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COMISIÓN de APOYO al PUEBLO PALESTINO

Opinión y Análisis.

CÓMO SER UN PERIODISTA ISRAELÍ: NUNCA ESCRIBAS “CRIMEN” O “PALESTINA”

CÓMO SER UN PERIODISTA ISRAELÍ: NUNCA ESCRIBAS “CRIMEN” O “PALESTINA”

Viernes 28 de marzo de 2008 

Por Yonatan Mendel, Counterpunch / Rebelión

(Traducido para Rebelión por L.B.)

Hace un año me presenté al puesto de corresponsal en los Territorios Ocupados del diario israelí Ma’ariv. Hablo árabe, he enseñado en escuelas palestinas y participado en numerosos proyectos conjuntos judío-palestinos. Durante la entrevista el jefe me preguntó cómo podría ser objetivo. Había pasado demasiado tiempo con los palestinos, de modo que por fuerza tenía que estar inclinado a su favor. No me dieron el puesto. Mi siguiente entrevista fue con Walla, el sitio web más popular de Israel. Esta vez conseguí el trabajo y me convertí en el corresponsal de Walla para el Medio Oriente. Pronto comprendí lo que Tamar Liebes, director del Instituto de Comunicación Smart de la Universidad Hebrea, quiso decir cuando afirmó: “Periodistas y editores se ven a sí mismos como actores dentro del movimiento sionista, no como simples críticos”.

 

Con esto no pretendo decir que el periodismo israelí no sea profesional. Los diarios, la televisión y la radio persiguen con encomiable determinación y rigor la corrupción, la decadencia social y la deshonestidad. El hecho de que los israelíes supieran con pelos y señales lo que el ex presidente Katsav hizo o dejó de hacer con sus secretarias demuestra que los medios de comunicación desempeñan su función de guardianes, incluso a riesgo de provocar una situación embarazosa a nivel nacional e internacional. El oscuro cambalache del apartamento de Ehud Olmert, los negocios de la misteriosa isla griega de Ariel Sharon, el secreto affaire amoroso de Binyamin Netanyahu, la cuenta bancaria americana secreta de Yitzhak Rabin… todos esos asuntos son discutidos con entera libertad en los medios israelíes.

 

Ahora bien, cuando se trata del tema de la “seguridad” la libertad desaparece. Es “nosotros” y “ellos”, el “ejército israelí” y el “enemigo”; el discurso militar, que es el único discurso permitido, ahoga cualquier otra posible narración. No es que los periodistas israelíes obedezcan órdenes o se atengan a un determinado código escrito: simplemente, es mejor para ellos tener un buen concepto de sus fuerzas de seguridad.

 

En la mayoría de los artículos que tratan del conflicto hay dos facciones que se enfrentan: por un lado, las Fuerzas de Defensa de Israel, y por otro los palestinos. Cuando se informa sobre un incidente violento, el ejército israelí confirma o dice, pero los palestinos alegan: “Los palestinos alegaron que un bebé resultó gravemente herido por disparos del Ejército de Defensa de Israel”. ¿Acaso era un bulo? “Los palestinos alegan que colonos israelíes los amenazaron”. Pero, ¿quiénes son los palestinos? ¿Acaso la alegación la realizó toda la población palestina, incluidos los ciudadanos de Israel, los habitantes de Cisjordania y de la Franja de Gaza, los habitantes de los campamentos de refugiados en los Estados árabes vecinos y los palestinos de la diáspora? ¿Cómo es que un artículo serio se ocupa de difundir una alegación realizada por los palestinos? ¿Por qué tan pocas veces se menciona un nombre, un despacho, una organización o una fuente como origen de la información? ¿Será porque de hacerlo así la información sería más creíble?

 

Cuando los palestinos no están realizando alegaciones, su punto de vista simplemente se silencia. Keshev, el Centro para la Protección de la Democracia en Israel, analizó la forma como los principales diarios y cadenas televisivas israelíes cubrieron las muertes palestinas ocurridas en el espacio de un mes determinado, concretamente en diciembre del 2005. Hallaron 48 piezas que informaban sobre la muerte de 22 palestinos. Sin embargo, solo en 8 de esos relatos la versión del ejército israelí se completaba con una reacción palestina; en los otros 40 casos el suceso se narraba exclusivamente desde el punto de vista del ejército israelí.

 

Otro ejemplo: en junio del 2006, cuatro días después del secuestro del soldado Gilad Shalit en la parte israelí de la valla de seguridad de Gaza, Israel arrestó, según los medios de información israelíes, a unos sesenta miembros de Hamas, de los cuales 30 eran miembros electos del Parlamento palestino y ocho eran ministros del Gobierno palestino. En el curso de una operación bien planificada Israel capturó y encarceló al ministro palestino para Jerusalén, a los ministros de finanzas, educación, asuntos religiosos, asuntos estratégicos, asuntos internos, vivienda y prisiones, así como a los alcaldes de Belén, Jenin y Qalqilya, al presidente del Parlamento palestino y a un cuarto de sus miembros. El hecho de que esos funcionarios hubieran sido arrancados de sus camas durante la madrugada y transportados a territorio israelí para servir probablemente (igual que Gilad Shalit) como moneda de cambio en el futuro, no convirtió a esta operación en un secuestro. Israel nunca secuestra: Israel arresta.

 

El ejército israelí nunca mata a nadie premeditadamente, y mucho menos asesina a nadie –una particularidad que sin duda suscita la envidia de otras organizaciones armadas. Ni siquiera cuando Israel lanza una bomba de una tonelada de peso sobre una zona residencial densamente poblada de Gaza, matando a un miliciano y a 14 civiles inocentes, entre ellos a nueve niños, tampoco entonces se trata de una muerte deliberada o de un crimen: es un asesinato selectivo. Un periodista israelí puede decir que soldados israelíes alcanzaron a palestinos o los mataron, o que los mataron por error, y que palestinos fueron alcanzados, o resultaron muertos o incluso que hallaron la muerte (como si la hubieran estado buscando), pero utilizar la palabra crimen está fuera de cuestión. Cualquiera que sea la palabra utilizada, la consecuencia es que desde el estallido de la segunda Intifada han muerto a manos de las fuerzas de seguridad israelíes 2.087 palestinos que no tenían ninguna relación con la lucha armada.

 

El ejército israelí, tal como aparece retratado en los medios de comunicación israelíes, adolece de otra extraña habilidad: nunca inicia, decide atacar o lanza una operación. EL ejército israelí simplemente responde. Responde a cohetes Kassam, responde a ataques terroristas, responde a la violencia palestina. Lo cual hace que todo sea mucho más razonable y civilizado: el ejército israelí se ve obligado a luchar, a destruir casas, a tirotear a palestinos y a matar a 4.485 de ellos en siete años, pero ninguna de esos actos es responsabilidad de los soldados. Se enfrentan a un enemigo perverso y le responden como deben. El hecho de que sus acciones –toques de queda, detenciones, asedios navales, tiroteos y asesinatos– sean la causa principal de la reacción palestina no parece tener el más mínimo interés para los medios de comunicación israelíes. Dado que los palestinos no pueden responder, los periodistas israelíes seleccionan otros verbos del diccionario tales como vengarse, provocar, atacar, incitar, lanzar piedras o disparar Kassams.

 

Cuando en junio del 2007 entrevisté a Abu-Qusay, el portavoz de las Brigadas de Al-Aqsa de Gaza, le pregunté qué sentido tenía disparar cohetes Kassam sobre la ciudad israelí de Sderot. “El ejército [israelí] podría responder”, le dije, sin percatarme de que hasta qué punto mis palabras estaban ya sesgadas. “Pero aquí nosotros estamos respondiendo”, dijo Abu-Qusay. “No somos terroristas, No queremos matar... resistimos a las constantes incursiones israelíes en Cisjordania, a sus ataques, a su asedio contra nuestras aguas y al cierre de nuestro territorio”. Las palabras de Abu-Qusay fueron traducidas al hebreo, pero Israel siguió entrando en Cisjordania todas las noches y los israelíes siguieron sin ver nada malo en ello. Al fin y al cabo, sólo era una respuesta.

 

En una época en la que arreciaban los ataques israelíes contra Gaza hice a mis colegas la siguiente pregunta: “Si un palestino armado cruza la frontera, penetra en Israel, conduce hasta Tel Aviv y mata a tiros a la gente de la calle, él será el terrorista y nosotros seremos las víctimas, ¿verdad? Ahora bien, si el ejército israelí cruza la frontera, penetra varios kilómetros en el interior de Gaza y comienza a disparar contra los milicianos palestinos, ¿quién es el terrorista y quién el defensor? ¿Cómo es posible que los palestinos que viven en los territorios ocupados nunca puedan actuar en defensa propia mientras que el ejército israelí es siempre el defensor?” Ni amigo Shay, del departamento gráfico, me aclaró las cosas: “Si entras en la Franja de Gaza y te lías a tiros con la gente serás un terrorista. Pero cuando el ejército hace eso se trata de una operación para garantizar la seguridad de Israel. ¡Está ejecutando una decisión del Gobierno!”.

 

Otra interesante distinción entre nosotros y ellos emergió cuando Hamas exigió la liberación de 450 de sus presos a cambio de [l soldado israelí capturado] Gilad Shalit. Israel anunció que liberaría a presos pero no a los que tuvieran las manos manchadas de sangre. Siempre son los palestinos —nunca los israelíes— los que tienen las manos manchadas de sangre. Ello no significa que los judíos no puedan matar árabes, sino que no tendrán las manos manchadas de sangre si lo hacen, y que si son detenidos serán puestos en libertad al cabo de unos pocos años, por no mencionar a aquellos con sangre en las manos que han llegado a ser primer ministro. Por otra parte, nosotros no solo somos más inocentes cuando matamos, sino que también somos más sensibles cuando nos hieren. Una descripción estándar de un cohete Kassam que aterrice en Sderot tendrá por lo general el siguiente aspecto: “Un Kassan impactó cerca de una vivienda, tres israelíes resultaron con heridas leves y diez más resultaron conmocionados”. No hay que subestimar esas heridas: un misil que impacta contra una casa en mitad de la noche puede crear una gran conmoción. Ahora bien, debemos recordar que la conmoción (shock) sólo se aplica a los judíos. Por lo visto los palestinos son gente muy dura.

 

El ejército israelí, de nuevo la envidia de todos los ejércitos del mundo, solo mata a los cabecillas más importantes. La frase “Un alto cargo de Hamas resultó muerto” es una letanía constante en los medios de comunicación israelíes. Por lo que respecta a los miembros de baja graduación de Hamas, o nunca se ha dado con ellos o nunca se los ha matado. Shlomi Eldar, corresponsal de TV en la Franja de Gaza, escribió valientemente sobre este fenómeno en su libro Eyeless in Gaza (2005). Cuando Riyad Abu Zaid fue asesinado en el 2003, la prensa israelí reprodujo el comunicado del ejército israelí en el que afirmaba que la víctima era jefe de la rama militar de Hamas en Gaza. Eldar, uno de los escasos periodistas de investigación israelíes, descubrió que Riyad Abu Zaid no era más que un modesto secretario del club de prisioneros del movimiento. “Fue uno de las numerosas ocasiones en las que Israel “ascendió” a un activista palestino”, escribió Eldar. “Tras cada asesinato todo activista de base es “promovido” a un alto rango”.

 

Este fenómeno, en virtud del cual las declaraciones del ejército israelí son trasladadas directamente a los informes de prensa —no existe ningún área de criba entre el ejército y los medios— es consecuencia tanto de la falta de acceso a la información como del rechazo de los periodistas a desmentir al ejército o a presentar a los soldados israelíes como criminales. La frase “El ejército israelí está actuando en Gaza” (o en Jenin, o en Tulkarem, o en Hebrón) es la fórmula estándar que difunde el ejército y que reproducen miméticamente los medios de comunicación. ¿Para qué hacerles más difícil la vida a los oyentes? ¿Para qué contarles lo que están haciendo sus soldados, para qué describir el miedo que provocan y explicar que llegan con vehículos y armamento pesado y aplastan la vida de una ciudad generando más odio, más desesperación y un renovado deseo de venganza?

 

El mes pasado, como medida contra los milicianos que lanzan los Kassam Israel decidió interrumpir el suministro eléctrico a Gaza durante varias horas al día. Aunque tal medida signifique, por ejemplo, que los hospitales no dispondrán de suficiente energía para atender a sus enfermos, se dijo que “el gobierno israelí decidió aprobar esta medida como otra arma no letal”. Otra cosa que los soldados israelíes hacen es limpiar (kishuf). En hebreo cotidiano, khisuf significa “revelar algo que está oculto”, pero tal como el ejército emplea el término significa “limpiar una zona de potenciales escondites para milicianos palestinos”. Durante la última Intifada bulldozers israelíes D9 destruyeron miles de casas palestinas, arrancaron millares de árboles y dejaron atrás miles de invernaderos arrasados. Es más reconfortante saber que el ejército limpió el lugar que afrontar el hecho de que el ejército destruyó las propiedades, el orgullo y la esperanza de los palestinos.

 

Otra palabra útil es coronar (keter), eufemismo que sirve para designar un asedio en el cual toda persona que sale de su casa corre el riesgo de ser tiroteado. “Zonas de guerra” son aquellos lugares en los que se puede matar a los palestinos incluso si son niños que ignoran que han entrado en una zona de guerra. Por cierto, los niños palestinos suelen ser ascendidos a la categoría de adolescentes palestinos, sobre todo cuando resultan muertos accidentalmente. Más ejemplos: a los puestos avanzados aislados de Cisjordania se los llama puestos ilegales, quizás en contraste con los asentamientos israelíes, que deben de ser legales. Detención administrativa significa encarcelar a la gente sin someterla a juicio y sin presentar contra ella ningún cargo (en abril del 2003 había 1119 palestinos en esa situación). A la OLP (Ashaf) se la menciona siempre por sus siglas y nunca por su nombre completo: la palabra Palestina no se emplea prácticamente nunca: existe un presidente palestino, pero no un presidente de Palestina.

 

“Una sociedad en crisis se forja un nuevo vocabulario a su medida”, escribió David Grossman en El Viento Amarillo, “y gradualmente va emergiendo un nuevo lenguaje cuyas palabras... ya no describen la realidad, sino que, por el contrario, tratan de ocultarla”. Este “nuevo lenguaje” es el que los medios de comunicación israelíes adoptaron voluntariamente, pero si alguien precisa de unas directrices oficiales éstas pueden hallarse en el Informe Nakdi, un documento redactado por la Autoridad de Radiodifusión Israelí. Elaborado por primera vez en 1972 y sometido desde entonces a tres actualizaciones, el informe tenía como objetivo “aclarar algunas de las reglas profesionales que rigen la labor de un periodista”. Una de ellas era la prohibición de usar la palabra Jerusalén Este.

 

Las restricciones no se limitan al ámbito de la geografía. El 20 de mayo del 2006 el canal televisivo más popular de Israel, Canal 2, informó sobre “otro asesinato selectivo en Gaza, un asesinato que podría hacer disminuir el lanzamiento de Kassams” (los asesinatos selectivos han matado ya a 376 personas, 150 de ellas civiles que no eran objetivo del asesinato). Ehud Ya’ari, un conocido corresponsal israelí especializado en asuntos árabes, sentado en el estudio decía: “El muerto es Muhammad Dahdouh, de la Jihad Islámica. . . esto es parte de la otra guerra, una guerra cuyo objetivo es reducir el número de los activistas que lanzan Kassams”. Ni Ya’ari ni el portavoz del ejército israelí se molestaron en informar que durante la operación murieron también cuatro inocentes civiles palestinos y que tres más resultaron gravemente heridos, entre ellos una niña de cinco años llamada María, que vivirá paralizada del cuello para abajo. Este “despiste”, desvelado por el periodista israelí Orly Vilnai, solo demostró cuánto ignoramos sobre aquello que creemos saber.

 

Curiosamente, desde que Hamas tomó el poder en la Franja de Gaza una de las nuevas palabras “fetiche” en los medios israelíes es Hamastán, una palabra que aparece en la sección de noticias serias, es decir, en esa zona supuestamente sagrada de los diarios consagrada en teoría a ofrecer datos y no a editorializar. Lo mismo se aplica a movimientos tales como Hamas o Hizbullah, que aparecen descritos en hebreo como organizaciones y no como movimientos políticos o partidos. A la voz Intifada nunca se le da el sentido árabe de “revuelta”; y Al-Quds , que los políticos palestinos emplean para referirse exclusivamente a “los lugares sagrados de Jerusalén Este” o a “Jerusalén Este”, los periodistas israelíes lo interpretan siempre como sinónimo de “Jerusalén” , sugiriendo así que los palestinos están decididos a apoderarse de la capital en su totalidad.

 

Fue interesante leer en los periódicos las reacciones suscitadas por el asesinato de Imad Moughniyeh, perpetrado en Siria hace dos semanas. Todos competían por superar a los demás en los calificativos empleados para descalificar a la víctima: architerrorista, maestro de terroristas o el mayor terrorista de la Tierra. Pasaron varios días antes de que la prensa israelí cesara de festejar a los asesinos de Moughniyeh y comenzara a hacer aquello que debían haber hecho en primer lugar: preguntarse sobre las consecuencias que acarrearía el asesinato. El periodista Gideon Levy opina que esta es una tendencia habitual en Israel: “La cadena de ‘cabecillas terroristas’ liquidados por Israel, desde Ali Salameh y Abu Jihad hasta Abbas Musawi y Yihyeh Ayash, pasando por el jeque Ahmed Yassin y Abdel Aziz Rantisi (todas ellas “operaciones” que celebramos con pompa y circunstancia durante un instante dulce y embriagador), no han acarreado hasta el momento otra cosa que terribles y dolorosos ataques de venganza contra Israel y los judíos en todo el mundo”.

 

Los corresponsales israelíes sobre temas árabes deben, por supuesto, saber hablar árabe —de hecho, muchos de ellos han estudiado en las escuelas del aparato de seguridad— y tienen que conocer la historia y política de Oriente Medio. Y deben ser judíos. Sorprendentemente, los medios judeo-israelíes prefieren contratar a periodistas con un conocimiento mediocre del árabe antes que a hablantes nativos, pues éstos serían ciudadanos palestinos de Israel. A lo que se ve, los periodistas israelíes están mejor preparados que los árabes israelíes para explicar “qué piensan los árabes”, “los objetivos de los árabes”, o “qué dicen los árabes”. Tal vez ello se deba a que los editores saben qué es lo que su audiencia quiere oír. O, más importante aún, qué es lo que la audiencia israelí prefiere no oír.

 

Mientras que las palabras ocupación, apartheid y racismo (por no hablar de ciudadanos palestinos de Israel, bantustanes, limpieza étnica y Nakba) sigan ausentes del discurso israelí, los ciudadanos israelíes podrán pasarse toda la vida sin saber jamás con qué han estado conviviendo. Tomemos el caso de la palabra racismo (Giz’anut en hebreo). Si el Parlamento israelí legisla que el 13% de las tierras del país solo pueden ser vendidas a judíos, entonces ése es un Parlamento racista. Si en 60 años el país solo ha tenido un ministro árabe, entonces Israel tiene gobiernos racistas. Si a lo largo de 60 años de manifestaciones las balas de goma (1) y munición real han sido empleadas exclusivamente contra manifestantes árabes, entonces Israel tiene una policía racista. Si el 75% de los israelíes reconoce que se negarían a aceptar a un árabe como vecino, entonces estamos ante una sociedad racista. Al no reconocer que Israel es un lugar en el que el racismo moldea las relaciones entre árabes y judíos, los judíos israelíes se inhabilitan a sí mismos para afrontar el problema o incluso para hacer frente a la realidad de sus propias vidas.

 

El mismo rechazo de la realidad se refleja en la reluctancia a emplear el término apartheid. Debido a la asociación de dicha palabra con la Sudáfrica blanca, a los israelíes les resulta muy difícil utilizarla. Ello no quiere decir que en los territorios ocupados impere hoy exactamente el mismo tipo de régimen que imperaba en Sudáfrica, pero un país no necesita tener bancos “sólo para blancos” para ser un Estado apartheid. Al fin y al cabo, apartheid significa “separación”, y si en los territorios ocupados los colonos israelíes tienen una carretera y los palestinos están obligados a utilizar carreteras o túneles alternativos, entonces se trata de un sistema de carreteras basado en el apartheid. Si el muro de separación construido sobre miles de hectáreas de tierra cisjordana confiscada separa a la gente (incluidos a los palestinos de ambos lados del muro), entonces es un muro de apartheid. Si en los territorios ocupados existen dos sistemas judiciales distintos, uno para colonos judíos y otro para palestinos, entonces es una justicia de apartheid.

 

Y luego están los propios Territorios Ocupados. Curiosamente, no existen Territorios Ocupados en Israel. La expresión sólo la utiliza ocasionalmente algún político o columnista de izquierdas, pero en la sección central de noticias no existe. Antiguamente se los llamaba Territorios Administrados a fin de ocultar el hecho de la ocupación; luego los llamaron Judea y Samaria; pero hoy en día en los medios israelíes se los denomina los Territorios (Ha-Shtachim). El término ayuda a salvaguardar la idea de que los judíos son las víctimas, el pueblo que actúa solamente en defensa propia, la mitad moral de la ecuación, mientras que los palestinos son los agresores, los chicos malos, el pueblo que lucha sin motivo. Este sencillo ejemplo lo explica bien: “Un ciudadano de los Territorios ha sido capturado mientras pasaba armas ilegales de contrabando”. Podría tener algún sentido que un ciudadano de un territorio ocupado tratara de resistirse al ocupante, pero tal cosa carece de sentido si solo se trata del habitante de unos Territorios.

 

Los periodistas israelíes no están atraillados al aparato estatal de seguridad y nadie les ha pedido que hagan que su audiencia se sienta a gusto con la política militar de Israel. Las restricciones a las que se atienen las practican de forma voluntaria, casi inconsciente, lo cual hace que su labor resulte más peligrosa. Sin embargo, una mayoría de israelíes creen que sus medios de comunicación son demasiado izquierdistas, insuficientemente patriotas, que no están del lado de Israel. Y que los medios extranjeros son aún peores. Durante la última Intifada, Avraham Hirschson, a la sazón ministro de finanzas, exigió el cierre de las emisiones de la CNN desde Israel por “sus emisiones segadas y sus programas tendenciosos que no son otra cosa que una campaña de incitación contra Israel’. Manifestantes israelíes exigieron el fin de “la cobertura informativa poco fidedigna e incitadora del terror de la CNN”, reclamando en su lugar la cobertura de Fox News. Hasta cumplir los 50 años los varones israelíes están obligados a realizar anualmente un mes de servicio militar de reserva. “Cada civil”, sentenció Yigael Yadin, un antiguo jefe de Estado Mayor israelí, “es un soldado con 11 meses de permiso anual”. Los medios israelíes no se toman ningún permiso.

 

* Yonatan Mendel fue corresponsal de la agencia de noticias israelí Walla. Actualmente trabaja en el Queens’ College de Cambridge realizando una tesis sobre la relación entre el idioma árabe y la seguridad en Israel.

 

Nota del T.:

(1) Las balas de goma que emplea el ejército israelí son en realidad balas de acero recubiertas

 

Jueves 27 de marzo de 2008

PALESTINA Y LA LIMPIEZA ÉTNICA

 

Por Javier Méndez-Vigo, para Kaos en la Red

 

¿CÓMO SURGE EL SIONISMO?

Abraham León teorizó sobre la cuestión judía, lo mismo que hiciera Marx en su momento, en la polémica con Bauer, o como lo haría E. Mandel en 1947. Para León los judíos representaban un pueblo- clase, como lo fueron otros pueblos [el gitano].

 

El pueblo judío ha tenido distintos desarrollos. En la época feudal representaron“formas arcaicas, prehistóricas del capitalismo”. Así, sin nos adentramos en la historia de determinados Estados como España nos encontraremos a los judíos ocupando determinados puestos en la élite económica. Serían, sin embargo, los Reyes Católicos los que, presionados por la nobleza, llevaron a término una de las primeras“limpiezas étnicas”. Pero al mismo tiempo, en otros lugares (principalmente en centroeuropea) se dio un proceso de asimilación como la de los marranos en Holanda [judíos expulsados de España que arribaron a Holanda; entre los que destacó el gran filósofo Spinoza].

 

El antisemitismo que aparece en el siglo XIX y que culmina con el exterminio nazi se debió a varios factores. Pero hay que tener en cuenta que, al mismo tiempo, el pueblo judía tuvo sus representantes en la intelectualidad revolucionaria. Destacados dirigentes y/o pensadores [marxistas] como Rosa Luxemburgo o León Trotsky llenan las páginas históricas del Movimiento obrero.

 

El sionismo nace precisamente como competidor de esta intelectualidad revolucionaria. Hay que tener en cuenta que en la época en que surge el sionismo, Europa está impregnada por el colonialismo (“la idea predominante de toda sociedad es la ideología de la clase dominante”). El sionismo nace para disputar a los judíos el movimiento revolucionario marxista.

 

El caso del sionismo tiene un cierto tufo a cinismo, ya que los judíos en principio no deseaban volver a Israel. En la mayoría de los casos o se integraban en la sociedad o emigraban hacia otras zonas... como los Estados Unidos.

 

El fundador del sionismo T. Herzl, a raíz del proceso contra el capitán Dreyfus, eligió un camino diferente a la“denuncia” de E. Zola. Conmocionado por el caso comienza a escribir su libro“El Estado judío” (1896) y un año después convocó en Basilea el I Congreso Sionista: “Herz pensó que todo cambiaría si se lograba fundar un Estado. Imbuido por la ideología colonialista del momento, suponía que los inconvenientes se podrán superar con el favor del Imperio Otomano” [David Solar, Israelíes y palestinos en el laberinto]

 

Herz se pone en contacto con el Sultán Otomano y le ofrece que a cambio de que le fuera entregada Palestina a los judíos se podrían encargar de regularizar las finanzas de Turquía. El proceso de constitución de Israel no tiene nada de una lucha de liberación nacional, más bien todo lo contrario: es decir un proceso de colonización, lo que supone el enfrentamiento con la población nativa. Así desde 1882 (año que en que se crea en el interior la primera colonia judía). La organización sionista los Amantes de Sión junto con otras organizaciones y con la ayuda financiera del barón de Rotschild- que hasta la Primera Guerra Mundial invierte ingentes cantidades de dinero en colonias judíos hacia Palestina. Además el mismo ofrecimiento que le hizo al Sultán también se realizó al Káiser Alemán, que durante años mantuvo negociaciones con el sionismo, con el objetivo de crear un Estado judío bajo protección turca.

 

1917 es una fecha clave; es el año en que se produce la declaración de Balfour. Gracias a dicha declaración el sionismo se echa en brazos de otra potencia imperial: Gran Bretaña. Pero existía un inconveniente, que no era otra que el hecho de que Oriente medio se encontraba en manos del Imperio Otomano. Por dicha razón se le ofrece al sionismo la posibilidad de colonizar Uganda o el Sinaí egipcio; oferta que finalmente fue rechazada.

 

EL INICIO DE LA COLONIZACIÓN SIONISTA

La nueva historiografía judía y, en particular Ilan Pappé nos habla de la realidad del sionismo, al que concibe como una ideología “colonial”, y nos dice que“la perspectiva más crítica y actual considera que la campaña sionista para el asentamiento en Palestina (y no en otras localizaciones posibles) estaba estrechamente ligada al milenarismo cristiano y el colonialismo europeo del siglo XIX” [Limpieza étnica de Palestina].

 

La 1ª Guerra Mundial pone sobre el tapete la división del Imperio Otomano. Gran Bretaña intenta llegar a pactos con los señores feudales árabes; pero mientras tanto los ingleses utilizaban a los árabes como“carne de cañón” para desmembrar el Imperio Otomano, para lo que terminan firmando con Francia el Pacto secreto de Sykes-Picor (1916): “En los acuerdos Gran Bretaña y Francia, que tenía una gran presencia en el Líbano a través de una minoría cristiana maronita, que había adoptado como referente político y cultural el francés, se dividieron las provincias otomanas y la vecina Palestina. En el Próximo Oriente, Londres se reservaba el este de Irak, que, los protectorados de Kuwait, Bahrein y Omán, le permitían considerablemente su presencia en el Golfo, paso estratégico fundamental en la ruta hacia la India; mientras, París se reservaba el Líbano, el litoral sirio y la región de Anatolia oriental. Además Londres obtenía el reconocimiento de su influencia sobre el resto de Irak, Transjordania y el norte de la península Arábiga, lo que junto con el protectorado de Aden, le permitía controlar el Mar Rojo...” [Antoni Segura, Más allá del Islam]

 

En dichos acuerdos Palestina quedaba en manos de una administración internacional. Sin embargo, al terminar la conflagración mundial, en el Tratado de Sévres (1920), Gran Bretaña recibe Palestina y la Transjordania, que ya había sido ocupada militarmente durante la guerra.

 

Así que durante el mandato británico en Palestina iba a continuar el proceso de colonización produciéndose varias oleadas, así desde 1919 a 1923 llegaron a Palestina cerca de treinta y cinco mil judíos. Es en ese período que se funda el primer sindicato obrero judío.

 

No hay que olvidar tampoco el papel de los“señores árabes” que ya entonces traicionaban la causa palestina. Una de las prácticas de los colonos judíos consistía en comprarles las tierras a estos señores árabes. A partir de aquí el sionismo fue paulatinamente controlando las distintas ramas de la economía palestina. Pero al mismo tiempo que compraban las tierras desposeían a los trabajadores árabes de cualquier trabajo en dichas empresas. Comenzaban a constituir un estado étnico. Y todo esto ocurría gracias a las autoridades británicas. Es decir, que a medida que llegaban los colonos judíos se agrandaba la masa de desposeídos árabes [campesinos que eran expulsados de las tierras que los propietarios habían vendido]. Como consecuencia la semilla para que se produjeran conflictos entre árabes y judíos estaba sembrada incluso antes de la constitución del Estado de Israel.

 

TERRORISMO SIONISTA

El proyecto sionista no puede llevarse a cabo sin el beneplácito del Imperio británico; además desde el principio el sionismo sabía que su proyecto “sólo podía hacerse efectivo a través de la creación de un Estado puramente judío en Palestina, que debía ser a la vez un refugio en el que los judíos estarían a salvo de la persecución y la cuna de un nuevo nacionalismo judío. Un Estado semejante tenía que ser exclusivamente judío. Un Estado semejante tenía que ser exclusivamente judío no sólo en su estructura sociopolítica sino también en su composición étnica” [La limpieza étnica de Palestina]. Por esto mismo, desde comienzo de los años 1930 los dirigentes del movimiento sionista iban a llevar al terreno de la práctica sus planes para construir el Estado.

 

Pero dicho proyecto sionista hubiera sido imposible sin la ayuda del imperialismo, primero británico y posteriormente norteamericano ya que, como bien dice Samir Amin y posteriormente N. Chomsky, Israel va a suponer una cuña, un estado“europeo” en Oriente medio que asegure el control de la zona para Occidente. Por esto ya, desde el comienzo el sionismo iba a utilizar la violencia contra los nativos de la Palestina. El imperialismo británico, en la década de los ´30 organiza militarmente al sionismo. Vincula el nuevo embrión de Estado al militarismo, el mismo imperialismo que les hizo comprender la necesidad de un ejército, “en primer lugar para proteger el creciente número de enclaves y colonias judías en Palestina, pero también porque los actos de agresión armada era una forma eficaz de disuadir a los locales de que opusieran resistencia, lo que resultaba mucho más radical” [La limpieza étnica de Palestina]

 

El sionismo necesitaba una planificación concreta, por esto ya desde 1901 la ideología sionista pone en marcha una agencia para colonizar Palestina. El Fondo Nacional Judío (FNJ) iba a servir para comprar tierras que permitieran el“asentamiento” de los inmigrantes judíos. Una agencia que encabezó durante décadas la“sionización” de Palestina. Planificación que llevaría a un estudio completo de Palestina: “los resultados finales de los esfuerzos cartográfico y orientalista fueron los completos archivos que los expertos sionistas construyeron gradualmente de cada una de las aldeas de Palestina. Para finales de la década de 1930, este“archivo” estaba casi terminado. Recogía detalles precisos acerca de cada aldea” [Limpieza étnica de Palestina]. Pero la situación no se refiere sólo con respecto a las tierras, sino también con respecto a las personas. Listas que serían utilizadas “para las operaciones de búsqueda y captura que se llevaban a cabo una vez habían conseguido ocupar una aldea”.

 

Todo el plan sionista va a tener un padre fundador, un arquitecto: David Ben Gurión Este dirigente se había asentado en Palestina desde 1906 y fue jefe de la Agencia Judía para Palestina de 1935 a 1948. Fue el arquitecto del Estado sionista ya que direccionó todos los asuntos judíos para transformar el país, de uno multiétnico y multicultural a un estado exclusivamente judío. Incluso llegó a aceptar una pequeña porción de terreno que le ofrecieron los británicos como un instrumento para construir el Estado, pues en 1942 ya reclamaba la totalidad de Palestina en nombre del sionismo. Incluso no tuvo reparos para utilizar el“terrorismo” en contra de las tropas británicas como medio para dicho fin de un Estado étnico. Se lanzó una campaña“terrorista” contra los británicos que iba a culminar con el ataque terrorista contra el Hotel Rey David, donde se encontraba la flor y nata del ejército Británico.

 

EL ESTADO SIONISTA

“En los últimos días de agosto de 1946, Ben Gurión reunió a la directiva del movimiento sionista en un hotel de Paris, el Royal Monsue, para que le ayudaran a encontrar una alternativa al plan Bitmore, cuya meta había sido la toma de la totalidad de Palestina. Una“nueva vieja” del movimiento sionista surgió entonces: la partición de Palestina” [La limpieza étnica de Palestina].

 

La resolución 181 de la Asamblea general de la ONU que se votó en noviembre de 1947 decidió la partición de Palestina. El Estado de Israel se funda en 1948. Pero desde el principio lleva la idea muy diferente a la de un Estado único y multicultural. El Estado se construye sobre los escombros de una Palestina controlada por el Imperio británico. Pero al mismo tiempo porque a pesar de que en su discurso inicial (14 de mayo de 1948) Ben Gurión afirme que quiere basar el Estado en la“mas completa igualdad social y política” para todos los habitantes, en realidad dicha igualdad se realiza bajo el estigma del“pueblo judío”.

 

La fundación se realiza bajo los auspicios de la ONU que desde finales de la Segunda Guerra Mundial intenta dividir Palestina entre las dos comunidades. Por lo que en agosto de 1947 bendice la participación de Palestina en dos Estados:“Un Estado árabe- que comprendería Galilea occidental, Cisjordania, Gaza y una franja paralela a la frontera con Egipto- y un Estado judío, que abarcaría el resto de Palestina, Jerusalén, que incluiría Belén, gozaría de un Estatuto especial y quedaría bajo control internacional. En el Estado árabe vivirían unos 10.000 judíos y 725.000 árabes, mientras que en el Estado judío residirían 498.000 judíos y 407.000 árabes. Por su parte, en Jerusalén vivirían 100.000 judíos y 105.000 árabe” [Más allá del Islam]

 

El plan de la ONU fue una partición desigual ya que el 54% de la tierra cultivable se le concedió a la minoría judía- que ese momento no representaba más que a un 33% de la población. Pero a pesar de esto el sionismo se opuso ya en este momento a los acuerdos. Y en 1948 el imperialismo británico, que se ve incapaz para dominar las“acciones militares y terroristas” de los sionistas, abandona Palestina. Inmediatamente se proclama el Estado de Israel que es reconocido tanto por los Estados Unidos como por la URSS. A partir de este momento el sionismo iría a la “caza del árabe”.

 

A partir de este momento ¿cuál iba a ser la estrategia del sionismo? Según Ilian Pappé dicha estrategia iba a tener dos objetivos. 1) La fragmentación, por no hablar de desintegración total, de los sistemas de poder político y militar palestinos; y 2) la creación de un Estado exclusivamente judío. Primero los sionistas tenían que definir el espacio. En segundo lugar crear la“capacidad militar adecuada”; y este instrumento militar fue la Hagana que serían los que llevaría a cabo la planificación de una “limpieza étnica” de la zona árabe de Palestina.

 

Ilian Pappé describe perfectamente la creación de unidades paramilitares, como los comandos especiales el Palmaj que se convertiría a partir de 1944 en la“vanguardia” en la construcción de nuevos asentamientos. Y fueron los encargados de realizar las principales operaciones de limpieza étnica hasta su desmantelamiento en 1948. La Hagana además tenía una unidad de inteligencia.

 

Las contradicciones de la experiencia sionista llegaron hasta tergiversar la ideología a vender una especie de“socialismo de los kibutz”, tal como ocurrió en los setenta. Sin embargo, los kibutz fueron otra cosa muy distinta: dichos asentamientos se convirtieron en verdaderas bases militares que reforzaron la comunidad tanto para la defensa como para el ataque.

 

La estrategia sionista comenzó con la amenaza: “unidades especiales de la Haganá entrarían en las aldeas en búsqueda de“infiltrados” (“voluntarios árabes”) y distribuirían volantes para advertir a la población local de que no debían colaborar con el Ejército Árabe de Liberación. Cualquier resistencia a tales incursiones por lo general terminaba con las tropas judías disparando al azar y matando a varios aldeanos” [Limpieza étnica de Palestina]. Un terrorismo perfectamente planificado. A veces utilizaban otro método: el de hacer rodar contra las aldeas árabes barriles llenos de explosivos...

 

En el principio y como único objetivo el sionismo sólo ha tenido la idea de un Estado étnicamente puro, para lo cual era necesario “limpiar” Palestina de la población árabe. En la práctica era preciso conquistar la tierra que en ese momento estaba siendo cultivada por los árabes y liberarla y colonizarla por los asentamientos judíos.

 

ANEXO: LÍDERES SIONISTAS

Golda Meir Se trasladó a Palestina en 1921 donde declaró: “no existe el pueblo palestino”. Pactó secretamente con el Rey Abdullah (de Transjordania) en 1947 unos acuerdos que fueron cruciales para frustrar la formación del Estado Palestino

 

Menahem Beguin. Nacido en Rusia. En 1930 se convirtió en un miembro activo del movimiento sionista clandestino terrorista y se trasladó a Palestina en 1942 donde se involucró en actos terroristas en las zonas de civiles palestinas.

 

Yitzhak Shamir. Nacido en 1915 en Plina. Se alistó en el Irgún Zvai Leumi, un grupo terrorista clandestino. En 1937 fue involucrado en varios atentados terroristas contra civiles. Fue detenido. Y en 1946 volvió del exilio y trabajó en el Mossad.

 

Yitzhak Rabin. Nacido en Jerusalén de padres colonos sionistas. En 1941, se alistó en Palmaj, una unidad del ejército terrorista clandestino judío en 1947 a 1948, cuando el grupo fue involucrado en operaciones de limpieza étnica.

 

Ariel Sharon. Nacido en Palestina durante la ocupación británica en 1929, de padres inmigrantes rusos colonos sionistas en Palestina. En 1953, organizó la infame“Unidad 101”, repartiendo el terror a lo largo de las fronteras de Palestina, aterrorizando a las poblaciones palestinas para obligarles a huir de sus hogares y tierras cercanas a las fronteras. El 14 de octubre de 1953, Sharon y su unidad cometieron una masacre en la aldea de Qibya (entonces bajo dirección jordana). Ben Gurión mintió cuando dijo que la masacre fue cometida por enfurecidos granjeros judíos....

 

Shimon Peres. Nació en 1923 en Polonia. Llegó a Palestina en 1934 y se alistó en el grupo terrorista Hagana y sirvió como Jefe de sus recursos humanos en 1940.

 

Miércoles 26 de marzo de 2008

"TENER QUE CONVIVIR CON UN CONFLICTO AGRAVA LA SITUACIÓN DE LOS ENFERMOS MENTALES"

 

Por Mónica Ramoneda, Diario La Vanguardia - España

El Ministerio de Salud palestino puso en marcha, en el 2004, un plan estratégico con un objetivo muy concreto: dotar todos los distritos de Cisjordania y la Franja de Gaza de servicios de salud mental a nivel primario.

 

En el marco de este ambicioso plan – que el gobierno palestino prevé alcanzar antes del 2009-, la organización Médicos del Mundo desarrolla en el distrito de Salfit, en Cisjordania, un proyecto de fortalecimiento de la atención en salud mental desde estructuras de atención primaria.

 

Tina Miñana es, desde octubre del 2006, la responsable de este proyecto así como la coordinadora de Médicos del Mundo en el país. Su función principal es proponer, desde el terreno, la estrategia a seguir. Ella es quien hace el seguimiento operativo del proyecto desde un punto de vista de la gestión y quien promueve nuevas posibles actuaciones en función de las necesidades.

 

Con el proyecto de salud mental en Salfit, Médicos del Mundo busca potenciar el desarrollo del sistema sanitario público y capacitarlo para hacerse cargo de la detección, el tratamiento y el apoyo a las personas que sufren problemas de salud mental. "Apoyamos tanto con infraestructuras como con apoyo técnico y formación" – cuenta Tina Miñana- "También trabajamos a nivel comunitario, incorporando los recursos de la comunidad en el apoyo a la salud mental, y promovemos la sensibilización de la población para reducir el estigma contra las enfermedades mentales".

 

La población beneficiaria del proyecto – estamos hablando de unas 60.000 personas- responde a unas características concretas y vive en una severa situación de conflicto: "No podemos olvidar la presión psicológica que la ocupación ejerce en la población palestina: castigos colectivos, humillaciones, restricción a la movilidad, etc.". Ante esta situación, Miñana recalca la importancia de invertir en prevención y en facilitar la resiliencia, que es la es la capacidad del ser humano de sobreponerse a sus dificultades. "Es una población psicológicamente muy fuerte, yo pierdo los nervios bastante más fácilmente que ellos; viven pérdida tras pérdida pero resisten. Es una situación muy difícil y no se puede negar que tener que convivir con un conflicto agrava la situación de los enfermos mentales"

 

SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN PSICOSOCIAL: DOS PUNTOS CLAVES

"En la sociedad palestina la familia tiene un peso muy importante; el individuo es en tanto que forma parte de una familia". Y esto, cuenta Tina Miñana, tiene dos caras: "Por un lado, tener una familia potente previene enfermedades de salud mental" - la familia da al individuo la estabilidad necesaria para desarrollarse emocionalmente y aprender a tolerar y manejar sus sentimientos - "pero por otro lado, fuerza ciertas condiciones e impide que se puedan tratar ciertos problemas internos". La persona que sufre, por ejemplo, a causa de una boda pactada no puede hablarlo.

 

La coordinadora del proyecto no habla, todavía, de resultados concretos; hay que esperar a que lleguen los datos cuantitativos de la evaluación de la primera fase. No obstante, sí constata que la acogida es buena: "En general no encontramos reticencias: si el servicio funciona, la gente acude a él. Pero es un trabajo lento: tenemos que cambiar la actitud de la sociedad hacia la salud mental".

 

"Los centros de salud mental que actualmente existen tratan un número de pacientes menor del que cabría esperar, teniendo en cuenta la cantidad de población a la que se dirigen". Esto, según Tina Miñana, indica dos posibles escenarios: "que existan menos enfermedades de salud mental gracias a la estructura fuerte de la sociedad, apoyada en una familia que actúa como medida preventiva; o que parte de los posibles pacientes no accedan a estos servicios de salud mental a causa del estigma que suelen conllevar estas enfermedades o a causa de las dificultades de movimiento".

 

Potenciar el apoyo comunitario y fortalecer la relación entre centro de salud y líderes locales son dos de las claves del éxito para este proyecto. "El distrito de Salfit es muy rural; en prácticamente todos los pueblos hay un centro de salud con una enfermera y un médico que va una vez por semana. Nosotros trabajamos con ellos para que sepan detectar casos de enfermedades mentales y los deriven".

 

Y es que vínculo salud-comunidad debe ser permanente. En un país con pocos recursos, hay que prevenir y juntar esfuerzos. "Una paciente que por ejemplo haya detectado el médico del pueblo, hará una terapia ocupacional en el centro de salud mental y luego seguirá trabajando en algún taller de la asociación de mujeres del propio pueblo". Por eso, recalca Miñana, es tan importante conocer todas las organizaciones locales y sus líderes, para poder trabajar con ellos.

 

UNA POBLACIÓN MARCADA POR UN CONFLICTO

Los diagnósticos de los pacientes que asisten a los centros de salud mental hacen referencia, mayoritariamente, a neurosis, trastornos derivados del estrés y somáticos ("un 35% de los pacientes", según la coordinadora del proyecto), y a epilepsias, trastornos orgánicos mentales, retardos mentales o trastornos del comportamiento (otro 35%). "También encontramos trastornos del humor, afectivos – un 12%-, esquizofrenias – otro 12%- y trastornos de personalidad y de abuso de sustancias (en un 6%)".

 

"Es una población muy tocada por el conflicto" – cuenta Tina Miñana. Médicos del Mundo prevé, en una última fase del proyecto, crear una vía de intervención rápida en situaciones traumáticas. "De momento, el nivel de habilidades psicológicas del personal que estamos formando es todavía de base. Pero esperamos, pronto, poder actuar en situaciones concretas de conflicto"

 

SOBRE LA ONG

Médicos del Mundo nació en Francia el 1979 por iniciativa de un grupo de médicos que perseguían un objetivo concreto: preservar el derecho fundamental de acceso a la salud y a la vida digna para cualquier persona. En 1988 Médicos del Mundo se consolidó en España, también por iniciativa de un grupo de sanitarios. Desde entonces, la organización trabaja tanto en desarrollo como en emergencia, en distintas partes del mundo.

 

Miércoles 26 de marzo de 2008

CONSIDERANDO LA SOLUCIÓN DE UN ÚNICO ESTADO

 

Por Khalid Amayreh, Al Ahram Weekly / Rebelión

(Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández)

Como consecuencia de la notoria pérdida de tiempo que suponen las negociaciones con Israel, los palestinos de a pie están empezando a considerar un horizonte más amplio con igualdad de derechos para todos.

 

En vista de que un arrogante Israel no se toma un respiro en la destrucción de la “solución de los dos Estados” y prosigue implacable la expansión de asentamientos en Cisjordania, especialmente en Jerusalén Este, un número cada vez mayor de palestinos, incluidos intelectuales, académicos y la gente normal y corriente están abandonando el objetivo de la “estatalidad palestina”. Su nueva estrategia es la creación de un estado democrático, unitario y laico en toda Palestina-Israel, en el cual árabes y judíos puedan vivir en paz e igualdad.

