabajo y mucho menos, el derecho al retorno que todos anhelan.

 

Me decía Adel, un nuevo amigo palestino, que lo primero que les enseñan a sus hijos a la vez que su nombre es la ciudad de la que ha sido desalojada la familia de tal manera que trasmiten de una generación a otra sus deseos de retorno, de ser un Estado, un pueblo unido. También me recalcaba que cuando los jóvenes pierden la esperanza y no divisan futuro, ese es el momento en el que deciden dar el paso a empuñar las armas... ¿Tendremos algo de responsabilidad la comunidad internacional en esto? Yo creo firmemente que sí.

 

Otro de los puntos reseñables, y no es nuevo, es que entre los propios palestinos no se ponen de acuerdo sobre las prioridades estratégicas que han de tener como pueblo. El conflicto más notable y conocido por todos es el que mantienen Al Fatah y Hamas, aquí también representados, con nuevos grupos en este escenario que, aunque con una trayectoria corta y sin mucha fuerza política son muy fuertes militarmente, generando más conflictos dentro de los campos de los que los propios palestinos desearían. La gente está cansada y desea no solo el retorno, sino poner fin a un conflicto que se ha cobrado ya muchas vidas y que para su resolución, únicamente confían en la Comunidad Europea y en España concretamente, por su posición justa con aquellos puntos que a los palestinos se refieren. Lo que aquí no saben es que España vende armas a Israel mientras en foros internacionales defiende sus causas.

 

Ser español en un campo de refugiados palestino le hace a uno sentirse como en casa, especialmente cuando las políticas exteriores que se hacen con respecto a palestina por el país de uno, son de condena hacia Israel... Recientemente ha llegado la noticia de que la Audiencia Nacional española ha aceptado a trámite una querella contra militares israelíes por un bombardeo en Gaza en el que murieron el supuesto terrorista que querían matar y varios niños y mujeres de las casas adyacentes. Aquí la gente entiende que de seguir su curso y terminar en condena, sentaría un precedente histórico, ya que lo que se entiende que está en juego es el fin de la inmunidad del Estado de Israel sobre las masacres cometidas sobre los palestinos. Por supuesto, esta noticia la celebré entre mis ya conocidos amigos, y los nuevos que desde que he llegado no han dejado de guardarme y cuidarme siendo mis interpretes, mi guías y mis palabras. En estos días me he convencido de que somos nosotros desde España los que tenemos que tomar la iniciativa de la defensa del “Derecho Palestino”, la Europa neoconservadora de la restricción de las libertades y los derechos, alineada con EE.UU., no tardará en acabar de machacar a esta población completamente indefensa. Ningún cohete Kazan de los que pueda lanzar Hamas desde la franja de Gaza justifica la masacre de estos niños, estas mujeres y estos jóvenes que en mi día a día me acompañan.

 

Martes 01 de Julio de 2008

RETORNO SÍ, ¡PERO PARA LOS PALESTINOS!!!!!

 

Por Hindu Anderi, Radio Nacional de Venezuela - Venezuela

La controversial ley Directiva Retorno, recientemente aprobada por el Parlamento Europeo, mediante la cual no solo se fijan normas para la admisión de extranjeros sino que además se asumen métodos bárbaros para su expulsión, es la demostración de que el "choque de civilizaciones", más que una teoría, es la realidad que actualmente vive la humanidad.

 

La teoría de Samuel Huntington señala que “los estados-nación seguirán siendo los actores más poderosos del panorama internacional, pero los principales conflictos de la política global ocurrirán entre naciones y grupos de naciones pertenecientes a diferentes civilizaciones.”

 

Si damos crédito a los que señalan que el modelo occidental es el autodenominado “la civilización”, y las naciones orientales y pobres del planeta que son la mayoría, son vista como “la barbarie”, ya existe entre ambas una confrontación cultural, del occidente con el oriente que no necesariamente se refiere a naciones que comparten la misma ubicación geográfica. Se deduce de ello, que Occidente considera tanto a los árabes, africanos, asiáticos y latinos como “bárbaros” y los condena a la marginación.

 

La división existente entre los movimientos socialistas en Europa, facilitó la aprobación de esta ley sobre flujos migratorios que contradice toda lógica social y humana y que es considerada por Amnistía Internacional como un “retroceso en materia de derechos humanos que criminaliza la migración”. Algunos parlamentarios europeos votaron a favor de este texto por demás controversial que entrará en vigencia el año 2010.

 

La Directiva Retorno ha contado con el drástico rechazo por parte de intelectuales, artistas, organizaciones de derechos humanos, ecologistas, comunistas, socialistas y países de la Comunidad Andina de Naciones.

 

Esta ley permite la detención de los expulsables hasta de año y medio, práctica desdeñable para cualquier gobierno que se denomine democrático. El presidente de Ecuador, Rafael Correa por su parte, la calificó como una “agresión” y la rebautizó como “Directiva de la vergüenza”. Entre otras cosas porque este reglamento viola los derechos humanos a tal punto que establece que tanto los adultos como los menores de edad, lactantes, niños y adolescentes, son igualmente expulsables y no podrán regresar en un período de cinco años al territorio de donde han sido echados.

 

La Comisión Europea estima que el número de inmigrantes ilegales es de 8 millones, quienes viven clandestinamente, y que cada año ingresan de manera legal a Europa alrededor de 2 millones de personas, a quienes ahora quieren expulsar o echar en condiciones humillantes para que regresen a sus tierras de origen.

 

Europa quiere privilegiar los servicios y derechos a los ciudadanos originarios de su región; garantizar como Estados Unidos lo hace la atención a la población blanca. Lo demostró cuando el huracán Katrina azotó a los estados de Florida, Bahamas, Luisiana y Mississippi, mayoritariamente de población afrodescendiente, que fue abandona a su suerte. Unas dos mil personas fallecieron víctimas del fenómeno natural.

 

Esta ley aprobada por el Parlamento Europeo no sólo es deleznable como dezlenable e injusta es la política de no retorno que Israel aplica al pueblo palestino, desplazado de su territorio desde hace 60 años.

 

La Organización de Naciones Unidas, en 1951 decretó como Refugiado “…todas aquellas personas que huyen legalmente de su país debido a un temor bien fundado de ser perseguidos por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas…”. Sin embargo, según los movimientos de derechos humanos, por lo menos a 7 millones de palestinos desplazados en el mundo, el estado sionista de Israel les niega el derecho a retornar a su tierra, de los cuales por lo menos 1 millón 500 mil sobreviven en campos de refugiados, discriminados, sometidos a practicas terroristas y a masacres.

 

La fuerza de ocupación israelí, que cuenta con el silencio y la complicidad de la mayor parte de la llamada “comunidad internacional” representada en los gobiernos, argumenta que los palestinos desplazados no tienen lugar en esa tierra, pero abre programas para que judíos de todas partes del mundo ingresen a ese territorio. Incluso es tan descarada esta práctica que todo ciudadano independientemente de su nacionalidad, si se convierte al judaísmo puede optar por la nacionalidad israelí y vivir allí. Incluso las autoridades de las embajadas en los distintos países están obligadas a facilitar los trámites y recursos para el traslado. Porque el fin último es no dejar espacio para el retorno de los palestinos.

 

Hoy con toda justicia los inmigrantes que escogieron una tierra para trabajar y vivir, protestan en contra de la ley de inmigración aprobada por Europa, y por fortuna su protesta tiene espacio en los medios. También millones son las voces que se levantan, con menos oportunidad mediática, y claman porque se respete el derecho que tiene el pueblo palestino de retornar voluntariamente a su tierra. ¡No a la Directiva Retorno… Retorno sí, pero para los palestinos!

 

Martes 01 de Julio de 2008

LA QUINTA COLUMNA DE FATAH

 

Por Khalid Amayreh, Palestine Info/Rebelión

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

Mientras que la vasta mayoría de los palestinos han dado la bienvenida al alto el fuego que ha mediado Egipto entre el movimiento Hamas e Israel, la “quinta columna” dentro de Fatah respaldada por Estados Unidos ve la tahdiaa o breve calma en Gaza como una amenaza existencial a su propia supervivencia.

 

Desde que hace casi diez días se llegó al frágil alto el fuego, estos peligrosos elementos no han ahorrado esfuerzos para tratar de frustrar la tregua disparando primitivos proyectiles a través de la frontera. También han acusado a Hamas de traicionar la resistencia y de minar los intereses vitales del pueblo palestino.

 

Por supuesto, la pretendida preocupación por la resistencia es claramente falsa e insincera. Es una distracción expuesta y barata que tiene el objetivo de desdibujar el propósito real de estos matones, concretamente provocar que Israel revoque el alto el fuego, lleve a cabo una invasión total de Gaza para destruir a Hamas y entregue el territorio costero a los agentes de Israel y Estados Unidos. ¿No es acaso esto exactamente esto lo que estos “dirigentes de Fatah” han estado sugiriendo a las agencias occidentales y a los corresponsales israelíes, siempre en “condiciones de anonimato”?

 

Todos nosotros sabemos y la gran mayoría de los palestinos saben que estos mercenarios rinden cuentas en primerísimo lugar al general estadounidense Keith Dayton, que sirve de hecho como Alto Comisionado de Estados Unidos en Ramalá y que, a su vez, rinde cuentas a Elliot Abram que, más o menos es el representante del AIPAC en la administración Bush*.

 

Como todos sabemos, Abrams siempre ha trabajado enérgicamente para avivar las llamas de la guerra civil entre los “moderados” respaldados por occidente y los “elementos extremistas” dirigidos por Hamas. En realidad ha hecho varias declaraciones públicas de ese tenor, pero el absorto en sí mismo régimen de Ramalá no ha hecho caso alguno y ha preferido creer que Abrams sólo bromeaba.

 

Desde un principio el objetivo de la administración Bush era, y probablemente lo sigue siendo, empujar a la sociedad palestina a una especie de violenta y sangrienta implosión que acabe permitiendo a Israel y los neocons de Washington liquidar la causa palestina de una vez por todas.

 

Esto es exactamente lo que Abrams tenía en mente el pasado verano cuando dio el visto bueno a la transferencia de enormes cantidades de dinero y de cargamentos de armas al hombre de Estados Unidos en Gaza, Muhammed Dhalan.

 

Todos conocemos el final de la historia cuando Hamas se movió rápida y decisivamente para adelantarse a los criminales planes de Abrams acabando con el golpe de Estado en gestación de Dahlan y derrocando a sus hombres y cohortes en Gaza.

 

Derrotadas, amargadas y expulsadas, estas personas nunca han dejado de urdir complots para sembrar en Gaza las semillas de la guerra civil y la violencia.

 

Intentaron cuanta conspiración se pueda concebir para derrotar a Hamas y que realmente era en favor de Israel, incluso cuando el ejército de ocupación israelí estaba matando a decenas de civiles palestinos.

 

En un momento dado la Quinta Columna en Fatah pareció estar completamente acoplada a Israel en la batalla común contra Hamas. Dice mucho de ello su connivencia con Israel y Estados Unidos en mantener el riguroso bloqueo al millón y medio de habitantes de Gaza. Esto constituye un estigma de vergüenza en las frentes de los traidores y de quienes los apoyan que permanecerá en ellos durante el resto de sus vidas.

 

Al no haber logrado desplazar a Hamas, bajo la rúbrica de resistencia estos traidores están tratando ahora de sabotear el alto el fuego de Gaza. Esto ocurre mientras decenas de miles de “fuerzas” de Fatah están trabajando en estrecha coordinación con el ejército de ocupación israelí para acosar y erradicar a los auténticos luchadores por la libertad (incluyendo los propios luchadores de Fatah) en Cisjordania. Obviamente, esto se hace en favor de Israel y para obtener el certificado de buena conducta de personas del estilo de Bush, Rice, Dayton y Abrams.

 

Soy consciente de que Fatah no es un movimiento monolítico. También estoy seguro de que el movimiento incluye a muchos elementos dignos y patrióticos que rechazan el vergonzoso comportamiento de algunos elementos del grupo que afirman hablar y actuar en nombre de Fatah cuando en realidad están a la entera disposición de Israel y la CIA.

 

Por desgracia, estos peligrosos elementos tienen el dinero (dólares estadounidenses) y los medios no sólo para corromper Fatah desde dentro, sino también para desestabilizar el frente interno palestino, todo ello al servicio de Israel y de sus diabólicos designios contra nuestro pueblo y su causa justa e imperecedera.

 

Por ello, es imprescindible que los verdaderos patriotas de Fatah se muevan rápida y decisivamente para debilitar a estos quintacolumnistas e impedirles que consigan que el más amplio movimiento político en palestina se transforme de un movimiento de liberación en una entidad colaboracionista.

 

Los dirigentes de Fatah, especialmente aquellos que han pasado muchos años en las cárceles y mazmorras israelíes, deberían entender que estos ambiciosos arribistas no sólo están buscando la desaparición de Hamas. También buscan la desaparición de Fatah, así como la liquidación del la causa nacional palestina, incluyendo el derecho al retorno de los refugiados palestinos.

 

Son los enemigos desde dentro. Si no los eliminas, te eliminan a ti.

 

* AIPAC es el principal y más poderoso lobby judío de Estados Unidos (N. de la T.).

PROHIBIDO VOLVER A CASA

PROHIBIDO VOLVER A CASA

Lunes 30 de Junio de 2008

PROHIBIDO VOLVER A CASA, NI DE TURISTA: ISRAEL IMPIDE REGRESAR A JERUSALÉN A LOS PALESTINOS QUE SE VAN A VIVIR FUERA

 

Por Juan Miguel Muñoz, Diario El País - España

Lo habitual es que los emigrantes sufran peripecias en el país de acogida, y que les tiendan puente de plata para regresar. Israel rompe moldes. Lo sabe Zeina Emile Saman Ashrawi, de 26 años, palestina cristiana y residente en Estados Unidos. A los 17 años emigró a Pensilvania para rematar sus estudios secundarios. Se casó y vive en Virginia. Regresaba cada año a su Jerusalén natal para visitar a su familia. Abomina de la violencia, como su madre, la diputada Hanan Ashrawi, vieja conocida de la política palestina que se dio a conocer en la Conferencia de Paz de Madrid (1991). Este año, salvo milagro, Zeina no verá a sus parientes. No puede volver a su casa. El Gobierno israelí se lo ha prohibido. “No soy una criminal, ni una amenaza. He sido expulsada de mi hogar. Soy una de tantos”, afirma Zeina.

 

Esta política afecta gravemente a la comunidad árabe cristiana

 

Los árabes jerosolimitanos sólo disponen de una tarjeta de identidad azul y de un documento de viaje expedidos por el Ministerio del Interior israelí. Zeina Ashrawi renueva cada año ese papel azul. Hace cola con su padre desde las 4.30. Y también acude anualmente, como hizo en agosto de 2007, a renovar su documento de viaje a la Embajada de Israel en Washington. Carece de alternativa. Se ha acostumbrado a este “vuelva usted mañana”, aunque en este caso no hay mañana, y a la arbitrariedad.

 

Primera sorpresa. La funcionaria de la embajada le explicó: “No sé si podremos extender su documento de viaje”, en el que se especificaba su condición de “residente” en Jerusalén. Tras algunos trámites, Zeina recibió una llamada. Le otorgaban el visado. Pero ya convertida en turista. Con tres meses de vigencia. De nada le valía hace 10 meses, porque pensaba viajar en julio de 2008. Zeina se tragó su cambio de estatus. A comienzos de este mes se presentó de nuevo en la embajada, aunque fuera para obtener el visado turístico. Segunda sorpresa. Le reclamaron la fecha de expiración de su pasaporte jordano y de la Carta Verde estadounidense, documento inútil para viajar al exterior desde Estados Unidos. Facilitó los datos por teléfono, después los envió mediante fax. “Les he proporcionado los documentos una y otra vez, y pensé que pretendían que pasara el tiempo y no pudiera lograr el visado a tiempo”, ha explicado Zeina. No se trataba de eso.

 

La tercera sorpresa llegó contundente. Horas después de remitir los datos y documentos, Zeina recibió una llamada. Escuchó a la funcionaria: “Su visado ha sido rechazado y sus documentos de identidad (azul) y de viaje ya no son válidos. Lo siento, pero esta decisión no es mía, procede de Israel”.

 

La medida afecta a todos los palestinos, pero Yusef Daher, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, dibuja un panorama sombrío para la comunidad cristiana de la Ciudad Santa. “Hoy somos 9.000 personas, pero esta política israelí provocará un descenso del 15% en la población cristiana”, afirma. “Mientras los judíos pueden inmigrar al amparo de la Ley de Retorno, incluso los conversos, los nativos de Jerusalén son considerados residentes temporales”, precisa Daher, alarmado por el endurecimiento progresivo de la normativa. “Originalmente, la ausencia durante siete años de Jerusalén significaba la pérdida del derecho a vivir en tu propia ciudad. Ahora, a Israel le basta la prueba de la residencia en otro país para laminar este derecho”.

 

La denegación de documentos es la punta del iceberg de una política que Hamoked -ONG israelí dedicada a la protección de los derechos individuales- califica sin tapujos de “limpieza étnica” y “racista”. El muro de cemento de nueve metros que rodea Jerusalén convierte en un suplicio la vida cotidiana de decenas de miles de palestinos, desvinculados paulatinamente de la ciudad; la prohibición de reunificación familiar a los ciudadanos árabe-israelíes casados con palestinos, y la denegación de permisos para construir viviendas a los vecinos árabes abonan el desarraigo.

 

Lunes 30 de Junio de 2008

INTENTOS FRACASADOS DE SIONIZAR LA RED

 

Fuente: Desertpeace/Rebelión

Traducción de Germán Leyens e Ilustración de Ben Heine

"Este sitio fue ‘hackeado’ por su manifiesto contenido antisionista. Israel no está interesado en gente como vosotros que son cargas en el proceso de una toma de decisiones en el gobierno. Si os oponéis a lo que llamáis la ‘ocupación israelí’ entonces aquí no hay sitio para vosotros.”

 

Lo anterior es lo que apareció ayer en numerosos sitios de la Red. Todos los sitios en cuestión lograron eliminar la inmundicia enviada por los hacker. Una vez más han fracasado los intentos de silenciar la verdad. La inspiración para semejantes acciones proviene de acciones similares iniciadas por Google, Blogspot, Daily Kos y Wikipedia. A diferencia del mantra del profesor que es “publica o muere” el suyo parece ser “publica y muere.”

 

Ayer, sólo instantes después de que mi asociado, Uruknet, publicó simultáneamente ESTO, ellos también fueron hackeados y durante varias horas no pudieron publicar nada, hasta que sus ingenieros rectificaron la situación.

 

Michael Rivero de What Really Happened dijo ayer que ‘Servidores en Israel, 195.189.140.23, sólo un ejemplo, han estado tratando de penetrar mediante la fuerza bruta a mis servidores durante los últimos días.’ En el pasado reciente, su sitio también fue hackeado exitosamente.

 

Otros ejemplos de sitios censurados (no es lo mismo que ser hackeados) por Blogspot o Google son:

 

• A Mother From Gaza

• An Arab Woman Blues

• Axis of Logic

• Crimes and Corruptions of the New World Order News

• DesertPeace

• DictatorshipWatch.com

• PeacePalestine

• Uruknet

 

Kos inició su censura persiguiendo primero a no palestinos quienes se pronunciaron por sus derechos. Poco después silenciaron a los propios palestinos... pero sólo en su sitio... ¡NADA O NADIE PODRÁ SILENCIARNOS!

 

Al revisar las listas de mis visitantes en mi contador de visitas, descubrí numerosas visitas repetidas de las oficinas de AIPAC, la ADL, varias oficinas gubernamentales de EE.UU. e Israel y, desde luego, por último pero no menos importantes, sionistas locales.

 

Los organismos mencionados podrán considerar que el contenido de mi blog es objetable. PERO, aún más objetable es que lo que escribo es verdad.

 

Al respecto estoy dispuesto a ‘llegar a un acuerdo’ con los que no gustan de mi blog... Si se cumplen las siguientes condiciones no volveré a escribir sobre ningún tema político, y me concentraré en la jardinería y en la cría de pájaros... Las condiciones a cumplir son las siguientes:

 

1. La ocupación de Palestina por los sionistas DEBE TERMINAR DE INMEDIATO.

 

2. El muro del apartheid DEBE SER DEMOLIDO DE INMEDIATO.

 

3. El sitio de Gaza y el permanente holocausto DEBEN TERMINAR DE INMEDIATO.

 

4. Las prácticas genocidas contra el pueblo palestino en su conjunto DEBEN TERMINAR DE INMEDIATO.

 

5. HAY QUE DECLARAR DE INMEDIATO UN ESTADO DE PALESTINA independiente, dirigido por el gobierno elegido por el pueblo palestino.

 

Si TODO LO MENCIONADO puede ser acordado DE INMEDIATO, mi blog será historia... Si no, estaré presente durante mucho tiempo, así como todos mis asociados y amigos.

 

Viernes 27 de junio de 2008

QUERELLA CONTRA MILITARES ISRAELÍES POR UN BOMBARDEO EN PALESTINA EN LA AUDIENCIA NACIONAL ESPAÑOLA

 

Por Antonio Segura, Gonzalo Boye, Raúl Maillo, Juan Moreno, al Quds/CSCA

Esta querella se presenta en la Audiencia Provincial promovida por el Centro Palestino de Derechos Humanos –y en su nombre Raji Sourani- en representación de seis familiares de los palestinos asesinados el día 22 de julio del año 2002, por una bomba de una tonelada de peso lanzada por la aviación israelí sobre el populoso barrio de Al Daraj, en la ciudad de Gaza. En Israel ha sido infructuoso enjuiciar a los acusados, correspondientes a la cadena de mando de dicha operación de terrorismo de estado, ante la evidente política de impunidad que ejercen los ocupantes. Diversas organizaciones sociales y de solidaridad, entre las que se encuentran la Asociación Al-Quds de Solidaridad con los Pueblos del Mundo Árabe y el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, han facilitado el trabajo del Centro Palestino en la elaboración de la documentación, traducción y recopilación de pruebas que se presentaron ante los abogados citados para que se procediera a la presentación de la misma. Caso en el que hemos trabajado todos conjuntamente durante dos años. Por fin, el día 24 de junio, se ha presentado la querella, esperando que, tras el juicio correspondiente, la sentencia de satisfacción política, moral y económica a las víctimas y sirva como aliciente para impedir la impunidad israelí. Las acciones coordinadas que están llevando a cabo las organizaciones sociales y solidarias en Palestina y en Europa vienen a llenar el vacío que ha dejado la Comunidad Internacional en el tema palestino, es más, suplantan a los gobiernos en su búsqueda de la justicia, mientras que estos mismos gobiernos, haciendo dejación de su papel político, se dedican a reuniones de donantes, actuando como simples organizaciones humanitarias que no tratan, en ningún caso, de resolver el problema de fondo: la ocupación de Palestina y toda la cadena de crímenes que se vienen cometiendo con total impunidad sobre la población civil palestina y sus bienes. El Centro Palestino de Derechos Humanos de Gaza ha iniciado y lleva casos abiertos por las acciones del ejército israelí en países tan diversos como Gran Bretaña, Estados Unidos Nueva Zelanda, Suiza y Holanda. Este es el primer caso que se presenta en España en búsqueda de justicia para las víctimas civiles de la ocupación israelí.

 

En unos momentos en que muchos se cuestionan los ataques indiscriminados que realizan las fuerzas armadas israelíes en contra de la población palestina, estamos ante la primera ocasión en la historia judicial europea en que se presenta una querella criminal en contra de personas que, por su condición de funcionarios dentro del Gobierno de Israel, y por su propia actuación personal aparecen como responsables de unos hechos incardinables entre otros en el artículo 611 del Código Penal español.

 

No se trata de una querella en términos generales sino que:

 

a.- se presenta en nombre y representación de víctimas directas de los ataques o de sus familiares más cercanos en los casos de las personas asesinadas,

 

b.- se dirige específicamente en contra de las personas que aparecen como responsables directos tanto en la cadena de mando como en la propia ejecución del hecho, y

 

c.- se interpone en España en cumplimiento de la legalidad nacional y de los compromisos internacionales suscritos por España.

 

Los hechos objeto de esta querella criminal sucedieron el día 22 de julio del año 2002, entre las 23.30 y las 24.00 horas, cuando un avión de combate israelí F16 lanzó una bomba de una tonelada sobre el barrio de Al Daraj de la Ciudad de Gaza. Según han manifestado los funcionarios israelíes el objetivo principal de dicho ataque era la casa de Sala Shehadeh, quien era sospechoso de ser un comandante de Hamas, por lo que el objetivo confesado de dicha misión era asesinarlo.

 

Si bien la casa de Sala Shehadeh fue alcanzada directamente por la bomba, como la misma se encontraba situada en uno de los lugares residenciales de mayor densidad de población en el mundo por lo que como consecuencia de la explosión causada por la bomba murieron quince personas –la mayoría de ellos niños y bebés- y 150 resultaron heridas –algunas de ellas con lesiones graves y secuelas permanentes, ocho casas de los alrededores fueron totalmente destruidas, otras nueve casas resultaron destruidas parcialmente y una veintiuna sufrieron daños moderados.

 

Al día siguiente del bombardeo, es decir el 23 de julio de 2002, el portavoz de las Fuerzas de Defensa Israelíes declaró que: “El ataque de anoche del IDF fue dirigido a Salah Shehade y solamente a él. El ataque fue preciso, y fue llevado a cabo con tecnología apropiada. El objetivo es frustrar actividades terroristas futuras próximas mediante un ataque a la fuente misma, es decir Shehade. No hubo intención de hacerles daño a miembros de su familia o a otros civiles.

 

El IDF siente todos los daños ocasionados a personas inocentes. Desgraciadamente, esto es lo que puede ocurrir cuando un terrorista utiliza a civiles como escudos humanos y sus hogares como lugares para refugiarse.”

 

La tecnología sofisticada que poseen las Fuerzas Aéreas Israelíes (IAF) incluyen vigilancia aérea y otros medios de inteligencia, por lo que el tamaño de la bomba –una tonelada- las características del barrio que fue atacado –una de las poblaciones que presentan más densidad en el mundo, hacían prever la magnitud de las muertes, lesiones y destrucciones causadas a personas que supuestamente no eran el blanco buscado, si nos atenemos a lo que han declarado desde la IDF.

 

Resulta aterrador revisar testimonios con el del testigo Ra’ed Mohamad Ibrahim Mattar, quien señaló que en el momento del bombardeo vivía en la casa de al lado de Salah Shehadeh, una construcción de tres pisos y de 160 metros cuadrados junto con su familia, y que relata:

 

“Eran alrededor de las 11.40 pm, yo estaba durmiendo en mi casa junto con mi familia. Me desperté con el sonido de una explosión y no había electricidad. Me di cuenta que estaba caminando en un terreno desigual en ruinas. No me di cuenta de que la casa ya estaba demolida. Cuando iba caminando me caí de mi piso en la primera planta al suelo. Grité por ayuda y toqué la puerta. Mi hermana Maha abrió la puerta y me dijo que la casa estaba destruida sobre nosotros. Entré al edificio para encontrar a mi padre y mi madre intentado salvar a mi hermano Ibrahim, que estaba atrapado debajo de un pilar de cemento. Intenté ayudarlo y levantar algunas de las ruinas que estaban sobre él. Luego lo dejé, busqué una linterna y fui a buscar a mi esposa en el piso pero no la encontré. Bajé nuevamente. Mi madre me preguntó por mi familia y le dije que no había encontrado a nadie. Después de eso no sentí nada hasta que desperté en el hospital. Supe lo que había sucedido al día siguiente, me dijeron que mi esposa y tres de mis hijos habían muerto como consecuencia de la explosión y que la casa, donde está mi piso resultó muy dañada y totalmente demolida en los tres pisos, incluyendo las posesiones y muebles.”

 

Cuando algunos se preguntan el motivo por el cual España ha de ser competente para la investigación y enjuiciamiento de estos hechos debemos remitirnos, junto a lo ya dicho en materia de legislación y compromisos internacionales, al no menos relevante hecho que tras los sucesos el movimiento “Yesh Gvul”, en Israel, tras varios intentos fallidos de correspondencia con las autoridades israelíes, presentó una solicitud el día 30 de septiembre de 2003 ante el Tribunal Superior Israelí instándole a que exigiera al Fiscal General y al Abogado General Militar a abrir una investigación criminal con vistas a iniciar una investigación y juzgar a todas las personas en la cadena del mando del bombardeo.

 

El Estado de Israel respondió con dos argumentos:

 

a.- el primero, que la operación fue proporcional al objetivo militar de asesinar a Shehadeh, y

 

b.- el segundo, que el resultado de dicha operación no había sido intencionado.

 

Tras la contestación de la demanda, el 3 de marzo de 2004, el Tribunal Superior suspendió el asunto a la espera de una decisión relativa a otra demanda interpuesta por el Comité Público contra la Tortura en Israel en enero de 2002, la cual cuestionaba la legalidad de la política de asesinatos del Estado de Israel. En relación con esta última demanda, el día 16 de febrero de 2005 tuvo lugar una vista, sin embargo el asunto fue también suspendido de manera indefinida como consecuencia del compromiso del entonces Primer Ministro en la Cumbre de Sharm-el Sheik en enero de 2005 de suspender la política de asesinatos o “matanzas preventivas”.

 

El movimiento Yesh Gvul solicitó al Tribunal Superior la reapertura de la investigación penal y solicitaron una vista, la cual fue fijada para el 27 de julio de 2005, que finalmente se celebró el 5 de septiembre de ese año siendo el asunto suspendido indefinidamente.

 

Con posterioridad, en noviembre de 2005, la oficina del Fiscal General aceptó volver a abrir las causas provenientes de ambas demandas, realizándose el día 11 de diciembre de 2005 una vista relativa a las dos, donde el Tribunal Superior dictaminó que la demanda relacionada al bombardeo de Al Daraj dependía del resultado de la demanda relativa a la política de asesinatos, dándole un plazo de 20 días al Fiscal General para presentar motivos legales, lo cual no fue realizado.

 

Finalmente el día 13 de enero de 2006 el Tribunal dictó sentencia con respecto al caso de la política de asesinatos, en la cual refrenda los principios de proporcionalidad y distinción, señalando que:

 

“El enfoque de la ley consuetudinaria internacional relativo a los conflictos armados de naturaleza internacional es que los civiles están protegidos de los ataques del ejército. Sin embargo, dicha protección no existe para los civiles “durante el tiempo en que participen en hostilidades” (§51(3) de El Primer Protocolo). Hacer daño a dichos civiles, inclusive si resulta en muerte, está permitido a condición de que no existan otros medios que les dañen menos, y a condición que civiles inocentes cercanos no resulten heridos. Los daños a los últimos deben ser proporcionales. Esta proporcionalidad está determinada en función de un criterio basado en valores que busca el equilibrio entre la ventaja militar y los daños civiles. Como hemos visto, no podemos establecer que un ataque preventivo es siempre legal, al igual que no podemos establecer que siempre es ilegal. Todo depende de si las normas del derecho consuetudinario internacional relativo a conflictos armados internacionales permiten dicho ataque preventivo o no.”

 

Sin embargo dichos principios no fueron aplicados al ataque realizado en Al Daraj, donde murieron 15 personas y hubo 150 heridos civiles, mediante una bomba de una tonelada lanzada en plena zona residencial. Por otra parte, tampoco se dictó sentencia en la demanda sobre este asunto. Por eso, el 21 de diciembre los abogados de Yesh Gvul solicitaron al Tribunal Superior que designara un nuevo tribunal para ver esta demanda, pero hasta la fecha de hoy no hay prevista una vista sobre el asunto.

 

En resumidas cuentas al Estado de Israel no le interesa investigar ni enjuiciar hechos sobre los cuales ellos mismos tienen una responsabilidad clara.

 

Dentro de las múltiples gestiones realizadas a lo largo de estos años, se solicitó al Ministerio de Defensa Israelí que se indemnizara a las víctimas, el cual se negó argumentando que el Estado no era responsable por los daños y perjuicios ocasionados. Con posterioridad, el 18 de diciembre de 2003, se presentó una demanda de indemnización en nombre de la familia Mattar, a los que se unieron otros demandantes, pero con motivo de la modificación de las leyes de ilícito civil en Israel, las que impiden que los Palestinos puedan reclamar daños y perjuicios del Gobierno de Israel, se espera que la demanda sea desestimada.

 

El Estado de Israel ha declarado, en sus contestaciones a las demandas, que el asesinato en sí mismo fue legal y que la operación militar realizada por este motivo fue proporcional al objetivo legítimo de asesinar a Shehadeh, ya que el potencial para la muerte de civiles y la destrucción de bienes fue tomado en cuenta antes de autorizar y llevar a cabo dicho bombardeo.

 

Así, el Estado de Israel ha señalado que:

 

“Es importante subrayar que una de las consideraciones centrales, que se tomaron en cuenta durante todas las fases de preparación de la operación contra Shehadeh y su aprobación fue la consideración de proporcionalidad – la obligación de asegurarse que el atacar a Shehadeh no supondría atacar la población civil de los alrededores, desproporcionado con los objetivos militares que la operación quería lograr. Las discusiones se centraron mayormente en el tema de atacar a civiles como consecuencia de atacar a Shehadeh”

 

“Después de la discusión, por ejemplo, se decidió de llevar a cabo el ataque tarde por la noche (alrededor de medianoche) cuando se suponía que habría pocos peatones en al calle cerca de la casa Shehadeh”

 

“También, toando estos factores en consideración, se decidió utilizar una bomba de 1000 Kg. (la cantidad de explosivos necesarios para lograr con probabilidad razonable el objetivo de la operación) y no dos bombas de 500 Kg.. cada una, porque la utilización de dos bombas aumentaría considerablemente el riesgo de no dar en el blanco, y como consecuencia poner en peligro un edificio cercano al blanco intencionado, ya que una de las bombas podría caer directamente en aquél.”

 

“Al final, después de recibir información precisa de inteligencia sobre el escondite de Shehadeh, se decidió ejecutar la operación conforme al esquema descrito anteriormente. Esta decisión se tomó al más alto nivel, habiendo descrito la importancia de poner fin a la actividad de Shehadeh, a pesar de la información y los cálculos de daños a otras personas que pudieron ocurrir como consecuencia del ataque.”

 

Estos hechos han sido repudiados por toda la comunidad internacional como ilegítimos y desproporcionados, debido a la adelantada y sofisticada tecnología militar con la que cuenta el Estado de Israel como también con el grado de muerte, lesiones y destrucción ocasionada con dicho ataque.

 

Así, el Reino Unido ha sostenido que dicho bombardeo no fue legal ni proporcional. El entonces Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth de dicho gobierno señaló el día 23 de julio de 2002 en las sesiones de la Cámara de los Comunes:


“Me voy a asegurar de que la opinión del honorable caballero, que creo que es compartida por toda la Cámara, relativo a la naturaleza injustificada y desproporcionada del ataque y sus consecuencias sea transmitida al embajador, y mediante él, al Gobierno de Israel”.

 

Con posterioridad, y a raíz del asesinato del Sheik Yassin por el Gobierno de Israel, el 30 de marzo de 2004, confirmó que el Gobierno Británico considera la política de “los llamados asesinatos –matanzas sin más” son: “ilegales, injustificados y contraproducentes, y dañan al argumento que Israel sostiene frente al mundo. El hecho de que las matanzas causaron no sólo la muerte de las personas que Israel considera responsables del terrorismo, sino también transeúntes totalmente inocentes, niños inclusive, simplemente subraya el carácter ilegal del enfoque y su efecto contraproducente.”

 

De la misma manera, dicho ataque fue condenado en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, el día 24 de julio de 2002, como ilegítimo y desproporcionado.

 

En resumidas cuentas existe, por parte de la comunidad internacional, un convencimiento sobre la brutalidad e ilegalidad de dichas acciones pero ningún tipo de actividad judicial se ha desplegado para exigir responsabilidades a los autores materiales y estatales de dichos sucesos, siendo esta la primera vez que se realiza.

 

Para una mejor comprensión de los hechos objeto de la querella que se presenta resulta interesante analizar el comportamiento de los querellados y su posicionamiento ante tan criminal actuación.

 

Dan Halutz responsable directo de estos hechos, quien ha aceptado con orgullo la responsabilidad de la misión en una entrevista realizada con Haaretz el día 21 de agosto de 2002 manifestando que:

 

“La información fue muy precisa. Sin embargo, a veces no se tiene control sobre todo tipo de cosas que ocurren en un espacio que no se tiene a la vista. En retrospectiva, resultó que simplemente no tenía parte de la información, que cambió en el transcurso de la operación...el proceso de toma de decisiones fue correcto, equilibrado, adecuado y prudente.”

 

A los pilotos que realizaron el ataque, con posterioridad, en la misma entrevista señaló que les dijo:

 

“por la noche podéis dormir tranquilamente. Por cierto, yo también duermo bien. Vosotros no sois los que eligen los objetivos, y no fuiste los que eligieron el objetivo en este caso particular. No sois responsables del contenido del objetivo. Vuestra ejecución fue perfecta. Fantástico. Y lo vuelvo a repetir: Aquí no hay ningún problema que les afecta. Hicieron exactamente lo que les dijeron hacer. No se desviaron de ello ni en un milímetro a la derecha o a la izquierda. Cualquiera que tenga un problema con esto que venga a verme.”, y “Es importante para mí que sepan que yo les apoyo al cien por cien, y que estoy al frente, delante de vosotros. Las críticas que se oyen en casa y en el exterior no tienen nada que ver con vosotros. Me pongo como mampara para hacer una separación entre vosotros y las críticas. Todos estos detractores y personas de grandes almas me pueden criticar a mí, y vosotros no tenéis nada que ver con esto.”

 

En el año 1982 asimismo, con motivo de protestas generalizadas por las muertes y lesiones de muchos civiles en el Líbano debido a las “operaciones militares” israelíes, señaló ante la televisión de ese país que no aceptaba el concepto de refugiados inocentes, sino que la mayor parte de ellos son colaboradores.

 

También en una entrevista en televisión con posterioridad al ataque de Al Daraj, cuando se le pregunta que se siente cuando se lanza una bomba sobre una vivienda residencial, señaló que lo único que sintió fue un pequeño temblor en el ala del avión.

 

En la entrevista antes señalada publicada en Haaretz niega admitir que los civiles son inocentes, y anteriormente en una entrevista dada a la BBC reconoce que “de vez en cuando ocurren incidentes y personas que no están involucrados pagan por esta guerra fea”, pasando a describir una misión de asesinato con cuatro helicópteros en el año 2001 en la cual estuvo al mando.

 

Cuando el Tribunal Superior de Israel le ordenó, en el transcurso de la solicitud de ascenso, justificar sus comentarios acerca de este bombardeo, aceptó dichos comentarios pero intentó “quitarles importancia”.

 

Otro de los querellados es Ariel Sharon, Primer Ministro de Israel en ese entonces, quien también solicitó que se llevara a cabo dicha operación y ha elogiado públicamente la misión de bombardeo como “uno de nuestros mayores éxitos”.

 

No menos relevante es Benjamín Ben-Eliezer, en el momento del bombardeo ocupaba el puesto de Ministro de Defensa Israelí. Éste, en una entrevista realizada a la BBC2 admitió ser responsable de la decisión de llevar a cabo el asesinato de Shehadeh Salah y relata su conversación con su secretario militar, Mike Hezog, como:

 

“Yo dije, ´¿has comprobado con todos?´ Quería decir el jefe de inteligencia, los tipos militares. Él dijo, ´he comprobado con todos. Todo está limpio, todos lo recomiendan´ Yo dije, ´Buena suerte´”

 

En el momento del bombardeo, Michael Herzog, era secretario militar de Ben-Eliezer. Este ha admitido que había actuado como enlace entre éste y las otras personas que tomaron la decisión de conseguir la autorización para la operación. Esta operación se llevó a cabo con su organización y asistencia.

 

Giora Eiland, era Jefe de la División de Planificación de las IDF. En una entrevista realizada por la BBC en febrero de 2002 establece cuatro condiciones para realizar asesinatos programados por parte del Ejército de Israel, en la cual no rechaza la posibilidad de víctimas civiles señalando que “lo hacemos cuando creemos que podemos garantizar muy pocas víctimas civiles”.

 

En otra entrevista al mismo medio, transmitida en octubre de 2005 admitió ser responsable como planificador principal de la operación, y tener responsabilidad conjunta por la decisión de utilizar una bomba de una tonelada: “Era posible que una bomba de menos de una tonelada no hiciera el trabajo...que era matarle...Decidimos utilizar la bomba grande. En retrospectiva, esto fue un error.”

 

Con respecto a Moshe Ya’alon, en la fecha que se realizó el bombardeo se desempeñaba como Jefe del Estado Mayor de las IDF y se reportaba directamente al Primer Ministro.

 

En una entrevista publicada en Haaretz el día 29 de agosto de 2002 admitió haber participado en la decisión de llevar a cabo el asesinato de Salah Shehadeh con el objetivo de derribar el edificio con una tonelada de explosivos y de tomar las medidas para llevarlo a cabo:

 

“Fuimos a atacar a una persona que no tenía precedentes, ya que era el comandante de brazo terrorista de Hamas, tanto en Gaza como en Judea-Samaria. Esta es una persona responsable de matar a centenares de personas. Se aferró de forma sistemática a la población civil porque conocía nuestras sensibilidades. En bastantes casos, evitamos atacarlo porque estaba con su mujer o con sus hijas, Shehadeh tenía seis hijas. Más recientemente, nos hicimos las cosas más fáciles y dijimos que aunque su mujer estuviera con él, le atacaríamos. Además hubo una discusión acerca de si no sería correcto atacarle aunque estuviera con sus hijas. Pero decidimos que no, decidimos que no le haríamos daño a sus hijas.”

 

“La tarde-noche del sábado anterior al ataque, tuvimos una discusión. Teníamos claro que para derribar el edificio nos haría falta una tonelada [de explosivos], y la pregunta era si usar una bomba de una tonelada o dos de media tonelada. Nuestra experiencia era de haber lanzado 160 bombas en territorio de Palestina sin matar una sola víctima civil inocente, pero la preocupación era que dos bombas elevaban el riesgo estadístico de fallar.”

 

“Entonces envié a las fuerzas aéreas para que hicieran sus deberes y volvieron con la respuesta de que una bomba de una tonelada era más segura. La evaluación que hicieran del resultado era que se destruiría la casa de Shehadeh y habría daños en el edificio vacío adyacente, y de ventanas rotas en la zona y revestimientos de hojalata de las chozas hojalata saldrían volando por los aires. Habría heridos, pero no muertos. En retrospectiva, sin embargo, resulta que el edificio contiguo no estaba vacío. La ejecución por parte de las fuerzas aéreas fue perfecta, pero la falta de información relativa a la casa adyacente presentó un problema. Se mataron a seis niños en esa casa.”

 

Abraham Dichter era el Director del Servicio General de Seguridad (GSS) y reportaba directamente al Primer Ministro, Ariel Sharon. El GSS trabaja en estrecha colaboración con las Fuerzas Aéreas Israelíes (IAF) y suministra la inteligencia necesaria para llevar a cabo “asesinatos selectivos”, incluido el proponer objetivos y proporcionar información sobre el paradero de los objetivos. La aprobación final para dispararle al objetivo desde el aire viene del GSS, mientras que las IAF deciden si se puede ejecutar una orden en cuanto a las condiciones meteorológicas en el momento del ataque.

 

La participación conjunta el GSS (también denominado Agencia de Seguridad Israelí o ISA) y las IDF a los niveles más altos está confirmada en el informe del Ministerio Israelí de Asuntos Exteriores del 2 de agosto de 2002. Dicho informe admite que el bombardeo fue una empresa conjunta entre las IDF y la ISA y concluye diciendo:

 

“Las ISD y la ISA seguirán luchando contra el terrorismo y evitar ataques terroristas contra ciudadanos israelíes, a la vez que seguirán tomando todas las medidas posibles para evitar herir a civiles inocentes en los alrededores.”

 

Debido a una demanda civil presentada contra Abraham Dichter en los EE.UU. en relación con este bombardeo, el embajador de Israel en dicho país señaló en una carta enviada al Tribunal que las demandas “cuestionaba[n] acciones soberanas del Estado de Israel, aprobadas por el gobierno de Israel en defensa de sus ciudadanos de ataques terroristas.”

 

Abraham Dichter participó en la decisión de autorizar el “asesinato selectivo” de Shehadeh y tuvo parte en la planificación de la operación de utilizar una bomba de una tonelada para ejecutarlo. Como jefe del GSS no tomó las medidas adecuadas y necesarias para impedirles a sus subordinados bajo su mando llevar a cabo el bombardeo, y/o no denunció, disciplinó o castigó a sus subordinados por llevar a cabo el bombardeo.

 

Doron Almog, por último, como Comandante del Mando Sur de las IDF (responsable de toda la Franja de Gaza) y sólo un nivel por debajo del Jefe del Estado Mayor, participó en la planificación de la operación y la aprobó personalmente.

 

De la misma manera, y como en todos estos tipos de operaciones de las IDF, el comandante de las tropas en la zona designada para ser destruida habría tenido que asegurarse que todas las tropas bajo su mando estaban fuera de la zona del objetivo del bombardeo en dicho momento, por lo que no se habría llevado a cabo ésta hasta que dicho comandante se hubiera asegurado de que no había tropas de las IDF dentro de la zona del objetivo.

 

Viernes 27 de junio de 2008

SACANDO EL CARNÉ DE CONDUCIR EN RAFAH:

LO QUE HA CAMBIADO ISRAEL EN 15 AÑOS

 

Por Neve Gordon, Counterpunch / Rebelión

Traducido para Rebelión por LB

Solo necesité un instante para comprender por qué mi relato acerca de unos cuantos incidentes relativamente anodinos que se habían producido hacía años en mi instituto produjeron semejante efecto en los universitarios a los que impartí clases durante el semestre del otoño del 2006.

 

En una de mis anécdotas hacía alusión a algunos compañeros míos de clase que vivían en los asentamientos judíos del extremo norte de la Península del Sinaí. Era 1981 y al año siguiente se verían forzados a abandonar sus hogares como parte del acuerdo de paz entre Israel y Egipto; ahora bien, en ese momento, le dije a mis alumnos, la evacuación no parecía algo inminente, por lo menos para muchos adolescentes para los cuales cada año se prolonga indefinidamente. Una cuestión que sí nos preocupaba, continué, era aprender a conducir. Conté a mis alumnos cómo mis amigos de las comunidades agrícolas ubicadas en el Sinaí y en la pequeña ciudad de Yamit tomaban sus lecciones en la ciudad palestina de Rafah y fueron los primeros en obtener el carné de conducir.

 

A mis alumnos de la facultad de políticas y administración de la Universidad Ben-Gurion esta historia les pareció incomprensible. Simplemente, no podía imaginar a israelíes adolescentes tomando clases de conducción en el centro de Rafah, una población que en sus mentes no es más que un nido de terroristas plagado de túneles utilizados para el contrabando de armas procedentes de Egipto, armas que posteriormente serán utilizadas contra objetivos israelíes.

 

Aunque la diferencia de edad media entre yo y mis alumnos es tan sólo de 15 años, nuestras perspectivas son radicalmente diferentes. Cuando yo era estudiante en la escuela agrícola Eshel Hanasi, a menudo hacía auto stop para regresar de la escuela a mi casa en Beer Sheva en los taxis palestinos de la Franja de Gaza. En el contexto actual del conflicto palestino-israelí algo así es simplemente inconcebible. Los taxis de los territorios ocupados no pueden entrar en Israel, e incluso si pudieran obtener un permiso de entrada los judíos de Israel tendrían miedo de usarlos.

 

Hace dos décadas los palestinos eran parte integrante del paisaje de Israel, principalmente como obreros ínfimamente remunerados que construían casas, limpiaban calles y realizaban tareas agrícolas. Sin embargo, en los últimos años han desaparecido, literalmente. En la década de 1980 la mayoría de los israelíes y de los palestinos podían viajar libremente entre los territorios ocupados e Israel y, en muchos aspectos, se sentían seguros al hacerlo. En estos momentos los palestinos están encerrados en la Franja de Gaza y los israelíes no están autorizados a entrar en la zona. Los palestinos de Cisjordania están encerrados detrás de una barrera de separación y sólo los colonos judíos que viven se desplazan libremente entre Cisjordania e Israel.

 

En consecuencia, la mayoría de mis estudiantes nunca han hablado con palestinos de los territorios ocupados, excepto quizás como soldados durante su servicio militar. Su conocimiento de los palestinos se limita, por lo tanto, a pequeñas briznas de noticias de tres minutos de duración referidas casi siempre a ataques palestinos contra objetivos israelíes o a ataques militares israelíes contra ciudades palestinas.

 

La reacción de los estudiantes frente a mis experiencias adolescentes es, por lo tanto, comprensible, aunque pone de manifiesto una cuestión fundamental que a menudo se pasa por alto: a saber, que la ocupación israelí ha cambiado drásticamente en los últimos cuatro decenios, y en particular desde el estallido de la segunda Intifada en el año 2000. Algunos de los cambios —los más perniciosos son la actual expansión de los asentamientos y el cierre hermético de la Franja de Gaza y de Cisjordania, que en muchos sentidos han sido factores determinantes del ascenso de Hamas— se examinan con frecuencia en los medios de comunicación y son correctamente interpretados como obstáculos para la posibilidad de que los israelíes y los palestinos lleguen a un acuerdo de paz basado en la solución de dos Estados. El cambio que casi nunca se menciona es la actual falta de contacto entre los israelíes de a pie (en contraposición a los soldados y los colonos) y los palestinos.

 

El muro de separación construido en el interior de los territorios palestinos es lo que mejor simboliza este cambio. Uno de sus muchos efectos devastadores es la ruptura de prácticamente todo contacto cotidiano entre los dos pueblos. La generación más joven a ambos lados de la Línea Verde ya no ve a los “otros” como seres vivos de carne y hueso, sino como estereotipos a menudo empapados en prejuicios y suposiciones racistas.

 

La alienación entre los judíos de Israel y los palestinos sirve por tanto a los intereses de todos los que le gustaría presentar a la otra parte como un perpetuo y mortal enemigo.

 

Los efectos de este cambio no deberían subestimarse. Por decirlo rápidamente, parece que la generación (judía) más joven dentro de Israel es menos proclive que nunca a apoyar a un líder que tenga el coraje de iniciar un acuerdo de paz justo basado en la plena retirada a las fronteras de 1967, en la devolución de Jerusalén Oriental y en algún tipo de solución creativa para los refugiados palestinos.

 

Trágicamente, después de 41 años de ocupación la solución de dos Estados parece más lejana que nunca. La paz en el presente contexto, como ha argumentado convincentemente el activista pro paz israelí y ex miembro del Knesset Uri Avnery, es como franquear un abismo. No se puede hacer a pasitos cortos sino solamente dando un gran salto. Las reacciones de mis estudiantes sugieren que la distancia entre los dos pueblos está haciéndose cada día mayor.

 

Martes 24 de junio de 2008

REFUGIADOS PALESTINOS, UN CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD

 

Por Suhail Hani Daher Akel*, Rebelión

El exilio de los palestinos constituye una grave violación a los principios básicos de la ley internacional de los derechos humanos y un crimen contra la humanidad. Israel es el responsable.

 

La población de Palestina ocupada es de 3.8 millones de palestinos (según censo julio 2005), entre ellos casi 300 mil viven en Jerusalén ocupada. Por su parte, 1.4 millón de palestinos viven en la línea de 1948, bajo bandera israelí.

 

Se estima en más de 6 millones de desplazados y refugiados palestinos. Incluidos los refugiados palestinos de 1948, luego de la unilateral creación de Israel sobre Palestina y el robo de su tierra.

 

Las Naciones Unidas el 11 de diciembre de 1948, en su resolución 194, obligó a Israel el retorno de los refugiados palestinos a sus hogares. La potencia ocupante convirtió la resolución en tinta sobre papel y nunca la respeto. El mundo calló.

 

Los refugiados registrados por la UNRWA, superan los 4.5 millones de palestinos. Los no registrados desde 1948, alcanzan 1.54 millón. Luego de la guerra de ocupación israelí de 1967, 753 mil palestinos más fueron convertidos en refugiados, perdiendo sus hogares y sus tierras.

 

Según Naciones Unidas, el 20 de Junio se conmemora el “Día del Refugiado”. Después de 60 años de exilo, para los palestinos fue un día más en su largo camino de sufrimiento.

 

Con motivo de la fecha. Las estadísticas de la agencia de refugiados United Nations Relief Works Agency (UNRWA), registraron en los finales de 2007, la conmovedora cifra de 4.56 millones de refugiados palestinos. De ellos, el 41.7 por ciento vive en Jordania, el 23 por ciento en la Franja de Gaza, 16.3 por ciento en la Zona Norte de Palestina (Ribera Occidental), 9.9 por ciento en Siria y el 9.1 por ciento se encuentra en el Líbano.

 

El porcentaje de los refugiados en el territorio palestino ocupado, en el año 2006, representó el 44.6 por ciento de la población palestina. De los cuales, el 19.4 por ciento vive en la Ribera Occidental y 25.2 por ciento en la Franja de Gaza.

 

Según datos propiciados por la Oficina Central Palestina de Estadísticas (PCBS siglas en inglés), los refugiados en Palestina ocupada se caracterizan por ser una población joven. El 45.8 por ciento están por debajo de los 15 años de edad, en relación del 45.3 por ciento de los no refugiados. Mientras, el 2.8 por ciento son mayores de 65 años.

 

La terrorista sionista y luego premier israelí Golda Meir, solía decir en la década del ’70: “no les tengo miedo a los guerrilleros (fedayines) palestinos, sino al vientre de las mujeres palestinas”.

 

El grado de fertilidad de los refugiados en el territorio palestino ocupado en el 2006, fue de 5 nacimientos por mujer madre. Tasa similar, tuvo la mujer palestina refugiada en Jordania, en el 2000. En Siria, 3 en el 2003 y con más de 3 nacimientos en los campos del Líbano en 2006.

 

Más del 2.6 por ciento de los refugiados se ven afectados por discapacidad, a diferencia del 2.4 ciento de los no refugiados. Además, el 9.8 por ciento sufren enfermedades crónicas y están medicados.

 

Sobre el índice del desempleo. Los refugiados mayores de 15 años en Palestina, durante el primer trimestre de 2008, pasaron los niveles del 26.1 por ciento, comparado con el 20 por ciento de los no refugiados.

 

En el tema del analfabetismo. Los refugiados mayores de 15 años en el territorio palestino durante el primer trimestre 2007, marcó el 5.7 por ciento, frente al 6.5 por ciento de los no refugiados. El grado de analfabetismo entre los palestinos de los campos de refugiados de Jordania en el 2000, fue aproximadamente del 17.6 por ciento. En Siria, durante el 2006, superó el 16.5 por ciento y en el Líbano llegó al 25.5 por ciento.

 

Finalmente, la tasa de deserción escolar de los niños refugiados de 6 años en adelante, alcanzó el 22.6 por ciento en las escuelas palestinas durante el 2006. El 23.4 por ciento de ellos, fueron varones y 21.8 por ciento, mujeres.

 

En mi condición de refugiado palestino desde 1948, estoy apesadumbrado por la indiferencia y la falta de reacción del mundo por este flagelo.

 

(*) Ex Embajador del Estado de Palestina en la Argentina

 

Lunes 23 de junio de 2008

“ISRAEL NOS CASTIGA POR NEGARNOS A MORIR”, DECLARA UN PARLAMENTARIO PALESTINO

 

Por Khalid Amayreh, The Palestinian Information Center/Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Un parlamentario palestino recientemente liberado de las cárceles israelíes ha acusado a Israel de “adoptar tácticas nazis” y aplicárselas a los prisioneros palestinos. Bassem al Za’arir, de 45 años, que vive en la ciudad de Sammou, al suroeste de Hebrón, ganó un escaño en las elecciones para el Consejo Legislativo Palestino de enero de 2006.

 

Sin embargo, pocos meses después, Za’arir y docenas de parlamentarios, ministros de gabinete, alcaldes y otros funcionarios elegidos de orientación islámica fueron violentamente secuestrados por soldados israelíes como parte de un conjunto de actuaciones generalizadas contra los seguidores y simpatizantes de Hamas.

 

Israel manifestó que los secuestros eran una respuesta a la captura de un soldado del ejército ocupante israelí por parte de los combatientes palestinos por la libertad. Sin embargo, Hamas sostiene que la enemistad judía frente al Islam fue el principal motivo que impulsó esas actuaciones, que implicaron también el arresto de miles de supuestos activistas islámicos así como el cierre y confiscación de numerosas instituciones educativas y asistenciales islámicas.

 

ABSURDO SISTEMA JUDICIAL

Al-Za’arir calificó su detención de 24 meses de “inmensa experiencia traumática”.

 

“Si cualquier tribunal de cualquier lugar del mundo hubiera llevado mi caso, no habría permanecido en la cárcel ni un solo día. Pero Israel y Justicia son un escandaloso oxímoron. Y creo que los israelíes mismos son conscientes de ese escándalo”.

 

El parlamentario palestino dijo que, en un determinado momento, el fiscal del ejército israelí le confundió con otra persona y pretendió castigarle por las violaciones perpetradas por otro.

 

“No sé cómo describir el sistema judicial israelí. Imagine que querían culparme por las declaraciones hechas por Mahmoud al Zahhar (otro dirigente de Hamas de Gaza) a la cadena de televisión Al Yasira, como si yo fuera responsable de todas las palabras pronunciadas por personas y dirigentes que no le gustan a Israel”.

 

Al-Za’arir dijo que la principal razón tras la encarcelación colectiva de docenas de parlamentarios, alcaldes y ministros de gabinete fue “castigar al pueblo palestino por haber elegido a todas esas personas”.

 

“Su mensaje fue muy claro, nosotros estamos por encima de vosotros y por encima de vuestra voluntad nacional y que Israel, y sólo Israel, tenía la última palabra, y que es Israel, no el pueblo palestino, quien decide quién representa a los palestinos”.

 

Al Za’arir dijo que las acusaciones presentadas en contra de casi todos los secuestrados eran absolutamente parecidas.

 

“Me acusaron de pertenecer a una organización anti-israelí que actúa en contra de los intereses de Israel y de suponer una amenaza para la seguridad de la región en que vivimos”.

 

DESCRIBIÓ LAS ACUSACIONES COMO “PREPARADAS, IMPRECISAS Y FALSAS”.

“Cuando le dije al juez que yo participé en unas elecciones que el gobierno israelí había aprobado y que si la participación en esas elecciones iba contra la ley, Israel debía haber aclarado previamente que pensaba a arrestar a todos los que participaran en ellas”.

 

“Sin embargo, el fiscal general del ejército israelí sostuvo que el gobierno israelí tenía derecho a cambiar retrospectivamente de opinión. Entonces nos dijo que nos habían arrestado como represalia por la captura de Gilad Shalit”.

 

EXTENDIDA VIOLENCIA

Al-Za’arir definió el trato aplicado a los prisioneros palestinos de “esencialmente bestial”.

 

“Nos trataron exactamente como los nazis trataron a los judíos durante la II Guerra Mundial. Sí, no había cámaras de gas, pero la mentalidad, el rencor y la virulenta hostilidad eran las mismas. La forma en que tratan a los prisioneros palestinos está planeada para humillar, insultar, atormentar y causar tanto dolor psicológico y emocional como sea posible”.

 

Citó, como ejemplo, los registros de los prisioneros desnudos que de vez cuando llevan a cabo.

 

Señaló que incluso a Aziz Duweik, portavoz del Consejo Legislativo Palestino, le colocaron grilletes como si fuera un peligroso criminal.

 

Dweik, profesor de Planificación Urbana, formado en EE.UU., fue violentamente secuestrado de su casa en Ramalá hace casi veinte meses. Las tropas israelíes arrasaron y saquearon también su hogar.

 

“No hay justicia ni decencia ni civismo en el sistema de justicia israelí en lo que respecta a los no judíos en general y a los palestinos en particular. Sí, tratan a su propio pueblo (judíos) de acuerdo con la ley, pero el imperio de la ley termina en cuanto empiezan los derechos palestinos. Estamos fuera de la protección de la ley, nuestras vidas y derechos dependen casi completamente del humor y capricho del Shin Bet (la principal agencia de inteligencia interior de Israel).

 

Al parlamentario palestino se le castigó con la técnica de tortura del “viaje de la muerte”, por el que se hace viajar a los prisioneros cientos de kilómetros por todo Israel confinados en una cámara de metal que parece un horno y va sujeta encima de un coche.

 

“Imagine la agonía que supone estar metido hasta 24 horas en una cámara mugrienta a altas temperaturas y casi sin oxígeno. Es un auténtico calvario”.

 

Israel retiene en la actualidad a unos 12.000 prisioneros políticos y de la resistencia palestino, la mayoría sin acusaciones ni juicio.

 

Muchos de los detenidos son profesionales de alto nivel, como profesores de facultad, doctores, maestros y periodistas, que fueron arrestados por su oposición, no violenta, a la ocupación israelí.

 

En los últimos años, Israel ha venido aplicando cada vez más la denominada detención administrativa, por la cual un determinado activista político palestino y crítico de la ocupación israelí puede estar encarcelado hasta nueve años sin acusación ni juicio.

 

Lunes 23 de junio de 2008

CAMBIOS EN LA DEMOGRAFÍA PALESTINA

 

Por Iqbal Tamimi, Palestinian Think Tank/Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

Desde que en 1948 se produjo la Nakba, Israel ha ido expulsando al 85% de la población palestina de su tierra. Esto ha hecho que Gaza se transforme en la zona del mundo más densamente poblada.

 

Desde la Nakba, la cifra de la población palestina se ha multiplicado por siete, a pesar de la dura situación y trágicas circunstancias en que transcurre su vida, según afirmó el Director de Estadísticas Palestinas, el Dr. Luai Shabana. En la actualidad, Israel ocupa las tres cuartas partes de Palestina y ha destruido 531 grupos de población.

 

La grave situación palestina representa una etapa oscura en la historia moderna. La población palestina fue expulsada de su patria, privada de sus tierras, casas y propiedades y obligada a buscar refugio por todo el mundo, enfrentando todo tipo de sufrimientos y tragedias.

 

NAKBA SIGNIFICA CATÁSTROFE = LIMPIEZA ÉTNICA

El término “catástrofe” se utiliza habitualmente para describir desastres naturales como terremotos, volcanes y huracanes.

 

Pero la grave situación palestina o “catástrofe” no es el resultado de ninguna causa natural, sino de un acto de limpieza étnica, destrucción y expulsión de gente desarmada de su tierra; el desplazamiento de una población con objeto de instalar a otro grupo ocupando su patria. Ese horror no sobrevino como fruto de una crueldad de la naturaleza, fue el resultado de esquemas militares inducidos y de colusión entre estados.

 

En 1948 había 1,4 millones de palestinos viviendo en 1.399 pueblos y ciudades de Palestina. 800.000 fueron expulsados y obligados a buscar un lugar donde refugiarse en los países vecinos y en otras partes del mundo.

 

Los datos documentados en la página de Internet “En memoria de Palestina” revelan que, desde la Nakba, Israel se ha apoderado de 774 pueblos y ciudades palestinas y destruido otros 531. Las fuerzas ocupantes cometieron más de 70 masacres contra los palestinos y asesinaron a más de 15.000.

 

HECHOS DEMOGRÁFICOS

La realidad demográfica actual es la siguiente: después de 60 años, la población palestina se ha multiplicado por siete.

 

La población palestina era de 1,4 millones en 1948, mientras que las estimaciones para 2008 son de 10,5 millones. Cinco millones siguen viviendo aún en Palestina, según las estadísticas de finales de 2007. Mientras, los continuos esfuerzos para importar judíos de todas las partes del mundo para albergarles en las tierras de los palestinos expulsados han logrado alcanzar los 5,5 millones, por lo que prosigue sin pausa el proceso de construcción de asentamientos para esos recién llegados en las tierras usurpadas palestinas.

 

Según estimaciones y estadísticas, los árabes palestinos y los judíos tendrán cifras de población similares en 2016.

 

Según datos de la Agencia de Ayuda al Refugiado, el número total de refugiados palestinos en Jordania, Siria, Líbano y los territorios palestinos, a finales de 2007, era de casi 4,6 millones. El 42% está en Jordania, el 10% en Siria, el 9% en el Líbano, el 16% en Cisjordania y el 23% en la Franja de Gaza.

 

Una tercera parte de los refugiados palestinos vive en 59 campos, repartidos en 10 campos en Jordania, 10 en Siria, 12 en Líbano, 19 en Cisjordania y 8 en la Franja de Gaza. El tamaño medio de la familia palestina en Jordania es de 5,1 personas, mientras que la media en Siria es de 4,1 y de 3,8 en el Líbano.

 

Estas son las cifras mínimas estimadas sólo de refugiados palestinos registrados. No se incluyen los palestinos que fueron expulsados después de 1949, o después de la ocupación de 1967. Y no incluyen a los palestinos que fueron evacuados a la fuerza de Cisjordania en 1967 tras la guerra (y que no eran refugiados de las zonas evacuadas en 1948).

 

Se estima que la cifra de residentes palestinos a los que Israel no consiguió echar a la fuerza de su patria en 1948 es de 154.000 ciudadanos. La cifra estimada en el sesenta aniversario de la Nakba reveló que esa cifra había crecido hasta convertirse en 1,2 millones (su ratio es de 103,7 hombres por cada 100 mujeres palestinas).

 

El tamaño medio de una familia palestina es de 4,7 personas. El 40,2% de la población es menor de 15 años, y el 3,2 supera los 65.

 

La densidad de población en Palestina en 1948 era de 73 personas por kilómetro cuadrado, comparado con 389 personas por kilómetro cuadrado de 2007.

 

La densidad de población total en los territorios palestinos al final de 2007 era de 625 personas por kilómetro cuadrado. En Cisjordania era de 417 personas por kilómetro cuadrado y en la Franja de Gaza había aumentado hasta 3.881 personas por kilómetro cuadrado.

 

En Israel, la densidad de población total, tanto árabes como judíos, en 2007 era de 317 personas por kilómetro cuadrado. La mayor parte de los colonos judíos están siendo ubicados en Jerusalén en un intento de transformar la ciudad en una ciudad completamente judía.

 

A finales de 2007, la cifra de asentamientos judíos en Cisjordania llegó a 144, y la de colonos a medio millón. El 54,6% viven en Jerusalén, el 42% de ellos en tierra palestina árabe robada por la fuerza tras la ocupación israelí de Cisjordania de 1967.

 

Fuentes:

* Oficina Central Palestina de Estadística

* Dr. Wael R. Ennab, Director del Programa Académico para el Estudio de las Migraciones Involuntarias

* Universidad Nacional de An Nayah, Cisjordania

* Dr. Justin McCarthy, Profesor de Historia, Universidad de Louisville, Kentucky.

 

Lunes 23 de junio de 2008

YA SON MÁS DE SEIS MILLONES LOS REFUGIADOS PALESTINOS REPARTIDOS POR TODO EL MUNDO, SEGÚN OCEP

 

Fuente: Agencia Europa Press

La Oficina Central de Estadísticas Palestina (OCEP) hizo ayer públicos los resultados de su último estudio, que asegura que el número de refugiados palestinos repartidos por el mundo supera ya los seis millones.

 

El informe, recogido por la agencia de noticias Wafa, cita fuentes de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA por sus siglas en inglés), que apuntan a que el total de refugiados registrados era de 4,56 millones a finales de 2007. De ellos, el 41,7 por ciento viven en Jordania, el 23 por ciento en la Franja de Gaza, el 16,3 por ciento en Cisjordania, el 9,9 por ciento en Siria y el 9,1 por ciento en Líbano. Además, se estima que el número de refugiados no registrados podría ser de 1,5 millones.

 

El estudio del OCEP indica que en 2006 los refugiados suponían el 44,6 por ciento de la población de los Territorios Palestinos. “Los refugiados de los Territorios Palestinos se caracterizan por su juventud. El 45,8 por ciento tienen menos de 15 años, frente al 45,3 por ciento de los no refugiados. Además, el 2,8 por ciento tiene 65 años o más, frente al 3,1 de la población no refugiada”, explica el informe.

 

El porcentaje de población menor de 15 años entre los refugiados en Jordania en 2000 es del 41,7 por ciento, del 33,1 por ciento en Siria en 2003 y del 33 por ciento en Líbano en 2006.

 

La media de hijos de las mujeres palestinas refugiadas era de 4,9 en 2006. Esta tasa es similar en Jordania (4,6) por datos de 2000, mientras que ésta es inferior en Sira (2,4) y Líbano (2,3), según los datos de 2006.

 

De media, los hogares de los Territorios Palestinos cuentan con 6,3 personas, según los datos de 2006, mientras que en Jordania, Siria y Líbano son de 5,4, 4,1 y 3,8, respectivamente.

 

También los refugiados se ven más afectados por las discapacidades y lesiones, ya que un 2,6 por ciento de los refugiados tiene algún tipo de discapacidad frente al 2,4 por ciento de los no refugiados.

 

Además, el 9,8 por ciento de los refugiados padecen alguna enfermedad crónica y reciben medicación, un porcentaje superior al 9,4 por ciento correspondiente a la población no refugiada.

 

Con respecto a la tasa de desempleo, contando a los refugiados mayores de 15 años que viven en los Territorios Palestinos, el 26,1 no tenía empleo, frente al 20 por ciento de los no refugiados.

 

Y en educación, sin embargo, el analfabetismo en los mayores de 15 años era entre los refugiados del 5,7 por ciento, frente al 6,5 de los no refugiados, según los datos del primer trimestre de 2007.

 

En Jordania, la tasa de analfabetismo era del 17,6 por ciento, según datos de 2000, mientras que en Siria el porcentaje de 2006 llegaba al 16,5 por ciento. Por último, entre los refugiados de Líbano, llegaba en 2006 al 25,5 por ciento.

 

Domingo 22 de Junio de 2008

¿ENTONCES, OBAMA?

 

 Por Juan Gelman

El periódico israelí Haaretz se refirió a la cuestión: el Instituto de Washington para políticas en el Lejano Oriente (WINEP, por sus siglas en inglés) había publicado la versión final del informe preparado por su grupo de trabajo sobre el futuro de las relaciones EE.UU.-Israel. Señala: “El título es llamativo: ‘Cómo profundizar la cooperación EE.UU.-Israel frente al desafío nuclear iraní’. Pero no menos llamativa es la lista de las personas que avalaron el informe: Tony Lake y Susan Rice, de la campaña de Obama, Vin Weber, James Woolsey del campo de McCain” (www.haaretz.com, 15-6-08). Los dos candidatos a la presidencia, el pacifista (¿o no?) demócrata y el neohalcón republicano, juntos en la fundamentación de una guerra contra Irán.

 

El WINEP es un think-tank financiado por el Comité estadounidense-israelí de asuntos políticos (AIPAC, por sus siglas en inglés), el lobby más poderoso de Washington, pro Tel Aviv, desde luego. “Hay una manera –propone Haaretz– de ponerlo en forma de titular periodístico: los asesores de Obama y de McCain están de acuerdo: EE.UU. e Israel deben considerar una acción militar preventiva contra Irán”. Que, para que no ocurra, debe abandonar su presunto programa de fabricación de armas nucleares. Esto es curioso: al finalizar el año pasado, los 16 servicios estadounidenses emitieron por consenso su Estimación Nacional de Inteligencia (NIE, por sus siglas en inglés) en la que asientan que Teherán canceló en el 2003 la pretensión de fabricar bombas nucleares y que es improbable que produzca el uranio enriquecido necesario para ello antes del 2010 o el 2015 (www.odni.gov, 3-12-07). Pareciera que esa conclusión disgustó a Obama y McCain.

 

El informe del WINEP subraya que la NIE “tuvo la no buscada consecuencia de mitigar el sentido de urgencia de la presión (sobre Irán)”. Se preocupa por Israel, al que insatisfacen la distensión y contención a la manera de la Guerra Fría, hecho que lo puede empujar a una acción independiente. Tel Aviv, por lo demás, no oculta sus intenciones. El viceprimer ministro israelí Shaul Mofaz declaró públicamente que las sanciones de la ONU a Teherán son ineficaces y que “no hay otra alternativa” que la guerra. El primer ministro Olmert se reunió con W. Bush para concertar una acción conjunta, según anticipó el periódico israelí conservador Yediot Aharonot. Y el futuro mandatario de EE.UU. –sea demócrata, sea republicano– ya está de acuerdo.

 

Durante las internas demócratas, Obama habló de negociar con Irán, pero el informe del grupo de trabajo que firmaron sus dos asesores principales pide que se inicie “un diálogo nacional” para convencer al pueblo norteamericano de que Irán es un peligro nuclear. También recomienda que cada uno de los dos candidatos nombre un par de consejeros con capacidad de decisión para integrar un foro que analizaría la aplicación de “opciones coercitivas (como un embargo a las exportaciones de petróleo de Irán o a sus importaciones de productos petroquímicos”, así como “una acción militar preventiva”. Claro que el informe no menciona que Israel posee 150 bombas atómicas, según declaró el ex presidente Jimmy Carter (www.timesonline.co.uk, 26-5-08). Para qué recordarlo.

 

Obama se opuso a la guerra contra Irak desde el primer momento y habló de la necesidad de un cambio en EE.UU. que abarcara a la política exterior. Pero lo primero que hizo al día siguiente de ganar las internas fue presentarse ante una asamblea del AIPAC, amenazar a Irán, proclamar “Jerusalén indivisa, capital de Israel para toda la eternidad” –una muletilla que hasta los neoconservadores han retirado de circulación–, pedir 30 mil millones de dólares adicionales de ayuda militar a Tel Aviv y culpar solapadamente a los palestinos del congelamiento del proceso de paz callando que hace 40 años que las tropas israelíes ocupan los territorios destinados por la ONU a la creación de un Estado palestino. Los silencios de Obama son más elocuentes que él.

 

El Partido Demócrata basó su prédica en la retirada de los efectivos de Irak durante las elecciones intermedias del 2007 y así logró un tenue control en la Cámara de Representantes y el Senado. Nunca pudo imponer cláusulas vinculadas con el regreso a casa de las tropas a la asignación de sumas enormes para la ocupación de Irak y Afganistán. El Pentágono presiona: ahora exige que antes del 4 de julio que viene el Congreso apruebe una nueva partida de 165.000 millones de dólares para financiar las dos guerras. Los demócratas están dispuestos a votarla sin condiciones ya. Se habrán cansado.

 

Jueves 19 de junio de 2008

PREMIAR AL AGRESOR

 

Por Meir Margalit*, Rebelión

La iniciativa Europea que está por aprobarse próximamente, de elevar el nivel de cooperación entre Israel y la Unión Europea, es una bofetada a la paz y a la justicia.

 

Aquellos estadistas europeos que suponen que elevando el nivel de cooperación con Israel, le hacen a ella un favor, están muy equivocados. Dicho reconocimiento se percibe en Israel como una aprobación implícita de su política militarista, y por ende apuntala aun más la ocupación. La actitud europea no sólo no es ética, sino contraproducente para el propio Israel. Si la UE realmente apoyara a Israel, tendría que presionarla hasta que finalice la ocupación militar de los territorios palestinos. Esto es lo mejor que le podría pasar a Israel, ya que más allá de los estragos que provoca al pueblo palestino, la ocupación esta desgarrándola por dentro y terminara aniquilándolo. Israel está dotado de un mecanismo de auto-destrucción que funciona a partir de la ocupación de los territorios árabes durante la guerra de los 6 días en junio del 67, y desde entonces, el Estado de Israel va de mal en peor. Si Europa quisiera realmente salvar a Israel de sí mismo, tendría que desactivar ese mecanismo fatal, poniéndole en claro que la comunidad internacional no aceptara la violación masiva de derechos humanos que Israel esta perpetuando en los territorios ocupados.

 

Se trata por sobre todo de una actitud ética y moral, ya que aquel que recompensa al agresor se transforma en cómplice de sus agresiones. Más allá de lo ético, dicha iniciativa contradice sus propias reglamentaciones, que estipulan claramente, que cada Estado que firma acuerdos con la Unión Europea se compromete a respetar los derechos humanos. Israel no cumple con tales reglamentaciones y se ha convertido en una gran maquinaria de violación de derechos humanos. ¿Por qué, entonces, abrirle nuevas puertas y optimizar la relación con Israel en lugar de inducirla a acabar con estas descaradas violaciones?

 

Este tipo de respaldo es el abono con el que florece la ocupación. Israel oprime y Europa respalda al opresor. Esto constituye una falta de vergüenza, y de honestidad. Europa, que ya hace casi un siglo ha abandonado sus manías imperialistas, no puede apoyar a un Estado que todavía esta incrustado en su fase imperialista y expansionista. Europa, que ha implantado un código inmutable de respeto por los derechos humanos para con sus países no puede eximir a Israel de ese código. El mensaje que Europa transmite es doble y desconcertante. Por un lado la UE apoya a movimientos pacifistas israelíes a través de millones de euros invertidos en planes de apoyo a la paz, y por otro lado, refuerza la línea dura y la ocupación. Con una mano, acaricia a los activistas pacifistas que luchan contra la ocupación, con la otra apoya la política agresiva del gobierno responsable de aquella ocupación. En español esto se denomina- hipocresía! En nombre de todos aquellos israelíes que luchamos por la paz y la justicia, me tomo el permiso de hacer una propuesta a la Unión Europea- dejen de financiar a nuestras organizaciones y paralelamente dejen de apoyar al Estado de Israel. Si así lo hicieran, ustedes ahorrarían dinero mientras que nosotros ahorraríamos el sufrimiento que este conflicto produce a miles de palestinos e israelíes.

 

Por apego a mi país, le ruego a España que no apruebe dicho convenio. Lo mejor que Europa puede hacer por Israel es presionarlo hasta que cambie la política que está implementando en el Oriente Próximo. Más allá de intereses económicos o de presiones estadounidenses, Europa debe ser leal a sus principios y tomar una decisión ética que no premie a Israel por su conducta descarada, sino que le ayude a salir del pantano en el que está estancada.

 

Jerusalén, 16 de junio de 2008

 

* Meir Margalit pertenece al Israelí Committee Against Mouse Demolitions.

 

Jueves 19 de junio de 2008

¿EL PRIMER PASO HACIA UNA PAZ DURADERA?: UNA DISCULPA

 

Por Uri Avnery, Counterpunch/Rebelión

Traducido para Rebelión por LB.

Esta semana el Primer Ministro de Canadá ha realizado en el Parlamento una declaración dramática: ha pedido perdón a los pueblos indígenas de su país por las injusticias que durante generaciones cometieron contra ellos los sucesivos gobiernos de Canadá.

 

De esta manera, la Canadá blanca trata de hacer la paz con las naciones nativas, cuyo país conquistaron sus antepasados y cuya cultura los gobernantes blancos han tratado de extirpar.

 

Pedir perdón por los errores del pasado se ha convertido en parte de la moderna cultura política.

 

Una cosa así nunca es fácil. Los cínicos podrían decir: paparruchas. Sólo son palabras. Y las palabras, después de todo, son mercancía barata. Sin embargo, esos actos tienen en realidad un profundo significado. A un ser humano —y no digamos a una nación entera— siempre le resulta difícil admitir las iniquidades y atrocidades que ha cometido. Tal reconocimiento implica rescribir la narrativa histórica que constituye la base de su cohesión nacional. Requiere un cambio drástico en los libros escolares y en la perspectiva nacional. En general, los gobiernos suelen ser contrarios a tales iniciativas debido a la presión que ejercen en todos los países los demagogos nacionalistas y de los mercachifles del odio.

 

El Presidente de Francia ha pedido disculpas en nombre de su pueblo por las fechorías del régimen de Vichy, que entregó a judíos a los exterminadores nazis. El Gobierno checo ha pedido disculpas a los alemanes por la expulsión en masa de la población alemana al final de la Segunda Guerra Mundial. Alemania, por supuesto, ha pedido disculpas a los judíos por los crímenes del Holocausto. Recientemente, el gobierno de Australia ha pedido perdón a los aborígenes. E incluso en Israel se hizo un débil esfuerzo para curar una grave herida interna cuando Ehud Barak pidió perdón a los judíos orientales por la discriminación que han sufrido durante muchos años.

 

Pero nos enfrentamos con un problema mucho más difícil y complejo relacionado con las raíces mismas de nuestra existencia nacional en Israel.

 

Creo que la paz entre nosotros y el pueblo palestino —una paz real, basada en una conciliación real— debe comenzar con una disculpa.

 

En mi mente me imagino al Presidente del Estado o al Primer Ministro dirigiéndose a una sesión extraordinaria de la Knesset y pronunciando un discurso histórico del siguiente tenor:

 

“Señora presidenta, Honorable Knesset,

 

En nombre del Estado de Israel y de todos sus ciudadanos me dirijo hoy a los hijos e hijas del pueblo palestino, dondequiera que se encuentren.

 

Reconocemos haber cometido contra ustedes una injusticia histórica y les pedimos humildemente perdón.

 

Cuando el movimiento sionista decidió establecer un hogar nacional en este país al que nosotros llamamos Eretz Yisrael y ustedes Filastin, no tenía ninguna intención de construir nuestro Estado sobre las ruinas de otro pueblo. De hecho, casi nadie en el movimiento sionista había puesto sus pies en este país antes del primer Congreso Sionista de 1897, ni tenía la más remota idea de cuál era la situación real aquí.

 

El ardiente deseo de los padres fundadores de este movimiento era salvar a los judíos de Europa, donde se estaban arremolinando en aquel tiempo los ominosos nubarrones del odio antijudío. En Europa oriental los pogromos se sucedían con virulencia y en toda Europa se advertían indicios del proceso que eventualmente habría de conducir al terrible Holocausto en el que perecieron seis millones de judíos.

 

A ese propósito básico se sumaba la profunda devoción que los judíos han profesado a lo largo de generaciones al país en el que se escribió la Biblia, el texto que define a nuestro pueblo, así como a la ciudad de Jerusalén, hacia la cual los judíos han orientado sus plegarias durante milenios.

 

Los fundadores sionistas que vinieron a este país eran pioneros que portaban en sus corazones los más nobles ideales. Creían en la liberación nacional, en la libertad, en la justicia y en la igualdad. Nos sentimos orgullosos de ellos. Desde luego, no soñaban con perpetrar una injusticia de dimensiones históricas.

 

Todo esto no justifica lo que sucedió después. La creación del hogar nacional judío en este país ha supuesto una profunda injusticia para ustedes, el pueblo que vivía aquí desde hacía generaciones.

 

No podemos seguir ignorando el hecho de que en la guerra de 1948 —que para nosotros es la Guerra de la Independencia y para ustedes la Nakba— unos 750.000 palestinos se vieron obligados a abandonar sus tierras y hogares. Por lo que respecta a las circunstancias precisas de esta tragedia, propongo la creación de una “Comisión de la Verdad y la Reconciliación” integrada por expertos de ambos lados cuyas conclusiones serán incorporadas a los libros escolares, tanto a los suyos como a los nuestros.

 

No podemos seguir ignorando el hecho de que durante 60 años de conflicto y guerra se les ha impedido realizar su derecho natural a la independencia en su propio Estado nacional libre, un derecho confirmado por la Asamblea General de Naciones Unidas en aquella resolución del 29 de noviembre de 1947 que constituyó la base jurídica para el establecimiento del Estado de Israel.

 

Por todo ello, les debemos una disculpa, y quiero expresarla con todo mi corazón.

 

La Biblia nos dice: “Quien encubre sus pecados no prosperará, mas quien los confiesa y los abandona alcanzará misericordia” (Proverbios, 28, 13). Es evidente que la confesión no es suficiente. Tenemos también que abandonar los agravios que hemos causado en el pasado.

 

Es imposible hacer volver atrás la rueda de la historia y restablecer la situación que existía en el país en 1947, del mismo modo que ni Canadá ni los Estados Unidos pueden retrotraerse 200 años. Debemos construir nuestro futuro juntos a partir del deseo común de avanzar, de sanar lo que pueda ser curado y de reparar lo que pueda ser reparado sin infligir nuevas heridas, sin cometer nuevas injusticias y sin causar más tragedias humanas.

 

Les ruego que acepten nuestras disculpas con el mismo espíritu con el que se las ofrecemos. Pongámonos a trabajar juntos para una solución justa, viable y práctica de nuestro secular conflicto, una solución que no puede satisfacer todas las justas aspiraciones ni enderezar todos los agravios, pero que permitirá que nuestros pueblos vivan su vida en libertad, paz y prosperidad.

 

Esta solución es evidente para todos. Todos sabemos en qué consiste. Ha surgido de nuestras dolorosas experiencias, moldeada a golpes por las lecciones que hemos extraído de nuestros sufrimientos, cristalizada por los esfuerzos de nuestras mejores mentes, tanto de las suyas como de las nuestras.

 

Esta solución significa, simplemente, que ustedes tienen los mismos derechos que nosotros y que nosotros tenemos los mismos derechos que ustedes: derecho a vivir en un Estado propio, bajo nuestra propia bandera, regidos por leyes promulgadas por nosotros, gobernados por un gobierno libremente elegido por nosotros mismos, en la esperanza de que sea un Gobierno bueno.

 

Uno de los mandamientos fundamentales de nuestra religión —como de la suya y como la de todos los demás— fue formulado hace 2000 años por el rabino Hillel: No hagas a otros aquello que no deseas que otros te hagan a ti.

 

En la práctica, eso significa lo siguiente: su derecho a establecer de inmediato el Estado libre y soberano de Palestina en todos los territorios ocupados por Israel en 1967 y el reconocimiento inmediato del Estado de Palestina como miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas.

 

Las fronteras del 4 de junio de 1967 serán restauradas. Confío en que a través de negociaciones libres podamos ponernos de acuerdo en torno a un mínimo de intercambios territoriales que sean beneficiosos para ambas partes.

 

Jerusalén, tan cara a todos nosotros, debe ser la capital de ambos Estados: Jerusalén Oeste, incluido el Muro Occidental, será la capital de Israel, y Jerusalén Oriental, incluyendo Al-Haram al-Sharif, que nosotros llamamos el Monte del Templo, será la capital de Palestina. Lo que es árabe será de ustedes y lo que es judío será nuestro. Pongámonos a trabajar juntos para mantener la ciudad como una realidad viva, abierta y unida.

 

Evacuaremos los asentamientos israelíes, que han sido fuente de tanto sufrimiento y tantas iniquidades para ustedes, y nos llevaremos a los colonos a casa, con excepción de aquellas pequeñas áreas que se unirán a Israel en el marco de los canjes territoriales que libremente acordemos. También desmantelaremos toda la parafernalia de la ocupación, tanto física como institucional.

 

Debemos abordar con corazón abierto, compasión y sentido común la tarea de hallar una solución justa y viable para la terrible tragedia de los refugiados y de sus descendientes. A cada familia de refugiados debe permitírsele elegir libremente entre diferentes soluciones: la repatriación y el reasentamiento en el Estado de Palestina con generosas ayudas; permanecer donde están; o emigrar a cualquier país de su elección, también con generosas ayudas. Y, sí: también ha de reconocérseles la posibilidad de regresar al territorio de Israel en un número aceptable consensuado con nosotros. Los propios refugiados deben ser un socio de pleno derecho en todos nuestros esfuerzos.

 

Confío en que nuestros dos Estados —Israel y Palestina—, viviendo uno al lado del otro en este amado pero pequeño país, rápidamente se equipararán en los ámbitos humano, social, económico, tecnológico y cultural, creando una relación que no sólo garantizará nuestra seguridad, sino también el rápido desarrollo y la prosperidad para todos.

 

Juntos trabajaremos por la paz y prosperidad en toda nuestra región sobre la base del mantenimiento de estrechas relaciones con todos los países de la zona.

 

Comprometidos con la paz y decididos a crear un futuro mejor para nuestros hijos y nietos, pongámonos de pie e inclinemos la cabeza en recuerdo de las innumerables víctimas —judías y árabes, israelíes y palestinas— de este conflicto nuestro que ya ha durado demasiado tiempo”.

 

Un discurso así es, a mi juicio, absolutamente necesario para abrir un nuevo capítulo en la historia de este país.

 

Tras pasar varias décadas reuniéndome con palestinos de toda condición he llegado a la conclusión de que los aspectos emocionales del conflicto no son menos —sino tal vez incluso más— importantes que los políticos. Un profundo sentimiento de injusticia impregna las mentes y acciones de todos los palestinos. Sentimientos de culpabilidad inconscientes o semiconscientes perturban el alma de los israelíes, alimentando en ellos una profunda convicción de que los árabes nunca harán la paz con Israel.

 

No sé cuándo un discurso así será posible. Depende de muchos factores imponderables. Pero sí sé que sin un discurso así los simples acuerdos de paz alcanzados mediante regateos entre diplomáticos no serán suficientes. Como demostraron los acuerdos de Oslo, construir una isla artificial en medio de un piélago de tormentosas emociones simplemente no sirve para nada.

 

Las excusas públicas presentadas por el Primer Ministro canadiense no son lo único que podemos aprender de ese país de América del Norte.

 

Hace 43 años, el gobierno canadiense adoptó una medida extraordinaria con el fin de hacer la paz entre la mayoría anglófona y la minoría francófona de sus ciudadanos. La relación entre esas dos comunidades ha sido una herida abierta desde el día en que los británicos conquistaron Canadá unos 250 años atrás. Se decidió sustituir la bandera nacional de Canadá, que se basaba en la británica “Union Jack”, por una nueva bandera nacional que exhibía la hoja de arce.

 

En aquella ocasión el Presidente del Senado dijo: “La bandera es el símbolo de la unidad de la nación, ya que, más allá de toda duda, ella representa a todos los ciudadanos de Canadá, sin distinción de raza, idioma, credo u opinión”.

 

De eso también podemos aprender algo.

 

Jueves 19 de junio de 2008

GAZA CON EXPECTATIVAS DIVERSAS

 

Por Matías Zibell, BBC Mundo

Las primeras horas de la tregua entre Hamas e Israel han encontrado a los palestinos de la Franja de Gaza entre cautelosos y esperanzados y han dividido a ese millón y medio de personas entre pesimistas y optimistas.

 

Khalil Zakariya se ubica en el bando de los pesimistas. Para él la tregua durará “unas horas, ni siquiera unos días”.

 

Su compatriota Jawad Ebeid es un poco menos negativo. Él cree que como otros períodos de calma en el pasado, éste se extenderá por una semana, pero ni siquiera eso lo contenta.

 

“La calma que nosotros queremos no debe servir sólo para la reapertura de las fronteras. Ellos (los israelíes) han convertido a Jerusalén en una ciudad judía, tomaron el control de Cisjordania y devastaron Gaza, y aquí estamos, ¿desesperados buscando un poco de paz para que se abran los pasos fronterizos? No necesitamos esta reapertura”, dijo a la BBC.

 

Pero Zienab Qassim no coincide con Jawad. “A mí como estudiante este acuerdo me da la oportunidad de moverme libremente dentro y fuera de Gaza. Yo estoy feliz”.

 

Aunque la reapertura de los pasos fronterizos aún no ha tenido lugar, Mohammed Salman también rescata motivos para celebrar. “Yo soy un hombre de negocios; tengo una fábrica que en este último año apenas ha trabajado, yo espero que la tregua entre palestinos e israelíes dure para siempre”.

 

EL DESVÍO DEL PAN

“La gente básicamente está esperando los resultados de la tregua en el terreno”, dijo por teléfono desde la ciudad de Gaza el periodista palestino Osama Damo a BBC Mundo.

 

“Muchos han llamado esta mañana a las estaciones de gasolina para averiguar si el combustible ya llegó. Las conversaciones en las oficinas tienen como tema central qué puntos del acuerdo han sido aplicados. Pero hasta el momento no ha ocurrido nada significativo en la vida cotidiana de las personas”, informó Damo.

 

Según el periodista palestino, más allá del pesimismo u optimismo general, la gente de Gaza tenía necesidad de esta tregua para sentir que podía vivir una vida normal.

 

Así lo confirmó a la BBC otro habitante de la Franja, Rami Abu-Dand, quien manifestó su esperanza de que el acuerdo “ayude a la gente a romper el aislamiento que le han impuesto y resuelva esta crisis”.

 

Pero no todos tienen la misma esperanza o la misma desconfianza. Algunos como Abu al-Abed creen que no se debió pactar “con el enemigo”.

 

“No al cese al fuego, no a la rendición y no a una solución pacífica con Israel, porque Israel sólo coopera cuando uno usa la fuerza contra ellos”, opinó este palestino.

 

Miércoles 18 de junio de 2008

UN VALLE ASEDIADO POR LOS ASENTAMIENTOS:

LAS EXPROPIACIONES CONTINÚAN EN CISJORDANIA.

 

Por Eugenio García Gascón, Público.es - España

Encajonado entre dos colinas y discurriendo por un valle muy estrecho pero fértil está Wadi Fuqqin, un pequeño y elástico pueblo palestino de Cisjordania que se estira todo lo que puede por las laderas, evitando ocupar las huertas de abajo, donde se cultivan berenjenas, pepinos, cebolletas y calabacines.

 

En estos días, los vecinos de Wadi Fuqqin recolectan las verduras, aunque el campo sólo da trabajo a una pequeña parte de sus 1.200 habitantes. El resto tiene que buscar empleo en la cercana Belén o incluso en los asentamientos judíos que hay en la zona, donde los palestinos generalmente construyen las viviendas que luego ocupan los colonos.

 

En lo alto de la ladera oeste está Tzur Hadasa. A primera vista aparenta ser un asentamiento judío, pero en realidad no lo es, ya que se encuentra del otro lado de la línea verde, la frontera entre Israel y Cisjordania desde 1948 hasta 1967.

 

VIVIENDAS DE JÓVENES

Aunque está dentro de Israel, en el límite de Cisjordania, en Tzur Hadasa los precios de las viviendas son muy competitivos y esto hace que una parte importante de la población joven de Jerusalén, que está 10 kilómetros al norte, venga a vivir aquí.

 

En la montaña este, también a la vista de Wadi Fuqqin, se encuentra Betar Ilit, un asentamiento en toda regla integrado por familias judías ultraortodoxas, que se asienta en tierras confiscadas a Wadi Fuqqin y a poblaciones de otras dos aldeas palestinas.


 

Fundado en 1985, Betar Ilit cuenta hoy con cerca de 35.000 habitantes y sigue expandiéndose por las colinas que Israel continúa confiscando en la zona, hasta el punto de que en la actualidad es la localidad israelí con el crecimiento de población más rápido, teniendo en cuenta tanto las ciudades israelíes como los asentamientos de los territorios ocupados.

 

También es la localidad con el mayor índice de natalidad. Se estima que la población alcanzará las 100.000 personas en 2010. “Continuamente tenemos problemas con los colonos”, dice Ibrahim Sukkar, de 52 años, mientras toma una taza de café turco en la terraza de su casa, en la ladera este de Wadi Fuqqin.

 

“Antes, los colonos bajaban de la montaña y se acercaban hasta la alberca del pueblo, una alberca que llena un pequeño manantial y que es el agua que utilizamos para regar las huertas y beber. Los colonos bajaban y se bañaban en la alberca. Decían: ‘Esta agua es santa porque aquí vivió el rey David”, relata.

 

“Ahora los colonos siguen bajando a la alberca, pero ya no se bañan. En lugar de ello, arrojan basura y animales muertos al agua para envenenarla. El resultado es que ya no podemos usar el agua para beber. Sólo para regar la huerta”, explica.

 

Ibrahim saca una abultada carpeta, la extiende sobre la mesa, y extrae un gran número de documentos escritos en hebreo y en árabe. Son órdenes de expropiación. Desde 1985, Israel ha expropiado grandes extensiones de Wadi Fuqqin. Las expropiaciones continúan a día de hoy.

 

“Hace unos años, contratamos a un abogado de Al-Haq -una organización de abogados que ayuda a los palestinos-, pero no sirvió de mucho. Las expropiaciones continuaron. El abogado nos contó la respuesta que recibió de los israelíes: ‘Esto no tiene nada que ver con el derecho a la propiedad, sino con la política”.

 

En 1948, cuando se creó Israel, Wadi Fuqqin tenía un territorio de 9.000 dunam-medida de superficie turca equivalente a 1.000 metros cuadrados-, es decir, 900 hectáreas. Tras las sucesivas expropiaciones ha pasado a tener sólo 1.500 dunam, equivalente a 150 hectáreas.

