HEZBOLA LANZO 200 MISILES Y GOLPEO A 70 KM DE LA FRONTERA
En la foto: Paracaidistas israelies cuando se disponen a incursionar en el territorio invadido, sorprendidos por la cámara de AP
03 de Agosto de 2006
Israel profundizó su ofensiva en el Líbano
La guerra alcanzó su máximo pico de intensidad. Israel intensificó los bombardeos y ocupó posiciones en el Líbano a lo largo de la frontera siria, destruyó un hospital y capturó a siete guerrilleros. Un misil de Hezbolá impactó en Beit Shean y otro mató a un civil cerca de Nahariya. También murieron un soldado israelí y otro del ejército libanés.
Por Robert Fisk *
Desde Beirut
Un ataque a un hospital, la matanza de toda una familia libanesa, la captura de cinco hombres de Baalbek y un nuevo número de muertos civiles – 468 hombres mujeres y niños– marcaron el 22º día de la última guerra de Israel contra el Líbano. Los israelíes declararon que soldados helitransportados habían capturado a importantes líderes de Hezbolá, aunque uno de ellos resultó ser un almacenero local de Baalbek. En un pueblo cerca de la ciudad, los ataques aéreos israelíes mataron al hijo y al hermano del alcalde y a cinco niños en su familia.
La batalla del Líbano se estaba descontrolando rápidamente anoche. Las tropas del ejército libanés abandonaron muchos de sus puestos y los diplomáticos europeos les advertían a sus colegas que los milicianos estaban tomando sus posiciones. Se informó que hasta ocho mil tropas del ejército israelí cruzaron la frontera anoche, en lo que fue divulgado como un avance militar hacia el río Litani. Pero se necesitarían muchos más soldados para asegurar un área tan grande en el sur del Líbano.
Los israelíes enviaron paracaidistas para atacar un hospital en Baalbek financiado por Irán con la esperanza de capturar a combatientes heridos de Hezbolá, pero después de una batalla de una hora, capturaron solamente a cinco hombres a quienes el premier israelí, Ehud Olmert, llamó "una buena caza". La operación sugiere lo que Hezbolá ha estado diciendo todo este tiempo sobre el propósito de la campaña israelí: intercambiar prisioneros y canjear combatientes de Hezbolá por los dos soldados israelíes capturados en la frontera el 12 de julio.
Hezbolá siguió disparando más de doscientos cohetes sobre la frontera israelí, matando a un israelí e hiriendo a 21, mientras la artillería israelí disparaba proyectiles hacia el Líbano a razón de uno cada dos minutos. Por primera vez, un cohete de Hezbolá impactó en Cisjordania, así como en la ciudad israelí de Beit Shean, el cohete de más alcance disparado hasta ahora. Un soldado israelí murió en combate cerca de la frontera.
Pero Occidente parece incapaz de ponerle fin a una guerra que claramente está abrumando tanto a Hezbolá como a los israelíes. Hezbolá tiene obviamente muchos más cohetes de lo que creían los israelíes –no hay ciudad en el norte de Israel que esté a salvo de su fuego– y el ejército israelí aparentemente no tiene un plan para derrotar a Hezbolá como no sea la vieja e inútil política de ocupar el sur del Líbano. Si Hezbolá planeó esta campaña con meses de anticipación –y si los israelíes hicieron lo mismo–, entonces ninguno de los dos le da lugar a la diplomacia. Los franceses sabiamente dijeron que ellos conducirán una fuerza de paz al sur del Líbano sólo después de un cese de fuego. Y con seguridad, no dejarán que sea un ejército liderado por la OTAN. Francia ya tiene una compañía de 100 soldados en la fuerza de la ONU en el sur del líbano, cuyo comandante es francés, pero París –después de ver el caos en Irak– no se hace ilusiones sobre los ejércitos occidentales en Medio Oriente.
Ayer, afuera del destrozado hospital Dar al Hikman en Baalbek, había dos automóviles quemados y una minivan acribillada a balazos. El hospital, que incluye un número de aparatos de cardiología de origen británico, estaba vacío cuando comenzó el ataque israelí y fue parcialmente destruido durante el combate.
El ejército libanés, que ha tratado de permanecer fuera del conflicto –Dios sabrá lo que se supone que tienen que hacer sus 75.000 soldados–, fue atacado nuevamente por los israelíes, quienes ayer dispararon un misil contra un automóvil que ellos declararon que llevaba a un líder de Hezbolá. Estaban equivocados. El soldado que viajaba en el automóvil murió instantáneamente, uniéndose a las otras once tropas libaneses de una unidad logística muertas hace dos semanas en un ataque aéreo israelí y que fueron proclamados "mártires" por el gobierno.
El obsceno número de muertos de esta última guerra es el siguiente: 508 civiles libaneses, 46 guerrilleros de Hezbolá, 26 soldados libaneses, 36 soldados israelíes y 19 civiles israelíes. En otras palabras, Hezbolá está matando más soldados israelíes que civiles y los israelíes están matando a muchos más civiles libaneses que guerrilleros. La Cruz Roja libanesa encontró 40 civiles muertos más en el sur del país en los últimos dos días. Muchos de ellos hubieran podido sobrevivir si hubieran recibido asistencia médica.
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère
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