 

Los defensores de la solución de un solo Estado sostienen que la relativa a los dos Estados está ya finiquitada y que cualquier Estado palestino que pudiera surgir del actual proceso de paz no sería más que un ente deforme e inviable que perpetuaría el conflicto y la violencia en la región. “Un Estado tal constituiría una fórmula segura para guerras futuras, inestabilidad y turbulencias”, expuso uno de sus postulantes durante un reciente simposio sobre la cuestión celebrado en Ramala.

 

Sin duda que el apoyo a la solución de un solo Estado no es nuevo entre los palestinos. Durante muchos años, la Organización para la Liberación de Palestina estuvo pidiendo la creación de un estado laico y no sectario en toda la Palestina del Mandato, donde judíos, musulmanes y cristianos tuvieran garantizados los mismos derechos. Las voces a favor de una patria común árabe y judía en Palestina se dejaron oír entre los palestinos –sobre todo en círculos izquierdistas y comunistas- incluso antes de la creación de Israel en 1948.

 

Sin embargo, los últimos desarrollos, que demuestran el fracaso de supuestos recientes intentos en aras de la paz llevados a cabo a alto nivel, como el de la Conferencia de Annapolis, unidos a la firme negativa de Israel a parar sus actividades de construcción de asentamientos, más la incapacidad y/o falta de voluntad por parte de EE.UU. para presionar a Israel y que detenga su expansión colonial, están convenciendo a un sector importante de las elites palestinas de que la estrategia de la solución de los dos Estados es inútil e irreal y va en detrimento de los intereses nacionales palestinos.

 

Esta semana, un importante líder de Fatah en Cisjordania, Ziad Abu Ein, exigió que se abandonaran los esfuerzos para establecer un estado palestino en Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza, sosteniendo que ya es demasiado tarde para que los palestinos puedan alcanzar ese objetivo, dadas las realidades políticas y demográficas existentes. “Nuestro pueblo debería estar dispuesto a vivir en paz con los judíos sin fanatismo ni intolerancia, basando esa convivencia en los principios de igualdad, de vivir y dejar vivir, y de mutuo respeto”, escribió Abu Ein en un artículo publicado el sábado en una página de Internet que creó para reflejar específicamente estas ideas.

 

Abu Ein hizo un llamamiento a “las naciones del mundo”, a las Naciones Unidas, así como a los judíos israelíes a apoyar y acoger el “deseo de sus hermanos y hermanas palestinas de vivir en paz” en un Estado unitario que se extienda desde el Mediterráneo hasta el Río Jordán. Ese Estado, sostenía Abu Ein, debería verse libre de violencia, racismo y de los esfuerzos de cualquiera de las partes de negar o pisotear los intereses de la otra.

 

No es seguro que esas ideas de Abu Ein se hubieran acordado previamente con los altos dirigentes de Fatah en Ramala. Sin embargo, resulta de interés que aparezcan en medio de la creciente desilusión de muchos palestinos respecto a las negociaciones de paz con Israel, que hasta el momento no han producido resultado tangible alguno. En efecto, la frustración es evidente a todos los niveles en el interior de Fatah. Esta semana, medios favorables a Fatah citaron “fuentes cercanas a Mahmud Abbas” que expresaban que Abbas estaba ya convencido de la inutilidad de las conversaciones de paz con Israel y que estaba considerando la posibilidad de buscar una alternativa a las mismas.

 

No se dieron detalles acerca de la naturaleza de esas posibles “alternativas”, pero palestinos bien informados predicen que las opciones podrían incluir una decisión de Abbas de dimitir y declarar muerto el proceso de paz, desmantelando la Autoridad Palestina, o abandonando la estrategia de la solución de dos Estados y adoptando una lucha estilo sudafricano para conseguir la igualdad religiosa y racial en un estado democrático basado en la fórmula “un hombre, un voto”.

 

Abbas, consciente de las repercusiones negativas de todo eso en sus relaciones con la Administración Bush, se apresuró a negar la información, diciendo que seguía estando comprometido con el proceso de paz y con la solución de los dos Estados.

 

Sin embargo, está claro que una cifra cada vez mayor de palestinos no está concediendo ya ni el beneficio de la duda a la estrategia de los dos Estados. Se estimaba que entre un 25-35% de palestinos respaldaban la solución del Estado único. Sin embargo, es probable que ese porcentaje se eleve sobremanera si las conversaciones de paz en curso entre Israel y Abbas permanecen en punto muerto.

 

Esta semana, una encuesta de opinión dirigida por el fiable Centro para la Política y la Investigación, con sede en Ramala, mostró que si se celebrasen nuevas elecciones presidenciales, Ismail Haniyeh, de Hamas, recibiría un 47% de los votos comparado con el 46% que recibiría Abbas. Esas cifras representan un agudo aumento en la popularidad de Haniyeh. Una encuesta anterior dirigida por el mismo centro y equipo en diciembre, le daba a Haniyeh sólo el 37% de los votos comparado con el 56% para Abbas.

 

La encuesta indica que la firmeza de Hamas frente al duro bloqueo israelí, así como el continuado fracaso del proceso de paz Israel-Abbas, han llevado a más palestinos a apoyar a Hamas. Por su naturaleza misma, esto supone malas noticias para los partidarios de la solución de los dos Estados.

 

A principios de mes, en un simposio celebrado en Ramala, varios defensores de la solución de un Estado único presentaron sus puntos de vista. Sostuvieron de forma convincente que, a la luz de las orientaciones políticas e ideológicas que se extienden por la sociedad judía israelí, cada vez es más remota la posibilidad de que Israel se retire a las fronteras anteriores a 1967, renuncie a Jerusalén Este y desmantele las colonias judías más importantes en Cisjordania. Los participantes defendieron que era incluso menos probable aún que Israel vaya a permitir que una cifra importante de refugiados palestinos vuelvan a sus hogares y pueblos natales como parte de un acuerdo-solución de los dos Estados en lo que ahora se conoce como Israel.

 

Al Ahram Weekly habló con Hazem Al-Kawsmi, uno de los principales organizadores del simposio. Este señaló que la solución de los dos Estados no iba a funcionar, ni ahora ni en el futuro.

 

“No va a funcionar porque el sionismo no quiere llegar a ninguna solución con los palestinos. Quieren la totalidad de la tierra palestina. Quieren seguir controlando las vidas de los palestinos en cada metro de la Palestina histórica. Quieren controlar el oxígeno que los palestinos respiran, el agua que beben y los alimentos que comen. Quieren controlar las fronteras y proseguir con un gran número de controles y quieren mantener nuestras vidas entre muros, alambradas eléctricas y encarcelamiento absoluto”.


Kawsmi dijo que era consciente de que el concepto de la solución de un único Estado era un “anatema” para Israel y para el sionismo.

 

“En los momentos actuales, Israel no está dispuesto a aceptar solución alguna, ni la de los dos Estados ni la del Estado único. Sencillamente, los sionistas no están preparados para llegar a ninguna solución que traiga la paz a la región. Quieren que la paz sea sólo para los israelíes y que los demás se vayan al infierno. Quieren imponer una situación en la que sólo se respeten los intereses sionistas y no les preocupa en nada la situación de quienes están implicados en el conflicto y viven en la región.

 

“Así pues, ya que los sionistas no aceptan en estos momentos ninguna solución y no están dispuestos más que a proseguir con sus designios coloniales, ¿por qué vamos a preocuparnos por lo que ellos podrían aceptar o rechazar? Los palestinos, unidos a todos aquellos que defienden la libertad y la justicia por todo el mundo, deberían iniciar una estrategia construida a partir de la solución de un único Estado, y marchar, paso a paso y con confianza, hacia ese escenario.

 

“El sionismo se acabará un día y esta región será testigo de una nueva era en la que se respetarán los derechos humanos y la justicia se cumplirá. La alternativa a la solución de un único Estado, que es una situación donde ambos pueblos, palestino e israelí, salen ganando por igual, sería iniciar una guerra sin fin a partir de una situación en la que todos salen perdiendo”.

 

Algunos intelectuales palestinos creen que Israel, si llegara a verse forzado a elegir entre el menor de dos males, elegiría la solución de los dos Estados, porque la del Estado único acabaría con el sionismo y reduciría finalmente a los judíos en Israel-Palestina a una minoría numérica. La opción se presenta complicada, a no ser que Israel desee llegar a la solución militar que borre del mapa la causa nacional palestina.

 

Jueves 20 de marzo de 2008

ENTREVISTA AL HISTORIADOR ISRAELÍ ILAN PAPPE, QUIEN APOYÓ UN BOICOT ACADÉMICO A LAS UNIVERSIDADES ISRAELÍES: "NO SOY UN TRAIDOR"

 

Por Ayelet Negev, Ynetnews.com. / Rebelión

(Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.)

El verano pasado, la familia Pappé embaló sus pertenencias, alquiló su espaciosa casa de Israel y se mudó a Gran Bretaña. Desde que su apoyo a un boicot académico a las universidades de Israel se hizo público, el historiador Ilan Pappé, de 54 años, se ha sentido como el enemigo público número uno. Pappé dice que ha recibido amenazas de muerte por teléfono casi a diario.

 

¿No se le ocurrió que haciendo una llamada a un boicot académico a Israel podría incitar al público contra usted?

 

«Apoyé el boicot porque creo que sin presión Israel no pondrá fin a la ocupación. Incluso antes de esa época ya saqué la conclusión de que el proceso de paz permite a Israel encallarse durante tiempo. Cuando en 2003 varias organizaciones internacionales se me acercaron y me preguntaron si yo apoyaría el boicot contesté positivamente.

 

Creo que las cosas sólo cambiarán si Israel recibe un mensaje rotundo de que mientras continúe la ocupación no será un miembro legítimo de la comunidad internacional y que hasta entonces sus académicos, doctores y autores no serán bien recibidos. Un boicot similar al que se impuso a Sudáfrica. Tardó 21 años, pero con el tiempo condujo al fin del Apartheid».

 

¿Apela usted también a un boicot económico a Israel?

 

«Actualmente estoy escribiendo un libro que compara la situación de Israel con la de Sudáfrica y me estoy convenciendo de que, también allí, el boicot económico fue menos eficaz que el cultural. Como hijo de judíos alemanes, sé lo importante que es para nuestras élites formar parte de Europa».

 

¿Apoyó incondicionalmente el boicot?

 

«No, usted no puede recomendar un boicot de su sociedad incondicionalmente, sobre todo cuando afecta a su centro de trabajo, la Universidad de Haifa… La última cosa que disfruto es que una persona ponga un espejo frente a mi sociedad y diga «mire qué fea es». A algunas personas les gusta desafiar y provocar a sus vecinos. A mi no; no escribo para molestar y realmente no los odio, además amo a muchas personas en Israel. No he cometido una traición.

 

Pero soy historiador y ésta es la verdad según la veo: La historia de una víctima y un verdugo. Y la víctima son los palestinos. Sin idealizar a los palestinos, las víctimas no son necesariamente buenas personas, pero en cualquier caso son víctimas».

 

Pappé afirma que su promoción en la Universidad de Haifa fue bloqueada debido a su activismo político. «La Haifa provincial no tenía la voluntad de concederme el rango de profesor. Salí para Inglaterra como doctor y en dos días ascendí dos grados y me convertí en profesor de la Universidad de Exeter», declara.

 

Sin embargo, el presidente de la Universidad de Haifa, Aharon Ben-Zeev, afirma que la universidad aplicó sólo las consideraciones pertinentes en el asunto de la promoción de Pappé. «Aplicamos el criterio ordinario según la constitución de la Universidad: No sólo la cantidad y calidad de publicaciones, sino otras consideraciones que pertenecen a la contribución a la universidad, enseñanza etcétera», explicó.

 

AFIRMACIONES DE LIMPIEZA ÉTNICA

En un artículo publicado esta semana en la revista israelí Mitaam, Revisión de la Literatura y el Pensamiento Radical, titulado «Sobre la destrucción de las ciudades palestinas, primavera de 1948», Pappé mantiene que la afirmación de que los residentes árabes huyeron o dejaron sus casas voluntariamente durante la guerra es falsa y que se llevó a cabo una política de «limpieza» del área árabe como parte de un plan para establecer un estado exclusivamente judío.

 

Pappé hizo afirmaciones similares en su libro The Ethnic Cleansing of Palestine (La limpieza étnica de Palestina) que se publicó en Inglaterra en 2006, y en el que también presentaba testimonios de matanzas de palestinos por soldados judíos.

 

Estas afirmaciones han sido impugnadas por muchos historiadores en Israel y en el extranjero. El Dr. Mordechai Bar-On, investigador asociado del instituto Yad Ben-Zvi y ex parlamentario de la Knesset, califica a Pappé de «propagandista, no historiador». Bar-On dijo que el término «limpieza étnica» es perverso, «porque nunca se había usado antes de las guerras de la antigua Yugoslavia. De hecho hubo lugares donde los árabes fueron expulsados… pero decir que había un plan malévolo desde el principio del sionismo para un traslado forzoso, simplemente es erróneo y perverso».

 

Sin embargo, Pappé insiste en que permitir a los refugiados palestinos que vuelvan a Israel es lo único que puede garantizar la paz en la región.

 

¿Usted estaría dispuesto a abandonar su casa cuando los palestinos regresaran a sus aldeas, cerca de su domicilio en Tivon?

 

«Después de años de trabajo con refugiados de todo el mundo y de asistir a conferencias sobre el derecho de retorno, creo que no existe ese concepto en el lado palestino. Ellos quieren volver entendiendo que vivirán junto a los judíos. No quieren expulsar a nadie. Lo que me convirtió en un gran amante de los palestinos es la voluntad de muchos de ellos de compartir su tierra con nosotros. Incluso personas de Hamás.

 

La razón por la que la mayoría de mis amigos de los Territorios votaron por Hamás no fue porque no quisieran compartir la tierra con los israelíes, sino porque pensaron que Hamás sería más eficaz en la lucha contra la ocupación».

 

¿Utilizando el terror?

 

«Ellos no consideran que esto sea terror. Fatah y Hamás utilizan las herramientas de los débiles porque no tienen aviones o tanques. Son tan violentos como los israelíes, ni más ni menos, con una única diferencia: La diferencia entre la violencia del ocupante y la violencia de los que luchan contra la ocupación».

 

Hace un mes se publicó en el Teheran Times un artículo escrito por usted que se titula «Genocidio en Gaza, limpieza étnica en Cisjordania» ¿Está usted proporcionando al enemigo armas contra nosotros?

 

«Al contrario, yo deseo hablar al pueblo de Irán. Un periódico jordano escribió en su editorial hace un año que, absurdamente, soy el mejor embajador de Israel en el mundo árabe porque decía: si existen israelíes como éste, quizá haya esperanza para la paz con el Estado judío».

 

¿Le gustaría que sus hijos sirvieran en el ejército?

 

«Es su decisión, pero preferiría que no lo hicieran. Mientras Israel tenga un ejército de ocupación, un ejército cruel, no me gustaría que mis hijos formasen parte de él… no creo que haya una persona decente en el mundo que apoye lo que representa Israel. Y me duele decir esto. Amo de verdad a mi país, me gustaría mucho vivir en él, pero también detesto mucho a mi Estado. Todo lo que se refiere a su política contra los palestinos me irrita».

 

Pappé rechaza que sea más sensible al sufrimiento de los palestinos que al de los israelíes. «Me conmociona ver a un niño que perdió una pierna en Sderot y ver a un niño muerto en Gaza. Pero mientras Israel mantenga su posición de que el problema palestino se puede resolver por medio de la fuerza, el lado palestino responderá con la fuerza».

 

«Cuando comprendamos que la única manera es renunciar a algunas ideas ‘santas’ y una vez que los palestinos abandonen la idea del nacionalismo y comprendan que lo que hace falta es un Estado, ni judío ni palestino, sino un Estado de todos los ciudadanos, como en EE.UU., alcanzaremos la paz».

 

Ayelet Negev es un periodista israelí que publica en el diario Yediot Aharonot y en Ynet.

 

Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

 

Jueves 13 de Marzo de 2008

LA GENERACIÓN DE LA NAKBA

 

Por Ziad Abbas, ElectronicIntifada / Rebelión

(Traducido por Nadia Hasan y revisado por Caty R.)

Este año se cumplen 60 años de la Nakba (la catástrofe). 60 años desde que los palestinos nos convertimos en refugiados. Más de 6 millones de refugiados palestinos siguen viviendo lejos de sus aldeas, pueblos y ciudades, como resultado de la invasión sionista que los expulsó de su patria en 1948. Varias generaciones han nacido, han crecido y han muerto en campamentos de refugiados, mientras la comunidad internacional continúa ignorando los derechos políticos de los refugiados palestinos. Lo que más me entristece como refugiado –he nacido y crecido en un campamento y lucho para no morir en uno– es que la generación de la Nakba está muriendo. Sólo quedan unas pocas personas en el campamento que recuerdan las experiencias de sus vidas en las aldeas que nos arrebataron. Sólo quedan unos pocos que pueden contarnos cómo fue ser expulsados, obligados a vivir en una tienda en un campamento de refugiados. Parte de mi trabajo en proyectos mediáticos y de historia oral en el Centro Comunitario y Cultural Ibdaa, en el campamento de refugiados de Dheisheh, consiste en entrevistar a las personas, recolectar historias y componer la Historia que todavía sigue indocumentada, para que cuando las personas mueran sus memorias e historias no mueran con ellas.

 

Este año, el sexagésimo, vine a terminar mis estudios a Estados Unidos y a completar mi aprendizaje trabajando con Middle East Children's Alliance. Antes de venir me propuse hacer todo lo posible para concienciar a los estadounidenses sobre la Nakba y plantear el problema de lo que han significado estos sesenta años para el pueblo palestino. Desde que estoy aquí he podido comprobar que los estadounidenses están ocupados; muchos trabajan doble jornada; sus mentes están ocupadas con sus preocupaciones cotidianas. A muchas personas no les importa, no tienen tiempo para prestar atención, o simplemente no quieren saber qué pasa en Palestina, en Irak, o en el resto del mundo. Esto me recuerda lo que me dijo mi tío Mahmud justo antes de irme.

 

Mi tío Mahmud es de la generación de la Nakba. Actualmente tiene 78 años y ha vivido durante 60 en el campamento de refugiados de Dheisheh. Tenía 18 cuando fue expulsado de la aldea de Jirash, ubicada al oeste de Jerusalén y que actualmente está despoblada, convertida por el gobierno israelí en una reserva nacional. Mi tío está enfermo. No puede moverse ni caminar. Fui a visitarlo al campamento antes de irme de Palestina, ya que estaba preocupado porque durante mi estancia en Estados Unidos él pudiera morir. Le dije que iba a Estados Unidos para estudiar y que me llevaba una de las llaves de la familia. Me preguntó por qué y le respondí que para mostrársela a los estadounidenses, para explicarles que teníamos casas, que teníamos aldeas, para explicarles que todavía tenemos las llaves de nuestras casas a pesar de que fueron destruidas hace 60 años y que nosotros aún tenemos derechos sobre la tierra. Mi tío hizo una pausa y luego dijo sarcásticamente: «¿Qué estadounidenses?», «¿A quién le importamos en Estados Unidos?». Le dije que, en vista que el gobierno estadounidense apoya la ocupación israelí, es importante que el pueblo sepa nuestra situación y nuestros derechos políticos. Me dijo: «He vivido en este campamento de refugiados durante 60 años. He visto gente de todas partes del mundo, incluidos estadounidenses, que han venido a visitarnos, pero no ha cambiado nada. Seguimos en el campamento». Mi tío cree que a la gente no le importa el sufrimiento de los refugiados palestinos o nuestro deseo de volver a nuestros hogares.

 

Mi tío fue el primero que me llevó a nuestra aldea –destruida–, Zakariah, y a la de mi madre, también destruida, Jirash. Fue él quien me enseñó la historia de lo que pasó en 1948. Fue él quien me acompañó cada vez que recorrí el campamento con delegaciones de Estados Unidos, de Europa, e incluso estudiantes israelíes. Fue él quien les explicó la historia de la Nakba.

 

En su aldea mi tío era un campesino, pero después, al convertirse en refugiado, dejó de serlo. Cuando él y su familia cerraron la puerta de su casa se llevaron la llave, ya que pensaban que podrían volver unos pocos días después, cuando la violencia llegara a su fin. En el campamento, mi tío no quiso construir otro piso sobre su casa a pesar de que la familia seguía creciendo. Insistía en que esa casa era temporal, que muy pronto podría volver a su hogar en la aldea. Durante su vida en el campamento ha visto cómo los asentamientos israelíes se han tragado Palestina, ha visto la construcción de muros y prisiones y ha visto muchos asesinatos. Perdió a su hijo durante la primera Intifada en 1989. En ese momento el campamento de Dheisheh se convirtió en una prisión, con una barrera de 8 metros de alto rodeándolo y sólo una vía de escape. Hoy toda Palestina se ha convertido en una prisión. Mi tío Mahmud ha vivido toda su vida adulta en una prisión.

 

El mes pasado, el presidente de Estados Unidos George W. Bush visitó Palestina para algunas negociaciones de último hora antes de abandonar la Casa Blanca. Pasó muy cerca de mi campamento cuando visitó la Iglesia de la Natividad en Belén. Una vez más negó el derecho al retorno de los refugiados palestinos. No es consciente de lo profundo que es el compromiso de los refugiados palestinos con este derecho. Nunca conoció a mi tío o a los cientos de niños que aprendieron de sus abuelos la fortaleza y el compromiso con el derecho al retorno. La generación de mi tío ha entregado las llaves a la nueva generación, que se las entregará a la siguiente. Mi madre falleció hace 20 años. Me pidió que cuando volvamos a la aldea entierre sus restos allí. Los de la generación de la Nakba que todavía siguen con nosotros finalmente están partiendo. En vez de soñar con vivir en su patria, sueñan con que los entierren en ella. Sus hijos, como yo y la nueva generación, los niños que nacieron aquí, juegan y bailan en las calles de este campamento; y hoy cargan con las pesadas llaves de sus hogares, con la lucha por sus derechos y con el sueño de volver a casa.

 

Ziad Abbas es periodista y codirector del Centro Cultural y Comunitario Ibdaa, en el campamento de refugiados de Dheisheh, en Palestina. Actualmente se encuentra cursando sus estudios en Estados Unidos y trabaja en el Middle East Children's Alliance (MECA).

 

Nadia Hasan y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.

 

Jueves 13 de marzo de 2008

"GAZA VIVE UN APARTHEID COMO EL DE SUDÁFRICA"

 

Por Kamala Orozco y Florence Cassam, El Tiempo de Hoy - España

El director del Centro para los Derechos Humanos de Gaza, el abogado Raji Sourani, es pesimista sobre la situación en esta zona, escenario una vez más de la última incursión israelí en la Franja, ocurrida la semana pasada.

 

Con alrededor de setenta víctimas mortales, se considera que los últimos ataques del Ejército israelí sobre la ciudad de Gaza son las incursiones más violentas desde 2005. Se originaron en respuesta al primer atentado suicida palestino desde hace un año, ocurrido el 4 de febrero. Desde entonces, israelíes y palestinos se encuentran, una vez más, en medio de una espiral de violencia que, también una vez más, pone en el borde del precipicio las esperanzas de un acuerdo de paz, en este caso el diseñado en la Conferencia de Annapolis en noviembre.

 

Raji Sourani cuenta cómo mueren niños y civiles en Gaza todos los días por el bombardeo israelí, y que los proyectiles destruyen el sistema de alcantarillado y las centrales eléctricas. Relata que en un territorio de 365 kilómetros cuadrados y 1,7 millones de habitantes en la pobreza lo normal es la violencia. Pero habla de ello con paz porque sabe cómo controlar su ira, pese a que hay veces que “se supera la tolerancia humana”. Cree en la defensa de los derechos humanos a través de la palabra y advierte de que si los activistas como él se rinden, “si nos dejamos llevar por la ira, surgirán otros Bin Laden en la zona”. Sourani ha sido preso de conciencia de Amnistía Internacional, ha sufrido torturas, aislamiento, confinamiento y desde hace años no puede viajar a Cisjordania, ni a Jerusalén, ni entrar en Israel. “Esto no es Gaza; es el infierno”, afirma.

 

¿Cuál es la situación en Gaza después del nuevo cierre de la frontera con Egipto?

 

Hemos vuelto a la situación de antes del 17 de enero de 2008, lo que significa que Gaza sigue sufriendo una asfixia social y económica. La situación de la gente es parecida a la de los animales. Es tan triste, tan horrible, tan impresentable... Hay que castigar las violaciones de los derechos humanos, tenemos que proteger a los civiles que se encuentran en el ojo mismo de la tormenta de la violencia.

 

¿Hay alguna esperanza?

 

Creo que la esperanza que permite que las personas sigan moviéndose puede tener que ver con la tristeza, el horror, la muerte de civiles, el embargo... No pueden circular libremente, saben que viven bajo un estado de ocupación desde 1948. La existencia de reglas de apartheid, la separación étnica de Jerusalén, las colonias y su extensión, son cosas que todo el mundo sabe, pero nadie nos ayuda. Cisjordania tiene seiscientos controles, es misión imposible circular entre Gaza y Cisjordania. Estamos viviendo un estado de apartheid parecido al que existía antes en Sudáfrica.

 

Siete meses después de la toma del poder de Hamás en Gaza este territorio está en una situación extrema. Ellos abrieron el muro y han ayudado después a Egipto a que la gente volviera a Gaza. ¿Ha sido una demostración de poder de Hamás?

 

Hamás es el partido mayoritario en los territorios ocupados. Entró en el proceso democrático en enero de 2006 y ganó las elecciones con una mayoría absoluta, no son unos bandidos que robaron el poder. Lo que pasó en el mes de junio de 2007 fue horrible, a ningún palestino le gustó. Descubrimos que entre nosotros puede estallar una guerra civil. El hecho de cerrar de nuevo esta frontera no significa mucho a nivel económico y político para la Franja.

 

¿Qué podría ayudar a resolver los problemas entre Al Fatah y Hamás?

 

El diálogo es una obligación. Tiene que haber diálogo. Creo que el problema no se debe solamente a divergencias internas, también se debe a una presión política extrema ejercida sobre el presidente Mahmud Abbas por parte de Estados Unidos e Israel.

 

¿Hay alguna manera de que Israel cumpla las resoluciones de la ONU y deje de bombardear Gaza?

 

Desde los encuentros de Madrid en 1991 estamos en el punto más alejado de un acuerdo de paz con Israel, que ha continuado matando a civiles, cometiendo crímenes de guerra en contra de los palestinos y construyendo un muro de separación en Cisjordania. El número de colonias se ha multiplicado por dos. Hace 17 años por lo menos podíamos movernos entre Cisjordania y Gaza, ahora resulta completamente imposible. Se trata de la ley de la jungla, sencillamente. No estamos pidiendo nada más que el respeto a las leyes, a los derechos humanos. ¿Es demasiado pedirlo para los palestinos? ¿Nuestra sangre es más barata que la de los demás? Por eso gente como yo militamos en favor de los derechos humanos. No somos los defensores de Al Fatah ni de Hamás, somos los defensores de los civiles palestinos que son agredidos, asesinados. Por supuesto, la política estadounidense pone a Israel por encima del Derecho Internacional. EE .UU. le da a Israel una inmunidad completa y parece que Europa también está adoptando esta actitud. Europa es muy tímida, ni siquiera se atreve a hacer crítica alguna a Israel. Esta actitud es lamentable y está afectando a la situación, reconociendo la ocupación.

 

Bush está empeñado en lograr un acuerdo entre palestinos e israelíes antes de terminar su mandato. Pero en la última conferencia de paz no parece que hubiera ningún cambio.

 

No creo que Annapolis significara algo para nadie en la región. Yo, personalmente, no tenía ninguna ilusión. Lo que importa es que, por ejemplo, no hay luz en Gaza, centenares de personas dependen de la electricidad para hacerse su diálisis y, sin ella, van a morir. Lo que me interesa es que este Estado que llamamos Israel respete los derechos humanos y no lo está haciendo. Annapolis no tiene ningún sentido, no es nada más que otro papel. No significa nada.

 

¿Qué pueden hacer los países árabes para apoyar a los palestinos?

 

Tenemos una verdadera fuerza democrática en Palestina, dentro del mundo árabe. En enero de 2005, después de la muerte del presidente Arafat, hubo un momento fantástico de transición política. Después tuvieron lugar las elecciones municipales y fue otra experiencia excepcional, fantástica. En enero de 2006 fueron las elecciones legislativas. Generaron mucho orgullo, para mí, para todos los demócratas, no sólo en Palestina sino en la región, porque significaba que la democracia puede funcionar a pesar de la ocupación, pese a todo tipo de restricciones. ¿Qué ocurrió? Europa no reconoció las elecciones, las boicoteó, sancionando así a todos los palestinos, incluidos los civiles. El impacto fue como un tiro en la cabeza. La mayoría de los regímenes en la región y en el mundo árabe son dictaduras que oprimen las leyes, los derechos humanos. Con su actitud, Europa les ayudó a justificar esas opresiones, esas violaciones de los derechos humanos y la falta de respeto a las reglas democráticas. No tenemos ninguna ilusión en referencia a los regímenes árabes, que limitan a la sociedad civil en sus países. Europa apenas puede expresar su simpatía por los palestinos y apoyarles. Por mi parte esto justifica las críticas respecto a la actitud de Europa.

 

Miércoles 12 de marzo de 2008

DE ANNAPOLIS A GAZA

 

Por Denis Sieffert, Politis.fr. / Rebelión

(Traducido por Caty R.)

¡Y aquí tenemos a Condoleezza Rice en Oriente Próximo llamando, como si no hubiera pasado nada, a la «reanudación de las negociaciones israelopalestinas»! Sin duda la retórica diplomática nunca ha estado tan lejos de la realidad palestina como en estos primeros días de marzo de 2008.

 

Mientras la Secretaria de Estado estadounidense invoca el proceso de paz de Annapolis, los habitantes de los campos de Jabaliya y Khan Younis cuentan sus muertos. Después de cinco días de infierno, los supervivientes emergen de las ruinas de sus casas intentado salvar a sus heridos, quemados o mutilados, que agonizan en hospitales improvisados. Y cuando Rice denuncia la violencia, no se refiere a la de los aviones y tanques israelíes que asesinaron a 120 personas, entre ellas a 22 niños, sino a la de los lanzadores de cohetes Qassam. Su problema no es la injusticia en un territorio económica y socialmente asfixiado, sino la rebeldía que provoca esa injusticia. Como si Hamás acabase de inventar el conflicto israelopalestino. Sin embargo, cualesquiera que sean nuestras emociones, no hay que tomarse a la ligera lo que Condoleezza Rice denomina «el proceso de Annapolis». Realmente no se trata de un proceso de paz en el sentido que podrían entender los palestinos, sino exactamente de una estrategia que pasa, sin duda, por la aniquilación de cualquier resistencia al proyecto colonial israelí. Es decir, la paz de los vencedores.

 

En Cisjordania el proyecto ya es conocido. Se trata de programas de expansión de las colonias que el gobierno israelí aprovecha para confirmar en cualquier ocasión. Se trata del fraccionamiento del territorio y la confiscación de los recursos. En Gaza, obviamente, la situación es diferente. Al retirarse de esta estrecha franja de tierra, en agosto de 2005, cerrándola y privándola de cualquier salida por tierra mar y aire y, consecuentemente, de cualquier comunicación con Cisjordania, Israel inventó la colonización sin colonias. En Gaza, todavía menos que en Ramala, no hay etapas intermedias posibles.

 

Para que esta población de un millón y medio de personas pueda vivir, es necesario un Estado palestino con todos los atributos económicos y políticos de la soberanía. La miseria organizada, y agravada desde 2005, añadida a la ausencia de perspectivas, dio un impulso suplementario a Hamás y a los lanzadores de cohetes. Y, como siempre en este conflicto, después ha bastado una hábil propaganda para tergiversar el orden de las causas y las consecuencias. Y después de esto nos asombra el incremento del odio inefable del mundo árabe musulmán. Como si no tuviera más origen que el religioso o la diferencia de civilizaciones; signo de los tiempos: hace pocos días el hombre que promete borrar a Israel del mapa, el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, era recibido triunfalmente por el nuevo régimen de Bagdad, incluso aunque éste ha sido establecido por la guerra estadounidense. Pronto habrá que debilitarlo y aislarlo para regular el conflicto que abastece todos los odios en la región y alimenta su discurso.

 

Pero regular el conflicto, además de una descolonización que Israel no quiere, es también reconocer al pueblo palestino tal como es y tal como ha llegado a ser a fuerza de injusticias y desprecios. Por lo tanto se trata de reconocer plenamente a Hamás. Eso no es cuestionable. Pero, paradójicamente, una parte de las bazas está hoy en las manos de un hombre políticamente debilitado: Mahmud Abbas. Mientras los niños palestinos mueren bajo las bombas en Gaza, no puede seguir fingiendo que cree en el proceso de paz de Annapolis. Y menos cuando sus «socios» israelíes, por otra parte, no le dan ninguna prueba. Ni siquiera ha podido conseguir de ellos la congelación de los próximos programas de colonización en Cisjordania. Actualmente, Abbas está frente a una elección extrema: o acepta la mano tendida de Hamás, que le propone formar «sin condiciones previas» un gobierno de unión nacional y rehace así la unidad de su pueblo obligando finalmente a la comunidad internacional (y en primer lugar, quizá, a Europa) a reconocer a Hamás (1), lo que es también una forma de obligar a Hamás a reconocer a Israel, o, tras unos momentos de luto, regresa al «proceso de paz de Annapolis» dando, de alguna manera, luz verde al aplastamiento de Gaza y de todo el que, en Cisjordania, manifieste su solidaridad. Entonces la paz de Annapolis ya no será una ficción total, sino el nombre otorgado por los israelíes y estadounidenses al estado de la zona después de la masacre.

 

(1) La posición francesa cada vez es más confusa. Algunos días después de la promesa hecha en la cena del CRIF (Consejo representativo de las uniones judías de Francia, N. de T.) por Sarkozy de no estrechar nunca la mano de un movimiento que no reconozca a Israel, Bernard Kouchner, el lunes en France Inter, clamaba por un proceso político y «negociaciones»... ¿Con Hamás?

 

Denis Sieffert es periodista francés, director de redacción del semanario Politis y especialista en las cuestiones israelopalestinas. Ha escrito tres ensayos editados por La Découverte: La guerre israelienne de l’information (2003), en colaboración con la fotógrafa Joss Dray; Israel-Palestine, une passion française (2005), sobre la influencia del conflicto israelopalestino en la sociedad francesa; y Comment peut-on être (vraiment) républicain? (2006), que plantea el problema de la confusión conceptual que se apoderó del término «República» en el discurso político francés.

 

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.

 

Miércoles 12 de marzo de 2008

POESÍA CON TANQUES BAJO LA VENTANA

 

Por Juan Miguel Muñoz, Diario El País - España

Agazapado en la frontera que delimita el hastío, el horror y la esperanza, el autor palestino de Estado de sitio y figura de las letras árabes habla de poesía, guerra y memoria con motivo de la publicación en España de su Poesía escogida.

 

En tiempos difíciles para la poesía, Mahmud Darwix, hombre al que le cuesta sonreír, resiste. El poeta por excelencia desde Marruecos hasta Irak, nacido en 1941 en el pueblo palestino de Birwa, muy cerca de Acre, borrado del mapa por las milicias judías siete años después, vive a caballo entre Ramala (Cisjordania) y Ammán, recita en estadios de Beirut o viaja a El Cairo.

 

"Los palestinos ríen, viven y hasta tienen una muerte normal, no sólo los matan"

 

"La poesía te hace sentirte libre; tal vez es una ilusión, pero es esencial"

 

Para regresar a su tierra necesita permiso del Gobierno hebreo. Rara vez se lo concede. "A veces voy a ver la tierra de mi memoria. El lugar de mi lengua está allí", comenta Darwix, que recibe a EL PAÍS en Ramala con motivo de la nueva edición española de su Poesía escogida (Pre-Textos), en traducción de Luz Gómez García.

 

Embargado por un acendrado pesimismo, le disgusta la evolución de los países musulmanes, cada día más anclados en la religión; detesta las políticas de Estados Unidos e Israel en la región, y no atisba solución al eterno conflicto. Sólo resta un resquicio al que aferrarse. Su sueño: "Mejorar mi poesía. Escribir poesía pura".

 

En su bello y pulcro a la par que modesto despacho del centro cultural Shakakini, Darwix explica que su poesía no es fácil. "Se necesita conocer la mitología de Oriente Medio. No me gusta escribir poemas unívocos, deben tener muchas interpretaciones". Y en permanente evolución, aborda ahora la causa palestina, de la que fue gran abanderado, de otro modo. "Creo que no hay una ruptura entre el pasado y el presente, que se pueden hallar las mismas semillas a lo largo de mi obra. Pero ahora me esfuerzo más en la estética, no sólo en reflejar la realidad. Intento humanizar nuestra causa. Los palestinos son seres humanos que ríen, viven, e incluso tienen una muerte normal. No sólo los matan".

 

Cuando se le sugiere que hay gente a la que no agrada su obra, responde: "Sí, pero también hay quien prefiere la poesía que escribo ahora. Me ruboriza decirlo, pero soy el poeta más famoso en el mundo árabe, tengo nuevos lectores, muchos son muy jóvenes, y compran mis libros. Todavía pertenezco al futuro, que está en las nuevas generaciones".

 

Tampoco las tendencias actuales, según él, abonan el campo para la creación poética. "Las nuevas tecnologías y los medios de comunicación han orillado a la poesía. Ya no ocupa el lugar que ocupaba antes en el mundo. No es una crisis exclusiva del ámbito árabe, sucede en todo el planeta. Ya no hay lectores de Lorca o Alberti".

 

No va a renunciar, por mucho que se impongan las tendencias modernas o por muchas críticas que pueda recibir de sus compatriotas. Es su sueño. "Para escribir poesía pura hay que liberarse de la presión de la Historia, aunque sé que no es posible. Quiero que mi poesía se acerque a la música, algo que todos pueden entender. Y que mi país sea libre. Entonces podré decir cosas buenas de Israel. Entonces podré elegir el exilio, si quiero. Deseo que mi país tenga una vida normal. No quiero ni héroes ni víctimas".

 

La poesía, como los territorios palestinos, sufre un asedio. El centro cultural que dirige el poeta fue tomado al asalto en 2002: "Los soldados israelíes destrozaron parte de los archivos. No lo perdí todo. Sólo fue una revancha porque había recibido a una delegación de escritores, entre ellos José Saramago, Wole Soyinka y Juan Goytisolo", explica. En esa época creó su obra Estado de sitio. "La escribí con los tanques debajo de mi casa. Fue una gran terapia para el alma. La poesía te hace sentirte libre, te conduce a otro sitio. Tal vez es una ilusión, pero es esencial", señala Darwix.

 

Desde su infancia conoció experiencias traumáticas: el despojo, la cárcel, el destierro. La familia fue expulsada de Galilea en 1948. Él regresó de forma clandestina al año. El activismo político en la izquierda le llevó a prisión. A comienzos de los setenta comenzó su peregrinaje. Marchó a Moscú. Más tarde a El Cairo. Después a Líbano. Y de nuevo, en 1982, ya bajo asedio israelí, a Beirut. "El exilio es parte de mí. Cuando vivo en el exilio llevo mi tierra conmigo. Cuando vivo en mi tierra, siento el exilio conmigo. La ocupación es el exilio. La ausencia de justicia es el exilio. Permanecer horas en un control militar es el exilio. Saber que el futuro no será mejor que el presente es el exilio. El porvenir es siempre peor para nosotros. Eso es el exilio".

 

"La arrogancia es enemiga de la inteligencia"

 

Ha asegurado que se ha puesto una coraza; que logra, desde hace años, dominar sus sentimientos. Pero, como el té hirviendo que se sirve en Palestina, queda mucho del fuego juvenil, aunque expresado sin estridencias.

 

En su poema Contrapunto, dedicado a Edward Said, escribe: "No os fiéis del caballo, ni de la modernidad".

 

Aludo a los indios de América. Los blancos trajeron la modernidad en ese caballo. Ahora puede aplicarse a lo que pasa en Oriente Próximo. El tanque aquí es ese caballo.

 

Los países árabes se distancian de la modernidad. Crece sin pausa el fenómeno religioso.

 

Los pueblos son mucho más creyentes que hace 40 años, por la depresión y el conflicto entre los extremismos israelí y musulmán. ¿Qué hace Israel en las granjas libanesas de Chebá? Sólo ofrecer una justificación política a Hezbolá. ¿Qué ha logrado la invasión de Irak? Dar fuerza a esos movimientos. Nadie en el mundo árabe cree en la política estadounidense. La religión es la respuesta fácil a las cuestiones complejas.

 

¿Puede frenarse esa islamización?

 

Sí, si hubiera estabilidad, justicia, dignidad y democracia. Si hay esperanza y trabajo, la gente será más moderada. EE .UU. debe retirarse de Irak y dejar de prometer democracia con tanques. Israel debe comprender que no puede tener el monopolio de la tierra y el monopolio de la historia en esta tierra. Un dirigente israelí ha dicho que causarían un holocausto a los palestinos. No esperaba que usaran este término referido a nosotros. Están volviéndose locos. Han perdido su inteligencia, porque la arrogancia es enemiga de la inteligencia.

 

¿Cuál es la mejor manera de luchar contra la ocupación?

 

Esto es una prisión. Nuestra vida no es vida, pero es mejor que la muerte. Es muy triste vivir bajo ocupación. La primera Intifada (la de las piedras contra los tanques) es el modelo. Provocó un cambio en la comunidad judía mundial y la opinión pública del planeta comprendió mejor al pueblo palestino. Creo que no volveremos a ese camino. No veo solución. El proceso de paz ha fracasado. Militarmente, no podemos. El presente es muy frágil. Nadie ve el futuro. Sólo el pasado es sólido. No hay luz al final del túnel, todo es oscuro. El actual proceso de paz no conduce a nada: Israel está haciendo imposible la paz

 

Martes 11 de marzo de 2008

EL SILENCIO ES CÓMPLICE DEL HOLOCAUSTO PALESTINO

 

Por Suhail Hani Daher Akel (*)

 

Apelar a la seguridad encerrando a otro pueblo es inaceptable. Con un típico lenguaje nazi, el viceministro de Defensa israelí, Matan Vilnai, amenazó con un Shoah (Holocausto en hebreo) en la Franja de Gaza: "Si el  fuego de los Qassam se intensifica y los cohetes alcanzan una gama mayor, ellos (los palestinos) traerán sobre si mismos un Holocausto más grande, porque utilizaremos todo nuestro poder para defendernos" (radio del ejercito israelí, febrero 28, 2008). Entre los cruces de palabras, el Jefe Político de Hamas, Khaled Mishaal, expresó: “...si ustedes (los israelíes) eligieron invadir a Gaza, entonces 1.5 millones de ciudadanos palestinos lucharán como un león aunque sus armas sean simples y primitivas”.

 

En políticas similares a la actitud y la verborragia sionista del ministro Vilnai, los nazis destruyeron los Ghettos para derrotar la resistencia europea-judía, al igual que Israel destruyó la infraestructura nacional palestina para destruir la legítima resistencia. Así como los nazis restringieron los servicios públicos esenciales tales como el agua y la electricidad, el gobierno israelí se lo restringió a los palestinos en Gaza. Así como los nazis limitaron a los habitantes judíos del cuidado sanitario adecuado, los israelíes redujeron el cuidado de salud en Gaza y suspendieron los suministros médicos locales. Al igual que los nazis que encarcelaron cruelmente a miles de personas en sus campos de concentración, el gobierno israelí retiene desde años a más de 12.000 prisioneros palestinos en estado inhumano. Del mismo modo que los nazis aplicaron su Shoah, el régimen israelí se lo aplicó al pueblo palestino.

 

El 3 de marzo fue el día más sangriento, 67 palestinos, incluyendo 24 niños y 1 bebé, fueron muertos y 268 heridos, durante la “Operación Invierno Caliente” por tierra y aire realizado por la Fuerza de Ocupación Israelí-FOI en Gaza. Desde febrero 27, durante 120 horas de incursiones la FOI asesinó a 132 palestinos, incluyendo 41 niños, 14 mujeres y 3 bebés, 391 heridos, muchos de ellos en condiciones graves y 281 palestinos secuestrados. En los últimos dos años la FOI mató a 668 palestinos.

 

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, condenó a Israel el 1° de marzo. Asimismo, condenó el lanzamiento de mísiles palestinos, sin tomar en cuenta, que Israel es el Poder Nuclear y Ocupante, y los mísiles (con poco poder de fuego) forman parte de la resistencia palestina contra el terrorismo de Estado israelí, los aviones de guerra F16, los helicópteros Apache y los blindados Abrams y Merkeva que arrasaron al pueblo civil palestino en sus casas, aldeas, ciudades, campos de refugiados y profanaron los Lugares Sagrados de la humanidad, destruyendo su infraestructura.

 

Ignorando la condena, el ejército de ocupación y la fuerza aérea israelí continuaron atacando la Franja de Gaza durante todo  el sábado. El domingo 2 de marzo, sus aviones de guerra F16 atacaron la oficina del premier Ismael Haniye de Hamas con intenciones de asesinarlo, matando a 10 palestinos en Gaza y 4 en la Ribera Occidental. Asimismo, los estadounidenses F16 se dirigieron a la sede del Sindicato de Obreros Palestinos en el barrio de Saftawi, al norte de la ciudad de Gaza, demoliendo el edificio por completo. Días antes, habían bombardeado el Ministerio de Interior y el 4 de marzo, dos misiles lanzados desde esos mismos aviones volaron el edificio de cinco pisos de la Federación General de Sindicatos Palestinos en Gaza, matando a 6 civiles.

 

Durante ese agrio domingo negro, en la reunión de gabinete israelí, el vice primer  ministro Haim Ramon le preguntó a Ehud Barak porqué la Fuerza no dirigió el fuego masivo sobre las áreas de las cuales se está lanzando los mísiles Qassam, expresándole Ramon: “según el derecho internacional, usted puede hacer eso”...“en la segunda guerra del Líbano estaba claro que si nos disparaban dentro de una aldea, podíamos atacarlos incluso en áreas pobladas” (...). Israel se refiere al derecho internacional cuando se trata de su propia conveniencia, pero desconoce sus obligaciones dentro de la ley internacional relativa a la protección de personas civiles en tiempo de guerra, según los artículos 31-32, 33, 146-147 de la Cuarta Convención de Ginebra.