 

OTRO MURO

“Ahora los israelíes dicen que van a construir un muro que aísle completamente Wadi Fuqqin, un muro parecido al de Qalquiliya”, dice en referencia al muro de hormigón armado de ocho metros de altura que se está construyendo en Cisjordania, con 638 kilómetros previstos. “Rodeará todo el pueblo y sólo dejará una salida”, concluye Ibrahim.

 

Martes 17 de junio de 2008

PESCADORES DE GAZA EN LA RED ISRAELÍ

 

Por Nora Barrows-Friedman, IPS Noticias - Uruguay

Cuando el sol cae sobre el mar Mediterráneo, los pescadores de Gaza parten en sus barcos para recoger las redes con las capturas del día: caballa, sardinas y salmonetes, que se venden en los mercados callejeros. Pero bajo la presión militar israelí se hace cada vez más dificultoso para ellos ganarse la vida.

 

El bloqueo impuesto por Israel en junio de 2007, con el objetivo de aislar al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), que el año pasado tomó por las armas el control del territorio luego de haber triunfado en las elecciones parlamentarias de 2006, derivó en una severa escasez de combustible y en el colapso prácticamente total de la infraestructura económica.

 

Las fábricas se vieron forzadas a cerrar y las exportaciones cesaron a causa del bloqueo. El suministro de electricidad en Gaza es intermitente y las plantas de tratamiento de residuos cloacales debieron reducir su actividad o directamente abandonarla.

 

En consecuencia, millones de litros de desechos sin tratar son arrojados al mar, creando serios riesgos sanitarios en un momento en el que los hospitales sufren de falta de medicinas y equipos a causa del bloqueo israelí.

 

La escasez de combustible se agravó en los últimos meses y ahora los palestinos usan el aceite en el que cocinaron el tradicional falafel -croquetas de porotos y habas- o gas licuado, normalmente empleado en las cocinas, en sus automóviles, generadores y motores eléctricos.

 

Ya casi no se ven automóviles en las calles de Gaza, que solían estar atiborradas de ellos. Para quienes pueden comprar gasolina las colas son largas y el gobierno de Hamas impone un estricto racionamiento.

 

Los efectos devastadores del bloqueo económico se sienten en todos los sectores y el pesquero no es la excepción.

 

Mohammed Matar, un pescador que vive en el campamento de refugiados de Nuseirat, no tiene combustible para el pequeño motor de su barco. Es muy dificultoso encontrar repuestos y hasta resulta casi imposible conseguir redes a un precio razonable en Gaza.

 

Matar enfrenta serios problemas para mantener a su familia, agravados por las severas restricciones impuestas por Israel. Los barcos de los pescadores son hostigados por buques y helicópteros de ataque israelíes si se alejan más de 12 kilómetros de la costa.

 

“Vengo todas las madrugadas a las 2.30 para salir con mi barco a recoger las redes, con la esperanza de que estén repletas de pescado. Vuelvo a arrojarlas por la tarde, a las 17.30 y otra vez a las 22.30. Es una vida dura. Todo depende del clima y de los israelíes, que a veces prohíben que los pescadores salgan al mar”, relató a IPS.

 

“Forma parte de su política en Gaza y mencionan 'razones de seguridad' como excusa. Si nos permitieran salir a aguas internacionales, podríamos pescar atún, róbalo y otras especies grandes, lo que sería muy lucrativo para nosotros”, señaló Matar.

 

La industria pesquera de Gaza generaba casi 10 millones de dólares anuales antes de la imposición del bloqueo. Ahora se está hundiendo.

 

La médica y activista por los derechos humanos Mona al-Farra, de la Media Luna Roja palestina, dijo a IPS que la economía de Gaza ha estado históricamente centrada en torno de la actividad pesquera.

 

“Eso es parte del pasado. Si los pescadores necesitan redes, o repuestos, o si los motores deben ser arreglados, ¿qué pueden hacer? Con el bloqueo no se permite el ingreso de ningún tipo de mercaderías. En estos días es casi imposible ganarse la vida. La política israelí afecta directamente a 8.000 pescadores y, en total, a 40.000 personas, contando a las familias que dependen de esta industria”, agregó.

 

En Gaza viven 1,5 millones de palestinos, condenados a un desastre humanitario, dijo al-Farra. Israel, agregó, sólo permite el paso del mínimo imprescindible de combustible y suministros, para entonces comenzar una nueva ola de restricciones.

 

“La psicología de las personas ha cambiado muchísimo. Es desmoralizante para los pescadores no poder realizar su actividad”, señaló al-Farra.

 

“Ayudamos a Matar a comprar un nuevo barco y suministros, pero resulta caro. Quiero ayudar a todos los ciudadanos de Gaza a trabajar independientemente y no depender de la ayuda del exterior. Si sólo cuentan con eso es completamente desmoralizante. Este es uno de los objetivos de Israel: hacer que los palestinos dependan de las migajas que les otorgan”, aseguró.

 

A pesar de las condiciones adversas, Matar explicó a IPS por qué continúa con su actividad día tras día. “A veces nos encontramos con delfines en el mar. Ellos vienen y juegan con nosotros. No son un peligro. Amo sentarme en la plaza y mirar las olas. El mar me enseña a ser paciente”, afirmó.

 

Lunes 16 de junio de 2008

LEILA KHALED, LÍDER DEL FRENTE POPULAR POR LA LIBERACIÓN DE PALESTINA (FPLP): “TERRORISMO ES LA OCUPACIÓN”

 

Por Vieiros.com / Rebelión

Entre 1969 y 1970, con algo más de veinte años, participó en el secuestro de dos aviones de pasajeros. En la actualidad sigue luchando por una Palestina libre. Leila Khaled, presidenta de la Unión General de Mujeres Palestinas, miembro del Consejo Nacional Palestino, miembro del Buró Político del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) e historia viva de la resistencia visito Galiza el pasado mes de abril invitada por la asociación Galiza por Palestina.

 

¿Es usted una terrorista?

 

- Las instituciones, gobiernos y países que están en contra de la paz siempre consideraron la resistencia como un acto terrorista, pero en realidad la ocupación es el terrorismo. Por lo tanto, la base del terrorismo en el mundo es Estados Unidos e Israel. Yo me considero parte del pueblo palestino que resiste a la ocupación, y la resistencia es un derecho que tiene cualquier pueblo ocupado.

 

¿Qué es el terrorismo?

 

- El terrorismo se define con la ocupación y con las instituciones que ocupan territorios por la fuerza militar. Detener a la gente sólo por poseer una ideología distinta también se define como terrorismo. Como también lo es la destrucción de casas y de árboles en Palestina y apoderarse del agua. Todas esas formas de actuar que violan los derechos del pueblo palestino son terrorismo.

 

Durante los años cuarenta, la violencia golpeaba Palestina, debido a la actividad de grupos armados judíos como Irgun (Etzel). El 22 de julio de 1946, un centenar de personas mueren en el Hotel King David de Jerusalén tras una acción de este grupo -liderado por Menachem Bejín, que luego sería primer ministro de Israel y Premio Novel de la Paz. En este sentido, en el documental /Leila Khaled Hijacker/, de Lina Makboul, se hace una reflexión: “¿Es correcto ser terrorista? Siempre y cuando ganes...”

 

- Nunca aceptamos el terrorismo. Lo que sí se acepta es la resistencia; así lo reconoce todo el mundo. Incluso en la constitución de la ONU hay un artículo que reconoce a los pueblos ocupados el derecho a resistir incluso con las armas. Estados Unidos cambió el concepto de terrorismo acusando a pueblos como el de Irak, Líbano, Palestina, Afganistán de ser terroristas, simplemente por resistir ante la ocupación.

 

¿Por qué tras la guerra de los Seis Días, con 25 años, decide formar parte de la FPLP y tomar las armas? (En 1969 secuestró el vuelo TWA 840 Roma-Atenas y lo desvió a Damasco; en 1970, participó en el secuestro múltiple de cuatro aviones, en relación con el Septiembre Negro, y fue detenida -su compañero Patricio Argüello murió- y liberada 28 días después en un intercambio de prisioneros).

 

- Simplemente por el hecho de haber una ocupación y por ser una refugiada al igual que otros ocho millones que se encuentran fuera de Palestina.

 

¿Cómo evolucionó la relación de los palestinos con Jordania, tras los acontecimientos del Septiembre Negro, en 1970, y con el Líbano, tras los combates en el campo de refugiados de Nahr Al Bared, en 2007?

 

- En el año 1948 muchísimos palestinos huyeron (tras el fin del mandato británico y con el inicio de la Guerra de Palestina, el llamado /Nakba/ o Desastre) a refugiarse a Jordania, Líbano y Siria, viviendo en campos de refugiados. Pero tras varios años, empezaron a vivir en ciudades. En 1951, Jordania incluye a Cisjordania dentro de su territorio, por lo que los palestinos allí residentes se convierten en ciudadanos jordanos. Los palestinos en Jordania representan más del 75% de la población.

 

Por otro lado, en el Líbano hay palestinos que viven en las ciudades y los hay que viven en los campos de refugiados, pero a estos les está prohibido trabajar en el país. Esto dificulta mucho su vida y facilita su expulsión. Muchos jóvenes palestinos se vieron obligados a ir a trabajar a países del Golfo (Pérsico) para poder alimentar a sus familias. No obstante, hubo siempre una unión entre palestinos y libaneses para enfrentarse a la ocupación y a los ataques de Israel.

 

¿Cómo describiría la situación de los refugiados, en especial el de las mujeres?

 

- Hay dos tipos de refugiados: los que viven en la propia Palestina y los que viven fuera, en Jordania, Siria, .... La situación de cada refugiado depende del país. En Jordania son ciudadanos con los mismos derechos. En Siria también, pero no pueden trabajar en el gobierno ni votar y tampoco pueden solicitar la nacionalidad; cuentan con un documento identificativo especial. En el Líbano, como ya dije, no tienen derecho a trabajar, así que la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo) les ofrece puestos de profesores. La mujer sufre la ocupación por igual, pero si estamos hablando de que un hombre no puede encontrar trabajo, eso ya sería totalmente imposible para una mujer.

 

¿Qué política aplica Israel en relación con los campos de refugiados?

 

- Israel intenta eliminarlos. También aquellos que están fuera de Palestina. En 1982 cometió una matanza horrible en el Líbano, en los campos de Sabra y Shatila. Los refugiados palestinos sufren continuos ataques. Las condiciones de vida son pésimas... las condiciones sanitarias son muy malas.

 

La tasa de desempleo en Gaza y Cisjordania, según datos de 2001 de la Iniciativa Palestina para la Promoción del Diálogo y la Democracia Global (MIFTAH), ascendía al 57%. Esto incluye no sólo a los que perdieron sus empleos en Israel, sino también a los que no pueden salir a trabajar por culpa del bloqueo de las carreteras...

 

El motivo de que esta tasa sea tan alta es que la industria en Palestina no está asentada. Las últimas estadísticas señalan que el paro alcanza el 80% en Gaza y el 45% en Cisjordania. La mayoría de los palestinos dependen de la agricultura; plantan principalmente olivos, almendros, naranjos y también verduras. Pero la situación impide que puedan comercializar estos productos fuera de Gaza, porque está rodeada y nadie puede salir de allí. En Cisjordania tienen menos dificultades. Por otra parte, el gobierno israelí confiscó y continúa confiscando tierras, muchas para construir sus colonias y asentarse.

 

Dejando a un lado la política, ¿cuál es la actitud de la Unión Europea hacia Palestina en el campo económico?

 

- La mejor ayuda que puede aportar la UE a los palestinos, además de la económica, es la política. Sin embargo, tal y como se vio en 2006, cuando Hamas ganó las elecciones, la UE cerro el grifo. Aportan dinero al gobierno palestino según sea su comportamiento político. Además, cualquier ayuda tiene que pasar por el control de los EUA. La UE está muy influenciada por los EUA.

 

El pasado 29 de noviembre, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, advertía en una entrevista en el diario /Haaretz/: “O se establecen dos estados, o Israel desaparecerá”. Comparaba la situación con Sudáfrica, cuando la mayoría negra consiguió pasar por encima del /Apartheid/. ¿Es la demografía el arma más poderosa de los palestinos?

 

- No he oído hablar de esa noticia, pero lo que sí te puedo decir es que Israel siempre va a permanecer allí por motivos militares, económicos... Es una reacción muy natural por parte de los palestinos tener hijos al ver que cada día se están muriendo. Además, tradicionalmente les gusta tener muchos miembros en la familia. Normalmente, alrededor de siete y en otros casos, doce o trece.

 

El FPLP ha solicitado a la comunidad internacional que rompa los acuerdos económicos con el gobierno del Estado de Israel, concretamente piden “un boicot a los productos israelíes, así como la anulación de los acuerdos militares”...

 

- Tenemos la esperanza de que los países socialistas apoyen de alguna manera a los palestinos. No les pedimos que vayan a luchar a Palestina, sino que simplemente no les faciliten armamento a los israelíes. También pedimos el boicot para que se resientan sus empresas y esto provoque pérdidas en la economía de Israel y, de este modo, se nos facilite un poco continuar resistiendo contra la ocupación.

 

Y llegado el momento de negociar, hacerlo en unas condiciones más equilibradas entre las dos partes.

 

En las negociaciones realizadas hasta el momento no se ha visto para nada esta igualdad. Son negociaciones sin rumbo, porque por el momento siempre fueron favorables a los intereses israelíes. Por eso nosotros, desde la FPLP, rechazamos las negociaciones. Somos conscientes de que no nos van a llevar a ningún punto de encuentro entre las partes.

 

¿Se refiere a las conversaciones de Annapolis entre Mahmud Abbas y Ehud Olmert del pasado mes de noviembre?

 

- Hablo de todas, desde las de Oslo hasta las de Annapolis.

 

¿No comparten lo acordado en Oslo?

 

- En esas negociaciones se habló de todo excepto de nuestros derechos. No se habló de retirar las tropas israelíes del territorio palestino, de las fronteras de 1967 (antes de la Guerra de los Seis Días); no se habló de Jerusalén, ni tampoco de los asentamientos ilegales de los colonos; ni de los refugiados ni del agua. Por tanto, ¿que se fijó?

 

Israel simplemente se reunió con dirigentes palestinos y no se responsabilizó de comportarse como una fuerza ocupante, delegando en ellos toda la responsabilidad. El gobierno de Palestina no tiene ningún poder sobre su situación, ni sobre el agua, ni sobre sus fronteras. Si el presidente quiere salir del país tiene incluso que pedirle permiso a Israel.

 

Sin embargo, con Oslo llegó el reconocimiento mutuo de ambos Estados.

 

- Nunca se reconoció nada en esos acuerdos. Por eso los EUA presentaron otra hoja de ruta para solucionar el conflicto. No consiguieron nada... tener un Estado palestino, sí, pero en la práctica no existe.

 

¿Cuál son para usted los principales errores y los principales logros de Yasser Arafat?

 

- Fue, principalmente, quien dirigió la resistencia armada y también el representante de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y por lo tanto el representante del pueblo palestino y de la revolución. El error que cometió fue a firmar los acuerdos de Oslo con Israel. Pudimos ver como lo mantuvieron tres años 'encarcelado' (recluido y bombardeado en la Muqata, sede de la Autoridad Nacional Palestina) hasta que murió. Por los hechos se ve que Arafat intentó formar un Estado palestino junto con el israelí, pero Israel no quiere ni eso.

 

¿Cuál sería para el FPLP el mapa soñado de la región?

 

- La mejor solución sería que los refugiados regresaran la Palestina, y que Israel lo aceptara y trabajara en ese sentido. Así podríamos convivir con los israelíes en esa tierra, con los mismos derechos y con la posibilidad de tomar decisiones políticas en igualdad. Creemos que formar un estado político único democrático puede solucionar el conflicto.

 

¿Un estado en el que convivan palestinos e israelíes, no dos estados?

 

- Sí, absolutamente.

 

¿Qué papel juegan los países del entorno de Palestina, especialmente Irán, y las corrientes islamistas más extremistas de estos países, en su enfrentamiento con el Estado de Israel?

 

- Los países más próximos a Palestina son Egipto, Siria, Líbano y Jordania. Egipto y Jordania firmaron acuerdos de paz con Israel. Israel invadió el Líbano cuatro veces y aún ocupa parte de su territorio. También una gran parte de Siria está ocupada. Por lo tanto, palestinos, sirios y libaneses compartimos el mismo sufrimiento.

 

Siria, además, es uno de los países que rechazó el proyecto israelí-americano para la zona, y apoya la resistencia del pueblo palestino; también lo hacen grupos religiosos libaneses. Yo no conozco ningún país extremista islamista, sólo conozco Irán, que es un país islamista.

 

En Palestina se aprecia una progresiva islamización de los movimientos de la resistencia cuando, tradicionalmente, este espacio estuvo ocupado principalmente por formaciones laicas. ¿A qué es debido?

 

- Es cierto. El movimiento nacionalista de Gamal Abdel Nasser (ex presidente de Egipto y símbolo del anticolonialismo árabe) no se llevó a cabo. Tampoco los proyectos nacionalistas de los movimientos laicos dentro de Palestina. Eso facilitó a los movimientos islamistas el atraer cada vez más gente hacia su ideología. Las creencias religiosas influyen mucho en el pueblo palestino; muchos creen que les va a ayudar a conseguir la paz. Por otra parte, los movimientos comunistas acabaron por desintegrarse.

 

El 11 de abril de 1944, dos días después de nacer usted, en plena II Guerra Mundial, Anna Frank escribía en su diario: “¿Quién hizo a los judíos diferentes al resto de la gente? ¿Quién permitió que sufriéramos tanto hasta el día de hoy? Fue Dios quien lo hizo, pero será también él quien nos vuelva levantar una y otra vez...”. ¿Considera que la situación que están viviendo los palestinos en el Estado de Israel es similar a la vivida por los judíos en Europa?

 

- En primer lugar, Dios no tiene nada que ver con la creación de gentes diferentes. Todos somos iguales. Toda la gente nace igual, a pesar de las diferencias de color, de sangre o de cualquier otra cosa. El propio humano es el que crea las diferencias. El movimiento sionista usó este tipo de pensamientos para divulgar que el judío es diferente del resto de la humanidad y, por lo tanto, justifican ahora su sufrimiento al que le seguirá la paz.

 

Es cierto que los nazis arrasaron con toda Europa y que mataron muchísima gente. Pero no sólo mataron a judíos, también a otras personas. Lamentablemente, estamos viendo que las barbaridades que antes cometieron los nazis contra el pueblo judío, actualmente las están cometiendo contra los palestinos.

 

Lunes 09 de junio de 2008

ENTREVISTA CON ILAN PAPPÉ Y NOAM CHOMSKY:

EL FUTURO DE ISRAEL Y PALESTINA

 

Por Frank Barat, CounterPunch/Rebelión

Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández

Barat: Gracias por aceptar esta entrevista. En primer lugar, me gustaría preguntarles si en estos momentos están trabajando en alguna cuestión que deseen que conozcamos.

 

Ilan Pappé: Estoy terminando varios libros. El primero es una sucinta historia de la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza, tengo otro sobre la minoría palestina de Israel y un tercero sobre los judíos árabes. Y estoy completando un volumen corregido en el que se compara la situación de Sudáfrica con la de Palestina.

 

Noam Chomsky: La serie habitual de artículos, charlas, etc. No tengo tiempo ahora para proyectos mayores.

 

Barat: Un parlamentario británico manifestó hace poco que había notado un cambio en los últimos cinco años respecto a Israel. Los parlamentarios británicos están actualmente firmando peticiones EDM [las conocidas como “Early Day Motion”, moción sin fecha fija de debate] de condena a Israel en mayor cantidad que nunca antes y nos dijo que ahora era más fácil expresar críticas hacia Israel aunque se estuviera hablando en un campus estadounidense.

 

También, en las últimas semanas, John Dugard, investigador independiente sobre el conflicto palestino-Israelí para el Consejo de los Derechos Humanos de Naciones Unidas manifestó que el “terrorismo palestino es la consecuencia ‘inevitable’ de la ocupación”; el Parlamento Europeo adoptó una resolución que decía que “la política de aislamiento de la Franja de Gaza ha sido un fracaso tanto a nivel político como humanitario” y las Naciones Unidas y la UE han condenado a Israel por el uso excesivo y desproporcionado de la fuerza en la Franja de Gaza.

 

¿Podría eso interpretarse como un cambio general en la actitud hacia Israel?

 

Ilan Pappé: Los dos ejemplos indican un cambio significativo en la opinión pública y en la sociedad civil. Sin embargo, el problema permanece igual que en los últimos sesenta años: estos impulsos y energías no se concretan, y no es probable que lo hagan en un futuro próximo, en políticas actuales sobre el terreno. Y así, la única forma de enriquecer esta transición y apoyar desde abajo las políticas actuales es desarrollando la idea de las sanciones y el boicot. Esto puede dar una orientación clara a los muchos individuos y ONG que durante años han venido mostrando su solidaridad con la causa palestina.

 

Noam Chomsky: Ha habido un cambio muy evidente en los últimos años en los campus estadounidenses y también en relación a las audiencias generales. No hace tanto tiempo que la protección policial era la nota habitual en las charlas en las que se criticaban las políticas israelíes; las reuniones se interrumpían, las audiencias eran muy hostiles y ofensivas. Pero ahora es bien diferente, con excepciones aisladas. Los apologistas de la violencia israelí tienen ya que estar, frecuentemente, a la defensiva y actuar a la desesperada en vez de mostrarse arrogantes y despóticos. Pero la crítica frente a las acciones de Israel es débil, porque se suprimen, sistemáticamente, los hechos fundamentales. Esto es especialmente verdad en el decisivo papel estadounidense bloqueando todas las opciones diplomáticas, minando la democracia y apoyando el sistemático programa de Israel de socavar cualquier posibilidad de eventual acuerdo político. Es típica la caracterización de EE.UU. como “honesto intermediario”, incapaz, de alguna manera, de ejercer sus cualidades benéficas y no sólo en este terreno.

 

Barat: La palabra apartheid es cada vez más utilizada por las ONG y organizaciones asistenciales para describir las acciones de Israel hacia los palestinos (en Gaza, en los Territorios Ocupados Palestinos, pero también en el mismo Israel). ¿Se puede comparar la situación en Palestina e Israel con el apartheid sudafricano?

 

Ilan Pappé: Hay similitudes y diferencias. La historia colonialista tiene muchos capítulos en común y pueden encontrarse algunos de los rasgos del sistema del apartheid en las políticas israelíes hacia su propia minoría palestina y hacia los territorios ocupados. Sin embargo, algunos aspectos de la ocupación son aún peores que la realidad del apartheid de Sudáfrica, y algunos aspectos de las vidas de los ciudadanos palestinos de Israel no son tan nefastos como lo eran en los días del apartheid. Bajo mi punto de vista, el principal punto de comparación es de orden político. El movimiento anti-apartheid, el ANC, las redes de solidaridad que se desarrollaron con el pasar de los años en Occidente, deberían inspirar una campaña más firme y eficaz a favor de los palestinos. Por esto se necesita aprender de la historia de la lucha contra el apartheid, en vez de insistir demasiado en comparar el sistema sionista con el del apartheid.

 

Noam Chomsky: No hay una respuesta definitiva a esas cuestiones. Hay parecidos y diferencias. Dentro del mismo Israel hay graves discriminaciones, pero se está lejos del apartheid sudafricano. Dentro de los territorios ocupados, ya es otra historia. En 1997, al dar la temática de un discurso en la Universidad Ben Gurion en una conferencia sobre el aniversario de la guerra de 1967, leí un párrafo de la historia de Sudáfrica. Y no fue necesario comentar nada.

 

Mirándola más de cerca, la situación en los territorios ocupados difiere en muchas formas del apartheid. En algunos aspectos, el apartheid sudafricano era más vicioso que las prácticas israelíes, y en otros al contrario. Por mencionar un ejemplo, la Sudáfrica blanca dependía del trabajo negro. No podían expulsar a la inmensa mayoría de la población. Durante una época, Israel confió en la mano de obra barata palestina fácilmente explotable, pero ha sido reemplazada desde hace tiempo por los miserables de la tierra de Asia, Europa del Este y algunos otros lugares. Los israelíes respirarían en su mayoría aliviados si los palestinos desaparecieran. Y no es ningún secreto que las políticas que han ido conformando se ajustan bien a las recomendaciones de Moshe Dayan de después de la guerra de 1967: Los palestinos “continuarán viviendo como perros, y el que lo desee puede largarse”. Recomendaciones más extremas se han hecho por muy considerados humanistas de la izquierda en los EE.UU., por ejemplo, Michael Walter, del Instituto de Estudios Avanzados en Princeton y editor del periódico socialista democrático Dissent, quien aconsejó hace 35 años que ya que los palestinos eran “algo marginal en la nación”, se les debería “ayudar” a marcharse. Se estaba refiriendo a los ciudadanos palestinos del mismo Israel, una posición que se ha hecho familiar más recientemente a causa del ultraderechista Avigdor Lieberman, y que ahora está siendo recogida por los medios dominantes israelíes. Dejo a un lado a los auténticos fanáticos, como el Profesor de Derecho de Harvard Alan Dershowitz, que declara que Israel nunca mata a civiles, sólo a terroristas, por lo cual la definición de “terrorista” sería la de “asesinado por Israel”; e Israel confiaría en conseguir una ratio de matar de 100 a cero, lo que significa “exterminar completamente a las bestias”. No es poco significativo que los defensores de estos puntos de vistas sean considerados con respeto en círculos cultos de EE.UU., y también de Occidente. Uno puede imaginar la reacción si esos comentarios se hicieran sobre los judíos.

 

Sobre la pregunta, repito, no puede haber una clara respuesta porque la analogía no es apropiada.

 

Barat: Israel ha dicho recientemente que boicoteará la Conferencia sobre los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Durban porque “va a resultar imposible impedir que la conferencia se convierta en un festival de ataques contra Israel” y también ha cancelado un encuentro con funcionarios de Costa Rica sobre la decisión de la nación centroamericana de reconocer formalmente un Estado palestino. ¿Es probable que Israel se muestre renuente a aceptar cualquier tipo de crítica hacia sus políticas para hacerlas finalmente fracasar?

 

Ilan Pappé: Uno confía en que en algún momento les salga el tiro por la culata. Sin embargo, esto depende de los equilibrios de poder regionales y globales, no sólo de la “reacción desmesurada” de los israelíes. Los dos, principalmente el equilibrio de poder y la intransigencia israelí puede que estén interconectados en el futuro. Si se produce un cambio en la política estadounidense o en su papel hegemónico en la política de la región, más que una continuada inflexibilidad israelí, eso puede animar a la comunidad internacional a adoptar una postura más crítica contra Israel y ejercer presiones sobre el estado judío para que ponga fin a la ocupación y desposesión de Palestina.

 

Noam Chomsky: Uno puede estar de acuerdo o no con esas decisiones, pero eso no supone “una negativa a aceptar cualquier tipo de crítica hacia sus políticas”. Dudo que esas decisiones particulares vayan a fracasar, incluso que se les preste mucha atención.


Barat: ¿Cómo puede Israel llegar a un acuerdo con una organización que declara que nunca reconocerá a Israel y cuya carta pide la destrucción del estado judío? Si Hamas quiere realmente un acuerdo, ¿por qué no reconoce a Israel?

 

Ilan Pappé: La paz se hace entre enemigos no entre amantes. El resultado final del proceso político puede ser un reconocimiento islámico político sobre el papel de los judíos en Palestina y en Oriente Medio como un todo, ya sea como estado separado o conjunto. La OLP entró a negociar con Israel sin cambiar su carta, lo que no difiere mucho de la actitud de Israel…. Por eso se debería buscar un texto, una solución y una estructura política que sea inclusiva, que posibilite que coexistan todos los grupos ideológicos, religiosos, étnicos y nacionales.

 

Noam Chomsky: Hamas no tiene por qué reconocer a Israel más que Kadima a Palestina, o que el Partido Demócrata en EE.UU. tiene que reconocer a Inglaterra. Uno podría preguntarse si un gobierno dirigido por Hamas reconocería a Israel o si un gobierno dirigido por Kadima o por el Partido Demócrata reconocería a Palestina. Hasta ahora todos se han negado a hacerlo, limitándose a la posición de rechazo que EE.UU. e Israel han mantenido durante unos treinta años de aislamiento internacional. En cuanto a las palabras, cuando el Primer Ministro Olmert declara en una sesión conjunta del Congreso de EE.UU. que cree “en el derecho histórico y eterno de nuestro pueblo a toda esta tierra”, provocando entusiastas aplausos, no se está refiriendo, presumiblemente, sólo a la Palestina desde el Jordán hasta el mar, sino también a la otra orilla del río Jordán, la proclama histórica del Partido del Likud de que era su hogar político, una proclama que nunca se ha abandonado formalmente, hasta donde yo conozco. Sobre Hamas, pienso que debería abandonar esas estipulaciones de su carta y que debería evolucionar de la aceptación de un acuerdo entre dos estados al reconocimiento mutuo, aunque debemos tener en mente que sus posturas son más flexibles que las de EE.UU. e Israel.

 

Barat: Durante los últimos meses, Israel ha aumentado sus ataques contra Gaza y se está hablando de una invasión inminente por tierra, hay también muchas posibilidades de que haya estado implicado en el asesinato del dirigente de Hizbollah Mughniyeh y está presionando para que se impongan sanciones más duras (incluidas las militares) contra Irán. ¿Creen que el ansia de Israel por la guerra podría conducirle finalmente a su autodestrucción?

 

Ilam Pappé: Sí, creo que la agresividad va en aumento y que Israel no sólo se enfrenta al mundo palestino, sino también al árabe y al islámico. El equilibrio militar de poder, por el momento, está del lado de Israel, pero esto puede cambiar en un momento determinado, especialmente si EE.UU. le retira su apoyo.

 

Noam Chomsky: Escribí hace décadas que esos que se llaman a sí mismos “partidarios de Israel” son en realidad partidarios de su degeneración moral y probable destrucción final. Durante muchos años he creído también que la opción clara de Israel por la expansión en vez de la seguridad, una vez que rechazó la oferta de Sadat de un tratado total de paz en 1971, puede muy bien llevar a esa consecuencia.

 

Barat: ¿Qué supondría para EE.UU. retirar su apoyo internacional a Israel?

 

Ilan Pappé: A nivel externo, el colapso de su política en Oriente Medio, principalmente por la pérdida de uno de sus aliados. Como alternativa, aunque menos probable, la aparición de una contra-política europea. Internamente: una crisis económica importante y el éxito de la actual coalición de fuerzas que trabajan en el interior de la sociedad civil para amortiguar tal cambio.

 

Noam Chomsky: Para responder a eso, tenemos que considerar las fuentes de ese apoyo. El sector corporativo en EE.UU., que controla la conformación de la política, parece estar muy satisfecho con la situación actual. Un indicador es el flujo creciente de inversiones hacia Israel por parte de Intel, Hewlett-Packard, Microsoft y otros elementos importantes de la economía de tecnología punta. Las relaciones de inteligencia y militares siguen siendo muy fuertes. Desde 1967, los intelectuales estadounidenses han tenido una relación amorosa virtual con Israel por razones que, en mi opinión, tienen más que ver con EE.UU. que con Israel. Eso afecta en gran medida a la representación de los hechos y a la historia en los medios y en los periódicos. Los palestinos son débiles, están dispersos, sin amigos, y no tienen nada que ofrecer a la concentración de poder en EE.UU.. Una gran mayoría de estadounidenses apoyan el consenso internacional de un acuerdo para dos estados, e incluso piden que se iguale la ayuda a Israel y a los palestinos. En este como en muchos otros aspectos, ambas partes políticas se sitúan más a la derecha que sus poblaciones. El 95% de la población estadounidense piensa que el gobierno debería prestar atención a los puntos de vista de la gente, una posición rechazada por todo el espectro de las elites (algunas veces muy explícitamente, en otras tácitamente). De ahí que un paso hacia una posición más equitativa debería sustentarse en un “avance democrático” en los EE.UU.. Además de esa eventualidad, lo que debería tenerse en cuenta son los hechos que conducen a un nuevo cálculo de intereses entre los sectores de elite.

 

Barat: CounterPuch puso de relieve el pasado mes un interesante debate acerca de la solución de un estado único frente a la solución de los dos estados. Se empezó con un artículo de Michael Neumann en el que decía que “la solución de un único estado era una ilusión” y fue seguido por artículos de Assaf Kfouri titulado “¿Un Estado o Dos Estados? – Un Debate Estéril sobre Falsas Alternativas” y otro de Jonathan Cook titulado “Ni un estado ni dos, el problema es el sionismo”. ¿Cuál es su opinión sobre este aspecto, piensan que en vista de los “hechos sobre el terreno” (asentamientos, carreteras de circunvalación…) creados por Israel, es aún posible la solución de los dos estados?

 

Ilan Pappé: Las realidades sobre el terreno han hecho que la solución de los dos estados sea imposible desde hace ya tiempo. Los hechos indicaban que nunca hubo y que nunca habrá aprobación israelí a un estado palestino, a no ser que sea un estado sin estado dentro de una serie de bantustanes en Cisjordania y Gaza bajo control total israelí. Hay ya un estado y la lucha se centra en cambiar su naturaleza y régimen. Si el nuevo régimen y la base constitucional debieran ser democráticas y binacionales, o quizá incluso ambas cosas, es menos importante en este punto. Cualquier organización política que reemplazara el actual estado racista de cosas es bienvenida. Esa organización debería también posibilitar el retorno de los refugiados e incluso el más reciente de los inmigrantes a poder quedarse.

 

Noam Chomsky: Tenemos que distinguir entre propuesta y defensa. Podemos proponer que todo el mundo debería vivir en paz. Se convierte en defensa cuando trazamos un sendero realista de aquí hasta allí. En mi opinión, la solución de un único estado tiene poco sentido, pero un estado binacional sí lo tiene. Fue posible defender tal acuerdo desde 1967 hasta mediados de la década de 1970. Y así lo hice, en muchos escritos y charlas, incluido un libro. La reacción fue mayoritariamente de furia. Después de que los derechos nacionales palestinos entraron en la agenda internacional a mediados de la década de 1970, ha seguido siendo posible defender el binacionalismo (y así continúo haciéndolo), pero sólo como un proceso que atraviesa etapas intermedias, la primera sería la del acuerdo para los dos estados, según el consenso internacional. Ese logro, probablemente el mejor que podamos imaginar a corto plazo, casi se alcanzó en las negociaciones de Taba en enero de 2001 y, según los participantes, podría haberse alcanzado si el Primer Ministro israelí Barak no les hubiera puesto fin de forma prematura. Ese fue el único momento en los últimos treinta años en que dos estados que se rechazan consideraron por un breve tiempo unirse al consenso internacional, y la única vez en que pareció estar a la vista un acuerdo diplomático. Mucho han cambiado las cosas desde 2001, pero no veo ninguna razón para creer que lo estaba aparentemente al alcance entonces sea imposible hoy.

 

Reviste algún interés, y yo creo que es instructivo, que las propuestas de “solución de un estado único” se toleren hoy en día en los medios dominantes, a diferencia del período en que su defensa era inviable y constituían un anatema. En la actualidad, se publican en el New York Times, en New York Review of Books y en otros sitios. Uno no puede por menos que concluir diciendo que se consideran ahora aceptables porque son completamente inviables, siguen siendo propuestas que no cuentan con apoyos. En la práctica, las propuestas apoyan el rechazo estadounidense-israelí y socavan la única defensa viable de una solución binacional por etapas.

 

En la actualidad, los palestinos tienen dos opciones. Una es el abandono estadounidense-israelí de su posición de rechazo, y un acuerdo muy parecido al que casi se alcanzó en Taba. La otra opción es que continúen las políticas actuales, que llevan, inexorablemente, a que Israel se anexione todo lo que quiera: al menos, el Gran Jerusalén, las zonas dentro del Muro de Separación (que ahora es un Muro de Anexión), el Valle del Jordán y los puntos principales a través de Ma’aleh Adumim y Ariel y más allá, dividiendo de hecho lo que queda en tres partes, que será hecho pedazos en cantones inviables por inmensos proyectos de infraestructura, cientos de controles y otras estratagemas para asegurar que los palestinos vivan como perros.

 

Hay quienes creen que los palestinos deberían sencillamente permitir que Israel se apropie completamente de Cisjordania y entonces llevar a cabo una lucha al estilo de la de los derechos civiles-antiapartheid. Sin embargo, eso no deja de ser una ilusión. No hay razón alguna por la que Israel-EE.UU. vayan a aceptar las premisas de esta propuesta. Continuarán con las directrices que están ejecutando y no aceptarán responsabilidad alguna por los palestinos que se vean dispersados fuera de las regiones que intentan incorporar a Israel.

 

Barat: Durante mi reciente viaje a Israel/Palestina se me hizo obvio (hablando con la gente, leyendo periódicos, viendo las noticias) que hay algo que a Israel le da mucho miedo: un boicot. ¿Están a favor de ese tipo de acciones y piensan que podrían dar frutos?

 

Ilan Pappé: Sí, estoy a favor y creo que tienen posibilidades de desencadenar procesos de cambio sobre el terreno.

 

Noam Chomsky: Los boicots tienen sentido muchas veces. Por ejemplo, esas acciones contra Sudáfrica fueron eficaces, incluso aunque la administración Reagan evadió las sanciones del congreso mientras declaraba que el ANC de Mandela era uno de los “más infames grupos terroristas” del mundo (en 1988). Las acciones fueron eficaces porque durante muchos años se estuvo impulsado el trabajo de campo mediante la educación y el activismo. En el momento en que fueron implementadas, recibieron apoyo sustancial del sistema político estadounidense, de los medios e incluso del sector corporativo. Nada parecido ni remotamente se ha conseguido en este caso. Y además, los llamamientos al boicot fueron invariablemente contrarrestados reforzando las más duras y brutales políticas hacia los palestinos.

 

Si se formulan con cuidado, los boicots selectivos podrían producir algún efecto. Por ejemplo, un boicot a los productores militares que proporcionan armas a Israel, o a la Corporación Caterpillar, que suministra el equipamiento para destruir Palestina. Todas sus acciones son absolutamente ilegales, y los boicot habrían sido mejor comprendidos por el público en general, para que así pudieran haber sido eficaces.

 

Los boicots selectivos podrían ser también eficaces contra los estados que aún tienen un record peor de violencia y terror que Israel, como ocurre con EE.UU.. Y, desde luego, sin su apoyo y participación decisivos, Israel no podría llevar a cabo expansiones ilegales u otros crímenes. No hay llamamientos para boicotear a EE.UU., no por cuestión de principios sino porque es sencillamente demasiado poderoso, hecho que plantea algunas cuestiones obvias sobre la legitimidad moral de las acciones dirigidas contra sus clientes.

 

Barat: Volviendo de Israel/Palestina hace pocas semanas, el director del ICAHD [siglas en inglés del Comité Israelí Contra la Demolición de las Casas] del Reino Unido dijo que, a pesar de Annapolis, “no ha habido mejora alguna sobre el terreno {…} y el ver la judaización de Israel me dejó pasmado y enfadado”. En relación con este aspecto, ¿podría la resistencia palestina (que hasta ahora ha sido fundamentalmente no violenta) volver a la lucha armada y comenzar a una tercera intifada mucho más dura?

 

Ilan Pappé: Es difícil entender ese ‘podría’, teóricamente puede y debe, la cuestión es si va a haber resultados diferentes de los anteriores dos levantamientos, el sentimiento existente es que no es probable.

 

Noam Chomsky: Mi opinión ha sido siempre que los dirigentes palestinos están ofreciendo a Israel y a sus patrocinadores estadounidenses un gran regalo al recurrir a la violencia y adoptar posturas revolucionarias, además del hecho de que, consideraciones tácticas aparte, el recurso a la violencia conlleva una carga muy pesada de justificación. Hoy en día, por ejemplo, nada hay que les guste más a los halcones israelíes y estadounidenses que los cohetes Qassam, que les permite gritar de alegría sobre cómo van a aumentar hasta el infinito el número de muertos (definiendo a todos las víctimas como “terroristas”). También estoy de acuerdo con amigos personales que tenían contactos con el liderazgo palestino (en especial, con Edward Said y Eqbal Ahmad) de que una lucha no violenta habría tenido considerables perspectivas de éxito. Y pienso que todavía las tiene, en realidad es la única perspectiva que puede tener éxito.

 

Barat: ¿En qué deberían centrarse en los próximos meses las ONG y las organizaciones asistenciales que trabajan por la justicia en Palestina?

 

Ilan Pappé: Ellas lo saben bien y no me atrevo a aconsejarles nada. Creo que nos orientan con su llamamiento al boicot y si continúan con iniciativas como esa puede ser muy productivo. Pero lo que es más importante es que prosigan con su trabajo por la reconciliación y unidad del campo palestino.

 

Noam Chomsky: La tarea diaria y urgente es centrarse en las terribles violaciones en curso de los más elementales derechos humanos y en los ilegales proyectos y desarrollo de asentamientos que EE.UU. respalda y que están planeados para socavar un acuerdo diplomático. Una tarea más general es intentar sentar las bases para una lucha exitosa por un acuerdo que tenga en cuenta las justas demandas de las partes en lucha, el tipo de trabajo organizativo y educativo persistente, dedicado y duro que ha proporcionado los fundamentos para otros avances hacia la paz y justicia. He indicado ya que pienso que eso supone, y que no es precisamente lo menos importante, la promoción de una democracia eficiente en la superpotencia reinante.

 

Lunes 09 de junio de 2008

PALESTINA, LA INTENSIFICACIÓN DE LA COLONIZACIÓN ISRAELÍ

 

Por T. Hocine* en Sinpermiso, Kaos. Internacional

Traducción para www.sinpermiso.info: Santiago Rodríguez

¿A qué motivos obedece la decisión del gobierno israelí de intensificar el proceso de colonización en los territorios palestinos?

 

Esta decisión, anunciada el 1 de junio, habría sido tomada, según algunos analistas, teniendo en cuenta la contraoferta por parte del gabinete sobre la retirada, lo que, por otro lado, multiplica los discursos de paz, a la vez que permite confiar en el encuentro, anunciado para hoy, entre el primer ministro israelí y el presidente de la Autoridad Palestina.

 

Pero indiscutiblemente, esto no es más que la continuación de una política en la que el Estado de Israel está comprometido desde el inicio de la ocupación en 1948, y es una decisión que ni siquiera comparten todos los políticos israelíes, cualquiera sea su color político, pero que figura en el primer lugar de lo que los israelíes llaman cuestiones consensuadas.

 

No hay pues nada de asombroso en el hecho de que Israel haya anunciado ayer la reactivación de la colonización en el sector oriental de El Qods. De hecho, es la continuación del proceso en cuestión, y este anuncio ha sido hecho en vísperas de un nuevo encuentro entre Ehud Olmert y el presidente Mahmud Abbas. Y todo ha sido hecho de manera que la licitación se comunicase con ocasión del 41º aniversario de la ocupación de este sector de la Ciudad Santa, que se hizo efectiva en junio de 1967.

 

Uno de los principales negociadores palestinos, Saeb Erakat, en seguida condenó duramente esta medida, “como todas aquellas que perpetúan la colonización”. “Los Estados Unidos deben poner término a esto. Está claro que los esfuerzos de paz van a verse afectados por estas medidas que retoman el proceso de ocupación”, prosiguió. De todo esto van a hablar entonces Olmert y Abbas, que se encontrarán en el marco de las negociaciones tendentes a llegar a un acuerdo sobre la creación de un Estado palestino antes del fin del mandato del presidente estadounidense, George W. Bush, en enero de 2009.

 

Podemos decir que todo transcurre según las previsiones: los israelíes siguen mostrándose como los asesinos de la esperanza, mientras que los palestinos no se hacen absolutamente ninguna ilusión sobre las actuales negociaciones. Su último encuentro se remonta al pasado 5 de mayo, y las conversaciones se celebrarán mientras que la clase política israelí se prepara para unas eventuales elecciones anticipadas debido a un asunto de corrupción en el que está implicado Olmert. Según diversos responsables políticos israelíes, esta votación podría tener lugar el próximo noviembre, aunque la legislatura debería acabar en noviembre de 2010.

 

Las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos se refieren a las cuestiones claves del conflicto (el trazado de las fronteras, el estatuto de El Qods, la suerte de los colonos israelíes y de los refugiados palestinos) y han sido relanzadas en noviembre en Annapolis (Estados Unidos) después de permanecer siete años congeladas. Por ahora no han tenido ningún desarrollo efectivo. En el marco de un acuerdo permanente negociado con los palestinos, Israel espera concretamente poder asegurar, aprovechando los intercambios territoriales, su control sobre los asentamientos en Cisjordania y sobre los barrios judíos de El Qods. La “hoja de ruta”, un plan internacional de paz lanzado en 2003, prevé precisamente el fin de la violencia y el fin del proceso de colonización israelí.

 

El 21 de mayo, el Estado hebreo había anunciado el lanzamiento de una licitación para la construcción de 286 viviendas en la colonia de Betar Ilit, al sur de El Qods. Más de 200.000 colonos judíos vienen instalándose desde 1967 en una docena de barrios erigidos en el sector oriental de El Qods. Según las estadísticas publicadas el último domingo (1 de junio) por el Instituto de Jerusalén para Estudios de Israel, la Ciudad Santa contaba a finales de 2007 a 489 480 judíos y 256.820 palestinos. Una situación a la que estos últimos llaman también la judaización de sus territorios.

 

Las escasas organizaciones internacionales presentes en la zona advierten contra este proceso, considerando a Israel como una potencia ocupante, pese a estar sometida en principio a los diversos convenios internacionales. ¿Pero a quién preocupa eso?

 

* T. Hocine es un analista político especializado en temas árabes.

 

Lunes 09 de junio de 2008

PALESTINOS SE HAN MULTIPLICADO POR SIETE VECES DESDE LA NAKBA (CATÁSTROFE) DE 1948

 

Fuente: Delegación General de Palestina, Rebelión

El Dr. Luay Shabaneh, presidente de la Agencia Central Palestina de Estadísticas y Director Nacional del Censo poblacional, habitacional y de establecimientos del año 2007, consideró a la Nakba del pueblo palestino como un punto de partida negro en la historia moderna de los palestinos. Estos fueron expulsados de sus hogares y de sus propiedades, sus casas fueron arrebatadas y ellos fueron desterrados y desplazados por el mundo, padeciendo todo tipo de sufrimiento y tragedia. Más de tres cuartos de la Palestina histórica fue ocupada en la Nakba de 1948. Además, 531 pueblos y aldeas fueron destruidos y el 85% de la población palestina fue desterrada y desplazada.

 

Dr. Shabaneh describe la situación de la población palestina en vísperas del 60° aniversario de la Nakba, utilizando los siguientes datos estadísticos.

 

Nakba: limpieza étnica y reemplazo de la población

 

Nakba en términos literarios es la forma de expresar las catástrofes naturales como los terremotos, las erupciones volcánicas y los huracanes. No obstante, la Nakba de los palestinos es un proceso de limpieza étnica como así también de destrucción y de desplazamiento de una nación desarmada para ser reemplazada por otra. Contrariamente a las catástrofes naturales, la Nakba palestina fue el resultado de la planificación militar de la mano del hombre y de las conspiraciones de Estados generando la mayor tragedia del pueblo palestino. Más de 800,000 de un total de 1.4 millones de palestinos (la población palestina que vivía en aldeas y pueblos para 1948 era alrededor de 1.3 millones de personas) fueron expulsados de sus hogares a la Ribera Occidental y a la Franja de Gaza, así como a los países árabes vecinos y al resto del mundo. Según los datos de la documentación de www.palestineremembered.com, los israelíes controlaron 774 pueblos y aldeas durante la Nakba. Destruyeron 531 aldeas y pueblos. Las atrocidades de las fuerzas israelíes también incluyen más de 70 masacres contra los palestinos, asesinando 15,000 palestinos durante el período de la Nakba.

 

Situación demográfica: los palestinos se han multiplicado 7.5 veces desde la Nakba de 1948

 

Según los datos estadísticos, la población total de Palestina en 1948 era de 1.4 millones de personas, comparada con los 10,5 millones del 2008. Por lo tanto, el número de palestinos en el mundo se ha multiplicado 7.5 veces desde la Nakba en su 60° aniversario. Además, los datos muestran que el total de los palestinos viviendo en la Palestina histórica (entre el Río Jordán y el Mar Mediterráneo) para fines del 2007 demuestra un total de 5.5 millones comparado con los 5.5 millones de judíos. A la luz de los nuevos informes aportados por el Censo poblacional, habitacional y de establecimientos del año 2007, se espera que el número de palestinos y judíos, en la Palestina histórica, se equilibre para el 2016.

 

Los datos estadísticos muestran que los palestinos refugiados están constituidos por más de la mitad de los palestinos del mundo. Los documentos de UNRWA de fines del 2007, demuestran que el número de palestinos refugiados en cinco áreas de UNRWA es alrededor de 4.6 millones de personas, de las cuales el 42% viven en Jordania, 10% en Siria, 9% en el Líbano, 16% en la Ribera Occidental y el 23% en la Franja de Gaza. Cerca de un tercio de los palestinos registrados como refugiados viven en 59 campamentos para refugiados, de los cuales existen 10 en Jordania, 10 en Siria, 12 en el Líbano, 19 en la Ribera Occidental y 8 en la Franja de Gaza. El tamaño promedio de las familias palestinas en Jordania es aproximadamente 5.1 comparado con el 4.1 de Siria y el 3.8 del Líbano.

 

Estas estadísticas basadas en el crecimiento mínimo de los palestinos refugiados, según las estimaciones de la UNRWA y tomando en consideración los refugiados no registrados, los palestinos refugiados conforman más de la mitad de la población palestina del mundo en el 60° aniversario de la Nakba. Es importante destacar que las estadísticas mencionadas, requeridas por la UNRWA, no incluyen a los palestinos que fueron desplazados entre 1949 y la guerra de 1967 o los no refugiados que emigraron o que fueron expulsados durante esta guerra. El número de palestinos que no se fueron de sus hogares en 1948 se estima en alrededor de 154,000; comparado con los 1.2 millones de palestinos en el 60° aniversario de la Nakba. La proporción de sexo es de 103.7 hombres a 100 mujeres y el tamaño promedio de las familias es de 4.7. Además, el porcentaje de personas que se encuentran por debajo de los 15 años alcanza el 40.2% comparada con el 3.2% de aquellos mayores de 65 años. Esto demuestra que la sociedad palestina es joven y está en crecimiento.

 

Los resultados del Censo poblacional, habitacional y de establecimientos del año 2007, demuestran que el número de palestinos en los Territorios Palestinos era de 3.76 millones en 01/12/2007, de los cuales 2.34 millones viven en la Ribera Occidental y 1.42 millones en la Franja de Gaza. El número de palestinos en Jerusalén era de 363 mil habitantes, de los cuales el 60% de ellos vive en las partes de Jerusalén que fueron forzosamente anexionadas por Israel en 1967.

 

La base de datos muestra que el 44.6% de la población de los Territorios Palestinos son refugiados (aproximadamente 1.7 millones), de los cuales el 31% están en la Ribera Occidental y el 67.6% en la Franja de Gaza. La tasa de fertilidad de los Territorios Palestinos es alta en comparación con otros países. La tasa total de fertilidad en el 2006 fue de 4.6 nacimientos (4.2 nacimientos de la Ribera Occidental y 5.4 en la Franja de Gaza).

 

Densidad de población: La Nakba ha hecho a la Franja de Gaza el lugar más poblado del mundo

 

La densidad histórica poblacional de Palestina en 1948 alcanzó los 73 individuos/Km2 de árabes y judíos comparada con los 389 individuos/Km2 en 2007. La densidad de población en los Territorios Palestinos alcanzó los 625 individuos/Km2 de los cuales 415 individuos/Km2 se encontraban en la Ribera Occidental y 3,881 individuos/Km2 en la Franja de Gaza. Por otro lado, en Israel, la densidad poblacional alcanzó a 317 individuos/Km2 de árabes y judíos en 2007.

 

Asentamientos: la mayoría de los colonos viven en Jerusalén para judaizarla.

 

La mayoría de los colonos judíos viven en Jerusalén. Según los datos, el número de asentamientos israelíes en la Ribera Occidental llegaba a un total de 144 hacia el 2007. Estimaciones primarias demuestran que el número de colonos judíos en la Ribera Occidental conforman medio millón de personas en el 2007. Los datos demuestran que la mayoría de los colonos viven en Jerusalén, lo cual representa un 54.6% del total de asentamientos en la Ribera Occidental, incluyendo el 42% en J1 (Aquellas partes de Jerusalén que fueron anexadas por Israel en 1967).

 

El Muro de expansión y anexión absorbe el 15% del área de la Ribera Occidental

 

El largo total de la expansión y anexión del Muro es de 770 Km. 406 Km. (52.7%) del Muro han sido completados. Hay un adicional de 322 Km. planificado para ser construido y la construcción de 42 Km. está llevándose a cabo. El muro aísla 733 Km2 de tierra. La parte oriental, que se expande de norte a sur, se estima en 200 Km. de largo. Este Muro le permite a Israel aislar y controlar el área del Valle del Jordán, la cual es considerada como la canasta alimenticia de Palestina y la principal fuente de alimentos para la población palestina.

 

La construcción del Muro en la Ribera Occidental entre el año 2003 y 2006 afectó a ocho gobernaciones conteniendo a 159 localidades. El número de localidades afectadas por el Muro para fines de mayo del 2008 será de 180. La mayoría de estas localidades han sufrido la construcción completa del Muro así como las localidades del norte de la Ribera Occidental y la gobernación de Jerusalén. La construcción del Muro todavía se encuentra en proceso en algunas localidades de la gobernación de Ramallah, de al Bireh y de Hebrón. El largo total del muro en Jerusalén es aproximadamente de 168 Km. incluyendo 5 Km. de espacio verde y el resto se encuentra dentro del territorio de la Ribera Occidental. La construcción del Muro en Jerusalén fue en gran parte acelerada entre el 2006 y el 2007. EL Muro separa localidades como Shufat y Kufur Aqab de Jerusalén. Estas localidades tienen 30,000 habitantes con cédulas de identificación de Jerusalén.

 

Uso de la tierra: Las restricciones israelíes privan a los palestinos de utilizar más de un tercio de la Ribera Occidental.

 

El área de los Territorios Palestinos es de 6,020 Km2, incluyendo 5,655 Km2 de la Ribera Occidental y 365 Km2 de la Franja de Gaza. El porcentaje de construcciones en los asentamientos israelíes es del 3,3% del área de la Ribera Occidental (excluyendo las áreas circundantes a los asentamientos, a los sitios militares, a las carreteras, etc.). La tasa de tierra agrícola constituye el 24.6% del Territorio Palestino.

 

Agua: los palestinos tienen escasez de agua mientras los israelíes consumen 10 veces más que los palestinos

 

El Territorio Palestino consume 270 millones de m3 de agua anualmente, incluyendo 150 millones de m3 en la Ribera Occidental y 120 en la Franja de Gaza. No obstante, la necesidad actual del Territorio Palestino es de 400 millones de m3. Por lo tanto, el déficit es de 130 millones de m3, en un momento de crecimiento poblacional y de proyectos económicos donde se necesita el consumo de agua. Además, los recursos acuíferos están decreciendo debido a que Israel anula los mantenimientos y mejoramientos de los recursos hídricos.

 

Según las recomendaciones de WHO en relación al consumo diario de agua por individuo, el requerimiento mínimo es de 100 litros por día. No obstante, un palestino consume entre 30-50 litros de agua por día comparado con los 150 litros por día que consume un israelí y con los 300 litros de agua por día que consume un colono de los asentamientos israelíes. Adicionalmente, Israel prohíbe el desarrollo de las fuentes hídricas palestinas por parte de los propios palestinos en un momento en donde el nivel de las lluvias está decreciendo. Además, Israel aisló 26 pozos de agua detrás del Muro de expansión y anexión (capacidad productiva de 7 millones de m3) los cuales consideró como una Gran Fuente de Agua para las gobernaciones de Tulkarem y Qalqilia.

 

Los Acuerdos de Oslo estipulaban un incremento anual del porcentaje de agua para los palestinos de entre 70 y 80 m3 desde la cuenca este y noreste y de la cuenca oriental así como el agua del Río Jordán. Pero a pesar de esto, en los últimos 12 años Israel ha permitido solamente el uso de la cuenca noreste. La cuenca requiere excavaciones de 600-1000 metros de profundidad para poder alcanzar el agua, y a veces lidiar con agua salinizada lo que requiere un proceso de desalinización que encarece su costo. Por lo tanto es inútil hablar de un independiente y viable Estado Palestino sin poder integrar la tierra y el agua. Israel ha robado siempre tierra y mediante su control, también ha controlado los recursos hídricos. De esta manera no existirá un Estado Palestino independiente sin poder utilizar libremente los derechos palestinos de sus propias fuentes hídricas así como su derecho a la devolución de Jerusalén y su legítimo derecho.

 

LUCHA CONTINUA PARA LIBERAR LA TIERRA Y CONSTRUIR UN ESTADO

 

Mártires

 

El número de mártires de la Intifada de al Aqsa entre el 29 de septiembre del 2000 y el 31 de marzo del 2008 alcanzó los 5.368, incluyendo 5,061 hombres y 307 mujeres. El número de mártires en la Ribera Occidental alcanzó los 2,130 incluyendo 2,107 hombres y 123 mujeres. El número de mártires de la Franja de Gaza alcanzó los 3,201, incluyendo 3,019 hombres y 182 mujeres. El resto de los mártires son de la tierra de 1948 y de afuera del Territorio Palestino. El año 2002 fue el más sangriento de la Intifada donde 1,192 palestinos fueron asesinados seguidos por 895 en el 2004. El número de mártires menores de 18 años sumaron un total de 969 (18.1%). La mayoría de los mártires tenían entre 18 y 29 años siendo un total de 2,966 (55.3% del total del número de mártires). El total de mártires del grupo de edad de 30-49 alcanzó los 992 (18.5%). El número de mártires mayores a 50 años alcanzó los 298 (5.6%). Los datos muestran que el número de heridos alcanzó las 32,700 personas entre el 29 de septiembre del 2000 y el 31 de marzo del 2008. El 26.6% de las heridas fueron causadas por municiones pesadas, seguidas por balas de metal y goma en un 21.7% y 20.5% respectivamente.

 

Detenidos

 

Según los datos del Ministerio de Detenidos y Ex detenidos publicados en un informe en el Día del Prisionero (17 de Abril del 2008), Israel detuvo a más de 60,000 palestinos durante la Intifada de Al-Aqsa. El Informe también mostraba que todavía existen 11,000 palestinos detrás de las rejas israelíes incluyendo 98 mujeres detenidas, 355 niños, cientos de enfermos y 352 personas detenidas antes de la firma de los Acuerdos de Oslo. Los detenidos también incluyen 237 personas que han pasado más de 15 años en prisión y decenas de árabes detenidos sin causa.

 

La información del Ministerio también demuestra que Israel ha detenido a 800,000 desde 1967, lo que representa el 20% de la población. Este porcentaje es el más alto del mundo. Además, aparte de las miles de personas que fueron arrestadas y detenidas por cortos períodos y luego liberadas.

 

Condiciones de vida en el Territorio Palestino

 

La Nakba de 1948 y la ocupación israelí del 77% de Palestina ha llevado a un gran deterioro de las condiciones de vida de la población palestina. Sistemáticamente la ocupación israelí ha desarraigado a la población palestina de sus hogares y de sus tierras, lo que constituye su sustento de vida. De manera consecuente los palestinos han sido desplazados, desterrados, dejados sin casas y si ningún tipo de ingreso o trabajo, y, además, sufriendo una pobreza miserable. La ocupación ha continuado imponiendo sus medidas arbitrarias durante los pasados 60 años; dichas medidas apuntan al debilitamiento y empobrecimiento de la población palestina y obligarlos a huir de sus propias tierras.

 

Pobreza: los palestinos sufren todavía la pobreza después de 60 años de la Nakba

 

Desde 1948, y debido a las medidas adoptadas por Israel como el robo de los recursos naturales, el fortalecimiento de la dependencia de la economía israelí, la economía palestina ha sufrido profundas heridas y deterioros en todos sus indicadores sociales y económicos tanto en la Ribera Occidental como en la Franja de Gaza. La calidad de vida de los palestinos ha empeorado. Según las estimaciones, la tasa de pobreza durante el 2007 entre las familias palestinas, en relación con los patrones de consumo, es del 31.5% incluyendo el 20.4% para la Ribera Occidental y el 51.4% en la Franja de Gaza. El ingreso mensual del 58.3% de los hogares palestinos está por debajo de la línea de pobreza nacional incluyendo el 46.5% para la Ribera Occidental y el 79.3% para la Franja de Gaza.

 

La situación sanitaria: lentos mejoramientos en los indicadores sanitarios palestinos

 

La información muestra que las mejoras en los indicadores sanitarios de la población palestina son lentas. Además, hace décadas que no se ha mejorado la mortalidad infantil de los niños menores a 5 años. Según un informe de UNICEF, los palestinos ocupan el puesto 108 del mundo respecto a la prevención de la mortalidad infantil. La tasa para limitar las muertes infantiles palestinas supera un 40% a la tasa requerida. Además, la malnutrición crónica alcanza al 10% de los niños menores a 5 años, con una tasa de incremento del 36% en comparación a 1996. La situación empeora en la Franja de Gaza donde 50,000 niños sufren malnutrición. La mitad de los niños de menos de 2 años de edad sufren anemia y el 70% de falta de vitamina A.

 

Hubo un incremento del 31% del número de individuos que sufren enfermedades crónicas entre el 2004 y el 2006. Esto significa que el peligro de esparcir dichas enfermedades se encuentra en alza. Adicionalmente, en el Territorio Palestino existen varias dificultadas para enfrentar cualquier mejoramiento tangible en la salud de las madres y el poder limitar las tasas de muertes de ellas, incluyendo la carencia de los servicios proveídos para las mujeres y la falta de acceso a los servicios de salud debido a los procedimientos israelíes. Según la información, los palestinos de la diáspora sufren numerosas dificultades de salud, principalmente una alta mortalidad de niños. Las tasas más altas de mortalidad entre los palestinos refugiados se encuentran en el Líbano, comparadas con los niños palestinos refugiados en Jordania y Siria. Estas tasas suman entre 26 y 31 por 1000 de los nacimientos producidos en el Líbano en el 2006. También hay un alza de las tasas de malnutrición entre los niño palestinos refugiados menores de 5 años, que llegan al 27% en Siria y al 20% en el Líbano.

 

Agricultura: medidas israelíes empleadas contra los árboles, piedras y animales después de la ocupación de casi el 90% de Palestina.

 

La información estimada demuestra que el número de horticultura destruida en el territorio palestina desde el 28/09/2000 al 31/12/2007 alcanza los 1.6 millones de árboles. El área destruida comprende alrededor de 2,851 dunams de invernaderos, 13,147 dunams de vegetales y 14,076 dunams de campos sembrados. Por el otro lado, el número de animales asesinados fue de 15,862 cabezas de ovejas y cabras, 1,350 cabezas de ganado y 1,310 aves de corral, además de la destrucción de 18,508 colmenas. Consecuentemente las firmas agrícolas y constructoras destruyeron, desde el 28/09/2000 al 31/12/2005, 455 pozos con equipamientos, 37,929 dunams de redes de irrigación, 1,070.940 metros de tuberías centrales, 1,878 estanques de riego, 930 depósitos agrícolas y 1,862 establos de animales y graneros.

 

El resultado revela que 1,862 dunams de las granjas palestinas estaban cultivadas en los Territorios Palestinos durante los años 2005/2006 de los cuales el 90.2% se encontraba en la Ribera Occidental y el 9.8% en la Franja de Gaza, donde los árboles frutales constituían el 62.2% del área cultivada del Territorio Palestino. Mientras que los vegetales y las granos sembrados constituían el 10.6% y 27.2%, respectivamente, del área palestina cultivada, el 69.1% del área cultivada en la Franja de Gaza descansaba en la irrigación, comparado con el 8.4% de la Ribera Occidental.

 

Condiciones habitacionales: unidades habitacionales superpobladas y un alto número de unidades habitacionales dañadas por la ocupación

 

Según las fuentes del Ministerio de Obras Públicas y Viviendas del año 2007, el número de construcciones dañadas de los Territorios Palestinos desde el estallido de la Intifada de Al-Aqsa hasta el 30 de abril del 2007, debido a las incursiones israelíes, es de 77,433 construcciones incluyendo 69,330 con daños parciales y 8,103 demolidas o severamente dañadas.

 

La información de la Investigación de Condiciones de Vivienda del 2006 demostró que el promedio del número de personas por cuarto en los campamentos de palestinos refugiados es de 2.0, incluyendo 1.8 personas por cuarto para los refugiados en los campamentos de la Ribera Occidental y 2.0 personas por cuarto para los refugiados en los campamentos de la Franja de Gaza. El promedio de la densidad habitacional de tres o más personas por cuarto en los campamentos de refugiados de los Territorios Palestinos es de 23.3% incluyendo 18% en la Ribera Occidental y 25.5% en la Franja de Gaza. Además, el 99.5% de los hogares palestinos están conectados a la red de electricidad, según el Informe de Energía de los Hogares, de Julio del 2006.

 

Mercado de trabajo: altas tasas de desempleo y baja participación en la actividad económica.

 

La tasa de participación de la fuerza de trabajo en los Territorios Palestinos en el 2007 alcanza el 41.9% (40% entre los refugiados y 43.3% entre los no refugiados). La tasa de participación en la Ribera Occidental alcanza el 44.1% (43.8% entre los refugiados y 44.2% entre los no refugiados) comparado con el 38% de la Franja de Gaza (37% entre los refugiados y 39.8% entre los no refugiados). La tasa de desempleo en el Territorio Palestino alcanza el 21.6% (25.3% entre los refugiados y 16.8% entre los no refugiados). La tasa de desempleo en la Ribera Occidental es del 18.6% (20.1% entre los refugiados y 16.8% entre los no refugiados) comparada con el 29.7% en la Franja de Gaza (30.2% entre los refugiados y 28.7% entre los no refugiados). El sector de servicios, considerado como el mayor empleador del sector de los refugiados en la Ribera Occidental, con una tasa del 35.8%, seguido por el sector de comercio con el 21.1%. En la Franja de Gaza, el sector de servicios emplea más de la mitad de las personas refugiadas (57.8%) seguido por el sector de comercio con el 16.1%. El salario diario en los Territorios Palestinos es de 74.3 NIS (NIS 72.9 para refugiados y 75.4 para los no refugiados). En la Ribera Occidental, el salario diario es de 78.5 NIS (77 NIS para los refugiados y 79.2 para los no refugiados). Por otro lado, en la Franja de Gaza, el salario diario es de 65.4 NIS (69 NIS para refugiados y 57.1 para no refugiados). El promedio de dependencia proporcional en el Territorio Palestino para el año 2007 es de 5.6; 4.9 en la Ribera Occidental y 7.3 en la Franja de Gaza.

 

Educación: inversión palestina en educación como una opción estratégica

 

La información primaria para el año escolar 2007/2008 indica que el número de escuelas en el Territorio Palestino era de 2,430, distribuidas por las autoridades supervisoras de la siguiente manera: 1,833 escuelas gubernamentales, 309 escuelas de la UNRWA y 288 escuelas privadas. De estas, 1,809 escuelas estaban en la Ribera Occidental y 621 estaban en la Franja de Gaza. El número de estudiantes en estas escuelas era de 1.1 millón de personas de los cuales 549,000 eran hombres y 549,000 eran mujeres. El número de estudiantes en la Ribera Occidental era de 654,000 y en la Franja de Gaza 448,000, distribuidos de acuerdo a las autoridades supervisoras de la siguiente manera: 767,000 matriculados en escuelas gubernamentales, 253,000 matriculados en escuelas de la UNRWA y 78,000 matriculados en escuelas privadas. El número de maestras de escuelas era de 43,559, 19,430 hombres y 24,129 mujeres de las cuales 27,448 estaban en la Ribera Occidental y 16.111 en la Franja de Gaza. La tasa de analfabetismo entre los individuos a partir de los 15 años de edad era de 6.3%. Esta tasa varía entre los hombres y las mujeres: 2.8% para los hombres y 9.7% para las mujeres.

 

En el Territorio Palestino hay 11 universidades y 13 colegios universitarios, ofreciendo programas, entre los que se destacan los diplomas de bachiller: 3 universidades y 4 colegios universitarios están en la Franja de Gaza y 8 universidades y 9 colegios universitarios en la Ribera Occidental. Existen 19 colegios comunales intermedios, 14 en la Ribera Occidental y 5 en la Franja de Gaza.

 

Contrariamente a los indicadores de pobreza y desempleo, la tasa de analfabetismo entre los palestinos refugiados que viven en los Territorios Palestinos es menor comparada con la tasa de los no refugiados. La tasa de analfabetismo de los palestino refugiados en 2007 de mayores de 15 años era del 5.7% mientras que el de los no refugiados era del 6.5%. También creció la proporción de palestinos refugiados mayores de 15 años que obtuvieron el diploma de bachillerato, siendo el 9.2% de los refugiados mayores de 15 años, mientras que el de los no refugiados fue del 8.4%. Los datos relevados en el 2007 sobre la tasa de alfabetismo de individuos mayores a 15 años demuestran que no existen diferencias estadísticas en el nivel de los refugiados ya que estas conforman el 94.3% (97.6% para los hombres y 90.9% para las mujeres), mientras que la tasa de los no refugiados es del 93.5% (97% para los hombres y 89.8% para las mujeres).

 

A partir de la información del 2006, la tasa de inscripción de individuos mayores de 6 años de los palestinos refugiados ha alcanzado el 47.2%, siendo 46.6% para hombres y 47.8% para mujeres, la cual es mayor que la tasa de los no refugiados, siendo esta del 45.2% (44.8% para los hombres y 45.5% para las mujeres). El porcentaje de deserción escolar en el Territorio Palestino, en el año 2006, entre los refugiados mayores de 6 años fue del 22.6%, siendo 23.4% para los hombres y 21.8% para las mujeres, mientras que los datos proporcionales a los no refugiados fueron del 27.2%, siendo 28.6% para los hombres y 25.7 para mujeres.

 

La información de la Institución Al-Haq muestra que el número de escuelas y universidades cerradas por órdenes militares israelíes hasta el 22 de mayo del 2006 fue de 12. La enseñanza en 1,125 escuelas y universidades se vio dificultada por actos de agresión de los israelíes. Además, 359 escuelas, departamentos de educación y universidades fueron bombardeadas por las tropas israelíes, quienes también convirtieron 43 escuelas en cuarteles militares y asesinaron 845 estudiantes hiriendo a 4,780 estudiantes y empleados del sector educativo.

 

Macroeconomía: alza de precios, Gaza sitiada, caída de la performance de sectores económicos.

 

El índice de precios al consumidor aumentó en los Territorios Palestinos en un 6.84% durante diciembre del 2007 comparado con diciembre del 2006 (5.6% para la Ribera Occidental y 10.17% para la Franja de Gaza). Mientras que el índice de precios al consumidor aumentó durante diciembre del 2007 un 33.5% en comparación con septiembre del año 2000 en el Territorio Palestino (33.58% en la Ribera Occidental y 27.60% en la Franja de Gaza). El índice de precios al consumidor aumentó durante el mes de diciembre del 2007 un 64.01% comparado con el año 1996 (65.56% en el resto de la Ribera Occidental y 55.42% en la Franja de Gaza). Mientras que el índice de precios al consumidor del mes de marzo del 2008 aumentó un 38.58% en el Territorio Palestino en comparación con septiembre del 2000 (38.55% en la Ribera Occidental y 34.81% en la Franja de Gaza). El aumento de precios en el Territorio Palestino, el sitio impuesto a la Franja de Gaza y los repetidos cierres de pasos, aumentaron las barreras del territorio palestino, sumado a esto las constantes agresiones israelíes sobre los derechos de la tierra y la riqueza de los palestinos. Todas estas medidas premeditadas han tenido un impacto significante en la economía palestina. El sitio impuesto a la Franja de Gaza ha llevado a un colapso del sector comercial y ha impedido el comercio exterior desde y hacia la Franja de Gaza sumando los efectos negativos sobre el sector de la construcción, debido a que Israel prohíbe la entrada de materiales para la construcción desde y hacia la Franja de Gaza. Además se vieron afectados los sectores de servicios, como por ejemplo, los sectores privados.

 

Las Cuentas Nacionales Palestinas del 2007, a un precio constante, demuestran que el Producto Bruto Interno (PBI) en el resto de la Ribera Occidental y en la Franja de Gaza fue de US $ 4.136 millones. El ingreso per cápita del PBI fue de $1,178. El PBI en las actividades de servicios, construcción, minería y manufacturas disminuyó un 3.6%, 0.2% y 0.7% respectivamente, durante el 2007 en comparación con el 2006. Además, el PBI registró una tasa de disminución del 2.9% comparada con el 2000. También la tasa de crecimiento del 29.5% compara con el 2005 y el PBI per cápita en el 2007 disminuyó un 19.2% en comparación con el 2000, y a su vez un 15.1% en comparación con 1995.

 

Intercambio Comercial

 

Según la información, el valor de las mercancías importadas en el 2006 sumó U.S. $ 2,835 millones; por otro lado, el valor de los servicios importados para el mismo año sumó un total de U.S. $93.2 millones. El valor de las mercancías exportadas en 2006 sumó U.S. $ 339 millones. El valor de los servicios exportados a Israel en 2006 sumó U.S. $ 102,4 millones. El balance de intercambio de mercancías neto tuvo un déficit de U.S. $ 2,469 millones en el 2006, con un 6% de incremento en relación al 2005. La balanza del intercambio de servicios para el 2006 marcó un excedente de U.S. $ 9.2 millones.

 

Establecimiento Económico: crecimiento a pesar del sitio

 

El resultado final del Censo de Establecimientos del 2007 muestra que el número de establecimientos económicos en los Territorios Palestinos, entre el 20 de octubre y el 10 de noviembre del 2007, es de 132,874. Los datos no incluyen aquellas partes de la gobernación de Jerusalén que fueron anexadas por Israel en 1967. No obstante, los datos incluyen 94,205 establecimientos en el resto de la Ribera Occidental y 38,699 en la Franja de Gaza. Existen 109,686 establecimientos operando en los Territorios Palestinos, dentro del sector privado, ONGs y compañías gubernamentales. Estos establecimientos emplean a 296,965 personas.

 

Lunes 09 de junio de 2008

CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS CONMEMORA LA NAKBA EN LA NATIVIDAD

 

Fuente: Agencia EFE

El Consejo Mundial de Iglesias conmemoró hoy el 60 aniversario de la “Nakba” o “desastre nacional” palestino, con un acto de protesta frente a la Basílica de la Natividad en Belén en el que pidieron “justicia para Palestina” y “fronteras seguras para Israel”.

 

En una concentración de cientos de personas, la mayoría religiosos de distintas órdenes y dirigentes de comunidades católicas en la Autoridad Nacional Palestina (ANP), los participantes exigieron al mundo que reconozcan un estado palestino y ayuden a traer la paz a Tierra Santa.

 

“Ha llegado el momento de Palestina, de darles la libertad a los palestinos, de terminar la opresión, de terminar con los asentamientos”, dijo a Efe el secretario general del Consejo, Yussef Daher, poco antes de que se leyera una proclama por la paz para los dos pueblos.

 

El Consejo lo forman unas 300 iglesias de distintos países y su objetivo es fomentar la paz en Tierra Santa, mediante la creación de un estado palestino y en cumplimiento de las resoluciones de la ONU.

 

“Es tiempo de terminar tanto conflicto, para la libertad, para la igualdad de derechos, para terminar la discriminación, la segregación y la restricción de movimientos”, dice la proclama leída en el acto, donde los religiosos sostuvieron cada uno un número con los años transcurridos desde 1948.

 

En rojo estaban las cifras 60, que marca el aniversario de la creación de Israel y la Nakba palestina, y el 41, los años transcurridos desde la ocupación de Cisjordania, Gaza y Jerusalén este en la Guerra de los Seis Días.

 

En la proclama, los religiosos abogaron por la solución de dos estados para dos pueblos y dijeron que “es tiempo para que los ciudadanos israelíes tengan seguridad, y fronteras seguras acordadas con sus vecinos”.

 

Igualmente, con antorchas en las manos, los manifestantes abogaron para que “Jerusalén sea la capital de dos naciones” y “la ciudad santa capital de las tres religiones” monoteístas.

 

Esta es el tercer año consecutivo que el Consejo Mundial de Iglesias convoca esta suerte de asamblea por la paz, que hace coincidir siempre con el aniversario de la Guerra de los Seis Días, entre el 5 y el 10 de junio.

 

Lunes 09 de junio de 2008

HOY EL HOLOCAUSTO ESTÁ EN GAZA

 

Por Miguel A. San Miguel Valduérteles*

Estos días las autoridades judías conmemoran el 60 aniversario del estado de Israel. Y como es habitual, a tales fastos, no van a faltar las visitas al más alto nivel institucional. En consonancia muchos de los medios se hacen eco del evento y, de paso, ponen sordina a ese holocausto, que en la actualidad es Gaza.

 

Son momentos para preguntarse si la gente, de bien, tiene algo que celebrar. Porque el estado de Israel, desde su origen, vive con el estigma de la barbarie. ¿Qué otro calificativo merecen los asesinatos masivos y selectivos, los millones de refugiados, el apartheid, la limpieza étnica, la rapiña, los atentados permanentes contra los derechos humanos, el incumplimiento de la legislación internacional?

 

Los palestinos, en cambio, conmemoran la Nakba, esto es «el desastre», porque en 1948, la Haganá, asesinó a 13.000 y forzaron el exilio de 750.000. Desde entonces hasta ahora el trágico escenario es: seis millones de refugiados, el 60 por ciento de la población palestina; Cisjordania viviendo en régimen de apartheid; más de millón de penosas en Gaza, una cárcel donde se muere de disparos, hambre y enfermedades; ochocientos mil en Israel sin derechos. Situación que ha llevado al historiador judío Ilan Pappé, forzado también al exilio, a afirmar que «en Palestina se produce una Nakba continua».

 

Desde su origen el estado de Israel viene practicando la rapiña de un modo sistemático: de casas, tierras: ya sólo les resta el 11 por ciento de la Palestina histórica; les han quitado el 75 por ciento del agua a dos millones de palestinos para dársela a 250,000 colonos. Y además les niegan el derecho a la vida: les han arrancado cientos de miles de olivos; y con la construcción del muro y los cientos de check points están desarticulando la sociedad palestina y hacen imposible las actividades económicas y los servicios.

 

Sin ningún rubor la ministra de exteriores israelí Tzipi Livni comunicaba a su interlocutor palestino Ahmed Qureia: «Ocurra lo que ocurra, Israel se quedará con el valle del Jordán, Jerusalén y amplias zonas de Cisjordania».

 

Además han convertido Palestina en una inmensa prisión. Hay 11.000 presos políticos, entre ellos el 40 por ciento del parlamento palestino; aunque, mejor dicho, toda Palestina es una cárcel, especialmente Gaza, donde en 250 kilómetros sobreviven al hambre y a las enfermedades más de un millón de personas.

 

A esta estrategia, corresponden las palabras de un ministro israelí: «A los palestinos les espera el holocausto». Una afirmación que espanta, por sus connotaciones nazis.

 

Y de paso que destruyen Palestina se están destruyendo moralmente: han conformado una sociedad con la violencia como forma de vida. Hace unos días Yoram Kaniuk afirmaba sin ningún remordimiento: «Tenía 17 años y maté a personas antes de haber besado a una chica».

 

Todo ello pasa sin que la comunidad internacional tome medidas. Ante esta situación la pregunta es: ¿se iba a consentir esto a otros países? Con toda seguridad que, en tal caso, el desembarco de tropas americanas sería inmediato.

 

En lugar de legitimar la política del estado de Israel, la comunidad internacional debe presionarle para que cumpla la legalidad internacional, ponga fin a las agresiones y reconozca el derecho del pueblo palestino a su soberanía y al retorno de los refugiados.

 

El estado de Israel está llevando a Oriente Medio a una guerra permanente, cuyas consecuencias, si no lo evitamos pueden ser catastróficas para todos. A esto se corresponden las palabras de Ilan Pappé: «Israel quizá esté condenado a seguir siendo un país lleno de rabia, cuyas acciones obedecen al fanatismo religioso y a la búsqueda de venganza. ¿Por cuánto tiempo más podemos pedir, que nuestros hermanos palestinos sean leales con nosotros y no sucumban por completo a la desesperación?»

 

* Miguel A. San Miguel Valduérteles. Del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.

 

Lunes 09 de junio de 2008

UN AÑO DE BLOQUEO ISRAELÍ DIRIGE A GAZA HACIA EL DESASTRE SANITARIO

 

Por Ricardo Mir de Francia, El Periódico - Cataluña, España

• La contaminación del agua y el aire amenaza a los 1,5 millones de palestinos que viven en la franja

 

• Cada día se vierten en el litoral mediterráneo entre 50 y 60 millones de litros de aguas negras

 

Un grupo de niños pesca en las orillas del puerto de Gaza. Sumergidos hasta el torso, hunden la red y esperan a que algún pececillo caiga en la trampa. No saben que son ellos quienes realmente están en peligro. A escasos 100 metros, miles de litros de aguas fecales se vierten sin tratamiento en la dársena. El impacto medioambiental es atroz.

 

La arena apesta y la marea expulsa peces muertos que los más pobres recogen para cocinarlos. No es un hecho aislado. Los desechos de 1,5 millones de palestinos se están vertiendo al mar sin depurar. Con el verano a punto y la playa como único refugio contra el calor, las autoridades sanitarias han advertido del riesgo de epidemias e infecciones gastrointestinales.

 

SIN DEPURADORAS

Cada día se vierten en el litoral mediterráneo de Gaza entre 50 y 60 millones de litros de aguas negras para evitar que salgan a la superficie en las áreas residenciales. Hasta que Israel endureció el bloqueo, las aguas del alcantarillado se bombeaban a las depuradoras, donde eran tratadas antes de recalar en el mar.

 

Pero desde hace cuatro meses, los continuos cortes de electricidad provocados por las restricciones israelíes de combustible, unidos a la escasez de cloro para la depuración y la falta de piezas de recambio para las plantas de tratamiento, han colapsado el sistema. “La situación es desastrosa. Tenemos cuatro estaciones bombeando aguas fecales al mar. La polución está dañando la vida marina y amenaza la salud pública”, explica a este diario Maher el Najjar, director adjunto de la Autoridad del Agua en Gaza.

 

NIÑOS CON DIARREA Y VÓMITOS

En el hospital Shifa se advierten las primeras consecuencias. Crece el número de pacientes con diarrea y vómitos, especialmente niños, según el doctor Eihab Hindi. Es difícil aún calibrar el problema porque hasta la semana pasada no comenzaron las vacaciones escolares. “Estamos preocupados porque si no se toman medidas podría desatarse hasta una epidemia de cólera”, afirma el doctor. Peor lo pasan los pescadores. Para evitar la contaminación del litoral tienen que faenar mar adentro. Pero Israel solo les permite adentrarse cinco kilómetros. Cuando los superan, las fragatas hebreas les disparan.

 

Además se enfrentan a la pesadilla de la falta de combustible, que Israel limita al mínimo como castigo por el lanzamiento de cohetes contra su territorio. “La mitad de la flota está varada. A nosotros se nos conoce por nuestra paciencia, pero no aguantamos más. Vivimos en un infierno”, protesta el palestino Husein al Amudi, padre de 12 hijos.

 

LA DESTRUCCIÓN

Este mes Gaza cumple un año de fronteras cerradas. El bloqueo israelí está destruyendo todos los ámbitos de la vida. Sin materias primas que importar, no hay trabajo. Con cortes de luz y sin diesel para bombear el agua de los pozos, escasea el agua corriente (el 70% de la población la recibe solo durante nueve horas cada cuatro días). También falta el butano para cocinar. Algunas familias llevan dos meses esperando una bombona y sobreviviendo con cocinillas eléctricas o leña como en el medioevo.

 

La impresión es que Gaza retrocede en el tiempo hacia una sociedad preindustrial. En las carreteras los burros han sustituido a los taxis como medio de transporte. Israel solo permite la entrada de un 5% de las necesidades de gasolina para el transporte. Para asegurar el funcionamiento de un mínimo de los servicios, el depuesto Gobierno de Hamás la raciona con cupones. Tienen prioridad las ambulancias, los bomberos, los agricultores, las instituciones públicas y los pescadores. Para los ciudadanos de a pie, no queda una gota. En el mercado negro el litro cotiza a 10 euros, de modo que la mayoría utiliza aceite vegetal reutilizado como combustible.

 

Las calles apestan a fritanga y falafel, pero más allá del hedor y el daño irreparable para los motores, el problema es que el humo que desprende este aceite es cancerígeno, según los especialistas. Ante esta realidad, Gaza se aferra a la supervivencia. Al preguntarle a alguien cómo está, muchos responden: “Muy bien, porque estoy vivo y en estas condiciones, ya es mucho”.

 

Viernes 06 de junio de 2008

LA OTRA INTIFADA:

MANTENER LA IDENTIDAD PALESTINA EN JERUSALÉN

 

Por Ana García Jiménez*, por Revista Pueblos

Sumud en árabe significa Firmeza, la impenetrable solidez. Sumud es el sentimiento de apego a la tierra, es el espíritu de resistir ante todo. Sumud es también el principio adoptado por el movimiento palestino de liberación nacional de no abandonar la tierra. Sumud es un fondo monetario, establecido en la cumbre árabe de Bagdad de 1978, para desalentar la emigración de palestinos de los territorios ocupados por Israel en 1967. Sumud era el nombre de un campo de refugiados que resistía las políticas israelíes de reducir radicalmente el número de palestinos que viven en Jerusalén y que, en la primavera de 1998, fue arrasado. 75 familias quedaron sin techo.

 

Sumud es nombre de mujer en Palestina.

 

Sumud se llama hoy un colegio ocupado en Jerusalén por familias palestinas de ese campo de refugiados arrasado en 1998. Desde entonces este edificio es símbolo de la resistencia palestina. Allí se instalaron 20 familias. Todos palestinos de Jerusalén. Resistieron y siguen resistiendo las políticas de judaización de Jerusalén.

 

El edificio, situado en Jerusalén Este, en el barrio de Sheik Jarrah, es un colegio sin terminar de Al Waqf al Ismami. Su construcción se paró por problemas económicos. Algunas familias del campo de refugiados que había sido arrasado por aquellas fechas lo ocuparon con el apoyo de la Casa de Oriente (oficina informal de la Autoridad Palestina), actualmente cerrada.

 

El colegio no tiene ventanas para todas las familias y el espacio está dividido en cubículos separados por chapas y maderas.

 

En la actualidad, de aquellas primeras 20 familias quedan pocas, y han ido ocupando su lugar otras familias pobres que no pueden encontrar alojamiento en Jerusalén debido al elevado precio de la vivienda y, como el resto de las familias, temen que les retiren el carné de jeruza lemitas (carné de residencia) si residen en lugares más baratos, al otro lado del muro. La lucha para conseguir agua potable, luz, etc. no ha cesado desde la llegada de las primeras familias. Al ser un edificio inacabado, los más pequeños están expuestos a diario a cortes o accidentes debido a la gran cantidad de hierros y cascotes que se encuentran esparcidos por el suelo.

 

En paralelo a su lucha por la supervivencia cotidiana, siguen batallando por mantener sus derechos de residentes en Jerusalén.

 

Las políticas de judaización que se aplican en esta ciudad tienen como principal objetivo reducir la población palestina. El gobierno israelí, desde la ocupación de Jerusalén en 1967, considera a los palestinos como residentes y a Jerusalén, la capital del Estado hebreo (“eterna e indivisible”).

 

La administración israelí considera la residencia un privilegio, y, por tanto, puede revocarla en cualquier momento, de modo que las mujeres y los hombres palestinos de Jerusalén para mantener dicho “privilegio” deben estar totalmente en regla: quien no reside en una casa legal en Jerusalén, o no paga la arnona (impuesto sobre la vivienda), o no cotiza a la seguridad social o no tiene trabajo puede perder su derecho de residencia, lo que significa que deja de ser de Jerusalén, de la ciudad donde ha nacido, donde están sus orígenes y se convierte en “ilegal”. La persona que se halla en esa situación de ilegalidad se ve obligada a vivir del otro lado del muro, y allí se encuentra con que la Autoridad Palestina no puede legalizar su situación, es decir, darle “papeles”, pues eso significaría reconocer que los palestinos de Jerusalén pueden ser de Cisjordania y perder así su sueño de Jerusalén como capital del Estado Palestino.

 

También pierden la residencia quienes viven en el extranjero durante varios años. A pesar de que una persona que padece una enfermedad crónica desde antes de la ocupación en 1967 cotice todos los meses a la seguridad social, esta no se hace cargo de su tratamiento: el simple hecho de acogerse a la seguridad social palestina, que es más barata y si se lo garantiza, se convierte en motivo de expulsión. Los hijos de un matrimonio mixto (Cisjordano/a con Jeruzalemita, Gazawis-Jeruzalemitas) pueden olvidarse de obtener la residencia, y sus hijos e hijas nacidos en Jerusalén son “ilegales” en la ciudad que los ha visto nacer.

 

Las familias palestinas que viven en una casa antigua que necesita reforma, no pueden hacerla, el ayuntamiento de Jerusalén no da permiso, de modo que tal vez abandonen esa casa y busquen otra; si optan por construir una nueva, lo más probable es que renuncien: conseguir el permiso es prohibitivo ya que solo entablar el litigio y pagar a buenos abogados puede acabar con el capital que se disponía para la construcción.

 

En realidad, no existen leyes, son regulaciones aleatorias y se modifican en virtud del objetivo de judaizar la ciudad. Durante el año 2006, el gobierno israelí batió todos los récords en su brutal política de judaización de Jerusalén: confiscó 1360 carnés de residencia a palestinos y palestinas, alegando diversas excusas como las ya expuestas.

 

La más habitual es considerar que la casa en la que viven es “ilegal”, y, como consecuencia, se derriba, y sus habitantes pasan a no tener residencia; en otros casos, la excusa es que las personas —a quienes el precio astronómico de las viviendas ha expulsado de Jerusalén “intramuros”— han abandonado su residencia al irse a vivir a lugares más baratos; o, echan mano de impagos de impuestos, cotizaciones, etc.

 

El objetivo de Israel desde el 1967, fecha de la ocupación de Jerusalén, es mantener 2/3 de población judía y un tercio de población palestina, pero no lo ha conseguido, ya que las palestinas y los palestinos que se fueron a vivir, entre 1967 y 1994, a los barrios aledaños de Jerusalén (Azariye, Abu Dis y otros, actualmente en Cisjordania, tras el muro), alentados por el propio ejecutivo israelí — pues de esa forma seguían pagando impuestos, trabajaban como mano de obra barata y vivían fuera de la ciudad que se trataba de judaizar a todo precio— están regresando a Jerusalén, porque al haber pasado dichos barrios a pertenecer de facto a Cisjordania, estas personas corren el peligro de dejar de ser residentes de Jerusalén. Este fenómeno se ha acelerado con la construcción del muro. El regreso no es generalizado: no todos los que desean volver pueden, principalmente por motivos económicos.

 

La municipalidad de Jerusalén no consigue, pues, alcanzar esos 2/3 de población judía deseado, de modo que han optado por no censar. Si no pueden conseguir el objetivo con personas de carne y hueso lo logran en el censo. Tampoco crean leyes específicas para los residentes de Jerusalén: si los criterios antes expuestos se plasmaran en leyes sería como reconocer que Israel es el Estado de Apartheid en el que se ha convertido.

 

La destrucción sistemática de casas palestinas, la construcción del muro de separación y el incremento sostenido de las colonias existentes en territorios palestinos del municipio de Jerusalén es parte de la misma política de judaización de Jerusalén Este.

 

Creación de colonias israelíes en el Este de Jerusalén. Hay unos 185.000 judíos colonos en el Este de Jerusalén.

 

TRATO DISCRIMINATORIO A LA POBLACIÓN NO JUDÍA EN LA CIUDAD.

Derechos de residencia: es el centro de sus políticas: hasta ahora unos 7000 mil palestinos han perdido sus derechos de residencia porque han vivido o estudiado fuera por un periodo de tiempo.

 

La ley de reunificación familiar: desde el año 2002 han quedado congelados los procedimientos entre los ciudadanos palestinos-israelíes (Israel), los residentes permanentes (Jerusalén) y los/as esposos/as de territorios ocupados palestinos (Cisjordania-Gaza). Esta decisión ha afectado a unas 20.000 familias.

 

Restricciones para construir: desde 1967 Israel ha expropiado a Jerusalén Este el 34% del territorio para uso público y un 35% del territorio para la construcción de colonias israelíes. A los palestinos les queda un 13% de su tierra para construir y vivir. Las políticas discriminatorias de las zonas para construir en el Este hacen extremadamente difícil la construcción. A pesar de ello, las/os palestinos/as construyen sin permiso. Israel ha destruido más de 2000 casas en Jerusalén Este.

 

Tasas: los palestinos constituyen mas del 30% de la población (Este y Oeste) de Jerusalén y reciben un 5-10% de gastos en servicios sociales de Jerusalén, un 16.6% del presupuesto de educación y un 6.2% del presupuesto de la seguridad social.

 

Aislamiento:

1. Desde Oslo en 1994, Israel ha prohibido la entrada a 3 millones de palestino/as de Cisjordania y Gaza a Jerusalén Esta medida se reforzó con la introducción del sistema de checks points y permisos.

 

2. El muro alrededor de Jerusalén Este: el muro se adentra profundamente en territorios de Jerusalén Este para anexionar las colonias israelíes que están alrededor de Jerusalén. se prevé que el muro alrededor de Jerusalén va a anexionarse un 5.6% de Cisjordania.

 

* Ana García Jiménez es técnica de proyectos para ACSUR-LAS SEGOVIAS en Palestina

 

Viernes 06 de junio de 2008

MORDECHAI VANUNU, QUE PASÓ 18 AÑOS EN PRISIÓN POR REVELAR EL ARSENAL NUCLEAR ISRAELÍ, TIENE PROHIBIDO SALIR DE JERUSALÉN

 

Por Ricardo MIR de Francia, El Periódico de Cataluña / España

Para sus compatriotas es un traidor de la peor calaña, un judío renegado que odia a los judíos. Para sus admiradores es un mártir de la libertad de expresión, un apóstol contra la proliferación de las armas nucleares. Desde un punto de vista menos emocional, Mordechai Vanunu, el antiguo técnico del reactor nuclear de Dimona que reveló a la prensa británica en 1986 los secretos atómicos de Israel, es simplemente un hombre atrapado por su pasado. Ha cumplido rigurosamente una condena de 18 años de prisión, pero una vez reconquistada la libertad se le niegan los derechos de cualquier hombre libre.

 

Para toparse con Vanunu, nacido en Marruecos hace 53 años en el seno de una familia religiosa judía, solo hay que dejarse caer por las cafeterías de los hoteles con más solera del Jerusalén oriental y palestino. No tiene pérdida. Desde que salió de la cárcel, hace cuatro años, vive en libertad condicional. Tiene prohibido salir de Jerusalén sin permiso policial o acercarse a menos de 100 metros de cualquier embajada, puerto, frontera o aeropuerto. Tampoco se le permite hablar con extranjeros. Pero Vanunu está harto y ha optado por desafiar la condicional hablando con la prensa. “Quiero que me dejen salir de Israel. No tengo más secretos. Todo lo que sabía lo dije en 1986, y si algo queda es demasiado viejo”, afirma a este diario.

 

Aquel año, este hombre menudo de piel oliva y calva rasurada protagonizó su sonada entrada en la historia. Tras nueve años trabajando en el reactor de Dimona “produciendo materiales para la bomba de plutonio”, Vanunu abandonó la central y viajó al Sureste Asiático antes de recalar en Australia. Para entonces ya había recopilado todas las pruebas necesarias para desenmascarar la política de ambigüedad nuclear mantenida hasta hoy por Israel, que ni afirma ni desmiente la posesión de armas atómicas. “No fue difícil sacar las fotos del reactor”, confiesa frente a una cerveza palestina. “Cada día iba al trabajo con una bolsa llena de libros donde guardaba la cámara. Nadie sospechó porque allí todos son patriotas”.