 

Luego de la visita del presidente George W. Bush a la región y sus falaces promesas, las masacres en Palestina Ocupada se potenciaron en sigilosa coordinación con la administración estadounidense y las fuerzas regionales. Trasladando nuestra memoria a la guerra del Líbano en julio 2006.

 

A la luz del genocidio en la Franja de Gaza, en la zona norte de Palestina (Ribera Occidental) y en la capital Jerusalén, las Altas Partes Contratantes, en particular los Estados miembros de la Unión Europea, deben aplicar sus obligaciones legales bajo el artículo común 1 de las Convenciones de Ginebra y el artículo 146 de la Cuarta Convención de Ginebra. La falta de responsabilidad internacional solo conducirá a perdurables Crímenes de Guerra con mayor impunidad.

 

Además del robo de tierra, la entidad sionista estuvo cometiendo un silencioso Holocausto contra los ciudadanos palestinos desde hace 60 años. La limpieza étnica, la expropiación y anexión de tierras palestinas de Jerusalén Este, la construcción ilegal del Muro de Apartheid, la construcción de asentamientos ilegales y la demolición de viviendas palestinas, siguen siendo una espina en el corazón de la armonía. Mantener el silencio, es ser cómplice del Holocausto palestino.

 

Por lo tanto, el premier Ehud Olmert, el presidente Shimon Peres, el ministro de Defensa Ehud Barak con su gabinete y los Generales militares israelíes responsables de las masacres en Palestina, deben ser juzgados como Criminales de Guerra en tribunales internacionales similares a los de Nüremberg. Basados entre otras acusaciones, en tres cargos elementales: 1) Crímenes contra la Humanidad: por genocidio, limpieza étnica, secuestro y deportación; 2) Crímenes de Guerra: por la violación a las leyes de guerra; 3) Crímenes contra la paz: por librar guerras de ocupación y agresión, violando los acuerdos y tratados internacionales. De igual modo, se debe procesar por Crímenes de Guerra al Presidente Bush con su gabinete por el genocidio contra el pueblo de Irak, Afganistán, Cuba y su complicidad con Israel en sus crímenes contra el pueblo palestino y libanés.

 

En medio de una política de expansión e instaurando pretextos para descalificar la resistencia Palestina, Israel no asume su responsabilidad de Potencia Ocupante. Creando su propia e inevitable destrucción e insistiendo con el absurdo que puede existir solamente si niega los derechos nacionales y los derechos humanos básicos de los palestinos.

 

(*) Ex Embajador del Estado de Palestina en la Argentina/ Marzo 2008

 

Domingo 9 de marzo de 2008

ISRAEL ES DECLARADO CULPABLE DE CRÍMENES DE GUERRA Y GENOCIDIO CONTRA EL PUEBLO LIBANÉS

 

Por Ángeles Maestro (CEPRID)

En la ciudad de Bruselas, sede del Cuartel General de la OTAN y capital de la Unión Europea, ha tenido lugar del 22 al 24 de febrero un importante acontecimiento de signo bien distinto al de los intereses del capital y la guerra que en ella residen. Los de una OTAN que comanda en la sombra las tropas de la FINUL desplegadas no en el país agresor –Israel - sino ocupando el Líbano, y los de una Unión Europea que en el colmo del cinismo mantiene un Acuerdo Comercial Preferente con Israel desde 1997, cuya vigencia está (sic) supeditada al “respeto de los derechos humanos por parte de éste”.

 

Por primera vez en la sangrienta historia del Estado sionista, un Tribunal Popular se ha reunido para juzgar a Israel por las acciones perpetradas contra el pueblo libanés entre el 12 de julio y el 24 de agosto de 2006 y le ha declarado culpable de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.

 

Nadie lo había hecho hasta ahora. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que decidió crear un Tribunal Internacional exclusivamente para procesar a los autores del asesinato de Rafik Hariri, no consideró de interés atender las repetidas demandas de organizaciones libanesas para que hiciera otro tanto para juzgar el asesinato de miles de civiles y, como salvajemente han declarado dirigentes israelíes, la destrucción de gran parte del país de los cedros para hacerle retroceder 20 años.

 

Según el texto de la convocatoria, este Tribunal Internacional de conciencia para el Líbano fue convocado con unos fines bien precisos y limitaciones concretas: “se inscribe en la lucha contra la impunidad de todos los crímenes cometidos, pretende promover el derecho internacional y en particular el derecho humanitario y sitúa el respeto a los derechos humanos fundamentales por encima de cualquier otra consideración (…) Este proyecto no incluye ningún debate político sobre las relaciones entre Israel y sus vecinos, ni sobre la cuestión palestina”

 

No ha sido fácil la tarea de preparación del mismo para la Comisión Organizadora encabezada por la escritora libanesa Leila Ghanem. La larga mano de las embajadas de EE.UU. e Israel y del Mossad ha intentado por todos los medios impedir que el Tribunal sesionase. Por dos veces se anuló el permiso para utilizar sendas salas de la Universidad de Bruselas para la celebración de la audiencia, las presiones sobre el hotel previsto para alojar a las delegaciones extranjeras obligaron a realizar cambios de última hora, hubo amenazas telefónicas a los miembros de la Comisión, se negaron visados a abogados y magistrados que habían comprometido su presencia, a alcaldes de pueblos masacrados que iban a acudir a testificar, así como a Hisham Bastawisi, juez del Tribunal de Apelación de Egipto, a quien el gobierno de su país le impidió asistir.

 

Esta vez el sabotaje no fue suficiente. El Tribunal, presidido por la jueza colombiana Lilia Solano, estaba integrado además por Rajindar Sachar, ex presidente del Tribunal Supremo de Nueva Delhi, India, Claudio Moffa, profesor de la Universidad Téramo, Italia, y por el juez Adolfo Abascal de Cuba, juzgó y sentenció.

 

Ha sido sólo una condena ética, de conciencia, la única alcance de los pueblos, por ahora, pero que ha servido para sacar a la luz la magnitud de los crímenes y dejar en evidencia la vergüenza de la “comunidad internacional”. Al menos ante los pueblos árabes, para quienes Al Jazeera retransmitió íntegramente los trabajos del Tribunal; el resto de los grandes medios – quien paga manda – no lo consideraron de interés. La nutrida representación internacional de los cinco continentes que contaba, entre otros con la presencia de Georges Labica, Francia, Miguel Urbano, Portugal, Paola Manduca y Luisa Morgantini, Italia, John Catalinotto, EE.UU., Ángeles Maestro (Estado español), etc.

 

LOS TESTIMONIOS Y LOS INFORMES

La declaración del International Action Center de EE.UU. que preside Ramsey Clark, leída por John Catalinotto, dio comienzo a las intervenciones y calentó rápidamente la temperatura política de la sala. Su breve pero denso informe concluía que EE.UU. ha tenido tanta responsabilidad como Israel en el ataque a Líbano y que este no se habría producido sin la complicidad estadounidense.

 

Citó sendos artículos de The Washington Post y San Francisco Chronicle en los que se afirmaba que la estrategia de debilitar a Hezbollah era compartida por Israel y EE.UU. y que un año antes un alto responsable militar israelí informó detalladamente a diplomáticos, periodistas y “think tanks” estadounidenses de la planificación del ataque a Líbano.

 

Dio detalles acerca de los contenidos de la ayuda militar USA a Israel: al menos 90.000 millones de dólares desde 1948, que le han permitido acceder a las más sofisticadas armas fabricadas en EE.UU., incluida toda la tecnología nuclear.

 

En pleno ataque a Líbano, el 22 de julio, el Pentágono realizó un envió de bombas guiadas por láser con uranio empobrecido. Un millón de bombas racimo de fabricación USA fueron lanzadas en los últimos días de bombardeo y muchas de ellas están sin explotar en los campos y pueblos del país. También procedía de EE.UU. la corbeta INS Hanit, que vale 260 millones de dólares y que fue atacada y destruida por Hezbollah el 14 de julio, mientras participaba en el bloqueo naval de las costas de Líbano.

 

Mostró cómo EE.UU., con Condolezza Rice en Israel, bloqueó todo tipo de negociación en el Consejo de Seguridad de la ONU para el alto el fuego. Afirmó que la Resolución 1701 de este organismo, promovida junto con Francia, formaba parte del plan para formalizar la ocupación israelí y reforzarla con tropas internacionales.

 

Finalmente, tras describir los estrechos vínculos entre las multinacionales petroleras, los grandes bancos y las empresas de fabricación de armamento con el lobby sionista de EE.UU., declaró que la firmeza y el valor del pueblo libanés capaz de derrotar a la más poderosa maquinaria de guerra de la región, ha sido fuente de inspiración para todos quienes luchamos por la libertad y la justicia.

 

La acusación ante el Tribunal fue realizada por los abogados libaneses Issam Naaman, Hassan Jouni y Albert Farhat y por Hugo Ruiz Díaz Balbuena, de Paraguay.

 

Afirmaron que lo que diferencia esta agresión israelí de los numerosos ataques anteriores a otros pueblos de la región, es que su ejército fue derrotado. La resistencia libanesa integrada por 2.000 guerrilleros de Hezbollah junto a los de otras organizaciones nacionalistas y comunistas, fue capaz de infligir graves daños al poderoso Tsahal israelí y, en lugar de debilitarse, obligó al agresor a retirarse.

 

La derrota fue tan inesperada y tan grande que Israel constituyó la Comisión Winograd para investigar su propia estrategia militar. Lo más importante para este Tribunal, dijeron, es que en el curso de las entrevistas realizadas a altos cargos militares y del gobierno por esta Comisión, las autoridades israelíes afirmaron -según se refleja en el Informe final que pretendían mantener en secreto – que la planificación del ataque se realizó varios meses antes de que se produjera el hecho aducido como causa de la agresión: la captura de dos soldados israelíes por Hezbollah.

 

Así pues, por si había alguna duda, queda claro quién es el agresor, el cinismo del pretexto prefabricado, semejante a las “armas de destrucción masiva” de Irak, y cómo, por lo tanto, el pueblo libanés y sus milicias hicieron en julio y agosto de 2006 lo mismo que todos los pueblos a lo largo de la historia: defender con las armas su libertad y su dignidad.

 

Los testimonios del dolor, el horror y el ensañamiento que produjeron la muerte a más de mil civiles, muchas familias enteras, algunas de trabajadores libaneses que habían acudido a sus pueblos a pasar el verano, contenían tanta verdad, tanto sufrimiento contenido que el silencio parecía poder cortarse en la sala durante sus declaraciones:

 

    - Como el de los familiares de los 25 muertos durante el bombardeo del edificio de Naciones Unidas, la mayor parte mujeres y niños, que mostraron las fotos de los cadáveres infantiles cuyas hermosas caritas tenían una seriedad y una serena tristeza, difícil de contemplar. Contaron cómo, cuando socorrían a los heridos, que fueron transportados al hospital de Tiro, fueron nuevamente bombardeados en la carretera.

 

    - Como los siniestros trozos de misil encontrados en varios edificios destrozados, entre los cadáveres, firmados como regalo por niños israelíes.

 

    - Como el relato de un médico cardiólogo que denuncia la deliberación con la que se bombardeaban hospitales, mientras el personal sanitario continuaba trabajando en lo que quedaba en pie, sin electricidad, sin medicamentos…Acusó de complicidad a las instituciones internacionales que asistieron semanas y semanas impasibles, sin reaccionar ante la descomunal masacre.

 

Mención especial merece el informe del físico nuclear Mohammed Al Kubaisi, que llevó a cabo una rigurosa investigación con medición de la radioactividad y recogida de muestras sobre el terreno y posteriormente analizadas en reconocidos laboratorios de Suiza y Gran Bretaña. Pudo demostrar la utilización de bombas con uranio empobrecido y enriquecido (más del 4% de U235). Su investigación, que pudo confirmar Bernard Kouchner – quien previamente había negado enfáticamente su uso – y que se encontraba de visita en la zona, demuestra la falta de rigor del estudio llevado a cabo por Naciones Unidas, que no encontró rastros de radioactividad mediante el procedimiento de tomar muestras en zonas alejadas de las que fueron bombardeadas. Los mismos restos de uranio fueron encontrados por Al Kubaisi en el filtro de las ambulancias que habían acudido a socorrer a la gente y en la orina de familias de barrios bombardeados.

 

El informe de la profesora italiana Paola Manduca, también realizado a partir de investigaciones sobre el terreno, dio cuenta con datos e imágenes espeluznantes de la utilización de nuevas armas, desconocidas hasta ahora. Entre ellas las termobáricas enriquecidas con metales pesados como las usadas en el bombardeo de un puente de Tiro, que dejó varios muertos, entre ellos varios niños sin grandes heridas aparentes pero que sangraban por múltiples orificios de su cuerpo. En las muestras de piel analizadas siempre se encontraba un extraño polvo negro, así como un aumento de tamaño del hígado. Los mismos resultados los encontró la investigadora italiana en cadáveres de palestinos atacados en Gaza por armamento israelí. Las armas conocidas como LCD (bajos daños colaterales) y DIME (bombas pequeñas guiadas por láser) utilizadas en Líbano y en Gaza, que también contienen pequeñas partículas de metales pesados son producidas en EE.UU. y vendidas a Israel. Dado que existen acuerdos secretos para la producción de armas entre Israel y la OTAN, Paola Manduca apuntó que podrían ser fabricadas en países europeos de la OTAN.

 

La doctora Rani Masri de Green Line Liban realizó investigaciones sobre el impacto ambiental de la guerra como:

 

    - las mareas negras producidas tras el bombardeo de la principal central eléctrica que dio lugar a una capa de petróleo de 140 Km. de largo por 15 de ancho y más de 20cms. de espesor. La destrucción ocasionada en el mar ha dejado a 3.000 familias de pescadores sin trabajo.

 

    - la contaminación del aire. Como consecuencia del mismo bombardeo ardieron 45.000 toneladas de petróleo de forma continuada durante tres semanas que ocasionaron una enorme polución del aire. Cuando naciones Unidas reclamó indemnizaciones a Israel, la respuesta fue que el tanque de petróleo era un objetivo legítimo de guerra.

 

    - las bombas racimo y la agricultura. El 70% de las familias del sur del Líbano viven de la agricultura y se calcula que hay un millón de bombas sin explotar, que tapizan el suelo y que son enterradas por las lluvias. La alternativa es no cultivar los campos o quedar mutilado por estas minas antipersonal. Es lógico pensar que precisamente lo que Israel perseguía es forzar a las gentes a abandonar sus tierras. Israel no entregó nunca los mapas de las minas terrestres en Líbano, a lo que le instaba la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU.

 

    - el polvo de demolición. El bombardeo masivo de edificios se calcula que pulverizó 100 millones de Toneladas de ladrillos, cuatro veces el ocasionado por la demolición del World Trade Center que el gobierno libanés arrojó irresponsablemente al mar Mediterráneo. Además se ha liberado masivamente polvo de amianto – utilizado de forma general en la reconstrucción de Beirut tras la guerra de 1982.

 

El economista libanés y profesor de la Universidad del Sur de California Kamal Hamdan, analizó las graves consecuencias sociales y económicas de la agresión israelí. 2.200 millones de dólares de pérdidas directas de capital, el 5% del stock total, público y privado. Israel bombardeó sobre todo la gran industria, sobre todo aquellas más avanzadas tecnológicamente. Las pérdidas indirectas, lo que se hubiera podido producir si el ataque no se hubiera producido, alcanza el 12% del PIB de 2006. Sólo en el mes de julio de 2006 se destruyó el 17% del empleo, un 7% mas hasta octubre del mismo año y un10% más en 2007. Han aumentado enormemente las desigualdades sociales, aumentando en un 30% los hogares que tienen ingresos por debajo de 2,4 dólares por persona. Ofreció un dato espectacular: el coste directo de la guerra para Israel fue de 2.300 millones de dólares, el 2% de su PIB. Realizó una valoración estratégica acerca de la razón de fondo para producir tanto desastre: se calcula que en 2030, 2/3 del petróleo vendrán de Oriente Medio y su control permitiría a EE.UU.: usarlo como arma sobre la competencia. Terminó con una pregunta inquietante: ¿quién ha sido el aliado interno de Israel que quería la derrota de la Resistencia?

 

EL VEREDICTO

El Tribunal produjo el siguiente Veredicto Final que puede consultarse en

http://www.corrienteroja.net/articulo.php?p=3783&more=1&c=1

 

No hubo sentencia condenatoria. El único Tribunal que ha conocido los hechos desde el punto de vista del Derecho internacional aplicable y ha emitido un veredicto, carece de reconocimiento oficial. Su legitimidad le es conferida por el hecho de ser el único que ha respondido a las múltiples demandas exigiendo justicia por parte del pueblo libanés por los monstruosos crímenes cometidos.

 

LA VERGÜENZA DE LA “COMUNIDAD INTERNACIONAL”

El Veredicto que, sobre fundamentos de derecho inapelables, condena a las autoridades israelíes responsables de la guerra contra el Líbano por Crímenes de Guerra, Crímenes contra la Humanidad y Genocidio, deja en evidencia la desvergüenza y el doble rasero de la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de 11 de agosto [1] – ¡30 días después del inicio de los bombardeos! - que dice literalmente en su segundo y tercer párrafo:

 

“Expresando suma preocupación por la constante intensificación de las hostilidades en Líbano y en Israel desde el ataque lanzado por Hizbollah contra Israel el 12 de julio de 2006, que ya ha causado centenares de muertos y heridos en ambas partes, grandes daños en la infraestructura civil y centenares de millares de desplazados internos.

 

Haciendo hincapié en la necesidad de que se ponga fin a la violencia, pero al mismo tiempo haciendo hincapié en la necesidad de abordar con urgencia las causas que han dado origen a la crisis actual, entre otras cosas mediante la liberación sin condiciones de los soldados israelíes secuestrados”

 

Estas valoraciones merecerían un lugar destacado entre las ignominias producidas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas contra los pueblos y en defensa del imperialismo, sino fueran tan frecuentes. A partir de estas valoraciones se entiende perfectamente que dicha Resolución:

 

- no condene de ninguna forma a Israel, que según ella es el país atacado

 

- ubique las tropas de la FINUL, supuestamente de interposición, en territorio libanés y no en el del país agresor

 

- no trate sobre la ocupación por parte de Israel de los Altos del Galán, ni de las Granjas de la Chebá

 

- no establezca ninguna sanción a Israel, ni le obligue a pagar ningún tipo de deuda de guerra

 

- imponga un embargo de armas a la resistencia libanesa y no a Israel, una de las mayores potencias militares del mundo, que recibe anualmente más de tres mil millones de dólares de ayuda militar de EE.UU. y que emplea en asesina a diario a civiles palestinos[2].

 

Este Tribunal Internacional reunido en Bruselas ha contribuido a romper la losa de silencio sobre los crímenes sionimperialistas que asegura su impunidad. Sin embargo el análisis geoestratégico más elemental – que explícitamente quedó fuera de los temas tratados por este Tribunal – indican que el ataque a Líbano y la posterior ocupación, valerosamente enfrentados por las milicias de su Resistencia, formaba y forma parte de planes compartidos por Israel, EE.UU. y la UE de control económico y militar de Oriente Medio y del corazón de Eurasia [3].

 

En Líbano los planes imperialistas de dominación sufrieron un importante revés y los pueblos pudimos acceder a la imprescindible conciencia de que es posible resistir y obligar a la retirada al invasor en condiciones de escandalosa desigualdad militar y armamentística.

 

No obstante, es evidente que se trata de un alto en el camino. Las organizaciones políticas y el pueblo libanés están seguros de que habrá pronto una próxima guerra. Ellos saben qué hacer. Ahora toca que las organizaciones antiimperialistas de Europa sepamos estar a la altura de las circunstancias.

 

6 de marzo de 2008

 

Notas:

[1] Resolución 1701 (2006) Aprobada por el Consejo de Seguridad en su 5511ª sesión, celebrada el 11 de agosto de 2006. Puede consultarse en www.unic.org.ar/prensa%20hojasinfo/archivos/resolucion1701esp.pdf

[2] Las causas reales de la guerra de Israel contra el Líbano, amparado por EE.UU. y la UE, así como la ignorancia y/o la complicidad por parte de la izquierda europea que han contribuido decisivamente a su legitimación y a paralizar la respuesta popular, han sido analizadas en Maestro. A. (2006) Izquierda Unida entre la indigencia intelectual, la complicidad y la palabrería que puede consultarse en http://www.lahaine.org/index.php?blog=2&p=17434

[3] Un reciente análisis acerca del nuevo papel de la OTAN en el control militar, económico e incluso cultural puede verse en Maestro. A (2007) La OTAN en Oriente Medio: el puño de hierro de la dominación económica. En: http://www.lahaine.org/index.php?blog=3&p=20626

LA GENERACIÓN DE LA NAKBA

LA GENERACIÓN DE LA NAKBA

Marzo de 2008

 

 

Por Ziad Abbas, ElectronicIntifada / Rebelión

(Traducido por Nadia Hasan y revisado por Caty R.)

Este año se cumplen 60 años de la Nakba (la catástrofe). 60 años desde que los palestinos nos convertimos en refugiados. Más de 6 millones de refugiados palestinos siguen viviendo lejos de sus aldeas, pueblos y ciudades, como resultado de la invasión sionista que los expulsó de su patria en 1948. Varias generaciones han nacido, han crecido y han muerto en campamentos de refugiados, mientras la comunidad internacional continúa ignorando los derechos políticos de los refugiados palestinos. Lo que más me entristece como refugiado –he nacido y crecido en un campamento y lucho para no morir en uno– es que la generación de la Nakba está muriendo. Sólo quedan unas pocas personas en el campamento que recuerdan las experiencias de sus vidas en las aldeas que nos arrebataron. Sólo quedan unos pocos que pueden contarnos cómo fue ser expulsados, obligados a vivir en una tienda en un campamento de refugiados. Parte de mi trabajo en proyectos mediáticos y de historia oral en el Centro Comunitario y Cultural Ibdaa, en el campamento de refugiados de Dheisheh, consiste en entrevistar a las personas, recolectar historias y componer la Historia que todavía sigue indocumentada, para que cuando las personas mueran sus memorias e historias no mueran con ellas.

 

Este año, el sexagésimo, vine a terminar mis estudios a Estados Unidos y a completar mi aprendizaje trabajando con Middle East Children's Alliance. Antes de venir me propuse hacer todo lo posible para concienciar a los estadounidenses sobre la Nakba y plantear el problema de lo que han significado estos sesenta años para el pueblo palestino. Desde que estoy aquí he podido comprobar que los estadounidenses están ocupados; muchos trabajan doble jornada; sus mentes están ocupadas con sus preocupaciones cotidianas. A muchas personas no les importa, no tienen tiempo para prestar atención, o simplemente no quieren saber qué pasa en Palestina, en Irak, o en el resto del mundo. Esto me recuerda lo que me dijo mi tío Mahmud justo antes de irme.

 

Mi tío Mahmud es de la generación de la Nakba. Actualmente tiene 78 años y ha vivido durante 60 en el campamento de refugiados de Dheisheh. Tenía 18 cuando fue expulsado de la aldea de Jirash, ubicada al oeste de Jerusalén y que actualmente está despoblada, convertida por el gobierno israelí en una reserva nacional. Mi tío está enfermo. No puede moverse ni caminar. Fui a visitarlo al campamento antes de irme de Palestina, ya que estaba preocupado porque durante mi estancia en Estados Unidos él pudiera morir. Le dije que iba a Estados Unidos para estudiar y que me llevaba una de las llaves de la familia. Me preguntó por qué y le respondí que para mostrársela a los estadounidenses, para explicarles que teníamos casas, que teníamos aldeas, para explicarles que todavía tenemos las llaves de nuestras casas a pesar de que fueron destruidas hace 60 años y que nosotros aún tenemos derechos sobre la tierra. Mi tío hizo una pausa y luego dijo sarcásticamente: «¿Qué estadounidenses?», «¿A quién le importamos en Estados Unidos?». Le dije que, en vista que el gobierno estadounidense apoya la ocupación israelí, es importante que el pueblo sepa nuestra situación y nuestros derechos políticos. Me dijo: «He vivido en este campamento de refugiados durante 60 años. He visto gente de todas partes del mundo, incluidos estadounidenses, que han venido a visitarnos, pero no ha cambiado nada. Seguimos en el campamento». Mi tío cree que a la gente no le importa el sufrimiento de los refugiados palestinos o nuestro deseo de volver a nuestros hogares.

 

Mi tío fue el primero que me llevó a nuestra aldea –destruida– , Zakariah, y a la de mi madre, también destruida, Jirash. Fue él quien me enseñó la historia de lo que pasó en 1948. Fue él quien me acompañó cada vez que recorrí el campamento con delegaciones de Estados Unidos, de Europa, e incluso estudiantes israelíes. Fue él quien les explicó la historia de la Nakba.

 

En su aldea mi tío era un campesino, pero después, al convertirse en refugiado, dejó de serlo. Cuando él y su familia cerraron la puerta de su casa se llevaron la llave, ya que pensaban que podrían volver unos pocos días después, cuando la violencia llegara a su fin. En el campamento, mi tío no quiso construir otro piso sobre su casa a pesar de que la familia seguía creciendo. Insistía en que esa casa era temporal, que muy pronto podría volver a su hogar en la aldea. Durante su vida en el campamento ha visto cómo los asentamientos israelíes se han tragado Palestina, ha visto la construcción de muros y prisiones y ha visto muchos asesinatos. Perdió a su hijo durante la primera Intifada en 1989. En ese momento el campamento de Dheisheh se convirtió en una prisión, con una barrera de 8 metros de alto rodeándolo y sólo una vía de escape. Hoy toda Palestina se ha convertido en una prisión. Mi tío Mahmud ha vivido toda su vida adulta en una prisión.

 

El mes pasado, el presidente de Estados Unidos George W. Bush visitó Palestina para algunas negociaciones de último hora antes de abandonar la Casa Blanca. Pasó muy cerca de mi campamento cuando visitó la Iglesia de la Natividad en Belén. Una vez más negó el derecho al retorno de los refugiados palestinos. No es consciente de lo profundo que es el compromiso de los refugiados palestinos con este derecho. Nunca conoció a mi tío o a los cientos de niños que aprendieron de sus abuelos la fortaleza y el compromiso con el derecho al retorno. La generación de mi tío ha entregado las llaves a la nueva generación, que se las entregará a la siguiente. Mi madre falleció hace 20 años. Me pidió que cuando volvamos a la aldea entierre sus restos allí. Los de la generación de la Nakba que todavía siguen con nosotros finalmente están partiendo. En vez de soñar con vivir en su patria, sueñan con que los entierren en ella. Sus hijos, como yo y la nueva generación, los niños que nacieron aquí, juegan y bailan en las calles de este campamento; y hoy cargan con las pesadas llaves de sus hogares, con la lucha por sus derechos y con el sueño de volver a casa.

 

Ziad Abbas es periodista y codirector del Centro Cultural y Comunitario Ibdaa, en el campamento de refugiados de Dheisheh, en Palestina. Actualmente se encuentra cursando sus estudios en Estados Unidos y trabaja en el Middle East Children's Alliance (MECA).

 

Nadia Hasan y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.

ISRAEL EN AMÉRICA LATINA

ISRAEL EN AMÉRICA LATINA

Por José Steinsleger, Diario La Jornada - México

Nadie imaginó, hace 60 años, que el Estado de Israel, cuyo pueblo soñó durante siglos con el “derecho a existir”, acabaría negándoselo a sus primos hermanos palestinos. Nadie imaginó que los jefes políticos del pueblo elegido acabarían promoviendo el terrorismo internacional, junto con Estados Unidos.

 

En la industria bélica israelí trabaja la cuarta parte de la población económicamente activa. ¿Quiénes son sus clientes? No quienes también sueñan con su “derecho a existir”, sino los regímenes que realizan negocios suculentos, ajustándose a las reglas del “libre mercado”. Money, money, money.

 

A inicios de mes trascendió que Colombia comprará a Israel 24 aviones supersónicos “renovados” del tipo “cachorro de león” (Kfir, en hebreo), que los agentes del Mossad contribuyeron a diseñar robándose los planos del Mirage francés, así como también copiaron el tanque Merkava del inglés Chieftain, y el fusil Galil del soviético AK.

 

Fuera de transacciones comerciales y pormenores técnicos, se agradece la honestidad de Juan Manuel Santos, ministro de Defensa de Colombia: “Se piensa en el conflicto armado interno, no en los vecinos”. O sea: en los vecinos. O sea: en Venezuela. Pero a ver… ¿no dijo Sátira que los colombianos “están-cansados-de-la-guerra”? Apresúrese a palomear “sí”, “no”, “no sé”, “me da igual”, porque el sátrapa Álvaro Uribe Vélez va por la tercera reelección, y con los gringos se las trae.

 

Los intereses armamentistas de Israel en América Latina cuentan ya con larga experiencia. Allí donde hay huevos de la serpiente, sus mercaderes se hacen presentes para mimarla, orientarla, entrenarla, y venderle… “seguridad”. Empezaron con sigilo al inicio del decenio de 1970, cuando aún existían gobiernos que creían en el derecho internacional.

 

En rigor, la cooperación estratégica Washington-Tel Aviv en América Latina data de 1962, cuando el gobierno de Kennedy incorporó a los “Cuerpos de Paz” técnicos sionistas para divulgar el cooperativismo agrario como forma de guerra sicológica en un continente atraído por la revolución cubana.

 

Tras el golpe de Estado en Chile (11 de septiembre de 1973), Israel vendió a Pinochet misiles aire-aire Shafir, mientras instructores israelíes aterrizaban en Santiago y oficiales chilenos poblaban las academias militares israelíes. Israel y el régimen racista de Sudáfrica eran para entonces los países más amigos de Chile.

 

La vieja doctrina exterior de Abba Eban (ex ministro israelí de Asuntos Exteriores, 1915-2002), dividir el espectro mundial entre amigos de Israel y amigos de los árabes, fue sustituida por Ariel Sharon, sumándose a la doctrina del Pentágono.

 

“El esfuerzo militar de Israel –enfatizaba Sharon– es el principal en todos los órdenes y debe ser enfocado en la perspectiva del conflicto global entre el mundo comunista y el Occidente de capitalismo libre, sosteniendo por las armas la causa occidental en cualquier rincón del mundo.”

 

Luego, el preámbulo y el primer punto del acuerdo de cooperación estratégica suscritos por Ronald Reagan y Menajem Beguin, auspició las “operaciones conjuntas más allá de la zona del Mediterráneo”.

 

El punto tres del acuerdo estipulaba la “cooperación estrecha en la orientación de la asistencia militar en todo el tercer mundo”. Y para el caso, Sharon contrató al estadounidense Arie Granger para efectuar un profundo estudio de marketing de armamentos en América Latina.

 

Según un editorial de The Guardian (27/8/82) y Le Monde Diplomatique (octubre de 1982), ambos firmados por el analista Ignacio Klich, Israel aspiraba a “…convertirse en el mandatario de Estados Unidos en América Central, el Caribe, África del Sur y Taiwán, pues por razones políticas Washington no puede brindar toda la asistencia militar requerida por los regímenes amigos”.

 

Recordemos el caso del mexicano Marcos Katz, representante oficial de las industrias aeronáuticas israelíes en México y América Central. En julio de 1977, Katz se vio en dificultades cuando el diario Haaretz de Tel Aviv lo señaló como el contratista de un avión de transporte argentino decomisado en el aeropuerto de Siwell, Barbados. El avión transportaba 26 toneladas de armas y municiones vendidas por Israel a Guatemala y embarcadas por Katz en Portugal.

 

El gobierno de Bridgetown presentó una protesta al gobierno israelí. “Las armas –observó– serán destinadas al país centroamericano debido ‘al problema con Belice’ (por el cual Guatemala reclamaba soberanía).”

 

Comedidamente, Tel Aviv “demostró” que el avión que las transportó no salió de Israel. ¿Y Katz? Olvídese. En 1976, el caballero había donado 50 mil dólares a la Universidad Religiosa Israelí Bar Ilan para consagrar una cátedra a nombre de sus progenitores, y Tel Aviv dio por cerrado el asunto.

 

En 1978, tras la suspensión de la ayuda militar yanqui a Guatemala por la violación sistemática de los derechos humanos, Israel se apiadó del régimen genocida y le vendió 11 aviones Arawa, 10 blindados RBY-MK, 15 mil fusiles Galil, morteros de 81 mm, bazucas, lanzagranadas, tres guardacostas Dabier, un sistema de transmisiones tácticas, un circuito de radares y 120 toneladas de municiones.

 

Martes 19 de Febrero de 2008

TORTURAS A PRISIONEROS PALESTINOS

 

Por Stephen Lendman, PalestineChronicle / CEPRID.

Traducido por Meysalun Cage (Publicado en www.nodo50.org)

Según el grupo Palestino de paz y justicia, MIFTA (1), desde la ocupación de Gaza y Cisjordania (los Territorios Palestinos Ocupados) en 1967, Israel ha apresado más de 650 mil palestinos.

 

B’Tselem es el conservador Centro de Información Israelí por los Derechos Humanos en los Territorios Ocupados, con una bien merecida reputación por su precisión. Un grupo de prominentes académicos, abogados, periodistas y miembros del Parlamento Israelí (Knéset) fundaron la organización en 1989 para “documentar y educar al público israelí y los legisladores acerca de las violaciones de los derechos humanos en los Territorios Ocupados, combatir el fenómeno de negación que prevalece entre el pueblo israelí, y ayudar a crear una cultura de derechos humanos en Israel” para convencer a los agentes del gobierno de respetar los derechos humanos y cumplir con el derecho internacional.

 

Su trabajo cubre un amplio rango de temas de derechos humanos, entre los que se incluyen detenciones y torturas. En mayo de 2007 preparó un reporte detallado de 100 páginas titulado “Prohibición Absoluta: La Tortura y Abusos hacia los Detenidos Palestinos”, que está disponible de forma impresa para quienes lo soliciten. Este artículo resume sus hallazgos que representan un esfuerzo conjunto entre B’Tselem y HaMoked (Centro para la Defensa del Individuo), fundado en 1988 para apoyar los derechos Palestinos durante la primera Intifada a finales de los años 80.

 

Desde principios de los años 90, B’Tselem ha publicado más de 10 reportes sobre el uso de la tortura y abusos por Israel hacia los detenidos palestinos. Este es el más reciente en su esfuerzo por aumentar la conciencia pública y ayudar a abolir estas aborrecibles prácticas. Los hallazgos se basan en testimonios solicitados a una pequeña y “poco representativa” muestra de 73 palestinos residentes de Cisjordania que fueron arrestados entre julio del 2005 y enero del 2006, que estuvieron de acuerdo en que se contaran sus historias y reunieron los criterios predeterminados para el estudio.

 

Ellos fueron escogidos de los nombres de 4.460 prisioneros palestinos, cuyos parientes contactaron HaMoked para ayudarles a encontrar sus paraderos. HaMoked brinda este servicio porque Israel viola el derecho internacional y sus propias regulaciones militares al negar a los familiares de los prisioneros cualquier información acerca de quiénes fueron detenidos o dónde se encuentran detenidos. Por la cantidad de años que tiene B’Tselem investigando sobre la tortura en Israel, considera que la información contenida en este reporte refleja de manera precisa las clases y niveles de las prácticas abusivas israelíes.

 

La tortura, el abuso y el trato degradante son repugnantes en cualquier forma por cualquier razón, y desde siempre el derecho internacional ha prohibido estas prácticas bajo cualquier circunstancia. Las cuatro Convenciones de Ginebra de 1.949 prohíben cualquier forma de “coerción mental o física” y afirman que los prisioneros de guerra enfermos, heridos y civiles deben ser tratados humanamente. Las cuatro convenciones tienen un tema común, llamado el Artículo Común Tres, que solicita que todos los no combatientes sean tratados humanamente siempre. No hay excepciones por ninguna razón, y las violaciones son incumplimientos graves de Ginebra y otras leyes internacionales que constituyen crímenes de guerra y de lesa humanidad.

 

ISRAEL DEFIENDE LAS “TÁCTICAS COERCITIVAS NECESARIAS”

Sin embargo, la Comisión de Landau de 1987 (encabezada por el magistrado Moshe Landau, anterior Presidente del Tribunal Supremo de Justicia) citó el suministro de “defensa necesaria” en el Derecho Penal para recomendar el uso de “presión física moderada y psicológica”, para obtener evidencia para condenas en enjuiciamientos. Su justificación era que las tácticas coercitivas de interrogación eran necesarias contra “la hostil actividad terrorista”. Y definió incluir no sólo amenazas o actos de violencia, sino todas las actividades relacionadas con el nacionalismo Palestino.

 

Más tarde, en septiembre de 1999, la Corte Suprema de Justicia de Israel, respondió la petición del Comité Público Contra la Tortura en Israel, y emitió una decisión histórica (al revertir las recomendaciones de Landau) y prohibió el uso de las torturas contra los prisioneros. Sin embargo, esto fue un falso gesto ya que al mismo tiempo estableció la presión y las medidas de molestias, como efectos secundarios de interrogaciones legítimas, que no se deben usar para quebrar el espíritu de los prisioneros. Luego agregó una gigante laguna jurídica al permitir a quienes interrogan, usar la fuerza física y evitar procesos judiciales en casos denominados “bombas de relojería” (2), aún cuando el Derecho Internacional no admite excepciones, y las autoridades israelíes puedan utilizar esa excusa para cualquier persona en custodia.

 

Según el grupo Palestino de Paz y Justicia, MIFTA, desde la ocupación de Gaza y Cisjordania (los Territorios Palestinos Ocupados) en 1967, Israel ha apresado más de 650 mil palestinos. Esto equivale a cerca de un sexto de la población de los territorios palestinos ocupados hoy día. Los servicios de seguridad actualmente tienen detenidos cerca de 10 a 12 mil hombres, mujeres y niños palestinos en sus prisiones bajo condiciones deplorables y muchos bajo detención administrativa sin cargo alguno. Basados en la asesoría previa de HaMoked, B’Tselem estima que 85% de ellos están sujetos a torturas y abusos en custodia, aún cuando la mayoría de ellos no están acusados de terrorismo. Estas prácticas son usadas de manera rutinaria y sistemática contra activistas políticos, estudiantes acusados de estar a favor del Islam, sheikhs (3) y líderes religiosos, personas de organizaciones islámicas de caridad, familiares de personas solicitadas por las autoridades o cualquier hombre, mujer, o niño que Israel lo requiera por cualquier motivo.

 

El reporte de B’Tselem de mayo del 2007 declara que la Agencia de Seguridad Israelí (ISA- anteriormente llamada Servicio de Seguridad General o GSS) admite utilizar métodos “excepcionales” que incluyen “presión física” para interrogar en las situaciones llamadas “bombas de relojería”. Pero esto se puede usar como excusa para abusar de cualquier persona. Adicionalmente, policías admiten abiertamente que se aprueba el uso de medidas severas de forma retroactiva, de manera que los derechos de los prisioneros palestinos se puedan violar libremente sin temer a recriminación alguna. En otras palabras, quienes interrogan en la Agencia de Seguridad Israelí conocen las reglas: no pidas permiso, usa los métodos que desees, y no te preocupes por las consecuencias posteriores, ya que no habrá ninguna. Esto está demostrado en lo que los prisioneros dijeron a B’Tselem.

 

Los prisioneros reportaron que se les “debilitaba” para la interrogación desde que eran arrestados hasta que los agentes de la Agencia de Seguridad Israelí se hacían cargo. Al comienzo los abusos incluían golpes, dolorosas ataduras, ofensas, humillaciones y negación de las necesidades básicas. El procedimiento de la ASI incluía luego siete formas claves de abuso que violaba la dignidad e integridad física de los detenidos. Se les trataba de quebrar el espíritu, pero el derecho internacional lo llama tortura cuando incluye intentos verificables de tortura, sufrimiento o dolor severo, motivos inapropiados e involucran al estado. Todas estas condiciones se aplican a las prácticas abusivas israelíes que incluyen:

 

- Aislamiento que prohíbe a los prisioneros tener contacto con familiares, abogados, o representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja. Esto exacerba el sentido de impotencia, los prisioneros están completamente a la merced de quienes les interrogan. Y se sabe que esto les produce serios daños psicológicos cuando es continuo por períodos extendidos.

 

- Presión psicológica por confinamiento en solitario en “celdas sofocantes, putrefactas de 3 a 6 metros cuadrados” sin ventanas ni acceso a la luz del día ni al aire fresco, una luz sobre su cabeza las 24 horas del día, paredes hechas de yeso áspero que impiden que puedan descansar recostándose de ellas; un grifo de agua en una pared y algunas celdas con fregaderos; una colchoneta normalmente sucia, húmeda, y una manta mugrienta y putrefacta en el piso. Más nada en las celdas; no se permite leer ni escribir en las celdas; las letrinas son simples hoyos en el suelo. A los detenidos se les negaba cualquier contacto con otros seres humanos, exceptuando los guardias y quienes les interrogaban.

 

- Las condiciones físicas en las celdas de confinamiento en solitario están reguladas en Regulaciones de Procedimientos Penales, emitido por el Ministerio de Seguridad Interna de Israel, con la aprobación de la Constitución del Knéset (Parlamento Israelí), el Comité de Derecho y Justicia. Pero no se aplican a los “prisioneros de seguridad”, así que las celdas no tienen camas ni sillas, y casi nunca fregaderos. No se les provee de nada más, ni si quiera el uso del teléfono, ni el derecho de tener visitas. Las celdas eran muy pequeñas para caminar adentro, y no se les permitía realizar ejercicios afuera.

 

- Se debilitaba a los prisioneros con la falta de actividad física, privación del sueño y comida inadecuada. Se les negaban las necesidades básicas como comida y líquidos, medicinas o el derecho a orinar o satisfacer sus necesidades fisiológicas. Pasaban largas horas de interrogatorio, atados a una silla sin poder mover sus manos o pies en lo más mínimo, tenían deficiencias nutricionales y la comida que recibían era inadecuada, fría, mal cocinada, sin sabor y frecuentemente de apariencia repulsiva. Muchos de los detenidos se resistían a comer en la medida de lo posible.

 

- El constreñimiento en la posición de “shabah”, que es la atadura dolorosa y prolongada de las manos y pies de los prisioneros a una silla rígida de plástico, no acolchada, de tamaño estándar, de armazón de metal, sin descansaderos de brazos, fija en el suelo. Las manos atadas fuertemente a la espalda con esposas plásticas ajustables y conectadas a un anillo en la parte posterior del asiento para halarlas de manera molesta debajo del respaldar; piernas atadas a las patas delanteras de la silla. Los prisioneros no se podían parar durante la interrogación, que duraba aproximadamente 8 horas consecutivas sin descanso, y el primer día, duraba 12 horas; luego el período de interrogación, se acortaban las sesiones y duraban de 4 a 5 horas.

 

- Los interrogatorios duraban realmente poco tiempo, la mayoría del tiempo, los interrogadores estaban fuera del cuarto, y dejaban a los prisioneros con el aire acondicionador encendido, con un frío insoportable. Frecuentemente servían sólo una comida durante el día del interrogatorio; casi no permitían ir al baño; y casi todos los detenidos se quejaron de dolores severos en la espalda, cuello, hombros, brazos y muñecas, durante el interrogatorio. También se reportó adormecimiento o pérdida de sensibilidad en las extremidades. La Corte Suprema de Justicia Israelí, reglamentó en 1.999, que todos los procedimientos de constreñimientos en la posición “shabah” son ilegales, ya que violan las reglas de un “interrogatorio justo y razonable” y perjudica la dignidad y bienestar de los prisioneros. Los interrogadores de la Agencia de Seguridad Israelí ignoran esto impunemente.

 

- También se reportaron maldiciones y humillantes y obligatorios registros exhaustivos de los detenidos estando desnudos, mientras se les gritaba y se burlaban de ellos; así como salivazos, y otras prácticas abusivas.

 

- Las intimidaciones incluían amenazas de tortura física (llamadas interrogatorios militares), arrestos de familiares y destrucción de sus casas.

 

- Uso de informantes (“asafirs”) para obtener información, que no es algo abusivo como tal, pero es muy cuestionable, luego de los métodos preparatorios para “debilitar” a los detenidos.

 

Entonces B’Tselem trató los métodos de interrogación “especiales” que en su mayoría incluían la violencia física:

 

- Privación de sueño entre 30 y 40 horas, durante las cuales se dejaba a los detenidos dolorosamente atados con grilletes en los cuartos de interrogación. Y los guardias los despertaban frecuentemente entre la media noche y las 5 de la mañana. Se usaban varios tipos de sonidos opresivos para interferir con el sueño durante la noche.

 

- Uso de golpes “en seco” que incluían puñetazos y patadas en todas partes del cuerpo, impactos con la culata de los rifles, golpes en la cara con garrotes, cascos y otros objetos. Se les golpeaba la cabeza contra la pared, el suelo, o cualquier superficie dura. Se les golpeaba mientras los detenidos tenían las manos atadas a la espalda, y tenían los ojos vendados. Adicionalmente se les golpeaba durante las inspecciones físicas, mientras tenían las manos esposadas.

 

- Ataduras dolorosas con esposas u otros objetos, lo suficientemente apretados para cortar la circulación de la sangre y causar hinchazón.

 

- Tirones repentinos de la cabeza hacia los lados y hacia atrás.

 

- También se les forzaba a caminar en cuclillas, (posición de rana), y caminar en puntillas agachados dando saltos con las manos esposadas detrás de la espalda, mientras se les empujaba y golpeaba hasta que los prisioneros perdían el equilibrio y se caían hacia delante o atrás. Este método les inflinge dolor al aumentar la presión en los músculos de las piernas, y herir las muñecas al caerse.

 

- Posición de “banana”, en la que se tuerce dolorosamente el arco de la espalda, con el cuerpo extendido horizontalmente hasta el suelo sobre una silla sin respaldar, con las manos atadas a los pies.

 

También ocurren asesinatos de prisioneros, como el del día 22 de octubre, en la miserable prisión de Ketziot, en el desierto de

 

Neguev, donde se mantienen detenidos a 2.300 palestinos en condiciones realmente duras. A las dos de la madrugada los guardias de la prisión empezaron una requisa en las celdas, desnudando y registrando a los reclusos en una deliberada provocación de media noche. Los prisioneros resistieron y cerca de 550 miembros del Servicio de Prisión Israelí Metsada (4), unidad antimotín, respondieron con fuerza excesiva, golpeándolos con garrotes de plástico, culatas de los rifles, así como con perdigones, bombas sin estallar, bombas lacrimógenas, granadas estruendosas que encendieron en llamas las celdas y perjudicaron a más de 250 reclusos, dejando al menos a 9 con daños severos. Durante este ataque, Mohammed Al Ashqar fue asesinado al recibir un tiro en la cabeza.

 

El Centro Palestino para los Derechos Humanos (PCHR) mantiene que el abuso a los prisioneros, las tácticas represivas y el asesinato de palestinos es una política oficial Israelí, que ha empeorado bajo el director actual del Servicio de Prisión Israelí, Beni Kaniak. El Centro Palestino para los Derechos Humanos reporta que Beni Kaniak ha instituido estas medidas punitivas:

 

- Reducción de las raciones de comida y los implementos de higiene.

 

- Prohibición adicional de artículos de los prisioneros.

 

- Confiscación del dinero de los prisioneros y prohibición de que ningún familiar pueda tenerlo. Uso extendido del confinamiento en solitario.

 

Muda periódica de los prisioneros a nuevas instalaciones, para impedir el sentido de estabilidad.

 

Repetidas y severas redadas no anunciadas a altas horas de la noche, como la del 22 de octubre en Ketziot.

 

Estas tácticas, torturas y abusos de los prisioneros palestinos se realizan con el consentimiento y “bajo el auspicio del sistema de la Policía Israelí”. B’Tselem reportó desde el año 2.001, que la Oficina del Fiscal del Estado de Israel recibió más de 500 quejas de estas prácticas, pero no se ha investigado ninguna. En general, rara vez se investigan los casos de maltratos a los prisioneros, y casi nunca terminan en acusaciones. Más allá de esto, a pesar del fallo de 1.999, la Corte Suprema de justicia Israelí ayuda a los interrogadores de la Agencia de Seguridad Israelí, al rechazar la aceptación de al menos una de cientos de las peticiones que se les presentan para ser reparadas. La Corte Suprema de justicia Israelí también permite que la Agencia de Seguridad Israelí oculte información de los prisioneros sobre los que se emitieron órdenes abusivas o de peticiones legales realizadas en nombre de los detenidos. Además, permite que las evidencias obtenidas bajo tortura, sean usadas en los enjuiciamientos.

 

ISRAEL SIGUE EL MODELO DE EE.UU.

B’Tselem y HaMoked están comprometidos para terminar con el uso de las torturas de parte de Israel hacia los prisioneros Palestinos. Ellos citan el ejemplo del manual práctico del ejército de Estados Unidos, de Septiembre de 2006, para Operaciones de Recolección de Inteligencia Humana como una guía apropiada para conducir interrogatorios, aunque la autorización de brutalidad física y psicológica se haya convertido en una política oficial de la administración, bajo el mandato de George Bush, luego del 11 de septiembre. Sin embargo, este manual abarca 18 métodos de interrogación de experiencia demostrada en el trabajo bajo variadas situaciones y condiciones. Van desde establecer confianza entre el interrogador y el detenido, hasta el uso de trampas y manipulación psicológica. Pero en ningún caso se admite tortura ni otras prácticas ilícitas.

 

Una cosa es tener reglas y leyes, y otra es cumplirlas o acatarlas. Según opiniones legales del otrora Departamento Secreto de Justicia, bajo el mandato de George Bush, en Estados Unidos se han consentido y practicado “las más duras técnicas de interrogación, nunca antes usadas por la CIA”. Esto no es diferente en Israel, donde la Agencia de Seguridad Israelí utiliza con impunidad de manera sistemática y rutinaria medidas de interrogación que están prohibidas. B’Tselem y HaMoked quieren que se termine con estas prácticas y urgen al gobierno israelí pararlas, promulgando leyes ejecutables en las que “se prohíba estrictamente la tortura y el trato cruel, inhumano o degradante”, de acuerdo con el Derecho Internacional.

 

También recomiendan que se investigue cada queja de abuso o tortura por un cuerpo independiente, que las personas que hayan violado la ley sean procesadas, y que “cada prisionero reciba las condiciones humanas mínimas”. Israel clama ser un estado civilizado. Pero ya es hora de que actúe como tal.

 

Stephen Lendman es periodista estadounidense.

 

Notas:

(1) MIFTA: Iniciativa Palestina para la Promoción del Diálogo Global y la Democracia.

(2) NT: “bomba de relojería”: Cuando haya algo a punto de estallar o corra peligro la vida de otras personas.

(3) Sheik: Especialista en ciencias islámicas.

(4) NT: Metsada: División de Operaciones Especiales del Mossad, “conduce las operaciones de asesinato de objetivos sensibles, de actividades de sabotaje, paramilitares y de guerras psicológicas”. http://www.intelpage.info/exterior/israel.htm. Adicionalmente, presta servicios de “inteligencia” e investigadores privados. Teniendo como punto fuerte el Medio Oriente. Ver http://www.metsada.com/

 

Lunes 18 de Febrero de 2008

LA AUSENCIA DE LA OCUPACIÓN ISRAELÍ EN LA PRENSA

 

Fuente: OLP

La Ocupación como asunto legal // Comprensión pública con prejuicios // Territorios “en Disputa” vs. Territorios Colonizados // Refutar Argumentos Israelíes

 

"El lenguaje favorece a los soldados ocupantes por sobre los árabes ocupados, representando a estos últimos, esencialmente, como extrañas tribus amenazando la supervivencia de Israel, más que viceversa. La lucha entre Israel y los palestinos es mostrada… como una batalla entre dos ‘fuerzas’, que están en igualdad en cuanto al bien y al mal, y que tienen la misma responsabilidad. Es la tiranía de la falsa equivalencia"[i]

 

Introducción

 

En el año 2004, el Grupo de Comunicaciones de la Universidad de Glasgow publicó un estudio indicando que la cobertura de la prensa oscurece, más que facilita, la comprensión popular del conflicto palestino-israelí. Esto quizás se ve evidenciado de mejor manera en el fracaso general de la prensa en describir el conflicto dentro del correcto contexto de una ocupación. En vez de presentar el conflicto como uno entre un "ocupante" y un ocupado", éste es representado como uno entre dos partes iguales con igualdad de derechos sobre una tierra "disputada"[ii] que Israel "capturó"[iii] en 1967.

 

El fracaso en ubicar el conflicto dentro del contexto de una ocupación ha llevado a un deterioro en la terminología de la prensa: la ocupada Jerusalén palestina es ahora parte de la Jerusalén israelí; las colonias israelíes no son ya asentamientos ilegales, con "barrios judíos" o "suburbios judíos"; sino que los colonos ilegales se han transformado en "civiles israelíes". El número de colonos citados en la prensa excluye a aquellos en la parte ocupada de la Jerusalén palestina. Como resultado de esto, por lo general, el número citado de colonos es de sólo 230.000, cuando en realidad, el número de israelíes viviendo en Territorio Ocupado Palestino excede los 450.000.

 

Al omitir el término "ocupados", y otros también relacionados con la ocupación, la prensa confunde la realidad del conflicto. Mucha gente cree que los palestinos son ciudadanos israelíes con plenos derechos que quieren separarse de Israel. Otros creen que los palestinos son ciudadanos de una "Cisjordania" independiente que tratan de expandir sus fronteras a expensas de Israel. Aún más, otros creen, como el Estudio de la Universidad de Glasgow indica, que los palestinos ocupan tierra israelí, no lo contrario. Mientras estas interpretaciones pueden parecer absurdas para muchos observadores, el estudio muestra que incluso los educados consumidores de noticias sufren tales confusiones básicas.

 

Sin que sea sorprendente, el cambio en la terminología y la consecuente confusión del público en general deleita al gobierno israelí. El régimen legal de ocupación impone obligaciones al poder ocupante y le prohíbe hacer constantes exigencias sobre el territorio ocupado. Aún así, el gobierno israelí y sus partidarios han presionado con éxito a la prensa mundial para adoptar una terminología que presente a Israel como poseedor de iguales derechos sobre los territorios ocupados palestinos mientras que, simultáneamente, confunden las desigualdades legales y de poder entre Israel y los palestinos bajo su control. [iv]

 

I. Israel Bajo el Derecho Ocupa Cisjordania (Incluyendo Jerusalén Oriental) y la Franja de Gaza (Los "Territorios Palestinos")

 

A.- De Acuerdo con la Corte Internacional de Justicia, Israel Ocupa los Territorios Palestinos

 

En Julio del año 2004, la Corte Internacional de Justicia declaró unánimemente que Israel ocupa Cisjordania, incluyendo Jerusalén Oriental.[v] En la primera regulación legal de la actividades de Israel desde 1967, la Corte sostuvo que “todos estos territorios (incluyendo Jerusalén Oriental) continúan siendo territorios ocupados e Israel continúa teniendo el status de Potencia ocupante.”[vi]

 

B.- De Acuerdo a la Corte Suprema Israelí, Israel Ocupa Cisjordania y Gaza [vii]

 

Ya en 1979, la Corte Suprema israelí declaró: “Esta es una situación de beligerancia y el status de [Israel] con respecto al territorio ocupado es el de una Potencia Ocupante.”[viii] En el año 2002, la Corte Suprema israelí declaró nuevamente que Cisjordania y Gaza “están sujetos a una ocupación beligerante por parte del Estado de Israel.”[ix] En Junio del año 2004, la Corte Suprema israelí reafirmó que “desde 1967, Israel ha mantenido [a Cisjordania] bajo una ocupación beligerante.”[x]

 

C.- De Acuerdo a la Comunidad Internacional, Israel Ocupa los Territorios Palestinos

 

Desde 1967, la comunidad internacional ha sostenido insistentemente que Israel ocupa los Territorios Palestinos. La Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas instó a Israel a una inmediata retirada de los territorios que ha “ocupado.”[xi] Desde entonces, la comunidad internacional —incluyendo los Estados Unidos[xii]— ha reafirmado constantemente que los territorios, incluyendo Jerusalén Oriental, se encuentran "ocupados". De hecho, tanto el Consejo de Seguridad de la ONU, como la Asamblea General, reiteraron en Mayo del 2004 que los Territorios Palestinos se encuentran "ocupados". [xiii]

 

D.- De Acuerdo a las Convenciones de la Haya, Israel Ocupa los Territorios Palestinos

 

Las Regulaciones de la Haya de 1907 definen territorio ocupado como “Territorio…cuando ha sido puesto bajo la autoridad de un ejército hostil. La ocupación sólo se extiende sobre los territorios donde tal autoridad ha sido establecida y puede ser ejercida...” [xiv] Esta definición representa al Derecho Internacional Consuetudinario [xv] y ha sido reafirmado y expuesto en el Tribunal de Nuremberg, [xvi] en la Cuarta Convención de Ginebra (1949) y en su Primer Protocolo Adicional (1979), [xvii] en la práctica estatal, en las resoluciones de las Naciones Unidas, y en las sentencias de la Corte Internacional de Justicia. [xviii]

 

La autoridad militar de Israel sobre los Territorios Palestinos satisface el criterio básico de "ocupación", como ha sido definido por las Regulaciones de la Haya: Desde 1967, el ejército israelí ha poseído la habilidad para ejercer la autoridad y ha ejercido de hecho tal autoridad en los Territorios Ocupados.

 

II. El Fracaso en Identificar Correctamente la Ocupación Impide al Público el Comprender Correctamente el Conflicto

 

La lucha por el Estado palestino es una lucha contra la ocupación israelí y una lucha por hacer cumplir los derechos legales de los palestinos, en cuanto a población ocupada. Al fracasar en identificar a Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) y la Franja de Gaza como territorios ocupados, la prensa mundial predispone al público hacia una comprensión correcta del conflicto. ¿Cómo puede el público comprender que los palestinos buscan el fin de la ocupación si no hay ninguna referencia a una ocupación? ¿Cómo, si no hay un Territorio Ocupado, puede el público entender la posición palestina, la cual señala que el Muro de Israel no debiera ser construido en Territorio Ocupado? ¿Cómo, si es que no hay un "ocupante" y un "ocupado", puede el público entender que la posición palestina respecto a las colonias israelíes se debe a que aquéllas constituyen una violación de los deberes de un ocupante?

 

III. El Uso del Término "Disputados" Representa una Adopción de la Visión Extrema Israelí

 

Fracasar en identificar correctamente la ocupación (debido al uso de términos como "disputados"), efectivamente aprueba y promociona la interpretación extrema israelí. Incluso la Corte Suprema Israelí sostiene que Israel "ocupa beligerantemente" el Territorio Palestino. Sólo las sedes políticas del gobierno de Israel se refieren a los Territorios Ocupados como "disputados", en un esfuerzo por reclamar la propiedad sobre los territorios ocupados y, además, evitar las obligaciones legales de una potencia ocupante. Es inapropiado para la prensa el promover la visión de los extremistas israelíes por sobre la visión de la Corte Suprema israelí, la Corte Internacional de Justicia y toda la comunidad internacional.

 

IV. El Uso del Término "Disputados" es Injustamente Utilizado para Referirse Sólo a la Tierra Ocupada Palestina y no a otra Tierra en Disputa

 

La tierra en Israel que fue conquistada en violación al Plan de Partición de la ONU de 1947, podría decirse que es tierra en disputa. El plan de partición de la ONU entregaba aproximadamente un 55% de Palestina al "Estado Judío". Las líneas de armisticio que siguieron a la creación de Israel, le dieron al mismo aproximadamente el 78% de Palestina. El 22% restante, incluyendo ciudades como Nazaret y Acre, pueden justamente ser denominadas "en disputa", ya que los palestinos aún poseen reivindicaciones legales sobre aquellas tierras. De hecho, los palestinos pueden legítimamente disputar el título de israelí en mucha de la tierra dentro de Israel (i) puesto que el Plan de Partición era una recomendación de la Asamblea General, que no constituía ningún compromiso y que no tenía la autoridad legal apropiada para el establecimiento del Estado de Israel y (ii) ya que las reclamaciones individuales sobre la tierra están por encima de la sucesión de Estados, los refugiados palestinos y sus descendientes, quienes poseen la tierra y propiedades dentro de Israel, tienen la base legal para disputar la posesión israelí.

 

Bajo el espíritu del compromiso, los palestinos han expresado su disposición a renunciar a las reivindicaciones nacionales palestinas sobre la tierra respecto a las Líneas de Armisticio de 1948, a cambio del establecimiento de un Estado en los Territorios Ocupados Palestinos. Aún así, debido a que tales reivindicaciones continúan existiendo y, hasta que éstas sean olvidadas, las tierras dentro de Israel debieran denominarse "disputadas" para propósitos de coherencia. De cualquier manera, la prensa mundial no hace referencia a tales áreas como "disputadas", sino que, cediendo ante la presión israelí, denomina sólo a los Territorios Ocupados Palestinos como "disputados".

 

V. Mientras que el Término "Ocupación" Describe Correctamente el Marco Legal Neutral, "Colonización" en cambio, Se Refiere Más Correctamente a las Realidades de la Ocupación

 

El término "ocupación" representa una clasificación legal que no condena moralmente a la potencia ocupante. Las ocupaciones pueden ocurrir por una variedad de razones, incluyendo la liberación o reconstrucción de un país destrozado por la guerra. Tal fue el caso de muchos lugares después de la Segunda Guerra Mundial, y así es como las Naciones Unidas caracterizan la actual ocupación de Irak. Sin importar los propósitos de una ocupación, el Derecho Internacional pone a la Potencia Ocupante el mismo conjunto de obligaciones.

 

Por lo tanto, al decir que Israel ocupa Territorio Palestino, no se está necesariamente adscribiendo ninguna culpa o acción incorrecta a la Potencia Ocupante. Se está simplemente caracterizando el apropiado status legal de un territorio –que la Potencia Ocupante no puede declarar suya unilateralmente ninguna parte del territorio, que el Derecho Internacional protege a la población que vive bajo la Ocupación, y que la presencia de la Potencia Ocupante en aquel territorio es temporal por definición.

 

A pesar de esto, en el caso de los Territorios Palestinos, el término "ocupados" es insuficiente para describir las políticas de Israel de confiscación de tierras, demolición de casas, construcción de asentamientos y la variedad de violaciones a los Derechos Humanos por parte de Israel, tales como torturas y castigos colectivos impuestos a la población civil palestina. Israel no sólo ocupa el Territorio Palestino: Israel lo destruye y coloniza mientras que confisca sus recursos naturales y viola los derechos de su población indígena. Por consiguiente, mientras que "ocupación" comunica correctamente el status legal de los Territorios Palestinos, no trasmite las realidades que la ocupación de Israel supone.

 

Un término que se refiere de una forma más correcta a las realidades de la situación, es los Territorios Palestinos "colonizados-por-Israel".

 

VI. Refutando los Argumentos Israelíes

 

A. Los Territorios Palestinos Permanecen Ocupados por Israel, A Pesar de los Acuerdos de Oslo

 

En 1993, la Organización para la Liberación Palestina (OLP) llegó a un acuerdo con Israel, comúnmente conocido como los Acuerdos de Oslo. Aquéllos establecían la Autoridad Palestina ("AP"), la cual está encargada de administrar los servicios básicos en áreas entregadas para control palestino. Algunos observadores israelíes han sostenido que la ocupación de Israel terminó con la creación de la AP y con la limitada auto-administración palestina.

 

i. Los Territorios Palestinos Continúan Siendo Ocupados A Pesar de las Convenciones de la Haya.

 

Israel mantiene un constante control militar sobre los Territorios Palestinos, incluso después de firmar los Acuerdos de Oslo, entrando así en los marcos de lo que en las Regulaciones de la Haya se definió como ocupación. Luego de los Acuerdos de Oslo, el ejército israelí continuó la confiscación de tierras y casi dobló la población de sus colonias ilegales. Israel continuó construyendo carreteras e infraestructura cuyo uso está vedado a los palestinos, y por las que, con frecuencia, son conducidas las operaciones militares dentro y alrededor de las áreas en donde, supuestamente, se habría cedido el control.

 

La construcción del Muro de Israel dentro del territorio ocupado de Cisjordania, entrega otro ejemplo del permanente control de Israel sobre los palestinos y sus tierras. [xix] El Muro, un conglomerado de hormigón, cercas eléctricas, zanjas, alambre de cuchillas y torres con francotiradores, limita el acceso de los palestinos a su tierra y a sus recursos naturales y, además, restringe la libertad de movimiento de los palestinos dentro de su propio territorio.

 

Más aún, el ejército israelí mantiene su capacidad de controlar incluso aquellas áreas que fueron cedidas para administración palestina, siguiendo el criterio que definió el Tribunal de Nuremberg para aquellas áreas: "la prueba para la aplicación de un régimen legal de ocupación no está en si la potencia ocupante falla en ejercer el control efectivo sobre el territorio, sino que está en si posee la habilidad de ejercer tal poder. (Énfasis agregado)". [xx]

 

ii. Los Acuerdos de Oslo Específicamente Afirman que los Mismos No Cambiarán el Status Legal de los Territorios Palestinos

 

A pesar de que los Acuerdos de Oslo permitieron una limitada auto-administración para algunos palestinos, éstos expresamente reiteraban que la Franja de Gaza y Cisjordania continuarían siendo considerados "una unidad territorial" y que la retirada de los centros de población palestina no haría nada para "cambiar el status" de Cisjordania y de la Franja de Gaza.[xxi] Esto concuerda con el Artículo 47 de las Cuartas Convenciones de Ginebra, que específicamente afirman, en primer lugar, que la población ocupada no deberá renunciar a sus derechos, los cuales fueron otorgados por la Convención mediante acuerdos entre la Potencia Ocupante y las autoridades del territorio ocupado; y, en segundo lugar, que la Potencia Ocupante no deberá hacer nada para cambiar el status del territorio, como por ejemplo, anexionar territorio ocupado.[xxii]

 

iii. La Corte Internacional de Justicia, la Corte Suprema Israelí, las Naciones Unidas y la Comunidad Internacional Han Declarado que los Territorios Palestinos Siguen Estando Ocupados, A Pesar de los Acuerdos de Oslo

 

La Corte Internacional de Justicia, la Corte Suprema Israelí, [xxiii] las Naciones Unidas, [xxiv] y la comunidad internacional, [xxv] todas han declarado que Israel ocupa los Territorios Palestinos aún después de firmar los Acuerdos de Oslo. Más recientemente, en Julio del año 2004, al declarar que Israel continúa ocupando Cisjordania (incluyendo Jerusalén Oriental) [xxvi] la Corte Internacional de Justicia enfatizó que los Territorios Palestinos son "territorios ocupados en los que Israel tenía el status de Potencia Ocupante. Los eventos posteriores [luego de 1967]… no han alterado en nada esta situación."[xxvii]

 

B. No Hay Base Legal para el Argumento Israelí de que los Territorios Palestinos No se Encuentran Ocupados Debido a que Fueron Ocupados Durante una Guerra "Defensiva"

 

La mayoría de los historiadores, incluyendo a algunos israelíes, cuestionan la argumentación de Israel de que su ataque a Egipto, Jordania y Siria en 1967, fue "defensivo". [xxviii] Aún así, este punto es debatible al querer decidir si Israel ocupa los Territorios Palestinos: ningún concepto de conquista territorial, ya sea defensiva u ofensiva, existe bajo el Derecho Internacional. Éste último prohíbe la adquisición de territorio mediante la fuerza. [xxix] De otra manera, las naciones que deseen entrar en guerra para adquirir territorio, simplemente harían lo que hace Israel: calificar campañas ofensivas como "defensivas".

 

C. No Hay Base Legal para el Argumento Israelí de que los Territorios Palestinos No se Encuentran Ocupados Debido a que se Encontraban Previamente Ocupados por "Soberanos Ilegítimos"

 

Comentadores tales como Dore Gold, Presidente del Centro Jerusalén para Asuntos Externos, sostienen que, puesto que Egipto y Jordania llegaron a controlar la Franja de Gaza y Cisjordania, respectivamente, mediante una presunta guerra "ilegal" contra Israel en 1948, estos dos países son lo que él llama "soberanos ilegítimos."[xxx] Estos soberanos ilegítimos, argumenta Gold, no pueden declarar que un territorio que alguna vez fue territorio tomado ilegítimamente, y que se encuentra ahora bajo el control de un soberano legítimo es territorio "ocupado". Israel representa un soberano legítimo, según Gold, ya que conquistó los Territorios Palestinos que controlaban Egipto y Jordania, durante una guerra "defensiva" en 1967. (Ver la discusión arriba, en la sección VI.B)

 

De cualquier manera, Egipto y Jordania no eran "soberanos" durante su control de los Territorios Palestinos. Ellos eran, como lo es hoy Israel, "ocupantes" que mantenían control militar sobre estos Territorios. [xxxi] El desplazamiento por parte de Israel de Egipto y Jordania en cuanto a potencias ocupantes, no tiene relevancia en el actual status de Israel como tal potencia. A pesar de los reclamos israelíes de que no hay soberano legítimo en los Territorios Ocupados palestinos,[xxxii] la verdadera soberanía es la de la población indígena palestina, cuyos derechos de auto-determinación en su tierra se encuentran declarados y confirmados bajo el Derecho Internacional.[xxxiii]

 

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[i] Tim Llewellyn, “The Story T.V. News Won’t Tell,” The Observer, 20 de Junio, 2004.

[ii] Ver, e.g., Solomon Moore, “Los israelíes no se encuentran completamente instalados y adaptados: ‘Si abandonar este lugar fuera el precio para la paz, yo me iría,’ dice uno desde su suburbio en Cisjordania,” The Los Angeles Times, 18 de Junio, 2003 (declarando que "un estudio publicado el año pasado por la organización anti-asentamientos Paz Ahora muestra que un 77% de los colonos mencionaron que la calidad de vida era la razón principal por la que vivían en los territorios en disputa."); Carl Schrag, Editorial, “If Abbas Understands What Must Be Done,” The Chicago-Sun Times, 21 de Agosto, 2003 (apuntando "las actividades de los asentamientos judíos en los territorios en disputa"); Joseph Burger, “Expansion continues in disputed territories,” The Houston Chronicle, 23 de Julio, 2004; Karin Laub , “Israelí Court Quashes Bid by Reservists,” Associated Press as published in The Toronto Star, 31 de Diciembre, 2002 (declarando que "durante su sesión la alta corte eludió tomar la decisión sobre si la ocupación de 35 años de Israel sobre los territorios disputados viola el Derecho Internacional o no").

[iii] Ver, e.g., Greg Myre, “New Group Helps U.S. Jews Move to Israel,” The New York Times, 15 de Julio, 2004 (“Los palestinos piden la desmantelación de todos los asentamientos, los cuales han sido construidos en Cisjordania y Gaza, en tierra que Israel capturó en la Guerra árabe-israelí de 1967.").

[iv] Ver, e.g., Dore Gold, From ‘Occupied Territories’ to ‘Disputed Territories,’ Enero, 2002, disponible en, revisado por última vez el 25 de Julio, 2004.

[v] Ver, Corte Internacional de Justicia, Advisory Opinion, Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory, ¶¶ 74-78 (2004) (reiterando y reafirmando 37 veces que Cisjordania (incluyendo a Jerusalén Oriental), es territorio ocupado); Ver también, Declaration of Judge Buergenthal to the Advisory Opinion, ¶ 2 (2004). El Juez Buergenthal usa el término “Territorio Palestino Ocupado”, el cual es definido por la mayoría de las opiniones incluyendo Jerusalén Oriental.

[vi] Id. at ¶ 78.

[vii] La Corte Suprema Israelí declara que los Territorios Palestinos (incluida Jerusalén Oriental) se encuentran "ocupados" en un intento de justificar la confiscación de tierras palestinas. Bajo las leyes de ocupación, el ejército de la potencia ocupante tiene la autoridad para confiscar, temporalmente, la tierra necesaria para alcanzar objetivos de seguridad. Aún así, y a pesar de la regulación de la CIH que sostiene que la apelación de Israel de la necesidad militar no es convincente, Israel usa este argumento para promover su agenda política. Es por esto que las ilegales colonias (asentamientos) israelíes en los Territorios Palestinos fueron primeramente justificadas por Israel como "medidas temporales de seguridad" – el mismo lenguaje utilizado en el año 2004 para justificar el Muro.

[viii] 606 Il. H.C. 78, Ayub, et al. v. Minister of Defense, et al. (The Beth Case); 610 Il. H.C. 78, Matawa et al. v. Minister of Defense, et al. (The Bekaot Case), reprinted in Antoine Bouvier and Marco Sassoli, How Does Law Protect in War? Cases, Documents and Teaching Materials on Contemporary Practice in International Humanitarian Law, International Committee of the Red Cross, pps. 812-817, Geneva, 1999, hereinafter “ICRC 1999.”

[ix] Adjuri v. IDF Commander, 7015 Il. H.C. 02, 7019 Il. H.C. 02 (2002).

[x] Beit Sourik Village Council v. Commander of the IDF Forces in the West Bank, 2056 Il. H.C. 04 at ¶ 1 (2004).

[xi] Resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (1967).

[xii] Ver, e.g., U.S. State Department Country Report on Israel and the Occupied Territories, 2003, released 25 de Febrero, 2004, disponible en , última revisión 27 de Junio, 2004 (refiriéndose a Cisjordania, Gaza y Jerusalén Oriental como "territorios ocupados").

[xiii] Resolución 1544 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (2004) (citando las obligaciones de Israel, como "Potencia Ocupante", bajo el Derecho Internacional y refiriéndose a los Territorios como "ocupados" desde 1967); Resolución 58/292 de la Asamblea General de las Naciones Unidas(2004) (afirmando "que el status del Territorio Palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, permanece siendo el de una ocupación militar").

[xiv] Convention (IV) respecting the Law and Customs of War on Land and its annex: Regulation concerning the Laws and Customs of War on Land, 3 Martens Nouveau Recueil (series 3) 461, 187 Consol. T.S. 227, entrando a valer el 26 de Enero, 1910 (desde ahora en adelante, “Las Convenciones de la Haya”).

[xv] Robbie Savel, The Problematic Fourth Geneva Convention: Rethinking the International Law of Occupation, The Jurist, disponible en , última revisión el 9 de Junio, 2004 (afirmando que las Regulaciones de la Haya han adquirido status de Derecho Internacional Consuetudinario—esto es, un conjunto de normas internacionales vinculantes reconocidas por la comunidad de naciones—y que la mayoría de las declaraciones de la Cuarta Convención de Ginebra y su 1er Protocolo Adicional, también han adquirido tal status).

[xvi] U.S. v. Wilhelm List, Nuremberg Tribunal, 1948.

[xvii] Geneva Convention relative to the protection of Civilian Persons in Time of War, 75 U.N.T.S 287 (1949); Protocol Additional to the Geneva Conventions of 12 Agosto 1949, and Relating to the Protection of Victims of International Armed Conflicts (Protocol I), 1125 U.N.T.S. 3 (1979).

[xviii] Ver notas superiores 6-7 y 12-19 and texto adicional; Ver también notas inferiores 20-27 y texto adicional.

[xix] Para más información sobre el Muro de Israel, por favor visitar << http://www.nad-plo.org/wprimary.php>>, última revisión 4 de Julio, 2004.

[xx] U.S. v. Wilhelm List, Nuremburg Tribunal, 1948. En los que es comúnmente conocido como el Caso de los Rehenes (The Hostages Case), el Tribunal debió decidir si Alemania habría de continuar ocupando Grecia y Yugoslavia, aunque había cedido de hecho, el control de partes de aquellos territorios a fuerzas no-alemanas. El Tribunal sostuvo que Alemania seguía estando atada por las leyes de ocupación, porque mantenía la habilidad de ejercer el control a su voluntad.

[xxi] Agreement on Preparatory Powers and Responsibilities (9 de Agosto, 1994), Artículo XIII, Secs. 4, 5 (desde aquí en adelante, “los Acuerdos de Oslo”).

[xxii] Ver notas superiores 18 en el artículo 47 (declarando que "las personas protegidas que se encuentren en territorio ocupado no deberán ser privadas, en ningún caso o de ninguna manera, de los beneficios de la presente Convención debido a ningún cambio introducido, como resultado de la ocupación de un territorio, a las instituciones o gobierno de dicho territorio, ni siquiera por algún acuerdo entre las autoridades de los territorios ocupados y la Potencia Ocupante, ni por la anexión de toda, o parte, del territorio ocupado.")

[xxiii] Ver notas superiores 8-11 y texto adicional – aclarando, aún así, que la Corte Suprema Israelí, no considera a Jerusalén Oriental como "ocupada", ya que Israel unilateralmente la expandió y anexionó —una acción considerada ilegal por la comunidad internacional. Ver, e.g., Res. 478 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (1980).

[xxiv] Ver notas superiores 12-14 y texto adicional.

[xxv] Ver notas superiores 12-14 y texto adicional.

[xxvi] International Court of Justice, Advisory Opinion, Legal Consequences of the Construction of a Wall in the Occupied Palestinian Territory, at ¶ 78 (2004).

[xxvii] Id. at ¶ 78 (2004).

[xxviii] Ver, e.g., Ardí Imseis, On the Fourth Geneva Convention and the Occupied Palestinian Territory, 44 Harvard Int’l L.J. 65, 79-84 (2003) (aclarando que la mayoría de los historiadores, incluyendo a israelíes, creen que los llamados ataques preventivos de Israel no fueron defensivos; y citando el ex-General y Jefe de Estado israelí, Yitzhak Rabin: “Yo no creo que Nasser quisiera una guerra. Las dos divisiones que mandó al Sinaí… no habrían sido suficientes para desencadenar una ofensiva contra Israel. Él lo sabía y nosotros también lo sabíamos.

[xxix] Ver, e.g., Estatutos de las Naciones Unidas, Capítulo 1, Artículo 2, Párrafo 4 (1945) (afirmando que "todos los miembros deberán abstenerse, en sus relaciones internacionales, de la amenaza o el uso de la fuerza en contra de la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o de cualquier otro modo incoherente con los Propósitos de las Naciones Unidas.")

[xxx] Ver Gold supra en nota 4; ver también notas superiores 28, 29 y texto adicional.

[xxxi] Sólo el Reino Unido y Pakistán reconocieron la anexión por Jordania de Cisjordania y Jerusalén Oriental.

[xxxii] Ver Gold supra en nota 4 (argumentando un "revisionista perdido" esto es, nadie para volver al territorio – le da a Israel el título sobre la tierra).

[xxxiii] El derecho a la auto-determinación se encuentra expresado en los Estatutos de las Naciones Unidas, Artículo I(2) (1945). La Corte Internacional de Justicia ha reafirmado nuevamente el derecho a la auto-determinación del pueblo palestino en Julio del año 2004. Ver nota superior 27 en ¶ 118 (2004).

 

Lunes 18 de Febrero de 2008

UN EXPOLIO REVELADO

 

Por Juan Miguel Muñoz, Diario El País - España

Todo se presenta con apariencia de legalidad y bajo el paraguas de las sacrosantas razones de seguridad. Pero las sentencias del Tribunal Supremo israelí saltan en pedazos cuando los colonos de la Cisjordania ocupada, con el apoyo descarado de los Gobiernos de turno, andan por medio. Lo ha establecido un documento oficial israelí: más del 33% de las tierras en las que se han construido los asentamientos fueron confiscadas temporalmente por razones de seguridad, lo que, según la legislación israelí, impide que se puedan edificar colonias. Más aún. Eran predios de propiedad privada de palestinos. El concepto de temporalidad se interpreta de modo evidentemente laxo, porque el expolio dura ya 30 años, y afecta, según informa la ONG Paz Ahora, a 44 de las 120 colonias de Cisjordania, algunas de ellas de las más pobladas.

 

Desde hace un año Paz Ahora ha librado una batalla en los tribunales para que el Ministerio de Defensa entregara los informes que había elaborado sobre los campos de cultivo arrebatados a los campesinos palestinos. Casi nadie lo ignoraba. Las denuncias de varias ONG han sido constantes desde hace años. Sin embargo, los datos revelados ahora proceden de la Administración Civil, un organismo regido por militares a cargo de los asuntos concernientes a los asentamientos en Cisjordania.

 

En 1967, tras la guerra de los Seis Días, arrancó la empresa colonial en Cisjordania, y 120 asentamientos han florecido hasta la fecha. Sin contar las colonias salvajes, que nacen siguiendo un patrón que se repite hasta hoy día. Sin necesidad de retroceder más en el tiempo, sucedió el pasado miércoles en Maskiyot, en la ribera del río Jordán: un grupo de fanáticos religiosos judíos coloca unas caravanas en cualquier colina de Cisjordania; poco tiempo después disponen de tendido eléctrico. Más tarde, de suministro de agua. Y todo con el beneplácito de un Ejército que no deja pasar una en el territorio ocupado, siempre que se trate de palestinos. Son incontables las denuncias de organizaciones como Rabinos por los derechos Humanos, porque los colonos talan además los olivos de los campos cercanos y agraden a su antojo a los labriegos árabes.

 

Hasta finales de los años setenta del siglo pasado, la mayoría de los asentamientos eran levantados en tierras tomadas por el Ejército. En 1979, el Gobierno conservador de Menahem Begin decretó que la construcción de colonias o la ampliación de los existentes sólo podrían ejecutarse en terrenos de propiedad estatal, que ya es mucho decir en territorio ocupado, y en ningún caso por motivos de seguridad. La decisión siguió a un fallo del Supremo que prohibió la expropiación de unas fincas para la colonia de Elon Moreh, cerca de Nablus, porque no se apreciaba la "necesidad para la seguridad" del Estado. Pero cuando de los religiosos sionistas se trata, ni las propias leyes israelíes tienen vigencia.

 

Desde esa orden adoptada por Begin, al menos a 19 de las 44 colonias de Cisjordania han sido creadas en predios que no pertenecían al Estado y que se confiscaron por razones de seguridad. "Estos datos prueban que el robo sistemático de tierras con el propósito de establecer asentamientos fue llevado a cabo mediante el uso ficticio y completamente ilegal del término 'necesidades militares", afirma el abogado Michel Sfarad. "La ocultación de esta información durante todos estos años demuestra que las autoridades sabían que estaban cometiendo actos ilegales".

 

El propio Ejército admite la violación de las normas: "A comienzos de los años ochenta, algunos enclaves se alzaron para las bases militares y en varios casos se convirtieron después en asentamientos. En algunas ocasiones se confiscaron tierras para construir carreteras o edificios en las colonias existentes". Los motivos de seguridad aducidos no dejan de ser, a juicio de los demandantes, más que un simple subterfugio para extender la aventura colonial. "Los asentamientos", afirma Paz Ahora, "son una pesada carga en la que el Ejército debe invertir mucha mano de obra y recursos financieros para asegurar su construcción y las infraestructuras de acceso".

 

El tema es de la máxima relevancia y una de las materias más peliagudas en la incipiente negociación entre palestinos e israelíes. Hasta tal punto que el Ministerio de Defensa se ha opuesto tajantemente durante más de un año a que se diera a conocer el documento de la Administración Civil. "La publicación de esa información puede dañar la seguridad del Estado y las relaciones internacionales de Israel", alegó el ministerio ante el tribunal. Los tenaces letrados israelíes, que defienden los derechos de los propietarios palestinos y que han revelado los polémicos datos, discrepan: "El argumento de que ello afectaría a las relaciones diplomáticas de Israel es particularmente ridículo, dado que para todos los países del mundo la empresa de los asentamientos es en cualquier caso ilegal e ilegítima".

 

Miércoles 13 de Febrero de 2008

INVASIÓN DE GAZA: STOP ISRAEL, STOP

 

Por Maria José Lera, Rebelión.org

Una de las conclusiones del informe Winograd sobre el fracaso de Israel en la Guerra en Líbano fue, según Ben Yishai, la falta de objetivos precisos. Así que en un acto de garantizar el bien hacer de las fuerzas armadas en la inminente invasión de Gaza, ha revelado los CINCO OBJETIVOS de la operación:

 

1.- Proporcionar un espacio para que la Armada israelí opere libremente en la Franja y recopile toda la información de inteligencia que sea posible.

 

O sea, ocupación de la Franja, un territorio de 360 km2 con 1.5 millones de personas, ocupado por tanques que puedan operar libremente, y además, recopilar toda la información de inteligencia que sea posible; es decir, redadas, toques de queda, detenidos, torturas, asesinatos selectivos, y no selectivos….

 

Parece ser que obtener esa “información de inteligencia” es mucho más urgente que reparar la electricidad, permitir el paso a la ayuda humanitaria, reemplazar las bombas de extracción de aguas fecales, proporcionar combustible para los generadores…, o proporcionar maquinas a los hospitales, o simplemente medicinas y comida. 1 millón y medio de personas se están muriendo de frío, hambre y pena en Gaza.

 

2.- Reducir drásticamente el número de proyectiles lanzados desde Gaza

 

Esto significa “borrar del mapa” una zona de Gaza, desde donde lanzan los cohetes. Así de literal, lo que acarrearía un desplazamiento de la población interno hacia el centro insoportable; una población civil con la ayuda humanitaria bloqueada, y un desplazamiento de miles de personas sería la solución final, pues la miseria no da para más. Refugiados dentro de la misma Gaza, sin medicinas y a riesgo de epidemias.

 

“El ministro del Interior, Meir Sheetrit, llamó a “borrar del mapa” un barrio de la Franja de Gaza desde donde se presume que son lanzados la mayor parte de los misiles Kassam que caen sobre Sderot y otras localidades del sur israelí.”

 

“El viceprimer ministro Haim Ramon dijo que en Gaza debe “llover fuego”, y la canciller Tzipi Livni comenzó a preparar el terreno internacional al advertir que la comunidad mundial debe respaldar una ofensiva “para detener el lanzamiento de misiles”. “

 

3.- Destruir la infraestructura de Hamas y de todos los grupos militares palestinos

 

Si Hamas es el Gobierno legítimo de Palestina, ganador por mayoría absoluta en las elecciones, su infraestructura es la del Gobierno Palestino. Suponemos que destrozarán los ministerios que quedan en pie, el parlamento y el cuartel general (que creo es donde está el centro de la cuestión, de la “información de inteligencia”)*.

 

Allí nadie tiene infraestructura, salvo casas donde sobrevivir y algún auto. Estos supongo que serán igualmente atacados. Las casas de los de Hamas y otros grupos están en campos de refugiados, zonas densamente pobladas, y extremadamente humildes.

 

“... otros integrantes del gabinete insistieron en la necesidad de aplicar una estrategia de asesinatos selectivos de los líderes de Hamas.”.

 

4.- Cerrar el “Corredor de Filadelfia” entre Egipto y Gaza para prevenir la entrada de misiles en la franja al menos un 60%.

 

Volver a cerrar lo que destruyeron los palestinos, ese respiro de libertad que todos vimos será nuevamente clausurado; ahora con medidas más especiales para que nadie lo pueda volver a derribar, además en teoría ya no quedaría nadie ni de Hamas ni de ningún grupo militar, pues encerrados y sin personas ni armas para poderlo abrir.

 

El reducir el contrabando al 60% significa desalojar buena parte de Rafah, y destruirla para evitar los túneles. Esto significaría otro desplazamiento interno, en este caso del Sur al centro de la Franja, donde ya se agrupa casi un millón de personas.

 

5- Evitar casualidades entre palestinos tanto como se pueda

 

Este es el último objetivo.

 

También ha mencionado los OBJETIVOS ESTRATÉGICOS de la operación:

 

1.- Toppling Hamas y poner un gobierno estable palestino bajo monitorización internacional

 

Es decir, explicarle a Occidente que están haciendo un favor al mundo, poniendo como lideres a los moderados, a quienes ellos apoyan y que son demócratas. A cambio se elimina a los elegidos por el pueblo, y a quienes lo representan. De camino se elimina a sus seguidores y quienes les apoyan, es decir, a casi toda la Franja. Así, se eliminan a estas personas y además colaboraremos enviando tropas internacionales (presumiblemente de la OTAN) que serán los guardianes de Israel. Bonito plan.

 

(Gaza tiene una reserva de gas en el mar, apetitosa para Israel, y probablemente petróleo, suena la necesidad de un gobierno títere ¿no?).

 

2-. Eliminar los misiles desde Gaza, principalmente cohetes caseros

 

La estrategia de eliminar la caída de “cohetes terroristas” según Israel es el punto necesario para la autodefensa, por eso es un punto estratégico.

 

Para conseguir este objetivo lo único que tendrían que hacer es observar que cuando rompieron el muro no cayeron cohetes (ni uno solo); y simple y humanamente razonar que con una vida digna y sin ocupación los cohetes no caerían nunca (“es la ocupación, estúpido”, es la ocupación). Por el contrario, parece que el objetivo es provocar un desplazamiento interna de grupos humanos, en el ya campo de concentración de Gaza, y la muerte de muchos en esta lucha por la supervivencia.

 

3.- Conseguir el control de toda la frontera y pasos incluyendo el paso de Egipto y Gaza para algunos años, dirigido por Israel o a través de una coordinación con la Autoridad Palestina y los egipcios o mediadores internacionales

 

Nuevamente, la estrategia es asegurar el control de la Franja para prevenir ataques terroristas, y ¿Solana aceptará?

 

El objetivo real es el desplazamiento de Rafah, más muertes, control de la frontera para seguir asfixiando a la población que aún logre sobrevivir. Probablemente los europeos, Solana a la cabeza, ofrecerán su “ayuda”.

 

Alucino del papel de nuestros políticos, o no lo ven, o no quieren verlo. Hamas necesita urgentemente ser reconocido por Europa como el representante del pueblo palestino, esto es necesario si se quiere evitar la solución final, que tiene un inicio inminente.

 

Imagino que si les sale el plan probarán de nuevo con Líbano, y Cisjordania, Siria… e Irán, y continuamos con el plan del “nuevo oriente medio”….

 

Seguiremos contando

 

En el escenario internacional no hay que perderle ojo al dólar, y la bolsa de Irán que en principio abre el 19 de Febrero (si no cortan más cables de Internet).

 

* Información de inteligencia:

Cuando Hamas tomó el control de la Franja venciendo a los hombres de Dahlan, encontró al parecer mucha información secreta top level, muy valiosa y que seguro los israelíes están buscando desesperadamente (FBI, CIA, Mossad, y sus operaciones de inteligencia secreta). Sabemos que alguna se filtró hacia Egipto, pero de esto los medios no comentan nada. Hamas tiene demasiados secretos en su poder para seguir alguno con vida. La guerra es fuerte.

 

Miércoles 13 de Febrero de 2008

GAZA, EL INFIERNO A LA PUERTA DE CASA

 

Por Yigal Sarna, france-palestine.org/Rebelión.org (Traducido por Caty R.)

“Bombardear la Franja de Gaza, asediarla o invadirla no sirve de nada porque no existe ninguna forma de aplastar la resistencia de una población frente a un ejército extranjero”.

 

¿Qué estamos haciendo para apaciguar el infierno? Echar más leña al fuego. Todos los años matamos a cientos de sus habitantes, destruimos sus casas y vehículos, y pretendemos que las cosas se calmen. Así es como va el asunto en Gaza. Y así es como no funcionará jamás. Asesinamos a diecinueve personas en un día, entre ellos a los hijos de una personalidad (los hijos de Mahmud Zahar, uno de los dirigentes de Hamás), y pretendemos que reine la calma. Sigue una lluvia de Qassam. Simple rutina: el ejército israelí, con pocas ganas de entrar en la Franja de Gaza por miedo a incrementar las grandes pérdidas, procede a ataques indiscriminados, no selectivos.

 

La idea genial de una invasión por tierra florece de nuevo; es exactamente lo que se hizo al final de la segunda guerra de Líbano de 2006 –que dio como resultado las treinta y tres muertes inútiles de las últimas horas-. Una invasión de Gaza es como el tratamiento de la alopecia: todo el mundo habla de eso pero nadie se lo cree.

 

Supongamos que entrásemos en Gaza, que peináramos todas las casas y todos sus miserables campos y que procediésemos a detenciones. ¿Podríamos, sin embargo, limpiar la inmensa prisión que es Gaza, con su millón y medio de presos? ¿Arrestar a todos los hombres armados? ¿Encontrar todos los escondites de armas? ¿Podríamos permanecer allí, quizá un año, soñando con marcharnos? ¿No veríamos caer un diluvio de Qassam sobre nuestras cabezas durante la operación? Piensen en la guerra de Líbano y tendrán todas las respuestas.

 

No hay ninguna manera de aplastar la resistencia de un pueblo frente a un ejército extranjero: oí este mensaje cientos de veces de las bocas de los responsables del Shin Beth. No hay solución militar; y sin embargo, el sagaz abogado Olmert -que perdió su fe en el ejército e incluso se ha atrevido a denunciar el poder de éste para implicarnos a todos con él- sigue, erre que erre, con este método, impulsado por Ehud Barak, su ministro de Defensa, que por otra parte es su rival político y desea sacarlo de su puesto.