 

En Sydney, Vanunu se convirtió al cristianismo y entró en contacto con el periodista del Sunday Times al que revelaría los detalles del arsenal nuclear israelí. “Lo hice para advertir al mundo de lo que un pequeño país estaba haciendo. A países como España no se les permite procesar uranio, debe hacerlo en Francia. Pero Israel lo lleva haciendo sin permitir las inspecciones internacionales desde los años 60”, afirma.

 

LA TRAMPA DEL MOSAD

Días antes de que el Times publicara que Israel tenía entonces al menos un centenar de cabezas nucleares, Vanunu fue secuestrado por el Mosad. Haciéndose pasar por una turista estadounidense, la agente Cheryl Bentov lo convenció para acompañarla a Roma y él, obnubilado por su debilidad por las mujeres hermosas, cayó en la trampa. “Era muy guapa, me dijo que quería ayudarme para llegar a EE.UU.”, reconoce 22 años después.

 

Ahí empezó su calvario. Secuestrado y drogado en Roma, fue trasladado a Israel, donde se le acusó de traición y espionaje en un juicio secreto. Pasó 18 años en la cárcel, 11 de ellos en total aislamiento. Vanunu hizo lo posible para no volverse loco. Hablaba solo, cantaba, hacía yoga y veía la televisión. Desde que entró en prisión dejó de hablar o leer hebreo. Para irritar a sus carceleros incluso escuchaba a todo volumen las óperas de Wagner, el compositor favorito de Hitler.

 

Es difícil entender cómo Israel no descubrió antes los planes de Vanunu. Ya en la universidad, donde estudió física y matemáticas, criticaba la política de su país. Participó en grupos estudiantiles por la reconciliación entre palestinos y judíos e incluso salió a la calle a protestar contra el bombardeo israelí del reactor nuclear iraquí de Osirak en 1981. “Nunca me gustó este Estado judío porque no es una democracia. Se rige por la ley judía y discrimina a los palestinos”, afirma ahora.

 

RUPTURA FAMILIAR

Cinco años después de entrar en la cárcel rompió con su familia. Sus padres no aceptaron su conversión al cristianismo y fueron víctimas de la ola de odio contra el apellido Vanunu. Su padre, asegura, llegó a ser despedido de la sinagoga en la que ejercía de rabino. “Le decían que era el padre de Arafat. Lo siento por ellos, lamento haberles hecho daño”, reconoce ahora.

 

El año pasado Vanunu volvió a ser condenado a seis meses de prisión por hablar con periodistas. Recurrió contra la sentencia y de momento vive en libertad condicional. Para Amnistía Internacional es un “preso de conciencia” que está siendo tratado de forma “cruel, inhumana y degradante”. Noruega le ha premiado con el Novel alternativo y varias universidades europeas han reconocido su lucha contra la proliferación nuclear. Pero a Vanunu no le sirve de nada. Sigue atrapado. Ha cumplido condena, pero le impiden salir del país para volver a ser libre.

 

Jueves 05 de junio de 2008

Y EL VENCEDOR ES... ¡EL LOBBY DE ISRAEL!

 

Por Pepe Escobar*, Asia Times/Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

Están todos presentes – y listos para celebrar. Los tres candidatos presidenciales de EE.UU. - John McCain, Hillary Clinton y Barack Obama. La señora presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi. La mayoría de los senadores de EE.UU., y virtualmente la mitad del Congreso de EE.UU. La esposa del vicepresidente Dick Cheney. Lynne. La Secretario de Estado Condoleezza Rice. El asediado primer ministro israelí Ehud Olmert. Y una multitud de pesos pesados políticos y académicos judíos y no-judíos, entre los 7.000 participantes.

 

Un tal poder electrizante, una semejante versión de los Oscar en Washington, es una cualidad exclusiva del AIPAC – el Comité Estadounidense Israel de Asuntos Públicos, el actor crucial en lo que generalmente es conocido como el lobby de Israel, que realiza esta semana en Washington su Conferencia Política anual, en la que presentarán conferencias la mayoría de las personas de influencia.

 

Pocos libros en los últimos años han sido tan explosivos o controvertidos como “The Israel Lobby and US Foreign Policy” [El lobby de Israel y la política exterior de EE.UU.], escrito por Stephen Walt de la Universidad Harvard y John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, publicado en 2007. En esa obra, los profesores Walt y Mearsheimer argumentaron el caso del lobby israelí no como “una cábala conspirativa que ‘controla’ la política exterior de EE.UU.”, sino como un grupo de intereses extremadamente poderoso, compuesto de judíos y no judíos, una “coalición amplia de individuos y organizaciones que trabajan incansablemente por mover la política exterior de EE.UU. en la dirección de Israel.”

 

Walt y Mearsheimer también expusieron el argumento crucial de que “cualquiera que critique las acciones de Israel o diga que los grupos pro-Israel tienen una influencia significativa sobre la política de EE.UU. en Oriente Próximo enfrenta una buena probabilidad de ser calificado como antisemita.” Cualquiera, en realidad, que “diga que existe un lobby israelí” también corre el riesgo de ser acusado de antisemitismo.

 

TODOS LOS CANDIDATOS EN LA CÁMARA DICEN SÍ.

El candidato presidencial republicano McCain abrirá la francachela del AIPAC de este año; Clinton y Obama la cerrarán el miércoles. El veredicto de Walt y Mearsheimer sobre las amistades peligrosas entre candidatos presidenciales y el AIPAC sigue siendo incuestionable. “No es probable que alguno de los candidatos critique a Israel de alguna manera significativa o sugiera que EE.UU. debería seguir una política más equitativa en la región. Y es probable que los que lo hagan queden al borde de la ruta.”

 

Veamos lo que dijo en febrero Clinton en una reunión del AIPAC en Nueva York: “Israel es un fanal para lo que es justo en un vecindario ensombrecido por los males del radicalismo, el extremismo, el despotismo y el terrorismo.” Un año antes, Clinton estaba a favor de sentarse y hablar con la dirigencia de Irán.

 

Y veamos lo que Obama dijo en marzo en una reunión del AIPAC en Chicago; no hay una sola referencia a los “sufrimientos” de los palestinos, como lo había hecho durante la campaña en marzo de 2007. Obama también dejó en claro que no haría nada por alterar la relación EE.UU.-Israel.

 

No es sorprendente que el AIPAC sea considerado por la mayoría de los miembros del Congreso de EE.UU. como más poderoso que la Asociación Nacional del Rifle o la Federación Estadounidense del Trabajo (AFL) y el Congreso de Organizaciones Industriales (CIO).

 

El AIPAC tiene raíces sionistas explícitas. Su fundador, “Si” Kenen, fue jefe del Consejo Sionista Estadounidense en 1951. Fue reorganizado como lobby estadounidense – el Comité Sionista Estadounidense para Asuntos Públicos – en 1953-1954, y luego rebautizado AIPAC en 1959. Bajo Tom Dine, en los años setenta, fue convertido en una organización de masas, con más de 150 empleados y un presupuesto actual de hasta 60 millones de dólares. Dine fue removido posteriormente por no ser considerado suficientemente agresivo.

 

La dirigencia máxima – en su mayoría antiguos presidentes del AIPAC – es siempre más belicista respecto a Oriente Próxima que la mayoría de los estadounidenses judíos. El AIPAC sólo abandonó su oposición a un Estado palestino – sin apoyarlo – cuando Ehud Barak llegó a ser primer ministro de Israel en 1999.

 

El AIPAC mantiene una relación muy estrecha con una serie de ‘think-tanks’ influyentes como el Instituto de la Empresa Estadounidense, el Centro para la Política de Seguridad, el Instituto Hudson, el Instituto Judío para Asuntos de Seguridad Nacional, el Foro de Oriente Próximo, el Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense (PNAC) y el Instituto Washington para Política de Oriente Próximo. Los neoconservadores esparcidos en estos ‘think-tanks’ pueden ser considerados como un microcosmo del lobby favorable a Israel – Judíos y no judíos. (Es importante recordar que Richard Perle, Douglas Feith, David Wurmser y cinco otros neoconservadores redactaron el infame documento “Un cambio limpio” [A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm] dirigido a Benjamín Netanyahu en 1996 – el supremo mapa de ruta para un cambio de régimen incondicional en todo Oriente Próximo.

 

LA CASA CONSTRUIDA POR AIPAC

AIPAC en el Congreso de EE.UU. es ciertamente una fiera salvaje. El ex presidente Bill Clinton lo definió como “sorprendentemente efectivo.” El ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, lo calificó de “el grupo de interés general más efectivo en todo el planeta.” El New York Times lo llama “la organización más importante respecto a la relación de EE.UU. con Israel.” El asediado primer ministro israelí Ehud Olmert, antes de su implicación en un escándalo de corrupción, dijo: “Gracias a Dios tenemos al AIPAC, el mayor partidario y amigo que tenemos en todo el mundo.”

 

AIPAC mantiene un virtual dominio total sobre el Congreso de EE.UU. Otros críticos del lobby de Israel, fuera de Walt y Mearsheimer, también sostienen que el AIPAC impide esencialmente toda posibilidad de un debate abierto sobre la política de EE.UU. hacia Israel. Hay que compararlo con un informe de 2004 del Consejo de Ciencia de la Defensa del Pentágono según el cual “los musulmanes no odian nuestra libertad, más bien odian nuestras políticas.”

 

Más vale no enojar al AIPAC. Recompensa a los que apoyan su agenda, y castiga a los que no lo hacen. A fin de cuentas, todo tiene que ver con dinero – específicamente con contribuciones a las campañas electorales. De 2000 a 2004, según el Washington Post, los mandamases de AIPAC contribuyeron un promedio de 72.000 dólares cada uno a campañas electorales y comités políticos. Para los políticos favorables al AIPAC, el dinero llueve en todo EE.UU.

 

Cada miembro del Congreso de EE.UU. recibe el periódico informativo bisemanario del AIPAC, el “Near East Report”. Walt y Mearsheimer subrayan que los miembros del Congreso y su personal “normalmente se vuelven hacia AIPAC cuando necesitan información: Piden a AIPAC que redacte discursos, que trabaje para preparar legislación, que aconseje respecto a tácticas, que investigue, que reúna co-patrocinadores y reúna votos.”

 

Hillary Clinton aprendió hace tiempo que no debe molestar a AIPAC. Clinton solía apoyar un Estado palestino en 1998. Incluso abrazó a Suha Arafat, la esposa de Yasir, en 1999. Después de numerosas reprimendas, se convirtió repentinamente en una vigorosa defensora de Israel y, años más tarde, apoyó de todo corazón la guerra de Israel contra Hezbolá en el Líbano en 2006. Es posible que Clinton haya recibido la parte principal de las donaciones judías estadounidenses para su campaña presidencial de 2008.

 

Rice también aprendió los hechos en el terreno. Trató de reiniciar el eternamente moribundo “proceso de paz” cuando visitó Oriente Próximo en marzo de 2007. Antes del viaje, recibió una carta de AIPAC firmada por no menos de 70 senadores, diciéndole que no hablara con el nuevo gobierno palestino de unidad hasta que “reconozca a Israel, renuncie al terror y acepte respetar los acuerdos palestino-israelíes.”

 

AIPAC E IRAK

Se ha puesto relativamente de moda que algunos miembros del lobby israelí nieguen toda participación en la preparación para la guerra contra Irak. Pero poca gente recuerda lo que el director ejecutivo de AIPAC, Howard Kohr, dijo al New York Sun en enero de 2003: “El cabildeo silencioso del Congreso para que aprobara el uso de la fuerza en Irak fue uno de los éxitos del AIPAC durante el pasado año.”

 

Y en un perfil en el New Yorker de Steven Rosen, director de política del AIPAC, durante en el período previo a la guerra contra Irak, se señaló que “AIPAC cabildeó al Congreso a favor de la guerra en Irak.”

 

Hay que compararlo con un estudio de Gallup en 2007, basado en 13 sondeos diferentes, según el cual un 77% de los judíos estadounidenses se opusieron a la guerra de Irak, en comparación con un 52% de los estadounidenses en general.

 

Walt y Mearsheimer afirman que “la guerra se debió en gran parte a la influencia del lobby, y especialmente de su ala neoconservadora. El lobby no es siempre representativo de la comunidad en general por la que frecuentemente afirma que habla.”

 

AIPAC E IRÁN

Ahora es la hora de Irán. Walt y Mearsheimer afirman que “el lobby lucha para impedir que EE.UU. dé marcha atrás y busque un acercamiento con Teherán. En su lugar, sigue promoviendo una política cada vez más antagónica y contraproducente.” No difiere en mucho del asediado Olmert, quien dijo a la revista alemana Focus en abril de 2007 que “bastarían 10 días... y 1.000 misiles crucero Tomahawk” para detener el programa nuclear de Irán.

 

Una medida del poder de Walt y Mearsheimer para afectar reputaciones es que los círculos dominantes sionistas tuvieron que sacar a relucir toda su artillería pesada para refutar una y otra vez sus argumentos.

 

Walt y Mearsheimer no son ideólogos. Son profesionales de la política de la realidad – que se sienten en su terreno en los altos círculos dominantes de la política exterior de EE.UU. Tal vez el aspecto más fascinador de su libro sea que presentaron cuatro puntos que los círculos gobernantes nunca mencionan en público. Esencialmente son:

 

EE.UU. ha ya ganado sus principales guerras en Oriente Próximo, contra el nacionalismo laico árabe y contra el comunismo, y ya no necesita tanto a Israel.

 

Israel es ahora tanto más poderoso que todas las naciones árabes combinadas que puede cuidarse a sí mismo.

 

El apoyo incondicional para Israel, independientemente de sus vergonzosos actos, daña los intereses de EE.UU., desestabiliza a regímenes pro-EE.UU. como el de Hosi Mubarak en Egipto y del rey Abdullah en Jordania, y hace el juego de los radicales salafíes-yihadistas.

 

Librar las guerras de Israel por su cuenta es el método más seguro para conducir al colapso del poder de EE.UU. en Oriente Próximo.

 

Parece que Walt y Mearsheimer tampoco aceptan que el petróleo, y la rivalidad con Rusia y China, también hayan jugado un papel crucial en el motivo por el que EE.UU. se lanzó a la guerra en Irak y podría atacar a Irán en el futuro cercano. En todo caso, sólo gente informada como ellos – con credenciales inatacables en los círculos dominantes – podrían haber comenzado, a los niveles más altos del debate público, una discusión seria del pro-sionismo extremo en la vida pública y política de EE.UU.

 

Mientras tanto, el poder del lobby parece inexpugnable. En marzo de 2007, el Congreso de EE.UU. trató de agregar una provisión a una ley de gastos del Pentágono que habría exigido que el presidente George W Bush obtuviera aprobación del Congreso antes de atacar a Irán. AIPAC se le oponía enérgicamente – porque consideraba que la legislación “sacaría de la mesa” la opción militar. La provisión fue liquidada. El congresista Dennis Kucinich dijo que se debió al AIPAC.

 

AIPAC armó un lío en 2002, cuando el tema de la reunión anual fue “EE.UU. e Israel firmes contra el terror.” Todos atacaron al mismo tiempo a Arafat, Osama bin Laden, Sadam Hussein, al talaban, Hamas, Hezbolá, Irán y Siria – igual como en la carta del PNAC a Bush en abril de 2002 en la que se afirmaba que Israel también combatía a un “eje del mal” junto con EE.UU.

 

Durante la francachela del AIPAC en 2004, Bush recibió 23 ovaciones de pie al defender su política hacia Irak. El año pasado, la estrella fue Cheney, al justificar la “oleada” de las tropas en Irak. Pelosi estuvo presente, como se debe. Pero fue el pastor John Hagee, cuyo apoyo fue rechazado recientemente por McCain, quien hizo su agosto – a pesar de que Hagee sostiene que el “antisemitismo es el resultado de la rebelión de los judíos contra Dios.”

 

Sobre Irán, fue Hagee quien definitivamente marcó las pautas: “Es 1938; Irán es Alemania y [el presidente Mahmud] Ahmadineyad es el nuevo [Adolf] Hitler. Debemos detener la amenaza nuclear de Irán y estar osadamente junto a Israel.” Recibió múltiples ovaciones de pie. McCain puede estar seguro de que recibirá el mismo trato este año – y ciertamente no le será difícil mantener el mismo mensaje.

 

* Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War” (Nimble Books, 2007) y de “Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge.” Para contactos, escriba a: pepeasia@yahoo.com

 

Jueves 05 de junio de 2008

LA EXPANSIONISTA GUERRA ISRAELÍ DEL ‘67

 

Por Suhail Hani Daher Akel*, www.suhailakeljerusalem.com/Rebelión

En el 41º aniversario de la ocupación israelí del resto de Palestina, incluida su capital Jerusalén y l a falta de reacción internacional por el baño de sangre que cubrió al pueblo palestino, favoreció a los halcones israelíes de la muerte. Cortejados por su relación carnal con Estados Unidos, acuñaron la célebre frase de Sharon: “Hay que golpear a los palestinos y tiene que dolerles. Debemos causarles pérdidas y víctimas, para que conozcan el alto precio de sus acciones”.

 

Aquel acuerdo secreto entre el rey Addallah de Transjordania (actual Jordania) y la señora Golda Meir del movimiento terrorista sionista el 30 de abril de 1948, facilitó a la agencia europea judía declarar el Estado de Israel en mayo del ‘48 con un mayor porcentaje de la tierra de Palestina otorgada por la ONU, ocupando el sector Occidental de Jerusalén. Por su parte, el Estado Palestino con Jerusalén Este se vio eclipsado bajo la administración de Transjordania, llamándolo ‘Cisjordania’, mientras, la Franja de Gaza quedó bajo el control egipcio. Frente al punzante exilio y la mirada atónita del pueblo palestino. Un convidado de piedra en la repartija de su tierra.

 

La señora Golda Meir, de terrorista convertida en premier israelí, al igual que sus coterráneos sionistas, no sólo violaron las leyes jurídicas internacionales, sino violentaron el propio acuerdo secreto con el rey. Desatando el 5 de junio de 1967, una guerra de expansión sobre los territorios árabes. Ocupando militarmente el restante 22 por ciento del territorio de Palestina, incluyendo a Gaza y su capital Jerusalén Este, regida ilegalmente por Jordania; las alturas del Golán a Siria; parte del desierto del Sinaí a Egipto (más adelante devuelto) y algunos kilómetros de Jordania.

 

Desde 1967, los ciudadanos palestinos de Jerusalén vivieron con angustias las trágicas medidas extremas de las autoridades de la ocupación israelí contra el área de la sagrada Jerusalén. Demoliendo centenares de casas palestinas para construir rutas y asentamientos de colonización. Las medidas israelíes para arrasar con las propiedades en los poblados y aldeas en torno a la ciudad, fue parte de la estrategia política y el esquema israelí de judaizar y extender toda el área de Jerusalén. Con atropello legal. El pasado 1° de junio de 2008, el ministro de Vivienda israelí Zeev Boim y el premier Ehud Olmert, aprobaron la construcción de 884 viviendas en 2 asentamientos ilegales en el territorio palestino de Jerusalén Este.

 

En el arte de la tergiversación. Israel intentó permanentemente demostrar que Jordania era Palestina. Ariel Sharon el 3 de junio de 1991, vociferó: “Hay que invitar al rey Hussein a tomar café para decirle: ha dejado de ser el rey de Jordania, ya que dicho reino es el Estado Palestino”. En la competencia de la verborragia colonial, vale recordar al general de la invasión Moshe Dayan, que en 1967, ironizó: “Tendemos nuestras manos de paz a los árabes, pero retornamos a Jerusalén para no abandonarla nunca”. Entre otros, la premier Golda Meir, derramó su racismo en 1969: “No hay nada que pueda llamarse palestinos, ellos no existen”.

 

Luego de 35 años. El cáliz de sangre del fanatismo se derramó sobre el pueblo palestino. En abril de 2002, la potencia ocupante comenzó a construir un Muro de Apartheid para extirpar el 58 por ciento del territorio y convertir al Estado Palestino ocupado en un Bantustan. Dividido en cantones, sin soberanía y servil a los intereses israelíes. Impulsó la ‘limpieza étnica’. Mantuvo crucificada a Jerusalén y acrecentó los asentamientos.

 

Según el general Amos Yaron, director general del Ministerio de Defensa israelí en el 2003, admitió que “el 85% del Muro esta trazado dentro del territorio palestino y fueron arrancados 66 mil árboles (frutales y de olivos palestinos) para posibilitar el mismo”.

 

El Muro privó a los ciudadanos palestinos de un adecuado transito entre las ciudades y el acceso a sus servicios básicos como el agua, el cuidado de la salud y la educación. Como también, a sus fuentes de ingresos de la agricultura y otras formas de empleo. Las ciudades y aldeas palestinas situadas entre la ‘Línea Verde de 1967’ y el Muro, quedaron efectivamente separadas del resto de la sociedad palestina. Hoy, el Muro de Apartheid alcanzó los 800 kilómetros de longitud, por sobre la Línea Verde fronteriza de apenas 365 kilómetros de extensión.

 

En el recuento del dolor. Desde la reocupación de las ciudades palestinas en septiembre 2000, Israel asesinó a casi 10 mil palestinos, entre ellos el mártir sheik Ahmad Yassin, líder espiritual de Hamas y al Padre de la Patria, mártir presidente Yasser Arafat, envenenado por Sharon. Con cifras que crispan, los mártires de las últimas seis décadas superaron el millón de palestinos.

 

En septiembre de 2007, la potencia ocupante declaró a la Franja de Gaza como ‘entidad hostil’. Intensificó su cerco, continuó con el cierre de todos los pasos de fronteras, obstruyó el acceso y el movimiento. Bloqueó las asistencias humanitarias, el alimento y el soporte médico, También redujo el combustible y la energía eléctrica. Este grave cerco inhumano e ilegal afectó todos los aspectos de la vida civil palestina en Gaza, hasta el presente.

 

A 41 años nada cambió. Los acuerdos firmados y las obligaciones internacionales sobre la base de las resoluciones de la ONU, fueron vulnerados del mismo modo que los jerarcas sionistas violaron el acuerdo secreto con el rey transjordano en el ’48 y las promesas al mundo.

 

Entre 1948 y 1967 hasta el 2008, fueron años fatídicos. Palestina y su pueblo quedaron envueltos en sangre, dolor, destrucción, castigos colectivos y sufrimiento. Miles de niños resultaron sepultados bajo los escombros. Mujeres, hombres y ancianos quedaron enterrados bajo la ruina y la destrucción aplicada sistemáticamente por la potencia nuclear israelí con sus aviones de guerra, helicópteros, blindados y gases tóxicos. Miles de niños, mujeres, hombres y jóvenes fueron secuestrados, encarcelados y torturados, y centenares de ellos deportados.

 

Mientras tanto, los tambores de la indiferencia sonaron en la comunidad internacional y el pueblo palestino creció en la humillación y la miseria durante estos 60 años del Nakba (catástrofe) y los 41 años de ocupación total sionista-israelí.

 

¿Seguirá tolerando el mundo esta prolongada tragedia y la tempestad que padece el pueblo palestino?...Cuanto más

 

Jueves 05 de junio de 2008

 

(*) Ex Embajador del Estado de Palestina en la Argentina

 

Jueves 05 de junio de 2008

MUSTAFÁ BARGHUTI:

«ABBAS NO TIENE LEGITIMIDAD E ISRAEL NO OFRECE NADA»

 

Por Oscar Abou-Kassem, Público - Madrid, España

El político independiente palestino Mustafa Barghuti cree que cuando el proceso de Annapolis fracase, EE.UU. e Israel volverán a culpar injustamente a los palestinos.

 

Invitado para participar en las jornadas en las que Casa Árabe en Madrid que recuerda la Nakba, la tragedia que según los palestinos supuso la creación del Estado de Israel hace 60 años, el político independiente palestino Mustafa Barguthi, de 54 años, analizó la situación en la que se encuentra el proceso de paz con los israelíes.

 

¿Qué espera del próximo presidente de EE.UU.?

 

- El mundo necesita el mayor cambio posible en la política de EE.UU.. Lo que hace poderoso a EE.UU. es su capacidad para autocorregirse. Ha habido cambios radicales tras Vietnam, tras la era de Reagan. La cuestión es si van a autocorregirse o no. Si no cambian van a afrontar graves problemas, empezando por una grave crisis económica. En ese sentido Barack Obama representa el mayor cambio posible y potencialmente el más favorable para los palestinos. La agenda de Bush ha sido una locura inmoral basada en retórica religiosa. Los neocons han llevado al mundo a una situación límite y muy peligrosa.

 

¿Cuál es la situación actual?

 

- Estamos sufriendo mucho. En Palestina ahora hay una combinación de la ocupación con el sistema de apartheid de Israel. Es el peor sistema de apartheid del mundo. Continúa la construcción del muro en tierras palestinas y la ampliación de los asentamientos, pagamos el doble por el agua y la electricidad. Los colonos pueden usar 48 veces más agua que los palestinos.

 

¿Cree que se puede hacer algo con el acuerdo de Annapolis?

 

- El problema con Annapolis es que deja todo el proceso en manos de EE.UU. y deja fuera al resto. Y alguien que se declara con retórica religiosa “el más firme aliado de Israel”, como dijo Bush en su última visita al parlamento israelí, no puede ser un mediador justo.

 

¿Con una mediación así que debe hacer Abbás?

 

- Debería recuperar la unidad nacional, pero creo que el único acuerdo posible entre israelíes y palestinos será aquel que se base en términos democráticos y eso es algo que ahora no se podría alcanzar porque Abbás no tiene legitimidad y porque Israel no ofrece nada.

 

¿No teme que sea ya imposible lograr ningún acuerdo de paz?

 

- Con la situación interna de Israel eso es bastante probable por dos razones. La primera es que hay un establishment inflexible controlado por la industria militar y la otra es que el sistema político israelí es absolutamente corrupto y eso afecta a todo.

 

Ahora que Olmert parece acabado, ¿qué espera que pase?

 

- Tendrán nuevas elecciones y luchas internas en los partidos y dirán que no tienen tiempo para la paz. Usarán esto de nuevo para huir de las negociaciones y darán una excusa a Bush para decir que no ha sido culpa suya y acusar de todo a las verdaderas víctimas: los palestinos.

 

¿Qué pueden hacer los palestinos para cambiar la dinámica?

 

- Tenemos que pensar en una estrategia basada en cuatro pilares. Una resistencia popular sin violencia, en la que tenemos que convencer a Hamás que ese tipo de resistencia funciona. Resolver los problemas internos de los palestinos de forma democrática. Tenemos que ayudar a la gente a sobrevivir, especialmente en Gaza. Necesitamos la solidaridad de la comunidad internacional.

 

¿No son demasiadas condiciones?

 

- Soy optimista a largo plazo, Quizás nos encontremos como los activistas antiapartheid de Sudáfrica en los 70.

 

¿La causa palestina ha perdido apoyos?

 

- Sólo a nivel gubernamental. Seguimos contando con el apoyo de la gente.

 

¿Se sienten como ciudadanos de segunda?

 

- Peor que de segunda. Incluso los surafricanos me dicen que nuestro apartheid es peor.

 

Martes 03 de junio de 2008

EL BLOQUEO ISRAELÍ OBLIGA AL 64% DE LOS HABITANTES DE GAZA A VIVIR EN LA POBREZA

 

Fuente: El Telégrafo (Ecuador) - Agencia EFE

La investigación agrega que el 27 por ciento de los gazaníes se encuentra en la desocupación, mientras que sólo el diez por ciento trabaja de forma esporádica.

 

Un nuevo estudio dado a conocer hoy, martes, muestra que el 64 por ciento del millón y medio de habitantes de la franja de Gaza vive por debajo del umbral de la pobreza.

 

La investigación, elaborada por el instituto demográfico Near East Consulting agrega que el 27 por ciento de los gazaníes se encuentra en el paro, mientras que sólo el diez por ciento trabaja de forma esporádica.

 

El instituto, con sede en Cisjordania, atribuye el deterioro de las condiciones de vida de los residentes en Gaza al bloqueo israelí, así como las sanciones económicas impuestas a este territorio palestino, endurecidas desde que el movimiento islamista Hamás tomara por la fuerza el control de la franja mediterránea.

 

En relación a un estudio similar llevado a cabo en el mes de abril, en el mes de mayo la tasa de pobreza en Gaza se incrementó en un seis por ciento.

 

Los datos revelan asimismo que el 73 por ciento de los habitantes de la franja padece de escasez de alimentos, mientras que el 76 por ciento sufre falta de medicinas.

 

Así, el 96 por ciento considera que la situación ha empeorado desde entonces, mientras que sólo el tres por ciento cree que no ha cambiado.

 

Unido a la escasez de alimentos, medicinas y combustible, esa localidad es blanco constante de ataques del ejército israelí, más de un centenar de personas, en su mayoría mujeres y niños han muerto desde noviembre pasado como consecuencia de los bombardeos y el bloqueo, según fuentes palestinas.

 

En reiteradas ocasiones la comunidad internacional ha condenado esas medidas al considerarla castigos colectivos contra la población civil, lo cual es condenado por el Derecho Internacional Humanitario.

 

Martes 03 de junio de 2008

LA SITUACIÓN DE LOS REFUGIADOS BEDUINOS EN CISJORDANIA

 

Fuente: Comité Español de la UNRWA

Es difícil determinar el tamaño exacto de la población beduina. Las asociaciones de beduinos estiman que unos 50.000 de ellos viven en Cisjordania; muchos son refugiados aunque no todos están registrados con la UNRWA. Muchos beduinos aún llevan vidas seminómadas dentro de los confines de unas restricciones cada vez mayores impuestas por el ejército israelí y por las zonas de asentamientos. Otros han sucumbido o han optado por vivir en pueblos generalmente ubicados en la periferia de las áreas palestinas establecidas. Muchas comunidades beduinas se sienten aisladas y abandonadas por la sociedad media palestina y por los políticos, quienes no se están ocupando de sus problemas y necesidades.

 

En las siguientes líneas se destacan los principales problemas inmediatos que afectan actualmente a los refugiados beduinos, entre ellos la sequía y el precio de conseguir agua; la falta de pienso para los animales y su elevado precio; las limitaciones de las tierras de pastoreo; las órdenes de evacuación y demolición; la ausencia de centros sanitarios accesibles y la dificultad en los procedimientos relacionados con los servicios y registro de refugiados en la UNRWA. Asimismo, se detallan los problemas más urgentes dentro de ciertas comunidades de refugiados y las posibles estrategias de intervención que se han sugerido.

 

ENTORNO Y LOCALIZACIÓN

La mayoría de los refugiados beduinos en Cisjordania provienen de la región de Beer Sheva. Después del conflicto de 1948, se asentaron principalmente en los distritos de Hebrón, Belén y Jerusalén, así como en el valle de Jordán, especialmente en los alrededores de Jericó. Los beduinos se dividen en clanes, entre los que se incluyen los Jahalin, Rashayida y Qa’abneh, que a la vez se subdividen en pequeños subclanes familiares. Por ejemplo, el clan de los Jahalin se divide en las familias Abu Darok, Salamat y Saraya.

 

Los clanes y subclanes de beduinos siguen siendo comunidades muy cerradas, lo que supone una dificultad a la hora de recoger datos exhaustivos para las comunidades mixtas de clanes: los Mukhtars (jefes de un clan) no suelen colaborar o contar con los Mukhtars de los pueblos vecinos. Esta falta de un frente unido dentro de la comunidad beduina perjudica los intentos de conseguir ayuda y reconocimiento.

 

Las entrevistas con las comunidades beduinas se llevaron a cabo en las zonas de Ramadin (al sur de Hebrón, en las proximidades de la Línea Verde), Rashayida (Belén); al sur del desierto de Judea, en los alrededores de Ar Rawa’in; en el pueblo de Al Eizariya (Jerusalén); en Arab al Jahalin (entre los asentamientos de Ma’ale Adumim y Kedar); en el área de Abu Daros, en los alrededores de Al Jib y Beit Hanina; en el área de Mu’arrajat (entre Jericó y el pueblo de At Tayba); en Ras el Asin, cerca de Al Auja; en el pueblo de Fasayil en el valle de Jordán; y en los Zfin beduinos, en la llamada seam zone (aquellas tierras entre el Muro de Separación y la Línea Verde), cerca de Qalqiliya.

 

En las entrevistas con las diferentes comunidades beduinas, que se han centrado especialmente en las comunidades de refugiados, se refleja la necesidad de trabajar urgentemente en las siguientes áreas:

 

AGUA

Las comunidades que viven en el sur de Cisjordania, en especial al sur de Hebrón y sur de Belén en el desierto de Judea, se enfrentan a la peor sequía en una generación. Durante el invierno de 2005-2006, hubo escasas precipitaciones en estas zonas ya de por sí áridas; en la actualidad la mayor parte de los pozos del pueblo están vacíos o se encuentran a menos del 20% de su capacidad habitual.

 

El consejo del pueblo de Um Ad Daraj-Az Zuweidin, ubicado en el desierto de Judea al sureste de Hebrón, declaró que en abril de 2006 los pozos del pueblo tenían 30mm de precipitaciones y que la media anual tenía que haber sido de 150mm. A causa de esto actualmente las comunidades beduinas que viven al sur de Cisjordania se enfrentan a graves problemas con el agua.

 

Muchas comunidades no cuentan con sistemas de canalización por lo que el agua tiene que comprarse y transportarse en camiones cisterna, una medida cara e insostenible debido a su precio: 5 shékels por metro cúbico. Para pagar el agua, las familias tienen que vender su ganado, lo que reduce el número de sus bienes, o comprar a crédito. Sin embargo, muchas comunidades se encuentran actualmente tan consumidas por la deuda que los proveedores están negando los servicios hasta que no se hayan efectuado todos los pagos. Los beduinos del pueblo de Ramadin con los que se ha hablado estiman que cada familia tiene una media de 2.000 dínares jordanos de deuda.

 

Las comunidades también han perdido muchos animales debido a la sequía. En febrero de 2006, los beduinos de Abu Mousa, al sur de Ar Rawa’in en el desierto de Judea, perdieron entre 5 y 6 corderos al día debido a las extremas condiciones del tiempo. Esto se vio empeorado por el hecho de que algunos beduinos, principalmente refugiados en esta región, fueron apartados de las tierras de pastoreo por el ejército israelí durante la época de parición de las ovejas.

 

Los efectos de la sequía no sólo afectan a los beduinos y a los refugiados, sino a todos aquellos que dependen de la tierra, incluyendo miles de personas que viven en las cuevas y los fellahin (agricultores) de la zona. Tan graves son los problemas que muchos están considerando vender todos sus rebaños y abandonar su vida seminómada, clara señal de la desesperación de las comunidades. Se necesita ayuda urgentemente. Las comunidades no pueden permitirse comprar agua al precio de mercado y necesitan cierta ayuda económica como apoyo al dinero con el que viven.

 

Todos los refugiados con los que se han mantenido conversaciones en las comunidades de Ramadin; Arab Ar Rashayida; Ar Rawa’in al sur del desierto de Judea; las zonas de Hathaleen y Hameeda An Najeda; Al Eizariya; Bir Nabala; Ras al Ein; Jericó y Fasayil, han manifestado la urgente necesidad de ayuda con el agua.

 

PIENSO PARA ANIMALES

La sequía ha llevado de nuevo a la escasez de tierras de pastoreo, especialmente en la zona sur de las montañas de Hebrón y el desierto de Judea; como resultado, los beduinos tienen que comprar cantidades considerables de pienso que no pueden permitirse pagar. Al igual que sucede con la crisis para pagar el agua, las comunidades venden su ganado o compran pienso a crédito. De nuevo y es comprensible, algunos proveedores no quieren continuar vendiéndoles si no les pagan.

 

Algunas comunidades han abandonado sus tradicionales khirbets (pequeñas aldeas) y tierras de pastoreo, y se han ido al norte en busca de tierras de pasto naturales. Un ejemplo son los refugiados beduinos Abu Mousa, situados varios kilómetros al sur del pueblo de Ar Rawa’in. La comunidad, de entre unos 200-300 refugiados, vive normalmente todo el año en la zona de Immartadah, y aunque de forma regular se ven sometidos al hostigamiento del ejército israelí, confiscación de animales y demoliciones, han conseguido permanecer en la zona. Sin embargo, durante marzo de 2006, toda la comunidad emigró hacia Ar Rawa’in al norte, con la esperanza de encontrar tierras para pastar y un mejor acceso al agua, pues esta zona cuenta con canalizaciones. Esto supuso una carga mayor para la comunidad existente y causó rivalidad sobre el acceso a la tierra y servicios. Las tierras de pastoreo de esta zona no son mucho mejores que en el sur, y en abril de 2006 varias familias del área de Wadi Ghar del pueblo de Ar Rawa’in, metieron a sus animales en un camión (pagando 1.000 shékels por camión) y los transportaron a la región de Nablus en busca de tierras.

 

También existen casos de familias de otras zonas, como los Jahalin en el área de Al Eizariya, cerca del asentamiento de Ma’ale Adumim, que transportaron sus animales a la región de Nablus. Aunque esta es una medida cara y drástica, muchas familias piensan que no hay otra alternativa si quieren seguir con sus vidas seminómadas.

 

ACCESO A LA TIERRA, RESTRICCIONES Y DEMOLICIONES

Además del problema del acceso a tierras improductivas, las tierras para pastoreo se están viendo limitadas por el ejército israelí por la ampliación de los asentamientos y puestos militares ilegales. Esto añade más presión al estilo de vida beduino así como incrementa los efectos de la sequía. El ejército israelí ha declarado muchas áreas en el sur del desierto de Judea y valle de Jordán como zonas militares cerradas, aunque en la mayoría de los lugares no existen carteles que indiquen este estado.

 

Extensas zonas al sur y este del desierto de Judea se encuentran oficialmente prohibidas a los beduinos, aunque estos siguen utilizando muchas zonas como pasto cautelosamente, pues no tienen lugares alternativos donde acudir. Si se les descubre, pueden ser detenidos, su ganado confiscado y sus refugios demolidos.

 

Otras áreas tradicionales de los beduinos están siendo desalojadas para la ampliación de los asentamientos. Inextricablemente conectado a esto, se encuentra la política de demolición de las autoridades israelíes de todas las construcciones hechas sin permiso en el Área C.

 

Arab ar Rashayida y sur del desierto de Judea

 

En el pasado, los beduinos Rashayida que vivían en Arab ar Rashayida y las zonas al sur del desierto, tenían acceso libre a la zona sur del desierto de Judea, al sur de Ar Rawa’in hacia Rujm en Naqa y Ein Gedi. Sin embargo, durante los últimos dos años, el hostigamiento de las Fuerzas de Defensa de Israel ha aumentado y en el año 2005 se llevaron a cabo diversas demoliciones en las áreas de refugiados beduinos al sur de la antigua base jordana en Immartadah. Desde entonces los refugiados al sur del desierto de Judea han vivido con el temor constante de sufrir más demoliciones y se han desplazado de forma regular para evitar las patrullas itinerantes del ejército israelí.

 

Muchas familias del pueblo Ar Rawa’in solían pasar los meses de invierno en Wadi Ghar, pero en noviembre de 2005 el ejército israelí dio órdenes de evacuación a varias familias. En enero de 2006 cuatro viviendas de familias beduinas fueron demolidas, y además se mató a varios de sus animales y se confiscaron varias de sus herramientas. Otras familias se arriesgaron a permanecer en el valle hasta que en abril de 2006 tuvieron que marcharse debido a la aridez de las tierras. Varias de estas familias se desplazaron a las áreas de Nablus, otras a Ar Rawa’in.

 

At Giga

 

El aislado pueblo de At Giga ubicado a 4 Km al sureste de Hameeda An Najada y cercano a la Línea Verde también ha sufrido demoliciones recientemente. El pueblo lo componen 30 familias de las cuales doce son refugiadas registradas. El pueblo se encontraba antiguamente en Israel pero en 1948 fue desarraigado por completo y desplazado 400m hacia el interior de Cisjordania. Hace tres años, el ejército israelí demolió por completo el pueblo, pero los aldeanos han vuelto y reconstruyeron sus casas en la zona.

 

Desde la reconstrucción de cada edificio, incluyendo la escuela y la mezquita, se han recibido órdenes de demolición. Las últimas se recibieron en abril de 2006 y ahora las familias viven con el constante temor de sufrir las demoliciones en cualquier momento. En la actualidad, muchos beduinos llevan a pastar a sus animales a Israel, pues tienen acceso limitado en Cisjordania, pero son conscientes de que si se descubren los rebaños, estos serán confiscados.

 

Refugiados en la barrera del asentamiento de Karmel

 

Unos 100 refugiados beduinos registrados en la UNRWA viven cerca de la barrera del asentamiento de Karmel, frente a la carretera 317. Todos ellos son miembros de la familia Il Hadeel y en junio de 2005 recibieron órdenes de demolición de varios de sus refugios. Si las demoliciones se llevan a cabo, siete familias de refugiados, sumando un total de entre 35 y 40 personas, se quedarán sin hogar. El caso está actualmente en manos de los tribunales. Esta familia ha vivido aquí desde 1948, y proviene originalmente de Arad.

 

Existen aproximadamente veinte órdenes de demolición, recibidas a principios de 2005, en las cercanas áreas de Hameeda An Najada y Khashem Ad Daraj-Hathaleen. La zona alberga un total de unos 4.000 beduinos, parte de ellos refugiados y otra parte no refugiados, ambos grupos enfrentándose tanto a los problemas de las demoliciones como a los problemas con el agua y el pienso para animales mencionados anteriormente.

 

Área de Al Eizariya

 

La comunidad beduina de Al Eizariya ha sufrido desplazamientos y demoliciones debido a la ampliación del asentamiento de Ma’ale Adumim y la construcción de la barrera. Unas 250 familias beduinas, todas ellas refugiadas y la mayoría registradas, viven ahora en “al Jabal”, en las afueras de El Eizariya.

 

Anteriormente en 1997, sin previo aviso, el ejército israelí demolió las casas y construcciones de 35 familias beduinas Salamat-Jahalin que vivían de la tierra, y que ahora es Ma’ale Adumim. El ejército israelí llegó una mañana, acordonó la zona y transportó las posesiones de los beduinos a “al Jabal”. Los beduinos se negaron a desplazarse y pasaron nueve noches durmiendo en el suelo mientras un abogado israelí llevaba el caso a los tribunales. El tribunal sentenció que el ejército israelí no podía desplazarles sin encontrar antes unas tierras alternativas. El ejército israelí se vio obligado a negociar con los beduinos y como consecuencia se acordó una oferta de compensación.

 

Cada familia recibió entre medio y un dunum y medio (unidad de superficie equivalente a 1.000 m2), de tierra y entre 15.000 y 38.000 shékels dependiendo del tamaño de la familia, para reubicarlas en “al Jabal”, una pequeña montaña entre el pueblo de El Eizariya y un vertedero cercano. Las 35 familias, todas refugiadas y la mayoría registradas en la UNRWA, se desplazaron a este lugar entre 1999 y 2000 después de haber recibido las compensaciones. Desde entonces más familias beduinas que viven en los alrededores han recibido órdenes de evacuación y demolición para dejar sitio a la ampliación de Ma’ale Adumim, y ahora 250 familias, las últimas llegadas en 2003, se encuentran hacinadas en las tierras de “al Jabal”. La montaña está atestada y no hay espacio para guardar los animales, por lo que muchas familias tienen que vender su ganado y buscar trabajos de baja categoría en los asentamientos o pueblos cercanos.

 

La propiedad de la tierra es un problema de gran importancia. Según las autoridades israelíes, la tierra que se dio a los beduinos, en arrendamientos a 98 años, era tierra del Estado. Sin embargo, los habitantes de Abu Dis la reclaman como suya, aunque no poseen documentos que lo prueben ante un tribunal. A los Jahalin les preocupa que cuando se termine la barrera alrededor del asentamiento de Ma’ale Adumim se encontrarán en la zona cisjordana y entonces las familias Abu Dis reclamarán su tierra y serán de nuevo desplazados, pero esta vez sin ninguna compensación.

 

Además de este desplazamiento, en septiembre y octubre de 2005, otras 140 familias (55 pertenecientes al clan Salamot y 85 al clan Sayara) recibieron órdenes de evacuación de las tierras entre “al Jaba” y Ma’ale Adumim, y entre los asentamientos de Ma’ale Adumim Kedar eb Wadi Abu Hindi. Todas las familias son refugiadas aunque no todas ellas están registradas en la UNRWA. Un abogado israelí ha aceptado el caso en nombre de la comunidad y se han comenzado las negociaciones.

 

Las Fuerzas de Defensa de Israel quieren desplazar a las familias a otra montaña situada entre el vertedero y el pueblo de As Sawahira ash Sharqiya, pero los beduinos se niegan a ello porque las tierras pertenecen al pueblo de Sawahira y no habrá lugar suficiente para las nuevas casas, ni tierras para el pasto de los animales. Los beduinos no quieren ser como las familias que viven en las montañas, quienes se han visto obligadas a abandonar su tradicional forma de vida y cambiar a un estilo de vida semi-urbano.

 

El ejército israelí ha propuesto otra opción: reubicar a las familias en las tierras entre Mishor Adumim y Jericó. Esta zona se encuentra lejos de otros pueblos y comodidades y las tierras de pastoreo se verían limitadas por la carretera 1 y la base militar al sur. Los beduinos no quieren aceptar una compensación de las autoridades israelíes y desean quedarse donde se encuentran actualmente, donde han vivido desde 1948.

 

Existen un total de 2.000 beduinos Jahalin, la mayoría refugiados registrados, en los alrededores de Ma’ale Adumim, y todos ellos se verán en algún momento desplazados por el ejército israelí a zonas fuera de la burbuja de Ma’ale Adumim. Actualmente están pagando un representante jurídico, pero resulta demasiado caro y están buscando ayuda exterior. Igualmente les gustaría conocer qué acciones tomará la UNRWA si se ven desplazados y qué nuevos servicios se establecerán en una futura localización especialmente si se encuentra muy lejana a los limitados servicios que ahora existen. También hay beduinos Jahalin que viven en la Ruta 1, cuya situación necesita una nueva evaluación.

 

El pueblo de Fasayil

 

El 8 de febrero de 2006 el pueblo de Fasayil en el valle de Jordán sufrió varias demoliciones. Los beduinos, muchos de ellos refugiados, han vivido en este lugar desde la década de 1980, pero en los últimos dos años han sufrido de forma continua los hostigamientos el ejército israelí para desocupar la zona.

 

Algunos de los refugios recibieron órdenes de demolición entre 2003 y 2004, y en septiembre de 2005 el ejército israelí demolió los refugios de ocho familias en el mismo lugar. Aunque los reconstruyeron, en diciembre de 2005 el ejército israelí volvió y dieron a las familias 45 días para desalojar la zona. El 8 de febrero de 2006 llegó el ejército israelí y demolió las casas y refugios para los animales. Algunos de los beduinos desmantelaron sus propios refugios para evitar los destrozos del ejército israelí. Diecinueve familias se vieron afectadas, de las cuales ocho desmantelaron sus propios refugios para evitar que el ejército israelí destrozara sus otras posesiones. De las otras once familias, ocho eran beduinas refugiadas. Como algunas de las familias refugiadas estaban registradas en Belén y no en Jericó, no recibieron la ayuda de la UNRWA, lo que causó ciertos enfrentamientos entre las familias. Los refugiados han conseguido reconstruir algunos de los refugios en el mismo lugar, otros viven en tiendas y no tienen intención de marcharse de la zona, colindante con otros 200 beduinos aproximadamente que también han vivido en la zona desde la década de 1980.

 

Acceso a centros de salud

 

Todas las comunidades de beduinos refugiadas con las que ha hablado la UNRWA han hecho hincapié en la falta de centros de salud y en la creciente necesidad de atención sanitaria dadas sus condiciones de vida cada vez peores, especialmente debido a la falta de suministros de agua tratada en muchas zonas. El personal sanitario con el que ha hablado la UNRWA ha venido notando un mayor aumento de las enfermedades producidas por el agua en mal estado, especialmente en las zonas periféricas. Se espera que durante los meses de verano, la salud de muchas comunidades empeore aún más.

 

Las grandes áreas de refugiados beduinos al sur del desierto de Judea carecen de centros de salud permanentes en sus alrededores y normalmente reciben el servicio de una clínica de la UNRWA o de las autoridades palestinas una vez a la semana o cada dos semanas. Esto es lo que ocurre en las zonas de Hameeda An Najada y Ar Rawain, y en la zona sur del desierto.

 

Los refugiados beduinos en el área de Al Eizariya están registrados en la UNRWA, pero en la Ciudad Vieja de Jerusalén, y ahora que se ha construido la barrera, tienen graves problemas para acceder a los centros de salud; los beduinos refugiados en Mu’arrajat y Ras el Ein no tienen fácil acceso a estos servicios en ninguna dirección.

 

Todas las comunidades han pedido a la UNRWA que reconsidere su política de salud con respecto a ellos y que establezca más puntos de salud y clínicas móviles para las zonas más aisladas.

 

Áreas de At Giga y Hameeda An Najada

 

At Giga se encuentra a 4 Km al sureste de Hameeda An Najada, muy cercana a la Línea Verde. El pueblo alberga a 30 familias, de las cuales 12 son refugiadas registradas. No existen centros sanitarios. El punto más cercano es una clínica palestina móvil que pasa una vez a la semana durante solo 2 horas en Hameeda An Najada. En el pueblo vive un hombre refugiado que está paralizado de cuello hacia abajo y necesita atención médica constante. Depende de la buena voluntad de los otros vecinos para que le lleven al centro de Yatta. También necesita urgentemente una silla de ruedas. Serían de gran ayuda en esta región las visitas del equipo sanitario móvil de la UNRWA.

 

El incidente acontecido el 2 de marzo de 2006 refleja la necesidad de instalaciones sanitarias en esta zona, cuando una mujer mayor refugiada fue atacada cerca de su casa por personas del asentamiento de Karmel, al lado de la valla que separa el asentamiento. En el incidente, a la mujer le rompieron una pierna y aunque el ejército israelí estaba cerca, nadie le ofreció ayuda médica. Unos niños la llevaron arrastrando hasta su casa y un vecino la llevó en coche hasta el centro de salud de Yatta.

 

Se suma a lo anterior la falta de centros de salud en los pueblos vecinos de Najada, Hathaleen, Um Malhere y Zuweidin, todos ellos con poblaciones de refugiados parciales que están sufriendo gravemente por los efectos de la sequía. Las clínicas de las autoridades palestinas de estos pueblos solo abren una vez a la semana durante un par de horas. Fuera de este horario los habitantes de los pueblos, más de 4.000 personas, tienen que desplazarse hasta Yatta para recibir asistencia sanitaria, y para ello tienen que pasar el asentamiento y cruzar la carretera 317, lo que resulta un problema y continuará siéndolo hasta que se coloque la barrera en esta carretera.

 

Área de Al Eizariya (Jerusalén)

 

En su mayoría los beduinos de Al Eizariya, que suman varios miles en total y muchos de ellos refugiados en la UNRWA, están registrados para recibir asistencia sanitaria en la Vieja Ciudad de Jerusalén. Sin embargo, con la construcción de la barrera alrededor de Jerusalén, es difícil acceder a estos servicios. Recientemente el ejército israelí ha prohibido entrar a varias mujeres que intentaban cruzar la barrera para ir al centro de salud. Ahora las familias tienen que pagar por asistencia sanitaria que no pueden permitirse, lo que resulta una carga extra a las ya difíciles condiciones en las que viven, especialmente debido a la sequía de este año y los gastos extras para pagar el pienso de los animales y el agua.

 

La comunidad pidió que el equipo sanitario móvil de la UNRWA visite las zonas beduinas que se encuentran alrededor del pueblo de Al Eizariya y los asentamientos de Ma’ale Adumim y Kedar hasta que se pueda llegar a una solución permanente como son los puntos de salud.

 

Áreas de Mu’arrajat y Ras el Ein

 

El área de Mu’arrajat ubicada a lo largo de la carretera 409 entre el pueblo de At Tayba y Jericó la componen varias zonas separadas de beduinos refugiados. La mayor parte de las familias pertenece al clan Qa’abneh y están registradas en Jericó, Ramala o la Vieja Ciudad de Jerusalén. No existen centros de salud cercanos, y aquellos que se encuentran registrados en Jerusalén tienen los mismos problemas que los beduinos de Al Eizariya, con la carga añadida de la distancia y más puntos de control militares, que también suponen un problema para los que se dirigen a Ramalá o Jericó.

 

Las áreas beduinas de Ras El Ein cuentan con una mayoría de refugiados principalmente registrados en Jericó o Ramalá. Sin embargo, no pueden abandonar la zona sin pasar antes por el punto de control de Yitav, por lo que a menudo tienen problemas en el control de An Nuwei’ma cuando intentan entrar en Jericó. La alternativa es un centro de salud privado en Al Auja. El acceso a la asistencia sanitaria es un gran problema para las comunidades de estas áreas; las visitas de centros de salud móviles podrían ser parte de la solución.

 

EDUCACIÓN

La mayoría de las áreas beduinas que se han visitado cuentan con escuelas y la mayor parte de los niños refugiados asisten a las instalaciones disponibles. Sin embargo, con frecuencia las distancias a las escuelas son agotadoras, especialmente para los más pequeños, y en general no existen medios de transporte o tiene que contratarse un medio privado.

 

Los niños del pueblo de At Giga (al sur del desierto de Judea) caminan 4 Km cada día por terrenos irregulares pues no existe medio de transporte. Los niños de primaria se quedan en el pueblo pero la escuela construida recientemente tiene una orden de demolición y si se lleva a cabo estos niños también tendrán que caminar largas distancias para ir a otra escuela.

 

Los niños beduinos de las áreas de Ras El Ein asisten a la Escuela Básica de la UNRWA en Al Auja y cada día tienen que pagar un taxi que les lleve. Sin embargo, todos los días el mini bus sufre retrasos en el punto de control de Yitav y los niños llegan tarde con frecuencia. El transporte es caro y en el autobús los niños van hacinados. Debería estudiarse el problema del transporte escolar para los niños refugiados beduinos, especialmente hacia las escuelas de la UNRWA.

 

Los niños beduinos refugiados que van a escuelas donde son una minoría, a menudo tienen problemas para integrarse y ser aceptados por los otros niños. Esto conlleva una alta tasa de abandono escolar en estas zonas. Un ejemplo de esto son los niños beduinos Salfit: 10 de ellos iban a la escuela palestina en Salfit, pero ahora tienen una pequeña escuela privada montada en una tienda en su propia comunidad. Aunque reciben fondos privados, actualmente esta situación no es sostenible y se necesita una solución alternativa para los niños. Muchos niños beduinos refugiados necesitan ayuda para integrarse en el nuevo sistema escolar establecido.

 

REGISTRO DE REFUGIADOS

 

Zfim

En la zona interior entre el Muro y la Línea Verde (la llamada seam zone), al norte de Qalqiya, viven 100 beduinos refugiados, entre el muro y el asentamiento de Zfim. Son la familia Jihadmi, originarios del área de Ramadin. Esta área es oficialmente conocida como Arab ar Ramadin ash Shamali y estos beduinos son parientes de los que viven en el otro lado, justo al sur del punto de control de la Línea Verde de Jaljoulia en Arab ar Ramadin al Janu y Arab Abu Farda.

 

Cada viaje a la oficina de la UNRWA en Nablus les cuesta a los refugiados 50 shékels, y pueden tardar hasta cuatro horas debido a los puntos de control. Por esto se estima que un 25% de la población refugiada de Zfim no está registrada. Sería muy útil si se pudiera concertar una reunión con un representante en Qalqiliya para intentar solucionar este problema.

 

Fasayil – Valle de Jordán

Como se ha indicado en el apartado anterior sobre las demoliciones, el 8 de febrero de 2006 el ejército israelí demolió varios refugios de beduinos refugiados en Fasayil por estar construidos ilegalmente en las tierras del Área C, aunque la comunidad llevaba viviendo allí desde la década de 1980.

 

HOSTIGAMIENTO DE LOS ASENTAMIENTOS

Existen una serie de problemas para los beduinos relacionados con las gentes de los asentamientos: muchas zonas de refugiados beduinos se encuentran en los alrededores por lo que el acceso se ha visto limitado o se ha vuelto peligroso debido a la presencia de los asentamientos y los puestos militares ilegales. Un ejemplo de esto es el área de Om il Hair cerca de la barrera del asentamiento de Karmel.

 

REFUGIADOS EN LA BARRERA DEL ASENTAMIENTO DE KARMEL

Los refugiados beduinos en esta zona solían vivir de la tierra que ahora es el asentamiento. Fueron desahuciados en la década de 1980. Desde entonces se han visto sometidos a hostigamientos continuos y despiadados, amenazas y abusos físicos. El incidente más reciente ocurrió el 2 de marzo de 2006 cuando una mujer mayor, una refugiada registrada en la UNRWA, fue atacada físicamente por miembros del asentamiento, quienes le rompieron la pierna mientras caminaba cerca de su casa. Estas personas sólo pararon cuando llegó el ejército israelí e intervino. Se presentó una denuncia en la policía israelí, pero como suele ser habitual, no se ha recibido ninguna respuesta y sin duda no se actuará contra los atacantes. En 2005 miembros del asentamiento de Karmel robaron veinticinco ovejas; también ha aumentado recientemente el número de asaltos. El objetivo de estas personas es incorporar las tierras beduinas a la extensión del asentamiento.

 

Martes 03 de junio de 2008

INTRODUCCIÓN AL PUEBLO DE NI’LIN

 

Por Hindi Mesleh, Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Carlos Sanchis

El pueblo de Ni’lin está situado en Cisjordania a 26 Km al oeste de la ciudad de Ramallah. Está en el centro de otros siete pueblos: Al Midia, Qibya, Shoqba, Shebteen Budrus, Deir Kades, y Kharbatha Bani Hareth.

 

Históricamente, Ni’lin ha servido como centro económico, de educación, salud y de servicios públicos para las poblaciones circundantes. La escuela secundaria de Ni’lin es la escuela superior del área y alberga a estudiantes de varios y distintas otras poblaciones. El pueblo cuenta también con un pequeño hospital, con equipamiento básico, además de un número de fábricas que producen zumo, cola y caucho. También posee el único proveedor de gas y gasolina para ciudades de Cisjordania.

 

TERRITORIO

Hasta 1948, los vecinos de Ni’lin poseían 58.000 dunums (580 hectáreas: 1 dunum = 0.01 hectárea) de terreno, que se extendían hasta Ramle y Lod, ciudades que ahora están dentro de Israel. Tras la Nakba de 1948, 40.000 dunums de estas tierras fueron anexionadas al recién creado estado israelí.

 

Tras la ocupación de Cisjordania en 1967, los ilegales asentamientos de Kiryat Sefer, Mettetyaho y Makabbem fueron construidos en tierras del municipio. Además, fueron construidas nuevas carreteras para la creciente expansión de las colonias de Ni'lin y Na’le. Juntos, estos asentamientos y su infraestructura asociada se comen más de otros 8.000 dunums adicionales de tierras de Ni’lin.

 

Por otra parte, una base militar israelí y numerosos puntos militares de control han sido levantados en el área.

 

Estas confiscaciones dejan a Ni’lin con sólo 10.000 de sus originales 58.000 dunums de tierra. Aún más, la construcción del Muro en el lado oeste del pueblo, y una base militar en la parte sur, va a robar otros 2.500 dunums de tierra.

 

A esto se le añade el cierre de la entrada principal para reemplazarla por un túnel que discurrirá bajo la carretera separada para uso exclusivo de los colonos que implicará la confiscación de otros 200 dunums. Esto va a convertir efectivamente a Ni’lin en una prisión, donde los militares israelíes van a tener el poder de abrir y cerrar el túnel a la población indiscriminadamente y a capricho.

 

Finalmente, esto dejará al pueblo con sólo 2.300 dunums, incluyendo la tierra donde las casas están construidas.

 

POBLACIÓN

En 1948 había 2.500 habitantes viviendo en Ni'lin. Hoy, 60 años después, hay unos 5.000. Bajo cifras normales de crecimiento, la población debería ser cinco veces mayor. Pero la continua confiscación de tierras y la pobreza y el paro resultantes, junto a los cierres, han llevado a la gente a abandonar el pueblo en busca de mejores oportunidades de trabajo.

 

ARQUEOLOGÍA

Algunos lugares arqueológicos pueden ser hallados en Ni’lin que datan del período cananeo, incluyendo el lugar de Al-Natof que tiene cientos de años, el de Zebda, las cuevas de Shoqba, así como castillos y edificios que son cinco veces más antiguos que la ocupación. Los lugares constituyen el legado cultural colectivo a pesar de que Israel lo está destruyendo día tras día al construir el Muro o tratando de tomar el control de estos lugares arqueológicos.

 

RECURSOS HÍDRICOS

La compañía privada israelí ‘Mekorot’ ha controlado los recursos hídricos en el distrito del oeste de Ramallah bajo la autorización de los militares israelíes desde 1967, robando efectivamente el agua de los palestinos y vendiéndosela a precios desorbitados.

 

Agua supletoria a Ni’lin y las poblaciones circundantes está siendo suministrada por manantiales y un pozo situados en la población de Shebteen. Así y todo la cantidad de agua que pueden obtener de estas fuentes está controlada por los militares israelíes. Mientras tanto, los colonos que viven en los asentamientos de los alrededores pueden acceder a cuatro veces más agua que los palestinos, pagando cinco veces menos por ella que los palestinos, propietarios de estos recursos hídricos. A menudo los lugareños se enfrentan a severos desabastecimientos de aguan en verano porque Israel corta el suministro de agua a las poblaciones, forzando a sus residentes a comprar cubas de agua a un alto coste.

 

CARRETERAS DE CIRCUNVALACIÓN

Con los años, centenares de dunums de terreno de Ni’lin fueron clasificados como Área C por el ejército israelí, que permitió a continuación la construcción de la carretera de circunvalación 446 sobre esas tierras. El pretexto oficial empleado para justificar esas confiscaciones y construcción era que esas carreteras conectarían Ni’lin con los pueblos lindantes. Ya se les ha prohibido a los palestinos, desde el 2003, usar esta carretera. Por el contrario, la carretera 446 conecta tres asentamientos del área entre sí. Ahora, Israel está planeando conectar estos asentamientos con Tel Aviv construyendo incluso otra carretera de circunvalación por la parte norte de la población, lo cual significa que todavía más tierras de los municipios de Ni'lin, Qebya y Budrus se perderán. La construcción de esta nueva carretera aislará también a los pueblos colindantes unos de otros; este nuevo plan israelí aislará los nueve pueblos occidentales en tres guetos y prisiones.

 

ASENTAMIENTOS

A continuación de la ocupación de Israel de Cisjordania y la Franja de Gaza en 1967, los sucesivos gobiernos israelíes adoptaron una política de confiscación de tierras para varios propósitos que fueron principalmente ejemplificados en el establecimiento de asentamientos, carreteras de circunvalación y bases militares.

 

Consecuentemente, el pueblo de Ni'lin fue testigo de la confiscación de sus tierras para el establecimiento de cinco asentamientos israelíes que se asientan sobre 1.963 dunums (D = dunums), el 13.3% del total de tierras del área del pueblo. Los asentamientos suponen vivienda para más de 40.000 colonos israelíes como se ilustra en el cuadro de abajo:

 

 

Tabla 1:

             Clasificación de tierras en el pueblo de Ni'lin según el, acuerdo de Oslo II de 1995

 

Nombre del asentamiento: Hashmona'im

Fecha de establecimiento: 1985

Población (2006): 2400

Superficie del asentamiento dentro de los lindes del pueblo (D): 934

Superficie total del asentamiento (D): 1050

 

Nombre del asentamiento: Mattityahu

Fecha de establecimiento: 1980

Población (2006): 1400

Superficie del asentamiento dentro de los lindes del pueblo (D): 661

Superficie total del asentamiento (D): 683

 

Nombre del asentamiento: Mejora

Fecha de establecimiento: 1998

Población (2006): 1804

Superficie del asentamiento dentro de los lindes del pueblo (D): 20

Superficie total del asentamiento (D): 759

 

Nombre del asentamiento: Shilat

Fecha de establecimiento: 1977

Población (2006): 376

Superficie del asentamiento dentro de los lindes del pueblo (D): 74

Superficie total del asentamiento (D): 978

 

Nombre del asentamiento: Mod'in Illit (Qiryat Sefer)

Fecha de establecimiento: 1991

Población (2006): 34500

Superficie del asentamiento dentro de los lindes del pueblo (D): 274

Superficie total del asentamiento (D): 3973

 

Superficie Total: 40.480

Superficie del asentamiento dentro de los lindes del pueblo (D): 1963

Superficie total del asentamiento (D): 7443

 

Fuente: ARIJ GIS UNIT 2007

 

El pueblo también padece por las emisiones de aguas fecales de los asentamientos israelíes tales como Hashmona'im y las de los asentamientos dentro de la Línea Verde a sus terrenos. Los vertidos de aguas fecales se hacen al cauce de agua que separa el pueblo de Ni'lin del de Al Midya (al sur de Ni'lin).

 

EL TÚNEL

El ejército israelí ha informado al pueblo sobre un nuevo túnel que está planeando construir a la entrada de Ni’lin en el lado oeste del municipio. Unos 150 dunums de tierras de la población serán confiscadas para este propósito. La actual entrada será cerrada, y el túnel será construido bajo la carretera 446 para tomar su lugar.

 

La primera intención del túnel es controlar la vida de los 5.000 habitantes de Ni’lin’s y separarles de sus relaciones en los pueblos de alrededor y de la ciudad de Ramallah. Será construida en la mejor tierra agrícola del pueblo y verá la destrucción de cientos de olivos que sirven de medio de vida para la población local.

 

La dirección del túnel vendrá de oeste a este, dividiendo al pueblo en dos partes: el alto y el bajo Ni’lin. Una dirección aislará a 1.000 habitantes que viven en la parte alta y les impedirá acceder a la parte más baja. Esto significará que van a quedar separados de sus servicios educativos, de salud y otros en la parte alta. Así como de sus relaciones sociales y familiares. Su movimiento dependerá del antojo de los soldados israelíes, que abrirán la puerta a Ni’lin alto durante 45 minutos al día, como en Jayyous y otros pueblos de Cisjordania, por ejemplo.

 

La segunda intención de la puerta es destruir la economía del pueblo y la tercera es aislar a los campesinos de sus terrenos agrícolas.

 

VIVIENDA

Desde 1967, los militares israelíes han practicado a diario violaciones de los derechos humanos contra los palestinos: matándoles, hiriéndoles y arrestándolos, robándoles tierras etc. Estas violaciones también incluyen demoliciones de hogares bajo el pretexto de que los propietarios no tienen los necesarios permisos de construcción, pese al hecho de que están construidas dentro de Cisjordania.

 

El ejército israelí ha destruido cinco casas en los recientes años. Hace poco, el ejército de ocupación informaba a 20 familias en Almed que sus casas serán demolidas porque fueron construidas sin permiso, pese al hecho, una vez más, que están construidas en Cisjordania.

 

DESASTRE HUMANITARIO, POBREZA Y DESEMPLEO

La tasa de desempleo se ha incrementado rápidamente e los años recientes como resultado directo de la confiscación de tierra, los cierres y el asedio. Actualmente más del 80% de los lugareños dependen de los salarios de talleres y fábricas. La presente política israelí de cierres, cese de permisos de trabajos en Israel para los palestinos, construcción del Muro etc., ha conducido a una tasa de desempleo del 60% aproximadamente (no hay estadísticas oficiales todavía). Cuando el Muro esté finalizado, y sea para los lugareños todavía más difícil llegar a sus trabajos en Israel, está cifra será incluso superior. Además, como la tierra agrícola, el primer ingreso alternativo para el pueblo, ha sido y está siendo confiscada en beneficio de los asentamientos colindantes, la gente de Ni’lin’n y de los pueblos de alrededor se está quedando sin medios para asegurarse unos ingresos. Esto ha convertido la localidad de un cesto de pan a una población hambrienta, ha minado su derecho a vivir una vida digna y les ha impedido la realización de otros derechos humanos mínimos consagrados en las leyes internacionales.

 

Informe escrito por: Hindi Mesleh

E-mail: hindimesleh@gmail.com y mohethman@gmail.com

Móvil: 00972 599 839842

Skype ID: hindim1

 

Martes 03 de junio de 2008

ACEPTAR OCUPACIÓN, APARTHEID Y EXILIO: EL EXTERMINIO

 

Por Miguel Ángel Llana, Rebelión

El analfabetismo se asimila de inmediato a ignorancia para los que no poseen instrucción pero, es un insulto para los que pensando saberlo todo se creen bien informados aunque sean los más ignorantes, pero esto sólo sucede en teoría porque en realidad, los analfabetos, seguramente por marginados y por menospreciados, sienten en sus carnes la violencia de la discriminación y son conscientes de que su situación y la realidad no sólo es injusta, sino que además, los persigue y explota. Los cultos, los listos, hartos de telediarios y de banalidades informativas interesadas, regularmente falsas de principio a fin, dan por bueno -les es más cómodo- seguir el discurso oficial amañado porque de alguna manera esperan obtener tajada arrimándose al poder y, es comprensible, porque gracias a ello viven bien, viven mejor a costa de los marginados, por eso la mentira conviene que pase por verdad y sea la vedad oficial.

 

Los palestinos, aunque muy pobres y explotados -por expropiados- no son analfabetos, pero son culpables por obstinados, se niegan año tras año a abandonar sus casas, sus tierras y se oponen al exilio; dicen que son, además, violentos y fanáticos. Son osados, temerarios, se enfrentan al ejército ocupante y, por supuesto, se empecinan en no reconocer ni al ocupante ni a la ocupación cuando todo está legalizado, reconocido y aprobado por la comunidad internacional, por Naciones Unidas, EE.UU. y por la Unión Europea incluyendo al Gobierno español con Mortiños y Solana al frente de cualquier misión dispuesta a mantener el derecho a la ocupación de Israel sobre Palestina y a la “negación” de cualquier derecho de los palestinos.

 

Todos ellos tienen relaciones comerciales de favor con Israel, le suministran armas, hacen maniobras militares conjuntas y apoyan cualquier incursión contra cualquiera de los países vecinos -como la destrucción de Líbano en el verano de 2006- pero sólo los palestinos son un peligro para el poderoso ejército israelí cuando un tanque de 60 toneladas o una pala excavadora se acerca a sus casas y los reciben a pedradas; es la prueba de su violencia.

 

La realidad es bien simple: existen tres clases de palestinos a juzgar por la relación que mantienen con el ejército ocupante israelí y con la comunidad internacional que impuso la ocupación, la mantiene y la apoya para incrementar, si puede, los intereses hegemónicos o neocoloniales en la zona. Un palestino sólo puede vivir -y así es como vive- de tres maneras: bajo Ocupación, en Apartheid o en el Exilio, aparte de en las cárceles israelíes en las que mal viven 11.000 palestinos.

 

OCUPACIÓN

Denominan Territorios Ocupados, TTOO, solamente a lo invadido por Israel, por la fuerza, en 1967, Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, que abarcaba una superficie de 5.600 Km2 pero, olvidando que el resto de Palestina -la mayor parte, el 78%- ya había sido barrido y masacrado por los sionistas que expropiaron y diezmaron a los palestinos en lo que fue la primera y más importante ocupación que culmina en 1948. Ahora los tres millones de palestinos de estos territorios viven aislados -cautivos- en sus propios pueblos o aldeas y a merced, en todo, del ejército israelí: El Muro, las alambradas, los 700 puestos de control israelíes que hacen la función de rigurosas aduanas separando tierras de cultivo, lugares y familias, más las carreteras de uso exclusivo de los sionistas, cuando no las incursiones con tanques, toques de queda de semanas o de meses en los que nadie puede moverse ni salir de su casa.

 

Pero nada de todo esto es sorpresa, la ocupación de un territorio es como el asalto a una vivienda habitada que sólo puede hacerse con violencia y sólo puede mantenerse con más y más violencia, tal como está sucediendo en Palestina. La violencia es la esencia de la ocupación, nunca lo es de la resistencia. Y, la violencia -la ley de la ocupación- que ha de mantenerse y repetirse una y otra vez, conduce al asesinato, al crimen y a toda clase de atrocidades, tantas como sean necesarias para mantener la ocupación, no hay otro modo.

 

Pero los palestinos siguen siendo obstinados, tercos y hasta violentos ¡no aceptan la ocupación!, y dicen que no están dispuestos a ceder su lecho, su casa, sus enseres, sus haciendas y su vida a los ocupantes por mucho que la “democrática” comunidad internacional diga que la resistencia es una violencia inadmisible – fanática y terrorista- condenable y criminal como así repiten a cada segundo, en la prensa, en los telediarios y en todos los foros los que, precisamente, están ejerciendo la violencia.

 

El expolio y la ocupación lo es porque otras razones geoestratégicas lo justifican y porque esta auto denominada democracia Occidental lo aprueba, situando a Naciones Unidas siempre a favor, y nunca en contra, de la ocupación y de sus dramáticas consecuencias, legalizando así el genocidio.

 

APARTHEID

En régimen de apartheid es como viven ahora, en Israel, 1,2 millones de palestinos que no fueron expulsados al exilio en 1948 por “error” o por que se camuflaron, pero acabaron atrapados dentro de su propia tierra con la invasión israelí. Seguramente son demasiados para hacerlos desaparecer con prisa, lo mejor es proceder con cautela y para ello nada mejor que concederles una identidad de marginados, sin derechos y con toda clase de dificultades y problemas; así viven los palestinos en su propia tierra bajo la ocupación.

 

EXILIO

Es el destino de la mitad de los palestinos, casi cinco millones, como consecuencia directa de la Resolución 181 de NU por la que se legalizó su expulsión en 1947 a la que denominaron “partición” de Palestina que la dividía en dos mitades, una para los sionistas y otra para los palestinos. Al año siguiente, en 1948, cuando los sionistas ya habían ocupado el 78%, NU les reconoce el derecho al retorno a los palestinos, Resolución 194, pero como no hay espacio en su propia tierra porque es la predestinada de los sionistas y es, además, la tierra prometida para los planes estratégicos de EE.UU., Reino Unido y Francia que acababan de iniciar el reparto de la descolonización de Oriente Medio que, en 2008, aún no han terminado y ni siquiera saben cómo pueden hacerlo porque, cuando media la ambición neoliberal, las líneas fronterizas y los recursos nunca son suficientes.

 

EXTERMINIO

Es la solución final; es el propósito y el camino al que lleva la actuación belicista e implacable de EE.UU., la UE y de Naciones Unidas con su apoyo a Israel. Su permanente complicidad está propiciando el genocidio de los palestinos; apretando cada vez más el nudo del hambre y de la asfixia, y provocando una degradación social en la Franja de Gaza, en cada localidad de Cisjordania y en los Campos de Refugiados llevando a todos ellos al límite de la subsistencia, paulatinamente, y causando muchos más muertos que los que diariamente comete el ejército sionista israelí, pero que los telediarios repiten cada día como si de una crónica de sucesos se tratara.

 

La comunidad internacional ha decidido exterminar a Palestina, no está en su mapa, y, para ello, presta todo el apoyo necesario. Sarkozy recibe de forma oficial al Presidente israelí Simon Peres y Ángela Merkel se suma a la política israelí en su parlamento, etc. El ministro de asuntos exteriores español Mortiños no ha perdido la ocasión de viajar a la Palestina ocupada para prestarle todo el apoyo necesario y más a Israel, principalmente desde el bombardeo de Líbano y el posterior asedio a Gaza y a Cisjordania, siempre de la mano de Condoleza Rice y por supuesto de Solana, máximo representante de la Unión Europea de la guerra.

 

BLOQUEO

Los palestinos llevan sesenta años de bloqueo, de asedio y de exilio, más aún que Cuba, pero cada vez tienen más identidad. En cambio, Israel, no sobreviviría más allá de una semana sin la cuantiosa ayuda y protección que recibe, pero no a causa de ninguna agresión externa, sino porque sus propias contradicciones lo asfixiarían en pocos días, aunque sólo fuera por la huida masiva, por la desbandada. Todo es una pura contradicción, Israel, cuanto más expande sus fronteras, cuanto más territorio roba y ocupa, menos dice tener y más y más dice necesitar. Cuantas más incursiones militares, bombardeos y asesinatos comete más inseguros dicen estar, más amenazados se sienten y más ayuda recaban. Es la evidencia de ser un país impuesto por la fuerza, artificial, en retroceso y en coma. Obsesionado por incrementar y apurar al máximo la violencia, cree que sólo la violencia lo salvará pero, ¿Hasta cuando?, pues hasta que su propia violencia lo devore.

 

Ni los tanques, ni los fusiles, ni las bombas, ni siquiera los miles y miles de millones de dólares son suficientes para dar vida al sionismo israelí, para hacer un pueblo, en cambio, con todo esto encima, cinco millones de adolescentes palestinos menores de 15 o 16 años esperan, desde la miseria pero con mucha más convicción y tenacidad, por el carné de palestino que tan violentamente les arrebataron y cada día les niegan.

 

Lunes 02 de junio de 2008

ILAN PAPPÉ: LA LIMPIEZA ÉTNICA DE PALESTINA

 

Por Kamal Cumsille Marzouka, La Haine.org

"Nosotros, los nuevos historiadores, nunca contribuimos de forma significativa a la lucha contra la negación de la Nakba, pues evitamos la cuestión de la limpieza étnica”

 

No sabemos si casual o intencionalmente, pero este año 2008, a 60 años de la Nakba, nos ha llegado la traducción al español del último libro del historiador israelí Ilan Pappé: La limpieza étnica de Palestina, publicado originalmente en inglés el año 2006. No se trata de un libro de denuncia, como tampoco de una mera descripción histórica, se trata más bien de un libro con un propósito político claramente bien definido, a saber: asentar el paradigma de la “Limpieza Étnica” para comprender lo que viene sucediendo en Palestina desde hace 60 años, para reemplazarlo por el de la guerra.

 

Es un trabajo que, además de estar dirigido al lector especializado en el tema, se plantea como una intervención en el espacio público bajo la única inquietud que le produce a un intelectual israelí el hecho de que un crimen de tal magnitud, haya podido ser negado por sus perpetradores e ignorado por la comunidad internacional con tanta facilidad. “Trata de la sencilla pero horrible historia de la limpieza étnica de Palestina, un crimen contra la humanidad que Israel ha querido negar y hacer olvidar al mundo. Recuperarla del olvido es una tarea de la que somos responsables, no sólo porque una labor de reconstrucción histórica tanto tiempo aplazada es una labor profesional, sino porque, en mi opinión, hacerlo implica una decisión moral: es el primer paso que debemos dar si queremos que la reconciliación tenga una oportunidad y la paz eche raíces en las desgarradas tierras de Palestina e Israel” (p.18).

 

REVISIONISTAS REVISADOS

Sabemos que, desde la década de los 80' tuvo lugar en Israel una corriente llamada “los nuevos historiadores”, dedicados a revisar y cuestionar la versión sionista oficial de lo que había sucedido en 1948. Ilan Pappé formaba parte de esta corriente de la cual una de sus principales figuras fue Benny Morris. El primer paso que da Pappé hacia una revisión del trabajo de estos nuevos historiadores, es el dar cuenta que esta revisión historiográfica había comenzado al menos una década antes por parte de historiadores palestinos como Walid Khalidi y Nur Masalha, sin embargo, sus trabajos no lograron el crédito del que gozaron los “nuevos historiadores”. Después de todo, eran palestinos, eran las víctimas de los hechos que investigaban, lo que les restaba “credibilidad” y “objetividad”. Pappé resitúa la validez de estas investigaciones, tomando como un primer referente el trabajo de Nur Masalha que trata sobre cuán arraigado estaba en la ideología sionista el concepto de “transfer” de población, y por otro lado, se apoya en la reconstrucción del cuadro histórico que hace Khalidi en All that Remains .

 

En cuanto a la revisión del trabajo de los “nuevos historiadores” propiamente tal, leemos lo que sigue: “Podríamos haber tenido un avance político en la batalla por la memoria de Palestina en la década de 1980 con la aparición de la denominada «nueva historia» en Israel. Éste fue el intento de un pequeño grupo de historiadores israelíes de revisar la versión sionista de la guerra de 1948. Yo era uno de ellos. Sin embargo, nosotros, los nuevos historiadores, nunca contribuimos de forma significativa a la lucha contra la negación de la Nakba, pues evitamos la cuestión de la limpieza étnica y, en un gesto típico de los historiadores diplomáticos, nos concentramos en los detalles.

 

Pese a ello, al usar principalmente archivos militares israelíes, los historiadores revisionistas sí consiguieron demostrar cuán falsa y absurda era la afirmación de que los palestinos se habían marchado «por decisión propia», ya que lograron confirmar muchos casos de expulsión masiva de aldeas y ciudades y revelaron que las fuerzas judías habían cometido un número considerable de atrocidades, incluidas varias masacres. (…) Una de las figuras más conocidas que escribieron entonces fue Benny Morris. Dado que su trabajo se basó exclusivamente en documentos de los archivos militares israelíes, Morris terminó proponiendo una imagen muy parcial de lo que había ocurrido sobre el terreno. Con todo, eso ya fue suficiente para que algunos lectores israelíes entendieran que la «huida voluntaria» de los palestinos era un mito y que la idea de que en 1948 su país había librado una guerra «moral» contra un mundo árabe hostil y «primitivo» tenía serios defectos y, posiblemente, era por completo insostenible. (…) El cuadro era parcial porque Morris aceptó literalmente e incluso como verdad absoluta todo lo que decían los informes militares que encontró en los archivos israelíes. (…) Si Morris y otros autores hubieran usado fuentes árabes o acudido a la historia oral, habrían logrado una mejor comprensión de la planificación sistemática que sustentó la expulsión de los palestinos en 1948 y, por tanto, hubieran podido ofrecer una descripción más veraz de la enormidad de los crímenes cometidos por los soldados israelíes” (pp.13-14).

 

A esta luz es que Pappé ve la necesidad de ir más allá de las descripciones históricas, para reorientar el trabajo de la “nueva historia” hacia un cambio de paradigma que consiste, en primer lugar, en inscribir el caso palestino en una serie de acontecimientos que tienen relación con ese modo de operar en política que sólo el siglo XX tuvo la “fortuna” de conocer, a saber: el exterminio. Y en segundo lugar, consiste en examinar el régimen discursivo y los dispositivos ideológicos que han posibilitado la negación y el olvido de la Nakba.

 

EL PARADIGMA DE LA LIMPIEZA ÉTNICA

Para sostener que lo que ha ocurrido en Palestina es efectivamente una limpieza étnica, Pappé toma las definiciones del concepto en su más amplio espectro, desde organizaciones políticas como ONU o el Departamento de Estado de EE.UU., enciclopedias de reconocido prestigio como Hutchinson, pasando por definiciones populares como las que aparecen en la enciclopedia virtual Wikipedia (a la que le atribuye la validez como definición popular, ya que en ésta, son los mismos usuarios quienes introducen los textos), hasta las definiciones académicas, como las que aparecen en los trabajos de Drazen Petrovic, uno de los más reconocidos expertos en el tema.

 

De todas ellas, el autor extrae elementos comunes que encajan uno a uno con el Plan Dalet, que fuera el plan maestro de las milicias sionistas para la conquista de Palestina: “…, la limpieza étnica es una política bien definida de un grupo particular de personas para eliminar sistemáticamente de un territorio dado a otro grupo de personas por razones de su origen nacional, étnico o religioso. Una política semejante es violenta, y con frecuencia, se conecta con operaciones militares” (Petrovic, citado en p.19). “La enciclopedia Hutchinson define la limpieza étnica como la expulsión mediante la fuerza con el fin de homogeneizar una población, heterogénea desde el punto de vista étnico, en una región o territorio particular. El propósito de la expulsión es causar la evacuación de tantos residentes como sea posible, por todos los medios a disposición del expulsor, incluidos los no violentos,…”. (…) “Esta definición es también aceptada por el Departamento de Estado de Estados Unidos, cuyos expertos añaden que parte esencial de la limpieza étnica es la erradicación, por todos los medios disponibles, de la historia de una región. El método más común es el de una despoblación dentro de «una atmósfera que legitima actos de castigo y venganza».

 

El resultado final de tales acciones es la creación de un problema de refugiados” (p.20). “La comisión de Derechos Humanos de la ONU (UNCHR por sus siglas en inglés) vincula el deseo de un Estado o un régimen de imponer un dominio étnico en un área étnicamente variada (la creación de una Gran Serbia en los Balcanes, por ejemplo) recurriendo a expulsiones y otras acciones violentas. Tal y como los define el informe de la UNCHR, los actos de limpieza étnica incluyen «la separación de los hombres de las mujeres, la detención de los hombres, la voladura de casas» y la posterior repoblación de las viviendas restantes con miembros de otro grupo étnico. En ciertos lugares de Kosovo, señalaba el informe, las milicias musulmanas opusieron resistencia: donde esta resistencia fue tenaz, la expulsión estuvo acompañada de masacres. (…) El Plan D de Israel en 1948, (…), contiene un repertorio de métodos de limpieza que encajan, uno a uno, en los medios que la ONU describe en su definición de limpieza étnica. Y ese plan constituye el trasfondo de las masacres que acompañaron la expulsión masiva” (p.21).

 

Proponer el paradigma de la limpieza étnica, tiene varias implicancias importantes para comprender lo que viene teniendo lugar en Palestina desde 1948, tanto desde un punto de vista historiográfico como teórico político. Primero, porque supone una interrupción de toda narrativa oficial, ya sea palestina o israelí, lo que significa salir de la polémica para situarse en la crítica. “Los dos relatos históricos oficiales que compiten por dar cuenta de lo que ocurrió en Palestina en 1948 ignoran el concepto de limpieza étnica. Mientras la versión oficial israelí-sionista sostiene que la población nativa abandonó «voluntariamente» el país, los palestinos hablan de la «catástrofe», la Nakba, que se abatió sobre su pueblo, lo que en cierto sentido, también resulta una forma elusiva de referirse a lo ocurrido, pues se concentra más en el desastre en sí que en quiénes o qué lo causaron. El término Nakba se adoptó, por razones comprensibles, en un intento de contrarrestar el peso moral del Holocausto judío (la Shoa), pero al dejar fuera a sus agentes, quizá haya de algún modo contribuido a la negación continua de la limpieza étnica en 1948 y las décadas posteriores” (pp.16-17).

 

Segundo, porque sostener el concepto de limpieza étnica como telón de fondo para comprender la historia contemporánea de Palestina, supone su inscripción en la lógica del exterminio. En este sentido, el nazismo y el sionismo serían parte de la misma lógica. Sabemos, desde los trabajos de Hannah Arendt de fines de los años 50', hasta las recientes investigaciones de Giorgio Agamben, que la lógica del exterminio ocupa la reflexión política contemporánea. En consecuencia, hacer una historia de la limpieza étnica de Palestina, bajo esta perspectiva, es en definitiva una contribución a la historia de la problemática del exterminio, y significa al mismo tiempo, situar a Palestina como un referente de primera importancia para la filosofía política actual.

 

Reseña de: Pappé, Ilan. La limpieza étnica de Palestina. Barcelona: Crítica, 2008.

 

Revista Hoja de Ruta Edición Nº 17, mayo de 2008. Oficina de Información Chileno - Palestina

 

Lunes 02 de junio de 2008

YEHUDA, UN PACIFISTA CONVERTIDO EN “PELIGRO PARA LA PAZ PÚBLICA”

 

Por Juan Miguel Muñoz, Diario El País - España

Yehuda se parte de risa. “¿Puedes creer que me consideran un peligro para la paz pública?”, comenta en un café de Jerusalén. Yehuda Shaul, judío ortodoxo, practicante fervoroso, ex oficial del Ejército y uno de los fundadores de la ONG Breaking the Silence (romper el silencio), está atónito. A su ONG le han prohibido organizar visitas a la ciudad palestina de Hebrón. No hace pizca de gracia a las autoridades que un grupo de activistas muestren a cualquier interesado la brutal realidad de la ocupación en estado puro. Shaul ha recurrido al Tribunal Supremo, que el miércoles fallará sobre la decisión de los mandos militares y policiales, que tildan a este joven de 25 años de izquierdista y provocador. El mundo al revés. De izquierdista nada tiene. Y tampoco ignora nadie quiénes son los provocadores.

 

En alguna de sus excursiones el periodista ha comprobado como se las gastan Baruch Marzel, Noam Federman y sus acólitos. Los colonos se aproximan a los visitantes y comienzan a gritar para sofocar las explicaciones de Shaul. Causan algún altercado, aparece la policía y se lleva a comisaría a unos y otros. Claro que a los colonos les importa un bledo. Han logrado su objetivo de interrumpir la visita a sabiendas de que en un par de horas volverán a sus casas en Hebrón. En los últimos meses la violencia es creciente. Ahora emplean altavoces para hacer inaudibles las explicaciones y lanzan pedradas y huevos a los grupos de extranjeros. Lo sabe bien la delegación de parlamentarios alemanes que semanas atrás acudió a la ciudad de los patriarcas y fue recibida a cantazo limpio. Los soldados y policías observaron el episodio de brazos cruzados.

 

Hay mucho que ocultar, y cuanto menos se conozca mejor. Los ataques de los colonos a los palestinos de Hebrón son el pan nuestro de cada día. Están documentados y filmados. Mujeres que se acercan a viviendas de árabes para llamar “puta” a su dueña; niños que se llevan impunemente productos en los puestos del zoco ante la mirada impotente de los comerciantes; golpes a estudiantes palestinos que acuden a sus escuelas... Un tercio de esta ciudad de 180.000 habitantes ha sido limpiada de población palestina para disfrute de unos cientos de judíos, fanáticos sin límite, que hacen lo que les viene en gana. Todos los comercios de la principal avenida comercial permanecen sellados desde hace siete años, miles de vecinos no pueden regresar a sus viviendas, y varias calles se reservan para uso exclusivo de los colonos. La policía y el Ejército observan los desmanes sin mover un dedo.

 

Miembros del Parlamento israelí, diplomáticos extranjeros, delegaciones de legisladores de países europeos han visitado Hebrón de la mano de Breaking the Silence, la ONG que dirigen Shaul y un puñado de fervientes creyentes judíos. Más de 5.000 personas han acompañado a Shaul y sus colaboradores en los últimos tres años. Se acabó. Hace cinco semanas, el general Udi Ben Moha, comandante de la región de Hebrón, y el jefe de la policía Avshalom Peled. Ahora la decisión se halla en manos del Supremo. Aunque no sería en absoluto una excepción que el Gobierno y el Ejército hagan caso omiso de las sentencias del alto tribunal.

 

La impunidad de la que gozan los colonos y la arbitrariedad palmaria de las autoridades castrenses se dan la mano con fuerza en Hebrón. “Consideramos”, apunta Shaul, “la desafortunada decisión del general Ben Moha como una rendición ante los criminales violentos, pero también como una forma de represión política. Creemos firmemente que no sólo el futuro de nuestras actividades está en riesgo, sino también la libertad de expresión, la libertad de movimientos y la igualdad al margen de la afiliación política en Israel”.

 

Shaul sigue sonriendo. Es su estado natural. Como no pueden viajar a Hebrón, ahora enseñan la penosa situación de los pobladores al sur de esa ciudad, donde mucha gente vivía en cuevas. Las posibilidades de observar hechos asombrosos en Israel y los territorios ocupados son inagotables. “¿Sabes? Están derribando las cuevas con excavadoras. Dicen las autoridades que no tenían permiso de construcción. ¡Pero si son cuevas en las que viven desde hace décadas!”, comenta al pacifista religioso, ése que amenaza la paz pública.

 

Lunes 02 de junio de 2008

MENSAJE DESDE UNA CÁRCEL ISRAELÍ

 

Por Marwan Barghouti (1), Revista Sin Permiso

Traducción y edición: Hugo Moreno

Mensaje enviado desde la prisión por Marwan Barghouti, militante y diputado palestino encarcelado en Israel, en ocasión del encuentro de apoyo a los derechos del pueblo palestino realizado en París, el 17 de mayo 2008, que reunió mas de cuatro mil personas (*).

 

Marwan Barghouti, 48 años, el más popular de los dirigentes palestinos, fue secuestrado por el ejército israelí el 15 de abril de 2002. Trasladado ilegalmente a Israel, torturado y mantenido en aislamiento completo durante semanas, fue sentenciado por un tribunal de Tel Aviv, en junio de 2004, con cinco condenas de cadena perpetua, acusado de “asesinatos y pertenencia a una organización terrorista”. Marwan Barghouti se había incorporado a El Fatah muy joven. A los 18 años fue arrestado y pasó cinco años en prisión, en la cual dedicó parte de su tiempo a estudiar el hebreo, que se convirtió en su segunda lengua. Casado y padre de cuatro hijos, diplomado en ciencias políticas, elegido diputado del Consejo Legislativo Palestino, se convirtió en el más popular dirigente de la nueva generación. Su hijo mayor también fue arrestado, así como su esposa, abogada encargada de su defensa. Ambos pasaron meses en la prisión. “La ocupación no puede continuar. No hay otra solución para poner fin a la Intifada (la guerra de las piedras). Dos Estados para dos pueblos o la sangre seguirá derramándose”, había declarado al recibir su condena. A 60 años de la fundación del Estado de Israel y de la nakba (la catástrofe) para los palestinos, expulsados y colonizados, vale la pena recordar el combate de este pueblo por su liberación. El silencio sobre la tragedia palestina se hace a veces ensordecedor. La exigencia de paz, libertad e independencia, el cese de la ocupación y de la colonización, la restitución de Jerusalén Este, el retorno de los expulsados – “dos Estados para dos pueblos”- que lanza en este mensaje Marwan Barghouti no puede dejarnos indiferentes. – Hugo Moreno

 

Muy queridos amigos,

 

Es un gran placer y un honor para mí dirigirme a vosotros y saludaros hoy con el más grande respecto y la expresión de mi mayor consideración.

 

Quiero agradeceros vuestra solidaridad, vuestros esfuerzos, el papel eminente que jugáis en apoyo de nuestro legítimo combate. Este combate ha entrado actualmente en una fase decisiva para el pueblo palestino y su porvenir.

 

Lo que está en juego es la voluntad de realizar su autodeterminación y su derecho a disponer de y a instituir un Estado palestino con la Jerusalén ocupada como capital.

 

Nosotros queremos un Estado palestino viviendo al lado del Estado israelí. Los refugiados deben concretar el ejercicio de su derecho al regreso en virtud de la resolución internacional 194 de las Naciones Unidas. Deben ser liberados los más de 11.000 prisioneras y prisioneros, entre los cuales se halla un tercio del parlamento palestino electo.

 

Mis queridos amigos,

 

El trabajo y la energía que desplegáis para sostener nuestra causa se dan cuando continúa la agresión y el asedio contra nuestro pueblo llevados a cabo por los dirigentes israelíes.

 

Los asentamientos y la colonización siguen en alza. La tierra de Palestina es robada y la judaización de Jerusalén sigue su curso. Mientras nosotros estamos asediados, prosigue la empresa insoportable de hambrear a toda una población en la franja de Gaza, que se ha convertido en la cárcel más grande del mundo. En los territorios ocupados, en Jerusalén, centenares de barreras militares truncan la continuidad territorial en Cisjordania. Y se atraviesan en la libertad de circulación entre ciudades y aldeas, mientras se multiplican los arrestos arbitrarios y los asesinatos.

 

Vuestras acciones de apoyo vienen en un momento en el que no existe en Israel interlocutor alguno en favor de la paz, alguien dispuesto a terminar con la ocupación y reconocer finalmente los derechos nacionales del pueblo palestino.

 

A pesar de todos estos obstáculos, los palestinos siguen defendiendo firmemente sus derechos. Exigen la paz, la libertad, el regreso de los expulsados y la independencia. La paz sólo puede comenzar con el fin completo de la ocupación de los territorios ocupados desde 1967.

 

Mis queridos amigos,

 

Vuestro apoyo y vuestra presencia al lado de nuestro pueblo palestino constituyen una importante toma de posición en favor de la verdad, de la justicia, de la igualdad y de la libertad. Son la expresión de vuestra solidaridad humana, así como de vuestro claro y noble compromiso con el derecho de los pueblos a disponer de sí propios. Ese apoyo que nos prestáis nutre vigorosamente nuestra fe y nuestra confianza en el porvenir.

 

Contribuye también a fortificar mi entusiasmo, mi voluntad y mi capacidad para desafiar al ocupante incluso desde la pequeña y sombría celda carcelaria en la que me hallo y desde la que, aun oscura y angosta, puedo escuchar vuestra voz, alta y potente, de sostén a nuestro pueblo. Eso multiplica nuestras fuerzas y nuestra moral.

 

En suma y para concluir, queridos amigos, os digo esto: que no nos doblegarán; que nuestra indómita voluntad se mantendrá intacta. Que nuestro sacrificio por la libertad no se debilitará y que ese sacrificio no es inferior al ejercicio de la libertad misma.

 

Vuestro hermano, Marwan Barghouti. - Prisión Hadarim, celda 28.

 

Nota: (*) Organizado por la Plataforma de las ONG francesas por Palestina. Paz como Palestina, 60 años después: la Paz por el derecho www.paixcommepalestine.org. Nota editada por la Association France Palestine Solidarité: http://www.france-palestine.org

 

Lunes 02 de junio de 2008

MUSTAFÁ ABOU ATIEH Y CRISTINA ABOU SALEM: “EL PROBLEMA DEL DESEMPLEO ES EL MÁS GRAVE PARA LOS PALESTINOS EN EL LÍBANO”

 

Por Paloma Montuenga, Rojo y Negro - España

Mustafa Abou Atieh es refugiado palestino en el Líbano. Cristina Abou Salem es cubana y madre y esposa de palestinos. Ambos viven en el campamento de refugiados palestino Ein El Hilweh, que está situado en la ciudad de Sidón, al Sur libanés, y trabajan en la asociación Human Call, el único hospital que existe dentro del campo, él como director ejecutivo y ella como responsable de relaciones públicas. Además, ambos colaboran en otra asociación llamada Centro de Solidaridad Social, con las funciones de tesorero y presidenta, respectivamente.

 

Qué es el hospital Human Call?

 

- Se estableció en el año 86 y trabajaba como un consultorio para apoyar a los refugiados palestinos. En el año 88 fue legalizado ante el gobierno libanés. En los años 90, con el interés de la UE en los campos de refugiados comienza el apoyo a las asociaciones palestinas, y entre ellas a Human Call. Y con este apoyo se logra ampliar los servicios del hospital. En el año 98 se prepara el departamento de emergencias y se construye la farmacia. En el 2001, cuando el golpe a las torres gemelas, se detiene todo el apoyo internacional a las asociaciones palestinas. Cuando se detienen las ayudas se ven obligados a autofinanciarse: comienzan a cobrar dinero por los servicios médicos a precios muy simbólicos. Desde ese momento empiezan a desarrollarse los otros departamentos.

 

¿Cuáles son los grandes proyectos ahora?

 

- Uno de embarazadas, y otro de atención médica, para aquellas familias que no tienen derecho a la asistencia de la UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo. En el de embarazadas, lo interesante es que la UNRWA está reduciendo los servicios, pues en un inicio todas las embarazadas que estaban registradas como palestinas tenían derecho a dar a luz gratuitamente, en estos momentos, no. Ese servicio se ha reducido sólo para las primerizas que presentan casos de complicaciones, es decir que las otras mujeres se ven forzadas a dar a luz en el hogar sin atención médica sólo con comadronas muy antiguas y con poca preparación, y esto estaba aumentando el número de la mortalidad infantil y el de mujeres por hemorragia. Entonces nosotros decidimos abrir este proyecto donde recibimos a todas aquellas mujeres de la nacionalidad que sea que necesitan dar a luz en condiciones humanas y con atención médica adecuada.

 

Otros proyectos que tenemos son de orientación profesional, apoyado por un joven español. Este proyecto está muy bien, con él se han graduado ya 31 jóvenes y, de ellos, el 27 % ha encontrado trabajo. La mayoría son mujeres. Este proyecto es muy importante porque es uno de los grandes problemas que presenta la comunidad local: el desempleo y el analfabetismo. También tenemos un proyecto de alimentación y asistencia social a familias de origen muy, muy pobre. Estamos hablando de familias que tienen entre 0 y 3 dólares diarios por persona de entrada. En la mayoría de ellas, el padre está enfermo.

 

¿Cuáles son las enfermedades más habituales que tratáis allí?

 

- En el Centro Social también estudiamos la población, y por tanto, también estudiamos este tema. Hasta el momento hemos estudiado el 2 %, y lo que nos ha dado es que la población pobre, porque de este 2 % la mayoría son pobres, nosotros los dividimos en categorías: A, está entre 0-1 dólares por persona por día; B, está entre 1 y 2; la C está entre 2 y 3; y la D es la que está por encima de 3 dólares, que son los “privilegiados”, pues se puede llegar hasta a 8 dólares diarios por persona. En el caso de todas estas familias estudiadas que son todas de origen pobre, tenemos el tema de problemas de neurología, que eran los más altos; después vienen las alergias. Todo esto condicionado por la forma de vida de los refugiados. Después vienen los problemas de reuma y problemas ortopédicos, también los de urología y por último los de cardiología.

 

¿Hay distintos tipos de refugiados palestinos?

 

- Los palestinos llegaron al Líbano en diferentes etapas: primero la del 48, después los del 56, y después los del 67, y los últimos los del 70, que vienen con la guerra en Jordania. Cada uno tiene una clasificación. Los del 48 son aquellos que fueron registrados por Naciones Unidas a través de la UNRWA, la Cruz Roja Internacional y el gobierno libanés, que obtuvieron un documento, pero no tienen la nacionalidad libanesa. Después del 48, cierra el Líbano las fronteras y saca una declaración de que toda persona que entre después se considera ilegal. Los del 56, que vienen al Líbano producto de la invasión de Egipto, escapan al Líbano y reciben un carné de identidad blanco que lo diferencia del anterior, que era azul, ya que estos recién llegados no tienen los mismos derechos que los anteriores, pues el blanco sólo da derecho a estar allí un tiempo pequeño. Los del 67 son considerados ilegales completamente y no tienen ningún derecho, tampoco identificación y no están en ningún registro, por lo que no se sabe cuántos son. Y todos estos palestinos se distribuyen por todo el Líbano, en un principio en 16 campos, pero ahora ya son sólo 12.

 

¿La mayoría de los palestinos de esos campos son de la zona de Galilea y Norte de Palestina?

 

- Sí, claro. La mayoría son palestinos de religión musulmana sunní y unos pocos palestinos cristianos, éstos ya tienen la nacionalidad libanesa. El Líbano tuvo siempre la precaución de mantener apartados a los palestinos sunníes, ya que tenía miedo de que se rompiera el balance de religiones que existe en el país…

 

La autoridad en el campo ¿es palestina?

 

- Claro, el ejército libanés no puede entrar, lo tiene prohibido. Es muy curioso porque hay un cartel escrito en cada punto de control de entrada que dice que se prohíbe al ejército entrar al campo. Estas características que estamos explicando hacen que el gobierno libanés prepare leyes para que los palestinos se mantengan al margen. Una de ellas, es no darles la nacionalidad, otra es no darles los derechos civiles, no tienen derechos políticos, y lo que hacen es obligarles a estar dentro de los campos.

 

Ahora mismo, ¿cuál es la situación en el campamento?

 

- Ein El Hilweh es el mayor de los doce campos que existen en Líbano. Es el más grande en población y en tamaño. Estamos hablando de dos kilómetros cuadrados. Allí viven más de cien mil personas. De éstas, cuarenta y seis mil son los refugiados palestinos considerados registrados. Luego, treinta y seis mil más o menos son los no registrados. El resto de la población son personas muy pobres que entran al campo en busca de mejores condiciones de vida. Mucha gente de ésta es de origen palestino, pero de Jordania, de Siria y de otros países, que vienen a los campos cuando se traslada la revolución palestina al Líbano. Vienen como voluntarios para apoyarla, pero con el tiempo se quedaron en los campos. Este es el grupo que peor vive, porque no tiene documentos y no pueden obtener una residencia.

 

Una de las leyes que más perjudican al palestino es la de la propiedad, que le impide al palestino tener propiedades o heredar. Aunque yo tenga una situación económica buena, no puedo comprar una casa fuera del campo, o puedo hacerlo pero estoy obligada a inscribir mi casa a nombre de un libanés. Así que al final la casa no es mía, y si me sucede algo, mis hijos no pueden heredarla. Otra es la ley que impide a las ONG’s palestinas inscribirse como tales. Tienen que hacerlo también bajo la dirección de un comité libanés. Y es el mismo problema, porque incluso la cuenta bancaria tiene que estar a nombre de los libaneses.

 

Volviendo a las características del campo, la dirección se divide en dos: quién lo controla políticamente y quién controla la vida social dentro de él. Políticamente se ha creado un comité popular, que está formado por la mayoría de los partidos políticos. La realidad es que quien manda es el más fuerte: Al Fatah. Hamas tiene tanta presencia como Al Fatah, pero la diferencia es que Al Fatah tiene presencia militar y Hamas no. Hamas sólo tiene presencia social. La misión del comité es representar al campo ante el gobierno y controlar la seguridad interna. En la parte social juegan un papel muy importante las ONG’s palestinas y la UNRWA.

 

¿Y en cuanto al trabajo?

 

- El problema del desempleo es el más grave para la sociedad palestina. Está controlado por la ley del trabajo, que prohíbe a los palestinos más de 72 profesiones. Los palestinos, generalmente, son la mano de obra barata. Todo esto no quiere decir que en la sociedad palestina no haya profesionales. Los hay, y muy buenos. Pero de esto se aprovechan las grandes empresas, que no los registran, les pagan sueldos mucho más bajos que a los libaneses, y no tienen derecho a la Seguridad Social.

 

¿Y para estudiar? ¿Hay posibilidades en los campos?

 

- El problema de la educación en los campos es terrible. Está controlada para los refugiados. Siempre separados niños y niñas y las aulas tienen 50 o 60 alumnos. El porcentaje de analfabetismo es, en las niñas, de un 17 %, y en los niños, de un 30 %. Hay una ley que prohíbe que un niño suspenda, por lo tanto van pasando y cuando llegan a séptimo grado lo hacen sin saber leer y escribir. Otro problema es que la UNRWA no cubre universidad, por lo que muy pocos pueden llegar, aunque ahora se están dando becas, sobre todo a las mujeres, pero hay límite de plazas.

 

Para terminar, ¿Queréis añadir algo más?

 

- Estoy sorprendida y supercontenta con este viaje, porque no me imaginaba que la solidaridad con Palestina en España fuera tan grande. Cuando les veo a ustedes, me da un ánimo…

OPINIONES

OPINIONES

Jueves 29 de Mayo de 2008

“ESTÁN VENDIENDO LO QUE QUEDA DE PALESTINA”

 

Por Julien Salingue, juliensalingue.over-blog / Rebelión

Traducido por Caty R.

La “Palestine Investment Conference (PIC)” comenzó el 21 de mayo. En este artículo no pretendo analizar profundamente los objetivos de esa Conferencia, que no ha terminado cuando escribo, sino mostrar algunos síntomas del clima que reina en Belén desde hace unos días, revelador, según mi opinión, de los procesos que se están llevando a cabo en los territorios palestinos de Cisjordania.

 

Esto no se había visto en Belén desde hacía años. Las calles están divididas en zonas por los soldados y otras fuerzas de seguridad. Se han establecido puestos de control por todas partes en la ciudad y los alrededores. Algunas áreas están vetadas para peatones y vehículos no autorizados. En los accesos de los campos de refugiados, decenas de hombres uniformados vigilan que no haya actividades sospechosas en marcha o en preparación. Las barreras con la señal de “policía” se colocaron, incluso, en la entrada principal del campo de al-Azzeh, situado cerca del hotel Intercontinental, uno de los lugares centrales de la Conferencia. Según las fuentes, se han desplegado de 2.500 a 3.000 policías, soldados y otros miembros de los servicios de seguridad.

 

Pero no se trata de una gran operación militar israelí. Los uniformes son todos, sin excepción, palestinos.

 

Palestine Investment Conference: un gran reto de Salam Fayyad

 

El estado de sitio comenzó el 20 de mayo, víspera de la apertura de la “Palestine Investment Conference”. La PIC, promovida por los principales líderes del sector privado palestino y respaldada por el gobierno de Ramalá, tiene el objetivo de convencer a los inversores extranjeros para que inviertan en los territorios palestinos. La Conferencia reúne en Belén, del 21 al 23 de mayo, a cerca de 1.000 dirigentes o representantes de grupos privados, de los que la mitad vienen del extranjero: países árabes, por supuesto, y también Europa, Estados Unidos e… Israel. Según los organizadores, el total de los proyectos que deberían formalizarse durante la PIC ascendería a 2.000 millones de dólares (total revisado al alza desde principios de mayo, que se hablaba de 1.500 millones).

 

Por lo tanto, el desafío es considerable. La asistencia de Tony Blair, Bernard Kouchner y delegados del presidente Bush, así como la presencia de Salam Fayyad y de Abu Mazen, están aquí para confirmarlo; y también para no olvidar que el alcance del la PIC no es únicamente económico, sino también político. Estados Unidos impuso a Fayyad en el cargo de Primer Ministro, que sólo consiguió un 2% de los votos en las legislativas de 2006, tras la destitución del gobierno mayoritario de Hamás. Fayyad, ex alto funcionario del Banco Mundial y el FMI, prometió que su gobierno conseguiría reactivar la economía palestina en crisis. La poca credibilidad que tiene entre la población palestina se basa exclusivamente en esta promesa: la creación de empleo y riqueza.

 

Los proveedores de fondos están dispuestos a apoyarle con una condición: el desarme de la resistencia y el restablecimiento de la tranquilidad en los territorios palestinos. Es lo que está en marcha desde hace casi un año con el refuerzo de los servicios de seguridad, la multiplicación de las detenciones de los militantes y simpatizantes de Hamás, de la Yihad o incluso de las brigadas de al-Aqsa, sin embargo procedentes de Fatah, y las amplias “operaciones de restablecimiento del orden” emprendidas desde hace varios meses en Nablús y desde hace diez días en Yenín. El principal supervisor de esta política es, ni más ni menos, que Tony Blair, el emisario del Cuarteto, que desde hace varios meses repite sin descanso que las dos prioridades del gobierno palestino deben ser hacer progresos en términos de seguridad y la liberalización de la economía.

 

“Está conferencia tiene el objetivo de normalizar la ocupación”

 

Para el acólito Fayyad, el éxito y el buen desarrollo de la PIC son la demostración de que no traicionará la confianza que le otorgaron los países occidentales. Así, la Autoridad Palestina no ha regateado los medios para garantizar la “seguridad” de sus prestigiosos invitados. Porque a pesar de las apariencias y las promesas de los organizadores, no hay unanimidad en la población palestina con respecto a la PIC. Aunque los principales grupos del sector privado se alegran ante las perspectivas de inversiones procedentes del extranjero y algunos, entre la población, confían sinceramente en que la conferencia beneficiará a los palestinos más pobres, la mayoría de las personas con quienes hablé durante los últimos días, especialmente en los campos de refugiados de Belén, manifestaron su escepticismo e incluso, muy a menudo, una franca hostilidad hacia la iniciativa.

 

LAS CRÍTICAS SE ENGLOBAN EN TRES TIPOS:

 

“No veremos el color de ese dinero”

 

Para muchos palestinos, conscientes de la amplitud del sistema de corrupción establecido durante los años de Arafat (y que actualmente persiste), si realmente llegan miles de millones de dólares, no se utilizarán para el bienestar del conjunto de la población, sino que se desviarán en provecho de algunos, principalmente los dirigentes económicos y políticos. Nadie se cree que las motivaciones de los inversores asistentes a la Conferencia sean filantrópicas. Para un habitante de Aida no hay duda: “Si están aquí, es que pueden ganar dinero. En realidad ellos (los organizadores de la Conferencia) están vendiendo lo que queda de Palestina”.

 

“Están intentando comprarnos”

 

Este difundido sentimiento entre la población palestina no es nuevo, pero se expresa de forma muy pronunciada cuando se menciona la Conferencia. Para ellos el planteamiento está claro: si los habitantes de los territorios palestinos quieren salir de la miseria económica en la que se encuentran, a cambio deberán renunciar a la lucha para conseguir sus derechos. De alguna manera se trata de un programa de “silencio por alimentos”.

 

“La Conferencia tiene el objetivo de normalizar la ocupación”

 

La acusación de “normalización” está omnipresente. La presencia de negociantes israelíes, la consigna de la Conferencia “You can do Business In Palestine” (Usted puede hacer negocio en Palestina) y el mensaje machacón de los organizadores “el problema de los palestinos es esencialmente de carácter económico”, son otras tantas señales de que se relega a un segundo plano la cuestión de la ocupación israelí. En este sentido la normalizan, puesto que no la presentan como un obstáculo o una situación que hay que suprimir antes de cualquier otra mejora sustancial de la situación de los palestinos. Ahora bien, el fin de la ocupación sigue siendo su principal reivindicación política, junto con el derecho de retorno. Como resumió un habitante del campo de al-Azzeh, “no es con dinero como nos libraremos de los puestos de control, derribaremos el muro o volveremos a entrar en nuestras tierras”.

 

El desfase entre lo que se oye en la calle y las críticas de los “oficiales” es obvio. Aparte de una tímida declaración expresada por dos parlamentarios (Mustafa Barghouti y Khalida Jarrar, del FPLP) y por algunas ONG y asociaciones, especialmente el “Palestinian Non-Governmental Organizations Network” (PNGO), se han oído pocas protestas. Se pueden dar tres explicaciones principales para este silencio: la debilidad del movimiento sindical independiente y de la izquierda política; la adhesión de las corrientes islámicas, en el plano económico, a la agenda neoliberal; y sobre todo las fuertes presiones que se ejercieron sobre cualquiera que hubiera podido manifestar la intención de perturbar el buen desarrollo de la PIC.

 

“Desde hace una semana tengo la impresión de haber vuelto al Túnez de Ben Ali”

 

El dispositivo militar policial que se ha establecido progresivamente en los días que precedieron a la Conferencia desempeñó, obviamente, un papel disuasorio. Anteriormente he tenido la ocasión de participar en citas del movimiento altermundista y me sorprendió encontrar en Belén el clima que pude conocer en diciembre de 2000 en Niza, durante una cumbre de la Unión Europea, o en Génova en julio de 2001, durante un G8 de siniestra memoria. 3.000 hombres armados en una ciudad de menos de 30.000 habitantes no pasan inadvertidos. Inevitablemente, tampoco son más discretos los individuos que circulan en 4x4 con cristales ahumados, que prodigan a los responsables de las fuerzas palestinas de seguridad consejos en un inglés con acentos del otro lado del Atlántico, del otro lado del Canal o del otro lado del muro.

 

Pero el trabajo había comenzado antes de la llegada del grueso de los batallones de las fuerzas de seguridad, y se hizo principalmente en tres aspectos: neutralización, disuasión y cooptación.

 

Las detenciones se multiplicaron durante las últimas semanas. Desde hace diez días, más de 100 miembros y simpatizantes de Hamás, la Yihad y el FPLP han sido “neutralizados” en la zona de Belén. Los objetivos fueron los miembros de las facciones islámicas, ya que el gobierno temía una operación armada destinada a perturbar la Conferencia por razones más políticas (debilitar a la Autoridad Palestina) que económicas. Los miembros del FPLP, por su parte, están detenidos, ya que a Fayyad y sus hombres les preocupaba que la principal organización de izquierda de Belén, establecida especialmente en los campos, intentara sacar a la luz la oposición a la celebración de la Conferencia.

 

Otros tuvieron más suerte y no los detuvieron, sólo los “disuadieron” de intentar cualquier cosa. Así, un responsable de un centro cultural del campo de Dheisheh recibió la visita de miembros de la Seguridad Preventiva (nunca un nombre fue tan apropiado) que le aconsejaron “tranquilidad durante la Conferencia” e incluso le advirtieron de que estaría vigilado constantemente, hecho que ha podido comprobar durante los días siguientes. A un joven empleado del hotel Intercontinental, miembro del FPLP, también lo visito la SP y le advirtió contra cualquier intento “de crear disturbios” entre en personal del hotel. El joven, obviamente, no se mostró suficientemente dispuesto a cooperar puesto que al día siguiente recibió, como cinco colegas suyos, una llamada telefónica de la dirección del Hotel para comunicarle que estaba despedido hasta nuevo aviso.

 

Finalmente, la Autoridad Palestina intentó, con más o menos éxito, comprar la cooperación, e incluso la salida de ciertos jóvenes de la zona autónoma de Belén, especialmente los de los campos de refugiados. Así, varios centenares de chicos de 18 a 25 años, la mayoría miembros o próximos a Fatah, recibieron una propuesta de empleo remunerada con 100 dólares por 3 días (una oferta muy tentadora teniendo en cuenta que el salario medio es de unos 300 dólares mensuales), para ser «voluntarios» encargados de asegurar que la Conferencia se celebre perfectamente. La mayoría, personas sin ningún recurso, aceptaron. Y obviamente no pueden hacer nada para perturbar el buen desarrollo del evento. Con los más jóvenes, la Autoridad fue todavía más lejos. Así, a los responsables de un centro cultural del campo de al-Azzeh les ofrecieron la posibilidad de llevar a todos los jóvenes del campo de vacaciones a Jericó, con todos los gastos pagados, durante los tres días de la Conferencia. Rechazaron la oferta inmediatamente.

 

Por lo tanto se ha hecho todo lo posible para que nada eche a perder el evento, pero, ¿a qué precio? Para muchos habitantes de Belén, especialmente en los campos, la Conferencia significa un estado de sitio. Para muchos jóvenes y militantes significa una presión de una intensidad inusual por parte de los servicios de seguridad. Además nadie puede ignorar el clima de asfixia que reina en toda la ciudad desde hace varios días. La mayoría de las personas con quienes hablé adoptaron una actitud de desconfianza que nunca vi con anterioridad en los territorios palestinos: constaté que al acercarme a ellos bajaban la voz o dejaban de hablar de repente…

 

“Han puesto gente por todas partes para controlar que nadie los critique”. Esta afirmación, imposible de comprobar, que he oído en múltiples ocasiones durante las conversaciones de estos últimos días, sin embargo revela el estado de ánimo que reina entre muchos palestinos de la zona de Belén. Por eso me comprometí en las entrevistas a no dar los nombres de las personas que cito en el artículo. Entonces uno de ellos que vivió en Túnez, fue todavía más lejos: “Desde hace una semana tengo la impresión de haber regresado al Túnez de Ben Ali”

 

Decididamente las prioridades y los métodos del gobierno Mazen-Fayyad dan motivos de preocupación a la mayoría de los habitantes de los territorios palestinos. Muchos de ellos se preguntan, por otra parte, sobre este súbito y masivo despliegue de fuerzas de seguridad. Como dijo un habitante de Dheisheh, la cuestión es aún más directa: “Pero, ¿dónde están todos éstos cuando los israelíes entran en la ciudad para detener o asesinar a los resistentes? ¿A quién protegen? ¿A nosotros o a Israel?”.

 

Julien Salingue es doctor en Ciencias Políticas, profesor en la Universidad París 8 y director de cine. También es miembro de la Liga Comunista Revolucionaria francesa y militante del movimiento de solidaridad con Palestina. Como cineasta ha dirigido la película “Palestine, vivre libre ou mourir” y ha codirigido “Samidoun”.

 

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.

 

Jueves 29 de Mayo de 2008

MUSTAFÁ BARGUTI: EL PROCESO DE ANNAPOLIS ESTÁ MUERTO Y EL APARTHEID CONTINÚA

 

Fuente: Terra España

Mustafa Barguti, líder de la tercera fuerza palestina, considera que el proceso de paz de Annapolis “está clínicamente muerto” y que no es excesivo hablar de que el pueblo palestino sufre un largo “apartheid” en Cisjordania y Gaza.

 

El secretario general de la Iniciativa Nacional Palestina (Al Mubadara), que visita España invitado por el gobierno autónomo gallego y la Casa Árabe con motivo del 60 aniversario de la Nakba o “Tragedia” nacional, añade en una entrevista con Efe que “es más, Annapolis ya nació muerto”.

 

Pero precisa que el certificado del deceso de ese proceso de paz lo emitió “el presidente estadounidense, George Bush, durante su reciente intervención en el Parlamento israelí en la que expresó su apoyo incondicional a Israel”.

 

“Estados Unidos monopoliza el proceso de paz, del que se ha convertido en parte, y no se puede ser parte y mediador”, pero “hace falta valentía internacional para decirle que no puede ser así”, y por eso estamos en “una situación permanente de bloqueo”, ha afirmado.

 

Denunció que “Israel ha realizado 1.650 ataques contra Gaza y Cisjordania” después de la cumbre de Annapolis a finales de noviembre pasado, y ha convertido lo que va de 2008 en el año de mayor crecimiento de los asentamientos judíos.

 

Aunque sabe que hay gente que considera excesivo hablar de “apartheid”, lo justifica con datos: “la renta per cápita anual de un palestino es de 800 dólares, la de un israelí de 24.500 dólares”.

 

“La ración de agua al año -prosigue- es 50 metros cúbicos para un palestino. 2.400 metros cúbicos para un israelí”. Además, están las carreteras de uso exclusivo israelí.

 

En su opinión lo único que podría contribuir al fin de esa situación es “una fuerte presión internacional”.

 

Sobre la crisis en la que está implicado el primer ministro israelí, Ehud Olmert, Barguti ha manifestado que “refleja la corrupción de sistema político israelí, sin importar quién ocupe el cargo”, pues “en realidad, quienes gobiernan son los servicios secretos y el Ejército”.

 

Respecto a los dos gobiernos que rigen la vida palestina -Hamás en Gaza y la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania- Barguti vaticina que “no es imposible” un acuerdo como el de “unidad nacional” alcanzado en marzo de 2007 y roto en junio.

 

En las elecciones presidenciales de enero de 2005, que ganó el presidente Mahmud Abbás, con el 62,52 por ciento de los votos, Barguti quedó en segundo lugar, con el 19,48 por ciento.

 

Barguti se presentó como una fuerza para lograr “una Palestina independiente” y a la vez como una opción “independiente” para los palestinos que “están contra la corrupción de Al Fatah y el fundamentalismo de Hamás”.

 

Miércoles 28 de Mayo de 2008

ALGO MÁS QUE EL CARICATURISTA DE LA CAUSA PALESTINA

 

Por Sal Emergui, Diario El Mundo - España

En la caricatura se ve a un líder palestino que entra en un campo de refugiados y pregunta a un residente, pobre y descalzo: “¿Eres del grupo Hamas o de Al Fatah?”. El hombre le contesta: “¡Tengo hambre!”.

 

Es una de las más de 40.000 obras de Naji Al Ali, sin duda, el caricaturista palestino más influyente que se recuerda y añora. Un intelectual que con la misma valentía que condenaba y se rebelaba contra la ocupación israelí, atacaba a los dirigentes árabes, normalmente dibujados con una gran panza (“saben vivir bien”) y sin piernas sobre la tierra, símbolo de que “no respetan las raíces”. Un desconocido le disparó a quemarropa el 22 de julio del 87 en Londres. Tras cinco semanas en coma, falleció pero su trabajo, nombre y mensaje siguen estando presentes en la memoria palestina.

 

Sus dibujos y en especial su personaje más conocido, Handala, representan a los niños refugiados palestinos. O él a mismo, nacido en el 38 en una aldea árabe de la Galilea y que la creación de Israel en el 48 provocó su Nakba (desastre) individual y colectivo. Como otros muchos palestinos, creció en el campo de refugiados de Ein El Jilwe, en el sur del Líbano. En el 61 en una visita al campo, el escritor y portavoz del Frente Popular de Liberación de Palestina Ghassan Kanafani (posteriormente victima de un coche bomba preparado por el Mossad israelí) vio alguno de los dibujos de Naji y ese mismo año se publicaba su primera caricatura.

 

Estos días se ha celebrado en Nazaret-precisamente muy cerca de lo que fue su aldea natal- una exposición cuyo protagonismo han asumido los ácidos y sencillos dibujos de Al Ali. Layla Shjade, que ha hecho una tesis sobre su trabajo, considera que “su vida fue un microcosmo del sufrimiento del refugiado palestino, que cuando era tan solo un niño se exilió de su país y desde entonces ha sido humillado por todos, empezando por Israel. Le indignaba especialmente que los dirigentes árabes usaran el sufrimiento palestino para sus propios intereses”. Y he aquí razones que explican su tremendo éxito: reflejo de la situación e impotencia de los palestinos. Impulso de la lucha contra la ocupación israelí. No identificarse con ningún movimiento en concreto. Rabia por la posición de las dictaduras árabes y la alianza de algunas de éstas con Occidente....

 

Handala criticaba con triste ironía la riqueza de los países del Golfo y la venta de petróleo a Estados Unidos y Europa. A finales de los 70, su ira se dirigió a Egipto por firmar la paz con Israel “renunciando a la solidaridad con el pueblo palestino en beneficio de las relaciones con el presidente Jimmy Carter”. En uno de los dibujos, líderes árabes se reúnen en torno a una mesa llena de comida y bebidas mientras uno levanta la copa y exclama: “Como solidaridad hacia todos los niños de los campos de refugiados que se mueren de hambre... un brindis”.

 

En sus obras, dejaba claro que no se puede firmar un acuerdo con Israel sin el regreso de los refugiados palestinos. Su pluma tenía más valor que encuestas. Su palabra era más respetada que la de los líderes.

 

Sus duros mensajes contra la dirigencia árabe le acarreó boicots y algún que otro destierro. Al mismo tiempo recibió varios premios, el reconocimiento de sus colegas y el agradecimiento de los más desfavorecidos entre los miles de palestinos, cuya voz no es escuchada. Handala era-o sigue siendo- su ventana al mundo. El personaje de un niño de 10 años, con los resignados brazos cruzados en la espalda y los pies descalzos y en algunas ocasiones tirando piedras. “En alguna forma se adelantó a la primera Intifada ya que antes de ésta muchas paredes de los campos de refugiados recogían el dibujo de Handala tirando piedras contra soldados israelíes”, opina Layla.

 

“Quizás no es una exageración decir que tras mi muerte, seguiré viviendo a través de Handala”, confesó en Londres, ciudad en la que pintó su última protesta.

 

Miércoles 28 de Mayo de 2008

HISTORIAS BAJO EL BLOQUEO ISRAELÍ: “DIECIOCHO AÑOS DE TRABAJO DESTRUIDOS EN MENOS DE CUATRO HORAS”

 

Por Centro de Derechos Humanos Palestino (PCHR)

Traducción: Departamento de Derechos Humanos, Comité Democrático Palestino - Chile

“Ellos llegaron a las cuatro de la mañana, con dos excavadoras, y se marcharon antes de las 8 de la mañana. Soy propietario de esta granja avícola con mis tres hermanos, y hemos trabajado día y noche durante dieciocho años para construir nuestro negocio. Los israelíes destruyeron todo en menos de cuatro horas.”

 

La granja avícola de Nasser Jaber fue destruida por las fuerzas de ocupación israelíes (FIO) hace algunos días, durante las primeras horas de la mañana del 16 de mayo, mientras él se encontraba durmiendo en su casa en Rafah, al sur de la Franja de Gaza. Todavía se ve aturdido. Fatigosamente él nos dirige alrededor de las ruinas de su negocio de dieciocho años. “Esto era un proyecto de la vida para mí y mis hermanos” cuenta mientras trepamos los escombros, alambres, metales y miles de pollos podridos. “Nunca he pertenecido a ninguna facción política, y nunca he sido a la cárcel. No sé por qué ellos hicieron esto”. Los trabajadores de la granja que han comenzado a limpiar algunos escombros llevan puesto protectores. Cuarenta mil pollos muertos yacen destrozados en medio de los escombros y el hedor es repugnante.

 

Cuando sus trabajadores levantaron la alarma que la granja avícola estaba siendo destruida con una excavadora, Nasser Jaber no salió precipitadamente a la granja, pero se quedó en casa, esperando hasta que los israelíes finalmente se hubieran marchado. “Habría sido demasiado peligroso venir a la granja mientras ellos destruían todo” dice. “Esta no es la primera vez que los israelíes han estado aquí. La frontera (israelí) está a sólo dos kilómetros y medio, y ellos invaden está área cada mes. Ya habían destruido una de nuestras paredes, y luego los depósitos de agua. Pero nada como esto”. Una sección de la granja avícola, un gran granero que contiene 9,000 pollos, se libró del ataque, aunque Nasser Jaber cuenta que las aves de corral están traumatizadas, y que han colocado pocos huevos. La granja solía producir 45,000 huevos por día - ahora la producción bajó a 2,000 huevos por día, y la preocupación de Nasser Jaber es que las FIO puedan volver a terminar lo que han dejado sin destruir de su granja. Él estima que entre ellos, él y sus hermanos, ya han perdido más de un millón de dólares. “Soy un agricultor pacífico” dice. “Pero ellos destruyen nuestras casas, nuestra tierra – todo”.

 

Abedul Halim Abu Samra, Jefe de Relaciones públicas de la sucursal del Centro Palestino para los Derechos Humanos de Khan Yunis, comenta que las FIO sistemáticamente destruyen tierras agrícolas en la Franja de Gaza, sobre todo en las zonas fronterizas. “Tenemos una tierra agrícola fértil en la Franja de Gaza, pero los agricultores palestinos han sido expulsados de sus tierras en estas zonas mediante la intimidación y los ataques de este tipo. La tierra está ahora casi vacía a un kilómetro de la frontera oriental, porque es demasiado peligrosa para las personas trabajar y vivir allí.”

 

A medida que nos trasladamos hacia el Cruce de Sofá (uno de los cinco cruces fronterizos entre la Franja de Gaza e Israel) vemos a muy pocas personas, sólo a un anciano que conducía un carro y su asno. Estas zonas fronterizas rurales de la Franja de Gaza se encuentran vacías, ya que los agricultores, muchos los cuales han cultivado la tierra aquí por generaciones, ahora están demasiado asustados para vivir y trabajar sobre su propia tierra. Los límites de la Franja de Gaza, que son sólo de cuarenta kilómetros de largo y diez kilómetros de ancho, están siendo reducidos aún más por las implacables invasiones israelíes.

 

La deliberada destrucción de bienes civiles es ilegal según la legislación internacional sobre derechos humanos y derecho humanitario, incluido el Cuarto Convenio de Ginebra (artículos 33 y 53). Desde el comienzo de la segunda Intifada en septiembre de 2000, el CPDH ha documentado la destrucción deliberada de más de 40.000 donumms [1] de tierra agrícola en la Franja de Gaza. This year alone, almost 3,000 donumms of agricultural land around Rafah and Khan Yunis have been destroyed by the Israeli military (including 500 donumms in the last seven days), ruining vegetable allotments and family owned farms, and contributing to the devastating economic destruction of the Gaza strip. Sólo este año, casi 3000 donumms de las tierras agrícolas cerca de Rafah y Khan Yunis han sido destruidas por los militares israelíes (incluidos 500 donumms en los últimos siete días), arruinando las habilitaciones y hortalizas propiedad de las explotaciones familiares, y contribuyendo a la devastadora destrucción económica de La Franja de Gaza.

 

Quince kilómetros de distancia de los restos de la granja avícola de Nasser Jaber, Mohammed Hamdan Abu Daggah está de pie entre las ruinas de su fábrica de cemento, que está a cuatro kilómetros del Cruce de Sofá, y fue destruida con una excavadora por las FIO el 24 de mayo. “Comencé este negocio en el enero de 2007” nos cuenta. “Mi familia invirtió todo en esta fábrica. Hemos logrado buenos equipos de importación en virtud de una licencia, y tuvimos un montón de trabajo de clientes locales, y de las Naciones Unidas aquí en Gaza. Pero los israelíes llegaron con tres excavadoras, y ellos destruyeron todo”. La fábrica de Abu Daggah empleaba a cuarenta hombres locales, los cuales quedaron sin empleo. Como Nasser Jaber, Abu Daggah dice que él no tiene ni idea por qué su negocio fue atacado. “Nunca he estado en ningún problema y nunca he sido detenido. Ellos no tenían ninguna razón para hacer esto - pero ahora no tenemos nada más, excepto grandes deudas que no podemos permitirnos el lujo de pagar”.

 

N.deR.: 1 Donum es igual a 1000 metros cuadrados.

 

Martes 27 de Mayo de 2008

ISRAEL: LA INMORALIDAD DE UNA CELEBRACIÓN

 

Por Lidon Soriano, coordinadora brigadas a Palestina (Komite Internazionalistak y Palestinarekin Elkartasuna) / CSCAweb - Spain

Israel pretende lavar su imagen, que refleja su naturaleza colonialista y racista, por medio de actos culturales: participando en ferias de libros, organizando encuentros de escritores, montando conciertos varios. Todo ello dentro de su campaña de los 60 años de la creación del Estado de Israel

 

Israel continúa con total impunidad cometiendo crímenes de lesa humanidad. Actúa impidiendo trabajar a la agencia para los refugiados de la ONU, desoye los consejos de organismos internacionales tan poco “sospechosos de radicales” como el Banco Mundial, continua incumpliendo la legalidad internacional y la Carta y Tratados de Derechos Humanos y ninguna sanción le es aplicada.

 

Israel pretende lavar su imagen, que refleja su naturaleza colonialista y racista, por medio de actos culturales: participando en ferias de libros, organizando encuentros de escritores, montando conciertos varios. Todo ello dentro de su campaña de los 60 años de la creación del Estado de Israel.

 

No deberíamos olvidar que el proyecto sionista fue y sigue siendo un proyecto exclusivista, racista, que buscaba y sigue buscando la expropiación de las tierras de la Palestina histórica y el desahució y la expulsión de sus habitantes, independientemente de su religión, sean musulmanes, cristianos o ateos. Para el sionismo todo ‘gentil’ no tiene cabida en el estado judío. El Estado de Israel se construyó sobre la sangre y el dolor de la población Palestina hace 60 años.

 

A día de hoy el proceso de limpieza étnica continúa y no cesará hasta que las personas que creemos en la paz basada en la justicia, las personas que defendemos la solidaridad como elemento básico de las relaciones humanas nos movilicemos, denunciemos esta situación criminal y exijamos, sencillamente, el cumplimiento de la Legalidad Internacional. Para ello no hay mejor camino que la protesta en las calles y el boicot a todo acto en donde Israel esté representado como estado, bien sea a través de sus escritores, de sus películas, de sus cantantes o políticos. No debemos aceptar a los representantes de un estado que vulnera permanentemente la legalidad internacional y los Derechos Humanos, aunque aparezcan vestidos con piel de cordero.

 

Los madrileños el 2 de mayo, Agustina de Aragón, los partisanos durante la segunda guerra mundial, los palestinos en la actualidad, todos ellos no hacen sino defender su tierra, defender sus familias, defender sus vidas de una ocupación ilegal. No nos dejemos engañar por los medios de comunicación y no olvidemos quien es la victima y quien el verdugo, no olvidemos quien es el que ocupa y quien es el ocupado. No olvidemos quien resiste legítimamente y quien ataca ilegítimamente, según la legalidad internacional.

 

Las celebraciones que Israel está preparando para conmemorar el 60 aniversario de su creación son sencillamente inmorales y quien participe en ellas no debería olvidar que está celebrando el asesinato de miles de inocentes, hombres, mujeres y niños, la demolición de pueblos enteros, la expulsión de cientos de miles de personas de sus casas, de sus tierras, la destrucción de una forma de vida milenaria, en definitiva, la limpieza étnica de un pueblo....... ¿Es todo ello, ciertamente, motivo de celebración?

 

“La respuesta está en tu corazón, antes de que la pregunta esté en tu boca”

 

Martes 27 de Mayo de 2008

¡EL LLAMADO A LA INVERSIÓN ES PALESTINO,

PERO LA DECISIÓN SIGUE SIENDO ISRAELÍ!

 

Por Nadia Hasan, Palestine Think Tank / Rebelión

Los 60 años de ocupación israelí de Palestina y de otras áreas de la Nación Árabe han afectado de manera directa la vida diaria del pueblo palestino. Muros y barreras, puestos de control y bloqueos de carreteras, cercos y sitios son sólo algunos de los elementos que ejercen un efecto devastador en la economía palestina. La principal causa de la crisis económica en Palestina es el cerco: la imposición por parte del gobierno Israelí de restricciones en el movimiento de personas y mercancías a través de las fronteras y entre Cisjordania y la Franja de Gaza, territorios que se encuentran bajo control “nominal” palestino.

 

Según lo estipulado en la última Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, un total de 2,4 mil millones de dólares estadounidenses han drenado la economía de Cisjordania y la Franja de Gaza debido al bloqueo, a la gran tasa de desempleo y a la destrucción de gran parte de la infraestructura palestina llevada a cabo por tanques y helicópteros israelíes.

 

Este informe señala que el daño causado es tan extenso que resulta prácticamente irreversible, independientemente de cuándo –o en qué condiciones– se restablezca la paz. Los profundos cambios que han tenido lugar en el funcionamiento de la economía son difícilmente reparables, incluso si se produjera la estabilidad. Cerca de la mitad de la población vive con ingresos por debajo del umbral de pobreza que Naciones Unidas establece en dos dólares al día.

 

Para intentar resolver algunos de estos problemas, el jueves pasado la ciudad palestina ocupada de Belén fue el lugar elegido para una conferencia en la que participaron más de 1.200 potenciales inversores extranjeros provenientes de todas partes del mundo, quienes están dispuestos a arriesgar e invertir capital en proyectos de desarrollo que podrían ayudar a reconstruir la economía palestina, que se encuentra paralizada debido a la ocupación sionista.

 

Representantes de la Autoridad Nacional Palestina dieron la bienvenida a los invitados enfatizando que invertir en los Territorios Ocupados significa invertir en la paz y la estabilidad, no sólo en Palestina, sino que en toda la región. Los inversores esperan que la economía palestina se reactive con la creación de un mercado libre, competitivo y diversificado. Algunos de los posibles proyectos de inversión son la construcción de bloques de viviendas de precio módico en las principales ciudades de Cisjordania, así como la construcción de un centro comercial y residencial en la ciudad de Ramalá con un coste estimado en 200 millones de dólares. El principal objetivo es la apertura de nuevos mercados y fuentes de ingreso a través de la creación de nuevas oportunidades de trabajo que debieran mejorar la calidad de vida de la población palestina.

 

El primer ministro palestino señaló en una conferencia de prensa que los inversores firmaron contratos por valor de más de 1,4 mil millones de dólares para los 11 proyectos de desarrollo. Agregó que esto permitirá la creación de 35 mil puestos de trabajo, cifra muy inferior a la señalada por el ministro de Comunicaciones palestino, quien elevó el número de posibles puestos de trabajo a 50 mil. Al ser consultado por un periodista sobre cuál será la política del gobierno para ayudar a las clases populares para hacer frente a la crisis de precios del combustible y de los alimentos, (algunos países han prometido una ayuda de 7,7 millones de dólares a la AP), el primer ministro palestino respondió que la AP no está en condiciones de otorgar subsidios pero sí de controlar los precios de los bienes de consumo en el mercado.

 

A pesar del futuro optimista que tanto inversores como líderes palestinos proyectan para el futuro, hay ciertos hechos que se han de tomar en consideración. Cisjordania y la Franja de Gaza continúan bajo el control de las políticas económicas israelíes, sea cuál sea el posible acuerdo previsto entre el gobierno israelí y la Autoridad Palestina. Además la economía de los Territorios Ocupados, completamente aislados entre sí, depende de instituciones financieras internacionales, tales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que juegan un papel fundamental en el diseño no sólo de la economía palestina, sino en el contexto político que modela la vida diaria de la población.

 

Emprender cualquier clase de actividad económica dentro de los Territorios Ocupados requiere la autorización de Israel y ha de tenerse en cuenta que cualquier inversión en territorio palestino aprobada por la fuerza ocupante no debe estar en contradicción ni competir con los intereses económicos israelíes en Palestina. Incluso si los israelíes permitieran que algunas inversiones se llevasen a cabo, ¿quién se encargará de proteger estos nuevos proyectos para evitar que Israel los destruya como ya ha hecho en innumerables ocasiones, especialmente en 2002? En ese entonces fueron los propios regímenes árabes quienes financiaron la reconstrucción de las zonas palestinas destruidas por las fuerzas de ocupación israelíes.

 

De este modo, Israel mantiene el principal objetivo de sus políticas económicas para los Territorios Ocupados, que consiste en socavar cualquier crecimiento en la capacidad productiva del futuro Estado palestino y mantenerlo completamente dependiente de la ayuda internacional, que a su vez está condicionada por las decisiones políticas de los dirigentes palestinos, muchas veces contrarias a la voluntad del pueblo palestino.

 

Por ejemplo, los indicadores más relevantes de la economía palestina empezaron a descender desde el comienzo de la segunda Intifada, cuando la mayor parte de la ayuda internacional y de los países benefactores impusieron condiciones para mantener la ayuda tras el cambio acaecido en el panorama político. Después de que en 2007 Hamás se hiciera con el control de la Franja de Gaza y del subsiguiente boicot de los gobiernos occidentales a la AP, la economía palestina cayó en picado.

 

El actual sitio de la Franja de Gaza, con una población de más de 1,4 millones de habitantes, tiene un efecto catastrófico no sólo en la vida diaria de los palestinos, sino también en la economía porque supone la paralización de todas las actividades mercantiles de una zona en la que el 96% de la actividad industrial está completamente paralizada y las exportaciones prohibidas, lo que ha provocado un impacto directo negativo en la creación de nuevos puestos de trabajo para los palestinos. Esto hace que el 40% de la población palestina sometida a un régimen de ocupación dependa absolutamente de la ayuda internacional. En el mejor de los hipotéticos escenarios, en los que se puedan materializar todos los contratos, ¿quién podría garantizar que la infraestructura económica palestina pueda sostener estas nuevas inversiones?

 

Para Israel éste no es un mal panorama, todo lo contrario: la mayoría de los países y organizaciones donantes están obligadas a comprar en el mercado israelí los bienes destinados a ayuda humanitaria, ya que es precisamente el gobierno israelí el que decide qué bienes se entregan a la población palestina de la Franja de Gaza y cuáles no. Por otro lado, la AP no cuenta con ningún tipo de control para decidir qué proyectos de desarrollo pueden implementarse en las zonas bajo su jurisdicción, esto es, en Cisjordania. De este modo, lo que los países benefactores y las políticas israelíes de ocupación están logrando en realidad es financiar los conflictos internos de la población palestina, especialmente desde que la Franja de Gaza y Cisjordania, están completamente aisladas entre sí.

 

En el actual marco, cualquier inversión privada en territorio palestino no será posible y la viabilidad de la economía palestina continuará dependiendo exclusivamente de la ayuda internacional, lo que sólo amplía y fortalece la ocupación sionista de Palestina.

 

Martes 27 de Mayo de 2008

CRÓNICA DEL SESENTA ANIVERSARIO DE LA NAKBA

 

Por Julien Salingue, La Haine

Traducido del francés para La Haine por Felisa Sastre

El 15 de mayo de 2008, día del sesenta aniversario de la Nakba, Cisjordania y la franja de Gaza han sido el escenario de diversas iniciativas encaminadas a conmemorar la “Catástrofe” que supuso la expulsión de 800.000 palestinos con motivo de la fundación del Estado de Israel. Contrariamente a lo sucedido durante las ceremonias que se han desarrollado al otro lado del Muro para celebrar el sesenta aniversario de la Declaración de Independencia, aquí no había nada que festejar porque sesenta años después los refugiados siguen viviendo en campos de Cisjordania, Gaza, Jordania, Siria o Líbano. Sesenta años después, las expulsiones continúan, a través de expropiaciones derivadas de la expansión de las colonias o de la construcción del Muro. Sesenta años después se le sigue negando al pueblo palestino el derecho de autodeterminación, el derecho a tener una identidad, el derecho a tener una Historia.

 

Desde hace semanas las autoridades israelíes venían anunciando la “muy probable posibilidad” de que un atentado sangriento transformara el día de fiesta en un día negro, justificando así el hecho de apretar la tuerca sobre los territorios palestinos y asfixiarlos todavía más. Pero el atentado no se ha producido y los soldados, que habitualmente se dedican a acosar a los palestinos en cualquiera de los 550 puestos de control de Cisjordania o en sus incursiones, han desfilado y todo el mundo se ha quedado extasiado. Los jefes de Estado extranjeros, que han boicoteado “la otra” ceremonia, han expresado sus simpatías hacia el Estado de Israel, algo que todo el mundo ha agradecido. Los aviones de caza israelíes, acostumbrados a bombardear la franja de Gaza, han dibujado espectaculares trazados en el cielo entre los aplausos de todos.

 

Para los palestinos, el 15 de mayo de 2008 fue un día negro como cualquier otro. Como lo había sido el 14, y como lo fue el 16. Un día negro más. Para ser exactos, el día 21.915 desde la Nakba. 21.915, como el número de globos negros, soltados desde diversas ciudades y campos de refugiados con la esperanza de que se pudieran ver en Jerusalén y recordaran a los participantes en la fiesta que tenía lugar al otro lado del Muro que el 15 de mayo es un día de duelo para toda una nación. Que les recordaran que sesenta años antes Israel había surgido gracias a la limpieza étnica, condición matemáticamente indispensable para el establecimiento de un Estado judío en un territorio mayoritariamente poblado por árabes palestinos.

 

Al dejar Jenin a las siete de la mañana, en compañía de mujeres y niños del campo de refugiados, en un autobús alquilado por la asociación “Not to forget” [Para no olvidar], creada en recuerdo y tras los trágicos sucesos de abril de 2002 en Jenin, no sé en qué va consistir mi jornada, incluso sabiendo que estará, como la todo el mundo en los territorios palestinos, dedicada a la memoria de la Nakba. He decidido, en efecto, ir –en la medida en que las condiciones de circulación lo permitan- a varias ciudades con el fin de asistir a diversos actos organizados con motivo de la conmemoración del sesenta aniversario del inicio de la tragedia palestina.

 

Al llegar, quince horas después, a Halhul, cerca de Hebrón, no puedo evitar pensar que en esta jornada no sólo he atravesado Cisjordania de norte a sur sino también 60 años, si no más, de la Historia del pueblo palestino.

 

En Ramalá, los viejos están allí, en un terreno rebautizado como “Camp al-Awda” (Campamento del Retorno) en el que han instalado tiendas de campaña en memoria de los primeros años pasados en los campamentos de la ONU. Algunos cuentan a los más jóvenes la expulsión y el exilio. Han llevado consigo fotos de la época, la llave de su casa o los documentos de propiedad que prueban que son dueños de unas tierras, allá abajo, que les han robado. Los rostros arrugados de hombres y mujeres, marcados por 60 años de éxodo forzado, expresan al mismo tiempo desamparo y dignidad, cansancio y rebelión, extenuación y determinación. Testigos vivos de la existencia de un plan de expulsión elaborado por los dirigentes del movimiento sionista de finales de los años 40, no son el producto de fantasmas malsanos ni de pulsiones autodestructivas de perversos y masoquistas historiadores israelíes.

 

En el campo de Aida, cerca de Belén, a unos metros del Muro y al pie del imponente Portail du Retour (Puerta del Retorno), sobre la que se eleva una no menos impactante llave de 10 metros de largo, construidos ambos con motivo del sesenta aniversario de la Catástrofe, están cientos de personas, en su mayoría niños, con globos negros que pronto van a surcar el cielo de Belén y de la próxima y lejana Jerusalén.

 

Atados a los globos, carteles en los que se han escrito los nombres de las ciudades y pueblos de los que sus abuelos fueron expulsados. Pueblos arrasados posteriormente o abandonados a la ruina, como prueba de que el objetivo de las milicias sionistas no era sólo acaparar la tierra sino, y sobre todo, expulsar a sus habitantes. Atados también, hay mensajes dirigidos al resto del mundo para decir que, 60 años después, los refugiados todavía están allí y no han renunciado a sus derechos, incluso si para que los escuchen tienen que recurrir al espacio, ya que no pueden romper los muros de los guetos en los que se querría que se resignaran a vivir.

 

En el Centro Cultural Handala, en el campo de al-Azzah, situado cerca de Aida, se dan los últimos toques a los preparativos del espectáculo que se va a presentar dentro de unas horas en el marco de un festival organizado en la aldea vecina de Beit Sahur. Mientras que los más jóvenes escuchan atentamente los últimos consejos que les dan los monitores del Centro, un grupo de adolescentes ensaya una Dabka, danza tradicional palestina, en un ambiente alegre y de concentración. Las salas del Centro son muy pequeñas y los bailarines tienen dificultad para no chocar unos con otros al ejecutar sus pasos. En cuanto a los pequeños, que van representar un sainete mezcla de mimo y danza, los últimos ajustes resultan un poco difíciles, pero su paciencia y su aplicación dan testimonio de la importancia que le dan, también ellos, al acto.

 

En el autobús que nos lleva de al Azzah a Beit Sahur, los jóvenes del Centro Handala hacen fiesta: se canta, se silba, se baten palmas... El vehículo no pasa desapercibido en las calles de Belén y numerosos peatones hacen gestos de simpatía y de ánimo hacia los pasajeros del autobús. Los adolescentes del grupo de danza van vestidos con sus trajes de baile: trajes tradicionales palestinos con pantalones negros, largas camisas amarillas y pañuelos rojos en las chicas. Los más pequeños llevan camisetas negras en conmemoración del 60 aniversario de la Nakba, en cuya parte de atrás se leen cuatro números: 1948, año de la Catástrofe. Los tres primeros en blanco y el último en rojo; 194 en alusión a la Resolución de la ONU, aprobada también en 1948, en la que se ordena: “Que se permita a los refugiados que así lo deseen volver a sus hogares lo antes posible”.

 

En un aparcamiento del pueblo cristiano de Beit Sahur, se ha levantado un escenario, cubierto con un toldo negro y sobriamente adornado con banderas palestinas. Encima del tablado, una pancarta con el mensaje “la normalización de las relaciones con el ocupante se opone al derecho al retorno”. Los grupos musicales y de danza o teatrales actúan unos tras otros. Son jóvenes y es evidente que se han preparado durante mucho tiempo para la ocasión y el público está entregado. Los dos grupos del Centro Cultural Handala por su parte, realizan sus números, que se desarrollan sin incidentes y abandonan el escenario entre grandes aplausos del público. Les sigue un grupo de rap compuesto por dos chicos y una chica de la localidad vecina de Beit Jala y del campo de refugiados de Aida.

 

Aparece en escena, a continuación, el último grupo de danza: 8 muchachos y 8 chicas vestidos con espléndidos trajes tradicionales resplandecientes que van a bailar la Dabka con la que se clausurará la velada. Este grupo tiene una particularidad: son de los que se conoce aquí como palestinos del 48, habitualmente y de forma inapropiada calificados de “árabes israelíes” con el fin de negar el hecho de que ellos también son una parte esencial de la nación palestina. El millón trescientos mil palestinos del 48 son los descendientes de los 150.000 árabes palestinos que no huyeron de sus tierras cuando se produjo la gran expulsión de 1948. Tras 18 años sometidos a la ley marcial, en 1966 consiguieron la nacionalidad israelí pero desde entonces sufren discriminaciones y violencia. Se encuentran relegados a una posición de ciudadanos de segunda clase, y no pueden, por ejemplo, comprar tierras pertenecientes al Estado o a propietarios judíos. Su estatuto de infraciudadanos revela la contradicción inherente en la autodefinición de Israel “como Estado judío y democrático”.

 

Su presencia en Beit Sahur, la tarde del 15 de mayo, es simbólica por más de una razón. Han venido a testimoniar su solidaridad con los antiguos vecinos de sus abuelos y lo han hecho también, porque comparten identidad con la del resto de la nación palestina. Han venido, finalmente, a bailar una danza tradicional tan parecida que no puede distinguirse de las de los grupos que los han precedido, lo que supone la afirmación de la unidad del pueblo palestino. (Una identidad que va) más allá de las separaciones impuestas desde hace 60 años entre los palestinos del interior y los del exterior, entre los que viven en Israel y los de los territorios ocupados, entre los de Cisjordania y los de Gaza, y que encarna la indivisibilidad de la nación palestina, unida en la adversidad y en la lucha por la independencia.

 

Su admirable interpretación entusiasma al público. Mientras bailan la Dabka, se forman grupos pequeños entre los espectadores que a su vez se poner a bailar rítmicamente. Cada vez que los bailarines dan palmas, los asistentes les acompañan, cada vez con mayor fuerza. Durante 30 minutos, el pequeño aparcamiento de Sahur es el escenario de una comunión asombrosa en la que, durante la duración de la danza, la alegría de vivir y de estar reunidos ha reemplazado el recuerdo del duelo y de la separación. Los 16 adolescentes, dejan el escenario, agotados y felices, bajo las aclamaciones de una audiencia entusiasmada, para tomar rápidamente el autobús que les va a devolver al otro lado del Muro. Su actuación, rebosante de energía, entusiasmo y de sonrisas ha proporcionado, por encima de todo, su profundo sentido a este tipo de iniciativas que algunos podrían considerar más folclóricas que políticas.

 

Una nación a la que se trata de borrar su historia, identidad, incluso su existencia, tiene una relación especial con su cultura. Cuando los adolescentes palestinos vestidos con trajes tradicionales bailan una danza tradicional el día del aniversario de la Nakba, hacen algo más que rendir un homenaje a sus abuelos. Testifican que tienen una cultura, costumbres y tradiciones. Que tienen una historia pasada, presente y futura. Que son, simplemente, un pueblo. Contra las mentiras de los dirigentes del movimiento sionista que llegaron a decir que Palestina era “una tierra sin pueblo para un pueblo son tierra”. Contra las provocaciones de un antiguo primer ministro del Estado de Israel que declaró en 1948: “Los palestinos no existen”. Contra los engaños de todos los que han repetido, y repiten todavía hoy, que los no judíos no son sino intrusos en una tierra que Dios y los neoconservadores de Washington habrían decidido que fuera sólo para sus habitantes judíos.

 

Este 15 de mayo en Beit Sahur, los bailarines de la Dabka son al mismo tiempo los portavoces de la tragedia del pueblo palestino en el pasado, y de su drama actual. Son la representación de que el pueblo palestino recuerda más que nunca la Nakba y de que sus jóvenes generaciones están dispuestas a tomar el relevo en la lucha contra el olvido. Son la demostración de una verdad que algunos tratan de negar: el pueblo palestino ha existido, existe y seguirá existiendo. Sus pasos de baile están cargados de Historia y sus sonrisas de adolescentes son una señal de esperanza.

 

Este 15 de mayo en Beit Sahur, los bailarines de la Dabka lanzan un desafío al mundo, de la misma manera que antes, después de comer, sus primos de Gaza han lanzado piedras contra el ejército israelí, y sus vecinos de Aida han enviado al cielo globos negros. Afirman simplemente que son palestinos, que tienen derechos y que se niegan a someterse. Los ancianos del “Campo del Retorno” en Ramalá, pueden colocar la llave de sus casas debajo de la almohada y dormir tranquilos. El relevo está asegurado.

 

Lunes 26 de Mayo de 2008

ATRAPADOS POR EL MURO

 

Fuente: Centro Español de la UNRWA

El 15 de Abril de 2002 el gabinete israelí decidió comenzar la construcción de una “valla de seguridad” entre Cisjordania e Israel. La valla no seguiría exactamente la frontera de la Línea Verde de 1967. Algunos asentamientos israelíes se incorporarían a Israel y algunos pueblos árabes quedarían al oeste del muro. Como resultado de este muro, hasta el día de hoy se han creado cinco pueblos palestinos.

 

A trece kilómetros al norte de Tulkarm, tres pueblos están rodeados de vallas metálicas y de cemento. Baqa Sharqiya, Nazlet Issa y Nazlet Abu Nar se han convertido en un territorio, de 12 kilómetros cuadrados, aislados de otras aldeas y con sistemas económicos y sociales propios, casi como una isla dentro de Cisjordania.

 

El territorio tiene tres entradas: una puerta al sur en la carretera de Attil (al norte de Tulkarm) y una puerta al este en la carretera de Qafin (al sur de Jenin). Un Puesto de Control fronterizo al oeste de Baqa Sharqiya te lleva a Israel, pero no puede ser usado por los residentes del territorio. Recientemente han movido el Puesto de Control fronterizo y todavía no se sabe si una puerta o un muro de hormigón lo remplazarán. Las zonas residenciales de Baqa Gharbiya, en Israel, serán separadas por muros de hormigón.

 

Situados en una fértil y oscura tierra en el borde de la “Línea Verde”, hace sólo dos años los 3 pueblos compartían una intensa actividad comercial y agricultora. En cuanto la construcción del muro comenzó, se quedaron aislados por muros de hormigón, cientos de metros de cable metálico y dos puertas. En solo unos pocos meses se ha suprimido la libertad de movimiento, lo que antes era un sector económico fuerte ahora está paralizado, y la producción de vegetales ha sido sustituida por la cosecha de raíces.

 

Similares en su paisaje, en sus recursos y estructuras sociales, los tres pueblos están ahora unidos por una desgracia común que afecta su agricultura, economía, educación, sistema sanitario y su sociedad como un todo.

 

EDUCACIÓN

El ochenta por ciento de los profesores del territorio vienen de pueblos vecinos y deben cruzar los pasos fronterizos dos veces al día. Setenta y tres profesores trabajan en Baqa Sharqiya y veintitrés en Nazlet Issa. Los estudiantes que solían venir de otros pueblos han elegido otras escuelas en Qafin y Attil; lo que ha resultado una población estudiantil en el territorio de 2000 alumnos, un 20 por ciento menos que en el año pasado.

 

El Ministerio de Educación de la Autoridad Palestina facilita permisos a los profesores que deberían garantizar el paso por los Puestos de Control, pero los soldados israelíes han venido solicitando a los profesores permisos “especiales” para entrar en el territorio.

 

Muchas de las profesoras han sido protagonistas de vergonzosos cacheos por parte de soldados mujeres israelíes. En muchas ocasiones los profesores prefieren regresar a casa para no ser cacheados. La Autoridad Palestina">La Autoridad Palestina ha realizado numerosas protestas pero nada ha cambiado, el uso de perros y los cacheos ocurren todos los días en los Puestos de Control fronterizos. Uno de los profesores manifestaba: “Si quieres entrar en el territorio, la única solución es aceptar y someterte a estos cacheos”.

 

Entre Septiembre y Noviembre de 2003 se han perdido 20 escuelas. Los profesores tienen muy presente el efecto negativo que eso produce en sus estudiantes, en su rendimiento en los estudios, y psicológicamente. “Están perdiendo una fase crucial en su educación, no están concentrados y no sienten ningún tipo de motivación. ¿Como puedes pedirle a un niño que haga sus deberes cuando ni siquiera sabe si su profesor vendrá mañana a la escuela?”. La mayoría de los profesores han enseñado en Baqa Sharqiya y en Nazlet Issa por muchos años y no quieren dejar a “sus niños” sin una buena enseñanza. Uno de los profesores de la escuela para niñas de Baqa dice: “Vendremos cada día, y lo intentaremos todos los días”. Otra profesora dice que ha visto niñas del último curso llorar cuando no se les permitía a sus profesores pasar por el Puesto de Control. Los estudiantes tienen miedo que esto debilite su preparación para los exámenes finales y que suspendan si esta situación continúa.

 

Aunque estos dos territorio tienen un “plan de emergencia” para compensar la ausencia de los profesores, el alcalde de Baqa dice que el numero de voluntarios y su formación, no son suficientes para cubrir todas las materias, especialmente matemáticas, física e ingles. La Autoridad Palestina nunca ha enviado ningún tipo de ayuda, ya que consideran esta situación ilegal e inaceptable.

 

SALUD

El hospital más cercano al territorio está en Tulkarm. El Puesto de Control de Qafin está abierto 24 horas al día; es la única ruta de salida de la gente del territorio en caso de emergencia medica.

 

La espera en el paso fronterizo puede llegar a dos horas y nunca menos de una hora, dicen los residentes.

 

El hospital “La madre y el niño” en Baqa Sharqiya es usado por los tres pueblos. No tienen servicios especializados y el hospital no tiene suficiente personal ni instrumental médico. Una clínica móvil de la UNRWA entra en la región una vez por semana y atiende a unos 140 pacientes cada vez. La clínica móvil viene de Jenin y se ha encontrado con retrasos en el Puesto de Control de Qafin, pero nunca se le ha negado el paso al territorio.

 

AGRICULTURA

Abu Issam es un agricultor de Baqa Sharqiya cuya única manera de alimentar a su familia de 15 miembros es lo que produce en sus huertos y olivos. Abu Issam tiene tres campos: dos en Baqa Sharqiya y el otro en un pueblo cercano.

 

Uno de los campos de Baqa Sharqiya se ha convertido en un basurero donde se almacena toda la basura de la construcción del muro. El segundo campo fue cortado por la mitad para la construcción de una carretera prohibida del ejército israelí para patrullar la zona. Cuando construían la carretera rompieron la tubería del agua, lo que provocó que Abu perdiera el 70 por ciento de su producción. Adu Issam tiene 500 olivos. No se le permitió llevar las olivas al territorio por lo que tuvo que prensar las olivas fuera casi doblando los costes. Decidió darles trabajo a los jornaleros de Baqa Sharqiya aunque eso supusiese la pérdida de muchas horas en las colas de los Puestos de Control. Abu Issam sabía que los jornaleros dependían del salario de la cosecha de oliva para subsistir, y no podría “mirarles a los ojos” si les privara de ese dinero.

 

Abu Issam está preocupado. Necesita comenzar a trabajar sus tierras después de las primeras lluvias. Dice que si esta situación continúa en los Pasos Fronterizos deberá contratar a otra persona para trabajar su tierra, a cambio del 50 por ciento de su producción.

 

Los residentes del territorio no son los únicos perjudicados con la construcción del muro. Muchas familias que viven fuera del enclave solían trabajar la tierra a cambio de un porcentaje de las ganancias. Se cree que más de 50 familias han perdido la forma de ganarse la vida. Debido a que ningún trabajador puede acceder a su lugar de trabajo los propietarios de las tierras no pueden trabajarlas y están comenzando a perder sus huertos.

 

Los propietarios de tierras que viven fuera del enclave han tenido que solicitar a las autoridades israelíes permisos para acceder a las mismas. Un total de 849 personas han obtenido ese tipo de permiso. La mayoría de esa gente es de Qafin, al noroeste del territorio, pero también de Attil, Illar y Zeita. La validez de sus permisos varía desde los 12 días hasta los 2 meses.

 

Como resultado de esta situación, los tres pueblos, que antes enviaban la mayoría de su producción a Cisjordania e Israel, ahora se ven obligados a importar vegetales, frutas y otro tipo de alimentos básicos.

 

ECONOMÍA

Hace menos de dos años, 500 tiendas existían en las calles del territorio de los tres pueblos. Más de 20.000 trabajadores viajaban a través de Baqa Sharqiya y Nazlet Issa de camino a Israel. Dejando sus coches en la mañana y haciendo la compra por la tarde de vuelta a casa.

 

Un comerciante de Baqa dice: “Esto solía ser como un centro comercial. ¿Por qué la gente iba a comprar a otro sitio, cuando podían encontrar todo lo que necesitaban aquí?” Los clientes solían venir de Israel y de Cisjordania buscando precios baratos y la variedad de productos. Hoy solo una de cada cinco tiendas está abierta y las calles están vacías y silenciosas. De acuerdo con comerciantes locales, más del 80 por ciento de las tiendas de los tres pueblos han cerrado.

 

Los comerciantes y empresarios dicen que dependen exclusivamente de los clientes del territorio, pero el número de habitantes y su poder adquisitivo no son suficientes para mantener los negocios abiertos.

 

La situación se complica también debido a que no existe la posibilidad de traer productos de fuera del territorio. Las autoridades israelíes prohíben a los palestinos la importación a través de la Línea Verde. Los soldados no permiten el paso de camiones, y toda la mercancía es registrada. Los vehículos que no se pueden abrir para inspeccionarlos, como el caso de hormigoneras, no se les permite el paso. Otros productos, como latas de pintura, se estropean al abrirlas. Debido a que las cantidades de los productos son limitadas por los soldados, sólo para “uso en la casa”, los comerciantes deben realizar muchos viajes a Jenin y Tulkarm incrementando los costes de transporte.

 

Nazem, un empresario de Baqa Sharqiya dice: “Hemos perdido 40 años de esfuerzos. En vez de tener cientos de tiendas, docenas de fábricas, y 40 millones de dinares jordanos, tenemos una tienda por cada barrio”.

 

En Nazlet Issa, 209 tiendas han sido derruidas por el ejército israelí desde 2002 y 15 más han recibido el orden de demolición. Trozos de hormigón que se encuentran en el momento en el suelo, serán izados y crearán una valla que separará Nzlet Issa de Baqa Gharbiya (un pueblo árabe que ahora se encuentra en territorio israelí).

 

Baqa Sharqiya y Nazlet Issa tenían diversas factorías que daban trabajo a residentes de los pueblos y a gente de fuera. Había fábricas de cemento, granito, piedra, carpinterías, plástico y aluminio: en estos momentos sólo la fábrica de aluminio sigue abierta, pero no por mucho tiempo. Su dueño no es de Baqa y su permiso para entrar en la zona caducará pronto. Anteriormente esta fábrica daba trabajo a 40 personas, en este momento quedan 4 y probablemente el dueño deberá vender o alquilar la fábrica si su permiso no es renovado. Cinco fábricas textiles que daban trabajo a más de 75 mujeres han cerrado también.

 

Dejando a parte los problemas económicos que se sufren en el territorio, uno de los empresarios dice: “No debemos medir todas las cosas por las ganancias. Quedarse aquí también es ganar, porque si no, lo perderíamos todo

 

SOCIEDAD

El Muro esta afectando a la vida social y las relaciones familiares. Las comunidades rurales tradicionalmente han sido dinámicas en Cisjordania, y los matrimonios entre jóvenes de diferentes pueblos era muy frecuente.

 

Estos matrimonios entre gentes de diferentes pueblos suponían una oportunidad para viajar especialmente en las vacaciones religiosas. Hoy en día las familias de fuera de la región casi no se socializan con sus suegros porque no pueden viajar libremente. Las autoridades israelíes no dan papeles por “razones familiares”, lo que está interrumpiendo eventos familiares, e incluso la elección de esposa/o.

 

Una familia de Attil no permitió a su hija casarse con un hombre de Baqa Sharqiya, porque tenía miedo que no se les permitiese visitar a su hija. El hombre finalmente se casó con otra chica que vivía en el enclave. Bromeando, comentó: “Yo me pude casar con una chica de aquí pero, ¿que harán los otros? Dentro de poco no habrá suficientes chicos y chicas para casarse.”

 

Una vez que la valla esté completada, el territorio estará separado de Baqa Gharbiya, el pueblo árabe dentro del lado israelí. Esto supondrá problemas sociales y familiares extras, ya que 75 parejas tienen miembros tanto de Baqa Gharbiya como de Baqa Sharqiya. “¿Si estas familias no se pueden reunir con sus familiares en las vacaciones, que sentido tiene tener vacaciones?” dice el alcalde de Baqa Sharqiya.

 

Viernes 23 de Mayo de 2008

LA HISTORIA DE LA LIMPIEZA ÉTNICA EN PALESTINA

 

Por Ilan Pappé, Mundo Árabe / Rebelión

Fragmento de “La limpieza étnica de Palestina”. Autor: Ilan Pappé. Traductor: Luis A. Noriega Hederich. Editorial: Crítica. Páginas: 414

 

Los editores del diario de Ben Gurion se sorprendieron al descubrir que entre el 1 de abril y el 15 de mayo de 1948, el líder de la comunidad judía de Palestina parecía descuidar el aspecto militar de los acontecimientos.

 

En lugar de inquietarse por ello, se mostraba mucho más preocupado por la política interna sionista y estaba dedicado de lleno a cuestiones de organización como la transformación de los cuerpos de la Diáspora en organismos del nuevo Estado de Israel. Su diario, resulta evidente, no revela ninguna sensación de temor por la catástrofe inminente o el “segundo Holocausto” que con emoción proclamaba en sus apariciones públicas.

 

Entre quienes pertenecían a sus círculos íntimos, hablaba con un lenguaje diferente. Así, a comienzos de abril, presentó con orgullo a los miembros de su partido, el MAPAI, los nombres de las aldeas árabes que las tropas judías habían ocupado recientemente. Y el día 6 del mismo mes le encontramos reprendiendo a los miembros con tendencias socialistas de la ejecutiva del Histadrut que cuestionaron el acierto de atacar a los campesinos en lugar de confrontar a sus patronos. Ocasión en la que dijo a una de las principales figuras de la organización sindical: “No estoy de acuerdo con usted en que nos enfrentamos a efendis y no a campesinos: ¡nuestros enemigos son los campesinos árabes!”

 

Su diario, de hecho, contrasta radicalmente con el miedo que sembraba entre quienes le oían en reuniones públicas y, por consiguiente, con la memoria colectiva de los israelíes. Sugiere que para entonces se había dado cuenta de que Palestina ya estaba en sus manos. Con todo, tampoco estaba excesivamente confiado, y no se unió a las celebraciones del 15 de mayo de 1948, consciente de la enormidad de la tarea que tenía por delante: limpiar Palestina y asegurarse de que los árabes no pudieran obstaculizar la toma del país por parte de los judíos.

 

Al igual que la Consultoría, temía el resultado de los acontecimientos en lugares en los que existía un obvio desequilibrio entre los asentamientos judíos aislados y un potencial ejército árabe, como era el caso de ciertas zonas remotas de Galilea y el Néguev, así como de algunas partes de Jerusalén. No obstante, tanto Ben Gurion como sus colaboradores más cercanos entendían perfectamente bien que estas desventajas locales no alteraban el cuadro general: la capacidad de las fuerzas judías para tomar, incluso antes de que los británicos hubieran abandonado el país, muchas de las áreas que la Resolución de Partición de la ONU había asignado al Estado judío. En este contexto, “tomar” significaba sólo una cosa: la expulsión, masiva, de los palestinos de sus hogares, negocios y tierras, tanto en las ciudades como en las áreas rurales.

 

PODER SOBRE EL TERRENO

Ben Gurion quizá no se haya regocijado con las masas judías que bailaron en las calles el día que el Mandato británico llego oficialmente a su fin, pero sabía muy bien que las fuerzas militares judías ya habían empezado a mostrar su poder sobre el terreno. Cuando se activó el Plan Dalet, la Haganá contaba con más de 50.000 efectivos a su disposición, la mitad de los cuales habían sido entrenados por los británicos durante la Segunda Guerra Mundial. Había llegado la hora de poner en marcha el plan.

 

La estrategia sionista de construir asentamientos aislados en medio de zonas árabes densamente pobladas, aprobada retroactivamente por las autoridades del Mandato británico, se reveló una desventaja en épocas de tensión. La llegada de suministros y tropas a estos puestos remotos no siempre estaba garantizada, y una vez el país estuvo en llamas, la carretera para acceder a Jerusalén por el oeste, que pasaba por numerosas aldeas palestinas, resultó particularmente difícil de proteger, lo que creó entre la pequeña población judía de la ciudad una sensación de asedio. Los judíos de Jerusalén también eran un motivo de preocupación para los líderes sionistas por una razón diferente: éstos pertenecían en su mayoría a las comunidades ortodoxa y mizrahi (oriental), cuyas aspiraciones y compromiso con el sionismo eran bastante tenues e incluso cuestionables.

 

Por tanto, la primera zona que se eligió para poner en marcha el Plan Dalet fue la de las aldeas rurales de las laderas occidentales de las montañas de Jerusalén, a medio camino a lo largo de la carretera hacia Tel Aviv. Ésta fue la Operación Najsón, que serviría de modelo para campañas futuras: las expulsiones súbitas y masivas que empleó demostrarían ser el medio más eficaz de conservar los asentamientos judíos aislados o desbloquear las rutas amenazadas por el enemigo, como la que conducía a Jerusalén.

 

A todas las brigadas asignadas a la operación se les pidió que se prepararan para pasar a Mazav Dalet, Estado D, es decir, que se alistaran para implementar las órdenes del Plan D. “Pasaréis a Estado Dalet, para una implementación operativa del Plan Dalet”, fue lo primero que se les dijo a las unidades. Y luego, “las aldeas que vais a capturar, limpiar o destruir se decidirán consultando con vuestros asesores en asuntos árabes y los oficiales de inteligencia”.

 

A juzgar por el resultado final de esta fase, a saber, la desarrollada entre abril y mayo de 1948, el consejo de éstos fue que no se perdonara a ni una sola aldea. Mientras que el Plan Dalet oficial daba a las aldeas la opción de rendirse, las órdenes operacionales no eximían a ninguna aldea bajo ningún concepto. Con esto, el programa detallado se convirtió en la orden militar de empezar la destrucción de las aldeas. Las fechas se programaron de acuerdo con la geografía: la brigada Alexandroni, que se encargaría de asaltar la costa con sus decenas de aldeas, y que sólo dejaría detrás dos de ellas, recibió sus órdenes hacia finales de abril; las instrucciones de limpiar el oriente de Galilea llegaron al cuartel general de la brigada Golani el 6 de mayo de 1948, y al día siguiente se ordenó la limpieza de la primera aldea de su “área”, Shajara.

 

DESTRUCCIÓN DE ALDEAS

Las unidades del Palmaj recibieron sus órdenes para la Operación Najsón desde el primer día de abril de 1948. La noche anterior, la Consultoría se había reunido en la residencia de Ben Gurion para dar término a las directivas que recibirían las unidades. Sus órdenes fueron claras: “El principal objetivo de la operación es la destrucción de aldeas árabes... (y) la expulsión de los aldeanos para que se conviertan en un lastre económico para las fuerzas árabes”. La Operación Najsón también fue una novedad en otros aspectos. Fue la primera operación en la que todas las distintas organizaciones militares judías se esforzaron por actuar de forma conjunta como un único Ejército (con lo que se proporcionó una base a las futuras Fuerzas de Defensa de Israel). Y fue la primera operación en la que los veteranos judíos de Europa oriental, que dominaban el mundillo militar, se incorporaron a una campaña junto a otros grupos étnicos como los recién llegados del mundo árabe y de la Europa posterior al Holocausto. El comandante de un batallón que participó en esta operación, Uri Ben Ari, menciona en sus memorias que “mezclar a los judíos de la diáspora” era una de las metas importantes de Najsón. Ben Ari era un joven judío alemán que había llegado a Palestina pocos años antes. Su unidad realizó sus preparativos finales para Najsón en la costa del Mediterráneo, cerca de Hadera. Él se recuerda comparándose a los generales rusos que pelearon contra los nazis en la segunda guerra mundial. Los “nazis” en su caso eran un enorme número de campesinos palestinos indefensos que vivían en aldeas cercanas a la carretera que unía Jaffa con Jerusalén y los grupos paramilitares de Abd al Qadir al Husayni que habían acudido en su rescate.

 

Las unidades de Al Husayni habían estado disparando al azar contra el tráfico judío en esta ruta como represalia por ataques anteriores, y habían matado y herido a varios pasajeros. Pero los aldeanos, como ocurría por todas partes en Palestina, sólo estaban intentando continuar con su vida normal, sin conocer la imagen demonizada que Ben Ari y sus camaradas les atribuían.

 

Al cabo de unos pocos días, la mayoría de ellos serían expulsados para siempre de las casas y campos en los que ellos y sus ancestros habían vivido y trabajado durante siglos. Los grupos paramilitares palestinos a órdenes de Abd al Qadir al Husayni opusieron más resistencia de la que esperaba el batallón de Ben Ari, lo que hizo que la operación Najsón no avanzara inicialmente según lo planeado. Pese a ello, para el 9 de abril la campaña estaba terminada. (...)

 

DEIR YASSIN

La naturaleza sistemática del Plan Dalet resulta patente en el caso de Deir Yassin, una aldea pastoril y cordial que había llegado a un pacto de no agresión con la Haganá de Jerusalén, pero que estaba condenada a desaparecer por encontrarse dentro del área que el Plan Dalet ordenaba limpiar. En vista del acuerdo que había firmado con la aldea, la Haganá decidió enviar allí tropas del Irgún y de la banda de Stern y librarse así de toda responsabilidad oficial en lo ocurrido. En posteriores operaciones de limpieza de aldeas “amigas” ni siquiera se consideraría necesario emplear este ardid.

 

El 9 de abril de 1948, tropas judías ocuparon la aldea de Deir Yassin. Ésta se encontraba en una colina al oeste de Jerusalén, a 800 metros sobre el nivel del mar y cerca del barrio judío de Givat Shaul. La vieja escuela de la aldea funciona en la actualidad como un hospital psiquiátrico para el barrio judío que se extendió sobre

 

LOS RESTOS DEL POBLADO.

Al irrumpir en la aldea, los soldados judíos rociaron las casas con fuego de ametralladora, lo que mató a muchos de sus habitantes. Después de eso, se reunió a los demás aldeanos y se los asesinó a sangre fría, los cadáveres fueron maltratados y cierto número de mujeres fueron violadas antes de ser asesinadas.

 

Fahim Zaydan, que tenía doce años en esa época, recuerda cómo vio asesinar a su familia delante de sus ojos: “Nos llevaron uno detrás de otro; dispararon a un anciano y cuando una de sus hijas gritó, le dispararon a ella también. Luego llamaron a mi hermano Muhammad, y le dispararon enfrente de nosotros, y cuando mi madre, que llevaba a mi hermana Hudra en sus brazos, pues todavía estaba amamantando, se arrojó sobre él llorando, también le dispararon”.

 

Los soldados también le dispararon a Zaydan. Lo habían puesto, junto con otros niños, en fila contra una pared que rociaron con balas, “sólo para divertirse”, antes de marcharse. Tuvo suerte de sobrevivir a sus heridas. Investigaciones recientes han reducido el número aceptado de víctimas de la masacre de Deir Yassin de 170 a 93. Como es obvio, aparte de las víctimas de la masacre propiamente dicha, hubo decenas de campesinos que murieron en el combate, y que por tanto no fueron incluidos en la lista oficial de víctimas. Sin embargo, en vista de que las fuerzas judías consideraban cualquier aldea palestina como una base militar enemiga, la distinción entre las personas masacradas y las muertas “en batalla” era tenue.

 

Basta enterarse de que entre los asesinados en Deir Yassin había treinta bebés para entender por qué todo el ejercicio “cuantitativo” (no muy distinto del que los israelíes realizaron en una fecha tan cercana como abril de 2002 a propósito de la masacre de Jenin) es irrelevante. En su momento, los líderes judíos anunciaron con orgullo un elevado número de víctimas en Deir Yassin para hacer de la aldea el epicentro de la catástrofe: una advertencia a todos los palestinos de que un destino similar les aguardaba si se negaban a abandonar sus hogares y marcharse.

 

Ilan Pappé: Una figura emblemática de los nuevos historiadores

 

1. Huyendo de los nazis

Los padres de Ilan Pappé huyeron de Alemania durante la persecución nazi y se establecieron en Haifa, donde nació el historiador en 1954. En la Universidad de Haifa ha hecho su carrera académica hasta convertirse en la figura emblemática de los llamados “nuevos historiadores”.

 

2. Cuestionar la versión oficial

Los nuevos historiadores, que en su conjunto han publicado una decena de libros en los últimos años, se caracterizan por cuestionar la versión sionista de la historia y reevaluar los datos que poco a poco van saliendo de los archivos.

 

3. Ostracismo

Pappé ha pagado su osadía con el ostracismo del mundo académico israelí. Sus opiniones y trabajo académico le han ganado muchos enemigos, por lo que decidió abandonar Israel en 2007, sin que se sepa si su exilio es definitivo o temporal. En la actualidad da clases en el departamento de Historia de la Universidad británica de Exeter.

 

Viernes 23 de Mayo de 2008

LAS LLAVES DE LOS PALESTINOS, EL SÍMBOLO DE UNA LUCHA IRRENUNCIABLE

 

Fuente: Prensa de Frente (Comunicados de prensa) - Buenos Aires, Argentina

Un viaje y unas llaves. Un exilio forzado, como casi todos los exilios. Llevaron bajo el brazo recuerdos, la tristeza y la humillación de quienes son expulsados de sus hogares; y en sus manos, las llaves de aquello que quedaba en el pasado, apropiadas por nuevos habitantes: sus viviendas. Estaban acostumbrados a sufrir las colonizaciones eternas: del imperio otomano en 1519, de Gran Bretaña; pero esta ocupación parecía ser diferente.

 

Lo que se llamó históricamente la independencia de Israel en 1948 fue la Resolución 181 de la Organización de Naciones Unidas de la partición del territorio palestino en un estado árabe y otro judío. Lo que implicó, fue la destrucción de 480 aldeas, la expulsión de ochocientos mil palestinos de sus hogares y la apropiación del 78 por ciento del territorio de la Palestina histórica por parte de una minoría judía que habitaba la zona. Por su magnitud, se la llamó Al Nakba (“la catástrofe” en idioma árabe) y los palestinos, con la ilusión del regreso a sus casas, conservaron las llaves para volver, en un futuro cercano, a la tierra que los vio nacer. Quedaba ya viejo el falso slogan sionista: “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”.

 

La creación del “Hogar Nacional judío” se realizó bajo el mito del retorno a la “tierra prometida”, ubicándose en el medio de los países con mayores reservas petroleras del mundo, y en el punto de control y unión entre África, Asia y Europa. Esto se logró junto con el apoyo de la comunidad internacional, a expensas de desalojar a una población entera conformada por un millón de personas, con los campamentos de refugiados, problema aún sin solución, como fidedigno reflejo del hecho. La operación de vaciamiento continuó con la confiscación de tierras, las matanzas en aldeas como Deir Yassin (1948), Sabra y Chatila (1982) y bombardeos constantes por parte del incipiente Israel. La asfixia se prolonga en la actualidad, con la Franja de Gaza como estandarte, convertida la zona más densamente poblada del mundo, sin vegetación, y con servicios de agua una sola vez a la semana, cuando se abren las compuertas del muro.

 

Estigmatizados por luchar contra la invasión de su tierra bajo el término terroristas, con el intento de hallar los rastros de la dignidad pisados bajo borceguíes militares, para poder conservar la identidad, los palestinos mantienen su resistencia cultural mediante la nostálgica poesía y el objetivo de lograr supremacía demográfica con una numerosa descendencia. Su lucha se acompaña de revueltas callejeras llamadas Intifada o de los mártires de la desesperación. En un combate desigual de piedras contra balas de fusiles Galil y tanques blindados, Palestina intenta seguir viva frente a la comunidad internacional que la subyuga.

 

Después del Holocausto nazi, que asesinó a más de seis millones de personas, no se puede dejar de aceptar el derecho a la autodeterminación del pueblo judío, pero no sobre tierra ajena ocupada bajo fundamento religioso. Sin embargo, Israel repudia al Hamas, organización elegida democráticamente en 2006 en un proceso con veedores internacionales y es el único país Occidental sin Constitución escrita. Pretende limitar el territorio palestino segregándolo mediante un muro de “seguridad”, pero no tiene fronteras físicas delimitadas. Exige el cese de la resistencia palestina, que estaría avalada por la resolución 3070 de la ONU que dice que cualquier país colonizado puede liberarse por todos los medios posibles, incluido el de la lucha armada; pero tiene legalizada la tortura en sus cárceles israelíes. Promete ciudadanía y vivienda mediante la Ley de Retorno a cualquier persona del mundo perteneciente (nacida o convertida) al judaísmo pero no a palestinos que habitaron la tierra desde que nacieron.

 

Todas estas realidades hablan de un Estado que no quiere posibilitar la convivencia pacífica de palestinos e israelíes. De un estado que aún cree que existen las razas, de un Estado que ni siquiera pestañea ante la idea de un asesinato selectivo, de un Estado que pronuncia la oximorónica frase de “luchemos por la paz”, de un Estado racista que mantiene un enclave colonial en Palestina. De un Estado sionista que el pasado 15 de mayo cumplió 60 años en una tierra en donde, por un lado, reina el festejo del aniversario y, por el otro un recuerdo triste pero con la firme convicción del derecho al regreso por el que se lucha sin descansar jamás, aún con las llaves, firmes compañeras, aguardando en el bolsillo.

 

Viernes 23 de Mayo de 2008

EL COLONIALISMO COMO FALSIFICADOR DE LA HISTORIA:

60 AÑOS DEL RÉGIMEN COLONIAL DE ISRAEL EN PALESTINA

 

Por Susana Khalil, Analítica - Venezuela

AL NAKBA

La expulsión del pueblo palestino de su patria en 1948 a fin de proclamar la creación del Estado colonial de Israel

 

Desde Europa, se fabricó una empresa colonial para el Medio Oriente llamada Israel, en la que el 14 de mayo de 1948 la anuncian al mundo con la declaración del Estado de la religión judía.

 

Esta identidad colonial se fabrica sobre las bases de la supremacía ario-sionista europea y por lo tanto dentro de un carácter antisemita, de esencia segregacionista y de pureza racista.

 

Se fabrica sobre las bases de una infernal propagación del pánico, terror, generando un amargo espanto para así lograr que la población nativa huya de sus tierras. Se fabrica sobre las bases de las matanzas, bombardeos y masacres a una población casi desarmada donde más del 70% de la población era campesina.

 

Se fabrica sobre las bases del genocidio y la negación de la historia del pueblo nativo e igualmente sobre las bases del impedimento y ruptura a la continuidad histórica de un pueblo a seguir viviendo en su tierra originaria.

 

El colonialismo israelí se fabrica sobre la base de una ecuación donde la solución final es el exterminio del pueblo nativo semita palestino.

 

Palestina, pueblo semita del Medio Oriente, de 11 mil años de historia en la que su legado no es solo el encuentro de las tres religiones del monoteísmo. De este pueblo, nace el descubrimiento de la agricultura, descubrimiento proveniente del género femenino de la ancestral palestina matriarcal y politeísta...

 

En la aria Europa y en el seno de arios judíos azhkenasi, nace el movimiento sionista, movimiento colonial que consiste en la fabricación de un Estado exclusivo para los que profesan la religión judía. Un Estado en Palestina mediante la destrucción de dicho pueblo árabe semita del Medio Oriente.

 

• Debemos expulsar a los palestinos y tomar sus lugares (1937).

 

• Debemos utilizar el terror, el asesinato, la intimidación, la confiscación y el corte de todos los servicios sociales para deshacernos de la población palestina (1948).

 

• Debemos hacer todo lo posible para asegurarnos que los palestinos nunca regresen... (1948).

 

• Debemos expandirnos en toda Palestina... no debemos renunciar a Cisjordania... nadie puede limitar nuestras fronteras (1948).

 

David Ben Gurion. Polaco.

 

• No hay alternativa, los palestinos deben ceder la tierra para los judíos...

 

• Ningún autóctono abandona su tierra por voluntad propia, por lo tanto debemos utilizar la fuerza, expulsar a los palestinos.

 

• Nosotros los judíos gracias a Dios no tenemos nada que ver con el Medio Oriente.

 

Zeev Jabotinsky. Ruso.

 

• La expulsión de los palestinos es lo más justo, moral y correcto.

 

Shlomo Lavi. Polaco.

• No existe tal cosa llamada Palestina, nunca ha existido. 1969.

 

• ¿Cómo nos piden que nos retiremos de los Territorios Ocupados? Si allí no vive nadie. 1969.

 

Golda Meir. Ucraniana

 

• No sólo la matanza era justificada, sin ello no se hubiese construido el Estado de Israel.

 

• Los palestinos son bestias que caminan en dos patas.

 

Menachem Begin. Polaco.

 

• Nosotros debemos matar a los palestinos, a menos que ellos acepten vivir como esclavos.

 

General Shlomo Lahat. Alemán.

 

• Las masacres fueron un mal necesario, sin eso no se hubiese establecido un Estado judío.

 

Benny Morry. Historiador israelí

 

• Israel se construye a través de la mentira y la limpieza étnica del pueblo palestino.

 

Ilan Pappe. Historiador israelí.

 

Foro Itinerante de Participación Popular Hindú Anderi (Venezuela)

Fernando Pintos (Venezuela) ANMCLA. Asociación Nacional de Medios Comunitarios Libres y Alternativos. (Venezuela)

Susana Khalil (Venezuela) Asociación de Socorro al Pueblo Palestino, CANAAN

 

Jueves 22 de Mayo de 2008

LA PESADILLA DE LA OCUPACIÓN ISRAELÍ: LADRONES UNIFORMADOS

 

Por Gideon Levy, Haaretz / Rebelión

Traducido para Rebelión por LB

A eso de la medianoche los soldados israelíes rodearon su casa. Mohammed Abu Arkub, de profesión barbero, se despertó asustado cuando oyó que aporreaban su puerta y exigían a gritos que la abriera. Abu Arkub salió disparado a abrir y los soldados israelíes lo hicieron salir ordenándole que sacara inmediatamente de la casa a todos los miembros de su familia. Su esposa Lubna y sus dos hijas pequeñas dormían junto con las dos hermanas pequeñas de Lubna, que viven con ellos. Las despertó a todas y les dijo que salieran afuera. Su hermano, Rami, que vive solo en la casa contigua, también recibió órdenes de salir.

 

Noche del 19 de marzo, aldea de Wadi al-Shajneh, en las Colinas del Dur de Hebrón, al sur de la ciudad de Dura. La familia permaneció fuera durante cerca de 10 minutos, medio adormilada en medio del frío relente nocturno, y a continuación los soldados israelíes les ordenaron entrar en la cabaña de Rami. Dos soldados se apostaron junto a la puerta vigilando que la familia no saliera. Los demás soldados del destacamento entraron en casa del barbero y su esposa y comenzaron a registrarla. Abu Arkub pidió estar presente durante el registro, pero los soldados israelíes se lo impidieron. La rutina de la ocupación.

 

A los soldados les siguieron mujeres soldado con perros, mientras que la familia permanecía hacinada en la habitación de Rami. Los soldados israelíes registraron la casa durante cerca de hora y media, tras lo cual sacaron a todo el mundo al patio. Mohammed pidió que le dejaran coger algunas mantas para cubrir a sus hijas pequeñas, pero los soldados israelíes se lo impidieron. Un comandante del ejército israelí se llevó a Mohammed a un lado y lo interrogó. Buscaban armas en la casa. El barbero le dijo que en su casa no había armas.

 

“Mientes”, le dijo el oficial israelí, pero Mohammed le replicó: “Habéis registrado y no habéis encontrado nada”. Dice que el oficial israelí lo golpeó. Su familia siguió en el exterior durante otra media hora, y de nuevo los encerraron en la habitación de Rami, aunque esa vez cerraron la puerta. La cosa siguió así hasta casi las 2 de la madrugada.

 

Cuando Mohammed pensó que los soldados ya se habían ido, abrió la puerta y salió fuera. Él y su esposa se abalanzaron al interior de su casa, que se halla justo al lado de la de Rami, donde habían permanecido retenidos. Encontraron sus enseres domésticos esparcidos por el suelo. La televisión y el ordenador estaban destrozados, igual que algunos aparatos y recipientes de cocina. Lubna se precipitó hacia el cofrecito donde guardaba sus joyas de oro y los regalos que recibió de Mohammed en su boda, celebrada cuatro años antes. En todos los hogares palestinos hay un cofrecito similar. La caja estaba arrojada en el piso. La bisutería barata de Lubna estaba desparramada, pero las joyas de oro habían desaparecido. Collares y brazaletes procedentes de la boda que constituían sus más valiosas posesiones habían desaparecido. La familia buscó y rebuscó, pero no encontraron nada.

 

Mohammed aún conserva el antiguo recibo de la joyería Sharha de Hebrón: 200 gramos de oro que le costaron entonces 23 dinares jordanos por gramo. Al precio actual, unos 5.000 euros. Rami, un joven fornido que trabaja para un cantero, montó en cólera. Quiso salir y perseguir a los soldados. Mohammed trató de detenerlo, pero no lo consiguió. Rami descendió corriendo el sendero en dirección a los cuatro jeeps del ejército, que seguían estacionados en la aldea. “¡Nos habéis robado el oro!”, gritó Rami a los soldados y pronto se inició una pelea. Rami se sentó dentro del jeep y anunció que no pensaba moverse de allí hasta que los soldados israelíes devolvieran el oro a sus propietarios. Quiso llamar a la Administración Civil, pero no le dejaron. Los soldados israelíes lo sacaron a empellones del jeep y abandonaron el lugar. No lo arrestaron, como suele ser lo habitual, por el delito de atacar a los soldados. Mohammed apuntó la matrícula de uno de los jeeps: al costado tenía pintado el número 252126, y en la matrícula la cifra 4760.