 

Es el mismo sistema de la Defensa que no pudo impedir a algunos hombres armados capturar al soldado Gilad Shalit (junio de 2006) en su tanque en Gaza. Es el mismo sistema de la Defensa que no pudo reanudar las operaciones inmediatamente después de la emboscada y rescatar al soldado; el mismo sistema que no pudo poner en marcha negociaciones rápidas y eficaces para obtener su liberación.

 

Digámoslo por enésima vez: Gaza es el infierno. Durante los cuarenta años que la Franja estuvo en nuestras manos -y está todavía en nuestras manos a pesar de nuestra salida, gracias a nuestros aviones espías, nuestras incursiones, nuestros colaboradores y nuestros candados-, no se construyó allí ni una habitación de hospital ni un pozo de agua potable. Es un infierno expuesto a bombardeos e incursiones nocturnas incesantes. Gaza es un infierno a la puerta de casa. Y mientras no sea más que un punching ball para nuestros soldados, mientras no haya ayuda ni verdaderas negociaciones diplomáticas, Gaza nos envenenará como un cáncer.

 

Ninguna incursión terrestre salvará a la ciudad de Sderot: Sderot y las ciudades palestinas de Khan Younis y Beit Hanoun están ligadas como siamesas. Cuanto más se hunda Gaza, cuanta más hambre tenga y más se sumerja en el desastre, abrasada, pulverizada y golpeada, más largo será el alcance de los cohetes. El alcance de los misiles es proporcional a la profundidad de la desesperación. Gaza no volverá a la calma hasta que no empiece a vislumbrar una esperanza.

 

Conozco este infierno triste, enfermo, polvoriento, sediento, muerto de hambre, sin trabajo y sin esperanzas. Estará siempre aquí, junto nosotros; y como todos los infiernos seguirá escupiendo llamaradas y nos abrasará.

 

Los que pretenden apagar el incendio con una incursión terrestre o asesinando a los hijos de las personalidades locales deberían leer el informe Winograd (sobre los fracasos de la guerra de Líbano en 2006). Todo está ahí: la demencia de la organización militar, la brutalidad del ejército y la ineptitud absoluta de las autoridades políticas frente al problema.

 

Yigal Sarna, israelí, es escritor y columnista del periódico de Israel Yediot Aharonot.

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.

 

Lunes 11 de Febrero de 2008

ES EL MOMENTO DE APLICAR EL TRATAMIENTO SUDAFRICANO EN EL APARTHEID ISRAELÍ

 

Por Omar Barghouti, www.nodo50.org / PACBI

(Traducción del inglés: Beatriz Morales Bastos)

En estos momentos la mayoría de los palestinos reconocen una forma de apartheid en el consolidado sistema israelí de colonialismo, racismo y negación de los derechos humanos básicos. De hecho, los palestinos están lejos de ser los únicos en considerar así a Israel; importantes intelectuales, políticos y abogados de derechos humanos sudafricanos suscriben la misma idea

 

Se ha restablecido la calma tras casi nueve días de incontrolable desbordamiento de unos 700.000 habitantes del millón y medio que pueblan Gaza en dirección hacia la ciudad fronteriza de Rafah y su población vecina inmediata, Arish. Los funcionarios egipcios predicen que toda la frontera estará acordonada de nuevo dentro de las próximas 48 a 72 horas [1].

 

Sin embargo, lo que ya no es probable que pueda implantarse otra vez es el asedio total con el que Israel ha tratado –con muy pocas protestas por parte del mundo, si es que ha habido alguna- de aplastar Gaza. Mientras funcionarios israelíes y estadounidenses han estado demandando que Egipto selle sin más sus fronteras y abandone a su suerte a Gaza, los funcionarios egipcios manifiestan que se sabe de hecho que es prácticamente imposible mantener la política de cierre del cruce que Egipto adoptó de conformidad con las normas internacionales que regulaban su funcionamiento y que exigían la presencia de observadores y guardia fronteriza de la Unión Europea y de la Autoridad Palestina, que habían salido de Gaza cuando Hamastomó allí el poder en junio del año pasado.

 

“Los israelíes y los estadounidenses pueden decir todo lo que quieran. Pero saben que Egipto tiene que actuar siguiendo sus intereses”, comentó un funcionario egipcio que pidió mantener el anonimato. Y explicó que, ciertamente, no favorece los intereses de Egipto ignorar el hecho de que habrá otro estallido en cuanto se selle totalmente otra vez el cruce de Rafah bajo el inmisericorde asedio israelí contra Gaza. Esa es una situación que nos da mucho miedo. Preferimos trabajar para asegurar un mecanismo rápido e internacionalmente aceptado para que el cruce de Rafah sea operativo”, añadió el funcionario.

 

En opinión de Egipto, para asegurar un operativo legal y rápido de fronteras se necesitaría o bien asegurar el consentimiento de Hamas para que se reinstaure el acuerdo de fronteras suspendido al pasar esa organización a controlar Gaza, o bien, alternativamente, introducir un nuevo acuerdo que sea aceptable para ambas partes, para Israel y para la comunidad internacional. Sin embargo, ambos escenarios, necesitan de un acuerdo entre Hamas y Fatah cuando no de una reconciliación total.

 

“Apelo a todo el pueblo palestino, a todas sus facciones, para que den prioridad a la necesidad de poner fin al sufrimiento del pueblo palestino”, dijo el Presidente Hosni Mubarak a principios de la semana pasada antes de hacer un llamamiento a la reconciliación entre Hamas y Fatah, que El Cairo se dispondría a acoger.

 

El llamamiento de Mubarak a la reconciliación palestina no es exactamente nuevo. Egipto ha intentado durante los últimos meses, de cuando en cuando y sin éxito alguno, tapar la infinidad de grietas en las filas palestinas.

 

Sin embargo, el reciente llamamiento de Mubarak a la reconciliación palestina comporta una nueva firmeza. “Antes, Egipto quería solventar las diferencias palestinas para asegurar la unidad palestina en el momento de las negociaciones israelí-palestinas. Ahora, es mucho más que eso. Egipto quiere asegurar que las cuestiones y diferencias entre palestinos se diriman dentro de los territorios palestinos y no se extiendan por los vecinos territorios egipcios, como hemos venido presenciando durante las últimas semanas”, comentó el funcionario egipcio.

 

El llamamiento de Mubarak a la unidad palestina se topó con las críticas abiertas o secretas de los funcionarios israelíes y estadounidenses que no ocultan nada su deseo de aislar y finalmente excluir a Hamas. Sin embargo, sí fue apoyado con toda firmeza por la Liga Árabe y tibiamente por los europeos.

 

Por su parte, los dirigentes de Hamas manifestaron rápida y repetidamente su bienvenida ante el llamamiento de Mubarak al diálogo palestino. Fue el Presidente palestino Mahmud Abbas quien declinó, casi con malos modos, la iniciativa egipcia.

 

Cuando el Presidente Mubarak se dirigía en El Cairo a los informadores el 27 de enero en una conferencia de una hora de duración, Abbas anunciaba que no había avance alguno en la reconciliación nacional palestina. Se expresó con inexplicable y bastante arrogancia y firmeza al rechazar los esfuerzos egipcios, culpándoles de desviar sus intentos para que Hamas le “devolviera Gaza” antes de comenzar algún diálogo de reconciliación. En efecto, Abbas no se cortó un pelo en criticar duramente a Hamas y no ocultó sus incitaciones a Egipto en contra de la facción militante islamista palestina, cuyos dirigentes se esperaba que llegaran al Cairo el pasado miércoles para mantener conversaciones con los funcionarios egipcios sobre los escenarios posibles desde los que hacer frente al estado de sitio impuesto por Israel, para tratar sobre el diálogo palestino, para encontrar “nuevas” vías a fin de reabrir el cruce de Rafah y discutir la complicada relación entre Gaza y Egipto.

 

Abbas alertó a los funcionarios egipcios que de “no tiene intención” de reunirse con los dirigentes de Hamas que llegaban desde Gaza ni con el dirigente de Hamas que vive en Damasco, Jaled Meshaal, que también comparecía desde el capital siria. Esos funcionarios dicen que son conscientes y que tienen en cuenta el resentimiento de Abbas hacia Hamas. Sin embargo, se apresuran a añadir que, en vista de su incapacidad para debilitar a Hamas, Abbas necesita aprender a vivir con Hamas. Lo menos que Abbas debería hacer, añaden, es hablar directa o indirectamente con sus rivales políticos islamistas acerca de los procedimientos para afrontar los problemas diarios, colocando la cuestión del cruce de Rafah en el primer punto de la agenda.

 

El Cairo está en gran medida preocupado porque si continúa la falta de coordinación entre Hamas y la Autoridad Palestina, Gaza pasará a formar parte de las preocupaciones de Egipto de forma directa o indirecta.

 

El gobierno del Primer Ministro palestino Ismail Haniyeh dice que quiere proponer que los acuerdos para la terminal de Rafah impliquen beneficios económicos para Egipto como medida provisional para impedir más colapsos de la economía de Gaza con motivo de las presiones del asedio instigado por Israel. “Estamos buscando poner fin a los vínculos económicos de Gaza con Israel y que pase Egipto a asumir el control”, dijo Haniyeh a Al Ahram Weekly. “No tenemos miedo de romper nuestros lazos económicos con Israel, porque son esos lazos los que han causado el colapso económico en Gaza durante el asedio en curso”.

 

Tal propósito no carece de contexto histórico. Egipto tuvo el control administrativo de Gaza durante los períodos que fueron de 1948 a 1956 y de 1957 a 1967. También se subraya el deseo de Hamas de aceptar el patronazgo egipcio como medio de mantenerse a flote frente a las presiones israelíes, estadounidenses y de Abbas.

 

“Está claro que el ocupante israelí quiere que Egipto soporte la carga de Gaza”, dijo al Weekly el portavoz de Hamas Fawzi Barhoum, reforzando la credibilidad de los argumentos que mantienen que la separación permanente entre Gaza y Cisjordania forma parte de la agenda estratégica israelí para que sea inviable un estado palestino.

 

“Debe comprenderse que el requerimiento palestino de un acuerdo permanente con Egipto no significaría en manera alguna el fin de las responsabilidades israelíes hacia Gaza, sobre todo en cuanto a poner fin a la ocupación.”

 

“No podemos caer en esa trampa”, comentó una fuente egipcia. Añadió que Egipto no puede hacerse cargo de los riesgos administrativos, económicos o de seguridad que Gaza conlleva, por no mencionar las complicaciones legales internacionales o nacionales de liberar a Israel de sus responsabilidades como poder ocupante y cargar a Egipto con el control de territorios y población extranjera. “Los palestinos tienen que encontrar una forma de coordinarse entre ellos”, añadió el funcionario.

 

Sin embargo, la coordinación puede parecerse más a la imposición de un fait accompli [2]. En palabras del Ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad Palestina: “A Hamas se le informará de este acuerdo y tendrán que aceptar la presencia de la Guardia Presidencial Palestina en la frontera. Esta la posición egipcia, según nos fue presentada por el Ministro de Asuntos Exteriores egipcio Ahmed Abul-Gheit y el Jefe de la Inteligencia General Omar Suleiman”.

 

Seguramente, Hamas no está totalmente en contra del despliegue del personal de seguridad de la AP en los cruces de frontera. Sin embargo, al movimiento le gustaría ver que un paso de ese cariz formara parte de un paquete global que permitiera de algún modo la participación de Hamas en algún control mínimo de los cruces de frontera. A Hamas le gustaría también que la reposición de los guardias de la AP en las fronteras formara parte de un proceso más amplio de reconciliación palestina.

 

Por su parte, Abbas no parece ser lo suficientemente independiente como para llegar a la concordia con Hamas, ya que tal reconciliación, aunque fuera tácita, disgustaría y quizá le alienaría de sus patrocinadores políticos y banqueros, especialmente los de Occidente. Los ayudantes de Abbas sostienen que eso facilitaría a Israel los deseados pretextos para desengancharse de las conversaciones de paz con los palestinos, a pesar de la evidente falsía de esas conversaciones, dados los sombríos resultados de los numerosos encuentros a alto nivel entre Abbas y el Primer Ministro israelí Ehud Olmert. La última reunión Abbas-Olmert de principios de la pasada semana fracasó al admitir el dirigente palestino que no habría flexibilidad alguna por parte de Israel a la hora de reducir el duro asedio impuesto contra Gaza. Abbas sabe muy bien que la persistencia del bloqueo es la mejor oportunidad que tiene en sus manos para debilitar a Hamas.

 

Según críticas de algunos diplomáticos árabes, la incapacidad de Abbas para vencer a Hamas fuera de Gaza se ha convertido en una obsesión por encima de todas las demás cuestiones. Dicen que es necesario que el dirigente palestino, que ha mostrado mucha más tolerancia hacia el dirigente israelí que asesina a civiles inocentes palestinos, exhiba también algo de tolerancia hacia su rival político. A los ojos de esos diplomáticos, lo que Abbas está haciendo ahora es algo parecido a colocar en un segundo plano las negociaciones/lucha israelí-palestinas, implicándose demasiado en una lucha palestina interna.

 

En Damasco, la semana pasada [3], la mayoría de las facciones políticas palestinas, incluyendo a Hamas e incluso a miembros del Fatah presidido por Abbas, lanzaron una advertencia contra la suplantación de la causa de la independencia palestina con las ansias de poder que Abbas ha estado mostrando.

 

Según Talal Naji, uno de los principales organizadores de la conferencia, el evento tenía como objetivo “enfrentar” los peligros que amenazan a la causa palestina, enumerando los siguientes: expulsión de los palestinos de los territorios ocupados; expansión de los asentamientos israelíes; acuerdo israelí-estadounidense sobre los asentamientos; “y el proyecto imperial”. Se cree que las actuales negociaciones secretas entre la AP e Israel se están centrando en una serie de artimañas que implican concesiones importantes de la parte palestina, incluida la renuncia al derecho al retorno de los refugiados. “Nosotros, los que estamos aquí, no somos la oposición palestina”, dijo Meshaal, el dirigente político de Hamas. “Somos parte integral de la legitimidad y movimiento nacional palestino”. Añadió que Hamas está dispuesto a comprometerse en un diálogo “incondicional” con Abbas bajo el patronazgo árabe.

 

Según Moussa Abu Marzouk, director adjunto del buró político de Hamas, “esta conferencia implica un mensaje dirigido a todo el pueblo palestino, incluido Abbas, de que nuestra causa está muy clara y que no han cambiado nuestras constantes respecto a la liberación de nuestra tierra”. Esa liberación tendrá lugar mediante la resistencia directa y a través del paraguas político de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), dijo al Weekly.

 

Según Meshaal, “nadie puede monopolizar la causa palestina, ni Hamas en Gaza ni Abbas en Cisjordania”.

 

Ni Hamas ni Fatah deberían ser el problema. Esto era lo que declaraban muchos de los palestinos que estaban haciendo en Rafah y Arish la pasada semana comprando a toda prisa una serie de productos básicos antes de que las fronteras volvieran a sellarse. “Deberían preocuparse por nosotros. Estamos sufriendo mucho. Sufrimos por la ocupación y por presenciar esos enfrentamientos entre hermanos”, dijo Randa, una mujer palestina que volvía de nuevo desde Rafah a Gaza.

 

N. de la T.:

[1] Transcurridas ya, en el momento de traducir este artículo.

[2] Fait accompli, en francés en el original, significa hecho consumado.

[3] Se refieren a la semana que transcurrida entre el 20-27 de enero.

 

Domingo 03 de Febrero de 2008

HABLA EL LÍDER PALESTINO MUSTAFA BERGHOUTI

“HAMAS SIEMPRE QUISO ACORDAR”

 

En enero del 2005 un outsider se enfrentó al líder palestino de Al Fatah, Mahmoud Abbas, en las elecciones presidenciales. Aunque Abbas se transformó en el sucesor de Yasser Arafat, Mustafá Barghouti quedó segundo con un 20 por ciento de los votos. Un año después su carrera ascendente lo catapultó a la dirección del Ministerio de Información en el gobierno de unidad de Fatah y Hamas, hasta que la coalición se partió en 2007 en medio de las luchas intestinas y el creciente bloqueo israelí. A los 58 años, el médico y antiguo líder del Partido Popular Palestino (ex Partido Comunista) se ha convertido en un reconocido activista contra la ocupación israelí.

 

“Gaza es el mayor gueto de la modernidad. Es peor que Varsovia”, señaló Barghouti en entrevista con Página/12. En 2002, decidió fundar junto al fallecido Edward Said la Iniciativa Nacional Palestina, un movimiento democrático no violento que le dio su actual bancada independiente en el Parlamento. Por medio de esa plataforma, Barghouti apuesta a la unidad, un estado soberano y a la reforma de las instituciones sobre el territorio que Israel ocupó en 1967. “Somos la tercera opción”, dice, distanciándose de Al Fatah y Hamas. Escéptico de los acuerdos de paz firmados en Annapolis, el líder reformista cree que Israel busca un gobierno títere en Palestina.

 

– ¿Cómo sigue la situación en Gaza frente al embargo de Israel?

–Muy mala. Continúa la crisis humanitaria y muere gente por falta de acceso a la medicina. Israel continúa bloqueando la electricidad y el combustible.

 

– ¿Por qué se dice que Palestina, y en especial Gaza, son un gueto?

–Hay muchos guetos, pero Gaza es el mayor. Es como lo que los alemanes les hicieron a los judíos. Los palestinos fueron expulsados de sus tierras e Israel las ocupa desde hace 40 años. Es la ocupación más larga de la modernidad. El Estado israelí confiscó el agua y construyó asentamientos en Palestina. Nos fuerza a comprarle agua y electricidad por un precio superior al que pagan ellos, es peor que el apartheid y el gueto de Varsovia. Nos amenazan todos los días para abandonar la tierra, Palestina es la víctima. En 2007 murieron 10 de 4000 soldados israelíes, mientras que ellos mataron a 462 palestinos. Desde enero Israel mató a 50 palestinos y Palestina a nadie. Es claro quién es el agresor.

 

– ¿Cuál es el motivo del embargo israelí?

–Por un lado, hay inversiones en gas en Gaza, que es una fuente importante de ese recurso. Hubo un acuerdo entre una empresa inglesa y Palestina para usarlo, pero el embargo lo impidió. Por otro, desde que comenzó el bloqueo en 2006, la estrategia es sofocar a la gente. No es producto de la victoria electoral de Hamas en junio de ese año. Cuando se formó el gobierno de unidad entre Hamas y Al Fatah en marzo de 2007, el bloqueo se mantuvo igual.

 

–Pero en 2005 el premier Ariel Sharon se retiró de Gaza...

–Porque sabía que no podía controlar el territorio. El quería cambiar la fórmula demográfica y entonces se fue cercando mar, aire y tierra. Lo que hizo fue separar a Gaza de Cisjordania.

 

–Israel sostiene que el bloqueo se debe a que Hamas nunca cesó el fuego.

–Hamas siempre intentó llegar a un acuerdo. En noviembre del 2006 acordaron un cese del fuego que duró dos meses porque Israel siguió matando palestinos, lo que llevó a que se arrojaran misiles de nuevo contra Israel. Durante el gobierno de unidad en marzo del 2007, cuando yo era ministro, ofrecimos una tregua, pero fue rechazada por Israel. El embargo continuó con el apoyo de la comunidad internacional.

 

– ¿Por qué se quiebra el gobierno de unidad?

–Las hostilidades entre Al Fatah y Hamas fueron instigadas por el embargo, mientras que el partido de Abbas era apoyado por Estados Unidos. Ahora Fatah tiene un acuerdo con Washington, por el cual recibe entrenamiento militar para proteger al país ocupante, que tiene probablemente la cuarta fuerza militar del mundo. Israel quiere transformar a la Autoridad Palestina en un subagente de seguridad, en un gobierno títere, como sucedió en Sudáfrica. Y Abbas cree que puede hacer la paz a través del presidente norteamericano George W. Bush, pero es una ilusión. Desde Annapolis los ataques de Israel han aumentado un 120 por ciento, la construcción de asentamientos sigue creciendo y se mantienen los puestos de control israelíes dentro de Palestina. ¡Cómo podemos hablar de paz! Israel no quiere negociar y Bush abandonó las leyes internacionales, mientras la comunidad internacional ha hecho silencio frente a los crímenes del Estado israelí.

 

– ¿Qué opina de la política de Al Fatah y Hamas?

–Hamas comete los mismos errores que Al Fatah. Ambos usan clientelarmente a la gente y pelean por la autoridad sin tenerla en un gobierno de ocupación. Los intereses deben ser la unidad nacional. La salida es democracia y elecciones que sean respetadas por el mundo.

Entrevista: Juan Manuel Barca.

 

Domingo 03 de Febrero de 2008

PALESTINA, EGIPTO E ISRAEL NEGOCIAN UN NUEVO ENTENDIMIENTO PARA LA FRANJA

Final incierto para el bloqueo de Gaza

Mientras los líderes políticos de la Franja aprovechan la nueva situación para romper la dependencia del abastecimiento israelí, la Autoridad Palestina busca hacer pie nuevamente en la Franja, el gobierno israelí busca afanosamente un plan B y Egipto pide garantías.

           

Por Sergio Rotbart

Desde Tel Aviv

La caída del muro de separación entre la zona sur de la Franja de Gaza y Egipto, próxima a la localidad de Rafah, sigue generando reacciones y reposicionamientos en las dirigencias de las tres partes afectadas por la nueva realidad creada a raíz de la ausencia de un límite efectivo: los palestinos, el gobierno egipcio y el israelí. Ayer fue el turno del líder del Hamas y destituido primer ministro Ismail Haniyeh, quien declaró que Gaza debe romper las relaciones económicas con Israel y, en cambio, recibir combustibles y energía eléctrica de Egipto. Este último país, según Haniyeh, “cuenta con mayor capacidad para abastecer las necesidades de Gaza”. El líder del movimiento islamista señaló: “Desde el momento en que fuimos elegidos, dijimos que queremos avanzar hacia la ruptura de las relaciones económicas entre nosotros e Israel”.

 

Las declaraciones de Haniyeh se inscriben en el marco de las conversaciones que mantienen con funcionarios egipcios en torno del problema fronterizo las dos representaciones palestinas rivales: la de Hamas, que controla la Franja de Gaza, y la de Fatah, con sede en Ramalá (Cisjordania). La disputa entre ambas se centra ahora en quién controlará el límite egipcio-palestino una vez que éste vuelva a funcionar. Para Hamas, la nueva situación implica un punto de no-retorno al cierre hermético de Gaza y a la política del bloqueo impuesta por Israel desde que los islamistas ganaron las elecciones, en febrero de 2006. En tal sentido se expresó Ismail Haniyeh a su regreso de El Cairo. “No permitiremos cerrar nuevamente el paso de Rafah”, dijo. Otro dirigente de Hamas en Gaza, Mahmud Zahar, afirmó que su movimiento recuperará el control del límite en cooperación con Egipto.

 

Por su parte, el presidente de la Autoridad Palestina (AP) y máximo líder de Fatah, Mahmud Abbas, negó la posibilidad de reanudar el diálogo con Hamas y calificó al movimiento rival de “golpista”. Abbas también conversó con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, sobre las opciones reales de asegurar el cierre de la frontera sur de Gaza. El dirigente sostuvo que la AP es el único organismo palestino legítimo capaz de controlar el tránsito de civiles y mercaderías en el paso de Rafah.

 

El derrumbe del muro de separación entre Gaza y Egipto también pone en un serio aprieto al gobierno israelí. Si bien los voceros oficiales expresan su preocupación por el peligro que implica la falta de controles a lo largo del límite sur del país, en los medios ya se habla del rotundo fracaso de la política del bloqueo contra Gaza. De hecho, los ataques con cohetes Qassam contra poblados israelíes lindantes con Gaza han cesado desde que cientos de miles de habitantes de la franja cruzaron la frontera para comprar en los comercios egipcios los productos básicos que no encontraban en sus vecindarios. Tanto los bombardeos aéreos “selectivos” a Gaza como los recortes en el suministro de electricidad y combustibles ordenados por Israel no consiguieron el efecto buscado, es decir la esperada presión popular a la dirigencia de Hamas para que dé la orden de dejar de atacar objetivos israelíes. Por el contrario, la lógica de la represalia colectiva por la fuerza sólo reforzó la motivación a seguir lanzando proyectiles caseros.

 

En opinión de la periodista Amira Haas, que hace varios años sigue de cerca la vida de los palestinos bajo la ocupación israelí, la planificada caída del muro de separación en el sur de Gaza abre la posibilidad de encauzar la política de resistencia en la senda de la “rebelión popular”. A diferencia de la “lucha armada”, que contribuye a difundir la imagen de los palestinos como atacantes contra civiles, la protesta popular logró romper las reglas de juego determinadas por Israel y, al mismo tiempo, concitar la atención mundial en la apremiante situación de Gaza y en la responsabilidad del gobierno israelí. Según la periodista israelí, para que ese giro estratégico dé resultados positivos, los palestinos deben sortear dos grandes obstáculos. El primero es la tentación de la “lucha armada”, que intentará aprovechar la apertura del límite con Egipto para reanudar los ataques con cohetes Qassam o realizar atentados suicidas en Israel. Se trata de una “promesa hueca”, cuyo efecto perjudicial supera a cualquier efectividad momentánea o parcial.

 

El segundo obstáculo es la negativa del gobierno de Ramalá (Mahmud Abbas) a dialogar con el gobierno de Gaza (Ismail Haniyeh). “Ambos representan al mismo pueblo conquistado y al mismo territorio que se encuentra bajo colonización creciente”, señala Haas. Y plantea: “Abbas se reúne con Ehud Olmert, sin condicionamiento alguno, el mismo fin de semana que Israel impone contra Gaza el bloqueo más cruel hasta ahora conocido pero, ¿no puede hablar con Ismail Haniyeh sin que éste acepte sus condiciones previas? Es que este boicot está contribuyendo a mantener la división que Israel tanto quiere profundizar”. La periodista concluye: “En la medida en que se demoran las conversaciones directas entre ambas dirigencias sobre las formas prácticas de levantar el bloqueo contra Gaza, aumenta la sospecha de que, efectivamente, tal como argumentan sectores del Hamas, el gobierno de Ramalá escucha a Bush y a Olmert, pero no a su pueblo”.

 

Domingo 03 de Febrero de 2008

ESCENARIO

Coma dos

 

Por Santiago O’Donnell

La política del premier israelí Ehud Olmert de aislar y hambrear al 1,4 millón de palestinos que habitan la Franja de Gaza no parece estar dando resultados.

 

El 23 de enero pasado, explosivos del movimiento Hamas abrieron un buraco en el paredón que Israel había construido en la frontera entre la franja y Egipto en el paso de Rafah. Decenas de miles de palestinos se lanzaron sobre las ciudades egipcias en la frontera para comprar los alimentos y suministros necesarios para sobrevivir. Vaciaron dos ciudades y tres días más tarde volvieron a Gaza mientras los soldados antimotines del ejército egipcio miraban sin hacer nada. Desde entonces el paso se mantiene abierto bajo el control de autoridades de Hamas y de Egipto. Así se restableció el abastecimiento de víveres y combustibles en la franja, a pesar del boicot israelí. Olmert y sus aliados quedaron pedaleando en el aire. Y el plan de paz urdido en Annapolis en diciembre pasado –haciendo de cuenta que Gaza y Hamas no existen– quedó sepultado bajo los escombros del muro de Rafah.

 

El paredón se había alzado en el 2006 para sellar la frontera egipcia después de que Hamas, liderado por Ismael Haniyeh, ganara el derecho a formar el gobierno de la Autoridad Palestina tras imponerse en elecciones libres y limpias. Se las había ganado al partido Al Fatah del presidente Mahmud Abbas. A diferencia de Al Fatah, Hamas es un partido-movimiento islamita que no reconoce al Estado de Israel. Sus milicias hostigan las ciudades fronterizas israelíes con constantes lanzamientos de cohetes Qassam que rara vez matan pero causan un severo daño psicológico a la población.

 

Ante semejante desafío, Olmert decidió que la mejor respuesta era imponer un boicot internacional con el apoyo de sus aliados Estados Unidos, la Unión Europea, Egipto y Jordania, y cazar a los lanzacohetes con bombardeos y operativos comando que sí suelen ser mortíferos para los milicianos y también muchas veces para civiles inocentes, asegurándose de que la proporción de muertos entre palestinos e israelíes sea mucho más grande que diez a uno.

 

Olmert tenía un sueño: quería ser como Sharon. El general Ariel Sharon, fundador del partido Kadima, era un hombre muy querido y muy odiado, héroe de guerra, facilitador de masacres en campamentos de refugiados, salvador de la patria, traidor de colonos, el prototipo del hombre duro que en su vejez pareció entender que hay guerras que nunca terminan mientras mandan los guerreros. Sharon cerró su carrera ordenando a su policía desalojar a miles de colonos israelíes de la Franja de Gaza en agosto del 2005, colonos que él mismo había alentado a instalarse allí para hacer patria, pero que más tarde evacuó para facilitar la creación de un Estado palestino.

 

Pero el general no había perdido las mañas. Se había convencido de que había que negociar con los palestinos, sí, y que inevitablemente había que ceder territorio y volver a las fronteras establecidas por las Naciones Unidas, pero que había que hacerlo gradualmente y desde la fuerza, nunca desde una posición de debilidad. Seis meses después de ordenar el repliegue de Gaza, Sharon sufrió un derrame cerebral y cayó en un coma profundo que persiste hasta hoy. Olmert lo reemplazó al frente del gobierno y de Kadima. Tres meses después Olmert ganaba las elecciones con la promesa de hacer en Cisjordania lo mismo que Sharon había hecho en Gaza, evacuar colonos, para así poder trazar la “frontera definitiva” de Israel.

 

Para poder hacer todo eso, según las enseñanzas del maestro, había que demostrar fuerza. Al poco tiempo de asumir Olmert tuvo la oportunidad de desplegarla cuando Hamas secuestró a un soldado israelí en un paso fronterizo. Olmert respondió invadiendo Gaza. Entonces otro grupo islamita, Hezbolá, intuyendo que Olmert no era ningún Sharon, decidió mojarle la oreja secuestrando otros tres soldados israelíes, esta vez en la frontera con Líbano. Entonces Olmert invadió Líbano y la guerra terminó en un fracaso militar y político que hoy jaquea su carrera.

 

Al verse derrotado en el Líbano y ante el crecimiento de la derecha liderada por Benjamin Netanyahu, Olmert entendió que la única manera de sobrevivir en el poder era haciéndose el duro con los palestinos.

 

Por un tiempo, la estrategia de Olmert pareció funcionar. El boicot tensó la relación entre Hamas y Al Fatah y puso a Palestina al borde de una guerra civil, hasta que en junio del año pasado se hizo una repartija: Hamas tomó control de Gaza y Fatah quedó en control de la más próspera Cisjordania, donde viven más de dos millones de palestinos y más de 200.000 israelíes.

 

Cuando se dividió el control del territorio palestino Olmert llegó a la conclusión de que había llegado la hora de profundizar la herida. Entonces tendió puentes con Al Fatah por un lado y por el otro ajustó el torniquete sobre Gaza. Así, ignorando las protestas de la Cruz Roja y las Naciones Unidas, cortó el flujo de hasta la más elemental ayuda humanitaria hacia la franja, incluyendo el diesel de la Unión Europea para alimentar la única usina generadora, responsable del suministro del 30 por ciento de la energía eléctrica de toda Gaza.

 

Pero el aislamiento de los palestinos de la franja tuvo el efecto contrario al esperado por Olmert. La población se unió y la popularidad y el poder de Hamas crecieron. Según un artículo del diario israelí Haaretz, después del último asalto del ejército israelí sobre Gaza, en noviembre pasado, los reservistas del ejército israelí que tomaron parte en el operativo volvieron impresionados por la disciplina y la capacidad táctica de las tropas de Hamas. Ya no se enfrentaban con pandillas desorganizadas sino con un verdadero ejército, dijeron los reservistas.

 

En eso llegó Bush con la cola entre las piernas de Irak, con órdenes estrictas del panel de expertos de su Congreso, que le exigía hacer algo con Israel y Palestina para destrabar todo el lío de Medio Oriente. La idea de Condolezza Rice y los suyos era dejar a Gaza en “stand-by” con sus cohetes y sus necesidades básicas insatisfechas, para negociar con Al Fatah un acuerdo para Cisjordania.

 

La iniciativa de Bush le vino bárbaro a Olmert, porque le permitió tirarles un hueso a los laboristas, sus socios de coalición, que siguen apoyándolo no por convicción sino por temor a la alternativa. Pero es difícil que Olmert, debilitado como está, pueda avanzar más allá de la retórica sin perder su mayoría parlamentaria. Algunos de sus socios menores ya le han hecho saber que le quitarán su apoyo en cuanto haga su primera concesión en la mesa negociadora.

 

Del otro lado del mostrador, los palestinos de Al Fatah también se quedaron sin margen para negociar desde que la situación en Gaza se hizo insostenible. Es difícil ignorar el hacinamiento de un millón y medio de palestinos y al mismo tiempo pretender representarlos en una negociación con los responsables directos de la hambruna.

 

Cuando asumió, en el 2006, Hamas dejó en claro que no tenía ninguna intención de negociar con Israel. Ahora Hamas dice que quiere negociar, pero Olmert rechaza el diálogo. Mejor dicho, para negociar exige que Hamas suspenda los lanzamientos de cohetes, pero ésa es la única ficha que los islamitas conservan. Ante esta encrucijada Hamas le tiró la presión a Egipto.

 

Un día después del cierre de la planta generadora de Gaza, Hamas canalizó el descontento popular en dirección al muro israelí en la frontera egipcia. El buraco sirvió de válvula de escape. Cuando llegó la avalancha de palestinos, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, se negó a reprimir. En vez de una rebelión en Palestina, Olmert se encontró con que había creado una crisis internacional que lo pone en una situación incómoda con su principal aliado árabe. Egipto no quiere más desbordes fronterizos y no tiene problemas en hablar con Hamas. Prefiere que la frontera la cuide Al Fatah, pero con un acuerdo que no deje afuera ni a Hamas ni a Israel. En eso anda Mubarak, pero la tarea no es sencilla.

 

Olmert, en tanto, se quedó sin margen para ceder territorio, ni para hambrear, ni para invadir. Su vida política depende del respirador laborista y de los placebos que le llegan desde Annapolis. Su gobierno cayó en un coma más profundo que Sharon. Sólo en eso pudo superar a su maestro.


Opinión y Análisis

Opinión y Análisis

Jueves 31 de Enero de 2008

LA COMISIÓN QUE INVESTIGO LA GUERRA DEL LÍBANO DILUYO CULPAS

Olmert respira después del informe

La Comisión Winograd presentó un informe más liviano que el preliminar. Culpó a las “fallas sistémicas” por el fracaso, antes que a los líderes. Alivio para Olmert, único sobreviviente de la cúpula que condujo la guerra. Perdieron los reservistas, los familiares de los muertos y la derecha.

           

Por Sergio Rotbart

Desde Jerusalén

El informe final de la Comisión Winograd, que durante el último año y medio se dedicó a investigar el desempeño de la conducción política y militar de Israel en la Guerra del Líbano, no provocará el drama político que muchos esperaban. A diferencia del resumen parcial, dado a conocer en abril de 2007, que incluía duras acusaciones en el plano de la responsabilidad personal de los máximos dirigentes del Estado, el documento publicado ayer apunta a “los fracasos y fallas sistémicas” que abundaron en el transcurso de la contienda bélica. Así, neutralizado el foco que podría haber encandilado al principal sobreviviente de la posguerra, Ehud Olmert, el premier israelí es sin duda la persona más aliviada a raíz de las conclusiones contenidas en el trabajo que le entregó el juez Eliahu Winograd, presidente de la comisión que lleva su nombre.

 

En el otro bando, el de los decepcionados, se encuentran los soldados (reservistas) ex combatientes, los familiares de los muertos en la guerra y los partidos de la oposición de derecha, todos ellos mancomunados bajo la exigencia de que Olmert debe asumir la responsabilidad por el fracaso en el Líbano de manera concreta y personal, o sea, renunciar. Ante la ausencia de recomendaciones o determinaciones en tal sentido en el informe final de la Comisión Winograd, las voces de protesta están ahora pendientes del comportamiento del ministro de Defensa y jefe del Partido Laborista, Ehud Barak, quien aseguró al asumir su cargo actual que actuaría en pos del reemplazo del premier Olmert tras el anuncio final del equipo encargado de examinar la guerra librada en 2006.

 

Pero Barak, por su parte, sabe que la manera más rápida de cumplir con su promesa conduciría a un resultado poco deseado: la disolución del actual gobierno y el llamado a elecciones. En tal caso, el principal beneficiado sería el líder del partido de derecha Likud, Benjamin Netanyahu, a quien las encuestas ubican a la cabeza de una eventual carrera electoral. Y a ese pronóstico, temido tanto por los socios de la coalición de gobierno como por los partidos de centroizquierda ubicados fuera de ella, se suma la propensión de la gran mayoría de los diputados a mantener a cualquier precio la actual composición de la Knesset (Parlamento), pues de todo ello resulta el apoyo político sólido del que aún goza Ehud Olmert.

 

El informe presentado por la comisión investigadora señala que “Israel emprendió una guerra prolongada, bajo su iniciativa, que culminó sin un triunfo claro desde el punto de vista militar”. Y agrega: “Una organización cuasi militar (se refiere al Hezbolá) se enfrentó durante semanas al ejército más poderoso del Medio Oriente. El lanzamiento de misiles siguió a lo largo de toda la guerra. El ejército no brindó una respuesta efectiva a esos ataques”.

 

El documento responsabiliza a la máxima dirigencia nacional por no haber desarrollado un debate ordenado sobre los objetivos de la iniciativa militar, los medios para conseguirlos, por la falta de consecuencia en la estrategia adoptada y “graves fallas en la defensa de la población civil”. Por otro lado, justifica la decisión de ordenar el operativo terrestre sobre el final de la guerra, muy próximo a la decisión de la ONU que posibilitó el alto el fuego. La comisión se refiere a esas 60 horas en las que murieron 33 soldados israelíes, como un paso “casi indispensable” en base a los datos que tenían a su disposición los integrantes del Gabinete de Defensa.

 

Los analistas coinciden en la previsión que asegura que la próxima crisis política no estará relacionada con el efecto que el Informe Winograd pueda generar, sino que surgirá cuando las negociaciones con los palestinos inauguradas formalmente en la Cumbre de Annapolis, en diciembre pasado, lleguen a alguna instancia significativa. Así, por ejemplo, el partido religioso Shas ya ha anunciado que se retirará de la coalición en el momento que la partición de Jerusalén sea tratada en el marco de las conversaciones con la dirigencia oficial palestina en torno de un acuerdo permanente. Sin embargo, mucho antes de que esa posibilidad despunte, es más probable que la nueva realidad generada por el sorpresivo derrumbe del muro de separación que actuaba como frontera entre Gaza y Egipto, y que de hecho ha puesto fin al bloqueo impuesto por Israel a la Franja dominada por Hamas, mantenga ocupado al gobierno de Olmert bastante más de lo previsto.

 

Miércoles 30 de Enero de 2008

EE.UU. BLOQUEA CONDENA A ISRAEL EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU

Por: TeleSur

 

En silencio permanecerá el Consejo de Seguridad de la ONU ante la grave crisis humanitaria desatada en la franja de Gaza, a causa del bloqueo que Israel mantiene desde 2006 y que radicalizó el pasado 18 de enero. La declaración que pretendía condenar esta nueva agresión israelí contra el pueblo palestino, fue bloqueada por EE.UU., que se negó a aprobar un texto desfavorable a sus aliados israelíes.

 

El Consejo de Seguridad de la ONU fracasó este martes en adoptar una declaración de condena a Israel por el bloqueo que mantiene contra la franja de Gaza, repudiado por organismos de derechos humanos, y que tiene sumergida a esta población en una grave crisis humanitaria.

 

Los 15 miembros del Consejo no lograron consenso unánime, necesario para adoptar declaraciones de este tipo, ante la negativa de EE.UU. de aprobar un texto desfavorable a sus aliados israelíes.

 

"Desafortunadamente, el Consejo de Seguridad ha decidido detener la discusión de este tema", dijo a periodistas el embajador de Libia ante la ONU, Giadalla Ettalhi, cuyo país preside el Consejo este mes.

 

"Los miembros se han dado cuenta de que no pueden llegar a un acuerdo sobre el tema", añadió.

 

Tras una semana de discusiones, Libia presentó este martes en nombre del Grupo Árabe de la ONU enmiendas al texto respaldado el pasado viernes por los otros 14 miembros del Consejo, pero que para los países árabes estaba "excesivamente a favor de Israel."


TEXTO PARCIALIZADO

Desde que inició el debate, el pasado martes, el texto planteaba condenar el bloqueo israelí que mantiene a los palestinos sin alimentos, medicinas, agua, combustible, ni servicio eléctrico, entre otras cosas, e instaba al gobierno de Tel Aviv a levantar la medida, condenada por organismos humanitarios de la ONU, por la Cruz Roja, por ONG como Oxfam y Amnistía Internacional.

 

Pero, por iniciativa de EE.UU., el borrador original fue modificado y, más que pedir el levantamiento del bloqueo, el texto condenaba los "terroristas" lanzamientos de cohetes por parte de la resistencia palestina, a la frontera con Israel, lo que fue considerado como parcialismo hacia Tel Aviv.

 

Desde que la ONU decidió, en 1948, partir en dos los territorios palestinos y concederle más del 50 por ciento a Israel, y tras la llamada Guerra de los Seis Días, en 1967, tras la cual Tel Aviv se ha anexionado más tierras de los palestinos, la resistencia en Palestina se ha defendido de las agresiones israelíes con el lanzamiento de cohetes artesanales hacia territorio israelí, que no suelen causar víctimas fatales.

 

Pero Israel y Estados Unidos justifican las matanzas de civiles inocentes en Gaza y profundización de la grave situación humanitaria, porque aseguran que las agresiones israelíes buscan proteger la seguridad del Estado judío de los cohetes de la resistencia palestina.

 

Israel aplica un bloqueo económico a los territorios palestinos desde la contundente victoria del movimiento Hamas en las elecciones de marzo de 2006, y desde hace unos siete meses, cuando Hamas tomó el control de la franja de Gaza, decidió agravar el bloqueo y, por ende, la difícil situación humanitaria en un territorio con más de un millón y medio de habitantes que depende de la ayuda humanitaria.

 

Pero el 18 de enero, el gobierno de Tel Aviv cerró por completo las fronteras de Gaza, dejando a la población aislada y sin los productos básicos para sobrevivir.

 

FRONTERA CON EGIPTO

Desesperados, los habitantes de la franja decidieron la semana pasada romper las barreras de su frontera con Egipto, en el paso de Rafah, para abastecerse de medicinas y alimentos, pero las cercas fueron reconstruidas con ayuda de milicianos de Hamas, que mantiene el controlan la zona, y actualmente las autoridades egipcias estudian la manera de tomar el control de la situación.

 

Para ello, el gobierno del presidente de Egipto, Hosni Mubarak, recibirá por separado a representantes de Hamas, que demandan el control del paso fronterizo Rafah, mientras que el mandatario egipcio se reunirá con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas para llegar a un acuerdo.

 

GASOLINEROS RECHAZAN MIGAJAS DE ISRAEL

Entretanto, este martes las gasolineras de Gaza rechazaron el escaso combustible para vehículos que les provee Israel desde el pasado domingo, por considerar ridículo un flujo que ni siquiera cubre un diez por ciento de las necesidades de la franja territorial, aseguró hoy uno de sus representantes.

 

El domingo, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, tras una reunión con Abbas, anunció que su gobierno permitiría el suministro de combustible a la franja de Gaza. Esta decisión obedece a un fallo de Alta Corte de Justicia, quien declinó a favor de los grupos Adalah y Gisha, dos organizaciones de derechos humanos israelíes, que hace una semana y media presentaron la acción ante la Corte, denunciando el bloqueo como castigo colectivo, y exigieron que se pronunciara contra la decisión.

 

El subdirector del Sindicato de Propietarios de Gasolineras de Gaza, Mahmud al Jozendar, precisó que el fuel israelí "supone menos de una décima parte" de las necesidades de la franja, es decir, 50 mil litros de gasolina en los últimos doce días, cuando el consumo diario en condiciones normales supera los 120 mil litros diarios.

 

ISRAELÍES REPUDIAN BLOQUEO

La organización israelí de derechos humanos Gush Shalom, coordinada por el conocido activista judío Uri Avnery, ha promovido junto con otros colectivos, organizaciones palestinas y de solidaridad una campaña contra el bloqueo y un convoy de apoyo a la frontera de Gaza, mediante el cual entregaron ayuda a los habitantes de la franja.

 

"Nosotros, israelíes de varios campos políticos, hemos venido a traer alimentos básicos y a decirle al pueblo israelí y al mundo entero: ¡No participaremos en crímenes! ¡Estamos avergonzados del bloqueo!", fustigó Avnery al entregar provisiones a los palestinos de Gaza.

 

Las organizaciones de oposición israelíes exigieron "un cese al fuego inmediato" del bloqueo y la apertura de los pasos fronterizos, cuyos cierres mantienen aislados a los palestinos y en medio de una grave situación humanitaria.

 

http://www.telesurtv.net/secciones/noticias/nota/23804/consejo-de-seguridad-no-condenara-bloqueo-de-israel-contra-la-franja-de-gaza/

 

Sábado 26 de Enero de 2008.

PALESTINA DE DUELO: HA FALLECIDO EL DR. GEORGE HABASH

Declaración del Comité Democrático Palestino - Chile

 

Apodado Al Hakim (el sabio), uno de los pilares de la resistencia y de la lucha por la libertad y la dignidad del pueblo palestino. Se ha caracterizado por su consecuencia y honestidad y es, sin lugar a dudas, el más célebre de los palestinos.

 

Dr. Habash de 81 años, falleció a las 20 horas (hora local) de hoy sábado en el Hospital de Amman de Jordania.

 

Dr. George Habash, nació en la ciudad palestina de Lod el año 1926, de una familia cristiana ortodoxa. El año 1948, al igual de cientos de miles de los palestinos, fue expulsado de su hogar.

 

Estudió Medicina en la Universidad Americana de Beirut, se especializó en Pediatría y trabajó en los campamentos de refugiados palestinos en Jordania.