 

La hija mayor se llama Yakut, que significa “piedra preciosa” en hebreo. Cuando los soldados israelíes se marcharon Mohammed telefoneó a la oficina palestina de enlace civil y pidió registrar una denuncia. Lo reenviaron a la oficina de enlace israelí. Se presentó también en la central de la organización B’Tselem en Hebrón, donde le dijeron que denunciara el hecho ante la policía de Kiryat Arba. Sobreponiéndose a su temor, el 23 de marzo se presentó en la comisaría de policía de Kiryat Arba. Llegó al cuartel policial a las 09:30, pero solo le dejaron entrar tras humillarlo con cinco horas de espera.

 

Aquel día nos encontrábamos en Hebrón y pudimos oír su desesperada voz mientras hablaba por teléfono con el investigador de B’Tselem Musa Abu Hashhash, a quien llamaba constantemente rogándole que lo ayudara a entrar en la comisaría de policía. “Quédate junto a las cámaras de la entrada para que puedan verte”, le aconsejaron. Pero no le dejaron entrar hasta las 14:30 horas.

 

El investigador de la policía Yaakov Barzani de hecho se disculpó por la espera alegando que desconocía que Mohammed estuviera esperando fuera, y procedió a poner por escrito su queja. Mohammed dice que el investigador se mostró amable y le dijo que los soldados estaban arruinando el prestigio del ejército israelí. También le dijo que él, el investigador Barzani, había participado en la confiscación de millones de shekels de las oficinas de cambistas de Hebrón –una operación de la que dimos cuenta en esta columna hace unas semanas– y que jamás tocó ninguna de las ingentes cantidades de dinero que pasaron por sus manos.

 

Finalmente, el policía Barzani entregó a Mohammed un documento: “Confirmación de registro de entrada de denuncia por el caso 116812/2000”. Todas las casillas del formulario se rellenaron con letras mayúsculas: nombre del denunciante, lugar del incidente, fecha, etc. Solo quedó sin rellenar el espacio donde debía constar el motivo de la denuncia. El formulario no recogía ni una sola palabra referente al motivo de la denuncia presentada por Mohammed Abu Arkub. Pero concluía con la siguiente observación: “Este documento no debe considerarse prueba de la veracidad de la información en él contenida.” ¿Qué información? No se escribió nada. Firmado, Distrito de Hebrón, Investigaciones.

 

Danny Poleg, portavoz del Distrito Policial de Judea y Samaria (Cisjordania, en argot israelí. N. del T.): “En el Distrito de Judea y Samaria interrogamos a los sospechosos en su lengua materna. Por consiguiente, en casos en los que existen numerosos denunciantes, el período de espera puede alargarse sensiblemente debido a nuestro empeño por proporcionar un servicio de calidad a cada denunciante. En cualquier caso, a resultas de esta denuncia, al día siguiente repasamos los procedimientos relacionados con los períodos de espera. Con respecto al formulario entregado al denunciante, está informatizado y el investigador es incapaz de añadir o borrar nada en él. Dado que la denuncia se dirige contra un soldado, el caso se remitió a la Policía Militar".

 

El barbero de Wadi al-Shajneh no es el único. En las oficinas de B’Tselem se han acumulado cerca de una docena de relatos de palestinos que denuncian el robo de oro o dinero en sus hogares en el transcurso de registros realizados por el ejército israelí, y en un caso un investigador del servicio israelí de seguridad Shin Bet, Ronen Shimoni, director de coordinación de datos de B’Tselem, envió varios de esos relatos a Haaretz: miembros de la familia Zarkat de Kafr Tapuah, miembros de la familia Rehal de Silat al-Dahr, miembros de la familia Antar de Barqin, los Dendis de Halhoul, los Demieri de Hawara, los Adaili de Beita, los Asus de Jenin, y miembros de la familia Ziadat de Bene Naim. Ellos y otros han denunciado la desaparición de joyas y dinero. En algunos casos la Policía o la Policía Militar han abierto una investigación.

 

Veamos, a modo de ejemplo, el testimonio de Sayel Ziadat, vecino de Bene Naim, también situada en las Colinas del Sur de Hebrón, acerca de lo que ocurrió en su casa el 5 de marzo, dos semanas antes del registro en la casa de Abu Arkub. Las similitudes entre ambos registros son sorprendentes:

 

“A eso de las dos de la madrugada me despertó el ruido de piedras arrojadas contra las ventanas de mi casa. Deduje que eran soldados israelíes. Pensé que si no les abría quizás se marcharan. Pero 10 minutos más tarde, después de que hubieran destrozado varias ventanas, abrí la puerta y vi a cinco o seis soldados. Me ordenaron que me levantara la camisa y me diera la vuelta, y luego me dijeron que sacara de la casa a toda mi familia. Hacía frío y les pedí que me dejaran coger mantas para arropar a mi anciana madre, pero los soldados israelíes no me lo permitieron.”

 

“Varios soldados entraron en la casa para registrarla. Pedí acompañarlos pero se negaron. Me esposaron las manos a la espalda y me vendaron los ojos. Durante cerca de dos horas registraron mi casa y la casa contigua donde vive mi hermano, y a eso de las 04:30 el oficial bajó las escaleras acompañado por dos soldados. Los tres se reían. Su risa me dio mala espina. Tenían en las manos mi teléfono celular y un álbum de fotografías. Arrojaron al piso el álbum y el teléfono. Me quitaron las esposas de plástico. Les pregunté: ’¿Por qué me habéis esposado?’. Y ellos respondieron: ’No te importa’. Les pregunté: ’¿Por qué habéis destrozado mis ventanas?’, y los soldados israelíes respondieron: ’Como se te ocurra arreglar las ventanas regresaremos para destrozártelas otra vez’.”

 

“Cuando se marcharon mi esposa se apresuró a recoger los objetos de la casa que estaban desperdigados por el suelo y fue corriendo a examinar el cofrecito de las joyas. Los 189 euros en metálico y las joyas del mohar (dote) que guardábamos allí habían desaparecido. Era todo lo que teníamos, todos nuestros ahorros. Incluso cuando yo estaba en la cárcel y mi esposa carecía de fuentes de ingreso, conservamos intacto el oro de nuestra boda”. También Ziadat denunció el robo a la policía.

 

Entramos en el dormitorio de la familia Abu Arkubs en Wadi al-Shajneh. Pesadas cortinas, una colorida alfombra que se extiende de pared a pared, urnas de cristal llenas de floreros y objetos de vidrio, una cama y mesillas de noche con acabado en laca púrpura. En el patio yacen reducidos a chatarra los restos del ordenador y la televisión. Lubna muestra el cofrecito del tesoro, con sus tiradores y espejos. La bisutería barata, que reluce desde lejos, se quedó en el cofre. Solo se llevaron, dice, el oro.

 

Jueves 22 de Mayo de 2008

PALESTINA: DOS ANIVERSARIOS, UNA SOLA NAKBA

 

Por Juan Dufflar Amel, La Estrella Palestina.org

“…Despojados de sus tierras, expulsados de su propia patria, dispersados por el mundo, perseguidos y asesinados, los heroicos palestinos constituyen un ejemplo impresionante de abnegación y patriotismo y son el símbolo vivo del crimen más grande de nuestra época…”.

Fidel Castro Ruz, Naciones Unidas (1979)

 

Tan antagónicos como las causas del sangriento conflicto que los enfrentan desde hace 60 años son los aniversarios que tanto Israel como Palestina conmemoran indistintamente en el mes de mayo.

 

Ambos tuvieron su origen en la fatídica Resolución 181 de la Asamblea General de Naciones Unidas, aprobada el 29 de noviembre de 1947, que determinó la partición de Palestina y la creación en sus territorios del Estado de Israel, y que como ninguna otra ha causado tantas muertes, destrucción, martirios y sacrificios a una población civil.

 

Injusta, ilegal y arbitraria, la tristemente célebre resolución estipuló la constitución de un estado judío en el 54 % del territorio palestino, así como la de un estado árabe en el resto –que nunca llegó a concretarse- lo cual significó el más artero golpe a la libertad e independencia de ese laborioso y pacífico pueblo de origen árabe.

 

En consecuencia con los ambiciosos planes del sionismo internacional, propiciados por el colonialismo y estimulados por varios de sus aliados imperialistas, David Ben Gurion, su primer jefe de gobierno, proclamó, el 14 de mayo de l948, la independencia de Israel.

 

Un día después, el 15 de mayo, se inició para el pueblo palestino la denominada Al Nakba, la dolorosa gran catástrofe, a la par que estalló la primera guerra árabe-israelí, de la que el estado sionista salió militarmente victorioso y con mayores ambiciones geopolíticas en toda la región del Oriente Medio.

 

Por su carácter colonialista, expansionista, ultra nacionalista y racista, el surgimiento del nuevo estado hebreo, erigido sobre las históricas tierras usurpadas a sus primigenios y legítimos habitantes, se convirtió en una de las más cruentas tragedias de nuestros tiempos.

 

El terrible holocausto conllevó la separación de sus tierras y la expulsión de sus hogares, ciudades y pueblos, del 85 % de los habitantes del territorio que se denomina Israel, y que representa el 92 % de su superficie, adquirida mediante guerras de rapiña y la masacre de la población palestina.

 

En un término de apenas 20 años, hasta la guerra de 1967, el régimen de Tel Aviv expandió sus fronteras en más de 60 mil kilómetros cuadrados, cuatro veces más de la que le concediera originalmente la Resolución 181.

 

Aun antes de Israel constituirse como estado, los dirigentes sionistas y sus organizaciones terroristas iniciaron las más sangrientas masacres para sembrar el pánico entre la población árabe y expulsarla de sus lugares de origen.

 

El 9 de abril de 1948, Menahem Beguin -que años después llegó a primer ministro israelí- al frente de la organización terrorista sionista Irgun Zvai Leumi, junto con los terroristas del grupo Stern, atacaron la aldea árabe de Deir Yassin y masacraron a casi todos sus habitantes, incluidos niños, mujeres y ancianos.

 

Posteriormente, al describir tan criminal acción el sanguinario Beguin señaló que “esa masacre no sólo era justificada, sino que de no haber triunfado en Deir Yassin, no existiría el Estado de Israel”.

 

Expulsados de sus tierras por el terror y la represión sionista, tan sólo entre 1947-1949 más de 800 mil palestinos se vieron obligados a buscar refugio en otros países.

 

La diáspora, es otro de los mayores infortunios del pueblo palestino, cuyo 70 % ha pasado a engrosar las filas de los refugiados, cifra que en la actualidad se eleva a cinco millones 200 mil personas, privadas de su identidad y cultura nacionales y a los que se les niega el derecho del retorno a su patria.

 

Junto con la constitución del Estado de Israel, han transcurridos también 60 años de incesante lucha del pueblo palestino contra la ilegal ocupación y las criminales acciones del ejército sionista.

 

El saldo macabro de esas masacres es de cientos de miles de muertos, heridos y prisioneros palestinos, mientras millones de sus refugiados no han podido regresar a sus a hogares, a pesar de lo dispuesto por la Resolución 194 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprobada el 11 de noviembre de 1948.

 

Y si Israel, aunque ensombrecido por las acusaciones de soborno que enfrenta su primer ministro, Ehud Olmert, festejó con gran boato, fuegos artificiales y la presencia de su benefactor, el presidente norteamericano George W. Bush, el aniversario 60 de la fundación de su Estado, los palestinos conmemoraron a su vez la Nakba, con la inquebrantable determinación de continuar la lucha por sus inalienables derechos.

 

Es su heroica reafirmación de lograr la expulsión de su suelo del ocupante sionista, la constitución de un estado palestino independiente y soberano, con Jerusalén Este como capital, la libertad de sus presos políticos y el retorno de sus refugiados.

 

Jueves 22 de Mayo de 2008

PALESTINOS HABLAN DE NEGOCIOS

 

Por Matías Zibell, BBC Mundo, Medio Oriente

“El mensaje es simple: se pueden hacer negocios en Palestina”. Ése es el lema de la Conferencia Palestina de Inversores, que tiene lugar a partir de este miércoles en la ciudad cisjordana de Belén. Pero la historia no es tan simple.

 

Los territorios palestinos, para empezar, no conforman un Estado.

 

Están separados geográficamente (y a partir del enfrentamiento entre Fatah y Hamas de junio pasado, también política y militarmente) y una red de controles militares obstaculiza, entre otras cosas, el transporte de bienes y mercancías.

 

“Los procedimientos de seguridad israelíes dificultan el cumplimiento de los plazos de entrega y aumentan los costos”, admiten los organizadores de la conferencia.

 

“Esto ha generado una inmensa presión en casi todas las actividades económicas palestinas, ya que la mayoría de ellas depende del transporte”, añaden.

 

Además, el control que Israel tiene de las fronteras, implica que en momentos de crisis el comercio exterior es uno de los grandes perjudicados.

 

Por ejemplo de 1999 a 2002, años de gestación e inicio de la segunda intifada, las exportaciones palestinas cayeron en un 60% y las importaciones en un 42%.

 

¿QUÉ OFRECEN?

 

“Nosotros, los palestinos, hemos invertido bajo estas condiciones, hemos dado el primer paso para alentar a los inversores internacionales a que hagan lo mismo, a pesar de las complejas condiciones políticas, porque creemos en el potencial de nuestro mercado”, le dijo a BBC Mundo el presidente de la Cámara de Comercio de Belén, Samir Hasboun.

 

A pesar de las dificultades, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) destaca que los territorios cuentan con grandes ventajas económicas, entre ellas un clima adecuado para la agricultura y una mano de obra joven (el 65% de la población palestina tiene menos de 25 años) y educada (el índice de analfabetismo es del 6,5%).

 

Otro aspecto que rescata el gobierno de Mahmoud Abbas es el vínculo entre los palestinos que viven en Gaza y Cisjordania y los más de cinco millones que viven en la diáspora, un elemento mencionado a BBC Mundo por el embajador chileno ante la ANP, José Miguel de la Cruz, presente este miércoles en Belén.

 

“Existe en Chile una importantísima colonia palestina, de grandes capacidades económicas, empresariales y creativas, y confiamos que esa gente pueda interesarse en ciertas áreas de negocios en los territorios que son bastante promisorias, como por ejemplo el turismo”.

 

En su apartado dedicado al sector turístico, los documentos de la Conferencia Palestina de Inversores señalan que “los territorios contienen más de 1.600 sitios arqueológicos” y que “Palestina es una región clave para las tres mayores religiones monoteístas y hogar de sus sitios más sagrados”.

 

Pero los mismos organizadores admiten que un incremento en el turismo está íntimamente vinculado a una mejora en la situación de seguridad (recién en 2004 este sector pudo comenzar a recuperarse del estallido de la segunda intifada) y de un futuro control de sus propias fronteras.

 

INQUIETUDES

 

Chile es el país sudamericano con mayor representación en la conferencia.

 

Cuatro empresarios de ese país asisten a los tres días de debates en Belén.

 

BBC Mundo le preguntó al embajador chileno cuáles son las principales inquietudes que traen estos hombres de negocios.

 

“La inquietud obvia reside en la necesidad de reglas claras de inversión que brinden confianza a los empresarios”, respondió De la Cruz.

 

“Justamente, las reuniones que se inician este miércoles están destinadas a eso, a explicar las condiciones legales que ofrece Palestina”, agregó.

 

GARANTÍAS

 

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Belén nos dijo que “los inversores extranjeros tienen más garantías que nosotros”.

 

“Existe un fondo del Banco Mundial para los extranjeros que inviertan aquí, además de un fondo de US$30 millones ofrecido por Japón”, explicó.

 

Hasboun indicó, además, que el principal interés de los empresarios palestinos es atraer inversiones en el sector de la construcción, seguido por el turismo y la industria liviana.

 

La falta de viviendas para los 3.800.000 palestinos que viven en los territorios (2.400.000 en Cisjordania y 1.400.000 en Gaza) es uno de los principales problemas sociales y políticos de la ANP y una gran oportunidad para constructoras extranjeras destacaron asistentes a la conferencia.

 

ISRAEL, SOCIO Y OCUPANTE

 

Actualmente, el principal socio comercial de los territorios palestinos es Israel.

 

El 72% de las exportaciones e importaciones palestinas se dirigen o provienen de ese país.

 

También existe una unión aduanera y monetaria entre ambos, regulada por el Protocolo de París firmado en 1994.

 

Los palestinos no tienen moneda propia, utilizan el shekel israelí y en menor medida el dólar estadounidense y el dinar jordano.

 

En algunos sectores, como el energético, los territorios son absolutamente dependientes de sus vecinos.

 

Sólo el 17% de la electricidad en Cisjordania y Gaza es generada por plantas locales.

 

PUNTO DE PARTIDA

 

Pero para Hasboun “la relación con Israel no es de cooperación sino de dominación”, según le dijo a BBC Mundo.

 

El presidente de la Cámara de Comercio de Belén manifestó esperanzado de que la conferencia que tiene lugar en su ciudad sea el punto de partida para cooperar con otros países y otros mercados.

 

“Acogemos a todos, europeos, estadounidenses y árabes”, dijo.

 

“No queremos ponernos a escoger, no podemos darnos el lujo de escoger”, concluyó el empresario palestino.

 

DATOS DE LOS TERRITORIOS OCUPADOS

 

- Tasa de desempleo del 21,5% en 2007. De cada trabajador dependen 5,6 personas.

 

- El salario promedio es US$20 por día en Cisjordania y US$16,2 en Gaza (en Israel es de US$33,7)

 

- Recursos naturales: Tierra cultivable, piedras para construcción y mármol en Cisjordania, reserva de gas natural en la costa de la Franja de Gaza

 

La ANP ha firmado acuerdos de libre comercio con la Unión Europea, la Asociación de Libre Comercio Europea, Estados Unidos, Canadá y Turquía.

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Fuente: Conferencia Palestina de Inversores.

 

Lunes 19 de Mayo de 2008

SESENTA AÑOS DE INDEPENDENCIA Y CATÁSTROFE

 

Por Mohammed Omer, IPS Noticias

Yousef al-Hums se sienta a contarle, a sus nietos cómo fue que hace 60 años lo expulsaron de Yebna, su aldea natal, hoy en territorio de Israel. Tiene en la mano la vieja llave de cobre de su antiguo hogar.

 

En los mismos días que en Israel y en la diáspora judía de todo el mundo se festeja la creación del estado, los palestinos recuerdan en Gaza, en Cisjordania y en las comunidades de emigrantes de todo el mundo la Nakba (“catástrofe”, en árabe).

 

Fue entonces que las milicias judías que luego constituirían el ejército del estado de Israel los desalojaron de sus hogares, los expulsaron de su tierra natal y ocuparon sus tierras.

 

Los niños y niñas palestinos no aprenden esa historia de los libros, sino de ancianos como Al-Hums. “Nosotros no podemos, pero ustedes sí van a regresar a la casa del abuelo en Llevan”, les recalca a sus hijos y a unos 50 nietos que lo rodean, con la llave en alto.

 

Pero ni la casa ni la aldea existen hoy. “Todos los días rezo para que al morir pueda ser enterrado en la tierra de Yebna. Fueron los días más felices de mi vida. Todos nos ayudábamos”, relató.

 

Al-Hums se casó en 1947 a los 15 años. Pero en mayo de 1948 todo cambió. Las milicias de Haganah, organización judía que sirvió de base para la conformación del futuro ejército israelí, irrumpió en Palestina.

 

“A las dos de la madrugada todos tuvimos que escapar, porque escuchamos que la Haganah había invadido la aldea”, recordó. Al igual que otros, huyó con su esposa a Gaza, la única vía de salida.

 

Al-Hums muestra en su mano cicatrices que atribuye a los disparos desde un helicóptero británico que apoyaba a las milicias israelíes. Casi muere en el ataque, aseguró.

 

Hoy, vive en el campamento de refugiados de Yebna en Gaza, con sus dos esposas, siete hijos y muchos nietos.

 

Al-Hums volvió dos veces a la verdadera Yebna, la primera en 1976 y la segunda en 2000. Nada quedaba de la granja que conocía. “Se llevaron y destruyeron todo”, contó.

 

Aun así, guarda la llave. Es el sostén de su historia y el mandato para que sus hijos reclamen su hogar y su patrimonio.

 

No queda casi nada que pueda respaldar la historia de uno u otro bando luego de 60 años. Apenas relatos orales cargados de sentimientos.

 

Como dijo Al-Hums, Yebna fue una de las 675 ciudades y aldeas destruidas por las fuerzas judías, sustituidas por nuevas construcciones israelíes o cubiertas de plantaciones de árboles.

 

La preparación de la expulsión de palestinos empezó antes, cuenta al-Hums a los pequeños sentados a su alrededor.

 

“Primero llegaron grupos de judíos que se hospedaron en nuestros hogares. Algunos durmieron en nuestra casa de dos pisos”, recuerda.

 

Luego vinieron las ofertas para comprar nuestras tierras a precios muy por debajo del valor de mercado. Algunos vendieron, y los que optaron por quedarse terminaron siendo expulsados a la fuerza.

 

De la noche a la mañana, familias acomodadas terminaron viviendo en campamentos de refugiados.

 

De lo que no hay dudas es de la enorme cantidad de personas que debieron abandonar sus hogares, unos 750.000, según estimaciones de organizaciones palestinas. En algunas viviendas de los campamentos de refugiados viven hoy cuatro generaciones.

 

Los palestinos que se quedaron debieron padecer discriminación, humillación y pobreza, situación que perdura hasta hoy.

 

También se mantiene la incapacidad de los países árabes para luchar por la causa palestina en el ámbito diplomático. En 1948, una fuerza árabe compuesta por Egipto, Jordania y Siria no pudo contra las milicias judías, con fuerte respaldo de Gran Bretaña y Estados Unidos.

 

Lo mismo sucede hoy.

 

Relatos como el de Al-Hums, contados una y otra vez de una familia de refugiados palestinos a otra, y de una generación a la siguiente, tienen fuerza porque ellos ven a los mismos actores en su contra día tras día.

 

Todas sus narraciones reflejan una vida feliz y llena de orgullo destruida por la brutalidad y el engaño.

 

La llave de cobre se asegura que los jóvenes no pierdan, al menos, su rabia.

 

Lunes 19 de Mayo de 2008

AL NAKBA: EL SACRIFICIO DE PALESTINA

 

Por Mauricio Amar D, La Estrella Palestina

El 15 de mayo de 1948 se erigió sobre el suelo de Palestina una bandera extranjera como símbolo del nacimiento de un nuevo Estado. Para los habitantes de Palestina aquello no fue una sorpresa, sino mas bien el producto de un proceso de inmigración planificada por el movimiento sionista y reforzada por las políticas genocidas de los gobiernos europeos respecto a los propios habitantes judíos de sus territorios. Sin embargo, la Nakba, como fue conocido ese día, fue determinante para el futuro de los palestinos que a partir de entonces no podrían definirse más como el diccionario los entiende, es decir, como “habitantes de Palestina”, sino mas bien de acuerdo a las deficientes condiciones humanitarias, a la pobreza, el crecimiento de los campamentos de refugiados, el desprecio de los propios gobiernos árabes, las organizaciones de resistencia y las innumerables batallas por dar a conocer al mundo las causas de su situación.

 

Desde la Nakba se puede trazar otra historia del Pueblo Palestino. Antes de esa fecha los sionistas no eran israelíes y parecían tener en la cabeza un proyecto descabezado, organizado con el capital internacional. Los palestinos, por su parte, confiaban en un elemento creíblemente superior: la protección de los gobiernos árabes que parecían ir camino a una verdadera consolidación política.

 

Antes de la Nakba Palestina era Palestina y los documentos de la propia Organización Sionista Mundial se referían al Yishuv como comunidad judía en Palestina. No estaba en entredicho el nombre de los habitantes del país, más allá de que estos fueran judíos, árabes o judíos-árabes.

 

Las masacres perpetradas por los terroristas del Irgun y el Stern habían hecho huir a la población de diversas aldeas que luego fueron ocupadas por los invasores, quienes muchas veces simplemente habitaron las viviendas desocupadas. La gente que huyó, y que hasta el día de hoy espera que la Legalidad Internacional haga valer su Derecho al Retorno, no llegó como un árabe más a vivir a otros países, sino que conservó la identidad que la Nakba intentó destruir. Ellos siguen siendo palestinos.

 

Podemos afirmar, luego de 59 años de la Catástrofe que existen dos procesos cualitativamente distintos respecto a la Cuestión Palestina. Por una parte, la Nakba desintegró a la población del país, destruyó la sociedad que se había forjado ahí y que cobraba importantes niveles de identificación y capacidad de instaurar un gobierno propio (cabe decir que durante el Mandato Británico los palestinos pertenecían a las denominadas Zonas A, aquellas con condiciones más favorables, desde la perspectiva del ocupante, para llevar a cabo un gobierno autónomo).

 

Pero por otro lado, la Nakba también significó un reforzamiento de la identidad palestina. Muchos jóvenes supieron que eran palestinos cuando ya eran también refugiados. El ser refugiado le imprimió al ser palestino una característica que sería reconocida internacionalmente y le permitió a este pueblo, además, acceder a la ayuda de la misma organización que había violado un año antes su soberanía y derecho de autodeterminación al partir la tierra en dos partes, por lo demás desiguales, la ONU.

 

Muy lejos de las intenciones del sionismo internacional que juró que las siguientes generaciones de palestinos no iban a saber lo que era Palestina, lo cierto es que la resistencia se organizó en torno a esos mismos ideales, es decir, hacia la negación del olvido y la inestabilidad de un Medio Oriente que no podría superar sus diversos problemas sin antes transformar la Cuestión palestina en un asunto prioritario.

 

Al Nakba, literalmente La Catástrofe, significó la expulsión inmediata de seiscientos mil palestinos. La Guerra de los Seis Días de 1967 terminó por exiliar a otros setecientos mil, quienes hoy conforman los 4,5 millones de refugiados palestinos en el mundo. Para el sionismo, la táctica de la expulsión fue la más adecuada para terminar con la identidad palestina. La asimilación de este pueblo entre la gran masa árabe sería cosa de algunos años, lo que no deja de ser un planteamiento curioso viniendo de un grupo de judíos que durante dos mil años reforzaron una identidad que incluso era más débil que la palestina, porque se basaba fundamentalmente en la transmutación del concepto de religión en el de pueblo. Los palestinos, en cambio, jamás necesitaron siquiera una identificación religiosa, siendo que un porcentaje importante de su población es de origen cristiano. Muy por el contrario, estos cristianos palestinos jugaron un rol activo en la teorización y praxis de la resistencia palestina y en la organización de un movimiento nacional que enfrentara a la ocupación. Y aunque puede parecer sorprendente, muchos judíos aparecen hoy entre las listas de los mártires palestinos porque entendían perfectamente que el sionismo sería fuente de división étnica-religiosa y no un instrumento de integración de los pueblos.

 

Con la Nakba, el sionismo consolidó un proyecto exclusivo para los judíos y dio a sus correligionarios la posibilidad de recluirse en un Ghetto gigante, pero al mismo tiempo actuando como punta de lanza de un imperialismo europeo, y luego norteamericano, en Medio Oriente. A partir de esa fecha, nunca más Palestina fue el puente que unía tres continentes, ni el paso obligado del comercio mundial. Desde la Nakba, Palestina se transformó en una cárcel para los palestinos de los Territorios Ocupados y un Ghetto para los sionistas quienes crearon una estructura de poder validada por la Comunidad Internacional, a pesar de que no ha cumplido con ninguna de las condiciones para ser parte de tal.

 

Debemos por tanto, analizar la Nakba desde sus múltiples consecuencias. No sólo implicó la destrucción de Palestina, sino también la del judaísmo como parte inherente de la propia sociedad que habían construido los palestinos. El sionismo le negó a su propio “defendido” la posibilidad de integrarse a la sociedad que decían anhelar construir. En lugar de eso, le rescribió otra sociedad construida en oposición a lo palestino, negando la identidad de su “adversario”, comiéndoselo en sacrificio con el fin de apropiarse de sus características esenciales.

 

Esto último no es un tema menor. La propia sociedad israelí, nacida de la Nakba es la oposición dialéctica de la sociedad palestina. Por eso era necesario destruir socialmente al pueblo palestino, para que sobre sus ruinas se levantara su propio hijo. El psicoanálisis tendría mucho que decir a partir de las posturas de Ben Gurion quien consideraba a los árabes como judíos convertidos al Islam, es decir sus propios padres, o de Beguin quien afirmaba se sentía más cómodo entre los propios árabes, porque ellos reproducían las viejas costumbres de los judíos, que entre los judíos europeos que habían inmigrado a Palestina. En efecto, lo que habían hecho era convertir culturalmente a los palestinos en un cordero de sacrificio a través del cuál podría nacer una nueva sociedad basada en valores superiores como la democracia y la integración, cosa que jamás ocurrió.

 

Cada mayo Israel celebra su “independencia”, el propio sacrificio de los palestinos, como reforzamiento de su identidad nacional construida a partir de la amalgama étnica y lingüística de sus inmigrantes. Pero su conquista de la tierra, el asesinato del padre y su eterna reivindicación a través de la ceremonia, en realidad han estado chocando todos estos años con una verdad que les retumba en los oídos a diario: Que los palestinos siguen existiendo, que quieren volver, que no se han rendido, que seguirán hasta el final, que están aumentando en número, que ya están acá dentro, que no desaparecieron.

 

Cuando los palestinos analizaban la Nakba hace treinta años, las principales teorías surgidas para analizar el proceso llevaban a interpretar la situación a partir de la derrota y las distintas alternativas de resistencia que servirían para reivindicar la deplorable situación palestina. Sin embargo hoy, en pleno siglo XXI, cuando ya nadie duda de la existencia del Pueblo Palestino, y sabiendo lo terrible de las condiciones en las cuales vive y en las que desarrolla su realidad (es), lo cierto es que también vale la pena hacer el análisis desde el punto de vista de la derrota del sionismo, cuyo mayor logro había sido la expulsión de un pueblo que 59 años más tarde no solamente sigue existiendo, sino que además ha convertido su Causa en un factor de inestabilidad regional y ha impedido definitivamente que el plan sionista se concretice en su totalidad.

 

Ha llegado el momento, sin duda, de que la resistencia palestina comience a tomar en cuenta la propia frustración del Estado Sionista de Israel que todos los años en mayo rinde tributo al sacrificio de un padre que aun no ha podido asesinar, porque Palestina no es sólo un niño muerto por una bala israelí, sino todos sus niños dispuestos a resistir.

 

A 60 años de la Nakba, el momento más doloroso que ha tenido que enfrentar la sociedad palestina hasta nuestros días, podemos identificar importantes procesos que han ido condicionando la conformación de identidades. Por una parte, los palestinos de Gaza y Cisjordania se han formado todos estos años separados por Israel e influidos por Egipto y Jordania respectivamente. Al mismo tiempo, estas dos poblaciones se encuentran viviendo una ocupación brutal que obliga a generar prácticas de resistencia. Los que se encuentran en el exilio tienen la bandera de lucha del Retorno (al igual que los desplazados que viven en los Territorios Ocupados) eternamente negado por el sionismo y muchos otros han construido su vida en países europeos y americanos, aportando con nuevas visiones a la Causa Palestina.

 

Ninguno de estos procesos migratorios y de construcción identitaria es excluyente. Muy por el contrario, han servido para instalar a la Cuestión Palestina en distintos ámbitos y plataformas para la acción de la resistencia. Por todo el mundo se organizan los estudiantes, las mujeres, las ONG’s, los profesionales, etc. Siempre con Palestina puesta en el horizonte. Será tal vez porque la Nakba fue la catástrofe del Pueblo Palestino, pero el momento en que ocurrió coincidió también con un nivel creciente de identificación de los pueblos del Mundo Árabe con el nacionalismo y la revolución. Sea como sea, lo que sí es indudable es la frase de Mahmoud Darwish: “Que Palestina era y sigue siendo…”

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1.-El mismo año de 1948 la ONU fundó la UNRWA, sección dedicada a atender exclusivamente las necesidades de los Refugiados de Palestina.

 

Fuente: Oficina de información Chileno-Palestina

 

Lunes 19 de Mayo de 2008

CAMINATA POR LA PALESTINA ASEDIADA

 

Por Andy Robinson, La Vanguardia - España

“Viviendas en Dolev. Llame 0523833889”, rezaba el cartel en hebreo, ilustrado con una foto chillona del precioso valle de olivos, perfumado de tomillo, e hinojo por el que acabábamos de atravesar. Para Raja Shehadeh, escritor palestino y caminante empedernido desde hace 30 años en las colinas de Ramalá, era un chiste de pésimo gusto.

 

Dolev, un conjunto de 50 o 60 chales cuyos tejados rojos y jardines de pinos se perfilaban en la cresta de la colina como una fantasía alpina, es uno de los bloques de asentamientos israelíes que rodean Ramalá como una “soga”, según el símil de Shehadeh. Ni él ni ningún palestino tendrían derecho de comprar una vivienda allí ni en los otras cientos de nuevas urbanizaciones israelíes en Cisjordania. “Siempre las construyen en las partes más altas para poder vigilar;”, dice Shehadeh abogado de profesión cuya familia pertenece a uno de los cinco clanes que fundaron Ramalá hace medio milenio. “A veces aquí en el valle se me olvida que están y me dejo llevar 15 o 20 años atrás cuando se podía caminar sin angustia”.

 

Habíamos caminado dos horas por un riachuelo ya casi seco, procurando mantenernos en tierras palestinas. “¡No subáis mas adelante porque hay colonos!”, advirtió un campesino que cosechaba paja mientras sus dos hijos bajaban con un rebaño de cabras. Más que las excursiones de reivindicación de la tierra que han impulsado movimientos de protesta en otros países, las caminatas de Shehadeh se han convertido en una despedida trágica. Una mujer que recogía salvia nos saludó tímidamente; una gacela pasó como si en huida permanente; y una tortuga se escondió en su cáscara cuando nos acercamos. “¡Mirad!”, dijo nuestro fotógrafo, Bassam que había encontrado un cangrejo de río que se agarraba a un rincón húmedo ante el acoso de la sequedad. “Es un superviviente; pero no durará mucho”, dijo.

 

Exactamente 60 años después de la fundación del estado de Israel y de la expulsión de los primeros 700.000 palestinos, entre ellos los padres de Shehadeh –afincados entonces en Jaffa en la costa-, la última fase de la colonización de Palestina es de acoso y asedio. Según estimaciones conservadoras del Banco Mundial, el 40% de Cisjordania “ha sido confiscado para construir asentamientos o enclaves militares”.

 

Jericó, Nablús, Belén y otras poblaciones palestinas ya son ciudades cárceles asfixiadas detrás de muros israelíes. Una barrera de hormigón se extiende por 720 kilómetros con graffitis de desesperanza como el que pide teclear: “Ctrl, Alt Del”. El corto trayecto desde Ramalá a Jerusalén se ha convertido en un calvario de controles o peor: “No tengo permiso para ver a mis familiares en Jerusalén”, dijo Desfina Ackall que tenia 28 años cuando los primeros refugiados llegaron a Ramalá desde la costa. Ahora alrededor de medio millón de colonos israelíes –algunos judíos fundamentalistas cumpliendo una misión de Dios; otros aprovechando una vivienda subvencionada cerca del suelo carísimo de Tel Aviv- viven ilegalmente en territorios palestinos.

 

Shehadeh, abogado de profesión cuyo nuevo libro Caminatas palestinas acaba de ganar el premio Orwell en el Reino Unido, dedicó décadas de su vida a la lucha imposible por los derechos de propiedad de los palestinos. Pero siempre se estrellaba contra la misma pared jurídica. Desde 1948, un palestino, según la ley israelí, solo tiene derecho de la propiedad en la que reside (a veces ni esa); tierras en campos como los por los que caminábamos son del estado israelí ya se reparten según derechos de propiedad sacados de la mitología bíblica; Israelitas expulsados hace 3.000 años, representados por “individuos judíos estén donde estén”, se lamenta Shehadeh.

 

Llegan desde Estados Unidos, por ejemplo, atraídos por folletos como el que se repartía hace unos años en Brooklyn (barrio de Nueva York) que describía viviendas con vistas a “un precioso paisaje de olivos”. Uno de los principales financieros de la colonización ilegal es Irving Moskovitz, empresario de bingo de residencia en Estados Unidos. No era casualidad que al llamar el teléfono en el cartel de Dolev –como el lector puede comprobar- el inglés del “inmobiliario” tenia deje estadounidense.

 

Los abogados israelíes utilizaban recursos ingeniosos para demostrar qué fincas palestinas habían sido abandonadas. A mitad de caminata, Shehadeh se agacha para enseñarme uno de los espinosos arbustos de cardos llamados Natsh en árabe, que crecen descontroladamente por el valle. Los abogados israelíes citaban la presencia de natsh en las fincas palestinas como prueba de que éstas estaban abandonadas y por tanto, colonizables. “Natsh era la única palabra de árabe que conocían”, dice. “Dos terceras partes de mis casos se quedaron sin resolverse mientras los asentamientos avanzaban”, dice.

 

Resultó imposible no pisar terreno prohibido, concretamente uno de los nuevos viñedos industrializados que se extienden en grandes parcelas ya israelíes. “Esto es donde hay peligro”, dijo Sehadeh. Los colonos suelen ir armados y han matado a decenas de palestinos a lo largo de los años. “Ni habría investigación sobre tu muerte a no ser que tus familiares sean ricos e insistentes”, ironizó Shehadeh.

 

Llegamos a la carretera, -de uso exclusivo para los colonos israelíes-, adornada con banderas, algunas de estrellas de David y otras con un perro rojo aullando, emblema de esta división del movimiento de colonos. Esta carretera comunica Dolev con el bloque asentamiento de Talmon al otro lado del valle, alcanzables ya en cuestión de minutos. Luego, sigue hasta los asentamientos urbanos y parques industriales en Moddin donde se encuentra la última parada de la estrategia de la Gran Israel, un centro de detenciones gris con torre de vigilancia. Ya son 1.661 kilómetros de carreteras prohibidas para la gran mayoría de palestinos –según el Banco Mundial- que enlazan la red de asentamientos como si un país nuevo se hubiese sobreimpuesto al viejo con sus casi 600 controles militares de carretera.

 

Mientras contemplábamos estos hechos consumados, un colono barbudo paró en su todo terreno, bajó la ventanilla, y exclamó “¡Aha!”. Minutos después llegó un camión de la Fuerza de Defensa Israelí (IDF). Pero ya estábamos trepando por la maleza de una cuesta casi vertical, hasta la vieja carretera palestina, 100 metros más arriba. Estaba cortada con bloques de hormigón de metro y medio de alto, convirtiendo un trayecto de menos de diez minutos entre Deir Ibzei y El Janieh -los dos pueblos palestinos del valle-, en un viaje de una hora. “Una vez la gente del pueblo se lanzaron a la calle y levantaron los bloques”, dice Shedadeh. “Pero llegó el IDF con balas de goma y gas lacrimógeno y los volvieron poner”.

 

Lunes 19 de Mayo de 2008

UNA LLAVE Y VIEJOS PAPELES, SÍMBOLOS DE LA ESPERANZA PALESTINA

 

Fuente: Agencia Prensa Latina

Una llave y viejos papeles amarillos que durante años pasaron de mano en mano es hoy el símbolo de esperanza de los refugiados palestinos y el sueño de retorno a la tierra arrebatada por Israel.

 

Miles de casas destruidas, poblados arrasados, propiedades y vidas humanas perdidas dejaron tras sí los más de 700 mil palestinos que, forzados por el terror, abandonaron la patria el 15 de mayo de 1948.

 

“En 1948 confluyeron el momento más perverso y el más glorioso”, afirmó en una lapidaria frase el historiador israelí Ilán Pappe para definir aquel momento.

 

A pocas horas de su nacimiento, el incipiente estado sionista mostró al mundo sus garras e inició una encarnizada guerra con el costo de miles de vidas humanas, que convirtió a los palestinos en un pueblo de refugiados, marcados por una identidad de desposeídos.

 

El naciente estado usurpó en 1948 el 78 por ciento del territorio de la Palestina histórica y ocupó el 22 restante en 1967, cuando invadió Cisjordania, la Franja de Gaza, las Alturas del Golán sirias y el Sinaí, en Egipto.

 

Al menos 400 poblados fueron arrasados y cerca de 13 mil palestinos fueron asesinados en ese entonces para sembrar el terror y forzar al exilio a más de 750 mil personas, según fuentes oficiales.

 

Tan sólo entre 1946 y 1949, 914 mil personas se convierten en refugiados, de acuerdo con cifras de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

 

En la Guerra de los Seis Días de 1967, 350 mil palestinos fueron forzados a salir de Cisjordania, gran parte de ellos convertidos en refugiados por segunda vez, pues ya habían sido expulsados en 1948, según UNRWA.

 

Después de 60 años, alrededor de 4,5 millones de palestinos, el 60 por ciento de su población total, viven como refugiados o desplazados en más de 15 países, dice la fuente.

 

Dos millones radican en Cisjordania, rodeados de extremas medidas de seguridad y más de 500 puntos de control, separados por el llamado muro de segregación y sometidos a humillantes y denigrantes registros por los soldados israelíes.

 

Un millón y medio mal viven en la Franja de Gaza, convertida hoy en un campo de concentración, donde la escasez de agua, energía eléctrica y el combustible, cortados por Israel, llevaron al colapso de la economía y los servicios.

 

Mientras, cada madrugada es un infierno de metralla y bombas lanzadas por el ejército israelí en sus consuetudinarias incursiones militares, donde mueren semanalmente decenas de personas, en su mayoría mujeres y niños.

 

Más de 11 mil personas, entre ellos más de 350 niños, se encuentran en cárceles israelíes, la mayoría sin ser sometidos a juicio, y los principales líderes políticos de la resistencia son asesinados.

 

Luego de seis décadas la política de Israel, apoyada por Estados Unidos y sus aliados convirtió al pueblo palestino en lo que siempre promulgó el sionismo en una “tierra sin pueblo, para un pueblo sin tierra”.

 

En tanto, en cualquier rincón del mundo miles de refugiados guardan celosamente una vieja propiedad y cuelgan tras su puerta la llave del hogar que un día tuvieron, mientras cuentan a sus hijos y nietos las historias de una bella tierra sembrada de olivos a la que un día esperan regresar.

 

Jueves 15 de Mayo de 2008

HOY EL HOLOCAUSTO ESTÁ EN GAZA

 

Por Miguel San Miguel Valduérteles, CSCAweb - España

Este mes de mayo las autoridades judías conmemoran el 60 aniversario de la creación del estado de Israel: fastos, conciertos y toda la parafernalia al uso; tampoco van a faltar las visitas obligadas de legaciones al más alto nivel. Y en consonancia muchos de los medios se hacen eco de tales efemérides y, para no ensombrecer la fiesta, ponen sordina a esa catástrofe que es Palestina y sobre todo a ese holocausto que es Gaza.

 

Son momentos para preguntarse si los hombres de bien tienen algo que celebrar. Porque el estado de Israel, desde su origen, está ligado a la barbarie. ¿Qué otro calificativo merecen los asesinatos cotidianos, masivos y selectivos, los millones de refugiados, el apartheid, la limpieza étnica, la rapiña, los atentados permanentes contra los derechos humanos, las humillaciones, el incumplimiento de la legislación internacional?

 

Otros en cambio conmemoraremos la Nakba, esto es “el desastre”, porque en 1948, cuando se creó el estado de Israel, asesinaron a 13.000 palestinos, para sembrar el terror y así forzar el exilio de 750.000, arrasar 400 pueblos y quedarse con sus tierras y viviendas. Y de paso reclamamos su derecho a un estado viable y a vivir con dignidad.

 

Las cifras de la ONRWA son elocuentes: 914.000 refugiados entre 1946 y 1949.

 

El historiador judío Ilan Pappe, expulsado de la Universidad y también forzado al exilio por los sionistas, afirma que “en Palestina se produce una Nakba continua”.

 

De los 10 millones de palestinos, el 60% son refugiados y la mayoría malvive en campamentos a expensas de la caridad internacional, en condiciones infames, sobre todo en Líbano, donde además miles de ellos fueron degollados bajo la supervisión de Ariel Sharon. Dos millones viven en Cisjordania en régimen de apartheid; 1 y ½ millón en Gaza, una cárcel donde se muere de disparos, hambre y enfermedades

 

Israel niega a los palestinos el derecho a la vida. Con la construcción de los asentamientos, del muro, de vías de comunicación, exclusivas para judíos, les van arrebatando más y más tierras. Así, de la Palestina histórica, su tierra, sólo les resta el 11%; les han quitado el 75 % del agua y les han arrancado cientos de miles de olivos.

 

Sin ningún reparo la ministra de exteriores israelí Tzipi Livni comunicó a su interlocutor palestino Ahmed Qureia “ocurra lo que ocurra, Israel se quedará con el valle del Jordán, Jerusalén y amplias zonas de Cisjordania.”. Una rapiña que ya ni se molestan en ocultar.

 

Con la construcción del muro y los cientos de chef points están desarticulando la sociedad palestina y hacen imposible las actividades económicas y los servicios educativos y sanitarios.

 

Han convertido Palestina en una inmensa prisión. Hay 11.000 presos políticos, entre ellos el 40% del parlamento palestino, incluido su presidente; aunque mejor dicho toda Palestina es una cárcel, especialmente Gaza, donde en 250 Km. sobreviven al hambre y a las enfermedades 1 y ½ millón de personas que apenas reciben agua, electricidad, alimentos y medicinas, que cuando llegan están caducadas.

 

Sin ningún recato decía uno de los ministros israelíes. “A los palestinos les espera el holocausto”. Una afirmación que espanta, pues deja a las claras la voluntad de utilizar con los palestinos las prácticas nazis. Han tenido buenos maestros.

 

Para justificar la creación del estado y la ocupación han construido una gran mentira. El historiador judío, Ilan Pappe, desenmascara esa frase tan repetida por el sionismo: “Un pueblo sin tierra para una tierra sin pueblo”.

 

Desde luego hay obviedades que no merecen discusión. ¿Acaso antes de la creación del estado sionista no había en Palestina decenas de ciudades como Jerusalén, Haifa, Jericó, Ramalla, Belén, etc.? ¿De donde han salido los millones de refugiados, de la nada?


Y de paso que destruyen Palestina se están destruyendo moralmente a si mismos: Han conformado una sociedad en que la violencia forma parte de su modo de vida. Hace unos días aparecían en un periódico de tirada nacional las declaraciones de Yoram Kaniuk, miembro del Palmaj, unidad de élite, del ejército israelí: “Tenía 17 años y maté a personas antes de haber besado a una chica”. ¡Algo que espeluznar!

 

El estado de Israel, instalado en la impunidad, explota el victimismo histórico del Holocausto, para proseguir con su política expansionista y agresiva. Es un estado que se ha convertido en una pesadilla para el mundo. Un estado que además incumple por sistema las resoluciones de la UNU y la legislación internacional. Me voy a limitar a citar: la resolución 194 en el año 48 que le exige el retorno de los refugiados y su derecho a ser indemnizados, la 242 que también exige la retirada israelí de los territorios ocupados, y el auto del 9 de junio del 2004 por el que el Tribunal internacional de Justicia de Justicia de la Haya declara ilegal el muro.

 

La pregunta del millón es: ¿se iba a consentir esto a otros países? Seguro que, en tal caso, el desembarco de tropas americanas sería inmediato. Está claro que muchos estados, lavan su mala conciencia por el holocausto, llegando hasta la tolerancia infinita.

 

De seguir instalados en esa impunidad, la liquidación del pueblo palestino es cuestión de tiempo. Por eso, señores que gobiernan ¿tienen acaso algo que celebrar, mejor dicho que concelebrar?

 

Desde el Comité de Solidaridad Con la causa Árabe pensamos que la obligación de los estados, que dicen respetar los derechos humanos es obligar al estado de Israel a cumplir y respetar la legislación internacional, los derechos humanos y por lo tanto que eliminen los tratos de favor, como los acuerdos comerciales y preferenciales, con una potencia que desde hace tiempo está poniendo en peligro la paz mundial, con sus permanentes provocaciones, sus intervenciones bélicas y con su arsenal nuclear.

 

Y para concluir, quiero recordar a esos historiadores, que acudirán a Jerusalén “en visita oficial” al museo del Holocausto, un museo levantado sobre tierras usurpadas a los palestinos y si quieren honrar a los judíos y demás víctimas del holocausto acudan a Mauthausen, a Auschwitz, a Buchenwal; pero que si su deseo es ver el holocausto del siglo XXI vayan a Gaza donde la gente muere por los bombardeos, el hambre y la desesperación. Pero no se preocupen que la única democracia de Oriente Medio no se lo va a permitir.

 

* Miguel A. San Miguel Valduérteles del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe

 

Jueves 15 de Mayo de 2008

HISTORIA DE UNA HUIDA

 

Por Mónica G. Prieto, Diario El Mundo - España

Leila Jaled comenzó a militar en el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) desde el exilio, siendo una adolescente, impulsada por la frustración de la ocupación y sus propios recuerdos de la “Nakba”, la “catástrofe” con la que los árabes señalan la creación del Estado de Israel en Palestina.

 

Para explicarlo, la memoria de Laila se remonta a abril de 1948, cuando, con 4 años, escapó con su madre y hermanos de su ciudad natal, Haifa.

 

¿Cuándo toman la decisión de marcharse de Haifa?

 

“Había duros enfrentamientos en nuestra calle y solíamos escondernos bajo las escaleras. Éramos ocho hermanos y nuestro padre combatía, así que pasábamos el tiempo corriendo hacia las escaleras con nuestra madre. Un día decidió que nos teníamos que marchar al Líbano, ya que ella era libanesa y tenía familia allí. Pero, cuando íbamos a salir, yo no aparecía. Me había escondido tras una enorme cesta de dátiles en la cocina, y me negaba a salir alegando que si me iba se la llevarían los judíos. Aquello nos retrasó, y cuando salimos por la puerta vimos cómo el coche que debía llevarnos era alcanzado por una bomba. Los vecinos pensaron que yo había salvado a mi familia”.

 

“Días después, los combates eran tan duros que yo era la primera que quería irme. Mi madre aceptó la idea. Cogí leche en polvo para mi hermana pequeña, que sólo tenía 40 días, y nos metimos en un coche hasta el sur del Líbano. Mi madre lloró todo el viaje. Cuando llegamos a la casa de mi tío, éste tenía naranjos en el patio. Los niños tratamos de coger naranjas, pero mi madre nos golpeó en la mano: ’No las toquéis porque no son vuestras. Las vuestras están en Haifa. No lo olvidéis nunca’. Desde entonces odié las naranjas”.

 

Su madre pensó que volverían en un año, como el resto de los palestinos que huyeron de la guerra, sin sospechar que era un viaje sin retorno. “Los británicos nos animaban a marcharnos diciendo que cuando acabaran los combates podríamos volver”.

 

Así que se fueron casi con lo puesto. Leila no ha podido volver jamás a Haifa pese a que, admite, es “su mayor sueño”. Ni siquiera sabe si su casa sigue en pie, aunque las últimas noticias, de hace cuatro años, era que permanecía entera y deshabitada.

 

Su padre se reunió con ellos años después, tras un periplo de combates por varios puntos de Palestina y ser arrestado y encarcelado en Gaza. Para entonces, la joven Leila sólo pensaba en emularle.

 

“Debemos tomar el ejemplo sudafricano para alcanzar la paz”

 

En los últimos 60 años, desde la “Nakba”, Leila sólo ha pisado Israel en 1996, tras ser elegida parlamentaria en las elecciones palestinas. No pudo visitar Haifa ni tampoco Jerusalén, pero sí Gaza y Ramalá.

 

¿Cuáles son los principales errores palestinos en estos 60 años?

 

“Tras la ’Nakba’, los palestinos confiaron en que los árabes lograrían la liberación de Palestina. Tras la guerra de 1967, se dieron cuenta de que debían tomar la causa en sus manos. Otro error, enorme error, fue (el proceso de) Oslo, porque desvió el camino de la lucha. El último gran error es la actual división entre Fatah y Hamas: ambas partes, todos nosotros seguimos estando ocupados. Ni Abu Mazen ni los dirigentes de Hamas pueden moverse sin permiso israelí. Por eso, en el FPLP concentramos todos nuestros esfuerzos en lograr el diálogo entre Fatah y Hamas, la división está en contra de los intereses palestinos”.

 

Leila Khaled no considera que los ataques suicidas, que tanto han empañado la imagen de la resistencia palestina, formen parte de esos errores.

 

“No creo que sea una estrategia a seguir, pero no los condeno. En el FPLP no solemos usar estas tácticas, sólo lo hemos hecho en dos ocasiones, pero la pregunta es por qué una persona llega a hacer algo así. Las medidas de Israel contra los palestinos han sido tan radicales que han logrado que, para nosotros, la distancia entre la vida y la muerte sea casi cero. De ahí que algunos usen sus cuerpos como armas contra los ocupantes”.

 

La dirigente del FPLP considera que el “comportamiento de la gente bajo la ocupación es imprevisible”, de ahí que espera un nuevo giro en los territorios palestinos, donde la miseria provocada por el cerco, especialmente en Gaza, ha llegado a límites insostenibles, aunque no se atreve a aventurar qué forma adoptará esta eventual y nueva fase del conflicto.

 

¿Cree en una paz entre israelíes y palestinos?

 

“Sí, claro. Creo que si Israel deja de ser un estado sionista la paz es aplicable. Pero cuando hablamos de un Estado palestino hablamos de un paso hacia la solución del problema, porque la clave es el regreso de los refugiados. Nuestra lucha es por la tierra y por la gente. Mientras los palestinos no vuelvan, como dicta la resolución de la ONU 194, que obliga a Israel a aceptar el retorno y a devolver las propiedades a los palestinos, el conflicto continuará y eso seguirá afectando al mundo entero”.

 

Su deseo es la instauración de un estado democrático donde los refugiados regresen, y palestinos e israelíes convivan en igualdad de condiciones.

 

“Que nos dejen regresar y entonces discutiremos juntos, podemos llegar a una solución democrática y humana que ponga fin a este conflicto. Si no tomamos en consideración a ambas partes en conflicto no habrá solución. Debemos tomar el ejemplo sudafricano para lograr la paz”.

 

Jueves 15 de Mayo de 2008

SESENTA AÑOS DE EXILIO Y AUSENCIA

 

Por Elías Sanbar, Diario El País - España

La gran pregunta es si los israelíes sabrán aprovechar el aniversario de su Estado para buscar una reconciliación con el pueblo palestino que sólo es posible si se acepta el derecho al retorno de los expulsados en 1948.

 

Tuvimos el cuadragésimo y el quincuagésimo, y ahora llega el sexagésimo. Me refiero, claro está, a los aniversarios decenales del “milagro” israelí que, como todo el mundo sabe, hizo florecer el desierto a base de repoblar una tierra vacía y a golpes de experiencias colectivistas y de vanguardia, llevadas a cabo en kibbutz cuyos miembros eran campesinos de día y, por las noches, interpretaban a Schubert o Mozart; en resumen, un milagro consistente en un Estado rodeado por un océano de odio árabe.

 

Los palestinos ya renunciaron en 1988 a tener un Estado en todo el territorio de su patria

 

Ningún derecho se aplica absolutamente. Si Israel reconoce el del retorno, puede pactar su aplicación

 

Este discurso, esta yuxtaposición de tópicos, ha servido durante décadas para que los israelíes se otorgaran legitimidad a sí mismos. Son argumentos que, desbaratados por los historiadores palestinos, en un principio, por los propios historiadores israelíes después, y por la aparición y reafirmación del hecho nacional palestino, ya no utilizan prácticamente nunca ni siquiera los israelíes y no requieren ninguna respuesta. Ni siquiera en el 60º aniversario.

 

Soy refugiado palestino desde el mes de abril de 1948, cuando tenía 14 meses y me expulsaron, junto con mi familia, de nuestra ciudad de Haifa hacia el vecino Líbano. Ese año, casi 800.000 compatriotas -hoy son casi seis millones- sufrieron la misma suerte. Porque aquel “milagro” de 1948, la aparición del Estado de Israel, fue acompañado de una desaparición, la de mi pueblo. Una desaparición que los nuevos ocupantes de Palestina arrastran como un pecado original, todavía no suficientemente reconocido, pero que jamás se ha borrado.

 

Un fantasma recorre Israel desde hace 60 años, el fantasma de los palestinos suplantados en su patria engullida en 1948 tras una primera guerra de conquista y expulsión que precedió a la otra guerra, la que, en una Palestina ya “vacía de árabes”, a partir del 15 de mayo de 1948, enfrentó a las tropas del Estado israelí con las fuerzas de los países árabes vecinos. Las exhaustivas investigaciones sobre esta guerra llamada de independencia, sobre su desarrollo, sobre la correlación de fuerzas claramente favorable a la Haganah y sobre la complicidad activa o pasiva de las grandes potencias y de varios gobiernos árabes, permiten establecer hoy los hechos. Mi propósito aquí no es repetir esos datos, sino abordar la dolorosa situación, pública e íntima, colectiva y personal, vivida por los desaparecidos.

 

La ocupación “clásicamente colonial” de Jerusalén Este, Cisjordania y la franja de Gaza en junio de 1967, además de inaugurar un calvario que persiste desde hace 41 años, nubló paradójicamente la imagen de lo que había sucedido en 1948. Las negociaciones de paz que pretenden lograr un acuerdo entre israelíes y palestinos y la construcción de un Estado palestino en los territorios ocupados en 1967 han ocultado, en cierto modo, la desaparición que se produjo en 1948. No obstante, es fundamental comprender que, en 1948, Palestina, el territorio que se convirtió en el Estado de Israel delimitado por las líneas del armisticio -más conocidas hoy con el nombre de línea verde-, fue el escenario no de una ocupación sino de una desaparición, la sustitución de un pueblo por otro.

 

En 1948 desaparecieron dos nombres, Palestina y palestinos, literalmente borrados de los mapas y las enciclopedias. “Palestina y los palestinos no existen ni han existido jamás”, repitieron sin cesar dirigentes políticos, universitarios y propagandistas de todo tipo, israelíes y amigos de Israel en todo el mundo. Este negacionismo, apoyado en un florilegio de trabajos presuntamente científicos dedicados a la incansable revisión de la historia de Palestina, pretendía limpiar así el pecado original y dejar claro que el Estado de Israel tenía una legitimidad absoluta, en la medida en que su nacimiento no fue de la mano de ninguna injusticia respecto a un pueblo palestino que, a fin de cuentas, nunca existió... Tras su expulsión, los refugiados y exiliados palestinos emprendieron desde los primeros años una lucha para regresar a su tierra natal. Gracias a los sacrificios y la batalla para recuperar los derechos legítimos, esa lucha es hoy, con sus avances y sus retrocesos, de sobra conocida; ocupa el primer plano de la actualidad del mundo desde hace muchos años.

 

Pero hay otro combate fundamental, en gran parte invisible para el mundo exterior: el combate encarnizado que han llevado a cabo los palestinos para acabar con la desaparición de su nombre y el de su tierra. Si hubiera que describir con una sola palabra la quintaesencia de la lucha del movimiento nacional palestino desde 1948, diría que todos estos años nos hemos dedicado a intentar que reaparezca nuestro nombre, el de las personas y el de las tierras, para terminar así, no con el exilio, o al menos no todavía, sino con la ausencia, la negación de la “existencia” de los palestinos.

 

Hoy, ese objetivo se ha logrado. No hay nadie en el mundo, empezando por los israelíes, que se atreva a afirmar que no existimos. Y es esa reconquista de nuestro nombre lo que nos ha permitido -ya visibles y reconocidos- abordar la negociación con Israel sobre todos los asuntos pendientes, entre ellos el de los refugiados de 1948. ¿Es imposible la negociación del derecho de retorno, basada en la Resolución 194 de la ONU de 11 de diciembre de 1948? ¿Será ésta la piedra con la que tropezarán todos los esfuerzos diplomáticos? Entre 1992 y 1997, en las negociaciones de paz, tuve el honor de encabezar la delegación palestina sobre el asunto de los refugiados, y me gustaría decir unas cuantas cosas sobre en qué consistía y en qué consiste aún la ofrenda de paz palestina al respecto.

 

En 1988, El CNP, el parlamento palestino, reunido en Argel bajo la batuta del presidente Yasir Arafat, votó avanzar hacia una paz basada en el principio de los dos Estados, israelí y palestino, de acuerdo con las resoluciones 242 y 337 de la ONU. Este voto, obtenido tras largos y apasionados debates, permitía, a partir de ese momento, las negociaciones de paz. Esto es bien sabido. Lo que no se conoce tanto es que aquel día los representantes del pueblo de Palestina hicieron una distinción fundamental entre la patria y el Estado, que permitió que los palestinos se adhiriesen a un auténtico compromiso histórico. Lo que se votó, de hecho, no fue el reconocimiento palestino de que Palestina no es su patria, sino de que el Estado palestino no se establecería sobre la totalidad del territorio de su patria. A partir de ese postulado, la cuestión de los refugiados deja de ser el problema insoluble que se creía hasta entonces, siempre que se tengan en cuenta unos puntos concretos, sin los que se volvería a caer en una situación de punto muerto.

 

Dichos puntos son los siguientes: como condiciones previas a toda negociación sobre la aplicación del derecho de retorno, son necesarios el reconocimiento del derecho inalienable del pueblo de Palestina a vivir, como todo pueblo, en su tierra, y el reconocimiento solemne por parte de Israel del agravio histórico cometido contra el pueblo palestino con su expulsión forzosa en 1948.

 

Esas condiciones previas son indispensables, porque un derecho no debe ser relativo -se posee o no se posee-, mientras que, por el contrario, la aplicación negociada de un derecho es obligatoriamente relativa, puesto que ningún derecho negociado puede ser, por un principio de realidad, objeto de una aplicación absoluta. En otras palabras, la condición previa del reconocimiento del derecho es la clave de su aplicación negociada, porque, mientras no se reconozca el derecho de retorno, ninguna persona en Palestina querrá ni podrá estar de acuerdo en negociar su aplicación relativa. A partir de ahí, y a condición de respetar este orden, es posible la negociación.

 

Incluso tenemos la prueba, dado que ya ha habido importantes intentos de negociación -en particular las negociaciones de Taba y la iniciativa de Ginebra- que han respetado esta idea de las condiciones previas y han permitido relativizar la noción de que el problema de los refugiados no tenía solución.

 

¿Qué solución concreta darán esas negociaciones al problema de los refugiados? ¿Se llevarán a cabo? El tiempo nos lo dirá. Pero es evidente que el reconocimiento previo del derecho, para poder negociar su aplicación, es el primer paso ineludible para que la desaparición forzosa de los palestinos en 1948 encuentre una salida al mismo tiempo justa, honorable y realista.

 

¿Sabrán aprovechar los israelíes -antes de que sea demasiado tarde en este Oriente Próximo en el que se vislumbran señales de nuevos cataclismos- la oportunidad de una verdadera reconciliación histórica que sólo puede llegar mediante la solución del nudo original del conflicto?

 

Ésta es, en mi opinión, la única pregunta que merece la pena hacerse en este 60º aniversario. Sin ella, todo esto a lo que asistimos no será más que fanfarrias y festividades ilusas.

 

Elías Sanbar es escritor y embajador de Palestina ante la UNESCO. Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.

 

Jueves 15 de Mayo de 2008

GENERACIÓN “NAKBA”

 

Por Rosa Meneses, Diario El Mundo - España

Intelectuales y escritores de todo el mundo han firmado un manifiesto en recuerdo de la Nakba (la catástrofe), generada en 1948 con la proclamación de Israel. El texto se publicó en la prensa internacional el pasado 8 de mayo (día en que los israelíes conmemoran la creación de su Estado, siguiendo el calendario hebreo, el 14 de mayo en el almanaque gregoriano), y estaba arropado por las palabras del gran intelectual palestino Edward Said, pronunciadas hace 10 años, con ocasión del 50 cumpleaños de Israel.

 

“Incluso después de 50 años de vivir el exilio palestino, aún me siento sorprendido por cuán lejos puede llegar el Gobierno israelí y los que le apoyan para suprimir el hecho de que medio siglo se ha esfumado sin restitución o reconocimiento israelí, de los derechos humanos palestinos y sin, tal y como sin lugar a dudas muestran los hechos, conectar aquella suspensión de derechos a las políticas oficiales de Israel... La Nakba palestina es calificada como un acontecimiento semificticio... causado por nadie en particular”, escribió Said.

 

Los firmantes, entre los que se encuentran personalidades como el poeta palestino Mahmud Darwish, el historiador israelí Ilan Pappe o los británicos John Berger, Tariq Ali y Ken Loach, señalan en grandes letras enlutadas de negro que no hay ninguna razón para celebrar nada, tras 60 años de desposesión de un pueblo. Una celebración, dicen, sería como “bailar sobre las tumbas de los palestinos”.

 

“Con sus pacíficas vidas arruinadas, la sociedad fragmentada, sus posesiones robadas (...) los palestinos aún sueñan con volver y en todas partes alimentan su aspiración de libertad y una vida digna”, reza el manifiesto.

 

Ese sueño de volver, la importancia de la memoria y los estragos del exilio han marcado los avatares del pueblo palestino desde su Nakba. Ya forman varias generaciones desde aquel 1948, pero todas ellas se remiten a la generación Nakba.

 

A su lado, un puñado de intelectuales y escritores han dado forma a la identidad colectiva, han registrado la historia y han labrado la memoria nacional a lo largo de sus obras.

 

LA INJUSTICIA DE UN PUEBLO

Quizá Mahmud Darwish, nacido en Birwa en 1941, sea el escritor palestino más significativo, tanto por su andadura personal como por su obra. Ambas trayectorias son indivisibles y representan la injusticia vivida por un pueblo. Sus poemas hablan de esa experiencia: el destierro, la guerra, la cárcel, la injusticia, la lucha por la supervivencia. Darwish ha conocido todas estas estaciones de la vida.

 

En sus libros –traducidos al español tenemos “El lecho de una extraña”, “Menos rosas” (ambos en Hiparión); “El fénix mortal” (Cátedra) o los fascinantes “Mural” (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo)- describe la tragedia diaria de los palestinos, pero sin dramas.

 

Lo hace con un lirismo revestido de belleza y melancolía que impregna sus palabras. Con palabras sencillas y cotidianas contrapone realidades, pasado y futuro, el desastre y la esperanza de un pueblo. La derrota, su idea clave. “Nosotros amamos la vida cuando hallamos un camino hacia ella”, dice en el poemario “Menos rosas”, publicado en árabe en 1986.

 

En enero de 2002, escribió “Estado de sitio” (Cátedra), que relata el asedio de Ramalá durante el invierno de 2001-2002. “Bajo sitio, la vida se torna tiempo: / memoria del principio, / olvido del final”. Darwish recoge una maraña de sentimientos bajo la ciudad sitiada por las tropas israelíes. Describe la violencia (“Los soldados calculan la distancia entre el ser / y la nada / con la mirilla del tanque”), la tristeza, el aislamiento (“Solos, estamos solos hasta la náusea / por toda compañía las visitas del arco iris”).

 

La dificultad –y la necesidad- de comunicar la terrible experiencia personal de verse desposeído y abocado al exilio ha generado una brillante literatura que ayuda a salvar la memoria y sanar las heridas del destierro y la derrota.

 

“Sólo la literatura puede articular un discurso que pueda explicar lo más complicado, lo contradictorio, lo atroz y lo bello al mismo tiempo”, ha reflexionado el escritor libanés Elías Khoury (Beirut, 1948) en las páginas de “El Cultural”. Su obra, “Bab a Shams”, “La puerta del sol” es un mosaico sobre la guerra, el éxodo y, en definitiva, la tragedia palestina. Muchos escritores árabes, como el propio Khoury han relatado el horror y el sufrimiento de sus compatriotas palestinos.

 

El novelista Ghasan Kanafani (1936-1972) ofrece también una trayectoria novelística y personal cercana al destino de los palestinos. A menudo, utiliza la imagen del desierto como metáfora del sufrimiento de su pueblo. Nacido en Acre, fue portavoz del Frente Popular para la Liberación de Palestina hasta 1972, cuando murió en un atentado con coche bomba.

 

Su obra más emblemática es “Hombres bajo el sol”, la historia de tres palestinos que intentan huir a Kuwait escondidos en el interior de un camión-cisterna. Su trágico final augura la agonía del pueblo palestino, atrapados bajo un sol cegador. Realidad y literatura van de la mano en el triste destino que han sufrido los palestinos.

 

Miércoles 14 de Mayo de 2008

NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL

 

Por Reham Alhelsi, Palestine Think Tank/Rebelión

Traducido por Nadia Hasan y revisado por Caty R.

Mientras en todo el mundo los palestinos conmemoran la Nakba y 60 años de limpieza étnica ininterrumpida, asesinatos y apartheid por parte del sionismo, hay un aspecto de nuestra identidad palestina que ha sobrevivido a pesar de todos los intentos sionistas de eliminación: nuestro patrimonio cultural. El patrimonio cultural palestino está lleno de canciones populares, poesía, refranes, historias, artesanía y otras expresiones folclóricas. Estos son los puentes que conectan a las generaciones y unen a los palestinos de todo el mundo, vinculándonos y formando nuestra identidad cultural.

 

Mirando hacia atrás, pienso en mis dos abuelas (que Dios dé descanso a sus almas). Ambas sobrevivieron a la Nakba y fueron testigos de ella, cada una a su modo. Mi abuela paterna proviene de una familia beduina y vivió a las afueras de Jerusalén. Cuando se enteraron de los ataques sionistas en otras partes de Palestina, los hombres fueron a defender sus casas mientras las mujeres se reunieron con los niños y buscaron refugio en las cuevas cercanas. Años después mi padre, que era un niño en la época de la Nakba, nos llevó, a los niños, a conocer esas cuevas y nos contó acerca de la vida cotidiana de aquellos días.

 

Recuerdo que miré a mí alrededor escudriñando los huecos y pensando que si tuviéramos nuestro propio estado, ese lugar se habría convertido en un museo. Los rastros de las personas que vivieron ahí y las huellas de su vida cotidiana seguían siendo visibles en el momento de nuestra visita. Debo mencionar que estas cuevas estaban ubicadas en un área destinada a campos de olivos. No había casas en las cercanías y tuvimos que caminar largas distancias para llegar a ellas. Años después, antes de abandonar Palestina, una de las cosas que quise hacer antes de partir fue ir a visitar de nuevo el lugar. Fuimos allí pero sólo para una corta visita. Nos quedamos en el bosquecillo de olivos pero no nos acercamos a las cuevas. Había asentamientos sionistas ilegales en los alrededores y sabíamos que nos observaban y que nos dispararían si nos acercábamos. Hace un par de años, cuando volví a casa de visita, tenía muchas ganas de ver de nuevo los campos, pero ya no estaban ahí. La tierra y los campos de olivos habían sido confiscados. Me pregunto si las cuevas seguirán ahí…

 

Hace muchos años, mi abuela solía contarnos historias que ella había escuchado de niña. Historias de una bruja o un monstruo (ghuleh, en árabe) que solía atormentar a las personas buenas. Estas eran personas simples, que continuaban con su rutina, trabajando duro para ganarse el pan de cada día. Los niños estarían jugando afuera en los campos, bajo el sol y los ghuleh vendrían, secuestrarían a sus hijos y nunca volverían a verlos. No recuerdo los detalles con exactitud, pero sí recuero un hecho: si alguien se encuentra con el ghuleh, lo mejor que puede hacer es trepar un árbol y estará a salvo. Mientras escribo esto tengo una imagen visual de ese árbol frente a mí. Es un árbol que se halla en los campos cercanos a mi casa, próximo a una cueva. Solíamos jugar allí cuando éramos niños y la cueva estaba tan bien escondida que debía de ser la casa del ghuleh. ¡Y el árbol estaba tan cerca, que tenía que ser esa la casa! El hecho es que el ghuleh nos ha acompañado durante todos estos 60 años acechándonos, haciéndonos sufrir y asesinando a nuestros niños. Pero mi abuela era una anciana inteligente, ella siempre terminaba el cuento diciéndonos que un día los niños que quedaban se mantuvieron firmes, miraron la causa de su miedo a los ojos y decidieron que era el momento de actuar. ¡Fueron a la cueva y comenzaron a tirarle piedras al ghuleh hasta que cayó muerto! Así que al final fueron los niños los que tuvieron la llave de la salvación de sus familias y sus hogares.

 

Mi otra abuela proviene de una familia de simples pero orgullosos campesinos. Tenían mucha tierra en una pequeña aldea llamada Jrash. Nunca he estado en Jrash y lo único que sé es lo que he escuchado de mi abuela. Jrash fue destruida completamente por el sexto batallón israelí de la Brigada Harel en la operación ha-Har que lo limpió étnicamente de sus habitantes en su totalidad. Los obligaron a marcharse y deambularon durante algún tiempo por las colinas. Después se trasladaron a una zona cercana a Belén donde las Naciones Unidas dispuso las bases para un campamento de refugiados: el campamento de refugiados de Dheisheh.

 

Mi abuela solía describir Jrash como una aldea con verdes praderas y colinas que se prolongaban hasta donde los ojos podían ver, con árboles frutales, principalmente almendros, higueras, olivos, algarrobos y cactus que crecían por todas partes. Junto a los muros de piedra los cactus formaban una especie de límite que indicaba la tierra que pertenecía a cada familia. Mi abuela solía hablar de los meses de cosecha. “Nuestra familia tenía vastas extensiones de tierra”, decía con tristeza mientras describía las praderas bañadas por el sol, hombres y mujeres trabajando codo con codo, hablando y riendo, qué duro trabajaban y qué felices eran. “Éramos muy felices”. A menudo repetía esta frase y era tan sincera y al mismo tiempo serena. Conservó la llave de su casa hasta que murió y con frecuencia sacaba tiempo para hablarnos de Jrash. Hoy ese paraíso está despoblado y sólo son ruinas en colinas desiertas, pero el “jrashis” nunca olvidó Jrash y lleva consigo su nombre en su mente y en su corazón.

 

Recuerdo que mi abuela solía cantar de vez en cuando, supongo que en un intento de olvidar que cada uno de sus hijos estaba confinado en una putrefacta celda de una cárcel israelí. El tiempo de visitas era el más terrible. Solía ocurrir que la visita coincidiera en el mismo día para más de uno de mis tíos, por lo que la familia completa se tenía que distribuir para que cada uno de ellos recibiera una visita. Creo que mi abuela hubiera deseado poder visitarlos a todos el mismo día, pero era imposible ya que nunca estuvieron todos en la misma prisión.

 

Como he dicho, sólo en contadas ocasiones mi abuela cantaba canciones sobre parejas recién casadas: la esposa tenía que vender sus joyas para que su esposo pudiera comprar un arma y luchar contra los sionistas. Más tarde, en la vida, entendí qué querían decir aquellas canciones y a veces, cuando ella se encontraba descansando en la sala de estar y parecía que estaba triste, absorta en sus pensamientos, ponía la casete de Ashiqeen: una banda palestina que cantaba canciones folclóricas. Siempre que reproducíamos otras casetes, mi abuela decía que apagáramos esas tonterías. Pero cuando Ashiqeen u otra banda folclórica sonaba, sólo se sentaba y escuchaba. Me gustaba observarla, me sentaba a su lado, escuchaba la música e intentaba imaginarme a la hermosa y triste mujer sentada ante su pequeña casa esperando a que su valiente marido volviera a casa trayendo consigo la victoria. Luego miraba a mi abuela y trataba de imaginarla como una mujer joven, trabajando en los campos, sentada al lado de los manantiales con sus amigas, riendo y parloteando, o sentada junto al abuelo, por la tarde, bajo la higuera del patio compartiendo pan, tomillo, aceite de oliva y aceitunas. Me pregunto si ella habrá pasado una situación similar durante la Nakba. Por ella sé que los hombres de Jrash pelearon valientemente defendiendo la aldea contra las tropas sionistas y que miembros muy cercanos de la familia murieron mientras defendían la aldea. ¿Se sentó ella junto a sus amigas y los niños a esperar a que llegara la buena nueva de la victoria? ¿Habrá mantenido la esperanza, incluso después de que los expulsasen de sus casas? ¿Habrá perdido alguna vez las esperanzas, tantos decenios después de la Nakba? Nunca le pregunté, pero de una cosa estoy seguro: ella nunca perdió la esperanza de regresar un día a su casa de Jrash ya que conservó la llave hasta el final.

 

Nuestra vida y lucha cotidianas están grabadas en nuestro folclore, nos dan la fuerza para seguir y no perder nunca la esperanza. Nuestro patrimonio cultural es parte de cada uno de nosotros, algo que no pueden arrancarnos, sin importar cuánto lo intenten (los sionistas). Y a pesar de sus continuos robos e intentos de imitar nuestro patrimonio cultural, ¡el original sigue siendo soberano, sigue siendo palestino!

 

Reham Alhelsi es una palestina nacida en Jerusalén. Trabajó durante mucho tiempo en Palestinian Broadasting Company y desde el año 2000, que se trasladó a Alemania, ha trabajado en varias radios y cadenas de televisión que incluyen Deutsche Welle, SWR y WDR. Actualmente está haciendo su doctorado en Planificación Regional enfocado en la Administración de Tierra Palestina y gobierno local.

 

Nadia Hasan y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.

 

Miércoles 14 de Mayo de 2008

PALESTINA, 60 AÑOS DE RESISTENCIA

 

Por Issa Salameh, La Prensa (Nicaragua)

En 1917, Gran Bretaña como potencia gobernante, y en un disimulado intento de asegurar sus intereses colonialistas en el Oriente Medio, favoreció la creación de lo que llamó un Hogar Nacional para el pueblo judío, mediante el documento conocido como la Declaración de Balfour.

 

El 29 de noviembre de 1947, durante su 2do. período de sesiones, la Asamblea General de la ONU aprueba la Resolución 181, que estableció la partición de Palestina en un Estado judío, al que se le adjudicó el 55 por ciento de las tierras, y uno árabe con el 45 por ciento. Este acuerdo pretendía poner fin a un complicado y sangriento proceso que se inició mucho antes.

 

El 14 de mayo de 1948 se crea el Estado de Israel, que se apropia violentamente del 78 por ciento del territorio, y comienza una escalada de violaciones al Derecho Internacional, que persiste en los últimos 60 años. La expansión territorial israelí implicó la destrucción de 418 aldeas y ciudades palestinas, y más del 60 por ciento de la población fue expulsada y convertida en refugiados, un drama aún sin solución. El desalojo fue llevado a cabo con extrema violencia por el ejército israelí y provocó el éxodo masivo de palestinos, que en la actualidad suponen más de 5 millones de expatriados, según las Naciones Unidas.

 

Este hecho pasó a los anales de la historia como el Nakba, que significa desastre, y que para muchos analistas regionales sigue siendo una realidad.

 

En un intento por reparar la injusticia cometida y en reconocimiento tácito a las atrocidades de Israel, la propia ONU declara el 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino.

 

Desde 1948 hasta el presente los territorios palestinos se vieron reducidos al 14 por ciento como consecuencia de la anexión de sus tierras y la creación de asentamientos por parte de Israel.

 

El control de servicios imprescindibles como el agua, la energía y el combustible están en manos de Israel, quien los utiliza a su antojo para imponer medidas punitivas contra la población de los territorios ocupados, casi 4 millones de palestinos.

 

Destruye, asimismo, la infraestructura y segrega a millones de palestinos detrás del llamado Muro del Apartheid, que alcanzará una longitud de 750 Km. y que fuera declarado ilegal hace más de tres años por el Tribunal Internacional de Justicia.

 

Israel, incumpliendo decenas de resoluciones de Naciones Unidas, prosigue con la ampliación del número de asentamientos en Cisjordania y Jerusalén, en las que ya se han ubicado a cerca de medio millón de israelíes.

 

¿Cuántos años más tendremos que seguir sufriendo los palestinos?

 

* El autor es palestino residente en Nicaragua.

 

Martes 13 de Mayo de 2008

LA DOBLE NAKBA DE YASIN HASEN

 

Por Mónica G. Prieto, Diario El Mundo - España

“En mi vida ha habido dos catástrofes, la primera el 15 de mayo de 1948 y la segunda el 20 de mayo de 2007. Mayo no es muy buen mes para mí”. Yasin Hasen, de 71 años, recalca pausadamente la palabra nakba, catástrofe o desastre en árabe, mientras consume su cigarrillo en el campo de refugiados de Shatila, donde comparte una abigarrada vivienda con su hija, sus nietos y su familia política desde que el último desastre le desterrara de su “segunda tierra”.

 

En los recuerdos de este anciano palestino perviven con la misma nitidez las memorias de ambas. “Cuando cierro los ojos regreso mentalmente a Solam. Sus praderas, su monte, las excursiones que hacíamos por las cercanías… Si pudiera volver sabría cómo moverme, lo conocía como la palma de mi mano”, dice sobre la pequeña localidad que le vio nacer.

 

Igual de bien recuerda la guerra que le obligó a huir con sus padres y hermana cuando apenas tenía 9 años. “Los niños escuchábamos hablar de los problemas que provocaban los judíos, aunque no entendíamos bien qué pasaba. Hasta que un día, en Afula (localidad cercana) los vecinos extendieron el rumor de que los judíos nos iban a atacar”.

 

Su familia decidió huir a Nazaret, donde permaneció dos meses, hasta que la artillería hebrea comenzó a golpear la ciudad. “Entonces huimos al este sin rumbo fijo. Recuerdo que íbamos descalzos y que mi padre arrastraba una sola maleta. Caminamos durante cinco días en una marcha a la que se iban sumando más familias, al final éramos muchos. Pasábamos por pueblos abandonados. El dolor en los pies no nos importaba: tal era el miedo que pasábamos. Así hasta que llegamos a Bent Jbeil”.

 

Con la llegada al Líbano Yasin H. perdió en cierta forma su infancia y, sin duda, su vinculación con su país natal. El terreno de su familia en Solam, ciudad que parece mencionada en la Biblia como Shunem, fue expropiado en virtud de la ley de la propiedad de los ausentes aprobada por Israel dos años después de su declaración de independencia.

 

La norma implicaba que toda posesión dejada atrás por cualquiera que abandonase el país entre 1947 y 1948 pasa a ser propiedad del Estado judío. Así fue como la familia de Yasin perdió su casa, como el resto de los vecinos de Solam y, su país, como los más de 700.000 desterrados tras la Nakba.

 

LIMPIEZA ÉTNICA

Según el historiador israelí Ilan Pappe, que aumenta la cifra a 800.000, el plan israelí consistía en acometer una limpieza étnica para quedarse con la mayor parte de la Palestina bajo mandato británico.

 

Yasin no recuerda haber visto ciudades destruidas durante su huida –“sólo estaban abandonadas”, dice- aunque Pappe estima en 531 las villas arrasadas por las tropas judías.

 

Israel no sólo consumó su plan, sino que también cometió un memoricidio, indica el historiador, borrando de la Historia aquellos hechos a fuerza de repetir que los palestinos vendieron sus tierras o se fueron voluntariamente, mentiras que calaron en la conciencia colectiva de muchos para escarnio de los palestinos.

 

“Nos echaron por la fuerza, nos bombardeaban, nos hicieron mucho daño”, se rebela el anciano Yasin cuando escucha la versión oficial israelí. Pero hace 60 años, a los que acababan de perder sus tierras lo único que les importaba era rehacer sus vidas.

 

Tras pasar un año en un barracón de la Cruz Roja, la familia de Yasin se desplazó a Nahr al Bared, por entonces una enorme extensión plagada de tiendas de campaña. “Yo lo vi crecer. Tres años después de nuestra llegada nos dieron materiales de construcción y cada familia se levantó su casa. En los años 60 y los 70, el campo vivió un gran desarrollo hasta convertirse en un núcleo comercial, y en los 80 ya era un lugar de negocios [para muchos libaneses del norte del país] que se quedó con la estructura con la que lo conocíamos hasta ser destruido por el Ejército”.

 

FATAH AL ISLAM

Yasin se refiere al campo de 31.000 habitantes, formado por un casco antiguo y otro nuevo, escenario entre mayo y septiembre de 2007 de combates tan atroces que quedó convertido, en gran medida, un cúmulo de ruinas.

 

“Antes de aquello éramos un pueblo próspero, que acogíamos a la gente nueva con los brazos abiertos sin considerarla una amenaza”, explica Yasin. Pero algunos de sus huéspedes no eran precisamente deseables: un grupo fundamentalista, Fatah al Islam, simpatizante de Al Qaeda, se atrincheró en Nahr al Bared y atacó al Ejército declarando una guerra que no terminaría hasta cinco meses después.

 

“Dos días después de los combates nos vimos obligados a huir”, explica Yasin lentamente. “Me sentía como si hubiera vuelto a mi infancia: nos fuimos andando, al principio éramos un grupo de familiares y vecinos al que se sumó más gente, todos ancianos como yo”.

 

La segunda Nakba le arrancó de su tierra de acogida como la primera lo hizo de su patria. “Soy un hombre sin tierra ni religión, sólo tengo recuerdos de refugiado”, se lamenta.

 

Yasin no sabe nada de su casa, situada en el casco antiguo de Nahr al Bared, el último reducto de Fatah al Islam antes de ser derrotado por los uniformados que bombardearon fuertemente la zona. “Algunos dicen que ha sido destruida”, dice el anciano. La mayor parte del área quedó destrozada.

 

La ONU ha instalado 300 viviendas prefabricadas en las afueras del campo para descongestionar el vecino campo de refugiados de Badawi, de 10.000 habitantes, que triplicó su población con la llegada masiva de desplazados por los combates, insuficiente para acoger a quienes por segunda vez en sus vidas lo han perdido todo.

 

Nueve meses después de los combates, la reconstrucción es tan lenta que sólo han podido regresar unas 10.000 personas, mientras el resto se siente desplazado de su propio exilio y sólo piensa en regresar. “Aunque no sea mi patria quiero volver. No quiero morir en este lugar extraño. Ya no quedan vivos con recuerdos como los míos, y eso me hace sentir mal”, se queja Yasin antes de desaparecer por las callejuelas de Shatila.

 

Lunes 12 de Mayo de 2008

NO HAY GUERRA CIVIL EN EL LÍBANO;

HAY UNA GUERRA EN CONTRA DE LA RESISTENCIA

 

Por Nadia Hasan, Palestine Think Tank / Rebelión

Lo que está pasando hoy en el Líbano es sólo una extensión de lo que está aconteciendo en toda la región. Estados Unidos y sus aliados occidentales están tratando de hacernos creer que la religión es el factor principal en este conflicto e intentando, a su vez, encubrir las motivaciones políticas e intereses económicos involucrados en todo el proceso. Existen dos posiciones principales hoy en el Líbano, por un lado un proyecto colonialista conducido por Estados Unidos y su principal aliado en la región, Israel, cuyo vocero es el propio gobierno libanés, y por otro lado, un proyecto de soberanía conducido por el movimiento de resistencia. De hecho, es una guerra entre un movimiento patriótico contra agentes externos. Es por esto que ambos sectores están compuestos por diversas corrientes religiosas, sectarias e ideológicas. ¿Cómo se explica sino que Michel Aoun - cristiano maronita - y líder del Movimiento Patriótico Libre, y el Partido Comunista estén alineados con Hezbollah?

 

El gobierno pro-imperialista occidental libanés pretende enfrentar al Ejército Nacional en contra del pueblo y la resistencia. Su objetivo es escudarse detrás del ejército debido a su falta de apoyo popular. Debe tomarse en cuenta que la jefatura del ejército sigue en manos de nacionalistas.

 

Previo a la invasión israelí contra el Líbano en 2006, se ejerció una serie de presiones, tanto internas como externas, para desmantelar al legítimo movimiento de resistencia en el Líbano, Hezbollah. Estas presiones se incrementaron luego de que este grupo derrotara al ejército israelí y diera esperanzas a otros movimientos de resistencia en otras partes de la Patria Árabe. Esta victoria fue una nueva prueba de que la resistencia contra la globalización por una parte, y la guerra de guerrillas por otra, aún es posible.

 

Hace pocos días atrás, y luego de la más larga sesión del parlamento libanés en la historia, la coalición pro-occidental votó una moción que declaró ilegal la red de comunicaciones de Hezbollah, un sistema de telecomunicaciones que fue sumamente efectivo contra el ejército israelí durante la guerra que tuvo lugar el verano de 2006. Esta “Declaración de Guerra” contra la resistencia es sólo un ejemplo más de cómo los perritos falderos locales de Estados Unidos e Israel están luchando en contra de su propio pueblo, ya que por esta acción el gobierno - de hecho - está tratando de desmantelar la principal herramienta con la que cuenta la resistencia para luchar en contra del proyecto colonialista en la región.

 

Esto no es un asunto menor, ya que es la primera vez desde la firma de los Acuerdos de Taif en 1989, que pusieron fin a la guerra civil en el país y que le concedió legitimidad a la resistencia armada de Hezbollah en contra de Israel, que el gobierno condena una red de comunicaciones que forma parte del aparato de seguridad del movimiento y la considera una “ilegal amenaza contra el propio Estado”.

 

Lo que el gobierno libanés está haciendo no es más que es trabajo sucio de Israel, sólo un par de días después de que el gobierno estadounidense volviera a declarar a Hezbollah como una organización terrorista y lo mantuviera en su “Lista Negra”.

 

El objetivo aquí no es otro que darle a Estados Unidos el control tanto del principal aeropuerto del país como de todo el sistema de comunicaciones, para así poder socavar la legítima resistencia del pueblo contra su principal objetivo, Israel, provocando luchas internas, que puedan ser confundidas fácilmente como disputas religiosas, de la misma manera que lo están haciendo en Iraq y Palestina. La principal razón que se esconde detrás de la destitución del responsable de la seguridad del aeropuerto es que éste declaró que al-Hariri mantuvo una reunión secreta hace pocos días en el aeropuerto con el príncipe saudita Bandar. Por cierto Bandar fue el único árabe a quien Bush informó cuándo la invasión de Irak iba a tomar lugar.

 

La principal amenaza para el proyecto colonialista en la región, incluyendo tanto a los regímenes árabes como a sus benefactores occidentales, es el pueblo y su poder de resistencia. Socavar este poder y crear un clima de constante tensión interna es el objetivo de cualquiera que esté en contra de un movimiento nacionalista árabe en la Patria Árabe.

 

¿Cómo podemos explicar sino es de esta manera las acusaciones de intromisión iraní en el Líbano, llegando al punto de solicitar la expulsión de su embajador y paralizar todos los vuelos desde y hacia Irán, debido al apoyo a Hezbollah por parte del gobierno iraní, pero al mismo tiempo no se pronuncie una sola palabra en contra de la intromisión externa de Estados Unidos en Irak, no se pronuncie una sola palabra en contra de permitir que un tercio de la tierra de Qatar sea utilizada como base militar estadounidense, y no se pronuncie una sola palabra en contra de las fuerzas internacionales, armadas hasta los dientes, que bajo el falso pretexto de “preservar la democracia” están ignorando el respeto de la territorialidad libanesa y consideran “terroristas” a gran parte de su población?

 

Francia, la “Madre Patria”, mantiene una fuerte presencia militar en la zona, centrada principalmente en tratar de recuperar su proyecto colonialista y una vez más haciendo el trabajo sucio de una entidad que ha oprimido a un pueblo completo por más de 60 años.

 

Se llevará a cabo una reunión de cancilleres en el Cairo, reunión solicitada por Egipto y Arabia Saudita, pero ¿por qué razón otra que condenar, una vez más, el derecho de un pueblo a resistir contra su opresor, tal y como lo está haciendo con éxito Hezbollah en el Líbano? De seguro estos ministros discutirán las formas de poner fin a la influencia “negativa” que los miembros de la resistencia tienen dentro del país.

 

Finalmente, debe quedar claro que Palestina está en el centro del conflicto en el Líbano. Poner fin a la resistencia nunca ha significado “reconstruir” al Líbano, pero sí proteger a Israel y convertirlo en un estado “normal” en el corazón de la Patria Árabe. Es por esto, que la primera decisión de los agentes pro-imperialistas, si llegan a tener éxito, será el reasentamiento de los refugiados palestinos del Líbano… a cualquier lugar menos Palestina.

 

El artículo original fue escrito en inglés para "Palestine Think Tank" y ha sido traducido al castellano por la propia autora.

 

Lunes 12 de Mayo de 2008

EL NACIMIENTO DE LA CAUSA DE LOS REFUGIADOS PALESTINOS

 

Por Walid Ahmad, La Haine.org

La causa de los refugiados palestinos nace junto con la decisión de dividir a Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío

 

Ponencia presentada en el XII seminario anual Los partidos y una nueva sociedad, promovido por el Partido del Trabajo de México

 

La causa de los refugiados palestinos nace junto con la decisión de dividir a Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, suceso conocido como Resolución No. 181, con fecha 29 de noviembre de 1947, de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Dicha organización sobrepasó sus facultades y atribuciones con la aprobación de tal Resolución que representó el despojo de una parte del territorio perteneciente al pueblo palestino.

 

La creación de un estado judío personificó el acatamiento del compromiso establecido mediante la “Promesa de Balfour”. Sin embargo, la partición en si, significó, al final de la Primera Guerra Mundial, el incumplimiento del compromiso británico de conceder a Palestina su independencia. Al prevalecer el compromiso de Balfour con el Movimiento Sionista por encima del adquirido con los palestinos, queda demostrada la injusticia histórica cometida contra el pueblo palestino.

 

La Resolución de partición viola los principios de la carta de Naciones Unidas que reconoce y define el papel de la comunidad internacional de salvaguardar la unidad territorial de los países y las naciones, como se hizo en Europa, por ejemplo en Polonia. Si el pretexto de la Resolución era justificar la separación entre los dos pueblos, el judío y el palestino, por las dificultades de no convivir juntos, los hechos demostraron que la partición no garantizó la convivencia entre ambas partes, tampoco puso fin a las confrontaciones, por el contrario, las agudizó.

 

Los palestinos se vieron obligados a defender su territorio, propiedades, sus vidas, su identidad política y nacional. Mientras tanto el Movimiento Sionista encontró el respaldo perfecto para ampliar sus agresiones expansionistas y el voraz apetito de tragar más tierras, en momentos en que la correlación de fuerzas era abismalmente desigual y las condiciones regionales e internacionales le favorecieron.

 

Con esta Resolución la Asamblea General no solo fue más allá de sus facultades, sino que demostró un menosprecio total a la voluntad del pueblo palestino de rechazar la partición de su suelo patrio y de mantener su integridad territorial. Los palestinos, desde el punto de vista moral, fueron y son los dueños del territorio, por lo tanto, su voluntad representa la expresión cimera de la democracia.

 

Lo anteriormente señalado explica por qué la Asamblea General de las Naciones Unidas no sometió la idea de la partición a votación mediante consulta popular, ignorando hechos y pruebas irrefutables, para promulgar su injusta resolución desconociendo, de esta forma, el derecho inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación sin mandato ajeno.

 

Cuando mencionamos la Asamblea General y su Resolución no se puede ignorar el papel protagónico de la delegación de EE UU, dentro del organismo internacional, que ejerce enormes presiones sobre los países miembros, para sumar apoyo a los intereses sionistas y adoptarla de forma definitiva, ante el chantaje de condicionar las ayudas a los países pobres nacidos a finales de la Segunda Guerra Mundial. En aquel entonces EE UU fue el gran vencedor del mundo capitalista, llamado mundo libre y primera potencia económica que pudo otorgar ayuda a esos países pobres, que dependían de dicha ayuda, para iniciar el largo y difícil camino de la reconstrucción.

 

Los memorandos de muchos de los jefes de las delegaciones de estos países, en aquel entonces, demostraron con hechos y anécdotas que la delegación de EE UU, no solo era representante de su país, sino también un verdadero defensor del Movimiento Sionista.

 

La Resolución 181 carece de justicia política, legal y moral por los motivos y mecanismos que favorecieron su aprobación, además el propio termino “partición” no aclara como es posible dividir un país de forma tan diabólica, que convierte la aplicación de uno de sus artículos en algo imposible o en el mejor de los casos algo sumamente difícil, por carecer de las posibilidades prácticas para su ejecución.

 

Son numerosos los países que votaron a favor de dicha Resolución, a la vez que ignoraron las realidades geográficas y demográficas de Palestina, mientras que por otra parte, los que la planearon tenían plena conciencia de la nueva página y realidad que estaban gestando en la región del Medio Oriente y en la historia de las Naciones Unidas.

 

La totalidad del territorio de Palestina, bajo el mandato británico, en el año 1946, era de 27 mil km², con 1 millón 972 mil habitantes. Según la mayoría de los censos, los palestinos árabes eran 1 millón 364 mil y los judíos 608 mil, la mayoría de ellos emigrantes europeos que llegaron a Palestina de forma ilegal sin contar con el derecho a la residencia o ciudadanía.

 

Palestina fue dividida según la Resolución 181 en dos Estados, el judío sobre el 55,5% del territorio de Palestina, en momentos en que los judíos apenas representaban la tercera parte de la población y eran propietarios de menos del 7% de las tierras. Sin embargo, a los palestinos le correspondió el 44,5 % del territorio y constituían, los dos tercios de la población y además eran propietarios de la mayor parte de las tierras.

 

Como resultado del Proyecto de Partición, Palestina fue dividida en ocho partes, tres árabes, tres judías, una parte internacional que incluía a Jerusalén y sus alrededores y la octava fue la ciudad de Jafa y sus alrededores, que pertenecía a la parte árabe, sin embargo, se encontraba situada dentro de la demarcación perteneciente a Israel.

 

Según las referencias históricas, los habitantes del Estado árabe alcanzaron un total de 818 mil, incluyendo los 71 mil de Jafa, mientras había menos de 10 mil judíos que residían en esta zona árabe. Sin embargo, en el área considerada judía, según la partición, vivían 499 mil judíos y 438 mil árabes. Esto explica el por qué de anexar a Jafa al Estado árabe según la partición, para evitar que los árabes sean mayoría en esta parte judía.

 

Antes de la creación del Estado de Israel, se impuso la emigración forzosa de los árabes buscando, de esta forma, la limpieza étnica y religiosa. Con el afán de lograr este objetivo recurrieron a horrendas masacres, quemando aldeas y localidades, donde la historia es un testigo fiel de esos hechos imborrables en la memoria de la humanidad y en particular de la del pueblo palestino.

 

La región de Jerusalén contaba con una mayoría árabe de 105 mil frente a 100 mil judíos.

 

La Resolución 181 no le garantizó a Israel la base habitacional para su creación como un estado judío puesto que en gran parte de sus regiones, los árabes eran mayoría. Por ejemplo, en el desierto de Neguev, anexado al estado judío, vivían solamente 1 mil 20 judíos, mientras 103 mil 820 eran árabes.

 

En Galilea oriental vivían 86 mil 200 árabes frente a 28 mil 750 judíos. La mayoría de la población judía se concentró solamente en la costa, entre Tel Aviv y Haifa.

 

La llanura interna al este de Haifa contaba con una mayoría judía de 496 mil 259 habitantes frente a 235 mil 760 árabes. Con relación a las propiedades como hemos mencionado anteriormente, la propiedad judía en Palestina, históricamente, era del 7% de las tierras de aproximadamente 1 mil 820 km², de un total de 15 mil km², que representa la extensión total de la parte judía. El 80 % de esos 15 mil km² que conformaron el Estado de Israel, después de la partición, eran propiedades pertenecientes a los palestinos. De los 187 km² que abarcaba la región de Jerusalén solamente pertenecían a los judíos 12,5 km². Desde el punto de vista económico, las mejores tierras pasaron a formar parte del Estado judío. Se despojó al pueblo palestino del 50% de las llanuras y las tierras dedicadas al cultivo de los granos y cítricos. El cítrico representaba el 80 % de las exportaciones palestinas. El 40 % de la industria y la mayor parte de los suministros de fluido eléctrico se anexaron a Israel.

 

El nacimiento del Estado de Israel no representó el surgimiento de un Estado Palestino paralelo, sino de una nueva causa, la de los refugiados palestinos que fueron expulsados de sus tierras y obligados a asentarse en Cisjordania, Gaza y los países árabes vecinos, como el Líbano, Siria, Jordania e Irak.

 

Los refugiados palestinos que llegaron a estos países, después de la declaración del Estado de Israel el 15 de mayo de 1948, según fuentes estadísticas, se calculan entre 700 y 800 mil. El Reino Hachimita de Jordania extendió su control sobre la Ribera Palestina del Río Jordán y la anexó como parte inseparable de su reino recién nacido. Obligó a los palestinos a renunciar a su ciudadanía para adoptar la jordana. Mientras el Gobierno egipcio creó una administración militar para supervisar la Franja de Gaza que se convirtió en asilo de los refugiados.

 

Por su parte, los que llegaron a los países árabes fueron reorganizados en campamentos y asentamientos y conocidos, desde aquel entonces, como refugiados palestinos. De esta forma, la consigna del “Retorno” sintetizó la esencia de la causa Palestina. Detrás del cruel muro del Estado sionista quedaron viviendo en sus tierras 120 mil palestinos, perseguidos por las leyes de emergencia, las medidas represivas y el cerco. Estos representan, en la actualidad, el talón de Aquiles del estado judío de Israel, que se encuentra ante la prueba de la falsa democracia y las exigencias de las políticas racistas, pues esta minoría árabe, 18 % de los habitantes, se convirtió en una minoría, pero de peso, con un creciente rol dentro del corazón de la sociedad sionista.

 

INGLATERRA INCUMPLIÓ SU COMPROMISO CON LA INDEPENDENCIA DE PALESTINA

Los ejércitos de los aliados entraron en Palestina en 1917, sus voceros y representantes declararon públicamente y en más de una ocasión que no tenían interés de colonizar los territorios que formaban parte del Imperio Otomano. Los jefes de dichos ejércitos justificaron su presencia en estas regiones bajo el alegato de ayudar en la construcción de sus propios estados independientes y democráticos.

 

En este sentido Lord Balfour, autor de la famosa “Promesa”, envió un mensaje el 8 de febrero de 1918 dirigido al Sharif Hussein Bin Alí en nombre del Gobierno Británico y de los Países Aliados en el cual expresa: “y el gobierno de su majestad británica, ratifica sus compromisos anteriores de apoyar la independencia árabe y ayudar a aquellos países que aún no han logrado su independencia después de la guerra”

 

El 7 de noviembre de 1918 un comunicado emitido por Francia e Inglaterra, afirma que el objetivo de su guerra en el Medio Oriente es liberar a los pueblos árabes y establecer gobiernos y administraciones nacionales que sean libremente elegidos por los pueblos. Ello significó un compromiso claro y público de apoyar la independencia de Palestina y establecer un gobierno nacional elegido por el pueblo árabe de Palestina.

 

EL mandato británico tuvo como referencia el artículo 22 de la Carta de la Liga de las Naciones Unidas, que estipula de forma clara y precisa el respaldo a los pueblos para crear sus propios estados independientes y dar cumplimiento a la tarea que tenía a su cargo. Sin embargo, el Gobierno Británico cumplió su promesa con el Movimiento Sionista respecto a la creación de “un hogar nacional para los judíos” en Palestina e incumplió su compromiso contraído con la Liga de las Naciones Unidas sobre la construcción del Estado Independiente de Palestina.

 

En el informe presentado por una comisión de la Liga de las Naciones Unidas para analizar las consecuencias de la Partición sobre la situación general en Palestina, se confirma que la misma es contraria al deber de la Liga de las Naciones, viola sus principios y objetivos. Además se contradice con los principios de la Carta de la Liga de las Naciones, que “no posee medios para hacer cumplir la Resolución”, por lo tanto debía trabajar según los principios de la justicia y las leyes internacionales respetando el principio de la igualdad de los derechos entre los pueblos incluyendo el derecho a la autodeterminación.

 

LA PROMESA DE BALFOUR

“Ministerio del Exterior, 2 de noviembre de 1917”

 

Estimado Lord Rotschild, Tengo el placer de dirigirle, en nombre del Gobierno de Su Majestad, la siguiente declaración de simpatía hacia las aspiraciones de los judíos sionistas, que ha sido sometida al Gabinete y aprobada por él.

 

“El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización de este objetivo, quedando bien entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina ni los derechos y el estatuto político de que gocen los judíos en cualquier otro país.”

 

Le quedaré agradecido si pudiera poner esta declaración en conocimiento de la Federación Sionista.

 

Sinceramente suyo,

 

Arthur James Balfour

 

Domingo 11 de Mayo de 2008

ENTREVISTA AL HISTORIADOR CANADIENSE YAKOV RABKIN

“No puede haber paz sin justicia”

 

El especialista en historia judía contemporánea vino a presentar Contra el Estado de Israel, un libro polémico que invita a discutir sobre el sionismo. “El debate es entre nacionalismo étnico y nacionalismo de Estado”, plantea.

 

Por Silvina Friera

El historiador canadiense Yakov Rabkin cuestiona los mitos y creencias con los que se nutre el antisemitismo, pero también separa las aguas que mezclan y confunden el judaísmo y el sionismo. Y lo hace con un libro polémico, Contra el Estado de Israel (Martínez Roca), a pocos días del sesenta aniversario de su creación (el 14 de mayo de 1948), que presentó en la Feria del Libro. “El movimiento sionista y, más tarde, la proclamación del Estado de Israel, provocaron uno de los mayores desgarramientos de la historia judía –escribe Rabkin–. Una mayoría indiscutible de los que mantienen e interpretan la tradición del judaísmo se oponen desde el inicio al nuevo proyecto de sociedad, al nuevo concepto de judío, a la inmigración masiva en Tierra Santa y al uso de la fuerza para establecer ahí su hegemonía política.” En la entrevista con Página/12, el historiador de la Universidad de Montreal cuenta que no escribió el libro –traducido a siete idiomas, curiosamente ha sido publicado en árabe en Beirut, pero aún no fue traducido al hebreo– pensando sólo en la comunidad judía sino en mucha gente que quiere entender lo que está pasando. “El problema es que Israel utiliza la fuerza; ahora no hay Irak, hay Irán, mañana habrá Pakistán, pero dónde se va a terminar el deseo de controlar a sus vecinos. En la tradición judía es fuerte el que puede hacer de su enemigo un amigo. Eso Israel no lo hace”, subraya este especialista en historia judía contemporánea.

 

– ¿Mucha gente teme criticar al Estado de Israel por ser considerada antisemita?

 

– Sí, hay que aprender a distinguir entre oposición al sionismo y oposición al Estado de Israel como Estado sionista, y oposición a los judíos o al judaísmo. Hay que diferenciar entre los que se oponen a la estructura sionista del Estado, que teóricamente pertenece a los judíos del mundo, y los que quieren destruir físicamente a sus habitantes. Cambiar la estructura del país no quiere decir necesariamente destruir o masacrar a millones de personas.

 

– ¿Cuál es su posición respecto de la existencia del Estado de Israel?

 

– Escribí este libro como historiador, no fue mi propósito tomar posición respecto del sionismo–antisionismo, pero me parece una situación trágica. Hace más de sesenta años que hay conflictos, guerra, terrorismo. No puede haber paz sin justicia. Un historiador israelí, Benny Morris, que escribió sobre la limpieza étnica de Palestina, dijo que aunque hubo limpieza étnica, no fue suficiente como en América, por eso tenemos un problema. Una manera de combatir la violencia es tratar de encontrar una solución justa. Yo no pienso que el Estado de Israel sea ilegítimo; es el único Estado creado por las Naciones Unidas, pero contra la voluntad de los países de la región. Esa fue una idea soberbia que puso a Israel en un impasse que dura hasta hoy. Israel gana todas las guerras, pero nunca gana la paz.

 

– ¿De qué manera se podría alcanzar esa paz?

 

– La solución está en manos de israelíes, árabes y palestinos. Yo puedo ayudar en el debate sobre Israel, en la visión occidental de Israel, y en este sentido mi libro puede ser útil. Si quiero que el debate sobre Israel prospere, no hay que ligarlo con la historia del antisemitismo y la Shoá, porque entonces el debate sería imposible. Como dijo el primer ministro Ehud Olmert, si no se crea el segundo estado palestino, vamos a tener un estado común con los palestinos, y yo que vivo en el estado de Québec (Canadá), donde convivimos todos los grupos juntos, no me parece terrible tener un estado en común. El libro plantea una problemática mucho más general: ¿Queremos vivir bajo un nacionalismo étnico exclusivo o queremos vivir en sociedades pluralistas? En realidad, el debate es entre nacionalismo étnico y nacionalismo de estado. No es un accidente que Israel hoy movilice mucho apoyo en los círculos más derechistas del mundo, aunque el país fue creado supuestamente por socialistas. El hecho de que Bush, Berlusconi o Sarkozy sean los mejores aliados de Israel debería indicarnos algo.

 

– ¿Cuándo se produjo esta derechización?

 

– Un colega mío de la Universidad Hebraica, Zeev Sternhell, que escribió un libro sobre los mitos fundadores de Israel, plantea que el movimiento sionista, que era profundamente nacionalista, utilizó los medios socialistas para ocupar la tierra, pero ni Ben Gurión ni sus aliados creían en un Estado socialista. Sternhell hace unas piruetas intelectuales interesantes y dice que no sabe cómo llamar a este movimiento. No puede llamarlo nacionalsocialista, porque el término quiere decir algo muy diferente, pero acepta denominarlo socialismo nacionalista. En realidad la idea de tener un Estado étnico, exclusivo, siempre es una idea de derecha, cualquiera sea la vestimenta que vaya a usar. El Estado de Israel fue creado por socialistas, pero Ben Gurión aceptó muchas ideas de derecha. Hoy ya no es posible ser sionista de izquierda, es como un oxímoron.

 

– Saramago dijo que la realidad de Palestina era comparable a la de los campos de Auschwitz. ¿Está de acuerdo?

 

– Genocidio es un término que se define por la intención de destruir por completo una entidad étnica o nacional, y no me parece que el Estado de Israel abiertamente haya declarado esta intención, aunque muchos sionistas quisieran que los árabes desaparezcan. Genocidio es un término un poco exagerado e incendiario. Claro que hay discriminación y matanzas de palestinos; es horrible todo lo que está pasando, pero no es genocidio. El escritor Amos Oz dijo que tenemos una barra moral muy baja: todo lo que es mejor que la Shoá es correcto. La Shoá no es el único criterio; no se necesita construir campos de concentración para hacer algo inhumano.

 

Jueves 08 de Mayo de 2008

“NAKBA”: 60 AÑOS DE TRAGEDIA DEL PUEBLO PALESTINO

 

Fuente: TeleSUR - Argentina

Hace 60 años Israel desterró al pueblo palestino para fundar un Estado independiente, algo que los palestinos recuerdan como “Nakba” o la “Tragedia”.

 

A partir de esta semana Israel celebra con fuegos artificiales y conciertos los sesenta años de su nacimiento como Estado independiente. Sin embargo, al otro lado de la frontera los palestinos lamentan esta fecha en el “Nakba” o “Tragedia”, la misma que los marcó como un pueblo sin identidad ni territorio.

 

La historia del Nakba comenzó el 29 de noviembre de 1947, cuando la Asamblea General de la ONU, durante su II Período de Sesiones, aprobó la Resolución 181, que estableció la partición de la Palestina histórica en un Estado judío, al que se le adjudicó 55 por ciento de las tierras y uno árabe con las restantes.

 

El debate en torno a la partición de Palestina fue turbulento, lleno de presiones y maniobras, pero al final fue aprobada la resolución por votación de 33 países a favor, 13 en contra y 10 abstenciones, entre éstas la de Argentina, según datos históricos.


Este acuerdo pretendía poner fin a un complicado y sangriento proceso que se inició mucho antes.

 

En 1917, el Reino Unido, como potencia gobernante y en un disimulado intento de asegurar sus intereses colonialistas en el Oriente Medio, favoreció la creación de lo que llamó un Hogar Nacional para el pueblo judío, mediante el documento conocido como Declaración de Balfour.

 

El 15 de mayo de 1948 se creó el Estado de Israel, que se apropió del 78 por ciento del territorio y comenzó una escalada de violaciones al derecho internacional, que persiste en los últimos 60 años.

 

La expansión territorial israelí implicó la destrucción de 418 aldeas y ciudades palestinas, y el 60 por ciento de la población fue expulsada y convertida en refugiados, que hoy suman más de 4,5 millones, según las Naciones Unidas.

 

El desalojo fue llevado a cabo con extrema violencia por el Ejército israelí y provocó el éxodo masivo de palestinos de una población total de un millón 300 personas que vivían en la entonces Palestina bajo dominio británico.

 

Además, fuera de las fronteras en los vecinos Líbano, Siria y Jordania hay dos millones y medio más de personas en calidad de refugiados.

 

“En 1948 confluyeron el momento más perverso y el más glorioso”, explica el historiador israelí Ilán Pappe, quien denuncia en sus ensayos que los líderes judíos trataron de llevar a cabo una limpieza étnica de los nativos palestinos.

 

TRISTES RECUERDOS

Jamal Al-Roumi, un profesor árabe de 51 años que vive en el campo de refugiados de al-Amari, en Ramalá, ve desde su casa como cada año en la colonia de Pesagot, establecida en 1981 en la colina vecina, se lanzan fuegos artificiales y se escuchan gritos y risas de celebración.

 

“Cada año veo las celebraciones y los fuegos artificiales con ocasión de las fiestas de la independencia. Y cada vez vuelve a mi mente el recuerdo de mis padres que en 1947 abandonaron nuestra tierra en Lod”, cerca de Tel Aviv, relata.

 

“Lanzan fuegos artificiales frente a nuestro campo para provocarnos. Lo saben, y lo hacen adrede”, agrega Abdel Nasser Bayid, de 41 años, otro habitante del campo de refugiados.

 

Margalit es una palestina cuya familia judía convivió en Palestina por más de mil años, junto a otras religiones. Todavía conserva su religión judía y su cultura árabe.

 

“Vivíamos sin importar la religión, trabajábamos las tierras, los cultivos juntos, nos ayudábamos unos a otros, no había diferencia”, recuerda.

 

El israelí Auri Mazar, también relata una época idílica, cuando musulmanes y judíos convivían “como una sola familia”.

 

“En el tiempo de mis abuelos recuerdo una vida tranquila, musulmanes y judíos vivíamos como una sola familia, una hermandad, hasta el conflicto árabe israelí de 1948”, comenta.

 

Pero la esperanza de volver a sus tierras nunca muere. Algunas familias conservan colgadas de sus puertas una llave, que simboliza el retorno de los refugiados a su tierra, un derecho reconocido por la ONU pero cuya aplicación nunca ha sido planteada en los procesos de negociación de paz entre Israel y Palestina.

 

La Nakba se recuerda oficialmente cada 15 de mayo desde 1998, el mismo día en el que en 1948 Israel se declaró independiente, según el calendario gregoriano.

 

Sin embargo, esta fecha varía en el calendario judío, que sigue al sol y a la luna. Este año cae 8 de mayo.

 

Una de las tragedias que más se rememora es la de la masacre de Deir Yassin, en la que milicias judías asesinaron a sangre fría en tres días de abril de 1948 a más de cien habitantes de ese poblado, ubicado a las afueras de Jerusalén.

 

Estas milicias después se unificaron y se convirtieron en el Ejército de Israel, responsable a diario de la muerte de cientos de personas, entre mujeres, niños, ancianos y milicianos de la resistencia.

 

Pero como para terminar de rellenar la tragedia, el presidente mundial del derechista partido israelí Likud, Danny Danon, pidió al ministro de Seguridad Interior, Avi Dichter, que prohíba las procesiones pautadas por los palestinos para el Nakba.

 

Para el líder conservador el propósito de las marchas es “oponerse e incitar la violencia contra el Estado”, y que se trata de un “deliberado y subversivo” desafío de los dirigentes árabes contra la existencia del Estado de Israel.

 

Jueves 08 de Mayo de 2008

60 AÑOS DE LA CREACIÓN DEL ESTADO DE ISRAEL:

LA VOZ DE LOS PALESTINOS

 

Fuente: BBC Mundo

Hethan, empleado de un café en Jerusalén Oriental

    “Un Estado palestino es posible si llegan a un acuerdo. Antes de que se creara, Israel era un sueño pero pudo convertirse en realidad. ¿Por qué no un Estado palestino?

    Hay que seguir negociando, ya corrió demasiada sangre, ya hubo demasiadas guerras y no poner a Dios en el medio. Dios no es un agente inmobiliario. Yo no lo veo firmando escrituras de terrenos con los israelíes o los palestinos. Tenemos que vivir en paz, esa es la enseñanza de todas las religiones”.

 

Amin, desempleado

    “Los líderes israelíes actuales no quieren resolver el problema palestino.

    Los líderes palestinos tienen voluntad de encontrar una solución pero hay líneas que no pueden cruzar, asuntos en los que no deben ceder como Jerusalén, el retorno de los refugiados y los prisioneros. Pero los israelíes no quieren negociar estos temas con nosotros”.

 

Umm Mohamed, vendedora, Jerusalén Oriental

    “Debido a los puestos de control israelíes yo tengo que viajar toda la noche para recorrer los 30 kilómetros que separan esta ciudad de mi pueblo. Todos mis hijos están desempleados y como son jóvenes no pueden venir hasta aquí.

    Gracias a mi edad yo puedo llegar a Jerusalén para vender hojas de parra y así ayudar un poco a mi familia. Antes de 1948 vivíamos mejor, ahora no hay motivo alguno para ser optimistas”.

 

Dr. Ahmed Soboh, Vicecanciller en la ANP, Ramallah

    “El significado de este día es el de tiempo perdido para crear un Estado palestino. La comunidad internacional ha fracasado en hacer justicia aquí. Basta con ver a un refugiado palestino para comprender hasta qué punto este pueblo ha pagado los platos rotos en este conflicto.

    Parece que 60 años de independencia de Israel no han sido suficientes para que los israelíes entiendan, que la mejor seguridad para ellos son los derechos palestinos”.

 

Kadura Fares, miembro de Al-Fatah, Silwad

    “Es triste que un pueblo se alegre por su independencia mientras ocupa a otro y se comporta como ocupante. Los que miren la televisión israelí y vean los programas sobre lo que hacen en su día de independencia, sentirán que eso es a expensas de nuestros nervios y de nuestro futuro.

    Hoy todo el mundo árabe está dispuesto a hacer la paz con Israel, a condición de que se retire de todos los territorios ocupados, pero Israel hace caso omiso de la iniciativa árabe”.

 

Elías Zananiri, periodista, Jerusalén Oriental

     “Yo nunca perderé el optimismo, pero admito que el futuro no se ve bien. Hay demasiadas debilidades en los liderazgos de los dos lados. Todos sabemos cuál es el destino del barco, pero no hay un capitán que logre dirigirlo en la dirección correcta.     Creo que falta el coraje necesario para hacer lo que se debe.

    Si no se logra concretar la opción de la paz en uno o dos años, quedará perdida. Y así, aunque no lo queramos, la única opción será un Estado binacional, que al final tendrá mayoría árabe, no judía”.

 

Orsan Yassin, 53 años, intendente de Shfaram

    “En 1948 hubo aquí una guerra entre judíos y árabes y los judíos se quedaron con la tierra, pero no podemos mirar todo el tiempo hacia atrás.

    Israel ya existe, es reconocido por el mundo, es nuestro país. Si quiero que mis hijos tengan aquí un buen futuro, para recibir también tengo que dar.

    Yo también quiero que haya un Estado palestino pero tengo que preocuparme también por los árabes de Israel. En el día de la independencia, yo festejo”.

 

Miércoles 07 de Mayo de 2008

EEUU, ISRAEL Y LAS LÁPIDAS DE HORMIGÓN QUE DIVIDEN ORIENTE PRÓXIMO

 

Por Hernán Zin, Periódico 20 Minutos - España

Al recorrer la Cisjordania ocupada desde 1967 por el Estado de Israel, que el próximo día 14 cumple sesenta años de vida, se encuentran a cada paso estas construcciones de hormigón que parecen enormes lápidas.

 

Todo un símbolo de la marginación por la raza, así como por el mesianismo religioso, los intereses relacionados con el agua, la tierra, la especulación inmobiliaria y la industria armamentística, que sufren los palestinos.

 

Un símbolo que se repite en Irak, donde los EE.UU. han desperdigado estas enormes construcciones de concreto por todo el país, replicando el modelo israelí de dominación a través de la segregación y la exclusión a las que, en un giro dialéctico imposible de aceptar desde el derecho y la razón, llaman “medidas de defensa”.

 

EXPORTAR EL MODELO

Claro que todas las ocupaciones a lo largo de los siglos han seguido características similares, pero cuando los historiadores miren hacia las primeras décadas del siglo XX, quizás concluyan que el modelo que hoy se ha extendido por Oriente Próximo fue en buena medida creado, ensayado y desarrollado por Israel.

 

País destacado en la detención preventiva y en la tortura de los ciudadanos de los territorios que no le pertenecen, en el bombardeo de las zonas civiles, y en el desarrollo de tecnologías de última generación para la subyugación de la población dominada.


Un negocio fantástico, tanto para el sector público como para las empresas privadas, que comienza con los aviones no tripulados de reconocimiento y ataque, en los que Israel es sin duda líder mundial, y que exporta a países como India, China, Francia y Suiza por unos 600 millones de dólares anuales.

 

Siguiendo por los zeppelines de observación, que en algún momento se dijo que EE.UU. compraría para vigilar la frontera con México, donde la compañía militar israelí Elbit Systems ha conseguido un suculento contrato, y donde en estos días se supo que Blackwater va a establecer una nueva base. ¿Para llevarse su parte del negocio de cazar inmigrantes ilegales?

 

Para terminar con los cursos de entrenamiento que militares hebreos en activo y retirado imparten en decenas de países, incluido Zimbabwe, como explica Justin Raimondo en Antiwar a través del artículo “Israel loves Mugabe”.

 

Todo esto sin contar el armamento convencional, del que Israel se ha convertido en 2007 el cuarto vendedor a nivel planetario con contratos India, Turquía, EE.UU. y Gran Bretaña que alcanzan los 2.932 millones de euros.

 

LAS VALLAS DE EE.UU.

Ya en su momento Robert Fisk denunció la participación de militares israelíes en la construcción de los diversos muros de hormigón que dividen Bagdad, pues la sinergia entre ambos países en cuestiones estratégicas y armamentísticas es fluida.

 

Los bloques de hormigón se producen en la ciudad de Gopala, en el Kurdistán iraquí, al vertiginoso ritmo de 50 toneladas de concreto al día.

 

La colocación tiene lugar durante la noche, bajo la protección de helicópteros Apache. En algunas semanas se han llegado a instalar unos 2.000, según informa The Washington Post. A tal velocidad que cuando los soldados se paran frente a ellos al día siguiente, aún el cemento está fresco.

 

El más destacado de estas sucesiones de bloques de hormigón es el que encierra al miserable distrito chií de Sadr City, donde viven 2,5 millones de personas, y cuya puesta en sitio se aceleró últimamente, como informa el New York Times.

 

Justamente allí tuvieron lugar durante las pasadas semanas enfrentamientos que han dejado como saldo más de mil muertes. La CNN afirma que el 60% de las víctimas han sido mujeres y niños, una proporción de asesinatos de civiles similar a la que Israel obtiene cada vez que invade la franja de Gaza con sus tanques Merkava.

 

LA MISMA MANIPULACIÓN

Y una respuesta, por parte de las fuerzas castrenses estadounidenses que recuerda al argumento que tan a menudo dan los altos mandos hebreos: “Los terroristas usan a los civiles como escudos humanos”.

 

En este sentido, la sinergia entre ambos países va más allá del ámbito militar y también tiene lugar en el sector de la propaganda, con el uso reiterado hasta el paroxismo de la excusa del terrorismo para perpetuar la ocupación, y la perversa lógica de culpar al enemigo por las muertes de inocentes provocadas por ataques indiscriminados en zonas civiles.

 

Esos muros de hormigón con forma de lápidas que florecieron en Gaza y Cisjordania, para luego extenderse al Líbano durante la ocupación, y reproducirse ahora en Irak y Afganistán, son todo un símbolo de los intereses espurios y las mentiras que han cubierto de sangre la región.

 

Miércoles 07 de Mayo de 2008

PALESTINA: LAS VÍCTIMAS DE LAS VÍCTIMAS

 

Por Dámaso Javier Vicente Blanco, El Norte de Castilla - Castilla y León, España

Fue un judío alemán, el filósofo Walter Benjamín, que acabaría siendo víctima de la persecución nazi, el que dijo que era preciso examinar la historia desde la perspectiva de las víctimas, no de los verdugos. Y fue el cristiano-palestino Edward Said, catedrático de literatura comparada en la Universidad de Columbia (EE.UU.) y premio Príncipe de Asturias del 2002, el que dijo que los palestinos eran “las víctimas de las víctimas”. La historia del siglo XX puede leerse como una concatenación de humillaciones y conflictos. Si de la Gran Guerra salió humillado el pueblo alemán y en ello estuvo también el embrión de la II Guerra Mundial, la barbarie nacionalsocialista resultante de aquella humillación organizó la planificación del exterminio judío, la Soah (u Holocausto), que luego sería utilizada para legitimar la creación del Estado de Israel en Palestina, para acallar los suplicios del pueblo palestino y para minimizar la humillación árabe. De aquéllos polvos estos lodos, pues de la humillación árabe todos sabemos cuál ha sido el precio; fue en ella donde se alimentó y anidó la crisálida del radicalismo y el fundamentalismo islámico. Estas son lecciones que deberíamos aprender.

 

Se cumplen ahora sesenta años de la creación del Estado de Israel. Decía el mencionado Benjamín que “Jamás se da un documento de cultura sin que lo sea a la vez de la barbarie”. La creación del Estado de Israel, la llamada por los judíos israelíes “Guerra de la independencia” es la “Nakba” palestina, la “catástrofe”. Alrededor de un millón de palestinos salieron de sus hogares a punta de pistola, obligados a abandonar sus tierras y sus bienes. Allí había gentes de toda condición, palestinos de clase media, profesionales liberales, médicos, abogados, comerciantes, pequeños empresarios, campesinos, trabajadores. Debieron de abandonar sus casas, las casas de sus padres y de sus abuelos. Centenares de poblados fueron arrasados y hubo matanzas de civiles como la de Deir Yassim; una aldea donde los soldados judíos entraron lanzando fuego de ametralladora contra las casas, violaron mujeres antes de asesinarlas y reunieron a la población para matarla a sangre fría. Ya el Mahatma Gandhi, en 1938, había dicho que el proyecto sionista de crear el Estado de Israel llevaba a corregir una injusticia, la del pueblo judío, por medio de ocasionar otra, la del pueblo palestino. El internacionalmente más prestigioso historiador israelí, el profesor de la Universidad de Haifa, Ilan Pappé, acaba de publicar la traducción de un libro suyo al castellano, La limpieza étnica en Palestina (Crítica, 2008), donde da cuenta de estos hechos, utilizando como base documentos recientemente desclasificados. Como puede imaginarse, Ilan Pappé no puede publicar sus libros en Israel y vive allí amenazado de muerte.

 

El conflicto palestino aparece y desaparece de las portadas de los periódicos y de las pantallas de la televisión como el Guadiana. Cansa. Es de esos conflictos que se nos muestran como irresolubles. Ahora además, nos parece más complicado y menos comprensible con la presencia de Hamás. Pero la actual catástrofe humanitaria es real. Israel incumple las resoluciones de Naciones Unidas. Incumple los límites fijados en 1967. Incumple sus obligaciones como potencia de ocupación de los territorios que no son suyos, los territorios palestinos, Gaza y Cisjordania. Incumple la obligación de no ampliar los asentamientos. Planifica, con el poder que le da la ocupación, la destrucción palestina. El peso sobre el poder del fundamentalismo religioso judío le lleva a tomar decisiones desquiciadas, pues su fundamentalismo no es menos integrista que el islámico, pero usa otros medios. El llamado “Cuarteto”, con Estados Unidos incluido, advirtieron a Israel el pasado 2 de mayo de que no debía ampliar los asentamientos; las colonias ilegales que lleva extendiendo sin parar, aún en las épocas de negociaciones de paz. Israel es un negociador desleal, no ha cesado de ampliar su espacio por nada del mundo. Hay en ello una fatal evocación de la lógica del “espacio vital” de tan infausto recuerdo.

 

El pasado 29 de abril se presentaba en el aula Mergelina de la Facultad de Derecho de Valladolid un comunicado firmado por setenta profesores de la Universidad de Valladolid, a iniciativa de algunos miembros de la comunidad palestina en la ciudad. Llevaba por título “La necesidad de un clamor internacional frente a la catástrofe humanitaria en Palestina”. La catástrofe humanitaria está ahí, no sólo en los televisores o en las portadas de los periódicos. Es una realidad material. Cuando escribo estas líneas, las páginas Web de los periódicos titulan: “Suspendida la ayuda a Gaza”. El silencio de la comunidad internacional, de la sociedad civil de occidente, es casi atronador. ¿Quién puede clamar por ello?

 

Miércoles 07 de Mayo de 2008

ISRAEL, DE LA NORMALIZACIÓN A LA OCUPACIÓN

 

Por Alberto Masegosa, Proceso Digital

El Estado de Israel celebra a partir de esta noche y hasta mañana el sesenta aniversario de su creación en 1948 por una decisión con la que Naciones Unidas pretendió la “normalización” del pueblo judío dotándolo de un "hogar nacional".

 

La intención fue que, repartidos por el mundo, los judíos contaran con un estado como el resto de naciones para protegerlos del peligro de un nuevo Holocausto como el que hacía tres años habían perpetrado los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

 

Tras barajarse la posibilidad de establecerlo en los territorios de países tan dispares como Argentina y Uganda, el nuevo estado se implantó finalmente en el que entonces todavía era protectorado británico de Palestina, la bíblica Tierra de Israel.

 

El territorio había albergado tres mil años antes el reino del rey mítico David, incluía la capital religiosa hebrea, Jerusalén, y acogía desde finales del siglo XIX oleadas de emigración judía que se fueron haciendo masivas al calor del movimiento sionista.

 

Pero hacía más de un milenio que el grueso de los habitantes del país eran árabes que en su mayor parte profesaban el Islam.

 

En un intento de satisfacer las aspiraciones de los antiguos y los derechos de los nuevos inquilinos la ONU dividió la antigua Palestina en dos estados -uno judío y uno árabe-, en un reparto salomónico que aceptaron los primeros y rechazaron los segundos.


 

Y que provocó un conflicto armado que se había gestado en los meses previos con cruentos enfrentamientos entre las dos comunidades, y que seis décadas después es el más longevo y el que mayores implicaciones políticas y militares tiene en el planeta.

 

El primer jalón bélico se produjo en 1948, cuando de manera simultánea a la proclamación del Estado de Israel fue atacado por los ejércitos de media docena de países árabes.

 

La victoria en la llamada Guerra de la Independencia permitió al estado recién creado ampliar su soberanía al territorio que en la actualidad se reconoce internacionalmente como israelí.

 

El giro se produjo veinte años después, cuando en 1967 Israel se apropió en una nueva guerra de varias parcelas de países árabes vecinos, y de estado amenazado pasó a potencia ocupante.

 

El Estado de Israel ha ignorado desde entonces, en ocasiones de manera sistemática, las decisiones de Naciones Unidas -el organismo en que basa su legitimidad-, para que abandone la ocupación y regrese a las fronteras que tenía hace cuatro décadas.

 

Y con el argumento de proteger su seguridad ha respondido a atentados terroristas con lo que según los parámetros de las democracias occidentales sería terrorismo de estado.

 

También discrimina socialmente a las poblaciones árabes con ciudadanía israelí, y segrega físicamente a los palestinos de Gaza y Cisjordania, con muros, vallas y cercos.

 

Más allá de cuestiones morales, estas prácticas le acarrean en el plano político un grave déficit de imagen e impiden su total regularización y plena integración en la comunidad de naciones.

 

Y empañan logros como un sistema de cobertura social que llegó a ser modélico, un aparato judicial implacable en la persecución de delitos de corrupción política, y una disposición no menos ejemplar para asistir a otros pueblos ante desastres naturales.

 

Esto es, truncan la “normalización” iniciada seis décadas atrás.

 

Lunes 05 de Mayo de 2008

60 AÑOS DEL ESTADO DE ISRAEL, LA NAKBA NO HA TERMINADO.

 

Por Juan Miguel Muñoz, Diario El País - España

El 14 de mayo de 1948, David Ben Gurión fundó el Estado de Israel en tierras de la antigua Palestina. Al día siguiente comenzó la primera guerra árabe-israelí. Sesenta años después, la paz sigue ausente en una tierra pretendida por dos pueblos.

 

A tiro de piedra de la residencia oficial del presidente de Israel, la cristiana y elegante palestina Claudette Habesch señala con el dedo: “La mitad de ese árbol da limones; la otra mitad, naranjas”. Su padre, un próspero hombre de negocios, adoraba entretenerse en el jardín de su casa. En 1947 alquiló el sótano a un joven y otra vivienda contigua a una familia judía, los Jacoby. Claudette, entonces una niña de siete años, jugaba con Ruth Jacoby. Hasta que un día el padre de Claudette descubrió una bomba en su hogar. “La colocó el inquilino, que pertenecía al Irgun”, recuerda la mujer palestina. Eran tiempos muy agitados. El movimiento terrorista judío sembraba el caos. Los francotiradores de la Legión Árabe jordana disparaban desde las murallas de la ciudad vieja de Jerusalén. Los Habesch decidieron trasladarse a su casa de veraneo en Jericó. Nunca volvieron a Talbieh, el barrio de la burguesía palestina. Hace un mes, Claudette cayó en la tentación. Visitaba de nuevo la casa de su infancia. Se adentró en el jardín. Con voz tenue, deseando eludir a Ruth, habló de los desgastados azulejos del suelo en el pórtico de entrada, de las viejas puertas blancas de hierro, de la fuente y los árboles asilvestrados que su padre cuidaba. Ruth se asomó a una ventana y preguntó quién andaba por ahí. Se reconocieron al instante. Se saludaron, se fotografiaron y se despidieron en el lugar en el que se divertían juntas. Sin efusividad. El reportero comentó que no le agradaba allanar una propiedad ajena. “Lo entiendo”, afirmó Claudette emocionada, “pero yo sí entro. Es mi casa. Ruth dice que la compró, pero no a sus dueños”.

 

Israel mira al futuro atado a su pasado, siempre con enemigos. Los palestinos ven en su futuro un túnel negro

 

El 14 de mayo de 1948, David Ben Gurión fundó el Estado de Israel en tierras de la antigua Palestina. Al día siguiente comenzó la primera guerra árabe-israelí. Sesenta años después, la paz sigue ausente en una tierra pretendida por dos pueblos.

 

Originarios de 70 países de todo el mundo, los israelíes carecen de una identidad común.

 

Para los palestinos, el desastre sigue vivo. No pueden olvidar el expolio porque nunca cesó

 

La sociedad está dividida. Un viejo chiste dice: cuando dos judíos se reúnen fundan tres partidos

 

La muerte de un soldado se atribuye ahora siempre al terrorismo, la causa que todo lo justifica

 

La confianza palestina en la comunidad internacional se ha esfumado, se sienten solos

 

En 1948, los palestinos huyeron sin plantar cara. Sus hijos han dado la vuelta a la tortilla

 

“La novia es bonita, pero ya está comprometida”. La delegación sionista que visitó Palestina medio siglo antes de la fundación de Israel llevó ese mensaje a los líderes judíos europeos que calibraban dónde fundar su Estado. ¿Argentina? ¿Uganda? La escogida, Palestina, sigue siendo escenario de una cruda batalla por la tierra. Probablemente, lo único que permanece inmutable desde que, tras el Holocausto, los judíos perseguidos en Europa desembarcaran de viejos buques en las playas de Haifa. Seis décadas después del día –14 de mayo– en que David Ben Gurión declaró la independencia en la avenida Rotschild de Tel Aviv –“en Jerusalén se fue la luz, no pude escucharla por la radio”, recuerda el historiador y ex vicealcalde Meron Benvenisti–, Israel y los territorios palestinos atraviesan una coyuntura crucial. Del Israel que soñaron y forjaron los fundadores quedan sólo vestigios, y el panorama es sombrío. Las celebraciones –miles de israelíes han firmado contra los excesivos dispendios en los fastos– serán austeras. ¿Y los palestinos? El profesor universitario Bashir Bashir, árabe con pasaporte israelí, se apresura a precisar: “Yo no celebro el 60º aniversario. Yo conmemoro la Nakba, la catástrofe”. Un desastre que para ellos sigue muy vivo, y no sólo en la memoria. Les resulta imposible olvidar el expolio porque nunca ha cesado. Malviven sus cuatro millones de almas bajo ocupación en Cisjordania, y asediados económica y militarmente en un gueto: Gaza. Profundamente divididos. La pobreza crece. Nunca, ni durante el imperio otomano (hasta 1918), el mandato británico (1948) o la dominación egipcia (1967), han sufrido tanto.

 

Israel mira al futuro encadenado a su pasado. Siempre con enemigos –ahora Irán, Hezbolá, Hamás, Siria– a la vista. “No se ha digerido el Holocausto, y su traducción es que siempre existe una amenaza existencial. Es con lo que juega la clase política: ahora conecta el terrorismo con la cuestión nuclear iraní. El israelí medio está abrumado y mira hacia otra parte. A los israelíes y a los palestinos les gustaría que desapareciera el enemigo. Pero eso no va a suceder”, opina Mario Sznadjer, profesor de ciencias políticas de la Universidad Hebrea. Los palestinos coinciden en describir el porvenir: un túnel negro. Sólo Hamás confía en su fe para superar la enorme frustración. Un factor decisivo para el futuro inmediato, porque tras 50 años de hegemonía indiscutible de los laicos de Al Fatah, la islamización de la sociedad palestina se antoja imparable. Un proceso que comenzó hace un cuarto de siglo, cuando las mujeres aún lucían falda y melena. Sus nietas, la mayoría con orgullo, llevan velo. Israelíes y palestinos son rehenes de una trágica historia.

 

Originarios de 70 países, los israelíes carecen de una identidad común. “Incluso para mis hijos y nietos es muy extraño todo lo que pienso. Me siento un extranjero en mi país. Soy un fósil, nostálgico y desilusionado”, cuenta Benvenisti, nacido en 1934 en Jerusalén. Sus padres habían emigrado desde Grecia y Lituania 10 años antes. “Hoy sólo quedan 60.000 judíos, el 1% de la población israelí, que recuerdan el nacimiento del país”. La memoria y el presente se abofetean. “Tuvimos una actitud antisemita hacia nuestros padres porque detestábamos la vida que llevaban los judíos en Europa. Creímos que éramos buenos, sionistas socialistas que construiríamos una sociedad nueva basada en los kibutzim. Y muy pronto, en los años cincuenta, empezamos a crear una sociedad injusta, mediocre. Tuvimos que acoger oleadas de inmigrantes, de gente destrozada. Nos desilusionamos muy pronto”, agrega el profesor.

 

Los “kibutzim” guardan ya poca relación con el mítico sistema comunal, al tiempo que las privatizaciones impulsadas hace una década adelgazan el Estado de bienestar. La aliya (inmigración de los judíos a Israel) está en sus estertores, hasta el punto de que la Agencia Judía se dispone a abandonar su misión de atraer correligionarios al Estado. La seguridad, anclada en un potentísimo ejército, comenzó a quebrarse en la guerra de Yom Kipur, en 1973. En el verano de 2006, por primera vez en 40 años, la guerra también se libró en suelo israelí: 33 días soportando cohetes sobre el norte, convertido por Hezbolá en un páramo. Los pilares sobre los que se fundó la utopía se caen.

 

“La sociedad israelí”, precisa Benvenisti, “está completamente fragmentada porque conviven varias subculturas: emigrantes rusos, ultraordoxos, los judíos de los países árabes, los religiosos sionistas y los hijos seculares de los padres fundadores. Lo único que les une es el odio a los árabes. Una manera de definir la identidad israelí es preguntarse: ¿quién no eres? Lo relevante es el enemigo exterior. Admitir esto es muy difícil para todo israelí, porque pretenden mantener la ilusión de una identidad y quieren aferrarse a unos valores. Pero cuanto más fragmentada está la sociedad, más necesaria es la propaganda. El Holocausto es un elemento importantísimo en la construcción de la identidad del pueblo. Es macabro”.

 

Los jóvenes más ilustrados también desesperan. El escritor Ron Leshem, de 32 años, ejemplifica esa ansiedad. “Perdimos la ingenuidad. Tras el trauma de Yom Kipur se produjo una grave herida y perdimos la confianza. En 1982 comenzó otra guerra, y desde entonces no hay consenso. Las guerras han provocado que la gente esté exhausta, sobre todo los jóvenes. Israel es una gran institución psiquiátrica en la que los doctores son muy malos. Parte de la población cree en las soluciones mágicas, aunque eso sea ridículo, y luchan con fanatismo por esa solución. Soy muy pesimista, esto es deprimente. Es una esquizofrenia. Este país son un montón de tribus aisladas que tienen miedo a cualquiera que sea diferente, que se odian. Sospechan de todos. No formamos una sociedad”.

 

Los ultraortodoxos se enclaustran en las burbujas de sus barrios, sinagogas y escuelas talmúdicas. Apenas se relacionan con sus conciudadanos. Los mizrahi (judíos originarios de países árabes o musulmanes) acusan todavía a las élites asquenazíes (judíos procedentes de Europa central, los fundadores del Estado) de marginarles. La discriminación de las minorías beduinas, drusas, árabe-israelíes o etíopes es insultante. El millón de rusos, incorporados tras el derrumbe de la Unión Soviética, editan periódicos en su lengua, y, claro está, tienen su propio partido político. Porque, como dice el chiste, cuando dos israelíes se reúnen fundan tres partidos.

 

Nada es hoy lo que fue en los años cuarenta, cuando los judíos arriesgaban sus vidas y corrían a luchar. El bienestar merma la disposición al sacrificio. La muerte de un soldado es ahora un drama nacional atribuido siempre al terrorismo, el pretexto que todo lo justifica. No importa que el uniformado cayera invadiendo la ocupada Gaza. “Hoy”, asegura Leshem, “el 35% de los jóvenes no va al ejército. El sueño es ser ingeniero informático, no oficial. La mayoría de los hijos de los ricos, o no sirven en las Fuerzas Armadas, o lo hacen en los servicios de inteligencia. Al frente de batalla van los inmigrantes, los pobres o los religiosos sionistas. Las élites no tienen un compromiso. En Tel Aviv no pensamos en los cohetes que se disparan contra Sderot, a sólo 30 minutos en coche. Vivimos en un sueño y no percibimos que un día los cohetes pueden alcanzarnos”.

 

La ciudad mediterránea es otra burbuja en la que trabaja Miri Weingarten, activista de Médicos por los Derechos Humanos. “Hay un muro también en las mentes. Tel Aviv no sería tan tolerante y abierta si se conociera bien lo que sucede en Gaza y Cisjordania. Aquí se puede ser homosexual o izquierdista, pero Jerusalén refleja mejor la esencia de Israel”. No es de extrañar que amplios segmentos de la población ignoren lo que sucede en los territorios ocupados. El Gobierno israelí prohíbe a sus periodistas trabajar en la franja. La matanza de 130 palestinos en Gaza –la mitad mujeres, niños y hombres desarmados– a comienzos de marzo sólo mereció unas pocas líneas en una página perdida de los periódicos más leídos.

 

El novelista David Grossman ha escrito que Israel es un país sin compasión. Y eso que aludía, preferentemente, a las relaciones entre sus compatriotas. El desprecio al palestino y el desinterés por su porvenir es la regla. Desde hace seis años apenas ven esa mano de obra barata. La oleada de atentados suicidas ejecutados por Hamás mató a cientos de civiles, y el Gobierno de Ariel Sharon anuló los permisos de trabajo y levantó el muro de hormigón y las alambradas electrificadas en Cisjordania. Es la frontera que deseaba imponer. Sin negociar. En agosto de 2005 evacuó a los 8.000 colonos de Gaza. Los israelíes se han convencido de que el divorcio es una necesidad imperiosa. Cuestión aparte es que sea ya posible.

 

Palestina e Israel son paraísos del odio. Mutuo y arraigado. Cientos de palestinos celebran en las calles cada atentado terrorista. Los israelíes expresan su animadversión más comedidamente. “¿Que mueren civiles? No me da ninguna pena”, exclama un ejecutivo bancario. La impunidad es casi norma cuando la víctima es árabe. El jefe de bomberos de la región norte ha confesado sin reparos en un diario israelí que asesinó a dos hombres desarmados en Gaza en 1967. “Había que disuadir”, recordaba ufano. Ahora se lanzan bombas de fragmentación en Gaza que despedazan a inocentes. Cientos de muertos al año. Más disuasión. Los gobiernos israelíes han demolido 18.000 casas palestinas y admitido la práctica de la tortura. Un ex soldado reconoció el verano pasado haber disparado a un hombre de Hebrón porque le miró mal. Hubo confesión, pero no castigo. Se discrimina flagrantemente a la minoría árabe-israelí en las inversiones públicas, se veta su acceso a la venta de tierras estatales, se les impide construir viviendas…

 

Seis guerras después (1948, 1956, 1967, 1973, 1982 y 2006), Israel atraviesa otro periodo de tensión bélica y también de hastío por el continuo brotar de escándalos de corrupción que aquejan a una clase política desacreditada. Paradójicamente, la bonanza económica se prolonga desde hace un lustro. Aunque las desigualdades sociales, efecto de las reformas liberalizadoras, son desgarradoras.

 

El banco central acaba de difundir un informe preocupante: el 34% de los ciudadanos no puede comprar varios alimentos básicos. Decenas de miles de familias han recibido comida de organizaciones caritativas para celebrar la pascua judía. El sistema educativo, advierten los expertos, está hecho unos zorros, aunque algunas universidades –sólo la Hebrea de Jerusalén cuenta con más premios Nobel que España– alcanzan la excelencia. Junto a ciudades con enormes bolsas de pobreza –Ramla, Lod, Kiryat Malachi…– se alza el moderno y vibrante Tel Aviv. Rico, aunque descuidado. El reino de los laicos. “Es el Israel próspero que puede permitirse el lujo de subvencionar las dos periferias: las ciudades en desarrollo, basadas en la industria y en sectores económicos obsoletos, y los colonos, que viven del empleo público, trabajan en Jerusalén o Tel Aviv y no disponen de una economía real”, explica Sznadjer.

 

Israel cuenta con una potente industria informática y de fármacos genéricos, es uno de los líderes mundiales en patentes y en investigación de nuevos materiales, es pionero en energía solar, y su industria armamentística es poderosísima: acaba de desplazar al Reino Unido como cuarto exportador mundial de armas. Pero al mismo tiempo, su economía también depende de sectores caducos como la agricultura o los sectores químico y textil, que emplean a la mitad de los siete millones de israelíes. A un nutrido grupo de ciudadanos, estos avatares les importan un bledo.

 

Viven en sus mundos. Hasta los 23 años, Amid Peer, nacido en Tel Aviv, pisaba poco las sinagogas; ahora –tirabuzones y ataviado con levita negra– pide donaciones en el Muro de las Lamentaciones. A sus espaldas, el presidente Simon Peres se dirige a centenares de cadetes de las escuelas militares. Recuerda el mandatario que Israel no tenía tanques en 1948, que cinco países árabes les atacaron… La mayoría cree la narrativa heroica, aunque historiadores prestigiosos hayan desmontado la versión oficial: los soldados judíos siempre gozaron de nítida superioridad numérica y armada frente a los ejércitos árabes. “Peres sólo dice tonterías. Tenemos enemigos porque no rezamos. Si pudiera hablar, les diría a esos jóvenes que no se alistaran. Necesitamos más fe. Si todos los judíos lucháramos por el objetivo común de la salvación no necesitaríamos al ejército. Dios nos protegería”. En cuanto a la tierra, no hay debate. “Eretz Israel, entre el río Jordán y el Mediterráneo, fue entregada por Dios a los judíos. Así lo dice la Biblia. ¿Sabes que los palestinos tienen 22 Estados árabes donde pueden habitar?”, interroga Peer. Se marcha sonriendo. Es feliz.

 

Esa mueca de eterna felicidad ilumina también el semblante de Dina Rajamim. Vive desde hace 25 años con su marido y siete hijos en el asentamiento de Eli, residencia de 600 familias protegidas por el ejército, sobre una colina en Cisjordania. No estrecha la mano por imperativo religioso, pero es pura amabilidad. “No es sencillo vivir aquí. Ha de amarse el lugar. Esta tierra es nuestra. Y la tierra lo sabe. Por eso a nosotros nos da frutos, porque sabe que nuestro corazón está con ella. Mira los árabes. Nos marchamos de Gaza y no pueden cultivar porque a ellos la tierra no les da frutos”.

 

Dima, falda larga y cabello cubierto, cree fervientemente lo que dice. Pero tampoco ignora, como tanto israelí, que el sueño del Gran Israel no será el futuro. Se aprecia su resignación. “No haremos como en Gaza. No queremos enfrentarnos al ejército porque nuestros hijos son soldados. Nos iríamos con dolor. Aquí nos trajo Ariel Sharon y ahora nos quieren sacar. Estamos cansados del conflicto, pero los árabes lo quieren todo. Quieren Jerusalén, y eso no puede ser. Es nuestro. Está escrito en la Biblia. Los palestinos viven aquí y no los podemos expulsar. Pero todo se agravó cuando Sharon subió al Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas, septiembre de 2000). No debía haber provocado, porque, además, nadie debe pisar el monte. Sólo cuando llegue el Mesías”. Si llegara el Mesías se toparía en Cisjordania con un mar de alambradas, de muros y de torretas militares. De bloques de cemento que taponan las carreteras palestinas. Es agobiante. Los colonos, atrincherados en sus 120 asentamientos y 100 colonias salvajes de casas prefabricadas, disponen de las suyas. En los tramos comunes no se detienen en los check-points. Tienen su carril. Un muro de hormigón de ocho metros de altura asfixia varias ciudades –Belén, Kalkilia, Tulkarem…–. Israel ha ganado en seguridad después de dos intifadas. Las cifras de víctimas mortales israelíes han caído en picado en los últimos cinco años, y la presencia permanente de los soldados en Cisjordania y las redadas diarias abortan ataques y atentados. Cuentan con miles de soplones a su servicio.

 

“La ocupación dura 40 años”, explica Miri Weingarten. “Dos tercios de la historia de Israel. Pero la historia de 1948 no ha terminado. Los israelíes dicen a los palestinos que la Nakba es el pasado. Para ellos no lo es. Siguen viviendo en los campos de refugiados, sufriendo expropiaciones, mueren en manifestaciones. Todo les lleva a recordar 1948. La Nakba no ha terminado”.

 

Sonríe Amer Awad en su modesta casa de la ciudad de Gaza. “¿Qué me vais a contar de los 60 años?”, espeta de entrada. Su pueblo, Hamamé, se alzaba a 15 kilómetros al norte de la franja, hoy Israel. “Nunca olvidaré lo que vi. Yo tenía 12 años en 1948. Recuerdo que teníamos buenas relaciones con los judíos porque forma parte de nuestra tradición ser hospitalarios. Les visitábamos en sus fiestas. No me arrepiento. Pero el mundo no sabe lo que nos hicieron. Dos semanas después de que nos expulsaran regresé con mi padre, mi tío y unos primos para recoger las cosas. Dormimos en nuestras casas. A la mañana siguiente fui a la de mis primos. Uno estaba sin cabeza, otro con las tripas fuera. Mientras huíamos otra vez nos bombardearon. Hacían cráteres tan grandes como camellos”. Cuando, muchos años después, pudo volver a su aldea identificaba los lugares por los árboles. No quedaba nada más: 500 pueblos fueron borrados del mapa –el historiador Ilan Pappe tilda de “limpieza étnica” la expulsión de unos 800.000 palestinos a los países vecinos–, y sobre esos lugares Israel creó parques nacionales. Entre los pinos y abetos, ajenos a la flora autóctona, aún pueden encontrarse ruinas.

 

Recordarán su 14 de mayo. El día más triste. Embargados por la melancolía, el resentimiento, el miedo, la impotencia, la incomprensión y una economía de subsistencia. Sus miradas lo dicen todo. Les cuesta comprender por qué Israel, que ignora desde hace cuatro décadas la resolución de Naciones Unidas que exige la retirada de los territorios ocupados, goza de impunidad. La confianza en las buenas palabras de la comunidad internacional se ha esfumado. Se sienten solos. En los últimos dos años, tras el bloqueo económico impuesto a Hamás después de su triunfo en unas elecciones impolutas, el recelo hacia Europa se ha disparado. “¿No querían democracia?”, se preguntan.

 

Leila Sansour, de 42 años, es cineasta. Hay que tener coraje para serlo en Cisjordania, donde sólo hay un cine abierto. Trabaja con ONG extranjeras, y a muchas las critica ácidamente. “Se guían por agendas propias. Hay una nueva moda. Si quieres hacer un vídeo sobre la ocupación de Palestina, es muy difícil. Los temas deben ser los derechos de la mujer o la transparencia en el Gobierno. Nos tratan según un modelo colonial. No ayudan a crear una industria, sólo dan una cámara a un principiante y nos acostumbran a la caridad. Eso hace difícil que seamos ambiciosos”, explica Sansour. Todo ayuda a alimentar el extremismo. “La fuga de cerebros nos daña. En los años setenta y ochenta, muchos activistas pacifistas acabaron en la cárcel o exiliados, y, tras ese fracaso, el relevo lo han tomado fuerzas más radicales. Hemos intentado que el mundo nos ayudara, pero nada se ha conseguido”. La frustración respecto a la comunidad internacional es inmensa. “La simpatía de Europa no es suficiente. La gente se ha convencido de que hay que enfrentarse a la ocupación con la fuerza que tengamos”, dice Sansour.

 

Y es que los Gobiernos israelíes han destrozado sistemáticamente los liderazgos palestinos. Yasir Arafat siempre fue considerado un terrorista. Que en 1988 diera el complicadísimo paso de reconocer la legitimidad de Israel sirvió para alumbrar el proceso de Oslo en 1993. Las negociaciones embarrancaron. Arafat fue encerrado en la Muqata de Ramallah hasta la partida, en 2004, hacia su muerte en París. El actual presidente, Mahmud Abbas, fue humillado sin escrúpulos. “Es irrelevante”, repetían los gobernantes israelíes que ahora lo consideran su socio. El historiador Benvenisti no se traga ese anzuelo: “El mundo está sobornando a los palestinos con miles de millones de dólares para mantener la ilusión de un proceso de paz. La Autoridad Palestina no existe, son una banda de ladrones. Y el Estado de Israel se fundamenta en la superioridad sobre los inferiores aplicando un régimen de apartheid”.

 

No hay palestino de a pie que crea en el diálogo con Israel. Durante 60 años han mirado hacia adelante y hacia atrás, a derecha e izquierda, y hacia abajo. No han hallado la salida. Han padecido también los desmanes de sus propios clanes políticos, corruptos hasta límites escandalosos. Ahora cientos de miles dirigen su mirada hacia arriba. Hacia su Dios. “En Yabalia (Gaza), hace 20 años sólo había dos mezquitas”, comenta Fayez. “Algunos viejitos iban a rezar. No había salas para las mujeres. Hoy, sólo en este campo de refugiados hay docenas de templos, y no se construye una sin una planta para mujeres. Los viernes están a rebosar”. La tendencia se atisba irreversible. “Mi hijo tiene cuatro años y va a la mezquita. No se lo hemos enseñado. Cuando oye al imán lo deja todo”. Impera la miseria, la luz y el gas escasean, las materias primas no entran en Gaza desde hace un año, el desempleo es atroz, el sector privado casi ha desaparecido… Como hace seis décadas, el burro aún es un medio de transporte. En la franja se fermenta el radicalismo. Nadie puede aislarse del cerco bestial que padece el territorio. “Tengo otra hija de dos años”, añade Fayez, “que el otro día me pidió que le comprara ropa de muyahidin. Quiere luchar contra los israelíes porque nos cortan la luz”.

 

La desolación también conduce a otros caminos. Vera Baboun enseña literatura en la Universidad de Belén. Enviudó a los 45 años y alimenta a cinco hijos. Es creencia extendida que las mujeres palestinas se limitan a sus labores caseras. Craso error. Abundan las que son más duras y decididas que muchos hombres. Hay que tener arrestos para ser mujer y jugar al fútbol. Como Honey Thaljieh. “Jugamos en asfalto, afrontamos el problema del muro y la mentalidad machista. Las mujeres vienen a animarnos; pero los hombres, a comprobar si somos capaces de jugar”. Vera Baboun tampoco se rinde. “Los palestinos”, apostilla, “tienen varios estereotipos: los refugiados del interior, los del exterior, emigrantes que decidieron marchar para no volver, los palestinos que viven en Israel. ¿Sabes lo que es bueno? Permanecer. Los que vivimos bajo asedio somos los más afortunados. Creo que eso nos fortalece. Sólo podemos escoger entre el negro y el negro”.

 

Que se lo digan a Hagar Kandil, vecina de Rafah, fronteriza con Egipto. Su marido está desempleado desde hace siete años. Hagar trabaja en el sector educativo y gana 500 euros al mes. No ve a dos de sus hermanos emigrados ni a su hijo, en una escuela militar en Yemen, desde hace tres años. No hay que buscar para hallar familias con tres o cuatro miembros en el exilio. Hagar, sin embargo, sólo salió de Gaza una vez en su vida, en 1980, y para ir a Cisjordania. “Cuando mandaban los egipcios había seguridad, pero la pobreza era tremenda. Con los israelíes mejoró la economía, pero la gente se sentía amenazada en sus casas. Ahora no nos podemos considerar seres humanos. Creo que vivimos peor que nunca”.

 

Majed Shahin casi no puede comparar. Es uno de los 600.000 palestinos encarcelados en algún momento en Israel: 23 de sus 50 años los ha pasado entre rejas. Cumplió su condena en 2007. Eterno militante en Al Fatah, no se arrepiente de nada. Cobra una pensión de 1.000 euros –“como un general”, asegura– por su condición de ex prisionero. Y tampoco confía en las negociaciones con Israel que dirige su partido. “No hay otro remedio. Al Fatah sabe que eso destruye su imagen, pero ese gobierno está muy presionado por la comunidad internacional. La alternativa es la resistencia, pero la división que existe ahora entre los palestinos la hace inviable. Además, necesitamos la unidad árabe. Sin ella sólo podrá haber pequeños ataques”. Largo lo fía.

 

Son legión, no obstante, quienes disienten de Majed. Los más aguerridos, los 25.000 milicianos islamistas. Dispuestos a lo que sea. “Por mi patria y mi religión”, claman. Disciplinados, han alcanzado el modesto estatus de mosca cojonera frente al ejército más poderoso de Oriente Próximo, y han situado bajo la amenaza de sus cohetes Kassam, todavía artesanales, a 250.000 israelíes. En 1948, los judíos pelearon a muerte y los palestinos se fugaron sin apenas plantar cara. Los hijos de los refugiados han dado la vuelta a la tortilla, fundaron Hamás en 1987 e inculcaron a los nietos la disposición al sacrificio. Saben que van a sufrir lo indecible, y que, casi con certeza, nunca verán los frutos. Pero su vida es un tormento. Y juran que aguantarán.

 

Claudette Habesch cree que no hay que lanzar siquiera una piedra. Insiste en que hay que persuadir a las potencias mundiales. Y en cierto modo coincide con el profesor Benvenisti. “No quiero”, afirma la mujer, “echar a nadie al mar, pero tampoco quiero que me expulsen al desierto. ¿Sabes? Los judíos son las víctimas. ¿Es ésta su victoria? Yo veo lo que 40 años de ocupación han causado a sus generaciones. No me gustaría ver a mis hijas trabajando en el aeropuerto Ben Gurión y pidiendo el sujetador a las mujeres. ¿Es eso seguridad? Ya no me pongo elegante cuando viajo. Me visto con chándal”.

 

Lunes 05 de Mayo de 2008

MI  NAKBA

 

Por Najwa Sheikh*, Electronic Intifada / Rebelión

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

Dentro de unas pocas semanas** los palestinos de todo el mundo conmemorarán su Nakba (catástrofe), la pérdida de su tierra natal, de su identidad, de su dignidad y de su vida.

 

Muchos países y organizaciones interesados por el dilema palestino ayudarán en esta conmemoración. Para ellos la Nakba significa hablar de sufrimiento y de la pérdida de una nación, contar las relatos de quienes fueron testigos del acontecimiento y huyeron de su tierra natal con una esperanza, la de que un día retornarían.

 

Como perteneciente a la tercera generación de refugiados palestinos, para mí la Nakba es diferente en términos de lo que contiene de dolor y de sufrimiento. Soy totalmente consciente de la gran perdida que experimentaron mis padres y mis abuelos cuando huyeron de su tierra en 1948. Sé lo devastador que es perder el lugar que te da todo el sentimiento de seguridad y la identidad que te dice quién eres realmente. El dolor que sintieron mis abuelos durante los años de su vida que vivieron en el campo (de refugiados) hasta que murieron con el único deseo de volver a ver su casa es desgarrador. Los sueños que mi padre conservó en nombre de sus padres y sus propios sueños de volver a casa son también desgarradores.

 

Pero para mí la Nabka es más que huir de la tierra natal y perder la propia identidad. Es no tener ni un solo recuerdo de la tierra que un día fue la de mis abuelos y de mis padres. Es no tener nada que contar a mis hijos, como el sabor de los frutos de mi tierra, el olor de su arena, las historias y las experiencias con mi pueblo.

 

Mis abuelos y su generación, y también mis padres y su generación son afortunados, simplemente porque cada uno de ellos tiene una historia que contar, una historia propia, incluso su historia del viaje de su huida con todas sus experiencias dolorosas. Sus recuerdos compartidos del lugar que un día fue suyo les ayudaron a continuar con su vida y les dieron el valor para luchar contra las terribles condiciones en las que se ven obligados a vivir.

 

Todavía recuerdo los relatos de mis abuelos acerca de su tierra, de sus tradiciones, de sus vecinos, las bodas, los nacimientos, incluso acerca de la muerte. Con cada palabra de sus relatos, un torrente de sentimientos rompe el dolor y la pérdida, les devuelve otra vez su tierra, fresca y viva, como si nunca la hubieran abandonado un día.

 

Estos relatos eran la chispa de esperanza que fortalecía su convicción y su deseo, y les daban una razón para vivir, para continuar. Compartir estos relatos con sus hijos y sus nietos era revivir su tierra.

 

Yo soy una refugiada que ha vivido toda su vida en un campo, preguntándome qué relatos iba a contar a mis hijos, qué relatos iba a conservar. Los relatos que yo tengo se limitan al campo, a los callejones estrechos, a los canales de desagüe que rebosan en invierno, a las aulas abarrotadas.

 

En mis relatos no hay un olivar, no puedo describir sus frutos y su sabor. En mis relatos no hay espacios naturales, simplemente personas que viven el día a día. Unos relatos que mis hijos nunca vivirán porque también ellos vivirán la misma vida que sus padres, la vida del campo. Andarán por los mismos callejones estrechos, saltarán esquivando los mismos canales de desagüe para cruzar la calle y experimentarán la misma dolorosa vida abarrotada de gente que vivieron sus padres.

 

La experiencia de tener que huir fue terrible para mis padres y para mis abuelos, pero los recuerdos que conservan a través de los años alivian el sabor de su pérdida y de su dolor. Cuando se sienten perdidos en su tristeza los recuerdos les ayudan a devolver algo dulce a sus vidas, un privilegio que ni mis hijos ni yo, quizá ni siquiera mis nietos, tendremos.

 

* Najwa Sheikh es una refugiada palestina que vive en el campo de refugiados de al-Majdal situado al norte de Gaza. Ha vivido toda su vida en campos de refugiados de Gaza. Está casada y tiene tres hijos. Este artículo se publicó originalmente en Palestine Chronicle y se reproduce con su autorización.

 

** El artículo se escribió el 17 de abril de 2008. El aniversario de la Nakba es el 15 de mayo (N. de la T.)

 

Viernes 02 de Mayo de 2008

LA NAKBA, UNA TRAGEDIA GRABADA EN LA IDENTIDAD DEL PUEBLO PALESTINO

 

Fuente: Agencia EFE - Terra España

La creación hace sesenta años del Estado de Israel, que los judíos celebran con conciertos y fuegos artificiales, es para los palestinos la “Nakba”, la tragedia que cambió sus vidas y forjó su identidad de pueblo desposeído.

 

“En 1948 confluyeron el momento más perverso y el más glorioso”, explica el historiador israelí Ilán Pappe, quien defiende en sus ensayos que los líderes judíos trataron de llevar a cabo una limpieza étnica de los nativos palestinos.

 

La guerra que siguió a la creación del Estado de Israel llevó al exilio a 750.000 del 1.300.000 palestinos que vivían en la entonces Palestina bajo protectorado británico.

 

Más de cuatrocientos poblados árabes fueron destruidos. Sobre sus ruinas se alzan ahora kibutz, localidades de mayoría judía o parques naturales.

 

Hoy, los refugiados palestinos rozan los cuatro millones y medio, fruto de la posterior guerra de los Seis Días de 1967 y, sobre todo, del crecimiento natural, según datos de Naciones Unidas.

 

No es de extrañar, pues, que este episodio central del siglo XX permanezca anclado como un desastre en el imaginario colectivo tanto de los habitantes de Gaza y Cisjordania como de los palestinos con ciudadanía israelí y de los más de dos millones y medio de refugiados en las vecinas Jordania, Siria y el Líbano.

 

Ya ancianos, muchos de ellos trasmiten a sus nietos los relatos de una vida, quizás idealizada, en sus localidades natales antes de huir o ser expulsados.

 

Algunas familias tienen colgada en sus hogares una llave que simboliza el retorno de los refugiados a su tierra, un derecho reconocido por la resolución 194 de la ONU pero cuya aplicación plena nunca ha estado sobre la mesa en las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.

 

La “Nakba” se recuerda oficialmente cada 15 de mayo desde 1998, el mismo día -según el calendario gregoriano- en que hace sesenta años Israel declaró su independencia.

 

No obstante, los palestinos también organizan actos conmemorativos en coincidencia con el Día de la Independencia de Israel, que cada año se celebra en una fecha distinta al seguir el calendario judío, que sigue el sol y la luna.

 

En esta ocasión cae en 8 de mayo.

 

Lo que sucedió después de que los ejércitos árabes atacaran al incipiente Estado Judío en 1948, pocas horas después de que declarase oficialmente su nacimiento, es todavía un profundo elemento de disputa entre israelíes y palestinos.

 

Los primeros argumentan que, en su inmensa mayoría, los nativos palestinos abandonaron voluntariamente sus hogares espoleados por sus dirigentes y los países árabes, que preveían una rápida victoria.

 

Subrayan, además, que los palestinos pagaron las consecuencias de haber rechazado el plan de partición aprobado en 1947 por la ONU, que establecía aquello por lo que suspiran sesenta años después: la creación de un Estado judío y otro árabe, entonces en la Palestina bajo control británico.

 

“Entendemos que 1948 fue un periodo muy trágico para los palestinos”, reconoce Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, Ehud Olmert, antes de matizar que “la verdadera Nakba es que el liderazgo palestino de la época rechazara la solución de dos estados”, lo que ha supuesto desde entonces a Israel seis guerras y dos Intifadas.

 

Por su parte, los palestinos recuerdan que sus antepasados -a los que se había prometido un Estado en todo su territorio- no podían aceptar un plan que daba un 56 por ciento de la tierra a los judíos, que aparte de representar tan sólo un tercio de la población eran, en su inmensa mayoría, sionistas que habían emigrado a la zona desde inicios de siglo.

 

Insisten además en que las tropas judías no se limitaron a ganar el conflicto, sino que buscaban hacer realidad el famoso mito sionista de “una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”.

 

La más conocida de las atrocidades documentadas en esas fechas fue la masacre de Deir Yassin, en la que milicias judías -que semanas después se fusionaron para formar el Ejército regular israelí- mataron a sangre fría en tres días de abril de 1948 a más de cien habitantes de este poblado a las afueras de Jerusalén.

 

Al igual que sucede con el idioma hebreo, cuya palabra “shoá” ha pasado de significar “desastre” a referirse sólo al genocidio nazi, el término árabe “Nakba” remite al éxodo palestino más que a su significado original de “tragedia”.

ISRAEL: UN HERODES MODERNO CONTRA LOS NIÑOS DE PALESTINA

ISRAEL: UN HERODES MODERNO CONTRA LOS NIÑOS DE PALESTINA

Miércoles 30 de Abril de 2008 

Por Alberto Ajón, Raúl Menchaca y Rogelio del Río / Radio Reloj - Cuba

Entre los más de cinco mil palestinos muertos por la agresión israelí, descuellan ahora, por su brutal impacto, cuatro niños de entre uno y seis años de edad recién asesinados por los invasores en la Franja de Gaza.

 

Al analizar la actualidad en el Oriente Medio, los periodistas Arleen Rodríguez, Ana Teresa Badía, Juan Dufflar y Elson Concepción describieron la crisis humanitaria que vive ese pueblo árabe en el citado territorio.

 

A la vez que suben de manera impagable los precios de los alimentos y los combustibles, escasean el agua, la energía y los medicamentos, todo ello controlado por las autoridades israelíes.

 

Mientras sus protegidos exterminan al pueblo palestino en el conflicto más prolongado de la historia moderna, Washington sigue suministrándoles tres mil millones de dólares anualmente a sus ahijados y veta toda condena contra Israel en los organismos internacionales.

 

LA PAZ NO LLEGA

Sesenta años después de la creación del Estado de Israel, la aplicación del sistema universal del derecho humanitario es muy pobre para los palestinos.

 

María Elena Álvarez, del Instituto Superior de Relaciones Internacionales, explicó en la Mesa Redonda que mientras Estados Unidos mantiene una estrategia de pleno apoyo a Tel Aviv, el gobierno israelí no reconoce las demandas palestinas para recuperar los territorios ocupados en mil novecientos sesenta y siete, y de Jerusalén como capital de un estado palestino.

 

No obstante, dijo la especialista, los israelíes quieren un arreglo donde ellos tengan garantías máximas y surja una entidad palestina bajo supervisión internacional y sin reconocimiento oficial de estado.

 

La investigadora Idalmis Brooks añadió que ni Estados Unidos ni Israel quieren la paz en el Oriente Medio, donde el imperialismo impone una nueva reconsideración de fronteras y diferencias confesionales.

 

UN PAÍS EN CAOS

Bush ha dicho que en Irak se notan avances, pero esa afirmación es desmentida por la realidad de un país donde impera el caos, la anarquía y la miseria. En la Mesa Redonda se comentó que el ochenta por ciento de los iraquíes viven por debajo del límite de pobreza y el setenta por ciento carece de acceso al agua y la electricidad.

 

En ese sentido, resultó revelador el testimonio telefónico de Javier Couso, hermano de José, el camarógrafo español asesinado hace cinco años en Bagdad. Couso narró constantes escenas de guerra en la capital iraquí.

 

En otra parte de la Mesa, Akel Ma Taqz, del Consejo Mundial de la Paz, reiteró la denuncia sobre la complicidad de Estados Unidos con Israel. Irán parece ser el próximo blanco de Washington, que considera al Oriente Medio como una pieza clave para su hegemonía planetaria y el control de las fuentes petroleras

 

Miércoles 30 de Abril de 2008

SEGÚN INVESTIGADORES, LA PLANIFICACIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS ILEGALES EN JERUSALEN ORIENTAL ES UNA TENTATIVA PARA NEGAR LAS RECLAMACIONES PALESTINAS COMO SU CAPITAL

 

Fuente: Agencia MACAN

Traducción: Comité Democrático Palestino - Chile

Un nuevo asentamiento ilegal israelí ha sido planificado en Jerusalén Este, ciudad ocupada en 1967, es parte de un plan concebido por el antiguo líder israelí Ariel Sharon para negar a los palestinos quienes reclaman a Jerusalén como su capital, dicen investigadores en Jerusalén.

 

Este lunes, medios de comunicación israelíes y palestinos divulgaron que la policía israelí permitirá a colonos de derecha fijar su residencia en una antigua comisaría en la vecindad Ras Al-Amoud en Jerusalén Este. El sitio de la jefatura de policía se convertirá en el núcleo de un nuevo asentamiento llamado "Ma'ale David."

 

De acuerdo al Departamento de Cartografía y de la Sociedad de Estudios Árabes, un centro de investigación en Jerusalén, los planificadores israelíes ya han aprobado la construcción de un nuevo asentamiento.

 

Los mapas obtenidos por la Sociedad de Estudios Árabes, muestran un plan para 110 unidades de viviendas sobre aproximadamente 10 dunams de tierra (una hectárea). Los edificios aprobados aumentarán a diez edificios - mucho más altos que los que actualmente están en el sitio.

 

Khalil Tukfaji, del Departamento de Cartografía y de la Sociedad de Estudios Árabes, miembro de la Coalición Ciudadana de Jerusalén, dijo:

 

"Este es uno de los asentamientos dentro de las comunidades palestinas, y parte de un plan israelí para unir Jerusalén Este y Oeste, de modo que nunca pueda ser desmontado, previniendo así que Jerusalén oriental nunca pueda convertirse en la capital palestina.

 

"Este fue uno de los proyectos de Sharon cuando era Ministro de Vivienda en 1990. Él llamaba a la construcción de 26 “Puertas”, como él los denominaba para referirse al desmembramientos y “abertura” de los barrios palestinos, dentro de la ciudad árabe de Jerusalén.” Cinco de ellos ya se han construido".

 

De las 26 supuestas “puertas”, que los investigadores dicen, cinco ya han sido construidos o están en desarrollo: en Ras Almud, en Jabal Mukabber, sobre el Monte de los Olivos, en Sheik Jarrah, y Kadamat Etzion en el barrio palestino de Abu Dis de Jerusalén Este.

 

La policía, mientras tanto, planea mudarse a un nuevo edificio en la controvertida zona E1, que conecta Jerusalén con Ma'ale Adummim, el asentamiento ilegal más grande en Cisjordania. El plan E1, dicen funcionarios palestinos, cortarán Cisjordania en dos, anexando la tierra como de Jericó a la mayor parte de Israel en Jerusalén.

 

Los militares israelíes ocuparon Jerusalén Este en junio de 1967 junto con el resto de Cisjordania y la Franja de Gaza. Las Naciones Unidas, la Unión europea, y los Estados Unidos consideran Jerusalén Este tierra ocupada.

 

Mientras tanto algunos “inocentes” aún creen en la paz israelí.

 

Lunes 28 de Abril de 2008

PARA QUE NO OLVIDEMOS: MASACRES COLECTIVAS, ROBO DE TIERRAS Y DEMOLICIÓN DE HOGARES

 

Por Nizar Sakhini, www.kanaanonline.org / CSCAweb - Spain

Traducción: Daniel Álvarez Prendes

El 10 de abril de 1948, las bandas sionistas llegaron a la aldea árabe de Deir Yassin a las dos de la madrugada, y comenzaron a matar a todo el que estuviera al alcance de su fuego. Después arrojaron bombas dentro de las casas para acabar con todo el que estuviera en ellas. Menachem Begin se jacta de esta masacre en uno de sus libros, en el que escribe: "Esta operación tuvo resultados tremendos e inesperados. Tras oír la noticia de Deir Yassin los árabes fueron presa del pánico y comenzaron a huir aterrorizados…"

 

Con el fin de lograr su premeditada y planeada meta de limpieza étnica en Palestina, las dos principales herramientas que empleadas por los sionistas fueron:

 

1.- Las masacres para instaurar el terror y provocar la emigración.

 

2.- La demolición de las casas y pueblos árabes para asegurarse que los que se fueron no tuvieran un sitio al que regresar.

 

La primera masacre llevada a cabo por los sionistas se produjo en Balad al-Shaikh, el 31 de diciembre de 1947, cuando el Haganash atacó la aldea, matando cientos de mujeres y niños, cuyos cuerpos se encontraron de forma mayoritaria dentro de las casas del pueblo.

 

El 10 de abril de 1948, las bandas sionistas llegaron a la aldea árabe de Deir Yassin a las dos de la madrugada, y comenzaron a matar a todo el que estuviera al alcance de su fuego. Después arrojaron bombas dentro de las casas para acabar con todo el que estuviera en ellas.

 

Menachem Begin se jacta de esta masacre en uno de sus libros, en el que escribe: “Esta operación tuvo resultados tremendos e inesperados. Tras oír la noticia de Deir Yassin los árabes fueron presa del pánico y comenzaron a huir aterrorizados…”

 

La masacre de Deir Yassin resonó por toda Palestina, y unida a otras masacres en otras aldeas, extendió el pánico que llevó al éxodo de los árabes palestinos.

 

El 19 de julio de 1948 se acordó una segunda tregua en la guerra. El 24 de julio de 1948, a pesar de la tregua, Israel lanzó una operación militar contra tres aldeas, Jaba, Ijzim y EIA Ghazal, que comprenden el “Pequeño Triángulo” de veinte kilómetros al sur de Haifa. Unidades del Golani, del Carmeli y brigadas del Alexandroni hicieron incursiones para copar las tres aldeas el 26 de julio, forzando prácticamente a todos los habitantes a irse hacia el este mientras los soldados israelíes y la aviación abrían fuego contra los refugiados que huían.

 

El 15 de octubre de 1948, de nuevo a pesar de la tregua, Israel lanzó una operación contra el ejército egipcio en el sur.

 

Una compañía del Batallón del 89 Comando, formada por antiguos terroristas del Irgun y del Stern, tomó Dawayna. Un veterano de la unidad publicó una síntesis de la masacre. Cuenta que “para matar acabar con los niños, les fracturaban la cabeza con palos. No hubo una sola casa sin cadáveres.” Tras asesinar a los niños, los soldados israelíes confinaron a las mujeres y a los hombres en sus hogares, sin agua ni comida. Luego volaron las casas, con los indefensos civiles dentro.

 

Un veterano que reveló estos hechos subrayó que “los comandos de buenos modales y bien educados, a quienes tenían por buenos tipos” cometieron estos actos. Se convirtieron en “asesinos, no en el fragor de la batalla, sino como método de expulsión y exterminación…”

 

El 17 de noviembre, el Ministro de Agricultura, Aharon Zisling, dijo al gabinete israelí: “Siento que lo que está pasando está hiriendo mi alma, el alma de mi familia y el de todos nosotros… Judíos que se han comportado como nazis, todo mi ser se ha conmocionado.”

 

Se cometieron muchas otras masacres durante la guerra del 48 y se han cometido desde entonces. La lista es larga e incluye, entre otras muchas, las masacres de Lydda (julio de 1948), Eilaboun (octubre de 1948), Qibya (octubre de 1953), Kufur Qasim (octubre de 1956), Sabra y Shatila (septiembre de 1982), la mezquita de al-Aqsa (octubre de 1990), la mezquita de Ibrahini (febrero de 1994)…

 

Además de las masacres cometidas durante la guerra del 48, más de 400 aldeas árabes fueron totalmente destruidas. Masacres y asesinatos de árabes palestinos, así como demoliciones de sus hogares que continúan a día de hoy.

 

Es hora de que los gobiernos y mandatarios árabes se despierten y apoyen la lucha palestina por el Retorno y la Devolución de las tierras, los hogares y los derechos robados. La paz y el sionismo son incompatibles; paremos este vano maratón de conversaciones inacabables y paz ilusoria.

 

Michael Palumbo, La catástrofe palestina, pp. Xii-xix, citando archivos del Departamento de Estado de EE.UU., Archivos Nacionales, Washington D.C.; Davar, 6 de septiembre de 1979; y Tom Segev, 1949, Los primeros israelíes, p. 26

 

Viernes 25 de Abril de 2008

BIENVENIDOS A LA ZONA LIBRE, PUEDEN DESBROCHARSE EL CINTURÓN… EN LOS TERRITORIOS PALESTINOS

 

Por Julien Salingen, Lahaine.org

Traducido del francés para La Haine por Felisa Sastre

Esa es la realidad de Cisjordania hoy. Unas “zonas autónomas” palestinas microscópicas, aisladas unas de otras, rodeadas por el ejército

 

El calor es asfixiante, no hay una nube en el cielo. En la radio, se escucha el último éxito de una cantante de moda libanesa. La carretera es bastante mala y el chofer se ve obligado con frecuencia a esquivar las protuberancias de asfalto y los baches. El taxi palestino nos lleva de Hebrón a Belén. A la salida de Halhul, “pueblo” de algo más de 20.000 habitantes, situado al norte de Hebrón, nos acercamos al enlace con la Carretera 60 que une Beer Sheva, en el sur de Israel, con Nazaré, en el norte, atravesando Cisjordania en su totalidad y que debemos tomar durante una veintena de kilómetros antes de desviarnos hacia Belén. En ese momento, sin que el chofer ni ninguna otra persona tenga que abrir la boca, todo el mundo se pone el cinturón de seguridad.

 

LA CARRETERA 60

Para los palestinos, la Carretera 60 tiene nombres variados. Así, al sur de Jerusalén se la llama a veces “Carretera de los túneles”, en alusión al trayecto que sigue por el interior de las colinas cuando va a lo largo de las aldeas palestinas de Beit Jala y El Khader, pero lo más frecuente, tanto en el norte como en el sur, se la conoce como “la carretera de los colonos”. En efecto, es la carretera principal que utilizan los colonos israelíes de Cisjordania, bien sean los de Kiryat Arba, Efrau o Gush Ezyon, situados al sur, o los de Bet El, Shilo o Elon More, en el norte (Véase al final el mapa de la Carretera 60)

 

La Carretera 60 atraviesa Cisjordania de norte a sur pero se encuentra bajo control completo de los israelíes, control materializado por la línea amarilla trazada a lo largo de la vía. Si los colonos y los palestinos circulan conjuntamente, sólo los palestinos (cuyos vehículos llevan matrículas blancas y verdes, mientras que los israelíes las llevan amarillas) tienen el dudoso privilegio de ser controlados regularmente por el ejército israelí.

 

Cuando los hacen parar en uno de los numerosos puestos de control permanentes que jalonan la Carretera 60 o por alguna de las muchas patrullas volantes que operan en todo el eje, los pasajeros deben justificar su identidad y las razones de su viaje desde una ciudad palestina a otra. Los únicos motivos válidos para abandonar su ciudad de residencia o para entrar en otra distinta son de orden profesional, familiar o médico. Pero todos saben aquí que en cualquier momento un soldado israelí puede negar el paso a un palestino aludiendo a “razones de seguridad”, o que cualquier ciudad puede ser declarada “zona militar cerrada” de la que no se puede salir y/o en la que no es posible entrar. La Carretera 60 a veces está cerrada a los vehículos palestinos que se ven obligados a hacer inimaginables desvíos por carreteras secundarias e incluso por caminos de tierra: así, por ejemplo, en 2001 y 2002 nos llevó más de tres horas ir de Belén a Hebrón, ciudades distantes menos de 30 kilómetros.

 

Hoy la Carretera 60 está “abierta” a los vehículos palestinos. Dependiendo del número de controles y del tiempo de espera en los checkpoints, llevará como media entre 20 minutos y una hora para ir de Hebrón a Belén. Pero las barreras y las patrullas volantes no han desaparecido, ni mucho menos, y las inspecciones y arrestos son numerosos. Patrullas militares, por supuesto, pero también patrullas de la policía. Y es la presencia de estas últimas la que explica porqué los pasajeros de los taxis se ponen el cinturón de seguridad antes de entrar en la Carretera 60. Una multa de 100 shekels (algo menos de 20 euros) espera a todos aquellos y aquellas que sean sorprendidos sin el cinturón de seguridad. Además, el no llevarlo puesto puede ser el pretexto para la verificación de la identidad y de controles más exhaustivos, que podrían resultar peligrosos para los demás pasajeros del taxi, incluso para el chofer y para su vehículo.

 

“Señoras y señores, entramos en una zona de turbulencias, por favor, abróchense el cinturón de seguridad”. Cuando todo el mundo se abrocha el cinturón a la salida de Halhul no puedo dejar de pensar en este aviso, tantas veces escuchado en mis diversos viajes entre París y Tel Aviv, “Señoras y señores, salimos de una zona autónoma para entrar en zona controlada por los israelíes, por favor, abróchense el cinturón...”.

 

¿HA DICHO USTED CISJORDANIA?

Esa es efectivamente la realidad de Cisjordania hoy. Unas “zonas autónomas” palestinas microscópicas, aisladas unas de otras, rodeadas por el ejército (que no se priva de entrar en ellas cuando le viene en gana, tanto de día como de noche), en medio de un territorio completamente controlado por Israelí. Unas islas pretendidamente “libres” rodeadas por un océano bajo ocupación. Una situación directamente relacionada con los Acuerdos de Oslo, iniciados en 1993, que habían de producir la división de Cisjordania en Zonas A, Zonas B y Zonas C, es decir zonas “autónomas”, zonas “bajo control conjunto” y zonas “bajo control exclusivo del ejército israelí”. Las zonas A debían ampliarse progresivamente y el ejército israelí debía progresiva y parcialmente “retirarse”. En 2000, el 18% de Cisjordania se encontraba en Zona A, el 22% en Zona B y el 60 % en Zona C. Es decir, en la realidad, el 82% bajo control israelí y el 18%, dividido en enclaves, bajo control palestino.). Y todavía hay quien se pregunta porqué los palestinos se rebelaron en septiembre de 2000...

 

Los pasajeros palestinos de un taxi palestino que se desplazan desde una ciudad palestina a otra también palestina tomando una carretera que transcurre por un territorio que jamás ha sido reconocido como de soberanía israelí se encuentran en la circunstancia de tener que pagar multas que irán a llenar las cajas del Estado de Israel. Ni Kafka se hubiera atrevido... Si usted se encuentra en Cisjordania pero no sabe si se halla en una zona autónoma, observe si el cinturón del pasajero de al lado está abrochado...

 

El carácter surrealista de la situación podría provocar la sonrisa si no se tratara de una población sometida desde hace 60 años a la expulsión, ocupación, colonización y represión. Podría provocar la sonrisa si no se mantuviera todavía hoy la ilusión de que existe un territorio palestino bautizado como “Cisjordania”, separado de Israel por una “línea verde”, cuando Cisjordania no existe más que en los mapas. Con los muros construidos alrededor de las “zonas autónomas”, las colonias y todas sus infraestructuras, en particular las carreteras, la mayor parte de Cisjordania ya está integrada en el Estado de Israel. No me comprometería aquí en una discusión sobre la pertinencia y viabilidad de la reivindicación de “Un Estado palestino independiente en Cisjordania y la franja de Gaza”. Se trata únicamente de constatar que de hecho Cisjordania ha sido tan engullida por el Estado de Israel que ya no tiene ninguna realidad tangible, contrariamente a la “bantustización” de las ciudades palestinas (según la definición de Leila Farsakh, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad de Massachussets.)

 

El carácter aparentemente anecdótico de no llevar puesto el cinturón de seguridad no atenúa su aspecto simbólico. Porque, ustedes lo habrán comprendido: los pasajeros se desabrochan el cinturón inmediatamente al abandonar la Carretera 60 para entrar en una “zona autónoma”. Al hacerlo, recobran una forma de libertad que se han visto obligados temporalmente a perder incluso si se trata, y en ningún caso es una paradoja en los territorios palestinos, de la libertad de morir más fácilmente en caso de un accidente de coche... Una libertad muy relativa, en verdad, pero que resulta evidentemente una boqueada de oxígeno frente a la opresión asfixiante de la ocupación israelí.

 

No hubiera utilizado la palabra “libertad” si no me la hubiera sugerido uno de los pasajeros del taxi: mientras dejábamos la Carretera 60 para entrar en la “zona autónoma” de Belén, mi vecino se quita el cinturón y me dice sonriente: “Libertad”. Me pregunto, entonces cuál es la traducción exacta, en inglés, del “todo es relativo” de Einstein. Pero me conformo con responderle “Sí, libertad...”, mientras me desabrocho también el cinturón. No debo dar la sensación de estar muy convencido porque él me dice entonces, siempre sonriendo: “De acuerdo... una pequeña libertad... pero libertad de todos modos”.

Mondialization.ca, 18 de abril de 2008

 

Jueves 24 de Abril de 2008

LA SOLUCIÓN AL CONFLICTO ORIGINADO POR ISRAEL ES UN ESTADO PALESTINO

 

Por Agustín Velloso, Rebelión

1. El debate actual sobre si un Estado es mejor solución que dos estados.

 

Durante el año 2008 se ha incrementado el número de artículos y declaraciones sobre la solución al conflicto palestino. Esto es lógico pues el Estado de Israel se estableció el 14 de mayo de 1948 y cumple ahora 60 años. Millones de palestinos llevan el mismo tiempo sufriendo las consecuencias de este acto. Israel se ha levantado y se sostiene a costa de los palestinos.

 

Israel ha demostrado sobradamente en ese tiempo que su existencia es incompatible con los derechos humanos de los palestinos como personas y con sus derechos políticos como pueblo. Esto de manifiesta en la declaración de su establecimiento, sus leyes y los testimonios de sus líderes, que explícita e implícitamente excluyen a los palestinos.

 

Se confirma con la política discriminatoria contra los palestinos que viven en Israel y las constantes agresiones contra los que viven en los Territorios Ocupados e incluso en los países árabes vecinos. Es evidente que éstos han de pagar el precio que Israel estime oportuno -sin importar cuánto: muerte, exilio, ocupación- para que se mantenga y amplíe el proyecto sionista. Éste consiste en la apropiación de tierra árabe para beneficio exclusivo de los judíos de cualquier lugar del mundo.

 

Las numerosas resoluciones de Naciones Unidas contrarias a Israel, las repetidas críticas -aunque en muchas ocasiones débiles e hipócritas- que recibe de muchas instituciones y organizaciones políticas de todo el mundo, el rechazo de gran parte de la opinión pública internacional y la heroica pero débil resistencia de los palestinos, no han conseguido detener el proyecto sionista.

 

Este anómalo Estado desafía a la legalidad internacional y es una afrenta a los principios morales y a las convicciones políticas de millones de personas, cuya posición contraria a sus crímenes comparten incluso muchos judíos, especialmente los anti-sionistas. Además constituye una fuente inagotable de problemas políticos graves desde su establecimiento y es garantía de seguir siéndolo en el porvenir. Es también contrario al sentido común, que se niega a aceptar la injusticia de que tantos millones de personas sean sus víctimas, a pesar de que existe solución al conflicto que genera.

 

Actualmente el debate sobre la solución se centra en la disyuntiva entre el establecimiento de un Estado Palestino junto al de Israel y el de un único Estado para dos pueblos. En realidad es un debate tan antiguo como el problema, aunque ahora toma ímpetu por el sexagésimo aniversario de Israel y porque la propuesta favorable a dos estados, popular hasta hace poco, resulta de imposible realización hoy día debido al nuevo mapa impuesto por Israel.

 

2. Lo que ha producido hasta ahora la propuesta de dos estados.

 

La opción de dos estados que ha producido los resultados más espantosos es la que hizo pública George W. Bush en la Casa Blanca el 24 de junio de 2002 en relación con un nuevo Oriente Medio:

 

"Cuando los palestinos tengan nuevos líderes, nuevas instituciones y nuevos acuerdos de seguridad con sus vecinos, los Estados Unidos de América apoyarán la creación de un Estado palestino cuyas fronteras y ciertos aspectos de su soberanía serán provisionales hasta que sean resueltos en el marco de un acuerdo final en Oriente Medio." Página de la Casa Blanca de EE.UU.

 

Seis años después no hay Estado palestino, no hay apenas uno iraquí ni Afgano donde antes había, el Libanés está acosado y fue duramente atacado por Israel en el verano de 2006, el iraní está amenazado, el sirio fue bombardeado por aviones israelíes en septiembre de 2007 y en el resto de la zona aumentan los problemas, en particular en Somalia, Sudán y Pakistán.

 

La solución de dos estados es también la de Uri Avneri, ex parlamentario israelí conocido por sus críticas a la política de ocupación por parte de Israel. Se ha mostrado desde antiguo a favor de dialogar con los palestinos acerca de un Estado palestino en las fronteras de 1967, de situar su capital en Jerusalén Este y de reconocer el derecho al retorno de los refugiados palestinos, aunque reduce la puesta en práctica de este derecho a una cuestión a discutir entre los dos estados. No resulta superfluo recordar que Avneri es uno de los judíos más pro palestinos que ha habido jamás.