 

La vida del Dr. Habash cambió un día de 1948, cuando a los 22 años, estudiante de medicina, se encontró con su maletín de Medico, en medio de masacres y cientos de miles de palestinos expulsados de Palestina.

 

“Es una visión que jamás olvidaré, miles de personas expulsadas de sus casas, huyendo, llorando, gritando horrorizadas por las matanzas. Después de algo así, uno no puede convertirse en otra cosa que en un revolucionarios”, expresó años mas tarde el Dr. George Habash.

 

En el año 1952, fundó el Movimiento de los Nacionalistas Árabes y jugó un rol fundamental en el establecimiento de otros movimientos de liberación nacional en el mundo árabe.

 

El 11 de diciembre de 1967, fundó el Frente Popular para la Liberación de Palestina – FPLP, donde hasta el año 2000 fue su Secretario General.

 

Tanto el Movimiento de los Nacionalistas Árabes como el FPLP, son consideradas como la vanguardia de la revolución palestina y los movimientos libertarios del mundo árabe, donde el carisma y la fortaleza del Dr. Habash, fueron decisivos para defender y renovar la lucha por la libertad y la independencia.

 

Dr. Habash nos ha dejado sin ver cumplido su sueño de ver Palestina libre, soberana, democrática y laica.

 

Sin embargo, los discípulos de Al Hakim, seguirán sus pasos y mas temprano que tarde la antorcha de la libertad iluminará los cielos de Palestina.

 

Sábado 26 de Enero de 2008.

GEORGE BUSH LEVITANDO SOBRE UN CAMPO EN RUINAS

 

Por: Bruno Guigue, Oumma.com

Traducido por Caty R.

De la gira que ha realizado el inquilino de la Casa Blanca por Oriente Próximo, hay pocas posibilidades de que algo pase a la historia. « ¿Una visita para nada?» se preguntaba seriamente la prensa francesa en vísperas del periplo presidencial. Ahora ya sabemos la respuesta: una nada profunda, abismal incluso, a la medida de la infinita ignorancia del presidente estadounidense con respecto a esta región del mundo de la que no sabe nada, excepto que posee hidrocarburos.

 

No hace falta ser un experto para entender que esta gira diplomática perseguía sólo un objetivo: soldar a los regímenes árabes contra Irán y hacer una representación de ilusionismo sobre el conflicto israelopalestino. Sin sutilezas: era necesario mostrar compasión hacia los palestinos para evitar los remilgos de los «países árabes moderados» ante la extensa coalición antimulás orquestada por Washington.

 

De ahí, obviamente, las insólitas declaraciones del presidente estadounidense sobre «el final de la ocupación que comenzó en 1967», las lágrimas de cocodrilo ante «las frustraciones masivas» de los palestinos y el rechazo de un Estado palestino que se resumiría en un «gruyere»; por no hablar de su tardía indignación por los innumerables puestos de control militar israelíes cuya existencia pareció descubrir en enero de 2008.

 

Si creemos lo que dijo el diario Le Monde, la incongruente expresión de George Bush de tales evidencias provocó a Mahmud Abbas un auténtico «arrobamiento». No obstante, suponemos que esa luna de miel entre la OLP y el tío Sam no sobrevivió a la muerte en un solo día, el 15 de enero, de 19 palestinos asesinados por el «Tsahal». Naturalmente, Israel quiso celebrar a su manera la tardía conversión al Derecho Internacional del presidente estadounidense, quien no hizo ningún comentario sobre esta grandiosa contribución de Tel Aviv al nuevo «proceso de paz».

 

Pero las calculadas obviedades con las que George Bush gratificó a los medios de comunicación no sólo causaron el éxtasis momentáneo del «presidente palestino» y un diluvio suplementario de bombas israelíes. Un daño colateral menos sangrante y mucho más ridículo, estas declaraciones suscitaron además, en la prensa francesa, una oleada de optimismo feliz. En un texto tan sintomático que merece citarse detalladamente, Bernard Guetta se lanzaba así, en Liberation, a proezas retóricas que dan la impresión de que Oslo resucitó de entre los muertos.

 

«A su regreso de Ramala, George Bush llamó, en Jerusalén, al fin de la ocupación que empezó en 1967. En otras palabras, pidió que Israel se retire de Cisjordania y Jerusalén Este. Es una bomba. ¿Y cómo reaccionó el gobierno israelí? Diciendo que es una solución conveniente. Lejos de poner el grito en el cielo, Israel no rechaza esta exigencia. Es una auténtica revolución que viene a justificar la convicción, dicha y repetida, del presidente palestino de que será posible una regulación en este año 2008, pero…»

 

Sí, pero he aquí, amonesta Guetta, que «cuando los hechos sorprenden, perturban y se salen de las previsiones, nos negamos a ver su importancia». Y todo eso es un defecto de los «escépticos» que sólo ven a un «Bush en el final de su mandato», un «gobierno israelí a punto de estallar» y a un «Mahmud Abbas en prórroga». ¡Ah estos ciegos! «Pero aunque la paz, por supuesto, no se ha establecido y nada la garantiza totalmente, ¿cómo pueden ignorar hasta que punto se ha progresado? ¿Cómo no ven que se está en la aceleración de un largo proceso? Y se preguntarán después ¿Cómo hemos podido ignorarlo?» (Liberation, «Rebonds», 15 de enero de 2008).

 

Desgraciadamente esa glosa pacifista se publicó el mismo día en que los héroes del Tsahal perpetraron su mejor pogromo antiárabe desde hace un año. En las subversivas propuestas de George Bush, Guetta creyó ver una verdadera «bomba»: no podría haberlo dicho mejor. Pero esto no es todo. Sin preguntarse ni por un momento si las declaraciones del presidente de Estados Unidos no eran calculadas, tomó ingenuamente al pie de la letra sus declaraciones. No es sorprendente que haya hecho castillos en el aire.

 

Repasemos punto por punto. Bush aparece, exige «el fin de la ocupación» e Israel estaría conforme con esta exigencia ¿Grandes esperanzas, aleluyas? Es surrealista. Como acérrimo partidario del Estado hebreo, George Bush es el único presidente estadounidense que ha cuestionado explícitamente el Derecho Internacional en Oriente Próximo. En una carta oficial a Ariel Sharon (abril de 2004), juzgaba «ilusoria» la vuelta a las fronteras de 1967 y así avalaba las nuevas anexiones. ¿Y vendría, cuando faltan diez meses para terminar su mandato, a arruinar su idilio con los ultraderechistas israelíes?

 

Esa retórica, charlatanería lanzada con complacencia ante las cámaras de las cadenas árabes vía satélite, sólo cegó a los que no quieren ver. Para Washington, la alianza de las petromonarquías tiene un precio más barato que sigue siendo puramente simbólico: una pizca de demagogia compasiva es suficiente. La salvación del Israel colonialista bien vale algunas reprimendas oratorias. Sobre todo porque no comprometen a nada y echan un hueso para entretener a la opinión pública de los países árabes cuyos potentados de otra época se apresuran hacer reverencias al presidente estadounidense.

 

Ehud Olmert lo entendió perfectamente e hizo como si estuviera de acuerdo con las amonestaciones añadiendo algunas fórmulas huecas sobre el «doloroso compromiso» de las renuncias previas que tendría que hacer. Nos preguntamos a qué renuncias se refería. ¿Renunciará al residuo de Cisjordania que todavía no está trufado de colonias? ¿Concederá a los palestinos un sombrío suburbio de Jerusalén Este a manera de capital? Hay 470.000 colonos confortablemente instalados en sus búnkers en los Territorios Ocupados. Pueden estar tranquilos: no será George Bush quien los obligue a trasladarse.

 

No importa: ansioso por erigir un monumento al pensamiento acrítico, Bernard Guetta no da su brazo a torcer: «El fracaso sigue siendo más probable que el éxito», empieza diciendo en un insospechado arrebato de lucidez. Pero después se desquita: «Es muy difícil, pero Olmert, Abbas y Bush ya están de acuerdo en las líneas generales de un Reglamento en el que están trabajando. Se compartiría Jerusalén. Bajo condiciones de ajustes territoriales, las mayores colonias seguirían siendo israelíes».

 

Una alucinación que nos deja estupefactos: en tres palabras nuestro analista despacha la cuestión de Jerusalén como si la fuesen a regular mañana por la mañana. Pero la única «división de Jerusalén» válida es la aplicación del Derecho Internacional. Es decir, la restitución íntegra de Jerusalén Este a sus dueños legítimos, lo que implica la abolición de la ley fundamental israelí que hace de la «Jerusalén reunificada» la «capital eterna de Israel», y además el traslado de los 220.000 judíos instalados ilegalmente en la parte árabe de la ciudad. ¿Ehoud Olmert de verdad habría dado el visto bueno? Si fuese así, superaría el heroísmo del mismísimo Isaac Rabin, a quien la extrema derecha sionista asesinó por menos que eso. Sin duda sería una auténtica «bomba» informativa. La verdadera cuestión es averiguar cómo un periodista serio puede creer semejantes disparates. Pero es cierto que estamos en Francia.

 

Eventualmente se podría aventurar una segunda hipótesis igualmente ridícula: el acuerdo en cuestión estaría basado en nuevas concesiones palestinas. Sin decírselo a nadie, Mahmud Abbas habría renunciado al núcleo duro de la posición oficial de la OLP desde 1988: un Estado palestino en las fronteras de 1967 con Jerusalén Este como capital. Pero, o Bernard Guetta está mejor informado que todos los periodistas del planeta, o confunde la velocidad con el tocino. Con todos los respetos, nos inclinamos por la segunda opción.

 

Lo que no le impide seguir mencionando la cuestión de los refugiados como si se tratase de una bagatela: «Palestina tendría garantizada la continuidad territorial y, en cuanto a los refugiados, recibirían compensaciones económicas, pero es al futuro Estado palestino y no a Israel adonde regresarían». ¿Y se puede llamar a eso un acuerdo? En realidad, esta fórmula corresponde exactamente a la posición de Tel Aviv: ningún reconocimiento de los perjuicios padecidos por el pueblo palestino, ningún refugiado autorizado a regresar a territorio israelí, a la tierra de sus antepasados, y un puñado de shekels a manera de compensación.

 

Después de comentar servilmente las peroratas de Bush y Olmert, Bernard Guetta llega por fin a la parte fundamental: «Pero queda una gran cuestión por solucionar, el mayor escollo que hay que salvar: ¿Cómo aplicar este acuerdo mientras Hamás controle Gaza?» Aquí estamos: ¡sería mucho más fácil, en efecto, si los palestinos abandonaran y renunciasen a cualquier resistencia! Y si al otro lado del nuevo muro de la vergüenza erigido por Israel, no estuviera ese «maldito escollo» que se obstina en existir.

 

Al votar a Hamás en 2006, el pueblo palestino se rebeló democráticamente contra el ocupante. No van a poner la otra mejilla en 2008. Bush y Olmert lo saben, pero Guetta parece ignorarlo. Seguramente porque la concepción del conflicto a la que se adhiere, junto a la mayoría de los comentaristas, exige esta amnesia voluntaria. Para aferrarse, no a la realidad sino a su representación dominante, hace falta un culpable. Ahora bien, como dicho culpable no puede ser Israel, sólo puede ser Hamás, cuya misma existencia es un desafío para los israelíes.

 

Al negar la evidencia se invierten entonces la causa y el efecto: no es la ocupación la que provoca la resistencia, sino el terrorismo el que justifica la autodefensa. Al negar a las víctimas la misma valoración se burlan las estadísticas del conflicto. En 2007, el ejército israelí asesinó a 373 palestinos en la Franja de Gaza. En el mismo período hay que lamentar 13 víctimas israelíes. Pero la causa está clara: el «terrorismo islamista» amenaza a Israel con un nuevo holocausto. «Mientras haya terroristas en Gaza, será muy difícil llegar a un acuerdo de paz con los palestinos», resume Ehud Olmert en un artículo de fe recogido a coro por los medios de comunicación occidentales.

 

Es cierto, el Primer Ministro del Estado hebreo sabe de qué habla: la principal organización terrorista de Oriente Próximo es el ejército israelí. Evidencia aritmética, simplemente. En un sentido, israelíes y estadounidenses tienen razón: el terrorismo está por todas partes. Pero es sobre todo allí donde se niegan a verlo. Un detalle cómico: durante su breve estancia en Jerusalén, George Bush decidió alojarse en el hotel King David, que en la época del mandato británico albergaba el cuartel general del ejército de ocupación. Un comando del Irgun lo hizo estallar en 1946 matando deliberadamente a un centenar de personas. El futuro Primer Ministro e ídolo de los medios de comunicación después de «Camp David», el terrorista Menahem Begin, fue el comanditario del atentado.

 

George Bush salió ileso hotel King David para continuar su gira por Oriente Próximo. Como estaba previsto, la segunda parte del viaje fue de un gran clasicismo. El programa: jugosos contratos con los reyezuelos del petróleo y avalancha de diatribas contra Irán. En Palestina, el presidente estadounidense combinó la conmiseración de fachada y las falsas amonestaciones. Con las petromonarquías agitó el espantajo del chiísmo nuclear para estimular las ventas de armas made in USA. Obstinadamente amenazó por enésima vez al régimen iraní, el «patrocinador del terrorismo», asignándole semánticamente esta confusión entre el comercio y la política, habitual en la superpotencia estadounidense.

 

Sin pararse en barras intentó vanamente explotar un ridículo incidente naval entre Irán y EE.UU. ocurrido en el estrecho de Ormuz. Como en el asunto de los marinos británicos capturados en Chott-al-Arab, la indignada actitud de la potencia occidental por un rasguño en una de sus cañoneras era totalmente grotesca. No nos atrevemos a imaginar lo que pasaría si se interceptasen estrellas iraníes en el Támesis o submarinos frente a Manhattan. Como un matón, el texano encolerizado se despachó ante las cámaras con ridículas baladronadas en las que se mofaba de Irán.

 

Ni una palabra, en cambio, sobre la situación iraquí. En efecto, ¿para qué recordar públicamente el mayor desastre estadounidense desde la guerra de Vietnam? Irak es el agujero negro, enorme y abierto de par en par de la política de Estados Unidos en Oriente Próximo. Pero todo se relaciona. Irak es el fracaso mesopotámico que vino a multiplicar la obsesión de los neoconservadores por Irán. Hacía falta un motivo importante para derivar la atención lejos del fracaso iraquí, un nuevo frente con nuevos malvados «satanizables». Con George Bush, Estados Unidos no conseguirá curarse el síndrome de las «brujas de Salem». Al contrario, cada día se hace más fuerte.

 

El primer viaje a Oriente Próximo de un George Bush en fase terminal ha dejado tras de sí una abrumadora impresión de vacío sideral y monumental hipocresía. Pero en cierto sentido no habrá sido inútil. El inquilino de la Casa Blanca mostró su auténtica cara en la escena planetaria: inflado de retórica mesiánica, demagogo como nadie, obsesionado por una hegemonía que se agrieta, patético lanzador de anatemas que no impresionan nadie. Planeando sobre un campo de ruinas que ha contribuido a expandir generosamente, George W. Bush apareció, como levitando, desvinculado sin remedio de un mundo árabe que le detesta.

 

Original en francés: http://oumma.com/George-Bush-en-levitation-au

Bruno Guigue (Toulouse 1962) es titulado en geopolítica por la ENA (École nationale d'administration), ensayista, colaborador habitual de Oumma.com y autor de los siguientes libros: Aux origines du conflit israélo-arabe, L’Economie solidaire, Faut-il brûler Lénine?, Proche-Orient: la guerre des mots y Les raisons de l’esclavage, todos publicados por la Ed. L’Harmattan.

 

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y la fuente.

 

Sábado 26 de Enero de 2008

UN AGUJERO EN EL MURO: ¡EL PODER PARA EL PUEBLO (PALESTINO)!

 

Por: Jeff Harper, Counterpunch

Traducido por Carlos Sanchis y revisado por Caty R.

El pueblo palestino ha vuelto a hacerlo; otra vez ha tomado su destino en sus propias manos tras los fraudes de sus «moderados» líderes políticos y, por supuesto, de toda la comunidad internacional hacia su lucha por la libertad. Esta mañana, temprano, sencillamente volaron el muro de separación de Gaza con Egipto, rompiendo el cerco que les impuso un gobierno árabe en colaboración con Israel.

 

Nosotros, los pueblos del mundo, debemos recibir con gran orgullo y estímulo esta esencial negativa de la sociedad civil a aceptar la subyugación, a confiar su destino a los gobiernos, para los que las vidas de las personas corrientes simplemente son molienda para sus charadas políticas; Annapolis y el subsiguiente «proceso de paz» no son más que la última cínica expresión.

 

Los palestinos representan mucho más que a sí mismos. Su negativa a someterse a los dictados de los gobiernos, o a la falta de interés de éstos por el bienestar general de la población, refleja el deseo de miles de millones de personas oprimidas en su identidad y libertad y privadas de una vida decente y de sus derechos colectivos, individuales y potenciales. La mayoría de los oprimidos, los «condenados de la tierra» como los llamó Franz Fanon hace medio siglo, están demasiado ocupados en la desalentadora lucha cotidiana por la supervivencia para organizarse y resistir. Otros se rebelan en una miríada de maneras, pero casi siempre son reprimidos por sus propios «líderes» políticos y económicos y desaparecen de la vista de forma anónima. En unos pocos casos se las han arreglado para sentar las bases de una resistencia eficaz a la opresión, incluso para imponerse -aunque los miles de millones gastados en las guerras «contrainsurgentes» por EE.UU., Europa, Rusia, Israel y muchas naciones «desarrolladas» son un mal presagio para los pueblos que tratan de derrocar a los regímenes opresores-.

 

En esto los palestinos permanecen en la vanguardia, en la primera línea de los pueblos de todas partes empeñados en que sus derechos, bienestar y valores fundamentales como seres humanos sean respetados por los gobiernos. Y lo hacen así (como israelí, escribo esto con gran dolor y vergüenza) contra una de las potencias militares más poderosas y crueles del mundo; una potencia que los ha despojado del 85% de su tierra, que está intentando transformar su ocupación en un régimen permanente de apartheid, que ha empleado decenios en empobrecerlos y privarlos de sus derechos; la cuarta potencia nuclear que, sin embargo, se presenta a sí misma como víctima. Los palestinos no sólo han experimentado la misma deshumanización que padecen todos los pueblos oprimidos y colonizados, no sólo los han convertido en la encarnación del miedo más grande, firme y poderoso: en malvados «terroristas» que pueden derribar su privilegiada «civilización», sino que además los han convertido en conejillos de indias.

 

Israel es capaz de obtener márgenes en la industria de la contrainsurgencia y ganarse la entrada en el centro del complejo de la alta tecnología militar estadounidense convirtiendo los Territorios Ocupados en un laboratorio para ensayar con armamento y tácticas diabólicas pensadas para utilizarlas contra las personas.

 

Y todavía el pueblo palestino -y en particular aquellos que siguen siendo leales y firmes en Palestina- no sólo continúa resistiendo, sino también sorprendiendo y confundiendo a su pretendido amo israelí a cada paso. Pese al ilimitado control, al completo monopolio del uso de la fuerza, a la absoluta crueldad y al precioso Shin Beit, el servicio de inteligencia israelí, los palestinos votan lo que quieren, resisten, continúan sus vidas diarias con dignidad y abren grandes boquetes en los muros y en las políticas construidas para encarcelarlos y derrotarlos.

 

Todo esto no está en las mentes de esas personas desesperadas que aparecieron hoy en Egipto. Ellos no tienen un «gran plan»; pero se han ganado el respeto y el agradecimiento de toda la gente que quiere un mundo mejor basado en los derechos humanos y la dignidad, un mundo para todos. Como judío israelí, me entristece y me mortifica que mi pueblo, después de todo lo que sufrió, no sea capaz de ver lo que les está haciendo a otros. Pero a una escala mucho más grande, no como un judío israelí sino como ser humano, mi corazón está junto a los palestinos alentando su negativa activa a dejarse destruir por un sistema global que produce una riqueza inimaginable y poderosa para unos pocos a expensas de las crecientes filas de los miserables.

 

No soy palestino, ni tampoco uno de los oprimidos. Sólo espero poder utilizar mis privilegios de una manera eficaz para devolver el regalo que el pueblo de Gaza nos brinda a todos: la comprensión de que el pueblo tiene poder y que puede imponerse incluso frente a una potencia abrumadora. Cada uno de nosotros debe expresar su responsabilidad hacia la población de Gaza de la forma que le sea posible, pero como privilegiados debemos hacer algo. Se lo debemos a los palestinos, aunque sólo sea por este acontecimiento tan importante.

 

Original en inglés: http://www.counterpunch.org/halper01242008.html

 

Jeff Halper es el Coordinador del Comité israelí contra la demolición de casas (ICAHD) y fue candidato, con el activista palestino por la paz Ghassan Andoni, al Premio Nobel de la Paz de 2006. jeff@icahd.org.

 

Carlos Sanchis y Caty R. pertenecen a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.

 

¿HACIA UNA NUEVA NAKBA?: EL GHETTO DE GAZA CONTADO POR QUIENES ESTÁN ENCERRADOS EN ÉL

 

Por: Silvia Cattori (www.silviacattori.net)

La carta que publicamos aquí - fechada el 22 de enero de 2008 – permite conocer desde dentro la situación de desamparo en la que se encontraba la población de Gaza encerrada en esta angustiosa cárcel «cuya llave Israel ha tirado al mar»*, cuando todavía no había caído el muro de la vergüenza de Rafah.

 

«Nos tienen asfixiados y sufrimos atrozmente. Tres mil mujeres y niños han ido hoy a la frontera egipcia a suplicar a los guardianes que dejen pasar a Egipto a los enfermos. Los militares egipcios les han atacado, les han pegado con las porras, les han rociado con agua y gases lacrimógenos.

 

Como sabe, Gaza está completamente encerrada. Es una situación indescriptible. Hay enfermos y heridos que se mueren por falta de medicinas. No hay gasolina ni gasoil. Los suministros que Israel autorizó el 21 de enero son insuficientes; no se puede volver a arrancar la bomba de la central eléctrica.

 

Necesitamos ayuda urgentemente. No tenemos comida ni medicinas ni reservas de agua. Las tiendas de alimentación están vacías. Han cortado la electricidad. Estamos economizando el gas que queda en la bombona.

 

Todo depende de la electricidad y, por lo tanto, del gasoil. El agua sólo sale del grifo con electricidad. Como Israel nos priva de gasoil, no hay electricidad ni agua potable.

 

Desde hace mucho tiempo ya no funciona el aprovisionamiento de agua ni la evacuación de aguas residuales, que dependen de la red eléctrica. Si no las cosas no cambian, de hoy a mañana nos vamos a hundir. Se nos ha acabado la reserva de agua. Iremos a casa del vecino y el vecino estará en la misma situación que nosotros.

 

Sin gasoil para que funcionen los generadores, todas las estaciones de filtrado están muertas. Desde que Israel la bombardeó en 2006 la central eléctrica sólo funciona al mínimo de su capacidad. Pero ahora estamos secos. Si no pasa nada en las próximas horas nos vamos a morir de sed.

 

Creemos que Israel tiene un plan preciso, que hace todo esto para llevarnos a tirar las puertas, para ver cómo huimos a Egipto. Es su manera de deshacerse de nosotros.

 

Ahora somos absolutamente conscientes de cortándonos el agua y los víveres Israel lo que quiere es estrangularnos. Como no puede masacrarnos a todos de golpe, nos corta los víveres y el agua. Así, ellos creen que acabaremos por huir en masa empujados por el hambre y la sed. Eso es a lo que los israelíes llaman transferencia.

 

Hay jóvenes que piensan en marcharse para siempre si se abre la frontera. Ir a donde sea con tal de huir de este infierno.

 

Yo no me iré. ¿Huir para encontrarnos aparcados eternamente en basureros, como nuestros hermanos que desde hace 60 años están aparcados en los campos de refugiados de Líbano? ¡No! ¡Mire a los refugiados en Líbano o Jordania! ¿Qué se hace para sacarlos de donde están encerrados?

 

Aquí todavía nos sentimos en casa, incluso bajo las bombas. Éste es un sentimiento esencial. Porque aunque aquí, en Gaza, vivamos en el infierno, todavía hemos podido salvaguardar nuestra dignidad.

 

Pedimos a los periodistas que vienen a Gaza que se comporten como seres humanos, que dejen de ocultar la verdad al mundo, lo que nos está haciendo sufrir Israel.

 

Aquí hay un pueblo que se está muriendo de hambre, de sed, de enfermedad, de miseria. Lo que este pueblo pide es poco: que se reconozca el sufrimiento y la injusticia que sufre, que se diga la verdad mostrando las imágenes atroces que hablan por sí mismas. Si no, ¿quién creerá lo que decimos?

 

SOMOS SERES HUMANOS, NO SOMOS «Terroristas».

Tenemos los mismos derechos que los ciudadanos de sus países. Pedimos a los medios de comunicación que dejen de ocultar a la opinión pública el hecho de Israel esta endureciendo cada vez más sus castigos y de que nos esté matando de hambre y de sed porque hemos votado a Hamas en vez de a Fatah.

 

Estamos estrangulados por el bloqueo, económicamente; estamos estrangulados humanamente; estamos estrangulados en todos los sentidos por los israelíes. Pero hagan lo que hagan y por mucho tiempo que nos aplasten y nos encierren, lo único que conseguirán es hacer que aumente nuestra resistencia.

 

Actuando de esta manera cruel los israelíes no conseguirán nunca que cese el lanzamiento de cohetes. Cada acción punitiva por parte de Israel provocará una reacción por nuestra parte.

 

CUANDO SE ARRINCONA A UN GATO SE CONVIERTE EN UN LEÓN

El bloqueo que estamos sufriendo no empezó el 17 de enero como dicen los medios de comunicación. Sufrimos el bloqueo israelí desde hace dos años. Nuestra situación se ha vuelto aún más difícil porque también estamos sometidos a las sanciones económicas de la Unión Europea.

 

Lo que ha empeorado nuestra suerte es que ahora estamos encerrados herméticamente. Esperamos un milagro.

 

Siempre estamos divididos entre la esperanza y la desesperación. A veces nos desespera la idea de que Israel nunca se verá obligado a devolvernos nuestra libertad; a veces tenemos la esperanza de ver que las puertas se abren.

 

En este momento vemos que nuestros vecinos árabes han empezado a manifestarse y hacer llamamientos a sus gobiernos para que reaccionen. Al mismo tiempo, sabemos que los dirigentes árabes sólo harán declaraciones para salvar la cara.

 

Como sabe, Mubarak se ha asociado a Israel para mantener cerrado el paso a Egipto. ¿Qué podemos esperar de un Mubarak que, hoy, ha enviado soldados de refuerzo para que disparen contra las madres que han ido [a la frontera] a pedir que se deje salir a los enfermos y heridos, a los que no se puede curar en Gaza y a quienes espera una muerte segura?

 

Israel quiere hacernos desaparecer. Pero no lo conseguirá nunca. Nunca. Aunque consiga matarnos a todos privándonos de agua y comida, otros palestinos de Cisjordania y del mundo lucharán para que Gaza siga existiendo.

 

Creo que quienes vengan detrás de nosotros se vengarán de estos colonizadores israelíes que nos han acorralado en nuestra tierra. Hagan lo que hagan nuca conseguirán deshacerse de nosotros, los palestinos nativos» (Fin de la carta)

 

POST SCRIPTUM

Este relato, sobrio aunque preciso, es capital. Cuando fue escrito su autor ignoraba que los palestinos estaban abriendo en el muro una brecha que permitiría a toda esta población cautiva y hambrienta ir a reavituallarse como último recurso en Egipto. Pero era plenamente consciente de este espantoso dato, es decir, de que cortándoles el agua y los víveres, Israel quería llevarlos a lo peor: al éxodo. Es decir, acabar la «transferencia».

 

Los palestinos recuerdan siempre cómo después de haber masacrado a los habitantes del pueblo de Deir Yassin en 1948 los grupos terroristas judíos provocaron un pánico general que tuvo como consecuencia el desarraigo de 900.000 palestinos aterrorizados que huyeron para salvar la vida, lo que permitió a los colonos judíos instalarse en las tierras árabes y crear en ellas Israel.

 

Fue una expulsión planificada metódicamente, una «limpieza étnica», a la que Israel llamó «transferencia» voluntaria. Y para engañar mejor al mundo, pretendió que fueron los dirigentes árabes quienes dieron la orden de huir a los palestinos.

 

Hoy se repite el mismo escenario. Como en 1948, la propaganda de las autoridades israelíes, repetida por muchos cronistas en el mundo, deja entender que fueron los dirigentes palestinos (de Hamas) quienes organizaron un «golpe de fuerza» que hizo caer el muro [en Rafah] y que saliera una riada humana hacia Egipto; en otras palabras, vuelven a atribuir a los dirigentes palestinos la responsabilidad de un éxodo que, en realidad, ha sido provocado por unas condiciones intolerables impuestas por Israel [1].

 

Desde finales de noviembre de 2007 las fuerzas de ocupación militar israelí han multiplicado los actos de terror contra la población de Gaza, por tierra, mar y aire, que han dejado casi a diario unos cincuenta heridos y decenas de muertos. Este terror se ha incrementado aún más por la prohibición de entrada tanto de abastecimiento como de los camiones que transportan medicinas, y la prohibición de dejar salir a los heridos graves para que reciban tratamiento den Egipto.

 

Para la población de Gaza no existe la menor duda de que, como en 1948, se trata de un proceso deliberado y calculado destinado a empujar a la gente a la locura; y de que Israel está ejecutando la misma política que en 1948; de que se trata hacerlos morir de hambre, de usar la fuerza militar y técnicas de guerra psicológica para crear un fuerte sentimiento de miedo, esperando que bajo el efecto del pánico y del estrés, a la menor apertura, la gente se precipitaría fuera de Gaza.

 

Israel ha hecho lo que ha hecho y ahora va a manipular las cosas para lavarse las manos. Altos cargos israelíes ya han declarado que el abastecer a Gaza es asunto de Egipto.

 

El objetivo de las estrategias israelíes es conseguir que una vez que se empuje a Egipto a los nativos de Gaza, ya no sean considerados palestinos y que los refugiados que tienen derecho a retornar a sus tierras de las que fueron expulsado por primera vez en 1948 se establezcan también en Egipto y se sumen a los millones de refugiados que se pudren en los campos de refugiados de Jordania, Siria y Líbano.

 

Existen importantes razones para creer que el calvario de Gaza no ha hecho más que empezar.

Silvia Cattori

 

* «Gaza es una prisión» en la que Israel ha encerrado a los palestinos y luego «ha tirado la llave al mar» es una imagen utilizada por John Dugard, profesor de derecho.

 

[1] Para los comentaristas que apoyan la postura del ocupante israelí, se trata de dejar entender que son los dirigentes de Hamas quienes han empujado a los habitantes de Gaza a partir, como lo ilustran estas palabras: «La idea brillante que han encontrado los dirigentes de Hamas en Gaza ha sido hacerse llevar a la frontera egipcia para fraternizar ahí con el ejército, para abrir la frontera y para dar así la sensación de que la liberación venía del sur. Esta operación se ha llevado a cabo de la mano del amo; por supuesto, dadas las restricciones a las que estaba sometida, la población se ha prestado a ello con entusiasmo; pero se trataba de una operación mandada, organizada por la dirección del partido [Hamas]». Y se añade este comentario que demuestra que Israel ve un interés en el éxodo de Gaza: «… Por temor a una fraternización total entre el ejército egipcio y los manifestantes palestinos, el gobierno de El Cairo cedió, abrió su frontera; quizá se abrirá de forma permanente lo que hará que pese sobre Egipto la responsabilidad de abastecer el enclave; en última instancia, los israelíes lo desearían…».

(Traducido del francés por Beatriz Morales Bastos)

Análisis y opinión

Análisis y opinión

Domingo 20 de Enero de 2008.

LA FRANJA DE GAZA SOMETIDA A CASTIGOS COLECTIVOS

Declaración del Comité Democrático Palestino - Chile

 

Israel ha cortado los suministros de combustibles y electricidad dejando toda la Franja de Gaza y sus 1,5 millones de habitantes a oscuras y sin ningún tipo de energía.

 

A pesar que este tipo de castigos colectivos viola claramente la legalidad internacional, la pasividad de la comunidad internacional y el silencio frente al férreo bloqueo que afecta a Gaza, estimulan a Israel para continuar con su política de agresión basada en la superioridad militar.

 

Israel argumenta y justifica sus acciones militares como respuesta al lanzamiento de cohetes caseros por parte de la resistencia palestina, respondiendo a estas acciones con una lluvia de mortíferos misiles de avanzada tecnología que si han causado solo en las últimas 3 semanas 75 muertos, y centenares de heridos la mayoría son civiles y entre ellos niños.

 

A su vez, el bloqueo que sufre Gaza, donde los militares israelíes que controlan las fronteras, es espacio aéreo y las costas, no permiten el transito de la población y la salida o ingreso de las mercancías. Solo durante los últimos 6 meses, 78 enfermos palestinos han fallecido al no permitirles la salida para recibir tratamientos médicos, miles de pacientes sufren el escasez de medicinas y decenas de miles no pueden salir de la Franja bloqueada para trabajar o estudiar.

 

La reacción desesperada de los palestinos expresada por el lanzamiento de cohetes hechizos es utilizada por Israel para justificar, respuestas desproporcionadas, la gran destrucción, muertes, el permanente bloqueo y ahora los cortes de combustibles y electricidad. Israel pretende mantener la ocupación, el control absoluto, la opresión, el desacato a la legalidad internacional y continuar con sus violaciones a los Derechos Humanos, sin recibir ningún tipo de resistencia.

 

A parte del silencio cómplice de la comunidad internacional, llama la atención la tibia reacción de los regímenes árabes que solo “condenan” los hechos y más llama la atención la respuesta incoherente de la propia Autoridad Nacional Palestina, que mientras Israel siembra muerte y destrucción en Gaza y Cisjordania, esta Autoridad continúa negociando con Israel la supuesta Paz.

 

Comité Democrático Palestino – Chile.

 

Jueves 17 de Enero de 2008

NO ACIERTA NI UNA

Por Juan Gelman

 

El propósito declarado de la reciente visita de W. Bush a Israel y de su gira por cinco países árabes del Golfo era contribuir a la paz entre palestinos e israelíes. Pero no. El mandatario norteamericano preconizó la necesidad de una alianza EE.UU./Israel/Emiratos Árabes Unidos/ Kuwait/Egipto/Arabia Saudita/Bahrein contra “el peligro iraní”. Hizo algo más que discursos: prometió entregarles armamentos por valor de 20.000 millones de dólares y el mensaje es claro. No es nuevo. Lo notable es cómo W. varía la escala de argucias para atacar a Teherán, que cambia de mayor a menor.

 

Primero fue el peligro del programa iraní de desarrollo de bombas nucleares, un latiguillo que no se cansó de repetir. Y hete aquí que, en diciembre pasado, la Estimación de Inteligencia Nacional (NIE, por sus siglas en inglés) acordada por los 16 servicios de espionaje norteamericanos estableció que eso no existe. Dice el NIE: “Estimamos con un alto grado de certidumbre que Teherán interrumpió su programa de armamento nuclear en otoño de 2003... Estimamos con un alto grado de certidumbre que la interrupción de los trabajos mencionados dura al menos varios años... Estimamos con un nivel de certidumbre moderado que a mediados de 2007 Teherán no había relanzado su programa de armamento nuclear... Estimamos asimismo, con un grado de certidumbre de mediano a alto, que Irán no posee actualmente armas nucleares” (www.odni.gov, 17-12-07). La razón de esta bofetada que la CIA y Cía. propinaron a Bush es materia debatible. Algunos opinan que sería la manifestación de una puja entre “halcones-gallina” que quieren fugarse hacia adelante y los llamados conservadores realistas –incluyendo a ciertos mandos militares– que están hartos del pantano iraquí. Sea lo que fuere, W. se vio obligado a cambiar de canal.

 

Esgrimió entonces al incidente naval en el estrecho de Ormuz: cinco lanchas patrulleras iraníes se acercaron a un destructor, un crucero y una fragata de la 5ª Flota estadounidense que patrulla las aguas del golfo. Bush calificó el hecho de “grave” y lo evaluó como otra prueba de las intenciones terroristas de Irán. En el video que preparó el Pentágono se observan las maniobras iraníes y en cierto momento se escucha una voz que amenaza en mal inglés: “Voy por ustedes..., van a explotar... en pocos minutos” (AP, 8-1-08). La voz está sola: ningún ruido de oleaje o de máquinas la acompaña, como es habitual en las transmisiones navales. Un pequeño detalle, no más.

 

“Funcionarios navales y del Pentágono dijeron que el video y el audio se grabaron por separado y luego se mezclaron”, informó New York Times (10-1-08). “La lista de quienes menos confían en el video/audio del Pentágono sobre maniobras agresivas de lanchas iraníes que se aproximaron a buques norteamericanos en el estrecho de Ormuz incluye al propio Pentágono. Funcionarios del Pentágono que guardaron el anonimato señalaron que la voz amenazadora del video fue grabada separadamente de las imágenes y mezclada con ellas a posteriori...” (www.theledeblogs.nytimes.com, 14-1-08). Se desvanecía la posibilidad de volver a montar el escenario del Golfo de Tonkin, cuando en 1964 tres lanchas torpederas nordvietnamitas supuestamente atacaron al “USS Madox”. Fue el pretexto que la Casa Blanca amañó para intervenir militarmente en Vietnam contra Ho Chi Ming. Se conoce el final.

 

La cuestión es delicada: Irán y los Emiratos Árabes Unidos reclaman para sí la mitad de las aguas de Ormuz y la franja de aguas internacionales es angosta allí. Por el estrecho pasan los buques-tanque de Irak, Irán y los países árabes del Golfo para abastecer de petróleo a EE.UU. y a buena parte del Occidente desarrollado. Si la Casa Blanca inventa otro Tonkin en Ormuz, el resultado sería catastrófico. Para no hablar de la enorme pérdida de vidas humanas: el precio del oro negro podría llegar a 200 dólares por barril, se desataría una inflación galopante, el sistema financiero internacional conocería su desastre y volverían al siglo XXI los tiempos de la gran depresión del ‘30. Pero la respuesta de W. al informe NIE fue tajante: “Irán fue un peligro, es un peligro y será siempre un peligro”. No hay ciego peor que el que no quiere saber.

 

Durante su gira, W. cambió nuevamente de canal: acusó a Irán de apoyar a la insurgencia iraquí, a los terroristas de Al Qaida y a Hamas. Lo primero es improbable: son chiítas los gobiernos de Irán y de Irak y han concertado acuerdos de seguridad mutua. Teherán no olvida que el sunnita Saddam Hussein le impuso una larga guerra. En cuanto a Al Qaida, su nido es Pakistán, no Irán. Y Bush “se equivoca” cuando habla del terrorismo de Hamas, un movimiento armado y, por lo visto, popular: ganó las elecciones en los territorios palestinos ocupados. Es más que posible que Teherán lo alimente por su tozuda negación de la existencia del Estado de Israel. Harina de otro costal.

 

Lunes 07 de Enero de 2008

LOS DOCE MITOS DE ANNAPOLIS

Fuente: ZNet, de Phyllis Bennis

 

Mito 1) El encuentro de Annapolis se concibió con el objetivo de iniciar nuevas negociaciones entre israelíes y palestinos para poner fin a la ocupación, y establecer una paz justa y duradera en la región basada en la solución de los dos estados.

 

De hecho, los dos motivos principales que propiciaron la reunión no tenían prácticamente nada que ver con Israel y Palestina. Los verdaderos motivos para convocar la conferencia fueron: 1) fortalecer el apoyo de los gobiernos árabes a la estrategia estadounidense en Oriente Medio, incluida la guerra de Irak y, más concretamente, la creciente presión sobre Irán; 2) crear un golpe de efecto mediático para redefinir el legado de Condoleezza Rice, marcado principalmente por su buena acogida de los bombardeos israelíes contra Líbano en 2006, y transformarlo en el de una supuesta pacifista.

 

Mito 2) Es el momento adecuado para emprender nuevas negociaciones porque, como declaró el presidente Bush, "los palestinos y los israelíes cuentan con dirigentes que están decididos a alcanzar la paz".

 

En realidad, tanto los dirigentes israelíes como los palestinos están tan debilitados políticamente y son tan impopulares entre su propio electorado que se encuentran en la cuerda floja como representantes legítimos, de modo que prácticamente no les queda otra salida que seguir las exigencias de la Casa Blanca. Tanto el primer ministro israelí, Olmert, como el presidente de la Autoridad Palestina, Abbas, fueron elegidos democráticamente, pero los dos subieron al poder para sustituir a unos iconos muy populares y poderosos del simbolismo nacional al que servían.

 

Al igual que su predecesor, Yasir Arafat, Abbas es presidente de la Autoridad Palestina y máximo responsable de la OLP. Sin embargo, a diferencia de Arafat, Abbas no es visto como un héroe del movimiento nacional palestino ni como un símbolo de la unidad de Palestina. En su discurso de Annapolis, Abbas mencionó algunos de los objetivos palestinos clave, incluido el cumplimiento de la resolución 194 de la ONU sobre el derecho al retorno de los refugiados, pero debido a su debilidad política y a su ya larga confianza en el apoyo estadounidense, no puede insistir en esos derechos. Aún no está claro si, en última instancia, accederá a firmar un tratado "final" que niegue a los palestinos unos derechos básicos exigidos internacionalmente, como el derecho al retorno, una auténtica independencia en todo el territorio de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, el desmantelamiento de las colonias, etc.

 

Olmert asumió el cargo para sustituir al general Ariel Sharon, conocido como "el carnicero de Beirut" por su papel durante la masacre de Sabra y Shatila en 1982 y considerado un héroe por la derecha israelí, cuando Sharon entró en coma en enero de 2006. Los sondeos indican que el apoyo a Olmert se encuentra bajo mínimos, y el juez de un tribunal penal israelí tuvo que emitir un aplazamiento especial sobre la acusación que pesa sobre Olmert por delitos de corrupción cuando el avión de éste se disponía a despegar rumbo a Annapolis esta misma semana.

 

Mito 3) La conferencia de Annapolis brindará esperanza a los palestinos de Gaza y Cisjordania, por lo que los partidarios de Hamás quedarán convencidos de la necesidad de respaldar a Abbas y al nuevo proceso de paz.

 

La única referencia al continuado boicoteo y bloqueo de Gaza impuestos por los Estados Unidos e Israel, que ha provocado una catástrofe humanitaria en la Franja de Gaza -una enorme cárcel controlada por Israel donde, según el Banco Mundial, el 87% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza-, se dejó sentir en unas palabras de Abbas en que apeló a "mi gente y parientes en la Franja de Gaza, os llevo siempre en lo más profundo de mi corazón". Pero ni siquiera él tuvo nada más que ofrecerles que la simple afirmación de que "las horas de oscuridad llegarán a su fin gracias a vuestra firmeza y determinación. Gracias a vuestra insistencia en la unidad de nuestro pueblo en Cisjordania y la Franja de Gaza como una unidad política y geográfica sin diferencias, vuestro sufrimiento terminará. El derecho y la paz prevalecerán". Olmert aludió a Gaza únicamente como un lugar donde abunda el terrorismo y los secuestros. Bush se refirió a la Franja comentando que "cuando la libertad eche raíces en el suelo iraquí de Cisjordania y Gaza, servirá de inspiración a millones de personas de todo Oriente Medio que desean que sus sociedades se construyan sobre la libertad, la paz y la esperanza". Sí la cita es correcta. Por desgracia, los niños y las niñas de Palestina no se alimentan de lapsus freudianos.

 

Mito 4) El "compromiso" del Gobierno estadounidense con la diplomacia de Oriente Medio es de gran utilidad; el único problema hasta el momento había sido la falta de compromiso de Bush.

 

Desde 1967, los Estados Unidos han demostrado tener un compromiso excesivo con la diplomacia israelí-palestina. Los Estados Unidos, que ya proporcionan casi 4 mil millones de dólares anuales en ayuda económica y militar a Israel, acaban de anunciar que ofrecerán otros 30 mil millones de dólares de ayuda militar a Tel Aviv durante los próximos diez años. Washington, además, utiliza constantemente su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a Israel de las responsabilidades que debería asumir por sus constantes violaciones del derecho internacional (la mitad de todos los vetos emitidos por los Estados Unidos desde 1970). Los Estados Unidos están proporcionando 85 millones de dólares en ayuda militar y policial a la Autoridad Palestina en Ramalah, mientras mantiene el embargo y bloqueo total de Gaza. Eso es lo que cualquiera llamaría compromiso. Por tanto, lo que los Estados Unidos deben asumir no es un mayor compromiso, sino un compromiso totalmente distinto.

 

Mito 5) En Annapolis, los Estados Unidos reconocen a Israel y Palestina como dos actores en igualdad de condiciones, con una igual responsabilidad sobre el conflicto e iguales obligaciones para alcanzar un acuerdo.

 

Éste no es un conflicto entre dos actores en igualdad de condiciones. Los Estados Unidos siguen siendo el principal protagonista. Según el "entendimiento conjunto" leído por Bush en Annapolis, "la aplicación del futuro tratado de paz estará sujeto a la aplicación de la hoja de ruta, tal y como lo juzguen los Estados Unidos". De hecho, incluso "el Cuarteto" de la hoja de ruta, el espejismo diplomático que ofreció cobertura política a los Estados Unidos al invitar a Europa, Rusia y la ONU a hacer de coro en la actuación en solitario de Washington, quedó abandonado en Annapolis.

 

Israel es la potencia ocupante, y mantiene la ocupación del suelo palestino en flagrante violación de numerosas resoluciones de la ONU que le instan a retirarse de inmediato de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. Israel debe acatar -no negociar, sino acatar- las obligaciones que le corresponden a toda potencia ocupante según lo establecido por la Convención de Ginebra y el derecho internacional, y que incluyen, entre otras cosas, la tajante prohibición de establecer colonias y de imponer castigos colectivos a la población. Los palestinos son la población ocupada, cuya protección depende principalmente de la potencia ocupante y de la comunidad internacional. En 1988, los palestinos asumieron un compromiso histórico -aunque ahora parece haberse olvidado- al renunciar a parte del territorio entonces reivindicado y reconocer a Israel como Estado en el 78% de la Palestina histórica (incluso cuando el plan de partición de la ONU sólo asignaba a Israel un 55%). La simple idea de que ahora se espere que los palestinos negocien más territorio del mero 22% que les queda, y que pongan en peligro otros derechos inalienables a la autodeterminación y al retorno de los refugiados, es una parodia del derecho y de la comunidad internacional.

 

Mito 6) Las negociaciones de Annapolis demuestran que la "solución de los dos estados" sigue siendo el único objetivo posible y legítimo.

 

La creación de un Estado palestino soberano e independiente -en toda Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este- sigue siendo el mandato de la ONU y del derecho internacional, además de la postura oficial palestina. Israel y los Estados Unidos, además de otros países, apoyan también formalmente el establecimiento de algún tipo de Estado palestino. Sin embargo, la creación de un estado independiente, viable y con contigüidad en todo el territorio de 1967, según lo dictado por la ONU y el derecho internacional, exigiría el desmantelamiento de enormes bloques de colonias y el traslado de más de 450 mil colonos israelíes -en caso de que éstos no accedieran a convertirse en ciudadanos palestinos sin privilegios especiales- en Cisjordania y el Jerusalén Este ocupado. No sólo se trata de "pequeños ajustes de mutuo acuerdo" en las fronteras. Mientras las colonias no dejen de crecer, su realidad y la del muro del apartheid hacen cada vez más imposible una solución basada en dos estados. Lo que persiguen discretamente muchos responsables políticos israelíes y estadounidenses es la creación de un "Estado virtual" palestino; tendría pasaportes propios y un asiento en la ONU, su propia identidad en internet y un código internacional telefónico. Pero estaría integrado por Gaza y por menos del 50% de Cisjordania, que adoptaría la forma de pequeños bantustanes sin contigüidad territorial, unidos entre sí por carreteras y puentes controlados por Israel, que además mantendría plena autoridad sobre las fronteras, el espacio aéreo, las infraestructuras militares y de seguridad, etc.

 

Puesto que la creación de un Estado palestino viable cada vez es menos realista, la alternativa de reconocer toda la Palestina histórica -incluido lo que ahora es Israel, además de Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este- como un país, con iguales derechos para todos sus ciudadanos, empieza a aparecerse como una opción más realista.

 

Mito 7) La participación de Israel en la conferencia de Annapolis demuestra su predisposición a adoptar compromisos serios sobre los obstáculos que se interponen desde hace tiempo en el camino hacia una paz justa y duradera.

 

Sobre las colonias: las palabras "colono" y "colonia" no aparecieron en el discurso de Olmert en Annapolis. Antes de llegar, se produjo un anuncio destacado: Israel no construiría "nuevas" colonias en Cisjordania. Esto es una auténtica patraña, ya que la expansión real de la población colona se está produciendo mediante la ampliación del territorio controlado y poblado por la gente que vive en las colonias existentes, no por la construcción de nuevas.

 

Sobre Jerusalén: mencionado sólo para comentar que Olmert llega desde Jerusalén y que, en su día, fue alcalde de esa ciudad. Ninguna referencia a compartir Jerusalén, a acabar con la ocupación de Jerusalén Este, al derecho de los palestinos a tener su capital en Jerusalén, etc.

 

Sobre los refugiados: las palabras "refugiado", "retorno", "derechos", "derecho internacional" o "resolución 194" no se pronunciaron. Olmert aludió, con una referencia deliberadamente vaga, a "su pueblo" que sufrió y a los palestinos que "durante decenas de años (...) vivieron en campos, desconectados del entorno en que crecieron". Pero Olmert, al decir que "he venido aquí, hoy, no a rendir cuentas históricas", no reconoció la responsabilidad de Israel ante el sufrimiento palestino, por no hablar ya de aceptar la resolución 194 que, en virtud de lo establecido por el derecho internacional, garantiza a los refugiados el derecho al retorno. En lugar de eso, aseguró que Israel ayudaría a encontrar "un marco adecuado para su futuro, en el Estado palestino que se establecerá en los territorios que acordemos".

 

Sobre las fronteras: las palabras "frontera", "muro", "valla" o "barrera" no aparecieron.

 

Mito 8) La participación árabe refleja la aceptación por parte de los Estados Unidos e Israel de la iniciativa árabe para la paz de 2002 como parte del marco diplomático.

 

De hecho, sólo Abbas describió los requisitos de la iniciativa árabe para la paz: fin de la ocupación israelí y retorno a las fronteras de 1967, refugiados, Jerusalén, los Altos del Golán ocupados. Bush y Olmert sólo aludieron a ella en el contexto de sus consecuencias: SI Israel acababa con la ocupación, reconocía el derecho de los refugiados al retorno, etc., ENTONCES era posible normalizar las relaciones entre Israel y el mundo árabe. El discurso de Olmert incluyó una letanía de lo que piensa sobre la iniciativa árabe: "conozco" la iniciativa, "reconozco su importancia", "aprecio su contribución". Pero ningún indicio de que la acepte o tenga intención de cumplirla. Tzipi Livni, ministra de Exteriores, por su parte, se dirigió a los diplomáticos árabes directamente, recordándoles que, independientemente de sus opiniones, los Gobiernos árabes no tendrían un lugar en la mesa de negociaciones. "Incluso aunque la iniciativa árabe para la paz presente principios basados en la narrativa árabe, ustedes no tienen la intención de sustituir a los palestinos en las negociaciones. Por favor, apóyenlos; lo necesitan. Sin su apoyo para establecer compromisos no habrá paz". Para Livni, la tarea de los gobiernos árabes consiste en colaborar con la rendición de Palestina.

 

Mito 9) La participación de Siria indica que Damasco se suma al grupo prooccidental y antiiraní en la región.

 

Siria es un país pobre y relativamente débil cuyo presidente, Bashar al-Assad, nunca ha gozado del poder y la influencia de su padre, Hafez al-Assad. A pesar de sus tradicionales vínculos con Irán, Siria es un componente clave del mundo árabe y no se podría permitir insultar a la Liga Árabe y su llamamiento para participar en Annapolis. La participación de Siria, a un nivel relativamente modesto -en lo que representa un pequeño desaire a los Estados Unidos e Israel (e incluso a Mahmud Abbas)-, aparta a Damasco de la línea de fuego de Washington, que sigue esperando conseguir que Siria se desvincule de Irán. Siria pudo mencionar al menos las palabras "Altos del Golán" y recordar a los diplomáticos presentes que la iniciativa árabe para la paz también incluía el fin de la ocupación israelí en el Golán como condición previa a la normalización de relaciones. Y la participación de Siria en Annapolis se podría ver como el pago de una especie de "impuesto revolucionario", para limitar la influencia en Washington de los que abogan por la línea de "el siguiente será Siria".

 

Mito 10) Los discursos pronunciados en Annapolis alentarán nuevos compromisos.

 

La reunión de Annapolis no presentó un conjunto serio de "medidas para generar confianza" con las que poner en marcha el proceso. Antes de que se iniciara la conferencia, el Gobierno israelí, entre otras cosas, anunció la liberación de 450 prisioneros (menos del 5% de los más de 10.000 que Israel sigue reteniendo ilegalmente) y prometió no construir nuevas colonias. Este anuncio representaba un paso atrás incluso con respecto al supuesto compromiso que asumió Israel con la hoja de ruta de "congelar toda expansión de las colonias", es decir, de no seguir construyendo ni de incrementar los colonos. De hecho, generar una verdadera confianza exigiría que Israel empezara al menos el proceso de desmantelar las colonias existentes. No sólo los simbólicos "puestos de avanzada" que Israel puede clausurar a cambio de un pequeño precio político y sin ningún coste económico (aunque no se han clausurado según lo prometido en la hoja de ruta), sino un paso significativo para desmantelar algunos de los apartamentos vacíos o a medio construir que se están erigiendo en las grandes colonias ilegales, como Ariel o Ma'ale Adumim. Ése sería un paso hacia un auténtico acuerdo de paz, y no sólo limitarse a evitar que se siga deteriorando.

 

Mito 11) La conferencia de Annapolis se basó en la aplicación de las resoluciones de la ONU pertinentes.

 

La presencia de decenas de gobiernos y organizaciones internacionales en Annapolis confirió al encuentro la imagen de un acto del estilo de la ONU. Pero todo se quedó en el estilo; no en la esencia. Reflejaba así un escenario parecido al de 1991, cuando los Estados Unidos orquestaron (al parecer con el copatrocino soviético) la conferencia de Madrid para "iniciar" nuevas negociaciones de paz. En Madrid se vivieron unas jornadas con todo el esplendor de un encuentro internacional, pero el memorando de entendimiento oficial entre los Estados Unidos e Israel, que establecía las condiciones de la participación israelí, garantizaba que no se le permitiría hablar al único representante de la ONU. En Annapolis, si bien se permitió hablar al actual secretario de la ONU, Ban ki-Moon, ni siquiera se dio la impresión de que a la organización mundial, que debería ser la protagonista de todas las iniciativas diplomáticas internacionales en esta cuestión, se le permitiera desempeñar un papel significativo.

 

En la declaración conjunta israelí-palestina que Bush leyó para inaugurar la conferencia, ni siquiera se mencionaron las resoluciones de la ONU. Abbas aludió a la resolución 194 (que garantiza el derecho al retorno de los refugiados), pero ésta fue totalmente ignorada en los discursos de los Estados Unidos e Israel. Olmert se refirió a las resoluciones 242 y 338, pero equiparó la autoridad de dichas resoluciones a la de la carta que envió el 14 de abril de 2004 el presidente Bush al entonces primer ministro Ariel Sharon, en que prometía que los Estados Unidos apoyarían que Israel se anexionara enormes bloques de colonias y que rechazara el derecho al retorno. Por supuesto, no se discutió el comportamiento de Washington en el Consejo de Seguridad -amenazando con emplear su derecho de veto o usándolo-, con el que se ha evitado repetidamente que Israel rinda cuentas por sus violaciones del derecho internacional.

 

Mito 12) Annapolis fue un fracaso.

 

Si entendemos Annapolis como lo que realmente fue, puede que acabe resultando ser un gran éxito (véase el Mito 1). Los regímenes árabes pueden volver a casa con las transcripciones de sus discursos - ya sea con estilo bravucón o de estadista-, y demostrar a sus pueblos cómo plantaron cara a Israel y a los Estados Unidos, y cómo ayudaron a los palestinos. Así, después pueden mostrar mayor predisposición la próxima vez que Bush les solicite el permiso para sobrevolar sus territorios, derechos sobre sus bases y apoyo político. Y Condolezza Rice tuvo su foto. En cuanto a su legado, aún es demasiado pronto para saberlo.

 

Pero si nos basamos en sus verdaderos -aunque velados- objetivos, Annapolis podría resultar ser todo un éxito.

 

¿Qué se concluye de todo esto? ¿Qué hacemos ahora?

 

Hay otro mito que dice que Annapolis, la última escenificación de los "procesos de paz" controlados por los Estados Unidos, representa la pieza clave de las actuales iniciativas de paz israelí-palestinas. Eso nunca ha sido así. El marco de esta conferencia, conformado por el poder y el unilateralismo estadounidense; el expansionismo regional, el militarismo y las políticas segregacionistas de Israel; y la división y debilidad de los palestinos, no han augurado en ningún momento una paz justa, duradera o completa. Pero eso no significa que no se esté realizando un verdadero trabajo hacia la construcción de la paz. La sociedad civil palestina, respaldada por la sociedad civil internacional, algunos gobiernos y, en ocasiones, la ONU, están construyendo movimientos no violentos que desafían esas realidades.

 

En 2005, la sociedad civil palestina e internacional instó a la creación de un movimiento por el boicot, las desinversiones y las sanciones para ejercer una presión económica no violenta sobre Israel, con el fin de que el país respete el derecho internacional. Ese movimiento está en pleno desarrollo. Cabe destacar también el creciente uso del marco de un movimiento contra el apartheid para cuestionar las políticas de discriminación israelíes; marco promovido por personas como el ex presidente estadounidense Jimmy Carter y el arzobispo Desmond Tutu, y organizaciones como la Campaña estadounidense por el Fin de la Ocupación Israelí. El muro del apartheid de Israel, ilegal según el derecho internacional, se debe enfrentar a movilizaciones en todo el mundo y a la acción directa de palestinos, israelíes e internacionales en lugares como el pueblo cisjordano de Bi'ilin, donde todos los viernes se reúnen activistas no violentos para protestar contra el muro. Organizaciones como la Campaña estadounidense por el Fin de la Ocupación Israelí, la plataforma Stop the Wall y Badil en los Territorios Ocupados, la Red de Coordinación Internacional sobre Palestina y muchas otras siguen inmersas en esta labor.

 

Aunque las amenazas y los vetos estadounidenses han evitado en gran medida que el Consejo de Seguridad asuma el papel protagonista que debería desempeñar en esta cuestión, otras instancias del sistema de la ONU siguen dedicándose a ella. Desde los comités de la Asamblea General que protegen los derechos inalienables del pueblo palestino, al valiente trabajo del Relator Especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Ocupados, John Dugard, así como los análisis del ex representante de la ONU ante "el Cuarteto", Álvaro de Soto, que denunció el apoyo estadounidense a la violencia intrapalestina en Gaza, la ONU sigue siendo un aliado importante. Hay campañas en tribunales estadounidenses, europeos, brasileños y muchos otros países -además del Tribunal Penal Internacional- para que Israel responda de sus violaciones del derecho internacional. Son esos los lugares donde verdaderamente se está construyendo la paz. Son iniciativas por una auténtica justicia, y no por la "paz" que surja de Annapolis, que muy probablemente no será ni justa ni duradera.

 

Phyllis Bennis es investigadora del Institute for Policy Studies (www.ips-dc.org) y del Transnational Institute. Su último libro en inglés es "Understanding the Palestinian-Israeli Conflict: A Primer" (Trans-Arab Research Institute, 2003). En español, su última publicación, con Mariano Aguirre, se titula "La ideología neoimperial: la crisis de EE.UU. con Irak" (TNI/CIP e Icaria, 2003).

 

Viernes 4 de Enero de 2008

"EN JERUSALÉN LA OCUPACIÓN SIGUE CON SUS POLÍTICAS DE JUDAIZACIÓN "

Fuente: Lidón Soriano, La República - España

 

Hace unos días regrese a mi amada Palestina.

 

Ajenos a la farsa de Annapolis, despreciando las ingentes cantidades de dinero que se barajaron en Paris, los y las palestinas continúan con su vida, yendo a la escuela, a la universidad, al trabajo, a la compra, pariendo hijos,………… enterrándolos. El pueblo palestino continúa respirando, continúa luchando, continúa resistiendo, porque ese es el día a día que les toca vivir en este desigual combate de fuerzas, de razones, de existencias.

 

La entrada por Ben Gurión estuvo exenta de problemas, a pesar de la presencia, más que llamativa, de los dos sellos que me pusieron el verano pasado a la entrada y a la salida de Gaza. Para mi sorpresa la soldado del control no hizo mención alguna a dichos sellos impresos en la no oficial (e ilegal), pero a todas luces funcional aduana de Erez. Tan solo las preguntas de rigor:"¿Que vienes a hacer a Israel?" y "¿Es la primera vez que vienes?" Si tus pintas y tus respuestas no les despiertan sospechas se acabo el control, si no es así, aprietan el timbre y en pocos segundos tienes a una policía que te acompaña al cuartito de interrogatorios. Lo que viene a reforzar mis sospechas de que el tan cacareado sistema de control y seguridad israelí es un bluf. Ni controlan tanto como pensamos, ni, sobre todo, están coordinados manejando todos toda la información que pueden recoger en los diferentes controles o territorios. En realidad lo que hacen es matar moscas a cañonazos, si te pillan, lo tienes claro, pero mientras no te toque, no hay problema.

 

La llegada a la ciudad vieja de Jerusalén como siempre excitante, aunque sea la octava vez que mi corazón siente su energía, respira sus olores, vislumbra sus colores, saborea su historia, se sumerge en sus callejuelas que te atrapan, te cautivan y te transportan al sueño de las mil y una noches. Todo terriblemente intenso, sensibilidad a flor de piel, todo perfecto hasta que los uniformados color verde aceituna hacen acto de presencia rompiendo en añicos la postal, distorsionando la historia, ensuciando con su racismo la tradicional convivencia entre las gentes de este pueblo.

 

La situación en general esta mas calmada, la afluencia turística, sobre todo en estos días, es considerable, aunque como me comentaba mi amigo Nadir dueño de una pequeña tienda de regalos, la mayoría de grupos de turistas pasan por las callejuelas de la ciudad vieja como una exhalación, yendo directamente a la meta establecida, léase el muro de las lamentaciones, el santo sepulcro, la vía dolorosa, etc.…. pero pocos van paseando y entreteniéndose practicando el deporte nacional: el regateo, actividad que al principio te parece bastante desagradable, pero a la que al final le coges el tranquillo y te das cuenta de que sencillamente es una forma de relación, de establecer contacto, de medir fuerzas, es como un juego, así que una vez te aprendes las reglas básicas, solo te queda disfrutar con el. Cuando Nadir me hacia ese comentario me vino a la cabeza una conversación cazada al vuelo entre un turista y su guía el año pasado. El turista con gesto asustado al ver a un par de jóvenes discutiendo (igual hablaban de fútbol, algo que les apasiona, pero como tienen ese registro comunicativo con un tono de voz tan alto, ese lenguaje tan gutural y esos ademanes tan exagerados, parece que se estén retando a muerte) le dijo al guía “¿oye, no será peligroso estar aquí?” y el guía le respondió:”No te preocupes que pasamos rápido llegamos a la iglesia y nos vamos, vosotros no os paréis pase lo que pase” Y claro, entre la desinformación, la manipulación y la ignorancia, ahí sigue la economía de los pequeños artesanos y comerciantes yendo de mal en peor, porque muchos de los turistas que llegan a Jerusalén a pesar de venir en son de paz y por motivos harto fraternales siguen sin ser capaces de entender con los sentidos, de hablar mirando a los ojos y de escuchar con el corazón.

 

En Jerusalén la ocupación sigue con sus políticas de judaización: no contratar a personas no judías, es decir cristianos y musulmanes básicamente, no renovar licencias de residencia para las personas palestinas que por algún motivo, léase enfermedad o estudios, han tenido que dejar el país por una temporada larga, negar el permiso de rehabilitación de las casas palestinas con el objetivo de demolerlas o bien alegando motivos de seguridad por mal estado o bien alegando que los dueños están rehabilitando la casa sin permiso….En este caso se encontraba la familia Khader en el barrio cristiano. La familia Khader, constituida por 12 miembros: abuelos, padre, madre e hijos, vivía en un habitáculo de 25 m2. Llevaban 2 años intentando conseguir el permiso para ampliar con una habitación más la exigua vivienda. Al nacer la ultima niña y a pesar de la continua negación del permiso de obra, decidieron habilitar ese pequeño espacio libre en la parte trasera de su casa. Pero una de las 500 cámaras que vigilan la ciudad vieja recogió sus “criminales” intenciones y en vez de actuar raudo y veloz, esperaron a que la familia con esfuerzo personal y económico acabaran la obra para ir y derribarla. Por supuesto no solo derribaron la habitación añadida, también dañaron la vivienda original, por lo que la mujer, con lagrimas en los ojos nos contaba que los hijos están ahora repartidos por casas de vecinos y amigos, los abuelos con otros familiares y ella y su marido permanecen en la casa a pesar de tener el techo medio destruido porque si se van temen que les apliquen la “Ley del ausente”, ley que el estado de Israel retomo de la época otomana y por la que si una persona se ausenta de su propiedad, sea vivienda o tierras por un periodo que el estado considere suficiente, automáticamente esta propiedad queda confiscada y sus verdaderos y legítimos dueños pierden la posesión de las mismas. Esta es una de las leyes mas utilizadas para la desposesión de casas, pero sobre todo de tierras, dándose la paradoja de que con el muro es el propio estado de Israel el que te impide acceder a ellas negándote el permiso para cruzar el muro y poder ir a trabajarlas y es el mismo estado de Israel el que después te las quita argumentando que has tenido las tierras abandonadas por un periodo de 6 meses lo que presupone que no te interesan……….Esta es la lógica de la ocupación, la lógica del racismo, la lógica de la limpieza étnica.

 

También hemos visitado los alrededores de Jerusalén comprobando como a pesar del “compromiso” israelí de cesar en la construcción de colonias (igual que durante Oslo o durante la Hoja de ruta) estas siguen construyéndose con total impunidad, expandiéndose las ya existentes, sobre tierras robadas a los y las palestinas de Belén, de Ramallah, de Nablus, de Hebrón, de todas y cada una de las ciudades y aldeas que pueblan esta maravillosa y castigada tierra.

 

Algunos compañeros me comentaron que se escuchaban voces que clamaban por una tercera Intimada. Sinceramente creo que el pueblo no esta ni de lejos preparado para llevar a cabo semejante contienda. Por un lado están todavía agotados de la brutal represión de esta segunda Intimada. Las condiciones económicas son desastrosas y cuando tienes que preocuparte por sobrevivir pocas energías puedes dedicar a otros menesteres aunque sean tan loables y básicos como luchar conjuntamente contra la ocupación. Por otra parte creo que la siguiente Intifada debería ser más similar a la tercera, que a la segunda, es decir, más popular, más social, más unitaria, más comunitaria. Y desde luego estas no son las circunstancias ideales para llevar a cabo una acción de este tipo. Creo que en este momento los ánimos se deberían serenar, algunas heridas cicatrizar, mas de un político desaparecer, mas fuerzas recuperar y la sociedad, de forma horizontal y ajenos a jerarquías y partidos, llevar a cabo su alzamiento, su Intifada.

 

Durante los años fuertes de la represión 2002-2003 la gente estaba increíblemente vapulada. Pero tenia fuerza, sentías que la gente quería plantar cara, la gente venia de un “buen” periodo, de un relativo periodo de calma, aunque a nivel político supusiera el principio del fin, pues si Oslo se puede resumir con alguna palabra yo elegiría, desde luego, la palabra “trampa”. Pero ya en 2005 cuando tuvieron lugar las elecciones presidenciales la mayoría de la gente voto a Abu Mazen, porque como me decían en petit comité: “Le votamos porque es la persona que quieren los americanos, así nos dejaran en paz, podremos recuperar fuerzas y podremos volver a luchar contra ellos”. En algo tenían razón: era la persona que querían los americanos, pues no en vano llevaban desde el 78 negociando bajo la mesa con asuntos que después de cristalizarían bajo el formato de Oslo, White Plantation, Camp David,….etc. Sin embargo muy a su pesar los norteamericanos/israelíes no se contentaron con eso y fueron exigiendo mas, oprimiendo mas, reprimiendo mas, separando, dividiendo, asfixiando. El resultado es claramente palpable: cansancio y empobrecimiento entre la población y mucha presencia policial, pues son estos los principales receptores de los millones de dólares que occidente “dona” a la Autoridad Palestina consiguiendo uno de los principales objetivos del estado de Israel: que la AP se convierta en el guardián y represor de su propio pueblo.

 

La alcaldesa de Ramallah, la Sra. Janet Michel, nos decía que ella no ha notado nada tras Anápolis, y que si bien alguna persona se mostraba optimista, la mayoría de la población, demostrando una inteligencia política que brilla por su ausencia en occidente, no solo no cree una palabra, sino que temen que mas desgracias se avecinen sobre su pueblo, pues de todos es sabido que los principales planes económicos en todos estos tratados USA-Israel-Banco Mundial-AP van dirigidos a privatizar todos los servicios públicos, emulando los planes de ajuste estructural implementados en diferentes países de América latina, con el consiguiente empobrecimiento de la población, la desestructuración político-social y la oenegizacion despolitizada del territorio

 

Con la abogada de Addameer, la asociación de presos, hemos hablado de las indignas condiciones de vida de los y las prisioneras. Como a día de hoy esas políticas neoliberales se están aplicando también en las prisiones restringiendo los servicios básicos que debería cubrir el estado de Israel y obligando a los presos a comprar diferentes productos, incluida su propia comida, en la cantina de la cárcel en donde, además, los precios son el doble que en la calle. A día de hoy hay 11.000 presos políticos, definidos por Israel como presos por motivos de seguridad evitando reconocerles ese estatus igual que hace el gobierno español con los presos y presas vascas. De ellos unos 350 son menores de 18 años. A partir de los 16 años ya les consideran adultos, pues a pesar de que la ley israelí contempla la mayoría de edad en 18 años a todos los efectos esto no sucede en los territorios palestinos ocupados en 1967 en donde se les considera mayores de edad a partir de los 16. Algunos de los presos tienen entre 14 y 16 años y de 12 a 14 hay pocos y pasan pequeños periodos de tiempo, pero haylos! Lo que resulta a todas luces inhumano e injustificable, máxime teniendo en cuenta que los motivos de su encarcelamiento suele ser el lanzamiento de piedras.

 

Actualmente no hay ninguna madre con hijos en la cárcel, pero durante estos últimos años no solo ha habido mujeres con sus hijos en las cárceles sino que incluso hay documentados tres casos de mujeres que parieron en prisión, dos de ellas con una mano esposada a la cama y la tercera con las dos manos esposadas a la cama. Sin comentarios.

 

Hemos conocido el caso de Noora Haslamun, una mujer encarcelada bajo “detención administrativa” formula mediante la cual argumentado motivos de seguridad el estado de Israel no tiene que presentar ninguna acusación para encarcelarte, manteniéndote en prisión por un periodo de 6 meses. Transcurrido ese periodo y sin saber ni tu, ni tus familiares, ni tu abogado, si lo tienes, porque te han encarcelado te pueden renovar la detención por otros 6 meses mas, dándose el caso de dos personas que llevan ya 6 y 8 años en este limbo administrativo, sin estar acusados de nada, por tanto sin juicio, sin posibilidad de defensa, de protesta, ni nada de nada, así funciona la “democracia” israelí. El marido de Noora esta también preso y ambos tienen 6 hijos que ahora están siendo atendidos y educados por la abuela. Noora dijo a sus carceleros de la prisión de Hasharon que si no la liberaban porque le volvían a renovar la detención administrativa y por tanto seguía sin poder ver y cuidar a sus hijos empezaría una huelga de hambre. Le renovaron la detención y hoy hace 21 días que esta en huelga de hambre. Pero nada de esto llega a occidente, solo las mentiras de los políticos, marionetas del sistema que se encargan de posar para las fotos y de firmar con sus políticas económicas sentencias de prisión y de muerte a diario, bajo diferentes formas, pero cumpliendo un mismo objetivo. Eso esta sucediendo en Gaza y no hay reacción, no hay protesta, estamos demasiado pendientes de nuestro ombligo, hasta que, como decía Bertolt Brecht, nos estalle en la cara y no haya nadie para ayudarnos.

 

Al menos como me decían hace una horas Wissam y Rula, un matrimonio admirable, ambos profesores de universidad, ambos militantes activos d un partido de izquierdas, ambos ex presos: el 9 años, ella 8, con un historial de lucha, resistencia y dignidad increíbles: al menos estamos vivos y seguimos creyendo en nuestros principios y en nuestros derechos como el primer día. Esa es la determinación y la convicción que ha mantenido viva la causa palestina durante 60 años, esos son los valores que el estado de Israel no puede ni siquiera entender, esa es la fuerza que, a mi al menos, me engancho a esta gente, a su tierra, a su lucha, a su resistente dignidad.

Análisis y opiniones

Análisis y opiniones

Lunes 31 de Diciembre  de 2007

SER REAL EN AL WALAJEH

Fuente: Boaventura de Sousa Santos, Diario La Jornada - México (Traducción: Ruben Montedónico)

 

Según uno de los grandes teólogos de la liberación, el jesuita Jon Sobrino –que escapó por suerte a los asesinos de don Óscar Arnulfo Romero en El Salvador–, el mundo actual exige que seamos realistas. Ser real significa vivir de tal manera que no tengamos que avergonzarnos por habitar este mundo. Es una exigencia radical cuando son tantos los motivos para avergonzarnos y cuando, para vencer a la vergüenza, serían necesarias intervenciones y cambios de tal magnitud que la acción individual parecería irrelevante, cuando no ridícula. Pero la exigencia de ser reales y aun más radicales sería mayor si tuviéramos en mente que muchos de los motivos de vergüenza se nos escapan, porque no tenemos conciencia de ellos, porque las víctimas son invisibles, están en silencio o silenciadas.

 

Entre tantos otros motivos, estoy avergonzado por vivir en un mundo donde existe Al Walajeh. Estamos en Navidad. A cuatro kilómetros de la ciudad donde nació Jesucristo está la pequeña aldea palestina de Al Walajeh; no nos es fácil llegar hasta allí y es aún más difícil para sus habitantes salir de ella: porque no quieren dejarla definitivamente y porque no pueden salir de allí cuando precisan tratar un asunto fuera de la aldea.

 

Antes de 1948, cuando fue creado el Estado de Israel, Al Walajeh era una próspera y bella comunidad agrícola bordeada por suaves colinas cubiertas con la floresta nativa de la región. A partir de entonces, perdió 75 por ciento de su área, muchas de sus casas fueron demolidas por orden del municipio de Jerusalén, con el pretexto de que no tenían licencia de construcción, y gran parte de la floresta fue arrasada para abrir las áreas donde fueron construyéndose las colonias judías en sus alrededores.

 

Lo poco que restaba acaba de ser destruido para construir unos kilómetros más del nuevo Muro de la Vergüenza que, cuando sea completado, tendrá 703 kilómetros de extensión. Al Walajeh es hoy un campo de concentración y los nombres de este cercado infame, más allá del muro, son los de las colonias de Gilo, Har-Gilo y Giv´at Yael. Las demoliciones continúan y a algunas de las casas ya les ocurrió varias veces. La finalidad de esta política de sistemática humillación y destrucción es obligar a los mil 700 habitantes a abandonar la aldea. Sin embargo, ellos se rehúsan a hacerlo, porque fue aquí donde nacieron al igual que sus antepasados.

 

Al Walajeh es el símbolo del sistema de apartheid y de limpieza étnica que el Estado de Israel ha venido consolidando en Palestina con total impunidad. Es esta impunidad lo que me avergüenza. Y me avergüenza mucho más cuando ella, a pesar de ser monstruosa, es una sola y primera pequeña pieza de un sistema mucho más vasto de impunidades que se impone a hierro y fuego por todo el Medio Oriente y mañana, tal vez, en el mundo entero. En el centro de este sistema está Israel con el apoyo incondicional de Estados Unidos, la complicidad cobarde de la Unión Europea y la corrupción de los líderes de los estados árabes de la región.

 

Este sistema está al borde de un test fundamental: Irán. Es sabido que los tres últimos conflictos militares de la región –Afganistán (2001), Irak (2003) y Líbano (2006)– fortalecieron mucho más a Irán que a Israel. Por razones parcialmente diferentes –control de petróleo de Eurasia o la seguridad militar–, ni a Estados Unidos ni a Israel les conviene un Irán fuerte e independiente. Pero las estrategias para contenerlo pueden de momento divergir debido, sobre todo, a las condiciones internas.

 

Los servicios secretos de Estados Unidos –los mismos que acondicionaron las falsedades de George W. Bush para imponer la invasión contra Irak a toda costa– decidieron esta vez que sería demasiado peligroso arriesgar una Tercera Guerra Mundial, anticipada por Bush, con base en una falsedad más: la de que Irán está a punto de construir una bomba nuclear. La versión violenta de las autoridades israelíes muestra hasta que punto puede ser destructiva su paranoia de seguridad, la misma que impedirá siempre la constitución de dos verdaderos estados en Palestina y mucho más un verdadero Estado pluricultural (la única solución justa). Como antes en Irak y en Siria, Israel puede actuar “solito”, pero las consecuencias son ahora imprevisibles. Y no nos olvidemos que la relativa disminución de la violencia en Irak se debe a la intervención directa de Irán.

 

Entonces, para que yo sea real, denuncio lo que pasa en Al Walajeh y proclamo el boicot contra Israel y dejo a los habitantes de esta pequeña aldea dos señales de esperanza. En un informe de Naciones Unidas, de febrero pasado, se afirma por primera vez que las políticas de Israel “se asemejan a las del apartheid”.

 

Por otro lado, por tres veces consecutivas en los últimos años, altos dirigentes israelíes se desistieron de desembarcar en algún aeropuerto europeo por el miedo a ser aprehendidos por acusaciones de crímenes de guerra.

 

Lunes 31 de Diciembre  de 2007

LA VERGÜENZA PALESTINA

Fuente: Miguel Ángel Llana, Rebelión

 

Cuando tanto se ha tergiversado y mentido una y otra vez año tras año sobre lo que ya se ha consagrado como el conflicto palestino-israelí, parece necesario establecer un nuevo discurso utilizando otro lenguaje para que todos podamos entendernos cuando hablemos de Palestina.

 

Hablar del conflicto entre palestinos e israelíes es una ofensa al Derecho Internacional, a los Derechos Humanos, a los Derechos del Niño y a cualquier otro derecho cuando lo que sucedió, y sucede cada día, es que una potencia militar se apoderó de unos territorios por la fuerza, expulsó o asesinó a poblaciones enteras destruyendo más de 500 pueblos para ocupar con las armas por la fuerza un territorio que no les pertenece provocando el éxodo masivo de la población palestina. No se puede denominar conflicto a lo que es una violación permanente, continuada, de los más elementales derechos.

 

Hablar de la ocupación de Palestina suena a hueco y a ridículo; a hueco porque la palabra está gastada, vacía de significado y, ridículo, porque ya no se trata sólo de una ocupación, ni siquiera de la ocupación sionista, porque EE.UU., la UE y NU no sólo están detrás, sino que son, de hecho, los protagonistas por su apoyo incondicional y por su complicidad explícita.

 

Hablar de colonialismo es ridículo, porque el colonialismo explota los recursos y a los nativos para mayor gloria, beneficio de la metrópoli y de sus intermediarios. Es ridículo porque ni siquiera se intenta convertir al palestino a ninguna religión, ni cultura, ni lengua, porque nada se pretende del palestino, sólo que desaparezca.

 

Hablar de apartheid es inapropiado, también ridículo, porque no se trata sólo de encerrar a los nativos palestinos -no importa de qué religión sean o de ninguna- en guetos como llevan haciendo desde hace tantos años, como en Sudáfrica, sino que es algo más, algo mucho más criminal, salvo que convengamos que el nazismo sólo era una forma de apartheid y no de exterminio. En Palestina no hay apartheid, ni exclusión, Israel nunca pretendió tal cosa. La idea sionista israelí es, sencillamente, eliminar todo rastro palestino: de personas, cultura, derechos, historia e impedir la posibilidad de vida usurpando tierras, cultivos, agua, destruyendo casas y cualquier otra cosa que tuviera relación con Palestina o los palestinos, exactamente lo que está haciendo desde 1948.

 

Hablar de nazismo al referirse al sionismo israelí en Palestina y con los palestinos es más apropiado, es exacto. Negarlo no es menos delito que negar el genocidio nazi. La diferencia sólo está matices y en la forma.

 

Hablar de negociación cuando Israel nunca ha querido negociar, ni tampoco ahora, cuando no reconoce las elecciones democráticas palestinas de enero de 2006, cuando desde agosto de ese mismo año mantiene secuestrado al Presidente del Parlamento Asis Duek, a más de un tercio de los diputados del Parlamento, a casi la mitad de los ministros del Gobierno y a 11.000 palestinos ¿Con quién puede querer negociar y para qué cuando toda Palestina y los palestinos está bajo su control, unos en la cárcel y otros afuera pero prisioneros en sus pueblos?

 

Hablar de paz cuando continua la construcción del Muro, el asedio a todos los pueblos y ciudades, los asesinatos selectivos, el cerco a Gaza, los más de 700 puestos de control militar que dividen y asfixian a la población, hablar de paz mientras continúan con la destrucción de casas, con más asentamientos, robo de tierras y con asesinatos, con bombardeos, incursiones, tanques o sencillamente dejándolos morir en los puestos de control o en los hospitales desabastecidos de medios y medicinas ¿De qué paz hablan, de la paz de quién?

 

Hablar de Derechos Humanos desde la “Comunidad Internacional” que se reduce a EE.UU. y a la Unión Europea -incluyendo al Reino de España en primera fila- cuando están incondicionalmente al lado de Israel, participan de sus violaciones y del quebranto que Israel hace del Derecho Internacional, de los Derechos Humanos, de las Resoluciones de NU y de cualquier tratado o convenio internacional. Cuando esta denominada Comunidad Internacional ha apoyado los toques de queda, saqueos, asesinatos selectivos o no, la construcción del Muro, el bloqueo de Gaza, la construcción de “colonias” expulsando a sus propietarios para enviarlos a la miseria, cuando apoyó sin pestañear los recientes bombardeos del Líbano, todo ello con la financiación y la colaboración de EE.UU., de la Unión Europea, junto con la adhesión del socialista Solana y del ministro socialista Moratinos que reiteradamente proclaman estar siempre del lado de Israel y de su política (de destrucción). Independientemente de la política belicista de EE.UU y de la UE, personajes como Solana y como Moratinos, entre otros, son quiénes hacen posible que Israel exista y pueda continuar con su limpieza étnica, con su genocidio. Así nació Israel, sólo así puede mantenerse y así lo mantienen con subvenciones anuales de miles de millones de euros.

 

Hablar de ayuda humanitaria cuando todo el territorio palestino -lo poco que les queda- está bajo control de Israel que impide la entrada de alimentos y hasta de medicinas, mientras, los principales responsables de este drama, Bush, Solana, Moratinos, etc., hablan de organizar Conferencias.

 

Hablar de la Conferencia de Donantes cuando únicamente “donan” dinero para financiar -comprar- a una Policía palestina para que sojuzgue y se enfrente a los propios palestinos para obligarlos no sólo a mantener la ocupación sino que, además, la consideren como permanente y que protejan la seguridad (y la paz del ocupante), de Israel, reprimiendo a cualquier palestino que se oponga.

 

Hablar de que Hamas controla la Franja de Gaza resulta insultante, cuando toda la Franja por tierra mar y aire está en manos de Israel, cuando nada ni nadie puede entrar ni salir de Gaza -ni de ningún otro sitio- sin el permiso de Israel, cuando nada ni nadie puede moverse sin pasar por los puestos de control militar de la ocupación israelí.

 

Resulta desolador ver cada día como avanza el genocidio, sin detenerse, cada vez con más presión, cada vez con más descaro, cada vez con más apoyo de las instituciones internacionales manejadas por EE.UU. y la UE, incluyendo las declaraciones cómplices como las del ministro Moratinos: “siempre estaré al lado de Israel”. Cuanta violencia, cuantas violaciones de los DDHH y cuanta complicidad hay en todo este crimen de genocidio pero, mientras, estos personajes y sus gobiernos dicen que luchan contra el terrorismo.

 

En mitad de la tragedia palestina cuyo origen hunde sus raíces en los intereses geoestratégicos que se dirimen en la Primera GM, con la Declaración Balfour cuando en 1917 el Reino Unido adjudica arbitrariamente Palestina a los planes e intereses sionistas que se rematan después de finalizar la Segunda GM, en 1947, cuando la Asamblea NU aprueba la Resolución 181 con la arbitraria cesión (no sólo partición) de Palestina al sionismo israelí (Con la financiación del Imperio Colonial de Occidente) que, ahora por boca de los mismos -EE.UU. y la UE-, hablan de Conferencia de paz, de Hoja de Ruta, de dos Estados, de terrorismo, de democracia, etc.

 

El Foro por una Paz Justa en Oriente Medio organizado en Alcorcón, hace sólo unos días, fue reventado por el Ministro de Asuntos Exteriores el pro sionista Moratinos como así se indica, entre otros documentos, en el propio comunicado oficial de la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina [1] que se resume en exigencias tan simples y tan razonables como que la Unión Europea suprima el acuerdo de asociación con Israel, que el Banco Mundial y la UE cancelen la financiación de la construcción del Muro, que finalice el asedio a Gaza y las sanciones impuestas al pueblo palestino y, por último, que reconozcan al gobierno democráticamente elegido por los palestinos.

 

La situación palestina está condicionada y definida, de una parte, por la injerencia directa de EE.UU. y de la Unión Europea en los asuntos internos palestinos con todo tipo de presiones y de coacciones y, de otro lado, por el apoyo incondicional, sin límites, al sionismo israelí en lo militar, en armas de todo tipo, en armamento nuclear y por supuesto en lo económico, tecnológico y, sobre todo, en el encubrimiento de la impunidad con que actúan y que además apoyan sin vergüenza alguna.

[1] Comunicado oficial de la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina

 

Lunes 24 de Diciembre  de 2007

NAKBA: LIMPIEZA ÉTNICA Y EL NACIMIENTO DE ISRAEL

Fuente: Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar / La Haine

 

Los palestinos llaman lo que les pasó en 1948 “Nakba”, que en árabe quiere decir “catástrofe”. Lo perpetraron los dirigentes sionistas que querían establecer el Estado de Israel en las tierras de los palestinos pero sin los palestinos.

 

Durante el Nakba, a la fuerza obligaron a casi un millón de palestinos (la mitad de la población en ese entonces) a dejar sus tierras, aldeas y hogares, a huir con lo que podían cargar. A muchos los violaron, torturaron y masacraron. Para asegurar que no habría nada a que volver, arrasaron casi por completo las aldeas, olivares y naranjales de los palestinos. Cuando el Nakba terminó, había, ocurrido 31 matanzas documentadas y probablemente otras. Desterraron a 531 aldeas y once barrios urbanos.

 

Cambiaron los nombres de aldeas y caminos al hebreo. Destruyeron mezquitas antiguas e iglesias cristianas. Levantaron parques, pinares (árboles no nativos de la región) y colonias israelíes encima de muchas antiguas aldeas palestinas. Todo eso tuvo por objeto eliminar todo rastro físico de que las tierras que pertenecían a los palestinos y dar por concluido definitivamente el Nakba.

 

¿Cuántas veces se ha discutido acerca de la situación de los palestinos con defensores de la existencia del Estado israelí y escuchado el argumento de que el problema se debía a la intolerancia palestina a los colonos judíos? ¿Cuántos individuos saben, o admiten, que desde el principio el sionismo se puso a expulsar de manera permanente a los palestinos de sus tierras? En muchos países occidentales, la negación del Nakba es tan obligatoria que lo es denunciar el rechazo del Holocausto. ¿Cómo pasó eso?

 

La limpieza étnica de Palestina, de Ilan Pappe, un historiador israelí y conferencista de la universidad de Haifa, explora los años del Nakba (Oxford: One World Publisher, 2006). La premisa es que el Nakba no era sino un acto de limpieza étnica, por derecho internacional considerado un crimen de lesa humanidad. Para sustentar esta teoría, el autor da varias definiciones de diferentes fuentes actuales, como “una zona de diversas etnias que se está convirtiendo en un espacio étnico puro”. Ilustra cómo la matanza y/o la expulsión forzada de los armenios en Turquía, de los tutsis en Ruanda y de los croatas y bosnios en la antigua Yugoslavia es similar a lo que los sionistas hicieron en gran escala contra los palestinos en 1948 y que aún hacen hoy. Pappe traza una conexión entre la limpieza étnica y el colonialismo tal como sucedió en América del Norte y del Sur y en África y Australia.

 

Su investigación se basa en tres fuentes primarias: material recién desclasificado (años 1990) de los archivos del ejército israelí, el diario de David Ben-Gurion que incluye balances de muchas de sus reuniones, una nueva lectura del viejo material de hemeroteca por el prisma del paradigma de la limpieza étnica y el extenso análisis de los archivos de la historia oral de Palestina.

 

Pappe presenta un corto informe histórico antecedental sobre el Nakba y unos capítulos al final del libro acerca de la actual situación de los palestinos. A continuación presentamos una breve cronología de los principales sucesos antes del Nakba.

 

Las primeras colonias sionistas se fundaron en 1878, cuando Palestina, al igual que una buena parte del Medio Oriente, era una parte del Imperio Otomano. En 1917 al fin de I Guerra Mundial y con la derrota de los otomanos, el ejército británico invadió a Palestina y la ocupó. En ese mismo año, el lord británico Balfour lanzó la Declaración de Balfour, que prometió un “hogar nacional” para los judíos en territorio palestino aunque según la mayoría de las fuentes, los judíos constituían al máximo sólo 8 por ciento de la población y aún menos según algunas estimaciones. La Liga de Naciones avaló la ocupación británica dándole un mandato para gobernar a Palestina. En 1938 estallaron fuertes combates entre los judíos y los palestinos. Las bombas de la organización militar sionista Irgun dejaron 119 palestinos muertos; las bombas palestinas dejaron ocho judíos muertos. En 1947 Gran Bretaña le dijo a la recién establecida Organización de las Naciones Unidas que se retiraría de Palestina. En noviembre del mismo, la ONU formalizó el plan de dividir a Palestina en dos Estados. En diciembre de 1947 los sionistas emprendieron las expulsiones en masa de los palestinos. Cuando los británicos se retiraron en mayo de 1948, los sionistas declararon la independencia. El Nakba continuó hasta los primeros meses de 1949.

 

El libro de Pappe revela cuán meticulosamente el movimiento sionista planeó y ejecutó la toma de tierras palestinas y el destierro (por la fuerza y el terror) de su población, y juego negó y mintió al respecto. Sitúa en su contexto histórico los planes israelíes contra la minoría palestina en Israel así como en Cisjordania y Gaza, pone las cosas en claro acerca de las verdades que conceptualizan la situación de los palestinos hoy. Pappe menciona de paso el papel de Theodor Herzl, el fundador del movimiento sionista a fines del siglo 19, a fin de ilustrar cuán profundamente arraigado estaba el concepto de la “transferencia” de la población originaria y que la manera en que la mayoría de los israelíes ve hoy el “problema demográfico” es una continuación de la propuesta excluyente original de los sionistas. Un mapa de 1919 ilustra claramente las intenciones sionistas de apoderarse de toda Palestina. Los ideólogos de Herzl declararon que “fuereños” vivían en su tierra bíblica y por fuereño quería decir todo el que no era judío, aunque la mayoría de los judíos de Palestina se había ido después de los tiempos romanos. Además, una reciente encuesta demostró que el 68 por ciento de los judíos israelíes quiere que los palestinos ciudadanos de Israel sean “transferidos”.