 

Avneri mantuvo un notable debate con el profesor Ilan Pappé en Tel Aviv en mayo de 2007, organizado por Gush Shalom -Bloque de la Paz, organización política israelí. Pappé, que abandonó Israel en 2007 para ejercer la docencia en Inglaterra a causa de la presión que padecía en la universidad de Haifa y de las amenazas de muerte por parte de sionistas, es partidario de "una solución que permita sentir a todos los que viven aquí (refiriéndose a la palestina histórica anterior a la partición) que sus derechos históricos son respetados, así como sus derechos humanos y sociales." href="http://www.ilanpappe.org/Interviews/Two%20States%20or%20One%20State.html">Página Web de Ilan Pappé

 

Conviene tener presente que Pappé supera a Avneri en su posición favorable hacia los palestinos.

 

Fuera de Israel se han publicado recientemente las aportaciones de Michael Newmann, Jonathan Cook y Kathy Christison. No son las únicas, pero el conjunto creciente de las que se decantan por un Estado se resume en la de Ali Abunimah, codirector de Electronic Intifada: "La única solución viable es una vuelta a la propuesta de un Estado, un país con derechos iguales para palestinos e israelíes". href="http://electronicintifada.net/v2/article7080.shtml">Electronic Intifada

 

Se basan en que los acontecimientos de los últimos años han convertido la solución de dos estados en un castigo más para los palestinos, en una burla de la ley internacional e incluso de las interminables negociaciones de paz desde que se iniciaron con la Declaración de Oslo firmada en Washington el 13 de septiembre de 2003 entre Rabin y Arafat.

 

La propuesta del Estado palestino junto a Israel se ha materializado en una franja de 363 kilómetros cuadrados bloqueada y aislada del exterior, es decir, Gaza, más unas porciones de tierra en Cisjordania sin comunicación natural entre sí, rodeadas de asentamientos israelíes y cercadas por un muro de ocho metros de altura que tendrá 700 kilómetros de longitud cuando esté terminado. Jerusalén queda prohibida para los palestinos.

 

Los palestinos no quieren este Estado pero no tienen la capacidad de conseguir el que desean. A la vista de su situación, del poder militar israelí y del apoyo de sus aliados, principalmente Estados Unidos y la Unión Europea, entre algunos palestinos y sus partidarios cobra fuerza la propuesta de un Estado para todos los que ahora viven en Israel y los Territorios Ocupados.

 

Es una propuesta que surge de la debilidad, aunque se adorne con la floritura de "derechos para todos". Los pasados 60 años de guerra, exilio, ocupación y abandono tienen un coste enorme. Aquí no cabe crítica sino comprensión. Resulta injusto cualquier reproche al débil que intenta sobrevivir como puede.

 

La propuesta surge por la falta de esperanza de librarse de Israel y por temor a un porvenir peor que el presente. Esta posición recuerda a lo de "si no puedes con tu enemigo, únete a él". En realidad no buscan la unión, sino obligarle a que reconozca la existencia de los palestinos sin que peligre la vida de éstos, aunque ello signifique olvidar un pasado terrible y la perspectiva de convivir en el futuro con un sionismo más o menos aplacado.

 

Lo que se echa en falta es una contestación a la pregunta: ¿por qué los sionistas van a aceptar ésta u otra que no consista en un Estado de Israel para los judíos de todo el mundo y nadie más en la mayor cantidad de tierra posible arrebatada a los árabes? Ese Estado y no otro es el objetivo del sionismo desde su nacimiento y así lo han mantenido sus líderes hasta el día de hoy.

 

También Ehud Olmert, actual primer ministro. Al enterarse de la propuesta declaró sin nombrarla al diario israelí Haaretz a finales de 2007 que "si llega el día en que fracasa la solución de dos estados y nos tenemos que enfrentar a una lucha del tipo un hombre un voto como en Sudáfrica, entonces, en cuanto esto ocurra, el Estado de Israel está acabado." href="http://www.haaretz.com/hasen/spages/929439.html">Diario israelí Haaretz

 

Hamas, ganador de las elecciones legislativas celebradas en enero de 2006, conoce bien la injusticia que padecen los palestinos. El 17 de abril de 2008, Mahmoud al-Zahar, uno de sus fundadores y actual Ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Gaza, declaró al Washington Post que "nuestro movimiento mantiene su lucha porque no podemos permitir que el crimen inicial que está en el origen del Estado Judío -la expulsión violenta de nuestros pueblos y tierras que nos hizo refugiados- caiga en el olvido de la conciencia mundial o que se negocie con él." href="http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2008/04/16/AR2008041602899.html?hpid=opinionsbox1">Diario norteamericano Washington Post

 

También conoce su debilidad y por ello ha de negociar: "Un 'proceso de paz' con los palestinos no puede dar siquiera un paso hasta que Israel se retire a las fronteras de 1967; desmantele todos sus asentamientos; retire a todos sus soldados de Gaza y Cisjordania; repudie su anexión ilegal de Jerusalén; libere a todos los prisioneros; y ponga fin a su bloqueo sobre nuestras fronteras internacionales, nuestra costa y nuestro espacio aéreo de forma permanente. Esto sería el primer paso para una negociación justa y pondría las bases para el retorno de los millones de refugiados."

 

3. Propuesta de un Estado Palestino y nada más.

 

La posición de Hamas no parece muy lejana de la que tienen los defensores de un Estado, ya que el crimen inicial no desaparece con la aceptación de la lista de desagravios que presenta al-Zahar. Éste la presenta como un primer paso, aunque sabe, igual que los partidarios de un Estado, que los palestinos tienen la razón pero no la fuerza.

 

No puede contestar hoy a la pregunta: ¿por qué Israel va a aceptar las reivindicaciones de Hamas en las presentes circunstancias? Sin embargo, cree que podrá pasado un tiempo: "Nuestra lucha para conseguir justicia a los crímenes materiales de 1948 apenas ha empezado y la adversidad nos ha educado en la paciencia. En cuanto a Israel y su cultura espartana de guerra permanente, que sepa que es muy vulnerable al tiempo, la fatiga y la demografía."

 

Nadie sabe qué propuesta terminará por prevalecer o si el sionismo vencerá sobre ambas, pero se puede afirmar que hoy existe una solución diferente de las anteriores. Parece más lejos de la realidad pero más cerca de la justicia que las otras dos.

 

Si el problema palestino es sustancialmente el robo de una tierra más la expulsión de sus dueños, la justicia no consiste en dejar que el ladrón se quede con la mitad (en el mejor de los casos, lo que ni siquiera se ha producido), que es lo que significa la solución de dos estados, pero tampoco en dejarle que la comparta con sus dueños, olvidar su pasado y aspirar a que se comporte en adelante como es debido. La justicia exige volver a la situación anterior al crimen, reparar el daño hecho e indemnizar a las víctimas:

 

Israel tendría que pedir perdón, terminar con el bloqueo y la ocupación y disolverse en el menor tiempo posible. Esto no tiene por qué causar pérdidas humanas ni tiene por qué ser un caos si se hace adecuadamente.

 

En paralelo e inmediatamente se establecería el Estado Palestino en la palestina histórica mediante los pasos apropiados: el retorno de los refugiados, una constitución, unas fronteras, el ingreso en la ONU, elecciones democráticas, etc.

 

La ONU y los países que se han implicado en palestina, principalmente el Reino Unido, deberían indemnizar a los palestinos para reparar el daño que les han ocasionado y cubrir los costes de poner en marcha un verdadero Estado hasta que sea autosuficiente.


¿Qué puede costar este esfuerzo? Nada que aquellos países no puedan asumir para lograr la justicia y evitar una nueva guerra en Oriente Medio e incluso mundial.

 

Los israelíes con pasaporte de otro Estado tendrían que irse a éste con sus familias. Permanecerían en palestina por derecho -si quisieran- los descendientes de los judíos que vivían en palestina con anterioridad a las emigraciones sionistas.

 

Estados Unidos, el país más extenso, poderoso y que más ha apoyado a Israel, podría fácilmente acoger al resto de israelíes judíos y darles la ciudadanía estadounidense.

 

¿Cuántos millones de dólares puede costar esta operación? No tantos como los gastados en la guerra de Irak, ni tantos como los gastados en ayuda militar y de otro tipo para Israel en los últimos 60 años.

 

¿Cuánto tiempo puede llevar? Muchísimo menos que los 60 años que llevan los refugiados palestinos viviendo fuera de su tierra.

 

Pasado un tiempo razonable el Estado Palestino podría aceptar, como cualquier otro Estado, emigrantes -judíos entre ellos-, que podrían naturalizarse según las leyes del Estado.

 

Lunes 21 de Abril de 2008

PLAN PALESTINO "RETORNO 2008"

 

Por Reina Frescó, Ramallah, Radio Nederland

Según datos de Naciones Unidas, hay entre 4 y 5 millones de refugiados en la diáspora palestina, concentrados principalmente en Líbano, Siria y Jordania. Una gran parte de ellos vive en Cisjordania, en campos de refugiados, y aún no ha perdido la esperanza de regresar a su pueblo natal que hoy se encuentra en territorio israelí.

 

Tal es el caso de Kamili Safi, del campo de refugiados Yilazun, al norte de Ramallah. La anciana nos mostró su más preciado tesoro: las llaves de su casa que debió abandonar hace 60 años, las conserva atadas con el mismo hilo hasta el día de hoy.

 

Este año, Israel conmemora el 60 aniversario de su creación y los palestinos le tienen preparada una sorpresa: han elaborado un plan llamado "Retorno 2008", que prevé el regreso a lo que hoy es territorio israelí de los refugiados palestinos de Cisjordania, Gaza y los de la diáspora, desplazados tras la creación del Estado de Israel.

 

La intención de los organizadores es que los refugiados lleguen enarbolando banderas de Naciones Unidas, por tierra, mar y aire, hacia las fronteras de Israel para exigir que se cumpla la Resolución 194 de la ONU aprobada por la Asamblea General el 11 de diciembre de 1948, según la cual hay lugar para permitir a los refugiados que lo deseen, regresar a sus hogares lo más pronto posible y vivir en paz con sus vecinos.

 

15 DE MAYO

El evento se llevará a cabo una semana después del Día de la Independencia de Israel. Los organizadores señalaron el 15 de mayo como el día de movilización global para conmemorar la "Nakba" o la Catástrofe palestina, que significó para ellos el despojo continuado y la negación de sus derechos. En caso de que Israel les obstruyera el paso, los refugiados plantarán tiendas de campaña y se quedarán hasta que les permitan regresar a sus casas en Tel Aviv, Haifa, Jerusalén y otras ciudades israelíes. Llamados a llegar a Israel, palestinos que residen en Estados Unidos o Europa ya tendrían reservados sus billetes en aviones y barcos.

 

Se han extendido invitaciones personales a todos los líderes del mundo, incluidos reyes y lideres de países islámicos, y a los judíos amigos del pueblo palestino para que ayuden a resolver el problema de los refugiados. A pesar del optimismo de los organizadores, no es seguro que las autoridades árabes vayan a permitir la movilización masiva de palestinos rumbo a las fronteras con Israel, ya que ello podría provocar el desequilibrio interno en esos países.

 

El proyecto "Retorno 2008" está dirigido por Ziad Abu Ein, Secretario de Estado para los presos palestinos, en el marco de un foro especial del partido Al Fatah del presidente Mahmud Abbas y su primer ministro Salam Fayad. Radio Nederland llegó a Ramallah, la capital administrativa palestina, para conocer detalles de la iniciativa que pretende movilizar a casi 4 millones de palestinos y, por supuesto, a la opinión pública internacional.

 

Reina Frescó: ¿En qué consiste el Plan retorno 2008?

 

Viceministro palestino de asuntos penitenciarios, Ziad Abu Ein: El pueblo palestino pretende poner en marcha la Resolución 194 de Naciones Unidas porque tenemos el derecho a regresar a nuestras tierras.

 

R.F.: ¿De quién fue la iniciativa, del presidente palestino Mahmud Abbas, o de la Organización para la Liberación de palestina?

 

Ziad Abu Ein: Se trata de un movimiento público aislado de grupos políticos, hablamos del aspecto humanitario: el derecho al regreso a nuestras tierras, nada que ver con la política.

 

R.F.: ¿Qué consignas envían ustedes a la diáspora palestina para ese día, el 15 de mayo?

 

Ziad Abu Ein: Los palestinos que están en la diáspora tienen el derecho a regresar a su país porque ellos fueron arrancados de sus casas, de sus tierras, de su patria.

 

R.F.: Me refiero a las consignas concretas, ¿qué se les dice, tienen que llevar sus tarjetas de refugiados, deben llegar a un lugar determinado?

 

Ziad Abu Ein: Los palestinos de nacionalidad extranjera, europea o americana y de América Latina, tienen previsto llegar en avión hasta el aeropuerto de Ben Gurión en Israel, y los que viven en países que limitan con Israel pueden acercarse a las fronteras llevando en las solapas el carné de refugiado.

 

R.F.: ¿Tienen ya un plan de acción?, ¿cómo se comunican con los campos de refugiados en Siria, Líbano, Jordania?

 

Ziad Abu Ein: Nosotros estamos en contacto diario con los campos de refugiados de los palestinos en el exilio, quiero destacar que se trata de un movimiento de no violencia, estamos dispuestos a convivir con los judíos en un marco de paz y seguridad.

 

R.F.: O sea, que considera que Israel debe reconocer la decisión 194 de Naciones Unidas, que aboga por el retorno de los exilados palestinos por un lado, pero no reconoce la otra decisión de Naciones Unidas de la partición de palestina en un Estado Judío y un Estado Palestino?

 

Ziad Abu Ein: No estamos hablando de una resolución política, como el caso de las resoluciones 242 ó 338. La Resolución 194 se tomó en las Naciones Unidas cuando se estableció el Estado de Israel, e Israel debería haberla respetado. Hoy nosotros hablamos del aspecto humanitario, de los derechos de esos ciudadanos que fueron arrancados de sus tierras.

 

R.F.: Entonces, ¿quieren que los refugiados regresen a Ako, a Safed, a Jerusalén, o al Territorio Autónomo Palestino?

 

Ziad Abu Ein: El presidente Abbas es de Safed y lógicamente le gustaría mucho volver a su ciudad natal, pero la pregunta no es por qué queremos volver, sino por qué nos han arrancado de nuestras tierras. Por eso decimos que estamos dispuestos a volver a vivir junto a los israelíes, La pregunta es por qué los israelíes tienen derecho a vivir con alegría a costas de esos palestinos que tuvieron que dejar sus casas por la fuerza.

 

R.F.: O sea, ¿que ya no apoya la solución de dos Estados, uno israelí y uno palestino sino un Estado para los dos pueblos?

 

Ziad Abu Ein: Me gustaría que fuera un Estado para los dos pueblos, pero esto no va a ocurrir, lo que nosotros pretendemos es regresar a nuestras tierras, a nuestras casas. No quisiera hablar sobre la agenda política de las negociaciones, no me interesa eso, lo que sí me interesa es el aspecto humano, queremos vivir junto a los judíos de Israel. ¡Vamos a volver!

 

Viernes 18 de Abril de 2008

MORIR POR INFORMAR

 

Por Mohammed Omer, IPS Noticias

Fadel Shana tuvo que ir al lugar de un bombardeo del ejército israelí en el norte del territorio palestino de Gaza por su trabajo como camarógrafo de Reuters. No fue el único muerto, pero por su deber de informar se expuso más que otros.

 

El profesional fue asesinado el miércoles, en la línea de fuego. Testigos relataron que comenzó a filmar a los tanques que disparaban. La metralla le atravesó el cuerpo cuando uno de los misiles lanzado por uno de ellos cayó cerca de él.

 

Fadel Shana, de 23 años, ya había sido herido en agosto de 2006 en el norte de la franja de Gaza por un misil israelí. Pero esta vez no tuvo suerte.

 

Tras el primer misil que mató a Fadel, le siguió otro que impactó directamente contra el vehículo de la agencia británica de noticias Reuters y mató a dos niños y a otros civiles que estaban cerca.

 

Además, resultaron heridas 12 personas, incluidos cinco niños y niñas. También fue herido Wafa Abu Mezyed, de 25 años, de la misma agencia.

 

La camioneta Mitsubishi plateada Reuters llevaba grandes y llamativos autoadhesivos que rezaban "Televisión" y "Prensa", en inglés y árabe, en sus puertas, capó y techo. Aun así, fue blanco de reiterados ataques.

 

El fotógrafo Mohammed Abed, de la Agence France Press (AFP), cuyo vehículo iba detrás del de sus colegas, relató que la camioneta estalló en llamas tras el impacto del segundo misil.

 

"Vi el cuerpo y la cabeza de mi amigo y colega volar en pedazos", contó, destrozado por la pérdida.

 

Fadel Shana era uno de los muchos periodistas y fotógrafos que acudieron a tomar imágenes de civiles, entre los que hubo niños y niñas, heridos por un bombardeo israelí anterior.

 

Al menos 20 palestinos fueron asesinados desde las primeras horas del miércoles, entre ellos Fadel y ocho menores.

 

Abu Mezyed relató que, tras tomar imágenes de algunos niños, Fadel se dispuso a filmar a los tanques israelíes. En ese momento, uno de los carros de combate disparó hacia donde él se encontraba y lo mató.

 

Hace tiempo que los periodistas son blanco de ataques en esta región palestina. Nueve reporteros fueron asesinados por las fuerzas israelíes y al menos 170 más resultaron heridos desde septiembre de 2000.

 

Reuters tiene 70 periodistas y otros colaboradores en Israel y los territorios palestinos, 15 de ellos en Gaza. En octubre, un fotógrafo de esa agencia fue herido por las fuerzas israelíes en el cruce fronterizo de Erez.

 

La muerte de Fadel Shana volvió a llamar la atención acerca de la seguridad de los profesionales que trabajan en Gaza.

 

El secular Partido Fatah, que domina el territorio de Cisjordania, calificó la matanza de periodistas de "asesinato de la verdad".

 

Por su parte, el portavoz de Hamas Fawzi Barhoum consideró que "la ocupación israelí apunta contra los periodistas a fin de matar la verdad".

 

Hamas, que no reconoce a Israel, triunfó en las elecciones legislativas de enero de 2006 y tomó por las armas el control de Gaza en junio de 2007.

 

Desde entonces, el Estado judío reforzó la restricción del flujo de bienes desde y hacia este territorio, donde viven 1,5 millones de palestinos. También cortó el suministro de electricidad, en un intento por detener los ataques con cohetes. Israel provee a Gaza la mayor parte de su energía.

 

El Sindicato de Periodistas Palestinos realizó una huelga el jueves en protesta por el asesinato de periodistas.

 

El jefe de edición de Reuters David Schlesinger reclamó una investigación de lo sucedido.

 

"Este trágico acontecimiento muestra los riesgos a los que están expuestos los periodistas todos los días cuando cubren hechos noticiosos. Todos los gobiernos y organizaciones tienen la responsabilidad de garantizar con mucho rigor la protección de los profesionales que tratan de hacer su trabajo", reza una declaración del sitio de Internet de la agencia.

 

"Nos solidarizamos con su familia. Pedimos a las fuerzas de defensa israelíes que investiguen de inmediato lo sucedido", prosigue.

 

La organización Reporteros Sin Fronteras también pidió a las autoridades israelíes "investigar rápidamente las circunstancias que llevaron a la muerte del camarógrafo de Reuters".

 

Israel se disculpó por el asesinato de Fadel Shana y prometió investigar las circunstancias de su muerte.

 

Miles de personas participaron en el entierro de Fadel Shana el jueves. Junto al cuerpo fue transportada otra camilla con su cámara.

 

Pero los ataques continúan. Otros seguirán sufriendo y otros filmando.

 

Tras un ataque contra la aldea Juhor al-Dik, al este del campamento de refugiados Bureij, 35 personas fueron heridas. Al menos ocho se encuentran en estado crítico.

 

Entre los heridos había 17 niños y niñas y una mujer, según el Centro Palestino de Derechos Humanos.

 

No hay suficiente combustible para que las ambulancias trasladen heridos. Algunos debieron ser llevados al hospital en carros tirados por burros.

 

El último ataque israelí fue en respuesta a lo que las Brigadas Ezz al-Deen al-Qassam, brazo armado de Hamas, calificaron de "emboscada sofisticada", en la que murieron tres soldados israelíes.

 

El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, declaró el miércoles que el gobierno es "consciente del sufrimiento de la población de Gaza, pero es más importante a nuestros ojos el sufrimiento de los residentes de las comunidades fronterizas y del ejército israelí".

 

Viernes 18 de Abril de 2008

LA ZONA C INFUNDE TEMOR A LOS PALESTINOS YA QUE SUS CASAS SON DESTRUIDAS: LOS ISRAELÍES DEFIENDEN UNA LEGISLACIÓN QUE RECHAZA EL 94% DE LAS SOLICITUDES DE CONSTRUCCIÓN HECHAS POR NO JUDÍOS

 

Por Rory McCarthy, The Guardian / Rebelión

Traducido del inglés por Beatriz Morales Bastos

Al final era cuestión de una carta de una sola hoja, escrita en hebreo y árabe y entregada en mano por un oficial del ejército hebreo que llamó a la puerta principal. La carta anunciaba la inminente destrucción de la encalada casa de tres pisos y el pequeño jardín arbolado en la que Bassam Suleiman gastó tanto dinero ahorrando y luego construyó junto con su familia hace una década.

 

Era un orden final de demolición, con instrucciones de evacuar la casa en tres días.

 

Si Suleiman tenía alguna duda de las intenciones del ejército israelí, solo tenía que mirar a la parte de atrás de su casa donde enormes montones de escombros y hormigón señalan los restos de siete de las casas de sus vecinos que fueron demolidas de la misma manera el año pasado.

 

"¿Cómo se sentiría usted si hubiera empleado veinte años en acabar el proyecto de su vida?", pregunta Suleiman, un profesor de 38 años. Empezó a sacar los muebles después de que el 31 de enero llegara la carta de la administración civil de Judea y Samaria*, el departamento del ministerio de Defensa responsable de la Cisjordania ocupada por Israel. Ahora sólo quedan dos sillas de plástico ante la puerta principal y en el camino alfombras enrolladas preparadas para ser trasladadas. La ropa está amontonada en el suelo y los estantes están vacíos, excepto una pila de documentos que registran la historia de la demolición. Su hermano Husam ya ha vaciado la planta baja aunque quedan la lavadora y la nevera embaladas en plástico. Suleiman, su mujer y sus dos hijos esperan a los bulldozers.

 

"Todo lo que he hecho en mi vida ha sido por lo que había dentro de esta casa y ahora va a ser destruido", dice Suleiman. "Para mí es muy duro encontrar otro lugar donde vivir".

 

Las autoridades israelíes arguyen que la casa de Suleiman fue construida en una parte de Cisjordania conocida como Zona C, una designación que data de la época de los Acuerdos de Oslo y que significa que Israel tiene el control total militar y administrativo. Para poder construir los palestinos tienen que solicitar un permiso a las autoridades israelíes. Si no hay permiso - como en la caso de Suleiman – el edifico es objeto de demolición.

 

ILEGAL

La Zona C cubre el 60% de Cisjordania, donde viven unos 70.000 palestinos. También es la zona en la que se han construido la mayoría de los asentamientos judíos, todos ellos ilegales según el derecho internacional. Contundentes pruebas estadísticas demuestras que mientras para los palestinos es extremadamente difícil obtener permiso para construir, los asentamientos [judíos] siguen creciendo rápidamente.

 

Un estudio del grupo israelí Peace Now señala que entre 2000 y septiembre de 2007 se denegó el 94% de las solicitudes palestinas para construir en la Zona C. Sólo se concedieron 91 permisos a palestinos, en cambio se construyeron 18.472 viviendas en los asentamientos judíos. A consecuencia de las órdenes de demolición 1.663 edificios palestinos fueron demolidos, frente a sólo 199 en los asentamientos. "Semejante volumen de denegación de permisos a los palestinos hace temer que existe una política específica por parte de las autoridades para fomentar el 'transfer silencioso' de la población palestina fuera de la Zona C", afirmó Peace Now.

 

Este año ha habido un marcado incremento en las demoliciones. Según la Oficina de Coordinación de los Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, entre enero y marzo hubo 138 demoliciones, la mayoría de ellas en la Zona C, frente a las 29 de los tres últimos meses de 2007. A consecuencia de ello este año 400 palestinos han sido desplazados. En el momento de un renovado proceso de paz para crear un Estado palestino independiente, la realidad en Cisjordania es que están creciendo los asentamientos judíos y están aumentando las demoliciones de casas palestinas.

 

Los problemas del pueblo de Far'un, al sur de Tulkarem, se complican por el vasto muro de Cisjordania que transcurre fuera de la línea de armisticio de 1949 que divide los territorios palestinos e israelíes. La ancha alambrada de acero, que pasa a una escasa docena de metros de la casa de Suleiman, separa el pueblo de un trozo de terreno agrícola y reservas de agua subterráneas, y ha convertido esta zona en una peligrosa zona prohibida: en diciembre de 2006 un soldado israelí mató a tiros a una niña palestina de 14 que jugaba en la zona.

 

La casa de Suleiman y la de su vecino Emad Hassahsi, que también ha recibido una orden de demolición, se construyó antes de que se levantara el muro en una zona que les dijeron - y tienen cartas que, al parecer, lo avalan – era Zona B, sobre la que los palestinos tienen control administrativo y, por lo tanto, creyeron que podían construir con seguridad. Sólo después el ejército israelí anunció que de hecho era Zona C. En todas partes de Cisjordania existen disputas similares acerca de cuál es la delimitación exacta de las diferentes zonas.

 

La administración civil de Israel no dio explicaciones para el aumento de las demoliciones pero declaró a The Guardian: "Los procedimientos previos a la materialización de la orden de demolición incluyen: expedición de una orden de detención de la construcción que se suele emitir al principio de la construcción de los cimientos de la casa; muchas deliberaciones en el alto comité de planificación y zonificación, y, por supuesto, la posibilidad de apelar al Tribunal Supremo. Estos procedimientos son válidos tanto para palestinos como para israelíes"**. Afirmó que los edificios demolidos en Far'un "se construyeron ilegalmente y sin las licencias requeridas".

 

Un efecto del estricto freno a la planificación es limitar el crecimiento de los pueblos palestinos. "Si se observa cómo los israelíes están haciendo cumplir las leyes de planificación y construcción, se ve que se hacen cumplir de manera parcial", afirmó Avi Berg, director de investigación del destacado grupo [israelí] pro-derechos humanos B'Tselem, que ha trabajado en el caso de Far'un.

 

El crecimiento de los asentamientos [israelíes] crece aceleradamente a pesar del hecho de que las actuales negociaciones de paz se basan en la Hoja de Ruta estadounidense, según la cual se exige a Israel que congele sus asentamientos. En otro informe Peace Now afirma que desde que empezaron las conversaciones en Annapolis el pasado mes de noviembre, Israel ha continuado construyendo 500 viviendas en asentamientos de Cisjordania y ha sacado a concurso la construcción de otras 750 casas en asentamientos de Jerusalén este y Cisjordania.

 

El gobierno israelí defiende la continua construcción dentro de los asentamientos y particularmente en los asentamientos principales, que denomina "centros de población", afirmando que no construirá nuevos asentamientos o expropiará más tierra. "En los centros de población y en Jerusalén este la realidad sobre el terreno no será la misma en el futuro que la que es hoy", afirmó el primer ministro israelí Ehud Olmert el mes pasado. "Habrá más construcción de edificios adicionales como parte de la realidad de la vida y esto es algo que ya se ha explicado...”

 

No todos los casos de demolición son de viviendas. En enero el ejército israelí arrancó 3.200 árboles, destruyó cisternas de agua y terrazas y campos de cultivo cerca de Beit Ula, junto a Hebrón, al sur de Cisjordania. De nuevo ocurrió en Zona C. La administración civil afirmó que las demoliciones eran "una actividad para hacer cumplir la ley" que se llevó a cabo después de [efectuar] avisos legales.

 

Pero en este caso el objetivo era un proyecto por valor de 64.000 euros (51.000 libras) de la Comisión Europea y que empezó hace dos años para proporcionar medios de vida a los habitantes del pueblo, algunos de los cuales también habían puesto dinero propio en los cultivos.

 

"Fue una tragedia para nosotros", afirmó Sami al-Adam, un agricultor de 46 años que había invertido 45.000 shekels. "Me están arrancando desde mis raíces. Quieren destruir a los agricultores palestinos psicológica y económicamente".

 

Notas:

* Judea y Samaria es la denominación que el Estado de Israel da a Cisjordania (N de la t.)

** Se omiten mencionar que, una vez demolida la casa, también se incluye la factura por el trabajo del buldózer que ha demolido la casa, que debe pagar el palestino dueño de ésta (N. de la t.)

 

Miércoles 16 de Abril de 2008

INFORMES SOBRE EL MURO DE CISJORDANIA... LAS COSTURERAS DE BARTA’A SHARQIYA

 

Fuente: Unrwace.org

En una habitación del tamaño de una caja de zapatos, 23 mujeres se sientan apretadas alrededor de la estufa eléctrica. Hablan todas al mismo tiempo y su cháchara hace eco por toda la casa. Hablan sobre los hogares, familias y amigos que dejaron atrás en el cercano pueblo de Ya’abad, al suroeste de Jenin. Dos palabras se repiten obsesivamente: barrera y permisos. Desde septiembre de 2003, la barrera rodea Barta’a, aislándola del resto de Cisjordania. Los permisos concedidos por los israelíes son la única forma de cruzar la barrera en cualquiera de las direcciones.

 

Barta’a, un pueblo al oeste de la ciudad de Jenin y colindante con la Línea Verde, se ha convertido en un enclave rodeado completamente por alambre de cuchillas. Solo pueden acceder a él aquellos que tienen permisos, mediante dos pasos controlados por soldados israelíes.

 

Desde que se levantó la barrera en la entrada de Barta’a Sharqiya como parte del muro de “seguridad” de Israel, las vidas de las mujeres han sido una auténtica confusión. De las 23 costureras de una de las cinco fábricas de Barta’a’s, ninguna ha conseguido un permiso de trabajo. Su presencia en el pueblo palestino se convirtió en “ilegal” ante los ojos de las autoridades israelíes y sus viajes diarios al trabajo entre Ya’abad y Barta’a, imposibles. El gobierno israelí considera Barta’a como “Zona Militar Cerrada”, donde sólo se les permite vivir y trabajar a aquellos que poseen permisos de “residencia a largo plazo”. Normalmente estas personas residen en el mismo Barta’a, pero tienen que solicitar permisos para poder vivir en su propio pueblo. Al resto de “personas de fuera”, trabajadores, comerciantes y visitantes, se les prohíbe la entrada.

 

Las costureras son las únicas que mantienen económicamente a sus grandes familias y no pueden abandonar sus puestos de trabajo en Barta’a, uno de los pocos pueblos de Cisjordania donde aún funcionan las fábricas de costura. Estas fábricas son el medio principal de ingresos que mantiene a cientos de mujeres palestinas. Muchas han trabajado en Barta’a durante más de una década. Eligieron permanecer en el enclave sin los permisos.

 

Todos los meses envían sus salarios a casa mediante los llamados procedimientos “mano a mano” que se utilizan para transportar verduras, medicinas, mercancías y pacientes en ambulancias entre los pueblos de Cisjordania. Un joven de Barta’a coge el dinero de las costureras y lo pasa por la barrera a otro joven que lleva el dinero hasta Ya’abad y lo distribuye personalmente a sus familias.

 

Todos los meses las mujeres esperan impacientes una llamada desde sus casas que les confirme que el dinero ha llegado sin problema. Confían en que este sistema siga funcionando; enviar dinero a sus casas es la única razón por la que han decidido quedarse en Barta’a corriendo un gran riesgo, lejos de sus hogares y familias.

 

Las 23 mujeres han estado fuera de sus hogares durante más de dos meses. Viven en un piso compacto de tres habitaciones a 50 metros de la fábrica. Sus bolsas de plástico son sus únicos armarios; las guardan debajo del sofá, del salón o detrás de las puertas. Algunas de ellas guardan nueces o dulces en su limitado espacio. “Disfrutamos más de la comida que de la privacidad, que de todas formas no tenemos”, comenta una de ellas. Sus camas son finos colchones de espuma que guardan de pie contra la pared durante el día.

 

En sus escasos días libres “vemos la televisión, bailamos o lloramos, porque no hay otra cosa que hacer”, dice otra de ellas. Todas unánimemente cuentan que no les hace ilusión tener días de descanso. “¿Para qué tener un día libre si no podemos pasarlos con nuestras familias? Nos sentimos como inmigrantes de todas formas, así que preferimos trabajar a quedarnos en casa”.

 

Las mujeres ni siquiera se atreven a ir a uno de los pocos restaurantes de Barta’a’s porque tienen miedo de caer en una de las frecuentes “redadas de trabajadores ilegales” llevadas a cabo por la policía israelí del Muro. Si fueran detenidas, se les pondría una fuerte multa y se les prohibiría entrar de nuevo en el “Área Militar Cerrada”. A las mujeres solteras les preocupa además no poder encontrar un marido si se quedan en Barta’a durante demasiado tiempo. “¡Necesitaríamos un autobús lleno de hombres de Ya’abad para poder casarnos todas! ¿Pero cómo cruzarían la barrera?”, bromea una de ellas.

 

Dicen que lo que más les duele es la ruptura social y la pérdida de la vida familiar más que otra cosa. Económicamente, se encuentran mucho mejor que los hombres de sus familias, quienes dependían de sus trabajos en Israel y ahora se han quedado sin ellos. Tienen una profesión, un trabajo y un salario a fin de mes, pero a causa de la barrera y el sistema de permisos se encuentran socialmente aisladas. Viven una vida de confinamiento detrás de la barrera y las paredes, en la fábrica y en casa.

 

Cada una de estas mujeres echa de menos a su familia, anhela volver a casa y tiene una historia que contar.

 

ASSIA, LA CASERA

Aunque vive en su propia casa en Barta’a, paradójicamente Assia es una de las mujeres cuya vida se ha visto más alterada por la barrera. Mujer enérgica de 35 años, ha estado trabajando en la misma fábrica de costura desde hace 11 años y tiene en propiedad el piso donde las 23 mujeres se encuentran hacinadas. El dueño de la fábrica le propuso exonerarla de sus tareas como costurera, mantener su salario mensual y pagarle los gastos extras si aceptaba hospedar a estas mujeres y cuidar de ellas. Como madre de dos hijas y esposa de un refugiado de Nablus registrado en la UNRWA que ahora se encuentra desempleado, Assia aceptó. Con mucho pragmatismo, dice: “No podría haber rechazado. Estas chicas son el apoyo de muchos miembros de sus familias. Hubieran perdido sus trabajos y la fábrica hubiera cerrado. Yo también habría perdido mi trabajo. Ninguna de nosotras puede permitirse eso”.

 

Como consecuencia de esta decisión, la vida de Assia dio un cambió radical. Su marido se trasladó a casa de su familia política para no “molestar o incomodar a las costureras”, dice él. La vida social de Assia desapareció: ahora se pasa el día cocinando y limpiando para sus 23 “chicas”. Rara vez puede pasar un momento tranquilo con sus hijas pequeñas, que han perdido todo sentido de disciplina y rutina. La tranquilidad se ha convertido en algo poco frecuente; la casa siempre está rezumando de ruido. La vida privada y familiar de Assia ya no existe y de muchas formas ahora comparte las preocupaciones de las costureras. Lejos quedan las tranquilas tardes en familia.

 

Assia comenta que por el bien de todos, ha decidido ocuparse del bienestar psicológico de estas mujeres como parte de su “nuevo trabajo”. Comprende su soledad y sentimiento de opresión y con frecuencia tiene que mediar en las discusiones. “Es una gran responsabilidad. Me siento como una madre en esta casa pero también como un policía. La frustración, la añoranza y a veces la desesperación pueden envenenar el ambiente por las cosas más triviales”. Assia sabe que el sitio es demasiado pequeño y atestado para el rencor o los malos sentimientos. Con mucha destreza y diplomacia hace que las cosas sean “controlables”.

 

Zuhdi, el marido de Assia, también ayuda con la nueva función de su mujer. Se encarga de hacer la compra y de llevar a las chicas al médico si es necesario. Incluso eso se ha hecho más complicado a causa de la barrera. Sólo hay un médico privado en Barta’a Sharqiya y cruzar la barrera para ir al hospital más cercano es imposible (el hospital más cercano está en Tulkarm, a 23 kilómetros de distancia). Para las urgencias que ocurren por la noche cuando el médico de Barta’a Sharqiya no está disponible, la única solución es pasar a las chicas de contrabando a Barta’a Gharbiya, en Israel 1. Sin embargo, los médicos de Israel pueden sufrir castigos si tratan a aquellas personas que tengan una tarjeta de identificación de Cisjordania. Una noche, Zuhdi tuvo que llevar a una de las chicas a Barta’a Gharbiya. El medico árabe-israelí consintió a regañadientes en darle a la chica algunas medicinas pero no la examinó y le dijo que fuera a ver a un doctor de Cisjordania.

 

¿Durante cuánto tiempo seguirán Assia y Zuhdi hospedando a las costureras? La respuesta viene después de una larga pausa: “No lo sabemos. No tenemos planes. Nuestros planes dependen de la barrera.”

 

DOS HERMANAS LEJOS DE CASA

Amani y Mouna son hermanas, y las más jóvenes de las 23 mujeres que viven en el piso de Assia. Al igual que el resto, hace muchas semanas que no han ido a casa. Las hermanas, de 22 y 19 años, han trabajado en la misma fábrica de costura durante varios años. A la edad de 13 años las sacaron del colegio para que ayudaran a su familia, compuesta de siete miembros, y a uno de sus hermanos en la Universidad de Najah. En seis años no se han quejado por tener que empezar a trabajar tan jóvenes. Es una situación habitual para las mujeres jóvenes palestinas. Sin embargo, desde que se instaló la barrera dicen que se sienten separadas. El trabajo se hace cada vez más difícil porque echan de menos el apoyo de su familia, aunque ambas reconocen la inestimable atención y cuidados maternales de Assia. Las hermanas son refugiadas registradas en la UNRWA y dicen que se sienten como refugiadas porque viven en una casa que no es suya, carecen del lujo de la privacidad y echan de menos a los suyos. “Ya’abad está tan cerca, pero tan lejos a la vez”, dice Amani.

 

LA DESPEDIDA DE UNA HIJA

El padre de Salam murió hace poco, después de que empezara el “aislamiento” de las costureras. No había visto a su familia en siete años. El día que murió su padre decidió asistir al funeral aun con riesgo de no poder volver a Barta’a y perder su trabajo. “La barrera me separó de él durante 55 días, no podía desperdiciar mi última oportunidad de decirle adiós”, comenta. Salam asistió al funeral de su padre y al día siguiente y a regañadientes volvió a Barta’a por el bien de su familia, la cual depende enteramente de su sueldo. Regresó sin permisos y sin tarjeta de identificación falsa 2. Salam cuenta que simplemente le dijo al soldado que había ido a presentar los últimos respetos a su padre, a quien no había visto en casi dos meses a causa de la barrera. En un acto de compasión, el sorprendido soldado le permitió cruzar y no le hizo más preguntas. Aun así, Salam alimenta un ciego y amargo odio por la barrera, a la que culpa de su pérdida.

 

UN NIÑO EN BUSCA DE SU MADRE

El sábado 3 de febrero de 2004, Abdallah, un niño de 11 años, apareció en una de las fábricas de costura de Barta’a. A las costureras que le miraban con asombro, les preguntó: “¿Dónde está mi madre?”.

 

Una mujer débil, Ikbal parece perdida, buscando un punto de referencia en la luz fría y fluorescente de la fábrica de costura. Cuenta su historia con voz seria y suave, que sólo tiembla cuando menciona a sus tres hijos: Abdallah, Khatib y Ahmed, a quienes dejó en Ya’abad, “al otro lado”. Como los miles de hombres palestinos que trabajaban en Israel, su marido perdió su trabajo poco después de que la intifada comenzara en 2000. Cuando ya no pudo dar de comer a sus tres hijos y su pequeña bebé, decidió buscar un trabajo en Barta’a, el pueblo de donde originalmente era. Ikbal, que ahora tiene 28 años, abandonó Barta’a cuando se casó con 15 años y desde entonces pocas veces volvió. Cuando aceptó el trabajo como costurera principiante, no supo anticipar que la barrera le impediría moverse libremente y que la mantendría alejada de su familia. No tenía más remedio que aceptar.

 

Aunque Ikbal pronto se dio cuenta de los sacrificios que tendría que hacer, sus hijos no lo entendieron. Aquel sábado, empujado por sus hermanos, Abdallah, su hijo mayor, cogió un autobús de Ya’abad a la barrera de Barta’a. Allí se bajó y dijo al soldado que estaba buscando a su madre. El soldado, perplejo, le permitió cruzar; al ser un niño menor de 12 años, Abdallah no necesita un permiso para entrar en el enclave. Desde allí Abdallah cogió otro mini-bus hasta el pueblo y finalmente consiguió llegar a la fábrica de costura.

 

Ikbal necesita poco tiempo para recuperar sus fuerzas y continuar. “Dijo que tenía hambre. Que pensaba que la razón por la que no había nada de comer en casa es porque no estoy para cocinar. La verdadera razón es que no he trabajado suficiente tiempo para conseguir un sueldo y ya no nos quedan ahorros”, dice en un susurro. Envió a Abdallah de vuelta a casa al día siguiente y le dijo que pronto volvería para hacer pan.

 

Su pena se agrava por su aislamiento en el enclave. Ikbal sabe que incluso cuando reciba su paga no podrá ir a casa. Cruzar la barrera puede llevar horas incluso para los que tienen permisos; necesitaría cambiar varias veces de autobús y el precio del transporte público se ha más que cuadriplicado debido a la dificultad de movimientos a lo largo de la barrera y puestos de control. Antes de que existiera la barrera, el trayecto de 10 kilómetros de Barta’a a Ya’abad costaba 3 shékels y duraba 15 minutos. Ahora cuesta 20 shékels el billete de ida y puede durar hasta cinco horas, dependiendo de los soldados. Un viaje de ida y vuelta le costaría lo mismo que gana en un día, un gasto que no puede permitirse.

 

Ikbal cuenta que odia la barrera porque la tiene alejada de sus hijos. “Cuando veo a las madres en Barta’a llevando en brazos a sus hijos, algo en mi interior enferma. Quiero estar con mis hijos, pero necesito trabajar para comprarles comida y cuadernos para la escuela”. A causa de la barrera, no puede ir y venir, como cientos de mujeres palestinas han hecho durante años antes de que se levantara la barrera. Es la primera vez que Ikbal trabaja y aunque dice que no le disgusta, se siente incómoda en un pueblo que ya no es el suyo, desarraigada de su casa y alejada de sus hijos. “Mi cuerpo está aquí porque tengo que trabajar, pero mi mente está más allá de esa barrera, con mis hijos todo el tiempo”, dice Ikbal, mirando fijamente al suelo.

 

Las historias de las costureras no tienen fin. Tampoco su necesidad de hablar, comunicarse y sentirse conectadas al mundo “exterior”, al otro lado de la valla, más allá de los muros que las mantienen alejadas de sus familias y hogares. El impacto que la barrera ha tenido en sus vidas va más allá de la economía y la política. La barrera y los accesos se han introducido en los aspectos más íntimos de su vida personal y sus familias. Para las 23 costureras, la verdadera crisis es de carácter personal. Como sencillamente dice Ikbal: “duele”.

 

[1 Nota a pie de página: Los dos pueblos fueron divididos en 1948 en “Barta’a oeste” (del lado israelí) y “ Barta’a este” (del lado palestino), pero han conservado fuertes lazos económicos y sociales.]

[2 Nota a pie de página: Ciertas personas han empezado un lucrativo negocio prestando tarjetas de identificación falsificadas con direcciones de Barta’a a los trabajadores que intentan cruzar la barrera. Un “pasaje” de este tipo puede costar hasta 200 shékels, un precio desorbitado para la mayoría de los trabajadores palestinos]

 

Lunes 14 de Abril de 2008

MAHMUD DARWISH, DE LA RESISTENCIA PALESTINA

 

Por Raúl Arias*, Voltairenet.org

Mahmud Darwish es un poeta palestino nacido en Briwa, Galilea, en 1942. Está considerado por los palestinos como el poeta nacional por antonomasia y el más prestigioso y representativo de los países árabes.

 

El poeta Darwish ha sido asediado y perseguido constantemente por la milicia israelita. En abril de 1988, el gobierno israelí de Isaac Shamir inició una ofensiva despiadada contra este intelectual por un poema titulado “Pasajeros entre las palabras efímeras”. Darwish pedía con este poema la salida de los ocupantes de su tierra: “Os ha llegado el momento de partir, / donde os parezca, / pero no entre nosotros”.

 

En la poesía de Mahmud Darwish están presentes las huellas de las cenizas amargas, los estallidos de los cuerpos-bomba, las noticias necrológicas, los besos que duermen sobre la hoja de un cuchillo, los aviones y tanques cercando la vida, la soledad hasta las heces, los dos u ocho mártires diarios, la presencia de la sangre y de la muerte y de la sangre a borbotones, todo ello en medio de la cálida y viril palabra del poeta, alentando la vida, visualizando “el mal de la esperanza”, encontrando el poder en la mañana espléndida que revela “que somos los invitados de la eternidad”.

 

Como el ave Fénix, Darwish renace. ¿Cuál es y de dónde proviene la fuerza maravillosa que permite al poeta morir y renacer cuantas veces sean necesarias para dirigirse a su pueblo, para hablarle y continuar la lucha?

 

Darwish nos da un indicio en estos versos: Resistir significa: / asegurar la salud del corazón y de los testículos, / y de tu terco mal: / el mal de la esperanza.

 

Y es que un pueblo como el palestino, que ha sufrido todas las ofensas y violencias posibles, puede permitirse sufrir el “terco mal de la esperanza”. Irónicamente, es un escritor norteamericano -Ernest Hemingway- quien escribió en El viejo y el mar: “El hombre no está hecho para la derrota. Un hombre puede ser destrozado pero jamás podrá ser derrotado”. Es la fuerza de la vida la que se levanta en estas palabras, frente a la astucia de quienes están habituados a la siembra de la muerte.

 

Otra razón de Darwish: “Se puede amar o no a una patria, pero a una patria libre. Si está ocupada, siempre la amarás”.

 

El 24 de marzo de 2002, una delegación de escritores miembros del Parlamento Internacional de Escritores llegó a Ramallah para solidarizarse con la nación secuestrada de palestina. M. Darwish les habló en estos términos en su discurso de bienvenida: “Al declarar una guerra constante contra nuestros cuerpos y nuestros sueños, contra nuestra gente y nuestros árboles, y mediante la práctica de crímenes de guerra, nos priva también de las bases más esenciales que nos permitan vivir diariamente como seres humanos. La ocupación no nos promete más que un sistema de apartheid y la derrota del alma frente a la espada. Sufrimos, sin embargo, una enfermedad incurable: la esperanza. La esperanza que tenemos puesta en la liberación y la independencia. La esperanza de llevar una vida normal en la que no seamos ni héroes ni víctimas, de que nuestros hijos puedan ir seguros a la escuela. La esperanza de que una mujer embarazada pueda dar a luz un bebé con vida, en un hospital y no a una criatura muerta frente a un puesto de control del Ejército. La esperanza de que nuestros poetas puedan ver la belleza del rojo de una rosa y no en la sangre. La esperanza de que esta tierra recupere su nombre primigenio: la tierra del Amor y la Paz. Gracias por ayudarnos a cargar con el fardo de nuestra esperanza”.

 

La belleza y sinceridad de sentimientos de este hermoso poeta nos impacta y acelera el ánimo para respetarlo y solidarizarnos con él y con su pueblo.

 

PASAJEROS ENTRE LAS PALABRAS EFÍMERAS (Fragmento)

Mahmud Darwish

 

Pasajeros entre palabras fugaces:

Cargad con vuestros nombres y marchaos,

Quitad vuestras horas de nuestro tiempo y marchaos,

Tomad lo que queráis del azul del mar

Y de la arena del recuerdo,

Tomad todas las fotos que queráis para saber

Lo que nunca sabréis:

Cómo las piedras de nuestra tierra

Construyen el techo del cielo.

Pasajeros entre palabras fugaces:

Vosotros tenéis espadas, nosotros sangre,

Vosotros tenéis acero y fuego, nosotros carne,

Vosotros tenéis otro tanque, nosotros piedras,

Vosotros tenéis gases lacrimógenos, nosotros lluvia,

Pero el cielo y el aire

Son los mismos para todos.

Tomad una porción de nuestra sangre y marchaos,

Entrad a la fiesta, cenad y bailad...

Luego marchaos

Para que nosotros cuidemos las rosas de los mártires

Y vivamos como queramos.

Pasajeros entre palabras fugaces:

Como polvo amargo, pasad por donde queráis, pero

No paséis entre nosotros cual insectos voladores

Porque hemos recogido la cosecha de nuestra tierra.

Tenemos trigo que sembramos y regamos con el rocío de nuestros cuerpos

Y tenemos, aquí, lo que no os gusta:

Piedras y pudor.

Llevad el pasado, si queréis, al mercado de antigüedades

Y devolved el esqueleto a la abubilla

En un plato de porcelana.

Tenemos lo que no os gusta: el futuro

Y lo que sembramos en nuestra tierra...

 

* Raúl Arias. Poeta y escritor ecuatoriano. Director del Departamento de Cultura de la Escuela Politécnica Nacional

 

Lunes 14 de Abril de 2008

EE.UU. PROVOCÓ LA GUERRA CIVIL PALESTINA PARA DESTRUIR A HAMAS, SEGÚN “VANITY FAIR”

 

Por Mónica G. Prieto, Diario El Mundo - España

- El plan fue apoyar las fuerzas dirigidas por Darhan y dotarlas con nuevo armamento

 

- Millón y medio de palestinos están hoy asfixiados por el cerco a la franja

 

Para la prensa occidental y buena parte de la árabe, la guerra civil palestina que se vivió en Gaza en el verano de 2007 fue una lucha entre los "extremistas" de Hamas y los "moderados" de Fatah, un combate desigual que derivó en un "golpe de Estado" de los islamistas y que justificó, por tanto, que el presidente palestino disolviera el Gobierno electo de Hamas y abandonase a su suerte al millón y medio de palestinos hoy asfixiados por el cerco israelí e internacional de la franja.

 

Una imagen muy conveniente para los intereses de Estados Unidos en Oriente Próximo, tanto que según la revista Vanity Fair se trató de una pantalla para ocultar un conflicto creado ex profeso por Washington para destruir a Hamas y reforzar a sus 'socios' palestinos de Fatah, los únicos capaces de hacer las concesiones necesarias para que George Bush logre su objetivo de pasar a la Historia como el presidente que propició una paz entre israelíes y palestinos.

 

En un artículo aparecido en su edición de este mes, el periodista David Rose afirma, apoyándose en documentos confidenciales autentificados por fuentes oficiales norteamericanas y palestinas, que "hubo una iniciativa encubierta aprobada por Bush e implantada por la secretaria de Estado Condoleezza Rice y el viceconsejero de Seguridad Nacional, Elliott Abrams, para provocar una guerra civil palestina. El plan fue apoyar las fuerzas dirigidas por [Mohamed] Dahlan [entonces consejero de Seguridad Nacional palestino] y dotarlas con nuevo armamento suministrado a petición norteamericana para dar a Fatah la fuerza necesaria para eliminar del poder al Gobierno democráticamente electo de Hamas".

 

VICTORIA ARRASADORA

Según Vanity Fair, la decisión fue tomada tras la arrasadora victoria del Movimiento de Resistencia Islámica en las elecciones de 2006, apoyadas por una Administración norteamericana convencida de que Fatah se haría con la victoria. Contrariado tras constatar que la democracia no satisfacía sus intereses, el Gobierno de Bush comenzó a presionar al presidente palestino, Mahmud Abbas, para que disolviera el Ejecutivo electo de Hamas.

 

Lo hizo mediante la secretaria de Estado, desplazada en persona a Ramala, y el cónsul general en Jerusalén Jake Walles, que llegó a enviar memorandos reproducidos por la revista en los que daba un ultimátum de "semanas" a Abbas para que instara a Hamas a "aceptar un Gobierno que cumpla las condiciones del Cuarteto [por las cuales debía aceptar los acuerdos previos firmados por la ANP, reconocer al Estado de Israel y renunciar a la violencia] o bien a rechazarlo. Si no los acepta en el tiempo prescrito, [Abbas] debe [...] declarar el estado de emergencia y formar un gobierno de urgencia expresamente comprometido con estas condiciones". Además, Abbas era instado a "reforzar su equipo” con "figuras creíbles y estimadas por la comunidad internacional".

 

El Gobierno de Bush comenzó a presionar al presidente palestino, Mahmud Abbas, para que disolviera el Ejecutivo electo de Hamas

 

La figura creíble que necesitaba EE.UU. era Mohammed Dahlan. Bush se refería a él, según confirman a Rose fuentes de la Casa Blanca, como "nuestro socio". Entre muchos palestinos es considerado un espía de los norteamericanos gracias a sus excelentes relaciones con las diferentes Administraciones de EE.UU.. También es acusado de servir, directa o indirectamente, a los intereses israelíes. Y ante todo, es un enemigo implacable de Hamas, movimiento al que combatió durante una década, ya desde que Yasir Arafat estaba en el poder, dirigiendo una campaña de hostigamiento contra sus militantes que incluyó terribles torturas en las instalaciones de la Seguridad Preventiva, que él dirigía.

 

SESIONES DE TORTURAS

Así lo pudimos comprobar los periodistas que visitamos Gaza en los días posteriores a la guerra civil de aquel verano cuando los dirigentes islamistas nos mostraron los vídeos incautados en los despachos de los gerifaltes de los "moderados" de Fatah donde se podían observar sesiones de salvajes torturas. Entonces circulaba la versión –si bien edulcorada- de que EE.UU. era parte interesada en el conflicto, e incluso medios afines a Hamas afirmaban que en el despacho de Dahlan, abandonado tras consumarse la victoria islamista, se habían hallado documentos que demostraban que seguía órdenes del teniente general Keith Dayton, pero jamás fueron mostrados al público.

 

El nombre del estadounidense sonaba con fuerza desde hacía un par de años. Nombrado en noviembre de 2005 coordinador de Seguridad para los palestinos, su experiencia en la región databa de meses antes, cuando dirigía el comité norteamericano encargado de buscar las ilocalizables –sino inexistentes- armas de destrucción masiva de Sadam Hussein en Irak. En noviembre de 2006, según Vanity Fair, Dayton se entrevistó por primera vez con Dahlan para darle un mensaje: "Tenemos que reformar el aparato de Seguridad palestino. Pero también necesitamos intensificar tus fuerzas para ocuparnos de Hamas".

 

Tras la victoria electoral de 2006, Abbas rechazó entregar el mando de la Seguridad al Gobierno islamista, a lo que éste respondió creando una milicia -la Fuerza Ejecutiva- con un personal escaso comparado con los 35.000 hombres de los que disponía Fatah en Gaza pero que bien organizados y sumados a las Brigadas de Izedin al Casad, con 6.000 militantes, le convertían en un enemigo nada desdeñable.

 

“IRÁN CONTRA 2.0”

Dahlan pidió quedar al mando de los 14 organismos de Seguridad –sería nombrado Consejero de Seguridad Nacional para lograr esa competencia- y por supuesto recursos, armas que serían proporcionadas gracias a la presión estadounidense por los aliados árabes en la región pero pagadas por EE.UU..

 

La estrategia es descrita por la revista como “Irán Contra 2.0”, una versión moderna del escándalo de mediados de los 80 –en el que se vio implicado el citado Abrams- por el cual EE.UU. vendió de forma ilegal armamento a Irán para financiar con las ganancias obtenidas a la contra nicaragüense. En esta ocasión, según la revista, Rice presionó en persona a Egipto, Jordania, Arabia Saudita y Emiratos para que reforzaran a Fatah con entrenamiento militar y con fondos destinados a la compra de armas que serían ingresados en las cuentas de Abbas. La revista habla de entre 20 y 30 millones de dólares.

 

El armamento comenzó a llegar en diciembre de 2006 y entró en Gaza –controlada por Israel- con el aplauso de Tel Aviv, cuyo ministro Benjamin Ben Eliezer se congratuló de qué las armas y la munición "permitirían a Abbas enfrentar a las organizaciones que tratan de arruinarlo todo". Mientras, sobre el terreno, las escaramuzas entre militantes de la Fuerza Ejecutiva de Hamas y la Seguridad Preventiva y otros organismos de Fatah eran cada vez más frecuentes y mortíferos. La guerra civil era tan inminente en Gaza que Arabia Saudita emprendió una mediación para tratar de reconciliar a los palestinos que no dio frutos. Los combates estallaron con toda la virulencia posible pero, una vez más, el resultado sorprendió a EE.UU..

 

El resultado es comparado por 'Vanity Fair' con el fiasco de Bahía de Cochinos. La realidad frustró el golpe de Estado planeado por Washington cuando los ‘moderados’ de Fatah perdieron la guerra y sus dirigentes huyeron a Cisjordania, dividiendo aún más a los palestinos y haciendo improbable, por no decir imposible, ningún acuerdo de paz global en Oriente Próximo que llene de gloria a George Bush.

 

Lunes 14 de Abril de 2008

DEIR YASSIN, PALESTINA, HACE 60 AÑOS

 

Por Abbas Hamideh*, Al-Awda / Rebelión

Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R. **

Mi padre, Fakhri Quasim Hamideh, fue un superviviente de la matanza de Deir Yassin el 9 de abril de 1948. Como la mayoría de los refugiados palestinos, su mayor deseo desde su expulsión forzosa en 1948 era volver un día a su pueblo en palestina. Desgraciadamente 53 años después, el 7 de febrero de 2001, mientras conducía hacia su visita habitual al médico, falleció en un puesto de control militar israelí en Ramala. Mi padre recibía regularmente tratamiento de diálisis renal en el hospital de Ramala. Debido al retraso en el puesto de control militar israelí ese día no consiguió pasar a tiempo. Le dio un paro cardíaco y falleció en su vehículo a pesar de todos los esfuerzos para pasar por el puesto militar de control. Hubo testigos que explicaron esto a la familia, incluso los estudiantes de medicina de la ambulancia palestina y los funcionarios del hospital en Ramala. Volamos a palestina al día siguiente para el sepelio y nos reunimos con la administración del hospital. Llevamos a mi padre a su tumba de Ramala, lejos de Deir Yassin, su pueblo. ¡Su sueño de volver pasaba ahora a sus hijos, los descendientes de su querido pueblo Deir Yassin!

 

BREVE HISTORIA DE DEIR YASSIN ANTES DE LA MASACRE

Durante siglos, el pueblo de Deir Yassin (5 Km. al oeste de Jerusalén) fue un lugar pacífico de palestina. La palabra árabe Deir quiere decir monasterio. A principios del siglo XVIII, alrededor de 1742, un beduino nómada árabe y su familia se establecieron en este pueblo. Su nombre era jeque Muhammad Al-Yassin. El pueblo se llamó después Al-Sheik Muhammad Al-Yassin y se conoció desde entonces como Deir Yassin.

 

LA MATANZA DE DEIR YASSIN, EL 9 DE ABRIL DE 1948

En 1948, los preparativos sionistas para la matanza de Deir Yassin habían empezado. La banda sionista-terrorista judía Stern presentó una propuesta para perpetrar una matanza de los residentes del pueblo para mostrarles a los árabes lo que pasaba cuando las bandas Irgun y Stern se unían en sus operaciones. Uno de los objetivos del ataque era “romper la moral árabe” y sembrar el pánico a lo largo de palestina. Deir Yassin domina Jerusalén desde su punto montañoso más alto. Tomar Deir Yassin era, militarmente, estratégico para los planes sionistas de vaciar palestina de sus habitantes indígenas.

 

A primeras horas de la mañana del 9 de abril de 1948, el pacífico pueblo de Deir Yassin fue atacado y sus habitantes masacrados por las bandas sionistas-terroristas Irgun y Stern capitaneadas por Menajem Begin y Benzion Cohen respectivamente. Irgun y Stern mataron a todos los que se cruzaron en su camino, hombres, mujeres (algunas embarazadas) y niños, hasta vaciar el pueblo entero. La matanza se planeó para aterrorizar a los árabes más allá del pueblo de Deir Yassin, de forma que huyeran lejos y así los expulsaron de sus casas. Esto explica por qué los escuadrones de la muerte judíos sionistas no enterraron a los hombres, mujeres y niños que mataron. Dejaron los cadáveres expuestos para que asustaran a los demás árabes palestinos. Los que todavía estaban vivos fueron capturados por las bandas terroristas sionistas y cargados en camiones con las manos atadas y los ojos vendados. Desfilaron por las calles de Jerusalén mientras otros judíos sionistas aplaudían y celebraban la deshumanización de los árabes palestinos.

 

Después de la humillación de nuestra gente por las calles de Jerusalén, los devolvieron a Deir Yassin, los pusieron en fila contra el paredón y los asesinaron a tiros. Cincuenta y tres niños huérfanos fueron arrojados, literalmente, a lo largo de las murallas de la Ciudad Vieja de Jerusalén, donde los encontró Hind Husseini, que los llevó a su casa, que estaba detrás del Hotel American Colony, y se convirtió en la primera especie de orfanato “Dar-al-Tifl al-Arabi”.

 

Unas semanas después «Israel» se proclamó Estado y casi inmediatamente el presidente estadounidense Harry Truman lo reconoció como tal. Con la excepción de unas pocas, no se conocerán las tumbas de los mártires de Deir Yassin porque el “Estado de Israel” las excavó, al parecer para dejar paso a los nuevos colonos judíos. Nunca se castigó a los delincuentes terroristas que perpetraron la matanza de Deir Yassin ni fueron presentados ante la justicia. Al contrario, recibieron condecoraciones y un ex líder de la banda de Irgun, Menajem Begin, se convirtió en Primer Ministro poco después. Después, el bien conocido criminal de guerra Ariel Sharon, siguió llevando a cabo el lento genocidio, encendido por el proyecto sionista estadounidense-europeo contra los países árabes, que continúa hasta hoy. Morton A. Klein, de la Organización Sionista de América, publicó un informe titulado Deir Yassin «la historia de una mentira» en el que afirma que no hubo ninguna matanza en Deir Yassin. Negar Deir Yassin es como negar el judeicidio nazi en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. La matanza de Deir Yassin es tan verdadera como el holocausto nazi en Europa.

 

La del pueblo de Deir Yassin sólo fue una de las muchas matanzas perpetradas por los sionistas “israelíes” para aterrorizar a la población indígena. Otras ciudades y pueblos palestinos donde tuvieron lugar masacres fueron Ein Karem, Kakoun, Tintura, Yaffa, Safad, Sufsaf (115 personas fueron masacradas contra los muros de la Mezquita de Susaf), Haifa, Ticket Haifa, Jibsu y muchos más. Los residentes de Sufsaf fueron testigos de su segunda matanza en el campo de refugiados de Shatila en Líbano 34 años después, en 1982. El criminal de guerra Ariel Sharon fue el responsable directo de esa matanza.

 

¡Al contrario de la creencia sionista de que “el viejo morirá y el joven olvidará”, 60 años después, algunos de nuestros mayores pueden haber muerto, pero los jóvenes todavía recuerdan! Los descendientes de Deir Yassin, los refugiados palestinos y la gente en la tierra, en las casas y en cualquier parte continúan luchando por el momento en que podamos exigir nuestro derecho incuestionable y sagrado, individual y colectivo, a volver a nuestras casas y tierras de origen.

 

La Resolución 194 de la ONU reconoció el derecho de los palestinos de volver a sus casas y tierras. Esta resolución fue ratificada posteriormente por la Resolución 3236 de la Asamblea General de la ONU qué reafirmó en la subsección 2 “el derecho inalienable de los palestinos a volver a sus casas y propiedades de las que habían sido desplazados y desarraigados, y exige su retorno”. El “derecho al retorno” palestino es específicamente a sus casas originales y sus tierras y no simplemente a lo que quizá se denomine como un Estado Palestino en el futuro.

 

¡Volveremos!

 

* Abbas Hamideh es miembro de Palestine Right of Return, coordinador de Al-Awda/Palestine Right To Return Coalition y director de Deir Yassin Committee of New York. AbbasHamideh@al-awda.org

 

**Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

 

Lunes 14 de Abril de 2008

TORTURAS A PRISIONEROS PALESTINOS

 

Por Stephen Lendman, PalestineChronicle / CEPRID (IAR Noticias)

Según el grupo Palestino de paz y justicia, MIFTA (1), desde la ocupación de Gaza y Cisjordania (los Territorios Palestinos Ocupados) en 1967, Israel ha apresado más de 650 mil palestinos.

 

B'’Tselem es el conservador Centro de Información Israelí por los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, con una bien merecida reputación por su precisión. Un grupo de prominentes académicos, abogados, periodistas y miembros del Parlamento Israelí (Knéset) fundaron la organización en 1989 para “documentar y educar al público israelí y los legisladores acerca de las violaciones de los derechos humanos en los Territorios Ocupados, combatir el fenómeno de negación que prevalece entre el pueblo israelí, y ayudar a crear una cultura de derechos humanos en Israel” para convencer a los agentes del gobierno de respetar los derechos humanos y cumplir con el derecho internacional.

 

Su trabajo cubre un amplio rango de temas de derechos humanos, entre los que se incluyen detenciones y torturas. En mayo de 2007 preparó un reporte detallado de 100 páginas titulado “Prohibición Absoluta: La Tortura y Abusos hacia los Detenidos Palestinos”, que está disponible de forma impresa para quienes lo soliciten. Este artículo resume sus hallazgos que representan un esfuerzo conjunto entre B’Tselem y HaMoked (Centro para la Defensa del Individuo), fundado en 1988 para apoyar los derechos Palestinos durante la primera Intifada a finales de los años 80. Desde principios de los años 90, B’Tselem ha publicado más de 10 reportes sobre el uso de la tortura y abusos por Israel hacia los detenidos palestinos. Este es el más reciente en su esfuerzo por aumentar la conciencia pública y ayudar a abolir estas aborrecibles prácticas. Los hallazgos se basan en testimonios solicitados a una pequeña y “poco representativa” muestra de 73 palestinos residentes de Cisjordania que fueron arrestados entre julio del 2005 y enero del 2006, que estuvieron de acuerdo en que se contaran sus historias y reunieron los criterios predeterminados para el estudio.

 

Ellos fueron escogidos de los nombres de 4.460 prisioneros palestinos, cuyos parientes contactaron HaMoked para ayudarles a encontrar sus paraderos. HaMoked brinda este servicio porque Israel viola el derecho internacional y sus propias regulaciones militares al negar a los familiares de los prisioneros cualquier información acerca de quiénes fueron detenidos o dónde se encuentran detenidos. Por la cantidad de años que tiene B’Tselem investigando sobre la tortura en Israel, considera que la información contenida en este reporte refleja de manera precisa las clases y niveles de las prácticas abusivas israelíes. La tortura, el abuso y el trato degradante son repugnantes en cualquier forma por cualquier razón, y desde siempre el derecho internacional ha prohibido estas prácticas bajo cualquier circunstancia. Las cuatro Convenciones de Ginebra de 1.949 prohíben cualquier forma de “coerción mental o física” y afirman que los prisioneros de guerra enfermos, heridos y civiles deben ser tratados humanamente. Las cuatro convenciones tienen un tema común, llamado el Artículo Común Tres, que solicita que todos los no combatientes sean tratados humanamente siempre. No hay excepciones por ninguna razón, y las violaciones son incumplimientos graves de Ginebra y otras leyes internacionales que constituyen crímenes de guerra y de lesa humanidad.

 

ISRAEL DEFIENDE LAS “TÁCTICAS COERCITIVAS NECESARIAS”

Sin embargo, la Comisión de Landau de 1987 (encabezada por el magistrado Moshe Landau, anterior Presidente del Tribunal Supremo de Justicia) citó el suministro de “defensa necesaria” en el Derecho Penal para recomendar el uso de “presión física moderada y psicológica”, para obtener evidencia para condenas en enjuiciamientos. Su justificación era que las tácticas coercitivas de interrogación eran necesarias contra “la hostil actividad terrorista”. Y definió incluir no sólo amenazas o actos de violencia, sino todas las actividades relacionadas con el nacionalismo Palestino.

 

Más tarde, en septiembre de 1999, la Corte Suprema de Justicia de Israel, respondió la petición del Comité Público Contra la Tortura en Israel, y emitió una decisión histórica (al revertir las recomendaciones de Landau) y prohibió el uso de las torturas contra los prisioneros. Sin embargo, esto fue un falso gesto ya que al mismo tiempo estableció la presión y las medidas de molestias, como efectos secundarios de interrogaciones legítimas, que no se deben usar para quebrar el espíritu de los prisioneros. Luego agregó una gigante laguna jurídica al permitir a quienes interrogan, usar la fuerza física y evitar procesos judiciales en casos denominados “bombas de relojería” (2), aún cuando el Derecho Internacional no admite excepciones, y las autoridades israelíes puedan utilizar esa excusa para cualquier persona en custodia.

 

Según el grupo Palestino de Paz y Justicia, MIFTA, desde la ocupación de Gaza y Cisjordania (los Territorios Palestinos Ocupados) en 1967, Israel ha apresado más de 650 mil palestinos. Esto equivale a cerca de un sexto de la población de los territorios palestinos ocupados hoy día. Los servicios de seguridad actualmente tienen detenidos cerca de 10 a 12 mil hombres, mujeres y niños palestinos en sus prisiones bajo condiciones deplorables y muchos bajo detención administrativa sin cargo alguno. Basados en la asesoría previa de HaMoked, B’Tselem estima que 85% de ellos están sujetos a torturas y abusos en custodia, aún cuando la mayoría de ellos no están acusados de terrorismo. Estas prácticas son usadas de manera rutinaria y sistemática contra activistas políticos, estudiantes acusados de estar a favor del Islam, sheikhs (3) y líderes religiosos, personas de organizaciones islámicas de caridad, familiares de personas solicitadas por las autoridades o cualquier hombre, mujer, o niño que Israel lo requiera por cualquier motivo.

 

El reporte de B’Tselem de mayo del 2007 declara que la Agencia de Seguridad Israelí (ISA- anteriormente llamada Servicio de Seguridad General o GSS) admite utilizar métodos “excepcionales” que incluyen “presión física” para interrogar en las situaciones llamadas “bombas de relojería”. Pero esto se puede usar como excusa para abusar de cualquier persona. Adicionalmente, policías admiten abiertamente que se aprueba el uso de medidas severas de forma retroactiva, de manera que los derechos de los prisioneros palestinos se puedan violar libremente sin temer a recriminación alguna. En otras palabras, quienes interrogan en la Agencia de Seguridad Israelí conocen las reglas: no pidas permiso, usa los métodos que desees, y no te preocupes por las consecuencias posteriores, ya que no habrá ninguna. Esto está demostrado en lo que los prisioneros dijeron a B’Tselem.

 

Los prisioneros reportaron que se les “debilitaba” para la interrogación desde que eran arrestados hasta que los agentes de la Agencia de Seguridad Israelí se hacían cargo. Al comienzo los abusos incluían golpes, dolorosas ataduras, ofensas, humillaciones y negación de las necesidades básicas. El procedimiento de la ASI incluía luego siete formas claves de abuso que violaba la dignidad e integridad física de los detenidos. Se les trataba de quebrar el espíritu, pero el derecho internacional lo llama tortura cuando incluye intentos verificables de tortura, sufrimiento o dolor severo, motivos inapropiados e involucran al estado. Todas estas condiciones se aplican a las prácticas abusivas israelíes que incluyen:

 

- Aislamiento que prohíbe a los prisioneros tener contacto con familiares, abogados, o representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja. Esto exacerba el sentido de impotencia, los prisioneros están completamente a la merced de quienes les interrogan. Y se sabe que esto les produce serios daños psicológicos cuando es continuo por períodos extendidos.

 

- Presión psicológica por confinamiento en solitario en “celdas sofocantes, putrefactas de 3 a 6 metros cuadrados” sin ventanas ni acceso a la luz del día ni al aire fresco, una luz sobre su cabeza las 24 horas del día, paredes hechas de yeso áspero que impiden que puedan descansar recostándose de ellas; un grifo de agua en una pared y algunas celdas con fregaderos; una colchoneta normalmente sucia, húmeda, y una manta mugrienta y putrefacta en el piso. Más nada en las celdas; no se permite leer ni escribir en las celdas; las letrinas son simples hoyos en el suelo. A los detenidos se les negaba cualquier contacto con otros seres humanos, exceptuando los guardias y quienes les interrogaban.

 

- Las condiciones físicas en las celdas de confinamiento en solitario están reguladas en Regulaciones de Procedimientos Penales, emitido por el Ministerio de Seguridad Interna de Israel, con la aprobación de la Constitución del Knéset (Parlamento Israelí), el Comité de Derecho y Justicia. Pero no se aplican a los “prisioneros de seguridad”, así que las celdas no tienen camas ni sillas, y casi nunca fregaderos. No se les provee de nada más, ni si quiera el uso del teléfono, ni el derecho de tener visitas. Las celdas eran muy pequeñas para caminar adentro, y no se les permitía realizar ejercicios afuera.

 

- Se debilitaba a los prisioneros con la falta de actividad física, privación del sueño y comida inadecuada. Se les negaban las necesidades básicas como comida y líquidos, medicinas o el derecho a orinar o satisfacer sus necesidades fisiológicas. Pasaban largas horas de interrogatorio, atados a una silla sin poder mover sus manos o pies en lo más mínimo, tenían deficiencias nutricionales y la comida que recibían era inadecuada, fría, mal cocinada, sin sabor y frecuentemente de apariencia repulsiva. Muchos de los detenidos se resistían a comer en la medida de lo posible.

 

- El constreñimiento en la posición de “shabah”, que es la atadura dolorosa y prolongada de las manos y pies de los prisioneros a una silla rígida de plástico, no acolchada, de tamaño estándar, de armazón de metal, sin descansaderos de brazos, fija en el suelo. Las manos atadas fuertemente a la espalda con esposas plásticas ajustables y conectadas a un anillo en la parte posterior del asiento para halarlas de manera molesta debajo del respaldar; piernas atadas a las patas delanteras de la silla. Los prisioneros no se podían parar durante la interrogación, que duraba aproximadamente 8 horas consecutivas sin descanso, y el primer día, duraba 12 horas; luego el período de interrogación, se acortaban las sesiones y duraban de 4 a 5 horas.

 

- Los interrogatorios duraban realmente poco tiempo, la mayoría del tiempo, los interrogadores estaban fuera del cuarto, y dejaban a los prisioneros con el aire acondicionador encendido, con un frío insoportable. Frecuentemente servían sólo una comida durante el día del interrogatorio; casi no permitían ir al baño; y casi todos los detenidos se quejaron de dolores severos en la espalda, cuello, hombros, brazos y muñecas, durante el interrogatorio. También se reportó adormecimiento o pérdida de sensibilidad en las extremidades. La Corte Suprema de Justicia Israelí, reglamentó en 1.999, que todos los procedimientos de constreñimientos en la posición “shabah” son ilegales, ya que violan las reglas de un “interrogatorio justo y razonable” y perjudica la dignidad y bienestar de los prisioneros. Los interrogadores de la Agencia de Seguridad Israelí ignoran esto impunemente.

 

- También se reportaron maldiciones y humillantes y obligatorios registros exhaustivos de los detenidos estando desnudos, mientras se les gritaba y se burlaban de ellos; así como salivazos, y otras prácticas abusivas.

 

- Las intimidaciones incluían amenazas de tortura física (llamadas interrogatorios militares), arrestos de familiares y destrucción de sus casas.

 

- Uso de informantes (“asafirs”) para obtener información, que no es algo abusivo como tal, pero es muy cuestionable, luego de los métodos preparatorios para “debilitar” a los detenidos.

 

Entonces B’Tselem trató los métodos de interrogación “especiales” que en su mayoría incluían la violencia física:

 

- Privación de sueño entre 30 y 40 horas, durante las cuales se dejaba a los detenidos dolorosamente atados con grilletes en los cuartos de interrogación. Y los guardias los despertaban frecuentemente entre la media noche y las 5 de la mañana. Se usaban varios tipos de sonidos opresivos para interferir con el sueño durante la noche.

 

- Uso de golpes “en seco” que incluían puñetazos y patadas en todas partes del cuerpo, impactos con la culata de los rifles, golpes en la cara con garrotes, cascos y otros objetos. Se les golpeaba la cabeza contra la pared, el suelo, o cualquier superficie dura. Se les golpeaba mientras los detenidos tenían las manos atadas a la espalda, y tenían los ojos vendados. Adicionalmente se les golpeaba durante las inspecciones físicas, mientras tenían las manos esposadas.

 

- Ataduras dolorosas con esposas u otros objetos, lo suficientemente apretados para cortar la circulación de la sangre y causar hinchazón.

 

- Tirones repentinos de la cabeza hacia los lados y hacia atrás.

 

- También se les forzaba a caminar en cuclillas, (posición de rana), y caminar en puntillas agachados dando saltos con las manos esposadas detrás de la espalda, mientras se les empujaba y golpeaba hasta que los prisioneros perdían el equilibrio y se caían hacia delante o atrás. Este método les inflinge dolor al aumentar la presión en los músculos de las piernas, y herir las muñecas al caerse.

 

- Posición de “banana”, en la que se tuerce dolorosamente el arco de la espalda, con el cuerpo extendido horizontalmente hasta el suelo sobre una silla sin respaldar, con las manos atadas a los pies.

 

También ocurren asesinatos de prisioneros, como el del día 22 de octubre, en la miserable prisión de Ketziot, en el desierto de Neguev, donde se mantienen detenidos a 2.300 palestinos en condiciones realmente duras. A las dos de la madrugada los guardias de la prisión empezaron una requisa en las celdas, desnudando y registrando a los reclusos en una deliberada provocación de media noche. Los prisioneros resistieron y cerca de 550 miembros del Servicio de Prisión Israelí Metsada (4), unidad antimotín, respondieron con fuerza excesiva, golpeándolos con garrotes de plástico, culatas de los rifles, así como con perdigones, bombas sin estallar, bombas lacrimógenas, granadas estruendosas que encendieron en llamas las celdas y perjudicaron a más de 250 reclusos, dejando al menos a 9 con daños severos. Durante este ataque, Mohammed Al Ashqar fue asesinado al recibir un tiro en la cabeza.

 

El Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR) mantiene que el abuso a los prisioneros, las tácticas represivas y el asesinato de palestinos es una política oficial Israelí, que ha empeorado bajo el director actual del Servicio de Prisión Israelí, Beni Kaniak. El Centro Palestino para los Derechos Humanos reporta que Beni Kaniak ha instituido estas medidas punitivas:

 

- Reducción de las raciones de comida y los implementos de higiene.

 

- Prohibición adicional de artículos de los prisioneros.

 

- Confiscación del dinero de los prisioneros y prohibición de que ningún familiar pueda tenerlo. Uso extendido del confinamiento en solitario.

 

- Muda periódica de los prisioneros a nuevas instalaciones, para impedir el sentido de estabilidad.

 

- Repetidas y severas redadas no anunciadas a altas horas de la noche, como la del 22 de octubre en Ketziot.

 

Estas tácticas, torturas y abusos de los prisioneros palestinos se realizan con el consentimiento y “bajo el auspicio del sistema de la Policía Israelí”. B’Tselem reportó desde el año 2.001, que la Oficina del Fiscal del Estado de Israel recibió más de 500 quejas de estas prácticas, pero no se ha investigado ninguna. En general, rara vez se investigan los casos de maltratos a los prisioneros, y casi nunca terminan en acusaciones. Más allá de esto, a pesar del fallo de 1.999, la Corte Suprema de justicia Israelí ayuda a los interrogadores de la Agencia de Seguridad Israelí, al rechazar la aceptación de al menos una de cientos de las peticiones que se les presentan para ser reparadas. La Corte Suprema de justicia Israelí también permite que la Agencia de Seguridad Israelí oculte información de los prisioneros sobre los que se emitieron órdenes abusivas o de peticiones legales realizadas en nombre de los detenidos. Además, permite que las evidencias obtenidas bajo tortura, sean usadas en los enjuiciamientos.

 

ISRAEL SIGUE EL MODELO DE EE.UU.

B’Tselem y HaMoked están comprometidos para terminar con el uso de las torturas de parte de Israel hacia los prisioneros Palestinos. Ellos citan el ejemplo del manual práctico del ejército de Estados Unidos, de Septiembre de 2006, para Operaciones de Recolección de Inteligencia Humana como una guía apropiada para conducir interrogatorios, aunque la autorización de brutalidad física y psicológica se haya convertido en una política oficial de la administración, bajo el mandato de George Bush, luego del 11 de septiembre. Sin embargo, este manual abarca 18 métodos de interrogación de experiencia demostrada en el trabajo bajo variadas situaciones y condiciones. Van desde establecer confianza entre el interrogador y el detenido, hasta el uso de trampas y manipulación psicológica. Pero en ningún caso se admite tortura ni otras prácticas ilícitas.

 

Una cosa es tener reglas y leyes, y otra es cumplirlas o acatarlas. Según opiniones legales del otrora Departamento Secreto de Justicia, bajo el mandato de George Bush, en Estados Unidos se han consentido y practicado “las más duras técnicas de interrogación, nunca antes usadas por la CIA”. Esto no es diferente en Israel, donde la Agencia de Seguridad Israelí utiliza con impunidad de manera sistemática y rutinaria medidas de interrogación que están prohibidas. B’Tselem y HaMoked quieren que se termine con estas prácticas y urgen al gobierno israelí pararlas, promulgando leyes ejecutables en las que “se prohíba estrictamente la tortura y el trato cruel, inhumano o degradante”, de acuerdo con el Derecho Internacional.

 

También recomiendan que se investigue cada queja de abuso o tortura por un cuerpo independiente, que las personas que hayan violado la ley sean procesadas, y que “cada prisionero reciba las condiciones humanas mínimas”. Israel clama ser un estado civilizado. Pero ya es hora de que actúe como tal.

(*)Stephen Lendman es periodista estadounidense.

 

Notas:

(1) MIFTA: Iniciativa palestina para la Promoción del Diálogo Global y la Democracia.

(2) NT: “bomba de relojería”: Cuando haya algo a punto de estallar o corra peligro la vida de otras personas.

(3) Sheik: Especialista en ciencias islámicas.

(4) NT: Metsada: División de Operaciones Especiales del Mossad, “conduce las operaciones de asesinato de objetivos sensibles, de actividades de sabotaje, paramilitares y de guerras psicológicas”. http://www.intelpage.info/exterior/israel.htm. Adicionalmente, presta servicios de “inteligencia” e investigadores privados. Teniendo como punto fuerte el Medio Oriente. Ver http://www.metsada.com/

 

Jueves 10 de Abril de 2008

¿UNO O DOS ESTADOS? ¡NINGUNO!: LA CUESTIÓN DEL SIONISMO

 

Por Jonathan Cook*, CounterPunch / Rebelión

El conflicto palestino-israelí es uno de las más difíciles del mundo, y lo mismo se podría decir acerca de si su resolución puede lograrse mejor con un solo estado que abarque a los dos pueblos o por una división de la tierra con dos estados separados, uno para los israelíes y el otro para los palestinos.

 

El filósofo Michael Neumann ha dedicado dos artículos, uno en el año 2007 y otro a principios de esta semana, para CounterPunch, con el fin de desacreditar la idea de un estado como poco práctica y, por tanto, no tenerla en consideración. En respuesta, Kathy Christison ha lanzado una enérgica defensa, exponiendo claramente los meandros de la lógica Neumann.

 

Prefiero abordar el argumento central de Neumann: que al menos es posible imaginar un consenso detrás de dos estados, mientras que los israelíes nunca aceptarán un Estado único. Este argumento constituye el lema de los seguidores de la idea de dos estados, pintando a los partidarios de un solo estado como una multitud de soñadores y perdedores.

 

Neumann escribe que “la idea de que Israel debería admitir un solo estado es para reírse… y que no existe oportunidad alguna para que los israelíes acepten un estado único que daría a los palestinos algo tan remoto como sus derechos”.

 

Según Neumann, a diferencia de la solución de un estado, los medios para la realización de dos estados están a nuestro alcance: la supresión del medio millón de colonos judíos que viven en los territorios palestinos ocupados. Luego, Neumann escribe, "una solución de dos Estados que daría a los palestinos un Estado soberano, porque eso es lo que significa la solución de dos Estados. No significa un estado y otro no-estado; ningún palestino que proponga la solución de dos Estados lo aceptará a menos que se asegure su soberanía”.

 

Hay algo sorprendentemente ingenuo acerca de su argumento de que, sólo porque existe algo llamado “solución de dos Estados”, tiene que dar lugar necesariamente a dos estados soberanos. ¿Cuáles son los requisitos mínimos para calificar a un Estado como soberano, y quién lo decide?

 

Cierto, las múltiples soluciones de dos estados propuestas por Ariel Sharon, Ehud Olmert y George Bush, apoyadas por la mayor parte de la comunidad internacional, fallarían, según el criterio de Neumann, ya que no se basan en la eliminación de todos los colonos.

 

Pero una alternativa a la solución de dos estados que requiere la retirada de Israel de las fronteras pre-1967 aún no se podría admitir; por ejemplo, un ejército palestino - ¿equipado y entrenado por Irán? – Que se encargue de controlar las fronteras de Cisjordania y de Gaza. ¿Contaría esto? ¿Y con qué probabilidad Neumann cree que Israel y los EE.UU. otorgarían ese tipo de soberanía al Estado Palestino?

 

Neumann reiteradamente nos recuerda que aquellos que tienen el poder son los que dictan las soluciones. En cuyo caso podemos estar seguros de que cuando llegue el momento Israel y sus patrocinadores, los Estados Unidos, van a imponer su propia versión de la solución de dos Estados y que sin duda se alejará del auténtico artículo que Neumann defiende.

 

No importa. Dejemos de lado la lógica, por el momento, y volvamos al principal argumento: que la creación de dos estados es de por sí más viable y práctica que el establecimiento de un solo estado. Sin embargo, aun con todas las pruebas disponibles, no es así como lo ven los actuales dirigentes de Israel.

 

El Primer Ministro Ehud Olmert ha expresado en varias intervenciones el temor de que la población palestina que vive bajo control israelí - tanto la que se encuentra en los territorios ocupados como la de dentro de Israel - llegue al punto que supere la población judía, tal y como los demógrafos esperan; en los próximos años, Israel será comparada con la Sudáfrica del Apartheid. En sus palabras, “Israel se enfrenta a una inminente y poderosa "lucha de un hombre, un voto", siguiendo la línea del movimiento contra el Apartheid. Según Olmert, la lógica política se deriva inexorablemente hacia la creación de un estado en Israel y palestina. Este fue el sentimiento que dirigió a sus delegados en una reciente conferencia en Herzliya:

 

"Tuvimos miedo de que la realidad que estaba viviendo Israel, nos obligará a la creación de un estado binacional. En 1948, la obstinada política de todos los árabes, el fanatismo anti-Israel junto con nuestra fortaleza y el liderazgo de David Ben Gurion nos salvó de tal estado. Durante 60 años, luchamos con valentía sin igual, a fin de evitar la realidad del bi-nacionalismo, y con el fin de asegurarnos de que Israel existe como Estado judío y democrático con una sólida mayoría judía. Tenemos que actuar con este fin y entender que esta realidad binacional se está creando y en muy poco tiempo estará fuera de nuestro control".

 

Las energías de Olmert se están consumiendo con la búsqueda de un programa político alternativo que se pueda vender al resto del mundo. Ese es el motivo por el que él, y antes el mismo Sharon, comenzó hablando de un Estado Palestino. Sin embargo, nunca aceptó la solución ideal de dos Estados – la que Neumann quiere – propuesta en el año 2002. Luego, Arabia Saudita y el resto del mundo árabe prometieron a Israel paz a cambio de su retirada de las fronteras pre-1967. Reiteraron su oferta el año pasado pero Israel ha hecho caso omiso de ellas.

 

En lugar de buscar una versión alternativa a los dos estados - la falsa solución de dos estados – esta se ha convertido en la oposición por defecto de la política israelí. Sólo hace falta que Israel y los palestinos dividan la tierra, mientras que la ocupación continúa y la soberanía de los judíos sobre la palestina histórica se mantiene, con el sello de la comunidad internacional. En otras palabras, la Gazificación de Cisjordania.

 

Cuando Olmert advierte que sin dos estados "Israel está acabado", está pensando principalmente sobre la forma de detener el surgimiento de un Estado único. Por lo tanto, si hacemos caso de Neumann, Olmert es un soñador, porque teme que un estado único no es sólo una solución no factible sino también que se encuentra peligrosamente cerca. Sharon, al parecer, sufrió el mismo engaño, debido a que el problema demográfico fue el principal impulso para su retirada de Gaza.

 

O tal vez ambos han entendido mejor que Neumann qué se entiende por el estado judío y qué condiciones políticas son incompatibles con éste.

 

La división de la tierra, tal y como pide Neumann, de manera equitativa, sería el momento en que la lucha por parte de Israel para mantenerse como un estado judío entraría en su fase crítica y difícil. Esta es, precisamente, la razón por la que Israel ha bloqueado cualquier división de la tierra hasta el momento y tiene intención de seguir haciéndolo.

 

En el caso inimaginable de que Israel dividiera la tierra, un estado judío no sería capaz de vivir con las consecuencias de tal división por mucho tiempo. Finalmente, el mantenimiento de un estado étnico israelí resultaría insostenible: ambientalmente, demográficamente y, en definitiva, físicamente. La división de la tierra, simplemente, acelera la auto-destrucción inherente del estado judío.

 

Veamos sólo algunas de las consecuencias para el estado judío de una verdadera solución de dos estados.

 

En primer lugar, dentro del mismo reconocido Israel, la disminución de sus fronteras provocaría una inmediata y muy grave escasez de agua. Esto se debe a que en la devolución de Cisjordania a los palestinos, Israel perdería el control de los grandes acuíferos de montaña que son en la actualidad la mayor parte de su suministro de agua, no sólo para Israel, sino también para los colonos judíos que viven ilegalmente en los territorios ocupados. Israel ya no sería capaz de robar el agua, pero esperarían que se pueda negociar dentro de un mercado libre. Debido a la política del agua en Oriente Medio, esto no sería para nada sencillo.

 

Podemos entender el porqué examinando la situación actual del agua. Por el momento, Israel se aprovecha de casi todos los desagües de agua proporcionada por ríos y acuíferos dentro de Israel y en los territorios ocupados para el uso de su propia población, permitiendo a cada palestino la mínima cantidad que necesita cada día, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

 

Este mes, la Autoridad del Agua de Israel, en una cruda advertencia, informó de que se ha contaminado con agua de mar la mayor parte de los acuíferos costeros, que es la principal fuente de agua dulce de Israel dentro de las fronteras reconocidas.

 

Aunque se les permita a los palestinos una adecuada ración de agua de sus propios acuíferos de la montaña que ayude a construir una economía moderna, no quedaría suficiente para satisfacer la sed de Israel. Y esto sería antes de considerar la posibilidad del exceso de demanda sobre los recursos hídricos por parte de todos los palestinos que decidieran ejercer su derecho al retorno, no a sus hogares en Israel, pero sí al nuevo estado palestino soberano. Además, el soberano estado judío tendría todos los motivos para continuar sus políticas de judaización, tratando de atraer el mayor número de judíos del resto del mundo como sea posible, con lo que aún se recortarían más los recursos de agua.

 

La insostenibilidad ambiental de dos estados que tratarían de absorber gran parte de la población produciría inevitablemente una crisis del agua a nivel regional. Además, en caso de que los judíos de Israel, sensores de la escasez de agua, empezarán a ser un número importante, Israel tendría una razón aún más apremiante para localizar agua, por medios justos o injustos.

 

Cabe esperar que en un corto período de tiempo Israel, con el cuarto ejército más poderoso del mundo, tratará de fabricar razones para la guerra contra sus vecinos más débiles, en particular los palestinos, pero, posiblemente, también con el Líbano, en un intento de robar su agua.

 

La escasez de agua, por supuesto, sería un problema para hacer frente en un Estado único. Pero por lo menos en un estado habría mecanismos para reducir esas tensiones, para gestionar el crecimiento de la población y el desarrollo económico, y para dividir equitativamente los recursos hídricos.

 

En segundo lugar, con la ocupación de mano de obra intensiva, gran parte del enorme ejército ciudadano del estado judío se convertiría en superávit para defender sus necesidades. Además de los enormes trastornos sociales y económicos, el desmantelamiento del complejo militar del país modificaría fundamentalmente el papel de Israel en la región, dañaría su relación con la única superpotencia mundial y cortaría sus vínculos económicos con los judíos de la Diáspora.

 

Israel no tendría por más tiempo los laboratorios de los territorios ocupados para la realización de pruebas por parte de su equipo militar y sus estrategias para la batalla. Si Israel escogió luchar contra los palestinos, tendría que hacerlo con una guerra adecuada, aunque sea muy desigual entre ambas partes. Sin duda, los palestinos, como Hezbolá, encontrarían rápidamente patrocinadores para su brazo regional y así poder formar su ejército o las milicias.

 

La experiencia y la reputación que Israel ha adquirido - por lo menos entre los militares de los EE.UU. - en hacer funcionar una ocupación y la elaboración de nuevos y sofisticados medios, supuestamente para controlar la "mente árabe", rápidamente se pierde, y con ella la utilidad de Israel por parte de los EE.UU. para continuar gestionando la ocupación en Irak. Además, la alianza estratégica entre Israel y los EE.UU. para dividir el mundo árabe, a partir de la ocupación y mediante la firma de tratados de paz con algunos estados, viviendo en un estado de guerra permanente con otros, se comenzaría a deshacer.

 

Con la decadencia de las relaciones especiales entre Israel con Washington y la influencia de sus grupos de presión, así como la pérdida de miles de millones de dólares anuales en subsidios, la Diáspora judía comenzaría a perder interés por Israel. Israel podría caer en el anonimato de Oriente Medio: otra Jordania. En tales circunstancias, se produciría un gran éxodo de los judíos Asquenazí más privilegiados, muchos de los cuales disponen de un segundo pasaporte.

 

En tercer lugar, el estado judío no sería tan judío como algunos podrían pensar: actualmente uno de cada cinco israelíes, no es judío si no que palestino. Partiendo de la visión de Neumann sobre los dos estados, si todos los colonos judíos tuvieran que abandonar los territorios ocupados y regresar a Israel, ¿qué pasaría con todos los palestinos con ciudadanía israelí? Estos palestinos han sido ciudadanos de Israel durante seis décadas y han vivido legalmente en la tierra que ha pertenecido a su familia durante muchas generaciones. También están creciendo en número a un ritmo más rápido que la población judía, la razón por la que se hace referencia popularmente en Israel como una "bomba demográfica de relojería".

 

Según la visión de Neumann de dos estados, 1,3 millones de ciudadanos serían expulsados por la fuerza de Israel, siendo una violación del derecho internacional por un Estado democrático en una escala sin precedentes en la era moderna, y un acto de limpieza étnica aún mayor que la guerra de 1948 que originó Israel. La pregunta sería: ¿por qué molestarse siquiera de la promoción de dos Estados si se tiene que lograr a partir de esas condiciones terribles?

 

Suponiendo que el nuevo Estado judío mantiene, tal y como hace Israel actualmente, la pretensión de ser democrático, estos ciudadanos tendrían derecho a continuar viviendo en sus tierras y ejercer sus derechos. Dentro de un estado judío que ha terminado oficialmente su conflicto con los palestinos, aumentaría la demanda de los ciudadanos palestinos para la igualdad de derechos y el fin de su estatus de segunda clase.

 

Lo más importante es que insistirían en recuperar dos derechos que desafían la misma base del estado judío: se esperará tener el derecho, respaldado por el derecho internacional, de poder casarse con palestinos de fuera de Israel y llevarlos a vivir con ellos y, el Derecho al Retorno de sus parientes exiliados sobre una base similar a la Ley del Retorno para los judíos. El judaísmo israelí estaría en juego, más aún de lo que está hoy, desde su minoría palestina. Se puede suponer que los dirigentes de Israel reaccionarían con gran ferocidad para proteger el judaísmo del estado.

 

Aún así, ¿estos argumentos hacen viable la solución de dos estados de Neumann respeto a la de un estado único? ¿Los dirigentes de Israel, continuarían su lucha feroz para proteger sus privilegios étnicos mediante la prevención, como lo están haciendo ahora, del surgimiento de un Estado único? Sí, lo harían y lo harán. Mientras Israel continúe siendo un estado étnico, se verá obligado a profundizar la ocupación y la limpieza étnica que intensifique sus políticas de prevención de la aparición de una auténtica política palestina influenciable - por las razones que cito más arriba y por muchas más que no he citado. En verdad, tanto la solución de un estado como el verdadero acuerdo de dos estados son imposibles dada la determinación de Israel de seguir siendo un estado judío.

 

El obstáculo a la solución no es la división de la tierra, pero sí el sionismo, la ideología de la supremacía étnica que es la actual ortodoxia en Israel. Mientras que Israel sea un estado sionista, sus líderes no permitirán ni un estado ni dos estados reales.

 

La solución, por lo tanto, se reduce a encontrar la forma de cómo derrotar al sionismo. Resulta que la mejor manera puede ser enfrentándose a las ilusiones de los partidarios de dos Estados y explicarles por qué Israel está en permanente mala fe en la búsqueda de la paz. En otras palabras, si dejamos de distraernos a nosotros mismos con el Santo Grial de la solución de dos estados, podríamos canalizar nuestras energías en algo más útil: desacreditar a Israel como un estado judío y la ideología del sionismo que defiende. La respetable fachada del sionismo podría derrumbarse.

 

Sin el sionismo, el obstáculo para la creación de uno o dos estados sería finalmente eliminado. Y si ese es el caso, entonces ¿por qué no potenciar la búsqueda de la solución más justa que se adapte mejor a israelíes y palestinos?

 

* Jonathan Cook es escritor y periodista, basado en Nazaret, Israel. Su nuevo libro, Israel y el Choque de las Civilizaciones: Irak, Irán y el Plan para Rehacer Oriente Medio ha sido publicado por Pluto Press. Su página Web es www.jkcook.net. Este artículo ha sido publicado originalmente en (12/03/2008).

http://www.revistapueblos.org/spip.php?article845

 

Miércoles 09 de Abril de 2008

BEN HEINE, MAESTRO DEL ARTE DE LA RESISTENCIA

 

Por Kathlyn Stone*, Counterpunch / Rebelión

Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.

El artista activista belga Ben Heine hace una potente crítica a través de sus caricaturas e ilustraciones. Su trabajo de protesta contra el imperialismo y otras violaciones de los derechos humanos tiene seguidores en todo el mundo. Sus prolíficos y precisos dibujos van de la oscuridad y el agobio a lo dulce y tierno. Artistas de por lo menos una docena de países han recreado actualmente sus caricaturas.

 

El trabajo de Heine, especialmente el relacionado con la crisis de Gaza, llegó el año pasado a través de miles de bloggers estadounidenses después de que sus diarios, junto a un puñado de otros, fueran prohibidos en el Daily Kos por su orientación pro palestina. En una reacción que se ha convertido en habitual, los miembros de la página de Internet consideraron equivalente la simpatía por los palestinos con ser antiisraelí o antijudío y Heine y los demás fueron despedidos.

 

En el lado favorable, la mayor audiencia estadounidense le dio más alas y solidificó el establecimiento del artista radical. Heine forma parte de una hermandad fascinante de periodistas y artistas que están conectados a través de la red por todo el globo y combaten, a su manera, contra las guerras y el imperialismo.

 

Entrevistado recientemente por teléfono, Heine habló sobre su elección por implicarse en la lucha palestina y quién lo inspira.

 

- ¿Es usted un artista a jornada completa?

 

- Sí, lo intento. Soy autónomo. Trabajo para algunas publicaciones belgas, como Le Monde Diplomatique, y otras revistas internacionales.

 

Una de las grandes cosas de Internet es que te permite publicar por todas partes del mundo.

 

- Muchas de sus ilustraciones representan lo que está pasando en Gaza. ¿Qué le condujo a implicarse en el conflicto de Israel y palestina?

 

- Para los activistas, las ilustraciones son un gran medio de comunicar información y ayudan a completar el propósito de un artículo. Es la manera que he elegido para hacer que las personas piensen y, quizá, cambiar su conducta.

 

Me centro especialmente en palestina e Israel porque pienso que actualmente es uno de los problemas más importantes. Quiero decir que varias personas mueren allí todas las semanas, principalmente palestinos. Realmente me conmovió esto hace mucho tiempo y me decidí a hacer algo con mi arte.

 

Cada vez que Israel ataca a palestina intento sacar un dibujo nuevo. Trato de ser justo y llevar la verdad a los ojos de la gente y además respetar las ideas de escritores que también quieren transmitir los hechos y la realidad. La realidad es que un pueblo está oprimido por otro pueblo. Sí, pienso que ésa es una de las razones por las que dibujo para palestina.

 

- Sus dibujos evocan emociones que van desde la tristeza al ultraje ¿Piensa que eso es lo que lleva a que la gente despierte a la realidad de la violencia en Oriente Próximo?

 

- Creo que hay algo en un dibujo que es muy diferente a una fotografía. Con los dibujos hay una necesidad de utilizar símbolos y otros materiales similares para conseguir que las personas piensen de una forma distinta. Con una fotografía sería fácil, sólo con mostrar a las personas muertas, conmover a la gente todavía más. En un dibujo se pueden utilizar símbolos, que es una manera muy útil de intentar que las personas despierten ante una situación y también permite hacer comparaciones. No estoy seguro de que lo más importante sea conmover a la gente. Es más importante hacerla pensar. Y un dibujo no necesita ser realista, tiene que ser simbólico, coherente, lógico y respetar la realidad.

 

- ¿Una ilustración puede ser más eficaz que una fotografía en algunos casos?

 

- Estoy absolutamente de acuerdo con eso. Con las ilustraciones es posible usar símbolos y también agregar alguna opinión personal que no es posible en las fotografías. Una fotografía es una trascripción de la opinión de uno, pero es fría, de alguna manera le falta el marco. Pienso que tanto las fotografías como las caricaturas pueden interpretarse de modo erróneo. Siempre necesitan una palabra del artista o del autor de un artículo que explicaría la composición.

 

- Usted tiene un estilo único. ¿Hay alguien que le haya influido?

 

- No estoy especialmente influenciado por otros ilustradores, pero me inspiro en otros tipos de artistas, cantantes, escritores, novelistas, fotógrafos, cualquiera que exprese lo que piensa y denuncie las cosas horribles que ocurren, según ellos, o la mayoría o minoría de las personas en alguna parte. Hay un artista británico, Banksy, que ha sido una gran inspiración en los últimos años y el músico (israelí autoexiliado) Gilad Atzmon.

 

- ¿No hay ninguna ilustración de Atzmon en su página web? Usted tiene una gran galería de ilustraciones y caricaturas que ha hecho de activistas de todo el mundo.

 

- Sí, he hecho a Atzmon. No hago una ilustración de Banksy porque uno de los misterios populares de Banksy es que nadie conoce su cara. Eso es cómico.

 

Hay también un blogger asombroso y buen amigo, Steve Amsel (más conocido como «DesertPeace»), que escribe todos los días sobre palestina e Israel. Otra que escribe sobre este problema es Mary Rizzo. Ella tiene un blog llamado PeacePalestine. Me la encontré hace unas semanas en Bruselas. Estaba aquí para asistir al Tribunal Internacional de Ciudadanos sobre Líbano, del 22 al 24 de febrero. Venía a ser un juicio sobre lo que pasó en la guerra de Líbano, pero no había ningún representante israelí. Fue verdaderamente triste. Sólo había personas libanesas de Oriente Próximo, pero ningún representante de Israel. Por eso nadie aceptaría lo que se dijo en el proceso. (El tribunal halló culpable al Estado israelí de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio por su guerra contra Líbano en 2006).

 

- Bien, gracias por su tiempo y por atender mí llamada a esta hora tardía (10:30 de la noche en Bruselas).

 

- No, realmente no es tan tarde. Es un auténtico placer tener la oportunidad de hablar con usted. Disculpe mi acento francés. Es terrible.

 

- No, está bien. Es estupendo.

 

- Bien. Buenas tardes y nos vemos pronto en Internet.

 

Sitios web de Ben Heine: Benjaminheine.blogspot.com

 

* Kathlyn Stone es una periodista independiente de Twin Cities, con base en Minnesota, que ha trabajado en información general, de negocios, de comercio internacional, salud y de política e información para auditorios públicos y profesionales desde 1980. Proporciona un conocimiento desde dentro cuando cubre noticias políticas y de gobierno, noticias científicas de última hora (sobre todo relativas a la investigación neurológica), noticias de salud y consumo, y de políticas públicas. Además de años de información en periódicos y revistas, ha trabajado en relaciones de los medios de comunicación e información para organizaciones nacionales sin ánimo de lucro, legislatura del estado, sector comercial, y agencias gubernamentales. A través de estas experiencias, Stone ha desarrollado un saludable escepticismo con respecto a los políticos, relaciones públicas y organizaciones de medios de comunicación que anteponen los beneficios a la verdad. Los expertos –a menudo héroes poco apreciados por los gobiernos o la clase empresarial, investigadores científicos o activistas apasionados- que hablan certeramente y sabiendo lo que dicen sobre los problemas, son sus principales fuentes. Stone también es editora y jefa de redacción de Flesh and Stone.

 

Martes 08 de Abril de 2008

EL SUFRIMIENTO DE LOS NIÑOS DE GAZA

 

Por Saleh Al Naami, Al Ahram Weekly / Rebelión

De vez en cuando, Ibrahim Hawash, de 42 años, llama a su mujer, Noha, desde su trabajo nocturno para asegurarse que está siguiendo el tratamiento prescrito por el doctor de la familia ante la incontinencia urinaria de sus cuatro hijos, que están todos cursando estudios primarios. El doctor dice que los cuatro niños perdieron el control de esfínteres por el miedo que pasaron cuando los aviones del ejército israelí bombardearon una casa cercana a la suya en el campo de refugiados de Yabalia, al norte de la Franja de Gaza, durante la campaña militar de hace tres meses denominada “Invierno Caliente”.

 

Los cuatro niños siguen recordando la espantosa noche en que se despertaron aterrados por el sonido de una explosión atronadora en la zona y se encontraron con que los cristales de las ventanas de su casa habían caído sobre sus camas. Hawash, que trabaja en una de las agencias de seguridad palestinas, dice que sus niños se niegan a dormir solos e insisten en dormir en la misma habitación que sus padres porque les espanta la llegada de la noche. Añade que ha hecho grandes esfuerzos para convencer a dos de los niños para que vuelvan al colegio, porque tenían miedo a morir asesinados en el camino o durante su estancia allí en el transcurso de una de las operaciones de bombardeo israelíes.

 

Miles de niños palestinos han experimentado lo mismo que los niños de Hawash. Mohamed Jarsa, de diez años, vive en la barriada de Tufah, al noroeste de la Ciudad de Gaza, que ha sido objeto de intensos ataques israelíes, y corre hacia su casa cada vez que escucha por el cielo el estruendo de los aviones israelíes. “En cuanto oigo el sonido de un avión, siento que viene a bombardearme”, dijo a Al Ahram Weekly.

 

Aish Samour, director de Hospital Psiquiátrico de Gaza, dice que el 30% de los niños palestinos menores de diez años sufren incontinencia urinaria debido al miedo tan arraigado que sienten, y menciona otros problemas nerviosos, como comerse las uñas, pesadillas, dolores corporales de causa desconocida, llanto e introversión.

 

“Un niño expuesto a tanta violencia se convierte en violento en sus interacciones con sus iguales y hermanos, y esa situación reduce su nivel educativo y debilita su capacidad para concentrarse”, dijo Samour al Weekly, añadiendo que los niños palestinos que están sufriendo experiencias traumáticas durante las invasiones y los bombardeos israelíes son menos obedientes con sus padres y familias.

 

Samour informa que su hospital viene recibiendo a unos 33 niños al mes, cifra que supone un aumento de un 30% sobre el año anterior. Samour indica que hay un 47% de los niños que sufren traumas psicológicos sin que sus familias se den cuenta. “Los niños de Gaza no son niños que vivan vidas normales. Viven con sufrimientos psicológicos inmensos derivados de las prácticas de la ocupación israelí, y esto tiene un impacto negativo en sus existencias, en su bienestar psicológico y en su adaptación a la vida”, dijo.

 

Samour añade que las escenas e imágenes de muerte, destrucción, tanques, ambulancias, niños bombardeados, buldózer arrancando árboles, funerales de asesinados y aviones que lanzan misiles sobre las casas, junto al humo que se eleva después –todo lo cual ven tanto por televisión como en los hechos que presencian a su alrededor-, afectan gravemente la situación nerviosa y psicológica de los niños palestinos.

 

Samour mantiene que la única esperanza para aliviar a los niños de Gaza de esta realidad “espantosa” es el fin de la ocupación. Según un estudio dirigido por el Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza, cada niño palestino se ha visto expuesto a más de nueve situaciones traumáticas. El estudio dice que el 95,6% de los niños han visto imágenes de heridos y asesinados, y que el 95% se han visto afectados gravemente por el sonido de las explosiones tras el lanzamiento de misiles.

 

Además, un total de un 60% de niños han sufrido traumas psicológicos moderados, el 6,7% traumas psicológicos menores, y el 33,3% han experimentado traumas psicológicos importantes. El estudio señala que un 15% sufren síndromes de desorden post-traumático menores, mientras que un 62,2% los sufren de forma moderada y un 20% de forma grave.

 

Eyad Al-Sarraj, director del Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza, dice que los niños palestinos han perdido los dos pilares más importantes que había en sus vidas: el sentido de seguridad, perdido a causa de los ataques, bombardeos y destrucción, y el sentido de alegría y felicidad que es fundamental en la infancia. Dice que cuando un niño ve a su padre “impotente e incapaz de proporcionarle seguridad”, el niño siente inmediatamente hostilidad y alejamiento hacia él. Añade que, según los datos reunidos en un estudio que emprendió esa institución, el 45% de los niños estudiados dijeron que habían visto a los soldados de la ocupación golpeando e insultando a sus padres ante sus ojos.

 

“El hecho de que los niños palestinos se refugien en organizaciones palestinas refleja su anhelo de conseguir una identidad nueva y fuerte que pueda protegerles”, dice Al Sharjah.

 

Al Sharjah señala que todo esto se complica por el hecho de que, debido al bloqueo y asedio de Gaza, los niños palestinos sufren un estado crónico de desnutrición que afecta a su intelecto. Esto se refleja en el hecho de que el 15% de los niños de Gaza sufren mermas en sus capacidades intelectuales a causa de la desnutrición. Añade que la represión y violencia acumuladas en las vidas de los niños palestinos afectan también a sus capacidades creativas y les empujan a recurrir a actos extremos que reflejan el dolor y la frustración que sienten.

 

Al Sharjah añade que casi el 36% de los niños de sexo masculino comprendidos en las edades de entre ocho y doce años, y el 17% de las niñas, desean morir en los ataques del ejército ocupante.

 

Faten Shekshek, consejera-guía social que trabaja en un programa que ofrece apoyo psicológico a los niños afectados por los bombardeos, dice que las escenas de violencia, muerte y destrucción que los niños han sufrido en el norte de la Franja de Gaza, especialmente durante la campaña “Invierno Caliente”, han dejado graves secuelas psicológicas, de conducta y físicas en la mayoría de ellos. Esto se ve muy claro en la conducta de los niños en la etapa educativa de primaria.

 

Shekshek dice que las escenas de violencia se gravan firmemente en las mentes de los estudiantes y que esto aflora en sus dibujos, la mayoría de los cuales representan aviones, tanques, buldózer, mártires y hogares y árboles destruidos.

 

Lunes 07 de Abril de 2008

EL RÉGIMEN COLONIAL DE ISRAEL POSEE CERCA DE 400 BOMBAS ATÓMICAS

 

Por Susana Khalil, La Estrella palestina.org

"El padre de la bomba atómica es judío, el padre de la bomba de hidrogeno es judío. Israel entonces debe poseer bombas atómicas". David Ben Gurión. Polaco, fundador del Estado colonial de Israel.

 

"No solo viví 17 años y medio de injusta cárcel sino que viví 11 años de soledad. Cuando salí de la prisión no solo celebré mi liberación, yo celebraba que no lograron enloquecerme, conozco bien el método sionista". Vanuno Mordechai. Marroquí, ex judío, ex israelí, hoy convertido a la religión católica. Ha solicitado la nacionalidad palestina. Técnico que denunció el secreto bélico nuclear del colonialismo Israelí.

 

El uso de la energía nuclear no es un encierro per se con fines bélicos, de exclusivo carácter armamentista, militar y destructivo, es también una realidad de construcción y vida.

 

Existe el uso del recurso nuclear con fines pacíficos, ejemplo: en el mundo hay más de 450 centrales nucleares que producen el 16% de la electricidad mundial, alternativa cada vez más solicitada por los países del mundo. Es una fuente de desarrollo agrícola y pecuario, contribuyendo así al desafío alimentario. Contribuye en la medicina, la radiofarmacología, la biología, la genética etc. Permite conocer el tiempo de formaciones geológicas y arqueológicas. Ayuda al cuidado ambiental y ecológico. Detecta la reserva de aguas subterráneas y permite la dulcificación de las aguas saladas.

 

La utilización del combustible nuclear es una alternativa frente el combustible fósil, ya que él mismo es el gran causante del gas que genera el aumento del efecto invernadero y el calentamiento global, etc.

 

La bendición y maldición reposan en la humanidad. El desnudo deseo de la conciencia humana es que ningún país utilice la energía nuclear con fines bélicos.

 

Hoy de los 193 países que conforman el planeta, nueve países utilizan este recurso con fines bélicos.

 

Los cinco países que conforman el Consejo de Seguridad de la ONU son los que más inseguridad representan, ya que todos poseen bombas nucleares: Estados Unidos cerca de 10.000, Rusia cerca de 6.000, Francia 350, Inglaterra 200, y China 130.

 

Aparte se encuentran la India que posee cerca de 60, Pakistán cerca de 30 y Corea del Norte con cerca de 10 ojiva nucleares.

 

Ahora, el régimen colonial de Israel, en tan solo 60 años de colonialismo ya posee cerca de 400 ojivas nucleares (Avner Cohen). Hoy es la tercera fuerza con armas bélico-nucleares del mundo después de Estados Unidos y Rusia, y es la única que posee armas de destrucción masiva en todo el Medio Oriente.

 

Esta identidad colonial de alcurnia europea, inyectada en el Medio Oriente, exactamente en palestina. En su nacimiento es ya un paquete potencia mundial. No nace bebé, nace con barbas, bigote, habla, camina, corre, lee y escribe. Israel es un híbrido colonial de la aria Europa, EE.UU. y Canadá…Prueba de ello es que en 1967 (en apenas 19 años de haberse fabricado) logró en tan solo seis días derrocar cinco ejércitos árabes y hoy posee numerosas bombas atómicas…

 

Francia, EE.UU. e Inglaterra formaron parte en la génesis de esta carrera de terror, bélico-nuclear israelí. Ya en el 1947 el polaco David Ben Gurión crea el centro científico del grupo terrorista Haganah; en 1948 el ejército colonial de Israel crea el Instituto Científico Hemed Gimmel y en 1949 comienza la búsqueda de uranio en el desierto del Neguev. En 1954 el colonialismo israelí firma un acuerdo de cooperación nuclear con EE.UU. En 1956 Francia le construye en secreto un reactor nuclear. En 1950 y 1960 Inglaterra le vende agua pesada y asesoría. Esta asesoría fue a través del primer presidente del régimen colonial israelí, Chaim Weizmann, judío sionista bielorruso, quien había descubierto un importante explosivo químico en 1917 y que donó al Estado británico para persuadir en la Declaración de Balfour, (1917) en la que Inglaterra otorga palestina al movimiento sionista a fin de crear un hogar judío.

 

Francia extraía uranio del saqueo a sus colonias esclavas africanas para el colonialismo israelí. Posteriormente el colonialismo israelí obtenía del ario régimen del Apartheid de Sudáfrica grandes cantidades de uranio e igualmente del mercado negro.

 

El régimen colonial israelí continúa su colosal industria bélico-nuclear, convirtiéndose en un secreto público. Pero en 1986 el técnico israelí Mordechai Vanunu declara a la prensa británica que Israel posee 200 bombas atómicas. La Federación de Científicos Americanos sostiene que Israel hoy posee cerca de 400 ojivas nucleares.

 

El colonialismo israelí jamás ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear, como exigencia internacional. Pero recientemente han mencionado que poseen armas nucleares. Lo ven oportuno mencionarlo ahora justificándolo ante una falsa amenaza de Irán y así continuar con su política de limpieza étnica y expansionista.

 

El químico alemán judío-sionista, Ernest David Bergmann, padre del programa nuclear del colonialismo israelí, en 1952 manifestaba: Israel debe poseer la bomba atómica para cerciorarnos que nunca jamás seremos enviados a las cámaras de gas. Lo irónico es que Israel es el lugar de mayor peligro para los judíos.

 

Bien lo dice el hijo del rabino, Avram Noam Chomsky: los judíos no entienden que su mayor enemigo es el sionismo.

 

Viernes 04 de Abril de 2008

OLMERT, EL SOBREVIVIENTE

 

Por Peter Hirschberg, IPS Noticias

El logro más destacado de Ehud Olmert es haber permanecido dos años como primer ministro de Israel contra casi todos los pronósticos.

 

Olmert, a cargo de la jefatura de gobierno tras las elecciones de marzo de 2006, ha convertido la supervivencia política en una forma de arte, desafiando a agoreros dirigentes partidarios, periodistas especializados y académicos israelíes.

 

Pocos creyeron que seguiría allí al cabo de la guerra que Israel lanzó contra el Partido de Dios chiíta y prosirio de Líbano en julio y agosto de 2006.

 

Olmert se embarcó en esa campaña como respuesta al asesinato de ocho soldados israelíes y el secuestro de otros dos a manos de Hezbolá. Pero no logró derrotarlo, mientras miles de misiles disparados por el brazo armado de ese partido caían a diario en el norte de Israel.

 

La conflagración concluyó con el cese del fuego alcanzado gracias a la mediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

 

La imagen de Olmert se hizo añicos. El índice de aprobación de su gestión, según las encuestas, cayó a porcentajes de un solo dígito, los más bajos jamás registrados para un primer ministro israelí en funciones.

 

Pocos creyeron que sobreviviría a la divulgación de las primeras conclusiones de un grupo de trabajo oficial que analizó el desempeño del gobierno y del ejército en la guerra de Líbano.

 

Hace un año, ese panel atribuyó a Olmert "serias fallas de juicio, responsabilidad y prudencia". Pero el gobernante capeó la tormenta y logró cierta estabilidad política para el desempeño de su gabinete.

 

Lo que no sobrevivió fue uno de los compromisos que asumió en la campaña electoral de 2006: retirar al ejército israelí y a los colonos judíos de buena parte de Cisjordania, tal como lo había hecho el ex primer ministro en toda la franja de Gaza en agosto de 2005.

 

El plan quedó archivado inmediatamente después de la guerra de Líbano. La retirada de Gaza había sido una decisión unilateral del gobierno israelí, al punto que Sharon se negaba a negociar los detalles con las autoridades palestinas.

 

La vasta mayoría de israelíes aplaudieron entonces la medida, pues entendían al mismo tiempo que la ocupación de territorio árabe ya no era viable y que los palestinos carecían de confiabilidad como negociadores.

 

Sin embargo, Israel también se había retirado unilateralmente de los territorios que ocupaba en el sur de Líbano en mayo de 2000, y la renovada violencia en esa zona echó por tierra el apoyo de la ciudadanía a nuevas medidas unilaterales.

 

El hecho de que insurgentes palestinos comenzaran a disparar cohetes a Israel desde Gaza poco después de la retirada de ese territorio debilitó aun más el apoyo al plan de repliegue de Cisjordania que había formulado Olmert.

 

No obstante, el primer ministro parece no haber abandonado la idea. Según él, si Israel no se desvincula de Gaza y Cisjordania, donde viven unos 3,5 millones de palestinos, el país podría ser comparado con la Sudáfrica del apartheid.

 

En ese sentido, Olmert alega que la balanza demográfica de Israel se inclina rápidamente a favor de la población árabe, y que la actual mayoría judía corre riesgo de convertirse en una minoría.

 

Según diversos cálculos, dentro de un decenio la suma de árabes residentes en Israel y en territorio ocupado superará la población judía de este país y de los asentamientos en palestina.

 

Si colapsara la solución de dos estados, que implica la creación de una palestina independiente, habrá "una lucha al estilo sudafricano por derechos electorales igualitarios, y apenas eso ocurra Israel estará acabado", dijo Olmert el año pasado.

 

"Las organizaciones judías, que fueron nuestra base de poder en Estados Unidos, serán las primeras en ponerse en nuestra contra, porque dirán que no pueden apoyar a un estado que no apoya la democracia y la igualdad del voto para todos sus residentes", agregó.

 

Lo que Olmert les decía a sus conciudadanos era que Israel dejaría de existir como estado judío una vez que se consolidara una mayoría árabe.

 

Estas declaraciones, pronunciadas en vísperas de la cumbre de paz de Annapolis patrocinada a fines del año pasado por Estados Unidos, respondían a los intentos del primer ministro por conseguir apoyo para la renovación de las negociaciones con sus interlocutores palestinos.

 

El diálogo, efectivamente, se reanudó, pero con dificultades, y en cuatro meses no han logrado ningún avance tangible.

 

La guerra de Líbano no ha sido el único problema de Olmert. Hasta hace unas semanas, anunciaba que sobre la mesa de negociaciones estarían todos los asuntos centrales del conflicto palestino-israelí: las futuras fronteras de un estado palestino y el destino de Jerusalén, de los refugiados palestinos y de los asentamientos judíos.

 

Pero, luego de que el partido judío ortodoxo Shas amenazó con retirarse del gobierno, Olmert sostiene que Jerusalén ya no es negociable.

 

Para Olmert, la ecuación es simple: si Shas abandona el gabinete, quedaría privado de la mayoría parlamentaria y se vería condenado a unas elecciones anticipadas que tiene pocas posibilidades de ganar.

 

Las encuestas señalan como sólido favorito en eventuales comicios al líder del derechista partido Likud, Benjamin Netanyahu, mientras que el centrista Kadima, de Olmert, reduciría su presencia parlamentaria de 29 escaños a 12. A nadie sorprende, por lo tanto, que Olmert no tenga prisa por ir a las urnas.

 

Algunos consideran que la mejor --o la única-- posibilidad de que Olmert gane en los comicios sería alcanzar un acuerdo con la Autoridad Nacional palestina. Pero si eso no sucede, se hundirá.

 

Jueves 03 de Abril de 2008

LA BOMBA QUE DEMORÓ UN AÑO EN ESTALLAR

 

Por Adam Morrow y Khaled Moussa al-Omrani, IPS Noticias

Un informe publicado este mes por la revista estadounidense Vanity Fair acerca de una fallida conspiración de Washington contra el partido islamista palestino Hamas desató un escándalo. ¿Por qué ahora, si el dato es viejo?

 

Medios de comunicación independientes de todo el mundo, en especial de los países árabes, están al tanto del asunto hace nueve meses. Numerosos observadores se preguntan ahora dónde estuvieron durante tanto tiempo los grandes medios.

 

Hamas (Movimiento de Resistencia Islámica) ha insistido, desde que tomó por las armas el control de Gaza en junio pasado, que su decisión respondió "a los planes tramados en su contra", dijo a IPS el periodista Tarek Abd al-Gaber, ex corresponsal del canal estatal egipcio en Israel y palestina.

 

Los grandes medios de prensa del mundo han criticado con dureza el "golpe violento" de Hamas en Gaza contra la Autoridad Nacional palestina, dirigida por el presidente Mahmoud Abbas y su secular partido Fatah desde la ciudad cisjordana de Ramalá con respaldo de Washington.

 

Miembros de Hamas combatieron durante seis días hasta que lograron el control de instituciones y símbolos del gobierno en la franja de Gaza, incluida la residencia presidencial en la ciudad homónima.

 

Tras declarar el estado de emergencia, Abbas anunció la disolución del gobierno de unidad que encabezaba el entonces primer ministro Ismael Haniyeh, dirigente de Hamas, partido que logró la mayoría de los escaños en las elecciones parlamentarias palestinas de enero de 2006.

 

La mayoría de los gobiernos occidentales, liderados por Washington, se apuraron a condenar la operación, y responsabilizaron a Hamas por los peligros que conllevaría la medida.

 

La misma cantinela fue repetida por la prensa occidental, que describió la existencia de un conflicto entre el "extremista" Hamas en la franja de Gaza y el "moderado" Fatah en Cisjordania.

 

Incluso gobiernos árabes se sumaron a las críticas contra Hamas. Al día siguiente de la toma del poder en Gaza el presidente egipcio Hosni Mubarak declaró que el movimiento islamista había "derrocado la legitimidad palestina".

 

"Lo que sucedió en Gaza no fue nada menos que un 'coup d'état' militar. Fue totalmente ilegítimo", dijo entonces a IPS el ex embajador de Egipto en Israel, Mohamed Basyouni, hoy presidente la Comisión de Asuntos Árabes del Consejo Asesor (Senado).

 

Pero Vanity Fair publicó este mes un informe sorprendente: la toma de poder de Hamas en Gaza fue motivado por un plan secreto de Estados Unidos para acabar con el predicamento del movimiento islamista en ese territorio.

 

En "The Gaza Bombshell" ("La explosión de Gaza"), el periodista David Rose revela "una iniciativa encubierta", aprobada por la Casa Blanca y organizada por el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, "para provocar una guerra civil" en los territorios palestinos.

 

Tras la imprevista victoria electoral de Hamas en 2006, el gobierno de George W. Bush fraguó el plan de armar a combatientes de Fatah para que reprimieran al movimiento islamista, escribió Rose en su informe para Vanity Fair, basado sobre documentos confidenciales y declaraciones de ex funcionarios estadounidenses.

 

Bajo los términos de ese acuerdo, Fatah recibió armas y fondos a través de aliados árabes de Estados Unidos, incluidos Egipto y Jordania, apuntó.

 

La conspiración sería coordinada entre el general estadounidense Keith Dayton y el alto dirigente de Fatah Mohamed Dahlan, según fuentes citadas en el informe de Vanity Fair.

 

Pero el complot no llegó a implementarse. Un diario jordano publicó detalles de la maniobra, y Hamas decidió tomar una medida preventiva y de fuerza: se arrogó el control de Gaza el 14 de junio de 2007 y detuvo a numerosos dirigentes de Fatah.

 

"Sin quererlo", en lugar de aplastar a Hamas, "los combatientes de Fatah, respaldados por Estados Unidos llevaron a Hamas a tomar el control total de Gaza", indicó Rose.

 

Los desmentidos enérgicos de la Casa Blanca y el Departamento de Estado no lograron impedir que "The Gaza Bombshell" recibiera una amplia cobertura de la prensa occidental.

 

Algunos medios llegaron a comparar las "revelaciones" de Vanity Fair con el escándalo Irán-Contras de los años 80, que incluyó el suministro ilegal y encubierto de armas al régimen islamista en Teherán como medio de recaudar fondos con qué financiar a la oposición armada al gobierno izquierdista de Nicaragua.

 

Pero, más allá de los encomios al trabajo de Rose, la existencia del denominado "plan Dayton" se conoce muy bien desde hace más de nueve meses, según numerosos observadores locales.

 

"Hamas ha declarado sistemática y públicamente que lo que sucedió en junio fue una reacción al plan Dayton, con el que se pretendía destruir al movimiento", señaló Ibrahim Eissa, director del periódico independiente al-Dustour, que publicó comunicados de Hamas el año pasado.

 

"Pero sus denuncias no tuvieron mucha atención de los grandes medios de prensa árabes. Ni siquiera el canal de noticias Al-Jazeera le prestó mucha atención al asunto", dijo Eissa a IPS. Al-Jazeera, que reivindica la influencia de la británica BBC, transmite desde Qatar para todo el mundo árabe.

 

"Las denuncias del complot sólo fueron publicadas por algunos periódicos independientes y sitios en Internet afines con Hamas", apuntó.

 

El ex corresponsal Tarek Abd al-Gaber coincidió en que la prensa estatal egipcia desatendió en su cobertura la justificación de Hamas de por qué se arrogó el poder en Gaza.

 

"La prensa oficial tomó los argumentos de Estados Unidos y simplemente culpó a Hamas de todo", indicó. "La Casa Blanca insistió en calificar las acciones de Hamas de golpe de Estado sin importar las circunstancias, y los medios oficialistas de Occidente y del mundo árabe, repitieron ese mantra."

 

Una excepción fue el prestigioso periódico egipcio en inglés al-Ahram. En su edición del 21 de junio de 2007, apenas una semana después de la toma del poder por parte de Hamas en Gaza, el diario publicó una extensa explicación de Yehia Moussa, dirigente de ese movimiento.

 

Combatientes de Fatah, respaldados por Estados Unidos, "planeaban un ataque sangriento contra el movimiento islamista, incluido el asesinato de cientos de personas, entre ellos líderes políticos y religiosos de Hamas", indicó Moussa. "Pero logramos frustrar sus planes antes de que los pudieran llevar a cabo."

 

IPS tampoco se perdió el asunto. El 21 de agosto de 2007, en un informe sobre la caída de popularidad de Fatah transmitido en español al día siguiente, esta agencia internacional de noticias mencionó explícitamente el Plan Dayton como una de las razones principales del deterioro de la imagen de ese partido secular en el mundo árabe.

 

"Según funcionarios de ese movimiento (Hamas), el 'Plan Dayton' --que lleva el nombre del general estadounidense Keith Dayton-- estaba programado para concretarse el 13 de julio", informó entonces IPS.

 

"La operación iba a ser liderada por el hombre fuerte de Fatah, Mohammed Dahlan, con apoyo logístico de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos", según fuentes de Hamas citadas en ese informe.

 

Si hace nueve meses que los detalles de la conspiración estadounidense están a la vista de quien quisiera divulgarlos, ¿por qué los grandes medios de prensa tratan el informe de Vanity Fair como si fueran una revelación?

 

El profesor de Periodismo Mohammed Manssur, de la Universidad de El Cairo, explicó que la publicación tardía de esos datos muestra el abrumador sesgo contra Hamas de gran parte de la prensa occidental.

 

"Los medios de comunicación occidentales hacen todo lo que pueden para ensuciar el camino hacia un estado palestino", señaló Manssur. "Eso sólo puede atribuirse a la influencia sionista en Occidente, en especial en la prensa estadounidense, un hecho ya indiscutible."

 

El informe de Vanity Fair puede servir para reivindicar a Hamas respecto de lo sucedido en Gaza, pero aun así Manssur cuestionó el momento elegido para su publicación.

 

"Sospecho que responde a un intento por profundizar la brecha entre Hamas y Fatah y por desviar la atención de otros acontecimientos", especuló.

 

Jueves 3 de Abril de 2008

LA FARSA SIGUE ADELANTE

 

Por Khalid Amayreh*, The Palestinian Information Center / Rebelión

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández

En palestina, se vislumbra tan sombría como siempre cualquier perspectiva de paz auténtica, a causa, especialmente, de la intransigencia israelí y de la complicidad estadounidense con el estado sionista; los amantes de la paz en Oriente Medio y en todo el mundo se han visto una vez más afrentados por otra de las poco honrosas visitas de la Secretaria de Estado de EE.UU. a la región.

 

Desde que hace más de tres años se convirtió en Secretaria de Estado, Rice ha efectuado numerosas visitas a Ramala y a la Jerusalén ocupada.

 

Sin embargo, en su conjunto, la grave situación palestina sigue prácticamente inalterada. De hecho, uno puede sostener con seguridad que la ocupación y el apartheid israelí son ahora mucho peores que lo eran hace tres años.

 

De ahí que sea muy poco probable que la actual visita de Rice vaya a marcar diferencia alguna.

 

En verdad que no resulta difícil señalar las causas y razones del fracaso de los “esfuerzos de paz” estadounidenses en esta parte del mundo.

 

EE.UU. sabe muy bien que Israel no se moverá ni un centímetro hacia la paz sin presiones serias por su parte. Pero el gobierno estadounidense no tiene ni inclinación ni voluntad para hacerlo. El control judío del Congreso y la virtual y completa sumisión de la administración Bush ante el poderoso lobby judío conocido como AIPAC, así como de los neoconservadores alineados tras Israel, hacen extremadamente improbable cualquier avance importante, ni siquiera un mínimo progreso, en la construcción de la paz.

 

Rice conoce eso muy bien a pesar del artificial optimismo que a menudo trata de insuflar, sobre todo para dar la falsa impresión de que el moribundo proceso de paz sigue vivo.

 

Asimismo, los israelíes saben que, en lo que se refiere a Israel, los funcionarios estadounidenses no siempre quieren decir lo que dicen, ni dicen lo que quieren decir.

 

Tomemos, por ejemplo, la cuestión de los bloqueos de carretera y controles israelíes que salpican el mapa de Cisjordania, que hacen real y totalmente imposible desarrollar cualquier actividad económica normal. Los funcionarios estadounidenses, desde el mismo Bush a Rice y otros enviados del Cuarteto y de EE.UU., han urgido en numerosas ocasiones a Israel para que elimine los cerca de 600 bloqueos de carreteras, a menudo manejados por soldados israelíes de estilo nazi y gatillo fácil.

 

Sin embargo, en lugar de atender las demandas internacionales y estadounidenses, el gobierno israelí tomó la decisión de establecer más bloqueos de carretera y más controles para hacer que la vida diaria palestina sea aún más miserable e insoportable.

 

¿Por qué Israel desafía a la administración Bush, que le ha pedido por enésima vez que relaje sus duras y agobiantes medidas contra los palestinos normales y corrientes tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza?

 

La respuesta está muy clara. Israel cree, equivocada o acertadamente, que controla a los EE.UU. de América, que controla la política y políticas estadounidenses, que controla el Congreso y los medios de comunicación y las instituciones financieras más importantes allí.

 

Hace unos cuantos años, se rumoreó que el anterior Primer Ministro israelí Ariel Sharon había dicho a Shimon Peres, por aquel entonces Ministro de Asuntos Exteriores: “Controlamos a los Estados Unidos y los estadounidenses lo saben”.

 

Un dirigente y colono judío en Hebrón, con quien este periodista se reunió hace pocos años, fue más directo aún. Dijo que “el pueblo judío podría poner de rodillas a Estados Unidos en menos de 24 horas”.

 

Pregunté al aparentemente arrogante líder de los colonos, inmigrante él mismo desde Florida a Israel, que cómo unos pocos millones de judíos estadounidenses podrían poner de rodillas al país más poderoso sobre la tierra. “No controlamos directamente a los 300 millones de estadounidenses”, dijo con bastante ostentación. “Controlamos a quienes les controlan a ellos”.

 

Muchos apologistas de Israel pueden rechazar esos comentarios como “disparates”. Sin embargo, hay un creciente número de estadounidenses que han llegado a la conclusión de que las políticas exteriores estadounidenses, especialmente hacia palestina, Israel, Irak, Afganistán, e incluso hacia Europa, están hechas en Israel, no en Washington.

 

Hace dos meses, me reuní con un grupo de dirigentes cristianos estadounidenses en un restaurante en la ciudad de Hebrón, en Cisjordania. Una señora, creo que de Illinois, me dijo lo siguiente: “Siento decirle que Vds. van a seguir pudriéndose bajo la ocupación israelí por muchos años que pasen”. Desconcertado por el comentario, le pregunté a la casi jubilada de 65 años, cómo podía estar tan segura de esa valoración tan sombría. Su respuesta fue aún más desconcertante. “Actualmente, el único país que puede presionar a Israel para que ponga fin a su ocupación de palestina es Estados Unidos. Pero debo decirle, ateniéndome estrictamente a la realidad, que Israel controla nuestro país y nuestro gobierno”.

 

Resumiendo, sería inútil confiar de verdad en que EE.UU. lleve la paz al Oriente Medio desde el momento en que la paz depende casi totalmente de que el gobierno estadounidense ejerza presiones reales sobre Israel, algo muy improbable, al menos en un futuro previsible. Sí, a menudo EE.UU. intenta aparecer como un constructor de la paz y un intermediario honesto. Pero es una falsa apariencia, ya que todo el mundo sabe que las eternamente estériles negociaciones entre Olmert y Abbas no han llegado, ni llegarán, a parte alguna.

 

Hoy en día, con los hechos irreversibles que Israel ha creado sobre el terreno en la ocupada Cisjordania, especialmente en Jerusalén Este, la perspectiva de la así denominada Solución de los Dos Estados está muerta, a pesar de todos los parloteos que seguimos oyendo de israelíes, estadounidenses e incluso de funcionarios palestinos.

 

De ahí que sea imperativo que el pueblo palestino y sus auténticos dirigentes y representantes dejen de permitir que los Estados Unidos de Israel… sí, los Estados Unidos de Israel, les engañen eternamente sobre la liquidación de su imperecedera causa.

 

Por lo tanto, es vital que el pueblo palestino y sus dirigentes y representantes no corruptos encuentren una estrategia de salvación alternativa basada en la solución de un único Estado.

 

* Khalid Amayreh es un periodista palestino que vive con su familia en la ciudad palestina ocupada de Dura. Puede contactarse con él en: amayreh@p-ol.com.

 

Jueves 03 de Abril de 2008

DOS DERROTAS

           

Por Juan Gelman

La Casa Blanca está descontenta: no pudo lograr que sus aliados del Medio Oriente boicotearan la conferencia cumbre que la Liga Árabe llevó a cabo en Damasco –capital de otro miembro del “Eje del Mal”–, ni que las tropas del gobierno iraquí, con el apoyo de efectivos estadounidenses y británicos, derrotaran a las milicias de Moqtada al Sadr, tan chiítas como los que tuvieron enfrente. Estos dos fracasos fortalecen la cadena Siria-Irán-Hamas-Hezbolá y hacen tambalear el plan que los partidarios del “poder inteligente” esbozaron para reducir la intervención militar de EE.UU. en guerras que tanto rechazo interior han provocado: consiste en dominar la región delegando tareas en naciones árabes amigas, en especial Egipto y Arabia Saudita, convirtiéndolas en regentes de otras menos poderosas. Una suerte de neocolonialismo posmoderno.

 

La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, dedicó meses enteros y giras frecuentes para evitar que los países árabes “moderados” participaran en la conferencia. Consiguió que no asistieran Yemen y Jordania –sus gobiernos vacilaron hasta el último momento–, pero ni siquiera pudo evitar que concurriera Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad palestina enfrentada con Hamas, al que había trasmitido el compromiso de Israel, a cambio de su ausencia, de levantar 50 retenes en Cisjordania. Cabe señalar que mientras Condi negociaba con Abbas, el número de retenes israelíes pasó de 500 a más de 580. Las promesas sólo comprometen a quienes las escuchan, dijo alguno.

 

Las presiones del Departamento de Estado no rindieron frutos. Que la reunión se realizara en el lugar y en los días previstos de finales de marzo sin incidente alguno, y que asistiera la mayoría de los jefes de estado de la Liga Árabe, incluidos los muy cercanos a W. Bush, es un revés diplomático de proporciones para Washington. Este pretendía aislar definitivamente a Siria y ocurrió exactamente lo contrario. La conferencia terminó aprobando la posición intransigente de Damasco en el problema palestino: en su declaración final subraya que la retirada israelí de los territorios ocupados desde 1967 es condición previa a la paz y no materia de negociación. Corrobora además las resoluciones de la ONU sobre el tema, es decir, que los palestinos tienen el derecho inalienable a crear su propio estado con Jerusalén de capital. En una palabra: la Liga se opone a las políticas de Tel Aviv de manera enérgica y, para EE.UU., muy inesperada. Esta postura es nueva y anunciaría cierta voluntad de emancipación política de los países árabes “moderados” respecto de la Casa Blanca. Siria fue elegida para ocupar la presidencia rotativa de la Liga por un año.

 

El segundo fracaso estadounidense, esta vez militar, se produjo casi en los mismos días. El primer ministro iraquí Nuri al Maliki lanzó una vasta ofensiva contra las milicias chiítas de Al Sadr que controlan Basora. Le fue mal: aun ayudado por los bombardeos aéreos y de artillería de las tropas de EE.UU. y Gran Bretaña, el ejército iraquí no pudo desarmar a los sadristas, propósito declarado de la operación. Bush elogió este “momento definitorio” del gobierno Bagdad, en tanto que demostración de su control del país. Tras seis días de combates iniciados el 25 de marzo, que arrojaron más de 400 muertos y unos dos mil heridos, Al Sadr declaró una tregua unilateral y sigue dominando Basora. W. pretende ahora deslindarse del descalabro.

 

Altos funcionarios de la Casa Blanca y del Pentágono han filtrado a la prensa que Maliki decidió la ofensiva “sin consultar a sus aliados estadounidenses” (The Washington Post, 27-3-08), o “informan” que “Maliki calculó mal” (The New York Times, 30-3-08). Son falsedades obvias. Los que calcularon mal fueron los jefes norteamericanos: atribuyeron la inacción de Al Sadr durante varios meses a la desorganización y la disminución de sus efectivos que, en realidad, habían emprendido el proceso contrario, el entrenamiento y la concentración de milicianos bajo centros de comando dispersos sobre todo en el sur petrolero del país, del que Basora es puerto. Es, por otra parte, impensable que la operación fuera planeada sin el conocimiento de los militares estadounidenses. Así lo prueba la participación en combates terrestres de grupos especiales de EE.UU. estacionados en Irak.

 

La tregua unilateral que declaró Al Sadr no ha de durar mucho. Se pasaron a sus filas dos regimientos de infantería del ejército iraquí y miles de policías fueron echados porque se negaron a combatir en Basora. Al Sadr quiere que las fuerzas norteamericanas se vayan de Irak. Los dirigentes árabes “moderados”, amigos de EE.UU., quieren que Israel se retire de los territorios palestinos ocupados. En efecto, la Casa Blanca está descontenta.

 

Martes 01 de abril de 2008 de Abril de 2008

LA HISTORIA DE LA LIMPIEZA ÉTNICA OCULTA POR LA GUERRA DE 1948*

 

Por Ilan Pappé**, La Haine.org

El historiador Ilan Pappé desvela la destrucción sistemática de los pueblos palestinos por el régimen israelí

 

Los editores del diario de Ben Gurión se sorprendieron al descubrir que entre el 1 de abril y el 15 de mayo de 1948, el líder de la comunidad judía de palestina parecía descuidar el aspecto militar de los acontecimientos.

 

En lugar de inquietarse por ello, se mostraba mucho más preocu­pado por la política interna sionista y estaba dedicado de lleno a cuestiones de organización como la transformación de los cuerpos de la Diáspora en organismos del nuevo Estado de Israel. Su diario, resulta evidente, no revela ninguna sensación de temor por la catástrofe inminente o el "segundo Holocausto" que con emoción proclamaba en sus apariciones públicas.

 

Entre quienes pertenecían a sus círculos íntimos, hablaba con un lenguaje diferente. Así, a comienzos de abril, presentó con orgullo a los miembros de su partido, el MAPAI, los nombres de las aldeas árabes que las tropas judías habían ocupado recientemente. Y el día 6 del mismo mes le encontramos reprendiendo a los miembros con tendencias socialistas de la ejecutiva del Histadrut que cuestionaron el acierto de atacar a los campesinos en lugar de confrontar a sus patronos. Ocasión en la que dijo a una de las principales figuras de la organiza­ción sindical: "No estoy de acuerdo con usted en que nos enfrentamos a efendis y no a campesinos: ¡nuestros enemigos son los campesinos árabes!

 

Su diario, de hecho, contrasta radicalmente con el miedo que sembraba entre quienes le oían en reuniones públicas y, por consiguiente, con la memoria colectiva de los israelíes. Sugiere que para entonces se había dado cuenta de que palestina ya estaba en sus manos. Con todo, tampoco estaba excesivamente confiado, y no se unió a las celebraciones del 15 de mayo de 1948, consciente de la enormidad de la tarea que tenía por delante: limpiar palestina y asegurarse de que los árabes no pudieran obstaculizar la toma del país por parte de los judíos.

 

Al igual que la Consultoría, temía el resultado de los acontecimientos en lugares en los que existía un obvio desequilibrio entre los asentamientos judíos aislados y un potencial ejército árabe, como era el caso de ciertas zonas remotas de Galilea y el Néguev, así como de algunas partes de Jerusalén.

 

No obstante, tanto Ben Gurión como sus colaboradores más cercanos entendían perfectamente bien que estas desventajas locales no alteraban el cuadro general: la capacidad de las fuerzas judías para tomar, incluso antes de que los británicos hubieran abandonado el país, muchas de las áreas que la Resolución de Partición de la ONU había asignado al Estado judío. En este contexto, "tomar" significaba sólo una cosa: la expulsión, masiva, de los palestinos de sus hogares, negocios y tierras, tanto en las ciudades como en las áreas rurales.

 

PODER SOBRE EL TERRENO

Ben Gurión quizá no se haya regocijado con las masas judías que bailaron en las calles el día que el Mandato británico llego oficialmente a su fin, pero sabía muy bien que las fuerzas militares judías ya habían empezado a mostrar su poder sobre el terreno. Cuando se activó el Plan Dalet, la Haganá contaba con más de 50.000 efectivos a su disposición, la mitad de los cuales habían sido entrenados por los británicos durante la Segunda Guerra Mundial. Había llegado la hora de poner en marcha el plan.

 

La estrategia sionista de construir asentamientos aislados en medio de zonas árabes densamente pobladas, aprobada retroactivamente por las autoridades del Mandato británico, se reveló una desventaja en épocas de tensión. La llegada de suministros y tropas a estos puestos remotos no siempre estaba garantizada, y una vez el país estuvo en llamas, la carretera para acceder a Jerusalén por el oeste, que pasaba por numerosas aldeas palestinas, resultó particularmente difícil de proteger, lo que creó entre la pequeña población judía de la ciudad una sensación de asedio. Los judíos de Jerusalén también eran un motivo de preocupación para los líderes sionistas por una razón diferente: éstos pertenecían en su mayoría a las comunidades ortodoxa y mizrahi (oriental), cuyas aspiraciones y compromiso con el sionismo eran bastante tenues e incluso cuestionables.

 

Por tanto, la primera zona que se eligió para poner en marcha el Plan Dalet fue la de las aldeas rurales de las laderas occidentales de las montañas de Jerusalén, a medio camino a lo largo de la carretera hacia Tel Aviv. Ésta fue la Operación Najsón, que serviría de modelo para campañas futuras: las expulsiones súbitas y masivas que empleó demostrarían ser el medio más eficaz de conservar los asentamientos judíos aislados o desbloquear las rutas amenazadas por el enemigo, como la que conducía a Jerusalén.

 

A todas las brigadas asignadas a la operación se les pidió que se prepararan para pasar a Mazav Dalet, Estado D, es decir, que se alistaran para implementar las órdenes del Plan D. "Pasaréis a Estado Dalet, para una implementación operativa del Plan Dalet", fue lo primero que se les dijo a las unidades. Y luego, "las aldeas que vais a capturar, limpiar o destruir se decidirán consultando con vuestros asesores en asuntos árabes y los oficiales de inteligencia".

 

A juzgar por el resultado fi­nal de esta fase, a saber, la desarrollada entre abril y mayo de 1948, el consejo de éstos fue que no se perdonara a ni una sola aldea. Mientras que el Plan Dalet oficial daba a las aldeas la opción de rendirse, las órdenes operacionales no eximían a ninguna aldea bajo ningún concepto. Con esto, el programa detallado se convirtió en la orden militar de em­pezar la destrucción de las aldeas. Las fechas se programaron de acuerdo con la geografía: la brigada Alexandroni, que se encargaría de asaltar la costa con sus decenas de aldeas, y que sólo dejaría detrás dos de ellas, recibió sus órdenes hacia finales de abril; las instrucciones de limpiar el oriente de Galilea llegaron al cuartel general de la brigada Golani el 6 de mayo de 1948, y al día siguiente se ordenó la limpieza de la primera aldea de su "área", Shajara.

 

DESTRUCCIÓN DE ALDEAS

Las unidades del Palmaj recibieron sus órdenes para la Operación Najsón desde el primer día de abril de 1948. La noche anterior, la Consultoría se había reunido en la residencia de Ben Gurión para dar término a las directivas que recibirían las unidades. Sus órdenes fueron claras: "El principal objetivo de la operación es la destrucción de aldeas árabes... [y] la expulsión de los aldeanos para que se conviertan en un lastre económico para las fuerzas árabes". La Operación Najsón también fue una novedad en otros aspectos.

 

Fue la primera operación en la que todas las distintas organizaciones militares judías se esforzaron por actuar de forma conjunta como un único Ejército (con lo que se proporcionó una base a las futuras Fuerzas de Defensa de Israel). Y fue la primera operación en la que los veteranos judíos de Europa oriental, que dominaban el mundillo militar, se incorporaron a una campaña junto a otros grupos étnicos como los recién llegados del mundo árabe y de la Europa posterior al Holocausto.

 

El comandante de un batallón que participó en esta operación, Uri Ben Ari, menciona en sus memorias que "mezclar a los judíos de la diáspora" era una de las metas importantes de Najsón. Ben Ari era un joven judío alemán que había llegado a palestina pocos años antes. Su unidad realizó sus preparativos finales para Najsón en la costa del Mediterráneo, cerca de Hadera. Él se recuerda comparándose a los generales rusos que pelearon contra los nazis en la segunda guerra mundial. Los "nazis" en su caso eran un enorme número de campesinos palestinos indefensos que vivían en aldeas cercanas a la carretera que unía Jaffa con Jerusalén y los grupos paramilitares de Abd al Qadir al Husayni que habían acudido en su rescate.

 

Las unidades de Al Husayni habían estado disparando al azar contra el tráfico judío en esta ruta como represalia por ataques anteriores, y habían matado y herido a varios pasajeros. Pero los aldeanos, como ocurría por todas partes en palestina, sólo estaban intentando continuar con su vida normal, sin conocer la imagen demonizada que Ben Ari y sus camaradas les atribuían.

 

Al cabo de unos pocos días, la mayoría de ellos serían expulsados para siempre de las casas y campos en los que ellos y sus ancestros habían vivido y trabajado durante siglos. Los grupos paramilitares palestinos a órdenes de Abd al Qadir al Husayni opusieron más resistencia de la que esperaba el batallón de Ben Ari, lo que hizo que la operación Najsón no avanzara inicialmente según lo planeado. Pese a ello, para el 9 de abril la campaña estaba terminada. (...)

 

DEIR YASSIN

La naturaleza sistemática del Plan Dalet resulta patente en el caso de Deir Yassin, una aldea pastoril y cordial que había llegado a un pacto de no agresión con la Haganá de Jerusalén, pero que estaba condenada a desaparecer por encontrarse dentro del área que el Plan Dalet ordenaba limpiar. En vista del acuerdo que había firmado con la aldea, la Haganá decidió enviar allí tropas del Irgún y de la banda de Stern y librarse así de toda responsabilidad oficial en lo ocurrido. En poste­riores operaciones de limpieza de aldeas "amigas" ni siquiera se consideraría necesario emplear este ardid.

 

El 9 de abril de 1948, tropas judías ocuparon la aldea de Deir Yassin. Ésta se encontraba en una colina al oeste de Jerusalén, a 800 metros sobre el nivel del mar y cerca del barrio judío de Givat Shaul. La vieja escuela de la aldea funciona en la actualidad como un hospital psiquiátrico para el barrio judío que se extendió sobre los restos del poblado.

 

Al irrumpir en la aldea, los soldados judíos rociaron las casas con fuego de ametralladora, lo que mató a muchos de sus habitantes. Después de eso, se reunió a los demás aldeanos y se los asesinó a sangre fría, los cadáveres fueron maltratados y cierto número de mujeres fueron violadas antes de ser asesinadas. Fahim Zaydan, que tenía doce años en esa época, recuerda cómo vio asesinar a su familia delante de sus ojos: "Nos llevaron uno detrás de otro; dispararon a un anciano y cuando una de sus hijas gritó, le dispararon a ella también. Luego llamaron a mi hermano Muhammad, y le dispararon enfrente de nosotros, y cuando mi madre, que llevaba a mi hermana Hudra en sus brazos, pues todavía estaba amamantando, se arrojó sobre él llorando, también le dispararon".

 

Los soldados también le dispararon a Zaydan. Lo habían puesto, junto con otros niños, en fila contra una pared que rociaron con balas, "sólo para divertirse", antes de marcharse. Tuvo suerte de sobrevivir a sus heridas. Investigaciones recientes han reducido el número aceptado de víctimas de la masacre de Deir Yassin de 170 a 93. Como es obvio, aparte de las víctimas de la masacre propiamente dicha, hubo decenas de campesinos que murieron en el combate, y que por tanto no fueron incluidos en la lista oficial de víctimas. Sin embargo, en vista de que las fuerzas judías consideraban cualquier aldea palestina como una base militar enemiga, la distinción entre las personas masacradas y las muertas "en batalla" era tenue.

 

Basta enterarse de que entre los asesinados en Deir Yassin había treinta bebés para entender por qué todo el ejercicio "cuantitativo" (no muy distinto del que los israelíes realizaron en una fecha tan cercana como abril de 2002 a propósito de la masacre de Jenin) es irrelevante. En su momento, los líderes judíos anunciaron con orgullo un elevado número de víctimas en Deir Yassin para hacer de la aldea el epicentro de la catástrofe: una advertencia a todos los palestinos de que un destino similar les aguardaba si se negaban a abandonar sus hogares y marcharse.

 

* Fragmento de La limpieza étnica de palestina. Autor: Ilan Pappé. Traductor: Luis A. Noriega Hederich. Editorial: Crítica. Páginas: 414. Público

** Ilan Pappé: Una figura emblemática de los nuevos historiadores

1. Huyendo de los nazis.- Los padres de Ilan Pappé huyeron de Alemania durante la persecución nazi y se establecieron en Haifa, donde nació el historiador en 1954. En la Universidad de Haifa ha hecho su carrera académica hasta convertirse en la figura emblemática de los llamados‘nuevos historiadores’.

2. Cuestionar la versión oficial.- Los nuevos historiadores, que en su conjunto han publicado una decena de libros en los últimos años, se caracterizan por cuestionar la versión sionista de la historia y reevaluar los datos que poco a poco van saliendo de los archivos.

3. Ostracismo.- Pappé ha pagado su osadía con el ostracismo del mundo académico israelí. Sus opiniones y trabajo académico le han ganado muchos enemigos, por lo que decidió abandonar Israel en 2007, sin que se sepa si su exilio es definitivo o temporal. En la actualidad da clases en el departamento de Historia de la Universidad británica de Exeter.

 

Martes 01 de Abril de 2008

EL “GRAN LAGO” DE GAZA: FÁBRICA DE UNA NUEVA CRISIS

 

Por Suzanne Baroud*, PalestineChronicle / Rebelión

Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.**

En un lugar a pocas millas de las playas arenosas y los elevados rascacielos, las villas blancas de piedra y las piscinas azul celeste son el ejemplo del escarnio y la injusticia a los que están sometidos más de 1,5 millones de seres humanos que tienen que beber agua contaminada por las aguas residuales. Cuando hay una línea tan delgada entre la abundancia y la pobreza, entre los privilegios y la necesidad, qué desquiciante es saber que apenas a un tiro de piedra, las madres y padres están obligados a alimentar a sus familias con veneno. Como si el ocupante no pudiera encontrar una manera más creativa de atormentar a sus víctimas.

 

El mayor ultraje es que semejante realidad es la política decidida por el gobierno israelí, criticada por los grupos humanitarios y de derechos humanos más importantes del mundo y a pesar de ello cada vez más profundizada por Israel y descaradamente respaldada y justificada por EE.UU.. Es indiscutible que la calamidad del agua contaminada en la Franja de Gaza es una política deliberada del gobierno israelí.

 

La gestión de las aguas residuales en Gaza no es un problema nuevo y, de hecho, se remonta hasta la época de la ocupación israelí de Gaza en 1967. En ese momento, Israel instaló los medios de tratamiento de las aguas residuales que todavía funcionan hoy, construidos para servir entonces a una población de 380.000 personas, un número que ha aumentado a 1,5 millones.

 

El agotamiento de las fuentes de agua potable y la siempre creciente crisis del alcantarillado en Gaza está creando zonas de encharcamiento, la más grande de ellas llamada "el gran lago", que ocupa unas 30 hectáreas de terreno y contiene aproximadamente 2-3 millones de metros cúbicos de agua inútil.

 

Con instalaciones arcaicas para dar servicio a un grupo humano que casi se ha triplicado en número y con la ausencia de las condiciones básicas, tales como combustible para el funcionamiento de las bombas necesarias para mantener las instalaciones en funcionamiento, el resultado es el vertido de las aguas residuales tóxicas en el suelo y en las aguas subterráneas que van directamente a la mar.

 

La publicación de las Naciones Unidas IRIN, entrevistó recientemente a Rebhi al- Sheik, jefe de la Autoridad palestina del Agua (PWA) en Gaza, quien declaró que actualmente el 75 por ciento de los habitantes de Gaza está bebiendo agua contaminada.

 

En enero de 2008, el ponente especial del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, John Dugard, viajó a palestina y evaluó la situación, que describió de «catastrófica» bajo las restricciones impuestas por Israel.

 

Recientemente hablé con la Dra. Suma Baroud sobre el alcance de los problemas y de los aspectos sanitarios que derivan de la existencia de áreas de escapes como el gran lago. Ella explicó: "Como facultativo que trabaja en el campo del cuidado de la salud primaria en la región de Kan Younis durante los últimos 10 años, he aprendido de mis observaciones cotidianas que hay una multitud abrumadora de problemas y dolencias que minan la salud de los habitantes de Gaza, sobre todo de los niños, como resultado de la formación de estanques, cada vez más grandes, de aguas residuales, como el ‘gran lago’ o el ‘majari’, como lo llamamos nosotros".

 

"En nuestros centros de salud tratamos a muchos niños de enfermedades inducidas por infecciones de pequeños organismos, como las amebas. Estas dolencias progresan y llevan a enfermedades internas que afectan al intestino delgado y al grueso, entorpeciendo o impidiendo sus funciones, originando cólico abdominal, diarrea y estreñimiento. Otras complicaciones incluyen anemia, falta de crecimiento y perturbaciones mentales. Además hemos visto números crecientes de niños que padecen insomnio, baja autoestima e inseguridad".

 

"A esto se añade un gran número de pacientes que son tratados en nuestras clínicas en verano por infecciones superficiales debidas a las picaduras de los insectos. Hay un problema abrumador con dichos insectos, que crecen en las condiciones bajo las que nosotros sufrimos, el calor intenso y las aguas residuales estancadas".

 

"Hay una tremenda presión en el ministerio de Salud debido al consumo excesivo de medicamentos para combatir estas enfermedades y sus complicaciones posteriores".

 

Un número incontable de grupos de derechos humanos ha sacado al primer plano la situación de Gaza en las últimas semanas, incluido el Comité Internacional de la Cruz Roja que recientemente declaró a IRIN que "La situación medioambiental en Gaza es lastimosa y está empeorando".

 

Entre 30.000 y 50.000 metros cúbicos de aguas residuales tratadas parcialmente y 20.000 metros cúbicos sin tratar acaban en los ríos y en el mar Mediterráneo. Unos 10.000-30.000 metros cúbicos parcialmente tratados van a la tierra y en algunos casos llegan al acuífero, contaminando los ya pobres recursos de agua potable de Gaza.

 

El Grupo Internacional de Crisis presionó a Israel, Egipto, la AP y el gobierno de Hamás para que hagan todo lo posible para que se pueda disponer de los materiales necesarios, como el combustible que es esencial, para frenar el enorme problema de las aguas residuales en Gaza.

 

En un artículo publicado recientemente en el Coastal Post, con base en California, el candidato presidencial estadounidense Ralph Nader reprobó a Israel por su polifacética ejecución de la violencia institucionalizada contra la población de Gaza y convocó a EE.UU. a considerar su complicidad, fuera de la ley, con las prácticas inhumanas e ilegales de Israel: «El asedio de Israel también ha causado una gran pérdida de vidas en Gaza por destruir los medios de cuidados de la salud, cortar la electricidad, por desnutrición y contaminación de las aguas potables y destrucción de los sistemas públicos del agua. Las víctimas son principalmente niños y civiles adultos cuyas muertes pasan inadvertidas en Occidente. El sufrimiento de los civiles de Gaza es ignorado por el 98% del Congreso estadounidense, que entrega a Israel anualmente miles de millones de dólares del contribuyente.

 

Según la Agencia de Ayuda y Trabajo de las Naciones Unidas (UNRWA), "Gaza está en el umbral de convertirse en el primer territorio que será reducido intencionadamente a un estado de abyecta indigencia con el conocimiento, la aquiescencia y –algunos añadirían- el estímulo de la comunidad internacional".

 

A primeros de marzo de este año, un informe redactado por ocho grupos de derechos humanos y humanitarios británicos condenó las políticas de Israel en un "mordaz" informe que declaraba que la crisis humanitaria en Gaza era la "peor desde 1967".

 

"Mientras nosotros hablamos, las aguas residuales tóxicas están corriendo, literalmente, a raudales por las calles", dijo Geoffrey Dennis, jefe de CARE International.

 

La directora de Amnistía Internacional del Reino Unido, Kate Allen dijo que Israel debe proteger a sus ciudadanos, "pero, como potencia ocupante en Gaza, tiene también la obligación legal de garantizar a la población de Gaza el acceso a alimentos, agua potable, electricidad y atención médica». Y añadió: «Castigar a toda la población de Gaza y negarle los derechos humanos básicos es absolutamente indefendible. La situación actual es artificial y debe cambiarse".

 

El informe de 16 páginas -patrocinado por Amnistía Internacional junto con CARE International del Reino Unido, CAFOD, Ayuda Cristiana, Médicos del Mundo del Reino Unido, Oxfam, Save the Children del Reino Unido y Trocaire- apela al gobierno británico para que ejerza la mayor presión posible para cambiar la política de no negociar con los gobernantes de Hamás de Gaza.

 

Kate Allen, la representante de Amnistía, apremió para que se ponga el mayor énfasis en la urgencia de este problema. "El vertido es tan enorme que se ha llamado ‘el gran lago’; semejante abuso y malos tratos infligidos a una población considerada como ‘protegida’ es ni más ni menos que un puro ultraje. La comunidad internacional debe emprender acciones inmediatas para asegurar la protección debida a la población de Gaza" declaró Allen, y añadió "esta acción detestable es, indiscutiblemente, artificial y debe revertirse inmediatamente".

 

* Suzanne Baroud, estadounidense, es escritora y editora. Ha editado numerosos libros; también es la redactora jefe de PalestineChronicle.com.

 

** Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala.

 

Martes 01 de Abril de 2008

LOS ÚLTIMOS BEDUINOS NÓMADAS

Por Sebastián Oliel, Paul Chamah y Luli Szerman (www.piedralibre.co.il)

En Israel hay alrededor de 170 mil árabes beduinos que habitan en su mayoría en la región del Néguev. La mitad de ellos aceptó dejar atrás sus hábitos nómades y establecerse en siete ciudades construidas especialmente para ellos, pero el resto se niega a dejar la zona que habitan desde hace generaciones y por la que reclaman la propiedad de las tierras. Mientras las municipalidades beduinas se ubican entre las más pobres del país, sus habitantes dicen ser considerados ciudadanos de tercera por Israel

 

Con el objetivo de escribir este artículo sobre la realidad de los beduinos del Neguev en Israel, un equipo de Piedra Libre partió hacia el sur del país. El Museo de Cultura Beduina del Centro Joe Alon, fue nuestra primera parada. Allí, recabamos información y contactos para continuar nuestra misión periodística. La intención final era entrar en contacto con una familia beduina real durante el desarrollo de su vida cotidiana.

 

Seguimos viaje por la ruta 31 hacia Arad. A ambos lados del camino se pueden observar construcciones de material precarias, aunque con antenas parabólicas en los techos y caros vehículos en sus garajes.

 

Nos detuvimos al azar en la puerta de una de esas casas con la esperanza de que la hospitalidad beduina se hiciera presente. Bajamos del auto con la excusa de preguntar por una dirección de un beduino llamado Jalil Almud, con quien nos habían contactado en el Museo, y que estaba dispuesto a recibirnos, pero a quien no lográbamos ubicar. El hombre resultó conocer a Jalil y tras explicarle que éramos periodistas de una revista en español para la comunidad latina nos invitó con una sonrisa generosa a sentarnos y a contarnos sobre su vida y la de sus pares. La hospitalidad sobre la que tanto habíamos escuchado comenzaba a materializarse.

 

TRIBU DE DOS MIL PERSONAS

La construcción de material sobre una colina de piedras blancas que no conoce de lujos ni de detalles de terminación es el hogar de El-Atrash Darwish, un beduino de 40 años, con su mujer de 31, y los diez hijos de ambos, cinco varones y cinco mujeres de entre 15 años y 6 meses de edad. Con ojos curiosos, sonrisas marcadas y una sutil timidez que conservaron sólo durante los primeros minutos de nuestra estadía, los chicos comenzaron a salir de la casa para observar a estos extraños visitantes latinoamericanos. La mujer permaneció en el otro cuarto preparando el t é y nunca se hizo presente. Nos sentamos en un salón que el único mobiliario que tenía eran unas alfombras y unos almohadones, y un viejo armario de madera se encastraba en un rincón de la habitación. Uno de los niños se acercó con una bandeja, y sobre ella, cuatro tasas y una jarra de té. El hermano mayor la tomó, la apoyó sobre el piso y nos sirvió. El-Atrash no quiso comenzar la entrevista hasta haber servido el té. Es como si el té o el café, fueran un idioma previo a las palabras.

 

Desde las ventanas algunos de los niños observaban. Una de las nenas, de unos 9 años, entró con la bebé de 6 meses en brazos. "Tienen su propia muñeca", bromeó el padre. La bebé, como el resto de los chicos estaban descalzos, sus ropas sucias por la tierra y el polvo del desierto y rotas en algunas partes. El agua parece no haber ni siquiera salpicado sus caras en el último tiempo. Mientras conversábamos con el padre, los chicos hablaban en árabe entre ellos, se divertían. Un niño de unos 4 años se acercaba a tocarnos con un dedo, para luego esconderse tras la espalda del papá. De observadores a observados, la experiencia de reconocer a un otro parecido pero diferente, fue mutua.

 

En un hebreo con un vocabulario refinado y elevado, El-Atrash nos contó que es maestro de árabe en una escuela cercana desde hace 18 años y que estudió en la universidad. Dice que su sueldo le alcanza para vivir en forma regular. Pero que en su tribu, integrada por unas dos mil personas, el 80 por ciento no trabaja fuera del pastoreo del ganado y la agricultura. Sin embargo, reciben del gobierno pensiones por desempleo y por el número de hijos. Tienen de cierta forma una falta de ambición y de no querer tener más, que sorprende. El-Ashrat lo que busca (y lo dice feliz) es poder llegar a su casa y descansar, sentarse en su choza de visitas, a recibir a sus parientes, amigos, tomar té, café y hablar. No tiene la necesidad de trabajar más para tener más. Sólo con poder  darles comida a sus hijos y esposa, le es suficiente.

 

La gran mayoría de las mujeres, como su esposa, no trabajan ni manejan por una cuestión de roles sociales. La mujer debe permanecer en la casa cuidando a los niños. “Yo no sé ni cortar un tomate” nos respondió cuando le preguntamos si sabía cocinar o si ayudaba en alguna labor doméstica. El-Atrash estimó que en otros 30 o 40 años los beduinos del sur del país, van a dejar de vivir en chozas o carpas, para pasar a habitar en asentamientos más formales. "Es triste, la modernización va a hacernos perder esto que es nuestra cultura" sostuvo expresando su pesar y miedo por perder la tradición de su pueblo. Para El-Ashrat el cambio se va a dar inevitablemente, desea que se dé, pero teniendo en cuenta su cultura. Ante la imposibilidad de frenar el progreso, consideró que la organización de la vida bajo el estilo del moshav israelí es lo más cercano a lo que aceptaría. Para este jefe de familia, irse a vivir a una ciudad beduina como Rahat es inaceptable. Según él, allí no podría continuar con sus tradiciones por falta de espacio, de tierra. "Acá no tengo a nadie alrededor, nadie que me moleste. El aire es puro, tengo espacio para las cabras y para sembrar". Para ellos claramente, irse a vivir a un apartamento, pequeño, con 10 hijos, o los que vendrán, es una pesadilla casi que innombrable.

 

CARGAR EL ARMARIO EN EL CAMELLO

El-Atrash y sus once hermanos nacieron y vivieron sus primeros años en carpas, que sus padres armaban y desmontaban dependiendo la época del año, verano o invierno. Y así venían haciendo los antepasados de su tribu durante centenares de años. Sólo en 1981 sus padres decidieron establecerse en un solo lugar y así fue que construyeron la choza de paredes y techos de chapas que todavía conservan. Allí aún duerme su madre, a quien también le construyeron una casa al frente de esta choza. “Ella duerme a veces acá, a veces en la choza, o a veces afuera, al aire libre. Depende del clima y de su estado de ánimo” cuenta este beduino de piel quemada por el sol desértico. De acuerdo a este maestro de escuela, la razón por haber construido esa primera choza, se debió a que en los años 70, por una cuestión económica, todos los de su tribu empezaron a parar en más lugares a trabajar. Esto los llevó a tener más ingresos, y por ende, mejor nivel de vida, por lo que comenzaron a comprar muebles lo que hizo más difícil movilizarse, derivando en su establecimiento más formal. “Ya no era cómodo ni muy práctico montar encima de los camellos y burros los armarios o sillas” se sonríe.

 

La tribu de El-Ashrat no está conectada al sistema eléctrico israelí. Ellos reciben energía de un generador propio. Además no tienen teléfono fijo, sólo celular, y su dirección postal donde prometimos enviarle revistas, está en Beer Sheva, no donde él vive. Obvio, su casa no es reconocida, no tiene dirección. No existe para el país. Pero irónicamente su familia lleva viviendo allí, en una dirección que no existe legalmente, por más de 100 años.

 

Este hombre lamentó que hoy en día no puede vivirse la cultura como antes, como él alcanzó a vivenciar cuando niño. Pero para él la vivencia en la carpa, es algo intrínseco de él. Y por eso recibe a sus visitantes, amigos y familiares en el shigg (carpa de visitas de los beduinos). Así como siguen armando carpas para eventos especiales como bodas y velorios.

 

Todos los shigg, y las chozas construidas por ellos, tienen su espacio para hacer fogata adentro de ella. Por eso siempre se verá el techo negro ahumado por la leña. Para ellos esa fogata es el centro de cada cabaña.

 

Cuando le preguntamos si celebraban en las chozas también los cumpleaños, El-Ashrat se rió. “Nosotros no celebramos el cumpleaños como ustedes”. Además de diferencias culturales con esta tradición nuestra, para ellos es casi irrelevante esa celebración. Y ya ni qué decir en esta tribu, en donde cada familia tiene en promedio 15 hijos, los días del año no les alcanzarían para celebrar tantos cumpleaños de primos, sobrinos, amigos.

 

DESCALZO DESDE JORDANIA

Este jefe de familia se considera a si mismo beduino musulmán sunita, que vive en tierras que por una cuestión geopolítica hoy pertenecen al Estado de Israel con sus normas y leyes. Afirmó que durante el imperio Otomano y el mandato Británico, los gobiernos no se metían en su vida. Y que tiene un amigo de 85 años que luego de la Guerra de Independencia de 1948 quedó del otro lado de la frontera, en Jordania, y que cuando El-Ashrat lo visitó, su amigo no le dejó de repetir que si lo dejaran volver a la tierra donde nació, “vendría caminando descalzo desde Jordania y sin nada en sus manos”.

 

Mientras nuestra visita llegaba a su fin, uno de los niños se montaba a un burro para recorrer el par de kilómetros que lo separan de la tienda más cercana en busca de algunas provisiones, que se encuentra en una de las montañas más alejadas que se podían ver a lo lejos.

 

Estar allí un par de horas, en medio de las montañas de su tribu, con el viento desértico de verano soplando y refrescando hasta el alma, era literalmente como estar en otro planeta. Con otros ritmos, con otros valores. Era como si de repente, el Internet, el celular, las marcas de ropa, un mejor sueldo, fueran irrelevantes. Por eso cuando sonó uno de nuestros celulares mientras visitábamos el monte más alto de las tierras de El-Ashrat, era como si hubiera sido un timbre desde el más allá. Para El- Atrash era una alegría poder recibirnos. Agradeció nuestra presencia porque le permitió explicar la situación de su tribu y su cultura. "La gente tiene que saber que los beduinos somos personas simples y buenos anfitriones que respetan a sus huéspedes", subrayó.


MORADORES DEL DESIERTO

Durante siglos vagaron con sus caravanas por el desierto del Neguev en busca de agua. Hoy atraviesan una transición a formas de vida más sedentarias que ven dejar en el camino hábitos y costumbres centenarias. Los beduinos son personas nómadas de descendencia árabe que viven en el desierto. Su nombre deriva de la palabra árabe badawi que significa morador del desierto. Son originarios de la Península Arábica y en su gran mayoría son musulmanes sunitas. Los beduinos de Israel están divididos en dos grupos: Los de la Galilea, que descienden de tribus que vinieron desde Siria; y los del Neguev, que provienen del Sinaí y de la Península Arábica. En busca de agua, los beduinos viajan por el desierto y transportan con ellos sus tiendas hechas con pelo de camello o de cabra. Para soportar el calor, los hombres usan un thawb, una túnica blanca de algodón que cubre el cuerpo entero, salvo la cara, manos y pies. Pero estas costumbres están casi extintas en Israel, donde los 170 mil beduinos que aquí habitan están dejando la vida nómada y acercándose a estilos de vida más modernos.

 

Casi la mitad de los beduinos israelíes viven en siete ciudades planificadas por el gobierno para ellos. La más grande de ellas es Rahat con 40 mil habitantes. Sin embargo, los municipios beduinos figuran entre los más pobres del país y el desempleo es alto. El resto vive en 45 villas no reconocidas, que no figuran en los mapas y que tampoco cuentan con servicios básicos como electricidad, agua potable y recolección de basura. Algunos beduinos siguen viviendo de la agricultura y el pastoreo de cabras, vejas y camellos pero una vasta mayoría trabaja en labores de bajos salarios y en la construcción.

 

Desde tiempos del Imperio Otomano, los beduinos cuentan en Beer Sheva con un espacio exclusivo para la comercialización de sus productos, en su mayoría lácteos. Los hijos de beduinos que concurren en forma voluntaria al ejército son reconocidos por sus altas habilidades para orientarse en el desierto de noche y seguir rastros.

 

EL RECLAMO POR LAS TIERRAS

Los beduinos reclaman la propiedad de las tierras que habitan desde generaciones y se niegan a mudarse a una ciudad en donde perderían su cultura y tradiciones. En Israel, alrededor del 93 por ciento del suelo son tierras del Estado. Según la Asociación de Derechos Humanos Árabes de Nazaret, "Desde mediados de 1960 los beduinos del Neguev han sido sujetos a un forzado proceso de sedentarización en municipios urbanos. Esta política de relocalización, diseñada para 'modernizar' a los beduinos, ha sido conducida sin consultarlos y de una manera que es culturalmente inapropiada".

 

Muchos de los beduinos carecen de títulos de propiedad de las tierras pero argumentan que las han ocupado por décadas, incluso desde antes de que Israel existiera. La Administración de Tierras de Israel cuenta el número de estructuras sin permiso de estos pueblos (y, por tanto, expuestas a ser demolidas) en alrededor de 60 mil. "A los entre 60 mil o 70 mil beduinos que viven aún en los pueblos no reconocidos no se les permite construir casas ni cultivar la tierra, por lo que viven con el temor constante de que los desalojen a la fuerza y les derriben sus casas", informó Amnistía Internacional en su informe “Bajo los escombros: Demolición de viviendas y destrucción de tierras y bienes, de mayo de 2004”.

 

De acuerdo con el gobierno, cerca de las tres cuartas partes de la región del Neguev está reservada para uso militar, aproximadamente 35 mil de los acres restantes (140 km2) son arrendados a beduinos para la agricultura y no menos de 125 mil acres (500 km2) son discutidos en la Justicia por ser considerados por Israel como incorrectamente ocupados.

 

Chave Fiengold, la curadora del Museo de Cultura Beduina del Centro Joe Alon, explicó que "el Gobierno los trata de persuadir para que se muden y ellos no quieren pero de otro lado, no pueden probar que las tierras les pertenecen. Cuando estuvo el mandato Otomano quisieron darles certificados de propiedad de las tierras y no aceptaron para no pagar impuestos. Con los británicos pasó lo mismo. Ahora reclaman las tierras. Es una disputa que lleva su tiempo".

 

UDA, DE LA CARPA A “COLOMBIA”

Nació en una carpa, pero hoy vive en una casa. Durante el parto, su madre no concurrió a un hospital sino que fue asistida por una mujer de la tribu. Uda Abukaud de 43 años, es beduino de la tribu Aramadín, del norte del Neguev, está casado y tiene 7 hijos. Su pueblo lo llaman en burla como “Colombia”, porque sus habitantes disfrutan y comercializan el hashish con regularidad.

 

Uda vive en una aldea no reconocida y lleva esperando por años la propiedad de las 300 dunam (300 kilómetros cuadrados) que dice le pertenecen a su familia desde hace cinco generaciones. "La tierra es nuestra pero no tenemos permiso para construir. Si le quiero hacer la casa a mi hijo no puedo. El Gobierno quiere que vivamos en una ciudad", afirma. Al preguntarle sobre si los beduinos usan las nuevas tecnologías, responde con una sonrisa: “Sí, tenemos celulares, cuentas bancarias, tarjetas de crédito. Pero al final, la plata la contamos en cabezas de cabras que cada familia tenga”. Y sobre las comodidades (o incomodidades, según se mire) de vivir en las carpas, como lo hace su abuelo, que aunque tiene una casa construida, pasa allí durante el día, pero en la noche, vuelve a su carpa a dormir, Uda también tiene su mirada: “El mejor aire acondicionado que existe, es cuando se abren los dos lados de la carpa y la brisa del desierto pasa a través de la carpa”.

 

Sus hijos estudian en un colegio al que asisten sólo chicos beduinos y donde aprenden hebreo, ingles y árabe, además de las materias regulares. Uda, que trabaja en el área de turismo, cuenta que su abuelo de 85 años tuvo tres mujeres y que nunca ha asistido a un hospital público ni recurrido a la medicina tradicional. La legislación del país les permite casarse una vez pero pueden tener hasta tres mujeres por fuera del paraguas de la ley. Sostiene que se siente un ciudadano de tercera en Israel, que los beduinos padecen la desocupación y la falta de tierra, y que se niega a dejar "la vista, la tranquilidad, el respeto y la seguridad" del desierto por "el desempleo, las drogas y la falta de ocupación" de las ciudades.

 

PARA PRESERVAR LA CULTURA

El Museo de Cultura Beduina, del Centro Joe Alon, ubicado en el corazón del bosque Lahav, en el Neguev, es el único museo beduino del mundo. El establecimiento existe desde 1985 con el objetivo de preservar la cultura de las tribus beduinas de la región del Neguev y del Sinaí. “La modernización de su estilo de vida está haciendo desaparecer muchas de sus tradiciones. Estos cambios se expresan en el abandono de la carpa por una casa de material en una ciudad, cambios en las fuentes de ingreso y en la forma de vestir, entre otras cosas. Para eso está el museo, para preservar los testimonios de su cultura” nos cuenta la curadora Chave Fiengold. Allí se exhiben reproducciones de carpas beduinas, fotografías, tejidos en telar, vasijas, armas, redes de pesca (de los beduinos de la Costa del Sinaí), aros y collares, colgantes e instrumentos musicales como la rebaba, una especie de violín de una sola cuerda. También se puede montar un burro, beber café fresco recién tostado o te preparado por un beduino de alguna de las tribus cercanas. El museo lleva el nombre del coronel Joe Alon, uno de los primeros pilotos de la Fuerza Aérea Israelí. Sus actividades estaban concentradas en el Neguev, donde estableció la base sur de la Fuerza Aérea, la que comandó durante varios años. Alon fue asesinado en Washington in 1973, durante su servicio como agregado militar. Datos Claves: Centro Joe Alon, Museo de la Cultura Beduina D.N. Neguev 85335. Cerca del Kibbutz Lahav. Tel: 08-9918597

 

LOS BEDUINOS: ÁRABES MUSULMANES SUNÍES

El Islam, que significa paz, obediencia y sumisión, es una religión monoteísta basada en el Corán, libro sagrado, que según los musulmanes fue dictado por Alláh a Mahoma a través del arcángel Gabriel. Los seguidores del Islam creen que Mahoma fue el último de una serie de profetas enviados por Dios, que incluyen a Abraham, Noé, Moisés y Jesús. Cinco veces al día, los musulmanes son llamados desde los minaretes de las mezquitas a orar. Esta religión musulmana monoteísta afirma tener las mismas raíces que el judaísmo y el cristianismo. Con relación a su número de fieles, el Islam es la segunda religión del mundo con mil cuatrocientos millones de miembros. Un 20 por ciento de ellos están en países árabes; otro 20 por ciento se encuentra en la región del sur del Sahara en África; un 30 por ciento en el subcontinente Indio, con Indonesia como el país con la población de musulmanes más grande del mundo. También hay importantes poblaciones de musulmanes en China, Europa, Asia Central y Rusia. Aún teniendo los mismos principios, existen una serie de escuelas islámicas con diferencias teológicas y legales importantes. Las mayores ramas del Islam son los suníes (o sunitas) y los chiíes (o chiítas). Los beduinos que habitan en Israel provienen de la Península Arábica y son musulmanes suníes. Cerca del 90 por ciento de los musulmanes son suníes y sólo son minoría en Irán, Irak y en Líbano, donde su mayoría es chiíes. Los musulmanes chiíes, la segunda secta mayor del Islam, difieren de los suníes en que rechazan la autoridad de los tres primeros califas. Siguen los preceptos de hadices diferentes a los de los suníes y tienen sus propias tradiciones legales. Los eruditos chiíes tienen mayor autoridad que los suníes y mayor amplitud para la interpretación del Corán y de los hadices. Los Imanes desempeñan un papel fundamental en la doctrina chií.

 

BEDUINOS EN NÚMEROS

170 mil beduinos en Israel

40 mil habitan en Rahat, la ciudad beduina más grande en el Neguev

7 ciudades beduinas oficiales

45 asentamientos beduinos no reconocidos

2 por ciento de los beduinos llega a estudiar en la Universidad

5 de cada 100 hacen el ejército

 

SOBRE COSTUMBRE BEDUINAS

La Boda: Una de las principales festividades de los beduinos es la boda. Unas dos semanas antes de la ocasión, se arma una carpa especial para la celebración. La tradición beduina no permite las citas por lo que los jóvenes intercambian unas pocas palabras antes de casarse. Los padres de ambos se reúnen y si aceptan se firma un contrato frente a un tercero y la pareja puede casarse. El padre de la novia recibe una dote. La invitación a la boda es un pañuelo blanco flameando sobre la carpa. Todo el que quiera puede asistir. El evento tiene una duración de siete días. Hombres y mujeres festejan por separado. La novia sólo concurre el último día, cuando todos los invitados llevan un regalo. Este puede ser un dinero, una cabra (que vale alrededor de 700 shékels) o pueden dar como regalo un camello (que cuesta entre siete y ocho mil shékels). Durante los festejos se come en abundancia y se hacen competencias de carrera de caballos o camellos.

 

La circuncisión: Se trata de una ceremonia religiosa que no se hace en una edad específica, sino que puede realizarse entre el año y los diez años del niño.

 

El hijo y la hija: Desde su nacimiento el hijo varón es considerado superior a la hija mujer. El hombre es criado para su tarea como protector de la familia y la tribu, y la mujer como futura madre.

 

La familia: Hay una clara división de tareas entre esposo y esposa. Las tareas de la casa y el cuidado de los chicos son responsabilidades de la mujer, mientras que el marido se encarga de proveer a la familia.

 

Las personas mayores: Los adultos mayores dependen de sus hijos para vivir con ellos. El hombre, que sigue teniendo influencia a pesar de su edad, pasa sus días en la sección de los huéspedes de la tienda, y sus hijos lo proveen en sus necesidades.

 

Martes 01 de Abril de 2008

GAZA Y EL PROYECTO SIONISTA ISRAELÍ

 

Por Michela Jorge, Diario digital de El Bolsón

Gaza es hoy, ese lugar en el mundo en el cual el sonido de las bombas, que retumban en el aire, hace temblar la tierra.

 

¿Muy lejano? ¡No tan lejano! No nos engañemos… ningún lugar queda tan lejos como para hacer la vista a un costado.

 

Lo que está sucediendo en Gaza escapa a toda comprensión, exactamente como lo que ocurre en el Líbano. El uso desproporcionado de las fuerzas militares y las masacres de la población civil, no tienen justificación de ningún tipo. No son respuesta razonable a nada.

 

El ataque salvaje de Israel sobre Líbano y sobre Gaza obedece a un proyecto de largo alcance coordinado con los EE.UU. sobre los gobiernos de los países de Oriente Medio. No tiene nada que ver con los soldados secuestrados ni con una respuesta a Hezbollah. Tiene que ver con dos planes:

 

1) Impedir que los pueblos de la zona elijan democráticamente a sus representantes, demostrando con estas medidas que lo van a impedir por todos los medios;

 

2) Empujar a las sociedades no religiosas de estos países a una progresiva islamización. Hasta hace no mucho tiempo, palestina y Líbano eran sociedades eminentemente laicas; la islamización de palestina está avanzando y la crisis actual ha sumido a los más desfavorecidos en una escalada de desesperación y les ha hecho volver los ojos a Dios como única esperanza, y

 

3) Acabar con Siria por todos los medios. Todos oímos el desliz de Bush, hace un par de años, cuando lo sorprendió el micrófono abierto diciendo que había que "terminar con toda esa mierda de Siria". Fue importante para esto crear inestabilidad y destrucción en la zona y dejar aislada a Siria para aniquilarla, en un proyecto similar al de Irak.

 

Esta islamización de los países del medio oriente garantiza a los EE.UU. un enemigo cohesionado como mínimo para los próximos 30 años, y lo que es más importante para ellos, garantiza la estabilidad y el avance de la industria y el comercio armamentístico y militar, que es la mayor fuente de riqueza de los grandes emporios económicos estadounidenses y los lobbys israelíes en los EE.UU..

 

Los enemigos de las películas de acción y del imaginario colectivo de occidente serán, como viene sucediendo desde hace un tiempo, grupos de terroristas islámicos procedentes de cualquiera de estos países, salvajes y barbudos amén de sanguinarios, que aterrorizarán a las poblaciones o secuestrarán a sus dirigentes en nombre de Allah.

 

Pero atención, ya nadie encuentra en estos individuos, un atisbo de esta imagen que tanto se empeñan en vendernos.

 

Por el contrario, quien aterroriza a la población civil matando a criaturas de corta edad y población civil de toda índole (las imágenes que llegan del Líbano y Gaza son estremecedoras) y quien secuestra gobiernos… es el Estado de Israel, con el silencio cómplice de la comunidad internacional y el apoyo manifiesto de los EE.UU..

 

El sionismo, desde su aparición, pretendió fundar un Estado judío, para los judíos, pero esa concepción implicaba la segregación, el apartheid, el racismo: para el proyecto sionista, o bien todos los habitantes del país son de religión judía, o bien hay que expulsar a los que no lo son. Así, sorprendentemente, Israel critica en su propaganda el rigorismo religioso saudita o iraní en la definición de sus Estados, pero asume con naturalidad las consecuencias de un Estado judío.

 

El proyecto sionista soñaba con la tierra prometida. Y la campaña para asentarse en palestina no tenía como objetivo único escapar de la persecución en Europa, puesto que podrían haberse dirigido a cualquier otro lugar. De hecho, muchos lo hicieron: a Estados Unidos, a Argentina, Australia. Tampoco pretendían salir adelante, rehacer sus vidas, como tantos millones de emigrantes lo han hecho en el siglo XIX, en el XX, y en el que hemos iniciado. Los judíos que llegaron para establecerse en palestina no querían compartir la tierra con quienes allí vivían desde hace siglos. Llegaron para apoderarse de un país que no era suyo y expulsar a sus habitantes.

 

"Esta tierra es nuestra", siguen afirmando los sionistas. Así, la expulsión de centenares de miles de palestinos de sus pueblos y ciudades (en una feroz operación de limpieza étnica) sigue siendo una de las cuestiones centrales de este conflicto.

 

Decir que el conflicto de Oriente Medio se reduce a una cuestión de terrorismo, es una falacia, porque todos sabemos que el terrorismo no se combate con terrorismo.

 

Israel recurre al terrorismo para proceder a la ocupación militar y no sólo recurre al de los ricos (bombardeos, aviones no tripulados, misiles, explosión de bombas a distancia), sino también al de los pobres: en Líbano, tanto Hezbolá como Israel colocaban bombas en las carreteras.

 

Ahora bien, ¿donde quedaron los derechos de la población palestina, -conformes a la legalidad internacional y a la Carta de las Naciones Unidas-, a resistirse a la ocupación?

 

"El muro es para defendernos de los terroristas suicidas", alega Israel, pero, en la práctica, su construcción está arrasando cultivos, rodeando poblaciones, aislando a miles de personas, encarcelando a otras, apoderándose de buena parte del territorio de Cisjordania. El muro no es una defensa contra el terrorismo; es, sobre todo, un intento de apoderarse de más territorios.

 

El plan conjunto de los dos enemigos públicos de la humanidad, mencionados precedentemente (el Estado de Israel y el apoyo manifiesto de los EE.UU.) se tradujo para palestina en lo siguiente: los principales núcleos urbanos (todos y cada uno de ellos) y de población, quedaron aislados los unos de los otros con las medidas de control y aislamiento ideadas por Israel. Así, se consolidaron tres cantones en Cisjordania sin conexión entre sí ni economía posible, más, una Gaza por otro lado, totalmente aislada. En todos estos cantones, menos previsiblemente en Gaza, las colonias israelíes aumentaron progresivamente, así como su presencia militar. ¿Hasta cuando? Hasta que el amigo americano decida que ya no puede seguir enviando fondos a Israel para mantener a los cientos de miles de colonos a los que mantiene -sin trabajar- en los territorios palestinos.

 

¿No resulta sorprendente que puedan ir los judíos de cualquier lugar del mundo a establecerse a Israel, pero no puedan hacerlo los palestinos que nacieron en esa tierra? No deja de ser revelador que judíos argentinos o rusos, norteamericanos o marroquíes tengan derecho al "retorno" a una tierra en la que jamás han estado, mientras los palestinos expulsados de sus tierras no puedan hacerlo. Muchos palestinos siguen guardando las llaves de sus casas, de Jaffa, de Jerusalén o de San Juan de Acre. Muchas de esas casas ya han sido destruidas: Israel sabe que hay que borrar las huellas del expolio.

 

Así las cosas, el proyecto de LIMPIEZA ÉTNICA de la población palestina a manos de Israel está garantizado, porque parece poco probable que ningún pueblo pueda resistir mucho tiempo una situación así. Cada vez más muerte, cada vez más dolor y horror. O hay un giro radical en el devenir de los acontecimientos y se obliga desde la comunidad internacional al cese de la violencia continua de Israel y al cese de la ocupación, dejando libertad al pueblo palestino de elegir a sus gobernantes y vivir en su propio Estado, o las consecuencias van a ser aún más terribles.

 

Para concluir, me gustaría recordar a Ben Gurión cuando insistió en que Israel no podía dejar volver a los refugiados palestinos, aduciendo que "los viejos morirán, y los jóvenes olvidarán". Luego, en 1969, Golda Meir fue más lejos aún, pues dijo que los palestinos no existían.

 

Los israelíes quisieron creer en esa ilusión. Pero los palestinos existen, y no han olvidado.

 

Casi cuarenta años después, el nuevo sionismo pretende separar con un muro a millones de palestinos, encerrarlos en ghettos, olvidar para siempre a los refugiados y establecer una paz unilateral por separado… Ese no es más que otro espejismo, pues en el horror, palestina sigue unida… resistiendo desde la fe...