 

Muchas denuncias del libro se refieren a David Ben-Gurion, uno de los cerebros y principales impulsores del proyecto sionista y la limpieza étnica que lo impuso. A partir de mediados de los años 1920, Ben-Gurion trabajaba de ministro de Defensa extraoficial (o ministro de Guerra) del aún no oficialmente establecido Estado y más tarde primer ministro fundador. Trabajó en el mundo y en la región para organizar a otros sionistas en apoyo a sus métodos y metas. Se discutió por primera vez la limpieza étnica en su casa con un grupo de elementos de seguridad y expertos en “asuntos árabes” (judíos que crecieron en la región y que hablaban árabe) quienes asesoraran a futuros gobiernos de Israel (Pappe lo llama la Consultoría). Sus ideas para el establecimiento de un Estado sionista eran ambiciosas y estratégicas. Consideraba que sólo se podía lograr por medio de la fuerza, pero que los sionistas tenían que esperar el momento histórico oportuno para poder abordar “en términos militares” (como Ben-Gurion dijo) la realidad demográfica en el terreno: la presencia de una población originaria no judía mayoritaria. Cuando en 1937 los británicos le ofrecieron un futuro Estado a la comunidad judía (en un porcentaje mucho más pequeño de la tierra que lo que la ONU le dio en 1948), lo aceptó como un buen comienzo porque formalizó la idea. Tenía planes mucho más ambiciosos. En 1942 Ben-Gurion proclamó públicamente el plan sionista de tomarse toda Palestina, pero más tarde se dio cuenta de que el plan no era realista y que el 80 por ciento sería suficiente para un Estado israelí viable.

 

El libro menciona un importante proyecto estratégico guiado por Ben-Gurion: el “proyecto de aldeas” de mapear todo el territorio palestino. Con fotografía aérea, se registraron los detalles de cada aldea palestino: las rutas de acceso, la calidad de la tierra, las fuentes de agua, las principales fuentes de ingresos, la composición socio-política, las afiliaciones religiosas, los nombres de los muhktars (jefes tradicionales de las aldeas), la relación con otras aldeas, la edad de cada hombre y un índice de la “hostilidad” hacia el proyecto sionista basado en aquellos que participaron en la revuelta de 1938 contra la política británica de permitir el aumento de la migración de los judíos a Palestina (entre ellos quienes habrían matado a judíos).

 

Aquellos que trabajaron en el mapeo de las aldeas comprendieron que este banco de datos no era solamente una actividad académica de geografía. Un individuo quien participó en una de estas operaciones para recabar datos en 1940 rememoró muchos años después: “Teníamos que estudiar la estructura básica de la aldea árabe. O sea, la estructura y la mejor forma de atacarla... cómo acercarse a la aldea desde arriba o acercársele desde abajo. Teníamos que capacitar a nuestros ‘arabistas’ (los orientalistas quienes operaban una red de colaboradores) para trabajar con informantes”.

 

El libro describe otra inquietud de Ben-Gurion y la Consultoría: el “equilibrio demográfico” entre judíos y árabes en Palestina. Cuandoquiera que una mayoría de palestinos viviera en una zona se le consideró un desastre. Se adoptó un plan público para fomentar la mayor inmigración judía. Pero los judíos quienes venían trasladándose a Palestina desde los años 1920 prefirieron vivir en las zonas urbanas donde vivían judíos y palestinos en números iguales, mientras que en el campo vivía una abrumadora mayoría de palestinos. Los sionistas captaron que la inmigración no contrarrestaría a la mayoría palestina y que otros medios serían necesarios. En 1937 Ben-Gurion le dijo a su cábala que la “‘realidad’ de una mayoría palestina obligaría a los colonos judíos a usar la fuerza para concretar el ‘sueño’: una Palestina completamente judía”. “Tenemos que ver claramente la severidad y la particularidad de esta nueva realidad. Tal configuración demográfica cuestiona nuestra capacidad de mantener la soberanía judía”. “O se puede arrestarlos en masa o expulsarlos. Más vale expulsarlos”.

 

Cuando los británicos decidieron salir en 1947, el problema de Palestina pasó a la ONU, que, como los británicos, aceptó los reclamos sionistas sobre el territorio palestino y que la partición de Palestina era la mejor manera de resolver el problema. Aun cuando se aceptara la lógica sionista, una partición según la población relativa habría dejado menos del 10 por ciento del territorio para un Estado judío. Pero después de largas negociaciones, la Resolución de Partición 181 de noviembre de 1947 de la ONU les dio el 56 por ciento de Palestina a los sionistas. Jerusalén, a causa de su importancia religiosa al judaísmo, al cristianismo y al islam, se conservó como ciudad internacional, pero una buena parte de las tierras más fértiles quedaron en la parte sionista. Aunque decepcionado de nuevo, Ben-Gurion apreció el reconocimiento internacional del Estado judío e ignoró la sección que estipuló cuánto y cuál territorio. Declaró que las fronteras de Israel “se determinarán por la fuerza y no por la resolución de partición”. Ben-Gurion eludió con habilidad la mínima oposición mundial que había a sus planes. Aunque los sionistas decían públicamente que apoyaban la Resolución, en el país empezaron a ejecutar sus propios planes. El fenómeno de ignorar las negociaciones “antes de que se secara la tinta” llegó a ser una característica de las negociaciones posteriores y actuales de Israel.

 

Pappe cuenta cómo los dirigentes árabes se opusieron a la partición de Palestina y boicotearon las negociaciones de la ONU. Se negaron a participar porque la división de sus tierras con una comunidad de colonos (entonces un tercio de la población, que tenía sólo el 6 por ciento de la tierra y que desde hace mucho había proclamado que quería desarabizar a Palestina) era ilegal e injusta. La Resolución 181 generó gran ansiedad en el seno de los palestinos, pues veían venir el choque con los sionistas. Se inició la matanza en diciembre de 1947, antes de que los británicos dejaran Palestina.

 

Pappe describe la combinación de planificación meticulosa e iniciativas “no autorizadas” de los grupos militares terroristas, como el Irgun, la pandilla Stern y las Palmach (unidades de comandos especiales pioneros en la construcción de las colonias judías). Con un grupo de militares y civiles, con algunas figuras conocidas como Moshe Dayan (un jefe militar quien era comandante del ejército durante la crisis del Suez de 1956 y ministro de Defensa durante la guerra de seis días de 1967) y Yitshak Rabin (un general y dos veces primer ministro, asesinado en 1995), Ben-Gurion estableció y dirigió los planes para preparar a las fuerzas militares de la comunidad judía para una ofensiva contra los palestinos. El Plan C (una versión revisada del Plan A y B) detalló las acciones a tomarse: matar a los líderes políticos palestinos y a aquellos quienes los apoyaban económicamente, matar a los palestinos quienes actuaban contra los judíos matando a funcionarios y oficiales, atacar a aldeas que parecían más combativas y podrían resistir los futuros ataques del ejército israelí, y dañar las fuentes de sustento de los palestinos. Luego, se trazó el Plan Dalet (o Plan D), el plano para la expulsión sistemática y total de los palestinos de su patria. El Plan D describió así las operaciones: “Destruir aldeas (prendiéndoles fuego, volándolas con explosivos y sembrando minas en los escombros) y sobre todo esos centros de población que son difíciles de controlar de manera constante; o lanzando operaciones combinadas según los siguientes lineamientos: cercar a las aldeas y llevar a cabo allanamientos. En caso de resistencia, hay que eliminar a las fuerzas armadas y expulsar a la fuerza a la población del territorio del Estado”.

 

En el curso de llevar a cabo el Plan D, lo que le inquietaba a los dirigentes sionistas no era tanto la resistencia de los palestinos u otros árabes quienes pudieran acudir en su defensa, porque los Estados árabes oponían una resistencia a medias y sus soldados tenían pésimo entrenamiento y armamento. Públicamente los dirigentes sionistas deliraban acerca de la posibilidad de un “segundo Holocausto”, esta vez proveniente de los árabes, pero en secreto bien sabían que a la retórica de guerra de los Estados árabes no la complementaban preparativos serios en el terreno. En muchos casos, los soldados árabes ignoraron a los vacilantes oficiales de los ejércitos de los Estados árabes y tomaron la iniciativa y combatieron con valor en defensa de los palestinos. Los dirigentes sionistas temían principalmente al ejército británico. Pero mientras que aún estaba en Palestina, el ejército británico raras veces intervenía contra las matanzas, aun cuando la población árabe de la región se le suplicara.

 

Las expulsiones empezaron en diciembre de 1947, en aldeas y pueblos más grandes. La siguiente descripción condensada proviene del libro de Pappe sobre lo que pasó en Haifa a la vista de los británicos. La mañana después de la resolución de la ONU, el Hagana (el grupo militar principal que llegaría a ser el ejército israelí) y el Irgun (una escisión inicial del Hagana, encabezado por el futuro primer ministro Menachem Begin, que más tarde también llegó a ser parte del ejército) lanzaron una campaña de terror contra los 75.000 palestinos de Haifa. Los colonos judíos quienes se habían establecido ahí en los años 1920 y vivían en las colinas alrededor de la ciudad participaron en los ataques con las unidades militares sionistas.

 

Usaron varias tácticas. Una andanada de bombardeos y fuego de francotiradores cayó sobre los palestinos; se vertió una mezcla de petróleo y combustible en los caminos y se le prendió fuego; se rodaron barriles llenos de explosivos hacia las zonas palestinas. Cuando los palestinos apanicados salieron a apagar los incendios, los rociaron con fuego de metralleta. Los judíos quienes se hacían pasar como palestinos llevaron carros llenos de explosivos a los talleres de reparación de los palestinos y los detonaron. En una refinería en Haifa, judíos y árabes habían trabajado hombro a hombro y tenían una larga historia de solidaridad en su lucha por mejores condiciones laborales contra sus patrones británicos. El Irgun, que se especializaba en echar bombas contra muchedumbres árabes, lo hizo en esta refinería. Los obreros palestinos reaccionaron matando a 39 obreros judíos, una de las peores y una de las últimas escaramuzas de represalia en ese período. Luego, las unidades del Hagana fueron a uno de los barrios árabes de Haifa, Wadi Rushmiyya, expulsaron a los habitantes y volaron las casas con explosivos. El ejército británico miró a otro lado mientras que se cometían estas atrocidades. Dos semanas después, las Palmach fueron al barrio Hawassa de Haifa, donde alrededor de 5.000 de los más pobres árabes vivían en pésimas condiciones. Volaron con explosivos las chozas y la escuela, lo que obligó a la gente a huir. Pappe considera este incidente como el comienzo oficial de la operación de limpieza étnica en la Palestina urbana.

 

En marzo de 1948, Ben-Gurion le dijo al Ejecutivo de la Agencia Judía: “A mi parecer, la mayoría de las masas palestinas acepta la partición como un hecho consumado y no cree que es posible superarla o rechazarla... La mayoría decisiva de ellos no quiere luchar con nosotros”.

 

Los ejércitos de los países árabes no podían contra las unidades clandestinas bien equipadas del ejército sionista que habían recibido armas de Gran Bretaña, la Unión Soviética y Checoslovaquia. Las fuerzas irregulares árabes emboscaron convoyes israelíes pero no atacaron a las colonias judías. La Consultoría decidió que la cruel venganza no era suficiente y que se necesitaba cambiar a acciones más drásticas.

 

Bajo el pretexto de las iniciativas del mundo árabe de rescatar a los palestinos, Ben-Gurion azuzó los temores en la comunidad judía y los cultivó con tanto esmero que superaron cualquier oposición que estas tácticas engendrarían. La “seguridad” del Estado judío (entonces como hoy) llegó a ser el avasallante temor que permitió que muchos israelíes y gente de fuera del país pretendieran no ver qué hacían los dirigentes sionistas y qué constituía su plan.

 

Antes de marzo de 1948, los dirigentes sionistas aún presentaban sus actividades como represalias contra acciones hostiles árabes. Pero dos meses antes de la retirada de los británicos, declararon abiertamente que se apoderarían del territorio y que expulsarían a la población originaria por la fuerza. Cuando los británicos se fueron en mayo, los sionistas declararon su Estado. Estados Unidos y la Unión Soviética lo reconocieron oficialmente. Avanzaron a todo vapor las crueles expulsiones y la palabra “venganza” ya no se refería a lo que hacían las fuerzas militares israelíes. Ben-Gurion dijo: “Cada ataque tiene que llevar a la ocupación, la destrucción y la expulsión”. Ya no era necesario distinguir entre el “inocente” y el “culpable”. Los ataques preventivos y los daños colaterales llegaron a ser aceptables y necesarios.

 

DEIR YASSIN

En una colina al oeste de Jerusalén estaba la aldea de Deir Yassin. La matanza ahí es conocida por todo el mundo pero cabe mencionarla como reflejo de la naturaleza sistemática del Plan D aplicado a cientos de aldeas por toda Palestina. Pappe describe cómo el 9 de abril de 1948 soldados judíos irrumpieron en la aldea y rociaron las casas con fuego de metralleta y masacraron a mucha gente. “A los aldeanos que quedaban los juntaron en un lugar y los masacraron a sangre fría, maltrataron los cuerpos, y a varias mujeres las violaron y luego las mataron”.

 

“Fahim Zaydan, quien entonces tenía doce años, recuerda cómo vio a su familia asesinada: ‘Nos sacaron uno a uno; balearon a un anciano y cuando una de sus hijas lloró, a ella también la balearon. Después, llamaron a mi hermano Muhammad y lo balearon ante nosotros, y cuando mi madre gritó y se inclinó sobre él, con mi pequeña hermana Hudra que aún amamantaba en los brazos, a ella también la balearon’.

 

“A Zaydan también lo balearon, mientras estaba parado en un grupo de niños que los soldados judíos habían alineado contra una pared, a los cuales habían rociado con balas por diversión, antes de irse. Tenía suerte de sobrevivir”.

 

Cuando entraron a las aldeas, las destruyeron y juntaron a los aldeanos. Se tomaron decisiones acerca de a quién dejar vivir y a quién matar. Agentes de inteligencia en el terreno ayudaron a los oficiales militares en esta tarea. Los agentes, con la ayuda de colaboradores de la localidad (espías encapuchados), identificaban a diferentes individuos para el jefe de los agentes.

 

ISRAEL Y LOS PALESTINOS HOY

Como resultado del Nakba, ahora hay casi 4.5 millones de palestinos dispersos por todo el mundo, además de 1.4 millones bajo ocupación militar israelí en Cisjordania y 1.3 millones en Gaza, un territorio desértico anteriormente poco poblado donde hoy viven refugiados hacinados en campamentos y aldeas. Aproximadamente 1.5 millones de palestinos siguen viviendo en Israel como ciudadanos de segunda. La población judía de Israel es de unos 5.5 millones. El Estado sionista hoy ocupa aproximadamente el 78 por ciento de la Palestina histórica, sin contar el creciente numero de colonias israelíes en Cisjordania. Esto no tiene ningún paralelo en el mundo: un Estado que se ha construido a conciencia, desde el principio, para un pueblo, una cultura, sobre bases religiosas y sin fronteras permanentes formales.

 

El argumento de Pappe de que el Nakba era un acto de limpieza étnica es convincente. El plan sionista de castigo consciente transformó la geografía humana y física de Palestina a fin de borrar la historia y cultura de Palestina y así negar cualquier reclamo futuro que los palestinos pudieran hacer en defensa de sus tierras. En los años desde el Nakba, la máquina de muerte que es el ejército israelí ha continuado su trabajo sucio. Pappe enumera lo siguiente: en Kfar Qassim en octubre de 1956 las tropas israelíes masacraron a 49 aldeanos que volvían de sus campos. Qibya en los años 1950; Samoa en los años 1960; las aldeas de Galilea en 1976, las masacres en los campamentos de refugiados Sabra y Chatila en el Líbano en 1982, Kfar Qana en 1999, Wadi Ara en 2000 y el campamento de refugiados de Jenin en 2002. No ha parado la matanza de palestinos por Israel.

 

Pappe concluye el libro con la esperanza de que los israelíes se despierten de su torcida aspiración a retribuciones, abandonen el racismo y el fanatismo religioso y tomen conciencia de la verdad que cuenta el libro. Piensa que no aceptar el derecho de los palestinos a regresar es lo mismo que seguir defendiendo el enclave de apartheid “blanco” y la Fortaleza Israel. Dice que los palestinos y los judíos coexistieron en paz antes del Nakba y aun hoy muchos tienen fuertes lazos sociales. Eso muestra que los dos pueblos pueden vivir en armonía. Llama a transformar a Israel en un Estado laico y democrático.

 

El libro de Pappe no trata el papel central que Israel ha estado jugando como bastión de los intereses imperiales norteamericanos en el Medio Oriente. Sin el apoyo militar y político del gobierno estadounidense y sin el apoyo económico sin precedente que es tan medular para la sociedad israelí y su estilo de vida ($3 mil millones al año de ayuda del gobierno estadounidense, y el dinero de particulares que alienta el gobierno estadounidense), Israel no sería lo que es hoy, si por caso existiera. No obstante, por su precisión histórica y como recordatorio vívido de la tragedia del Nakba, vale la pena leer el libro.

 

Jueves 20 de Diciembre  de 2007

CUMBRE DE LOS PUEBLOS RECHAZA TLC ENTRE MERCOSUR E ISRAEL

Fuente: Adital - Brasil

 

Las organizaciones sociales de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que integran la Cumbre de los Pueblos, rechazaron, en declaración pública, el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado ayer (18) entre los cuatro países miembros de MERCOSUR y Israel. En esto sentido, llama a la sociedad civil a impedir su ratificación por los Parlamentos de los países.

 

"Ratificando nuestra posición en contra de los tratados de libre comercio e inversiones, repudiamos de forma vehemente la firma del tratado entre el MERCOSUR e Israel, negociado a espaldas de la ciudadanía, que significa la claudicación del bloque frente a las presiones internacionales de liberalización", dijo la declaración.

 

Para los Pueblos, el Tratado va a consolidar y profundizar un camino de resguardo de los intereses de los capitales internacionales frente a los cuales el MERCOSUR representó un freno con la derrota impuesta al Área de Libre Comercio de la Américas (ALCA). Además de agravar el modelo de desarrollo que las políticas neoliberales implementan en la América del Sur, que profundiza la exclusión social y degrada el ambiente.

 

El Tratado establece la creación de un área de libre comercio con los principios de la Organización Mundial de Comercio (OMC), cuyas reglas son utilizadas para defender los intereses de las grandes corporaciones transnacionales.

 

Los movimientos sociales critican el hecho de que el Tratado representa un peligro cierto para los derechos de los pueblos y la soberanía de los países de la región, puesto que incluye el comercio de servicios en el marco del GATS, lo cual asegura la apertura del área de servicios (agua, educación, salud y otros) a las empresas extranjeras.

 

El TLC con Israel "abrirá una nueva fase de dependencia política y económica. Advertimos que esta integración basada solo en el eje económico-comercial, nos convertirá una vez más en cazadores y recolectores, destruyendo las capacidades productivas de nuestras comunidades y organizaciones solidarias, que producen desde una visión de mundo distinta al capitalismo, y condenándonos a ser consumidores mudos y alienados a las pautas del Mercado neoliberal", añadió la declaración.

 

Además de las criticas a los efectos socio-económicos del Tratado, los participantes de la Cumbre recordaron que Israel es uno de los principales aliados de Estados Unidos en su política de guerra y militarización, ocupa militarmente territorios palestinos, construye un Muro del Apartheid al interior del Territorio palestino e incumple las Resoluciones de la ONU sobre Medio Oriente.

 

La recomendación de la Corte Internacional de Justicia a los Estados es que no presten reconocimiento ni cooperación de ningún tipo que favorezca la prolongación de la situación creada por dicho Muro, que la organización recomendó demoler, y la ocupación israelí de los territorios palestinos.

 

Jueves 20 de Diciembre de 2007

BELÉN Y PALESTINA, 2007 AÑOS DESPUÉS…

Fuente: Maria José Lera, Rebelión

 

Han pasado 2007 años desde el Nacimiento del conocido como el Mesías, o Jesús de Nazaret, palestino nacido en Belén. En estos 2007 años muchas cosas han pasado para la Humanidad, y uno de los mayores logros dicen que ha sido la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que nos garantiza un trato adecuado para toda “persona” de este planeta, en una lucha por la defensa de la dignidad, la libertad y la justicia.

 

Hoy, 2007 años después del nacimiento de Jesús, nos preguntamos sobre qué pasaría si volviese a nacer en Belén. Lo primero es aclarar varias hipótesis, pues la situación es diferente, de entrada Palestina no existe, solamente Israel. Si Maria era de Nazaret, en este caso sería una Israelí-Palestina; José al ser de Jerusalén puede tener aún el carné palestino, o tener la nacionalidad israelí (posible de solicitar antes del 2000). En el caso que José sea solamente palestino, no se hubiera podido casar con alguien de Nazaret, –Totalmente prohibidos los matrimonios mixtos-. Si por el contrario fuese israelí, en ese caso se podría casar pero no sabemos donde podrían vivir, pues difícilmente pudiera ir José a Nazaret, y en el caso que lo consiguiera no podría construir una casa ni modificar la de Maria para atender a su familia. Bajo ninguna excusa pudiera adquirir una casa en Jerusalén igualmente, y en ningunos de ambos casos podrían visitar Belén.

 

Hoy esta leyenda es simplemente imposible. Después de 2007 años nos preguntamos si se cumplen algunos de los 30 Derechos Humanos para cualquier recién nacido que lo haga en Belén, Palestina.

 

1.- Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Jesús, y cualquier persona que nazca en este territorio, no es libre, está sometido a la ocupación israelí. No tendrá derecho a agua potable, electricidad, pañales, comida, servicios médicos, ayuda a sus padres, no tendría derecho ni a estar en el “portal de Belén”, pues podría ser bombardeado en cualquier momento si así lo determinan las Fuerzas Israelíes de ocupación. Siendo palestino no tendría derecho ni a nacer, no digamos “libremente”.

 

2.- Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración. Se contempla en la Declaración que un territorio puede estar ocupado, pero esto no exime al Gobierno Israelí, ocupante, de cumplir la Declaración de los Derechos Humanos. Jesús –ni cualquiera de los 4 millones de personas que han nacido en Palestina y aún sobreviven allí-, no son considerados como humanos.

 

3.- Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Jesús no tiene derecho a la vida, pues puede ser asesinado en cualquier momento, ni a la libertad –pues no puede salir de Belén-, ni a la seguridad de su persona, permanentemente amenazada. Es palestino y niño, doblemente terrorista entonces.

 

4.- Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre. De la misma manera que hace 2007 años, José, María y todos los palestinos estaban sometidos a la servidumbre hacia Herodes. 2007 años después sigue igual, sometidos a Olmert, que les pagará por construir el Muro que aprisiona la ciudad de Belén, y toda Cisjordania. Por trabajar en su propio muro recibirá una miseria de sueldo, pero necesario si quiere dar a su familia pan y aceite –la dieta no cambia-.

 

5.- Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Si a José se le ocurre protestar, o simplemente ir a trabajar –que no piense en ir al Templo a Jerusalén, eso está prohibido por muy Santo que se crea- estará sometido a trato cruel y degradante al pasar por el check-point de Belén. Los soldados lo retendrán, le quitarán sus papeles, le dirán que están incompletos; si se presenta con el burro, el animal recibirá un mejor trato, pues es una “especie protegida”, y los israelíes son demócratas y más considerados con los animales que con los palestinos. Actualmente hay miles de prisioneros sometidos a torturas y tratos crueles, que no se saben ni en qué prisión están. Son los llamados Guantánamos israelíes.

 

6.- Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica. Si se enfada con los soldados en el check-point no tendrá ningún reconocimiento de “personalidad jurídica”, es simplemente palestino. No podrá reclamar que necesita entrar o salir, que está enfermo y no puede pasar por máquinas y escáneres de dudosa naturaleza, no podrá argumentar que tiene necesidades, pues simplemente es palestino. No tiene ni siquiera personalidad, ni jurídica ni humana.

 

7.- Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Sin necesidad de salir de Belén, todos podrán ver que hay otros seres humanos que tienen derecho a vivienda, trabajo, servicios médicos, uso de carreteras, energía, y hasta campos de golf. Todo está a su alcance, unos son “colonos israelíes”, los otros son “ocupados palestinos”. Simplemente NO pueden ser lo mismo.

 

8.- Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes. A quién vas a recurrir si no tienes ni Estado; para el tribunal Nacional Competente Israelí, el palestino tiene derecho a que lo maten, el israelí a ser protegido y vivir.

 

9.- Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado. Son detenidos, presos y desterrados, y hasta asesinados; personas palestinas sin ningún rasgo de distinción, niños, niñas, mujeres, trabajadores, parados, políticos, alcaldes, ministros, intelectuales, da igual si eres Palestino. Más de 10.000 presos sin cargos se encuentran actualmente en la cárcel, más de 6000 han sido asesinados desde el 2000.

 

10.- Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial. ¿Dónde pueden ser oídos si no pueden ni salir, ni entrar, ni moverse entre las distintas “ciudades” amuralladas de lo que queda de Palestina?

 

11.- Son inocentes, mientras no se pruebe su culpabilidad. Por si acaso a los palestinos se les mata antes, después se prueba o no su culpabilidad. En cualquier caso siempre son culpables de ser palestinos, y esta prueba es suficiente para arrestarlos y privarles de todo, hasta de la vida.

 

12.- Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Todo palestino será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, con espías y colaboradores que conocen su vida diaria, su familia, su trabajo, para tener información y ser más fácilmente reducidos por chantaje y miedo. Tienen derecho a entrar en su casa cuando quieran, destruir todo lo que haya, atemorizar, matar, secuestrar, impedir la llegada de medicamentos, de agua, y si quieren la destruyen y si no te vas corriendo, lo harán con tus hijos dentro. Si están durmiendo, será tu culpa por no despertarlo antes.

 

13.- Todo ser humano tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado; derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país. No pueden circular, ni subirte en un coche si tienes carné de palestino, y tu coche matricula amarilla –aunque lo hayas comprado con tu propio dinero-, no puedes abandonar tu pueblo, no se puede visitar ni siquiera Jerusalén, ni ir a la mezquita, ni ir al colegio. La resistencia consiste en levantarse cada día y tratar de vivir una vida “relativamente” normalizada. Todo sigue cerrado, y ni los Reyes Magos podrán llegar a Belén, y esto sin ser palestinos, que parece que son persas.

 

14.- En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país. Aunque están perseguidos, ningún país les ofrece asilo, de hecho están siendo expulsados de Irak, de Kuwait, y nadie los acepta. Actualmente hay cientos de miles de palestinos en la frontera con Siria, sin ser aceptados; al igual en la frontera de Egipto. En masas de refugiados sobreviven casi sin nada. La hambruna, las enfermedades atacan a los más vulnerables, pero son palestinos.

 

15.- Derecho a una nacionalidad. Si no tienes Estado, ¿qué nacionalidad puedes tener? Nos repiten infinitamente en las noticias “Hamas no reconoce a Israel”, y siempre omiten la segunda parte; lo reconoceremos cuando Israel reconozca el derecho a existir de Palestina.

 

16.- La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. La familia palestina es bombardeada, se les destruye sus casas, se mata a sus hijos, se les impide el acceso al agua, a la comida, a la escuela, y a casarse entre ellos si alguno tiene la nacionalidad “israelí”. La última ley de la “familia” prohíbe matrimonios “mixtos” y afecta a mas de 100.000 familias que tendrán que separarse al no poder vivir juntos en el mismo territorio. La ley tiene carácter retrospectivo y afecta a todos los matrimonios, independientemente de los años que lleve la familia constituida. Hoy en el 2007 el matrimonio entre José, de Jerusalén, y Maria de Nazaret, sería ilegal e imposible, y en el caso que lo consiguieran porque José tuviese la nacionalidad israelí, bajo ningún concepto pudieran haber tenido el niño en Belén, pues la entrada estaría prohibida. Si José tuviese el carné palestino, no podría compartir la burra con Maria, pues ambos no pueden compartir el mismo medio de transporte.

 

17.- Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad. La construcción del muro ha privado aún más a los palestinos de tierras, olivos, casas, son diariamente privados arbitrariamente de su propiedad. No sólo esto, las Fuerzas Israelíes les roban a los estudiantes sus móviles, ordenadores y hasta dinero cuando entran en sus residencias universitarias. Los bancos palestinos fueron robados en el 2001, todo el dinero pasó a Israel. Actualmente Israel retiene millones de dólares palestinos, correspondientes a sus impuestos.

 

18.- La libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Si eres palestino, y además musulmán la discriminación es aún mayor, y si eres libre de pensamiento directamente pasas a la categoría de Terrorista. Ningún derecho, ni a pensar, ni a tener conciencia, ni a manifestar tu religión.

 

19.- Derecho a la libertad de opinión y de expresión. No solamente no pueden expresarse libremente, sino que ni siquiera pueden mirar a los soldados a los ojos, a riesgo de ser maltratados, detenidos, golpeados (vaya y mire en cualquier check-point, hay muchos en todo Cisjordania)

 

20.- Tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. Bajo ningún concepto pueden reunirse, ya ni siquiera para rezar como ha quedado prohibido desde Junio de 2006 en Jerusalén. No pueden ni reunirse en la mezquita.

 

21.- La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto. Votar votan, pero sus decisiones no son aceptadas por la Comunidad Internacional. Por ejercer su Derecho Internacional, son castigados con cancelación de su propio dinero y bombardeados.

 

22.- Tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional la ayuda necesaria. Simplemente no tienen este derecho; el acceso a los hospitales es directamente bloqueado con tanques y son disparados los enfermos que se acercan; algunos hasta son sacados de mesas de operaciones para detenerlos –sin cargos- y someterlos a tortura.

 

23.- Derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo; Si a alguno se le pasa por la cabeza ejercer su derecho a pescar, a tener una vaca o a sembrar una palmera, el castigo puede ser la muerte. No digamos a cobrar por trabajar, los salarios han sido congelados desde Febrero de 2006.

 

24.- Al descanso, al disfrute del tiempo libre. En estos momentos se les mata mejor, como la matanza en Gaza a una familia que tomaba el sol en la playa. El sueño es intencionalmente interrumpido con ataques planificados de bombas sónicas, así se les debilita aún más, y especialmente se ataca a los niños y niñas.

 

25.- Nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad. Por voluntad de Israel, EEUU y Europa, el nivel de vida se asegura que no llegue ni a los mínimos, el nivel de pobreza ronda el 80% de la población que sobreviven con menos de 2 dólares al día. La miseria se adueña de Palestina, porque la Comunidad Internacional así lo quiere.

 

26.- Toda persona tiene derecho a la educación. Para ejercer este derecho millones de niños y niñas, maestros y maestras arriesgan su vida a diario, se enfrentan a soldados, quienes les humillan, pegan, maltratan, les quitan los libros y hasta la vida. Ahora hay muchas escuelas cerradas, la Comunidad Internacional ha decidido ayudar a que estén cerradas, negando el salario a los profesionales.

 

27.- Tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten. Los partidos de fútbol no se pueden jugar, prohibido salir de este ghetto, y prohibido entrar. En las prisiones israelíes, este año durante la retransmisión del mundial se les prohibió a los presos palestinos que pudieran verlo; sus cines fueron destruidos, los artistas no pueden salir ni entrar, en fin...

 

28.- Se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos. ¿Y quien empieza a establecer un Orden Internacional para que los palestinos sean considerados igual que el resto de los seres humanos?

 

29.- Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas. ¿Conoce el cuarteto que ninguno de los 30 Derechos de esta declaración se cumple para los palestinos?, o quizás su misión sea la perpetuación de este crimen contra la humanidad

 

30.- Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración. Todo en esta Declaración está siendo utilizado para justificar las actuaciones criminales del Gobierno israelí, bajo un engañoso “derecho de autodefensa”, basándose en esto suprime TODOS los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.

 

Después de 2007 años los palestinos continúan bajo el asedio, la discriminación y bajo la espada de la muerte, antes era Herodes ahora es Olmert. Si bien la humanidad ha logrado escribir y comprometerse con la Defensa de los Derechos Humanos, ni uno solo de los 30 Derechos se cumple para el Pueblo Palestino.

 

Mientras celebremos la Navidad y tengamos unas felices fiestas, nosotros que podemos.

 

Domingo 02 de Diciembre de 2007

YA ESTUVIMOS EN ANNAPOLI

Por Robert Fisk*

 

¿No hemos estado antes acá? ¿No es Annapolis una imitación del jardín de la Casa Blanca y de los acuerdos de Oslo, una serie de reclamos y promesas hipócritas, en las que dos hombres débiles –Abbas y Olmert– incluso utilizan algunas de las mismas palabras de Oslo? “Es tiempo de que el ciclo de sangre, violencia y ocupación termine”, aseguró esta semana el presidente palestino Mahmud Abbas. E inmediatamente uno recuerda a Yitzak Rabin diciendo en el jardín de la Casa Blanca: “Es tiempo de que el ciclo de sangre... termine”.

 

Jerusalén y su lugar como la capital palestina e israelí no está presente. Tampoco se discutió que si se reconoce que Israel es verdaderamente un Estado –como en realidad lo es–, no habrá ningún “derecho de retorno” para los cientos de miles de palestinos que huyeron (o cuyas familias huyeron) cuando se creó el Estado israelí en 1948. Y qué se debe entender de la siguiente cita del documento final de la cumbre: “El comité directivo desarrollará un plan de trabajo conjunto y establecerá y supervisará el trabajo de los equipos de negociación (sic), que estarán encabezados por un representante de cada grupo”. ¿Perdón?

 

Hemos visto infinidad de comités directivos antes y nunca han funcionado. Es verdad que ya tenemos una fecha –el 12 de diciembre– para la primera sesión del llamado comité directivo y que contamos con la esperanza injustificada de George Bush, acompañada, por supuesto, por su usual confianza en sí mismo. Según el presidente norteamericano, tendremos un acuerdo antes de fines de 2008. Pero, ¿cómo harán para que los palestinos tengan un Estado sin Jerusalén como la capital? ¿Cómo tendrán un Estado cuando todo su territorio ha sido fragmentado, según las conveniencias de los asentamientos judíos y las rutas construidas por los colonos, y por una guerra masiva que aún hoy continúa?

 

Sí, por supuesto, todos queremos poner fin al derramamiento de sangre en Medio Oriente. Pero los norteamericanos necesitarán el apoyo de Siria e Irán, o al menos el compromiso de Damasco de que controlará a Hamas. En cambio, Bush continúa amenazando a Irán y advirtiéndole a Siria que no interfiera en las elecciones libanesas o si no...

 

Sí, Hezbolá responde a Irán y está jugando un rol central en la oposición al actual gobierno libanés. ¿Realmente Bush o Condoleezza Rice (o Abbas u Olmert) piensan que van a tener luz verde durante todo un año para negociar sin las presiones o la interferencia de todos los países y los grupos de poder de la región? Más de la mitad de los palestinos que viven bajo la ocupación son gobernados por Hamas.

 

Leyendo los discursos –y especialmente el documento conjunto que firmaron al final de la cumbre de Annapolis– parece un ejercicio para alcanzar la autodesilusión. Mientras la situación en Medio Oriente es un desastre infernal, el presidente de Estados Unidos cree que va a descubrir las joyas de la Corona, logrando que todo el mundo se olvide de Afganistán, Irak, Irán y Pakistán. Lo peor de todo el circo de Annapolis es que una vez más los millones que conviven en Medio Oriente –musulmanes, judíos y cristianos– volverán a creer que una solución así es posible y, cuando fracase, volverán a odiarse los unos con los otros por haber roto o traicionado “la paz”.

 

Durante más de dos años, los sauditas han estado ofreciendo garantizar la seguridad y el reconocimiento de todos los Estados árabes, si Israel retira todas sus fuerzas de los territorios ocupados (los palestinos, pero también los sirios). ¿Cuál es el problema con esta propuesta? En la cumbre de Annapolis, Olmert prometió que “se negociarán todos los temas, incluso los que hasta ahora fueron evadidos”. A pesar de la auspiciosa declaración del premier israelí, la frase “retirada de todas las fuerzas israelíes de los territorios ocupados” simplemente no existe en el documento final de la cumbre.

 

Como la mayoría de las personas que viven en Medio Oriente, me gustaría convencerme de que estos sueños pueden ser verdad. Pero no lo son. Y si no, esperen a que termine 2008.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

COSA FEA LA VERDAD

COSA FEA LA VERDAD

Domingo 14 de Octubre de 2007

 

Por Juan Gelman

El lema de un diario uruguayo de provincias proclamaba en primera página: “La única diosa que los hombres no quieren ver desnuda es la verdad”. Debe ser fea. Ordenaron no verla la Casa Blanca y aun el Congreso estadounidense cuando el 8 de junio de 1967 –el cuarto de la Guerra de los Seis Días– fuerzas israelíes atacaron por mar y aire al barco-espía norteamericano USS Liberty a plena luz del día y en aguas internacionales frente al puerto egipcio de El Arish, en la costa mediterránea de la península del Sinaí. Pese a que el capitán del buque izó la bandera de EE.UU., la agresión se prolongó 90 minutos causando la muerte de 34 tripulantes e hiriendo a otros 171. Tel Aviv negó que fuera deliberada, que había sido “un accidente trágico y terrible” y la misma postura adoptó el presidente Lyndon Johnson. Los sobrevivientes cuentan otra historia.

 

Al alba de ese 8 de junio, cuatro cazas de la fuerza aérea israelí comenzaron a ametrallar la cubierta del USS Liberty y tres cazatorpederos completaron el ataque con la evidente intención de hundir la nave. Una curiosidad, porque la misión del buque era interceptar los mensajes de las fuerzas árabes para alertar a Israel, socio privilegiado de EE.UU., sobre las maniobras de sus enemigos. Dotado de más de 40 altas antenas capaces de recibir todo tipo de transmisiones radiales, tenía un perfil ciertamente peculiar, pero las autoridades israelíes adujeron que lo habían confundido con un transporte egipcio de caballería. Otra curiosidad, porque la investigación posterior de una corte militar de las Fuerzas de Defensa de Israel concluyó que sus autoridades navales sabían, por lo menos tres horas antes del ataque, que se trataba de un navío norteamericano, pero que esa información se perdió –¿cómo habrá sucedido?– y nunca llegó a conocimiento de quienes dirigían el ataque. Cabe preguntarse por qué Tel Aviv puso así en peligro su íntima relación con Washington. Hay un par de hipótesis sobre el tema.

 

Algunos analistas proponen que Israel quiso impedir que el barco-espía informara acerca del movimiento de sus tropas que anunciaba la inminente invasión de las Alturas del Golán en territorio sirio. El historiador y periodista Gabby Bron, ciertamente de derecha, testimonió algo muy distinto en un artículo publicado por el diario israelí Yediot Ahronot (17-8-95): había presenciado en el aeropuerto de El Arish cómo unos 150 prisioneros de guerra egipcios, luego de ser interrogados por militares israelíes, eran llevados afuera y se les daba una pala para cavar su propia tumba. “Vi cómo un hombre excavó un hoyo en unos 15 minutos –explicó Bron–, después el policía (militar israelí) le dijo que tirara la pala y entonces uno de ellos le apuntó con una Uzi y le disparó dos breves ráfagas, cada una de tres o cuatro balas.” Agrega que observó unas diez ejecuciones hasta que un coronel israelí lo obligó a irse del lugar a punta de pistola. El capitán de corbeta (R) estadounidense James M. Ennes Jr., sobreviviente del USS Liberty, apunta que “según testimonios de funcionarios y periodistas israelíes, el ejército israelí –el ejército que se precia de tener un nivel moral superior al de otros ejércitos– ejecutó no menos de 1000 prisioneros árabes durante la guerra de 1967” (davemull@alphalink.com.au, 11-6-01). Algo es algo.

 

¿Y qué sucedió del lado estadounidense? ¿Por qué el gobierno Johnson sostuvo la mentira israelí? Y más aún: ¿por qué el entonces jefe del Pentágono, Robert McNamara, ordenó al vicealmirante Lawrence Geis, comandante de los portaaviones de la 6ª flota norteamericana que navegaba en el Mediterráneo, que regresaran los cazas que éste había enviado en auxilio del USS Liberty y permitió que las fuerzas israelíes siguieran matando a efectivos norteamericanos? Es ésta la demostración más palpable y mortífera del poder del lobby israelí en EE.UU. que canaliza el Comité estadounidense-israelí de actividades políticas (AIPAC, por sus siglas en inglés). Una reciente investigación del Premio Pulitzer de periodismo John Crewdson, basada en la desclasificación de documentos oficiales, cuestiona la afirmación de la Agencia de Seguridad Nacional de que nunca había interceptado las comunicaciones de los pilotos israelíes atacantes y sugiere que el gobierno Johnson, “deseoso de salvar la reputación de Israel y de preservar su alianza con EE.UU., cerró el caso con una averiguación que incluso algunos de sus participantes hoy dicen que fue apresurada y defectuosa por demás” (The Baltimore Sun, 2-10-07).

 

Los sobrevivientes del USS Liberty han pedido con insistencia que la Casa Blanca reabra la investigación para establecer responsabilidades. En vano: Israel es un pilar de EE.UU. en Medio Oriente y sus gobiernos, sean demócratas o republicanos, se pliegan además a las presiones del AIPAC y ocultan las verdades molestas. La Guerra de los Seis días fue provocada por un ataque del ejército egipcio, insiste Tel Aviv y reitera Washington. Han “olvidado” la confesión que el entonces primer ministro israelí Menajem Begin hizo en junio de 1982: “En junio de 1967 teníamos que elegir. La concentración de tropas egipcias en el Sinaí no prueba que Nasser estaba realmente por atacarnos. Debemos ser honestos con nosotros mismos. Nosotros decidimos atacarlo” (www.consortiumnews, 5-10-07). La verdad no es linda, no.

Los presentes del Tío Sam

Los presentes del Tío Sam

Domingo 5 de Agosto de 2007

 

Por Juan Gelman

La secretaria de Estado Condoleezza Rice anunció algunos regalitos para los países árabes amigos y, desde luego, para Israel también: 13.000 millones de dólares de ayuda militar a Egipto y 30.000 millones a Tel Aviv. Dijo Condi: “La modernización de las fuerzas armadas de Egipto y de Arabia Saudita (con la que se negocia un acuerdo similar) ayudará a nuestros socios a enfrentar la amenaza de los radicalismos y a cimentar su papel de líderes regionales en la búsqueda de la paz en Medio Oriente y la libertad y la independencia de Líbano” (Reuters, 1-8-07). En realidad, se trata de un cambio de estrategia para atacar a Irán, una empresa que no entusiasma a los gobiernos europeos.

 

El nuevo giro tiene dos rostros: armar a los países sunnitas, mayoría en la región, y brindar un festín al complejo militar-industrial estadounidense, como lo bautizó el general Dwight Eisenhower. La Casa Blanca ofrece presentes similares a Jordania y a los pequeños, pero muy ricos, Emiratos Árabes Unidos. “Los saudíes se han comprometido a pagar al contado (los armamentos), sin demoras ni plazos. Hay en juego muchos intereses y sobre todo muchísimo dinero”, declaró una fuente del Pentágono (El País, 30-7-07). El otro rostro: hace tiempo que la Casa Blanca procura frenar una consecuencia de la guerra contra Irak que no esperaba, es decir, el aumento de la influencia del Irán chiíta en el chiíta gobierno iraquí después del derrocamiento del sunnita Saddam Hussein. Como suele ocurrir, poco le importa a Washington, en aras de su conveniencia, convertir al amigo en enemigo y viceversa.

 

El notable periodista Seymour Hersh había adelantado esta conversión de la Casa Blanca, destinada a enfrentar entre sí a sunnitas y chiítas, incluso iraquíes, que se han quedado solos en el gobierno y en el Parlamento del país. Hersh reveló que EE.UU. financia en Líbano a grupos radicales sunnitas como Fatha al-Islam y, en Pakistán, a los Jundullah que incursionan en territorio iraní para perpetrar actos terroristas (The New Yorker, 5-3-07). El rearme norteamericano de esos estados árabes tiene, a su vez, dos objetivos: cercar a Irán con un formidable potencial de guerra y dotarlos de medios para reprimir la disidencia interna. Hay ejemplos: en las elecciones presidenciales del 2005 en Egipto, su presidente Hosni Mubarak mandó preso al candidato opositor Ayman Nour, probable vencedor, por “fraude electoral”. Una proyección, como se dice.

 

La Casa Blanca aumentará el repudio del mundo árabe con semejante estrategia, para no pensar en que si algunas de esas armas cae en manos de los terroristas, la debilitada monarquía saudita –blanco de repetidos ataques de Al Qaida– no la pasaría muy bien y tampoco los emiratos del Golfo, más frágiles aún. Confirma que EE.UU. es el poder detrás del trono de corruptos reyes y emires del Golfo que vacían las riquezas nacionales y venden barato el oro negro. Como señalara Michael Schener, que durante 22 años fue agente de la CIA y en 1996/99 el encargado de atender a Osama en la guerra contra los soviéticos, “las fuerzas y las políticas de EE.UU. están completando la radicalización del mundo islámico, algo que Osama bin Laden trató de hacer con éxito relativo desde los comienzos de los años ’90. En consecuencia, me parece correcto concluir que EE.UU. sigue siendo el único aliado indispensable de bin Laden” (Harpers’s Magazine, 23-8-06). Israel ha aceptado –a regañadientes– el fortalecimiento militar de Arabia Saudita y otros estados árabes, pero el aumento del 25 por ciento de la asistencia estadounidense en la materia ha conformado a Tel Aviv. Incidentalmente, según prolijas estimaciones de la fundación American Educacional Trust basadas en documentos oficiales, Israel ha recibido desde 1949 hasta el 2006 una ayuda militar directa de EE.UU. que asciende a 108 mil millones de dólares; hay más verdes, pero disimulados en rubros presupuestarios de diferentes ministerios y organismos, el Pentágono en especial (Washington Report on Middle East Affairs, julio de 2006). Otros 30.000 millones nunca vienen mal.

 

Condoleezza Rice y el jefe del Pentágono Robert Gates viajaron a Medio Oriente con las manos llenas de ofertas armamentistas: Arabia Saudita podrá comprar bombas guiadas por satélite, defensas misilísticas y hasta cazas más modernos todavía con los 20.000 mil millones de dólares que la Casa Blanca le propone. En la Universidad Estadounidense de El Cairo la misma Rice –¿o era otra?– afirmó en junio del 2005: “Durante 60 años, mi país, EE.UU., procuró la estabilidad en Medio Oriente a expensas de la democracia en la región. Y nada conseguimos. Hoy tenemos una postura diferente. Apoyamos las aspiraciones democráticas de todos los pueblos”. Se ve: EE.UU. invade países, desconoce el triunfo electoral de Hamas, rearma a Mubarak, presidente continuo de Egipto desde 1981, y a las elites sunnitas de los países del Golfo, no menos autócratas que Saddam Hussein. La concepción de la democracia del gobierno Bush es verdaderamente rara.